Dirección General: Mario Eduardo Ángeles. Textos: Omar Guillén (Chaka Egul). Fotografía de portada: Roxana Jaramillo. Series fotográficas: Eloísa Samaniego y Karely Ramírez Pérez. Consejo Editorial: Bardo Garma, David Morales, Miguel Escamilla, Cristian Martín Padilla, Salvador Huerta, Pedro M. Serrot, Erich Tang, Mo. Eduardo Ángeles , Jesús Reyes y Enrique Ibarra. Agradecimientos especiales a Roxana Jaramillo, Diana Isabel Enríquez, Paulina Romero, Flor de Liz, Tzolkin Montiel. Contacto: latestaduraliteraria@gmail.com México, Febrero 2014. Síguenos por
Los derechos de los textos publicados pertenecen a sus autores. Cuida el planeta, no desperdicies papel.
CONTENIDO
Pequeños ejercicios de provocación
Entropía literaria
Mundo marginal
Palabra de honor
Invocación
Fotografía por Eloísa Samaniego Karely Ramírez Pérez
Pequeños ejercicios de provocación Por Omar Guillén (Chaka Egul)
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EntropĂa literaria
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Entropía literaria A veces, agotado por la interpretación sin fin, ese monstruo viscoso que se pasea burlón por mi entendimiento, quisiera creer que nada oculto hay en los enunciados, que no hay significados elusivos en las palabras, ni conocimientos plegados entre líneas, y que lo único que está allí es la palabra desnuda escrita como quiero: sólo el concepto preciso e inmutable y sólo la imagen fotográfica. Sólo representaciones exactas de mi ser que sin ningún La Testadura
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esfuerzo te abordan con el poder de la primera impresión y que, en ocasiones singulares, cuando estás abierto a lo que no eres, simplemente te acarician, te rascan, te desgarran o te atraviesan y te hacen sentir o pensar algo que de antemano no estaba en ti. Sin embargo, y a pesar de que aún soy un ingenuo que sigue creyendo que la palabra es lo único que puede salvarnos, definitivamente no soy un idiota que cree que las palabras son exactas y tienen un significado único, y mucho menos soy un imbécil que las confunde con las cosas que nombran. Además, fui formado en una tradición hermenéutica que todavía no me puedo sacudir y la búsqueda de sentido se me impone como si no supiera quién soy y no comprendiera qué es la muerte –amén de que La Testadura
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también tengo un gusto perverso por las metáforas, los acertijos y los tejidos complejos, y por eso, por más que quiero y me esfuerzo, cuando escribo sólo eventualmente puedo abandonarme a mi intuición literaria y sólo por momentos puedo dejar que mi conocimiento sensible y no consiente de las cosas fluya a través de mis dedos: …estas no son historias, tampoco es poesía y mucho menos filosofía. Tan sólo son eructos de una ontología podrida, flatulencias de una estética indigesta y, aunque no parezca, también son risas La Testadura
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nerviosas de un espíritu libertario y una respiración entrecortada que se divierte con el caos antes de regresar a Dios, ese origen inefable e incomprensible de donde proviene todo lo que existe en el universo, y no una esperanza crucificada que se convirtió en sacrifico inútil… …el aliento de la muerte me refresca el alma y me acaricia los testículos: el sonido de las campanas dibuja un destello lúdico en mi lengua y el sentido de las cosas cambia: afuera es hoy que es el ayer y el mañana condensados en este instante que se va y permanece al mismo tiempo…adentro, adentro es el más allá La Testadura
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que está aquí, fuera de mí con las raíces saliendo de mis poros…adentro estoy yo solo con todos los que me importan construyendo estas ideas que hacen que el cerebro me punce sin saber si se expande o se comprime, si explotará o implosionará o si sólo se reconfigura para hacerme sentir lo distinto y permitirme pensar diferente… …las frases gotean en el espejo: es mi mente eyaculando en las paradojas del mundo: resonancias diminutas en los pliegues del reflejo… …las ideas crujen como puertas secretas que conducen al nirvana. Me asoLa Testadura
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mo a la nada para burlarme del silencio absoluto… …completud del vacío. Nada total, certidumbre absoluta. Mujer, acerca un poco tu risa a mis ojos para escuchar el llanto de la ausencia… …estor deliberadamente solo, pero inexorablemente acompañado de mis sombras y mis reflejos. Me encuentro perdido entre la genialidad del loco y la locura del genio, y mi soberbia es ridícula porque convertirme en cerdo o en superhombre continúa siendo mi dilema cuando la respuesta siempre se ha encontrado en una tortilla con un plato de frijoles o lentejas… …para ser más grande que Jesús hay que La Testadura
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corregir de manera definitiva los errores del Dios judeocristiano, es decir, hay que extirpar de manera definitiva la maldad, la ignorancia, la apatía y la cobardía del corazón del Hombre y esto lo puede hacer cada humano consigo mismo. En efecto, incipiente Sherlok, todos los humanos somos Cristos supremos en potencia y todos podemos enmendarle la plana a ese Dios viejo… …los gusanos gritan desde las conjeturas de la carne: “Cuando el enigma no es el principio y el fin de toda acción, los gestos y los movimiento se convierten en un acto, una representación incompleta y La Testadura
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distorsionada del ser, un engaño inevitable que, debido a sus deficiencias y a pesar de se ha convertido en arte, nos muestra que hoy, como siempre, lo incomprensible nos rodea y nos habla en cualquier cosa y en todas partes”… …el movimiento es el principio que lo origina todo y todo existe en cada cosa y cada cosa existe en todo porque en cada cosa se realiza el universo:…los extremos son el fundamento de la carne y de la idea y el caos es la balanza de la esencia: …el equilibrio es la arrogante ilusión de la ignorancia, la justificación de la hipocresía y el miedo, y el absurdo es el amoLa Testadura
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so amigo del conocimiento, el desorden que origina lo nuevo:…la espiral es la matriz por donde somos arrojados a lo incierto, la galaxia huele a tierra mojada y el ADN se modifica en los negros océanos que se forman dentro de los poros reventados por la muerte… …nubes de líquido amniótico y flujo cefalorraquídeo corren por mis venas: caminamos juntos para alcanzar el sentido oculto en la raíz del horizonte… …ya no hay lugares fijos ni paraísos perdidos, la serpiente se volvió un fantasma esquizofrénico, una mascota que se agita con mis pasos y un sirviente sumiso que me peina y repta en los océanos espirales que brotan de tus sueños… La Testadura
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…tengo la piel seca y los ojos volteando hacia adentro: soy un flujo de sangre, lágrimas y esperma, un silencio congelado en mis venas pegadas a mis huesos… …las bocas solares succionan la esencia del futuro: seremos palabras olvidadas en el basurero, pero también sentimientos inertes que alimentarán a parásitos y carroñeros, humanos incapaces de construir algo por sí mismos… gusanos que viven de los despojos ajenos…
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Mundo marginal
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Mundo marginal Aquí, en los extremos del ser, a la orilla de la totalidad, en el borde de la nada; no hay oportunidad de ascender, ni de ir más abajo. De hecho, sólo puede haber desplazamientos horizontales y equitativos y lo único que nos queda es abrazar los despojos de quien se encuentre al lado, siempre ruinas de un esplendor que nunca llegó, pero que enraíza en nuestros poros como un primogénito y nos invita a difuminarnos juntos en los pliegues de lo La Testadura
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cotidiano. Aquí, en el mundo marginal y periférico de los excluidos, cloaca hospitalaria de una civilización que se suicida pero se niega a morir, aquí la historia se escribe con orines, sudor y grasa porque la vida es una entidad ajena y abstracta, un instinto que se escurre en los ojos del testigo ajeno y también un impulso irrefrenable que se protege de sí mismo y huye de quienes se dicen humanos. Aquí, en el lugar donde el absurdo y la ironía encarnan en huesoso rotos y deformes, aquí hay sonrisas de fuego interminable y frío eterno, arcángeles agotados La Testadura
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por la búsqueda de poder, hadas que exhiben orgullosas sus sonrisas incompletas, ogros humanizados y humanos de granito que tienen entrañas de pantano y alas de humo. Aquí, las almas gimen de placer sin importar el desamparo originario y, más allá de los sufrimientos compartidos en silencio, los cuerpos ríen en el fondo de la carne molida y por encima de los nervios que palpitan y se retuercen entre restos de prostitutas que nuca aspiraron a ser princesas e indigentes libertarios que vomitan pus y sudan viento. Los soldados transparentes duermen La Testadura
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el sueño de la infamia, lanzan ronquidos agonizantes que se estrellan en los oídos sordos de los cantineros, ese prestidigitador que prepara destilados negros de origen sensible y nos alimenta con historias de anónimos héroes sifilíticos. Los ríos verticales formados con la sangre de dioses primigenios fluyen libremente, los sentidos de la muerte se bifurcan en profundos callejones y la vida adquiere su dimensión exacta en esas geografías subterráneas, cañadas y mesetas que se construyen sobre las luces que palpitan en el fondo del cielo. Una reina decadente baila con ritmos La Testadura
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fracturados, sueña que mañana será una anciana sabia y respetada, y, mientras su vanidad se infla con gritos y aplausos, dos ángeles de ceniza, pepenadores de la condición humana, se acercan reptando hasta ella y le dibujan paisajes obscenos en las nalgas. No somos nada, piensa en voz alta el joven anciano de mirada rota, criatura hosca que me observa a través del espejo mientras bebe un trago de aguardiente y, con un movimiento incontrolable, agita sus manos perforadas como tratando de atrapar los ecos sin tiempo que allí habitan: risas-gritos-sollozos-gemidos-plegaLa Testadura
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rias que rebotan en las paredes como mariposas aturdidas en un horno helado.
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Palabra de honor Amo las palabras con la misma intensidad que un perro ama a quien lo alimenta. Las amo porque son unas pequeñas putas que a nadie se niegan y a todos complacen. Son depravadamente versátiles, se acomodan en la posición que quieras, sirven para que te desahogues por completo y nunca protestan, aunque eso sí, a pesar de que sean claras y directas, y en la intimidad se entreguen sin reserva, su corazón es elusivo y su pleniLa Testadura
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tud inalcanzable. ¡Ah mis pequeñas putas que son de todos, pero no tienen dueño! ¿Hasta dónde llegarían sin el niño hambriento que las degrada a llanto? ¿Cómo se comportarían sin el depravado que las viola y las hace vulgares y obscenas? ¿Dónde terminarían sin el amante experimentado que las transmuta en gemido y caricia y, una vez satisfecho, las convierte en gozoso silencio? ¿Y qué sería de ustedes sin los poetas que las convierten en elegantes y refinadas compañeras? ¿Qué sin los filósofos y científicos que las hacen pretenciosas y déspotas reinas? ¿Qué sin los políticos y periodistas que las tratan como decadentes rameras? Y La Testadura
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finalmente, ¿qué sería de ustedes sin los curiosos indomables que les dan su lugar y les permiten recuperar su dignidad y su elocuencia? ¡Hay putitas de mi carne metafísica! Prestidigitadoras de mi deseo, sepultureras de mi nada, ustedes disculparán mi falta de musicalidad, pero sólo soy un escribidor amoroso que, agradecido y respetuoso, trato de acariciar sus entrañas con mi lengua y con mis dedos y no un poeta consagrado que furioso les puede decir: “¡Vamos putas, muévanse con
el ritmo de mi inteligencia! Exciten mi pensamiento y alimenten mi deseo. ¡VaLa Testadura
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mos putas! Pujen con fuerza porque están pariendo un pensamiento. ¡Vamos hermosas! Supliquen, chillen, aúllen, giman, jadeen. Mastúrbense frente a todos y sométanse a sí mismas. Vamos. Enuncien lo imposible, penetren en las mentes virginales y reprimidas y siembren en ellas el placer del juego y el beneficio de la duda. Vamos, déjense fecundar por nuevos sentidos del humor y entréguense dócilmente a la imaginación porque sin ella son nada y sólo ella puede resarcir sus faltas y liberar sus excesos”.
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Ven, mujer de asombro constante y risa imperturbable, el signo de la resurrección adorna mi cabeza como una certeza que no ha encontrado concepto. Ven y no temas, ambos sabemos que tu religión es la transformación permanente, que por naturaleza desconfías de lo que no tiene rostro transitorio y que por eso destruyes cualquier cosa que pueda convertirse en atadura. Sin embargo, ambos también sabemos que en el fondo la transformación permanente es algo fijo, una inmutabilidad de mil formas que, con sutileza imperceptible, nos seduce para encadenarnos en lo efímero. La Testadura
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Simplemente nada si no somos capaces de construirle un ritmo donde quepan los momentos que no cambian, así que no huyas y no trates de esconderte de mí, mi pequeña muerte, ambos sabemos que sólo podemos reconstruirnos con viento y fuego, y que nuestro reencuentro es una sorpresa esperada. ¡Vamos mujer, no te niegues! Sólo quiero que tu palabra me abrace con sus historias de infinito y rebeldía, y hasta acá escucho ese corazón abierto que palpita entre tus piernas y balbucea mi nombre con sensaciones que no mueren. La Testadura
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