Olga Rodríguez. Poemario

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X. Mujeres adoloridas me gritan en los tobillos... P o e mar i o p o r O lg a R o dr Ă­gu e z



Texto: Olga Rodríguez.

Edición Mario Eduardo Ángeles.

La Testadura, una literatura de paso. www.issuu.com/latestadura www.latestadura.blogspot.mx latestaduraliteraria@gmail.com elgallodeletras@gmail.com México, Agosto 2015. Síguenos por Los derechos de los textos publicados pertenecen a sus autores. La Testadura, una literatura de paso, hecha para olvidarse en los lugares públicos o salas de espera.


X. Mujeres adoloridas me gritan en los tobillos... P o e mar i o p o r O lg a R o dr Ă­gu e z


poemas Olga RodrĂ­guez



La Testadura, una literatura de paso

I A quien Huidobro le resuena de madrugada. ¿Qué se siente el enamoramiento momentáneo? ¿Es diminutivo o prosa? ¿Es la cucharita del café amargo? Brillas en el sarcófago de un bostezo la sonrisa terrible nacida del coqueteo adyacente socarrón tembloroso imposible predicción de kilómetros a cuestas mármol sin forma de talla proclamando la resurrección ¡Maravillosas letras patibularias! vistiendo la madrugada con hormigas que seccionan

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Olga RodrĂ­guez [tu garganta. Mascullante recuerdo a cuestas trae flores a la ventana.

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La Testadura, una literatura de paso

II El kilometraje se me agota en el humo espeso de un tabaco, los trenes ya no tocan la sien ni tus dedos hurgan lo profundo de mi garganta canto | canto | canto tanto cantar y sentirte cuchara hervido siniestro entre mi sangre y las lĂ­neas que se cruzan de madrugada.

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Olga Rodríguez

III Pensé volverme gitana, andar de lugar en lugar navegando laberintos tocando caminando soñando cargando una mochila, barajas y suerte. Pero sobre todo maldiciendo, empezando por enviar a Lamia a traerte a mi cama, llevarte al infierno y romper los collares intactos | que mis labios [acuñaron | a tu cuello desabrido.

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La Testadura, una literatura de paso

Lamia por Abigail Larson

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Olga Rodríguez

IV Hay un verbo que acuchilla en la mirada, que dibuja la noche en mi cama cual asomo. Un verbo que no sé en qué altura del tiempo se estremece. Es brisa, brisa tan seca que entre cabellos termina con el sur y el poniente. Ramas. El verbo es ramas que se trunca en la melodía de una voz atormentada y que aún mudo lanza soles griegos, incitando. el verbo dice hace piensa

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La Testadura, una literatura de paso cachetea atemoriza Deberías: Decir algo, suspirarme en la cara mientras cierro la [puerta sobre el suelo. Deberías ser quien me retenga las piernas [con tus ingles ocasionando mil candados y prisiones. Deberías parafrasear ¡Por Favor! Deberías conjurar mi agobio ser sol sol agua | sonrisa | eterno | danza deberías- deberías.

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Olga RodrĂ­guez

V Me acosan los fantasmas de tu voz desnuda, la llamarada final atormenta ecos de noche. Inquieta te proclamo a solas y tu recuerdo me acompaĂąa a cada paso sin [la rima. Me acosan las ideas tercas de saberte fosforescente en la penumbra las voces ciegas me resuenan tu ausente nombre. Me acosa el viento tintineante de tu ser ajeno tu ser enojo tu ser perfecto.

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La Testadura, una literatura de paso

VI El estornudo diestro aniquila la tragedia de tu [historia continente. Si hablas los ecos me resuenan en los tobillos, [cual alfileres que sĂŠ que no eres. El estornudo y yo sentimos lo austero la estremecida caricia se nos vuelve paz. ÂĄVaya heroĂ­smo! Tus manos sin mis caderas y la historia que no [es el grito silencioso que decide no nombrar aquella caricia ya menguada de tu alma con [mis labios el desperfecto instante de eyacular sin orgasmo.

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Olga RodrĂ­guez HeroĂ­smo debe ser: vivir como tĂş vives, apabullando las palabras para no saberte mudo.

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La Testadura, una literatura de paso

VII Jadeabas desesperado, a la espera, estremeciendo el oleaje de tu semen cayendo por la noche | por la espalda | por los huesos | combatiendo entre mis piernas el inerte sentimiento de saborearte | paladar hundido | lengua hĂşmeda | mi vientre: empapado de tus manos, anclado a la idea de tu feroz batalla penetrante. Todo inundado, lleno de sudor de clĂ­toris | orgasmo | orgasmo | orgasmo. Jadeabas. Jadeabas en el ĂŠxtasis de quien niĂąo se convier-

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Olga Rodríguez te en hombre, imperfecto esqueleto de delfín decidido a poseer sirenas. Eras el espacio inhabitado de mi vientre ya torcido| pezones apabullados por el eco de la luna: vigilando en la zozobra de todo lo que no era. Combate| Enero| Asalto| Enero de nuevo| Asalto| fuerza nítida ametrallando el interior, dentro tan dentro, entre el ring y tu flácido impacto. Jadeabas al golpear, tu cuerpo con mi cuerpo, tus llagas sin mis manos. De espaldas, seduciendo las vértebras donde los extraños se postran a ayudar. Tercer acto | final: El hielo escapando entre los dedos, tu reinado falso generando incomodidad, el aire aterrorizado. El hielo | encuentro inesperado de dos almas que se deciden a ser carnales, tu car-

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La Testadura, una literatura de paso ne, de nuevo apu単alando mis dedos entre los labios y la vulva. Mil pasos | distancia | medio abrazo | medio orgasmo | lluvia resbalando por las piernas. Jadeabas.

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Olga Rodríguez

VIII Esas manos tuyas tejiendo estrellas en la [historia de mil inertes horas. Esas manos tuyas que no quieren ser voces [apabulladas. Rayos láser te integrarán al mundo cínico de la clase urbana. Esas manos del sistema que acuchilla la mirada [entre la noche que divide en clases del ombligo para arriba. Esas manos tuyas que me sacan el reflejo del [alma provocando corazones sin piel envueltos en llamas que no condenan Roma. Equilibrio tus dedos mi nombre

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La Testadura, una literatura de paso un hueco [__________] aquĂ­.

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Olga Rodríguez

IX A. Me besa la boca el nombre absurdo de la vida [sin costillas, cuerpo flaco reclamando la presencia de quien [se larga aterrizando en flores azuladas. alas | de ángel | que provocan desprecio al [saberte en el mundo subterráneo de lo [[mediocre. Me besa en los labios descascarados, sin alma sin cuerpo. Aquellos que te presienten en la negrura de [amantes necias, que dejaron de besar por no tenerte a cuestas cerca. Me besan las moscas lánguidas al no poseer tus

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La Testadura, una literatura de paso [ojos recónditos turbados en todo lo que fue y la obsesión eterna de quererte cerca | así, mío.

B. Beso que parte en dos perfección de sesos y peso. El cuerpo hoy aclara la mente de manías, con la [sensación de abrir los ojos de madrugada para ver si estás presente | en las letras vanas [que borré de mil ventanas | Dulzura a trozos, los gatos ya te sienten en la [calma. Se me siguen besando los labios al notar la ausencia | tempestad. Pensarte parece terco, aferrada al [beso de todo lo que es, de todo lo que debería respirarme [entre las anclas para liberar la idea | la lluvia | obsesión

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Olga RodrĂ­guez [que me grita casi siempre | de madrugada.

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La Testadura, una literatura de paso

X Mujeres adoloridas me gritan en los tobillos, acuñando el tiempo a lo pasado de la histeria ellas me miran por las calles con la mirada de [alfileres callando los ecos de su voz a cuestas. Mujeres turbadas me sienten en la distancia, cargando en la espalda la triste idea de mi [presencia que ni sabe que le saben, que ni apresura la calma a la trémula idea de escucharlas sordas. Mujeres descoloridas se me esfuman en el [cigarro son las dueñas de lo que no soy | la metáfora | [el verso | de mil amantes de costado.

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Olga RodrĂ­guez Mencionan entre murmullos la sal de mis [entraĂąas aproximan con rapidez el odio que trasmina por las noches los huecos de mi techo. Me miran | me miran | cuando ya no hay tiempo de correr por ellas. Mujeres estremecidas me acribillan convocando la hoguera de mi tren y mi sapiencia, que no quiere que la quieran. Que ni espera que le sepan.

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La Testadura, una literatura de paso

XI [SI te olvido el tiempo se me hará gotas en las uñas, retendrá pronto la metáfora de mil intentos]

Mañana será de nuevo el oportuno instante de buscar tu [calma de chillarte en la cara presintiendo | que no eres lo que me llega | que [el espacio no lo propones | te buscaré porque me buscas porque te encuentro en cada esquina en el palíndromo de versos que saturan la utopía. Mañana sí, mañana sí tendré el valor de buscar tu alma de chillarte arrodillando la mente.

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Olga Rodríguez Mañana a esta hora sabrás que la obsesión no me tiñe [de rojo la mirada. Espero mañana sea el momento de adquirir tus manos [delicadas para aclarar más de mil veces aquella culpa que flota en las entrañas. A esta hora, siempre es mañana. Siempre es feroz la idea de pararme en tu casa [para sembrar fruta de esa que crece en tu terquedad y mi orgullo. Te buscaré, porque me buscas. Mañana cuando todo sea como hoy de madrugada.

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La Testadura, una literatura de paso

XII Ya no importa cómo eres, los versos míos te atrapan [por la espalda | Es la nuca y el silencio: Sin erotismo. Rayaré las paredes esperando a que vuelvas, con tinta de vida de aquellas interminables.

Añorando la presencia de un ente que no vuelve, de madrugada la cama se hace grande tragando líquido el espacio que no ocupa. Sí, somos vacío hundido en el fracaso del será. Sentada, esperando que me lleguen las letras inconclusas de un alma atormentada, misteriosos senderos que no parecen terminar. Acá, donde los corazones venosos se vuelven ceniza.

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Olga Rodríguez Manía, pensar de ésta manera. Esperar la obsesión de mil recuerdos durante meses. Escribo el ciclo que no parece terminar, los dedos mudos no se cansan| se atoran entre las teclas| la pluma fuente| la libreta| Añorando el inconcluso que reclama por la noche, esperando| esperando| siendo anciana en el rincón de siempre, donde llueve gotas áridas, acabadas en tornados [que no brotan. Ya no importa cómo eres, los versos míos te construyeron a perfección y odio: redondo sin erotismo.

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La Testadura, una literatura de paso

XIII Te voy a detener en abonos chiquitos, estarás cansado en el sitio de siempre con los brazos puestos en los ojos. Quebrantaré la distancia con alucinaciones, la boca distinta. Despertarás. Te detendré y doblarán las campanas, se irán en silencio con tu nombre. Seremos pues, distancia corta con besos y saliva orgásmica, los sueños te olvidarán y te quedarás aquí (espacio) aquí. Se perderá el tiempo entre el sonido afanoso de tu vida en el viento tormenta rayos agua luz

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Olga Rodríguez Te voy a mantener dentro del sarcófago que guardará los huesos de la piel que ya no rozas. Serás imperfección colocada en la cobardía del sol naciente | sol de nuevo | sol. Todo será luna eterna entre tus ancestros y mi mente, nada faltará en el abismo sin ranura. La cuchara del café amargo, revuelta en los callos de pestañas ya cansadas. No hay atmósfera, los átomos no te reclaman en la espera del regreso anudado. Verso | estrofa | casi párrafo.

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La Testadura, una literatura de paso

XIV La ausencia es de ti lo que encuartela [adicciones de placer simulacro infinito de oscuridad la bandera no cuela estrellas en los [c铆rculos la luna se estremece en los rincones del [sol. La ausencia de ti es el faro sin luz temiendo [ansiedad invasi贸n a茅rea | constante | todo se eleva en la distancia manantiales de tus venas que no siguen [pasos ni dejan huellas. La ausencia de ti nada en la obsesi贸n de la [nada

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Olga Rodríguez vuelvo a la obsesión | caer sobre media persona convertida en [dos. antídoto la ausencia de ti es adicción tu espalda recta en turbinas sordas todo empieza en girones que anclan [muerte adicción a no tenerte. Se descarna la noche| la tarde | la ausencia de ti es vida oscura recubierta [de cartón espejos rotos en el centro del salón ausencia de mí viviendo en tu ausencia.

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La Testadura, una literatura de paso

XV Te mostré el camino de regreso a casa, para que [entre arena supieras subir a un camión y [[sentirte poderosa. Fue fácil. Fuiste sirena sin espacialidad, te perdías a media calle con los ojos abrillantados te mostré a acomodar la ropa en mi rollos [dentro de una maleta, para que entre carruajes [[te volvieras cenicienta. Fácil. Trémulas cayendo de tu sonrisa cortada, la felicidad ingenua de quien se marcha por [primera vez al desierto inhumano, tu sonrisa [[curiosa. Fácil.

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Olga Rodríguez Será ahora recordar que te tiembla si no estoy, [que escuchas voces mudas en el tintineo de [[una plaza que comes lento, desesperas rápido, duermes mucho, sueñas poco. Te mostré finalmente a largarte, para no volver. Fácil. pero en verdad entre sarcasmos aprendiste a no voltear hacia atrás volver estatua a tu pasado no añorar lo que florece a ver triunfos encallados a [tus manos.

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Av. Río Moctezuma no. 266 Plaza San Juan, área de comida local 3


Olga Rodríguez Sanjuanense nacida en 1991, mes de Agosto, el día 30. Estudiante de Psicología en la Universidad Autónoma de Querétaro. Pertenece a colectivos imaginarios, unidos por el arte. Con publicaciones que van desde el ciber espacio hasta algunas páginas regadas.


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