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Varianza de juegos
from 30-06-2023
Estas remembranzas van especialmente para los que conservan algo de su alma de niños, y no conocieron celulares ni juegos electrónicos en su niñez.
Nuestra juventud temprana siempre tuvo el goce de ciertos juegos de destreza manual, que irrumpían y desaparecían de nuestro día a día, sin previo aviso ni acuerdo. En un plazo no mayor a dos o tres días se trasmutaba de uno a otro. El nuevo se recibía como novedad y el anterior como recuerdo hasta el próximo año. Los principales juegos eran el emboque, el run-run y el trompo y la tagua. Las bolitas, reinas de los juegos fueron conmemoradas aparte.
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Vamos a ellos. El emboque requería práctica y destreza y ello se notaba a distancia. El artefacto era de madera dura con una campana labiada unida por un cordel fino al emboque, que era el vástago sostenido por la mano del jugador en posición vertical y cuyo extremo libre calzaba perfectamente con el orificio que tenía la campana. La técnica era hacer balancear la campana para que en el extremo de uno de sus alejamientos del jugador, un tirón seco y breve la hacía girar y quedar en posición apta para que al retornar engarzara verticalmente al vástago. Ello acre- ditaba un punto; una vez con el punto ganado, el juego seguía con un movimiento vertical y algo circular de modo que separada la campana pudiera girar en 360 grados y volver a engarzarse; valía dos puntos y se repetía mientras no hubiera fallo. Una elegancia era poner la mano libre en el arco del cordel cuando la campana iba girando a su final. Esto era el nivel estándar, pero los grandes jugadores incluían pases notables, el más complejo era el mismo juego, pero inverso tomando la campana y embocando el vástago. La recompensa eran 50 puntos, ganar la competencia y ser acreditado como maestro.
Martillar sin descanso una tapa de cerveza hasta dejarla lisa, plana, redonda y afilada en su borde, para luego hacerle dos orificios en su centro. El cordel enhebrado en los agujeros y anudado en sus extremos dejaba el run-run listo para actuar. Requería solo que el dueño girara repetidas veces la cuerda para que ese enrosque acumulara la energía para desenrollarse y hacer girar la tapa de cerveza. El ímpetu de giro dependía de la tensión que se aumentaba y disminuía al ritmo del jugador. La velocidad imprimida al sistema en giro se acompañaba por
JOSÉ MANUEL LÓPEZ MORENO el silbido que el aire desplazado producía. El interés del juego era la competencia entre dos runrun, en que en forma inmisericorde cada uno pugnaba por cortar la cuerda del contrario. Todo dependía de la técnica, calidad del hilo y del filo del run-run. El trompo y su espigada pareja la tagua tenían gran respaldo. El trompo, de cuerpo más grueso y tosco era un guerrero. Su púa de sostén debía ser afilada para los menesteres del combate. La tagua era la bailarina de ballet y no oficiaba de luchadora. Era grácil y suavemente subía a la mano de su dueño cuando este lo requiriera hasta perder sus fuerzas. El inicio consistía en poner la cuerda sujeta al botón superior y enrollada cuidadosamente en el cuerpo. Al lanzarlo el giro del trompo era creciente y al llegar a tierra su baile circular continuaba. Si su dueño lo requería en su mano se transformaba en arma potencialmente letal para el congénere que estaba bailando en la pista. Dejándolo caer con fuerza en la mitad de su baile era capaz no solo de inmovilizar al contrario , sino de hacerle un daño estructural irreparable. No necesariamente el experto en el emboque era maestro en el trompo. Fueron muy buenos tiempos. mil 466 millones de metros cúbicos de agua y, a la misma fecha de 2022, había cuatro mil 92 millones de metros cúbicos, lo que significa un aumento del 34% del volumen almacenado. No obstante, el promedio histórico mensual es de cinco mil 619 millones de metros cúbicos. Aguas Andinas informó sobre el retroceso a alerta amarilla y comienzo de recuperación en reservas de agua. De todos modos, hay ocho embalses cuyo volumen actual es menor al 20% respecto a su capacidad, pero ese panorama corresponde a regiones que no fueron afectados por las lluvias desbordadas. En la Macrozona Centro (Valparaíso a Maule) el total acumulado es de tres mil 26 millones de metros cúbicos, siendo el embalse Bullileo (Región del Maule) el que presenta un porcentaje de ocupación de 100%. De hecho, es el embalse de riego con mayor ocupación del país y le sigue Convento Viejo (Región de O’Higgins) (también de riego) con 81%.
Todas estas cifras, debieran hacernos mirar al “vaso medio lleno” y recordar las gravísimas consecuencias de una sequía, que ya rebasaba con largueza más de 10 años.