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LA BRECHA SALARIAL DE GÉNERO
Empléate David Asencio
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Psicólogo Twitter: @davidasencio195 Linkedin: davidasencio195
Hace unos días, en Cancún se dio un caso sin precedente en la historia de esta cincuentona ciudad. Un grupo de mujeres salió a las calles a manifestarse y dejar en claro que ya no están dispuestas a muchas cosas, entre ellas sufrir abusos, maltratos, incluso muertes que se han venido dando y que se especifi can como feminicidios. Entre estos abusos está la gran diferencia salarial entre hombres y mujeres, haciendo un mismo trabajo. Esto también iene que ver con las oportunidades para acceder a la educación, con el papel social que se les da a las mujeres, así como a factores culturales en los que se privilegia la presencia y capacidad de los hombres en el campo laboral y se estimula la permanencia femenina en el hogar. En la época de los papás de mis abuelos, quedaba muy claro el papel que cada uno de los integrantes de la familia: PAPÁ era el proveedor y él era quien salía a trabajar y traer el sustento diario, mientras que MAMÁ era quien se ocupaba de las labores del hogar y de los hijos.
Sin embargo, fueron apareciendo las mujeres trabajadoras; quizás dentro de las madres solteras muchas se vieron en la necesidad de trabajar para salir adelante, ellas y sus críos. Mi mamá fue una de ellas y me siento orgulloso por ello. Pasaron de ser mujeres trabajadoras a ser mujeres ejecutivas, y ahí empezó el problema, ya que el varón se sintió raro o en competencia.
De acuerdo con el Inegi, dos de cada tres mujeres dentro del mundo laboral son subordinadas; de ellas sólo 37% tiene acceso a servicios de salud, como prestación laboral; 46% de ellas trabaja sin un contrato escrito, sólo 23% tiene acceso a vacaciones pagadas, 22% de estas trabajadoras tiene aguinaldo y sólo 16% tiene reparto de utilidades.
Un dato curioso es que las mujeres son quienes más logran graduarse de la universidad, pero el problema está en las oportunidades en la inserción a puestos. Incluso ya trabajando tiene poco acceso a seguir superándose.
La ONU ha mencionado que para corregir esto es importante tomar conciencia sobre la disparidad, igualdad y el empoderamiento de las mujeres; también menciona que de no hacer esto, nos llevará todavía unos 50 años más cerrar esa brecha que no distingue nacionalidad, ni sectores sociales o laborales.
No es competencia, dice mi mamá; ella comenta que sólo es determinar que todos somos iguales y debemos tener acceso a las mismas oportunidades… y siempre remata diciendo que un buen hijo, es un buen esposo y un buen colaborador; incluso se atreve a decir que un buen hijo también puede ser un buen político…