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eric elián no dejes de soñar

No hace falta que me quieras por quererme, no hace falta que me sigas por seguir, he viajado por los campos de mis sueños, he reposado en el encanto de tu amor.

La vida va caminando como siempre, las estrellas no nos quieren alumbrar, el camino nos conduce hacia el olvido, y la noche se hace larga una vez más.

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No pienses en mí llorando, no pienses volver atrás, las cosas no vienen solas, tampoco solas se van.

Enrolando este churro, yo formulo mi canción, elevando suavemente mi alma y mi corazón, tratando de escapar, de romper estos muros, de salir de este infierno, de este mundo tan oscuro.

Han pasado muchos años y aún conmigo estás, en mi alma, en mi mente y cuando pienso en el mar. Son muchas cosas más que tengo que pasar, que al final del arco iris ahí tú estarás.

No pienses en mí volando, no pienses volver atrás, las cosas no vienen solas, tampoco solas se van.

Acá el tiempo pasa como el viento, no solo escriben, también dibujan con talento. Te la cuento porque también soy parte de esto; con letras y dibujos vamos llegando al éxito.

Esto es sencillo, con el cora real, disparando lo cierto. Y mis compañeros saben de esto, son expertos y nos admiran con respeto, peso neto.

Siempre nos va a encontrar no solo en lo real, también en lo espiritual, el que nunca va a fallar. Se llama tiempo, el que sabemos valorar y, una vez más, nos volvemos a encontrar, personajes de una historia que ya no se olvidará.

Yo, que no sabía dónde para el tren, descubrí en Devoto el Merequetengue. Lo busqué enseguida, pero no lo hallé y empecé a buscarlo una y otra vez.

No es la situación, ni la confusión, no es la doctrina, ni la represión, no es la salida, ni la solución, no es la batalla, ni la perversión, no es la letrina, ni la corrupción. Es tan solo algo que hay en la prisión.

No es el elegido, ni la elección, no es el que llega, ni la dirección, no es un asado, ni una reunión, no es un dilema, ni la indecisión, no es lo que ganaron, ni la votación, no es lo que quemaron, ni la plantación, no son las noticias, ni la televisión, no es lo que publica el diario La Nación, no son los que buscan en emigración. Y si no termino pronto esta canción, hoy tendrán que ponerme una transfusión, o que me revienten este corazón.

Esto no es rumba ni bachata con merengue que sorprende de una sociedad que es viciosa, maliciosa como el dengue. Soy el rey de Merequetengue. ¡Agua!

Un marginal desconocido seré para mi espejo, cuando salga de este agujero y alegremente lo salude; pero él no sabrá quién soy.

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