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Ciudad del paraíso
Tras un curso más compartiendo todo tipo de vicisitudes y, sobre todo, la ilusión y la misma idea sobre el instituto que queremos, el equipo directivo al completo (más dos refuerzos imprescindibles) salimos por segunda vez de nuestra zona de confort durante un fin de semana de julio. Para celebrar nuestro cariño y entendimiento en un contexto diferente, para airearnos y descansar, compartiendo un nuevo escenario.
En esta ocasión el destino elegido fue la ciudad de Málaga. Lo teníamos fácil: tierra de nuestro secretario y director del periódico Pablo Vigar, quien apenas deja pasar un día sin presumir, con razón, de su municipio de origen; ciudad también idealizada y de acogida durante ocho años en la infancia de quien esto escribe; y destino deseable de vacaciones para todos, no sólo durante el verano, ya que la capital de la Costa del Sol se ha convertido desde hace tiempo en un centro vital y cultural de primer orden, más allá de los tópicos de playa. Málaga marca el minuto; acoge, genera, es deseada, se expande como el universo; promete y cumple. Es más que una ciudad un propósito, que cada cual dibuja a su manera.
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A veces hemos bromeado con la idea de abrir una sucursal de nuestro querido periódico en Málaga. ¡Ojalá pudiéramos hacerlo realidad! Lo que sí hemos podido llevar a cabo es el ambicioso plan que Pablo trazó, y que no dejó casi detalle a la improvisación. Ya desde el tren nos tenía preparadas suculentas pruebas de conocimiento sobre la ciudad y desde que pusimos el pie en la estación María Zambrano todo fue un remolino de sorpresas y vivencias preciadas que quedarán por siempre en cada uno de nosotros.
Con esta buena y queridísima compañía y en la denodada Ciudad del Paraíso, colgada del imponente monte, apenas detenida en su vertical caída a las ondas azules y que reina intermedia en los aires –como escribiera el gran Aleixandre- no nos cabe más que esperar que ese momento de felicidad breve y compartida fuera el mejor presagio para lo que nos espera a todos en el Joaquín Rodrigo en este curso 2021-22.



El poema de Vicente Aleixandre a Málaga, Ciudad del paraíso, tallado en una pared de la ciudad.







De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Pablo, Ilija, Justo, Socorro, Mili y Juanchu en un espigón en El Palo (Málaga).