Jos茅 Orna/Rosa Blanca Miguel
Jorge y el drag贸n
Jorge era el chico más miedoso del pueblo, y también el más limpio. Todas las mañanas ponía una lavadora. No es que se manchara mucho, pero así tenía una excusa para salir a la terraza a tender y poder ver a Princesa cuando iba a comprar el pan.
En palacio vivían muchas personas, así que cada día Princesa compraba diez barras. Excepto los sábados, porque siempre iba alguien de visita y compraba alguna más.
Al principio, miraba entre la ropa tendida cómo pasaba Princesa camino de la panadería. A Jorge le gustaba mucho, pero como era tan tímido no tenía valor para decirle nada.
Tuvo que pasar mucho tiempo hasta que Jorge se atreviera a hablarle. Muerto de vergüenza, una mañana mientras tendía le dijo: Buenos días, Princesa. Buenos días, Jorge -contestó ella levantando la cabeza para verle escondido entre dos toallas. A partir de entonces se saludaban cada mañana. Sus buenos días olían a ropa limpia y a pan recién hecho.