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LO QUE PERDÍ
from Desatadas Nº3
by Taller Colectivo de Edición: La Resistencia, Los Monstruos Tienen Miedo y Desatadas
La verdad, no sé cómo empezar a escribir o qué escribir, se me vienen tantas cosas a mi cabeza, mis hijos, mi madre, MI FAMILIA, mis amigos, mi BRUNITO (él es mi Ángel).
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Tantas cosas que perdí, pero que también me hicieron darme cuenta de muchas otras cosas. De que, hoy en día, estando aquí detenida en Ezeiza, solamente están los verdaderos, los reales, los que a veces no escuchamos y terminan siendo los únicos, LA FAMILIA.
A pesar de todo eso, siempre voy a seguir esperando a los que decían ser mis amigos (invisibles, por cierto), a los que decían que iban a estar en las buenas y en las malas, de eso solo quedaron las palabras.
Sé que afuera la vida sigue, solo deseo lo mejor para ellos.
Este año perdí mucho, perdí a mi familia, perdí a mis hijos, perdí amigos, perdí al ser que amaba, perdí mi LIBERTAD. Estoy acá, donde vos no querías verme, pensando en lo que planeábamos juntos y hoy son solo sueños rotos.
A mi familia, solo les puedo decir GRACIAS, PERDÓN y LOS
AMO, esto no es para siempre. Yo sé que algún día volveré a recuperar lo que PERDÍ.
Y a vos, mi amor eterno, te voy a llevar siempre en mi corazón, no me dejes caer y acompañame desde donde estés, MI ÁNGEL DEL CIELO.
Así es la vida, golpea fuerte, pero dicen que Dios les da sus peores batallas a sus mejores guerreros. Me considero uno de ellos, por levantarme todos los días para seguir luchando a pesar de TODO LO QUE PERDÍ.
Es como ver la vida rutinaria, querer escalar ha cia algo, tener la fuerza de voluntad, equivocarnos en el camino, cargar con esa piedra pesada en los hombros. Ser mujer es tener que llevar una vida de esfuerzos, alegrías, tristezas, pero siempre re naciendo de las cenizas, como el ave fénix, fuertes y emprendedoras.
Es demostrar que nosotras podemos, que no nos damos por vencidas. Ponerse una meta y poder lo grarla a pesar de las dificultades del día a día. Sen tirnos orgullosas por lo que hicimos y por lo que vamos a lograr. Pensar que la montaña es grande y la piedra, pesada, pero se puede lograr.
Es muy curioso cómo es que una serie de eventos aleatorios nos pueden llevar a terminar en situaciones y lugares nunca antes transitados. Resulta inevitable realizar una especie de mapa mental de lo transcurrido, pensar en lo que es, en lo que fue y lo que pudo haber sido cada situación con la que nos topamos en nuestro día a día, aunque si nos detenemos a pensar un poco, si todo fuera como solía ser antes, hoy nada sería lo que es.
Resulta bastante peligrosa, tanto como común, la práctica de aferrarnos a etapas sin dejarlas pasar a ser parte de nuestro recorrido como nuestra historia.
Con el tiempo, la nostalgia termina siendo una droga muy fuerte, cada dosis de recuerdos se vuelve más necesaria y, a su vez, va en crecimiento una especie de morbo al intentar recordar cada detalle minucioso, anhelando así experimentar una sensación de déjà vu.
Hay que aprender a aferrarse a la idea de que lo que fue, ya fue y lo que será, no será hasta que tenga que ser.