¡No te atrevas a olvidarme! - Especial de navidad

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Historia: Sasaki Yumeno Arte: Laughtman

*¡No te atrevas a olvidarme!


CC 2017 Virtual Bread Watashi no koto wo wasurenaide kudasai!

¡No te atrevas a olvidarme! - Especial de Navidad

Historia: Sasaki Yumeno Arte: Laughtman Ilustración de portada: Diseño de portada: Corrección de estilo: Editor: Diseño editorial:

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Especial de navidad Historia: Sasaki Yumeno Arte: laughtman


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Especial de Navidad


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En

una mañana de diciembre el sol brillaba intensamente tras la ventana de una habitación desconocida. — ¡Izumi! ¡Izumi! ¡Ya es de día, Izumi! — Ahh... sí, ya te escuché. Ya estoy despierto, ya estoy despierto. Tras hacer esta afirmación, Izumi aunó fuerzas para sentarse sobre su cama.

Frente a él, su hermana menor (a quien ya se había mencionado antes) estaba con las manos en la cintura y con el pecho inflado de impaciencia. No se veía muy feliz, y al igual que Izumi, por momentos, separaba los labios para enseñar unos dientes filosos y amenazadores. Izumi y su hermana se vieron durante algunos segundos, hasta que finalmente... — Ahh... estoy muerto. Tan pronto como terminó de decir esto, Izumi se desplomó de nuevo y hundió el rostro en su almohada. — ¡HEY! ¡¡NO TE VUELVAS A DORMIR!! La hermana menor de Izumi se aproximó ferozmente, abrió su boca tanto como pudo. Sus colmillos reflejaron la luz del sol, y entonces: *CRANCH* — ¡¡¡GYAAAHHHHHHH...!!!

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Los pájaros, que hasta entonces dormían en los árboles adyacentes, huyeron despavoridos debido al grito proveniente de una casa de dos plantas con adornos navideños, cuya placa en el frente ponía: «Kotegawa» A partir de este momento, como todas las mañanas, la tranquilidad del vecindario había llegado a su fin. Y hablando de finales, hasta aquí llega el protagonismo del vicepresidente del consejo estudiantil pelirrojo, puesto que en esta ocasión, seré yo quien protagonice esta historia previa a la Navidad. ¡Así es! ¡El delegado de la clase más famosa de toda la preparatoria Akarui Tani...! ¡¡Kotegawa Izumi!! — ¡Presente! ... Al igual que hoy en día, siempre he sido delegado de la clase en la que estuviera. Realmente, me agrada mucho el cargo. Si tuviera que decirlo, supongo que se debe principalmente a mi necesidad de sentirme como un miembro importante en cualquier grupo al que perteneciera. Aunque, hay algo más... Así es. A pesar de mi egoísmo sentimental, también soy capaz de sentir empatia por los demás; y lo que es más, suelo involucrarme demasiado en los problemas de los que me rodean.

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Puede que talvez lo haga para sentirme bien conmigo mismo, pero aún así, cuando alguien está en problemas, simplemente no puedo ignorarlo. Entonces, hago todo lo que esté a mi alcance para ayudar de alguna manera a esa persona, incluso si es contra su voluntad. Ya han habido algunas ocasiones en las que esta actitud me ha metido en problemas, pero así es como soy yo, y sino fuera así, simplemente dejaría de ser yo. Dicho esto, ahora mismo hay cierto asunto que me ha dado vueltas en la cabeza. Se trata de Yoshiro, mi mejor amigo. Veamos, ¿Por dónde debería comenzar...? Humm... Sucedió durante un viaje matutino a la escuela, junto con Hanako. Como de costumbre, conversamos de temas sin mucha importancia. Entonces, ella mencionó la cercanía de la Navidad. Nos contó acerca de sus planes y también nos preguntó si teníamos algo en mente. En ese momento, Yoshiro se mostró algo incómodo y cuando llegó su hora de responder, simplemente se limitó a decir: — Bueno, realmente no es como si estuviese tan interesado en estas cosas. Lo más probable es que pase la noche en casa y vea televisión con Ayano.

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Es cierto que no hay nada de malo en su elección. Sin embargo, hay algo más... Puede que a Yoshiro le desagrade la Navidad por malas experiencias o algún trauma del pasado. Lo cual es todo un desperdicio puesto que la noche buena, en sí misma, puede llegar a ser la mejor noche de todo el año. Un evento en el que las personas se reúnen para compartir un momento especial y para comer comida deliciosa. Cuando las disputas y el odio se olvidan para dar paso a la armonía. ¡Y lo más importante! ¡Cuando la abuela pone un pavo asado sobre la mesa! ¡Un pavo condimentado exquisitamente y rebosante de sabor! ¡Es definitiva! ¡Es impensable que Yoshiro se recluya para pasar el tiempo frente a una televisión, vea los especiales de TV y se sienta cada vez más amargado y miserable! ¡Y es por eso que yo! ¡Kotegawa Izumi! ¡Le enseñaré a Yoshiro lo maravillosa que puede ser la Navidad! Una vez lleno de energía, comencé a correr por en medio del camino, dejé atrás a todas esas personas que simplemente me veían de forma extraña. ¡No puedo esperar a llegar a la escuela para comenzar con mi plan! Sin lugar a dudas, ¡Yo salvaré la Navidad de Yoshiro! — ¡Achis!

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Mientras tanto, en alguna parte, Yoshiro estornudó. — Creo que hoy llevaré una bufanda... ... Terminadas las clases, Yoshiro me invitó a ir a comer algo de regreso a casa. Sin embargo, me excusé diciendo que debía ir a otro lugar debido a un compromiso. A pesar de que no me sentí muy a gusto con la idea de rechazar una invitación suya, no podía perder mi real objetivo de vista. Luego de despedirnos, me dirigí al centro comercial, que ya había sido adornado acorde a la temporada. Tras pensarlo mucho, finalmente llegué a una conclusión. ¡Qué mejor forma de expresar el espíritu navideño que con un obsequio! ¡Es decir, todos aman los obsequios! ¡Cuando Yoshiro abra el suyo, de seguro se llenará de alegría y cambiará de opinión respecto a la Navidad! Con esa idea en mente, una vez en el centro comercial, me tomé mi tiempo para pensar en qué tipo de obsequio podría darle a Yoshiro.

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Lo conozco desde hace mucho tiempo, por lo que conozco sus gustos bastante bien. Sin embargo, un obsequio de Navidad va más allá del gusto. También, debería ser algo necesario para la otra persona. En otras palabras, no tendría sentido obsequiarle una televisión, pues ya tiene una. Aunque por otro lado, si no tuviera una y fuese realmente necesaria, con mi presupuesto de estudiante de preparatoria, me sería imposible comprar una televisión así como si nada. — ¡Kah! Maldije mi propia inutilidad. Incluso si sólo era una situación metafórica, el hecho de no poder ayudar a mi mejor amigo realmente me molestaba. Sin darme cuenta, me dejé llevar por mis pensamientos, y mientras me encontraba ensimismado en mi propio mundo, la hora se pasó rápido. Afuera, el cielo aún tenía ese tono anaranjado propio de un atardecer, aunque con tintes más oscuros; anunciaba el advenimiento de la noche. Comprobé la hora en mi celular. Eran las «17:27 PM» Me rasqué la cabeza con algo de frustración y luego comencé a caminar.

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— Supongo que compraré un helado. A lo mejor, eso me ayuda a pensar con más claridad. Después de todo, elegir un obsequio adecuado es una tarea mucho más difícil de lo que pensaba. Al llegar a la tienda de helados, mientras hacía la fila, de pronto escuché una voz familiar: — Me pregunto que debería comprarle... Impulsado por la curiosidad, escabullí una mirada. Cabello plateado y el uniforme de nuestra preparatoria. Sin lugar a dudas, se trataba de Hanako, quien estaba de pie justo al lado mío. Ella se veía muy pensativa, y al igual que yo, pretendía comprar un helado... ¡Eso sólo podía significar que...! Tras darse cuenta de mi presencia, Hanako dio un paso atrás y adoptó una expresión igual de aterrorizada que la mía. Me apuntó con el dedo indice, y entonces dijo: — ¡Ahhh! ¡Pero si es Izumi! ¡No me digas que tú...! — ¡Que tú también intentas comprar un obsequio para Y-yoshiro! Ambos dijimos una frase en conjunto.

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Después de todo, no había duda alguna. ¡¡Ambos tuvimos exactamente la misma idea!! — ¡¡¡WAHHHHHHHHHHHHH...!!! A partir de nuestro inesperado (y muy agitado) encuentro, los dos decidimos tomar asiento en una de las mesas del patio de comidas para poder discutir con más tranquilidad. Luego de un breve intercambio de palabras, finalmente confirmé mi duda. Ella vino al centro comercial con el mismo propósito que yo. Hanako se encontraba sentada delante de mí. Tenía ambas piernas juntas y una expresión tranquila; muy propia de ella. Luego de inclinarse un poco para lamer delicadamente su helado de limón, Hanako comenzó a abrir su boca aún más para sorber la crema superior. Y sin detenerse, chupó uno de los extremos. A partir de ese punto, los movimientos de su lengua se volvieron mucho más lentos y libidinosos. Sin darme cuenta, me perdí en aquella lengua tan seductora y... ¡Espera! ¿¡Qué digo!? — ¡Oye! ¡Es necesario hacer todo eso! ¡¿Acaso,

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no puedes comer un helado de forma normal?! Hanako se detuvo y levantó la mirada de nuevo. Lucía muy sorprendida. Tras limpiarse los restos de crema al rededor de su boca, dijo: — ¿De qué hablas? Yo siempre como el helado así. Realmente, no te entiendo. Sin poder ocultar el rubor, me forcé con una expresión molesta y aparté la mirada. — ¡Como sea! ¡Ya olvidalo! Después de todo, Hanako no parecía haberse dado cuenta de nada. Por Dios... no tiene remedio. Ignoramos el detalle del helado, ella dio inicio a la conversación real: — Sólo para dejarlo en claro, viniste aquí para comprarle un obsequio a Yoshi kun, ¿Cierto? Ciertamente, una pregunta difícil de responder. — Así es... aunque no tuve éxito. Suspiré. — ¿A qué te refieres? ¿No hay nada que esté a tu nivel adquisitivo? «¡Kah! ¡Ya basta de molestar a mi billetera!»

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— No, no es eso. Lo que sucede es que hay demasiadas opciones y no puedo decidirme por una. — Bueno... ¿Ya has pensado en comprar algo en base a sus gustos? — Ya pensé en eso. Pero, aún así, hay otros factores a tomar en cuenta. La necesidad, por ejemplo. — ¿En serio? — Sí, así es... Me detuve a la mitad de lo que decía, puesto que una idea cruzó por mi mente en ese momento. — Aunque... ahora que lo pienso, más allá del gusto y la necesidad, deberían haber otros factores. ¡Maldición! Hasta ahora pensé desde una perspectiva demasiado cerrada. Incluso si hubiese sido capaz de comprar algo, el resultado terminaría en un desastre. — Elegir un obsequio apropiado es una tarea realmente difícil... Oprimí los dientes con fuerza. — ¡Ju-juh...! Es raro verte tan preocupado. Después de todo, talvez no eres tan inteligente como se piensa. Hanako se tapó la boca delicadamente y dejó escapar una risa burlona y muy molesta. Entonces, respondí instintivamente:

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— Eres muy valiente para hacer una declaración tan arrogante como esa... Aparté la mirada y me tapé la boca de la misma forma en la que ella lo hizo antes. — ...Ya que tú tampoco lograste ningún avance con tu obsequio. Naturalmente, Hanako se molestó, aunque, no continuó con la discusión. En lugar de eso, ambos dejamos escapar un suspiro de agotamiento. Por un momento, permanecimos en silencio. A nuestro alrededor, ya no quedaba mucha gente y afuera ya había oscurecido bastante. Una vez más, acudí a mi celular para comprobar la hora. Acto seguido, me volví hacia Hanako: — En cualquier caso, ya es algo tarde. ¿Por ahora... quieres que te acompañe a tu casa? Hanako detectó el tono de derrota en mi voz, y ésto también bajó su moral. — Supongo que podemos continuar mañana. — Así es. De momento, lo mejor sería regresar. — Está bien...

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Sin más que decir, abandonamos el centro comercial y nos dirigimos al departamento de Hanako. A pesar de ser de noche, las estrellas brillaban por su ausencia. Por otro lado, esto beneficiaba al llamativo de las luces de los adornos navideños, colocados cuidadosamente en puertas, ventanas y techos. Los colores titilantes se veían maravillosos y llenaban el ambiente. Una alegría completamente ajena a nuestra actual infelicidad. A medida que avanzabamos, Hanako lucía cada vez más preocupada. Su mirada era cabizbaja y su expresión exageradamente seria. Entonces, en algún punto ya no fue capaz de contenerse y exclamó: — ¡Ya no queda mucho tiempo! ¡Sino nos apresuramos, perderemos la oportunidad y Yoshi kun volverá a pasar una navidad amargada! — Tranquilizate, Hanako. Mañana regresaremos al centro comercial y de seguro encontraremos el mejor obsequio de todos. ¡Te lo aseguro! — Pero... ¿Y qué tal si no es suficiente para cambiar la opinión de Yoshi kun? Después de todo, un obsequio sólo es algo superficial. Algo tan simple como eso no podría alegrar a nadie. Ahora no se-

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remos capaces de salvar la navidad de Yoshi kun... ahora todo está perdido. Tan pronto como Hanako terminó de decir esto, sentí un profundo frío en el pecho. Como si algo dentro de mí se congelara a una velocidad vertiginosa. A pesar de que me negaba a creer en aquellas palabras tan pesimistas, en el fondo, yo también sabía que sería inútil. Después de todo, nuestros esfuerzos fueron en vano... Yoshiro... ¡Perdoname! Antes de que pudiese abrir la boca para responder algo, una voz proveniente de nuestras espaldas lo hizo por mi: — No debes rendirte antes de tiempo, ¡Hanako chan! Hanako y yo nos volteamos al mismo tiempo. De pie, a pocos metros de nosotros, se encontraba alguien erguido de forma triunfante y con una sonrisa de oreja a oreja. Poseía un aura que desbordaba confianza y determinación. Se trataba de una mujer madura, vestida con un traje de oficina azulado.

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Su cabello era largo y oscuro, y llevaba puestos unos anteojos; los cuales acomodó ligeramente justo después de dedicarnos una mirada incitativa. — ¡Asuka san! Cuando Hanako la llamó así, ella volvió a sonreír. — ¡Ha pasado mucho tiempo, chicos! ¡Díganme, ha ocurrido algo interesante! Con la aparición de Asuka san, noté como Hanako comenzó a recuperar el animo. Ella siempre ha tenido ese efecto sobre las personas, y el hecho de que haya aparecido frente a nosotros sólo podía significar algo bueno. Sólo con verla ahí de pie, el hielo en mi corazón comenzó a derretirse. Entonces, sentí que las cosas mejorarían. Después de todo, aun es muy pronto para rendirnos. ¡Definitivamente...! Hanako y yo: “¡¡Salvaremos la navidad!!” ... Luego de que ayer nos encontráramos con Asuka san, ella nos ofreció su ayuda. Y es por eso que acordamos vernos de nuevo hoy, en el patio de comidas del centro comercial, para planear nuestra estrategia.

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Generalmente, tendría mis dudas. Sin embargo, en esta ocasión era diferente. Con Asuka san presente, me era imposible tan siquiera pensar en que algo podría salir mal. Como dije antes, ella tiene mucha confianza en si misma y una personalidad tan arrasadora que tiende a provocar que las preocupaciones desaparezcan. Si estaba con ella, lo mejor sería dejarme llevar y no cuestionar nada. Después de todo, en el pasado Asuka san ya ha demostrado tener la capacidad para manejar estos temas con mucha eficacia. Casi podría decir que es una especialista. Aunque... no se podría decir lo mismo acerca de su puntualidad. — Ya lo hemos esperado más de una hora, ¿Realmente, crees que vendrá? Hanako suspiró. — No sabría decirlo. Ella... nunca ha sido muy responsable con los horarios. Una vez quedamos para ir de compras por la tarde. La esperé durante cinco horas, y cuando finalmente se dignó a aparecer, todas las tiendas ya habían cerrado. Una sensación horrible me invadió tras escuchar la historia de Hanako. Tras pensarlo un poco, finalmente opté por guardar silencio y no hacer ningún comentario indebido.

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Mientras los dos nos sumíamos cada vez más en la frustración, de pronto escuchamos una voz conocida. — ¡Hey! ¡Ya llegué! Perdonen por la demora, fue difícil escaparme del traba—... ¡Es decir, tuve un contratiempo! Se llevó una mano a la nuca y nos enseñó una sonrisa forzada. — Jeje... No, definitivamente no hay forma de creamos eso... Realmente, los horarios no son la única cosa con la que le falta responsabilidad. Inconscientemente, arrugué el ceño y separé un poco los labios. — En cualquier caso, ¡Qué les parece si comenzamos de una vez! Luego de tomar asiento, Asuka nos hizo algunas preguntas, y paralelamente, le explicamos a grandes rasgos nuestra situación. Entonces, tras permanecer algunos segundos en silencio, meditó y su respuesta fue la siguiente: — Pienso que se limitan demasiado al pensar únicamente en la persona a la que le darán el obsequio. También, deben pensar en ustedes mismos y en qué tipo de obsequio iría a juego con sus personalidades y representaría mejor sus sentimientos.

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Después de todo, si sólo se preocupan en pequeñeces como el precio... ¡Kah! — ...la necesidad o los gustos, el obsequio realmente no tendrá nada de especial, y por consecuente no expresará sus verdaderas intenciones. Tras decir esto, Asuka se puso de pie y apuntó al cielo con pose triunfante. Entonces, tomó una gran bocanada de aire y exclamó: — ¡En conclusión! ¡Antes de pensar en un obsequio para Yoshiro, comiencen por pensar en quién será el que se lo obsequie! En ese momento, Hanako y yo sentimos un profundo vacío. Como si la respuesta que tanto buscamos hubiese estado frente a nosotros todo este tiempo. ¿Cómo no nos dimos cuenta antes? Mientras nos preocupamos por razones lógicas y frías, olvidamos lo más básico de todo. Pero, ¡Ya no más! Ahora que todo está claro, estoy seguro de que podremos hacer algo al respecto. En ese momento, el teléfono celular de Asuka san comenzó a sonar, se excusó, y llevó su teléfono al

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oído mientras nos enseñaba una gran sonrisa. No obstante... [¡¡¡......c&@$#/°s%......c&@$#/°s%...... c&@$#/°s%......!!!] *Timp* Ella colgó la llamada sin más. Por un instante, un vacío aún más profundo que el anterior se apoderó del ambiente. Quien sea que fuese la persona que la había llamado, se escuchaba realmente muy molesta. Casi como si quisiera matar a Asuka san en el momento en que la viera. Y la expresión aterrorizada y piel pálida de Asuka san no hacían más que confirmarlo. — Bien, creo que me retiraré por hoy. Espero haberles sido de ayuda, chicos. ¡Ya saben que siempre pueden contar conmigo! Tras decir aquellas palabras, tan llenas de alegría, Asuka san nos enseñó una sonrisa radiante. Y sin más que decir, dio media vuelta y caminó hacia la salida. A pesar de la actitud animada que había tenido al hacer su última declaración, la verdad es que... La sombra de Asuka san lucía mucho más alargada, y justo a su lado, había otra sombra con la silueta de una guadaña entre sus oscuras y delgadas manos.

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— ¡Asuka san! ¡Fue un placer! ¡Nunca te olvidaremos! Luego de nuestro último encuentro con la madre de nuestro amigo, nos pusimos de pie y nos dispusimos a encontrar el obsequio ideal. Entramos en varias tiendas y vimos un montón de cosas, de todos los colores y tamaños. Afortunadamente, el centro comercial tenía todo tipo de tiendas a nuestra disposición, por lo que la falta de opciones era una preocupación menos. Pasadas unas tres horas, finalmente lo conseguimos. Nos sentimos satisfechos por nuestro trabajo, teníamos gran determinación en nuestras miradas y, tal como Asuka san nos enseñó, nos despedimos con una gran sonrisa. — Ahora sólo queda esperar al gran día. — ¡Sí! ¡Será todo un éxito! Tal y como dijo Hanako, será todo un éxito. ¡Oh! Y por cierto, hoy es 22 de diciembre, por lo que mañana sucederá el tan esperado momento. ¡El momento en el que yo! ¡Kotegawa Izumi—... (¡Y Hanako!) salvaremos la Navidad! Al día siguiente, luego de insistir mucho, logramos convencer a Yoshiro para organizar una fiesta de navidad. La misma tendría lugar la noche del 24

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de diciembre. Es decir, en noche buena. La noche más blanca de todo el año (sin contar las seis horas entre las 21:00 y las 03:00, claro está). Para cuando la campana anunció el final del día, nos encontramos con Hanako en la zona de los casilleros y tuvimos una última conversación antes de la fiesta. — ¡Bien! ¡Nos vemos luego! — O-oh, claro... Después de todo, Yoshiro no lucía muy feliz... A pesar de que me sentía mal con el hecho de forzarlo a hacer algo tan incómodo para él, no dejaba de repetirme a mi mismo que era por su bien. ¡Sí! ¡Eso es! ¡Ahora sólo es cuestión de tiempo! ¡Esta noche abrirás los ojos y conocerás las maravillas ocultas del pavo horneado de la abuela! ¡Sólo espérame, Yoshiro! ... Al anochecer, tomé mi abrigo y me dirigí a la fiesta. Afuera hacía algo de frío; aunque no lo suficiente como para que nevara. Al igual que la noche anterior, tampoco habían estrellas en el cielo. Sin embargo, al igual que la

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noche anterior, las luces de colores bastaban para embellecer la noche. *Tiim...* — ¡Onii chan...! ¡Tocan la puerta...! Desde el otro lado, la voz de Ayano se escuchó claramente. No pasó mucho tiempo antes de que la puerta se abriera frente a mí. — Oh, eres tú, Izumi. Vamos, pasa, no te congeles ahí afuera. — Claro. Con permiso. Ahora que lo pienso, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que vine de visita. Por otro lado, había algo que me llamaba aún más la atención. Inesperadamente, el interior de la casa había sido decorado acorde a la fecha. Habían guirnaldas y luces de colores en las ventanas y sobre los sillones. Botanas y refrescos sobre la mesa, estrellas chinas colgadas sobre la sala. Y lo más sorprendente de entre todas las cosas, un gran árbol de navidad con adornos y una estrella brillante justo en la copa. — ¡W-woah...!

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No pude evitar dejarme llevar. Entonces, sentí una mano en mi hombro. — Vamos, no te quedes ahí parado. Al girar la cabeza, me encontré con el rostro de Hanako a sólo centímetros del mío. En ese momento, Hanako me dedicó una mirada especialmente determinada. Naturalmente, comprendí el mensaje y le correspondí de la misma forma. Al pasar a la sala, me topé con una gran sorpresa. Ayano, la hermana menor de mi mejor amigo, vestía un traje navideño erótico muy ajustado, especialmente en la zona del trasero y de los pechos. — ¡Kah! Como muestra de empatía, Hanako se tapó la frente con una mano y cerró los ojos con frustración. — Intentamos detenerla, pero fue inútil... Al percatarse de mí, Ayano, quien estaba tendida en el sillón viendo televisión, se volteó sobre si misma e hizo una pose triunfante. — ¡Oh...! ¡Pero si es Izumi kun! ¡Tanto tiempo! ¡Cómo has estado! — ¡E-eso no importa! ¡Qué haces vestida así! Ayano se mostró confundida, y tras pensarlo un

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poco, respondió: — Oh... ¿Esto? Podrías decir que es Fan Service, ¡Je-je! — ¡Nada de Je-je! ¡Es demasiado revelador! ¡Puedo...! ¡P-puedo ver todo! Yoshiro y Hanako dieron un salto de sorpresa. Podía notar un leve asco en la expresión de Yoshiro. Por otro lado, en cuanto a Ayano, ella más bien parecía alegrarse por eso. — ¡jo, jo! ¡Verdad que te gusta mi disfraz! ¡Izumi kun! — ¡Kah! Tras decir eso, Ayano bajó por el sillón y comenzó a acercarse a gatas hacia mí. A medida que sus brazos avanzaban, sus pechos se encimaban uno sobre el otro, enseñando cada vez más piel. Cuando estuvo demasiado cerca, intenté retroceder, pero resbalé y caí sobre mi trasero. Al estar a la misma altura, Ayano se aproximó hacia mí con una expresión realmente erótica, y con una voz seductora, dijo: — Vamos, si ruegas, puede que te deje tocar un poco...

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— ¡Y-ya basta! ¡Aya... — Tú sabes que quieres hacerlo... Antes de que me diera cuenta, Ayano tomó mi mano y la aproximó hacia su pecho.Cuando la punta de mis dedos se encontraban a sólo un par de centímetros de alcanzar su piel clara y suave... — ¡¿Qué creen que hacen en frente de nosotros?! ¡¡Par de perver-diotes!! *TASH* Sin previo aviso, Yoshiro nos golpeó fuertemente en la cabeza a ambos. — ¡O-onii chan! — ¡Tú te lo buscaste! ¡No te pido que te comportes como una dama, pero al menos actúa como una persona decente! Sentí un dolor punzante en el centro de la cabeza, me volví desesperadamente hacia Yoshiro. — ¡Y por qué también me golpeas a mí! ¡Yoshiro! — Bueno, habría sido injusto golpear sólo a Ayano, ¿Sabes? Además, tu tampoco opusiste demasiada resistencia. — ¡Pero! — ¡Joh! ¿Acaso, quieres que te golpee de nuevo? Eres bastante valiente como para intentar manosear los pechos de mi adorable hermana menor frente a mí, y luego volver a desafiarme.

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— ¡Hiiii...! Yoshiro me fulminó con la mirada. Sin embargo, no permanecimos mucho tiempo así, puesto que Ayano nos interrumpió con una pregunta espontánea para Yoshiro: — ¿Cuánto falta para que la comida esté lista, Onii chan? Me ignoró, él se volvió hacia Ayano con un aire más calmado. — Humm... de hecho, ya debería estar lista. Ayudame a acomodar los platos mientras llevo la comida a la mesa. — ¡Sí...! Afortunadamente, Yoshiro dio media vuelta y se dirigió a la cocina, tal como dijo. Cuando por fin estuve a salvo, dejé escapar un suspiro de alivio. Después de todo, puede llegar a ser incluso más aterrador que yo cuando se enfada. Un tiempo después... Justo como era de esperarse de nuestro cocinero estrella, la cena de navidad fue todo un festín. — ¡Ahhh...! ¡Comí hasta reventar! ¡Estuvo realmente delicioso! ¡Yoshiro! — Hm, me alegra que te haya gustado, Izumi.

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— Luego debes intercambiar alguna de tus recetas con mi hermana. — ¡Jajajajaja! Claro, lo haré. Luego de comer, los cuatro permanecimos sentados alrededor de la mesa para compartir anécdotas y pasar juntos lo que quedara de la navidad. Sin embargo, al final sólo quedamos Yoshiro y yo, ya que en algún momento, Hanako y Ayano no pudieron resistir el sueño y se fueron a dormir al sillón. El ambiente era tranquilo y a diferencia de antes, Yoshiro ya no lucía tan incomodo. Con la intención de iniciar una nueva conversación, me volví hacia Yoshiro con un tema importante para él: — Hace mucho que no hablamos de esto, pero, ¿Cómo te ha estado yendo con tu sueño de convertirte en escritor, Yoshiro? — Bueno, podría decir que me ha ido bien. Bastante bien, de hecho. Logré avanzar mucho con mi propia novela en estos últimos días. — Es bueno saberlo. Ya quiero leerla. Yoshiro me enseñó una sonrisa con modestia. — “No es para tanto” tal vez no sea la frase más indicada. La verdad es que el tenerte como lector realmente me alegra mucho. Ten por seguro que serás el primero en ver mis avances. Después de todo, aún se siente así.

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Supongo que un escritor nunca olvida los lazos con su primer lector. Por otro lado, no es como si leyera sus novelas sólo por ser su amigo. No, de hecho, esa no sería para nada una razón valida. — Leo tus historias porque escribes cosas muy interesantes. Nada más que eso. Sí, esa es la razón por la que lo hago y, al respecto de razones, Yoshiro también tenía algo que agregar: — Luego de escribir los últimos capítulos, llegué a comprender muchas cosas que ignoraba. Especialmente, las razones que impulsan a los personajes a actuar como lo hacen. Así que ahora le da importancia a ese tipo de cosas. Veo que Yoshiro se ha convertido en una persona muy profunda. Estoy feliz por él. Sentí que sería el momento adecuado, apoyé mi espalda en el espaldar de la silla y respiré profundamente. — Ya que hablamos de razones, me gustaría aprovechar el momento para hacer una confesión. — Um, ¿A qué te refieres?

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— A decir verdad, la razón por la que Hanako y yo te obligamos a hacer esta fiesta es porque teníamos la intención de hacerte cambiar de opinión respecto a la navidad, para que dejaras de odiarla y comenzaras a disfrutarla adecuadamente. No podíamos dejar que continuaras tu vida y perdieras la oportunidad de pasar momentos felices en una fecha tan especial como ésta. Inesperadamente, Yoshiro se mostró algo confundido. Permaneció en silencio durante algunos segundos, y entonces dejó escapar una risa despreocupada. — Vamos, no hacía falta preocuparse tanto por algo como eso. Además, te equivocas en algo. Yo no odio la navidad. Es decir, el hecho de que no me llame la atención, no significa que la odie. En cualquier caso, va más allá de gustarme u odiarla. Podría decirse que soy del tipo que piensa que los días no deben considerarse importantes por el simple hecho de que la historia así lo dicta, sino más bien, que ganan importancia en base a los hechos actuales que tienen lugar a lo largo de ellos. En otras palabras, no hay necesidad de esperar un año entero para celebrar. Con una buena actitud, cualquier día puede ser el más especial. Dijo con una leve sonrisa en su rostro. — Por ejemplo, hoy. Me siento satisfecho por la fiesta. Hace tiempo que la casa no estaba tan ani-

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mada. Luego volvió a sonreír, pero esta vez con un poco de remordimiento en su expresión. — Incluso, Ayano se divirtió mucho. Siempre le causo muchos problemas, así que fue bueno verla así. Realmente me divertí mucho con ustedes. Me quedé sin palabras. Por un breve momento sentí como si todo nuestro esfuerzo hubiese sido en vano. Pero, por otro lado... no se podría decir que perdimos, si en un primer lugar, nunca hubo una verdadera razón para preocuparnos, y por consiguiente, nunca hubo una lucha que luchar. Después de todo, a veces tiendo a ser algo exagerado. Dejé escapar una risa, y a pesar de que Yoshiro no entendía nada de lo que pasaba por mi mente, también se dejó llevar. Ya casi era medianoche y los fuegos artificiales comenzarían en cualquier momento. Ayano y Hanako se veían muy relajadas, por lo que decidimos no despertarlas. En lugar de eso, las cubrimos con una manta y salimos sin hacer ruido. Una vez afuera de la casa, esperamos por el inicio del espectáculo.

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Y mientras lo hacíamos, conversamos un poco acerca de las cosas de la vida. — Ha sido un año lleno de sorpresas, ¿No crees, Izumi? — Sí, yo también lo creo. — ¿Sabes? Desde que comencé a escribir el año pasado, prácticamente toda mi vida ha girado alrededor de eso. A pesar de que nadie además de ti ha leído mi novela, son muchos los que están al tanto de que escribo, y he recibido muchos elogios por esa misma razón. Naturalmente, me alegro por eso. — Aunque, no todo ha sido alegría. También, hubieron momentos difíciles en los que casi lo dejo debido a comentarios negativos, o incluso a causa de mi propia inutilidad durante los bloqueos de escritor. Sin embargo, en esos momentos lo único en lo que podía pensar para volver al buen camino era en tus palabras de aliento y en todo el apoyo que me diste desde el inicio. En ese momento, el primer fuego artificial ascendió al cielo y al explotar, se convirtió en un sinfín de chispas de colores rojizos que se reflejaron en los ojos de Yoshiro. — Entonces recuerdo a mi valioso primer lector y a mi mejor amigo. Antes de continuar, hizo una pausa para volverse hacia mí.

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Con una expresión llena de gratitud, y las luces a sus espaldas, sus palabras fueron: — Gracias por ser mi amigo, ¡Izumi! Repentinamente, una abrumadora sensación de emoción me invadió por completo. Sin poder contenerme, me aproximé velozmente hacia Yoshiro y entonces lo abracé por la cintura. Me aferré fuertemente a él mientras me esforzaba por contener las lágrimas. Planeaba hacerlo junto con Hanako, pero después de todo, no puedo esperar más. Este es mi obsequio para ti. Un abrazo. La mejor forma que encontré para expresar mis sentimientos. La mayor expresión de la fraternidad que nos une y nos unirá siempre. — ¡Gracias! ¡Yoshiro! Parecía confundido. Sin embargo, no mucho después correspondió a mi abrazo y palmeó mi cabeza con amabilidad. — Buen trabajo. Feliz navidad... ¡Izumi! — ¡Feliz navidad! ¡Yoshiro!

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