12 minute read

JOSÉ RIBAGORDA:

Las pasiones que ocupan la vida de José Ribagorda pasan por el periodismo, los toros y la gastronomía. Del plató a la plaza y de la plaza al plato. No duda nuestro protagonista de este número en presumir de ellas e integrar las dos últimas en su profesión. Y lo hace con naturalidad, “por compromiso con mi país, con la gente que es aficionada y con mi propia labor de informador”. Los Informativos Telecinco que él presenta son un oasis de libertad al informar de la Fiesta dentro de los telediarios nacionales, muy lejanos la gran mayoría en lo que debería ser su labor de “no sustraer ese derecho a tantísimos millones de personas aficionadas”.

¿De dónde le viene a José Ribagorda la afición a los toros?

Algo tiene que ver con mi arraigo familiar. Mi familia, por parte de padre, es de Collado Mediano. Y allí tengo recuerdos muy vivos de mi infancia, de ver los toros desde el balcón de la casa de mi abuela en la misma plaza del pueblo, donde los festejos taurinos se celebraban con carros en esas plazas porticadas improvisadas. Lo recuerdo de muy crío y creo que eso de alguna manera te marca. Luego, además, mi padre fue novillero, toreó alguna novillada sin picadores, y recuerdo que me hablaba de toros, de sus evocaciones belmontianas… Ya después pues fui desarrollando mi afición en las corridas a las que me llevaba.

¿Y no heredó la idea de torear aunque fuese en el campo?

No, me da mucho respeto. Siento el toreo y al toro en el campo. He ido mucho a las dehesas con mi padre, me encanta ver al animal suelto, pasar un día en una finca, conocer una ganadería y admirar la fascinante labor que hacen los mayorales. Me gusta ver la manada cómo corre, cómo se torna tan dócil y luego puede ser una bestia de una fiereza descomunal en la plaza… El toro me parece el animal por excelencia.

La suya fue, por tanto, una afición heredada de padre a hijo…

Así fue, aunque después hay un momento determinante: cuando adquirí cierta madurez tuve un cierto desapego por los toros, pero al irrumpir la figura de José Tomás de alguna manera revivo, empiezo a leer más literatura y más crónicas taurinas. José Tomás fue un elemento determinante para afianzar mi afición en la década de los 90. Cuando te hablo de ese cierto desapego, me mantengo un poco vivo gracias a las crónicas taurinas de ‘El País’ de Joaquín Vidal, de quien era un auténtico devoto. Sus crónicas mantuvieron vivos esos rescoldos de afición hasta la descomunal irrupción de José Tomás que comentaba.

Es curioso cómo José Tomás ha conectado o reconectado a tantísimas personas con la Tauromaquia. Sí, a muchísima gente. Creo que hizo mucha afición porque trasciende a lo taurino. Es una figura totémica, casi espiritual, que te traslada a unas emociones impresionantes… Conozco a muchas personas que no han sido nunca taurinos y se han aficionado o al menos han empezado a respetar el toreo gracias a José Tomás. Entre ellos mi mujer, que de ser antitaurina cambió totalmente su concepto de la Tauromaquia después de ver una corrida de José Tomás en La Coruña.

¿Le faltan al toreo más figuras como José Tomás?

Sí, sin duda, aunque ahora lo estamos viviendo con personajes muy interesantes como Roca Rey, que está generando un atractivo muy grande en las plazas, atrayendo a mucho público joven que, en definitiva, es el que sostendrá y mantendrá el futuro de la Fiesta. Y también le atisbo otros rasgos como el de revivir un poco lo antiguo, lo cual a mí me gusta a pesar de que soy de los que piensa que el toreo debe evolucionar de alguna manera hacia un espectáculo un poco más ágil. Creo que puede haber una evolución sin que se varíe el sentido tradicional de la Tauromaquia. Si se viera afectado el ritual, sería el principio del fin.

¿Y cómo de complicado es para un rostro televisivo tan conocido como usted declararse abiertamente aficionado a los toros e informar a la vez de ello?

A mí me resulta fácil porque no hago más que cumplir con mi labor de periodista. Si se presume en España de que hay más de diez millones de personas que son aficionadas a los toros, yo me debo a la labor de informar de una actividad que es legítima, que forma parte de nuestro patrimonio cultural y que debería estar muchísimo más reconocida y apoyada por todo tipo de instituciones. Y yo hago eso, ejercer de periodista y no sustraer el derecho a tantísimos millones de personas a estar informados cuando realmente una corrida genera una gran expectación. Lo hago consciente de que en nuestra labor también está el preservar ese ritual, preservar esa tradición, y preservar esa identidad que ha conformado nuestra idiosincrasia como pueblo durante tantos siglos. Digamos que es como una especie de compromiso con muchas cosas: con mi país, con la gente que es aficionada y con mi propia labor de informador.

Pero, salvo excepciones como ‘Informativos Telecinco’ que usted presenta, en los telediarios nacionales cuesta ver una información taurina más allá de cuando hay una cogida grave.

Es complicado sí. Y por eso me gustaría que destacaras la tremenda libertad con la que yo trabajo aquí en Telecinco, en Informativos.

Mi criterio como editor se respeta y sólo puedo tener palabras de agradecimiento por la libertad con la que a los periodistas nos permiten trabajar en Telecinco tanto con el anterior equipo directivo encabezado por Paolo Vasile como con el actual, que sigue el mismo patrón. No tengo la más mínima indicación para no informar de una noticia relacionada con los toros.

Continuando con la televisión, le tengo que preguntar por el nuevo giro que da la Tauromaquia en este 2023 con el cambio de operador televisivo. Así de primeras, ¿qué le parece?

A mí me ha entristecido muchísimo la pérdida del Canal Toros de Movistar. Me parece una noticia tristísima porque no sólo retransmitía corridas, sino que hacía una labor divulgativa muy importante. Recababa la historia y te daba a conocer la dehesa, que yo creo que es muy importante también potenciar y favorecer el conocimiento al aficionado y a la gente que se pueda en un momento dado aficionar. El nuevo proyecto todavía no tiene la magnitud del otro, pero confío muchísimo en los profesionales que están metidos en él porque muchos son los que han hecho un magnífico trabajo en el Canal Toros de Movistar. Además pueden atraer a un público que está más relacionado con las plataformas, con las Apps, con las descargas, con los smartphone… En fin, puede servir también para atraer público joven que se estaba incorporando a la Fiesta poniendo a su alcance una tecnología adaptada a sus posibilidades, a sus gustos y a las tendencias. En ese sentido es un paso adelante pero… entiendo que para las personas mayores, que son muchísimas, es más complicado.

Y mientras tanto, TVE, la televisión pública, continúa sin retransmitir festejos en directo….

Es una cosa verdaderamente inexplicable. Como está Televisión Española, con el grado de politización que tiene, pues tampoco es de extrañar. Pero bueno, no es de ahora, es de hace muchísimos años. Ha gobernado el Partido Popular y tampoco han retransmitido toros… Y ha gobernado con mayoría absoluta. Hay una serie de hechos muy graves y que van en detrimento de la difusión de la Fiesta y me parece absolutamente lamentable que una televisión pública no preste la más mínima atención a la Fiesta Nacional e, insisto, a un espectáculo que genera muchísima riqueza y que tiene muchísimos millones de espectadores aficionados. Me parece absolutamente anacrónico, increíble.

¿Y las autonómicas?

Hay que destacar mucho su labor. El caso de Canal Sur, de Castilla-La Mancha TV, de Telemadrid… que hacen una apuesta decidida y firme por la Tauromaquia y con excelentes resultados de audiencia. Es muy de agradecer pero no se entiende que televisiones autonómicas sí apuesten y una pública no lo haga. Pero bueno, yo también ahí puedo intuir presiones de todo tipo por parte de socios de Gobierno, etcétera, etcétera, etcétera.

¿Cuánto le deja su profesión ir a los toros?

Bueno, voy lo que puedo, porque me gusta muchísimo ir, disfrutar con los amigos, disfrutar también con mi familia. Y siempre que el trabajo lo permite pues voy a Madrid, a Sevilla, a Bilbao, a Valencia… En definitiva a cualquier plaza, también de segunda, o a la de mi pueblo, Valdetorres del Jarama, estar con mis amigos toreros que viven allí y organizar una buena tertulia.

¿Por qué torero haría muchos kilómetros?

Ahora mismo por muchos. Creo que hay un plantel de figuras muy, muy relevantes actualmente. Me encanta por supuesto Roca Rey, ese valor, ese toreo volcánico, pero me fascina Morante. Si yo tuviera ahora tiempo me dedicaría a seguir a Morante, el tiempo que le quede. La temporada pasada a mí me parece la cosa más extraordinaria que ha sucedido en la Tauromaquia después de los años gloriosos de José Tomás. Roca Rey está por desarrollarse, yo creo que tiene un desarrollo técnico muy bueno y un valor sideral que no es comparable a casi nada. Se torea muy bien, se está toreando muy bien y hay variedad para todos los gustos. Y luego están los clásicos que ahí siguen: Talavante, que es una fuente cons- tante de inspiración y un torero que te puede sorprender en cualquier momento; El Juli, consagrado, que sabes que nunca te va a defraudar y que en esta temporada de su 25 aniversario lo va a dar todo. Creo que nos espera una temporada de lo más interesante por delante.

Volviendo a Roca Rey, en 2017 participó con él en un mano a mano de la Fundación Cajasol de Sevilla. ¿Qué le sorprendió entonces de aquel torero que entonces con 20 años ya era un mandón del toreo?

Pues me sorprendió la tremenda madurez que tenía, la convicción, la ambición por querer ser el número 1. Yo creo que eso es muy importante. Pero al mismo tiempo con humildad. Me parece una persona que es humilde, que tiene una tremenda seriedad y que además es un prodigio en la expresión. Se expresa bien, tiene cultura y tiene las ideas muy claras. Los toreros maduran muy pronto. A los 20 años, enfrentarse a la muerte y a ese mundo taurino muchas veces tan engorroso y tan liado, no sé, les hacen ser verdaderos supervivientes, en la plaza como fuera de ella, para sobrevivir a los egos, a los intereses, a los mangan- tes… A tantas y tantas cosas que hacen que maduren muy pronto. Y no me está decepcionando en absoluto, todo lo contrario. Creo que es el mayor revulsivo que ha tenido la Fiesta desde la época de José Tomás.

Ese mismo año, 2017, tuvo que informar de lo que nunca hubiera querido, de la muerte de Iván Fandiño, como un año antes tuvo que hacerlo con Víctor Barrio. ¿Cómo se prepara uno para dar este tipo de noticias, tan especialmente cercanas y duras?

Y también estuve a punto de hacerlo con José Tomás en Aguascalientes, que creo que estuvo muerto durante algunos segundos y eso fue algo que me llegó al alma porque se me caía todo un mito. La muerte de cualquier torero es una tragedia pero bueno, la muerte va tan consustancialmente unida a este espectáculo de vida y muerte, donde el riesgo es evidente y eso hay que tenerlo asumido. Viví también muy de cerca la muerte de José Cubero ‘Yiyo’ porque mi tío era el tesorero de su peña. Estuve presente en la capilla ardiente en su propia casa y salí acompañando un poco a la familia por las calles de Canillejas: me marcó muchísimo ver como decenas de miles de personas llevaban flores a su paso. Por tanto he vivido la condición del ídolo, de cuando el ídolo muere y se convierte en mito y en leyenda, fueras el torero que fueras. Ya fueras Manolete o fueras Víctor Barrio. Son personas que se juegan la vida y que saben que pueden morir, literalmente, en cualquier momento.

Los informativos que usted dirige fueron premiados por el Foro de la Juventud Taurina en 2016. ¿Qué valor le da al ‘boom’ de juventud que viene acudiendo últimamente a los toros?

Le doy muchísimo valor, y cómo se mueven en las redes. A mí ya me apoyan más, yo tengo muchos más partidarios que detractores en las redes. Es mucha la gente joven que me apoya en las redes. Creo que es una juventud que se ha visto acosada y que está levantando su voz, con ese componente de rebeldía que tienen los jóvenes. Entonces han dicho: ‘No pisotean mis derechos, no pisotean mi pasado, no pisotean mi historia y me quieren quitar algo que siento como propio, como mío y que, además, me gusta’. Ha habido un efecto acción-reacción, la gente está yendo más a las plazas, las escuelas taurinas tienen cada vez más alumnos... Yo creo que los toros están cada día interesando más y a un público cada vez más joven. Además se ha revertido el Bono Cultural, que no incluía la Tauromaquia, algo de absolutamente lamentable, y que se ha podido revertir gracias a los recursos que se han interpuesto por parte de la Fundación del Toro de Lidia. Todo eso ayuda, pero hay que seguir promocionando entre los jóvenes, haciendo una promoción en las escuelas, dando a conocer la Tauromaquia, favoreciendo en cuestión de precios para que los jóvenes puedan ir y, en definitiva, adaptar la Tauromaquia un poco al gusto juvenil planteando e imaginando iniciativas atractivas para ellos.

Otra de sus pasiones es la gastronomía. Y aquí el toreo, y el toro de lidia, adquieren también protagonismo principal. ¿Qué vínculos existen entre ambas pasiones?

Sí claro, el vínculo es total. Y a parte está integrado. Tenemos a un grandísimo cocinero como es Mario Sandoval que está haciendo un trabajo encomiable para poner en valor la carne del toro de lidia que es una carne gustosa, que es una carne sabrosa, que es una carne que vale muchísimo la pena y que está un poco denostada.

En este sentido, la Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL) viene haciendo una labor esencial con el Grupo Operativo TAURO, un proyecto europeo de innovación para conectar el valor ambiental del toro bravo con el valor gastronómico del producto de bravo

Sí, hay iniciativas magníficas. Yo, por ejemplo, voy de jurado a Pamplona a probar los rabos de todas las ganaderías que lidian cada año cocinados por un mismo cocinero para premiar el mejor rabo de la Feria del Toro. El último año que fui se lo llevó el de Núñez del Cuvillo, al que llamé para decirle que no sólo le cortaban los rabos en las plazas sino que también los cortaba gastronómicamente: le hizo mucha ilusión.

Y ahora que se acerca la Feria de

San Isidro, ¿el mejor rabo de toro de Madrid lo ha comido en…?

Pues hay varios. Me gusta mucho el de Trifón, porque voy todos los años y es el que más testado tengo, pero como el mejor te puedo decir que es el que hace mi mujer, Loles Silva, que me parece absolutamente sublime. Lo cocinamos una vez al mes en casa, es un rabo de una carnicería del pueblo, que son todo reses de la Sierra del Guadarrama, y está buenísimo. Los hacemos con tiempo, con vino Valdetorres, el vino de Emeterio, que es estupendo, y elaboramos unos rabos fantásticos.

La gastronomía es uno más de todos los argumentos de defensa de la Tauromaquia junto al meramente artístico, al ecológico, al cultural, al económico… ¿Nos falta explicarnos mejor?

Yo creo que sí, yo creo que falta más unidad de acción, apoyo más institucional sí, pero crear un lobby mucho más fuerte y más potente y que nadie haga la guerra por su cuenta. Los toreros tenían que ser mucho más proactivos a la hora de defender la Tauromaquia, habría que explicarlo todo más, ejercer mucha más fuerza, promover muchas más iniciativas, y conseguir revertir así esta situación de pánico a la hora de informar. Hay que deshacer muchos tópicos y romper con muchos complejos porque esto es algo de lo que nos tenemos que sentir orgullosos: defendemos la ecología, defendemos la historia, defendemos el arte, defendemos la cultura... Mi compromiso con la Tauromaquia será eterno y no me tengo que avergonzar de nada, todo lo contrario: voy a estar en línea por una expresión máxima cultural tan original, tan singular, tan nuestra, que nos diferencia, que nos da identidad y nos da personalidad.

¿Y cuál sería la solución?

Falta unión, falta un lobby mucho más fuerte. Ahora que se está revitalizando el mundo rural y que también se está uniendo, pues yo creo que el toro tiene que estar ahí y que tiene que tener voz propia, con todos: toreros, empresarios, ganaderos, promotores... Yo creo que se percibe que hay un cierto movimiento provocado por el acoso sufrido en los últimos años. Hay un cierto movimiento y una cierta agitación, pero falta que todavía se concrete. Luego los datos últimos son muy alentadores: el año pasado todavía medio pandémico hubo más corridas que en la prepandemia, con más espectadores que en la prepandemia…

En este sentido hay que destacar la labor de la FTL defendiendo al toreo de distintos ataques, entre otros, de origen político. ¿Es un peligro que la política sea protagonista en la Tauromaquia, que los toros se conviertan en un elemento electoral?

Totalmente, pues los toros no son ni de un partido ni de otro, ni de una ideología ni de otra. Los toros no tienen ideología y no se puede apropiar nadie de ellos, eso es un grandísimo error. Los toros pertenecen a todos, pertenecen al pueblo, al conjunto de la sociedad. Lo que hace falta también es apoyo por parte de todos, de instituciones, de partidos políticos, etcétera, etcétera. La nueva izquierda radical entiendo que nunca jamás va apoyar esto, pero partidos moderados, partidos centristas, partidos de Estado tienen que estar con cuestiones de Estado, como indudablemente es esta.

Escanea este código y el cartel cobrará vida en tu móvil. Vive la experiencia que abre una nueva puerta en la tauromaquia.

This article is from: