Un oto単o de
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RÍO NEGRO
VIERNES 6 DE DICIEMBRE DE 2013
Un otoño Lluvia de hojas de álamos, nieve en los picos de las montañas, el Parque Nacional Los Alerces todo para nosotros... así fue este tramo del viaje.
Fotos: Andrés Calla
JIMENA SÁNCHEZ lavidadeviaje@gmail.com
El día está un poco nublado y frío. Vamos avanzando a buen ritmo para entrar en calor y llegar al Parque Nacional Los Alerces, un lugar que hacía tiempo quería conocer. Andrés lo visitó en verano cuando tenía 10 años, pero volver en otoño es diferente. Y eso me hace pensar que, al igual que cuando sacamos del placard la ropa acorde cuando empieza una nueva estación del año, los lugares hacen lo mismo: se visten de verano, de invierno, de otoño y de primavera, y hoy Chubut desfila ante nosotros vestido con sus más lindos colores otoñales. Llegamos al cartel de bienvenida y en la primera casa de guardaparque que nos cruzamos, frenamos a tomar unos mates calentitos. Calculamos recorrer el parque de sur a norte en 2 días pero, como siempre, todo depende del clima. Vemos pegado en una de las paredes un papel con el estado del tiempo y el pronóstico es lluvia durante las próximas 72 horas. Hermoso y prometedor panorama para estar con una carpa en un Parque Nacional, pero así es el otoño y esas son las reglas del viajar durante tanto tiempo. En abril los campings que están disponibles para acampar son los libres, así que antes de salir consultamos en el mapa dónde están ubicados: Punta Mattos está casi en la mitad del Parque y Puerto Cañero a pocos kilómetros de la salida.
En la portada sur del Parque Nacional Los Alerces.
TODO NOS GUSTA El camino es de ripio y con subidas pronunciadas (algunas cortas y otras bien largas). Después de 2 horas de pedaleo llegamos al primer camping siendo las 4 de la tarde, excelente horario para parar y armar la carpa lo mejor posible para la lluvia que supuestamente vendrá mañana.
La ruta que recorre el parque es de ripio, para conservar y preservar su ambiente natural
RECOMENDAMOS • Pasar varios días y noches en los campings libres del Parque Nacional Los Alerces | www.esquel.gov.ar • Recorrer con tiempo los senderos y “La Pasarela” del Parque Nacional Los Alerces. • No perderse de la “Fiesta Nacional del Asado” en Cholila los primeros días de febrero. • Conocer el pueblo Epuyén y su lago | www.epuyenpatagonia.com.ar • Caminar por la playa de arena de Parque Nacional Lago Puelo |www.chubutpatagonia.gob.ar
Como era de esperarse por la época del año en la que lo estábamos visitando, el Parque Nacional Los Alerces es todo para nosotros: en la ruta vamos tranquilos porque son poquísimos los autos que la transitan y no logramos decidirnos en qué lugar acampar porque todos tienen algo que nos gusta. Dejamos las bicis apoyadas en un árbol y vamos a la costa del lago Futalaufquen. Cuando veo un arrayán g igante y el muelle a pocos metros nuestro, tomo la iniciativa y sin darle opción a Andrés, declaro que en este lugar vamos a acampar. Descubrimos debajo de unos árboles un espacio ideal para armar la carpa y
protegerla de la lluvia, el suelo está cubierto de un colchón de hojas marrones muy chiquitas y los arrayanes son los árboles de nuestro jardín. Al otro día, las gotas de lluvia rebotando en el techo de la carpa sirvieron como despertador. Cuando abrimos el abside (una extensión de la carpa que permite proteger el equipo de las inclemencias del tiempo) vemos el cielo cubierto de nubes. Creemos que harán unos 5 grados así que qué mejor que quedarnos dentro de las bolsas de dormir leyendo uno de los cuatro libros que llevamos con nosotros para nuestros tiempos libres. En la hora del almuerzo, Andrés prepara un fuego y em-
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Una buena porción de costa en el lago Puelo puede recorrerse a pie.
Muelle sobre el Futalaufquen, en uno de los campings libres del parque en Punta Mattos.
CH pieza a saltear unas verduritas con arroz. Nos acordamos del vino que nos habían regalado unos días antes y nos sentamos en un tronco para escuchar el silencio, disfrutar de los sabores y de este otoño de cuento que estamos viviendo. Durante la noche llovió e hizo tanto frío que a la mañana siguiente todos los picos de las montañas se vistieron de blanco. A la tarde llegamos a Puerto Cañero y mientras armamos otra vez la carpa, nos cruzamos con la única pareja en todo este recorrido que nos invita a cenar polenta con verduras y comer de postre maní con chocolate en la costa del lago Rivadavia. A la mañana siguiente vemos el cielo bien celeste pero la temperatura sigue bastante baja: las bicicletas están cubiertas de escarcha y la neblina permanece suspendida sobre el lago. No bien salimos del Parque Nacional Los Alerces, la ruta empieza a bordear un lugar bien verde y lleno de casitas que parecen de juguete llamado Villa Rivadavia. Las hojas amarillas de los álamos caen del cielo y el calor del sol se mezcla con el frío del otoño. La armonía y conexión entre mi “yo” y el lugar es tal que me da la im-
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presión de estar dentro de un cuento, me siento plena donde estoy y con lo poco que tengo. Sin dudas la bicicleta es la mejor terapia para el alma. Llegamos a las 6 de la tarde a la entrada del pueblo Epuyén algo castigados por la fría brisa que se levantó durante las últimas horas de pedaleo. Vemos unos puestos de venta de comidas y decidimos comer algo calentito antes de buscar un lugar donde armar la carpa a reparo del viento. En uno nos atiende una mujer de unos 50 años de pelo negro y largo flequillo que ofrece panchos. Mientras comemos le contamos sobre nuestro viaje y cuando le decimos que íbamos a acampar al costado de la ruta, nos propone dormir dentro de un quincho al lado de su casa. Pasamos la noche bajo un techo, con el calor de un hogar. Llevamos 4 meses en la ruta, pero la hospitalidad de la gente nos sigue sorprendiendo.
HACIA LAGO PUELO Salimos de Epuyén temprano para llegar a Lago Puelo al mediodía. Para conocer a este pueblo y al quinto Parque Nacional en este viaje, nos desviamos unos kilómetros de la Ruta 40 y tomamos la Ruta Provincial 16. En la costa del parque vemos un arrayán a orillas del lago con aguas bien verdes y el cerro Tres Picos de fondo. Nos sentamos un buen rato para disfrutar del paisaje, por la tarde vamos hasta una playa de arena que es conocida por los lugareños como “La Playita” y por último, pedaleamos hasta la desembocadura del río Azul. Extasiados de belleza patagónica seguimos viaje hacia la provincia de Río Negro pensando que el otoño en el sur de Argentina es, literalmente, de cuento.
Otra fría mañana en el lago Rivadavia.
En las cimas de las montañas más altas podían verse las primeras nevadas.
(En la próxima entrega: “Había una vez un refugio de montaña”)
Somos Andrés y Jimena, una pareja que decidió recorrer la Argentina de sur a norte en bicicleta. Podés seguir nuestras aventuras en lavidadeviaje.com. / lavidadeviaje Villa Rivadavia, pequeña localidad turística en el acceso norte a Los Alerces.