Andrés Calla
Diez días de historias y buena gente Rutas CAMINATA EN EL LAGO ESCONDIDO
Los senderos de San Martín de los Andes invitan a internarse en un mágico mundo de bosques, arroyos y cascadas.
GENERAL ROCA, VIERNES 7 DE MARZO DE 2014
argentinas hasta el fin Ya en Salta, cerca de terminar su viaje, la bloguera y el fotógrafo se apartan de la mítica 40 para internarse en otros deslumbrantes caminos.
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RÍO NEGRO
VIERNES 7 DE MARZO DE 2014
Nos vemos
Llegamos a Cachi y hacemos un cambio de planes: decidimos de JIMENA SÁNCHEZ lavidadeviaje@gmail.com
TE RECOMENDAMOS • Conocer el pueblo Seclantás y descansar en la posada “El Capricho”. • Pasar una noche en Cachi para ver sus cielos estrellados y descansar en la hostería “Ca chi Pueblo Hermoso”. • Cenar en “Ashpamanta” (a una cuadra de la plaza de Cachi) y probar el risoto de quinoa.
Somos Andrés y Jimena, una pareja que decidió recorrer la Argentina de sur a norte en bicicleta. Podés seguir nuestras aventuras en lavidadeviaje.com. / lavidadeviaje
Antes de sa lir a la ruta tenemos la costumbre de preguntar cómo son los kilómetros que se vienen porque quizás alguna persona local tenga algo para decirnos que desconocemos, como por ejemplo la dista ncia ha sta la ca sa del guardaparque donde podemos dormir o cuánto debemos pedalear hasta llegar al asfalto. Pero lo que sucede es que a veces los “consejos” te llegan sin buscarlos: parás en la casa de alguien que te cuenta con lujo de detalles el malísimo estado del ripio que estás a punto de encarar, sin dudas para que tengas cuidado, o estás desayunando en un hostel y una pa reja te describe las durísimas pendientes que no vas a poder subir en bicicleta. ¿Pero qué tienen en común todas estas advertencias? Que la mayoría son negativas y bajoneras: te tiran al piso tu yo más fuerte y te meten en la ca beza la idea del “no voy a poder”. Cuando salimos de Cafayate nos hablaron de lo “difícil” que va a ser llegar a Cachi, de que “no hay nada” en el camino, de la “maldita” arena que enterraría nuestras bicicletas, pero casi nadie nos dijo que la Ruta 40 a tra viesa inmensos campos vedes, que nos sentiríamos en otro planeta al pisar la Quebrada de las Flechas y que sería uno de los caminos más impactantes de todo este recorrido. El primer pueblito que cruzamos es San Carlos a sólo 25 km de Cafayate. Pasamos del paisaje de ruta a un pueblito colonia l de muy pocos habitantes donde frenamos solo media hora para comer unas ricas empanadas salteñas de carne y papa. Ésta es la última pa ra da a ntes de arrancar los próximos 130 km de ripio. Sí que es un camino difícil: hay tanta arena que las bicicletas se entierran, las subidas son largas, hay muchísimo sol y cada tanto tenemos que frenar para
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“Transitar por este paisaje que parece Marte nos vuelve locos”.
Pedaleando por las calles de San Carlos.
tomar agua, pero nada nos quita la sonrisa cua ndo llega mos a la Quebrada de las Flechas. Si ya habíamos confirmado que la 40 es una de las rutas más impresionantes de nuestro país, transitar por este paisaje que parece Marte nos vuelve locos. Vemos que hay un mirador caminando un par de metros así que nos bajamos de las bicis, subimos y nos llevamos una de las mejores vistas panorámicas de toda la quebrada. PREGUNTAS EN EL CAMINO Frenamos a descansar en Molinos y la parada oficial de tres días la hacemos en Cachi. Como ya habíamos estado hacía un año en este pueblo no recorrimos mucho: nos dedicamos a actualizar el blog, vendemos en la plaza las postales y señaladores que llevamos con nosotros durante estos 6.000 kilómetros (y que ofrecimos a voluntad para autofinanciar el viaje) y conver-
samos sobre lo que queda por recorrer de la 40. Hace unos días que estamos evaluando el camino que se viene: si seguimos por la mítica ruta llega ría mos a los casi 5.000 metros de altura en el Abra de Acay, tendríamos que llevar muchísima comida y agua (porque es un tramo largo, desértico y de ripio en muy mal estado) y arrastraríamos todo el peso extra que estamos cargando desde que salimos (computadoras, cargadores, trípode, postales, etc). ¿Estamos en condiciones de llegar a tantos metros de altura? Tenemos terribles ganas de hacer toda la 40, pero ¿vale la pena encapricharse con recorrerla de punta a punta ? Por las noches está haciendo mucho frío y convengamos que 5000 metros no es chiste. Nos acordamos de un amigo escalador que nos dijo en San Juan: “A esa altura hay que saber de montañismo más que de otra cosa” y la verdad es que no tenemos idea
RÍO NEGRO
VIERNES 7 DE MARZO DE 2014
s pronto querida 40
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ejar la mítica ruta y continuar por otro camino. El final de la aventura está cerca Fotos: Andrés Calla
Antes de retomar la ruta preparamos unos buenos mates.
LTA
SA
Ésta es la Ruta 40 (aunque ustedes no lo crean).
La Cuesta del Obispo, 20 kilómetros de pura adrenalina.
En la Quebrada de las Flechas (¿o en Marte?).
de cómo van a responder nuestros cuerpos y cabeza en esas condiciones. Decidimos (con un poco de tristeza) postergar este tramo de Cachi a La Quiaca y llegar a este último pueblo por la Ruta 9. Vamos avanzando muy despacio por la ruta hasta que vemos cómo se bifurca: si doblamos a la izquierda seguiríamos pedaleando por el ripio de la 40 que se pierde en el horizonte, si doblamos a la derecha continuaríamos por el asfalto de la 33. Nos bajamos de las bicis, pisamos la tierra y nos quedamos mirando el camino que decidimos dejar. Nos
despedimos en silencio y a la vez, le agradecemos todo lo que vivimos. Sabemos que vamos a recorrer esa par tecita que nos quedó pendiente más adelante. Nos vemos pronto, querida y única 40. Desviarnos de nuestra ruta de cabecera nos regaló dos cosas: cruzamos la Recta del Tin Tin (que atraviesa el Parque Nacional Los Cardones y tiene una longitud de 15 km) y bajamos por la Cuesta del Obispo desde los 3.457 metros de altura. Nuestro próximo destino es Salta capital y la experiencia del Tren a las Nubes.