Revista (T)oro, Noviembre 2023

Revista oficial del abonado de Las Ventas. Nº 36

Edita

Departamento de Comunicación PLAZA 1

Colaboran en este número

Josemi Arruego

Lucas Pérez

Ilustración de portada

Juan Iranzo

Fotografías

Alfredo Arévalo

Pedro Batalha

GCB Comunicación Digital

Maquetación

Ediciones del Palomo

(T)ORO no se hace necesariamente responsable de las opiniones de sus colaboradores o firmas invitadas. Simón Casas Production SAS, Nautalia Viajes SL, UTE. Prohibida su cita, reproducción, edición o transmisión total o parcial por cualquier medio o soporte sin la autorización previa y por escrito de PLAZA 1

Depósito Legal: M-24259-2017.

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS PLAZA 1 Copyright ©2023

Sumario Revista oficial del abonado de Las Ventas / Nº 36. Noviembre de 2023

4.

La temporada, en datos

29.

Reportaje:

El toro en Portugal

RENOVACIÓN ABONOS DE TEMPORADA COMPLETA

21.

Entrevista a Jalis de la Serna

38.

En profundidad:

Uceda Leal

La renovación de abonos de temporada completa para la próxima temporada 2024 (entre ellos los gratuitos de jóvenes y jubilados) se llevará a cabo del 11 al 18 de diciembre en las taquillas de Las Ventas. El horario de taquillas será de lunes a viernes de 10h. a 14h. y de 16h. a 19h. y el sábado y domingo en horario de mañana, de 10h. a 14h.

FESTEJOS CELEBRADOS

CORRIDAS DE TOROS - NOVILLADAS - FESTEJOS DE REJONES

DE OTOÑO

10

9

9

15

16

20

20

15

2

20

17

*Se recogen en esta relación solo percances que impidieron continuar la lidia, y aquellos graves o muy graves en los que el matador fue atendido al finalizar la lidia sus reses.

LAS RESES

368

NÚMERO DE RESES LIDIADAS

11 de mayo.

Nº 13, Valentón, toro de Garcigrande

14 de mayo.

Nº 63, Cartelero, toro de José Escolar

31 de mayo

Nº 14, Contento, toro de Santiago Domecq

TOROS NOVILLOS

2 de abril (Toro) Pallarés Martín Lorca

9 de abril (Toro) Enrique Martín Arranz Martín Lorca

9 de abril (Toro) Martín Lorca Escribano Martín

16 de abril (Novillo) Conde de Mayalde Villamarta

2 de mayo (Toro) Valdefresno José Luis Pereda

25 de mayo (Toro) El Puerto de San Lorenzo El Vellosino

27 de mayo (Toro) El Pilar El Pilar

27 de mayo (Toro) El Pilar Conde de Mayalde

28 de mayo (Toro) Adolfo Martín Pallarés

25 de junio (Novillo) Montealto Montealto

2 de julio (Toro) El Vellosino Las Ramblas

13 de agosto (Novillo) López Gibaja El Cotillo

15 de agosto (Toro) Fuente Ymbro Alcurrucén

17 de septiembre (Toro) Partido de Resina Hnos. Collado Ruiz

Las reses

EL

CORRIDA MÁS PESADA

VICTORIANO DEL RÍO, TOROS DE CORTÉS Y NÚÑEZ

DEL CUVILLO (26 de mayo)

CORRIDA MENOS PESADA

EL TAJO, LAS RAMBLAS, ENRIQUE MARTÍN ARRANZ (9 de abril)

NOVILLADA MÁS PESADA

FERMÍN BOHÓRQUEZ (3 de agosto)

NOVILLADA MENOS PESADA*

GUADAIRA (1 de octubre)

* Sin contar la novilladas sin picadores

CORRIDA MÁS PESADA

CARMEN LORENZO, EL CAPEA Y LOS ESPARTALES (20 de mayo)

CORRIDA MENOS PESADA

BENÍTEZ CUBERO (20 de agosto)

LOS ENCASTES

Datos generales

MATADORES

Datos generales

NOVILLEROS

REJONEADORES

Datos generales

GANADERÍAS

(Sigue)

Periodista, presentador de ‘Enviado Especial’ en La Sexta

JALIS DE LA SERNA

“LA CAPACIDAD DE ENFRENTARSE A LA MUERTE CADA DÍA DISTINGUE AL TORERO DE LAS DEMÁS PROFESIONES”

Se ha convertido en uno de los principales referentes en reportajes de investigación y para ello no ha dudado en poner su vida en juego. “Por la denuncia que hacemos, a veces merece la pena asumir esos riesgos”, confiesa. Pero Jalis de la Serna se hace pequeño al comparar su profesión con las líneas que traspasan los matadores cada día. Sabe bien lo que dice: en su casa se ha respirado el toreo de forma especial, con un nombre por encima de todos presidiendo la saga de los La Serna, el de Victoriano, su abuelo, del que destaca la “capacidad armónica en sus muñecas” como eje para consagrar el toreo a la verónica. En plena emisión de la cuarta temporada de ‘Enviado especial’ (La Sexta, Atresmedia), Jalis sacó tiempo para hablar con Plaza 1 de su “intensa” vinculación con el toreo.

“Las Ventas es un templo con la capacidad de dejar en tu mente recuerdos imborrables”

Le llaman Jalis, pero su nombre es Victoriano. Victoriano de la Serna...

Bueno lo de Jalis es porque, según me dicen, de pequeño yo era un bebé muy llorón. Entonces, para que no llorase, me cantaban canciones. Y siempre que me cantaban ‘¡Ay! Jalisco no te rajes…’ automáticamente dejaba de llorar. Así que me quedé con Jalis desde muy niño. Mis padres me han llamado Jalis siempre, toda mi familia, mis amigos, en el colegio… Todos. Victoriano me ha llamado muy poca gente en la vida: en la universidad al pasar lista, al principio, pero enseguida los compañeros y los profesores también me llamaron Jalis.

Lo de Victoriano no necesita explicación. Nieto y sobrino de dos Victorianos de la Serna y, además, matadores de toros ambos. ¿Cómo se respiraba el toreo en su casa cuando era niño?

Pues de una manera muy intensa porque mi padre, además de muy buen aficionado, también llegó a torear en algún festival taurino. Realmente era una afición familiar, una afición transmitida de padres a hijos y de abuelos a nietos. En mi casa siempre había algún capote y alguna muleta cuando éramos niños, yo he visto entrenar a mis tíos y he visto entrenar a mi padre para este festival que toreó en varias ocasiones. Entonces realmente era una actividad de la que se hablaba to-

Jalis, con el cuadro del pase de las flores, de Ruano LLopis, donado al m

useo de Las Ventas por su familia

dos los días y que incluso de alguna manera, como aficionados prácticos, pues también hemos llegado a practicar todos en algún tentadero al que hemos ido. El toreo en mi casa era una actividad artística que siempre estaba presente.

¿Y qué valores le inculcó su familia con esa tradición, sobre todo desde el punto de vista dinástico?

Pues ante todo el respeto. El respeto por la tradición y el respeto por la fiesta y por la familia. Y, sobre todo, a valorar la importancia del matador de toros. Nosotros en la familia somos mucho más toreristas que toristas, a pesar de haber crecido en Colmenar Viejo, que es tierra de toros. Pero realmente en

nosotros sobre todo prima el respetar y valorar a los toreros, que son como los héroes que se juegan la vida a diario.

Pese a su afición al toreo práctico, usted no decidió dar continuidad a la saga de los La Serna en los ruedos…

No, y eso que durante una temporada entrené mucho con mis primos, con José Ignacio y con Víctor, que llegó a tomar la alternativa. Ahí sí, en algún momento de ensoñación, pude llegar a pensarlo, pero nunca he tenido realmente el gusanillo de decir, ‘voy a entrenar de verdad para torear una becerra grande o un novillo y seguir adelante’. Nunca he llegado a ese nivel, pese a que sí he tenido tardes de gloria en algún tentadero.

Supongo que sus primeros recuerdos en una plaza de toros también estarán ligados a la familia...

Así es. El primer recuerdo de una plaza de toros que yo tengo es, siendo muy pequeño, la última tarde que toreó mi tío Victoriano aquí en Las Ventas. Recuerdo que estuvo muy bien, recuerdo una gran tanda de naturales, recuerdo escuchar los olés… Y recuerdo sobre todo ese día en las horas previas a la corrida, en casa, en ese momento en el que mis padres nos vestían elegantes, acordes al acontecimiento, para venir a ver a nuestro tío a la plaza.

Años después decidió dedicarse al periodismo, la otra gran actividad ligada a la familia.

Pues sí. De hecho, mi abuelo Victoriano ya escribía y algún hermano suyo escribía también poemas. En casa siempre había relaciones con la lírica y bueno, llegado un momento, mi tía Peñuca se casó con Vicente Zabala, el histórico crítico taurino de ABC. A partir de ahí realmente sí que hemos tenido una gran vinculación familiar con el periodismo. De Vicente padre, los tres hijos, Vicente (Zabala de la Serna), Verónica, y Víctor, que también es periodista. Y también nuestro primo Nacho, que durante muchos años estuvo llevando la comunicación de aquí, de la plaza de toros de Las Ventas.

Antes del periodismo coqueteó con el mundo de las motos… En casa siempre hemos tenido mucha afición por ellas, desde que éramos pequeños. Con 16 y 18 años mi hermano César y yo llegamos a competir en dos copas de promoción y corrimos a cierto buen nivel, con premios de primeros clasificados en campeonatos de la Comunidad de Madrid.

¿Ha llegado a hacer periodismo taurino?

Sí, estuve en ‘Libertad Digital’ una temporada haciendo algo de crónica taurina. Bueno, hacía deportes y crónica taurina a la vez. Fue hace más de 20 años, pero recuerdo que me llamaron en un parón de un contrato de televisión, y como tenía que esperar como un par de meses para empezar el siguiente contrato y coincidió en fechas con la Feria de San Isidro, pues escribí para ellos las crónicas.

Habla de deportes… En realidad comenzó haciendo fútbol, ¿verdad?

Al principio estuve en un programa que se llamaba ‘Por la Escuadra’, fue lo primero que hice en televisión. Era un programa de fútbol que presentaba Carlos García-Hirschfeld, que también es un gran aficionado taurino.

Y de ahí a convertirse, con el paso de los años, en uno de los reporteros más prestigiosos de investigación en televisión. ¿Cómo ha sido este camino?

Primero estuve en programas de entretenimiento. De ‘Por la escuadra’ pasé a ‘Ver para creer’, también en Antena 3. Y luego pues

“Me gustaría documentar la vida del toro en el campo para mostrarle al mundo cómo es su cría”

fui saltando por diferentes formatos. Antes, en televisión digamos que muy alegremente se ponían y se quitaban programas y la cosa era ir enlazando contratos por obra. Si currabas bien, si eras un redactor solvente, ibas teniendo cabida en estos programas nuevos que iban saliendo. Después caí un poco por rebote en un programa que se llamaba ‘Sucedió en Madrid’, que era de sucesos. Y es ahí donde realmente descubrí una vocación por el periodismo social. Empecé a hacer ese tipo de reportajes: de sucesos, sociales, de denuncia… De ahí me fui a ‘Mi cámara y yo’, también en Telemadrid, y eso fue un poco el empezar a hacer este formato de ir cámara en mano o con un cámara al lado, mostrando las realidades que estabas encontrando.

Y de ahí al salto definitivo a ‘Callejeros’.

Exacto, donde estuve más de 10 años. Después en estos formatos de ‘Encarcelados’, ‘En tierra hostil’ y ‘Enviado especial’ llevo otros 10 años ya en Atresmedia.

En todo este tiempo habrá vivido situaciones al límite. ¿Cuál recuerda como la más peligrosa?

Ha habido muchas veces en las que he pensado que lo que estábamos haciendo nos podía costar caro. Estuve en la primera guerra de Ucrania, en la guerra del Donbass, en 2014, cuando realmente había muchas armas en circulación. Dieron armas a todo aquel que se proclamaba prorruso. Más o menos ellos tenían una especie de visión, como que la prensa internacional estábamos contando que era una intromisión ilegítima de Rusia en Ucrania. Y estando grabando por ahí a veces sí que nos llegaron a encañonar con los Kalashnikov. Realmente hemos llegado a pasar algún mal rato en ese sentido, como cuando hicimos el reportaje del Coltán, en el Congo. La llegada hasta las minas fue muy dura: en todoterrenos, con conductores poco experimentados, atravesando unas pistas en las que tienes precipicios de 200 metros a ambos lados… Ahí lo pasas mal y te da realmente miedo hasta que llegas al objetivo.

Háblenos de esta nueva temporada de ‘Enviado Especial’.

Ahora estamos viendo la cuarta temporada. Hemos hecho repor-

tajes en República Dominicana, en Ghana, en Costa de Marfil, en la India, en Turkmenistán y en Dubái. Y son reportajes todos sociales, con temas de denuncia. Nos metemos en realidades y las contamos desde dentro hacia afuera. En Costa de Marfil hemos hecho un reportaje mostrando un poco cómo es la industria del cacao desde dentro y hemos visto qué implica el trabajo infantil en ocasiones. En Ghana hemos visto un poco cómo desde occidente hemos llenado de un residuo tan complicado de gestionar como es la ropa y cómo hemos creado una emergencia medioambiental. Hemos estado en la India, hablando de la resistencia a los antibióticos, que puede ser la próxima pandemia. Hemos estado en República Dominicana hablando de turismo sexual, viendo cómo realmente hay hasta incluso localidades que están convertidas en un burdel al aire libre. Y luego hemos estado en Turkmenistán reflejando lo que es hoy en día el país más hermético del mundo, que ha superado a Corea del Norte. Y también en Dubai hemos mostrado todo el lujo, pero lo hemos hecho mostrando la huella climática, la huella de carbono que implica todo este despilfarro económico.

Salvando las distancias, pero por comparar con el toreo, usted también se juega la vida por su profesión.

Sí, bueno, realmente creo que en el caso de los toreros es mucho más evidente, ya que se juegan la vida todas las tardes.

¿Esa es la gran cualidad que distingue a los toreros de cualquier otra profesión del mundo?

Yo creo que sí, que realmente es esa capacidad de enfrentarse todos los días a la muerte lo que distingue a la profesión del torero de todas las demás. En mi caso es una cosa elegida y digamos que nos ha supuesto dar el paso adelante de correr riesgos en algunas ocasiones y en algunos reportajes, siempre sabiendo que son unos riesgos que corremos porque merece la pena la denuncia que vamos a hacer y que el reportaje va a ser más importante de lo que hubiera sido si no corremos estos riesgos. Son elecciones que tomamos de manera consciente, pero puntualmente. La

habremos tomado 10 o 12 veces en la vida. Los toreros lo hacen todos los días.

Ha viajado a infinidad de países y la gran mayoría sin tradición taurina. ¿Le han preguntado por los toros? ¿Ha sentido interés por la Tauromaquia?

En Estados Unidos sobre todo. Y en Japón. Allí sí que he visto que realmente hay gente que te pregunta por la fiesta de los toros y se interesa. Y te pregunta cuándo son los festejos, qué días son, cuánto pesa un toro, un poco todo esto. La Fiesta traspasa fronteras y estas cuestiones lo evidencian.

En sus programas se investiga y se denuncia lo que pasa en alguno de los lugares más impactantes del mundo. Del toro, ¿qué investigaría? Bueno, un poco lo que entiendo que se investiga ya, la propia pureza de la Fiesta. Pero más allá de una investigación, lo que sí me gustaría sería documentar de manera bonita lo que es el toro en el campo. Me gustaría mostrarlo al mundo. Y demostrar que seguramente, si no fuera por la fiesta de los toros, a nadie le interesaría tener un animal así, que te puede matar. Porque el toro en el campo te puede matar. Entonces estaríamos hablando de mostrarle al mundo la importancia de la fiesta para la cría del toro bravo, la vida privilegiada que tienen los toros en el campo durante todo el tiempo de cría.

Volviendo a su abuelo, Alameda decía que “para torear como La Serna había que ser La Serna”. ¿Qué tienen los La Serna?

Bueno, mi abuelo en este caso es el torero que ha triunfado de verdad, con gran rotundidad. Es lo que dicen todas las crónicas de la época. Era un torero con una personalidad tremenda, un torero impredecible. Y una persona que tenía la capacidad innata de torear de capote con una capacidad estética impresionante. Además tenía arrebatos de genio que le hacían sobreponerse a las circunstancias y salir a dar la cara siempre.

Marcial Lalanda, ni más ni menos, afirmó que Victoriano de la Serna toreaba “como los demás soñábamos el toreo”...

¡Qué bonito! Porque lo que viene

a decir eso también es que tenía mucho valor. Y además tenía una capacidad armónica en las muñecas que le hacía sobresalir por encima de los demás. Lo que le consagró sobre todo es la verónica. La más pura de todas, decían.

Tanto expresaba su toreo que llegó a inspirar a artistas como Carlos Ruano Llopis, que inmortalizó aquel ‘pase de las flores’, durante una faena en Valencia en 1933. [Este cuadro, con el que posó Jalis de la Serna para esta entrevista, se encuentra en el Museo Taurino de la plaza de toros de Las Ventas. Una obra que ha formado parte de la vida de la familia, estando en su casa durante 85 años, pero que decidieron ceder al Museo en 2018].

Mi abuelo le brindó el toro a Ruano Llopis y entonces en compensación pues le hizo este cuadro, que es muy bonito y que tiene mucho significado para toda la familia. Es un final de tanda, un remate con la personalidad que Victoriano tenía y que quedó plasmado de forma majestuosa en esta obra, que a mí me encanta.

Decía antes que su padre también llegó a torear festivales. Como médico, tuvo que afrontar la desgracia de encontrarse en la enfermería de la plaza de toros de Colmenar Viejo la tarde de la muerte de José Cubero ‘Yiyo’ y fue el encargado de firmar el acta de defunción aquel 30 de agosto de 1985.

Mi padre era un gran médico y sobre todo un hombre muy responsable. Cada vez que iba a una plaza de toros se rodeaba de los mejores profesionales del Hospital Ramón y Cajal, que era donde trabajaba.

¿Cómo vivió su familia ese trance?

“Mi abuelo Victoriano tenía una gran personalidad, era un genio impredecible”

DE PADRES A HIJOS. Imagen de Jalis de la Serna en Las Ventas con su padre, el recordado Javier de la Serna, gran profesional, extraordinario ser humano, que inculcó a la familia los valores del toreo y que tuvo la desgracia de toparse con la muerte de José Cubero ‘Yiyo’ en la enfermería de la plaza de toros de Colmenar Viejo, el 30 de agosto de 1985.

Pues la verdad es que lo vivimos con pesar, porque al final, quieras que no, mi padre no es que fuera solamente un médico: era un médico, era hijo de matador de toros y había vivido la fiesta desde dentro. Toda la vida teniendo en la cabeza la posibilidad de que un percance le pueda ocurrir a un hermano, que le pueda ocurrir a mi tío José Ignacio o a cualquier miembro de la familia… Entonces, estar de médico ese día en la plaza y que ocurra un percance con esas consecuencias, pues realmente provocó que mi padre quedara un tiempo muy abatido. Era consciente de que no pudieron hacer nada, de que era imposible salvar la vida al Yiyo, pero sí que estuvo muy afectado por esa circunstancia de que muera un hombre en una plaza.

Su abuelo y su tío no han sido los únicos matadores de la familia. Su primo Víctor Zabala de la Serna tomó la alternativa. ¿Fue su mozo de espadas?

¡Y apoderado! Ya te digo que como entrenaba con ellos, pues hubo un momento en el que empecé como mozo de espadas de Víctor, por los callejones, y llegué a adquirir cierta práctica con los trastos ya que lo hice durante tres o cuatro años. Luego fui evolucionando en mi papel y terminé ejerciendo

de apoderado de mi primo. Para mi es también un orgullo verle ahora consagrado como empresario de varios cosos y gerente de la plaza más importante del mundo.

¿Qué le gusta más, precisamente, de Las Ventas?

Bueno, por un lado, arquitectónicamente es una joya y por otro lado, el hecho de venir aquí a los toros es una tradición. Al final, no solamente es la tarde que vienes, es la capacidad que tengas de disfrutar recordando momentos que hemos tenido en esta plaza. Es un templo con la capacidad de dejar en tu mente recuerdos imborrables. Venir aquí es reverdecer todas esas situaciones maravillosas que he vivido en torno a la familia.

Si trabajar en Las Ventas es lo máximo, como periodista, estar al frente de las secciones taurinas de ABC y de EL MUNDO no lo es menos… Totalmente, es también ser máxima figura. Tengo muy buena relación con mis primos desde que somos pequeños y, por tanto, muy buenos recuerdos de infancia de Vicente Zabala padre. Y con Vicente (Zabala de la Serna) tengo una gran amistad y considero que ha sabido dar la cara por la manera que tuvo que asumir el pasar a ser la primera firma de la crónica taurina de

España de la noche a la mañana. Ha dado el nivel, asumió la responsabilidad con brillo y eso tiene mucho mérito. Tengo una admiración tremenda hacia él y hacia toda la familia.

Por rematar con los medios, y aprovechando que usted trabaja en televisión, ¿cómo ve la relación entre toreo y TV?

Es positiva su presencia. Sobre todo que las cadenas públicas sigan teniendo ventanas abiertas al toreo, tanto las retransmisiones en directo de las cadenas autonómicas, que tienen mucha importancia, como el hecho de TVE mantenga programas como ‘Tendido Cero’, ya que es una cadena pública que debe dar cobertura a todo lo que genere interés a los espectadores en España.

¿Sigue las temporadas?

Sí las sigo. No siempre al mismo nivel, sobre todo en los últimos años en los que he pasado mucho tiempo viajando, pero sí que procuro seguirlas e ir a los toros cuando puedo.

¿A qué toreros ha seguido más?

Cada vez que José Tomás se anuncia he intentado ir. Luego he sido muy aficionado y he seguido a El Juli, a Alejandro Talavante… Y ahora también me impresiona mucho y me transmite Roca Rey.

En el toreo hay preocupación por el nombramiento de Ernest Urtasun, declarado antitaurino, como nuevo ministro de Cultura y, por tanto, de Toros. ¿Qué opina al respecto?

Esperemos que alguien le sepa explicar que el toreo es una expresión artística más allá de sus complejos o de sus prejuicios, seguramente relacionados con la defensa de los animales. Que le sepa explicar hasta qué punto la fiesta de los toros es una expresión taurina con cientos de años de tradición y que tiene mucha más trascendencia que la opinión puntual suya, por mucho que sea el ministro del ramo.

EL IMPACTO DIGITAL DE LA TEMPORADA VENTEÑA

Instagram Faceboock X Tik

129.253

SEGUIDORES

(+ 21.605 esta temporada)

Año 2022: 107.648

Año 2023: 129.253

109.196

SEGUIDORES

(+ 11.604 esta temporada)

Año 2022: 97.592

Año 2023: 109.196

80.337

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(+ 5.337 esta temporada)

Año 2022: 75.000

Año 2023: 80.337

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2.564.000

WEB

Países registrados

185

La página web oficial las-ventas. com ha cerrado la temporada con 2.564.000 visitas. En total, se han registrado usuarios de 185 países diferentes, siendo España, Francia, México y Estados Unidos aquellos que mayor número de visitas han aportado. Por franjas de edad, la mayoría de visitantes se encuentran en la horquilla de 18 a 34 años (21 %) y 45-54 años (27%). La mayoría de accesos al portal se han realizado a través de dispositivos móviles, con un 82% sobre el total.

Informe completo

El caballo es el fundamento de la tauromaquia portuguesa, del mismo modo que lo fue en España durante cientos de años, pero en el Siglo XVIII la nobleza española abandonó su práctica, a la que no eran aficionados los nuevos reyes borbones, y la tauromaquia de los dos países ibéricos acabó separándose; pues si en el estado español se desarrolló y adquirió notoriedad y predicamento el toreo a pie, en Portugal, a lo largo de estos dos últimos siglos, el toreo a caballo ha experimentado una extraordinaria evolución técnica y artística.

No es esta la única diferencia entre la fiesta de los toros de ambas naciones, pues Portugal es el único de los países con tradición taurina en el que el espectáculo no finaliza con la muerte del toro en la plaza. Quizá por esta circunstancia en 1837 nacieron los forçados, un grupo de ocho personas (más o menos el peso del toro) que, al final de la lidia, se enfrentan a la res a cuerpo limpio con el objetivo final de que el hombre venciera a la fiera.

Forçados y cabaleiros son la base de la tauromaquia de un país que también ha aportado a la historia importantes figuras del toreo a pie. Diamantino Vizeu, primer torero luso en tomar la alternativa, el carismático Manolo Do Santos, o el malogrado José Falcón, junto a José Júlio, Ricardo Chibanga y Mario Coelho, fueron los eslabones más sólidos de la tauromaquia portuguesa hasta la irrupción en los ruedos, a finales de los años 70 de Víctor Mendes, torero poderoso, extraordinario rehiletero y eficaz estoqueador que paseó con orgullo su bandera por todas las ferias de España y América.

Después, Rui Bento Vasquez, Pedrito de Portugal y el angoleño José Luis Gonçalves también sonaron, sobre todo en su época novilleril, como baluartes de la tauromaquia del país vecino. Los tres actuaron, en mayor o menor medida, en las plazas lusitanas más señeras como Santarém, Évora, Vila Franca de Xira, Moita, Nazaré, Coruche, Angra do Heroísmo (en las Islas Azores) y sobre todo en el coso de Campo Pequeno, epicentro del toreo en Portugal, cuya recuperación a principios del presente siglo, supuso, tras una profunda reestructuración y una brillante gestión por parte de Rui

Bento, una importante inyección para la fiesta en el país vecino. La cría de ganado bravo en Portugal tiene una idiosincrasia diferente a la de España. Reculando un poco en el tiempo, antes de la Revolución de los Claveles (golpe de Estado llevado a cabo en 1975), había varias ganaderías que exportaban toros para España: Murteira Grave, João Moura, Ortigão Costa, Palha... La Revolução dos Cravo como se la conoce en Portugal, tuvo una incidencia muy negativa para los ganaderos portugueses porque la mayoría de las fincas fueron ocu-

padas por los comunistas, y algunas de ellas lo estuvieron durante bastantes años. Naturalmente, la cría del toro en Portugal sufrió un retroceso, si bien las ganaderías que trabajaban de una forma más profesional consiguieron recuperarse de un modo más o menos rápido. No obstante, Murteira Grave tuvo su década más exitosa y más fuerte en los años 80 y mitad de los 90, también Palha lidiaba con frecuencia, Ortigão Costa…

Hoy en día, la Tauromaquia en Portugal tiene diferencias notables a la que existe en España, esencial-

Ganadería Alves Inacio

mente porque, como hemos visto antes, en tierras lusas, prima el toreo a caballo en la gran mayoría de los festejos. El toro apenas embiste media docena de veces a los capotes de los banderilleros, porque su fin primordial es perseguir el caballo. El toro galopa, con la cabeza en una posición natural, ejercicio mucho menos exigente que embestir con la cara por el suelo, una, dos, tres, treinta o cuarenta veces.

Y como la mayoría de ganaderos portugueses no lidia en España, la selección, con los matices lógicos y particulares de cada casa ganadera,

ha ido por otros derroteros. Desde luego también hay ganaderías muy bravas en Portugal, pero se trata de una bravura diferente, con carácter, seca, fuerte y agresiva, quizá más rústica, menos dúctil, menos toreable y con más picante, porque para el caballo se requieren otro tipo de embestidas.

PARLADÉ - GAMERO CÍVICO, ENCASTE PREDOMINANTE

La ganadería de Pinto Barreiros puede considerarse la vacada madre de las divisas de bravo en Portugal, y su procedencia ParladéGamero Cívico el origen, hasta hace poco menos los albores del Siglo XXI, de gran parte de la cabaña brava portuguesa. Pese a que apenas fue ganadero durante una década, Fernando Parladé hizo numerosas ventas de ganado y Portugal no fue excepción. En el año 28 del pasado siglo fue el ganadero José Lacerda Pinto Barreiros quien primero adquiere animales de la rama de Gamero Cívico con un goterón santacolomeño procedente de Félix Suárez, un origen que prácticamente se extiende por todas las dehesas portuguesas hasta comienzos de los años 90, cuando empieza a proliferar, también en aquellas tierras, el encaste Domecq. Sin embargo, en la última década, el encaste que más ha crecido en Portugal ha sido el de Murube, merced al auge que ha tomado el mismo en el toreo a caballo, también a ese lado de la Península.

De modo que con la antigua rama de Gamero Cívico pueden encuadrarse ganaderías como Pinto Barreiros, Veiga Teixeira, Cunha Patricio o José Infante de Cámara. Murteira por ejemplo también cuenta en su finca de Galeana con sangre de otras dos ramas de Parladé (Rincón-Núñez y Tamarón - Mora Figueroa) del mismo modo que Palha tiene animales de origen Baltasar Ibán junto a lo antiguo de Pinto Barreiros. Ortigão Costa refrescó sus productos oriundos de

“Forçados y cabaleiros son la base de la tauromaquia en Portugal. Pero también ha aportado a la historia importantes figuras del toreo a pie”

Ganadería Palha

Ganadería Oliveira Irmaos

Ganadería Assunçao Coimbra

Gamero Cívico con ejemplares de El Torreón hasta ser esta su única procedencia, tal y como pasó con la vacada de Manuel Asunçao Coimbra, actualmente formada con simiente de El Freixo. Canas Vigouroux, en cambio, cría sus reses de la rama de Pinto Barreiros junto a animales de origen Veragua vía Gama.

El encaste Murube está representado por ganaderías de toda la vida como Passanha, gran referente de su estirpe, Branco Nuncio o Lupi, que apenas lidian, y otras divisas más recientes, como Guiomar Cortés de Moura, Romão Tenorio o David Ribeiro Telles, que además de sus reses Murube vía Passanha y Bohórquez, cuentan con otra rama dentro de este hierro de animales de Jandilla y Santiago Domecq. Otras ganaderías de primer orden con otras procedencias son Louro Fernandes de Castro y José Luis de Vasconcellos (Atanasio), Irmãos Vinhas (Santa Coloma vía Buendía), Condessa de Sobral y Manuel Veiga (Torrestrella), Passanha Sobral (Cebada Gago) y las dos vacadas más peculiares del campo

portugués: Vale Sorraia, propiedad de la familia Telles, que está formada con ganado de la antigua Casta Portuguesa que estaba en poder de Norberto Pedroso, y Fernando Pereira Palha, descendiente directa de los “palhas” de estirpe vazqueña, que aporta el toque de romanticismo a la cabaña brava nacional.

LAS ZONAS GANADERAS. DEL RIBATEJO AL ALENTEJO

La comarca de Alentejo es la tierra ganadera por excelencia en Portugal, donde pastan alrededor del 80% de las divisas nacionales. Antiguamente, en el siglo XIX, y hasta la primera mitad del siglo XX la mayoría de las ganaderías estaba en Ribatejo, que es una zona donde pasa el Tajo (Tejo en portugués) y allí los toros estaban en las marismas y en las riberas del río, pero con el desarrollo de la agricultura fueron empujados, poco a poco, hacia zonas marginales más pobres, porque la ganadería no era una explotación que diera tanto dinero como el intensivo de la agricultura. Entonces, si antes el 80 o 90% del

bravo nacional estaba en Ribatejo y el 10 o el 20% en Aletenjo, ahora en cambio, salvo un pequeño núcleo de tres o cuatro rebaños situados en los campos de Coimbra, una ciudad un poco más en el centro - norte de Portugal, la grandísima mayoría pasta en el Alentejo, al sur, cerca de Extremadura. Es una zona no tan rica como el Ribatejo pero allí el toro está perfectamente adaptado a lo que se denomina la dehesa, sobre todo de encina y también alguna de alcornoque.

“En la última década, el encaste que más ha crecido en Portugal ha sido el de Murube”

LAS GANADERÍAS DE PORTUGAL EN LAS VENTAS

El primer toro de origen portugués que pasó a la historia de la plaza de Las Ventas fue el célebre “Ratón”, un sobrero de Pinto Barreiros lidiado por Manolete el 6 de julio de 1944. Se trata de una faena icónica, seguramente la más trascendente de cuantas realizó el monstruo de Córdoba no solo en la plaza de Las Ventas, sino en toda su trayectoria porque en la misma se resume toda su tauromaquia.

Años después fue Palha quien lidió una novillada de nota en el coso madrileño donde emergió el novillo “Carpeto”, al que inmortalizó Victoriano Valencia el 6 de julio de 1958. Años después, en la Feria de San Isidro de 1974, el toro “Cadino” fue premiado por el Ayuntamiento de Madrid como el más bravo del abono.

La Revolución de los Claveles, como hemos visto, supuso un frenazo en seco en la crianza del toro bravo en Portugal, así como a su expansión. Fue Manolo Chopera, ya en la década de los 80, quien vuelve a apostar por el ganado luso. Son frecuentes en Las Ventas durante estos años novilladas de Lupi, Conde de Cabral, Cunhal Patricio, José Luis de Vasconcellos e Infante da Cámara. Y con ellas triunfan, por ejemplo, José Antonio Carretero, que abre la Puerta Grande en 1985 tras cortar sendas orejas a dos utreros de Lupi, o Fernando Cámara, que hace lo propio en 1989 a otros dos ejemplares de esta misma vacada. Joselito por su parte cortó una oreja de un novillo de Branco Nuncio en 1985.

Pero sin duda, la ganadería portuguesa de la década en esta plaza es la de Murteira Grave. Sus toros hondos, acapachados, con desarrollo de pitón y generosa romana hicieron las delicias de los aficionados. Ya sabía lo que era triunfar en Madrid, pues en 1965 el novillo “Piloto” fue arrastrado en vuelta al ruedo y en 1971 el toro “Pianista” destacó en una corrida concurso en esta misma plaza, donde triunfó Antonio Bienvenida.

Después de los episodios de la Revolución, regresó a Las Ventas en 1980 y en 1984 el toro “Sacristán” recibe el premio al más bravo de San Isidro. “Cumpridor”, en 1988, lidiado

por José Luis Palomar y “Treintayuno” que correspondió a El Boni en el San Isidro siguiente, completan la trilogía mágica de esta vacada en el feudo capitalino.

Precisamente fue esta vacada la elegida por la Casa Lozano para su debut, en 1990, al frente del coso madrileño. Louro Fernandes de Castro y Ortigão Costa son junto a Murteira las divisas lusas más asiduas, además de Couto de Fornilhos, que lidió un sobrero de alta nota en la Feria de Otoño de 1990 al que cortó las dos orejas Fernando Cámara. En el siglo XXI, ya con Taurodelta al frente de Las Ventas, destaca la bravura enrazada de “Rabiosillo”, uno de los toros más destacados de San Isidro 2007, que fue lidiado por Sánchez Vara. Palha también ha sido la ganadería lusa que ha gozado de más presencia en los últimos tiempos en el ruedo de Las Ventas, sobre todo y fundamentalmente, en los desafíos septembrinos, mes donde ha lidiado en los últimos dos años igualmente, el hierro de Sobral.

Portugal y Las Ventas, un binomio fecundo y exitoso, que en los próximos años promete escribir nuevos episodios. Que la bravura sirva de nuevo para tender puentes entre dos países unidos, de modo irremediable, por una pasión común.

Ganadería

Assunçao Coimbra

Ganadería Canas Vigouroux

Ganadería Alves Inacio Ganadería Veiga Teixeira

UCEDA LEAL: PURO MADRID

Es mucho más que un torero de Madrid. Uceda Leal representa en la actualidad, seguramente mejor que nadie, esa escuela del toreo, santo y seña de la afición cabal del Foro. Es Escudero y Teruel, Segura y Antoñete. La chulería castiza bien entendida, bohemia y cheli, la que mamó de sus antecesores dentro y fuera del ruedo. En los entrenamientos en la Casa de Campo y en las improvisadas y ya desaparecidas tertulias en los alrededores de la Plaza de Santa Ana. Tiene el toreo en sus muñecas y en las yemas de sus dedos, pero también en su verbo, tan pausado y acompasado como su manera de interpretar delante del toro. Por eso disfrutas con sus reflexiones igual que con su capote, muleta y espada.

¿Torero de clase o torero de arte?

Buena pregunta…Yo sí veo diferencias en el torero de clase y en el torero de arte, aunque el torero de clase también puede ser artista. Sin embargo, el de clase ejecuta el toreo de una forma estilista, generalmente sometida a los cánones clásicos, y en el artista prevalece un poco más de inspiración. También puede tener clase, pero en líneas generales el torero de clase creo que es un poquito más largo que el torero artista, porque tiene más resortes técnicos.

Uceda... ¿Es más un torero de clase o de arte?

Yo me considero un torero principalmente artista, porque los toreros somos artistas y así nos debemos sentir, pero si me tengo que encuadrar creo que soy un torero de clase. Y además, en los toreros que yo me he fijado y el toreo madrileño, porque el toreo madrileño tendríamos que enmarcarlo en una escuela definida, es una escuela de toreros de clase.

¿Cómo es la Escuela Madrileña en el toreo?

El torero madrileño no es ni un torero castellano ni un torero andaluz; está a caballo entre los dos. No tiene ni la sobriedad del torero castellano ni tampoco tiene la gracia del torero andaluz. Está a mitad de camino entre ambos. ¿Por qué? Porque por Madrid han pasado siempre muchos estilos, entran muchos toreros de muchos sitios, y el torero de Madrid se queda, yo creo, con lo mejor de las dos partes, por ejemplo con la profundidad del toreo castellano y la elegancia en los remates de los toreros andaluces.

¿Y cuáles son sus principales referentes?

Sin duda, Ángel Teruel, Antoñete, Manolo Escudero, Luis Segura... son toreros que dices ¿son castellanos?. No. ¿Andaluces?. Tampoco. Son toreros madrileños. Esa es la línea.

Si te pregunto por Escudero me hablarás de su capote imagino…

Del capote y de su elegancia. Fue un torero elegante, porque el torero madrileño es un torero elegante por encima de todo. Yo le conocí ya muy mayor, pero le veías que era torero desde la acera de enfrente… con una

prestancia en la calle, con mucho carácter… y también con mucha torería.

Ángel Teruel, además de elegancia y torería, tuvo el don de ponerse arriba las veces que él quiso... Hombre, de Teruel, ¿qué te voy a decir? Creo que quizá ha sido, dentro de los toreros madrileños, junto a Aparicio padre, que se me ha olvidado mencionarlo y es igualmente un torero de mucha clase, de los toreros más completos que dado Madrid. Y luego con una elegancia natural superlativa. Una maravilla de torero. Muy completo, con las banderillas, con el capote, con la muleta… un gran lidiador, aparte de todo…

¿Antoñete?

Un torero sobrenatural. Un torero con una mano izquierda que creo que es única en el toreo. A Luis Segura que no le vi mucho, pero las fotos que hay de él huelen a torero. Frascuelo es el último que yo he visto también de Madrid. Y luego hay toreros que no han sido de Madrid, pero que me he fijado en ellos desde pequeño y que han sido adoptados como toreros de Madrid. Por ejemplo, Curro Vázquez, que ha sido el torero de Madrid durante décadas y que ha hecho el toreo que nos gusta a los aficionados de Madrid.

Y aparte de esa manera de torear, esa manera expresarse, de moverse… que forma parte de su personalidad… ¿eso se lleva dentro,

se nace con ello, o se puede llegar a adquirir e interiorizar?

Creo que el medio hace mucho al artista, y habernos criado en las calles de Madrid da un toque diferente a un torero hecho en un medio más rural. El torero urbanita tiene otro aire diferente que no te lo sé definir. Lógicamente tienes que nacer… pero el medio hace que el torero tenga ese toque de distinción. Y en Madrid, la gente por cómo va vestida, por cómo se explica, hace que los toreros cojan ese aire del entorno.

Eso en la manera de expresarse, pero... ¿en la manera de andar, tanto delante del toro como en la calle...?

El torero creo que tiene que

tener algo de presumido, ¿no? y el andar por las calles de Madrid, por la Gran Vía o por Serrano, y ver esos escaparates, con esa ropa, y de vez en cuando mirarte de reojo en un espejo… pues te da un aire… que a lo mejor es un poco presumido, pero a mí me gusta ese aire en los toreros.

¿A ti quién te enseño a torear, Ignacio?

Yo aprendí a torear con un banderillero de Madrid, íntimo amigo de mi padre, Pacorro, que era el prototipo de torero madrileño, en su forma de andar, de vestir, en su carácter, un poco seco, pero con un gran corazón. Él fue el que me inculcó todas las formas y el primero que me empezó a hablar de todos esos toreros que te he dicho, porque aquí, en Madrid, había una Escuela. Las escuelas como tales no existían en esa época, pero existían lugares donde se juntaban todos los toreros de Madrid, como el pilón de la Fuente del Berro y allí iban Luis Alfonso Garcés, Alfonso Merino, Parrita… toreros que interpretaban el toreo como luego a mí me lo inculcaron.

Tras Pacorro, surgió entrar en la Escuela.

Sí, entré en la Escuela y Pacorro siempre estaba detrás, y luego en la escuela todos los maestros que tuve… Macareno, Tinín, Bernadó, Serranito… todos aportaron cosas a mi toreo, sobre todo Tinín, Macareno, y Bernadó, del que tengo un gran recuerdo como persona y como torero.

Bernadó también era torero de Madrid aunque fuera catalán…

Le vi torear en el campo, y de salón mucho, y era un gusto verle cómo interpretaba. Y luego la persona a la que le debo todo, y mi principal valedor para debutar y llegar a la alternativa fue el maestro Gregorio Sánchez, que fue una persona fundamental en mi carrera, como para muchos toreros de Madrid. Él me motivo muchísimo, aunque yo no estaba en la línea de lo que a él más le gustaba, pero siempre creyó mucho en mí.

¿Era tan exigente como parecía desde fuera?

Mucho, mucho, era muy exigente. Pero esa exigencia a mí me motivaba mucho. Pacorro también era muy exigente, igual que los tau-

rinos de aquella época. Todo esto que se habla ahora del bullying… si ellos lo vieran ahora (risas)… pero yo considero que a mí me fueron muy bien todas esas cosas, que ahora se hubieran visto hasta con crueldad, esa forma de hablarme… pero que mucho más duro que me hablaban ellos me ha tratado luego la vida y el toro. Por eso luego he agradecido esa dureza y esa exigencia.

¿Qué es lo que más duro que has superado en la profesión?

Empecé a torear muy joven, y como era alto mataba novilladas muy fuertes sin caballos, y entre la dureza que me imponían Gregorio y Pacorro, aquello fue muy duro, incluso hubo un momento, antes de debutar con caballos, que tiré la toalla y dije que no toreaba más. No soportaba esa dureza y no disfrutaba, y yo me autoimponía una responsabilidad que a lo mejor no estaba maduro para llevarla. Pero estuve unos meses sin torear y me di cuenta que no podía vivir sin torear, y ahí Gregorio hizo mucho hincapié y me convenció para volver y enseguida debuté con picadores para rápido a mi segunda novillada, a Madrid. Y luego otro momento duro quizá haya sido estos últimos años que he estado sin torear tanto y que he estado un poco desubicado en la vida, porque lo único que he hecho ha sido torear, y verte fuera del toro e incluso aceptar que ya estaba todo hecho, incluso pensar que mi momento ya había pasado. El volver a remontar y a prepararme con la conciencia y la actitud de volver a Madrid y convencerme a mí

“No me gustaría retirarme sin cortarle dos orejas a un toro en Madrid. Creo que ahora soy mejor torero de lo que he sido en toda mi carrera”

mismo de que aún podía, ha sido muy bonito. Esos dos momentos tanto en el principio como ahora en el final han sido momentos muy duros.

¿Y a qué achacas esa situación?

Siendo un torero de culto, referente para gran cantidad de compañeros y aficionados, con cabida por tu concepto en muchos tipos de carteles... ¿Por qué no toreas más, a qué crees que es debido?

En una época fue culpa mía, porque llevaba muchos años toreando, había una serie de circunstancias

“A mí me pusieron un sello de torero bueno cuando debuté en Madrid, me ha acompañado toda mi carrera. Aunque, a veces, no he sido lo buen torero que el sello decía”

personales que no iban bien y cuando uno no está bien por dentro tampoco lo está en la plaza. No me encontraba bien y cuando tu vida personal no va del todo bien pues tampoco en la plaza rindes como tienes que rendir. En mi carrera he tenido varios momentos álgidos, de estar en las Ferias, luego bajones, volver a remontar... Mi carrera ha sido un poco Guadiana, pero fundamentalmente, a pesar de mis condiciones, mi carácter o mentalidad no han sido las más positivas para mantener una regularidad. He sido un poco voluble en eso. El carácter de artista influye.

Ahí entra en juego el sentimiento…

Claro. Soy un torero al que le afectan mucho las cosas. Y aunque en momentos difíciles he tirado para adelante, luego lo he acabado pagando por no acabar de estar bien, y eso delante del toro se nota. Y cuando he estado bien, ha sido porque mi vida ha estado ordenada. Cuando he ordenado mi cabeza, el resto se empezó también a ordenar. Y luego, lógicamente, el poso que dan los años. Cosas que yo

este tiempo que he estado parado que pensaba que no había hecho bien delante del toro, cosas que yo hacía, he procurado corregirlas. Eso es afición: rebuscarte, tener sentido autocrítico e intentar mejorar cada día más tu toreo. Osea, he intentado ser una persona más ordenada y al ordenarme como persona he conseguido ordenarme como torero.

Estas últimas temporadas, que estás más ordenado como dices, ¿por qué crees que no has toreado más, cuando en Madrid has tenido tardes de reconocimiento unánime como el 2 de mayo del pasado año, o este último San Isidro...?

Porque hoy en día las cosas que se hacen en la plaza no suelen tener una recompensa inmediata, sino a un año visto, o dos, y empiezan a reconocerse más tarde. Es normal, porque las empresas ya tienen hechos sus carteles, con sus toreros… y hasta que entras en esa estructura pues tardas un tiempo. Desde luego yo estoy muy agradecido a Plaza 1 por la sensibilidad que ha tenido al leer el sentimiento del aficionado, ver también el momento en que estaba y darme la oportunidad de

torear en esta plaza, que es el motor de mi carrera. Y luego al público de Madrid por cómo se ha portado conmigo siempre. Lo que importa es que entres en el ánimo del aficionado y en el runrún de todos y eso sí siento que lo estoy consiguiendo, a pesar de que estoy toreando poco.

Ese runrún, desde tu época de novillero, siempre te acompañó...

A los toreros nos ponen un sello y además, ese sello, nos lo ponen, cuando debutamos en Madrid. «Este de clase, este de valor...» y luego esos sellos cuesta mucho quitártelos. Y a mí, la verdad, que me pusieron un sello de torero bueno y me ha acompañado durante toda mi carrera. Porque lo más jodido es que te pongan un sello de algo que no eres, pero casualmente el sello que me pusieron era el torero que yo quería ser. Luego a veces no he sido lo buen torero que el sello decía, pero siempre busqué ser un torero como los que yo había visto y me habían emocionado, de los que me había hablado Pacorro. Y cuando ya vas cogiendo uso de razón dices «yo no quiero dinero, sino quiero torear como torea este tío, porque es lo que

me emociona, y quiero hacer sentir lo que él me hace sentir». Y eso es lo que me motiva como torero, por encima de las fincas y del dinero.

MADRID, ORIGEN Y EPICENTRO

¿Cuándo pesa más Madrid, antes o ahora?

Ha habido años de torear cinco tardes en Madrid durante una misma temporada. Y el último día, la tarde de la despedida de Julián, hice mi 80 paseíllo en La Monumental. A mí me ha pesado siempre. Me acuerdo que cuando debuté, tenía 17 años y era mi segunda novillada picada, y aquello fue una presión, con todas las miradas puestas en mí, y sin las herramientas para gestionar esa presión. Ahora la presión es la misma, pero cuento con muchas herramientas para gestionarla. Eso te lo da la experiencia. Porque en la vida y en la profesión, si no le sacas partido a la experiencia, como decía mi amigo Pepe Teruel, eres un julay de Abelardo.

De esas ochenta tardes en Madrid, ¿Cuál es la más importante en

cuanto a significado?

Hombre, la de mi alternativa, desde luego, aunque después ha habido tardes con mucho significado, como la primera salida en hombros con la corrida de Victorino en el 98, de la que este otoño se han cumplido 25 años. Y luego, un hito histórico en la carrera de cualquier torero es que mate seis toros en Madrid, y yo los he matado y he salido a hombros en una tarde de climatología muy adversa y que di toda la dimensión que podía dar en ese momento, de lo que sabía y de lo que conocía.

Luego has cortado muchas orejas sueltas…

Sí, he cortado muchas orejas, y ha habido faenas muy bonitas. Por ejemplo, a un toro de Adelaida un 12 de octubre, que ha sido, para mí, una de mis mejores faenas en esta plaza. Antes del parón, otra a un toro de Fuente Ymbro, una a un toro de Cuvillo, a otro de El Puerto, ambas en dos Ferias de Otoño… No sé, ha habido muchas faenas, el día de Cantapájaros de El Juli al toro que abre plaza le hice otra faena bonita, que creo que, modestia aparte, fue el detonante de la tarde, aparte

de que luego saliera Cantapájaros y Julián lo toreara como lo toreó… pero quien inicia la mecha de la tarde soy yo.

Otra tarde muy emotiva fue la del Domingo de Ramos de 2009, al día siguiente del fallecimiento de tu padre…

Fue una tarde de una carga emocional enorme, por todo lo que la rodeó. El día antes mi padre falleció, y me lo encontré muerto en casa. Él siempre me había exigido mucho, y

“Mientras tenga fuerza física, los toros me respeten y el público siga queriéndome ver voy a seguir toreando. Es mi vida y me siento realizado así”

ya habíamos sufrido otra situación similiar con un hermano mío, que falleció precisamente cuando venía yo de torear de Castellón. Nos enteramos de la muerte de mi hermano, yo toreaba al día siguiente en Fitero, y mi padre me dijo que yo no me iba sin torear, que honrara a mi hermano toreando y que cuando volviera le enterrábamos. Entonces claro, se muere mi padre un día que tengo que torear en Madrid y claro, si me dijo mi padre que hiciera eso con mi hermano, pues lo hice también con él. Fue un homenaje en la plaza donde él me llevó por primera vez a ver toros, se guardó un minuto de silencio en su memoria, corté una oreja a un toro que me pegó una cornada... fue una tarde más agria que dulce pero ahora, con el tiempo, la veo con orgullo.

EL CANON DE LA ESTOCADA

¿Te molesta que, a pesar de todo lo que hemos estado hablando referente a tu concepto, igual dentro de 50 años sólo se hable de ti por tu espada?

No, no, no. No me molesta, al contrario me llena de orgullo. Lo

que pasa que sí que considero que no es mi mejor virtud. Sin embargo, ha habido épocas que he tenido mucha regularidad, y faenas que a lo mejor no había podido estar a gusto del todo las remataba bien con la espada, y eso me ha permitido seguir en el toro con mucho crédito. Para mí la espada ha sido muy importante, yo he intentado matar a los toros como yo he intentado torear, que ha sido despacio, y con pureza.

¿A qué achacas tú la degeneración que existe en la actualidad al realizar la denominada suerte suprema?

La suerte de matar, igual que el toreo, tiene sus cánones. Cada uno ha de adaptarlos en función de sus condiciones físicas y de su personalidad, pero sin salirse de las formas clásicas. Porque una vez que uno se sale de los cánones para mí no es bonito, ni entra dentro de la ortodoxia. El clasicismo está hecho para respetarlo. Y yo, dentro de lo clásico, he adaptado a mi físico y a mi experiencia la forma que he considerado mejor para matar los toros con más regularidad, y he tenido la

suerte de que se me ha reconocido. Creo que he tenido un cierto don natural para matar los toros, a pesar de que en momentos claves de mi carrera, como muchos toreros, he pinchado toros. Por ejemplo, a pesar de mi fama, mis últimas cinco tardes en Madrid, si yo hubiera «andao» bien con la espada, hubiera cortado orejas en las cinco. No he estado fino en Madrid con la espada en esta época.

¿Lo más difícil a la hora de matar un toro es adelantarte a su reacción en el momento del embroque?

Claro, según lo hayas toreado, vas viendo cómo debes de entrarlo a matar. No todos los toros se matan igual. Sobre todo, es muy importante, ahora que a muchos toreros les da igual, ver si el toro te pide la suerte natural o la contraria. Yo creo que eso es importantísimo: matar un toro manso en la suerte natural es muy difícil, porque te aprieta para dentro, y el toro bravo, sí lo puedes matar en la suerte contraria, pero donde más te ayuda es en la suerte natural. Y luego, otra cosa importante, es que muchos toros no se dejan matar porque nos pasamos de faena. El toro, en un momento de la faena, te pide la muerte. Y hoy día, creo que algunas veces, las faenas son excesivamente largas, y el toro no se deja matar porque ya no se cuadra, porque no ayuda, porque se le ha pasado de faena. Uno tiene su forma de matar los toros pero el ritmo de entrar a matar o la velocidad cambian en función de la velocidad que tenga el toro. No se mata igual un toro que está con la cara entre las manos y que no te va a ayudar a un toro que sabes que se te va venir. Al que está con la cara entre las manos tienes que entrarle un poquito mas en bloque, no tienes que entrar con el uno dos. Son cuestiones técnicas que muchos las sabemos, pero que en tiempo real tienes que estar despierto para poderlas hacer, y tener la decisión de hacerlas sobre todo, porque tirarte al vacío cuesta trabajo.

Antes hablábamos de lo que significa ser un torero de culto y de lo que implica ser referente para otros compañeros, pero... ¿tienes ese afán didáctico a la hora de explicar el toreo y compartir tus conocimientos?

Ufffff, a mí me gusta, lo que

no me gusta es meterme en cosas que nadie me ha llamado. No me gusta dar consejos cuando nadie me los pide. Porque me parece de abuelo cebolleta. Pero si me vienen a buscar con educación y con respeto, desde luego, en lo que yo pueda ayudar, ayudo. Y no estoy en posesión de la verdad de nada, pero igual que otros toreros lo han hecho conmigo, lo bonito es que los toreros nos transmitamos nuestro legado. ¿De qué nos sirve guardárnoslo? Si podemos aportar algo, a mi no me importa transmitirlo, al revés. Pero para enseñar no todo el mundo vale. No es fácil transmitir tus conocimientos. Hay gente que sabe hacerlo pero que no sabe explicarlo y hay otra que no tiene el valor suficiente para ejecutarlo pero que lo transmite con una claridad meridiana y maravillosa.

¿Y cómo se lleva el hecho de ser tu propio apoderado?

Bueno, durante un tiempo lo he sido, pero no me gusta, porque eres dueño de tus decisiones y te enteras de las cosas de primera mano, pero el torero tiene que estar metido en lo que tiene que estar que es el capote, la muleta, el toro, el campo y la vaca. Y estas cosas no son malas saberlas porque te amplías los horizontes, pero algunas veces te pueden trastornar un poco, porque hay cosas que son innecesarias saber. Y no hace falta. Hay cosas que te motivan pero otras que te pueden desmotivar. Tengo una persona muy cercana que es como un familiar mío que es el que está haciendo las labores, habla por mí y me conoce perfectamente. Y sabe lo que me tiene que contar y lo que no para mantenerme con la ilusión intacta, porque creo que los toreros tenemos que conocer los intríngulis de la Fiesta pero no obsesionarnos con ella, porque en algún momento dado puedes perder energía, y la energía te la tiene que dar la ilusión de torear. El torero, en el momento que pierde la ilusión por seguir creando y por seguir siendo mejor torero empieza un declive, una degeneración y una amargura que no es buena para sí mismo.

¿No te gustaría irte del toro sin…?

A lo mejor suena un poco materialista, pero me gustaría cortarle dos orejas a un toro en Madrid,

cuajar un toro con la nueva versión mía como torero, porque creo que soy ahora mejor torero de lo que he sido en toda mi carrera. Cuajar un toro redondo en Madrid. Eso es lo que estoy persiguiendo y lo que me gustaría. Y mientras ir salpicando de cosas que queden en la memoria.

¿La das vueltas a la retirada?

Ha habido etapas que lógicamente sí me lo he planteado. Porque no llegaban los contratos y porque es difícil mantener la llama de la ilusión, y tienes que renunciar ya a muchas cosas, ya con una edad que te apetece hacer otras cosas que son más cómodas y no te piden tanta disciplina. Pero yo, mientras tenga fuerza física y, sobre todo, los toros me respeten y el público siga queriéndome ver voy a seguir toreando, porque es mi vida, y siento que toreando me realizo. Creo que voy a seguir toreando hasta que Dios quiera. No tengo una edad ni un tope. Soy consciente de que el tiempo pasa y de que soy cada vez más mayor, pero para eso también me preparo y me cuido, para que mi cuerpo no note el paso de los años. Espero que el año que viene sea el trampolín para lanzarme a muchas mas plazas, aparte de Madrid, porque como decía Yiyo, otro torero de la Escuela a la que antes hacíamos referencia, el torero de Madrid no sólo es de Madrid, es de todas partes.

“Creo que he tenido un cierto don natural para matar los toros, a pesar de que en momentos claves de mi carrera he pinchado toros”

Toda una vida ligada al deporte. Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, antiguo competidor en el mundo del ciclismo, profesional cualificado con más de 30 años de experiencia, aficionado a los toros y abonado de Las Ventas. Así es José Luis Cabrero, el profesor de actividad física de la Escuela Taurina de Madrid José Cubero ‘Yiyo’ que se ha convertido en un respetado y valorado profesional en el sector. Una andadura profesional, en lo taurino, que comenzó en 1999 junto al matador de toros Ángel Gómez Escorial, ahora en las filas de plata, que tras tomar la alternativa quiso contar con los conocimientos de José Luis siendo, en esa época, uno de los primeros matadores de toros en interesarse por la aportación de un técnico deportivo en su preparación. Con él, hasta ahora, comenzó todo, cuenta Cabrero. Ahora comienza la que será su décima temporada con los alumnos de la Escuela Yiyo, siempre aportando su granito de arena. Unos alumnos que, cómo él cuenta, “siempre han valorado y respetado mi trabajo haciéndome sentir parte del proyecto de la Escuela”.

Preparador

JOSÉ LUIS CABRERO:

“EN TODOS ESTOS AÑOS EN LA ESCUELA YIYO, HE APRENDIDO MÁS QUE HE ENSEÑADO”

Si volvemos a los inicios, ¿cómo comenzó a entrenar a los alumnos de la Escuela Yiyo?

La relación con Ángel Gómez creció hasta forjar una amistad que perdura hasta la fecha. Él era, y es, maestro en la Fundación El Juli, y me pidió que diese una charla sobre la importancia de la preparación física para los alumnos allá por el año 2014, y fue a través de esta colaboración que solicitan mi participación en el programa “Eres Torero” de Canal Plus, para confeccionar y realizar unas pruebas de aptitud física, a los entonces novilleros, que participaron en esa experiencia. A finales de 2014 me planteo seriamente aportar mis conocimientos

que había ido adquiriendo desde el 1999 entrenando diferentes profesionales, a la formación y preparación de los alumnos de una Escuela. Ese mismo año se hizo un cambio en la estructura de la Escuela Taurina de Madrid, tomando la dirección José Luis Bote, José Miguel Arrollo “Joselito” y José Pedro Prados “El Fundi”, les presenté mi propuesta y me recibieron con los brazos abiertos.

Si nos adentramos más en esas labores semanales que realiza en la Escuela, ¿cómo son esos entrenamientos?

Tenemos una planificación que dividimos en diferentes períodos

físico de la Escuela José Cubero «Yiyo» LA ESCUELA “YIYO”, AL DÍA

en función del momento de la temporada taurina. Semanalmente yo entreno en El Batán, de manera presencial, los martes y viernes durante toda la temporada, pero los alumnos tienen pautado trabajo físico todos los días. Los entrenamientos buscan un desarrollo armónico de todas las cualidades físicas, haciendo especial hincapié en los aspectos que consideramos clave para un torero. Aspectos que busquen la fluidez del movimiento, la facilidad, la naturalidad…

Con más de 80 alumnos en las listas de la Escuela ¿las labores se hacen complicadas a la hora de organizar grupos de edades y niveles?

En la Escuela tenemos sesiones hasta de 40 alumnos, intento hacer grupos por edades, adaptando tareas, materiales, espacios y sobre todo carga de trabajo. Con los alumnos más pequeños el nivel de exigencia es menor pero mantenemos la seriedad del entrenamiento y la disciplina desde el primer día, les dejo más a su aire pero entrenan, entienden la dinámica de la Escuela, -El esfuerzo no se negocia-.

¿Por qué es tan importante para un torero la preparación física, el tener el cuerpo y la mente a punto para el momento clave?

La preparación física influye de manera muy directa sobre aspectos psicológicos, no entrenamos para correr más que el toro, para tener más fuerza que el toro, sería absurdo, busco que la condición física no limite la capacidad del torero para pensar y ejecutar su labor. Está demostrado que cuando un torero se siente preparado físicamente aumenta su valor, le da confianza. Para toreros en formación, este aspecto es fundamental, hasta que con el tiempo ganen en experiencia y conocimiento.

¿Hay alguna capacidad en la que un torero tenga que trabajar especialmente?

Todas. No hay atleta más completo que un torero, tiene que tener una buena base cardiovascular, un buen tono muscular, flexibilidad, agilidad, coordinación…

Y… ¿existen diferencias entre el entrenamiento de un deportista profesional y un torero?

Sí, el torero tiene una condición física muy buena, diría que a la altura de algunos deportistas de

alto nivel, pero a diferencia de estos el éxito no está en el rendimiento físico, siempre he pensado que son guerreros con alma de artistas. Una combinación de capacidades físicas y sensibilidad.

Además de entrenar físicamente a los alumnos de la Escuela, sus conocimientos y experiencia se hicieron notorios para muchos profesionales del sector a los que también entrena, ¿cómo comenzó ésto?

Como he comentado anteriormente mi relación con Ángel Gómez Escorial es de amistad y confianza, él como formador de toreros siempre que tenía alguno que necesitaba ayuda en su preparación ha contado conmigo. Entre los profesionales se fue corriendo la voz de mis entrenamientos, perciben que les son útiles para el desempeño de su labor en el ruedo, creo que he conseguido que las sesiones de trabajo tengan trasferencia y busquen la especificidad. Intento hacerles sentir que entreno toreros no futbolistas o ciclistas.

La Escuela, José Luis, y el contacto casi diario con todos los alumnos que buscan cumplir un sueño...

¿aumenta aún más la afición?

Siempre fui muy aficionado a los toros, soy de un pueblo muy taurino como es San Sebastián de los Reyes, he vivido toda mi infancia y juventud al lado de su plaza, por ella he visto pasar a todas las figuras, también soy abonado de Madrid. La relación del día a día con los toreros me ha enseñado la dureza y el nivel de compromiso que requiere el toreo. Esto es posible que me haya condicionado como aficionado, me hace verlos con muchísimo respeto.

Los consejos semanales tras tantos años deben ser muchos. Intento transmitirles la importancia de tener hábitos saludables, les hablo de valores como la persecución, humildad, autodisciplina, etc. Sobre todos les transmito que sin esfuerzo no se consigue nada que merezca la pena de verdad.

Ahora que comienza una nueva temporada de ilusiones… ¿cómo es el formar parte de este equipo? Es un grandísimo privilegio. Es muy apasionante ser parte de una ilusión. Tengo que confesar que en todos estos años en la Escuela, he aprendido más que he enseñado.

Las

taquillas de Las Ventas en 1963

Despedida de Ruiz Miguel 2 de octubre de 1989

Les desea Feliz Navidad

Recorrer 10.000 km para no salir del h tel.

ES LO QUE TIENE ESTAR DE VACACIONES

A veces la felicidad se mide en hectáreas.

EL LUJO DE VIVIR EN UNA FINCA, EL LUJO LO DEFINES TÚ.