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El dolor de una madre

El dolor que siente una madre privada de su libertad no tiene explicación. Soñar, ver a nuestros hijos, sentir, oler y, lamentablemente, despertar…

El dolor que siente una madre cuando tiene que reintegrarse de visita y dejar al amor de su vida ahí, en un salón, viéndola cómo se marcha. Y lo que más duele es no poder volver a secarle las

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El dolor de que pasen los años y verlos cada vez más grandes, y que sea por intermedio de una foto, eso es dolor. Escuchar su voz a través de un teléfono y tener que cortar te rompe el alma en mil pedazos. Pero todo dolor tiene su cura a su debido tiempo. Esto termina y nosotros volvemos, porque seamos lo que seamos, somos madres guerreras, y eso va a ser así siempre.

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