La Testadura no. 9: Ensayos literarios 1

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Conflicto Mental, La Santidad y otros ensayos...


Coordinación editorial: Mario Eduardo Ángeles. Jefe editorial: Erich Tang. Ilustración de portada y págs. 5 y 21 : El Pulpo Santo. Fotografías: Ko Ré (pág. 10), Francisco Enríquez Muñoz (pág. 17), HacHe Herani Enríquez Amaya (págs. 22, 24, 25, 36 y 37) Correctora de estilo: Lizeth Briseño. Consejo Editorial: Manuel Bañuelos, Miguel Escamilla, Salvador Huerta, Pedro M. Serrot, Erich Tang, Mo. Eduardo Ángeles, Jesús Reyes. Contacto: latestaduraliteraria@gmail.com latestadurliteraria@hotmail.com México, 2012. Los derechos de los textos publicados pertenecen a sus autores. Cuida el planeta, no desperdicies papel.



CONFLICTO MENTAL Daniel Ramón Velázquez Ortiz

LA SANTIDAD Chrysthian Arturo Cortés Herrera

EL DESNUDO ATEMPORAL Francisco Enríquez Muñoz (pornocochinon@yahoo.com.mx)

QUEER BORDERLINES Lechedevirgen Trimegisto


Una de tantas complicaciones preocupantes de la vida actual:

conflicto mental Por Daniel Ram贸n Vel谩zquez Ortiz


Conflicto Mental Por Daniel Ram贸n Vel谩zquez Ortiz


Conflicto Mental ''Todo cae por su propio peso y vuelve a ser igual''-pensó ella, cuando regresó no lo encontró: ¿Porque la vida es tan cruel? No, la vida no, tú fuiste la cruel- una voz susurró a su oído Ella, intrigada y llena de curiosidad, empezó a merodear alrededor de su cuarto ¿quién había hablado? se agachó para buscar debajo del escritorio y, al levantarse, escuchó de nuevo aquella voz - oye, voltea. La chica brincó de la impresión al ver que esa voz no tenía cuerpo, tampoco alma, entró en shock y se desmayó. Después, la niña, mareada y confundida, se levantó del suelo. Poco a La Testadura

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poco su vista nublada empezó a definir la pequeña figura de un hombre de ojos rasgados, piel tersa y blanca, calzado con botas largas. Ella, llena de preguntas, desconcertada le dice: ¡¿tú… quién eres?! ¿Qué haces arriba de mi cama? - Yo, soy lo que soy, como dijo Jesucristo-. - ¡Por favor!, deja de decir estupideces y dime ¿Qué haces aquí? ¿Qué quieres? – dijo ella. –Yo, nada, Tú eres la que regresó a buscar algo ¿cierto?- Dijo el pequeño hombre.- Si… pero, ¿a ti que te importa? …además no te conozco ¿Por qué he de contarte esto?- dijo ella- No me conoces y no necesitas contármelo porque ya lo sé, y te lo vuelvo a repetir, soy lo que soy… Te advierto… (Interrumpe la chica)¡demonios! ¡No entiendo carajo!- el pequeño hombre alza la voz - ¡cállate! Y escucha ¿quieres?... y te lo advierto, es la última vez que lo diré así que pon atenLa Testadura

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ción-. La chica, desesperada toma asiento y escucha las palabras del hombre: ‗‘Mira, tu vida tranquila, armoniosa y acabada, no está nada bien. Puedes vivir del fruto que vas rindiendo día a día con tu vida laboral y rutinaria. Pero tu mente necesitan llenar un vacío, te apasiona el amor y no te es suficiente. Tú tuviste la culpa, ¡acéptalo!, él te aceptó, te quiso, te adoró ¡te amó! Y ¿tú?... sólo te fuiste. Y pensaste que él estaría esperando y ahora lo único que ves es a este pobre hombre que ni siquiera existe. Date por vencida y ¡mátate!, ¡perdiste todo!, todo lo que tanto trabajo te costó conseguir y por eso serás infeliz toda tu vida. Hasta nunca. ‘‘ Y la linda y hermosa chica abrió los ojos y, poseída por la persuasión de un juego de ideas y crisis producto de sus pensamientos, siguió las órdenes del homLa Testadura

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brecillo y se ahorc贸. Y todos vivieron infelices por siempre.

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La Santidad Por Chrysthian Arturo CortĂŠs Herrera


La Santidad Por Chrysthian Arturo CortĂŠs Herrera


La Santidad La VIDA, se torna un reflejo del oscuro sentido del pensamiento. Y me pregunto ¿ahora vivo o me encuentro muerto? Solo el ergo es vitalidad de una causante o, también la inexistencia se vuelve caos. ¿Vitalidad del destino y libertad de incrementar mi sinrazón? O simplemente la inutilidad de encontrar la aguja en el laberinto de la vida. Sos, la maligna esencia del ser que se desenvuelve en un estado de pesimismo existencialista. Soy un existencialista que precede de la física cuántica. Observo lo inobservable, critico lo in-criticable, como una suma desencadenada de la resta pragmática. Si miro al cielo veo mi rostro; La Testadura

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si veo en el bosque miro mi cuerpo; si miro el agua observo mi sexo ¿Es acaso que nazco sin libertad de pensamiento? O es acaso que, ¿La filosofía propone un pensamiento que ahora revuelve mi espíritu, pero si mi espíritu se revuelve con el pensamiento, el alma es lo mismo que la esencia, y la razón parte de esta premisa, entonces dios es la razón y la razón critica a ese dios para poder ser autosuficientes y depender del pensamiento filosófico humano otorgado por dios? ¿Qué soy entonces, si no el resultado del pensamiento filosófico de Santo Tomás? Si miro a un espejo no me observo, miro el contorno, la forma simétrica de octaedros, cubos y circunferencias elípticas de la trigonometría aplicada. Yo parto del punto que circunda el alma. Mi cuerpo es x y ‗ella z y multiplicamos la cantidad de x que se encuentran La Testadura

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para poder cortejarla (x) (infinito) + (z) (infinito a las posibilidades de mujeres que puedo encontrar iguales a ella). Es indiferente ser así, es prohibido. Renuncio a todo, a todos. Sociópata. Muerte del cuerpo y renuncia al espíritu. Mierda al ser supremo. Renuncio a la vida como a la muerte, la una me enseño a no temer por la vida y mirarla pasar mientras mi cuerpo se descompone, la otra me enseño a temerle y correr de ella. Quién soy si no un aleteo mordaz. Quién si no una epifanía repetida día tras día. Fluyo constante y me hundo como el pensamiento, y aun así el tiempo se detiene para invocar su juego amoroso. Soy el espacio que retiene el tiempo, pero no la vida que lo otorga. Soy un insípido suspiro.

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Por Francisco Enríquez Muñoz


Francisco Enríquez Muñoz (México, D.F., 1975) Escritor, dibujante, fotógrafo. Autor de las novelas: "Los héroes ya no tienen lugar" (Ed. Arcángel, México, 2000) y "¡Clang!" (Ed. Ananké, México, 2001); y los poemarios: ―¿Qué es la pornografía?‖ (Ed. Tacos de la Esquina, México, 2011), ―Todas las putas que he conocido‖ (Clarimonda Drunk Ediciones, México, 2011) y ―Los fucking days‖ (Ediciones Presente, Argentina, 2011). Ha colaborado para varias revistas de México, Chile y España. Columnista del periódico ―La Jornada de Morelos‖ (México). Ha lo largo de su carrera ha obtenido diferentes premios y reconocimientos en México, Chile, Argentina y España, tanto en lo literario como en la ilustración y la fotografía.


EL DESNUDO ATEMPORAL Francisco Enríquez Muñoz

(pornocochinon@yahoo.com.mx)


EL DESNUDO ATEMPORAL Lector mío, quienquiera que seas, supongamos que eres un hombre heterosexual (no por dudar —ni tantito— de que en verdad seas hombre y te gusten las mujeres) y que has sido elegido por tu mejor amigo (un simpático científico loco) como conejillo de indias para uno de sus experimentos. Esto último significa que emprendes un viaje al ya lejano 1993. Ahí, conoces a Anna Nicole Smith, la playmate del año. Sí, ella todavía está viva. Mírala: de pie ante ti, calzada con negros tacones de aguja y envuelta en un vestido rojo, ajustadísimo que deja al descubierto sus magníficas rodillas. Parece que sus fenomenales tetas van a reventar La Testadura

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de un momento a otro el pronunciado escote que las oprime. La ves vestida así y te la imaginas desnuda. Al verla te emocionas y al imaginarla te excitas. Mejor dicho: la has visto vestida y de inmediato has deseado verla desnuda. La ropa puede convertir al desnudo femenino en un deseo. El arte usa el desnudo femenino como tema recurrente. De este modo, el arte actúa al mismo tiempo como brújula y como espejo del deseo. Y plasma el cuerpo de la mujer como una fantasía atemporal, no suele crear sino mantener un estereotipo. El desnudo femenino transita por todos los museos del mundo con la etiqueta de ―erótico‖. La mujer siempre ha sido moldeada por el erotismo y eso repercute en cómo ella misma se piensa, se concibe a sí mismo y construye su propia vida sexual. De hecho, en La Testadura

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el erotismo se utiliza el desnudo femenino con los mismos moldes que en la pornografía. Peter Greenaway alguna vez dijo que la vida sólo le ofrece dos temas al artista: el placer y la muerte. Y Kant alguna vez escribió que el arte puede tratar cualquier asunto y promover cualquier sentimiento, independientemente de su moralidad y del horror que pueda despertar. Con todo, más de un artista apela al criterio del ―buen gusto‖ para legitimar su tratamiento del desnudo femenino. El buen gusto está íntimamente asociado al pudor y representa, por lo mismo, una normativa del límite. Ahora, lector mío, quienquiera que seas, imagínate a Anna Nicole Smith (la de 1993) tal como su madre la echó al mundo, en estado de desnudez bíblica, en pelotas, en cueros. Sobre una cama matrimonial, La Testadura

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Anna Nicole Smith se tiende bocarriba en una interesante postura: las rodillas alzadas, los muslos ampliamente separados, la vulva en actitud invitadora. Se toma los infinitos senos con las manos, los levanta hasta la altura de la boca y chupa sus propios pezones con una lengua sonrosada, aletearte. Su mirada y su sonrisa son equivalentes a un dame, a un qué me darás, a un qué puedes darme. ¡CLICK! « ¡Oh, no —exclaman los críticos—, es una foto de mal gusto!». Si nuestra Anna Nicole Smith hubiese adoptado otra postura sobre la cama, o si ella se hubiese puesto una tanga y un corsé, la foto automáticamente habría ingresado al mundo del buen gusto. En efecto, la imagen de todo el cartilaginoso universo, origen del mundo, caverna rojirosácea que expele y succiona, túnel, puerta, mar, boca, que hay entre las pierLa Testadura

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nas totalmente abiertas de la mujer es de mal gusto. Los críticos, infames diablos disfrazados de tiernos angelitos, que siguen siendo pedantes, conservadores y cobardes, que no cambiarán, pero sin remedio y por suerte habrán de morir, pregonan: «Un desnudo es pornográfico si enseña demasiado y si enseña poco, es erótico; y nada de nocivo hay en el desnudo femenino erótico, artístico, de ―buen gusto‖. Pero en el desnudo masculino, mejor es esconder el pene. Ese pepinillo. Ese apéndice. Ese rabo. Lo mismo da que esté erecto o no. ¿Cómo hacer arte con eso?». Por una cuestión estética, en la cultura occidental, y probablemente en todas las culturas, el desnudo femenino erótico, artístico, de ―buen gusto‖, está mucho más permitido que el masculino. Muchos soñamos que en el siglo XXI íbaLa Testadura

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mos a vivir como los Supersónicos, pero (¡oh, triste realidad!) ni siquiera hemos podido vivir como los Picapiedra. Y por si esto fuera poco, el desnudo femenino aún es muy clásico, es decir, proveniente de la antigua Grecia y reproducido a lo largo de los siglos a través del Renacimiento y el neoclasicismo. Este desnudo se edifica sobre el concepto de la mujer ideal, la mujer bonita, buenota, joven, alta, limpia, depilada, sana y aparentemente sin hijos, sin pareja, sin mamá. Por alguna extraña razón, todavía hay partes del cuerpo que generan más pudor. Es común ver en las exposiciones de arte erótico contemporáneo la imagen de una atractiva muchacha totalmente desnuda cuyos pezones y cuyo sexo permanecen cubiertos por sus propias manos, o por un objeto decorativo, o por velos inoportunos, o por medievales hojas La Testadura

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de parra, como si los pezones y el sexo, y no la desnudez en sí, dejara al descubierto mucha más carne. Lo que ahora parece distante no deja de tener vigencia en cuanto a su férreo conservadurismo que sigue sosteniendo como argumento la existencia de un término: «DESNUDO ARTÍSTICO». Y si todavía no podemos asumir con naturalidad la imagen de una mujer desnuda y pierniabierta, qué puede esperarse de la imagen de un pene erecto insertándose en un lubricado orificio vaginal.

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QUEER BORDERLINES Por Lechedevirgen Trimegisto


QUEER BORDERLINES Por Lechedevirgen Trimegisto Dir. Gran Guiñol grupo artístico Performer y artista disidente.




QUEER BORDERLINES A continuación haré algunos comentarios sobre la Teoría Queer y algunos de sus seguidores que representan, como la teoría nos lo propone, una disidencia total con respecto a las categorías y construcciones sexuales tradicionales, categorías abordadas en términos universales, tal como ―homosexual‖, ―heterosexual‖, ―hombre‖, ―mujer‖ y demás, éstas son desechadas. Toda heteronormatividad es abolida y se plantea una nueva plataforma para las relaciones humanas, donde las prácticas sexuales, las prácticas culturales de la sexualidad, y las características anatómicas (genitalidad) son tratadas de forma sepaLa Testadura

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rada y no necesitan tener una supuesta ―coherencia‖. Es posible hablar de diferentes ―roles‖ sexuales o diferentes papeles a desempeñar por una misma persona, sin una correspondencia predeterminada por cuestiones externas e impuestas por una sociedad. Toda práctica sexual es una construcción cultural en desarrollo y constante cambio, por lo que no está sujeta a ningún tipo de orden biológico o a reglas especificas de comportamiento. Este discurso se ha visto plasmado en el arte de performance, la importancia del cuerpo y la acción, será decisiva para completar o romper los paradigmas de la sexualidad. Desde el arte feminista hasta nuestros días, el cuerpo a ido cobrando una importancia sin precedentes, como arma política de denuncia y protesta, para la re-significación de nuevas La Testadura

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cartografías del cuerpo, que han incidido directamente en la comprensión de cada individuo sobre él mismo, la toma de conciencia y decisiones sobre la sexualidad de cada persona comienza desde el cuerpo, y termina de vuelta en él. Aquí me enfocaré en rescatar algo de lo más significativo del arte de performance desde la escena queer del arte extremo, dentro del arte corporal y arte de acción. A partir de esto, pretendo desarrollar un código para estudiar el cuerpo a nivel semiótico y simbólico, sus significaciones y sus representaciones poéticas, en pos de evidenciar la manera en que se conectan el discurso Queer y la corporalidad performativa, como centro de transacción y deconstrucción de los estudios de género y en general de la dimensión sexual del ser humano. Los límites del cuerpo como epicentro de las La Testadura

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transformaciones en la esfera sexual humana, desde el arte de performance. Comenzaré con Guillermo Gómez Peña y su performance ―Ciberpunk Chicano‖ o la pieza ―Real Faces‖ con la Pocha Nostra, donde el concepto de ―Descolonización del cuerpo‖ juega un papel crucial, pues éste afirma que somos ―cuerpos ocupados‖ y que a través de la toma de conciencia de ello se puede proceder a dislocar-se, pues la identidad sexual pareciera estar dada de manera inmediata a través de mecanismos de la cultura y de la sociedad. El simple hecho de ―Trans(des)vestirse‖ ,como lo hace Peña en esta pieza, genera un choque a nivel semiótico sobre las construcciones del cuerpo, a través del uso de diferentes prendas como un corpiño, un penacho, vestimenta de charro, tacones, labial rojo y aretes. A partir de esto, logra La Testadura

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distorsionar y hablar de una identidad fragmentada, no sólo a nivel sexual, sino político y cultural, denominándose como un cyborg, androide mediático, un mexicano, parte chicano, parte gringo, parte máquina, parte hombre, parte mujer, y al mismo tiempo ninguno. Las prendas, la ropa, los accesorios de Peña tienen un papel importante, ya que vienen a significar partes aisladas de identidades dispersas, cada uno habla un idioma diferente, pertenecen a supuestos diferentes y esto provoca que al verlos juntos en el mismo cuerpo, se rompa la ilusión y comience lo ambiguo, lo distinto, lo ajeno, lo diferente, el dislocar-se. Otro exponente importante es Héctor Falcón, con su serie ―Metabolismo Alterado‖ performance donde el autor se somete a un riguroso régimen alimenticio y a la ingesta de esteroides para lograr deLa Testadura

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formar su figura, logrando así pasar de una complexión media a la figura de un fisiculturista. Todo el proceso es documentado y presentado como una crítica a los convencionalismos de belleza, a los estereotipos actuales donde los varones dejan de ser varoniles y se convierten en muñecos inflables, lampiños, feminizados, como si se tratara de encontrar la perfección a través del sacrificio de la propia corporalidad. Los cánones de belleza inculcados por los mass-media tienen una resonancia a nivel cultural sobre los cuerpos de miles de hombres y mujeres, Falcón se deforma-transforma, para dotar de significado a su proceso y convertirse en un reflejo vivo de lo que causan las estrategias heteronormativas para controlar los cuerpos de los individuos, masificándolos y volviéndolos maniquíes. La Testadura

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Por otro lado, Dominic Jhonson, otro exponente del arte queer extremo, explora la masculinidad y la problematiza desde un nuevo punto de vista. En su performance ―Filoctetes‖ ,junto con Ron Athey, ambos artistas se ven inmiscuidos en un drama bíblico donde se pone en relieve la incorruptibilidad de la carne, de la misma forma que con Peña, buscan una resignificación del cuerpo, esta vez en pos de lo sagrado. La pieza comienza con Jhonson que entra gateando, semidesnudo, vistiendo únicamente un suspensorio blanco y un casco estilo soldado romano. De pronto para, y expulsa desde su ano una bola disco tamaño miniatura. Esta resignificación del ano, a nivel corporal, implica una nueva comprensión del cuerpo masculino. El concepto de masculinidad se ve atrofiado debido a que se subvierte el estatuto de La Testadura

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de virilidad y de lo varonil en el soldado romano. Todo esto se pierde en cuanto da-a-luz por el recto una esfera luminosa de múltiples espejos. El uso del esfínter anal como receptáculo también será explorado por Ron Athey, y aún más a fondo en su pieza ―Judas Cradle‖, donde el artista se somete a la tortura homónima. Esta tortura consistía en dejar caer con las piernas abiertas y lentamente, al acusado de herejía, sobre una pirámide de madera sólida que poco a poco iba penetrando y desgarrando desde el ano a la víctima, siendo así la muerte por traición, la más dolorosa y vergonzosa. Sin embargo, Athey logra performarla y llevar su significados a nuevos niveles. El ano ya no es un ―espacio corporal‖ de vergüenza o castigo, sino que es parte de un todo relacionado con lo profano y lo sagrado. La Testadura

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Se comprende como parte de un cuerpo que oscila entre ambos hemisferios: lo espiritual y lo corporal. Aquí la disidencia sexual de Athey se ve plasmada en proponer un método de tortura inquisitivo, con alto grado de heteronormatividad y construcciones sobre el cuerpo, a base de culpa y miedo, partiendo del dogma como una herramienta de placer. Ron Athey performa la sodomía en pos de una re-configuración de la cartografía corporal masculina. En su pieza ―Solar Anus‖ podemos observar como es que dicho esfínter se convierte en un trono para lo sagrado, expulsando un largo collar de perlas y, posteriormente, siendo penetrado por largos y anchos dildos que salen de los tacones de las botas negras que porta el performer. Sus posiciones son completamente sexuales, sin embargo su actitud apunta a una beatificación La Testadura

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a través de las sensaciones, abandonando lo sexual y convirtiendo el acto completo en una parusía del cuerpo doliente. Definitivamente, el cuerpo y sus significaciones son parte fundamental de la naturaleza sexual humana. Es necesario comprender el cuerpo más allá de una simple herramienta o vehículo para el placer sexual, comenzar a verlo como un espacio geopolítico de propuesta, un espacio para la creación diaria, un intersticio que permita quitar y abolir las condiciones preconcebidas impuestas por un régimen heteronormativo caduco, reglas sobre nuestra corporalidad que vienen dadas desde que nacemos y que nos atan a normas sociales, políticas y culturales. El arte de performance es un muy buen sitio para ampliar los horizontes del cuerpo y vernos desde nuevas latitudes, transformar nuestra realidad a La Testadura

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partir de nuestra relaci贸n intima y p煤blica con nuestros cuerpos.

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