Consejos para adaptarse

/ ISAMAR VILLARROEL /

15/06/2022

A los cambios inesperados, a las visitas sorpresa, a las llamadas causales, de personas queridas o no deseadas. Pasar por momentos duros y soportar, aguantar, luego recordar y matarte de risa. Hacerles saber a todos, pero más a ti misma, que esos momentos y situaciones no pudieron contigo, no te ganaron, no te vencieron. Superaste tus expectativas, te mostraste mucho más fuerte que cualquiera, supiste escalar sobre la miseria, tristeza y maldad.

Te mantienes en una posición donde utilizas todos tus sentidos y fuerza, es como una coraza, un escudo. Ya nada te afecta, nada te llega. Aprendes a vivir con el miedo y la culpa, pero también con fe, mucha fe, la que te hace sentir viva y esperanzada.

A lo largo de nuestra vida nos encontramos en diversas situaciones, cada situación tiene su lugar, y cada lugar tiene su compañía.

Es curioso cómo después de trascender gracias a un momento hermoso, intentamos revivirlo, ya sea a través de recuerdos o intentando replicar el momento exacto, lo cual resulta imposible.

Hay que aprender a entender que nada es para siempre y que lo único realmente permanente es el cambio.

Mientras el futuro no se decide, el ahora me parece una buena opción…

Algunos esperan que el mundo se termine. Otros, que comience. Y yo ni siquiera sé de qué mundo soy.

Estoy a dieta: no me trago más sapos ni me como las lágrimas…

Lo que siento no es felicidad, es desprecio por la tristeza.

Sonreír cuando se lucha es una gran estrategia para confundir a los enemigos.

Los celos son una especie de veneno producido por el corazón.

Matan y te dejan ciega.

Debido a mi timidez, aprendí a besar con los ojos…