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el cud

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Dale campeón

Dale campeón

POR eduardo perfecto brito

No soy la verdad entre estos muros, ni la palabra callada de la conciencia. Tampoco el refugio prematuro de los pobladores de un silencio oprimido, obligado por quienes quedaron atrapados en los tiempos pasados.

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No soy el dolor de familiares, o el detenido o condenado que espera proseguir en la búsqueda de quebrantar la ley ilesamente.

Soy las paredes escritas por quienes dejaron un mensaje de aliento para quienes pretenden cambiar el paradigma vital de una sociedad que les negó el derecho a existir.

Soy los pasillos poblados de materias escolares, y conversaciones de clases, y de otro futuro donde formemos parte de quienes intentan cambiar la visión de la sociedad que hoy denigra a mis portadores de un futuro educacional o laboral distinto.

Soy las aulas pobladas del deseo de saber, del conocimiento maduro y la vocación orquestada con el ahora. Aquí estoy.

Soy las razones que salieron a flote cuando el odio y la intolerancia convierten en huérfanos a los mendigos sociales.

Soy el sueño y la voz del que no habla, del que nunca duerme, del que camina vendado con la ceguera de una justicia burlona disfrazada de bufón de corte.

Soy esperanza y verdad, maestro y alumno que hoy sonríe esperanzado en los pasillos del CUD.

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