mapa internacional de la edición, estableciendo nuevos mecanismos de contratación a favor de los autores. Cuando cumplió 70 años, dijo que iba a retirarse, “quiero seguir mandando pero sin tener que madrugar” como ella misma dijo, su amigo y autor (ella llama “clientes” a los autores de su potentísima agencia literaria) Mario Vargas Llosa escribió que teníamos Carmen para rato. Conserva intacta la facultad de la memoria, que es el factor principal de su negocio, pero jamás contará secretos del mundo que ella creó. El silencio es su libro de estilo.
La Dama de las Letras
S
Cambiando las Reglas
ería imposible entender lo que es la literatura en castellano de los últimos cincuenta años sin pronunciar su nombre: Carmen Balcells. Inventora del «boom» hispanoamericano (aunque nunca le gustó la palabreja), su escudería literaria ha albergado a lo mejor de lo mejor: Cela, García Márquez, Vargas Llosa, Delibes, Cortázar, Marsé, Juan Goytisolo, Vázquez Montalbán, Valente. Onetti, Eudardo Mendoza, Isabel Allende, Rosa Montero, Martín Garzo... En la actualidad los agentes literarios funcionan como intermediarios entre el autor y las editoriales. Se ocupan de defender los derechos de autor, de buscar al editor adecuado, de revisar los contratos, etc. Representan a los autores en su país de origen y en el extranjero. Hoy por hoy es prácticamente imposible para un autor novel poder editar con los grandes grupos editoriales sin contar con un agente.
Hace un tiempo a los agentes literarios se les llamaba también “editores”, personas inmersas en el negocio del libro, por lo general bastante cultas, con criterios estéticos propios, con quienes un escritor establecía un diálogo que crecía y se mantenía a lo largo del tiempo. Esos editores leían a medida que los autores escribían y dedicaban el fin de semana a corregir textos y discutirlos, acompañando el proceso de creación. También ayudaban a los autores a resolver sus apuros económicos, se ocupaban de entusiasmar a los críticos por anticipado, hablaban con los libreros, y participaban activamente en la vida literaria y cultural. Sin este tipo de agentes literarios como es el caso de Carmen Balcells conocida como “La Dama de las Letras” o “La dueña del
Carmen Balcells no se ha retirado. Es de una estirpe campesina; la fortaleza con la que sigue tiene que ver con ese origen, con lo que aprendió de sus padres. Para Carmen Balcells el sector editorial ha crec ido. Se ha afianzado. Se ha solidificado al máximo. Para ella no hay que hacer estadísticas, en general, ha ido a más de una manera potentísima, cada vez se lee más. Las editoriales grandes tienen muchos más recursos y herramientas para todo.
C
armen Balcells cambió las reglas, revolucionó el panorama mundial de la edición. Creó por primera vez dos elementos nuevos en contratos: límites geográficos y de tiempo. Antes, las novelas se vendían a un editor para toda la vida y en todo el mundo. Fue un hallazgo que le dio gran seguridad, hoy es el procedimiento habitual en todo el mundo. Carmen es la agente literaria más famosa del mundo latino. En los años sesentas cuando comenzó el boom, los escritores latinos buscaban a Carmen Balcells no sólo por que era una manitas haciendo contratos como en una ocación lo dijo Gabriel García Márquez, sino porque ella creía en “una nueva conciencia de América Latina” Inaugurando a gran escala el realismo mágico y poniendo a sus escritores en el mapa del main stream literario. Sus escritores sabían que ella no se duerme, ella está enfocada en multiplicar la rentabilidad de sus obras y en hacer que se respeten sus derechos.
<< Quiero seguir
mandando pero sin tener que madrugar
>>
boom Latinoamericano” difícilmente se hubiera publicado grandes obras literarias extranjeras y nacionales.
Carmen Balcells Segalà nació en el pueblecito leridano de Santa Fe de la Segarra, en el seno de una familia de propietarios rurales, y fue educada en el colegio de las Teresianas. A los 24 años, Su amigo Joaquim Sabrià la recomendó al rumano Vintila Horia, dueño de la agencia literaria ACER, quien la contrató como delegada en Barcelona. Cuando Horia vendió su agencia, en los años 60, Balcells se estableció por su cuenta, en el piso de alquiler donde vivía. En pocos años, esta mujer tozuda, noble y emotiva revolucionó el
Gabriel García Márquez, Jorge Edwards, Mario Vargas Llosa, José Donoso, y Ricardo Muñoz Suay junto a Carmen Balcells en casa de la «superagente» durante la despedida de Vargas Llosa en 1974
Carmen Balcells trabajando en su mítico piso del Ensanche.
<< Una de dos, o este oficio que hago no vale nada, y abandono, o hay que cambiar las cosas >> La primera reacción de rebeldía que tuvo es cuando al leer un contrato entre la sociedad de autores inglesa y un editor de Barcelona. El autor que leyó era nada menos que Rudyard Kipling y, por 75 libras, se concedían a la editorial los derechos indefinidos de Kim. Carmen se dijo: una de dos, o este oficio que hago no vale nada, y abandono, o hay que cambiar las cosas. Decidió convertir su trabajo en algo digno. Y, poco a poco, fue cancelando los derechos indefinidos de autores como Faulkner, Joyce, etcétera. Imagínense: los herederos de Neruda todavía hoy cobran una cantidad de la que se puede vivir. Con el sistema anterior, Neruda habría cobrado una sola vez por cada uno de sus libros. Para Carmen lo que hacía Hacienda con los escritores era un escándalo mayúsculo es por eso que no dudo en influir en esa entidad. Uno de los ejemplos que Carmen Balcells comentó en una entrevista sobre Manuel Vázquez Montalbán, era que cada vez que el escritor tenía que pagar sus impuestos, se veía obligado a escribir un libro corriendo. Un día que Carmen Balcells se encontró a Ana Botella, ella le preguntó cómo funcionaba el tema de los autores. “Es muy sencillo —le respondió—: la empresa privada les roba, y el Estado les expolia”. Le impresionó tanto esta respuesta que la citó en la Moncloa para que se lo explicara con detalle. Fue sólo el primer paso que se dio para poder lograr el cambio sobre ese gran problema con el que tienen que lidiar los autores españoles. Hoy representa a más de
cadena y en el caso de los agentes literarios ahora son quienes reciben y evalúan la calidad de un manuscrito, las correcciones que hay que efectuar, la edición que necesita, la unificación de criterios, etc.; Es decir, realizan una actividad que hasta no hace mucho tiempo era exclusiva del editor. Otro ejemplo de esta transformación se evidencia en el surgimiento de libros electrónicos impulsados directamente por agencias literarias. Carmen Balcells aunque se podría decir que es de la vieja escuela se ha abierto a este nuevo público, en 2009 presentó la colección Palabras Mayores, siendo la pionera, conjuntamente con Leer-e, una plataforma que comercializa libros electrónicos. El 27 de mayo del 2014 Carmen Balcells y En resumen, aunque el trabajo principal del agente es ser el representante del autor con todo lo que ello implica y que no es poco ha tenido que saber adaptarse al nuevo entorno de la edición. Estos ejemplos evidencian que los agentes no tienen ya como cliente único a las editoriales sino que en la actualidad también deben negociar con plataformas de distribución y otras empresas interesadas en los contenidos de sus escritores; que se enfrentan a nuevos modos de explotación de los derechos de sus representados y que por las circunstancias actuales de la edición han tenido que acercarse más al lector. Y lo mismo pasa con otras profesiones que intervienen en la industria editorial: lectores profesionales, editores, maquetadores, correctores, profesionales del marketing, libreros, bibliotecarios, etc. La máxima en la edición actual es:“Te reinventas o te quedas fuera” ■
200 escritores de los cuales 6 son premios Nobel de Literatura, gracias a su intuición, su astucia negociadora y su férrea defensa de los derechos de autor. Ante la pregunta de cual es la mayor utopía que tiene Carmen Balcells como agente literaria, Carmen contesta: “es convertir a los escritores en estrellas”.
E
n la reconversión de la cadena del valor del libro los agentes literarios no han escapado de esa realidad. Manuel Gil y Joaquín Rodríguez en El paradigma digital y sostenible del libro explican muy bien esta transformación, y de qué manera se recompondrá la cadena de valor y los papeles que cada uno de los agentes asuma, de qué forma se alterarán las competencias que se daban por consabidas y que ahora habrá que desaprender. Ser agente literario ya no es lo que era y esta profesión ha tenido que reinventarse, como todas las demás dentro del sector editorial. Es más, los agentes han tenido que asumir como propias algunas tareas que antes estaban en manos de las editoriales, como la recepción de manuscritos o la publicación de títulos, o labores tradicionales del librero, como el contacto con los lectores. Muchas editoriales no aceptan la recepción de manuscritos y sólo llegan a ver aquellos originales que solicitan expresamente, los que reciben a través de un agente o los sugeridos por algún autor que ya publican. De esta forma, se ha producido una traslación de tareas entre los actores de la
Andrew Wylie, los dos agentes más poderosos del mundo editorial y dos de las personalidades más influyentes de la industria del libro han dado el primer paso para convertirse en la agencia internacional más potente y con los autores más codiciados del mundo: desde V. S. Naipaul a Philip Roth o Milan Kundera, hasta los premio Nobel, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa. Los dos agentes firmaron un acuerdo de intenciones con el fin de crear una agencia internacional que se denominará Balcells & Wylie. Un «movimiento muy inteligente», sobre todo por parte de Carmen Balcells de 83 años, denominada «Mamá Grande», que tiende un puente muy sólido para que sus autores desembarquen en Estados Unidos, donde el interés hacia el español es cada vez mayor.