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“Debemos retrasar al máximo la edad de inicio del consumo de sustancias entre los estudiantes”

Entrevista. Autoridad nacional destacó además, la importancia del Comité Regional de Prevención y Rehabilitación que se acaba de constituir en el Maule.

TALCA. Durante esta semana, la directora del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), Natalia Riffo, visitó el Maule para participar en una serie de actividades. Una de ellas, fue la constitución del Comité Regional de Prevención y Rehabilitación y que además, va de la mano con el impulso del Plan de Acción 2024-2030 de la Estrategia Nacional de Drogas. La idea es construir una agenda regional con medidas intersectoriales que aporten a la prevención y rehabilitación.

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De lo anterior, y de la importancia de trabajar estos temas con la comunidad y de demorar el comienzo del consumo de sustancias entre los estudiantes, habló con diario La Prensa, la directora nacional de Senda, Natalia Riffo.

Se acaba de constituir el Comité Regional de Prevención y Rehabilitación del consumo de drogas. ¿Cómo va a funcionar este comité y cuáles serán sus líneas de acción?

“El Maule es la decimotercera región que constituye el Comité Regional de Prevención y Rehabilitación y eso nos tiene muy satisfechos, especialmente por el compromiso del Delegado Presidencial, Humberto Aqueveque, quien liderará este proceso junto a la Dirección Regional de Senda. Este año iniciamos el desarrollo del Plan de Acción 20242030 de la Estrategia Nacional de Drogas, para construir iniciativas de prevención y tratamiento que consideren diversos sectores, aborden la diversidad territorial e incluyan una perspectiva de género.

El Comité Regional tiene un rol crucial, ya que debe establecer una hoja de ruta a través de una agenda regional de medidas intersectoriales, que contribuyan en la prevención y rehabilitación del consumo de alcohol y otras drogas”.

También se trabajará en el diseño e implementación de un Plan de Acción en la región. ¿Este Plan tomará en cuenta la realidad local? ¿Cuál es la hoja de ruta para lograrlo?

“En el Maule, realizaremos el próximo miércoles 16 de agosto en el Centro Cultural de Constitución, el último de los Diálogos Ciudadanos. A nivel nacional, tuvimos cerca de 30 encuentros, en los que participaron más de dos mil personas que aportaron sus miradas en aspectos como prevención, rehabilitación e integración social. Creemos que es crucial escuchar las voces locales, para generar acciones y medidas que reflejen la realidad de cada lugar.

Este fue el primer paso para recoger las inquietudes locales, pero no el único. A fin de año, presentaremos el Plan de Acción 2024-2030. Este se debe traducir también en una serie de medidas que identifique el Comité Regional, a través del aporte de otras entidades servicios públicos locales y seremis como salud, educación o desarrollo social, entre otros”.

Cuando hablamos de prevención, ¿qué acciones concretas se implementan? ¿Cómo se trabaja a nivel local?

¿Cuáles son los públicos objetivos para esto?

“En el Maule, estamos presentes en 18 comunas a través de las oficinas Senda Previene, alcanzando alrededor del 90% de la población. Estas oficinas son la puerta de entrada a nuestra oferta preventiva en barrios, escuelas y lugares de trabajo.

Contamos con el programa Continuo Preventivo Online, que es 100% gratuito para cualquier colegio. Trabajamos de manera más específica con 70 establecimientos educativos de la región y más de 13 mil estudiantes. Esto nos permite construir culturas preventivas y brindar apoyo específico a niños, niñas y adolescentes, con mayores factores de riesgo asocia- dos al uso de drogas. Además, estamos trabajando con 21 organizaciones en talleres de habilidades parentales, donde brindamos herramientas a padres, madres y adultos significativos, para que sean agentes preventivos en sus comunidades.

¿Qué consumos de drogas son los que más preocupan? “Partiendo de la base de que el consumo de cualquier tipo de droga siempre implica riesgos, más que impulsar acciones específicas para prevenir el uso de una sustancia en particular, nos enfocamos en el fortalecimiento de factores protectores y reducción de los de riesgos, como trabajar habilidades sociales, fortalecer las culturas incompatibles con el uso de drogas. Esto con especial foco en niños, niñas y adolescentes. ¿Qué nos preocupa? Que debemos retrasar al máximo la edad de inicio del consumo de sustancias entre los estudiantes y abordar el consumo de sustancias en mujeres, que en población escolar supera al de hombres en las principales sustancias. Esto nos impulsa a implementar políticas preventivas con una perspectiva de género”.

En el ámbito de la rehabilitación, ¿cómo se aborda esto en la región? ¿Cómo se garantiza el acceso a la comunidad?

“Contamos con una amplia gama de programas dirigidos a población general, mujeres, adolescentes o personas en situación de calle, entre otros. En la región, tenemos más de 40 convenios con centros de tratamiento tanto públicos como privados, lo que nos permite ofrecer más de 600 cupos mensuales. Además, en el Maule estamos implementando un plan piloto con el apoyo del programa de cooperación europea, Copolad, con el objetivo de mejorar la coordinación entre distintas instituciones y brindar una respuesta integral a las necesidades de niños, niñas y adolescentes bajo la tutela del Estado.

Este modelo de trabajo esperamos poder replicarlo en otras regiones.

El Maule también se suma este año a la oferta de integración social de Senda. Contaremos con oficinas de orientación sociolaboral, que brindan herramientas para mejorar las condiciones de empleabilidad, para personas que completaron procesos de tratamiento o para generar otras fuentes de ingresos. La autonomía financiera es clave para asegurar la sostenibilidad y éxito de los procesos de tratamiento”.

Hasta hace poco, las noticias solían situar a Chile como líder en consumo de drogas en América. ¿A qué se debe esta posición? ¿Cuál es la situación actual? ¿En qué hemos fallado o qué nos ha faltado hacer como país?

“Comparar estudios entre países que usan diferentes metodologías y temporalidades no siempre es preciso. La comparación más relevante es con nuestros propios datos. ¿Qué nos dicen estos datos? Que en población escolar hubo un peak de consumo en 2015 y que desde 2017 ha comenzado a estabilizarse y disminuir. El último estudio sobre consumo de drogas en estudiantes mostró una caída en todos los tipos de sustancias, excepto los tranquilizantes sin receta médica. Esto no solo ocurrió en el Maule, sino en todo el país. Creemos que la pandemia influyó en estos datos, por lo que los recibimos con cautela y estamos trabajando para evitar un efecto rebote, que se ha visto en otros países. ¿Qué debemos hacer? Debemos recuperar el papel de la comunidad como un espacio protector para niños, niñas y adolescentes. En Senda trabajamos para fortalecer la parentalidad social, lo que implica reconocer que todos y todas somos responsables de la prevención. En nuestros barrios y escuelas, por ejemplo, los adultos debemos establecer normas comunes para el cuidado de los niños y adolescentes. En el fondo, se trata de que entre todos y todas, construir culturas preventivas incompatibles con el consumo de drogas”.

DOMINGO 19 DURANTE EL AÑO. AÑO A

Texto completo:

Mateo 14, 22-33.

1.- Jesús obliga a sus discípulos a subir a la barca. El evangelio de hoy es la continuación del evangelio del domingo anterior ( domingo décimo octavo durante el Año: Mateo 14, 13-21) y comienza con ese gesto, aparentemente extraño de Jesús: obligar a subir a sus discípulos a la barca.

¿Jesús quería ir a descansar luego? ¿necesitaba tener un rato de soledad para hacer oración y dialogar con su Padre? Si leemos el relato de la multiplicación de los panes (Mateo 14,1321) en la versión de Juan (Juan 6,1-15) vemos que

Jesús huye de las multitudes porque desean coronarlo como rey, es decir, lo ven como el Mesías político que el pueblo esperaba. Pero Jesús no acepta esta misión que el pueblo quiere imponerle pues su mesianismo no lo entiende desde el poder y el triunfo humano, sino más bien desde la figura del servidor. No es nada de raro, entonces, que sus discípulos se hayan maravillado de la fama y la popularidad que Jesús tenía sobre las muchedumbres y ellos mismos, hayan sucumbido a sus propias pretensiones mundanas de que Jesús se convirtiera realmente en el Mesías triunfante. Jesús advierte la situación y es por eso que “obliga” a sus discípulos a subirse a la barca.

2.- El mar, la barca y el miedo de los discípulos. El texto señala que la barca “era sacudida por las olas” y ya estaba muy entrada la noche (entre las 3 y 6 de la mañana). Es interesante el simbolismo del mar embravecido pues, bíblicamente hablando, las aguas que amenazan sumergir y devorar al hombre, son el símbolo de la muerte y de la destrucción total del hombre; ante esta situación solo Dios puede salvar al hombre ya que Él tiene poder sobre el mar y los vientos. Tal vez sea por eso también que aquí esté puesto el milagro de Jesús de caminar sobre las aguas ya que según el Antiguo Testamento, solo Dios puede abrir un sendero por las aguas y caminar sobre las crestas del mar (Job 9,8). Se pone así en evidencia el poder absoluto de Dios en la persona de Jesús sobre los elementos naturales. Sin embargo, los discípulos al ver caminar a Jesús por las aguas no solo se asustan, tampoco son capaces de reconocerlo. Lo confunden con un fantasma. Es tal el miedo que se colocan a gritar. El miedo los sobrepasa a tal grado que los discípulos ya no logran controlarse a sí mismos. Es el miedo más bien quien los controla a ellos, generando en su interior imágenes fantasmales.

3.- Jesús nos invita a confiar en Él. Frente a esta situación en que los discípulos se sienten desesperados, Jesús invita a sus discípulos a no temer. Jesús no solo les hace ver a sus discípulos que Él no es un fantasma. Su manera de referirse a sí mismo “Soy yo” evoca aquella revelación del Éxodo (3,14) en donde Dios se revela ante Moisés con el nombre de “Soy el que soy”, es decir, Aquél en quien pueden confiar y abandonarse totalmente porque es Dios. Los discípulos en la barca que gritan de miedo son el símbolo de cada hombre y de cada mujer que, ante lo desconocido que amenaza la vida, experimentan el temor y la desesperación pero que, confiando en la cercanía del Señor Jesús logran recuperar la confianza en Aquél que los sostiene y los puede salvar.

4.- El miedo de Pedro. Pero el relato que hoy comentamos no solo nos habla del miedo colectivo de los discípulos; también se refiere al miedo que siente Pedro que, al comenzar a caminar por las aguas empieza a hundirse. De nuevo el texto afirma que Pedro se atemoriza porque centra su mirada en el viento. Una vez más el relato insiste en que el miedo se apodera de Pedro, porque éste deja de mirar a Jesús y comienza a mirarse a sí mismo dejándose acosar por aquellas fuerzas que lo desvían de la dirección principal. El gesto de Jesús es decisivo: le tiende la mano y lo sostiene. Pedro ha confiado demasiado en sus propias fuerzas y esas mismas fuerzas no han sido capaces de sostenerlo. Solamente en Jesús puede encontrar la salvación.

5.- Ante la crisis de fe Jesús nos llama a confiar en Él Jesús llama a Pedro y a sus discípulos a no dudar, a mantener y cultivar la fe en Él. Sabemos que la experiencia de la fe no es un camino fácil para el creyente en Dios. El camino de la fe tiene más momentos de oscuridad que de luz. La cultura en la que hoy vivimos, que está construida sobre el paradigma de la ciencia, nos invita más bien a vivir desde certezas que se pueden comprobar empíricamente y que posean el estatuto de racionalidad. Desde esta perspectiva la fe religiosa tiende a ser descalificada como algo “irracional” o una “superstición”. Por eso ni ayer ni hoy ni menos mañana será fácil creer, ya que la fe misma comporta una crisis permanente. Más todavía, hoy vivimos en una sociedad en que casi ha desaparecido el tejido unitario que cohesionaba y daba sentido integral a la vida y que se llamaba cultura de “cristiandad”, en donde la fe en Dios era determinante. El relato que hoy hemos leído e interpretado nos muestra que lo más importante es creerle a Jesús y fiarse de Él. La fe en Jesús no es para el discípulo y seguidor del Señor solo un cúmulo de creencias y de verdades reveladas a las que hay que consentir con el intelecto. La fe a la que nos llama el Señor Jesús es una relación personal con Él, basada en el conocimiento y en la experiencia existencial con Él. Fe madura que está llamada a crecer aún en medio de las adversidades de la vida y que nos impulsa a seguir creyendo y esperando en Dios que nos sostiene, nos acompaña y que espera nuestra respuesta generosa y creativa.

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