Hacia una nueva cultura de red soledad giannetti, maria rossell y adriana benzaquen (argentina)

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Clase 5 Hacia una nueva Cultura de Red Soledad Giannetti, Adriana Benzaquen y María Claudia Rossell    

Otra reflexión en torno a la idea de RED. Interpretación libre: la teoría del actor-red. Hacia una nueva Cultura de Red. ¿Por qué cultura de red y no cultura en red? Inter-medio. Co- laboración entre diversos saberes, experiencias, territorios e intereses. Trabajo multiactoral y multiescala. La Red Sudamericana de Danza: Un territorio devenido red.

En el primer módulo presentamos una introducción a las redes en el contexto de América Latina y describimos distintos procesos políticos, económicos, tecnológicos y sociales que favorecen su desarrollo. Expusimos también la idea de sociedad red, revolución 2.0. y la mirada específica que dentro del planteo de redes asume la concepción PPGA. En la clase anterior iniciamos la reflexión abriendo un abanico de posibilidades y tendencias sobre colaboración, y presentamos algunas ideas sobre cómo las nuevas tecnologías de la comunicación habilitan el trabajo en organizaciones y proyectos. En esta clase nos interesa presentar la mirada de Cultura Senda sobre el trabajo en red, para profundizar un poco más sobre cómo es posible dar impulso a procesos colaborativos, es decir: ¿Cómo, desde una cultura de red, es posible incidir en procesos de distinta escala? ¿Qué son y para qué sirven las tecnologías de red? ¿Cómo rastrear estos procesos? ¿Cómo generar acciones coordinadas a nivel presencial y virtual? ¿Qué podemos aprender de la experiencia RSD? Otra reflexión en torno a la idea de RED En la clase 2 Mariana Segura plantea que no hay una única definición o modo de comprender las redes, aunque sí algunos rasgos que aparecen comúnmente en las organizaciones que se autodenominan de red. Dice, “las redes están en permanente flujo, reconstruyéndose a sí mismas, construyéndose en interconexiones”. Efectivamente, las redes son las conexiones rastreables (identificables) cuando impulsamos un trabajo compartido. A partir de esa idea queremos profundizar en cómo la colaboración es posible y a través de qué mecanismos se efectiviza. Para eso presentamos en primer lugar algunas de las ideas expuestas por Bruno Latour en su libro Reensamblar lo social, y luego la propuesta de Cultura Senda sobre Cultura y tecnologías de red. Al final no son más que otros modos de abordar el tema y tratar, cada vez más, de facilitar información que cada uno pueda utilizar. Interpretación libre: la teoría del actor-red En su libro “Reensamblar lo social. Una introducción a la teoría del actor-red”, Latour propone antes que nada una reflexión sobre el objeto de estudio de la sociología, lo social y la sociedad. A partir de una extensa crítica al modo en que tradicionalmente se ha construido conocimiento desde esta disciplina, Latour propone pasar de una sociología de lo social a una sociología de las asociaciones.

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Este nuevo planteo pone en el centro del debate a los actores y las diversas formas de agencia que asumimos, es decir, a nuestra capacidad de actuar y dejar rastro. ¿Y qué es dejar rastro? Es dejar una huella de nuestras acciones. Estas marcas visibles, mecanismos de conexión, serán analizadas a través de las tecnologías de red, ya que ellas nos ayudan a ver cómo crear y mantener el flujo activo (red). Si bien Latour no analiza las redes como un formato de organización determinado, sus aportes son fundamentales para comprender que el centro de la red -cómo él lo llama-, es el órgano de la voluntad. Por eso hablar de red es hablar de la capacidad de cada actor de hacer que los otros actores hagan cosas inesperadas, porque si los actores son “quiénes hacen cosas, entonces si hacen algo tienen que incidir” (pág. 221). Así, actor es quién provoca un efecto, y la red es por tanto energía, movimiento y especificidad (de la conexión, del movimiento provocado), es el rastro que deja un agente en movimiento. “En realidad deberíamos decir red de trabajo en vez de red, ya que es el trabajo del movimiento, el flujo y los cambios lo que debe subrayarse” (pág.207). Según el autor, red es una expresión que sirve para verificar cuanta energía, movimiento y especificidad somos capaces de generar. Por eso la red de trabajo permitiría ver la labor que se realiza al construir una red. Todo esto significa entonces poner la atención en las conexiones generadas y en las transformaciones que éstas producen en nosotros y en otros. Y como sabemos las conexiones no ocurren solas, son provocadas, requieren un esfuerzo, nuestro esfuerzo. Entonces, si los procesos de red existen en la medida en que existen procesos de articulación y asociación entre personas, podemos decir que las redes existen siempre y cuando compartimos un proceso de trabajo y cuando hay flujo de intercambio y comunicación. Estos postulados se suman a las ideas presentadas en las clases anteriores y a todas las teorías que hablan de redes, incluso las presentadas anteriormente con el problema del mundo pequeño. En Cultura Senda creemos que todas estas posturas son válidas y aportan algún nivel de claridad al estudio de las redes, aunque como nosotros nos dedicamos a desarrollar tecnologías de red, usaremos esta mirada (basada en los postulados de Latour) para presentar lo que es el centro de nuestra apuesta: instalar cada vez más una cultura de red. Las tecnologías de red describen los mecanismos y arte_factos a través de los cuales la cultura de red se materializa, porque Tecnología es “una característica propia del ser humano consistente en la capacidad para construir una gran variedad de objetos, máquinas y herramientas, así como el desarrollo y perfección en el modo de fabricarlos y emplearlos". Hacia una nueva Cultura de Red “Pensar, crear y actuar en red, afecta sustancialmente a nuestra manera de estar en el mundo. Las redes son tan antiguas como las religiones, pero las herramientas cognitivas disponibles y las nuevas tecnologías de la información, revelan un territorio sin cartografías definitivas”1 . ¿Por qué cultura de red y no cultura en red? Si CULTURA es -según palabras de Toni Puig Picart- la capacidad que tenemos para crear, para inventar, para construir, para mantener, para rediseñar atmósferas para más humanidad avanzada, para la vida que queremos vivir en la vida, personal y comúnmente (apuesta de 1

Juan Insúa, en http://www.redinterlocal.org/Redes-procesos-y-plataformas

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futuro), entonces CULTURA DE RED implica -necesariamente- trascender el campo meramente artístico. Es preocuparse por generar más y mejores conexiones. Para Cultura Senda hablar de cultura de red es instalar una nueva mirada basada en los valores de solidaridad, colaboración, articulación, creatividad e innovación. Es una forma de pensar la asociación entre actores y proyectos, generando nuevos contextos a partir de un conjunto de estrategias (discursos, dispositivos, acciones y programas) creadas con el fin de generar nuevas condiciones para la colaboración. Su construcción se servirá de diferentes medios para impulsar un cambio de actitud general, creando nuevos espacios y comunidades clave para la transformación social. Cultura de red plantea nuevos elementos para una arquitectura de lo relacional, y es por eso que se pregunta cómo comienza a instalarse la lógica de red y colaboración a todo nivel. E implica pensar en un diseño proyectual y prospectivo que debe ser asumido con anticipación (si como dice Latour los actores tienen capacidad de hacer cosas e incidir, podemos proyectar, anticipar escenarios nuevos, que sólo sucederán si nosotros los hacemos suceder. Habrá que imaginar otros futuros posibles y trabajar para concretarlos. Las redes y los procesos de colaboración necesitan trabajo porque de lo contrario, la inercia nos lleva nuevamente al campo de lo individual, en solitario, al “sálvese quien pueda”. La difusión e implementación de las tecnologías de red, así como el surgimiento de colectivos inteligentes trabajando articuladamente por todo el mundo favorece que cada vez más proyectos, personas y organizaciones impulsen una cultura de red. Esta situación genera como resultado nuevos mapas territoriales y mentales: nuevos territorios (simbólicos, políticos, de acción y cooperación). Ya veremos, al analizar las tecnologías de red y las estrategias de trabajo multiescala cómo se generan estas nuevas condiciones para la acción. Somos actores o no somos (quiénes conformarán la red) En una red, no somos simplemente puntos, nodos fijos, ocupantes de un lugar, somos actores, pero esto ¿qué significa? La red y los procesos de colaboración se van haciendo y rehaciendo constantemente. El actor deja rastro, y eso es lo que produce información. El actor no es algo transparente que transporta sin deformación la información, sino que la trans-forma en su proceso de actuar. Si un actor no provoca efecto alguno ¡entonces no es un actor!. Un intermediario, en cambio, es aquel que transporta significado, reproduce sin cambio, replica sin modificaciones, diluye las traducciones y las convierte en meros desplazamientos. Los mediadores transforman, traducen, distorsionan y modifican el significado o los elementos que se supone que deben transportar. Su especificidad debe tomarse en cuenta cada vez. Los mediadores son complejidad, y remiten al trazo que pone en red los dispersos, distintos y alejados, puntos y líneas que tejen un mapa. Por eso es en la conexión donde está la clave. Los mediadores son los actantes en el ensamblaje, no son meros reproductores, son creadores de posibilidades, de sinapsis2. 2

El término proviene de la biología y significa la articulación interneuronal que permite el paso del impulso nervioso desde una célula nerviosa a otra.

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Algunas ideas hilvanadas por Cultura Senda, surgidas del Foro sobre multiplicación publicado en el blog de REM 2.0: La multiplicación es más que replicar porque prolifera creativamente de acuerdo a las condiciones de contexto, no es nunca clonar una cosa, sino manifestar la percepción conjunta de una diversidad de estímulos en una propuesta donde se encuentran. Un multiplicador es una figura exponencial, implica más que repetir, busca potenciar al máximo un saber, un querer saber, un andar en un saber. Genera resonancias que van más allá de su propio nivel de interacción, como círculos que se expanden alejándose del centro y generando nuevas interacciones. Anulando los centros, o mejor dicho expandiendo el centro de tal manera que todos quepamos en él, que todos decidamos, que todos actuemos. Adapta, amplía y traduce creativamente los recursos-informaciones para generar acciones cada vez más ricas y complejas que puedan generar la confluencia de flujos. Es un tejedor, un agente de decisión, de elección de una dirección entre muchas posibles, es como un neurotransmisor que permite que la experiencia viaje de un lugar a otro (del cuerpo de la persona, de la sociedad…), sin ser reproducción exacta y fiel. Isto é ter habilidades de estabelecer conexões e encontros entre pessoas, ideias, contextos e ser capaz deixar seu potencial se desdobrar, como também de fomentar potenciais e possibilidades não tão aparentes nesses encontros. Al re-leerlos, pareciera entonces que la idea de multiplicador y mediador se encuentran, se complementan, se conjugan. Ese es nuestro rol, por eso la mediación y no la intermediación. En este sentido, la metodología se basa en el verbo compartir-traducir y la red es su forma natural. Por otra parte, la posición dentro de la articulación nunca es neutra ya que implica necesariamente una serie de alianzas y oposiciones. Desde nuestra posición-flujo-movimiento en el ensamblaje elaboramos constantemente nuestra mirada, y decidimos qué ponemos en contacto y con quiénes. No olvidemos por lo tanto, que las zonas de contacto son siempre selectivas: lo que ahí se ponga en juego responderá a un posicionamiento ético-político. Entonces, la red sería una herramienta que nos ayuda a describir y representar este despliegue de mediaciones, negociaciones–movimientos que implican decisiones colectivas y flujos de traducciones constantes. Los grupos, las asociaciones, los procesos de colaboración, la red, dependen del movimiento. Si un bailarín deja de bailar se terminó el baile, igual pasa con la red.3 Inter- medio Co- laboración entre diversos saberes, experiencias, territorios e intereses. En esta clase hemos planteado que en un proceso de trabajo en red el actor -actuando como mediador- transforma lo que transporta y conecta con otro, y que esto se denomina traducción. Boaventura de Souza Santos, en Una Epistemología del Sur, nos habla de “la recuperación de los saberes y prácticas de los grupos sociales que, debido al capitalismo y a los procesos coloniales, fueron histórica y sociológicamente colocados en posición de ser apenas objetos o 3

Bruno Latour, Reensamblar lo social. Una introducción a la teoría del actor-red. (pag 61)

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materia prima de los saberes dominantes (Epistemología del Norte), considerados durante siglos y siglos como los únicos válidos. Se trata de subvertir modos de entendimiento del mundo en los que está implícita una lógica binaria, combativa, intolerante y con pretensiones de universalidad”. Sin intención de simplificar el planteamiento de Boaventura, intentaremos plantear las dos fórmulas de traducción que él propone como herramienta indiscutible para los procesos de transformación global, en el marco de lo que para nosotros son procesos de colaboración. El trabajo de traducción para este autor (procedimiento que permite crear inteligibilidad recíproca entre las experiencias del mundo, tanto las disponibles como las posibles, es decir la posibilidad de entendernos) incide tanto en los saberes como en las prácticas (y sus agentes)4. La traducción entre saberes consiste en un trabajo de interpretación entre dos o más culturas con el objetivo de identificar preocupaciones semejantes, y las diferentes respuestas que proporcionan. En algunos casos este tipo de traducción se asemeja a la propuesta de la mediación cultural, que en reconocimiento de las diferencias culturales intenta generar puentes de comprensión mutua. Esto parte de la idea de que todas las culturas son incompletas y, por lo tanto pueden ser enriquecidas por el diálogo y por la confrontación con otras culturas. Aterrizando un poco esta idea, supongamos que en el marco de este curso surgiera una idea de proyecto y decidieras impulsarla junto con otros compañeros a nivel regional; o supongamos que ya están inmersos en un proyecto de esa escala. ¿Qué datos importantes deberían tener en cuenta que pudieran trabar o fortalecer el proceso de colaboración? Hablamos de lenguaje, de costumbres, de maneras de relacionarnos, de nombrar las cosas. Hablamos de tonos, de lo gestual, de idiosincrasias, de maneras de pensar la política, etc.5. La traducción entre prácticas sociales y sus agentes se basa en conocimientos, y en este sentido son también prácticas de saber. Sin embargo, al incidir sobre las prácticas, el trabajo de traducción intenta crear inteligibilidad recíproca entre formas de organización y entre objetivos de acción. La especificidad del trabajo de traducción entre prácticas y sus agentes se hace más evidente en situaciones en que los saberes que informan de diferentes prácticas son menos distintos que las prácticas en sí mismas. Un ejemplo es cuando se intenta traducir las formas de organización y los objetivos de acción de dos movimientos sociales, por ejemplo movimiento obrero y movimiento feminista, y se intenta generar un programa conjunto. Sólo a través de esta inteligibilidad recíproca entre las prácticas será posible evaluar y definir posibles alianzas entre ambas. Para que la articulación-conexión sea posible, es necesario que puedan traducirse. El trabajo de traducción tiende a esclarecer lo que une y lo que separa los diferentes movimientos, organizaciones, propuestas y las diferentes prácticas, de modo que determina las posibilidades y los límites de la articulación o agregación de los mismos. Y esta agregación nace desde abajo y es la única alternativa posible a una agregación desde arriba impuesta por una teoría general o un actor social privilegiado. Es simultáneamente un trabajo intelectual, un

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Boaventura de Souza Santos. Una Epistemología del Sur. (pag. 137) En un ejercicio realizado por Ma. Claudia Rossell con un conjunto de compañeros en el marco del Postgrado de Gestión y Cooperación internacional, en la universidad de Barcelona, después de que se presentaran varios conflictos generados por problemas de comprensión mutua, se propuso hacer una especie de ficha país de traducción sobre algunas cosas que cada uno hace o que le generaban ruido al otro, o que el otro interpretaba mal y que afectaban la posibilidad de trabajar colectivamente. 5

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trabajo político y también un trabajo emocional porque presupone un inconformismo ante el carácter incompleto de un conocimiento o una práctica dada. Una cultura de red y de colaboración implica funcionar con otra lógica diferente a la razón de estado y a la razón de mercado y requiere que realmente se trate de un cambio de paradigma a escala global. Y esto dependerá de la posibilidad de traducción de prácticas no hegemónicas y de su capacidad de unirse para lograr una solidaridad duradera. Es, ni más ni menos, preguntarnos si vale la pena el esfuerzo de entendernos entre distintos, de consensuar puntos medios entre necesidades parecidas, hacer el esfuerzo extra de trabajar con otros entendiendo que hay un resultado también superador. El problema de la coordinación de acciones multiescala La globalización impacta, entre otros aspectos, a un nivel muy personal, y modifica nuestra capacidad de coordinar acciones con semejantes dispersos en el globo. Los autores del libro Funky Business proponen una nueva forma de entender la generación de comunidades: “El territorio Funky (como ellos lo llaman) se estructura biográficamente. Las nuevas tribus son internacionales y se forman con la gente que es importante para uno, no importa dónde se encuentren, debido a la globalización y digitalización, el lugar ya no es totalmente relevante”6. Nuestras prácticas coordinadas y articuladas cambian en la medida en que la nueva cultura de red potencia la manera de hacer cosas juntos, como plantea H. Rheingold, a escalas y modos que antes no eran posibles: es interesante entender en qué medida las tecnologías han posibilitado la evolución del tamaño máximo del grupo social operativo, desde las tribus, hasta los países y las coaliciones globales. El salto del clan, a la tribu, al país, al mercado y a la red tiene una característica común: amplificaron el modo en que los individuos nos pensamos y comunicamos, expandiéndose la capacidad de compartir lo que cada uno sabe. Es a través de la acción coordinada de grupos y distintos formatos de comunicación, que los procesos de colaboración son posibles. Esta coordinación se concreta en el trabajo de red y es además lo que permite, al menos en forma potencial, un trabajo multiescalar (con impacto local, regional y global en forma simultánea). La articulación a través de redes y procesos colectivos con impacto multiescalar al mismo tiempo que enriquece los resultados y optimiza los esfuerzos, complejiza el escenario de acción. Porque existen factores como la distancia geográfica, el costo económico que supone establecer vínculos regionales, la comunicación en escenarios de diversidad cultural, el ensamble de requerimientos locales y regionales, el equilibrio necesario entre autonomía local y consensos regionales. Es bueno saber y ponderar costos y beneficios. Para nosotros la ganancia es claramente mayor, pero vale la aclaración. Nos permitimos dudar entonces sobre la posibilidad de elegir una determinada escala en la cual trabajar y participar, ya que aún cuando decidamos hacerlo en un ámbito local, lo global nos atraviesa, nos conecta, nos re-vincula, nos proyecta, nos encuentra. El trabajo local, en una ciudad o microrregión, está en principio relacionado con situaciones presenciales, ya que por una proximidad geográfica es más fácil que los actores de un proceso puedan juntarse. Sin embargo es innegable el impacto de las TICS en este plano, ya que estas siguen presentes y activas, aún para el encuentro con aquellos más próximos físicamente. Es por eso que Cultura Senda propone una mirada multiescalar sobre cada proceso. 6

Funky Business. El talento mueve al capital (pag 123).

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El pensarnos en una realidad-virtualidad –a la vez latinoamericana, nacional, regional y localnos permite complejizar y enriquecer la mirada que tenemos sobre nuestra organización y sobre nuestros proyectos, ya que pone en perspectiva la diversidad de recursos y vínculos posibles, con otros grupos, organizaciones y propuestas ancladas territorialmente o no. El problema de la coordinación de actores A esto se suma la complejidad del entramado, del trabajo multiactoral, es decir, la multiplicidad de actores parte en el proceso de acción coordinado. Nos referimos a organizaciones comunitarias, sociales, instituciones públicas, privadas, empresas, sector académico, confluyendo en proyectos y organizaciones de red. ¿Cuál es el valor agregado de diseñar proyectos colectivos con múltiples formatos de trabajo (presenciales y virtuales) y una perspectiva multiactoral? Funky Business nos da una clave: sumemos heterogeneidad. Complejicemos nuestros escenarios. “No esperen demasiadas innovaciones de un proyecto en el cual el 90 por 100 de sus integrantes son del mismo sexo, tienen una edad parecida, una educación equiparable, visten de forma similar y juegan todos al golf”7. Para trabajar en red hay que desarrollar nuevas capacidades. Además, ¿cómo trabajar desde la diversidad si no concebimos y preparamos escenarios diversos? Es necesario contemplar en el diseño mismo de red una multiplicidad de personas, grupos e instituciones porque esto garantizará un nivel de complejidad semejante al que encontramos en cada contexto (ciudad, país) y favorecerá sus condiciones de posibilidad, ya que desde un primer momento habrán sido contemplados una mayoría de deseos, intereses, riesgos y recursos necesarios. Si la heterogeneidad es parte de la vida, de nuestros entornos, ¿por qué pensar entonces proyectos que no la contemplen? Funky Business nos ofrece algunas ideas generales que justifican las virtudes de la heterogeneidad en la conformación de equipos: “La falta de diversidad suele provocar un ´estreñimiento intelectual´ y del trabajo en equipo. Si sabemos lo que piensa el otro, ¿qué sentido tiene entablar una conversación? Desde el punto de vista de la innovación, los opuestos se atraen. La novedad es el resultado de las discordancias y la tensión constructiva. Para asegurarnos el éxito es preciso que la complejidad del entorno se refleje en la composición de la organización o proyecto”. 8 Como planteaba Mariana Segura en la clase 2 en torno a las comunidades de práctica y equipos ensamblados: “un principio básico que suele ser distintivo del trabajo en red es la falta de jerarquía entre sus miembros, que redunda en la ausencia de autoridad para regular sus relaciones. Aparece en cambio, un trabajo con otros que va conformando una comunidad de práctica. Esta práctica está sustentada en una visión compartida que va definiendo el acometer conjunto, y se expresa en la constitución de reglas de actuación consensuadas”. Hacemos referencia a la comunidad de práctica, o las nuevas tribus biográficas que caracterizan al territorio Funky, porque es vital, en procesos coordinados de trabajo, entender que solo serán posibles si existe esta visión compartida.

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Funky Business (pag 171) Funky Business (pag 170)

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La sostenibilidad de procesos de colaboración será posible si entendemos que la calidad de los vínculos que establecemos es importante. Nos ponemos de acuerdo en lo que queremos hacer juntos pero también en cómo lo haremos. Porque quien concreta procesos coordinados son personas. Grupos. Y en el caso de procesos multiescalares, son equipos e intereses ensamblados. Coordinación a la distancia o dentro de la misma localidad Tecnologías de red Ya repetimos hasta el cansancio que las redes sociales, mediadas o no por tecnología, tienen un potencial de transformación social indiscutible y son -desde nuestra perspectiva- más que un fin en sí mismas una “herramienta para” dicha transformación. Esta forma de interacción y organización social no reduce complejidad sino que la aprovecha para su construcción permanente, para la potenciación de recursos y para re-pensarse y re-aprenderse. Constituye una apuesta, un desafío más que una certeza. Un proceso de búsqueda constante. En este tránsito, las nuevas tecnologías aportan positivamente al desarrollo de formas de organización, coordinación e intercambio de información con mayores niveles de cooperación. De esta manera las redes, a través de su multiplicidad de actores, tienen una alta capacidad de incidir en distintos sectores de la sociedad. Pero ¿cómo rastrear estas incidencias? Mariana Segura, justamente hablaba de la “debilidad” de las redes, por su manera informal de presentarse, de cobrar legitimidad y visibilidad ante otros actores sociales, tanto públicos como privados. Veremos que esta pregunta surge también en el proceso de crecimiento y reconfiguración de la Red Sudamericana de Danza presentado al final de la clase. Las nuevas tecnologías nos permiten ser tanto replicadores/as (intermediarios) como multiplicadores (mediadores) a gran escala. Las posibilidades que brindan muchas de las herramientas digitales potencian nuestra voz y permiten que nuestras experiencias sirvan a otros, que se enriquezcan por las diferentes miradas y se adapten a nuevos contextos y realidades. Entonces, si coordinar es conectar medios y esfuerzos para una acción común, la capacidad de gestionar estas interdependencias mutuas y positivas se amplía a través de la comunicación virtual entre proyectos, reconfigurando además las posibilidades de trazar y rastrear nuevas cartografías. Algunos ejemplos de trabajo coordinado con mediación virtual podrían ser: la aplicación del etiquetado para coordinar tareas de archivo y documentación, el armado de comunidades de intereses a través de plataformas y programas como Flickr, Facebook, Ning y otras redes sociales, la existencia de herramientas y programas para el trabajo en equipo a distancia, como Teamness, Google docs, Google maps, etc. Pero ¿cómo ensamblar equipos a la distancia? Como generar mecanismos de articulación sostenibles en el tiempo? Nuevamente necesitaremos de herramientas de gestión, de comunicación, para lo cual debemos convertir ideas en herramientas. Incluir en esta “cultura” de red el desarrollo de “tecnologías” de red para materializar el proceso. Para Cultura Senda tecnologías de red son justamente eso: ideas, herramientas y artefactos que vienen a materializar la cultura de red. Son claves para que las organizaciones se repiensen y reconfiguren bajo nuevos formatos; para que las personas comprendan cómo situarse en la complejidad de estos equipos reensamblados, para que los proyectos puedan dar respuesta a esta multiplicidad de requerimientos y necesidades locales y regionales al mismo tiempo. Aplicando estas tecnologías de red será posible que se “vuelvan visibles los rastros que dejan los agentes en movimiento (transformación, movimiento, energía, esfuerzo)”, como decíamos anteriormente.

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Las personas que trabajan en un marco de colaboración desarrollan dependencias mutuas que tienen que ver con varios elementos: conocimientos, capacidades, recursos e infraestructuras. Por eso, las Tecnologías de red son, en un sentido amplio, tecnologías de la colaboración. Entre las herramientas de coordinación sé incluyen la planificación del trabajo en grupo, la gestión de proyectos distribuida, aplicaciones y herramientas de navegación compartidas. La función de estas herramientas es ayudar a gestionar las interdependencias, lo que implica la creación de una infraestructura distribuida y avanzada, así como la posibilidad de acceder a ella; infraestructura que emplea tecnologías de información y nuevos medios con el fin de superar las limitaciones en materia de tiempo y espacio y que además asiste al trabajo intelectual en grupo. La Red Sudamericana de Danza: Un territorio devenido red En esta última parte de la clase queremos compartir un adelanto de lo que será el libro “Territorios en Red” que recupera la experiencia de diez años de trabajo de la Red Sudamericana de Danza. En el capítulo “Metodología. Definiciones: por reacción o por afirmación” un grupo de participantes de la red, reunido en la ciudad de Buenos Aires en 2010 reflexiona sobre el proceso de trabajo, intentando comprender las lógicas que prevalecieron en cada etapa; cómo lo colaborativo y asociativo se fueron instalando; los intereses y las tensiones que entran en juego en este proyecto regional que, desde un primer momento se concibió como red. “Metodología. Definiciones: por reacción o por afirmación” Este capítulo analiza la ingeniería RSD, el camino y la estructura que sostiene todas las acciones realizadas, actuales y por venir. Principio de conexión La Metodología -según Bruno Latour9- es una guía de viaje (nos muestra dónde viajar y qué es lo que vale la pena ver allí). ¿Y por qué hablar de metodología? Porque “rescatamos la importancia del cómo hacer: comprobar que la metodología es lo que uno hace, no es algo externo, sino parte de su propia conformación futura. Es el modo de ser en el hacer, por decirlo de algún modo”10. “En las redes PPGA11 estamos convencidos que creación e invención son el puente entre el presente y el futuro. Lo que está sucediendo ahora es la materialización de ciertos pensamientos y acciones del pasado. Las luchas presentes, el debate del hoy tendrá repercusión en el futuro; algunas de las ideas puestas en juego ahora se materializarán más adelante, serán de alguna forma parte de la realidad que aun no llegó”12. Aunque la RSD ha optado por utilizar la metodología Gestión Asociada y Planificación 9

Bruno Latour, Reensamblar lo social. Una introducción a la teoría del actor-red, Ed. Manantial, Buenos Aires, 2008. 10 Entrevista a Lucía Russo, miembro RSD. 11 Planificación participativa y gestión asociada, metodología desarrollada por H. Poggiese (FLACSO Argentina). Para más información ver http://flacso.org.ar/investigacion_ayp_contenido.php?ID=17 12 Héctor Poggiese, Crear escenarios de propósitos múltiples como prácticas embrionarias de trasformación social, http://flacso.org.ar/investigacion_ayp_contenido.php?ID=17&I=4

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Participativa impulsada por FLACSO Argentina -modalidad que le ha permitido llevar adelante acciones y proyectos multiactorales con interesantes resultados- esta organización de la sociedad civil no escapa a un momento histórico, y las transformaciones generadas por su trabajo conviven y se relacionan con los obstáculos y posibilidades del ámbito latinoamericano, porque las redes construyen identidades que al igual que la danza, dicen del tiempo que les toca vivir. Por eso “toda elección de una metodología significa la puesta en práctica de una determinada concepción. Las metodologías no son neutras, y en todo caso, siempre van a estar referenciadas a un modelo de cómo se quiere intervenir en los procesos decisorios. Respecto a metodologías participativas cuando se elige una de ellas se está prefigurando un determinado modo de proceder y de producir los acontecimientos que se suceden entre los intervinientes y es en ese sentido que puede afirmarse que toda elección metodológica es una decisión estratégica”13. Una red emergente ¿contraria a la intuición? Salvo en el campo de las grandes producciones artísticas de la danza, no existía en la región sudamericana intercambio en escalas productivas medianas y pequeñas, ni un conocimiento mutuo de las necesidades y posibilidades de cada ciudad (sus grupos, eventos, festivales, espacios de formación, etc.). Sergio De Piero: Para que la red existiera hubo condiciones previas, que aunque no se relacionan directamente con la creación de la RSD son parte de un momento histórico, el momento en que esta organización comienza a surgir. Esto nos llevó a pensar que nuevas formas organizativas podían dar respuesta a los desafíos del campo artístico, y de esta manera complementar tanto carencias como recursos y posibilidades. Soledad Giannetti: En el primer período, que llamamos de INVENCIÓN, se elige el formato de red casi intuitivamente. Adriana Benzaquen: La experiencia de red se construye a partir de un modelo teórico: la Planificación Participativa y Gestión Asociada desarrollada por Héctor Poggiese (FLACSO14 Argentina). La PPGA es una metodología que básicamente provee herramientas para la interacción en escenarios de colaboración, donde tomamos decisiones junto a actores públicos y privados. Se comienzan a dar dos procesos simultáneos: se empieza a incorporar esta concepción sobre cómo trabajar con otros, y al mismo tiempo se va construyendo ese actor que es la propia RSD15. 13

Movimientos sociales, formulación de polí cas y redes mixtas socio-gubernamentales para un nuevo “saber-hacer” en la ges ón de la ciudad éctor A lio Poggiese. Presentado al Seminario "Desenvolvimento urbano: velho tema ou exigência do presente?". Grupo de Trabajo Desarrollo Urbano de CLACSO. Realizado en el Instituto de Pesquisa e Planejamento Urbano e Regional (IPPUR/UFRJ) en Rio de Janeiro, 30 e 31 de marzo de 2000 14 Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. www.flacso.org.ar 15

En sus casi 10 años de existencia, la RSD ha dado un paso importante en relación a otras OSC en la región latinoamericana, y es que impulsa una lógica de gestión asociada, donde se incluye al estado y al mercado como actores necesarios. Esta lógica se implementa en escenarios multiactorales de trabajo

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Soledad Giannetti: Y aunque aún nos faltan elementos para la organización interna, comenzamos a formar nodos16, con representantes por país, para contar con personas dinamizadoras a nivel local. Algunas prácticas anticipatorias17  participación en escenarios colectivos  primer nivel de entrenamiento en la concepción de planificación participativa y gestión asociada  a partir de la formación de los nodos en Buenos Aires, Asunción, Valparaíso y Montevideo, se dan las primeras reuniones colectivas de trabajo para armar los modelos problemáticos. Si bien no es un práctica consciente de la metodología de PPGA, si fue una primera construcción grupal de conocimiento. Estos diagnósticos por ciudad fueron un insumo necesario para poder planificar y organizar los primeros talleres de capacitación (en función de las necesidades locales) y reorganizar el modelo de trabajo en siguientes etapas. Adriana Benzaquen: En la etapa de Invención lo que se generó fue una sensibilización sobre la metodología de trabajo, que fue luego un capital ganado para otro nivel de avance. Lúcia Matos: En cierta forma la red fue pionera en ese entendimiento, ya que en ese momento el sector se organizaba en diversos países más como asociaciones, cooperativas, sindicatos que como red. Soledad Giannetti: Fuimos instalando un “saber hacer” diferente. La metodología de PPGA instala, por su propia esencia, una lógica de cooperación. Entonces, a mayor profundización de la lógica de PPGA en los procesos, mayor y mejores procesos de colaboración se fueron dando. Adriana Benzaquen: Sí, aunque ese nuevo saber hacer no solo se instala a lo externo de la red, sino también a lo interno. Nos preguntamos cada vez más cómo actualizar un modelo de trabajo a esta lógica y como incorporar otros saberes que complementen los aportes de la PPGA. En este primer período lo más potente es el intercambio a través de acciones puntuales y específicas: talleres, encuentros, seminarios, conferencias que construyen nuevos lazos de confianza, fundamentales para el diseño de nuevos proyectos conjuntos. Así, empezamos a sentar antecedentes de un pensamiento más colectivo que individual. Una red interactiva Agentes devenidos en arquitectos Entre los años 2005 y 2007 se consolida la red, su metodología, el proyecto y sus acciones, así como las diversas alianzas locales e internacionales y se hace más necesario comprender los horizontal (la Red como modelo es lo que ha permitido y propiciado, mucho más que otro tipo de estructuras organizativas, esta modalidad de trabajo). 16 Participan de los proyectos y grupos temáticos personas que se involucran asumiendo responsabilidades y una actitud activa en relación a la construcción de la red como organización. Quienes se suman a los proyectos toman parte en las decisiones respecto de contenidos, programación, estrategias de trabajo, comunicación. 17 Semillas que van quedando y que permiten procesos posteriores.

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nuevos contextos regionales y locales: ya que a mayor comprensión mejor articulación. Para eso realizamos un trabajo intenso de relevamiento en América del Sur, Centroamérica y Cuba y se comienza a consolidar el vínculo con la región centroamericana a través del trabajo realizado junto a la Red Centroamericana de Danza. Por otra parte, a partir del 2005, y además de seguir participando en eventos y festivales de danza, se empiezan a promover y apoyar económicamente espacios de capacitación, en principio, vinculados a la profesionalización artística del medio (talleres de montaje y análisis coreográfico, espacios de intercambio de procesos creativos), pero luego también sobre herramientas metodológicas y tecnológicas para el trabajo en red. Uno de los mayores cambios a nivel organizativo de estos años es que se replantea el modelo de trabajo por nodos, y se impulsan grupos temáticos regionales. Se produce un mayor involucramiento de países como Bolivia, Ecuador, Brasil, Venezuela y Centroamérica. Adriana Benzaquen: Luego de 2005, y en la medida en que se implementan procesos de gestión asociada, logramos procesos más profundos de colaboración. Entre 2007 y 2009 la RSD se reposiciona en relación al sector artístico: ya no “apoya” o “auspicia” actividades, eventos de danza, sino que promueve actividades en calidad de socia o co-organizadora. De esta forma, se consolida una manera específica de gestionar (distinguimos proyectos en colaboración, proyectos asociados y proyectos propios) y nos posicionamos como organización que promueve el trabajo colectivo y en red en proyectos como Lazos, Diálogos, Laboratorio, Programa de Circulación e Intercambio de Procesos Creativos. Se intensifica así la co-gestión de proyectos en consonancia con el lanzamiento del nuevo espacio virtual, la red social www.movimiento.org. Soledad Giannetti: Se empiezan a ejecutar proyectos en gestión asociada, no siempre incorporando socios gubernamentales, pero sí con la lógica de dar y recibir, planificar juntos, valorar los aportes mutuos. Se empieza a modificar la mirada sobre el financiador, para empezar a pensarlo como copartícipe de proyectos. Empieza entonces a generarse un nuevo saber hacer que tiene que ver con la capacidad de diálogo, de negociación. En la medida en que entendemos mejor la lógica de la PPGA, tenemos un nuevo saber hacer que posiciona a la red en otro lugar. Adriana Benzaquen: Estas son en si mismas prácticas anticipatorias del momento actual de la red, en el que ponemos mucha atención sobre el tipo de acuerdos de colaboración que se realizan, profundizando en la calidad de vínculos que generamos. El posicionamiento de nuestros socios también es distinto porque la red colabora para instalar en ellos una lógica de trabajo diferente, que los coloca en un mejor lugar relativo dentro de sus propios contextos. Es esta la etapa donde surgen los distintos niveles de vinculación de la red con otros, a través de proyectos propios, en colaboración o en cogestión, en un intento por identificar qué pone cada uno en cada caso, qué debería suceder como resultado en cada caso, en qué medida estas asociaciones aseguran una retroalimentación al sistema de red. Aunque cuesta, a través de procesos de PPGA, estamos pudiendo posicionar a aquellos con quienes nos contactamos en un lugar diferente. Ya no son contactos, financiadores, espacios, sino que hablamos de socios. Intentamos que asuman un rol distinto y nosotros entender

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cómo vincularnos desde este otro lugar. Esto también genera transferencia, tendrán ellos otros niveles de negociación con terceros (cuesta visibilizar y replicar esta capacidad adquirida). Soledad Giannetti: Muchas veces uno se maneja con viejos paradigmas, por ejemplo, que las organizaciones tienen que durar mucho tiempo. ¿Sigue siendo un valor para nosotros la perdurabilidad? Hoy: el contenedor Lucía Russo: Las continuidades tienen que ver con la afirmación de ciertos sentidos que venimos transitando. Así como hay continuidad, hay comienzos. Hay personas que podemos continuar y otras empezar. Como un río grande con vertientes más chicas. Poder abarcar estos espacios amplios, de encuentro, de comienzo, y otros de profundizaciones, de sistematizaciones, de descubrimientos, de otros tiempos. Lúcia Matos: Desde el inicio esa cuestión de los intereses se impone. La propia relación entre creadores tiene siempre eso. Ahora lo que cambia es la forma de construcción de esas relaciones, el poder esta ahí también, pero hay todo el tiempo un contraflujo, un intento de que ese poder no se quede centralizado sino que pueda ser diseminado. Adriana Benzaquen: Creo que la discusión sobre capitalizar debe plantearse en términos de qué cosas se visualizan promovidas por la red y cuáles no, y en esos términos cómo funciona el rol mediador de la red, cuando genera compromiso, facilita, vincula otras personas, organizaciones y regiones. Y en esa línea es necesario entender que la red no puede seguir siendo un espacio de mero encuentro que nunca termina de generar una influencia sobre sus puntos de interés. La red funcionó durante una primer época como un espacio de encuentro pero entonces ¿qué otras influencias puede empezar a ejercer ahora para construir esa estrategia de poder? Por otra parte, la idea de capitalizar no tiene que ver solamente con la vinculación con gobiernos sino en términos de relaciones humanas: cómo la red puede verse favorecida y cómo ese otro reconoce que fue gracias a la red que fue beneficiado de algún modo. Alejandro Tosatti: Si, y también hay otra manera de verlo. Se puede hablar de empoderamiento, que de pronto no resulta tan complicado como término, ¿no? Lo que pasa es que en procesos como estos uno sufre frustraciones, porque genera procesos y es luego oculto en el proceso, porque es otro sujeto o actor social el que termina ubicado, empoderándose. Pero no es extraño que se generen procesos de frustración. Lo delicado y peligroso es que se generen procesos de frustración sostenidos en el tiempo, y que en mi experiencia es un tema de conciencia. Y eso va en la línea de lo que estaba hablando Adriana, porque a veces la persona, el grupo o el otro que termina empoderado a veces no ve y no esta claro el acuerdo con el otro de que se esta haciendo un trabajo en conjunto en el cual el otro va a tener como beneficio eso, y que el beneficio de uno es colaborar en ese proceso donde ninguno tiene que quedar oculto. Hay que hacer un trabajo de visibilizar y crear conciencia y eso es algo muy importante para la sostenibilidad de la red. Adriana Benzaquen: Aunque la red no son sólo las personas sino lo que pasa entre las personas. Habría que buscar una mejor forma de evidenciar eso. Sonia Sobral: Yo pensaría en la idea de sinapsis.

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Lucía Russo: En relación a eso creo que hay dos problemas que vienen apareciendo: uno es la ausencia de nombres, de las personas que son protagonistas. Como si la democratización fuera la abstracción, el anonimato. Por otro lado hay una des-asunción por parte de las personas singulares, o de los actores que generan proyectos en colaboración con la red de esa estructura, en la cual se insertan, porque es difícil visualizarse así, como parte de algo mayor. No solo a las personas, también a los festivales, universidades, organizaciones, grupos, etc. Hay una dinámica permanente de inclusión- exclusión. No se comprende que se esta inmerso en una dinámica plural donde no es posible ser sin relación. Pero tampoco es posible si te fundís, en lo masivo: la singularización es fundamental también. Sería bueno armar con el mapa de actores un mapa de fuerzas, de articulaciones, mostrar las dinámicas, las fuerzas puestas en funcionamiento, en movimiento y transformación, que dan vida, configuran y reactualizan ésta red. Soledad Giannetti: No veo que haya contradicción entre instalar prácticas en red a título personal, con que la red siga teniendo objetivos y una misión vigente, acorde a las nuevas necesidades que se plantean en el siglo XXI. Creo que la red puede abarcar ambas cosas. Tampoco veo mal que haya recambio de gente. Me pregunto si la red tiene hoy la capacidad de actualizarse en función de estas nuevas necesidades que se plantean en el medio. Lucía Russo: Yo creo que la red, esta red, es una organización que se basa en deseos personales. Para mi no es lo mismo seguir construyendo esta red con Sonia, con Adriana, que con cualquier otro, porque ese vínculo y feedback me genera nuevos deseos. Entonces, si esta red no puede albergar mis nuevos deseos, yo siento que esta red ya no me puede alojar. ¿Hace diez años estoy construyendo algo que ya no me puede alojar como organización? Lo digo porque la red también me transforma en su dinamismo. ¿Sería posible generar una red que albergue tanto a personas viejas como nuevas? Porque si no es así, sería una red que sólo alberga los deseos de aquel que busca “el frescor del primer beso….” Participar ¿Cómo? Con el correr de los años, la RSD ha ido definiendo cada vez más el sistema de trabajo, es decir, qué implica en lo cotidiano sostener una red, y más específicamente una red de gestión asociada. En esa línea, instalamos que se puede ser miembro de la red asumiendo distintos niveles de compromiso, determinados según la implicancia de cada uno en el sistema de toma de decisiones y según las responsabilidades que asumimos dentro del sistema de trabajo. Pero siempre, ser miembro de la RSD significa pertenecer a un colectivo más grande que el propio proyecto y aportar a su construcción, aceptando un sistema de trabajo basado en la retroalimentación, es decir, se aporta al conjunto y se recibe del conjunto: intercambio de ideas, reconocimiento de pares, contactos, apoyos, recursos. Es, en todos los casos, adoptar una doble pertenencia, a una iniciativa propia y a la red como organización. P. Forni plantea: “la creación de capital social se pone en marcha en el momento que un individuo hace algo por otro confiado en que aquél se comportará de manera recíproca en el futuro. Así se establece una relación que comprende expectativas y obligaciones”18. En los proyectos RSD, esta relación se explicita a través de acuerdos asociativos entre las partes, donde se mencionan las responsabilidades asumidas por cada socio y los beneficios 18

P. Forni, Construcción de redes y capital social. ¿Qué es el capital social y cómo analizarlo en contextos de exclusión social y pobreza?

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que adquieren por cada recurso invertido en la propuesta (no solo dinero, sino recursos de todo tipo, información, tiempo, espacios físicos, entre otros). Esta es una forma, no solo de poner en claro el panorama de trabajo, sino de valorizar el aporte que cada uno realiza para la concreción de una propuesta. Alejandro Tosatti: para Centroamérica, la existencia de la RSD fue fundamental para que la gente pasara de una actividad de tal vez a una de sí se puede. Fue un elemento determinante hacia los artistas y hacia las instituciones. Posibilitó el desencadenamiento de procesos tangibles. Hoy, y a partir de una lectura retrospectiva y prospectiva, se plantean nuevos horizontes respecto del futuro de la red, ya que debemos poner la atención en dos frentes clave simultáneamente: diseñar un modelo de trabajo que sea sustentable y ampliar las bases de participación favoreciendo a su vez la formación de multiplicadores. Debemos posicionar políticamente a la RSD como un generador de cambios en el contexto, tanto en relación a la profesionalización del sector como a nuevas propuestas de trabajo colectivo. Arquitectura de la anticipación Preguntas sobre los nuevos y múltiples futuros posibles ¿Cómo garantizar una organización lo suficientemente flexible como para estar siempre vigente y actualizada? ¿Cómo incorporar nuevos miembros, a la vez que sostener a los antiguos miembros con un nivel alto de motivación? ¿Cómo tender a la flexibilidad, a una construcción más artesanal y heterogénea en función de las distintas necesidades? ¿Cómo planificar procesos de escala regional sin homogeneizar los distintos intereses, tiempos y necesidades locales? ¿Cómo lograr que cada grupo crezca y gane autonomía? Una red con bajo nivel de control solo es posible si los miembros incorporan la concepción y herramientas en profundidad. Si no formamos multiplicadores de prácticas en red, ¿en quiénes vamos a descentralizar las decisiones? Es difícil soltar y que el proceso siga encaminado. Como decíamos en un inicio, para ser en el hacer es necesario comprender qué nuevas capacidades debemos adquirir para impulsar acciones colaborativas, ya que no estamos acostumbrados a trabajar en colectivo y-o de manera horizontal. Como resultado de dos años de trabajo, el proyecto Red en Movimiento ha significado a nivel regional una oportunidad para que diversos actores vinculados a la danza y otras disciplinas artísticas se entrenen en el uso de nuevas herramientas metodológicas, tecnologías, de comunicación, sustentabilidad y trabajo en red. El proceso de REM ha profundizado aun más esta lógica de trabajo asociado.

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Éxitos y fracasos de una arquitectura de red “De los sombríos tiempos que estamos viviendo a las puertas de un nuevo milenio, estemos alertas sobre la responsabilidad de tener ojos, cuando otros los perdieron” José Saramago Sergio De Piero nos introduce en el debate sobre las nuevas identidades y anclajes territoriales que comienzan a reconfigurarse a partir de la crisis del estado nación y sobre cómo empiezan a generarse otros ámbitos de referencia con nuevos límites territoriales. En ese contexto es clave analizar la influencia de las migraciones y de la diversidad cultural, y de la tolerancia y convivencia que existe (o no) en esa diversidad cultural. Desde la RSD hemos visto que la convivencia en la diversidad es un elemento aun no resuelto en los procesos de colaboración regional. Ante este complejo panorama nos preguntamos cuál debería ser el futuro de la red: ¿mediación? ¿mediación entre qué, entre quiénes? Sonia Sobral: Uno de los principales objetivos que la RSD se planteó en sus inicios fue el empoderamiento. Lo que me parece importante en esta discusión es si aquí dentro ya esta la cuestión del deseo personal o cual sería el futuro RSD con dos roles principales: uno de mediación –más política- y otro que sería más personal. Porque lo que mantiene una red 10 años es el afecto y el deseo, es urgente que entendamos eso. Yo tengo el sentimiento de que la red ya cumplió un papel. Estos lazos y conexiones ya se están dando, hay una tarea cumplida. Tengo un poco la impresión de que la red acabó, o al menos desde ese rol de ligazón de personas. Cuando Lucía dice que su deseo en la red esta en crisis es porque ya no encuentra lo que antes tenía…. ¿será que es posible para la red reinventarse todo el tiempo? Son diez años, maduramos, no es posible tener hoy ese “frescor del primer encuentro” e incluso me pregunto si es necesario. Lucía Russo: Para muchos siguen siendo importantes los grandes encuentros, la necesidad de hablar de sus países. Pero son los deseos personales los que crearon la red. Me pregunto hoy quiénes son las personas y cuáles son los deseos que en este momento seguirán sosteniendo la red. Yo no puedo evitar seguir trabajando en red, como práctica. Pero si sigo siendo parte de una red, de esta red, mis proyectos en red no son hoy hacer un gran encuentro, sino con determinadas personas poder hacer pequeños encuentros… en red. Lúcia Matos: Esos micro espacios de confluencia también forman parte de la red, no están fuera. En una red los deseos personales son parte, porque uno no se suma a un proyecto donde no comulga. Lúcia Matos: Son etapas. En este momento, el papel fundamental de la red es de articulación política. Porque esas relaciones que comenzaron como relaciones personales, ya están generando otras relaciones institucionales. Es momento para impulsar otras articulaciones, como por ejemplo poder colocar un representante gubernamental para pensar el tema movilidad…hoy la red tiene cierta autoridad, existe cierta representatividad sobre qué quiere la gente de la danza en la región, ¿cómo podemos ser interlocutores para favorecer estas articulaciones políticas? Hacer red entre los miembros pero también con gobiernos locales, instituciones privadas, etc.

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Sonia Sobral: Es algo que lleva tiempo, es necesario una introducción para la gente nueva, de nuevo, veo niveles o camadas de intereses personales diferentes. ¿Articulación política? ¿Intercambio uno a uno? Todo es necesario en la red. Es necesario ser un articulador regional porque pocos están haciendo esto, pero también el cuerpo a cuerpo tiene que continuar. Hoy el desafío de la RSD es generar nuevas propuestas, seguir inventando herramientas que faciliten y promuevan el intercambio y la colaboración, proponiendo reflexiones que permitan descubrir el potencial creador y transformador de un espacio compartido. Correr los límites de lo posible. Seguir creyendo que es positivo trabajar asociados el Estado, la sociedad civil, las empresas. Continuar generando contagio colectivo. Hacia una puesta en acción Indagamos sobre cómo la Red Sudamericana de Danza intenta aplicar, entre idas y venidas, propuestas y contrapropuestas, encuentros y desencuentros, una nueva lógica tendiente a buscar canales de colaboración entre proyectos y actores de la región. Así como la RSD ejercita este tránsito, invitamos a otros proyectos a sumarse a un proceso de apuesta colectiva, construyendo este “nosotros”, como dijimos anteriormente. Y para esto, ver y reconocer al otro será clave. El camino de la colaboración y el tejido de redes no es un camino sencillo, como tampoco lo es re-conocer al otro, unirse a otro, ver junto al otro sin pretender ser el otro. Es un camino lleno de multiplicidad, de objeciones, tensiones y conflictos; tan complejo como la multiplicidad de actores que cooperan en su entramado. Éste debe poder registrar, asumir y absorber las diferencias como complementariedades, y debe poder reinventarse y traducirse según el caso. Este es el desafío. Contamos con un bagaje de herramientas que podrán salir a nuestra ayuda, para desentrañar conflictos y, en lo posible, intentar anticiparlos. Si la red se hace trabajando juntos, empecemos entonces la tarea. Activemos nuestras tecnologías de red para darle forma a la construcción en colaboración. BIBLIOGRAFÍA Boaventura de Souza Santos. “Una Epistemología del Sur. La reinvención del conocimiento y la emancipación social”. Clacso Coediciones y Siglo Veintiuno editores, México D.F, 2009. Latour, Bruno. “Reensamblar lo social. Una introducción a la teoría del actor-red”. Editorial Manantial, Buenos Aires, 2005. Nordstrom, Kjell y Ridderstrale, Jonas. “Funky Business. El talent mueve al capital”. Editorial Pearson Prentice Hall, España, 2000. Poggiese, éctor. “Crear escenarios de propósitos múltiples como prácticas embrionarias de trasformación social” en: http://flacso.org.ar/investigacion_ayp_contenido.php?ID=17&I=4 Territorios en red, publicación de la Red Sudamericana de Danza, disponible en http://www.movimiento.org/

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