La Sal

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LA SAL





LA SAL JOSÉ LUIS RISSETTI



A Don Manuel PĂŠrez y su familia Y a todos los salineros de la laguna de CĂĄhuil Por su noble labor.


DE LOS ÚLTIMOS HOMBRES, NO Felipe Aburto


No es el tiempo como amenaza, tampoco el

de los unos y los otros, vuelve líquida la mirada;

tiempo que se queda, aquello que liga el trabajo

en la presencia escultórica de los sacos, prendas

fotográfico de José Luis Rissetti a la comunidad

y pirámides de sal, también en la vieja balsa que

que en Cáhuil organiza su existencia en torno

presiona la tierra con la fuerza de su obsolescencia

a la producción de sal. En estas fotografías

mecánica, flotando a su modo en el tiempo.

los salineros no son actores, ni las salinas el decorado de una pretérita y olvidada historia de

La sal bien pudo ser el relato de los últimos

trabajo, mucho menos la vida de estos hombres

hombres, el apéndice visual de razón preventiva

en su conjunto, una reserva de sentido donde la

concebido como desembocadura para otredades

mediación de lo visible ponderaría el desenlace

de alta rentabilidad patrimonial.

de las condiciones de un mundo en abierta

parte, el tiempo en retirada: la última de las salinas

retirada. En La sal, donde quiera que se mire, una

activas en el país, donde los últimos hombres

tensión, mas no una expectativa, tiene lugar entre

portadores de un saber-hacer también último,

las imágenes: tensión superficial del tiempo que

encontrarían en el relato de sus apremios y afanes la

se realiza más allá de la afirmación que entraña

indemnización simbólica de una temporalidad que

un sentimiento último de pertenencia, en la

los redimiría como tantos otros personajes de las

resistencia de los cuerpos, objetos, generaciones

historias locales que hoy comparten la sofocación

y elementos, como se observa en la empuñadura,

de la identidad; en cierto modo, protegidos –en

entre la mano y la herramienta; en los cuerpos

un efectivo acabar– por un cuerpo retórico de

encorvados donde se grava la repetición del

imágenes que promete a estos rostros y cuerpos, la

trabajo, también en la plasticidad de las posturas

providencial hospitalidad de la reproductibilidad,

cuando corresponde la distensión del descanso;

la morada del incesante regreso. Pero no. En estas

en la remoción, carga y acumulación de la sal; en

fotografías, los salineros de Cáhuil restituyen una

los objetos abandonados; en el hogar donde los

manera de ver, una realización de lo visible en el

más viejos imparten lecciones prácticas a los más

encuentro de las superficies donde se tensiona

jóvenes, en el esquivo deseo de semejanza de los

el tiempo: en definitiva, salen al encuentro de sí

últimos, en el aferrarse a lo único que conocen

mismos derramando la sal, como el pie de Ulises

los primeros; en el rudimentario calzado que se

que Euriclea deja caer en señal de reconocimiento,

hunde en el barro; en las piscinas donde el reflejo

derramando el agua.

Cáhuil, por su



LA BALSA











EL RISCO











VALLE GRANDE















En el Valle Grande, el modo de andar epigonal de los salineros puede resultar incomprensiblemente jovial como inefables sus rostros, cuando el paso de las horas los arroja al borde de sus fuerzas. Sin embargo, nada hace pensar que en este sitio las piscinas sean oráculos: retinas líquidas y mistéricas donde las presencias acuden a su rapto, autorizadas por la revelación de una verdad. Sin motivo alguno el valle es grande, como sin razón alguna un hombre duerme, según parece, cubriendo su rostro. En Cáhuil cada cosa en su sitio..



















EL RANCHILLO









EL BRONCE










MIRAR SOBRE OTROS TIEMPOS Luis Montes


¿Cómo iniciar un viaje sino para contestar una

fotógrafo se adentra hasta configurar una mirada

pregunta? El esfuerzo del desplazamiento debe

que devela -junto a lo hermoso del oficio- el

satisfacer ese vacío que se presenta como

esfuerzo y la pobreza, el desarraigo de los jóvenes,

desasosiego, como inquietud. Sin embargo, es

el temor a la desaparición.

muy posible que esa pregunta no encuentre su respuesta. Es más probable que al regreso

Aprehender todo esto tiene un costo que se inicia al

traiga preguntas aún mayores. Ese es el riesgo

cruzar esa frontera, pero que se edifica al compartir

de recorrer territorios de otros, plenos de otras

el trabajo de madrugada, el frío, la reponedora

voluntades de habitar, de otras maneras de

chupilca al

decir, y una vez que nos hemos adentrado en

campesino sobre su nieto que aprende el oficio

esos espacios se debe producir, en virtud de ese

y que es tentado por el mundo, el escaso salario

vínculo, la transformación de quien pregunta.

–nunca mejor dicho- que se recibe por una labor

Del sujeto que explora, el que constituye un

sin reconocimiento para un trabajador sin tierra,

paisaje para sí mientras camina, pero no desde

el saber propio de un trabajo heredado. Pero

la distancia -desde la expectación- sino desde un

tampoco es difícil encariñarse con un proceso que

recorrido en el que se adentra para calmar esa

es expresión de un tiempo contraído y condensado

ansia.

en sacos, resumiendo cuatro siglos de aprendizaje

mediodía. Una conversación con el

y labor, y que se nos presenta como un espejo para El trabajo de José Luis Rissetti nos ha acercado a

quienes hemos continuado con el oficio de los

un lugar, un remanso donde el tiempo histórico

padres.

no se ha acelerado hasta llegar a fulminar el presente. Pero toda construcción de un idilio

Una conexión de esa magnitud siempre pondrá

requiere de una distancia para que se pueda

en cuestión el lugar de quien observa. En un

mantener esa utopía. Justamente aquello no

principio es indudable reconocerse fuera. Saber

respeta porque no mantiene la distancia propia

que no formamos parte de ese hogar otro, que no

del visitante, de ese que se instala a observar

compartimos su habla, pero de seguro emergerán

en un viaje de turismo capturando una imagen

empatías y distancias que desequilibrarán una

donde casualmente se encuentran aquellos

posición que a veces se quiere dibujar como neutral.

que han trabajado la tierra para transformarla

Y no puede ser neutral cuando se está empapado

en territorio. Al contrario, el trabajo de este

de afectos que provienen de experiencias propias,


como haber crecido en la periferia santiaguina

del mundo separado del mundo. Para quienes

donde los canales de regadío todavía humedecían

tuvimos la suerte de acompañar al autor en este

la tierra en el verano. Toda esta voluntad debe

empeño (levemente, sólo como turistas) pudimos

ser empujada por un deseo, un impulso que en

comprobar que aquello a lo que nos asomamos

el caso de José Luis puede encontrarse en su

escondía un universo de códigos que eran las

propia experiencia jugando entre los campos

claves que posibilitarían su labor, y por intermedio

sembrados de la zona norte de Santiago.

de sus imágenes, íbamos a acercarnos a este mundo antes de que el oficio desaparezca o que

Aún así, y a pesar de la empatía, este viaje debe

las comunidades pasen a convertirse en un museo,

reconfigurar la manera de entender lo que en

una reserva cultural.

principio no era más que paisaje. El costo de destituir al turista es fulminar la comodidad

Esta experiencia es un retrato desde adentro, un

de su distancia, y no sólo por la emergencia de

retrato que termina hablando también de nosotros

compromisos emocionales que cargan la mirada,

mismos al encontrar -también aquí- el temor a

sino por el desencanto de saber que traspasar la

desaparecer. Sólo así es posible que emerjan

frontera no significa ser parte de aquello que se

imágenes como la del campesino durmiendo al

observa. Sabemos que la piel no se curtirá con el

sol, de una fragilidad que conmueve, o las ojotas

sol como la del salinero, pero la fotografía debe

descalzadas esperando a su dueño. Aquí hay un

ser la portadora, ahora no de una conversión

esfuerzo de convertir a la fotografía en un testimonio

imposible, sino de un vínculo que es la pretensión

que no pretende hablar por una comunidad, como

y recompensa -la verdadera utopía- de quien se

si el esfuerzo heroico del fotógrafo las hiciera

acercó buscando algo más que un buen encuadre.

aparecer ante el mundo, sino más bien acompañar

En este libro hay un tiempo condensado en

a los salineros en un camino que, a pesar de la

imágenes: estaciones del año, días con sol o

distancia, compartimos. Un caminar lleno de

lluvia, noches donde se necesitó el esfuerzo.

incertidumbres, de cambiosdesmedidos, cargado

Las fotografías no son el premio al acierto de un

de nostalgia

par de tiros, en este libro se devela un encuadre sobre un enorme cúmulo de imágenes que son el trabajo dedicado a descubrir –a todos aquellos que no hemos roto esa distancia- aquel trozo




A todos aquellos que hicieron posible este proyecto: Fondart Regional VI Región, Dibam, Centro Cultural Agustín Ross, especialmente a quienes siguen trabajando en la bella y sacrificada extracción de la sal de mar. A los colaboradores silenciosos: Max Hernández, Claudia Pérez, Henry Flores, Paula Véliz, Fernando Pastene, Bárbara Muñoz, Mariela Salinas, Sandra Riquelme, Beatriz Hagel y Luis Mura. A mis queridos amigos que trabajaron junto a mí en este libro: Fabián España, Daniella Toledo, Luis Montes, Felipe Aburto y Macarena Rojas, por su paciencia, esfuerzo y gran dedicación. A Paulina, Lucas Rissetti y María Isabel Zúñiga, mi madre.


© José Luis Rissetti, 2014 Primera edición de 600 ejemplares Impreso en Gráfhika Impresores Noviembre 2014 Inscripción RPI: 247344 ISBN: 978-956-358-233-8 Impreso en Chile / Printed in Chile Edición fotográfica Fabián España y José Luis Rissetti Textos De los últimos hombre, no Felipe Aburto, Editor FCE Perú Mirar sobre otros tiempos Luis Montes, Académico de la Universidad de Chile Diseño, diagramación y postproducción digital Daniella Toledo Coordinación y supervisión de impresión All Print / Pocket El desarrollo del proyecto se realizó entre los años 2012 y 2014. Todas las fotografías fueron tomadas en la Laguna de Cáhuil y su entorno, Comuna de Pichilemu, VI Región del Libertador Bernardo O’ Higgins, Chile.

Prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier medio impreso, electrónico y/o digital, sin la expresa autorización de los propietarios del copyright.


Proyecto financiado por FONDART, convocatoria 2014





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