Papel Salmon 13 de noviembre

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Rafael Courtoisie en Manizales

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Los libros y la lectura en la Colina del Viento

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Las casas solariegas

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Fresa y Chocolate

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Publicaciones

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Guillermo González Ospina juró que nació en Belén de Umbría

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creación y vida

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LITERATURA

POR LAS BIBLIOTECAS DE CALDAS

Libertad y humanismo en la poesía

Una biblioteca viva ayuda a transformar la vida de las personas. Dos programas que han generado impacto, El libro radial y El libro puerta a puerta. Soluciones.

Rafael Courtoisie

Beatriz Helena Robledo* - Papel Salmón

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en Manizales

La poesía es vida, es aire para respirar, aire nutricio en épocas de contaminaciones. El lector es más inteligente que el autor y los críticos. Pasión.

Juan Carlos Acevedo Ramos* - Papel Salmón

“

Alguien para quien el verbo ‘imaginar’ es imprescindible para vivir”, así describe el poeta y novelista uruguayo Rafael Courtoisie a un poeta. Él estuvo en Manizales en días pasados en un conversatorio sobre literatura uruguaya y latinoamericana y como parte de esta entrevista dijo que un novelista es: “Un poeta que quiere ganar algún dinero o un cazador de aventuras.”

Leyendo su poesía, se llega a pensar que ésta es visual, ¿cómo se lo explica a los lectores?

Todo país funda una tradición y luego, inevitablemente, de un modo u otro, la rompe. Por eso Octavio paz hablaba de “la tradición de la ruptura”. Ahora bien, en esta era de la post modernidad ya no es tan claro cuál es la tradición a romper, sino más bien cómo se transfigura un proyecto literario hacia el siglo XXI, muchas veces mediante las tomas de elementos de tradiciones y líneas diversas. Mi propuesta es visual pero es también, inevitablemente conceptual. Pero temo que los lectores se espanten de tanta abstracción: la poesía es vida, es aire para respirar, aire nutricio en épocas de contaminaciones. ¿Cómo ha hecho para vivir entre la literatura y la ciencia?

Son ejercicios diferentes de la creación, pero no tan lejanos como se piensa: si uno recuerda a Ernesto Sábato, a

Primo Levi, al argentino Juarroz, cuya poesía está próxima al discurso lógico filosófico, a tantos otros, se da cuenta de que la poesía brinda la posibilidad de mostrar una verdad esencial y profunda de modo directo, simple. El agua mejor es transparente. La poesía también.

En su obra, el lector se entera que traspasa las fronteras de los géneros literarios, ¿de dónde surge esa búsqueda?

El cuestionamiento de los géneros surge en varias partes del mundo en los últimos tramos del siglo XX, y se proyecta al siglo XXI, pero en mi caso hay una necesidad de creación libérrima, que vaya más allá de todo molde académico. No por pose, por ovación humana de creación.

Cualquiera de sus poemas puede ser interpretado como un microrelato, ¿no teme que sus lectores se confundan?

Creo que en ocasiones los académicos, y a veces también los editores, subestiman al lector. El lector es siempre más inteligente que el autor y que los críticos. Difícilmente se pierde. No tengo ese temor en absoluto.

Sobre la poesía contemporánea

Poesía y prosa son aguas de un mismo océano. En su obra se mezclan las dos, ¿qué puede agregar?

El escritor uruguayo Rafael Courtoisie no sólo ha escrito poesía sino también narrativa y ensayo, sino que ha sido docente, investigador, periodista y conferecista.

Foto/Cortesía de Rafael Courtoisie/Papel Salmón

Coincido con esos nombres que señalan el camino y agrego uno insoslayable, el de Lezama Lima, no por el neobarroco como preceptiva sino por la erosión entre poesía y ensayo en una prosa que no conoce límites. ¿Los antihéroes y los seres anónimos juegan un papel especial en sus poemas?

Es que el siglo XXI es el turno del ofendido, del desangelado, del héroe contingente, de los Leopold Bloom, como en el Ulyses de Joyce quien, sin saberlo, también hizo mucha poesía con la heroicidad cotidiana de la vida. ¿Se puede hallar en su obra cierta inclinación hacia la estética de lo bizarro?

Sin duda, pues eso está en la realidad que nos rodea, basta abrir bien los ojos. Con los ojos cerrados no se ve la extrañeza del día, mucho más compleja y seductora que la de la noche.

estar en el mundo. Es método y es misterio. Es razón de un modo diferente a la de la modernidad. Poesía es vida PS A manera de pequeño cuestionario ¿Un poeta latinoamericano? César Vallejo. ¿Uno uruguayo? Herrera y Reissig. ¿Uno colombiano? José Asunción Silva. ¿Una novela europea? Ulyses de James Joyce (si se acepta que Irlanda es Europa, yo creo que sí). ¿Una latinoamericana? Dejemos hablar al viento de Juan Carlos Onetti. ¿Una gringa? El viejo y el mar de Ernest Hemingway. ¿Un verso? De Trilce, de Vallejo: “la cocina a oscuras, la miseria de amor”. ¿Su estado favorito? En creación, on writing. ¿Su pequeño tesoro? Todas las palabras que sé y todas las que no sé, pero sé que están. ¿Su libro de ficción? Tajos una novela.

¿En definitiva de qué se habla cuando se habla de poesía en su obra?

La poesía es un modo de vivir y de

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¿Su libro de poesía? Tiranos temblad, es mi más reciente libro de poesía. ¿Cuál es su filosofía? Libertad y pasión.

n Risaralda, llamada poéticamente ‘La colina del viento’, la biblioteca queda en la casa de la cultura Ovidio Rincón Vélez, una preciosa construcción de guadua con colores pasteles y una vista impresionante hacia el valle.

La biblioteca no solo es atractiva sino que tiene fama de prestar un excelente servicio. “Este es el mejor servicio de Risaralda” dicen dos niños que salen en su bicicleta, satisfechos.

-Aquí encontramos respuesta a todas las tareas y además podemos traer la bicicleta y no se pierde, dice uno de los niños. Y el otro agrega: -Podemos leer gratis y nos divertimos mucho.

Visitamos dos programas de la biblioteca Chaverras, nombre de origen vasco que significa casa nueva: El libro radial y El libro puerta a puerta y aunque no son los únicos programas, sí son los que mayor impacto han generado. Rubiela y Aida Leda las dos bibliotecarias trabajan juntas.

A través de la radio

El programa El libro radial se transmite tres veces por semana a través del canal comunitario Panorama.

-Leemos un cuento y tenemos una reflexión que nos puede ayudar acerca del tema central que elegimos. Esta vez fue el dar. Nosotros como bibliotecarias ofrecemos libros e información para mejorar nuestra vida, nuestro entorno con temas que tenemos en la biblioteca que nos enriquecen cada vez más, dice Rubiela. Leen el cuento Choco encuentra una mamá de Keiko Kasza, luego lo comentan y lo relacionan con lo que pasa en la familia.

-Son pildoritas que inyectan consejos para mejorar la vida.

-La gente busca mucho los libros de plantas medicinales. Cuando voy por la calle la gente me para y me pregunta ¿Tengo una tos, qué me recomienda?

Y yo le digo, acérquese a la biblioteca y allí encontrará la solución a lo que busca. Me llaman la asesora de las plantas,

Visita a Risaralda

Los libros y la lectura en la

Colina del Viento

Aida Leda lee cuentos dentro del programa El libro radial, que ella y su compañera Rubiela tienen en la biblioteca de Risaralda (Caldas).

Foto/Beatriz Helena Robledo/Papel Salmón

afirma con orgullo Rubiela.

Durante el programa entra una llamada de una mujer quien comenta: -es un programa muy bueno, tiene muchísima reflexión. Tenemos que dar de lo que nos falte y no de lo que nos sobre.

Ojalá se siga dando porque es un programa muy instructivo. También me gustó mucho el cuento.

Después dan entrada a una canción de José Luis Perales: El amor.

Este programa lo escuchan a nivel local, sobre todo en el campo y las veredas. También tiene alcance internacional, pues desde que están en Internet los risaralditas que viven en el exterior mantienen enterados de lo que pasa en su tierra.

Cuenta don Darío, locutor y conductor del programa, que un día lo llamó un señor desde el cafetal pidiéndole que repitiera la fórmula más despacio… Era una reflexión que le ayudó a cambiar, que lo puso a pensar. -Una biblioteca viva es esto, que ayude a trans-

formar la vida de las personas, agrega orgulloso de su labor.

El programa, que lleva ya dos años, surgió de la idea de que muchas personas no pueden ir a la biblioteca, unos por la distancia, otros porque no saben leer. La radio le llega a la mayor parte de la gente en el campo.

-Quisimos hacer un programa que impactara tanto como lo hacían cuando éramos niñas, como Calimán por ejemplo. Le propusieron entonces el programa a don Darío, el coordinador y locutor principal de la radio comunitaria. Doña Rubiela se enfoca mucho en valores y plantas medicinales, yo en los cuentos, dice Aida Leda. Toca preparar muy bien la lectura del cuento. Eso lo aprendimos en las capacitaciones del plan. La gente le dice a uno, como yo no se leer, al menos lo puedo oír.

Libro puerta a puerta

Cada mes sectorizan un barrio. En las horas de la tarde salen las bibliote-

carias con los muchachos del servicio social, más o menos de 2 a 5 p.m. El programa ha tenido una acogida excelente. Lo iniciaron desde el 2009.

-Ya hemos visitado muchos barrios de Risaralda y dos zonas de la parte rural; nos pegamos a las brigadas de salud. Es como una inducción al servicio de la biblioteca. Por lo general dejan libros de literatura infantil, cuentos, manuales sobre el campo, frutoterapia, manualidades y temas generales. Lo que más nos piden es libros de culinaria, manualidades, literatura infantil, explica una de ellas.

Ese día visitamos varias casas ubicadas en la vía principal hacia la salida del pueblo. Las dos bibliotecarias llevan su maleta llena de libros. En cada puerta una persona diferente nos recibe ya en la sala, ya en el comedor y hasta en la cama un joven convaleciente recibe con agrado la explicación de Rubiela sobre el servicio que presta la biblioteca y escoge algunos libros en préstamo.

También trabajan con el adulto mayor. Llevan juguetes para recordar el pasado, recuperan su memoria.

-Antes de que nosotros llegáramos y antes de que llegar el Plan Nacional de lectura en esta biblioteca solo se hacían reuniones políticas y uno pasaba y veía a las muchachas que atendían asomadas fumando en la ventana sin mucho que hacer. Esto cambió desde el 2008 con la llegada de la colección y los programas del plan. También nos han ayudado mucho las capacitaciones del plan departamental. *** Nos vamos convencidos de que Risaralda tiene el privilegio de contar con dos bibliotecarias que han logrado convertir la biblioteca pública en una biblioteca viva que además se ofrece de múltiples maneras a la gente. Dan ganas de regresar muchas veces a la ‘Colina del viento’ a leer mirando el valle y las montañas mientras escuchamos el ritmo cadencioso de un cuento leído por Aida Leda, quien cada vez lee mejor según le dice el talabartero y escultor de tallas de madera a quien visitamos en el programa Puerta a puerta y quien le pidió un libro de esculturas, no de ese señor Botero que hace figuras tan gordas, sino de ese que sí le gusta mucho, un tal Ramírez Villamizar PS *Escritora. @Beatriz Helena Robledo

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noviembre 13 de 2011

En 1958 escribió el poema Canto a la Doncella Coronada, dedicado a Luz Marina Zuluaga. Amelia, segunda hija del poeta, prepara un libro con la obra de su padre. Historia.

María Teresa Peñaloza Calle* - Papel Salmón

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nte el párroco de la iglesia la Inmaculada Concepción, de Manizales, sacerdote Luis Alfonso Zuluaga, y actuando como testigos Leonel Grisales y Marta Cano, el autor de la letra del pasodoble Feria de Manizales, Guillermo González Ospina, declaró bajo juramento, que nació en Belén de Umbría.

Este hecho sucedió el 19 de febrero de 1958, un mes antes de contraer matrimonio con la manizaleña Paulina Villegas López, el 20 de marzo a las 7:30 de la mañana, en esa bella parroquia centenaria de estilo gótico, ubicada a un costado del Parque Caldas.

Cuando el poeta le propuso matrimonio a su novia, viajó a Belén de Umbría, en ese entonces corregimiento del municipio de Anserma, Caldas, para conseguir una copia de su partida de bautismo, y se llevó la sorpresa de que ésta había desaparecido en el incendio del templo Santa Rosa de Lima, en 1952. Tuvo que posponer la boda por seis meses, hasta que por fin, después de la declaración juramentada, pudo contraer nupcias, a sus 38 años de edad, y la novia, con apenas 21.

El hijo de Ramón González Laserna y de Leonor Ospina Arcila, vivió en muchos municipios de Caldas, pues su padre era un político Liberal que fue alcalde de Anserma, Supía y Marmato, entre otros.

A raíz de la pérdida de su partida de bautismo y de que vivó sus primeros años en Anserma, su círculo de amistades en Manizales pensaba que era oriundo de este municipio. Se puede decir que era ansermeño porque Belén de Umbría era un corregimiento de la llamada Santa Ana de los Caballeros; y manizaleño por adopción, pues en su juventud llegó a la capital para adelantar sus estudios en el Instituto Manizales.

Otro hecho que corrobora su lugar de origen son los datos de su Cédula de Ciudadanía expedida en Manizales el 27 de octubre de 1955, que conoció el historiador musical caldense, Jaime Rico Salazar, en la que señala como fecha de nacimiento de Guillermo González Ospina, el 20 de agosto de 1919 en Belén de Umbría.

Su familia

El poeta fue el primer hijo de Ramón y Leonor. Su hermana Adela nació el 31 de diciembre de 1921 en Belén de Umbría y Gilberto,

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RECUERDOS

Reseña histórica del autor de Feria de Manizales

Guillermo González Ospina juró que nació en Belén de Umbría tras de poemas y prosas, la mayoría inéditos, que con celo conserva su familia. Su hija Amelia está clasificando toda la obra de su padre para darla a conocer al público en un libro que está preparando y cuyo lanzamiento lo hará en Manizales. ”Creo que a mi papá lo tienen olvidado por falta de información. Espero que con esa publicación se logre rescatar su memoria”, expresó Amelia, al adelantarnos uno de sus poemas refundidos, que dedicó a Luz Marina Zuluaga, cuando obtuvo el título de Miss Universo en 1958. Este escrito tiene como fecha agosto del mismo año.

Canto a la Doncella Coronada

Guillermo González Ospina y Paulina Villegas López se tomaron estas fotos antes de su matrimonio.

Foto/Archivo familia González Villegas/Papel Salmón

el menor, en Anserma, el primero de abril de 1924. Su padre, les aportó una tercera hermana nacida fuera de matrimonio, Inés González, ya fallecida.

Adela, una mujer de 89 años de edad, recuerda a su hermano el escritor, como “una persona muy culta, gran lector y de buenas maneras”. Su hermano Gilberto, el menor, aprendió sastrería confeccionando vestidos a su padre Ramón. Hoy, a sus 87 años está retirado de su oficio. “Mi hermano Guillermo era un hombre aventajado. Lástima, no tengo nada de sus escritos”.

En los cuatro años y cuatro meses que duró el matrimonio de Guillermo y Paulina, interrumpido abruptamente por el terremoto que sacudió a Manizales el 30 de julio de 1962, nacieron tres hijos: María Leonor, Amelia y Guillermo Alfonso. La mayor tenía tres años y medio cuando su padre falleció; la segunda, dos años y medio, y el menor, siete meses de nacido.

Dos años después de la tragedia familiar, la esposa del poeta viajó a Cali con sus tres hijos y allí contrajo nuevas nupcias con Mario López Santacoloma, ya fallecido. En su segundo enlace nacieron Carlos Ernesto y Juan Manuel.

Recordando al poeta

“Paulina, tanto te ama mi corazón, que ya no sé si es mío o tuyo”, le escribió en una servilleta el poeta a su bella dulcinea una tarde en el hotel Escorial de Manizales, cuando aún eran novios.

Tan enamorado estaba de su Paulina, que le llevó muchas serenatas. Con los ojos llenos de lágrimas al evocar esa bella época, Paulina recuerda que “Guillermo transportó un piano del Escorial para llevarme una serenata. ¡No lo podía creer! Me llevó otras con el Trío Caldas y me dedicó La Espina y Te fui queriendo, dos bambucos que musicalizó Fabio Ospina López, director de trío. Conservo las partituras”.

El hijo de Belén de Umbría dejó muchas le-

Luz Marina, alto signo para el ritmo del viento/ encendido en un fuego lento y acrisolado;/ ni la seda, ni el lirio, ni la perla, ni el canto,/ entregan esplendor a tu reino de nardo./ Para decir: Dulzura! la miel buscó tus labios,/ y formó con tus labios el panal de los sueños;/ copa núbil, tu boca, donde el amor escancia/ con ardientes burbujas un licor de embeleso./ En tu límpida frente la belleza comienza/ como empieza en la rosa la fugaz primavera;/ cuidan tu cabellera los dedos de la brisa/ y un aire jubiloso con tu piel juguetea./ Caminos de alabastro van bordando tus plantas/ mientras canta el ensueño su rondel en la tarde;/ ánfora de armonía, efundes, trino a trino,/ como un arpa que pulsa la caricia de un ángel./ Cual si un grumo de cielo que tu aroma destila,/ Luz Marina, tu nombre, bebemos gota a gota,/ y así, para llamarte, la voz limpia sus timbres/ y un clavel impalpable nos perfuma la boca./ Tras la estela difusa de los astros distantes,/ navegas, capitana de un navío de argento,/ mientras signan tu ruta la estrella de la tarde/ y una flor sin aroma: la rosa de los vientos./ Sobre un turbio hemisferio de menguados metales,/ la belleza dormía, quieta como una lámpara;/arcángel marinero, tú, gaviota ilusoria,/ surcando las mareas llegaste a despertarla./ En sus hilos de seda tiempla apenas el vien-

to/ con un batir de ala que acaricia y arrulla;/ la fogata del día alza su llamarada/ para que pueda el viento continuar en su fuga./ La ciudad que apacigua con sus densos inviernos/ la ardorosa fatiga de su tallo de llamas,/ busca para tu frente de inefable ternura/ una grácil corola de infinita fragancia./ Congrega en el nevado sus cristales inmóviles,/ repule las colinas de un ebrio verdecido,/ para ofrecerte, suave Luz Marina de Alba,/ como un pomo de aromas, su corazón sumiso./ Tiende sus manos húmedas de sosegada niebla/ hasta el hondo destello del más puro lucero./ Y aunque te halles ausente, nunca estarás distante…/ ¡Ya serás, para siempre, su

Los Cantores de la Comarca. De izquierda a derecha Guillermo González Ospina (autor del pasodoble Feria de Manizales), Iván Cocherín y Javier Arias Ramírez.

Foto/Archivo personal de la historiadora caldense Dorian Hoyos Parra/Papel Salmón

más bello recuerdo!/ El tiempo que describe su círculo perenne,/ aquiétese en tus labios como un beso dormido;/ / y conserve en tus ojos su temblor infinito/. *** El escritor ansermeño, Augusto León Restrepo y el periodista Orlando Cadavid Correa, quienes desde hace varios años han investigado sobre la vida y obra del poeta, confesaron que sus intentos de hacer un compendio notable de la obra de González Ospina ha sido una tarea harto difícil, por la poca información que existe. Sin embargo, su contribución fue muy valiosa, pues nos aportaron las obras Salmo Imperial, Te fui Queriendo y La Espina, ya publicadas por Cadavid en su columna Contraplano de LA PATRIA. “El poema Salmo Imperial fue dedicado a la reina de la Feria de Manizales en 1957, Julieta Jaramillo Botero, año en que su obra inmortal, el pasodoble Feria de Manizales, se oficializó como el himno de las ferias de la capital caldense. Lamento que en Caldas no se le haya hecho el reconocimiento que merece”, expresó el escritor Augusto León. El poema fue declamado por su autor a la bella Julieta en el acto de coronación como reina de la tercera versión de la Feria de Manizales.

El periodista Cadavid comentó que “las preciosas letras de Te fui Queriendo y La Espina son dos bambucos escritos en octavas a los que puso música el cantautor de Manzanares, Fabio Ospina López, fundador del Trío Caldas, en remotos tiempos de bohemia en la tierra del buen sabor, entre los 50 y los 60”.

El último día

Reproducción fotográfica del original del Acta del Interrogatorio del Novio, que reposa en la iglesia La Inmaculada Concepción, de Manizales.

Foto/María Teresa Peñaloza/Papel Salmón

El hombre de tez trigueña, cabello castaño oscuro ondulado, de 1,75 de estatura, bigotes a la moda, buen mozo, tierno y detallista, cualidades que enamoraron a Paulina, estuvo en la mañana de aquel 30 de julio de 1962, en la

oficina del subsecretario de Gobierno de Caldas, Miguel Álvarez, poeta y periodista de Pereira y amigo personal de Guillermo González Ospina. “El día que murió, fue a las 10:00 de la mañana a mi oficina de la Gobernación a poner una queja de un corregidor de una vereda de Anserma”.

El autor del himno taurino de Colombia tenía su oficina en el cuarto piso del edificio de la Caja Agraria situado en la carrera 23 con calle 20. Trabajaba como auditor de la Chec y de la Contraloría Departamental. Cuando la tierra tembló en Manizales, a las 3:15 de la tarde, Paulina se encontraba en el Centro Piloto y desde allí vio caer la torre de San Francisco de la Catedral de Manizales. Salió del establecimiento de salud a buscar a su esposo, pero era tanta la gente que no pudo llegar hasta el edifico de la Caja Agraria. Se fue para su casa del barrio Campo Hermoso y allí recibió una llamada de la secretaria del poeta quien le dio la triste noticia.

A un mes de cumplir sus 43 años de edad, el poeta salió asustado de su oficina al sentir el terremoto, bajó las escaleras corriendo y al llegar a la puerta, empujó sin querer, a un amigo que se encontraba allí. En ese instante, se desprendió un revoque de la pared. El pesado material cayó sobre su cabeza y murió de forma instantánea, según el dictamen del médico que lo atendió en el hospital.

Sus restos mortales fueron trasladados al cementerio San Esteban de Manizales, por un sinnúmero de admiradores, entre ellos poetas, compositores y amigos de largas tertulias literarias. La noticia del fatal desenlace de González Ospina llegó hasta Valencia, España, tierra de Juan Marí Asins, compositor del pasodoble Feria de Manizales, cuya música también inmortalizó al valenciano PS *Periodista.

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PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

CINE La casa solariega rural

Paisaje Cultural Cafetero

Las casas solariegas La casa solariega de los bisabuelos se heredaba de generación en generación. Las urbanas estaban en el marco de la plaza y las rurales en zonas ganaderas o grandes fincas cafeteras. Aferradas al pasado.

Alfredo Cardona Tobón* - Papel Salmón

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l colono le bastó un rancho de vara en tierra mientras abría la selva y sembraba maíz y fríjol. Después, para proteger a su familia del sol y de la lluvia levantó una modesta edificación de bahareque con techo de paja a la que adosó corredores con chambrana de chonta y una cocina con fogón de leña, estantillos para curar la carne con el humo y travesaños para colgar las ollas de barro y la chocolatera de cobre. ¿Y las casas solariegas? Las casas de alcurnia en medio de la pobreza general vinieron después de las primeras olas de la colonización; llegaron con los grandes propietarios, con monseñores y generales, con los Gutiérrez y Jaramillo, con los Arango y los Mejía… es decir con los paisas del curubito, dueños del poder, de prosapia alpargatuda y con algún alférez español en el árbol genealógico.

Si los hidalgos europeos tuvieron sus castillos, los epónimos ancestros criollos tuvieron su casa solariega, sin almenas pero con balcones y enormes ventanales, sin los austeros recintos de piedra pero con luz, flores, solar con limonar; aguamanil en vez de fuentes; patio empedrado y zaguán con enorme puerta y contrapuerta.

La casa solariega de los bisabuelos con dinero y abolengo fue la impronta de la familia; se heredaba de generación en generación y se trasmitía como los genes o la sangre… fue un santuario con historia y fantasmas propios.

El tamaño y el mobiliario de esas casas dependían de los recursos económicos,

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Es de dos plantas, con corredores en ele, en ambos pisos, y ventanales que llevan luz y sol a las habitaciones contiguas. En la parte baja está la cocina, el lavadero, el cuarto de trebejos y el depósito para guardar los bultos de café o de maíz, y en el amplio corredor central se ubica el comedor de diario.

En la parte alta están los dormitorios con cuartos amplios para varias camas; en la finca no hay sala de recibo, la zona social está en el corredor del segundo piso donde se atienden visitas y se reúne la familia para departir y rezar el rosario.

En el poblado predominan los colores austeros, pero en el campo se aprecia la algarabía de colores amarillos y verde biche, rojo fiesta, azul español y azul eléctrico. Por doquier hay materas, tiestos de auroras y helechos de todo tipo.

En las casas construidas en la época del cemento prima el ladrillo con corredores de guadua y madera, y últimamente se han remplazado las cubiertas de tejas de barro por otras de fibrocemento.

De ayer a hoy

Antigua casa de la hacienda LLanoverde en la vereda de La Estrella en Pereira.

Foto/Cortesía Alfredo Cardona/Papel Salmón

del número de hijos y eran indicadores de la posición social de la familia.

Blasón de una estirpe

Los ancestros, por más poder y distinciones que ostentaran, eran campesinos de alpargatas o de pie en el suelo aferrados a la tierra; por eso las casas solariegas estaban en el poblado y también se construían en el campo; las primeras buscaban el marco de la plaza o las manzanas adyacentes, las rurales aparecieron inicialmente en las zonas ganaderas y cuando surgió el café adornaron las grandes fincas cafeteras.

Las casas solariegas eran parte de la arriería, del cacao, del comercio y de los cruces camineros; no rimaban con aldeas pobres sino con poblados distinguidos como Salamina, Aguadas, Manizales… y cuando apareció el café engalanaron las zonas urbanas y las veredas de Pereira, Calarcá, y Armenia.

La casa solariega de la zona urbana

La edificación es rectangular con un gran patio interior, habitaciones conti-

guas con puertas al exterior, amplios corredores internos, un zaguán con portón y contraportón, techo de teja de barro y un solar trasero con árboles frutales. La diferencia de las nuestras con las del oriente colombiano está en los materiales, pues las de Villa de Leiva, por ejemplo, son de tapia pisada y en las de la zona paisa es el bahareque con guadua.

Algunas casas solariegas tenían un portón auxiliar que comunicaba un callejón lateral por donde entraban las vacas de ordeño y las bestias hasta el patio trasero; el comedor era enorme, con mesa de cedro de doce o más puestos donde se atendía a los mayores, pues los chicos comían en la cocina, también con un área enorme para dar cabida a graneros y alacenas con el menaje de uso cotidiano.

Los comerciantes y funcionarios preferían las casas de dos pisos. En el primero se ubicaba el negocio o el despacho y en el segundo se alojaba la familia, atrás de la vivienda estaba el patio con árboles frutales y un corral para las gallinas.

El costo de la tierra y la pica de los constructores van diezmando las casas solariegas de las ciudades en tal forma que apenas se aprecian en algunas zonas de las capitales del Eje Cafetero, y en Aguadas y Salamina. Esas casas enormes aferradas al pasado se van convirtiendo en bibliotecas o en centros culturales. Las casas señoriales rurales han corrido con mejor suerte: se han librado de los urbanizadores; ya no son el centro de las antiguas fincas pero se están convirtiendo en hoteles y alojamientos campestres; son joyas de un pasado, engastadas en el verdor de los cafetales y las haciendas ganaderas, con campos deportivos, piscinas, jacuzzis, asaderos y muy cerca de centros poblados, de aguas termales y parques temáticos. Son oasis de paz, de aire limpio, envueltas por el canto de los pájaros y los grillos.

Algunas, como la del Arenillo de Manizales o la Casa de Monseñor en Salamina, son símbolos históricos; otras como la de Llanoverde en Pereira reviven el olor de los trapiches y la estampida de las mulas bajo los ciruelos centenarios que enmarcan el paisaje PS *http://www.historiayregion.blogspot.com

La relación entre Diego, un artista homosexual, y David, un comunista. Pequeñas enseñanzas, cargadas con frases llenas de vivacidad y contundentes. Tratamiento.

Jorge Abel Carmona Morales* - Papel Salmón

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n la misma línea de sus películas anteriores, Tomás Gutiérrez Alea, continúa con sus demostraciones de que la libertad de grupo no se puede obtener sino mediante liberaciones individuales. El hombre alcanza lo universal pensándose en el mundo, encontrando aquellas cosas que disuelven los coágulos que adormecen la conciencia por vías exteriores, impidiéndole conseguir la expansión de aquel ser genérico propuesto por Marx hace más de siglo y medio.

No obstante, la historia, lejos de ser un manifiesto revolucionario de algunos apologistas de la Revolución, es una declaración absoluta sobre lo que tenemos más cerca: lo inmediato. Una sinfonía de los sentimientos, expresados por un hombre cualquiera, opacado por las estructuras políticas que impiden su manifestación en obras de contenido religioso.

Diego, un artista homosexual, conoce a un joven proclive a la ideología estatal de corte comunista en una Cuba que se inscribe y escribe en cada una de las calles de sus ciudades. La Habana, se cubre de consignas rodeadas por pinturas de Martí o el Che Guevara. Todos sus ciudadanos deben cumplir con guardias obligatorias. En el país, los individuos que piensan de otro modo son señalados por los mismos vecinos.

David, renuente a esa posible amistad, elude cualquier relación con el “marica”, pues las enfermedades, según él, pueden curarse con medicamentos.

Creencias como ésta, no impiden que Diego vea un alma sensible, bajo todo ese cúmulo de consignas insufladas artificialmente por dirigentes insulsos que cooptan de cualquier modo a las personas que habitan el territorio cubano. “Entre la hojarasca se hallan pepitas de oro”, le dice a su nuevo amigo.

Esta actitud de entrega total a personas que exudan sensibilidad y que en el fondo son superiores a cualquier revolución política, no intenta desmitificar nada. Ni siquiera la revolución. Por el contrario, busca allanar el camino para

Expresiones individuales

Fresa y Chocolate

que el muchacho encuentre su propio rumbo, entre la maleza que cualquier orden de principios impide ver la claridad de su propia alma.

Pedagogía, planos, música, relaciones

El contenido pedagógico se avizora en las pequeñas enseñanzas, cargadas con frases llenas de vivacidad, contundentes y de una profundidad tan característica de los filmes de este director.

No por ello, podemos acusar a Gutiérrez Alea de descuidar la construcción de los planos, acompañados por una música de fondo que suena como un placard en melodías acompasadas por el cambio de sentimientos. En un comienzo escuchamos a Ignacio Cer-

vantes tocando el piano con su Adiós a Cuba.

Una penumbra de relaciones se teje entre los personajes centrales. A Diego, el estado le niega la exposición de las esculturas que ha venido preparando durante mucho tiempo.

Y cuando las cosas cambian, cuando David se deja “seducir” por el amigo libre, quien lanza dardos venenosos contra todo aquello que inhiba la expresión de los sentimientos humanos, el sonido caribeño hace su aparición en la historia, “estás yendo en contra de ti mismo” increpa a David pues éste escribe oraciones desbordadas de panfleto político en lugar de la literatura intimista que debería extraer de su alma sensible.

Dos personajes más enriquecen la obra. Nancy, una mujer suicida que termina enamorándose del joven y quien lo inicia en lo sexual, primero por un favor a su amigo Diego, luego lo hace por amor. Asimismo, Miguel, un militante convencido que desconfía de las actividades del amigo homosexual, quien no hace guardia, que critica los principios del comunismo y que lee libros como los de Vargas Llosa, endiosa a Lezama Lima y emite sus opiniones con el desparpajo de aquel que no teme las consecuencias de sus actos, especialmente, en un país que impide la libertad de pensamiento, en la que el hombre no puede fluir como un ave libre. “Tú crees que se puede confiar en un tipo que no puede defender a su

propio sexo”, dice molesto, desconfiando ya de esa pervertida amistad antinatural.

La relación, excusa y centro de la película muestra el encuentro de dos hombres, un homosexual y un comunista, dos hombres al fin y al cabo, es una crítica dura al proceso de autoevaluación que la revolución cubana debe plantearse, lo mismo en los años sesenta del siglo anterior como en la primera década del presente. No hay libertad si no hay superación de contradicciones, alojadas en el centro mismo del individuo, con todas sus potencias, con la consideración de todo lo que hacen de él un Hombre.

Una obra plena

Menos controvertida que El beso de la mujer araña, novela de Manuel Puig publicada en 1976, esta obra nos conmueve con sus actuaciones. Un Jorge Perugorría, que por su trayectoria ya nos tiene habituados a papeles creíbles, llenos de un reforzamiento propio; un Vladimir Cruz, que conmueve por su candorosa mirada del mundo pero dispuesto a escuchar las voces interiores de los corazones ajenos; y una Mirta Ibarra (esposa de Gutiérrez Alea), con el encanto de la mujer caribeña, es una mezcla bien concentrada de lo materno y lo sensual.

Fresa y Chocolate, un film de 1993, discurre como una de las creaciones más acabadas de los autores (dirigida junto a Juan Carlos Tabío). Su tratamiento deslumbra por la sencillez en los encuadres, por la naturalidad de la luz tan prolífica en esa isla paradisíaca como casi todas las islas del Caribe, y por la importancia que para el director, tienen las expresiones individuales, que ni aún en condiciones aparentemente favorables o desfavorables pueden cohibirse. Hablamos de una obra plena aunque llena de matices. Encapsular a un individuo en un sistema va en contra de la misma libertad PS *Dalisur99@yahoo.com.mx

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noviembre 13 de noviembre 13 2011 de 2011

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Los caminos de la sangre

Una descripción del poblamiento del Valle del Risaralda Jorge Eliécer Zapata Bonilla* - Papel Salmón

Describiendo, además, los largos viajes realizados para asentarse en los municipios del occidente de Caldas hasta ubicarse en la floreciente población, generando un desarrollo importante que pone hoy a Viterbo entre las fundaciones caldenses con mayor proyección dado el civismo de sus gentes, su influencia territorial en el ingenio del Risaralda y su cercanía a ciudades importantes.

Los Caminos de la Sangre es un aporte más al suceso de la colonización antioqueña, evento colectivo que ayudó a trasformar la economía nacional y a vincular el centro-occidente del país a un desarrollo que se iba por la zona oriental de la patria. Pues nosotros estuvimos del lado izquierdo de los ríos Magdalena y Cauca sin posibilidades de mover la economía hacia los centros de desarrollo de la parte administrativa de la república. Muy tarde se dio la construcción de puentes que permitieron una integración total.

El Académico Octavio Hernández Jiménez es un estudioso del acontecer regional, autor de una decena de obras básicas para la identidad de la región como: Sobre el habla popular en Caldas, El paladar de los caldenses, El Español en la alborada del siglo XXl, El camino Real de Occidente, La explotación del volcán, entre otros. Profesor universitario, Periodista cultural y ameno conversador, además de mecenas de jóvenes pintores de nuestro departamento.

Este su último libro, Los Caminos de la Sangre, es un aporte valioso a la caldensidad, y despierta la identidad de Viterbo en su primer centenario.

El Académico Octavio Hernández Jiménez desde el comienzo de su carrera como investigador, ha puesto sus afectos sobre su región, el Occidente del Departamento de Caldas, en la que está enclavado el municipio de San José.

Punto desde el cual redescubre la historia del vasto territorio que abarca desde la cordillera central hasta los extremos de la occidental atemperada la vista suspendida entre los riscos tenebrosos de las nevadas alturas, por la sutileza edénica del Valle del Risaralda.

Aprovechando entonces el centenario del Municipio de Viterbo que se celebró el pasado 19 de abril, publicó el libro Los Caminos de la Sangre. Un recorrido generoso por las oleadas de colonos que salieron desde muchos pueblos de Antioquia y del futuro Departamento de Caldas para asentarse en los terrenos donde el Padre Nazario Restrepo Botero fundó a Viterbo, en compañía de un grupo de personas que tenían clara la importancia de la ubicación del naciente caserío. El asentamiento tuvo muchas razones para existir: para Nazario, el acercamiento de las comunidades del occidente a Manizales como sede episcopal y para los donantes de la tierra, poner el exuberante valle a producir en los campos de la ganadería y la agricultura. Muchos motivos más se debieron haber planteado.

Octavio Hernández Jiménez como conocedor de la zona ha enumerado las familias viterbeñas indicando su procedencia, exaltando HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Octavio. Los caminos figuras importantes en campos como los de la de la sangre. Editorial Manigraf. Manizales. educación, la economía, la política, el clero, etc. 2011. Pp. 92.

IMPRE(CI)SIONES Camilo Gómez Gaviria* - Papel Salmón

Lectura y escritura Desde el momento en que hojeamos el periódico por las mañanas junto a una taza de café, pasando por los mensajes que leemos en el celular durante el día, el uso de Internet, la lectura de subtítulos en las ocasionales idas al cine, y prácticamente hasta la hora en la que antes de dormir vemos el noticiero y leemos los letreros que aparecen en las publicidades en la pantalla del televisor, la lengua escrita se nos presenta de manera natural e ineludible. Tanto es así, que a veces ni siquiera pensamos en ella, como si la lectura se hiciera invisible en ciertos contextos de la vida cotidiana. De esta forma, sólo nos percatamos del acto de leer cuando encontramos errores de ortografía en un letrero, cuando la letra de un aviso es tan pequeña que se nos dificulta la lectura, o no entendemos el sentido de alguna frase. Tal vez sólo cuando necesitamos escribir una carta, o expresar un mensaje claro y directo sirviéndonos de un lápiz y un papel (o del procesador de palabras de un computador) nos salta a la vista toda la complejidad de este sistema de comunicación y las dificultades que implica redactar correctamente un texto.

Somos una cultura basada en la escritura. De ahí la importancia que conlleva entre otras cosas el buen aprendizaje y uso de la lengua. Se trata de un ejercicio que aprendemos de pequeños y que podemos perfeccionar a lo largo de la vida. Poner por escrito un problema o sentar las bases de un proyecto en un papel, facilita la conceptualización de ideas, que se vuelven más claras tanto para quien las formula como para quien las lee.

Pero tal vez la mejor manera de aprender a escribir correctamente es creando y manteniendo hábitos de lectura. Usualmente, una persona que acostumbra leer por placer, comete menos errores a la hora de redactar un mensaje escrito que el que sólo lee por obligación o rara vez lo hace.

Utilizamos la escritura todos los días de tal manera que no nos damos cuenta de lo esencial que ha sido este invento en la historia de la humanidad. Cambió completamente la relación que sostenemos con el lenguaje, de una manera comparable al efecto que tuvo el fuego en la preparación de los alimentos que consume el ser humano para su sustento. Gracias a la escritura surgieron los géneros literarios, desprendiéndose inicialmente de la tradición oral, hasta llegar a la novela, invento que sólo podía surgir en una civilización basada en la palabra escrita, y que nos provee de uno de los mayores placeres jamás creados. *camezmigolo@hotmail.com

convocatoria Cuento y poesía La Universidad Industrial de Santander convoca al VII Concurso Nacional de libro de Cuentos y al III Concurso Nacional de libro de Poesía. Los participantes con libro de cuentos deben enviar su obra con un mínimo de 80 páginas y un máximo de 200. En poesía, el tema es libre y la obra debe tener un mínimo de 50

páginas y un máximo de 100. En ambos casos, se deben mandar original y dos copias, y anexar un disco compacto con una copia del libro. El premio para cada una de las categorías es de 5 millones de pesos. La fecha del cierre es el 2 de diciembre de 2011. Informes en http//:cultural.uis.edu.co

Director: Nicolás Restrepo Escobar Editora: Gloria Luz Ángel Echeverri Diseño: Virgilio López Arce Circula con LA PATRIA todos los domingos Cra 20 No.46-35. Tel 878 1700 Impresión: Editorial LA PATRIA S.A Portada: En sus tiempos mozos, Guillermo González Ospina era un bohemio y amigo de las tertulias literarias.

Foto/Archivo familia González Villegas/Papel Salmón