ablo Codevilla oordina todos los sketchs. Incita a la tribuna. Corre. Salta. Reclama. Busca. Se tira al suelo. Produce. Levanta el letrero. Lo baja. Suda. Va corte. Suspira. Ya nada volverá a ser lo que era. "Quiero ser actor. Sueño con ser como Alfredo Alcón." Pablo Codevilla (39) tenía apenas nueve años cuando repetía esta frase. Entonces, hace treinta, iniciaba su carrera como extra en lacinta Pichimahuida, aquella maestra que protagonizaba Evangelina Salazar. En parte cumplió su sueño: enseguida hizo una película con Carlitos Balá y al poco tiempo otra con Luis Sandrini. Sin ser Alcón, no le fue nada mal. Era un chiquito pelirrojo, pecoso y retaeón, bastante simpático. Ahora, después de treinta años de carrera artística, sigue siendo simpático, pero tiene bastantes menos pecas y mucho menos pelo. "y sigo siendo petiso. Aclaro, por si hacía falta", remata con una sonrisa. Hoy, su actividad es otra. Chau al celuloide. Basta de libretos. Casi, casi, su último rollo hizo para Nicolás Repetto en Fax. Allí Pablo Codevilla todavía era actor. Pero desde hace seis meses, cuando Nico comenzó, se transformó en el productor artístico de un programa que tiene 25 puntos de promedio en el rating. Y ahora tiene la estatura de un hombre-orquesta. - Tu vinculación con Nico comenzó con tu participación en Fax, ¿fue un poco de casualidad? -Mirá, la historia fue así: Nico me llamó para hacer una nota. Los dos nos divertimos mucho. Recuerdo que él me dijo: "Che, Pablo, ¿no te gustaría hacer algo acá? Yo siempre había trabajado como actor con textos que me daban. Nico me pidió que armara algo. Hablé mucho con él y empecé a entender su manera de trabajar.
Primeros fans "Mis viejos tienen una enciclopedia de mi carrera. Mi papá grabó veinte casetes con los programas de Nico que más le gustan: donde yo aparezco en pantalla. Es tremendo. Se para frente al televisor y se posesiona. Vaya la casa de ellos una vez por semana. Y siempre que entro no puedo dejar de mirar un cuadrito donde hay una nota que me hicieron en GENTE hace muchos años. Tendría más o menos diez. Fue una de mis primeras notas importantes. Mis viejos son como mis primeros fans. Cuando sale una nota mía tengo que avisarles. Son los primeros que van a comprar la revista o el diario donde se publicó. Y cuidado con que me olvide o no les avise. Se arma un problema familiar. Y el principal acusado soy yo. ¿Sabés lo que es tener a una madre en contra hasta que se le pase el enojo?" 68
Lo escuchaba con mucha atención. Estaba ante una nueva gran oportunidad. Diferente quizás. Pero sabía que no podía desaprovechada. Es muy difícil que alguien te dé la posibilidad de hacer lo que querés. Me dio total libertad. -Pero no precisamente para ser Alfredo Alcón. .. -(Sonríe) Lo cierto es que no lo podía creer. Imaginate. Un día volví y le comenté una idea que tenía. Le dimos forma y empecé a trabajar en el programa. Yo organizaba mis propios sketchs. Los escribía,
-Pablo, ¿en qué momento pasás a ser más productor que actor? -Los dos años de Fax fueron de un laburo terrible. Porque inventaba los personajes y los hacía. Después Nico se fue a Miami a hacer Loft. Y yo me quedé acá. No podía alejarme. Teníamos la beba ... el nene. Era un despliegue muy importante. Me quedé acá trabajando como actor y me fue bárbaro. Pero cuando Nico volvió y me comentó su idea, me tiré de cabeza. No lo dudé un instante. Empecé haciendo un sketch, que a veces
CORRECAMINOS Dentro del estudio de Telefé no para un instante. Ni . siquiera para reír. Nico le dice: iMatate! Y él se mata trabajando. En su casa (derecha) disfruta de su escaso tiempo libre junto a su mujer, Noelí, y sus hijos, Sebaslián y Florencia.
los dirigía, los editaba ... Y descubrí con él una forma de trabajar que no había experimentado nunca. Porque Nico, cuando confía en vos, es muy exigente, pero te da la responsabilidad y la libertad de hacer lo tuyo. -Lo que desearía cualquier actor. -Cuando viví eso, pensé: "Pero... esto es lo que yo sueño. Esto me encanta. Nunca me pasó algo así". Y me fue muy bien. -Es como que Repetto te redescubrió. -Yo respeto mucho la forma de trabajar de Nicolás. Trato de aprender de él, pese a que tengo muchos años de profesión. Claro que tenés que garantizarle profesionalismo, laburo ... y más laburo. -Exigente Nico. í, es superprofesional y fanático del trabajo. Es un tipo muy creativa y muy estricto. Te da todo, pero matate ¡eh! Lo que aprendí de él, lo estoy haciendo yo con los chicos de la tribuna. Ellos se arman sus propios sketchs, y yo les transfiero la responsabilidad como Nico hace conmigo. Lo que él siempre dice, yo también lo repito: "Tenés la posibilidad de hacer un trabajo que te gusta. Matate porque muy pocos la tienen. Esto es tuyo. [ugate la vida". Los chicos que trabajan en el programa no son actores a los que, ni bien llegan, le dan la ropita y todo servido. Tienen que ser gladiadores que salen a matar. Yo los respaldo, pero la oportunidad es de ellos.
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lo repito, porque soy actor y seguiré siendo actor. Pero ahora la producción artística es lo mío. No puedo estar como actor y productor a la vez. - Tuviste que optar. -Digamos que Nico me propuso que me dedique a la producción artística. Y puse toda mi energía allí. -Hablás de tu nueva tarea con demasiada pasión. ¿El actor quedó relegado?
, -La producción artística me vuelve loco. y para mí es un privilegio hacer lo que me gusta y cobrar por eso. Estoy aprendiendo, y si tengo que salir corriendo, salgo corriendo. Si tengo que saltar, salto. No le hago asco a nada. -Pablo, no te vaya creer si me decís que en algún momento del programa no te dan ganas de dejar la producción y zambullirte en la pantalla. -No me creas, pero la verdad es que no me pasa. Cuando sucede algo lindo, que me atrapa o me gusta, siento como si estuviera ahí. O por ahí Nico dice algo divertido, y siento como que lo digo yo. -¿Pero no extrañás lo de antes? -No lo extraño para nada. Será porque durante treinta años hice lo mismo. Entonces, ¿cómo voy a extrañarlo? Además, siempre alguna cosita hago con Nico en cámara. -¿Se te cruzó por la cabeza que podías fracasar? -No tuve tiempo de pensarlo. Me ernba-
lé de entrada. Había una idea del programa' pero ponerla en práctica, que funcione, y que además tenga éxito, es como la gloria. -¿Se puede hacer una producción moderna sin dar un solo premio al público? n realidad, es la primera vez que hago un programa así. Pero me parece que a la mayoría de nuestro público le divierte más charlar con Nicolás que el premio que puedan ganar. Pasa con el caso del Siete y medio. La gente gana doscientos pesos, en cinco meses sólo cuatro ganaron mil. Claro que está la expectativa de ganarse el auto, pero me parece que en el programa lo más importante se da en la comunicación que tiene Nico con la gente. Y si no, que lo digan las mujeres que llaman. -¿Por qué creés que la gente se anima a hacer cosas con él, que a lo mejor con otro conductor no haría? -No sé si se puede explicar. Es como que Nico enganchó a la gente con su forma de
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ser. Hace que el público se suelte y no le tema al ridículo. Y maneja muy bien ese juego. Sabe hasta dónde puede llegar. Y la gente también. ¿Sabés? Tengo una obsesión y creo que la voy a cumplir. .. -Contame. -Me encantaría que Nico le haga una nota al presidente Carlos Menem. Sería espectacular. Porque le preguntaría lo que la gente siente y se imagina. El siempre pregunta lo que el público espera que pregunte. Esa es la clave. -Si seguís a su lado indefinidamente, ¿no corrés el riesgo de convertirte en Nicodependiente? -No me preocupa. Ojalá pueda seguir trabajando con él. Porque su sistema de trabajo es ideal y porque además nos complementamos muy bien: (riendo) él tiene más talento ... pero yo tengo más pinta. por: Miguel Braillard fotos: Jorge Bosch y Jorge Luengo producción: Gabriela Díaz 69