www.eltiempo.com - LUNES 9 DE OCTUBRE DE 2017 - EL TIEMPO
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cultura y entretenimiento
Fotografía de la idiosincrasia colombiana Hasta el 14 de octubre, Fernando Cano Busquets presenta ‘País, homenaje en blanco y negro’, en Casa Cano. Un sábado de 1979, Fernando Cano llegó a Villa de Leyva. Con su cámara en mano, empezó a recorrer el típico mercado que se encuentra en los pueblos colombianos. Entre puestos de frutas y de comida, uno de aguardiente y café, atendido por una señora de edad avanzada, fue el que más llamó su atención. El fotógrafo le preguntó si le podía tomar una foto, pero la señora, “de cara digna, muy chévere y muy bonita”, como dice Cano, le dio un ‘no’ rotundo. “Me dijo que ella no sabia qué iba a hacer con esa fotografía y que después la iba a vender (...) Le insistí y en ese momento aparecieron dos perros bajo la mesa. Vi cómo uno se montó encima del otro y levanté mi cámara y disparé. La señora se puso bravísima y le dije: ¡perdón, perdón, ya me voy!”, cuenta Cano en tono jocoso. Con el regaño encima y sin saber si había quedado enfocada o no, pues la cámara no era digital, se marchó. Ahora, 38 años después, la señala como “su hija consentida”, entre 40 fotografías a blanco y negro, que se encuentran en las paredes de la galería Casa Cano, en Bogotá. Se trata de la muestra ‘País, homenaje en blanco y negro’, que incluye 20 imágenes que lo llevaron a ganar el Premio Nacional de Fotografía 2017, otorgado por el Ministerio de Cultura. Meses antes, revisando su archivo, descubrió cuatro temáticas de Colombia en su trabajo, desde los
Colombia Coca-cola, pieza emblemática de Antonio Caro, fue realizada en 1976 y hace parte de esta muestra. Colección Museo de Antioquia
Historia que se ve en Francia Detalle de una fotografía de Fernando Cano.
Paisaje de Quindío captado por Cano Busquets en el 2008. Fotos: Fernando Cano B.
¿DÓNDE Y CUÁNDO?
ral, le iba mucho mejor en blanco y negro que en color. “De pronto, por esa falencia, fui prefiriendo el primero”. A Cano (cuya familia fue dueña de El Espectador) le gusta decir algo en cada imagen, que cada una Desde sus tenga una historia. “No sé días en ‘El si estoy obsoleto o no, sigo Espectador’, buscando mis cosas y dediario que jando un testimonio de lo fue de su que veo en mi curso por la familia, el ganador del vida”, dice. Además, sabe que es difípremio del cil poder condensar en esMinisterio de Cultura te proyecto todo lo que soes mos como colombianos. fotógrafo. Por eso, quiere seguir recorriendo el país para que esa idiosincrasia quede también lo es el blanco y más completa, y así poder negro, un lenguaje que con- publicar un libro que recosidera único, propio e in- pile y resuma sus fotograsustituible. fías. Por eso, al haber recibi“Creo que ese es el legado una formación en los do que quiero dejar como años de la fotografía análo- testimonio de mi paso por ga, confiesa que, en gene- la vida”, concluye.
Hasta el 14 de octubre. Casa Cano. Carrera 7A n.° 69-45, Bogotá. De lunes a viernes, de 10 a. m. a 5 p. m. Sábados, de 10 a. m. a 1 p. m. Teléfono: 312-6008.
años 70: paisajes, vida cotidiana, fiestas nacionales y carnavales del país; y manos que tejen la colombianidad. Colombia no es la única parte esencial de su trabajo como reportero gráfico,
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Laura Guzmán Díaz Cultura y Entretenimiento
Escoger cómo contar la historia del conflicto armado colombiano, a través del arte y en un país europeo, no parece una tarea fácil. Esa fue la petición que el museo francés Les Abattoirs, de Toulouse, le hizo al Museo de Antioquia, como parte del año Colombia-Francia. Para Nydia Gutiérrez, curadora jefe del museo colombiano, fue una buena oportunidad para explorar las percepciones y mediaciones que el arte ha hecho en el conflicto, “sin una definición encerrada”. Fue así como los curadores Valentín Rodríguez y Annabel Teneze, de Les Abattoirs, trabajaron de la mano de Gutiérrez para moldear ‘Medellín, una historia colombiana’, que estará en la ciudad francesa hasta el 14 de enero de 2018. “Empezamos con las causas del conflicto, y para ello utilizamos las maneras de expresar la mediación hecha por artistas históricos, es decir, por creadores de comienzos y mediados del siglo XX, en nuestra colección del Museo de Antioquia”, cuenta Gutiérrez. La exhibición, dividida en tres ejes: Causas del conflicto, Complejidad del conflicto y El camino hacia la paz, reúne el trabajo de más de 40 artistas históri-
‘La señora’, de Ethel Gilmour, estadounidense. Colección del Museo
cos y contemporáneos, que recopilan, desde diversas miradas, relatos del conflicto desde el siglo pasado. Es así como aparecen obras de Carlos Correa, Adolfo Bernal, Miguel Ángel Rojas, Fernando Botero, Antonio Caro y Óscar Muñoz, entre otros. Temas como la noción abstracta del absurdo del horror de la guerra, la melancolía de la memoria y la resistencia al olvido brindan diferentes perspectivas de reflexión. Y se hace énfasis en la resistencia de las mujeres a través de obras de Débora Arango, Libia Posada, Clemencia Echeverri y Delcy Morelos, entre otras. “No es una representación directa sino de una forma de cómo el arte ha mediado en este tema. Y ofrece muchas posibilidades de reflexión”, dice Gutiérrez.
Otros artistas en la muestra En la exposición también se pueden ver obras de, entre otros, Archivo Pacifista, Diego Arango, Iván Argote, Fernando Arias, Taller 4 Rojo, Marcos Ávila, Álvaro Barrios, Francisco Antonio Cano, Luz Elena Castro, Wilson Díaz, Umberto Giangrandi, Ethel Gilmour, Carlos Granada, Juan Fernando Herrán, Albeiro Lopera Hoyos, Pablo Mora, Viki Ospina y Ana Patricia Palacios.