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CC 2013 Virtual Bread Editorial Libre Chocolate amargo Por Pink Star Ilustración de portada: Idea original: Tourner Arte: Laughtman Diseño de portada: Deathco Corrección de estilo: Tourner Editor: Hideo Shirow Agradecimientos especiales: Tania Tecla Molina. Y a nuestros queridos lectores de prueba. Diseño editorial: Virtual Bread Hecho en México. Licencia: Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 2.5 México.
Virtual Bread Virals Presenta:
Pink Star
Índice
Prólogo 13
Chocolate Amargo 17 Material Adicional 42 Promo 45
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Prólogo.
PinkStar nos mandó un correo con lo que parecía un apunte de su libreta de literatura, lleno de guiones, diálogos y muchas cosas que eran visualmente interesantes. Posteriormente, ya que leímos la historia, decidimos que éste era un trabajo de edición para Hideo Shirow. Con reuniones programadas dos veces por semana, Hideo iba y me contaba cosas interesantes acerca de ideas con la nueva historia, que en un principio esperábamos que fuera larga para sacarla semanal o quincenalmente, pero la ambición de PinkStar se resumía a sacar una historia que concluyera pronto y le ayudara a sacar su curiosidad por escribir una novela. Tras decidir sacar la colección de VIRALS, tomamos de inmediato la decisión de integrar su historia y ahora está aquí, varios meses de duro trabajo trajeron a Chocolate Amargo, gracias a una chica que no tenía idea de cómo escribir novela o cómo expresarse correctamente, sólo quería escribir. Al leer Chocolate amargo parecería que tiene diversos errores gramaticales, pero fue decisión mía, como corrector, dejarlos para que aún se sintiera que una alumna de tercer año de secundaria escribió esta historia. En Virtual Bread sabemos que existen otras formas de llenar estos huecos de estilo, sin embargo también es un pequeño sello que nos hizo meditar 13
acerca de la importancia de revivir un recuerdo para poder hacer un trabajo de este tipo y llevarlo al éxito. Con esto les afirmo que PinkStar, sin ninguna experiencia en la expresión escrita, logró uno de sus objetivos (enmarcados en la entrevista que pueden leer en nuestro blog), el cual fue hacernos recordar esos momentos cuando lo único que pasaba por nuestra mente era el “yo“.
Nota:
A modo de aclaración les afirmo que hubo un gran atraso en las publicaciones regulares de nuestra editorial debido a problemas técnicos (que el departamento de IT ya resolvió.) y a una mudanza en el equipo de diseño, esperamos pronto retomar nuestro ritmo para que ustedes, lectores, puedan seguir disfrutando de estas fantásticas historias.
Tourner.
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Había sonado el despertador a la hora acostumbrada, pero la verdad no tenía intención de levantarme temprano un sábado por la mañana, estaba tan cómoda entre mis cobijas y sabanas que no quería moverme de ahí en todo el fin de semana, pero había un problema: no sabía cómo programar el tonto reloj de mi cuarto, y este ya había cumplido su objetivo de despertarme, así que tomé todas las fuerzas del mundo y logré levantar un poco la cabeza. -Nueve y media, todavía es muy temprano- dije mientras apagaba la alarma del despertador y regresaba mi cabeza a la almohada, no hay nada más rico que saber que puedes volver a dormir. Hola, me llamo Sofía, tengo 14 años y estoy cursando el tercer año de secundaria, voy a una escuela que está cerca de mi casa, realmente muy cerca, sólo tengo que atravesar una avenida para llegar a ella, nunca llego tarde, aunque a veces de verdad me cuesta mucho trabajo despegarme de mi rica cama. Pero ¿Por qué te estoy hablando de mi escuela? Pues porque en unos días más terminaré la secundaria y me iré a la preparatoria que está por casa de mi padre. Cómo decírtelo, mis padres no viven juntos por una discusión que tuvieron a causa de la falta de compromiso -o así lo llamo mi mamá- por parte 17
de mi papá, pero no la entiendo, cuando los tres estamos juntos, ellos se ven tan felices y parecen llevarse tan bien, que me confunden sobre lo que sienten, creo que sólo se hacen tontos porque ambos siguen amándose con locura. Como te estaba diciendo, pronto terminaré la escuela secundaria, y tendré que despedirme por lo menos por un tiempo de mis queridas amigas, Belem y Blanca. Si, ya sé es gracioso que sus nombres comiencen con la letra B, en la secundaria por eso nos pusieron las bebés, B de Belem, B de Blanca y S de Sofía, suenan a BBS, es decir bebés, creo que no es tan gracioso cuando lo digo así, lo siento. Como te iba diciendo, me tendré que despedir de ellas, pero sólo por un tiempo, sé que siempre estaremos en contacto, Blanca ira a una preparatoria a Monterrey, dice que quiere estudiar para ser bióloga marina, Belem es una niña súper tierna que quiere estudiar para ser chef y poner su propio restaurante, a mí me gustan mucho los deportes y quiero estudiar para ser entrenadora profesional, o algo relacionado al arte también estaría muy bien; me apasiona la fotografía y la pintura. Espera, ah sí, te estaba contando sobre lo que pasará, bueno pues nos iremos de la secundaria en donde hicimos grandes recuerdos como, por ejemplo, los chicos que pude conocer, amigos y profesores que de verdad se ganaron mi cariño y respeto. Pero el día de hoy, todo es diferente, el lunes que nos presentemos a la escuela será la ceremonia de clausura del ciclo escolar, junto con la entrega de 18
boletas finales, no es por presumir pero siempre me fue bien en los estudios, bueno excepto en Historia de la cual no entiendo casi nada, pero antes de preocuparme por la calificación final, tengo que preparar algo para dárselo a mis amigas, alguna carta con dedicatoria para que lo lleven con ellas, y también, bueno algo para darle a un chico que se llama Julio. ¿Que cuál es su historia? Bueno un día yo estaba en mi taller, en artes plásticas, copiando la tarea de Belem, cuando entró un chico a dejarle unas copias al maestro, fue la primera vez que lo vi: un chico no muy alto, con peinado de piquitos, delgado y con una sonrisa que me encantó, llevaba el uniforme de educación física, y parecía que lo habían sacado de algún partido. Así como entró, salió del salón y de inmediato comenzaron los comentarios. -Estaba guapo ¿verdad? Creo que va con Ramón el del tercero CEscuchaba esos comentarios entre risillas, el profesor bromeó con nosotras, y dijo: -Se llama Julio, su hermana es muy buena dibujante, él practica fútbol, creo, en la selección del profesor Franco, pero ya silencio y terminen de pasarme sus tareasEso me sacó de mis pensamientos y volví a copiar rápido la tarea, era la siguiente que estaba en la lista para que revisaran los trabajos, al chico en este momento no le di mayor importancia. 19
La segunda vez que lo vi fue cuando bajamos a educación física, y como el patio de la escuela es muy grande, también estaban practicando los de la selección de fútbol, en verdad no lo había notado, estaba pensando en no sé qué tontería de mi guapísimo cantante favorito, sólo fue hasta que Belem me dijo: -Oye, ¿ese no es el chico Julio, que entró a dejarle unas copias al maestro Franco? Volteé tímidamente, y creo que esa fue la primera vez que sentí que me llamaba la atención, él estaba jugando fútbol, se veía bastante bien con el uniforme del equipo, corriendo, esforzándose, me le quedé viendo un poco, parecía que era muy bueno en lo que hacía, me gustaban mucho los deportes y el partido realmente estaba reñido, pero él se esforzaba, lo seguí con la mirada, estaba haciendo los pases correctos lo que me emocionó bastante. Estuve a punto de gritarle al maestro que estaba de árbitro del partido por una falta que le cometieron. Me emocioné tanto de verlo jugar, creo que fue uno de esos momentos cuando te pierdes del mundo y te olvidas de lo que estabas haciendo, fue hasta que mi maestro de educación física me llamó para hacer un ejercicio con una compañera, algo muy sencillo, pero dentro de todo pude notar que Julio volteaba hacia donde estábamos nosotras, casi tropiezo, me moriría de la vergüenza si él me viera caer, pero afortunadamente todo siguió normalmente, esa fue la segunda vez que lo vi. 20
Ahora que estoy frente a mi mesa, recortando pedazos de papel para hacer las tarjetas, no puedo dejar de pensar en que estaré lejos de mis amigas, las lágrimas comienzan a formarse en mis ojos al pensar que esto está a punto de acabarse, realmente no quiero que nada de esto termine, siempre las recordaré, dirás que estoy loca, pero no quiero que nada cambie, con mis niñas aprendí tantas cosas. Como cuando comenzamos en primero a usar algo de maquillaje, recuerdo que estaba horas frente al espejo aprendiendo a maquillarme, un poco de labial y brillos en los ojos, al terminar salí de mi casa creyendo que me veía perfecta y que mi maquillaje era de lo más buena onda, mi papá siempre me ha llevado a la escuela y esa mañana se me quedó viendo raro. -¿Ya usas maquillaje? Yo no dije nada, él solo sonrió y dijo: -Has crecido muy rápido mi amor, te ves muy bien, dame un beso y entra que ya están cerrando. –me dijo de forma muy linda. Con la confianza que me había dado mi papá entre a la escuela sintiéndome súper estrella, pero noté que unas méndigas de otro salón se reían de mí, yo pasé y las miré de reojo -pobres estúpidas- dije y continué caminando, hasta notar en un espejo el por qué se estaban riendo, cuando me despedí de Papá se me había corrido un poco de delineador de los ojos y parecía una loca, me quería esconder debajo de la tierra, al llegar a 21
formación busqué a Belem, para que me diera un pañuelo desechable (ella siempre traía), le hablé, ella volteó y le hice unas señas para decirle que me prestara papel lo que hizo al acto, Blanca, que estaba un poco lejos, le preguntó a Belem qué pasaba, y entre todo esto creo que todos se dieron cuenta de lo que ocurrió. Con mis amigas siempre tuve la confianza de llorar, de reír, de decir tonterías y locuras, porque sabía que ellas guardarían mis secretos. Cuando se rompió la formación y todos fuimos a clase, ellas se acercaron. -Se te ve bien el maquillaje, Chofas (Así me decía de cariño) –me dijo Blanca sonriendo- nada más que se lo devuelves al payaso, cuando termines de usarlo ¿No? Las tres reímos, quedamos en cuenta que ninguna, sabía cómo maquillarse, muchos días creíamos que teníamos el rostro perfecto, pero no era así, sólo pensé en “rayos, que difícil es esto” pero entre nosotras siempre nos decíamos que nos veíamos bien, muchas tardes practicamos el cómo ponernos el maquillaje. Mamá me compró algunas cosas básicas, como labiales y cositas así, y entre mis amigas y yo aprendimos a usarlos. Sonrío al recordar esos momentos, no quiero que nada de eso termine; también sonrío al recordar que ese primer maquillaje hizo que algunos chicos nos hablaran, fue cuando Blanca conoció al que sería su novio desde finales del primer año hasta 22
mitad del segundo. Odié a ese maldito cuando hizo llorar a Blanca en una fiesta, no me gustaba que les hicieran daño, y menos personas como él. Recuerdo con cariño cuando las tres nos enamoramos de Robbie Williams, coreábamos sus canciones a cada rato, pegábamos recortes de revistas en folders en los cuales llevábamos nuestras tareas. Siempre recordaré como ellas y yo, nos pasábamos esperando sus nuevas canciones en la radio y cómo por las tardes recorríamos las plazas comerciales, para saber si había salido un nuevo disco o algo nuevo de él, nos metíamos a las tiendas de ropa para probarnos muchas cosas pero, no sé, nunca me gusto que los policías nos vigilaran tan de cerca ¿Qué acaso teníamos cara de ladronas? En fin, cuando íbamos por la plaza cantábamos una canción de Robbie, sabía que nunca estaría con él, pero me volvía loca por ver sus fotos y saber qué estaba haciendo, además de que se me hace súper guapo. Creo que siempre estaré loca por él. Cuántas cosas habían pasado en tan poco tiempo, siempre creí que estos días nunca llegarían a su fin, siempre haciendo cosas sin sentido, recorrer las tiendas, hablar hasta tarde por teléfono, hablar de los chicos de nuestro salón, de nuestros amigos también y de las odiosas personas que nos caían mal, cuando estaba haciendo las tarjetas comencé a recordar cómo conocí de cerca a Julio. Resulta que una amiga de taller de Taquimecanografía al que iba Belem conocía a su primo que jugaba en la 23
selección de Fútbol de la escuela, fue una de esas cosas raras de la vida (aunque en una secundaria mediana, no me debió sorprender el hecho de que alguien lo conociera), en donde por una plática, Belem se enteró de eso, y aún más, pues Julio iba en el tercero “D”, un poco lejos, ya que yo iba en el tercero B, pero un día, durante el descanso nos armamos de valor a comprobar si era cierto que Julio estaba en ese salón. Me tomé del brazo de mis amigas y fuimos caminando como para buscar el baño, íbamos riendo por lo obvias que nos veíamos al ir hacia ese lugar. Qué curioso es que a pesar de que íbamos en la misma secundaria muchos de los que estaban en esos salones me eran unos completos desconocidos, pero después de un tiempo llegamos a donde tomaban clase los del tercero D, era el último salón y, según me enteré, los prefectos siempre tenían problemas con ellos, eran el grupo problema de la secundaria. Al ir avanzando poco a poco, pude ver a Julio, estaba con unos amigos, riendo y golpeándose en los hombros con el puño cerrado, yo sólo pensé: –Ouch, ¿Por qué se llevan tan pesado?Notaron nuestra presencia cuando nos acercamos, Julio y yo nos miramos durante un momento, sentí mi cara enrojecer, y le dije a mis amigas que nos fuésemos de ahí lo más rápido posible por la pena y porque 24
nuestra clase iba a empezar, al irnos alejando escuché como sus amigos le decían y lo molestaban: –Te vinieron a verÉl se reía nervioso, sentí mi corazón latiendo muy fuerte, mis amigas reían y me decían que ya le hablara. A partir de ese momento, comencé a pensar y fijarme más en lo que hacía Julio, a veces cuando estábamos en descanso los chicos de mi salón, jugaban fútbol contra otros grupos, realmente no me había llamado la atención, pero cuando vi que iban a jugar contra el tercero D, corrí a ver el partido, creo que sólo me faltaron las palomitas, estaba muy emocionada, veía cada movimiento que hacía Julio, los pases eran buenos, su forma de correr me gustaba mucho -Si él quisiera podría hacerse profesional- pensé. El partido siguió durante todo el descanso, después de una derrota bastante dolorosa, los chicos de mi grupo quedaron de jugársela en el torneo de la escuela, yo, por supuesto iba a estar en primera fila, apoyando a los de mi grupo, pero en mi corazón apoyaría a Julio. Pero antes del torneo algo muy bueno pasó, a pesar de que fue en contra de mi voluntad, Blanca se había puesto de acuerdo con Belem para dejarme a solas con Julio y que pudiéramos comenzar a tratarnos más, así que mi amiga le dijo a su amiga que le dijera a su primo que yo quería conocerlo ¿Qué tal? ¿Sí captaste? 25
Bueno, sucedió que una vez cuando estábamos ensayando nuestros pasos para el bailable de 10 de Mayo, los dos primeros grupos salimos a ensayar, cuando estábamos en el patio, los chavos del D salieron del salón de música, yo me quería morir, pero vi que uno de los chicos, que después supe era el primo de la amiga de Belem, le dijo algo y lo empujo jugando, no sé qué le habría dicho, me quede viendo cómo se iban y Julio volteaba ocasionalmente, lo que me robó una sonrisa. Belem me sacó de mis pensamientos al decirme que Julio quería conocerme, y que estaba buscando a alguien que me presentara con él, me sentí demasiado nerviosa, pero yo también quería conocerlo, la verdad después de verlo a escondidas durante mucho tiempo tenía unas ganas terribles de hablar con él y de decirle que me gustaba mucho cómo jugaba fútbol, pero sólo con pensar en eso me sentía demasiado nerviosa. Medité todo el día en que iba a estar con Julio a la hora de la salida, que era cuando todos se reunían fuera de la escuela para platicar un rato antes de irse a casa. Cuando terminó la última hora de clase, estaba guardando mis cosas con algo de nerviosismo, era la primera vez que le hablaría bien a Julio, Blanca se me acercó y me dijo que me apurara, que ya Belem había ido a buscar a su amiga para que Julio me esperara afuera de la escuela, casi me caigo de la silla cuando escuché eso. 26
-Pero ¿Por qué lo hicieron? Qué tal que no quiero conocerlo –dije pero era mentira. -Eso es mentira y lo sabes chofas –dijo Blanca, me conoce bien. Salimos del salón, y bajamos lentamente las escaleras. -Apúrate Sofi – Me dijo Blanca. -Espera, ¿dónde te dijo que iba a estar? Es que no quiero Blanca, pero tienes que esperarme ¿eh?– Moría de nervios. -Ay, ya no seas payasa y salúdalo ¿Total qué puedes perder? Si, te esperamos ahí en la puerta –me dijo divertida. Por fin, después de que casi sufro un ataque de nervios al caminar hacia la salida, llegamos a la puerta, en donde estaba Julio parado a lado de los papás que esperaban a sus hijos ¿Quién va por sus hijos a la secundaria? En fin, al estar en la puerta quise seguir de largo, como que no había visto a Julio, pero Blanca me empujo un poco hacía él, riéndose. -Hola ¿Te llamas Sofía? -Sí y tú eres Julio ¿No? – Como si yo no supiera su nombre, pero me había herido un poco que me preguntara mi nombre, torpe Julio. -Si soy yo, este – Se quedó pensando. -¿Qué pasa? – Le pregunté nerviosa. Toda esta escena era presenciada por mis amigas y sus amigos que sólo nos sonreían. 27
-Por favor que volteen a otro lado- Pensé. -Sofí, me estaba preguntando si ¿Me dejarías acompañarte a tu casa? -Ah, es que no vivo lejos, de hecho pasas la avenida y llegas a mi casa, jajajaja –Chin pensé. -Está bien, o algún día ¿quisieras ir por un café o algo? -Es que no puedo llegar tan tarde, mi mamá me regaña –Segundo strike pensé. -Entonces ¿Quieres acompañarme a mí a tomar mi camión? Lo tomo en la esquina, te queda de camino y sirve que platicamos un poco ¿No? – Dijo perspicaz.
-Sí quieres –al fin, home run, bien Julio.
Durante ese primer día no platicamos de muchas cosas, sólo lo básico, sobre la escuela, sobre la selección de fútbol, y cosas así, pero moría de vergüenza y reía y daba respuestas monosílabas a lo que me decía, estaba muy nerviosa, pero me sentí muy cómoda con él, cuando noté su sonrisa, casi me desmayo, verlo tan de cerca me hacía sentir muy feliz, y él no dejaba de estar nervioso y tratar de hacerme reír. -No te sobre esfuerces – Pensé. Al llegar a la parada del transporte, sabía que iba a pasar, nos tendríamos que despedir, había terminado nuestra primera charla, comenzó a decirme por dónde vivía y por qué tomaba ese camión, lo esperamos en silencio durante 28
un rato, cuando por fin lo vimos a lo lejos se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla de despedida, pero sentir su mejilla hizo que mi rostro enrojeciera, cuando subió al camión y se fue, me di vuelta, sonreí y fui a buscar a mis bebés (amigas). No hice la tarea por pensar y repensar en la tarde que había pasado al salir de la escuela ese día. Se nos hizo costumbre caminar hacia la parada del autobús, siempre platicando de cualquier cosa, durante ese tiempo pude conocer la situación que vivía, él era hijo único ya que su mamá había fallecido hace tiempo -no me quiso decir de qué murió- sólo me comento que por eso vivía con su papá y su nueva pareja, escucharlo hablar me parecía increíble, no puedes imaginar lo que me hacía sentir el escucharlo hablar, cuando me decía “hola”, cuando nos despedíamos con un beso en la mejilla, creo que me conformaba con saludarlo por las mañanas, se me hizo también costumbre pasar frente a su salón, para saludarlo, sus amigos ya me conocían y lo molestaban, me daba pena pero me agradaba que ya supieran que algo había ahí, aunque a la vez muriera de vergüenza. Cierto día, estaba trabajando con unas fotocopias de Historia, cuando escuché que me llamaron, miré hacia atrás, era Julio, estaba sobre de algo y que me saludaba desde la ventana que daba al pasillo, yo me subí a la banca para saludarlo, platicamos durante un rato, me seguía sintiendo demasiado nerviosa y no me atrevía a decirle que durante ese tiempo hizo que me gustara más. 29
Pasaron días en que no podía verlo porque se ausentaba o tenía práctica de fútbol con la selección, esos días me sentía algo triste pero no me importaba, pasaba el tiempo con mis amigas pues sentía que por estar con Julio, las tenía abandonadas.
Cuando por fin lo veía, mi corazón brincaba, sólo él era capaz
de hacer saltar mi corazón pero no sentía que él diera alguna señal de querer avanzar a algo más, yo tampoco quería decir nada, no podría imaginar que pasaría si le dijera algo y no me correspondiera, de verdad vivía con incertidumbre, pensaba mucho en lo que él podría pensar de mí.
-Estás loquita, Sofi– Me dijo una vez cuando hablamos por telé-
fono durante la noche. Creo que realmente estaba enloqueciendo, pero dentro de todo tenía que mantener la cordura para terminar mis exámenes finales y no quedarme en la secundaria, mi mente estaba dividida entre mis deberes y Julio, pero mantenía esperanza, él también me buscaba aunque no podía saber qué pensaba sobre mí, igual podría preguntárselo pero ¿Qué dirá? Es lo que más temía, tal vez sólo era un amor pasajero, a veces quería convencerme de que era eso, pero mi corazón me arrastraba a negarlo. Pero creo que mucho de la magia que se generó entre nosotros al irnos conociendo, se perdió un poco cuando me dijo que la semana 30
que no fue a la escuela fue porque estuvo presentando exámenes de admisión para la preparatoria de un equipo de Fútbol profesional, y que se sentía bastante nervioso acerca de los resultados, me sentí muy intranquila, pero quise disimularlo. Durante esa semana estuve bastante distraída, les platique a Belem y a Blanca de lo que me había dicho, lo admito lloré un poco, me dolió saber que se iba a ir, realmente no lo quería lejos, tuve que disimularlo en nuestras caminatas hacia mi casa, pero todo llegó a un punto feo, cuando me dijo que lo habían aceptado en la prepa de fútbol y que terminando el ciclo escolar lo esperaban allá para que iniciara trámites de inscripción, fue cuando supe que tenía poco tiempo para decirle lo que sentía, no me iba a rendir, si se iba a ir tenía que saber que me gustaba mucho. Por fin había terminado las pequeñas cartas que estaba haciendo, realmente quedaron muy bien, son de ese tipo carta squash, que se abre y cierra como un acordeón, a mis amigas les escribí lo que muchas veces les dije, que las quería y que siempre podían contar conmigo, que no se desesperaran mucho y que esperaba verlas muy pronto convertidas en lo que quieren ser, que las esperaba siempre con los brazos abiertos y que sabían que yo era de esas personas que lloran muy fácilmente y que no se burlaran si estaba llorando cuando les diera las cartas. 31
Al llegar el lunes, me puse mi uniforme de la secundaria por última vez en mi vida, el día de la ceremonia de graduación, ya había llegado mi papá se veía muy guapo de traje y corbata, creo que mamá lo notó también, en ambos noté el amor que me tenían salimos de casa no con prisa, sino disfrutando del camino, me encantaba caminar en medio de mis papás, al llegar a la escuela entramos al patio, les dije a mis papás que iría a buscar a Blanca y a Belem, ellos dijeron que estaba bien y que los buscará después, solo asentí y corrí a buscarlas. No tarde mucho, ellas estaban platicando cerca de los papás de Blanca, al llegar saludé a todos y le pregunte a Belem en dónde estaba su mamá, ella señalo a la señora, y agité la mano, ella sonrió y correspondió el saludo, pedí perdón y jale a mis amigas, los papás de Blanca sonrieron y se sentaron, llegamos hasta donde estaban las escaleras que daban a los salones de los de primero. Las abracé, ya había sido nuestra fiesta de despedida en un antro y no había llorado tanto, supongo que es porque este realmente era el final de todo, me solté a llorar, Belem lloró también, Blanca no quería pero no pudo evitar que sus ojos se pusieran rojos. -Realmente las quiero –les dije-, quiero que sepan que siempre estarán en mi corazón. Nos abrazamos con fuerza, reímos y recordamos muchas de nuestras 32
tonteras, yo me sentía extraña, no hay mejor palabra para describir eso. -Tomen esto, las hice para ustedes –les dije mientras les daba las cartas que había hecho. Ellas sonrieron. -Gracias Chofas, la verdad que te quiero mucho, loca –dijo Blanca. -Muchas gracias Sofi- dijo Belem-, yo también les traje algo- dijo al momento de sacar dos paletas de chocolate. -No manches yo no les traje nada –dijo apenada Blanca. Nos abrazamos de nuevo, volvimos a llorar, pero esta vez el abrazo no duró tanto porque vimos que los de nuestro grupo se estaban juntando, teníamos que estar ahí, fuimos corriendo con ellos, brincamos de gusto, gritando la letra de nuestro grupo (B), después de eso, la ceremonia de graduación dio inició, el pase de bandera de las escoltas, el coro de las chicas de segundo que cantaron las golondrinas, la sonrisa de mis compañeros todo lo quería guardar por siempre en mi corazón, al terminar todos pasamos a nuestro salón a recoger nuestros diplomas y boletas, por suerte nadie de nosotros se había quedado, camine de nuevo por los pasillos del brazo de mis amigas, mientras nuestros padres se saludaban y se felicitaban por nuestra graduación, estaba realmente feliz, pero recordé mi tercera carta. -Mamá, ¿espérenme un poco sí? tengo que hacer algo. 33
-Si hija, vamos caminando con los papás de Belem y Blanca, nos vemos en la puerta de la escuela. -Si está bien- Sonreí. Belem y Blanca sonrieron y me hicieron señas de que corriera a alcanzar a Julio, seguramente estaba con sus papás, así que corrí, tenía que decirle lo que sentía por él, corrí como loca, por el camino encontré a uno de sus amigos, le pregunté por Julio y me dijo que no tenía mucho de haberlo visto salir, corrí hacia la salida, y hacía donde Julio tomaba el camión que lo dejaba en casa, lo pude ver desde lejos, al irme acercando reduje mi velocidad, que pena que pensara que lo venía correteando. Noté que venía solo, tal vez su papá no pudo ir con él, al estar cerca de él, lo llamé, el volteó y sonrió, estábamos frente a frente. Nos quedamos viendo, parecía que la calle estaba vacía, yo no notaba a nadie de los que pasaban a nuestro alrededor, sólo me le quede viendo, quería correr a sus brazos y decirle lo mucho que me gustaba y poder darle un beso, es en todo lo que pensaba, pero él se veía un poco impaciente, tal vez hasta nervioso, por la forma en que lo había seguido saliendo de la escuela, pero era la última vez que lo vería, no estaba segura cuándo se iría a su escuela de fútbol, pero sí estaba segura que no volvería a hablar con él, quería aguantarme las lágrimas, pudimos hablar muy poco, pero lo que hablamos lo llevare por siempre en mi corazón, siempre estará conmigo, 34
no puedo describirlo, sé que me enamore de él poco a poco, pero detesto darme cuenta justo cuando es el fin del año escolar, ya no podré verlo. Estaba aguantando las ganas de llorar, pasará algún tiempo para que logre asimilar lo rápido que pasaron las cosas, como desde un simple hola se volvió en este loco amor que siento en mis mejillas. Quería besarlo, él sonrió un poco. -Sofi ¿Qué tienes? – Me dijo mientras se acercaba a mí. -Nada, es sólo que quisiera que el tiempo se detuviera ahora –Trataba de contener el llanto, no lo quería lejos ¿Por qué el amor dolía tanto? -¿Por qué lo dices? – Puso una cara de despistado, realmente no me gusta que sea tan despistado. -Porque es el fin de todo, del año escolar, ya no veré tanto a mis amigas, dejaremos la escuela, y tú…-Me detuve, sentía mi corazón estallar. -No pasará nada malo Sofí, creo que tendremos muchas nuevas cosas por hacer, creo recordar a alguien que me apoyaba en los partidos y parecía ser muy alegre. No me gusta que estés triste –me dijo tomándome de los hombros. Ese gesto hizo que mi corazón brincara como lo había hecho muchas otras veces, sólo el sentir que me tomaba de los hombros o de la mano, me hacía sentirme extremadamente feliz. -Sofí, tengo algo para ti. 35
Lo miré sorprendida. De su mochila saco una pequeña muñeca de fieltro, era una jugadora de fútbol, con su uniforme de educación física, tenía una forma caricaturizada de mi cabello y tenía pintada con plumón sus ojos y boquita, sonreí, quise corresponderle, de mi bolsillo saqué la carta que había escrito para él, estaba muy nerviosa. -Julio, esto es algo que quiero que leas, es muy importante que lo leas, no me digas nada si quieres –Le dije apenada. -¿Puedo leerla ahora? –Me dijo curioso. -No, léela cuando yo no esté –me puse roja, no soportaría la vergüenza de que la leyera frente a mí. -Está bien Sofí, pero mi regalo no termina aquí –me dijo sonriendo, de su bolsillo sacó un pequeño chocolate de esos que me encantaban- Sofí, ten, este chocolate es muy especial, a mí no me gusta tanto, pero sé que a ti te gusta el chocolate oscuro, éste es especial, porque…realmente he aprendido a quererte mucho Sofí. -¿Qué? –No lo podía creer, Julio aquél chico que me traía loquita, había dicho que me quería. -Sí, sabes, desde que nos vimos por primera vez me gustaste mucho, no sé por qué te lo digo ahora, cuando la escuela termino, es sólo que tenía pena de qué pudiera pasar, y siempre estabas con tus amigas y no podía 36
acercarme, y siempre quise regalarte un chocolate –Me dijo mientras se veía apenado. -Creo que somos un par de tontos porque tú también me gustas mucho –le dije con un poco más de confianza al saber que él lo había dicho primero, pero no dejaba de sentirme avergonzada, sonreí tímidamente mientras él no dejaba de reír, parecíamos niños pequeños en el jardín de infancia, sólo que nosotros tuvimos la mala fortuna de decirlo al final. -Sofi, sabes que tengo que ir a hacer las pruebas a la escuela de fútbol, no quiero que te pongas triste, ni creas que te olvidaré la verdad este chocolate que te doy es muy especial –dijo mientras desenvolvía el chocolate y mordía un poco- Sofi, yo… Yo estaba tan avergonzada, no sabía qué más podría decir sólo deseaba besarlo, y si él no se apuraba, yo tendría que hacerme dueña de esos labios, pero se fue acercando sentí mi cara enrojecer y mi corazón latir muy fuerte, cuando estuvo cerca de mi pude sentir su respiración, el ruido de la calle había desaparecido, mis ojos estaban hipnotizados en los de él, fue cuando sentí algo muy cálido, el sabor de sus labios, que apretaban contra los míos, me estaba besando. Julio el chico que me enamoró sin saberlo, me estaba dando un tierno beso en los labios, abrimos un poco la boca y supe el por qué había mordido el chocolate, el sabor se había quedado en su boca, no podía pensar en otra cosa. El sabor del chocolate, inundó 37
mi mente y mis sentidos, durante unos minutos no escuche nada, ni me di cuenta de lo que estaba pasando en la calle, sólo pensaba en su labios, tan suaves que hizo que por mi espalda corriera un escalofrío. Me encantaba este niño, de verdad mi primer beso había sido encantador. Nos separamos un poco para respirar, e inmediatamente nos abrazamos, no dijimos nada durante un ratito. -Me gusta el sabor del chocolate –Le dije apenada. -Sofía, de verdad ahora que estamos así, no quiero irme – Me dijo serio. Lo miré de nuevo, me encantaban esos ojos cafés, lo besé de nuevo pero esta vez solo fue un pico, sonreí de nuevo, quería que no pensara en otra cosa más que en nuestro beso ¿Por qué los hombres no leían el ambiente? Sorprendentemente creo que Julio, supo qué hacer y se acercó de nuevo a mí para darme otro beso, estuvimos así durante un buen rato, no quería separarme de él pero también mis papás me estaban esperando. -Espero que te vaya bien en la escuela de fútbol – Dije con ojos llorosos. -Sofi, -él bajó la mirada, creo que no sabía qué decir – por favor no llores, esto no es el final, te prometo que este no es el final –Me dijo abrazándome. Yo me aferre a él, no lo quería dejar ir. -Mis papás me están esperando – Si iba a alejarme tenía que hacerlo sin que se diera cuenta que no me gustaba saber que se iba a ir. Él no dijo nada, bajé la mirada, comencé a caminar hacia la escuela de nuevo. 38
-¡Te quiero sofí, espérame por favor! –Gritó mientras me alejaba corriendo de ahí. Llegué con mi familia y amigas, sonriendo, Blanca y Belem me abrazaron me dijeron que no me preocupara, que lo mejor era que se lo había dicho y que no sufriera, yo sonreí y abracé a mi papá, seguimos nuestro camino hacia la casa, donde desayunamos bastante rico. Mi primera historia de amor, había terminado. Recuerdo con mucho cariño la secundaria, ese momento cuando, mi ahora novio, Julio se fue a la escuela de fútbol en el norte del país, me sentí muy triste, pero la vida me lo devolvió justo a finales de mi preparatoria, yo ya había salido con otros chicos pero creo que Julio siempre ha sido el amor de mi vida, todavía me veo con Belem y con Blanca, la última ya se casó y que ahora tiene una hermosa bebita, lo sorprendente es que cuando las volví a ver, eran las mismas personas locas que me acompañaron en la secundaria, las quiero mucho. Belem no estudió gastronomía por problemas en su familia tuvo que estudiar enfermería pero dice que cocina lo más que puede; Blanca que se fue para Monterrey se quedó a vivir allá y estudió Arquitectura. Yo no salí de mi ciudad, estudié Diseño Gráfico y trabajo en un estudio de publicidad, y al leer mi diario de la secundaria, volteo a ver a mi novio, que es ahora abogado, no la hizo nunca en el fútbol pero juega en un 39
equipo los domingos, y recuerdo a esa pequeña niña llorona, al final de la escuela secundaria, mis ojos se llenan de nostalgia y de amor. Quisiera regresar en el tiempo a ese momento cuando sentí que mi corazón se rompía al despedir a Julio, abrazarle y decirle que todo estará bien, los chocolates que tanto nos gustan nos seguirán gustando y que también hemos aprendido que la vida y el amor son como el chocolate amargo.
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Material adicional: Este fue el primer diseño de Sofía. PinkStar estuvo indecisa al iniciar la historia, por lo que en un principio la protagonista era más jovial, este dibujo salió como el prototipo de la portada. Ahora Sofía es más tranquila y la historia, por estar dirigida a las chicas, resulta ser nuestro primer Shojo. Me divertí mucho al dibujar a ambas Sofis, por eso le pedí al equipo de diseño que incluyera esta ilustración, aunque por regla los Virals sólo llevan una imagen, que es la portada. ~Laughtman.
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CC 2013 Virtual Bread Editorial Libre Chocolate amargo Hecho en México. Licencia: Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 2.5 México.