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Sin gafete

Sin gafete

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Por Isabel Arvide

Periodista y escritora Twitter: @isabelarvide Blog: EstadoMayor.mx

CARLOS JOAQUÍN, SU FUTURO, DICHO POR ÉL

Cuando llegué a Quintana Roo, hace más de cuarenta años, escribí un texto sobre la soledad que irrumpía en la vida del entonces gobernador, Jesús Martínez Ross, al llegar al final de su mandato. Ahora fue Carlos Joaquín quien, suavecito, abrió la puerta a un retorno hacia actividades que no le conocíamos.Sabemos de Joaquín González en el gobierno de Solidaridad,

como diputado federal, en la estructura del PRI y también en la Secretaría de Turismo federal, pero no en actividades empresariales que requieren de vocación y permanente dedicación.

Carlos Joaquín tiene en su remoto pasado experiencia como gerente tanto de una empresa aérea como de otra de telefonía celular, lo que no parece conformar un perfil empresarial en el más estricto sentido del vocablo.

El apellido Joaquín ha estado asociado históricamente al sector privado, y en un pasado reciente, con Pedro Joaquín Coldwell, a la política nacional.

El servicio público y el sector privado deben, tienen que estar

separados. Por lo tanto, tenemos el misterio de las empresas a las que el gobernador de Quintana Roo se refiriese, al afirmar que al terminar el tiempo para el que fue electo regresaría a sus empresas; esto, durante una entrevista en el programa Omelette Político, de Canal 10 de televisión.

¿Qué quiso decir? ¿Dónde están sus empresas? ¿Son parte de la herencia de don Nassim? Porque de ser así, lo tendremos en una situación incómoda para todos, tanto los nuevos gobernantes como para él. Difícilmente se hacen negocios en Quintana Roo sin alguna relación, por pequeña que sea, con el gobierno en curso.

Y, por otra parte, qué pena. Tantos años dedicados al sector público para recular, para dejar atrás, inservible, toda la experiencia adquirida. Carlos Joaquín no será el primer exgobernador de Quintana Roo dedicado a sus negocios, empresas, pero sí es el primero en admitirlo abiertamente, mucho tiempo antes del final.

La otra traducción, clarísima, es que no tiene ningún interés en participar, ya no digamos dirigir, sostener, en el proceso de sucesión que ya está encima. Sea quien sea, del partido político que sea, él tiene sus empresas para el futuro inmediato y mediato.

Falta saber si éstas serán del ramo turístico o comercial y cuántos puestos de trabajo tendrá disponibles para todos los colaboradores que no encontrarán refugio alguno cuando termine este gobierno. En lo personal, me encantaría saber si entre esas empresas habrá alguna de comunicación, estación de radio, de televisión, diario o revista que, en este círculo perfecto que es el poder político, le permita seguir haciendo política desde las empresas.

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