La Avispa Nº34 - Mar del Plata - Argentina
Staff Idea y dirección: Marcela Predieri Realización:
Nº 34
Grupos de Estudio y Creación Literaria Secretaria de Producción: Alejandro Gómez
ÍNDICE
Diciembre 2006
Editorial ........................................................ pág 2 Diagramación y armado: Entrevista Gustavo Olaiz Conversaciones con Pedro Battou - Tito Sanroca ..... pág 3 Poesía ........................................... pág 5 Página WEB: Heraud / Serra / Urruspuru / Carlomagno / Mazur / Dorá / www.delapalabra.com.ar Schmidt / Casas Salicone / Muro / Calvo / Trincavelli / Pérez Cabrera / Vispo / Echevarría Cabán / Escobar, Gina / Colaboradores permanentes: Relatos y cuentos ................................... pág 15 Luis Benítez Fogel / Gómez, Daniel / Arregui / Dardo Festino Notas y ensayos Gabriel Cabrejas (sección Cine) UN POCO DE AMOR FRANCES - Guillermo A. Blanda .. pág 20 Ernesta Campos (sección Plástica) Trabajo e inspiración ........................................... pág 21 Alejandro Gómez (sección Teatro) Sobre la poesía Chilena - Alfonso Freire ................ pág 23 Gustavo Olaiz Recordatorio del poeta Pablo Neruda Edmundo Torrejón Jurado .............................. pág 25 Corrección: La producción literaria como recurso terapéutico ..... pág 27 Gustavo Araujo Poesía como teoría del conocimiento ...................... pág 31 Luciana Caamaño OZYMANDIAS EN LA MASMEDULA DE BLANCHARD Cristina Leonidas Mendiry ............................. pág 33 Diseño de Tapa: Plástica ............................................................ pág 36 Gustavo Fogel Cine y TV ......................................................... pág 40 Teatro Colaboraciones a: Entrevista a Viviana Ruiz - Alejandro Gómez ......... pág 42 delapalabra@hotmail.com Encuentros y congresos Pellegrini 3637 - 7600 Mar del Plata 2º Encuentro Poetas del Mundo - Chile ..................... pág 45 Enlaces ..................................................... pág 51 La dirección no se hace Arte en las cárceles / Grupo DELAPALABRA responsable de los conceptos Taller PALABRA CLARA vertidos por los autores. Dar la cara Permitida su reproducción por cualquier medio (es más se agradece) Las iglesias sucumben, Dios ha sido derrocado Víctor Malumián ............................................. pág 56 siempre y cuando se respete el nombre del autor y se cite la fuente. Concurso delapalabra ....................................... pág 59 Este pliego no es una edición comercial. Libros y revistas recibidas ................................ pág 64 Ha sido ideado para compartir con amigos y otros escritores nuestra obra. ISBN en trámite.
Premio Faro de oro VIP 2002 Rubro: Revista Literaria Marplatense Declarada de interés cultural por la Sub-Secretaría de Cultura del Partido de Gral Pueyrredón Grupo delapalabra Página 1 1
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En esta última entrega del año, lo único que me sale manifestar es ¡Qué año estupendo! La finalidad de la revista ha sido acercar a sus páginas a todos aquellos que construyen de alguna manera la actividad literaria de la ciudad, como la forma más práctica de sumar y no solo quedarse en el palabrerío inútil. Y ese objetivo ha sido logrado con creces. Quienes participaron de sus ediciones han sido recibidos con agrado y quienes no lo han hecho siempre han sido invitados a colaborar desde sus textos o informar sobre sus movimientos culturales. Dijo alguna vez Fernando Funes de S.E.G.A. “Asistimos a una época de fuerte pérdida de la identidad, a momentos del desmembramiento de nuestras tradiciones, producto de un neocolonialismo cultural e ideológico que hace metástasis sobre nuestras raíces. Es necesario por ello contrarrestar dicho avance con el remedio mas sano y revolucionario que tenemos: nuestra propia cultura y la de nuestros hermanos latinoamericanos” Nos adherimos a dicha propuesta por lo que a comienzo de este año abrimos el convite a la gente de nuestro país y también de nuestro continente: la respuesta fue inmediata. Hoy enviamos una importante cantidad de ejemplares a la Provincia de Córdoba que colabora con nosotros, recibimos textos desde Cuba, Chile, Perú y México, por nombrar solo algunos de los ensayistas, poetas y narradores del continente que se han acercado a la publicación, sin contar los escritores locales y de las distintas provincias que nos acercan sus trabajos con el solo fin de ser leídos. Tratamos de cumplir con todos dentro de nuestras posibilidades, el tema financiero es un muro a veces muy alto de trasponer. La revista no persigue fines económicos pero a la hora de editar, solo gracias a la buena voluntad de nuestros anunciantes que comprenden la situación endeble y mezquina en la que se mueve nuestra cultura logramos salir a la calle. Aun así, ante la cantidad de información recibida aumentamos el número de ejemplares y cantidad de páginas. Hemos abierto opinión sobre teatro, cine y televisión y logrado enlaRevista La Avispa Nº 34
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Editorial
ces con distintos grupos literarios del país. Nuestro lugar en Internet es constantemente visitado como órgano de consulta y recibimos invitaciones de distintos medios literarios a participar en nombre de La Avispa, caso los seminarios a los que hemos concurrido (Partido de la Costa, Ciudad de La Plata, Santiago de Chile, etc.) se puede decir que hemos tomado cierto vuelo y eso nos llena de esperanza y alegría. También la ciudad a aumentado su caudal cultural, diversos son los espectáculos que nos ha ofrecido a través de los diversos géneros: La Feria del Libro, El Festival Iberoamericano de Teatro, BocaLatina en su Encuentro Internacional de Plástica, el Congreso Nacional y latinoamericano de Poesía Organizado por la Fundación de Poetas Sede Central, El Congreso Nacional y Latinoamericano de Publicaciones Literarias y tantos otros que han engalanado nuestra ciudad con su presencia. Creo que eso habla de crecimiento y reconocimiento. El trabajo constante de las diversas disciplinas logra poco a poco abrir su propia identidad en el consenso nacional e internacional y eso nos llena de orgullo por nuestros artistas. También la Red Cultural de la Subsecretaria de Cultura a proseguido con su labor proyectando su trabajo hacia a los barrios con propuestas culturales y recreativas muy interesantes, que tanta falta hace en el conurbano de la ciudad. Éste es nuestro ejemplar número treinta y cuatro, último del año 2006 y como todos los veranos nos tomaremos un descanso para recomenzar con fuerzas en los primeros meses del año entrante. Deseo que el año que viene nos encuentre potenciados con esta movida y que sumemos esfuerzos para que el trabajo realizado en un conjunto elíptico de los artistas de la ciudad se redoble en resultados. ¡Felices Fiestas a todos!
Alejandro Gómez halegomez2003@yahoo.com.ar
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Entrevista
De inspiraciones y fantasmas Conversaciones con Pedro Battou I Sin excepción, en cada oportunidad que intenté entrevistarlo, me topé con diversos inconvenientes. Esta vez, se me descompuso el automóvil y tuve que caminar casi una hora bajo la lluvia buscando un microcasete para el grabador. Trepé al colectivo puteando a Mar del Plata, al clima y a los mil demonios. Después de todo, pensé, nunca una entrevista con Pedro salía como se esperaba. Si me hubiese tocado un día mejor, hubiera ido caminando para respirar los olores de la tarde, quería estar más sensible al tema que abordaríamos: el olfato. Pedro Battou (Lobería, 1934- ), para quienes no lo conocen, es un escritor que ha encontrado en el género ensayo arbitrario (así lo define él mismo), una voz tan particular como sus reflexiones. Es autor de dos libros imprescindibles “El ojo sideral”, 1980 y “Cuaderno de Rarezas”, 1986; ambos publicados por la, ahora extinta, Editorial Romé. Cuando bajé del colectivo en el barrio El Martillo, ya podía divisar el chalé blanco. Toqué timbre. Me recibió en pantuflas, vestido con una especie de guardapolvo gris y esa risita burlona que lo caracteriza. –⎯¿Siempre navegando vos?, pasá que te doy un toallón, secáte un poco. Las charlas con Pedro siempre comienzan con pequeños rituales. Acariciarle el lomo a Neón, el gato, husmear la biblioteca esotérica de la cocina mientras él prepara café y, por sobre todas las cosas, encontrar algún lugar donde sentarse que no sea su sillón junto al ventanal. Sí, es posible que sea la cocina más grande que vi en mi vida. A tal efecto, me cuenta que hizo voltear una pared para sumar otra habitación al ambiente; comenta su imposibilidad de trabajar en otro espacio de la casa que no sea éste. –⎯Necesito los olores para crear, es la conexión más abarcadora y sutil que tengo con el mundo. –⎯¿Qué es ese olor Pedro?, como a fruta, no sé.. –⎯Ah, veo que hoy estás afilado, me parece que
Por Tito Sanroca vamos a tener una charla interesante –⎯Uno trata de hacer los deberes, vio –⎯durante la semana me pasé olfateando cuanta cosa se me presentaba frente a la nariz. –⎯Bueno, efectivamente, se trata de frutos –⎯ Pedro destapa una canastita de yute que hay sobre la mesa. –⎯¿Nísperos? Cuánto hace que no veía... –⎯Sí, son del árbol que tengo en el fondo; probá uno. Algunos manuales de plantas medicinales, describen el uso de esta fruta para tratar cierto tipo de pereza en las facultades intelectuales, y sabés dónde radica su poder, precisamente en el perfume. Lo mismo ocurre con el tomillo, que se recomienda con la misma finalidad. Pronto el aroma del café comienza a sobreponerse. Con movimientos precisos dispone los pocillos en una bandejita de barro. –⎯¿Qué es el olfato, Pedro? –⎯Es la puerta al mundo de los fantasmas físicos. –⎯¿Cómo es eso? –⎯Bueno, cada aroma o fragancia posee un cuerpo y una identidad, es más, hasta te diría, una tradición genealógica. Los olores son parte constitutiva de los seres y, aunque sutiles, pertenecen a sus cuerpos. Esto es una verdad de perogrullo pero a veces la olvidamos, digo, tendemos a separar los tantos y olvidamos la pertenencia. –⎯Aclaráme un poco –⎯Podés verlo de esta manera: si se quiere, un fantasma es una proyección parcial y metafísica de un muerto que por algún mecanismo afecta a alguno de nuestros sentidos. Ocurre lo mismo con el olor de una persona viva, él también, es una proyección parcial de ella, sólo que física, y fantasma porque tiene cierta capacidad volitiva de alterar nuestra conciencia De modo que cuando percibo la fragancia o el olor de una persona, se introduce parte de ella en mi organismo; ... un modo sutil de embarazo, digamos. Página 3 3
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No sé si es sugestión, inmerso en las palabras que escucho, o efectivamente el níspero dispone de un efecto magnificador de la imaginación. Mientras rompo la pulpa de la fruta en la boca, me parece que un viejo vecino de infancia me habla por boca de Pedro, hasta puedo percibir el calor de aquella tarde de verano. Estoy inquieto. –⎯Pero las apariciones no huelen, Pedro. –⎯¿Ah no?, preguntále a los devotos de la Virgen que perciben olor a rosas cuando está por acontecer su aparición. Hay muchos registros en los libros y creemos que porque están escritos son sólo ficción, el olor a azufre de la bestia, es un ejemplo; pero sin ir más lejos, acá en América, no hay que olvidar las deidades en las plantas de poder que sirven a las pipas de los chamanes. Esto viene a explicar casos literarios como el de Aladino, en el que la imagen del genio, aunque no lo reconozcan, es producto del efecto alucinógeno del humo, es decir, el único genio o fantasma real en la lámpara, es el olor. –⎯Me perturba un poco pensar que cada vez que huelo introduzco fantasmas en mi cuerpo. –⎯Sin embargo jamás podríamos relacionarnos con persona alguna que no disponga de su fantasma. Pensemos en la infancia de Jean Baptiste Grenouille1 cuando era bebé, ¿te acordás cuál era la característica que lo hacía desagradable? –⎯Sí, que el bebé no tenía olor. El viejo acerca dos pocillos craquelados y vaporosos (sé que me va a recriminar lo de viejo cuando lo vea publicado).
–⎯Exacto, Tito, esa es la clave. Nadie puede amar a una persona que no tenga olor. Precisamente porque detectamos la falta de esa parcialidad que la comunica con los planos sutiles de la realidad, le falta el fantasma, lo que la convierte en algo inhumano. Los olores son fantasmas, sólo que por orden de la cultura los hemos aceptado sin temores. Estás tomando el café porque primero lo inhalaste. –⎯¡Entonces nuestros fantasmas se relacionan antes que nosotros mismos, incluso, sin que nos demos cuenta! –⎯No tengas dudas de que es así –risas–; ya sé que estás pensando, y te aseguro que nuestro fantasma siempre la pasa mejor que nosotros. Si oler es embarazarse, odorar es penetrar. –⎯Entonces el mundo no está tan mal –⎯Ha visto. –⎯El café está excelente; a propósito, ¿qué pasa con los fantasmas de las plantas? –⎯En estos momentos precisamente, estoy trabajando sobre una Teoría de las flores irreales, y te aseguro, que da origen a un catálogo sorprendente. Fijáte la desazón que provoca descubrir una hermosa flor que, al acercarnos, no entrega fragancia. Lo más extraño es que estas plantas son necesarias, pero me parece que el tema es demasiado largo para esta entrevista. Continúa en el próximo número... 1
Protagonista de la novela El Perfume de Patrick Süskind.
titosanroca@gmail.com
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Poesía
EDÍPICO Al final del pasillo y en mi revólver hay un segundo de hombre que no puedo soportar, salgo cojeando de mi hembra que viene de perderse de su hembra, me santiguo maldigo mi pantalón y al hombre que se santigua conmigo, mi pantalón no es otra cosa que mi mujer, ella se parece tanto a mi madre, ella es mi madre, tiene una esquina llorada yo la lloro aquillá, debo matarla pero no, a mi madre no le duele la muerte le duelen los años, nunca quiso vivir a los cuarenticinco nunca quiso morir a los cuarenticinco pero ella se le parece tanto y yo ya no soy el niño de su vientre ni siquiera el hombre que tiene ahora entre sus piernas pero ella se le parece tanto… soy al final del pasillo insufrible masa arrojada y esquizoide…
TARDE DE OTOÑO El viento es un duende que se hamaca en las copas de los árboles; travieso, desbrizna los nidos y los pájaros huyen hacia mejores anfitriones Cortina ruidosa agita la hojarasca y desde los álamos más altos
carroña de alguna creación impura.
de: «Respuesta para tres o cuatro» - Lima 2002
RAÚL HERAUD www.raulheraud.blogspot.com
las hojas se suicidan sobre el espejo de la laguna y una pátina crocante tiñe de herrumbre el agua. La luz cede; el plomo blanquecino de las nubes ha ganado la tarde.
ANA MARÍA SERRA (Mar de Ajó) Página 5 5
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entre el humo de los neumáticos se veía arder helicoidal y pequeñito, al espíritu de nuestro beso nro. 2, dado, sobre el puente duro; duro de los días
Sin título -
tentadísimo de hablar sobre tu palestina, tus ojos claros pero no, el amor es una víbora sagrada y de oro que en todo hueco caliente desaparece en silencio / luego de haber dejado casi sin aliento, al cuerpo exhausto - el cuerpo social —————————————————————————————————————————— qué cosas nos unían? el desasosiego, tu jean gastado? el sabernos serios en la foto del diario? y en esta suerte de huelga permanente de los sentidos crípticos? desnudos? desnudos y del color del sol cuando declina declina siempre, sobre el puente? - el cruce a la estadística más feroz el óxido de las tardes en el cielo la fe de hierro en la asamblea contar en la madrugada 10 colectivos en fila 10 en niebla, y siluetas que se encolumnaban / desdibujadas / a lo largo de toda, toda Avda. nueva tu nombre a beberse sobre el borde del vaso de vino mientras te espero y ojalá que para este poema hoy haya lluvia... (tanta lluvia) que así no hay patrullero que pueda entrar en los barrios de la memoria ... y justo ayer lunes 12, que comencé a escribir sobre lo nuestro como aquella vez en una pared a la cal con un carbón hallado muerto, en el descampado / carboncito para el horno de barro mineral pequeño quería ser pan sin manos atadas. Hallado sin vida. - Te vengaremos Pero que hacía allí besándote? y que sublevación nos es ahora tan necesaria? oh Dios! cuanto olor azul en el recuerdo de aquel comedor comunitario y ven entonces! vuelve a abrazarme en crisis! en sed! en hambres sucesivas en soledades diarias! / - los hombres no lloran Y no fue justa esa pertenencia y yo no estaba allí, así, digamos: con sobrecarga de lirismos sobre el esqueleto del caos (entraba y salía - stop - entraba y salía) sobre el mármol de alguna facultad transgénica y estudiantes en rojo sobre sueños de libertad y el amor para el que al fin no hubo tiempo y fue, apenas un segundo un insert / en el film testimonial - film / que ahora se difunde en el extranjero nunca, fui, de tu mundo corazón, lo siento, ni tú lo eras en verdad con esa tu suave voz / sonido de rosas amarillas, reitero: ni lo es aún este amor militante para la estadística del gobierno ni en realidad tendría... porqué serlo Revista La Avispa Nº 34
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la guerra fue desatada y llega, con su hálito de mirra encendida con su muerto mediático, en el día a día con su acento monótono-átona bala de plomo en el cráneo. Llega. Lejos de toda sirena triste todo hospital del cono-urbano lejos del humo de los neumáticos descendiendo al sur - descendiendo al sur el mejor de los lobos muta en serpiente y no sabe de distancias ni de palestinas enamoradas rodeando a tu cuello descansa apenas, muda su piel en aguas sagradas no le da lugar al cariño mientras recorre el continente repta, se sumerge, sisea entre la gente las redes hídricas llevan su mensaje de fuego - pero... y nos van a matar a todos (- nos van a matar a todos! -) al fin / siempre / es un pretexto la pasión para terminar como en un vitreaux de miedo / en virgen de terracota concluir en columna de mármol partida al medio en 6 palabras grises: - nos-van-a-matar-a-todos somos una cantidad con palos con piedras, mensurados, cuidadosamente, por un demonio rojiblanco y azul y la poesía: solo una excusa burda, pueril, asfáltica... falta de fé por eso mi amor de ojos tan claros sobre el puente, por el bien de todos los barrios en lluvias desaparezcamos / seamos / fantasmas entre casas bajas... entre el verbo llamado a silencio reagrupémonos / hagámoslo / entre las sombras, ayudemos a todas todas las revoluciones del alma —————————————————————————————————————————— Colofón: ... y así era como me hablabas del estío y caminabas con tus zapatillas por el barrio y tu sonrisa jugabas / a entornarla en tu pañuelo y la memoria de lo bueno, sobre el puente besos nro 2, dados... esos besos... de un espíritu helicoidal, y pequeñito elevándose con el humo de los neumáticos hacia Dios esos besos... van a ser siempre en blanco y van a ser clandestinamente, siempre en negro.
HÉCTOR URRUSPURU (Capital Federal) Página 7 7
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DE LA FRANJA A LA ZANJA
Sin título -
De la franja a la zanja. Minifalda. Culo ardiendo en el barro. Para los que aman la patria una estrella y el monte y afuera está peligro.
La bruma se esfumaba como brazaletes rotos. Dejo caer la sombra a mis pies. Me reúno en la naturaleza de las cosas. No hay memoria para mis olvidos.
El amor de la vaca que vaquea a los toros en la feria del miedo y la contradicción.
El tiempo fructifica en los adioses. Será mi cuerpo corrupto de muerte. Naufragios de una rendición secreta.
Lenguaje abierto como la res dormida y el sello bien plantado en nalga o el culo.
DEMIAN MAZUR (Mar del Plata)
Lenguaje, sólo lenguaje de cuerpos que se rozan y aprenden a dormir amontonados en un galpón. Pero digas nada que cojer no es amor dice el del crucifijo, con un Prime en la lengua. De la franja a la zanja con la pija bien muerta te venden hasta el pantalón. »Y el cortito de los recuerdos» escribe contra un muro: vi a la patria desnuda en una marcha rota que se parece al himno que nadie pronunció.
MARTÍN CARLOMAGNO
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(Entre Ríos) como echando sobre mí todo un pueblo sin pan que espera hoy de tanta claridad se me hunden los zapatos se me escapa la mañana en el intento y hay un corazón que espera por si acaso
YAMIL DORÁ (Casilda) yamildora@hotmail.com Revista La Avispa Nº 34
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EL HOMBRE POZO
ÉGIDA
El hombre pozo no tiene corazón
Dime Babel
su profundidad es una voz recibe los alimentos del mundo y los pierde los ve pasar entrar
Qué piensas de la lluvia? Qué sientes al andar el camino rojo Y de repente El goteo de una nube sobre la tierra seca y tosca escuchas? Es que no entiende la sombra de los otros? Hay que siempre añadir un folletín a un pedazo de luz que se libera? No me gusta la sombra. Es la antítesis del alma.
en su voz Llueve ¡cuidado! exclama la gente ¡el pozo el pozo! los chicos un trébol se asoman no hay nada el hombre pozo aumenta su distancia y empeora hasta que un gran gusano llegado en la tormenta prueba su barro le da razón.
ALEJANDRO SCHMIDT (Córdoba) publicado en recovecos, cba, 2005
Abril es un rival lego Un barril mutilado Un labriego huérfano Un séptimo signo Una constelación de fuego Dime babel Cómo se llega al limbo? Qué hay que leer o soñar? Bajo qué lunación habré de orar Y horadar la utopía sombralma? Llueve Estoy con sus ojos rasgados El agua aunque seca nos cubre Esperamos la tortuga que navega en círculos Urgiré acaso de églogas para que la sombra entienda? Es un caparazón bello y enorme Es Góngora Llueve Babel Dime Abril Agua Carey.
DANIEL CASAS SALICONE (Capital Federal) Página 9 9
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ELEMENTO Voy al encuentro de la silueta de tus márgenes que siento cercana a mis manos. . Voy al encuentro de tu cuerpo que corre profundo bajo el tiempo de hoy. Me acerco a las márgenes húmedas de tu piel donde el rumor interno me llama a ingresar Mojo mi piel seca en la lluvia de tu boca mi mano busca el calor a espuma de tu pecho Busco el murmullo de tu voz y el abrazo de afluentes Me lleva a tu interior Las aguas se bifurcan en el delta misterioso de tu sexo donde en loco torbellino se ahogan nuestros intimos suspiros y me convierto en tu elemento. El viento de los años acumula, sobre el lecho serpenteante de mi vida, las piedras habitadas de mis sentimientos. Sobre un abismo de palabras vagabundas, se van poblando ciudades de papel iluminadas de metáforas Era un hombre tan extraño, que la gente .se confundía. No sabia quien era él y cuál su sombra. Aquel hombre se encontraba muy solo. Ni su sombra ya lo acompañaba. Ese mensaje de amor esperado, que palpita en la burbuja de tus ojos, que habla silencios en tu boca y que calla en la garganta desaforada Revista La Avispa Nº 34
de la serie “Bandada de alas azules”
CARLOS MURO (Capital Federal) Página10 10
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CENSURANDO LA CENSURA Escribiré sobre la lluvia y el silencio, sobre el pecado de las vírgenes, sobre las paredes del Partido y de la Iglesia, sobre barriga sin pecado concebida del muchacho dirigente, sobre la calva del cura bonachón rezando el Padre Nuestro. Sobre los talones de la acera y el estiércol del caballo, sobre mi propio juicio y mi santa cobardía, sobre este astuto miedo que a veces me rebela.
Yo frente al Everest de cacharros enmohecidos de miserable agotamiento infrahumano Bajas todas las barreras de mis defensas se arrojan sobre mis órganos cuervos humanos depredadores.
Con dedos secos en el aire sobre cada palmatoria de John Lennon, sobre la vomitera de Bukoski, sobre las tetas que me asedian, sobre la minifalda que a la jinetera le desborda el sexo, sobre la santa alianza y los orgasmos onanistas.
SILVIA TRINCAVELLI (Mar del Plata)
Escribiré sobre la gran novela y el pecho de los niños, sobre esta hambre sin sed y esta sed que nunca cesa. Sobre la paz de los muertos y la guadaña de la Intrusa. Sobre el amigo fiel ya casi nunca y la saturación y la mentira. Escribiré sobre el rictus del ahorcado y los que juegan a la felicidad en la ruleta rusa. Sobre los hijos de Changó y los caracoles y los tabacos y las cruces. Sobre el alcohol y la baba del borracho. Por este demonio implacable de escribir aun sobre los papiros que rezuman tanto nilo, sobre las tablillas cuneiformes y los incunables de los templos. Sobre la paz tribuna de la guerra y aún más, más, más… sobre el pubis de la puta vida en el hágase tu voluntad que caer en tentación siempre me deja. Página 11 11
(CUBA)
Sobre los papeles y bolígrafos, sobre el escritorio de todos los PC, sobre el diván de Sigmund Freud, sobre los gritos en los puentes, sobre el sigilo del ladrón a comienzos de este siglo.
CANSANCIO
ORLANDO VICTOR PÉREZ CABRERA
Escribiré sobre el manual de la censura, sobre los hematomas de estos palos que me da la vida, sobre manos de los viajes, sobre los de vez en cuando y ya no puedo, sobre las cigüeñas en suicidio.
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LOS SUBMARINOS SIEMPRE SON RUSOS Según parece es posible que dos submarinos se encuentren en el océano. Digamos que es el año 1950. El capitán está asomado, larga vistas en mano, un día un tanto tormentoso. Y en un momento distingue una figura entre las olas. Reconoce a otro submarino de su mismo bando. Se llaman con luces, se acercan y (no me pregunten cómo) se juntan a tomar un té. La gente, cuando se encuentra con un conocido, con un amigo que hace tiempo no ve, se alegra. Una esquina, por poner un cliché. Una sala de espera. Pero resulta que a alguien se le ocurrió fabricar una nave inmensa que se sumerge en el agua. que está diseñada para no ser encontrada en medio del océano (casi redundante). Y otra persona estudia la refracción de la luz y las propiedades de los vidrios y diseña un larga vistas. Ahora los capitanes se saludan con afecto, como si tal cosa. Entonces Dos vehículos estacionados entre las olas. Treinta torpedos listos para quitar la vida. Dos tripulaciones sacándose los piojos. Dos tazas de té dulce en el océano salado. Estamos todos locos.
AGUSTÍN VISPO (Mar del Plata)
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ALAS DE UN RECUERDO Alas de un recuerdo, islas refractadas. En vuelo sumergen pasiones de un viñedo en espera de la siega. Alas de sueños transitan en los acordes de una guitarra citadina en el velo de un verso inconcluso en letras vecinas y distantes en un abismo de espacios sin retornos, como los peces cuando nacen, de su génesis navegan en el acorde de la guitarra hacia el Apocalipsis de las aguas. El océano nos contempla desde lo profundo desde más adentro y nacen los efluvios de un centenario amanecer que se cuelga de nuestros zapatos, lo cargamos a las sombras de la suela. En la arena todo se revela, cada céntimo de tierra tiene una historia que no se cuenta a los niños. Las abuelas ya no son cuenteras herederas de Sherezade. Renunciaron al oficio de recordar tras las nubes grises que le nacían de los ojos cuando los historiadores embaucaron las historias. Hoy olvidadas de sí mismas se esconden en la penumbra de un asilo cargado de recuerdos y polvo. El polvo siempre polvo, incestuoso invasor que nos reclama y las alas olvidas, sepultadas en faraónicas falacias, esas alas hundidas en espesores suplicantes, ésas que dieron vuelo a este poema, ¿dónde están? ¿a dónde han volado?
POEMA Regresar al viejo sitio tiene sus riesgos. Uno llega con el deseo de encontrar la imagen suspendida en el pasado pero el paso del tiempo nos da otras respuestas.
ABDIEL ECHEVARRÍA CABÁN (Puerto Rico)
Ni las mismas casas ni los mismos rostros ni los mismos olores ni las mismas aguas ni las mismas miserias ni las mismas amantes están allí, para dar testimonio de que alguna vez fuimos nosotros los que decidimos alejarnos. Nadie para certificar, o dejar constancia, de nuestra antigua identidad.
LUIS RAÚL CALVO Página 13 13
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EL TIRANO Y EL GUERRILLERO Cuando niña, pretendieron robarme la memoria. Oí voces oscuras mintiendo. Idiotas útiles, machacando, el tirano prófugo… el guerrillero… Recuerdo el día nefasto en que mi madre quemó con miedo los libros. Ellos, burdamente, quisieron inculcarme el odio arrojando tantas palabras al fuego. Al guerrillero, casi no lo conocía, pero entonces, al ver que ellos le temían me infundió respeto.
Y el guerrillero siguió ahí. Aún después de muerto. Creciendo triunfal en miles de brazos levantados, siempre. Estaba ahí. En cada pequeña victoria popular y aún sabiendo poco o nada sobre él, aprendí a amarlo. Desde que ya no están, las victorias ni siquiera son victorias. Ni aún pequeñas. Sólo son un sueño del que siempre se despierta… con resaca.
GINA ESCOBAR (Misiones)
El otro, que palpitaba en miles de corazones, creció conmigo. Se metió aún más en mis venas y en mi sangre. Cuando volvió, fue un orgásmico resucitar de pueblo. Que no queden dudas. Aún hoy y en ese entonces, cuánto lo amaba.
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Relatos y cuentos
Caramelos de pera Las nubes se besan y vos sabés, los besos traen lluvia de pantalones. La tarde tose con acento polaco y un viento de agosto te humedece las manos. Arriba de todo, en lo alto, muy por encima del común saber y no saber, algo se rompe. Algo revienta. Una flor enorme pierde el equilibrio y cae de espaldas contra tu vientre , amatista Vientre adánico. …tu vientre adamantino. El departamento es un lugar flaco y ojeroso. La puerta se cierra y un relámpago se hunde en el mar de tus zapatos, con vos adentro, claro. De que otra forma podría ser. Como nunca, el ventanal que da a Belgrano transpira una enormidad de haches y jotas que resbalan por su mejilla de vidrio de. Seis pisos más abajo, las gotas se amontonan como monedas en un sombrero y observan con tristeza la lluvia muerta en la vereda. Que pena. Entreabierta, la niña te mira, sentada en un rincón, los ojos llenos de palomas, las manos vacías. Los cordones sueltos, una zapatilla si, la otra no. Vos todo vos te quitas el abrigo, abrís la boca y escupís sobre la mesa un reloj a cuerda, un piano de cola, dos motocicletas Guzzi y un lavarropas. Uno a uno te vas deshaciendo de todos los diptongos, hasta quedar vacío y seco como una muela. Hasta quedar totalmente desnudo. Muy quieta en su lugar, la niña se oculta lo más que puede y se tapa el corazón con una carta de “Yu Gi Oh.” A través del espejo asoman los pies de la niña. Las manos de la niña. La boca de la niña. La niña. Una copa de coñac barato busca entre tus manos alcanzar la temperatura de tu lengua. La noche regresa a su carpeta de hule y olvida en el balcón un pedazo de luna y un par de medias, las dos distintas. Vos prendés un incienso y te fumas los dedos, las uñas no. De pie en la alfombra, a medio camino entre Dios y la Muerte, el televisor se incendia a todo color. La niña, en la cocina, se suena la nariz con un mantel a cuadros. Por suerte paró de llover. Vos te alisás el pantalón, te acomodás el pelo y buscás en los bolsillos alguna palabra envuelta en papel de caramelos. La primera que encontràs, una de frutilla, le resulta indiferente. Otra de mandarina le hace fruncir el gesto, está muy ácida. Crees que la de limón, que parece tan segura así puntuda, pero al final no, al final tampoco era. Al final una de pera se descuelga de tus cejas y salta en el escote de la niña. Ella sonríe y la toma de una oreja, la inocencia es un trompo que se quedo sin vueltas, le examina los dientes, huele y los ojos se le cierran. Una gota de saliva le escurre por los labios. La niña quita el papel pringoso con los dedos y muerde. Vos mentalmente tomas nota…
Gustavo Fogel (Mar del Plata) Página 15 15
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Disculpá, Tigre Me acuerdo de Alfredo Jalil, el taxista de la estación de Villa Adelina. Qué simpático le resultaba yo. Yo no le era simpático a mucha gente, no, yo era callado; la gente me tenía respeto, pero nada más. Era callado y reservado, pero a él sí que le caía bien, sí que le caía bien. Yo me quedaba callado escuchando sus historias, medio incómodo por no poder decir nada, pero el tipo me aguantaba bien, y me ponía una mano en la cabeza. Incluso me acuñó un apodo, me decía Tigre. Era un buen tipo, duro, viril, pero muy emotivo. Jugaba al ajedrez con mi padre, y era extraño verlos, en esa cosa tan intelectual, mientras en la estación de ferrocarril de Villa Adelina sonaban las cumbiambas y había tipos con armas y botellas de vino o de cerveza en la mano, medio borrachos claro. Pero ellos se quedaban concentrados, ahí en el ajedrez. Y muchas veces tomaban café en el bar, y se quedaban los dos abstraídos, desatentos de ese ambiente. Sí, eran dos hombres, y yo tenía como hambre de saber; yo era un pibe, y maldito si no quería saber un poco de qué estaban hablando. Pero yo me quedaba por ahí, a una distancia respetuosa, entre las mesas y el ruido de las charlas ásperas, como que no era digno de todo eso. Yo los veía, horas y horas, café tras café, y el tren te sonaba a lo lejos, como muy triste y solitario, y yo andaba por ahí, mirando el suelo del bar, buscando restos de cigarrillos, porque me parecía una travesura interesante. Pero ellos hacían que no lo notaban, seguían con sus cosas. Pero Alfredo me lo hizo saber. –Tigre –me espetó–, querés fumar. Yo agaché la cabeza, pero él comprendía mis silencios; hizo un gesto como de no, no, y yo no se la entendí, pero, por alguna razón, dejé de rebuscar cigarrillos en el suelo: ese gesto suyo me había alcanzado. El tipo fumaba, sí, fumaba, pero ese gesto, ese no, no, tan comprensivo, tan de autoridad, a mí me había alcanzado, y hasta el día de hoy, y por algo será, yo no fumo. Bueno, y él leía de todo, de todo; y ello era también muy extraño, porque ahí estaban los muchachos del bar, cerca del kiosco de mi padre, adónde venía Alfredo, charlando todos ellos del hipódromo, de fútbol, de mujeres, y nosotros tres, Alfredo, mi padre y yo, leyendo, concentrados, sabiendo que por ahí nos jugábamos la vida, que podía haber un tiroteo o algo por el estilo. Y no por nada varios bares de aquella estación tenían huellas de balas, y no eran muy viejas, eran como la patente de corso de que alardeaban de lugar peligroso. Pero nosotros seguíamos como si nada, leyendo y leyendo, sobre política, lo que decía el diario, lo que viniera: digo yo, no hay mejor lugar para leer que un kiosco de diarios, es mi opinión, valga lo que valga. Ves a la gente caminar, a veces bajo la lluvia, escuchás el ruido del tren, con todas esas personas, cada una con todo un mundo en su cabeza, y uno ahí, encerrado en ese mueble lleno de cosas… Bueno, pero yo no elegí eso, no me presenté voluntario a jugarme mi vida en una estación de ferrocarril donde había malvivientes, por más que me gustara leer, yo no se lo recomiendo a nadie, no es saludable, se puede uno forjar un poco el carácter, pero también la tumba. No, no se lo recomiendo a nadie, pero a mí me pasó así, y es algo de lo que no me puedo arrepentir, porque, como reza el dicho, escrito está, y ahora, por ejemplo, me sirve para contar esta historia, dicho entre paréntesis. Así que venía hablando de Alfredo. El tipo tenía sangre árabe, y muy reciente. Y maldición si no me sentía orgulloso yo de todo eso: el tema de las sangres, de los barcos, del aire de sal y de mar que teníamos todos. Mis padres eran italianos, yo era producto de la inmigración, y en esa estación, y en casi todo el país, no había nadie que no anduviera con varias sangres en las venas. Yo me sentía orgulloso del país en ese sentido, porque era parte y prueba de todo ese folclore del crisol de razas, que en mi caso era muy cierto y me lo tomaba muy en serio. Y el tipo, lo dije, tenía sangre árabe, y estaba casado con una española. Era taciturno, silenciosamente inteligente, no andaba con muchas vueltas, no; con mi padre se entendían con la mirada, y yo estaba como ávido y con hambre de saberles ese lenguaje, pero me quedaba callado en mi estado natural, siempre atento: mirando y escuchando, mirando y escuchando. Hasta que llegó lo de Malvinas… Y cómo estaba Alfredo, lo del crisol de razas lo tiró, lo tiramos, por la ventana: no, éramos argentinos, todos nos habíamos olvidado de la malhadada Europa que nos daba la espalda y estaba con el Inglés. Y Revista La Avispa Nº 34
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Alfredo y yo compartíamos más que nunca, mientras mi padre, un siciliano medio caviloso, se mantenía en un silencio pensante, muy, muy respetuoso. Yo no entendía a mi padre: porqué se quedaba callado en ese ambiente tan de jolgorio y tan jovial, y como ganador y, porqué no, un poco canchero. Mi padre la sabía, pero también sabía que no había que decir nada. Así que yo iba al colegio, y la directora, que estaba empapada con el tema de nuestra guerra, nos obligaba todos los días de aquella guerra a llevar escarapela, y a veces yo la llevaba orgulloso a la estación, para ayudar a mi padre en el kiosco, y todos me saludaban, y era como la estrella, por un rato. Alfredo me tenía más simpatía que nunca, me decía Tigre una y otra vez, y decía también: –Éste está equivocado –señalando, medio distraído y socarrón, a mi padre. Y yo por una vez hablé: –No, deje, es un inmigrante amargado –y yo, con esa segunda intención, guiñé un ojo a mi padre, muy, muy chistoso, aunque sabiendo que me la jugaba para un buen cachetazo, pero mi padre rió y bajó la cabeza, y Alfredo me rió el chiste con unas ganas que le hicieron revolver el estómago, y la fiesta incluso le duró varios minutos, y hubo que traerle un vaso de agua hasta que se le fue el humor. Sí, estábamos contentos, y hay que decirlo: lo tomábamos muchas veces con humor… Bueno, así que él estaba contento, muy contento conmigo, y los dos nos hacíamos miradas cómplices, ante el silencio respetuoso, ante ese clima taciturno y prevenido de mi padre. Para decirlo de una vez, lo estábamos sobrando, y mi padre reía tímidamente, y por un rato yo me sentía fuera de mi casa de inmigrantes, y me sentía más y más argentino, con esa escarapela mía que se me iba metiendo también más y más en el corazón. Y canchereábamos, todos la canchereábamos. Nos la estábamos creyendo, nos creíamos una gran cosa… no sé, a mí me pareció éso, por lo menos desde Buenos Aires, desde aquel barrio de las afueras de Buenos Aires. Mi padre, siempre en ese respeto con algún aire de tristeza, como diciendo Perdónalos, Señor, no saben lo que hacen, empezó a meter de vez en cuándo que bueno, que tal vez los milicos tenían a todos los medios de comunicación en el bolsillo; y en todo su aire y en todo lo que decía o no decía nos olíamos la palabra o las huellas de la derrota, algo a lo que ni siquiera se le pensaba la sombra en todo ese ambiente y en todo ese país. Y Alfredo se le reía, se le reía en la cara, le daba de lleno con esa risa, y me guiñaba el ojo cómplice, y me decía Tigre, una y otra vez, Tigre, cada vez más, y lo dejábamos aparte, los dos bien y bien argentinos y él cada vez más y más italiano, no sé si me entienden. Así que empezamos a hacer apartes cada vez más, yo ya tenía doce años, y más o menos le entendía su aire. El tipo me conversaba de todo: mujeres, fútbol, de libros, pero siempre andaba eso, siempre andaba eso en el clima, y todos teníamos una sonrisa de triunfo. Así que también lo hablábamos, y canchereábamos… Hablábamos de helicópteros, de barcos hundidos, de cuánto estábamos ganando, y así seguíamos y seguíamos, mientras Alfredo, con esos apartes, se le iba riendo un poquito, con una simpatía como de pena, a mi padre, y yo también claro, lo más simulado que podía. Yo en mi casa estaba exultante, hablaba con total libertad de la guerra y del país, y no entendía el silencio triste, era la palabra, triste, pues, de mis padres. Y recuerdo a mis amigos, y cómo estábamos todos: no cabíamos en el cuerpo cuando pensábamos en el asunto. Y, volviendo al tema, Alfredo me estaba enseñando: él, acaso, me enseñó a no fumar, y entonces me estaba enseñando otra cosa. El tipo lo sabía, sí que me estaba enseñando: me estaba enseñando, creo, a un país… Así que me hablaba más y más del país, porque era algo que no hablaba mucho con mi padre, por alguna razón no se lo hablaba, no sé si me entienden. Y, mientras me hablaba, Alfredo le dirigía algún comentario a mi padre, así como gracioso, guiñándole un ojo, pero la cosa era evidente, y mi padre lo dejaba estar, y a veces, cuando quería referirse a lo que hacíamos, o más bien a lo que le hacíamos, me decía, en voz baja y un poco triste, y también como con comprensión, y ésa era, después lo supe, la palabra: –Es un buen tipo, un buen tipo –así como para que lo comprendiera yo también. Pero yo no entendía, no se la entendía, y Alfredo tampoco entendía nada, y nadie, en fin, en esa estación, excepto algunos pocos como mi padre, entendían –entendíamos– lo que estaba pasando. Página 17 17
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Sigo ahora con que Alfredo me hablaba de la conspiración, y cómo mentían todos en el extranjero, y todos estaban en contra del país, y cómo ganábamos… Y el tipo estaba totalmente sacado, y ya no era tan reflexivo, y tan taciturno, y se expresaba más. Comparaba la cosa con un partido de fútbol, y yo también. Y yo le preguntaba, por ejemplo, cómo habíamos salido-así, con esa palabra- el día anterior: Y el se reía, pero no muy en desacuerdo: –Tigre, eso no se dice –pero me pasaba una mano por la cabeza, y seguía hablando con mi padre, aunque un poco distante, ya era un poco distante. Es que yo era el argentino: y creo que ya sí me entienden bien. Así siguió todo hasta lo del Belgrano. El crucero General Belgrano fue hundido por los británicos y miles de chicos argentinos murieron ahogados o de frío o por el ataque; el gobierno militar tuvo que dar la noticia, y fue el primer golpe, el primer golpe que a todos nos iba a sacar la sonrisa de la cara. E incluso, por lo menos en mi caso, ya la directora era como más humilde, la escarapela del pecho nos la sacábamos a la luz del día como más tímida, más tímida, más vacilante… Recuerdo, pues, volviendo a lo del Belgrano, que era de noche, muy de noche. Yo estaba con mi padre en el kiosco. Alfredo estaba como siempre, encerrado en el taxi, en la parada que los taxistas tenían no muy lejos de nuestro kiosco, esperando clientes y leyendo; él solía prender la radio del taxi. Hacía frío, y de pronto, de todos los piringundines de la estación, se corrió como un murmullo, algo así como una cosa muy fúnebre y de muertos, y hasta los tipos más sacados y más jocosos ponían el aire serio, bastante serio. No sabía yo qué estaba pasando. Pero mi padre lo comprendió, mi padre lo comprendió nomás. Y cierto que teníamos la radio apagada, pero él ya se olía que algo feo estaba pasando, que la verdad nos estaba mostrando la cara. Entonces me miró, yo era otra vez su hijo, otra vez. –Esto es una guerra, Gabi. Fue todo lo que me dijo, todo lo que me dijo. Y no habló nunca más conmigo de Malvinas; siguió por ahí, ordenando los diarios, sin decir nada, nada, nunca más, nunca más. Y yo me quedé como en ese trance, sin saber lo que me había pasado. Así que vino Alfredo, y vino llorando. Llorando como un chico, y no se la aguantaba, no se la podía aguantar y así como entre babas, dijo a mi padre: –Hundieron al Belgrano, Enzo, hundieron al Belgrano. Y seguía llorando, como si tuviera los colores del país en cada lágrima, y algunos pasaban y lo veían, y agachaban la cabeza, pero mi padre se quedó junto a él, como poniendo cara de ser la verdad revelada –no lo podía evitar, supongo–, y Alfredo seguía diciendo: –Eran todos pibes, todos pibes, ahí tan lejos, en el mar. Y siguió llorando, y yo no sé, pero me parece que nunca había visto a un hombre llorar, y menos de esa manera. Y se le pasó un poco la cosa, pero ya no tenía el aire, ya nadie tenía el aire ganador, y la cosa empezó a ponerse reflexiva, vacilante, como de reconsiderar mucho, mucho: demasiadas cosas. Alfredo Jalil terminó de llorar; estaba más calmado, pero no era el mismo, él no era el mismo, yo tampoco. Todo el país ya no era el mismo: Me dijo: –Disculpá, Tigre –y me acarició la cabeza. Pensé que se había disculpado por las lágrimas, pero después, muchos años después, entendí que se había disculpado de otra cosa: Se había disculpado de ese país que había querido enseñarme.
Daniel Gómez arboces@yahoo.com.ar Revista La Avispa Nº 34
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Hijo de Lucifer Martín Arregui - (Mar del Plata) Bajaron las gotas por la mejilla hasta arder en mi boca oxidada. Cada cual para su comisura preferida fueron invadiendo de un agridulce amor sobre unos labios alegres que mantenían su rojo destrozando cada partícula de azul. El frío asomaba su cola y como nunca mi cara sintió pena. Las gotas cayeron al suelo. Golpearon con un redoblante gris rebotando una y mil veces sobre mi tímpano haciendo sonar un grito seco. Mi cara se transformó. Se escaparon las cejas y pestañas. Las pocas pecas que tenía prefirieron seguir el mismo camino que las lágrimas y así mi rostro se vio solitario. Una simple boca con nariz y ojos maldecía su pasado barroco. Caminé por la niebla gestual, buscando ser parte de algo benévolo pero mis piernas desgarradas y mis huesos filosos no quisieron seguir el camino azul, ese que te lleva a no sentir dolor. Ahí donde los rojos dominan el mundo, yo el hijo de Lucifer no puedo darme el lujo de sentir, hablar o ver.
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Notas y ensayos
UN POCO DE AMOR FRANCES Por Guillermo A. Blanda Cuenta la leyenda que hace ya algún tiempo, en Ville-d’Avray (una pequeña localidad turística de la Île-de-France), tuvo lugar un célebre aquelarre con motivo de trazar el destino de quien sería el más mítico representante de aquel ignoto pueblo estival: el lobo-hombre. Se dice, también, que cada uno de los presentes elucubró, secretamente, un futuro distinto para el pagano neófito: músico, ingeniero, cantante, escritor, compositor, pintor, escultor, traductor, actor, periodista, inventor; tan basto era el número de posibilidades sugeridas que los confabuladores, amenazados por la inminencia del alba dominical, pactaron ecuánimemente y le otorgaron talento para todas, pero a un precio muy alto: el corazón de éste sería arrancado y entregado como sacrificio al Mago del Siam (heresiarca de aquellos) antes de la cuarta década de vida, antes del reconocimiento, antes de la admiración. Corría el año 1920 y había nacido Boris Vian. Pasan, digamos, veinticinco años, y el licántropo está comenzando a mamar de la bohemia parisina. Ya hace unos años que debutó, con el nombre apócrifo de Denis, en un burdel barato de Montmartre, ya tocó la trompeta en algún subterráneo club de jazz de Saint-Germain-Des-Près, ya colaboró con la prestigiosa Les temps modernes de Jean-Sol Partre, ya se perfila como Sátrapa trascendente del Colegio de Patafísica. Ahora quiere más, su lado hiénido está hambriento y las víctimas elegidas son dos mamíferos disímiles: la hipopotámica moral de la sociedad francesa y la vampírica ceguera de la crítica literaria. Escribe, entonces, una saga de novelas negras (donde ya comienza a vislumbrarse su escritura ácida y rabiosa, con temas que van desde el racismo a la violencia sexual, pasando por la satirización de personajes famosos, como el presidente Truman, por ejemplo) bajo el pseudónimo de Vernon Sullivan (un supuesto autor de color estadounidense) y en las que él aparece sólo como traductor y prologuista. La respuesta es contundente: por un lado, una de las novelas, Escupiré sobre vuestra tumba (1946), es prohibida por ultraje a las Revista La Avispa Nº 34
buenas costumbres; por el otro, la crítica jamás le perdonaría esta “pequeña broma” de su impostura. Estamos ahora en 1947, año que marca un hito en la obra vianesca: aflora en su escritura un delirio surrealista enmarcado por un estilo insólitamente violento, plagado de imágenes revulsivas y piruetas lingüísticas que constituyen un sutil diorama de ingenio, invención y sarcasmo en las que el lector no tardará mucho en encontrar los dos grandes temas subyacentes en la literatura de Vian: el amor y la muerte. En ese año publica dos novelas, una de las cuales, La espuma de los días, será calificada por Raymond Queneau como “la más desgarradora novela de amor contemporánea”. En el prefacio a esta obra –fúlgida y desoladora metáfora de la aniquilación de la inocencia por medio de la inexorable expulsión del paraíso de cuatro personajes de alma adolescente–, el autor deja muy en claro su particular visión de la vida. Escribe: “En realidad, sólo existen dos cosas importantes: el amor, en todas sus formas, con hermosas mujeres, y la música de New Orleans o de Duke Ellington.” Está comenzando la última década de su vida y Vian no lo presiente, lo sabe. Ahora, más que nunca antes, agota sus días, los exprime hasta la última gota de savia creadora. Escribe La hierba roja (1950), la mas autobiográfica de sus novelas: aquí Wolf, su alter-ego, emprende un viaje intro y retrospectivo valiéndose de un extraño aparato de su invención capaz de rebasar todas las fronteras de la realidad y el sueño. Una vez más, el autor pone su incontenible fuerza poética al servicio de un mundo inexplorado. Ya es 1953 y publica su obra máxima, El arrancacorazones. En esta novela el autor parece asentado en un universo que le es finalmente propio, en un mundo de fábula poética que desborda ingenio y fantasía. Una vez más, la confrontación entre el mundo infantil y el adulto se carga de tensión, acidez y violencia; convirtiendo a los inolvidables personajes de Joël, Noël y Citroën en los estandartes contra la dominación materna, el psicoanálisis y el
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existencialismo, tan en boga en aquellos años. Un párrafo aparte para Jacquemort, el inefable psicoanalista siempre en busca de pacientes, de los que abusa tanto psíquica como físicamente. Y, entonces... París, que siempre nos quedará, año 1959. En los seis años transcurridos, Vian continúa haciendo lo de siempre: escribe críticas de jazz, poemas, canciones, cuentos, guiones cinematográficos, libretos de ópera, obras de teatro; canta, toca la trompeta... y se da el gusto de refutar al mismísimo ex-rektor de Friburgo: es un ser para la vida cuya única posibilidad es la muerte. La muerte, de eso hablábamos, y del 59. Dicen los hacedores de mitos impuros (léase biógrafos) que el corazón de Vian, tangamente cansado, no resistió la visión de la infiel adaptación cinematográfica que un despistado regista hizo de Escupiré sobre vuestra tumba. Aseguran, los refutadores de leyenda (léase críticos) que al lupum se lo devoró su obra
(¡menuda paradoja!). Sólo nosotros, los viananos a morir, sabemos la verdad. Sabemos la hora exacta en que lo recogió La Gloira para emprender el viaje final. Sabemos que le pagó con un trozo de carne y una copa de vino de Arbois, ya que donde aquél vive el oro no tiene valor alguno. Sabemos el lugar elegido por El Mago de Siam para recibirlo al otro lado de la orilla. Sabemos las palabras exactas que pronunció Denis (ya había dejado de ser Boris y Vernon para siempre) al entregarle su arrancado corazón –pero nos está vedado decirlas–. Sabemos que consumado el sacrificio, dos hermosas mujeres con los ojos extirpados tomaron de cada una de sus garras al lobo-hombre y lo condujeron a una acogedora taberna, similar a la que pueden encontrar los viajeros en Ville d’ Avray. Y sabemos, esencialmente, que la lengua mordaz de este lobo no es sincera, pero nos gusta oírla. Queremos más.
SEGUNDO CONGRESO LATINOAMERICANO DE POESÍA.
«Trabajo e Inspiración» Sub-comisión: «Poesía, sociedad y estado: ¿Relaciones traumáticas?» 1- En un plano o aspecto esquemático, puede decirse que la inspiración es el elemento vital del poeta, indispensable para la creación. La inspiración puede ser espontánea o producto de un estado previo llamado espíritu -emoción. En el ser humano existen tres planos esenciales, a saber: a- Plano espiritual (o motor) b- Plano psíquico (o mental) c- Plano físico (o corpóreo) El plano espiritual será donde se desarrolla la mística (misterio del pensamiento, inspiración). En el plano psíquico se canalizan diferentes elementos de la inspiración. En el plano físico se manifiesta la ecuación que surge de los anteriores. 2- La palabra, ese universo de universos en el que representamos compactadamente nuestra conexión con el mundo, es la herramienta fundamental del mundo lírico. En cada metáfora está simbólicamente representada esa relación, que se puede llegar a repetir hasta el infinito. Admitiendo que el lector
puede tener varias lecturas sobre un mismo objeto, sólo el creador ve el todo, el universo en cada metáfora. La palabra, la que nombra y la que sugiere, la que susurra elípticamente y dice tanto porque está condensada, es la que rompe el límite, la que transgrede el lenguaje y se nutre en el inconsciente del que crea, y a su vez, a través de éste, en el inconsciente colectivo. Dice Sábato: “el escritor sueña el sueño colectivo”. Según Boussoño, en su teoría de la Expresión Poética, la metáfora es síntesis, es condensación, por eso es intraducible. Proviene del inconsciente, de la percepción directa y emocional de la relación hombre-mundo. Muchos creadores escriben sus obras de un tirón, aunque luego busquen pulirlas, seleccionando la palabra más acertada, ajustando el mensaje sin caer en la corrección obsesiva. Otros prefieren no hacerlo. La exquisitez o la perfección serán siempre inalcanzables. Pero hay una función en la que el escritor no puede apartarse:
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captar en profundidad. Si lo logra, tocará las raíces profundas de todos los conflictos humanos y por tanto de la Literatura misma. 3- La realidad nos suele afectar mucho más a nosotros, los poetas, que a cualquier mortal, dado el material sensible con el que trabajamos a diario, que no acepta ni siente que la vida plena y evolutiva del ser humano pueda florecer dentro de barbaridades tales como el culto al dinero y el asesinato constante de la belleza. Así, en la cotidiana pelea por las migajas, estamos viendo el deterioro de nuestra arma más preciada y poderosa: la Cultura. Es necesario, pues, volver a colocar a la Poesía como lenguaje común de comunicación; lograrlo cambiaría el alma social del planeta urbano. Nuestra obligación como poetas es la reconstrucción de lo bello. Los poetas tenemos como herramientas las palabras que cincelamos, que amasamos, que mezclamos. Debemos tomas esa responsabilidad por el honor del don que nos ha sido dado: la creación pura. Somos una memoria que camina y respira. El poeta no transforma las cosas, sino que les devuelve su verdor. Según Oscar Wilde, la sociedad logra perdonar al criminal, pero jamás perdona al soñador. José Ingenieros dice en “El Hombre Mediocre”: “Sólo vives por esa partícula de ensueño que te sobrepone a lo real”. Roberto Arlt sostenía: “Crearemos nuestra literatura no conversando continuamente de literatura, si no escribiendo en orgullosa soledad textos que encierren la violencia de un “cross” a la mandíbula”. Por último, en relación al pensamiento de Edgar Bayley, podemos afirmar que el poeta escribe para que la muerte no tenga la última palabra.
El 2º congreso de Poesía fue organizado por la Fundación de Poetas en la ciudad de Mar del Plata del 13 al 17 de septiembre de 2006.
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SOBRE “POESÍA, SOCIEDAD Y ESTADO: ¿RELACIONES TRAUMÁTICAS?” 1- Desde el punto de vista social, la Poesía cumple un rol fundamental en la educación emocional de los pueblos. Ya en el comienzo de la civilización, el hombre establece dentro de su comunicación ágrafa un intento de manifestación oral y visual en concordancia con el deseo de expresar sus estados emocionales. Desde “Alas Rotas”, su fundadora, Silvia Catalán dice fundamentada en las palabras de Sartre: “Cada hombre debe inventar su camino”; el hombre como núcleo, es quién genera traumatismos o no. Según Lin Yutang (el no creía en la filosofía) podríamos deducir que el hombre es entidad, pilar del “yo”, influencia sobre la sociedad. Si se adapta simplemente acatando, sucede que estaríamos ante el indulgentismo. El hombre debe como entidad retornar al diálogo, cuestionar e integrarse argumentando desde la razón. El Estado tiene una visión generalmente oscilante en la balanza de la bohemia y el paisaje, y no sobre el raciocinio y la meditación. Insertarnos activamente como orfebres de la palabra sería el camino. Nosotros somos “historia”. Ser pensante no significa ser objetivo. Significa bucear en la Historia, reafirmar una vocación, una voluntad de permanecer, una determinación de insistir en un propósito (Grupo Literario “Escafandra”, Colombia) Los trabajadores de la palabra podemos ejercer y no padecer, desde el ejemplo: obra y palabra. INTEGRANTES Valeria Aguilar (Mar del Plata) - Nelly Antokoletz (Villa Carlos Paz) - Andrea Burgos (Mar del Plata) - Silvia A. Catalán (Capital Federal) - Mónica Ovejero (Salta) - Susana Roberts (Chubut) - Marcia Verdier (Mar del Plata) - Hernán Beltramo (Punta Alta) - Norberto Pannone (Junín) - Carlos Véliz (Lomas de Zamora). Coordinador: Horacio Gómez (Mar de Ajó)
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Sobre la poesía Chilena Por Alfonso Freire Escritor y poeta
Creo que una forma de hacer mi aporte al medio literario argentino y hoy puntualmente a Mar del Plata a través de la Revista «La Avispa» es dando a conocer aspectos literarios de mi país, Chile, como otra forma de conjugar experiencias y conocimientos, sin duda, Este trabajo es un breve resumen de un acontecer poético que debiéramos compartir, argentinos y chilenos y de esta manera ir asumiendo un cuerpo literario más continental. El desarrollo de una gran población de jóvenes poetas chilenos, comenzaría a hacerse visible a partir de la publicación de «Esta rosa negra» de Oscar Hahn en 1961, principalmente dentro de la década del 60 hasta 1973, a partir de ese año, iría a ocurrir una de las más importantes rupturas de la poesía chilena contemporánea que a estos poetas les correspondió iniciar como conjunto. Nacen entre el 35 y el 50 y comienzan algunos a publicar sistemáticamente a partir de 1961,no entran en conflicto con tradición poética previa, el contacto y la actividad poética se desarrollan a través de grupos poéticos o revistas de gran importancia y circulación como Arúspice, Trilce, Tebaida, recitales colectivos y la realización de cuatro importante encuentros nacionales de la joven poesía,1965,1967,1971,1972 (podríamos nombrar otros dos eventos internacionales de literatura como «Juntémonos en Chile» (1992),en el que participé integrando la delegación noruega y el encuentro internacional de poesía en el 2001. La validez e importancia de la poesía joven de la etapa señalada, radica en que el eslabón del 11 de septiembre, no sólo terminó su proceso «agónico» pero el cual tenía claras correspondencias sociales, sino que el trauma provocado a la sociedad chilena le exigió también a la poesía la necesidad imperiosa de superar su fragmentación personal, por una universalidad más compartida. El proceso previo a 1973, por tanto, hay que considerarlo como potencial, cuya voluntad principal fue aclaratoria y crítica de los distintos aspectos que poetizan.
La joven poesía chilena, en lo que iba de 1960 a 1973, no asumió una perspectiva militante ni nada parecía indicar que su desarrollo iba en busca de la claridad realista_social. Sin embargo, existían al menos tres antecedentes importantes. Huidobro, de Rokha y Juan Gusmán Cruchaga, los que dirigieron y redactaron la revista Azul, fueron los primeros que comenzaron a diferenciarse de las líneas post románticas, subjetivistas. Un acercamiento crítico-valorativo a la producción poética reciente de Chile o a la obra de sus exponentes más «promisorios» deben considerar de partida esta situación paradojal en un país internacionalmente reconocido por la calidad y originalidad de su poesía, es muy difícil que el o los nuevos poetas alcancen un reconocimiento distinto como creadores. Se tiende a masificar nombres, estilos, voces, por desconocimiento, por la falta de lectura y en algunos casos por el manoseo oportunista a que se someten algunos autores, pero a pesar de esto y lo otro, destacan figuras poéticas con mucha autoridad. La llamada «nueva poesía chilena» «poesía joven» «promoción emergente» ha tenido mayor fortuna, distingue a un grupo de poetas que comienza a publicar sus primeros textos a mediados de los años 60,donde coexisten una variedad estimable de voces con diversas filiaciones, estilos poéticos y sobre todo con diferentes niveles de desarrollo y dedicación personal al oficio Volviendo a los grupos literarios que marcaron época y el quehacer lírico de ese momento, tenemos que decir que en 1965 el grupo literario Trilce fundado en 1964, por Omar Lara y otros jóvenes de la ciudad de Valdivia, organiza el primer encuentro de la Joven Poesía Chilena, esa reunión estuvo dedicada a evaluar críticamente el aporte literario de la generación inmediatamente anterior, Miguel Arteche, Efraín Barquero, Enrique Lhin, David Rosenman, Alberto Rubio, Jorge Teillier y Armando Uribe Arce. Otro grupo importante fue Arúspice, en Concep-
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ción y Tebaida en Arica. Las voces que dominaban el panorama poético desde comienzo de los sesenta y frente a los cuales la promoción emergente debía consolidar modos de recepción, en términos de filiación y divergencias, son las de Nicanor Parra, Enrique Lhin y Jorge Teillier, sin olvidar la legendaria presencia de Pablo Neruda, que escribe y expande sus monumentales ciclos dialécticos en un proceso que se extiende más allá de su muerte física (los ocho libros póstumos así lo determinan). Estos tres poetas, distanciándose con un cierto escepticismo de los proyectos fundacionales de los grandes vates, Neruda, Huidobro, de Rokha, ponen de manifiesto las contradicciones del presente y desde una posición de desconfianza ante los modelos de representación poética establecidos por las figuras precedentes. Nicanor Parra, a partir de «Poemas i antipoemas» (1954) impuso un concepto radicalmente nuevo, tanto del personaje lírico como del lenguaje poético. En su antipoesía el personaje deja de ser figura infalible, en respuesta, tal vez, al pequeño «Dios» postulado porque definía una cosmovisión totalizadora del mundo. Enrique Lhin a partir de su libro «La pieza oscura» (1963) un texto que tuvo una entusiasta recepción en los poetas emergentes, desarrolla una línea poética en el que el personaje se debate entre su desconfianza ante la capacidad del lenguaje para significar la realidad y la convicción de que sin embargo, el acto de escribir es la única tabla de salvación que tiene el hombre para no naufragar en el conformismo o el aislamiento absoluto, una tabla
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de palabras que el sujeto labra a contracorriente, sin saber las orillas que va a tocar, pero esperando que al menos, el objeto creado (la embarcación) y su bitácora les sirva a otros viajeros más afortunados. Jorge Teillier es el fundador y el exponente más sólido de esa modalidad poética o tendencia conocida como poesía lárica, la poesía de la tierra ancestral, que recuenta el paraíso perdido de la edad primigenia e indaga por los orígenes primordiales del ser natural. Sus libros definen un universo poético caracterizado por la oposición entre un presente social degradado, con sus verdades superficiales y la secreta realidad que permanece oculta. El habitante poético busca, más allá o más acá de la fugacidad del tiempo. Desde 1970 los poetas de Chile comenzaron a inquietarse. Su poesía entraba en período de crisis, sucesivos debates hicieron clara la distancia entre el voluntarismo literario y las posibilidades reales de hacer otra poesía, que diera cuenta de las luchas sociales, si historia y su presente. Hay una segunda etapa, desde 1976 hasta 1980, en que se desarrolla un trabajo de periferia, como se le ha denominado. Una etapa en que surgen talleres culturales de diversa índole, que van generando una dinámica creadora. Las opciones de difusión de esta poesía orientada al circuito de la comunicación directa, coparticipativa, legítima en muchos casos una tonalidad oral, buscando establecer una relación directa con el destinatario.
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RECORDATORIO DEL POETA PABLO NERUDA(*)
Edmundo Torrejón Jurado (**) Respetable concurrencia: Respondiendo a la amable invitación que me cursaran los residentes chilenos en Tarija, tres hechos justifican mi presencia en este recinto. El primero, mi abuelo paterno, Dn. Alejandro Torrejón Alcayaga, consanguíneo de Dña. Lucila Godoy Alcayaga –Gabriela Mistral– fue chileno. Él, que había bebido su niñez y juventud en el ubérrimo valle del Elqui, cambió aquel, por las sacrosantas tierras del Guadalquivir, fundando una familia de profunda raigambre chapaca, tanto que, en su deambular edificante que lo llevara a ser, hasta Presidente del Honorable Consejo Municipal de Tarija, dejó alguna que otra huella por su profunda vocación de servicio. El segundo, dar fe, de que las tiranías no solo asesinan con la metralla. Al poeta chileno Pablo Neruda lo mató el régimen autoritario que se auto-implantó en su patria el año 1973. El tercero, elevar una invocación en nombre de la profunda hermandad de los pueblos chileno y boliviano, para que podamos abrir juntos, un sendero de respiro, para esta mediterraneidad que a Bolivia la ahoga y la confina. Si para saber qué es el hombre, se partiese de la propia individualidad o de la historia universal, es indudable que no se llenarían los requisitos de su posible intelección. Pero entre los extremos de la exigüidad individual y la vastedad borrosa de su figura perdida en el devenir del mundo, el ente trascendente, constituiría un termino medio capaz de realizar la justa comprensión de su ser. De esta dualidad se deduce también, que mientras mayor sea la capacidad de un hombre para modelar los giros de la historia y cuanto mayor sea su entrega para tratar de forjar los destinos de sus semejantes, mayor será la intensidad luminoso-espiritual de su faro-guía. Alguna filosofía gnóstica denomina a estos seres superiores avatares. Neruda en su vida y en su obra poética fue un venero incandescente, un verdadero mensajero de los dioses. Y aunque su poesía registró varias etapas: Post-
modernista de acentuado tono romántico (“Veinte Poemas de Amor y una Canción Desesperada”), superrealista en “Residencia en la Tierra”, épico en su “Canto General” (fruto de su anexión al Partido Comunista); coloquial en “Estravagario”, para terminar consolidando su voz definitiva (“Cantos Ceremoniales”, “Memorial de la Isla Negra”, “La Barcarola”), caracterizada por una síntesis de soledad y solidaridad, magia y realismo, biografía sentimental y crónica histórica, su objetivo mayor fue el de hacer de la poesía un saber dinámico, vigoroso, apto para esclarecer y conducir la existencia humana, al igual que para adaptarse a los más sutiles y complejos mecanismos de la vida. Su legado o mensaje mayor fue, a no dudarlo, el hacernos comprender, de cuan negativa y peligrosa es la actitud de quienes, por el imperativo de la falsa pureza, aíslan la poesía de la vida. Neruda permanece tan vigente y eterno, como el aire o el sol, el agua o la tierra. ¡Cuántas enseñanzas nos sigue legando en esa su reivindicación del sentido originario de la sabiduría del amor! ¡Cuánto su empeño en proporcionarnos una imagen viva, actual y objetiva de la realidad natural e histórica!, sin deformaciones preciosistas, ni forzados hermetismos, ni aislamientos infecundos. Dejando de lado todo complejo de incontaminación, deponiendo todo retraimiento especulativo, su poesía propone la plena comprensión de la vida y la traducción de sus conclusiones por rigurosas que ellas sean. Su mensaje, aúna los lenguajes de la existencia, con metáforas directas y sencillas y no por ello menos profundas; enarbolando siempre los grandes sistemas del pensamiento, evitando todo vocablo superfluo, sendas oscuras o sinuosos rodeos. Ciudadano del mundo, para Neruda la tierra no es pues en su universo poético, un mero símbolo, una mera imagen más de las tan prestigiosas de su poesía, tampoco es por cierto el simple nombre del planeta que habitamos; es el fondo indiferenciado pero al mismo tiempo real de todo cuanto existe, en su amplitud regido por una implacable ley: el sino; y
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animado por una fuerza que le asegura además, la perduración, su vivacidad infinita: el amor. Cuando pensamos en Neruda, lo pensamos adosado a la tierra, a los hombres, a las sensaciones y a los problemas de los hombres. Neruda es vida y es poesía. Como sostiene Mario de Lellis: “poesía que sale a borbotones, agua pura saltando del corazón, paradigma de amor a la verdad; con una vitalidad superlativa, capaz de derribar cánones de intelectualismo para exaltar lo humano”, nosotros añadiríamos: que por sobre todo, siempre enarbolando la necesidad imperiosa de ecuanimidad, alega en sus cantos, justicia para todos los hombres. La poesía en definitiva, para Neruda, es la manera más auténtica de realizar la máxima tarea asignada al hombre, esto es de llegar a ser hombre, en toda la extensión inconmensurable de su significado, subrayando en sus poemas, que sobre todo concepto y especulación, su destino es el de ser humano en libertad. Numen americano, Neruda es conciente de pertenecer a una tradición y a un destino histórico, vertebrado por la casi bíblica cordillera de los Andes, su “Canto a Bolívar”, su “Canto General de Chile” o su poema “Alturas del Macchu Picchu”, así lo testimonian. “Después de ver las ruinas de Macchu Picchu”, nos cuenta, “las culturas fabulosas de la antigüedad me parecieron de cartón-piedra, de papel Maché”. “Allí comenzó a germinar una idea de un Canto General Americano, antes había persistido en mi la idea de un Canto General de Chile, a manera de crónica. Ahora veía a la América entera desde las alturas del Macchu Picchu”. Si profundizamos nuestra visión en los mensajes de Neruda, encontraremos que, sus “Veinte Poemas de Amor”, “Crepusculario” o sus “Versos del Capitán”, fueron un oasis del guerrero. La remitente anónima a la editorial, de los poemas del capitán, dice: “Él venía de la guerra de España. No venía vencido. Era del partido de La Pasionaria, estaba lleno de ilusiones y esperanzas... “ En la autobiografía del poeta “Confieso que he Vivido”, leemos: “La multitud humana ha sido para mí la lección de mi vida, puedo llegar a ella con la inherente timidez del poeta, con el temor del tímiRevista La Avispa Nº 34
do, pero una vez en su seno, me siento transfigurado, soy parte de la esencial mayoría, soy una hoja más del gran árbol humano. Siempre aprendí mucho más de la gran marea de las vidas”. Para un hombre de esa envergadura, no podían existir límites de espacio ni de tiempo. Tres ciudades, tan distantes una de la otra determinaron la suerte de Neruda: Temuco, donde nació, que era todavía vergel de los araucanos, capital de la frontera, región virgen, solitaria, que sintió a Pablo niño, hundiendo sus pies en el cangrejal, parodiando a los pájaros, mensurando la vida en la dulce pequeñez de los insectos y aprendiendo en suma a empaquetar nubes en poesía. Madrid, que lo recibió con el corazón abierto, con una obertura excepcional, que firmada por los grandes de las letras españolas, como Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Federico García Lorca, Miguel Hernández, León Felipe, decía así: “Chile ha enviado a España al gran poeta Pablo Neruda, cuya evidente fuerza creadora, en plena posesión de su destino poético, está produciendo obras personalísimas, para honor del idioma castellano”. Madrid, donde después rodeado por la muerte franquista, descubrió la vida verdadera, en ese dolor profundo, que sentimos que mana de su “España en el Corazón”. Y Stalingrado, a quien rodeada por la barbarie nazi, temiendo que la civilización perezca, dedica, en alegato, uno de sus más sentidos y bellos poemas. Neruda tiene una misión: “Yo estoy aquí para contar la historia”, nos dice. Su gran alegría es que escribiendo para el pueblo, su poesía llegue al pueblo, y sea poesía en ocasiones desaliñada y directa, con gusto a experiencia y a sudor; a justicia, no una desabrida colección de versos bien peinados. El ha dicho con orgullo: “He dejado en la puerta de muchos desconocidos, de muchos prisioneros, de muchos solitarios, de muchos perseguidos mis palabras”. Nace Neruda el 12 de julio de 1904. Fallece en 1973. La destrucción de las organizaciones obreras y de la intelectualidad de su patria; la quema de sus libros, mascarones de proa, caracolas de mar, fueron su agonía.
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De su obra, “Veinte Poemas de Amor y una Canción Desesperada” se han tirado más de un millón y medio de ejemplares. Éxito igual no tuvo ningún libro de poesía. Fueron traducidas sus obras a todos los idiomas, incluso al Esperanto. Premio Nacional de Literatura en 1945. Premio Internacional de la Paz en 1950. Premio Stalin en 1954. Premio Nóbel en 1971. Miembro de la Academia Chilena de la Lengua. Su legado supremo, fue, a no dudarlo, el respeto supremo a la palabra: “Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan, me prosterno ante ellas, las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito. Amo tanto las palabras. Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema. Todo está en la palabra. Una idea entera se cam-
bia por que un a palabra se trasladó de sitio. ¡Qué buen idioma el mío! Qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos. Salimos ganando. Se llevaron el oro y nos dejaron el oro. Se llevaron todo y nos dejaron todo. Nos dejaron las palabras”. ¡Loor Pablo Neruda! ¡Salve maestro prestidigitador! ¡América, no invocó tu nombre en vano!
Xanadú de San Isidro, septiembre de 1999. (*) Ponencia leída en el frontispicio del Instituto Nacional (Santiago de Chile), - tomado por sus estudiantes - , con motivo del “II Encuentro Internacional de Poesía” convocado por “Poetas del Mundo”. Octubre de 2006. (**) Fue Presidente de la “Sociedad de Escritores de Bolivia”.
PRIMER CONGRESO DE NARRATIVA.
La producción literaria como recurso terapéutico Psicólogo y paciente se encuentran para que los conocimientos del primero alivien los sufrimientos del segundo. Teóricamente, esto es posible siempre. Fácticamente, esto es posible a veces. Es allí donde el terapeuta acepta que su quehacer debe abandonar el sendero de lo aprendido y aventurarse en los aportes del arte, para que la creatividad, condición ineludible de todo acto terapéutico, tenga lugar. Entonces, la producción literaria adquiere otra dimensión, no pensada por el poeta, pero adjudicada, y profundamente agradecida, por el profesional.
Lic. Adriana Schiera Quisiera comenzar este intercambio entre nosotros, pensándonos como trabajadores de la palabra. La escrita y la nombrada. La buscada. La descubierta, la interpretada. Y “agradecimiento” es lo primero que quiero nombrar. Agradezco el poder compartir este espacio que es un gran aprendizaje para mí. Y agradezco, muy especialmente, a quienes me proveen el recurso que utilizo para lograr muchas veces, ser comprendida por el paciente. Llegar a él con esa articulación artística de la palabra. Con el producto de otra persona que no es ni el paciente ni el terapeuta y sin embargo expresa tan bien lo que ambos desean representar. Esta posibilidad, este recurso siempre me sorprende, hasta parece un milagro. Además muestra rápidamente que el sufrimiento humano, es eso, una cuestión de todos. Se le quita así el olor a Espadol o el ries-
go de ser “raro, sino loco” a esas cuestiones por las que se recurre a un terapeuta. No todas las personas tienen la posibilidad de poner en palabras lo que sienten. Precisamente es esa ausencia de expresión, o la falta de conexión entre la palabra y el sentimiento que debe ser vehiculizado por ella, la enfermedad misma. No me refiero, obviamente, a desinformación o bajo nivel académico. Me refiero a esas enfermedades que llamamos psicosomáticas, o a cualquier otra forma de la violencia. Si la emoción no encuentra un canal por dónde expresarse (y tampoco me estoy refiriendo a cuando puede pero no la dejan), debe aceptar un destino perjudicial que es la explosión o la implosión. No en vano la palabra adicción, enfermedad que pertenece al grupo de referencia puede entenderse
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como “lo no dicho”. S. Freud hablaba de una defensa, un posible camino adaptativo en el destino de la pulsión, llamada sublimación1 y que era la responsable de la capacidad artística del sujeto. Otro psicoanalista, pediatra y reconocido miembro de la comunidad Psicoanalítica, D. Winnicott decía que la terapia era un quehacer en permanente equilibrio entre dos cabalgaduras, el arte y la ciencia. Hoy, dice R. Zukerfeld, psicoanalista argentino especializado en vulnerabilidad somática, resiliencia y creatividad “…se trata de entender la cura, no sólo como develamiento de lo viejo, que se repite con ropajes distintos, sino como creación de lo nuevo, es decir de aquello que no poseía aún existencia subjetiva…Creemos que uno de esos conceptos es el proceso terciario.” La posibilidad de crear es un componente del estado de salud, o uno de sus recursos. Simbolizar, metaforizar, etc. son acciones fundamentales para tolerar el sufrimiento. Quien puede hacerlo, entonces, disfrute de sus efectos benéficos. Quien no puede hacerlo tiene la oportunidad de aprender a hacerlo cuando al relacionarse positivamente, con otra persona. Entre dos que son diferentes, surge algo nuevo, una tercera cosa que hará que ambos no sean lo mismo después de ese encuentro. Como dice Benedetti2 en Asunción de ti “…Tú no serás esa / yo no soy ese/ esos, los que fuimos / antes de ser nosotros. Eras sí, pero ahora suenas un poco a mí / Era sí, pero ahora, vengo un poco de ti.”… Dice Milan Kundera3, en La vida está en otra parte, qué es, según su criterio, lo que lleva al poeta a escribir, aunque esto es parte de una novela parece casi una descripción psicopatológica con final feliz. He aquí lo que el autor le hace decir a Jaromil, el protagonista de esta novela: “Pero, si de repente descubrimos nuestra propia pequeñez, ¿hacia dónde podemos huir de ella? ¡De la humillación sólo se puede huir ascendiendo! Se sentó junto a su escritorio y abrió un libro… Entonces tomó papel y lápiz y comenzó a escribir.” “Lo que Jaromil había vivido el día anterior estaba también contenido en el poema, pero moría en él, poco a poco, como muere la semilla en el fruto. Estoy bajo el agua y los latidos de mi corazón producen círculos en la superficie: en ese verso estaRevista La Avispa Nº 34
ba presente el muchacho tembloroso ante la puerta del cuarto de baño, pero poco a poco iba desapareciendo; el verso subía más alto que él y permanecía. Ay mi amor, mi amor de agua, decía otro verso y Jaromil sabía que su amor de agua era Magda, pero, al mismo tiempo sabía que en esas palabras nadie podría encontrarla, que estaba perdida en ellas, desaparecida, sepultada; el poema que había escrito era algo totalmente independiente, autónomo e incomprensible como la propia realidad, tan independiente e incomprensible como la propia realidad, que no se pone de acuerdo con nadie y simplemente es; la independencia del poema le brindaba a Jaromil un refugio maravilloso, la deseada posibilidad de una segunda vida; tanto le gustó que al día siguiente se puso a escribir más versos y poco a poco se aficionó a esa actividad.” Bien, ya estoy citando a la “prima dona” de esta charla, los escritores. Creo que a partir de aquí me alejaré de los especialistas en el tema “psi” y dejaré que hablen los escritores, porque en su producción está todo lo que se necesita para ampliar o desarrollar este particular. Pero antes, un poco de historia. Me pregunté ¿Y cómo es que yo estoy hablando en un Congreso de narrativa cuando soy psicóloga y hace más de 30 años que me dedico a atender pacientes, a estudiar, a enseñar, siempre dentro de esa especialidad? Y me pareció importante contarles. Una vez, estando de vacaciones buscando pasarla bien y para cada cual pasarla bien es como le gusta, dos personas encontraron una interesante actividad. Un grupo de poetas leerían al público, que quisiera oírlos su producción. Las personas, inquietas y curiosas, dispuestas a escuchar, concurrieron y… disfrutaron. Pero, además, a una de ellas le había quedado un tema en carpeta para ser escrito…y allí, se leía una poesía que lo mencionaba, ejemplificaba, lo representaba a través del decir y del sentir del poeta. Al final, esta persona se acercó al grupo que charlaba y tomaba café, se presentó, toleró la mirada de sorpresa, incredulidad, incertidumbre de la escritora, (porque era una mujer) e intercambiaron datos. Las vacaciones pasaron, todos volvieron a sus trabajos, un día esas direcciones permitieron que el poema llegara a otras manos. Otra vez esas direcciones permitieron que la escritora recibiese la
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invitación a la actividad en la que el poema ilustraba el tema, luego el material escrito, luego la nota sobre el mismo en Clarín, en fin… El trabajo que terminó siendo una repetida conferencia (hubo que darla más de una vez) en la biblioteca del Congreso de la Nación se llamó “Cuando los hijos repudian a los padres”. La poetisa, Laura Barrientos, el grupo EPOCA. Los veraneantes, mi marido y yo. Cuando el otro día me despedía de una colega y le contaba que venia para aquí, porqué y para qué, ella recordó cuánto le gustó ese poema que aún después de casi 5 años, evocaba cuando era necesario. Obviamente él fue, el poema, quien quedó en su cabeza. El impacto emocional que produjo Eso lo logra el escritor. El terapeuta, sólo lo encuentra y lo comunica. Para contarles ahora un poco más de mi experiencia creí útil tomar algunas de las problemáticas que como terapeuta reconozco en el relato de mis pacientes, y para las que, según evalúo, no van a dar resultado, las formas convencionales de abordarlas. Es allí, cuando frente a la desesperación de tener que hacer algo que no existe, mi imperiosa necesidad de algo diferente, nuevo y además estético surge como un oasis en el desierto al que corro a abrevar para tratar de reanimar a esa moribunda humanidad que es la urgencia de mi paciente, mi consultante, mi supervisado, mi alumno. Y ¿por qué lo estético? Si yo fuese pintora, expresaría la enfermedad mental como manchas sobre la tela, responsables de alguna suerte de violencia visual. Si fuese música, la locura sería sonidos disruptivos que lastimarían mis oídos. Si fuera escritora la representaría por absurdos juegos del lenguaje, incongruencias, ambigüedades, sinsentidos, que dejarían al lector es estado estuporoso. Tal el Caso de la pobre Alicia en Alicia en el país de las maravillas, cuando habla con el Sombrerero4, en el Capítulo Una merienda de locos: “–Tal vez no –replicó cautelosamente Alicia–. Pero sé que tengo que marcar el tiempo cuando estudio música. –¡Ah! ¡Eso lo explica todo! –dijo el Sombrerero–. El Tiempo no soporta que lo marquen. Si estuvieras en buenos términos con él, haría lo que tú quisieras con los relojes. Por ejemplo, imagina que son las nueve de la mañana, justo la hora de empezar la
clase: sólo tendrías que susurrarle a Tiempo una insinuación, ¡y al instante girarían las agujas! ¡Una y media hora de comer! –Sería grandioso, verdaderamente –dijo Alicia pensativa–; pero entonces yo no tendría hambre. –Tal vez no, al principio –dijo el Sombrerero–. Pero podrías permanecer en la una y media todo el tiempo que quisieras.” La salud es un estado de equilibrio en donde un orden preestablecido y respetado (ético) y una armónica disposición de los elementos (estética), son indispensables. El orden, la armonía, el equilibrio, son prioridades de la obra artística. Es una de las posibilidades de la superestructura que nos diferencia del mundo animal. Es lo que nos transforma en personas. En el ejercicio de la terapia, lo ético y lo estético, no pueden faltar. ¿Podríamos ahora decir que arte y psicoterapia comparten aspectos, conceptos, principios? Mucho se ha escrito acerca de la comprensión psicoanalítica de la vida y la obra de diversos artistas. Hoy se trata de otra cosa. Hoy quiero mostrar cómo la obra de los artistas es un valiosísimo recurso para la salud, siempre que haya quien deseo utilizarlo. Con seguridad, la obra ignora este destino, tan concreto, práctico ¿prosaico? Pero sabemos que una vez dada a luz ni su creador ni ella misma son dueños de su destino. Como en el cuento del Príncipe Feliz. ¿Quién podía imaginar que las gemas de sus ojos terminarían dándole de comer al niño enfermo de la cuna pobre? Y ¿cuáles son esos problemas que a veces se plantean? Muchos. Por ejemplo la fantasía de resolver cosas cambiando el curso del destino. Y si para ello fuera necesario matar, a alguien se le puede ocurrir la idea o su equivalente. A veces el terapeuta cree necesario hablar acerca de esta fantasía. He aquí algo que dice un escritor sobre el tema. Esta vez es Tolkien – El Señor de los anillos – 1º parte “–¡Qué lástima que Bilbo no haya matado a esa vil criatura cuando tuvo la oportunidad! –¿Lástima? Sí, fue lástima lo que detuvo la mano de Bilbo. Lástima y misericordia: no matar sin necesidad. Y ha sido bien recompensado, Frodo. Puedes estar seguro: la maldad lo rozó apenas y al fin pudo escapar por el modo en que tomó posesión del anillo, con lástima. –Lo lamento –dijo Frodo–; estoy asustado y no sien-
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to ninguna lástima por Gollum.” Eros sobre Thanatos. ¿Qué es lo que puede con la Muerte? ¿Qué puede permanecer vivo, trascender, a pesar de todo? Creía yo de M. Fernández Moreno. Poesías completas. No a todo alcanza Amor pues que no puede Romper el gajo co que Muerte toca, Más poco Muerte logra Si en corazón de Amor su miedo muere. Más poco Muerte logra, pues no puede Entrar su miedo en pecho donde Amor. Que Muerte rige a Vida. Amor a Muerte. O aún, conociendo el inevitable final, ¿Qué le queda a la persona mientras este no se hace presente? La importancia del trayecto –proceso– mientras tanto. Establecer un orden, puede ayudar a sobrellevar la angustia existencias, al menos se morirá, después de haber vivido. Y qué es para el poeta, haber vivido. Probablemente, haberse concentrado en el camino. Instrucciones para dar cuerda a un reloj – Cortázar – Historias de Cronopios y de Famas La ascendencia – El valor de lo recibido La lealtad a los antepasados. La secuencia. El encadenamiento de las historias y las generaciones. La trascendencia – La humildad Al hijo – Borges – Obras completas – Id. El amor. Lugar de la confianza, la protección, la contención. O el vínculo confiable en cualquiera de sus formas Menos tu vientre – Miguel Hernández. Cómo enfrentar la pobreza, la injusticia, la impunidad.
El 1º Congreso de Narrativa fue organizado por la Fundación de Poetas en la ciudad de Mar de Ajó del 12 al 16 de julio de 2006.
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El valor resiliente de la risa, la alegría, el asombro. Siempre que lo sostenga la cuna limpia y sin especulaciones del amor honesto. Nanas de la cebolla – Miguel Hernández La revalorización del oficio, de la artesanía, enfrentándose a lo intelectual, o erudito como lo auténticamente importante. La recuperación de los valores afectivos como el amor y la ternura trasmitida a través de las labores, de los actos, de los cuidados, de los afanes. Peteco Carabajal – Como pájaros en el aire Para aceptar desafíos y vencer el temor “Peor que la pérdida es la falta”… De Más que humano – Sturgeon Sostenerse en un propósito a pesar de la adversidad. Historia de la silla –Silvio Rodríguez – Canción. Finalmente, quiero resaltar la importancia de integrar, sumar, enriquecer. Me gustaría trasmitir la importancia de hablar de la renovación de la esperanza y de la capacidad curativa del pertenecer. No aislarnos, procurando intercambiar nuestros momentos, nuestros saberes, nuestras dudas, nuestros hallazgos El afecto, la amistad, la confianza la capacidad creativa. Me gusta sentirme protagonista del poema. Gente – Hamlet Lima Quintana “Y uno se va de novio con la vida, desterrando una muerte solitaria, pues sabe que a la vuelta de la esquina, hay gente que es así… tan necesaria.”
1 Se dice que la pulsión se sublima, en la medida en que es derivada hacia un nuevo fin, no sexual, y apunta hacia objetivos socialmente valorados (actividad artística, investigación intelectual). Diccionario de psicoanálisis – Laplanche -Pontalis - 1991 2 Inventario – Ed. Nueva Imagen - 1963 3 Kundera, Milan – La vida está en otra parte – Seix Barral 1979 4 Carroll, Lewis (Charles Lutwidge Dodgson) – Los libros de Alicia - Traducción anotada de Eduardo Stilman – Ed. La Flor – 2º ed. - 2000
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SEGUNDO CONGRESO LATINOAMERICANO DE POESÍA.
·«POESÍA COMO TEORÍA DEL CONOCIMIENTO» La presentación de cada uno de los asistentes fue a través del paisaje del lugar y país de orígen, dada la participación de asistentes de varios países. Así, se debatió la relación entre la creación poética individual y el paisaje: Luz Samadez Paz subrayó la belleza del paisaje de Cuzco, y la relación entre las antiguas piedras y la riqueza y generosidad de la naturaleza como fuente de inspiración y de paz: Mariana Kittler presentó su trabajo de teatro y poesía para niños en la Patagonia, subrayando la belleza del territorio de Cinco Saltos; Facundo Leylaf habló de la presencia indígena y de la colaboración establecida dentro de una organización social, entre cuyos miembros los mapuches recubren cargos directivos, y leyó un poema inspirado a la dictadura y el dolor del encierro, y la pérdida de la dignidad individual. Otros hicieron una relación entre la ciudad y la vastedad de los paisajes, donde prevalece la naturaleza como fuente de armonía e inspiración; la sierra como fuente de serenidad en relación al mar, que se percibe como parámetro de angustia. Dicotomía ciudad-campo, o ciudades más pequeñas, donde prevalece la relación con la naturaleza y la presencia de las culturas indígenas. La coordinadora introdujo el tema «filosofía y poesía como forma de conocimiento», a través de una serie de citas, para la reflexión y la discusión, que aquí se mencionan brevemente: «En el mundo de los niños y de la fantasía creadora, ese mundo poético se entrecruzaba con la verdad, como si poesía y verdad, filosofía y poesía fueran la misma cosa: El mundo de los libros infantiles me atraía con su poder mágico» (Walter Benjamin) En «El realismo español como orígen de una forma de conocimiento», María Zambrano habla del realismo como de una forma de conocimiento, que es al mismo tiempo «una forma de tratar las cosas». Realismo es «ser enamorados del mundo», y su forma de adherir a las cosas, es su manera. La misma mística es realismo, ya que en la mística española se releva la presencia de «cosas» y «creaturas». La materia es objeto de tenaz adoración, mientras que, por ejemplo, en la mística alemana, hay la sociedad absoluta del hombre frente a Dios.
El realismo como materialismo –o sea como conocimiento a través de la densa materialidad de las cosas–, es razón y conocimiento poético. En su otro libro «Filosofía y Poesía», la brecha entre ambas se hace evidente, que hace que el decir poético sea simplemente partícipe de la materia creadora y donde el sujeto se retira, expresando un sueño de libertad e inocencia (María Zambrano). Se subraya además la distinción entre la visión de Zambrano y Machado, en relación a la poesía como fuente del sentir, ímpetu y guía (Zambrano), mientras que para Machado la poesía es intuición y concepto («Reflexiones sobre la Lírica»). Nos preguntamos sobre la naturaleza de la poesía: estado de gracia, capacidad transformadora del hombre, mirada de Dios, salvadora y redentora. Víctor Clementi subraya la naturaleza de la poesía como intuición, y que la máxima expresión del pensamiento –identidad entre ser y pensar– tuvo lugar en la cultura griega y en la unidad entre vida y pensamiento. Adriana Arédez, en tanto, define la poesía como lenguaje sublime, un estado de gracia. Sin embargo, como señala Clementi, en los «poetas malditos» (Rimbaud, Hölderlin, Miguel Angel Bustos, etc.) la creación es más atormentada y no salva: en Clementi la poesía no linda con la mística, que recorre otros caminos. En Heidegger –sigue la coordinadora– es el lenguaje, el poetizar, el puente que acerca al hombre a la tierra. Sin embargo, la metáfora excluye toda plenitud: el habitar poético es un ponerse en juego de parte del hombre, incorporando en el decir poético la claridad y la oscuridad, el resonar y el silencio, osea lo extraño, lo desconocido, lo invisible. A su vez, para Emily Dickinson, la poesía es esa esencia invisible que interpela al mundo con el poder de la palabra. A ese poder se «entregó» Emily, a través de la eternidad de la palabra poética: «Alguien dice que cuando ha sido dicha, la palabra muere. Yo digo en cambio que justamente ese día comienza a vivir».
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En Heidegger y Dickinson, entre el «Denken» filosófico y el «Dichten» poético, el pensar y el poetizar, entre vida y poesía, se amplifica toda posible resonancia poética. Para finalizar, en la tentativa de definir la poesía, Clementi, Adriana Arédez y otras, individualizan la necesidad que la poesía sea ética, o sea exprese esa coherencia entre pensamiento y vida, que sea y se haga testimonio de una eticidad que une la poesía con la filosofía, como bien ha expresado Machado: «En la construcción y síntesis de una nueva lógica como forma de conocimiento, filosofía y poesía deberían fundirse en la conciencia. Sin embargo, que poesía es intuición y concepto y, aunque la lógica sea la estructura del poema, lo que el poema cuenta, no es la lógica, sino la vida misma».
Coordinadora: Gabriella Bianco (Cap. Fed.). Participantes (primera parte): Facundo Leylaf (Valparaíso, Chile) - Marco Antonio Acosta (Tabasco, México) - Luz Samadez Paz (Cuzco, Perú) - Víctor Clementi (Mar del Plata) - Beatriz D´ambrosio (Mar de Ajó) - Mariana Kittler (Cinco Saltos, Patagonia). Segunda parte: Adriana Arédez, Marisa Reyes, Vilma Barros, Alicia Terán, Sonia Lucero, Susana Mucci. (Pcia. de Neuquén)
Mar del Plata, 16 de septiembre de 2006.Gabriella Bianco.
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El 2º congreso de Poesía fue organizado por la Fundación de Poetas en la ciudad de Mar del Plata del 13 al 17 de septiembre de 2006.
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OZYMANDIAS EN LA MASMEDULA DE BLANCHARD (Holografía en la “Balada del cuerpo de la sombra”) Por Cristina Leonidas Mendiry La “Balada del cuerpo de la sombra” –segunda parte de Reo de Redes (Blanchard, 1986)– desanda el viaje de la “Balada de la lucha contra el bien” –primera parte del mismo libro de Blanchard. Ecos grabados en la memoria del viajero que llega desde aquella Balada evidencian experiencias ajenas de las que los poetas suelen apropiarse. Cada uno compone una imagen holográfica de sí, la cual no siempre es dable o coincidente descubrir. César Vallejo nos facilita pistas con las cuales desentrañar su propia imagen holográfica a partir de un poema que escribió en 1937: “Al cabo, al fin, por último, torno, volví y acábome y os gimo, dándoos la llave , mi sombrero, esta cartita para todos. al cabo de la llave está el metal en que aprendiéramos a desdorar el oro, y está, al fin de mi sombrero, este pobre cerebro mal peinado, y, último vaso de humo, en su papel dramático, yace este sueño práctico del alma.” Entonces, la llave, el sombrero y la cartita se pliegan y despliegan en metal, cerebro mal peinado y vaso de humo, según sean nuestras respectivas ubicaciones, movimientos. Esta holografía , a su vez, se pliega y despliega incesante e intermitentemente no sólo sobre el propio Blanchard sino sobre Girondo en la masmédula y aún en Shelley, quienes suelen también apropiarse de experiencias ajenas y desplazarse desde sí a terceros: “Con tedio y tiempo muerto cogitabundo exhumo/ tibias lívidas líbidos invertebrados ocios/ restos quizás de sueño del ensoñar trasueños/ segismundiando digo// Tras desandar la noche sin un astro custodio/ crece en alivio cierto el íntimo retorno a una sed habitable/ pero nunca olvide el turbiio angustiante bagaje/ su más desierto huésped destíñeme el llamado/ y no encuentro la llave//
Sípido hueco adulto con hipo de eco propio/ sobresuspenso acaso por invisibles térmicos hipertensos estambres/ sobre mi mucho pelo y demasiado pozo/ aletea el silencio de mi chambergo cuervo/ aunque estoy vivo/ creo.” (Girondo, En la masmédula; “Posnotaciones” III, IV y V, 1956) Muletillas que quedan del eco grabado de palabras que con mayor frecuencia reaparecen cada vez, y de ellas nacen los ejes de cambio de imagen o visión entre poetas. Palabras bisagra de la Balada CUERPO/ BRILLOS/ ORO/ JAULAS/ INOCENCIA/ PRESA/ CALVERO/ AGUJAS/ BRILLEN/ PARAMO/ PIEDRA/ PIEDRAS/ APRESA/ PADECE/ MERECERA/ JAULA/ PETREO/ El primer canto de la Balada nos brinda la llave de cuya existencia nos pone en sobreaviso Vallejo permitiéndonos entrar a un laberinto de jeroglíficos aparentes. Este Canto está en la puerta que a veces es disimulada y/o atacada. Un manifiesto que convoca conjuro al espíritu poético. Así la complementación entre Blanchard y Girondo completa la imagen de la llave que se transforma en metal que desdora el oro: “Cinco asesinos canes vienen a masticar el cuerpo desde orientes de la estrella sin colmillos”(v.3)/ “canes viables apenas dilucido tras la yertipenumbra acribillada por sus arpones rabos al rojo interrogante”(1)// ”Galgosbrillos”(v.7)/ “Intradérmicos canes posesivos de malceñidas células vigías”(2)//”Cuánta puja hasta tajear telones para esta lengua de transparente máscara”(v.8)/”canes íncubos
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menos del total despellejo”(3)/…/”¡Tener un dios sin ahogarnos en la alba araña del légamo!”(v.32)/”los ebrios lechos légamos telúricos entre fanales senos/ y sus líquenes”(4) El Único Coro –segunda parte de esta Balada– sueña salmo a lo largo de todos los siguientes cantos, superpuesto a las voces de los mismos. Un “spirituals” cantado por la fauna del calvero. En la conformación holográfica de Vallejo representa al sombrero, al “sípido hueco adulto” de Girondo: las agujas de Blanchard para reconocerse quizás naciente, secuestrado, hundido y/o cicatrizado paulatina y conjuntamente. Como el “Plexilio” de En la masmédula: “Egofluido en el plespacio sin nexo anexo al éxodo en el coespacio parialapsus de exilio en el noespacio ido”(5) “páramo argentoazulado”(v.43) En el segundo canto podemos reconocer la cartita para todos que delata Vallejo. Los “restos quizás de sueño del ensoñar trasueños” de Girondo. Los encadenados pasos de esta imagen total en su movimiento nos desplaza por arenas, sangres, piedras, estiércol, rostros, polvo, fantasmas, piel llanto, agujas, uñas, gargantas, inocencias, psiquis, calvero y una urdida pieza total de páramo en lo intuido: “Edades de piedra cuando las edades son de arena” (v.46) /”desde otra arena oscura y otro ahora en los huesos”(6)//”No surge el pie en el páramo y quedará rehén la estrella en nuestra espalda” (v.48)/”las suburbanas sangres de la ausencia de remansos omóplatos”(7)//”Cuánto llaga bajar o levantar la vista en el calvero” (v.75)/”en el ser/ en las psiquis/ en las equis/ en las exquisitísicas respuestas”(8)/.
“Conocí a un viajero de una tierra antigua/ que dijo: Dos vastas piernas de piedra sin tronco/ Se yerguen en el desierto…Cerca de ellas sobre la arena/ Semihundido, un rostro destrozado, cuyo ceño/ Y labio torcido, y mueca de desprecio/ Dicen bien que el escultor era capaz de leer esas pasiones /Que aún sobreviven en estos mármoles sin vida./ La mano que los buriló, y el corazón nutrido: / Y sobre el túmulo se leen estas palabras:/ “Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes:/¡Contemplad mi obra y humillaos!”/ Es todo lo que queda. En redor las ruinas/ De este colosal naufragio, sin límite y desnudas/ Las huérfanas y chatas arenas se extienden al infinito.”/ El Tercer canto representa el metal en que aprendiéramos a desdorar el oro. El conjuro específico alquimista puede ser tomado por el afectado como bendición o maldición. Se complementan Blanchard y Girondo en las arengas pertinentes para apurar el resultado transformador: “Del frágil vacío encadenado a la nada se done a tu encapirotado vuelo trofeos de perversa alcurnia” (v.76)/”son estertores malacordes óleos espejismos terrenos”(9)// ”No ataques inocencias…”(v.81)/ “En la eropsiquis plena de huéspedes entonces meandros de espera ausencia”(10)// “Un alba araña se deslinde también se evada en encomiendas granas”(v.83) /”que ulululululula y arpegialibaraña el ego soplo centro”(11)/ El Cuarto canto es el pobre cerebro mal peinado que Vallejo ubica al pie de su sombrero y que acecha constantemente. Girondo da minucioso enfoque a los movimientos con que describen a este cerebro debajo del sombrero “como una herrumbre que condena al libro y al diciente”:
Aparece aquí formada en la holografía una visión de Shelley sobre la Balada, que tal vez él no previó: Revista La Avispa Nº 34
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“A la presa cerca” (v.86)7”en lo vivisecante los cateos anímicos la metafisirrata en los resumiduendes del egogorgo cósmico”(12)// “A la presa apresa” (v.87) /”aunque el postedio
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tienda sus cangrejales lechos ante el eunuco olvido/ más lacios calmos mudos”(13)// “Que hay un páramo y el gigante agorero asido por colgantes de la nuca padece la inmortalidad de sus gestos” (v.102)/ “voluntarios del miasma/ con la grismía el dubio/ los bostezos leopardos la jerga lela/ en llaga/ en lo no noto nato”(14)// El Quinto canto responde en su estructura al desdoblamiento de la carta a la que Vallejo se refiere ahora como “este sueño práctico del alma” o “último vaso de humo”; mensaje, llamado, exhortación enmayusculada: “Cetrería de oro tropelía del horror” (v.113)/ “Sólo esperas que lepran la espera del notiempo”(15)// “Qué es lo que de ayer fue hoy y en qué ambidiestro abrazo si sus brazos en jarra son atroz mordaza y jaula” (v.116)/ “Sólo tumbos/ retumbos/ lentas leznas acerbas/ ambivalentes menos”(16)// “Pulsa tamboriles ahogado de la estrella y equilibra el pétreo oleaje de la llameante fuente”(v.128)/ “los idos pasos otros de la
incorpórea ubicua también otra escarbando lo incierto/ que puede ser la muerte con su demente célibe muleta”(17)// “Santo el santo que tritura su diadema” (v.139)/ “más santo hartazgo grávido de papa rica rima de tantos lorosimios implumes vaterripios”(18).// O de lo contrario volver al balbuceo, a la mudez de los silencios, a los fines de causar iluminación inocua para los fetiches diálogos hastiados de tan embadurnada senda de incomunicación. “Conocí a un viajero de una tierra antigua/ que dijo:……………………………..” “Santo el santo que tritura su diadema” Notas:
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(1) a (18) Girondo, Oliverio: “En la masmédula”, Poemas “Canes más que finales”, “La mezcla”, “Plexilio”, “Alta noche”, “Nochetótem”, “Al gravitar rotando”, “Isalas sólo de sangre”, “Hay que buscarlo”, “Hasta morirla”, “Maspleonasmo”, “Soplosorbos”.
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Plástica
UNA VISION DE LOS SIGLOS XVII Y XVIII Apreciar la obra de un artista significa también adentrarse en su universo, conocer su ideología, sus necesidades individuales, el entorno que dio origen a sus creaciones y adentrarse en la época que le tocó vivir. La política imperante que tuvo que vencer para sostener su libertad de expresión, su adecuación al medio o no. Su necesidad de progreso, de participar en la evolución de un mundo cambiante. Es importante el juicio a que se vieron sometidos al mostrar su obra con valentía. Juicio no
siempre favorable, a veces injusto porque la mente juzgadora no siempre creció a la par del genio del artista, quién se anticipó a los hechos y verdades, siendo incomprendido en su capacidad de descubrir la realidad, anticiparse al futuro y sumado a eso su necesidad de amparar sus propias ideas y creencias. Revista La Avispa Nº 34
El SIGLO XVII “Es la era de las grandes síntesis, de las soluciones a los problemas planteados a veces desde hacía un siglo: por ejemplo con Rubens, la primera síntesis completa, orgánica y creadora del espíritu flamenco y de la manera italiana, en lo que habían fracasado los “cromatistas” en el siglo XVI…Es la época en que se ve nacer al mismo tiempo el cuadro de caballete, en el más humilde sentido portátil del mismo y la gran decoración que alcanza con el techo del palacio Barberini, dimensiones que ningún pintor, ni siquiera Tiépolo alcanzaría jamás él solo. Es también el siglo de la naturaleza muerta con CARAVAGGIO y con BAUGIN,
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conquista su autonomía y se adentra por el camino que a través de CHARDIN, llegará hasta MANET y CEZANNE… En el taller de CARRACI, se asiste a la iniciación de un entretenimiento destinado a cierto porvenir: el retrato cargado, que más tarde se llamará caricatura…” Jean François Revel. Historia Gral. De la Pintura.
¨Para conocer alguno de los artistas que representan este período es menester la semblanza que hicieron algunos de los estudiosos de sus obras. Narciso CARAVAGGIO – ( Roma 1573–16l0 ) “Vive en Roma un tal Miguel Ángel Caravaggio que hace cosas maravillosas…Su máxima es que si lo que ha pintado y representado no está tomado de la verdad sólo sería una puerilidad y una bagatela…Para él no hay nada bueno ni mejor que seguir la naturaleza” Carel Van Mander. Le Livre de la Peinture 1604. Pieter Paulus RUBENS (Siegen 1577–1640) Su vida hecha de trabajo incesante y alegre. Su pin-
cel hábil encerraba un genio maravilloso. “Fue sin duda el único hérooe humano que unió los esplendores de la vida exterior a las espléndidas de la vida exterior y a las espléndidas imágenes que hacía de ella. La complicidad de una época en la cual la aristocracia recibía, al cabo de doscientos años una educación artística y que seducía su gusto por el fasto, mantuvo hasta el fin su salud moral y su sensualismo en un equilibrio excepcional”. Elie Faure – Histoire de L’Art –1964. Antón VAN DYCK (Amberes.Bélgica 1599–1619) “Hay siempre más sentimentalismo y , a veces, más sentimiento vrdadero en el delicado Van Dyck que en el gran Rubens…Van Dyck adelgaza los cuerpos que Rubens hacía robustos, pone menos mús-
culo, menos relieves, menos huesos y ambién menos sangre. Es menos turbulento, y en ningun momento brutal …corrige mucho de las asperezas de su maestro… Es más profundo que su maestro, porque, Rubens se formó solo y la soberanía de la posición sustituye muchas cosas y dispensa de muchas más”. Eugenio Fromentin. Los maestros de antaño. Trad. De S.U. Arbó. El siglo XVII es el más rico en la historia de la pintura occidental, desde la diversidad y la origina-
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lidad de las escuelas. Es el único que ofrece en las cinco escuelas, italiana, española, francesa, flamenca y la holandesa, igualdad de producción a la altura de las figuras máximas. Rubens que aprehende todas las sutilezas de la “gran manera italiana”. Velásquez, nutrido de Tiziano y de Rafael. Rembrandt, cuyo arte sería inexplicable sin Caravaggio (de quien realmente jamás vio un cuadro). “Lo que los españoles y holandeses comprendieron es que no hay que encerrarse nunca en lo que es el oficio, sino que es preciso abrirse a todas las corrientes de dentro y de afuera, porque la maestría es el único medio de liberar la inspiración…Muchas de las discusiones actuales en torno a escuelas de París, Nueva York, Milán…serían evitadas si los artistas hubieran comprendido que el miedo a las influencias paraliza la creación”. Jen François Revel (Int. Siglo XVII - Historia Gral. de la Pintura.) Menciono algunos de los artistas de este período: Francisco ce Zurbarán (español 1598–1663), Rembrandt (holandés 1606–1669), Jan Vermeer de Delft (holandés 1632–1675), Doménico Theotocopoulus – Greco (nacido en Creta, escuela española 1541–1614), Diego Rodríguel de Silva y Velázquez (español 1599–1660), Bartolomé Esteban Murillo (español 1617–1682). VELAZQUEZ Taine escribe “ Al lado de las pinturas de Velásquez todas las demás, las más sinceras, las más espléndidas, parecen muertas o académicas” Y este sentido de la palpitación misma de la vida vincula al gran pintor español directamente con el arte impresionista al que abrió camino” Maurice Serullaz – Revista La Avispa Nº 34
Jardín des Arts No. 75 París 106l). EL GRECO “El Greco alarga los cuerpos divinos, los ve como llamas que las tinieblas parecen agrandar. Envuelve todas sus visiones con una claridad estelar…Dejó que otros interpretaran los martirios horribles, las violentas gesticulaciones, todas esas impresiones extrañas o crueles que gustan a un pueblo de costumbres duras; pero conserva lo que vio de arrogancia o fuego en el fondo de esos excesos”. Maurice Barrés –Greco en el secret de Tolede 1953. Al siglo XVIII se le llama el siglo francés, lo limitan la hegemonía de Luis XIV y el imperialismo de Napoleón. Francia a la cabeza del arte de Europa.
Fue Tiépolo quién dominó el sector de la pintura de decoración y complemento orgánico de la arquitectura barroca de palacios y santuarios, cuando el fresco cayó en desuso, en Francia, tras la muerte de Luis XIV. “Un ejemplo de la complejidad del siglo XVIII lo da el cambio total de dirección en los conceptos estéticos operado en la segunda mitad que puso fin
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al reinado del barroco casi bicentenario ya e instauró la era del neoclasicismo que se desenvolvió bajo el signo de la imitación de la antigüedad…” “…Por primera vez se admite al artista en el salón y en la mesa principesca, junto con el crítico que regenta, con el literato que explica, con el sabio que vulgariza y con el filósofo que destruye. Son el pintor y el escultor quienes más pierden con estos roces pues no se hallan a gusto entre el análisis racionalista y la abstracción sentimental; y se olvidan poco a poco de la vida de las masas profundas y de los tonos bañados en lluvia y en la luz, para seguir unas direcciones morales en las que muy pronto se extravían. Sólo sale ganando el gacetillero de la plástica…” Antoine WATTEAU (francés 1684–1721)
“Quiéralo o no WATTEAU, su comedia sentimental es, en la eternidad de la naturaleza, la imagen de la existencia humana vista por un ser ardiente a través de su amargo destino…Alma temblorosa, alma en adoración, los rosas apagados y los azules pálidos tiemblan como su pobre alma…Y entre los dos parpadeos que señalan el despertar de la conciencia y el descanso prematuro, expresa las felices apariencias y las desgarradoras realidades de la aventura a que está condenado” Elie Faure Historie de L’Art moderne I.
Ernesta Campos (Mar del Plata)
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Cine y TV
Cine y política a fines del 2006 El viento que acaricia el cine Dos europeos opuestos por el vértice, Roberto Benigni y Ken Loach, mostraron dos versiones inconciliables del compromiso político. Una cacería histórica para incurrir con los puños apretados.
El tigre hervíboro de Benigni. Después del fracaso oceánico de Pinocchio (2002) ese bufo gesticulante y melancólico llamado Roberto Benigni perpetró El tigre y la nieve, engendro inverosímil que nos retrotrae a leer de nuevo, esta vez sin miramientos, la película que le granjeó fama universal hace casi una década, La vita é bella. Observar con humor la historia para exorcizar sus fantasmas es bastante distinto a tomarle el pelo o hacerle visita de cortesía: dicho de otro modo, una cosa es rescatar la esperanza a través de una actitud zumbona aún en las circunstancias más crueles, y otra cagarse de la risa de la situación donde no cabe sino el llanto o la denuncia. Hay temas en los cuales el chistecito se vuelve frivolidad, la distancia irónica en desentendimiento. Esta vez Benigni ni siquiera deja lugar para polemizar. La vida es bella condenaba, aunque fuera al pasar, a los autores materiales del Holocausto. El tigre apenas se ceba contra Saddam Hussein, roza como una caricia –no como una cachetada– el despropósito criminal de la guerra cruzada contra Irak y pone a los soldados yanquis en función de decorado. Robertino no extraña la paz que se propone defender, la paz tan amenazada a tres mil kilómetros de su heladera: extraña el Oscar. Es cierto que su mirada no pretende ser realista sino fabuladora, de ensueño, pero eligió mal el camino cuando está hablando de un horror que hoy ni los invasores aprueban. Al director claramente sólo le importa él mismo. No se trata de un poeta perdido en un submundo que niega la poesía, oportunidad que desperdicia hasta el colmo. Simplemente el buenazo de Attilio, el personaje omnipresente que encarna, se interna en el corazón devastado de Bagdad porque se entera de que su mujer idealizada, Vittoria, fue herida durante su labor como corresponsal de guerra –si esa mina labura de perioRevista La Avispa Nº 34
dista en trinchera yo soy Arafat– y el resto transcribe su torpe y voluntariosa peripecia por resucitarla, en coma profundo luego de una explosión asesina. Convencido de su inconfundible personalidad, esta mezcla itálica de Robin Williams con Jim Carrey pasando por el cómico nativo Totó, se inventa escenas todo el tiempo para desplegar su histrionismo, quepa o no en el contexto. Imagina un casamiento en paños menores y se rodea de los rostros digitalizados de Borges, Montale y Yourcenar, descuelgue tan mayúsculo como el libreto; da una clase de poesía a un auditorio universitario que calca de La sociedad de los poetas muertos, se levanta a una profe de inglés que difícilmente habría reparado en él salvo porque es Benigni, y abusa del recurso muy propio de la casualidad imposible, tanto como del gag clownesco y el tropezón exagerado de histeria. En vez de inmiscuirse en los hechos, éstos lo rodean y adornan igual que una arena de circo. Nadie puede querer divertir con la muerte y salir tranquilamente vivo. Un fotograma lo define: la ciudad de las Mil y Una Noches hecha pedazos mientras mira una noche estrellada que cruzan bombas de fósforo parecidas a un festival de fuegos artificiales. Al espectador, Benigni le escamotea retorcida-mente la verdad. Llega a Bagdad en un colectivo destartalado tras el impacto de algún coche bomba y se trepa a un camello que encuentra solo junto a una tapera y en ningún caso se ve un solo muerto. ¿Se habrá hecho asesorar por la oficialista cadena Fox? Encima, insiste en poner de coestrella a su esposa Nicoletta Braschi, la más insípida de las actrices italianas, a la cual el rol de Beatrice de este infierno rengo le va grande de sisa. Y tira a la basura al único actor, el todo terreno Jean Renó, que muy bien encarna a un poeta iraquí exiliado y lleno de angustia, a quien suicida de un plumazo sin pre-
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vio aviso ni temblor emocional alguno de su parte como amigo. Va fangulo, caro Roberto. ¿Cuál será tu próximo compromiso? ¿La Juventus contra los hooligans? La tierra y la libertad de Irlanda. El británico Ken Loach es una mosca blanca, o un dinosairio, según se vea, en un cine mundial tan olvidadizo de la política como il pagliaccio Benigni. Asiduo huésped del Festival de Cannes, esta vez The wind that shakes the barley (El viento que agita la cebada, sería su título literal) le valió al fin la Palma de Oro, coronamiento merecido de una coherencia estilística y moral inclaudicable y de paso firma al pie para el british social realism al que supo adscribirse. Después de traslucir las penurias de la clase obrera desempleada bajo el thatcherismo durante los 80 y 90 (Riff Raff: 1990; Como caídos del cielo: 1993; Mi nombre es Joe: 1998), y el no lugar de una refugiada nicaragüense y su dificil amor de pareja en La canción de Carla (1995), Loach retoma un tema espinoso desde la izquierda misma, los conflictos entre pares ideológicos, que en Tierra y libertad (95) divisaba entre comunistas y anarquistas –que colapsaron la unidad del bando republicano en la Guerra Civil Española– y ahora se retrotrae a 1920, a la hambreada e invadida Irlanda, cuya división interna simboliza en dos hermanos de sangre. Así, Damien (Cillian Murphy), un flamante médico que resigna una rutilante carrera en pos de la resistencia de su pueblo, termina enfrentándose a su hermano Teddy (Pádraic Delaney), cuando el leonino acuerdo que firma Michael Collins, apóstol de la lucha antiinglesa, parte en dos a la isla dibujando un sometimiento protector de los intereses de la burguesía. Loach y su habitual guionista, Paul Laverty, ocupan un cuarto de película en mostrar al enemigo: el asesinato de un granjero adolescente (que no se ve), la tortura de un mili-
tante (la pinza arrancauñas) y la soberbia del terrateniente protestante. Pero el resto consiste en cómo se intimiza la violencia en nuestro costado, cómo donde reina la injusticia se acaba siendo injusto, la contradicción, o contra-adicción ideopática característica del siglo veinte problemático y febril. A Damien y Teddy los une lo mismo que ha de separarlos, como qué principio poner delante, si los lazos afectivos o el amor por la causa; cuándo termina el coraje y empieza la crueldad, y sobretodo dónde; y finalmente, cuál modelo de país queremos, si lo tenemos o es solamente otro fantasma digitado. ”Estudié medicina y ahora le pego un tiro en la cabeza a este hombre. Espero que Irlanda lo valga”, sufre Damien al cruzar la última frontera. Teddy, mientras, se pondrá el uniforme verde de la represión y será tarde para ambos. Igual que otros filmes suyos, Loach deja en las figuras femeninas el saldo de cordura y los dolores más irrestañables. Todos son víctimas, pero ellas ponen los muertos. El viejo Ken insiste sin marearse ni salir de su rumbo. El diálogo entre la Patria Socialista y el “statu quo entretanto”, semejante a la discusión entre propiedad común e individual que veíamos en Tierra y... tiene dramatismo de teatro y naturalidad de pieza documental. Frío y narrativo, maniqueo sólo al plantear el contexto para después concentrarse en el dilema ético sin salida de sus criaturas, enseña que el cine social está lejos de agonizar. Ese chauvinista matón de Oliver Stone, tan caido del cielo progre como sus Torres Gemelas, debiera hacer un cursito en su aula de cine. Diría Cortázar: mucho compromiso pero ninguno se casa. Loach es (casi) el only one.
Gabriel Cabrejas (Mar del Plata)
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Teatro
VIVIANA RUIZ ACTRIZ, DIRECTORA Y DRAMATURGA
Asoc. de Promoción y Fomento del Arte y la Cultura Asoc. Civil Sin Fines de Lucro Mat. 17.804 Hablar de Viviana Ruiz es hablar de El Séptimo Fuego que surge como un puente entre la afirmación de las propias necesidades personales y la necesidad de «contaminar» con ellas la realidad que la rodea. Obstinada en resistir, alejada de los teatros reconocidos por el mundo de la cultura, en la búsqueda de una nueva originalidad, abierta a novedades que acontecen en el arte y en la sociedad. A partir de allí es inminente la necesidad de crear un espacio independiente, no sólo donde realizar las actividades del grupo, sino también un espacio de discusión, de ideas, un ámbito creativo que nuclee todas las artes y fundamentalmente un espacio de reflexión. Es entonces cuando nace el Centro Cultural “El Séptimo Fuego” el 11 de julio de 1997. Actualmente, el grupo lo conforman: Viviana Ruiz; Marcelo Romer; Federico Moyano; Marcos Moyano; Martín Cittadino; Gustavo Priede. Cómo en casos anteriores hablar del currículum de Viviana Ruiz es tratar de calar muy hondo. Son innumerables sus acciones a favor del teatro sin contar la cantidad de reconocimientos que a recibido a través de su larga carrera. Dueña de un cuerpo menudo, es envidiable verla realizar tareas diversas con gran dedicación plena de un carácter ejecutivo dirige distintas actividades dentro del complejo que ella dirige. Se pueden contar más de veinte puestas teatrales propias y de diferentes autores. Algunas de ellas: “Agonia” “La Balsa” “Blanca Mariposa Negra” “El Refugio” “Los siete contra Tebas” y por nombrar alguna de las últimas “El CardeRevista La Avispa Nº 34
nal” de Eduardo Pavlovsky con la que ganó una vez más el Premio Estrella de Mar al mejor espectáculo marplatense y mejor dirección. En el 2002 funda I.A.T (Instituto de Arte Teatral) Desde el mismo año hasta la fecha organiza las jornadas NO – STOP 24 hs. corridas de cultura que comenzó siendo un encuentro de teatro y llega en el 2006 a ser un encuentro interdisciplinario de arte. En sus instalaciones se encuentra la sede de A.T.T.R.A. (Asociación de Trabajadores Teatristas de la Región Atlántica) En el año 2003 a solicitud del Dr. E. Sisti, Psiquíatra del Hospital de día del H.I.G.A realiza el Taller de Teatro para Pacientes Psiquiátricos, “SOBREVIVIENTES” así bautizado realiza en el 2004 el estreno de dos muestras a cargo del grupo “MARIA ESPEJO” y “ENCADENADOS” bajo su dirección. Dicta desde el 2004 un Taller Integrador para Personas con Capacidades Diferentes pertenecientes al Pequeño Cotolengo Don Orione, que se desarrollan hasta la actualidad sin apoyo económico de ninguna entidad oficial ni privada. Sería muy largo enumerar su lucha por los derechos civiles como parte de su formación artística y humana, su labor en los barrios periféricos de la ciudad, la cesión de su espacio para la realización del Ciclo Teatro X la Identidad, junto a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo durante todos estos años, sus luchas junto a H.I.J.O.S. sus reclamos por la libertad y la justicia junto a los más necesitados y tantos hechos más que esta artista realiza a
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diario junto a sus colaboradores. Siento personalmente que es un honor para mí, haber podido hacer esta nota a una luchadora del arte teatral a quién la vida no le pasa desapercibida. Aquí su respuesta: 1) ¿Cómo llega usted al teatro? A los dieciocho años estudie con Alejandra Boero en lo que era la carpa teatro municipal donde hoy funciona el Centro Cultural Juan Martín de Pueyrredón. 2) ¿Puede en forma breve contar algunos de los logros en este ámbito? Considero el mayor logro llevar 10 años DE ACTIVIDAD ININTERRUMPIDA sosteniendo un espacio independiente abierto a la comunidad. 3) ¿Recuerda el primer guión que leyó? El primer guión lo leí e interpreté a los 14 años y era “Cece” de Luigi Pirandello. 4) ¿Qué obra suya o de otro director le gustaría reponer? Una obra mía “Blanca Mariposa Negra” basada en textos históricos. 5) ¿Existen personas del medio y público que considera que el teatro actual es en su mayoría falto de sentido ¿Qué me puede decir? En mi concepción hacer teatro significa darle sentido a lo que hago y a lo que digo. Cada vez que monto un espectáculo, lo más importante es saber qué le estoy queriendo decir al espectador. No podría hacer teatro carente de sentido 6) Existe la comunión Teatro–Política ¿Al público le interesa esa propuesta? Todo el teatro es político (aun el teatro que se precia de entretenimiento y vacío de contenido es político) no me pregunto que le interesa al público, me pregunto qué necesito comunicarle yo a mi espectador. 7) ¿Cómo inserta en lo cotidiano su labor teatral? Mi labor teatral es lo cotidiano. 8) En el Teatro Argentino existen dos corrientes principales; el costumbrismo relacionado con el Teatro del Pueblo y uno más relacionado con el absurdo (Gambaro, Pavlovsky, etc.). ¿Se identifica con alguna de las dos líneas? Si, me identifico profundamente con el teatro de Pavlovsky.
9) ¿Cree en la inspiración de la que tantos hablan algunos o en el trabajo de la elaboración absolutamente racional? Creo en el trabajo, en la disciplina y en la inspiración. En ese orden. 10) ¿Se piensa en la obra o en el espectador o viceversa? ¿Por qué? Durante el proceso creativo pienso en lo que quiero comunicar, luego inevitablemente aparece la necesidad de pensar en el espectador. 11) ¿Qué ha hecho el teatro para crecer como espectáculo? La antropología teatral. 12) Cuénteme algo de su último trabajo. Acabo de estrenar “Maximiliano, diez años después” de Renzo Casali. Un trabajo que lleva un año y medio de proceso creativo. Trata de amor, revolución y locura. 13) ¿Se siente acompañada o el medio teatral es solitario y competitivo? El teatro es una actividad colectiva. Todo lo vinculado a mi trabajo es colectivo. 14) ¿Cree usted que la labor de la mujer es sustancialmente diferente de la del hombre en esta profesión? No creo en las diferencias de género. 15) Diversas crisis en nuestro país han elevado la calidad de nuestra dramaturgia. ¿Qué piensa usted de eso? La creatividad se desarrolla en la emergencia, los momentos de crisis provocan estallidos creativos. Esto fue así históricamente en todas partes del mundo. 16) ¿Qué piensa usted que aporta el taller teatral a un artista? Creo que el actor debe estudiar e investigar permanentemente, y el taller lo que le proporciona es una rutina de entrenamiento y la posibilidad de investigación. 17) En lo personal ha sido merecedora de diferentes distinciones en el ámbito local y nacional ¿Puede explicar cuál fue la que le dio la mayor alegría? Todos los reconocimientos provocan alegría. Para mí el mejor reconocimiento es la permanencia, y eso lo logramos gracias al público. 18) Como actriz y directora ha bebido diferentes estilos y escuelas ¿Le sería posible explicar qué
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género logró influenciar en su manera de expresar? Me he dejado influenciar por varios maestros, como lo fue Renzo Casali, Julia Varley, Cesar Brie, con quienes tuve la suerte de encontrarme. 19) ¿Cuál podría ser el tema que la preocupa y se manifiesta en su obra? Creo que todos tenemos nuestro Mito de Referencia, y en mi caso la muerte esta presente en cada una de mis obras 20) ¿Qué puede aconsejar a aquellos que recién comienzan en esta actividad ? Renuncia y Disciplina 21) ¿Cómo reaccionarías ante un elenco estable municipal de teatro y cual sería tu idea sobre la creación del mismo dado la gran cantidad de artistas locales? Estoy en contra de la municipalización del artista. Los artistas convertidos en empleados públicos pierden talento y creatividad. Creo que el estado, debería apoyar al teatro desde otro lugar: otorgando premios a la calidad, para producción. 22) Existen diferentes escuelas teatrales ¿con que línea creativa trabaja desde su lugar de coordinador de varias de ellos? Nuestra línea de trabajo, respecto a lo pedagógico, se basa en transmitir la experiencia de nuestro grupo. Ponemos un fuerte acento en lo grupal. Nos interesa la creación de grupos de autogestión. Nuestros alumnos, cuando egresan, están conformados como grupos. 23) ¿Cómo financian la puesta de una obra? Vestuario, escenografía, sala, etc.? Contamos con un pequeño apoyo del INT. Generalmente las puestas se solventan con recursos propios que luego el INT devuelve tarde, mal y en cuo-
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tas. De todos modos, sabemos que el espectáculo se va a hacer igual, más allá que obtenga un subsidio. Estamos convencidos, entonces, cuando el objetivo está claro, los “cómo” aparecen solos. 24) ¿Qué nos puede decir como reflexión final? El deseo, se pone en evidencia, cuando se transforma en acción. Es con la acción de cada día, con la que se construyen los sueños. DIEZ PREGUNTAS SIMPLES 1.¿Una obra? OTRA VEZ MARCELO de Cesar Brie 2.¿Un autor? ESQUILO 3.¿Un docente? RENZO CASALI 4.¿Un escritor/ ra marplatense? MARCELO MARAN 5.¿Un actor o actriz marplatense? EMMA BURGOS 6.¿Un libro? PEDAGOGÍA DEL OPRIMIDO de Freire 7.¿Un amigo/a? POCOS 8.¿Un color? NEGRO 9.¿Una fecha? 24 DE MARZO DEL 76 10.¿Un sueño SEGUIR TENIENDO SUEÑOS.
Alejandro Gómez (Mar del Plata) halegomez2003@yahoo.com.ar
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Encuentros y congresos
MAR DEL PLATA ESTUVO PRESENTE EN EL SEGUNDO ENCUENTRO DE POETAS DEL MUNDO El Segundo Encuentro de Poetas del Mundo “Octubre: tras las huellas del Poeta” se realizó en Chile entre el 12 y el 17 de octubre. Al mismo concurrieron representando a la ciudad Marcela Predieri y Luis Escobar quienes junto a otros siete poetas –de Ciudad de Buenos Aires, Pehuajó y Entre Ríos– conformaron la delegación Argentina. Durante la primera jornada se visitó la Chascona, una de las tres casas de Pablo Neruda, para realizar allí la inauguración de este magno acontecimiento. Al día siguiente la delegación se trasladó a Isla Negra, para la visita de la segunda casa de Neruda, a 120 kilómetros de Santiago; luego a Cartagena, la ciudad donde hoy descansa el gran Vicente Huidobro; y por último a Melipilla, la pequeña ciudad donde nació y vivió Luis Arias Manzo, Secretario General del Movimiento Poetas del Mundo. El tercer día fue el turno de Valparaíso, con visita a La Sebastiana, la tercera casa de Neruda, con una espléndida vista hacia los cerros y del puerto, donde se realizó el infaltable recital de los poetas. Un apretado programa fue preparado tanto por el Cónsul de Viña del Mar, José Miguel Torres y la Cónsul de Rancagua, Irem Toal quien coordinó el homenaje al poeta chileno Oscar Castro, autor del célebre poema hecho canción: “Para que no me olvides”. Ya en Santiago de Chile, debían presentarse ponencias en el Instituto Nacional –colegio emblemático que ha dado a Chile 19 presidentes de la república– pero el colegio lideraba las movilizaciones estudiantiles, 12 liceos permanecían tomados por sus alumnos que exigen un cambio radical a la educación chilena ya que la educación en Chile no es gratis; pero aún así, los jóvenes estudiantes prepararon mesas, sonido y sillas en la calle, y el acto poético-académico se realizó en la vía pública. Cabe destacar en este acto, la participación del poeta cubano Pepe Sanchez quien disertó sobre la Educación en su país, lo que causó impacto en la opinión pública, y que cada una de las delegaciones se hizo solidaria con los reclamos estudiantiles y re-
pudió el uso de la violencia en los desalojos de los liceos por parte de las autoridades. Por la tarde se hizo la visita a la Moneda [El Palacio Presidencial] y el lugar donde murió el Presidente Salvador Allende después de largas horas de combate aquel martes 11 de septiembre de 1973. Allí los poetas también rindieron rindieron un sincero homenaje a la memoria del Presidente El último día del encuentro, los cuarenta poetas de distintos países (Egipto, Tunicia, España, México, Puerto Rico, República Dominicana, Bolivia, Perú, El Salvador, Brasil, Colombia, Chile y Argentina) hicieron las presentaciones de los libros, y el acto de clausura en la sala principal de la Biblioteca Nacional –institución que recibió con agrado la donación de volúmenes de autores marplatenses. Poetas del Mundo: (http://www.poetasdelmundo.com) es un movimiento de poetas unidos entorno a valores expresados en el “Manifiesto Universal de Poetas del Mundo”, entidad que ya cuenta con más de 1.550 miembros de los 5 continentes. En su Manifiesto enuncia que “ser poeta no significa sólo escribir bella poesía, sino que vivirla, y vivirla no significa sólo sentirla, sino que practicarla,” de manera que frente al afán de dominio emprende el camino de la protesta y de la construcción -que conduce a la liberación definitiva del hombre-; pone el arte de la poesía al servicio de la humanidad; se declara en contra del uso abusivo de los recursos naturales y humanos; asume la defensa de la vida, del amor, de la diversidad, de la pluralidad y de la libertad; levanta su voz convencida de que la palabra es la mejor arma, y cree firmemente que los poetas están llamados a ser creativos para con imaginación encontrar respuestas. Los Poetas del Mundo se declaran pacifistas pero para ser Poeta del Mundo habrá siempre que luchar en defensa de la JUSTICIA, la IGUALDAD, la LIBERTAD y el DERECHO de los pueblos a existir y vivir en paz.
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SELECCIÓN DE POEMAS
DEL DELIRIO Y LA UTOPÍA A mí, por el solo lirismo, una sonrisa de mujer me desarma, me quita la camisa de fuerza del corazón como espigas dobladas por el fervor; sobre todo, cuando más acá de sus labios la noche hambrienta es una espada desnuda y los malcriados párpados de sus ojos cierran las señales de alarma y abren una indiscreta invitación a la complicidad. A mí, sin la bruma del romántico, la mirada de una mujer me descubre el rompecabezas del delirio y la utopía; pone satélites espías a girar sobre mi cama y avienta una alegría disfuncional, de cantos y cuchillos lanzados al borde del tiempo y los augurios, como soledad de agencia, como miedos a crédito y manos en un búcaro florecidas por el intento, como la última forma de seducir a la vida. A mí, con su luz de oficio, unas manos de mujer me levantan, me iluminan de raíces las vidrieras del alma; puedo decir que lamen la aventura de mi cuerpo y ponen un salterio a respirar con las dudas, un quitabrumas donde la voz ya no abriga, y entonces hay que comulgar con ese fuego coral y su antigua danza sobre la piel, sostenerse, a duras penas y glorias, en los andamios febriles de su aliento. A mí, contra todo pronóstico, el olor a naufragio de una mujer me levanta y me descubre a la vez, lírico y romántico, casi por oficio, como un condenado a la espuma tenaz sobre su tabla de hundimiento; y me arma, en la orilla opuesta del corazón, con el vino de una pasión siempre nueva, el rompecabezas del delirio y la utopía.
PEPE SANCHEZ (CUBA) Revista La Avispa Nº 34
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TAHONA Mi cuerpo, pan ácimo Es carne apretada de sueños espuma de harina negra levadura dolorosa. Busqué el amor en el sutil concierto de la aurora en el rayo de la luna en la verde sangre de las olas. Quise hallar descanso a la sombra del sauce abrazada a la imagen de cristal que talló el sueño, vuelo de gaviotas en la luz opaca del silencio.
LAURA HERNÁNDEZ MUÑOZ (MÉXICO)
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ENIGMA Hoy, viernes de inventarios, de luto enaltecido.
NADIE ME VERÁ DE ESPALDAS
–Doliente Ginebra de preguntas–
Huérfana de cautela o ceremonias voy hacia el génesis
Distantes, Incallacta y los Sertones. Lejanos, Popol Vuh y la Araucana.
No hay razón para maniatar al grito atrincherar la verdad tras una mueca ser escrupuloso títere del hambre o un selecto imbécil del silencio
–¡Ay!, Borges de las dudas: Encontré en las nieves del destierro la estirpe de tu voz tañendo su postrer laúd al bucanero.
Por eso me revelo trasmuto con terquedad de hormiga todo antiguo anonimato La mano del juego comanda los destinos y me invita a no irme al mazo
Descalza roca gris, ¡Las grutas de Calvino!
Hay cuatro barajas sin jugar una es la muerte
Bienestar insaciable que abjura las nostalgias.
MARCELA PREDIERI (Mar del Plata)
(Sutiles laberintos de báculo y soberbia). Los Alpes que ignoraron el vibrar de un galope, no son vientos que nutran a un Martín Fierro sencillo. –¡Ay!. Maestro de la espera. Sacerdote supremo del ritual de la búsqueda. Hoy poso mi homenaje al pie de tus pirámides, e invento un árbol noble para algún peregrino.
El supremo sendero de algún americano que no porte raíces al sacro Macchu Picchu, –quien sabe entre lo ajeno– podría transmigrarse ¡en un altar sin dioses!
EDMUNDO TORREJÓN JURADO (BOLIVIA) (Ginebra, primavera de 1998) Página 47 47
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IV No hay creencias sobre el pellejo Desvanecen los dedos en mi garganta Balbuceo Un hombre centinela en la luz mutila a la madrugada Dispara al esqueleto La sombra queda enferma El día dura definitivamente años durante un alarido Se grita con un traje de columnas Esperamos el corte El derrumbe de la celda Una médula con articulaciones Porque una parte desligada también escucha al orgasmo ¿De quién son estas piernas inventadas? Yo no sé del crimen de estas botas por la cruz ni de los breves carromatos que se fueron azotados por la noche De esta sed del recién nacido O nacida sobre una paridora extensión No quiero irme reducido por el desgarro del viento Sé que eso no tiene nada para agregarse entre nosotros Mi lengua está tibia La celda ahora tiene nombre de grito callado
LUIS ESCOBAR (Mar del Plata)
FOTO COLECTIVA By HODA HUSSEIN Hator mi diosa creciendo en la santa Isis con las alas de Horus proteje el universo el Este brilla a tu izquierda Y el oeste a tu derecha florece el corazón y la niña AnKhy humildemente desparece en la sonrisa de las felices flores tropicales que ya no están solas en la tibia soledad del bouquet.
Translated by Laura Hernández Revista La Avispa Nº 34
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PACHAMAMA III ¿Cuánto tiempo anduve en la oscuridad Antes que tu llegaras en luces de luciérnagas? El bosque estaba oscuro desde aquel día Cuando nos acorralaron en la emboscada. ¿Cuántos siglos estuve perdido En la memoria muerta de la luz? ¡Qué negro panorama nos pintaron Con los colores de la nada y del vacío! Creían que nos enceguecían y nos mataban, Pero jamás pensaron en nuestro pacto. Nos dejaron vagar en el sombrío paisaje Y en la falla del caos y la perdición. Pero ya nada nos detiene, Cada uno de nosotros acude a la cita Y nos volvemos a juntar como antes En el abrigo de las grandes gotas de la tempestad. Sólo ustedes podrán acompañarme en mi ocaso.
LUIS ARIAS MANZO (CHILE) NO SON LAS CARACOLAS
son mascarones rotos son la celeste lágrima pendiente de su playa. No son las caracolas Es tu profunda fuente de ideas que liberan palabras-desazones de infortunados tiempos que anidaron la muerte y el canto y la denuncia. No son las caracolas las gigantes que guardas en ese altar del tiempo Son las alas del ángel que vigila tu sueño Página 49 49
(CHIAPAS - MÉXICO)
No son las caracolas Son tus huellas inquietas Tus objetos que atisban algún recuerdo puesto en rincones prohibidos. Tu mirada que cruza tiempos y soledades lunas y sortilegios amores-desamores amadas – desamadas
CLARA DEL CARMEN GUILLÉN
«Es mi corazón un ala viva” Neruda - Isla Negra, Chile
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SI… Si tan solo lograra controlar mis emociones, no suministrarle falsas ilusiones a mi corazón, mantener apaciguada mi mente para que dejara de pensar en ti… Sabría ocultar mis sentimientos, sabría disfrazar mi cuerpo para no comunicarme contigo, sabría lo valioso que es amarte en silencio y protegerme. Guardaría todo en el baúl de mi alma para liberarlo en el instante preciso; si éste llegara a existir, sellaría mi amor con un beso, un beso que entregaría todo mi ser en un profundo suspiro.
LIS CLAUDETTE CONDE ESCUDERO (MÉXICO) - lconde76@hotmail.com
PISOS EN ALQUILER Declaro haber vivido en miles: de patio interior, oscuro y de vida intensa; el del sexto sin ascensor lleno de goteras y fuertes vientos; del que nos echaron porque nos amábamos sin control ni reglas fijas; el que no escondía siquiera letrina; uno con demasiados recovecos y sin esperanza; otro compartido sólo viernes noche y ya sabes para qué, y aquella casita en Cájar de vistas a la vega. Llegué a acostumbrarme como al amante esquivo, pero las paredes desnudas dan siempre una lección de humildad, y a menudo, como amigos, a mis libros y a los posters de Grecia y Nueva York les crecían raíces y alguna fisura de poca importancia. Ahora busco casa para comprar.
BALBINA PRIOR BARBARROJA - (ESPAÑA) Revista La Avispa Nº 34
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Enlaces
ARTE EN BATAN Mujer En una noche, que quema mi alma escúchame detrás de la colina gris. Yo quiero estar así, eternamente en vos. Mi día, mi luz, las cambiaría por vos en un instante fugaz. Vacío por dentro en este mundo que es un túnel oscuro, me voy a buscar el cielo. Y al morir el amor en este llanto, mi corazón inunda mi día, soñando el sueño de la última risa. En esas horas mágicas donde puedo verte con mis ojos cerrados. Me veo en el charco que dejó la luna cuando lloró y tengo miedo de no verte más. Resucitando libertad, siento estallar tu perfume en mi cabeza como un relámpago de luz que hace la noche día cuando escucho tu voz. Salió el sol y mi corazón entendió que ya tenía donde ir antes del final. Oigo el rumor de los duendes y me dicen que algún día volverás. Un día ya sin horas o llantos. Y es el aire todo tu amor, y me dejo llevar con tu brisa. Me dirás todo, serás la estrella que corre a abrazarme. No tiembles, no recuerdes tu reloj. Déjate erizar y en toda esta inmensidad siempre estarás en mí, como una canción que nos hace despertar, que nos enseña a vivir. Nos dice que no bajemos los brazos. Por eso vamos a reírnos hasta estallar. Asómate al abismo donde los cuerdos no se atreven. Volemos juntos hasta el amanecer y lleguemos tan lejos que no sepamos quien somos. Descansemos en las puertas de la alucinación y gritemos por nuestras heridas. No podemos tocarnos, solo respiramos sin preguntas que hacer. Solo silencio para matar las horas sin sol. Reconozco que esto es el final. Las horas se multiplican en este futuro incierto. Sueños que terminan con esta enfermedad demoledora. Me miro al espejo y no se quién soy, en una noche oscura, sin ganas de morir. Entonces tomo aire y vuelvo a pensar en vos. El amor duele a veces, cuando el dragón nos acompaña en nuestro viaje. Todo va por dentro, como una gran tormenta que abre la herida que solo nosotros entendemos. Cuando el fuego devore nuestras almas y no tengamos a nadie que tocar. Solo así el humo de la soledad nos despertará y con nuestros ojos bien abiertos, desearemos volver todo atrás. Quisiera dar todo lo que hay en mi solo por la ilusión de evitar el dolor y cantar y reír. Tan extraño calendario sin final. Paisaje en blanco y negro. Vayámonos de acá mi alma, no aceptes la derrota. Robemos un poco de vida para la resurrección. Puedo ver todo el eclipse de tu mirada que quedó tan sola corazón. Los sentidos me queman, van hacia el sol, corren como gotas de sangre que escapan de la herida y velan esperando que alguien las toque.
Daniel (Pabellón 1)
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DELAPALABRA
Grupos de Estudio y Creación literaria DELAPALABRA - Grupos de Estudio y Creación literaria - funciona en Mar del Plata desde 1991 como espacio de encuentro de escritores independientes éditos o inéditos. Cuenta con 5 talleres literarios -coordinados por la escritora Marcela Predieri- y un Grupo Nodal con el que lleva adelante desde el año 2000 la revista La Avispa, la Colección Delapalabra -más de 70 libros de poetas y narradores marplatenses-, un Café Cultural y diversos proyectos como muestras interdisciplinarias, visitas a escuelas, conferencias, recitales poéticos, adaptaciones teatrales, difusión y fomento de la lectura, colaboración y asistencia a los distintos actos o presentaciones organizados por otras asociaciones culturales. Los talleres DELAPALABRA brindan un espacio para la creación artística, la reflexión, el auto conocimiento, y los elementos necesarios para quienes desean comenzar a escribir poesía, narrativa o dramaturgia; perfeccionar su estilo, explorar nuevas técnicas, adentrarse en la lectura y el análisis crítico con el fin de poder elaborar de criterio que sirva de guía para la adecuada apreciación de las obras literarias y la propia producción escrita.
Paso a paso En transición poética está mi sangre arrullada por los juncos, sostenida en transparencia imperfecta. Inútilmente me alejo resistiendo, como si se pudiera ocultar un amor silencioso, recién nacido, que puja por salir con una risa en el estómago.
Los talleres están divididos en tres niveles y están destinados a jóvenes y adultos -lectores y/o escritores- con o sin formación previa. Sus objetivos específicos son: adquirir criterios básicos para la corrección y evaluación de textos, ayudar al autor a encontrar caminos alternativos de expresión nuevos permisos- que le permitan potenciar su estilo, inducir a los participantes a enfrentarse ante un primer universo lector, a la existencia de otros públicos, otros criterios, nuevas estéticas y diferentes interpretaciones y por último servir como puente para la integración del tallerista a los medios culturales vigentes. La técnica utilizada es la de aula - taller, considerando que no se trabaja con alumnos sino con lectores / escritores independientemente de su grado de formación o madurez. La elección de la modalidad taller permite una estructura lo suficientemente fuerte como para que sirva de contención y lo suficientemente flexible para poder adecuarse a las necesidades y demandas de cada grupo. La siguiente es sólo una pequeña muestra de la producción 2006.
Tensión Superficial Este invierno le soltaron la soga y el nombre como a una bestia ciega Plantadas las costillas a la dureza del lago encuentra la chalupa su flote abatido Navega con termitas el lento sueño boreal Espera el verano con su muerte cálida una ruta blanda y última a los confines de la madera El agua también es polvo
DARDO FESTINO BEATRIZ PEZZATI Revista La Avispa Nº 34
Mar del Plata 29/09/06 Página52 52
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UNA FOTO OLVIDADA Con paso cansino buscó el lugar a la vera del lago. Vestía un gabán mustio con el cuello levantado, gorra azul que cubría su pelo, tal vez, otrora rubio, y una pipa mordida que formaba parte del rostro anguloso, gastado. El gesto hosco y la mirada alerta. Daba la impresión de ser un solitario, de esa soledad acostumbrada, sin buscar ni desear compañía. Armó parsimoniosamente su caña de pescar, como si fuera un ritual o una rutina. Por su edad y actitud esquiva, no era difícil adivinar su pasado, casi con seguridad, el haber participado en la segunda guerra mundial como uno de sus actores. En ese atardecer a orillas del Alster en la ciudad de Hamburgo, la paz circundante no existía para él; que tal vez había perdido todo, hasta su Fhûrer que no pudo cumplir promesas de mil años de felicidad. La muerte del tirano y después la derrota de su querida patria. Estigmas que cargaba sobre sus espaldas y la guerra continuaba para él. Quise inmortalizar ese rostro curtido, con pasado, y con certeza al leer ese gesto grabado a fuego, de haberlo visto todo. Busqué el ángulo apropiado. Debía acercarme con disimulo para garantizar el éxito. Si el viejo llegaba a descubrir mi cámara no habría imagen. No quería perder esta oportunidad por nada del mundo. Puse cara de nada para acostumbrarlo a mi cercanía, mientras lo miraba de reojo, demostrando interés en las pequeñas embarcaciones que navegaban en el espejo de agua. Cuando fue el momento ideal giré 180 grados y apoyando mi cintura sobre la baranda que daba al agua, eché el cuerpo hacia atrás todo lo que pude hasta casi perder el equilibrio. El viejo me miró como pensando -otro loco que se quiere suicidar- Me pareció más humano y hasta pensé que podría charlar con él, pero siguió en lo suyo sin ganas de entablar conversación y mantuvo su mirada perdida en la boyita esperando el pique. Sin dudar apunté el objetivo y apreté el disparador “Clic-clac”. En medio del silencio de ese atardecer apacible, sonó como el disparo de un fusil. El viejo dio un respingo, giró su pesado cuerpo en mi dirección y en un acto reflejo condicionado por su casi seguro pasado bélico, enarboló una de sus cañas para golpearme. Me distancié rápidamente del bambú que zumbaba muy cercano a mi cabeza, mientras me alejaba seguía disparando el obturador hasta que el ruido ya no se escuchó. Ni tuvo importancia. Hoy es mi “trofeo”; un retrato desleído por el tiempo. Algún especialista podrá opinar que es carente de valor artístico o documental, pero para mí es historia y ahora tengo la misma edad que tendría el viejo teutón cuando le robé la foto.
HÉCTOR SCAGLIONE
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Taller PALABRA CLARA PALABRA CLARA es el taller literario coordinado por la escritora Marcela Predieri que funciona en clínica Neuropsiquiátrica Santa Clara de Asís, como Proyecto de Extensión de DELAPALABRA -Grupos de Estudio y Creación Literaria- . Durante las reuniones se funden subjetividad y literatura con el fin de brindar un espacio para la creación artística y fomentar la reflexión, Apelando a esta potencialidad humana de producción de significado creativo a través del arte se parte de la premisa fundamental de que no sólo escribe el escritor, el artista, el poeta. También escribe el hombre de la calle. Ese hombre puede producir y expresar el sentido de su vida, su existencia y la del universo en la que lo rutinario y lo cotidiano se vuelca con sentido pleno en una producción que lo trasciende y lo lleva a re- encontrase consigo mismo y con el otro. De esta manera el arte junto con otros métodos de dinámica grupal constituye una herramienta más de comunicación que promueven la intervención coordinada desde el campo de la psicología y la producción literaria con sus códigos particulares. Dichas técnicas persiguen la satisfacción que
el trabajo creativo puede provocar de manera tal que dichas experiencias sean significativas y valiosas para la personalidad total. Sus objetivos son estimular y desarrollar la producción literaria. Ayudar al tallerista a encontrar caminos alternativos de expresión que le permitan potenciar su desarrollo personal y la integración al medio social. Desarrollar o fomentar las posibilidades de expresión y manifestación de vivencias a través del proceso creador mediante juegos de motivación literaria, la búsqueda y el deseo de “ser con el otro”. Profundizar el conocimiento personal. Generar un espacio en el que se privilegia el proceso más que el resultado o el producto. Inducir a los participantes a enfrentarse (situarse) ante sí mismos y ante los otros. Expresar creativamente ideas, pensamientos, emociones, sentimientos como forma de sublimar su propia realidad a través del arte. Revivenciar, recordar y trasmitir emociones constructivamente. La siguiente es una muestra de trabajos realizados en taller:
El fuego del infierno es no poder terminar lo que uno se propone. No tener paciencia. No amarse a uno mismo para comprender a los demás. GUILLERMO Soy un elefante. Ignoto y sapiente. Winwemere. Pushin. Mine a te (Mi madre. Yo soy. Te quiero. Son eufemismos de la edad por con saber. Soy caledónico y sempiterno. Minere mi (Mátame). Y ya. Estoy eternamente por signo i mi aime (que me da). Yaní (Es) Yo soy un elefanterio. El agua es pan, pupila de un grito de sed. Se meten dentro de mí y yacen. Yi ei e Yi. Windam. Manshya. (Se realiza así). I ma i man. Minye. Madre te quiero. Wintam. Mientan. Por sí. Punto. PEPE (las palabras en cursiva son fonemas en idioma castille)
Mi vida a bordo del barco. La bonanza del mar se refleja en el atardecer mientras la lancha, después de haber cumplido su labor se dirige a puerto. Allá podrán ver a sus familiares. El cardumen estaba al acecho de comida. El cardumen la encontró. Yo sigo buscando, al acecho MANUEL (EL CAPITÁN) El viento es el gemido del árbol bajo la lluvia HORTENSIA Revista La Avispa Nº 34
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Hombre de fuego al rojo vivo broderie tu alcoba De rumor tierno es tu aroma Nada te detiene Hombre de los mil cuentos tus llagas están abiertas SILVIA Elemento vital Llueve, al fondo arco iris El cielo abre sus puertas a los mortales En su exilio, las gotas en un charco -bailarinas que impregnan de frescura a la asolada tierraNuestras pupilas no se quieren vencer ante tamaño ritual Ante la lucha del grillo las puertas cierran el milagro de la vida ANDRÉS
Con el rumor que producía el océano me condujo a un camino lleno de felicidad En la pequeña travesía conocí al poeta con miel en sus labios LUIS Me duelen las palabras HEBE Miré al tren de frente Mi madre en la canilla de robinete En un mangrullo, mi perro K las habitaciones vacías El olor a potro ¡Estoy remontando la historia! MARCOS
Recuerdo de amor a la costa del cuerpo de un hombre El recuerdo de una mujer quedó grabado en una piedra a la costa del cuerpo de un hombre La ternura de su mirada floreció en un rosal de diamantes al recorrer mi cuerpo Fui testigo de sus ojos color mar en medio de la noche MAYRA
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Dar la cara
Las iglesias sucumben, Dios ha sido derrocado «Si pensáramos que dios está al pendiente de la tierra y sus habitantes, que se preocupa porque se respeten sus leyes y se haga su voluntad, debemos llegar a la conclusión de que dios ha sido derrotado por los hombres, ya que en la tierra nadie hace su voluntad, ni respeta sus leyes. Creo que el hombre ha creado un dios absurdo, es decir, un dios a su imagen y semejanza...» Thomas Mann «La religión es una obra maestra del arte de entrenar animales, porque entrena a la gente sobre cómo deben pensar.» Arthur Schopenhauer
Demostrar la existencia de Dios es tan absurdo como probar que no existe. Escapa a cualquier razonamiento lógico ya que sus devotos fundan la explicación en la fe y no en la razón. La efímera longitud de este artículo no pretende influir en el pensamiento de quien lo lee, simplemente dar a conocer otras formas de percibir la realidad que han sido sistemáticamente omitidas o destruidas. Al abordar distintas posiciones dentro del pensamiento teológico cabe anteponer la tolerancia hacia aquel que arriba a conclusiones opuestas a las nuestras. A pesar de los eficaces intentos de la iglesia católica por eliminar cualquier tipo de pensamiento contrario a su dogma, como la inquisición que ejecutó a miles de herejes en el viejo continente o la reconversión de los pueblos originarios de América latina que culminó con la quema de las bibliotecas Incaicas1, ha subsistido una serie de pensadores que se resisten a ceder ante el caluroso abrazo de la hoguera. Gonzalo Puente Ojea sugiere que adquirimos el grillete de la fe durante los estadios iniciales de nuestra vida, cuando somos más permeables a la influencia de las instituciones sociales. La misma creencia que el niño acepta como dada, encontraría una resistencia tajante en un individuo con un juicio racional desarrollado. El adoctrinamiento trabaja con la dinámica de un sistema de pertenencia. Mediante la aceptación se consolida un grupo afín donde el sujeto se siente cómodamente rodeado por otros que comparten su sentir2. La institución eclesiástica es definida por Freud3 como una masa artificial sobre la cual actúa una coerción exterior para evitar su disolución y cualquier tipo de modificación en su estructura. La aceptación de esta creencia conlleva determinadas conRevista La Avispa Nº 34
diciones, cuyo incumplimiento es castigado y reprimido socialmente. La iglesia incurre en una ilusión de permanente custodia, de un superior que todo lo sabe, el desvanecimiento de esta ilusión desembocaría en la disgregación. La explicación del fenómeno se basa en la psicología colectiva, en la limitada libertad del individuo al ser asimilado y la propagación del sentimientos que se da en los grupos. Las tribus politeístas utilizaban la religión a modo de dilucidación de los fenómenos desconocidos como la lluvia o el amanecer4. Bertrand Russell cree que la religión continúa usufructuando ese espacio, dosificándose a modo de tranquilizante. Ante una situación dada se suprime el intento de reflexionar como se desencadenó el acontecimiento, se relega la responsabilidad a Dios al creer que Él lo quiso. Así se logra el desdoblamiento de la culpa de haber tomado una decisión errónea. Este papel de gran hermano se observa en otras situaciones cuando ante la inminente pérdida de un ser querido se ruega a una instancia que supera nuestro entendimiento para que interceda. La imposibilidad de lidiar con la muerte de un ser querido sumado a la falta de herramientas emocionales se conjuga en la aceptación de cualquier instancia que permita una resolución menos dolorosa, guiados más por la comprensible desesperación que por un acto de la razón5. Entre otras, esta era la causa por la cual Nietzsche imploraba el nacimiento del Superhombre y declaraba que Dios había muerto. La defunción declarada es un simbolismo, un llamado a abandonar las iglesias. Enfatiza la necesidad de librarse de Dios para lograr una toma de conciencia radical. Algunos pensadores arriesgan que la creación del paraíso no sólo es la contrapartida del dispositivo disciplinante del infierno si no un bálsamo para aquellos
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que sufren una pérdida irreparable. Las creencias son actitudes para alcanzar sentido. La fe en un Dios significa crear a ese Dios, y como es él quien nos renueva la fe, en realidad ese Dios se está creando a si mismo. La religión cumple el deseo insatisfecho del hombre de verse liberado de lo que no comprende, de lo desconocido, del pecado, de los poderes malignos y del dolor. La fe crea su propio objeto. Para evitar este tipo de cuestionamientos el sofisma religioso se cubre de ambigüedades. La religión utiliza soportes mágicos para explicar las incongruencias que profesa. La posición que marca a los ateos como carentes de la capacidad necesaria para entender el poder ilimitado de Dios obvia dos puntos importantes. El primero lo teoriza Sebastián Faure6, asevera que nuestra mente de humano es limitada, pero pregunta: ¿Acaso, aquellos que nos llaman limitados por no creer en Dios no tienen la misma mente que nosotros? Entonces ¿cómo es posible que ellos logren comprender y nosotros no? La paradoja se completa cuando se toma conciencia de que ese mismo Dios que controla el acontecer de sus vidas de forma incomprensible fue él mismo que los creo limitados. ¿Por qué crear un individuo que no podrá comprender las acciones de quien lo concibe y sufrirá por ello? Nos es imposible articular respuesta alguna porque hemos sido creados para no comprender. Quizás el argumento de la Primera Causa sea el que más fácil se ha rebatido. La vida tal como la concebimos se desarrolla al compás de causas y consecuencias. Ante esta afirmación Dios se erige como la Primera Causa que gestó el mundo. La filosofía se permite dudar sobre esta aseveración mientras los ateístas esbozan que “Si todo debe tener una causa, entonces Dios debe tener una causa. Si puede haber algo sin causa, tanto podría ser el mundo como Dios, así que ese argumento no tiene validez”7. Entre las pruebas provistas por la física sobre la inexistencia de Dios se alza la teoría de la conservación de la energía. Explica que la materia no se crea ni se destruye, tan sólo se transforma. No puede existir materia nueva, no puede crearse materia de la nada. En la antigüedad esta postura fue expuesta por Aristóteles. La imposibilidad de crear desde la nada, simplemente se puede combinar elementos preexistentes para dar forma a uno nuevo.
Mezclar letras, organizar oraciones para formar sentido. Entonces el universo podría ser la mera conjugación aleatoria de los elementos primarios que tarde o temprano estaba condenada a existir8. Otro rasgo que no escapa a la visión ateísta es la intolerancia intrínseca que profesan algunas religiones. Todo aquel que no comparta su pensamiento es automáticamente derivado al sector de los paganos con destino final al infierno. Karl Marx comparó la religión con una droga que ofrece una falsa felicidad mientras mantiene un statu quo dentro de la sociedad y estimula a las personas a ver el cielo como una mejor forma de vida, para poder soportar mejor las penurias en la tierra, sin pensar en cambiar el orden existente en el lugar donde viven. Karl Popper nos facilita una prueba que se basa en la lógica. Nos explica “para que un enunciado tenga sentido ha de tener una forma tal que sea lógicamente posible tanto falsearlo como verificarlo”9. Carece de sentido afirmar que Dios es bueno a no ser que se pueda describir como tendría que ser el mundo para que Dios sea malo. La misma encrucijada debe recorrer el enunciado Dios existe. Otra perspectiva se basa en la perfección. Ante la pregunta ¿Puede lo perfecto producir algo imperfecto? no hay escapatoria. La posibilidad de que un ser perfecto engendre algo imperfecto parece un oxímoron. Lo perfecto es lo absoluto e incorruptible, lo imperfecto es lo relativo y fugaz. Existe una valoración tan directa entre la obra y su autor que suele utilizarse para medir su nivel intelectual. El universo es bello y no caben dudas, nuestro planeta está plagado de paisajes deslumbrantes, pero de esa aseveración a creer que es perfecto o es el mejor de los mundos posibles como consideró Leibniz existe una distancia insalvable. El último argumento de esta breve lista nos lleva al Plan Maestro. Todo en el mundo está hecho para que podamos vivir en él, el más leve cambio nos impediría habitarlo. A veces este argumento toma una forma curiosa; por ejemplo, se arguyó que los conejos tienen las colas blancas con el fin de que se pueda disparar más fácilmente contra ellos10. La parodia de Voltaire sobre el inevitable fin de la nariz a sostener los lentes ejemplifica la inversión de sentido que logra este argumento. Desde la aparición de los escritos de Darwin entendemos porqué las criaturas vivas se adaptan al medio. El medio no es
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adecuado para ellas, sino que evolucionan adecuándose al medio. El sustento de un plan maestro se diluye hasta convertirse en indicios que al forzar la realidad puede leerse en cualquier patrón de la naturaleza. La verdad escapa a nuestros sentidos. Cuál es el propósito de aquellos que intentan diseminar el ateísmo por el mundo más que convencer a los creyentes que la visión ateísta es la única vía inteligente. El dilema existencial está planteado, por un lado una reconfortante seguridad de justicia divina nos aguarda, por el otro, la certeza que nuestros actos tienen sólo un culpable. Una particularidad reúne a estos pensadores además de su arraigado ateísmo, exclaman Dejad de afirmar vosotros que Dios existe y yo cesaré de negar.
1 Báez, Fernando Historia universal de la destrucción de libros, Ed. Sudamericana, Bs. As., 2004, p 144. 2 Puente Ojeda, Gonzalo, Elogio del ateísmo. Los espejos de un ilusión, Ed. Siglo XXI, Madrid 1995. 3 Freud, Sigmund, Obras Completas. El porvenir de una ilusión, (1927), trad. Luis López - Ballesteros y De Torres, Ed. Biblioteca Nueva, Madrid 1973. 4 Tylor E. B., El animal divino, Ed. Pentalfa, Oviedo, 1996. 5 Bertrand Russell, ¿Por qué no soy cristiano?, Ed. Edhasa 6 Faure, Sebastián, 12 pruebas de la inexistencia de Dios, 7 Pronunciado en una conferencia el 6 de marzo de 1927 en el Ayuntamiento de Battersca, bajo los auspicios de la Sociedad Secular Nacional. (Sección del Sur de Londres) 8 Bertrand Russell, La pesadilla del teólogo 9 Popper, Karl R., La lógica de la investigación científica 10 Pronunciado en una conferencia el 6 de marzo de 1927 en el Ayuntamiento de Battersca, bajo los auspicios de la Sociedad Secular Nacional. (Sección del Sur de Londres)
Gentileza de la revista ESPERANDO A GODOT
Víctor Malumián - revgodot@yahoo.com.ar
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V Concurso
V CONCURSO NACIONAL REVISTA LA AVISPA 1º PREMIO (POESÍA): PATRICIA HORVATH (MAR DEL PLATA) 2º PREMIO (NARRATIVA): SILVIA RODRÍGUEZ (LA PLATA) 3º PREMIO (NARRATIVA): ANA MENÉNDEZ (BUENOS AIRES) MENCIONES (POESÍA): ENRIQUE LOMBARDO (MAR DEL PLATA) - ANTONIO GARCÍA (MAR DEL PLATA) MENCIONES (NARRATIVA): GABRIEL CABREJAS (MAR DEL PLATA) - JORGE LUIS LÓPEZ (MAR DEL PLATA) - GERMINAR SÁNCHEZ (MAR DEL PLATA) MENCIONES (CATEGORÍA JUVENIL): MAYRA CABRERA (MAR DEL PLATA) - NAYLA ARPIGIANI GANORA (BUENOS AIRES)
VIRAJE Está exhausto el silencio y en la rompiente la espera desmenuza telarañas del recuerdo. Un naufragio de mareas amortigua el vértigo y desde la distancia concibo imágenes. La sombra se eleva sobre mí. ¿Qué tiempo transcurre? ¿En que extensión me somete? El antiguo desafío se deshilacha ante este muro de espuma. ¿Me conoce minúscula? ¿Cuál es la frontera? Está exhausto el silencio. La sombra retiró su abrazo. Fue el último gesto. Luego, la caída.
PATRICIA N. HORVATH (MAR DEL PLATA) Página 59 59
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NARANJAS La Mabel revuelve la olla y yo me acerco para que el humo sabroso y calentito me entre por la nariz mientras espero el plato de polenta. Los sapos que tengo en la panza se despiertan con el olor a comida. Hacen tanto ruido que parece que pidieran lluvia. Por el alboroto que meten deben ser grandes como esos del monte donde vivía mamá con el uruguayo, allá cerca de Concordia. Siempre se acuerda de aquel rancho escondido entre los árboles a la orilla del río. Tenían que levantarlo de nuevo después de cada crecida. Será por eso que él se cansó. Un día agarró el bote y se cruzó al otro lado para siempre. Ella lo quería al uruguayo, por eso lo esperó un tiempo con mis hermanas mayores y el Marito, pero se tuvieron que comer las gallinas y ya no había quien pescara, así que se vinieron a Avellaneda a vivir en la villa con la Mabel. Acá nací yo, después la Nancy y el Pedro. Mi mamá dice que con tantos hijos es muy difícil volver, pero yo sé que le gustaría porque allá el aire trae olor a naranjas. El Marito ya cumplió los catorce y la preocupa Desde que dejó la escuela anda con malas juntas. Antes venía conmigo al comedor, pero ahora le da vergüenza, entonces me espera en la esquina con el carro y aprovecha a separar los cartones de las latas y las botellas, así en el galpón los pesan más rápido y podemos ir a comprar la leche antes de volver. Ayer usó lo que nos pagaron para comprar birra y se fue con los amigos a la fábrica abandonada. Dijo que iban a sacar fierros para vender como hicieron otras veces. Yo me fui para casa con el pan que sobró y un poco de guiso que me dio la Mabel. Al rato se escucharon las sirenas. Pasaron los bomberos, las ambulancias, la policía. La gente de acá corrió, mi mamá y yo también y hasta vino la televi-sión. Ella se agarraba el pecho y le rezaba a la santa virgen de Itatí como siempre que está asustada. Antes de llegar ya vimos que el techo de la fábrica se había derrumbado. Yo temblé porque el Marito estaba adentro con los otros pibes de la villa. Nos pudimos acercar justo para ver cuando lo cargaban en una ambulancia, vivo, pero machucado. Ahora está en el Hospital, enyesado en una cama. Se va a quedar unos días. Yo no se por qué mi mamá está tan triste si ahí le dan de comer caliente y hasta lo bañan. Pero hoy va a estar contenta. Limpié los cajones que sacó el verdulero y le junté una bolsa de naranjas como las de allá, cerca de Concordia.
SILVIA RODRÍGUEZ (LA PLATA)
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LA CITA La última vez que se vieron Martín la notó perdida, le contestaba con monosílabos, como si lo hiciera por obligación. No insistió, a ella no le gustaba sentirse invadida. Como tantas veces, repitió: Sos el único al que recurro cuando necesito hablar, no hace falta que me estés preguntando todo el tiempo qué me pasa. A Martín le costó entender el llamado de ese hombre. No sabía quién era; sin embargo, parecía conocerla a ella mucho más de lo que dejó trascender por teléfono. Tengo algo que entregarle, dijo, me pidió que fuera en propias manos. Combinaron encontrarse esa misma tarde, en un café, a las seis. Una breve descripción de cada uno fue la contraseña. Le fue fácil descubrirlo. Sentado junto a una de las ventanas, un hombre de pelo blanco jugaba con un servilletero y miraba la calle. –Siéntese –dijo. Después hizo un largo silencio.– Hace mucho que la conoce, ¿no? –Crecimos juntos. –Sí, siempre habla de usted, bueno, ya no tanto. –¿Ella está bien? –preguntó Martín y pensó: una vez más es ella quien maneja los climas. Hasta sus mensajeros transmiten el misterio que siempre la envuelve. –Ya le voy a contar, no se apure, amigo, que tiempo es lo que nos sobra. Martín sintió que no había tanto tiempo, que esta vez la discreción que ella reclamaba iba a empeorar las cosas hasta hacerlas, quizá, irremediables. Por eso insistió. –Dígame solamente si está bien –Ella ahora está bien. No se preocupe. –¿Por qué ahora, qué pasó antes? –Antes, pasaron muchas cosas. Entre otras, intentó matarse. –¿Matarse? ¿Cuánto hace de eso? –Unos tres meses. Martín recordó el último encuentro y la actitud huidiza de ella. Revivió aquella sensación de abandono que le había dejado verla irse sin completar con la mano el saludo de despedida, práctica que se había hecho rutina entre ellos. –Pero, ¿qué le pasó? –dijo –Si no lo sabe usted, a quién le contaba todo, –Martín sintió que ese hombre gozaba con cada palabra– conmigo solo coincidía en la cama. –Pero algo tuvo que haberle pasado en este tiempo –dijo Martín–. Hace casi cuatro meses. –Sí, decía que era su mejor amigo. –¿Ya no lo dice? –Ahora ya casi no habla, por lo menos conmigo. Ambos callaron, tal vez cada uno abstraído en el mundo que creía compartir con ella. –¿No tenía que entregarme algo? –dijo Martín. El hombre pareció molesto por la pregunta. Permaneció en silencio un tiempo más todavía; lo que terminó de exasperar a Martín. –Escuche, me citó aquí porque tenía que entregarme algo. Démelo de una vez y dígame dónde puedo verla. –No quiere ver a nadie. –¿Tampoco a mí? –dijo Martín sin disimular la soberbia. –¿Por qué iba a ser la excepción? –dijo el hombre, sin disimular la ironía. A Martín le molestó ese tono irónico Revivió el día en que ella entró al aula y fue a sentarse en el único banco libre de la fila de a uno. La amistad vino mucho después. Al terminar la secundaria eligieron carreras distintas, pero un día, por casualidad, volvieron a encontrarse en el bar de la estación. Ella, según le contó, Página 61 61
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no lograba una relación estable con nadie; para ese entonces él ya salía con Mariana. Entre confidencias recíprocas pusieron al día sus historias. Desde entonces se había hecho costumbre encontrarse cuando alguno de los dos necesitaba ser escuchado. Casi siempre era ella la que lo buscaba. De pronto Martín descubrió que el otro lo miraba como disfrutando de la situación –Oiga, ¿me va a dar o no lo que le entregó para mi? –dijo. –No se apure, por ahora los tiempos los manejo yo –insistió el hombre con una calma que a Martín le resultó intolerable Ese día cumplía cinco años de casado con Mariana y había prometido pasar a buscarla por el trabajo. Con su mujer nunca tuvo que enfrentar escenas de celos por esa amistad. Cada una sabía de la existencia de la otra, aunque jamás se habían visto. Le dijo que él no tenía mucho más tiempo para perder, que en su vida había otras cosas importantes, que terminaran de una vez con todo eso. –No es lo que ella pensó cuando me pidió que lo buscara –dijo el hombre–, es más, creyó que todo su tiempo le pertenecía. ¿Acaso no fue siempre así entre ustedes? Martín sintió la provocación del otro, pensó que si ella le había dado instrucciones de cómo despertar su intriga, lo estaba logrando. Conocía los estados depresivos de ella; tantas veces la había rescatado. Entonces era más fácil, había gestos, miradas, sobreentendidos que ambos manejaban. En cambio, ahora, a distancia, frente a ese hombre, se sentía un inútil incapaz de ayudarla. Se preguntó si ella estaría buscando de verdad esa ayuda. –Oiga, me está cansando con tanto rodeo. Ya me las voy a arreglar para encontrarla y aclarar todo –e hizo el ademán de irse. –¿De verdad cree que le será tan fácil? Voy a pensar que no la conoce tanto. Martín comprendió que se alejaba cada vez más de la verdad, que se estaba quedando afuera de algo que no podía descifrar, que a ella ya no la reconocía detrás de ese mensajero. –Dígame cuál es el juego. ¿Qué gana con demorar así las cosas? –Hizo una pausa, y continuó.– Si quería saber cuál era mi relación con ella, ya se lo dije, somos muy amigos. Por otra parte, estoy casado desde hace varios años, tengo una familia, pero, qué le importa a usted todo eso. Estuvo con ella, quizá todavía estén juntos. Usted me buscó, ¿no?, ¿qué más quiere? El hombre se pasó la mano por la frente, apoyó los codos en la mesa y se tapó la cara. Parecía cansado, más viejo que cuando lo divisó junto a la ventana. Hasta le tuvo lástima. En ese momento Martín se dio cuenta de que ella nunca le había pedido que lo buscara, que no existía ninguna cosa que el otro tuviera para entregarle, que solo fue un pretexto para conocerlo, para saber algo más de ella. La imaginó en brazos de él y comprendió el vacío que ese hombre debió sentir desde la primera vez que estuvieron juntos. Ese abismo que ella sabía crear cuando se sentía acorralada. Recordó la frase con la que siempre terminaba sus historias: “El mundo, la gente y yo”. Por fin, decidido, se levantó, dejó un billete sobre la mesa y se despidió del desconocido con dos palmadas en la espalda. Nada había cambiado, en pocos días ella volvería a llamarlo para decirle que necesitaba verlo. En el camino compró flores para Mariana.
ANA FILIPPELLI DE MENÉNDEZ (BUENOS AIRES)
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MAR DEL PLATA TIENE PALABRA Setenta títulos conforman la Colección Delapalabra que reúne poetas, narradores y dramaturgos locales. A esto se le suman la revista de Arte y Cultura La Avispa, los 120.000 señaladores que durante 2005 invadieron las calles y comercios de la ciudad en un rescate de la poesía y la narrativa barrial inédita, y dos antologías realizadas especialmente para la primera Feria del Libro en la ciudad –Mar del Plata Bardo y Sucedió en Mar del Plata– obras que congregaron cuarenta autores. Gracias al éxito obtenido con estos emprendimientos hoy presentamos Mar del Plata Tiene Palabra con cuentos, relatos y poemas sobre la localidad y su gente. Porque trabajar por y para nuestra ciudad es un compromiso que hemos asumido. Y los escritores marplatenses tenemos palabra. PRESENTACIÓN DEL LIBRO MAR DEL PLATA TIENE PALABRA (cuentos, relatos y poemas sobre la ciudad y su gente) EL JUEVES 7 DE DICIEMBRE A LAS 20 HS EN STUDIO CAFÉ (SHOPPING DIAGONAL) CON LA ACTUACIÓN DE ZULLY URIEL COMO CANTANTE INVITADA. Los esperamos a compartir una copa de champagne con nosotros
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Libros y revistas recibidas Ascensor al espacio Edición de autor, 2006. © Agustín Vispo Inteligente, rabiosa estética en versos, por momentos gigantográficos, que comprimen y expanden el tiempo de la lectura. Hay que andarse con cuidado en este libro; los poemas proponen una cirugía narrativa capaz de escindir la Tierra y hacer de un cactus un planetoide sobre la mesa de luz. Otra prueba de esto es el acercamiento revelador a lo minúsculo, como ese Caracol en la molienda de la playa que encuentra, junto a sus hermanos, la doble impronta fatal de ser cuerpo y cementerio en una sola, múltiple arena. No ajeno a otros elementos, Agustín Vispo, es precisa licuación de geómetra y poeta. Con remo estilográfico, también, corta simétrica el agua de la obra para que el palíndromo navegue en el KayaK. Casi una versión Instrumental de la Enciclopedia Labor.
Dardo Festino Claves para vivir o dejarse morir Rosa Elena Pontoriero La escritora Rosa Elena Pontoriero, en su libro de cuentos y poemas Claves para vivir o dejarse morir, deja ver cierta nitidez del comportamiento humano de acuerdo a la ansiedad en que nos desarrollamos, elevando su vida en un continuo renacer en su aprendizaje. Cada experiencia de su vida alegre o dolorosa hace crecer su imaginación, componiendo sus cuentos y relatos en lectura ágil y con finales inesperados o imaginables. Los títulos de sus obras son sumamente simples y hablan de hechos reales. Por lo general transcurren en pueblos o ciudades chicas, donde todos los habitantes se conocen entre sí, como en: El Regreso, Los Engaños, Entre Amigos, El Velorio y otros, no dejan de ser triviales. En sus poesías siempre está presente el amor, el deseo y el desengaño, soñando siempre con la esperanza de una nueva luz que renueve en su existir el amor y la fe. Creo que toda creación del hombre que plasma los sentimientos ya sea en la pintura, música o libros, cuentos, novelas, poemas, poesías, sonetos o pensamientos, deben permanecer siempre frescos dentro del tiempo, junto Revista La Avispa Nº 34
a los cambios que el hombre produce en cuanto a la transición frente a aquello de lo que todo surge, de lo que. todo se compone ya lo que todo vuelve y persiste en el transcurso de este hoy y en el mañana. Las palabras nacen del alma no de la mente, componiendo sinfonías de arco iris donde contiene el escritor, su ser.
Ana M. Toulouse
Judas y los parecidos Darío Lobato Los olivos atestiguan el acertijo que nos propone Darío Angel Lobato en su poemario Judas y los parecidos. Esta revisión de la figura de Judas, problematizada desde las perspectivas de la traición, la fe, la palabra, la historia, nos abre a la polisemia; nos obliga a ocupar el cuerpo de Judas y a sentir el sonido de las treinta y tres monedas en nuestro bolsillo. Pero sería insuficiente afirmar que el libro se centra en el Iscariote. Es a partir de él que se desatan y ramifican otros planteos que lo circundan: la voz, lo irreversible. El libro nos propone un nuevo juicio. El lector carga con la responsabilidad de elegir su lugar en la corte. Darío Lobato nació en Junín en 1951. Publicó su primer libro en 1994: El cielo que no te ofrecen. Tiene en su haber premios literarios entre los que se encuentran el primer premio nacional de poesía “Gonzalo Delfino” de Gaiman, Chubut, y el primer premio nacional de poesía “Eduardo Carroll”. Apócrifo 3 El Verbo conjugó una lágrima y apenas dijo “Judas me amaba. Me amó de perfil aquella noche tratando de arrancar los cascabeles sin saber que eran mis (ojo)s”.
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Agustín Vispo