Cultura de red soledad giannetti, maria rossell y adriana benzaquen (argentina)

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CULTURA DE RED: MODELOS Y PROCESOS DE COLABORACIÓN. Por Soledad Giannetti, María Claudia Rossell y Adriana Benzaquen

Arquitectura de la colaboración En la introducción a Evly, primera red social de crowdsourcing, se plantea: “Crowdsourcing es pensar que es más fácil para mil personas hacer una cosa por ti que intentar hacer mil cosas tu solo”i http://www.evly.com/crowdsourcing.htm

Etimológicamente la palabra colaborar proviene de la conjunción entre la acción de laborar, trabajar, y el prefijo co que denota convergencia, reunión. Colaborar es trabajar unos junto con otros. Confrontando y coincidiendo. También hablamos de colaboración cuando, desde un colectivo, se ayuda a una persona a resolver algo que se le dificulta o que no puede hacer solo. Colaborar es una modalidad de trabajo que existe en todas las culturas. Ayni, minga, minka, cayapa, son distintas maneras que existen en nuestra región de nombrar procesos a través de los cuales miembros de una comunidad trabajan en forma cooperativa en una tarea, bien sea para satisfacer una necesidad individual o colectiva. Para Cultura Senda y la RSD colaborar implica un nuevo saber hacer con otros, valorizando “el saber de los comunes”, el vínculo entre pares, la construcción colectiva de estos saberes, bajo formatos de red o procesos colectivos. La colaboración como sistema de trabajo, como modalidad para favorecer la innovación en proyectos, procesos y organizaciones, favoreciendo el surgimiento de organizaciones “más inteligentes”ii. Cuando nosotros proponemos modelos y procesos de colaboración lo hacemos pensando que éste es el punto de partida. La colaboración como condición inicial, como escenario a partir del cual comenzamos a construir proyectos. Si colaboración es la manera como enunciamos el proceso por el cual se involucra el trabajo de varias personas para resolver cuestiones que no podría hacer uno solo; pensar y aplicar una nueva “arquitectura de la colaboración” implica construir una modalidad específica de trabajar, de relacionarnos, de producir conocimiento, de aprender, pensando en maneras nuevas, no obvias, complejas, de combinar antiguos y nuevos conocimientos.

Los dilemas de la colaboración En su libro Multitudes Inteligentesiii Howard Rheingold analiza el uso de los recursos comunes y la capacidad humana para colaborar. Uno de los estudios a los que el autor apela para desarrollar la necesidad de generar criterios para que un proceso de colaboración sea exitoso, es el realizado en 1990 por la socióloga Elinor Ostrom, quién realizó varios estudios en distintas comunidades para analizar el comportamiento respecto del uso de recursos comunes. Se desprende de su análisis que, en general, la colaboración necesita de criterios claros que permitan el proceso: la identidad, la reputación, los límites, los incentivos al compromiso y el castigo parecen ser algunos de estos recursos críticos comunes necesarios para posibilitar la colaboración.

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Al comparar estas comunidades Ostrom averiguó que los grupos capaces de organizar y controlar su conducta colectiva se regían por varios principios:  el grupo que colabora entre sí define claramente sus límites,  las normas que rigen el uso de los bienes colectivos tienen en cuenta las necesidades y condiciones del lugar (contexto),  existen normas para controlar la conducta de los miembros y los propios miembros de la comunidad ejercen dicho control,  se emplea un sistema de sanciones graduado, los miembros de la comunidad tienen acceso a mecanismos poco costosos de resolución de conflictos. (Rheingold: 2002) Rheingold también hace referencia a otras tesis que tratan sobre el dilema de la colaboración: -El planteo de Kropotkin sobre la cooperación vs la tendencia darwiniana a la competencia: Kropotkin afirmaba que la cooperación se observa con frecuencia en el reino animal, y partiendo de esto defendió “el apoyo mutuo como factor de evolución” (título de su famoso libro), mientras que en su época otros autores como Thomas Huxley defendían la teoría darwiniana que identificaba la rivalidad como el estímulo más importante de la evolución. En efecto, años después, se han corroborado muchas de las ideas de Kropotkin; la simbiosis y la cooperación se observan desde la célula hasta en el ecosistema. Él también sostenía que los humanos estaban predispuestos a ayudarse sin coacción autoritaria, argumentando que el pueblo ya se comportaba así antes del surgimiento del Estado como ente regulatorio. -El planteo de Thomas Hobbes: quién sostenía que los seres humanos son tan competitivos que sólo cooperan con un rival más fuerte para establecer una tregua. Lo cual es refutado por distintos autores que aseguran que sí es posible colaborar estableciendo contratos sociales. En el juego de la colaboración es importante tener en cuenta que hay muchos cooperadores contingentes dispuestos a colaborar mientras lo haga la mayoría. Rheingold menciona por ejemplo el dilema del prisionero y la tragedia de los comunes para llegar a algunas consideraciones interesantes sobre la colaboracióniv.

El “dilema del prisionero” es aquel donde prima la desconfianza entre las personas, y esta desconfianza gana por sobre la posibilidad de confiar y colaborar con el otro. También cita el ejemplo de la tragedia de los comunes, planteada por Garret Hardin, quien a partir de un ejemplo estudiado por él entre campesinos que hacen pastar al ganado, explica: “cada hombre está encerrado en un sistema que lo impulsa a incrementar su ganado ilimitadamente en un mundo limitado. La ruina es el destino hacia el que corren todos los hombres, cada uno buscando su mejor provecho en un mundo que cree en la libertad de los recursos comunes. La libertad de los recursos comunes deriva en ruina para todos”. (Rheingold: 2002)

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Con esta idea es inevitable preguntarse: ¿ante la tentación de comportarse de modo egoísta, como se logra la cooperación? ¿es necesario recortar la libertad a través de algún tipo de autoridad normativa?

Ambientes y paisajes fértiles para la innovación Modelos de organización en la era de la colaboración “Nos gusta pensar que la invención es un momento de creación, cuando llega la idea inspiradora, que hay un momento de nacimiento cuando surge la idea. La verdad es que la mayoría de la creatividad es acumulativa y colaborativa. Como Wikipedia, que se desarrolla en un largo tiempo”, reflexiona Leadbeater. La noción de innovación tiene en su origen contemporáneo un sentido estrictamente económico, desarrollado por Schumpeter y otros autores. En un estudio realizado sobre la genealogía del término innovación realizado por Yproductionsv, se lee que: “la innovación es la economización de la creatividad social. La creatividad se convierte en innovación si de alguna manera llega a algún mercado. Entendemos por Creatividad social a la forma de designar una nueva fuente de recursos apropiables por la producción, que es la capacidad misma de los sujetos de crear”. Existen muchas acepciones del término, pero resaltamos el hecho de que esta creatividad social supone un excelente sustrato que favorece los procesos de producción de innovación. Para que esta creatividad se convierta en innovación, debe ser capitalizada por alguien (y ese alguien generalmente son las empresas, porque la innovación es una de las determinantes del futuro del mercado) y se entiende como un recurso que puede ser explotado o utilizado con fines políticos o económicos. Para hacer de esta creatividad una fuente de innovación es necesario crear canales para acceder a ella. En el caso de la cultura, estos canales se presentarán de formas muy diferentes, ya sea como incubadoras de proyectos culturales, políticas públicas específicas, programas de acercamiento a empresas, crowdsourcing, etc. Es en la “nueva economía” (de la que hablamos en la clase 2) en donde esta posibilidad de apropiación de la creatividad para la generación de innovación, cobra mayor fuerza. La reproducción de una economía guiada bajo el principio de escasez y de propiedad privada, pese al origen reproducible y común de estos recursos (creatividad/conocimiento), así como la paulatina precarización del trabajo, y su consecuente desregulación social, han sido algunos de los frentes de lucha de quienes entienden el actual orden de cosas como una nueva posibilidad de explotación y gobernanza. Nuestra propuesta es que miremos el fenómeno nuevamente desde sus dos caras. Steven Johnson, en “Where good ideas come from?”vi se pregunta: ¿de dónde vienen las buenas ideas? ¿Cuáles son los ambientes que propician niveles inusuales de innovación, de creatividad? ¿Existen patrones que podemos descubrir para favorecer espacios de creatividad? La idea, ¿es una cosa aislada? El autor declara la importancia de generar ambientes preparados que favorecen la innovación. En general las buenas ideas son un conjunto de ideas que ya estaban allí, tomamos ideas de otras personas, de las que hemos aprendido, las entretejemos de nuevas formas y creamos algo nuevo. Allí es cuando la innovación sucede. Las ideas innovadoras en general tienen largos períodos de incubación. Por esta característica de ser procesos largos, que se activan en nuestro encuentro con otros, es que la colaboración como modelo de trabajo es propicio para

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que la innovación surja; son las conexiones, el flujo contante entre proyectos, actores, ideas, lo que puede provocar coaliciones que causen movimientos innovadores. Por esto, en estos procesos se habla de la innovación como contexto y no como objeto; un contexto tan poroso y flexible que permite que los proyectos estén abiertos a posibilidades de cambio tanto en la infraestructura como en los objetivos o en la organización. Estas concepciones de innovación como contexto son denominadas por algunos autores como cultura de la innovación, que entiende a esta no como la producción de objetos innovadores, sino como la construcción de una cultura específica, que se servirá de diferentes medios para intentar implementar este cambio de paradigma y por ende de mentalidad social. Nos preguntamos si podría sostenerse en el tiempo un sistema voluntario, o hará falta en algún momento estructurar y costear este proceso. ¿Podemos organizarnos nosotros mismos sin crear organizaciones? La idea de la creatividad de masas (según el desarrollo de Leadbeater) problematiza la idea de que la innovación es un ejercicio que tan solo pueden llegar a ejecutar los científicos o especialistas: Muy por el contrario, Leadbeater considera que la creatividad y el potencial de innovación están contenidos dentro de lo social. Él describe la sociedad de la innovación masiva como un lugar en el que la creatividad y la innovación son actividades cotidianas, practicadas en numerosos lugares por muchas personas (Yproductions: 2009). El autor habla de una revolución de los pro-amsvii (grupos auto-organizados en función de un interés en particular que, desde el colectivo, desarrollan innovación, aplicada a productos y situaciones en forma voluntaria) que genera un cambio en la historia. “Estamos siendo testigos de este modelo de auto-organización, de abajo hacia arriba, echando por tierra las categorías de profesional vs. amateur, lo cual deberá ser repensado”. ¿Cuáles serían nuevos modelos de organización posibles, a partir de la premisa de la colaboración, y de la innovación como contexto? Existen planteos radicales, que decretan el final de la institución (como formato de trabajo y participación) o el desecho de la planificación como herramienta estratégica por la acción coordinada en tiempo real, gracias al uso de las herramientas virtuales. Clay Shirky viii se posiciona sobre este tema en su charla “Institutions versus collaboration” y plantea que en la era de la web 2.0 los costos de comunicación intra-grupal, gracias a la aplicación de las TICS, bajaron muchísimo, por lo cual una nueva opción es la de incluir la coordinación en la infraestructura.

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Y esto plantea la pregunta ¿porqué querrías renunciar a gran parte del valor proporcionado por un número grande de colaboradores? Claramente, si un sistema desperdicia el saber del 80% de los colaboradores, algo está mal. Bajo el enfoque colaborativo la pregunta no es entonces cuán valiosos son los colaboradores sino más bien cuán valiosa es su contribución. La tensión es aquí entre la institución como facilitadora y la institución como obstáculo. En estos contextos de creatividad-colaboración, es esta interconexión de aportaciones, asociación entre colaboradores, lo que brinda nuevas condiciones de posibilidad. Creemos interesante indagar, pensar, inventar e innovar para que, buscando el modelo que mejor responda a nuestro proyecto, podamos tornar nuestras organizaciones en organizaciones más inteligentes. La pregunta sería entonces ¿cómo se generan organizaciones inteligentes que puedan capitalizar una mayor cantidad de voces y saberes, dejándose permear por el entorno y sin diluirse por ello en espacios totalmente abiertos, no institucionales? La noción de apertura al medio, al contexto, es básica para introducir la noción de innovación abierta como metodología de trabajo. La innovación abierta es una metodología que utiliza intencionalmente las entradas y salidas de conocimiento en un determinado sistema para acelerar los cambios y ampliar el número de agentes que se ven implicados en el diseño/desarrollo/acceso a nuevos procesos/servicios/productos generados por/en ese sistema. El marco de la innovación abierta supone, por tanto, que estos procesos pueden y deben emplear indistintamente las ideas externas e internas para acelerar la adaptación a nuevas situaciones en entornos cambiantes (Cultura -abierta:2011). Un escenario de este tipo, llamado ecosistema de innovación abiertaix, se define mediante tres aspectos clave: • Entornos de colaboración: Los modelos de innovación abierta desdibujan las dimensiones dentro/fuera de la organización. No hay un límite definido sobre lo que queda dentro y lo que sale al exterior. Todos los elementos que tienen parte en la acción son compartidos y dispuestos de manera que puedan ser utilizados por todos los agentes participantes. • Estructura reticular, funcionamiento de red, como modelo de organización más adecuado para diseñar organizaciones que pretenden seguir los principios de la innovación abierta. • Gestión de la propiedad compartida: No es posible colaborar en la generación de conocimiento sin establecer previamente una base para compartir los principios que sustentan ese conocimiento, ya sean estos materiales y tangibles o intelectuales e intangibles. Aspectos como el licenciamiento y la gestión restrictiva de la propiedad intelectual cuando se trata de contenidos o patentes cerradas cuando hablamos de productos, se muestran como contrarios a la lógica de la innovación abierta. Corresponden a otra fase de la producción industrial y empresarial caracterizada por la “innovación cerrada”. Algo está claro, para promover la colaboración y con ella los procesos de innovación se necesita considerar dos dimensiones: el escenario y la estrategia de comunicación sobre la que se desarrolla la red social; las reglas de juego que generan la propia red social, las condiciones de interacción y colaboración. Una organización abierta constituye una plataforma para la práctica social, un interfaz en donde las relaciones se realizan gracias a un entramado de tecnologías que permiten

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interactuar entre sí a personas y objetos, alejándose de los clásicos enfoques burocráticoadministrativos. Bajo la lógica del ecosistema de innovación abierto, el proceso de producción se convierte en un “fin en sí mismo”, lo que supone asumir que el valor no está necesariamente en 'algo' fijo, estable. Esta concepción desplaza el valor hacia al proceso, a la fuerza de los prototipos, de la fase beta, a modelos inacabados y abiertos a la construcción colectiva, en “beta-permanente” (Cultura- abierta: 2011).

Colaboración y nuevas tecnologías En la clase 2, revisamos y problematizamos la propuesta de Howard Rheingold, quien nos acerca el término de Multitudes Inteligentes abordado, justamente, a partir de la realidad/virtual que nos atraviesa. Decíamos entonces que estos sistemas de comunicación que posibilitan otros modos de organización, contribuirán a coordinar acciones con otros ciudadanos del mundo, pero también con las personas del entorno más próximo, lo cual es, si cabe, lo más importante. La fuerza de las multitudes inteligentes proviene, en parte, de la penetración de las nuevas tecnologías informáticas y de telecomunicaciones en las antiguas prácticas de asociación y cooperación” (Rheingold: 2004). El autor se preguntaba en el año 1992: ¿qué aportan las comunidades virtuales para que el individuo comparta constantemente información con personas a las que nunca les ha visto la cara? Marc Smith, un sociólogo investigador de Microsoft, le respondió años después: “capital de red social, capital de conocimiento, y comunión”, es decir, el individuo deposita parte de sus conocimientos y estados de ánimo en la red y a cambio obtiene mayores cantidades de conocimiento y oportunidades de sociabilidad. Cada vez que un medio de comunicación reduce el coste de resolución de los dilemas de acción colectiva (que se entienden como la perpetua búsqueda del equilibrio entre los intereses personales y los bienes públicos), mayor es el número de personas que pueden crear un fondo común de recursos públicos (un bien público es un recurso del que todos podemos beneficiarnos tanto si hemos contribuido a crearlo como si no) (Rheingold: 2004). La interacción sin el contacto cara a cara tiene sus riesgos, no sólo hablamos de las realidades virtuales que pueden generarse e inventarse a partir de esta virtualidad (la cultura del nickname vs honestidad, una de las razones por las cuales los sistemas de reputación existen) sino que cualquiera que haya vivido un malentendido a través del correo electrónico, o de un mensaje de texto sabe que al no tener los matices, énfasis, la expresión facial, el contacto ocular, la percepción de los tonos de voz, etc. aumenta la posibilidad de conflicto por malos entendidos. No sustituimos el cara a cara en los procesos de construcción de confianza para la colaboración, pero si adherimos al potencial que tienen en nuestro contexto el uso de estas tecnologías para multiplicar la eficiencia, potenciar recursos, etc., así como la posibilidad que estas mismas tecnologías brindan de ampliar los alcances de los intercambios y procesos de colaboración en escalas mucho mayores. Uno de los aspectos centrales en estos procesos, ya sean mediados o no por tecnología, es la reputación, la trayectoria que cada individuo lleva consigo y que los demás inspeccionan de forma rutinaria para decidir su valor. Algunos de los sistemas actuales de reputación en red, son tecnologías informáticas que permiten manipular un rasgo antiguo y esencial de un modo nuevo y sumamente poderoso. Estos generan un soporte de confianza para el uso de las tecnologías. La reputación constituye el punto de convergencia entre la tecnología y la cooperación; necesitas saber en quien puedes confiar para emprender una colaboración, y de qué modo puedes advertirle a los demás sobre la existencia de lo que se denomina los francotiradores, que no son más que

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quiénes disfrutan de un bien público sin aportar absolutamente nada al colectivo, o consumen en exceso con el riesgo de agotar los recursos colectivos (Rheingold: 2004). Con la aparición de la web 2.0 muchas cosas han cambiado radicalmente. El surgimiento de tecnologías, plataformas y aplicaciones colaborativas, nos permiten que las propias herramientas sean aliadas fundamentales de esta otra lógica de trabajo, de la instalación de una cultura de la colaboración. Y entonces, ¿cómo funciona la colaboración cuando está mediada y atravesada por tecnología? ¿Qué implican estos procesos? Tenemos un ejemplo comparando simplemente los cambios en términos de comunicación y participación que ocurrieron con el paso de la web 1.0 a la web 2.0, como muestra la tabla a continuaciónx: Web 1.0

Web 2.0 Paradigmas

Uno- a- muchos Publicar Contenidos iguales para todos los usuarios Información aislada en sitios webs

Muchos-a muchos Participar Contenidos Contenidos personalizados par cada usuario

Contenido interconectados (RSS) por medio de tags Producción individual/institucional Producción colectiva Valor de la información Valor de la interconexión (sindicación) Usos Usuario lee y navega Usuario lee, navega y produce información Interconexión usuarios/información Interconexión usuarios/información/objetos/procesos Infraestructura Directorios (taxonomias a cargo del Tagging a cargo del usuario (folcsonomía) productor) Cliente- servidor Entre pares P2P Géneros o tipos de web Sitios “vidriera” Aplicaciones web Sistemas de gestión d e contenidos Wikis Webs personales Blogs Ejemplos Doublé Click Google <<ad <sense Ofoto Flickr Mp3.com Napster Británica en línea Wikipedia Y qué viene después… la web 3.0? Hace 20 años, Tim Berners-Lee inventó la World Wide Web. Para su próximo proyecto, está construyendo una web para datos enlazados y abiertos que pueda hacer con los números lo que la Web hizo con las palabras, las imágenes y el video: desbloquear nuestros datos y repensar la forma en que los usamos. Qué tal si en vez de colgar documentos, colgáramos datos? Cómo se transformarían los niveles de colaboración? El autor, propone Linked Dataxi, es decir, datos enlazados. Los documentos los lees, los datos, los transformas. Aunque los datos no pueden usarse por si solos, gobiernan gran parte de nuestra vida, porque siempre hay alguien que los toma, los conecta y hace algo con ellos. Y aquí plantea un cambio de mirada y de lógica: si

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todos colocáramos datos en la web, y pudiéramos acceder a aquello previo a la conformación del documento, ¿qué cambios tendríamos? La cosa con los datos es que mientras más relacionados estén, más poderosos son. Necesitamos datos sin modificar. Mucho del estado del conocimiento de la humanidad esta en estos momentos en forma de datos no procesados y sin compartir. La posibilidad de hacer otras preguntas y que las repuestas vinculen información de diversos ámbitos tiene un potencial enorme, es un cambio radical en las formas de comprensión, y por supuesto implican niveles de colaboración totales y esto nos involucra a todos. Los datos son relaciones, las relaciones y las asociaciones son información! La idea implica entonces que cada quién pueda hacer su pequeño o gran aporte, para construir algo mayor todo conectado; todo el mundo haciendo una parte. Si no tengo mucha información que poner, puedo contribuir pidiéndola, haciendo las preguntas. El cambio está en valorar no la cantidad de datos sino el valor que dá la posibilidad de conectarlos. Cuando conectas datos tienes poder…y esto definitivamente habla de una nueva arquitectura de lo relacional… y de un potencial de cambio en los alcances y objetivos de la colaboración. ECONOMÍA Y COLABORACIÓN Estos nuevos ambientes y modelos, son parte de la nueva economía que va acompañada del surgimiento de los prosumidores (productor-consumidor), que a cambio de recompensas simbólicas participan en los procesos de producción y creación de valor de las empresas o del crowdsourcing, sistema por el cual en lugar de subcontratar servicios a otras empresas especializadas (outsourcing) se invita a la participación abierta a voluntarios para resolver problemas específicos a cambio de “premios por superar el reto”. (YProductions: 2009) ¿Cómo este modelo genera conocimiento? ¿Es lícito que las empresas se apoderen de él con fines comerciales? ¿Cómo utilizar el modelo para fines creativos? Masacrítica xii realizó un video al respecto. En él se explica cómo, en la historia de la humanidad, la masa dependía de la proximidad. Teníamos que estar juntos, físicamente, para formar una multitud. De pronto, con internet estamos capacitados para crear una masa virtual: mucha gente que se reúne virtualmente con una misma misión: las comunidades son capaces de formarse por un interés compartido, un hobby, un oficio, un arte. En el video refieren al ejemplo de Mechanical Turk, tecnología que acumula gran capacidad mental de miles de personas para lograr realizar tareas complejas. Ahora, la pregunta que surge, como anunciamos antes, es si este sistema pone en riesgo la estabilidad laboral, o genera en un punto precariedad laboral, ya que dejan de ser necesarios los equipos de empleados pagos. Adriá Rodríguez de Alós, de Universidad Nómada, comenta que, a través de esta modalidad, las empresas ven una posibilidad de capturar, en forma gratuita, el conocimiento, la información, la capacidad cooperativa y productiva que tiene el cuerpo social. Un ejemplo es el caso de Fiat con el proyecto “Fiat Mío”. Fiat lanza una propuesta a través de internet para que la gente proponga ideas para el nuevo coche. Y lanza la propuesta a través de un dispositivo de creative commons, para un coche que es entonces también creative commons, aunque Fiat mantiene el monopolio de la producción física del auto. Este ejemplo es perfecto para evidenciar las contradicciones que mencionábamos antes entre quienes ven estas prácticas como procesos de democratización frente a quienes creen que estos nuevos modelos constituyen una nueva maniobra del capitalismo para capturar la productividad de agentes externos a las empresas, ganando de esta manera competitividad a través de la implementación de dinámicas de bajo coste (cuando no completamente gratuitas) en gran medida potenciadas por la integración de la web 2.0.

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El mercado puede propiciar condiciones, financiar procesos, y muchas otras cosas para intentar propiciar la innovación, impulsarla, capitalizarla, pero tal y como dice Barberoxiii,”el mercado no puede engendrar innovación social, porque esta presupone diferencias y solidaridades no funcionales, resistencias y disidencias, y el mercado trabaja únicamente con rentabilidad”. Resulta pertinente entonces abrir un debate en torno a la captura y aprovechamiento de todo este potencial viendo los límites entre participación y trabajo. Debemos pensar maneras de colectivizar esta creatividad para que pueda revertir de forma beneficiosa en el grueso de la sociedad, entendiendo la creatividad como motor de la innovación social, alimentando los comunes, y apostando a la mayor cantidad de intercambios p2p. Empresas y procomún: otro formato posible Otra vertiente también interesante de mencionar dentro de lo que son organizaciones abiertas son las empresas que generan sistemas de apertura en distintos niveles. No significa necesariamente que los productos o contenidos que generen sean de libre acceso, pero puede haber apertura en los modelos de organización, en formas de comunicación y en ocasiones en las licencias que aplican a sus productos. En 2010 el Medialab Prado realizó el taller “Empresas del Procomún”xiv para pensar estas y otras relaciones posibles entre el mundo empresarial y lo común (entendiéndolo como “un concepto amplio que no implica sólo un conjunto de bienes o cosas tangibles sino que puede estar constituido por ideas, sensaciones y otros intangibles que vertebran y son capaces de establecer comunidades”, en palabras de Amador Fernández Savaterxv). Se define a ‘Empresas del Procomún’ (EdP) como un conjunto de prácticas socio-culturales que pese a tener una vertiente empresarial, no responden a los modelos u objetivos que tradicionalmente se articulan bajo la forma empresa. YProductions, por ejemplo, es una empresa que se centra en asesoría, formación y producción de eventos en el ámbito cultural. El procomún del que se nutre YP es el conocimiento y los saberes generados por una comunidad amplia. Desde el núcleo de la empresa, se tomó la decisión de poner bajo licencias libres todos los proyectos de investigación que YP fuera generando, como manera de asegurar un retorno al espacio del que la empresa extrae su materia prima. El modelo de negocio de la empresa no está entonces basado en tener exclusividad sobre los conocimientos generados, sino en servicios derivados de esos conocimientos. Lo cual nos lleva al tema de aprendizaje colaborativo y producción colectiva de conocimiento, que desarrollaremos en el próximo apartado. Aprendiendo a colaborar y colaborando para aprender “En un proceso de aprendizaje colaborativo, las partes se comprometen a aprender algo juntos. Lo que debe ser aprendido sólo puede conseguirse si el trabajo del grupo es realizado en colaboración. Es el grupo el que decide cómo realizar la tarea, qué procedimientos adoptar, cómo dividir el trabajo, las tareas a realizar. La comunicación y la negociación son claves en este proceso” Begoña Gros Profundicemos en el uso de las nuevas tecnologías, no sólo para informarnos, conectarnos, colaborarnos, intercambiar, sino además para aprender y producir en forma colaborativa nuevos conocimientos. Aprender a colaborar y colaborar para aprender….

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Como ya hemos explicado, el curso apuesta a generar procesos de construcción colaborativa del conocimiento y a incorporar nuevas formas de aprender en un mundo interconectado. Uno de los beneficios que se obtienen con esta modalidad de trabajo, son las conexiones que se generan al interactuar unos con otros, es decir, que mas allá de la información y herramientas brindadas en los diversos módulos, proponemos un intercambio fructífero a través de los foros, tanto desde la plataforma movimiento.org para quienes siguen el curso con tutoría, como quienes lo hacen en forma independiente desde el blog. El primer foro de discusión que armamos desde el blog fue justamente: “¿Conocés la propuesta del aprendizaje colaborativo? ¿Qué opinas de esta tendencia de aprendizaje? ¿Has tenido algún tipo de experiencia en este sentido? ¿Qué otros formatos de intercambio de conocimiento te imaginas que pudieran darse en el marco del curso para impulsar el intercambio entre pares?”. Han sido muy ricos los aportes de los participantes, por lo cual recuperamos en este texto algunas reflexiones sobre el tema. Partiendo de la filosofía, como ya hemos manifestado desde el principio, de recuperar el saber de los comunes. En relación al origen del AC, está claro que no es un hecho nuevo. En la historia de la humanidad el trabajar y aprender juntos es algo bastamente difundido, pese a que recién a fines del siglo XX surge el concepto, transformándose en un tema de estudio sobre el que se ha teorizado bastante. Sin embargo, es en nuestros días cuando esta manera de aprender cobra mayor relevancia, lo cual está directamente relacionado a la revolución tecnológica. Hablamos de un nuevo entorno electrónico de aprendizaje, que pone en red simultáneamente a millones de personas, sin considerar distancias, ni importar su lugar de residencia. El nuevo entorno tecnológico, especialmente la web 2.0 posibilita además la interactividad y el sincronismo. Destacamos además que el AC cobra relevancia en un contexto sociocultural donde se valoriza no sólo qué aprendemos sino también cómo aprendemos (con otros) y dónde aprendemos (en la red). Todo proceso llevado a cabo por el hombre requiere de una cantidad de vínculos, relaciones con el entorno y consigo mismo, es una experiencia temporal, en la que se organizan capacidades y medios, estados de consciencia y estados afectivos. En este sentido, en el afectivo, es donde se evidencia un fuerte potencial en el AC, la persona, “yo”, estoy afectivamente activa, pasa por mi lo que en otros casos de aprendizaje (relativo) pasa por el afuera. Los procesos de AC nos afectan, nos acercan, nos despiertan. El gran desafío del AC es animarse a posicionarnos en un rol de miembro activo de una red. Leadbeater, comenta que la creatividad de masas explotará en sociedades en las que los sistemas educativos estén basados en la curiosidad, fomenten altos niveles de automotivación y promuevan la colaboración entre estudiantes. Esto implica un cambio radical en la forma en que se conciben las estructuras educativas. Considera que este nuevo régimen educativo ha de integrar muchos de los valores que tradicionalmente se asocian a movimientos o colectivos auto-gestionados. Dicha situación se percibe de forma clara cuando propone que imaginemos un sistema educativo para personas que han crecido usando, e-bay, google, myspace, wikipedia: proyectos participativos, personalizados y colaborativos y siempre disponibles (Yprodctions:2009). Implantar procesos de aprendizaje colaborativo, p2p, no siempre es fácil, ya que las estructuras jerárquicas de enseñanza están “tatuadas en nuestro ser” y hace que los asistentes a un taller esperen pasivamente a que el "maestro" transmita y lleve la batuta. En este sentido, el AC transita el camino inverso, tendiendo a un aprendizaje emancipador, que favorece un compromiso con el aprendizaje propio pero también con el del otro. Co-creación y

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co-transformación del conocimiento son parte de un experimento de colaboración e intercambio. Si bien sigue existiendo una primera persona que "enseña", o pone en juego nuevos contenidos, la diferencia radica en el proceso posterior que es enriquecido, porque los participantes del grupo también tienen la posibilidad de modificar ese "saber" y aportar otros puntos de vista y conocimientos. Luz María Zañartu Correa en “Aprendizaje colaborativo: una nueva forma de Diálogo Interpersonal y en Red”xvi-texto recomendado por uno de los participantes del foro- describe claramente algunas de las características claves para el aprendizaje en colaboración: “Es necesario que haya a)Interactividad. No puede haber aprendizaje colaborativo sin la interacción de las partes. El aprendizaje se produce en la intervención entre dos y más, mediado por un intercambio de opiniones y puntos de vista. La importancia de esta interacción no es la cantidad de intercambios e intervenciones que se produzcan, sino el grado de influencia que tiene la interacción en el proceso cognitivo y de aprendizaje del compañero. b) Sincronía de la interacción. Cuando pensamos en el uso de las tecnologías de la información para aprender, vemos que existen dos momentos significativos en el proceso de aprendizaje. Aquél que es sincrónico, y que requiere de respuestas inmediatas, al igual que un diálogo en vivo, o una conversación presencial, en la cual los dos agentes se retroalimentan y las palabras del uno gatillan al otro nuevas ideas y respuestas. Sin embargo, al crear nuevo conocimiento, al construir juntos también corresponde una segunda fase, más reflexiva que pertenece al mundo individual. En esta etapa de reflexión del aprendizaje colaborativo entra a intervenir la comunicación asincrónica. A través de ella, y tras una asimilación del conocimiento adquirido, el sujeto podrá aportar resultados más concluyentes. El construir conocimiento, no sólo es un proceso social, sino también tiene un carácter individual de reflexión y de interiorización, que valida el espacio asincrónico de la comunicación. c) Negociación. Es un proceso por el cual dos o más personas intentan superficialmente o en conciencia, obtener consentimiento y acuerdos en relación a una idea, tarea o problema. La negociación es un elemento distintivo de las interacciones colaborativas, y tiene especial importancia cuando se trata de negociar significados. La principal diferencia entre la interacción colaborativa y aquella que es jerarquizada, reside en que el sujeto involucrado, no impone su visión por el sólo hecho de tener autoridad, sino que el gran desafío es argumentar según su punto de vista, justificar, negociar e intentar convencer a sus pares. Zañartu Correa agrega que “en el aprendizaje colaborativo se estimula la iniciativa individual, los integrantes del grupo participan con sus habilidades en la toma de decisiones, a la vez que se despierta la motivación de todos los miembros del grupo favoreciendo una mejor productividad. Se incentiva el desarrollo de pensamiento crítico, se fortalece el sentimiento de solidaridad y respeto mutuo, a la vez que disminuyen los sentimientos de aislamiento”. Cerramos la reflexión con un aporte de otra compañera del foro: “Las tecnologías p2p permiten que se establezcan estas nuevas conversaciones entre agentes que previamente no habían tenido oportunidad de intervenir en el diálogo común. Pero el empowerment y la emancipación también producen nuevas responsabilidades, tanto individuales como colectivas, que debemos (re)aprender a asumir”.

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Una mirada desde el sur… Dicen que la necesidad es la madre de las innovaciones. Ante las diversas desigualdades, hombres y mujeres de todas partes del mundo se han visto obligados a crear fórmulas de trabajo colectivo que les permitan resolver y solventar problemas. Es así como se han asumido temas de servicios básicos en barrios populares, alimentación en comedores populares, el financiamiento en las cooperativas, entre otros. Estas prácticas de resistencia y construcción buscan mejorar las condiciones de vida, y en muchos casos se han hecho recreando relaciones ancestrales de reciprocidad, cooperación y ayuda mutua. En Venezuela por ejemplo, la Cayapaxvii se utiliza para describir el proceso a través del cual miembros de una comunidad trabajan en forma cooperativa en una tarea, bien sea para satisfacer una necesidad individual o colectiva. El origen de este tipo de trabajo es muy antiguo y corresponde a economías que no conocían el dinero, por lo que la única mercancía de intercambio era el trabajo individual. El término representa la concepción del trabajo cooperativo más antiguo y estable en el tiempo de la población indígena americana. En la actualidad esta fórmula se mantiene con relecturas desde lo urbano; y mucho de la autoconstrucción popular se hace bajo esta figura, de hecho el mismo Estado venezolano ha desarrollado programas como la Cayapa Socialista, en donde por ejemplo el Estado entrega materiales de construcción, y se organizan Cayapas para ejecutar la obra de forma colectiva y voluntaria para la propia comunidad; la autoconstrucción no es el único uso actual. En Perú, la minka (quechua) o mingaxviii, es una antigua tradición de trabajo comunitario o colectivo con fines de utilidad social. Es un sistema que se usa en Latinoamérica desde la época precolombina. Puede tener diferentes finalidades de utilidad comunitaria como la construcción de edificios públicos o ir en beneficio de una persona o familia, como al hacerse una cosecha de papas u otro producto agrícola, entre otras, siempre con una retribución para quienes han ayudado. Se practica principalmente en Perú, Ecuador, Bolivia y Chile. También hay comunidades en Colombia que han trascendido el concepto a un plano político, al organizarse socialmente para la reivindicación de sus derechos. Con estos ejemplos queremos evidenciar que desde las formas menos institucionalizadas hasta sus actualización y reapropiación por nuevos sectores, existe una amplia tradición de trabajar de forma colaborativa. Una de las características más valiosas de estas fórmulas implica que los intercambios son entre pares, sin mediación del estado o el mercado, sino que son una forma analógica de los formatos de intercambio p2p, en donde los que las impulsan son los mismos que reciben el impacto. Entonces, cómo podemos extrapolar estas ideas en la era de la conectividad? ¿Cómo estas fórmulas pueden ser un punto de partida para otras formas de entender y propiciar procesos de colaboración? ¿Cómo estas fórmulas pudieran reinterpretarse y ampliar su alcance con el uso de las tic´s? En Senda creemos que rescatando claves de estas formulas y recombinándolas con las herramientas actuales podemos proponer otras nuevos modos de gestión y producción colectiva. Por ejemplo, en términos de intercambio de conocimiento estos formatos tienen mucho que decirnos, ya que la creación colectiva pasa por un pienso colectivo, una especie de cayapa en donde todos aportamos y el resultado nos beneficia a todos y alimenta los comunes. De igual manera podríamos pensarnos que una lectura del crowdsourcing desde esta lógica pudiera funcionar como un vente tu de ideas, que nos aportaran soluciones

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colectivas. Procesos de código abierto con la lógica de que el impacto siga siendo social, siga siendo común, de propiedad colectiva. Una de las compañeras, comentó en el foro de la primera clase que, tenemos una debilidad, y es que estamos muy acostumbrados a las estructuras jerárquicas. “Aunque estoy segura de que esto podrá subsanarse con el tiempo y la práctica, por ahora, esto influye mucho en la dinámica de una red porque nos sentimos inseguros. Es necesario reconocer que, así como las nuevas tecnologías nos pillaron crecidos y en vez de nativos fuimos inmigrantes -por lo que tenemos ciertas resistencias a pesar de lo amantes que podamos ser de las NTIC's- el trabajo en red también implica un cambio de lógicas muy grande. Tengo esperanza en que las nuevas generaciones nazcan con el chip del trabajo en red”. “Colaborar no nos hace mejores personas, pero sí aporta para que, entre todos, descubramos nuevos modelos de trabajar, de generar riqueza, de investigar, para el beneficio colectivo. Sumarse a esta metodología de trabajo es una elección. Como en su momento lo fue sumarse al “método científico”, lo cual aportó en muchos campos soluciones trascendentes. Tal vez el método de trabajo en colaboración es el camino para aportarnos soluciones a nuevos problemas, mediado por las TICS”. (Rheingold: 2005)

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http://www.evly.com/crowdsourcing.htm

ii

De qué hablamos cuando hablamos de inteligencia? La palabra inteligencia proviene del latín, intellegentia, que proviene de intellegere, término compuesto de inter 'entre' y legere 'leer, escoger', por lo que, etimológicamente, inteligente es quien sabe leer o escoger. iii

Rheingold, H.(2002). Multitudes inteligentes. La próxima revolución social. Editorial Gedisa, serie:

Cibercultura. iv

El dilema del prisionero y la tragedia de los comunes teoría de los juegos no son respuestas a las preguntas que plantea la cooperación sino instrumentos para entender la dinámica social humana. Estas herramientas abren nuevas vías para conjeturar el tipo de conducta grupal que puede desarrollarse con las tecnologías de las multitudes inteligentes(2005) http://www.ted.com/talks/lang/eng/howard_rheingold_on_collaboration.html. v

Y productios. Llovera, E.; Martinez, R.; Piazuelo, C.; Rowan, J.(2009) Innovación en cultura. Una aproximación crítica a la genealogía y usos del concepto. Edición: Traficantes de sueños. http://www.ypsite.net/investigacion.php?id=1 vi

http://www.ted.com/talks/lang/eng/steven_johnson_where_good_ideas_come_from.html (2010) A menudo las personas dan crédito de sus ideas a momentos "eureka". Pero Steven Johnson nos muestra que la historia dice algo diferente. Su recorrido fascinante nos lleva desde las "redes líquidas", los cafés de Londres y las corazonadas lentas, de largo alcance, de Charles Darwin hasta la web actual de alta velocidad. vii

http://www.ted.com/talks/lang/eng/charles_leadbeater_on_innovation.html (2005) En esta charla aparentemente casual, Charles Leadbater entreteje un sólido argumento acerca de la innovación y de cómo ésta ya no es sólo para los profesionales. Amateurs apasionados, armados con nuevas herramientas, están creando productos y paradigmas que las empresas por sí solas no pueden hacer viii

http://www.ted.com/talks/lang/eng/clay_shirky_on_institutions_versus_collaboration.html En esta charla visionaria del año 2005, Clay Shirky muestra cómo grupos cerrados y compañías darán paso a redes más laxas, donde pequeñas contribuciones juegan un rol importante y la cooperación fluida reemplaza formas rígidas de planeación. ix

http://cultura-abierta.blogspot.com/2011/03/semana-5-innovacion-abierta-y-gestion.html. (2011) Cultura-abierta. x

Scolari, C.(2008). Hipermediaciones. Elementos para una teoría de la comunicación digital interactiva. Editorial Gedisa Serie: Cibercultura xi

http://www.ted.com/talks/lang/eng/tim_berners_lee_on_the_next_web.html (2209)

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http://vimeo.com/21133368 . Primera cápsula centrada en el crowdsourcing que forma parte del proyecto Masacritica de zzzinc.net Investigación integrada en el programa del CCCB_lab cccb.org/lab/ es/ xiii

Martín-Barbero, Jesús (1987). De los medios a las mediaciones. México: Gustavo Gili

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TALLER ʻEMPRESAS DEL PROCOMÚNʼ/ 2010. Realizado durante los días 10, 11 y 12 de Noviembre del 2010 dentro del proyecto de investigación colectiva www.empresasdelprocomun.net. Esta iniciativa forma parte del Laboratorio del Procomún de Medialab Prado.

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vídeo Amador Fernández Savater: http://www.eoi.es/mediateca/?videoid=545

xvi

Contexto Educativo, revista digital de educación y nuevas tecnologías. Numero 28 Año V. http://contexto-educativo.com.ar/2003/4/nota-02.htm

xvii

http://es.wikipedia.org/wiki/Cayapa_(cooperativa)

xviii

http://es.wikipedia.org/wiki/Minga

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