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Verano 2011


Staff Idea y dirección: Marcela Predieri - http://mpredieri.blogspot.com Vicedirección: Gustavo Olaiz Editor responsable: Ricardo Marcelo Martín Catamarca 3002 - 7600 Mar del Plata - Buenos Aires - Argentina e-mail: editor@editorialmartin.com Realización: “DELAPALABRA” Grupos de Estudio y Creación Literaria Secretaría de Producción: Alejandro Gómez Diagramación y armado: Gustavo Olaiz Diseñadora gráfica: Yamila Ache (yamih.dg@gmail.com) Página WEB: www.delapalabra.com.ar Colaboradores permanentes: Gabriel Cabrejas - David Fuks Luis Benítez - Gustavo Araujo Gustavo Ciancio - Diego Orcoyen Lidia Castro Hernando - Luis Escobar Daniela Riccioni - Débora Pereyra Diana Akselman Diseño de Tapa: Gustavo Fogel Foto de Tapa: Javiera Miraglia Colaboraciones a: delapalabra@hotmail.com Libros y/o revistas a: Pellegrini 3637 - 7600 - Mar del Plata   La dirección no se hace responsable de los conceptos vertidos por los autores. Permitida su reproducción por cualquier medio (es más se agradece) siempre y cuando se respete el nombre del autor y se cite la fuente. Versión digital o electrónica en www.delapalabra.com.ar menú Revista o bien www.delapalabra.com.ar/revistaLA.htm

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La Avispa está de gran revuelo cumpleañero. ¿Por qué no vamos a ser cholulos si se nos cae la baba? Con este nº 50 festejamos diez años, más que un logro para cualquier publicación cultural independiente. Y sí, estamos orgullosos de nuestra obstinación y testarudez, lo decimos a boca de jarro, estamos felices de reconocernos unas mulas en lo que a trabajo se refiere, por muy cansados que nos sintamos a veces. Esto es lo que nos ha permitido llegar hasta aquí, y lo decimos de la manera más sencilla posible porque este aniversario lo queremos y lo vamos a compartir con nuestros amigos. La Avispa nació un 13 de junio –día del escritor argentino en homenaje a Lugones– allá por el año 2000; presentamos ese día un simple pliego A3 al que llamamos Número Cero durante la Muestra de Cultura Bonaerense en nuestra ciudad. La propuesta era simple: tender un puente entre escritores y por supuesto lectores más allá de las diferencias estéticas. La Avispa, tomando como emblema y símbolo la figura de un avispero, mostraba una amplia boca hacia abajo, o sea se manifestaba abierta a la nueva camada de autores, escritores hasta el momento inéditos y sobre todo daba lugar a los jóvenes. Ése era el criterio y el principal objetivo de nuestro proyecto, es lo que hemos mantenido hasta ahora y seguiremos manteniendo. Nos gusta seguir nombrándonos “pliego de encuentro” y nos cuesta pensarnos como revista ya que eso implica una posición estética determinada y casi siempre la publicación exclusiva de escritores pertenecientes a cierto grupo o capilla literaria. El desafío de conformar y sostener una publicación de carácter solidario y de llegada masiva no es fácil pero creo hemos sabido mantenernos firmes y eso dio sus frutos: los marplatenses miembros de DELAPALABRA –grupos de estudio y creación literaria– que conformaron el primer staff pronto publicaron cada vez menos 3

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sus trabajos para trabajar en forma casi anónima y, cada vez más, publicar y dar a conocer a otros. Número a número también se fueron sumando colaboradores; la revista empezó a viajar, fue presentada en casi todas las provincias argentinas y también en Chile, Perú, Colombia y México. Pero eso no alcanzó: los lectores pedían más y pusimos manos al teclado. Se anexaron a la clásica revista literaria las secciones de plástica, cine, teatro, música, fotografía, opinión, infantil y humor para llegar a ser lo que hoy es: una revista cultural hecha en Mar del Plata que vuela y hasta ha sido capaz de cruzar el charco. Y sí… Tenemos que admitir que nos merecemos las diez velitas en la torta ¿pero quiénes? La respuesta es sencilla: todos. Todos y cada uno de los que nos enviaron un cuento, un poema, una reseña bibliográfica, una foto, una ilustración, una nota; a todos los que en su momento nos dieron su auspicio con una publicidad, a Editorial Martín que nos tendió la mano cuando nos ahogábamos por la falta de monedas, a los que la compran, la leen, la prestan, la reenvían por Internet, la guardan en sus bibliotecas. La revista es y será siempre tan buena o mala de acuerdo al material que Uds. nos envíen; no aceptamos críticas al respecto: si no están satisfechos con su calidad será porque nunca nos enviaron algo suyo mejor; si creen que es magnífica: eso es porque Uds. sí lo han hecho y son parte de ella. No queda más que soplar, pedir tres deseos (uno de ellos será que nos dejen muchos saludos, mimos y tirones de orejas en nuestro grupo de Facebook La Avispa) y decir a todos y cada uno de ustedes –colaboradores y lectores–: gracias por habernos acompañado durante estos diez años.

Marcela Predieri

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RECORTANDO A NUESTROS COLABORADORES A todos ellos: Gracias por formar parte del avispero ¿Cuándo te uniste a LA AVISPA y/o a los grupos de Estudio y Creación literaria DELAPALABRA? ¿Por qué? LIDIA CASTRO HERNANDO: Me uní a DELAPALABRA en el año 2003 porque yo no sabía que las cosas que escribía podían ser interesantes para otros. Empecé a publicar en LA AVISPA al poco tiempo y trabajé mucho. En el año 2007 publiqué mi primer libro en colaboración con un compañero: Gustavo Ortiz y estoy preparando otro. Empecé como correctora de la revista en el año 2006 y estoy a cargo de la sección Rescates desde el 2007 GUSTAVO ARAUJO: Creo que mi primera vez con DELAPALABRA fue en el 2005, y por decantación llegué a LA AVISPA, a la sección de humor y entrevistas locales. ALEJANDRO GÓMEZ: Me uno al grupo en el año 2001 después de incursionar por diversos talleres literarios de la ciudad y Capital, siempre en la búsqueda de encontrar mi estilo, cosa que logré al poder comenzar a aceptar los logros y las críticas de mis compañeros de grupo. Pienso que en mí hay un antes y un después de mi “encuentro” con DELAPALABRA ya que pude concretar mis proyectos literarios al contar con la ayuda generosa del grupo, que supo generar mi necesidad de publicar y dar a conocer mis trabajos. LUIS ESCOBAR: Tengo muy mala memoria, no recuerdo la fecha que ingresé en la palabra, pero sí se que fueron muchos años. Que gracias a Alejandro Gómez pude descubrir ese grupo y a su coordinadora: Marcela Predieri. Si bien es difícil entregar lo que uno escribe o confiar en un grupo, recuerdo que fue mágico, yo esperaba que me leyeran y me dijeran si podía ingresar; nada de eso ocurrió. Recuerdo las palabras de Marcela: bueno, agarrate una silla que empezamos a trabajar. Y así comenzó todo, con trabajo. GUSTAVO OLAIZ: Me uní a DELAPALABRA en el 2003. Colaboro en la revista con textos de humor y otras cuestiones desde el Nº 5

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17. Soy el diagramador desde el Nº 24. También publiqué en las antologías de la colección y conocí a otros grupos literarios como la Fundación de Poetas. GUSTAVO CIANCIO: Mi relación con la revista surge a raíz de una charla que di, invitado por Hernán Beltramo, en la Marathónica de Poesía de Punta Alta en junio de 2009. Luego de la charla, Marcela se acercó y me invitó; para mí fue una grata sorpresa, y desde entonces disfruto del gusto de ser un colaborador permanente en la sección Fotografía. GABRIEL CABREJAS: A la revista me uní gracias a mi aproximación a la Fundación de Poetas, fines del 2005. LUIS BENITEZ: Marcela Predieri, confió en mí para ocuparme de reportear a colegas creadores de otros países, para facilitar el mejor conocimiento de lo que se hace en otros sitios, difundir las experiencias y las opiniones de estos reporteados, como un medio de crear un puente; recíprocamente, al poder enviar la revista al exterior, el otro lado del puente también podría así ser abordado. Y funcionó esta tarea de doble información. Yo creo que la difusión cultural es fundamentalmente intercambio y si una revista como LA AVISPA se instala en la zona de cruce de diferentes culturas, ello le sirve a todos. GUSTAVO FOGEL: Nos unimos en el 2004, –creo–; tendría que mirar el anillo; el porqué no lo recuerdo: estaba demasiado borracho. ¿Qué representa/representó tu paso por LA AVISPA o el grupo DELAPALABRA? ¿Qué puertas te abrió y en qué aspectos ha cambiado, o no, tu relación con las letras/fotografía/plástica, etc.? GUSTAVO ARAUJO: Antes de descubrir a la gente de DELAPALABRA era alguien que pensaba que eso de escribir era un arte oculto sólo para iniciados, hoy en día puedo decir que tiene mucho menos misterio que lo que imaginaba y mucho más de pasión y sudor que lo que quisiera. No sé si me abrió alguna puerta, pero más me abrió la cabeza y me ayudó a saber que las puertas hay que pecharlas para que se abran. Mi relación con las letras nunca fue muy estrecha, más bien fue y es amigable; antes no leía demasiado y ahora tampoco, quizás aprendí a encontrar las La Avispa 50

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costuras y los trucos de los escribidores y eso le agregó un color diferente a la lectura. LIDIA CASTRO HERNANDO: Después del paso por DELAPALABRA soy otra, diferente, mejor, más abierta, solidaria; he hecho muchos amigos. Me abrió las puertas de la escritura y de la lectura a conciencia. Mi relación con las letras cambió en todos los aspectos; analizo lo que leo desde el punto de vista de un lector común y luego desde el punto de vista de un escritor. Me atrevo a criticar aún a los grandes y acepto sin problemas las críticas constructivas a mis escritos, aprendo de los otros y me atrevo a pensar que unos cuantos han aprendido de mí. GUSTAVO CIANCIO: Escribir en LA AVISPA significa para mí la apertura de un espacio inesperado, donde desarrollar ideas referidas a mi actividad, y a la vez el desafío de intentar, artículo tras artículo, mantener el interés de los lectores que, supuse a priori, tendría más afinidad con las letras que con las artes visuales. GUSTAVO OLAIZ: Antes de DELAPALABRA era un alfeñique de 44 kilos… GABRIEL CABREJAS: Antes era un aspirante a escritor que veía mucho cine y no encontraba vehículo para decir lo que pensaba. Investigaba teatro, literatura, historia, pero me faltaba algo: lo vocacional. Ahora pienso que llego a mucha más gente con algo menos académico como mis clases en la universidad: otro tipo de público, entre lo intelectual y lo popular, y, quién sabe, más allá de las fronteras. Leo más poesía que antes, y me entero de una metarrealidad que antes no existía para mí, la de los poetas alternativos, fuera de circuito, y con mucho para decir. Otra lectura del mundo literario y social que escapa a los suplementos, las revistas catedráticas o catedralicio, los movimientos de promoción del círculo mercantil. GUSTAVO FOGEL: Antes de conocer al grupo DELAPALABRA, yo era un pobre infeliz que deambulaba por las calles sin tener un lugar de pertenencia; ahora no deambulo más: ya tengo mi lugar. El grupo me abrió las puertas del reconocimiento y el éxito literario; claro que yo aún no las he cruzado. Mi relación con las letras es ahora mucho más madura; tomamos un café, tenemos sexo ocasionalmente, y luego cada uno a su casa. 7

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LUIS ESCOBAR: Antes escribía por escribir, había mucho por escribir a medida que me golpeaba con los primeros sentimientos y esa parte del dolor de la vida. Lo hacía con un acotado conocimiento de la literatura, digamos nada, cero, muy ignorante. Hoy escribo con un abanico más amplio desde que ingresé a DELAPALABRA Creo que nunca se termina de aprender. Cuando retrocedo a ese tiempo, a los viejos escritos, me doy cuenta lo mucho que aprendí. No sé si hablar de puertas, pero sí puedo decir que me ayudó a recorrer lugares, tanto en el exterior como en el interior, conocer poetas increíbles, estar en encuentros, en algunas radios, participar las Feria del Libro y por supuesto realizar mi obra literaria. LUIS BENITEZ: Colaborar con LA AVISPA significa para mí, fundamentalmente tener acceso directo a las obras de otros autores de otras localidades o países. (…) Creo que es un aspecto sumamente meritorio de esta revista que cumple ya 10 años en el medio: difundir cuanto de bueno y meritorio se está escribiendo no solamente en Buenos Aires, donde muchas veces el snobismo y la acción de los lobbies culturales conspira contra el conocimiento y la información, imponiendo nombres y obras que (no pocas veces) son superados en mérito y trayectoria por otros que, al no contar con el aparato de difusión del que los primeros gozan, no llegan a donde deben llegar. Subrayo este papel que con tan buena calidad como constancia cumple LA AVISPA, porque me ha permitido tener una visión mucho más amplia y realista del verdadero panorama de nuestras letras, en vez de caer en el espejismo manejado desde Buenos Aires por los consorcios universitarios, periodísticos y culturales en general, atentos a brindar y subrayar siempre aquellos aspectos de la realidad que más les convienen. La cultura nacional no es unívoca, como desean hacernos creer interesadamente desde esos sectores; es una “identidad mosaico”, como bien me señalaba hace unos días un antropólogo por la Université de La Sorbonne y escritor de visita en nuestro país, refiriéndose a la diversidad de fenómenos culturales que la enriquecen. (…) Yo le estoy muy agradecido, no sólo como colaborador, sino también como lector, a LA AVISPA. Sin su presencia constante, a través de toda una década, cuántos autores no hubiese conocido, cuánta obra importante –pese a que no tenga la difusión general que de veras se merece– no hubiese yo La Avispa 50

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conocido. Y cuando desde otros sitios me piden referencias sobre publicaciones nacionales, no dudo en incluirla, porque es fuente segura y directa para la actualización respecto de los variados temas de los que se ocupa. ¿Cuál es el mejor logro de la revista? ¿O mejor no haberla conocido? LIDIA CASTRO HERNANDO: Considero a LA AVISPA la más valiosa de Mar del Plata porque ha permitido a cientos de escritores de nuestra ciudad y del país dar a conocer sus poemas, ensayos, reseñas, cuentos. Desde hace un tiempo gracias a su directora, ha podido extender sus alas a amigos escritores de otros países que envían sus textos y esperan ansiosos recibirla para verlos en letras de molde. ALEJANDRO GÓMEZ: Siempre una revista literaria es un puente hacia el saber, ya que informa de manera objetiva sobre la actividad que a uno lo apasiona. En nuestro caso con La Avispa contamos con el plus de haber abierto el juego a diversos géneros culturales. El taller literario forma el puente entre lo académico y lo popular, provee de armas para poder plasmar una obra literaria y sobre todas las cosas forma grupos de encuentro que dan la posibilidad de poder comparar géneros y estilos sin caer por la propia crítica en las vías de los clásicos de siempre. Es totalmente útil y necesario para mantener al escritor “en caliente”. GUSTAVO OLAIZ: La revista publica y difunde a muchos que no tendrían esa posibilidad. Otra ventaja es que tiene la versión en papel y la electrónica (en www.delapalabra.com.ar/ revistaLA.htm). ALEJANDRO GÓMEZ: Creo que el mejor logro de la revista es haber permanecido intacta en sus convicciones desde el primer número hasta la fecha, haber dado posibilidades a tantos escritores que jamás hubieran podido publicar una línea a no ser por ella y que jamás se convirtió en algo comercial que hubiera terminado con su esencia. GUSTAVO CIANCIO: El mayor logro de un emprendimiento editorial como éste, es, sin dudas, su permanencia. Muchos de estos proyectos suelen caer después de algunos números, y esta permanencia habla claramente de un nivel de calidad que genera la “fidelidad” necesaria para la supervivencia de estos emprendimientos. 9

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GABRIEL CABREJAS: El logro se reedifica y amplía con cada número nuevo: más artículos de mejor calidad sobre temas diversos, un magazine cultural riquísimo que le da voz a los que no llegaremos nunca –incluso no lo planeamos– a grandes marquesinas. LUIS BENITEZ: Los logros de la revista LA AVISPA son varios, además de los ya señalados. Por una parte, quiero destacar su constancia, a lo largo de 10 años de ininterrumpida labor cultural. No todas las publicaciones culturales, lamentablemente, logran una longevidad semejante, y ello es muy importante, (…), LA AVISPA puede mostrar hoy con legítimo orgullo: una persistencia en la información cultural, una presencia ineludible. Y esa presencia que no se puede eludir, lleva aparejada la presencia de los autores que escriben en ella, de forma no menos inocultable, algo formidablemente importante cuando la permanencia de una publicación cultural se establece en un medio que ningunea a mansalva a autores y revistas porque no son portavoces del canon que se quiere imponer y no cuentan con los avisadores que sí poseen otras revistas masivas, propaladoras de ese buscado canon, que es el que se quiere vender a toda costa. Otro aspecto subrayable de LA AVISPA: su periodicidad. A lo largo de diez largos años, una preocupación importante de su dirección y todo el equipo de redacción ha sido el de mantener las fechas de aparición del medio con la mayor regularidad posible y esto no es un dato menor: (…) Es necesaria una destacada capacidad organizativa y mucha determinación (…) Cada revista literaria que desaparece es un retroceso de la cultura, aunque generalmente no se valore en su exacta medida lo nefasto de este aparentemente pequeño suceso. Frente a este peligro, LA AVISPA se ha mantenido fiel a las fechas de publicación, a la periodicidad de su aparición. Otro aspecto importante es su independencia de criterios, la democracia de su criterio estético. Frente a publicaciones que se presentan como bastiones de muy bien determinadas elecciones estéticas, LA AVISPA ha optado siempre por abrir el abanico y brindarle sus páginas a corrientes y posiciones estéticas y culturales bien divergentes, en algunos casos. (…) LA AVISPA abre el juego a todas, con la única premisa de la calidad y en este y otros sentidos, creo que el suyo es un modelo a imitar por otras, que están bien respaldadas por anunciantes y capital cultural y económico, pero absolutamente dominadas en sus determinaciones del material a publicar y en muchos otros aspectos, por aquello que, precisamente, constituye su apoyo principal. GUSTAVO FOGEL: Sobrevivir para contarlo La Avispa 50

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¿Cuál es la sección que más te gusta? ¿Por qué? LIDIA CASTRO HERNANDO: La sección Cuentos, porque soy cuentista y me gusta leer lo que otros hacen. Y la sección de Los Bajitos porque son el futuro de nuestras letras. GUSTAVO CIANCIO. Mis secciones preferidas son los cuentos, por mi afición impenitente a la lectura, y los ensayos, donde disfruto de las ideas desarrolladas por los demás autores. ALEJANDRO GÓMEZ: En general me gustan todas las secciones porque está generada con mucha responsabilidad, competencia y sobre todas las cosas con un gran compromiso hacía sus lectores. GUSTAVO ARAUJO: Obviamente la que más me gusta es la sección de humor, por afinidad y porque siempre comienzo a leer el diario por la página de los chistes. GABRIEL CABREJAS: Me gustan los textos de Clementi, las notas de Roly Salvatierra cuando aparecen, los dossiers sobre poesía de lugares distantes y exóticos. GUSTAVO OLAIZ: Me parece muy bueno el teatro local y que LA AVISPA lo divulgue con reportajes a los teatreros marplatenses. LUIS BENITEZ: Indudablemente, por aquello a lo que me dedico, mi sección favorita es la sección literaria: del mismo modo que al ver una película quien es actor fijará su atención en las actuaciones, quien es guionista en el libreto, ante cada ejemplar de LA AVISPA yo fijo primeramente mi atención en la sección literaria. Y hay que decirlo con todas las letras: ¡es muy buena! Y parejamente buena, edición tras edición. No es éste poco mérito, desde luego. GUSTAVO FOGEL: Dejando de lado las tapas, –que por lejos son lo mejor de la revista–, la sección que nunca dejo de leer son las críticas de cine, del licenciado Cabrejas. ¿Por qué recomendarías la revista? ¿Y los talleres literarios? ¿Por qué no? LIDIA CASTRO HERNANDO: Recomiendo la revista porque no sólo es buena sino porque es una forma de conocernos y darnos a conocer en el país y en el exterior. Y soy una defensora de los talleres literarios: hay que aprender de quien más sabe, superarse enfrente de otros, dejarse corregir y no tener miedo de dar nuestra opinión 11

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sobre sus textos. De todos se aprende. ALEJANDRO GÓMEZ: Siempre una revista literaria es un puente hacia el saber, ya que informa de manera objetiva sobre la actividad que a uno lo apasiona. En nuestro caso con La Avispa contamos con el plus de haber abierto el juego a diversos géneros culturales. El taller literario forma el puente entre lo académico y lo popular, provee de armas para poder plasmar una obra literaria y sobre todas las cosas forma grupos de encuentro que dan la posibilidad de poder comparar géneros y estilos sin caer por la propia crítica en las vías de los clásicos de siempre. Es totalmente útil y necesario para mantener al escritor “en caliente” LUIS ESCOBAR: Con respecto a los talleres literarios mi respuesta es sí, los recomendaría, pueden tomar mi caso. Soy un claro ejemplo, tal vez para tener en cuenta. Si bien se rumorea muchas cosas con respecto a los talleres, yo puedo hablar de lo que viví. En mi caso siempre necesité maestros, no me asusta cambiar todo el tiempo a medida que aprendo, escucho mucho a los que saben, de hecho tuve grandes maestros. Estar al frente de un taller no es para cualquiera, siempre lo sostuve; un maestro debe tener la capacidad de poder transmitir su conocimiento, ser solidario, estar libre de todo ego para brindarse sin medida a sus alumnos. No creo en los que saben y se guardan las cosas. Luego queda en nosotros poder traducir el alma (con las palabras en este caso). Creo que el conocimiento va acompañado de la vida que uno está viviendo y cómo la viva. No solo leer todo el universo literario te hará poeta, la sensibilidad es un don que se lleva desde el momento de nacer, es esa chispa mágica que está dentro de nosotros, que espera surgir como creación, desde el dolor hacia la belleza, así de contradictorio, así de alquimista, con ese tercer ojo que todo lo ve. Todo el mundo puede ser trasformado aunque no sea por la buena idea de las utopías. GUSTAVO OLAIZ: Un taller literario mejora la forma de decir lo que uno quiere decir. En soledad todo sería más trabajoso. GUSTAVO ARAUJO: Recomiendo la revista como la forma de encontrar mucho de lo que se escribe en la ciudad, con nivel literario y editorial, lo cual no es común. Y los talleres porque son la posibilidad que mucha gente tiene de poder acceder a saber cómo plasmar aquello que le da vueltas en la cabeza desde siempre y no La Avispa 50

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sabía como hacerlo, todo esto hecho con nivel y con gente amable y generosa. LUIS BENITEZ: Habitualmente recomiendo leer LA AVISPA por las razones ya expresadas: calidad, persistencia, apertura de miras y criterios, periodicidad, capacidad creativa y organizativa –dos capacidades que, lamentablemente, no siempre andan de la mano– pero también agregaría otra más: por la necesidad de apoyar con todas nuestras fuerzas a un medio que se las juega sin contar con bendiciones oficiales ni privadas, sin el beneficio de ningún mecenazgo (lo que le permite no recibir “sugerencias” en cuanto a contenido ni línea editorial que condicionen su supervivencia); recomiendo leer LA AVISPA porque es una revista que se las juega del lado de los creadores, que es la mejor forma de jugárselas también del lado de los lectores, y desafío a cualquiera a que me diga si algo así no merece pleno apoyo; yo creo que LA AVISPA sigue zumbando en el aire no sólo porque es buena, sino porque es necesaria. Y cuando una publicación es necesaria, cuando supo y sabe cumplir con esa necesidad de los autores y los lectores, encuentra el apoyo que precisa de todos nosotros. ¿Que tiene defectos? Los tendrá, como toda creación, pero para tener defectos primero hay que existir y hay que andar y equivocarse y hay que aprender y hay que enseñar. LA AVISPA enseña cómo se hace una revista y para mí, eso es más que suficiente para recomendarla. GABRIEL CABREJAS: No creo mucho en los talleres, tampoco en los mecánicos… Pero si me llaman colaboro gustoso con un par de clases. Creo en la gente que escribe y sólo exijo que lean y se formen todo el tiempo consumiendo y asimilando cultura de todo registro. Nunca salieron grandes escritores de talleres literarios, lo que es un hecho, pero sirven para romper la timidez y la excesiva autocrítica y lanzarse a crear con estímulo y conocimientos. Dependerá de cada cual que no lo tome como terapia y listo. La revista debe recomendarse porque sencillamente no hay otra igual en la ciudad. GUSTAVO FOGEL Tanto la revista como los talleres son dignos de recomendar, no así las personas que los frecuentan, gente proclive a los abrazos desmedidos y noches de eternas discusiones etílicas. ¿Cómo ves situados a los artistas de tu provincia/región/ciudad respecto al resto del país / Latinoamérica /mundo? Danos, como columnista tu opinión respecto al cine, plástica, música, teatro, 13

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literatura de mar del Plata o tu zona de influencia. LIDIA CASTRO HERNANDO: La literatura marplatense es prolífica pero de ediciones propias y de venta muy limitada. Creo que existe una literatura propia de Mar del Plata. Se la reconoce especialmente en las alusiones a sus lugares y al buen vocabulario utilizado. Estoy en contacto permanente con escritores de toda Latinoamérica y el resto del país y soy correctora de varias revistas como LA AVISPA, aunque de distinto contenido. Siempre aparece el tema de los modismos, y me veo en la encrucijada tan difícil de aceptar corregir. Estoy optando por respetar el habla de cada país, pero creo que la nuestra es la más limpia, sin duda alguna. Con respecto a las otras artes: para mí, no hay cine local y el que hay es documentalista y de bajo presupuesto. Se encuentran más exposiciones de plástica de pintores locales. Hay mucho teatro independiente, mucho de verdad y del bueno pero no está subvencionado y todo es a puro pulmón. En Mar del Plata hay bandas de música de todo tipo y gusto. GUSTAVO FOGEL: Para mí no existe una literatura marplatense como tal, y en todo caso, no tiene repercusión más allá del círculo familiar del autor. Tenemos, como en casi cualquier pueblo, nuestros créditos locales y nuestros eternos plomazos. ALEJANDRO GÓMEZ: Creo que si, existe una literatura marplatense y eso lo podés ver en la cantidad de material impreso a nivel nacional e internacional, si consideramos que Osvaldo Soriano, Chiabrando, Fernando del Rio, Chilano, Carlos Balmaceda y tantos otros forman parte de este caldero que es Mar del Plata la pregunta está contestada. Si hablamos de plástica son innumerables las muestras que se presentan cada año. En cine contamos con el Festival Internacional de Cine, durante todo el año el teatro independiente es una usina continua de proyectos y realizaciones, además de contar con dos encuentros Internacionales. Creo en verdad que nuestra ciudad es una ciudad cultural por excelencia GUSTAVO ARAUJO: Hay literatura marplatense, es una realidad, pero creo no tener parámetros como para opinar sobre su inserción en el resto del país y menos aún en Latinoamérica. Igualmente creo que si tuviéramos una industria local como tiene Córdoba tendríamos un mercado local para nuestra obra y así muchas más posibilidades La Avispa 50

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de proyectarnos. GABRIEL CABREJAS: Existe una literatura marplatense, sólo que no le interesa a los marplatenses, como casi todo lo vernáculo. La revista consigue difundirlos en la medida de lo posible. No veo situado a nadie excepto aquí mismo, porque simplemente es poco lo que conocemos para insertarlo en una tradición o una vanguardia. Al carecer de público sucede lo mismo que con la mayoría de los escritores nacionales: publican para su ego, pagan la edición, presentan el texto y son rápidamente archivados u olvidados, o direc-tamente nadie se entera de ellos. Con respecto al cine, poco se ve y poco puede evaluarse. Hay tipos como los hermanos Lascano que hacen un cine impresionante en la ciudad y se accede escasamente a ellos. Músicos hay para hacer mermelada, y he visto muy buenos en noches de recital, claro, en lugares alternativos. El teatro sigue vivo, pero menos que antes: grupos que se arman y disuelven con velocidad inverosímil y un par de centros culturales que todavía resisten como pueden, entre otros que se cierran pronto. Ninguna política cultural del Estado y cada vez más costosos y desalentadores esfuerzos individuales. LUIS BENITEZ: Mi área es Capital Federal y las posiciones son diversas. Sin embargo, llevado a generalizar, puedo decir que lo que predomina es una ignorancia –una ignorancia ignorada por el autor en unos casos o conocida por el autor, en otros casos– respecto de lo que se produce literariamente en otras áreas de Argentina, de Latinoamérica y del mundo. Esto tiene dos facetas: por una parte, la peor, hay todavía una creencia en ser “el centro del mundo”, como si la literatura escrita en Buenos Aires fuera lo mejor que se pueda encontrar, desconociendo lo que se hace fuera de la Capital Federal y también fuera de la Argentina. Es un criterio absolutamente arbitrario, y resultado de una profunda ignorancia que, en épocas de globalización e Internet, no tiene fundamento alguno respecto de la posibilidad de contacto con otras referencias. Tiene que ver con esconder la cabeza y tratar de sostener a ultranza una honda inseguridad: lo demás no existe y así yo sólo existo. (…) Un segundo estrato está dado por los oportunistas, que intentan trepar a la notoriedad empleando todos los recursos a su alcance, lamiendo los culos que sean necesarios para instalarse en los medios y perpetrando todas las agachadas 15

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y zancadillas que sean de rigor; dispuestos a lo que sea con tal de figurar en alguna parte. Son la prostitución de la literatura a ultranza y a sabiendas, (…) Finalmente, hay otro grupo: el de los creadores que apuestan por hacer una obra consistente, digna de los lectores a los que va dirigida; creadores que tratan de dar lo mejor que tienen y que a la vez están atentos a conocer cuánto se hace dentro y fuera del país. Éstos son el mejor grano y el resto, pura paja. Agregaría que, en todas estas disciplinas, el hecho de trabajar en Buenos Aires no es nunca garantía de que vaya a alcanzar una obra la repercusión ni el apoyo que debería tener algo de calidad: (…). Desde luego, en todas las áreas enumeradas hay excepciones y gente que lucha por mostrar lealmente lo que hace, pero pesa mucho el capital social, político y económico que se pueda desplegar; lo malo de todo esto es que, al ser esas figuras de cartón abundantemente propagandizadas, terminan convenciendo a mucha gente de que esas tramoyas de utilería son el volumen y la consistencia de nuestra cultura, que genuinamente es creada en todas partes de nuestro país, pero para el mundo de las apariencias parece que sólo tiene domicilio en Buenos Aires. ¿Cuál es, a tu criterio, la mejor manera de dar a conocer la propia obra? GABRIEL CABREJAS: Bueno, ya pasé por la publicación autogestionaria y es decepcionante: el editor cobra y se olvida, y sólo satisface por un breve instante. Es falso que lo bueno se imponga solo, porque en un país que no lee, grandes y mediocres son igualados por la indiferencia y los precios prohibitivos de los libros de ficción. Están los blogs e Internet que también salvan… el yo, pero tampoco se leen porque hay millones. De hecho, existen decenas de formatos, de accesos, de puentes. Lo que no hay es lectores, de ningún tipo, y es una batalla perdida. Yo ya abandoné la literatura, harto de intentar con concursos, y tratado con indulgencia hasta por mis amigos. Uno debe aceptar que ha fracasado y la vocación no alcanza sin talento. No es cuestión de publicar porque sí, de puro ególatra o único creyente del propio genio, cuando no se tiene ninguno. No justifico hachar árboles para publicar libros ilegibles que le interesan exclusivamente al que los escribe. Para eso sí sirve la web, que no gasta, no molesta, no ocupa espacio en ninguna biblioteca ni destruye bosques. LIDIA CASTRO HERNANDO: Para los que recién empiezan, publicando en la Revista y después de mucho escribir y corregir (la labor más importante del escritor) publicar: primero en Internet La Avispa 50

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en sitios y blogs de escritores y después en papel: sea 50 páginas, 100, lo que sea pero darse a conocer. GUSTAVO CIANCIO: Creo que para un artista es fundamental no dejar pasar oportunidad de difundir su obra. Uno se la pasa, por así decirlo, arrojando botellas al mar. Alguna que otra vez, alguien las recoge. Y en ese sentido todos los ámbitos son válidos, desde las redes sociales de Internet hasta el boca a boca. ALEJANDRO GÓMEZ: Pienso que no hay una formula exacta, he conocido muy buenos escritores que no pudieron salir de su entorno y otros no tan buenos han logrado emerger gracias a su poder de gestión. Es bueno participar en concursos serios para buscar la manera de ser editados, editar por cuenta del autor, etc. Pero creo con convicción que si uno quiere que lo lean se puede escribir hojas a mano y distribuirlas por la calle persona a persona. Todo es válido siempre y cuando uno “no” se crea que es tan bueno que merece vivir de la escritura, porque si hablamos de merecimientos creo que estamos detrás de una larga fila. LUIS BENITEZ: Trabajando, trabajando siempre. El culo firme sobre la silla, los dedos sobre el teclado y que salga lo mejor que se pueda dar, siempre. Lo demás, la difusión de la obra, es muy importante, pero debe hacerse con el mismo criterio que se hace la obra: con lealtad al lector, sin engañarlo, llegando a él por los medios que se pueda, porque hay que tener una fe muy concentrada en aquello que decía el viejo Neruda: “no hay poema bueno que no sea publicado; no hay poema bueno que no encuentre a su lector”. En tiempos de la búsqueda del éxito fácil e inmediato, se olvida que el trabajo literario –y el artístico también– es un trabajo arduo, que lleva décadas, a veces la vida entera. Uno aprende siempre y se equivoca seguido, y eso lleva tiempo. No es un pasatiempo, un hobby, un entretenimiento, ni una apuesta a la discreta notoriedad, ni un ensalzamiento egomaníaco. Es otra cosa y por suerte, todavía hay gente que entiende que lo que hacemos siempre será otra cosa. GUSTAVO ARAUJO: No tengo la menor idea, si lo supiera lo estaría haciendo y hasta ahora no lo he encontrado. GUSTAVO FOGEL: Es fácil; alcanza con publicarla: si la obra es buena, ella sola se hará conocer, y si esto no sucede, es que a la obra le falta madurar. Ganar el Rulfo también ayuda. Fotos: 1) Alejandro Gómez 2) Gustavo Araujo 3) Gustavo Fogel 4) Luis Benítez 5) Gustavo Olaiz 6) Gustavo Ciancio 7) Luis Escobar 8) Lidia Castro Hernando 9) Gabriel Cabrejas GRUPO DELAPALABRA

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REPORTAJE LOCALÍSIMO En vista de la esperada celebración por la edición del Nº 50 de nuestra tan querida Avispa, la dirección de nuestro pasquín literario me solicitó un reportaje importante, a alguien tan relevante que valiera su inclusión en este número celebratorio de la vigencia de la literatura en la vida de Mar del Plata. Para tal cometido me pareció correcto buscar por mi cuenta a alguien mucho más capacitado que el que suscribe para que eligiera y realizara tamaña tarea. Es por eso que busqué al enorme crítico literario, al perseguido esteta de la palabra, al oprimido por sus opiniones, al preclaro visionario. Lectoras y lectores de La Avispa, quien realiza en esta ocasión el Reportaje Local es nuestro querido profesor Pánfilo Pérez Paunero. El profesor aceptó la propuesta no sin temores, sabido es que nuestra entidad madre, filial local, lo persigue empeñosamente a causa de sus inflamadas críticas literarias. Para ello, luego de muchas discusiones propuso como entrevistado a quien supo soportar sus opiniones con la mejor sonrisa, lo cual le valió la eterna amistad del profesor, aunque no su piedad ni conmiseración. La entrevistada de hoy es nuestra querida y admirada Marcela Predieri, que se la bancó con mucho gusto. Aquí va la nota.

Veo llegar a la señora Predieri y no puedo más que pensar en la injusticia de la vida. No imagino por qué ni cómo fue que siendo brillante y bella como es, tuvo la inoportuna idea de ser poeta. Pero profesional al fin y al cabo, luego de obsequiarle una flor y ofrecerle una copa (que no rechaza, ni tampoco la flor), acometo la entrevista. ¿Qué es ser poeta? Ser poeta es una mierda; muchos dicen que es una maldición, yo no lo comparto... Si fuera así, tendríamos el beneplácito de los demonios y no andaríamos vagando por el mundo con cara de ángeles caídos, de vagabundos abandonados por sus amantes y mucho menos maquillados con brillantina para que alguien nos aplauda en una patética peña literaria. Me quedo pensando en la última frase. Si, según mi entrevistada, es tan sufrida la vida del poeta, me pregunto por qué sigue si tanto le jode. Teniendo es cuenta que la poesía no sirve para nada, ¿por qué decidió ser poeta? Yo no lo decidí, ella me agarró del pescuezo y ¡es tozuda, la obstinada! La Avispa 50 18


Reportaje Localísimo

Es muy difícil abstraerse de sus ojos, cuando habla parece como si mirasen a través de mí, tiene algo adentro que no logro descifrar. Pero sigo con mi trabajo. En serio, ¿nunca pensó en largar y dedicarse a algo más interesante? Claro que sí: probé con tennis, volley, meditación, yoga, cerámica, flores secas, bonsai, pilates, natación, aerobics, steps, teatro, guitarra, tango, salsa… Nada de eso me brinda el grado de depresión necesaria como para seguir involucrada con una revista cultural. ¿Involucrada dijo? A ver, a ver: ¿Le sirvió la poesía para salir con hombres? ¿y con mujeres? Empecemos por las mujeres: Mis tías no me leen, mi madre reza novenas y mis amigas no entienden un carajo. Con respecto a los hombres... ¡ay los hombres! Siempre me fue mejor con otras partes del cuerpo. Muy lindo las pavadas que me dijo, pero no me contestó la pregunta. Es que sólo hay una respuesta posible y yo misma me la tacharía por ser frase hecha: la poesía no sirve para nada. Pero si quiere jugar, le cuento: Saber hacer versos me ayuda a detectar cuando los hombres intentan hacerme alguno a mí, entonces no salgo. Con las mujeres es igual decir versos o cualquier otra cosa, de todas formas todas hablaremos juntas y ninguna escuchará a la otra; salir sí, las reuniones de mujeres solas son inquebrantables cada jueves. ¿En qué se inspira? ¿Se inspira para el sexo con la poesía? Me voy a poner seria. Como escribió Kundera: en mis muchas vidas no vividas, en las que no me atrevo. ¿Inspirarme para el sexo con la poesía? ¿o con la poesía para el sexo? Ninguna de las dos cosas funciona. La literatura es masturbatoria. Algunos dicen que el poeta debe ser un paria, ¿usted qué piensa? ¿Paria como excluido, intocable o infeliz? Es intocable porque no está en sus cabales, se lo excluye porque jode, es un infeliz salvo Whitman porque Whitman sólo hubo uno, los demás nos arreglamos como podemos. Teniendo en cuenta que usted es ingeniera naval ¿no considera que la industria hubiera sido un buen camino? Mis poemas no resisten el principio de Arquímedes, no creo que mis barcos lo hubieran hecho tampoco. Eso sí: mi título tapa una horrible mancha de humedad en la pared de mi escritorio. 19

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Reportaje Localísimo

En su casa ¿leen su poesía? ¿por qué? Salvo mi hermana que es sincera y me puede decir que no entiende nada, el resto no se anima. ¿Cómo describiría su poesía? Pesada, críptica a sabiendas, dura como una guerrera, bella como una negra, esclava de sí misma. Veo que tiene una buena opinión de sus trabajos, me gusta la gente que no tiene modestia, es una cualidad innecesaria para quien no la usa con sinceridad. ¿Me diría cómo se ve a si misma? ¿Cómo a una boluda? Y por favor, no repregunte. Según Gustavo Araujo, en sus talleres aprendió más de literatura que en ningún otro lado y eso le ayudó a escribir más y mejor. En su interior ¿se da cuenta de cuanta gente frustró haciéndoles creer que son escritores? Araujo es un ejemplo y siguen las firmas: Fogel, Escobar, Gómez, Olaiz... De mi trabajo en los grupos de estudio y creación literaria DELAPALABRA es de lo único que me enorgullezco. Creo ser una buena maestra, y loca al mejor estilo Artaud: cruel, de las que dejan al descubierto las miserias y la cobardía de no querer/poder ponerse los largos para llamarse y vivir como escritor; también de las que no dudan ni se arrepienten de empujar hacia el acantilado que es este oficio. A veces me equivoco, algunos no se atreven, otros se ahogan en el aplauso de unos pocos logros, pero algunos, sólo algunos, consiguen no traicionarse y seguir en el camino de la creación más allá de sí mismos. El circuito de Congresos y Reuniones Literarios de los que es asidua asistente, para usted ¿tiene sentido o son meras excusas que tienen algunos para salir de la casa por unos días? En los encuentros y congresos uno sale del termo local en el que vive creyéndose aceptablemente bueno; se encuentra cara a cara con otras estéticas, las puede sopesar y sopesarse, ver dónde está parado... Y son una excelente excusa para tomarse unos días en el País de Nunca La Avispa 50

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Reportaje Localísimo

Jamás junto a otros niños que todavía creen que el arte puede salvar al mundo. ¿Cree en la belleza? Si no, no escribiría. Como dijo Lautremont: es necesario extraer belleza hasta del seno de la muerte. Claro que encontrarse con ella es muy riesgoso.

Coincido con ella, encontrarse cara a cara con la señora Predieri en muy riesgoso. Si cree, ¿entonces para qué publica? Creo que mi poesía es oscuramente bella. Publico para sacármela de encima y ver si empiezo de una buena vez a hacer algo que valga la pena. ¿Qué piensa de la crítica literaria? Salvo raras excepciones una fantochada. Algo a lo que se dedican los amigos y los licenciados en letras que dejaron de escribir después de Teoría y Crítica I. Trago saliva y le agradezco por la parte que me corresponde, a lo que ella me sonríe como si nada. Se ve que mi crítica a su libro le dolió un poco. Le pido disculpas pero me ignora mientras enciende su octavo cigarrillo ¿Alguna vez escribió por dinero? Ja, ja. Sí, para una revista marplatense que ya no circula. Más de la mitad la escribía yo diferentes seudónimos. De todo: comerciales, astrología, deportes, entrevistas. Fue divertido, como una consigna de taller. Una pregunta sobre ética personal, ¿pagaría por ver sus trabajos en una revista de tirada nacional? Jamás. Ya he pagado bastante por mis tiradas de a quinientos. 21

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Reportaje Localísimo

Para el final, una fácil ¿qué piensa del ambiente literario local? Desastroso. Muchos grupos, todos separados por enemistad, envidia o estéticas irreconciliables. No somos porteños ni del interior; entonces ¿adónde estamos? ¿Quiénes somos? Habría que ver tal vez de dónde venimos. Pero definitivamente para mí: no existe una literatura marplatense, sólo individualidades, algunas muy valiosas, pero de una cosa estoy segura: a pesar de tener el mar en los talones nos quedamos en el charco. Tendríamos que acercarnos a la terminal y dejar de esperar la temporada. Para ir más allá hay que trabajar, poner el cuerpo... y no me refiero a meterlo en una valija. Definitivamente entrevistar a Marcela Predieri para su propia revista no es fácil, aún cuando mi querido Gustavo Araujo me asegure que la señora prometió no ejercer su poder de veto editorial. Espero que a los lectores les haya servido para conocer sus opiniones y sus lados un poco oscuros. De mi parte solo reconocer que una mujer inteligente es lo más peligroso que hay, mucho más si se llama Marcela Predieri.

Prof. Pánfilo Pérez Paunero

Por Gustavo Javier Araujo Nació en Mendoza en el año 1965, y vive por aquí desde que se casó y no pudo volverse, cosa que añora. Escribe cuentos de humor y de los otros. Alguna gente se ríe al leerlos pero no sabe de cuáles. No se toma muy en serio sus trabajos aunque tiene amigos que le insisten en que lo haga. Todavía lo está pensando.

gustavojaraujo40@yahoo.com.ar La Avispa 50

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Ent rvist a

Entrevista a Cristina Monteoliva por Luis BenĂ­tez

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Entrevista

DESDE GRANADA, ESPAÑA, HABLA LA CRÍTICA LITERARIA CRISTINA MONTEOLIVA

“La literatura latinoamericana suele ser de calidad”

Por Luis Benítez

Fotografías: Archivo de La Biblioteca Imaginaria

Cristina Monteoliva dirige desde hace años La Biblioteca Imaginaria (www. labibliotecaimaginaria.es) una de las publicaciones virtuales especializadas en crítica literaria, cada vez más consultada dentro y fuera de España. Se refiere aquí a la situación particular de las editoriales españolas, la presencia notoria de la literatura latinoamericana en el mercado europeo y la actividad cultural que anima a su ciudad, Granada, donde se celebra cada año una animada Feria del Libro y un ya bien conocido Festival Internacional de Poesía.

Quién es Cristina Monteoliva Nacida en Almuñécar, Granada, España, el 9 de noviembre de 1978, pese a su juventud y su modestia característica posee una respetada opinión crítica, que es activamente consultada a cada número de su revista virtual, La Biblioteca Imaginaria, de edición semanal. Dirige un amplio grupo de colaboradores, que incluye escritores, críticos académicos y criteriosos lectores, quienes reseñan cada lunes las novedades del mundo editorial español. Cada vez más libreros, editores y autores abrevan de la información brindada por La Biblioteca Imaginaria, de suscripción gratuita y altamente recomendable por la calidad y el alcance de los artículos y reportajes incluidos. Esta joven y dinámica autora –quien además es Licenciada en Ciencias Ambientales por la Universidad de Granada y Master en Medio Ambiente y Gestión del Agua por la Escuela de Negocios de Andalucía (ESNA)– comparte su actividad crítica con la creatividad literaria, como narradora. Una web de recomendación literaria Dirige usted una página web de crítica literaria, La Biblioteca Imaginaria. ¿Cuándo la creó y cuál fue entonces su proyecto? La Biblioteca Imaginaria nace en julio de 2008 de manera totalmente casual. La Avispa 50 24


Entrevista

Monteoliva con Espido Freire

Me explico: por aquel entonces yo colaboraba como reseñista en el suplemento literario “Periferia Libros”, del extinto diario “La Opinión de Granada”. En verano el suplemento dejaba de publicarse, y a mí ese verano se me acumularían las reseñas (por aquel entonces ya tenía varios contactos editoriales). Mi sentido de la responsabilidad no dejaba de recordármelo a cada instante. La solución vino de

manos de una amiga: ella me comentó que el Gobierno de España estaba ofreciendo dominios gratis durante un año a los menores de treinta años, y me animó (mi amiga) a solicitar uno. Por supuesto, yo pensaba que el trámite burocrático me tendría días esperando una respuesta. Cuál fue mi sorpresa cuando al día siguiente de solicitar el dominio, me lo concedieron. La Biblioteca Imaginaria podía empezar a funcionar. La Biblioteca Imaginaria nació, como digo, como un lugar en el que colgar mis reseñas. Por suerte, pronto empezaron a aparecer los colaboradores, y el proyecto fue creciendo. Actualmente, La Biblioteca Imaginaria es una web de recomendación literaria donde publicamos noticias, artículos de “autopromoción”, reseñas y entrevistas a autores. También ofrecemos links a editoriales, webs de autores y otros sitios de interés, y tenemos una sala de exposiciones (un poco abandonada desde hace tiempo, aunque esperamos poder ofrecer pronto una nueva “exposición”). 25

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Entrevista

Monteoliva con Félix J. Palma

¿Cuál es la actividad actual de La Biblioteca Imaginaria? ¿Cuál es su relación con las editoriales? Básicamente, en La Biblioteca Imaginaria nos dedicamos a leer mucho y reseñar libros (libros en general, no sólo nos centramos en las novedades literarias). De vez en cuando acudimos a alguna presentación, hacemos entrevistas (normalmente vía e-mail) y nos peleamos (bueno, puede que eso sea algo exagerado, espero que nadie se haya enfadado de verdad por algo así) por ver quién

reseña un libro que nos interesa a varios (como en el salvaje Oeste, el primero que llega, se lo queda). Las puertas a material propio (pequeños ensayos, relatos, poesía) de nuestros colaboradores y lectores sólo se abren una vez al año, durante lo que denominamos “La Semana del Libro”. Lo aclaro por si alguien se anima a colaborar: reseñas es lo que necesitamos por ahora, gracias. Con respecto a las editoriales, puedo decir que, en general, la relación es fluida. La verdad es que se portan muy bien con nosotros, nos prestan mucha más atención de la que yo pude pensar cuando comencé con esto. Son pocas las que nos ignoran. “El que quiera ver sus reseñas publicadas en la web, será bien recibido” ¿Quiénes son habitualmente sus colaboradores? En lo que va del año 2010 han colaborado de manera habitual en La Biblioteca Imaginaria: José Cruz Cabrerizo, Raúl Rubio Millares, La Avispa 50 26


Entrevista

David Porcel Bueno, Pedro Crenes Castro, Iván Alonso, Luís Vea García, José Leandro Ayllón, Carolina Molina, Juande Garduño, Juan José Castillo y Elvira Ramos. De manera más esporádica (me sigo refiriendo al año 2010), han colaborado con nosotros Ángel L. Soto, José Vicente Pascual, Antonio Jiménez Paz y Giuseppe Favale. Así que, como veis, somos ya bastantes. Lo que no quiere decir que en el futuro no podamos ser muchos más: todo el que quiera ver sus reseñas publicadas en la web, será bien recibido. Se celebró recientemente la Semana del Libro y la Feria del Libro de Granada. Luego, el Festival Internacional de Poesía ¿Qué puede decirnos sobre estas actividades culturales? La Feria del Libro de Granada dura unos diez días. Suele ubicarse entre Plaza de las Batallas y Carrera de la Virgen, un lugar de mucho paso peatonal en Granada, aunque algunos eventos tienen lugar en otros lugares de la ciudad. La venta de libros en las casetas se complementa con recitales de poesía (a veces acompañado con música), cuentacuentos para niños, firma de libros de autores, charlas y presentaciones de libros, etc. No es una de las ferias más grandes de España, aunque creo que la oferta que suele ofrecer es muy buena. La verdad es que este año he estado muy ocupada (no lo he dicho antes, pero durante esa semana La Biblioteca Imaginaria abre sus puertas a todo tipo de material –poesía, cuento, ensayo, etc.– de nuestros lectores; las actualizaciones diarias y la organización del material me tienen bastante entretenida entonces) y he acudido a pocos actos, tan sólo a la presentación de “El menos espectáculo del mundo”, libro de cuentos de Félix J. Palma, gran escritor y amigo, y a la firma de libros de Andrés Pérez Domínguez, flamante ganador del último Premio de Novela Ateneo de Sevilla, con su novela “El violinista de Mathausen”. Con respecto al Festival Internacional de Poesía, me temo que puedo ofreceros poca información. No he acudido a ningún acto y todo lo que sé es por la prensa. Puedo deciros, eso sí, que se trata de un certamen importante, al que acuden poetas de habla hispana de infinidad e países. Son varios los actos (lecturas de poemas, entregas de premios, mesas coloquio) y hasta los autobuses de la ciudad se llenan por unos días de poesía. Para cualquier otro tipo de información sobre eventos literarios de Granada, podéis poneros en contacto conmigo, que gustosamente os pasaré los links a los lugares desde donde mejor os informarán. Respecto de su trabajo como crítica, ¿cuáles son sus vivencias y experiencias? 27

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Entrevista

Mi labor como reseñista me ha aportado mucho, en diversos sentidos. Ahora conozco un poco más el mundo literario, aunque estoy aún muy lejos de ser una experta. Leer tanto me ayuda a perfeccionar mi estilo, pues no hay nada mejor para aprender a escribir bien como ser un verdadero vampiro de las letras (lo que no quiere decir que yo lo llegue a ser algún día). Por último, gracias a La Biblioteca Imaginaria estoy conociendo a mucha gente maravillosa, editores, encargados de prensa, escritores y lectores. “No dejan de surgir nuevas editoriales cada año” ¿Cuál es actualmente la situación de la actividad editorial –particularmente, la de las pequeñas y medianas empresas editoras– en España? No creo ser la persona más adecuada para contestar esta pregunta. Primero, porque yo no tengo una editorial; segundo, porque mi sentido de la discreción me lleva a no ir preguntando demasiado sobre el asunto a los amigos que dirigen editoriales (aunque se suponga que, por lo que hago, no estaría mal que lo hiciera); y tercero: a veces peco de idealista. Dicho esto, aquí va mi opinión: En España las cosas no andan muy bien económicamente. Las pequeñas y medianas empresas lo tienen peor que nunca para mantenerse a flote. Por otro lado, los lectores tampoco han sido tantos en los últimos tiempos. Sin embargo, y a pesar de todo, no dejan de surgir nuevas editoriales cada año, y veo que la gente trabaja con entusiasmo. Está bien: la mayoría saben que con esto no se van a hacer ricos, son muchos los que tienen que alternar el trabajo editorial con otros empleos para llegar a fin de mes. Pero el positivismo está ahí, el amor por las letras es más grande que las dificultades, y se sigue adelante como se puede. Finalmente, creo que los lectores agradecen que haya tanta variedad editorial. Aunque repito: todo lo que acabo de decir es tan sólo mi opinión, mi forma de percibir el asunto. Estoy segura de que las editoriales españolas se enfrentan a problemas que ni sospecho. Tan sólo espero que todas puedan capear el temporal de la crisis y seguir ofreciéndonos grandes títulos a los amantes de las letras. ¿Cree que la crisis económica podrá afectar, en el futuro mediato, a la actividad editorial española? No lo sé. Espero que no, como decía en mi respuesta anterior. Ojalá los lectores sigan respondiendo positivamente a sus publicaciones. La Avispa 50

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“Son muchísimos los escritores latinoamericanos que publican asiduamente en España” ¿Existe interés en España por la literatura latinoamericana? ¿Cuál es la actitud de las editoriales y la crítica españolas respecto de la literatura latinoamericana? Sí, un interés notable, tanto por parte de los editores como de los lectores y críticos. La mayoría de nosotros sabemos que la literatura latinoamericana suele ser una literatura de calidad. También hay que tener en cuenta que son muchísimos los escritores de América Latina afincados ya en España o que publican asiduamente en nuestro país. ¿Cuáles son sus planes respecto de La Biblioteca Imaginaria para el futuro? Esto sonará aburrido, pero a corto plazo espero seguir más o menos como hasta ahora. Estoy intentando escribir una novela, y La Biblioteca Imaginaria ya me quita bastante tiempo tal y como se presenta ahora mismo. Tal vez en el futuro pueda organizarme y pensar en nuevas actividades, o tal vez abrir las puertas al material propio de los lectores alguna vez más a lo largo del año. Mientras tanto, ojalá que cada vez más gente llegue hasta nosotros, y, sobre todo, pase un buen rato con lo que ofrecemos.

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Monteoliva con David Trueba

Entrevista


Entrevista

“El día menos pensado nos toca la lotería y hacemos algo grande” ¿Algo más que añadir? Antes de terminar esta entrevista me gustaría expresar mi eterno agradecimiento a los colaboradores de La Biblioteca Imaginaria. Chicos, yo podría hacer esto sola, pero sabéis que sería muy, pero que muy aburrido leer siempre mi punto de vista. Además, la web no podría actualizarse con la frecuencia que lo hace ahora. Sabéis que valéis todos mucho, aunque yo no os pueda pagar más que con estas palabras. El día menos pensado nos toca la lotería y hacemos algo grande. Mientras tanto, yo me levanto y os aplaudo a todos. No podría olvidarme tampoco de los lectores de La Biblioteca Imaginaria, siempre tan fieles a nuestras actualizaciones. Muchas gracias, amigos. Vuestro apoyo nos ayuda a seguir adelante semana tras semana, libro tras libro. www.labibliotecaimaginaria.es FOTO 1: La crítica Cristina Monteoliva con la narradora bilbaína Espido Freire, en la presentación del libro de cuentos de ésta: “El trabajo os hará libres” (2008), en Granada. FOTO 2: Monteoliva con el autor Félix J. Palma en Granada, cuando éste presentó su libro “El mapa del tiempo” (2009, Premio Ateneo de Sevilla de novela). La obra resultó un gran éxito de ventas y su traducción está en curso en gran cantidad de países. FOTO 3: Cristina Monteoliva en la TV española, como invitada especial del programa “El público lee”, junto al escritor, periodista, director de cine, guionista y actor madrileño David Trueba. FOTO 4: La crítica Cristina Monteoliva recibe su diploma de “patafísica” de manos de Ángel Olgoso, escritor español conocido por sus relatos breves y fantásticos.

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Poesía JULIO CARABELLI MYRIAM LEAL ESTEBAN CHARPENTIER CARLOS BARBARITO CARMEN GLORIA PINILLA JORGE ALBERTO DIPRÉ MARTA PIMENTEL KARINA CARTAGINESE MARY ACOSTA CRISTINA LEONIDAS MENDIRY VICTOR REDONDO GUSTAVO TISSOCO MARIA JULIA DRUILLE PEPE SANCHEZ GABRIELA DELGADO ALICIA MÁRQUEZ MARTA CRISTINA SALVADOR JUAN MANUEL PÉREZ ÁLVAREZ BIBI ALBERT MARÍA LAURA COPPIÉ MARIANA TONIOLO 31

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Poesía

JULIO CARABELLI

(Tucumán) - carabelli.70@gmail.com

Una mañana dijiste hay cosas que y dijiste un grillo porque antes no era tan difícil andar con un grillo en el bolsillo todo el mundo todo el que caminaba iba a parar a tu memoria rostros olvidables pasando a las semifinales relojes muertos tropezando en los andenes –ya no hay por qué partir– dijiste y juraste por todo el humo de los trenes que no era cosa tuya la huelga de los grillos ni el recalentamiento y menos ese color violeta que ahora agota los ríos.

Diana Akselman

IMPERSONAL

ÁNGELES PERDIDOS Alguien perdió sus ángeles Los olvidó en el asiento trasero de la pick-up Desde entonces ellos fuman habanos juegan póker todo el tiempo y abusan de la cerveza En las noches por allí anda alguien desangelado con un manojo de plumas en el bolsillo y estos chicos –a los que ya les está creciendo la barbaquieren redimirse Volver a casa Diana Akselman

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MYRIAM LEAL 32

(Tucumán)


Poesía

LA RAZÓN TIENE CO-RAZONES QUE EL CORAZÓN DESCONOCE La visita a los cementerios me hace olvidar la muerte las mujeres, el amor los viejos me recuerdan la infancia los soldados, el mar, la fruta es como el silencio aunque huelan distinto Las pinturas son los pájaros de la memoria los ojos el espejo del baño los ricos me quitan la alegría los pobres, el dolor, Algo se traen entre manos tus sonrisas algo separa mi corazón del cortejo de sombras que tropiezan al vernos Un semáforo se sube a otro lo ha convencido de erigir un tótem Tu madre quisiera poner su foto en la tapa del frasco de mermelada en lugar de esos duraznos Tanto me querías que se te hizo un hijo en sueños Rompió en olas la palabra montaña y nosotros, elegimos no estar juntos llamando al amor una paradoja que se siente entre tempestad y tempestad.

Diana Akselman

ESTEBAN CHARPENTIER

charpentier_e@yahoo.com.ar (Buenos Aires)

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Poesía

¿Y ENTONCES, POR QUÉ VÍA, A LOMO DE QUÉ IDEA..? ¿Y entonces, por qué vía, a lomo de qué idea? ¿Hasta dónde y a partir de allí qué hierbas, ramajes, temblores, consuelos? ¿Esperar el gesto del dios escondido en cada cosa, su caprichosa acción ajena al constante movimiento de tensores y poleas? ¿Por qué, entonces, florece en su hora y en su hora lo florecido se marchita? Por bosques de sueño y sangre, de un lado la dolencia y del otro, su aparente cura, demasiado ataviado para la muerte y demasiado desnudo para la vida, mientras crecen las preguntas como hierbas en una tierra ablandada por la lluvia.

CARLOS BARBARITO

barbarito3@hotmail.com (Pergamino)

FUIMOS

Yo fui la inmaculada, Que se resquebraja apretada a la memoria. La que atisba escondida, anidada en tu silencio. Así como vuelve sobre el agua el brillo tenue de la ciudad dormida. Así vuelvo sobre mis pasos a desandar los pliegues de tu sal. Desde la sombra de la luna, Cambio humo azul, por caracolas. Viento Sur, por brisa de mar. Voy vestida de oro-arena, Con la piel desgranada hacia tu faro. Yo fui la uva, de tu vendimia de espumas.

CARMEN GLORIA PINILLA (Villarrica, CHILE) La Avispa 50

Diana Akselman

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Poesía

-IIINo se trama un día en las aureolas aceitosas del primer café. Tanto abraza la mirada la ventana inasible que obligará a la imagen Un segundo basta para ser pensado. En esa partícula cabe el mundo de las fragancias hasta la tropical el tostado sol de los bares. ¿vale la pena? Salir al hormigueo de la urbe por ubres ofrecidas en su emanación ¡Bah! Volver embolsillado a la geométrica cueva rutinar lo indeciso de la calle ese ir y venir que lima el duro cemento Alquitrán al mediodía Alquitrán por las noches cuando el ahogo, el ahogo del día a día nocturnamente nos eleva a la terraza. Habrá que intuir las estrellas tenues en la lechosidad otra luna nos devolverá la cordura allá, cuerpecitos, duendes mudos múltiples escenarios, la vida, se mueve. Podría ser una noche donde ya el otoño se huele pero no el perfume puede ser ahora una invención un recuerdo avivando con melancolía lo cercano y negado.

Diana Akselman

JORGE ALBERTO DIPRÉ jorgedipre@hotmail.com

de ‘El hombre que está solo y espera (el olvido)’

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Poesía

SIN ATADURAS Hace tiempo el latido de la tierra se detiene el sol oscurece el mar se embriaga de ríos amarronados los pájaros miran por detrás de mis pupilas, hace tiempo que vigilo para adentro y me observo emigrante y me hablo y me digo, y me enfrento. De repente ya no estoy, no existo como antes. La piel se intoxica con la verdad donde habita la que soy. Hace tiempo que me exijo no exigirme y vuelvo en mí, sin ataduras hallándome como siempre como cualquier día de estos.

MARTA PIMENTEL (Paraná)

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Poesía

MÚSICA MOJADA

….la tierra suspira perfumes de alivio…

Diana Akselman

a todo volumen se abren los ojos del cielo blanca velocidad en el asfalto y el techo corren piecitos de agua cae la transparencia como un manto el peso del llanto los ojos del cielo llueven mi pena no puedo llover mis ojos aún no son cielo mi cielo

s.) . A .com s (B ot E - logsp S E b IN arina. .ar G m A ek RT icosd oo.co A C oet yah NA itosp ese@ I R cr in KA w.es artag ww rinac ka

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MARY ACOSTA - (Munro)

Atardece en mí, ante el desnudo audaz de los espejos. Desgrano la penumbra hambrienta vistiendo un traje de epílogo, sobre la fina piel gastada, que expulsada en siete gritos desarma cóncavos domingos de abril. Detrás del músculo agotado, la acróbata libélula confabula el vuelo, en mitad del geodésico instante, inventando el hálito de Dios resucitado.

poemasdemary@hotmail.com poetamaryacosta@yahoo.com.ar

ACROBACIA SÁLMICA

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DEATH ROW EL celeste agobia/ Inunda por demás el entorno/ Ciega toda posible referencia/ Centellea cielo alrededor / Interminable sobre la arena hirviente / Roza con el mar, también celeste/ También cegante por el brillo que no cesa/ Sobre las aguas que se elevan y se hunden sin cansancio / Siempre en el mismo lugar cada vez/ Agobia como la suma de todas las opciones posibles/ Encontrar sólo viento que golpea la piel/ Castigo de arenisca dinamita caracoles / Dientes entre los que se enredan sueltos/ Lucha por escapar de la inmediatez/ Trama estructurada de vaivenes incesantes/ Decisiones difíciles de concebir/ Imposibilidad de las especulaciones que nos envuelven/ Dificultades que azarosamente destraban los obstáculos / Karma siempre activo de pobres existencias/ Límite de nuestras cabezas aún erguidas/ Pesadamente erguidas a nuestro pesar/ Celeste que abruma avanza por todos los contornos / Oprime las sienes de tanto esplendor/ Desproporción real de supervivencia/ Complejidad ahora percibida en el sistema de nubes que intercambia/ Variedad de distribuciones ante nuestra vista / Ceguera inmediata del resplandor / Innúmeros formatos se delinean hastiados / Inmediatez imperiosa de absurdas decisiones vandálicas opacadas/ Evasivas nubosidades se despiertan / Ojos apretados y temblorosos por la ciega refracción de los rayos solares/ Las líneas blanquecinas desdibujan trayectorias de la imaginación ahogada entre tanto cielo por los contornos/ Rutas enigmáticas se ocultan sabiamente / Trazas de anoréxicas nubes que aun no se perfilan con definición humana/ Destellos encandilan la pendiente de la hora en suspenso exacta/ Variación diurna/ La Avispa 50

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Poesía El viento mezcla una mayor profundidad / Circunstancias distintas en relaciones de dependencia / Cierto estado de equilibrio, pero sólo para grandes volúmenes / En períodos de tiempos largos verifica variaciones circunstanciales/ Continuidad de los océanos/ Libremente comunicados reaccionan del mismo modo/ Olor a sal también celeste/ Como el agua más liviana que es en general la más caliente/ Olas que se aproximan a la costa y llegan a la playa/ A lo largo de la orilla sólo reacciona la resaca/ A veces, se hunden grandes cantidades de masas de agua, también celeste/ El mar invertido, con techos de espumas llegantes/ Las efigies nos derrocan claustrofobias/ En sentidos coloidales/ Nos denudan el silencio en carros huecos/ Inclementes se enrostran las dorsales/ Cavernarias de ancestrales multitudes/ Se nos rinden avisperos/ Ante el canto de roldanas sin lamentos/ Tumba-elipse/ Naciendo/ Por silencio/

CRISTINA LEONIDAS MENDIRY

Diana Akselman

cmendiry@hotmail.com

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Poesía

MI AMOR Te espero en la puerta de la casa que no tenemos ni tendremos. Visto y desvisto a tu ser preferido. Cuando creo besarte te miro a los ojos. Me inclino hacia atrás y te entrego ese rojo y negro de tu sin nombres. Para que me llames “mi absoluta”. Al inclinarme tengo tu tigre chino mordiéndome. Y yo abierta en no sé dónde, hasta dónde, desde dónde. Tuve infinitas noches para lograr este cuerpo que curvo se te entrega. Me inclino un sombrero blanco, deseando que te guste. Soy esta belleza, según tus palabras, o mi saber. Esta que al tenerme en su boca no quiere más que hablar placer. Así te amo. En la playa del futuro besándote. Transformada en otra hasta el fondo de mi garganta. A tardes necesito estar sola y gozarme en mi belleza. Tengo los labios de un rojo de incógnito y no sé reconocerme en esta exageración. Te amo tanto que enciendo fuegos y me enciendo sobre las pieles que desearías me descubran, hombre mío. Somos uno en deseo. En la vida dos. Me inclino sobre los sillones rayados negro y blanco en los que amaste a otras niñas preciosas. Cuando ya no puedo no tenerte me extiendo sobre mí y lamo mi secreto en soledad. Soy bella también esperándote. Mi cuerpo es un arco en sí mismo. Decir soy tuya es delito. Soy toda tuya. La ley no entiende. Cuando me la das bebo a morir. Te trago todo. Dulce y amarga esa tuya. Quisiera una gemela para hacértelo de a dos mientras suene este jazz sobre el cielo como pájaro. Decime, hombre maricón estelar, ¿qué más queremos? Estamos en un bar hablando. Te digo que me amás y me decís que te amo. La vida nos quitó los relojes esenciales. Seremos jóvenes y estamos solos y esta es nuestra vida. La Avispa 50 40


Poesía

Qué bello es jugar a muertos y enamorados sobre nuestra piel de ceniza ahora, querido mío, cuando estoy parada frente a nuestro espejo, y me siento tan sola, tan bella y tan sola. Mi primo Rilke, muerto por una rosa el tonto, bebía sangre de muertas y escribía con la lengua “todo ángel es terrible”. Tú, tú eras la muerta cuya sangre queríamos beber y escribir. Un poco de placer entre esta mierda es bueno. Escribir sangre. Ya no sé cómo tenerte. Amor, amor mío, no me dejes, por favor no me dejes de amar. Soy tu yo, tu presente y futura mamá. Hago tantas cosas por ti. Por ejemplo, escribo con mi sangre “soy la serpiente de tu ombligo el borde de tu piel la piel de tu cuerpo. Soy la que te ama para que no me dejemos. No me dejes.” Ahora, macho mío, tengo que irme a morir. Pienso mi poema al margen tuyo. Sos mi vida y mi vida es mi pensamiento. Me costó muchísimo ser mi propio ángel. Me divierte, además, amarte. Soy mi mujer. Soy yo. Una dama, experta, apenas, en aprender a vivir. Estoy de fiesta. Encuentro mi voz. No arrastro nada. Me creo pura en el desastre. El desastre es estar por fin enamorada. El amor estará conmigo hasta muerta. Y te seguiré esperando en la casa que nunca tendremos.

VICTOR REDONDO

(Buenos Aires) - vredondo@ar.inter.net 41

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Poesía

DE “DESDE TODOS LOS LADOS” Debajo de la cama habitan tres hombres muertos un revólver y la caja de lexotanil. Están ahí las fotos opacas y amarillas, los pelos del gato, las cartas de amor. Botellas vacías descubren olvidos, la mancha blanca recuerda el gozo y como un laberinto los libros persisten desordenados. Debajo de la cama toda la tristeza. En la almohada la cabeza abre los ojos ríe.

GUSTAVO TISSOCO

Foto: Daniel Battiston

(Buenos Aires) gtisocco@intramed.net

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LA FOGATA DE SAN JUAN

Poesía

ella se peina en la oscuridad ritual de caricias anhelantes se saca las hebillas se desata y enardece de adivinación /sibila en la penumbra/ falsas promesas de roce en cada movimiento despliega sombras efímeras en el ademán /de camisones leves/ hasta que se desploma hasta que inunda de torrente de cabellera suelta al fin traza contornos /sondea/ la pluma erecta exploradora tenaz /que hurga/ en los intersticios eriza los epitelios castos y erupciona óleos y néctares itinerario sutil que funda su cuerpo y llena de vino /de vino al fin/ esta copa voluptuosa para que te embriagues para que ardas en oleadas para que no se apague /de voces/ el llamado animal

Débora Pereyra

MARIA JULIA DRUILLE majudrui@gmail.com

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Poesía

APRENDIZ DE JUGADOR Algunos hombres hacen de la suerte un arte. Yo he tenido que patearle el trasero. Con estas manos darle vida a un pozo de sangre y diaria muerte.

Algunos hombres miran cómo el viejo Tahúr parte las cartas, temerosos del odio que marcaron ellos mismos.

Diana Akselman

Algunos hombres llevan varias voces en su equipaje por si cambia el cielo de color. Yo aposté todo el desvelo a un solo adiós de sueño y sed atroces.

) BA U s (C .e Z - yahoo E CH000@ N A h2 E S chez P n PE pesa pe

Yo me bebo la vida con su añejo golpear en mi puerta, sus acosos. Aunque aprendiz, apuesto en sus abismos.

LA VIDA TIENE NOMBRE

Inconsciente de mí, incinero límites y sombras. Me descalzo el dolor en tu orilla, me brotan manos. Soy verbo nuevo, estallo deseos. Puedo apoyarme en tu espalda para que el mundo no se caiga. Ya no respiro ausencias. El tiempo nos da su flanco de infinito. Voy perdiendo la memoria en tu río, me dejo ir. Me salvo en el asombro de ponerle nombre a la vida. Diana Akselman

GABRIELA DELGADO

CABA (GRUPO PRETEXTOS)

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Poesía

COINCIDENCIAS Te gusta el tenis. Que me aburre soberanamente. Y las óperas de Wagner. Que me ponen de malhumor. Te gusta el boxeo. Que me espanta. Y el rugby. Que no entiendo. Te gusta el hígado frito con cebollas. Que me produce arcadas. Y las películas de guerra. Que me aterran. Te gustan los cuadros de Piranesi. Que me angustian. Y el fútbol. Que me es indiferente. Pero cuando hablamos, cuando hablamos me escuchás con los ojos.

ALICIA MÁRQUEZ

CABA (GRUPO PRETEXTOS)

Diana Akselman

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Poesía

EL NIÑO DEL HAMBRE Ojos huecos, enmarcados de profundas ojeras en el tiempo. Piel cetrina y frágil, que habla De hambre y lamentos. Noches de pan, vacío su vientre, Acallado se duerme En noches de frío, crudo invierno. Se advierte sufrimiento en este niño, Cruel la vida de este ser de noches Desoladas y de infierno… Tierno pan, sin pan en la alborada. Niño que supo reír y dar luz a la mañana; Hoy, callado y triste, espera en vano El bocado de la nada… Cruz de luna, hogar ausente…al regreso De pedir en las calles sin presente. Un bocado tan sólo recibió tu vientre, Al cabo de días tan ausentes… ¡no puedo verte niño, sufrir desde mañana! Por eso, come esto, saciando tu hambre

MARTA CRISTINA SALVADOR

(Mar del Plata) - salvadormc2@gmail.com

Diana Akselman

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Poesía

XXXV

Vino el otoño al fin de la primavera. A la higuera se le han caído las hojas. La higuera de la meditación se ha vuelto un poco más desnuda en la memoria. Hay una alfombra de hojas amarillas como un sueño en el fondo de las cosas. Recuerdos vivos ocupan la tierra, hojas sin término la tierra abonan. Se han quedado las ramas espectrales de la higuera, solas. Como una caricia la lluvia baja hacia las raíces hondas. Esta es la misma higuera en donde, a veces, el viento cantaba y traía aromas, donde los niños jugaban riendo, donde las madres bordaban dichosas. La higuera es la misma. Otra la vida, que en los confines de la luz borrosa va extendiendo una lámina de oro sobre el cielo, la tierra y las personas, va resucitando la mañana con el color sereno de la gloria como una sonrisa, mientras el día disuelve los vapores de la historia, que son las nubes de nuestro antiguo sueño; las nubes encendidas de esta hora.

JUAN MANUEL PÉREZ ÁLVAREZ

(Ourense, ESPAÑA) juanmanuelperezalvarez@yahoo.es

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BUCHE DE DIOS

Una ostra es una isla en su océano chiquito. Una isla sin palmera, sin náufragos, sin mapa, sin más viento que mi gula abalanzándose, sorbiéndola, como un neptuno exiliado en tierra. Y el mar pasa a mi boca. Y mi boca se vuelve anfiteatro de robinsons crusoes de marfil. Y las olas estallan de sal alimonada contra mi paladar, gruta bendita en que rebotan ecos de lujuria brevísima y sirenas alzadas. Una ostra es la certeza de que el cielo queda abajo, en su infinito espejo.

BIBI ALBERT

Foto: Daniel Battiston

CABA (GRUPO PRETEXTOS)

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Grupo PRETEXTOS de Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA)

Poesía


Poesía

EL CIELO SEGÚN HIROKAZU KOREEDA ¿Elegir? ¿En serio? ¿Sólo uno? ¿Cuánto dura un momento? Elegir. Uno solo me piden. ¿Cómo si son tantas las mañanas? ¿Dónde pongo las que vendrán? No quiero moverme. Acurruco toda yo entre tu piel serena de miel de mí y cuido el silencio blanco, aquieto al corazón, aliso las palabras para que nada agite este sueño, esta vida, nuestra vida. Acaricio inmensamente suave al cielo. Temo que algún dios en un gesto infantil lo desparrame todo.

MARÍA LAURA COPPIÉ CABA (GRUPO PRETEXTOS)

Foto: Daniel Battiston

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Poesía

ACTORA

Foto: Daniel Battiston

¿Soy? No lo sé. León y madreselva, estrella polar en la aurora de los fríos, duda siempre. ) LO TOS Morocha y de mirada alta, O X I E con azules que me salen de las entrañas ON RET T P grillo tarareando NAUPO A I en anocheceres de algarrobos. R GR Soy vacía, MA BA ( CA también, y el viento me llueve aún en lo no mojado despeina mis promesas las propias, las de mis rostros, la de las fotos descansando sobre la puerta, soledad en pleamar, actriz que no me reconozco. Invencible. Incansable. Incurable. Terca esa, desde el fondo de mis ojos, y esta otra que se me escapa del negativo brilla por las caricias de seda y muere por los besos que deshojan margaritas… Soy esta yo, mutante. León, madreselva y estrella.

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Cuent os y relat os DANIEL BATTISTON YOLANDA DE LA TORRE RICARDO SILVA GASTÓN LUDUEÑA D. R. MOURELLE DIEGO ORCOYEN BRUNO SALAS MÓNICA ARAMENDI JORGE CASTAÑEDA MARTÍN ARREGUI SERGIO R. AZNAR

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Cuentos y relatos

ESTAMOS ESPERANDO QUE TOMI VUELVA DE LA ESCUELA Ya son las cinco y media y la combi que no llegó, yo no sé todavía, no entiendo por qué Pablo no me quiere dejar el coche para que vaya a buscar a Tomi a la escuela. Ahora que empezó primer grado se puso igual que cuando nació Tomi. Entonces había razones pero ahora no, ¿cómo no iba a estar mal con lo difícil que fue todo, con Tomi con el respirador artificial y yo que no paraba de sangrar? Pero ya está, ya fue todo eso, y Tomi, mi Tomi, ya empezó la escuela; pero igual una no se olvida; todavía lo veo a mi chiquitito Tomi en la incubadora, y esas cosas que le ponían, y las mangueras en la boca, y él tan chiquitito y blanco pobrecito, pero este año ya empezó la escuela y Pablo que no me quiere dejar el coche para que lo vaya a buscar, y lo tiene que traer la combi porque yo no puedo dejar la casa sola, no puedo. Pablo que vive en su oficina y la casa tan grande que siempre la veo desordenada, y Tomi tan revoltoso que siempre anda desordenando todo le que termino de acomodar. Tan lleno de vida mi Tomi. No como el padre. Pero Pablo no era así, no, parece que se fue muriendo después que nació Tomi. Un poco después se le pasó, pero desde que Tomi empezó la escuela él volvió a ponerse así, mal, hasta me dijo de empezar otra vez terapia. Pero no sé si es para tanto, ya se le va a pasar, se debe sentir un poco viejo, ahora que nuestro Tomi empezó la escuela Martina vuelve a mirar por la ventana de la cocina, aquella tan pequeña como sus ojos miopes, la que da al jardín, espera a que el colectivo naranja se detenga frente a la casa, mientras el café con leche y las galletitas esperan sobre el mantel a cuadros naranjas y blancos, el tablero donde el juego sin palabras de cada tarde sigue reglas propias. Martina se sienta contra el borde de la mesada, apoya las palmas contra el canto y aprieta, aprieta hasta que las manos blancas se vuelven más pálidas. Cierra los ojos, los refriega con el revés de una mano, y no entiende por qué Tomi no llegó todavía de la escuela. Le cuesta ver la cocina, los muebles se vuelven tenues, la taza sobre el plato sobre el mantel a cuadros, el plato de un blanco perfecto donde descansan ocho galletitas dulces alineadas a intervalos regulares, como las víctimas de una catástrofe, todo en la cocina no es correcto. A su izquierda el reloj marca las seis menos veinte La Avispa 50

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Cuentos y relatos

Diana Akselman

Yo no sé qué le pasa a la combi, y no es la primera vez que se atrasa, no. Ya pasó esto, y cuando quise llamar para quejarme Pablo me dijo que mejor no, que estas cosas pasaban. Sí, pasan, ya se, pero también pasan otras cosas y no quiero que a mi Tomi le pase nada.

Se le va a enfriar la merienda y el café con leche siempre le gustó tomarlo bien caliente más ahora, en invierno y con este frío. Yo no entiendo a esta escuela, les hacen usar esa uniforme tan livianito que no sé cómo no se enferman los chicos. Pero igual a mi Tomi no le va a pasar nada, no es como el nene de Mara, se ve tan enfermito, pobre. Mi Tomi siempre fue fuerte, más con las que tuvimos que pasar. Ahí, sí, ahí llegó. Hola Marti, Pablo la abraza pero ella se muestra tan lejana. Estoy esperando a que Tomi vuelva de la escuela. Me mira raro, siempre que hablo de Tomi me mira así, y sí, debe ser que se siente viejo ya que el hijo empezó la escuela o seguro que son celos; una idiotez que esté celoso de mi Tomi. Qué raro se siente que me abrace otra vez, ¿cuanto hace que no me da un beso? ¿Y nada más que esto? un besito de novio en la comisura, ¿cuándo vas a volver a besarme de verdad? ya son casi las seis y la combi que no llega, ¿te olvidaste de besarme de verdad? Martina hace la cara a un lado para mirar el reloj; Pablo se sienta frente a la taza y las galletitas, toma una desalineando las otras siete con el canto de la mano. Martina se limpia la comisura. Siempre hace lo mismo, ¿por que no agarra sus galletitas en lugar de comerse las de Tomi? encima 53

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Cuentos y relatos

las desacomodó lo hace a propósito, son las seis y cinco ya. ¿Te caliento café? Gracias Martina, como un par de galletitas, me pego una ducha y sigo, tengo diez millones de cosas para hacer, tengo que tener todo listo para mañana. Desde que nació Tomi que no hace más que encerrarse, no más viajes, no más sexo. Sí, sexo sí, pero cada tanto. Se comió tres, como siempre, hasta en eso se repite. Ahí sí, sí, es la combi, por fin. No, pará Martina, primero acomodá las galletitas, ocho como le gusta a Tomi, y volvé a calentar la leche y el café. Hola mi vida, ¿que pasó que tardaste tanto? Vení, dejá las cosas acá y andá a lavarte las manos, ¿cómo que te hicieron quedar después de hora? No, Tomi, no, ¿cuántas veces te dijimos con papá que esas cosas no se tienen que hacer? Andá a lavarte las manos que tenés que merendar y hacer los deberes. Cierra la puerta con un golpe seco, la casa tiembla, se sacude, y Pablo sabe que ella volverá a acomodar las ocho galletitas dulces en el plato, calentará la leche y el café, y luego cubrirá la mesa de la cocina con libros y cuadernos hasta la hora de la cena. Me encanta la letra que hacés Tomi, igualita a la que yo tenía cuando era chiquitita como vos, no, igual no, la tuya es más linda y más prolija, ¿cómo es eso que te hicieron quedar después de hora? Hace a un lado los cuadernos y los lápices, coloca el azul a su izquierda, el negro paralelo al borde superior del cuaderno y el resto a la derecha, paralelos, a un centímetro uno del otro ¿le voy a tener que pedir a tu padre que hable con vos? No sé qué le pasa a Pablo cada vez que le digo que hable con Tomi se pone mal no quiere aceptar que el chico a veces hace de las suyas, no quiere hablar con él y no es así la cosa; un chico necesita que el padre esté presente. Nunca le habla no comparten lo que tienen que compartir, prefiere abrazarme y darme un beso todo eso delante de Tomi y no sé si eso es bueno para él cada vez se está portando peor en la escuela parece que al padre no le importa nada ¿cuáles son las cuentas que tenés que hacer para mañana? Mami te ayuda pero no te las voy a hacer yo ¿sí? si no nunca vas a aprender a hacer cuentas tengo cuatro manzanas y le convido una a mi amigo y me como otra yo no Tomi primero tenemos que comer la cena la fruta es para después si no no comés nada mami te va hacer la sopa de verduras que tanto te gusta ¿sí? pero primero vamos a terminar las cuentas y la fruta es para después de comer ¿Falta mucho? Pablo parece escapado de una noche de insomnio: los ojos que esperan el sueño que no llega, los párpados encadenados a la cárcel de la noche. Se pasa una mano por la cara para espantar a los fantasmas colgados de su rostro, La Avispa 50

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aquellos que trepan por las mejillas siempre afeitadas y se cuelan a través de un rincón de la boca y los ojos que no descansan. Martina no lo escucha, extraviada en las tareas de la escuela y palabras de aliento, explicaciones tejidas con susurros y guardar los útiles en la cajonera del comedor. Deja el cuaderno y los lápices en orden, los de colores formando un arco iris enfermo, los más claros a la izquierda hasta llegar al gris topo a la derecha, acomoda papeles sueltos y fotos en blanco y negro de cuando usó la fotografía como una puerta que también se cerró sin remedio. Cierra el cajón sin ruido, como si acariciara a un amante imposible, y extravía su mirada en las fotos sobre el mueble: un chico rubio con una pelota, saltando sobre una pileta de natación, otro en brazos de una mujer morocha, un chico rubio andando en bicicleta por un sendero a través de un bosque de pinos, fotos de colores chillones, fotos mal recortadas, una vela roja apagada, otras dos negras que se consumen dejando un rastro entre los portarretratos. Martina toma una caja de fósforos oculta tras las fotos y enciende la roja ¿Qué hacés? A Tomi le gusta, él no entiende él no sabe nunca supo como si no le importara siempre es lo mismo no le interesa lo que Tomi quiere lo que a Tomi le gusta, a Tomi le gustan las velas sobre todo las negras, me contó una vez que el olor de la cera derretida le hace acordar al de la plastilina del jardín, ya estoy ya termino y preparo la sopa de verdura esa que tanto le gusta a Tomi con calabaza puerro zapallitos ¿vos también tomás sopa o te hago un churrasco? no me dice nada, nunca me dice nada no entiende que hace seis años que no estamos solos, que Tomi es su hijo no lo quiere nunca lo quiso,.La cocina es un concierto de ollas y agua hirviendo, malabares de cuchillos picando la verdura para la sopa; Pablo enciende el televisor, un desfile de canales, sonidos y colores chillones lo atacan mientras Martina se ahoga entre calabazas, papas y especias. Deja que el agua hierva y comienza a tender la mesa, tres platos, las servilletas blancas sobre ellos, la cuchara y el cuchillo a la derecha del plato, el tenedor a la izquierda, los vasos alineados, el vino, una botella de gaseosa; Pablo juega con el cuchillo, lo hace dar vueltas entre los dedos mientras se extravía en alguien que le habla desde el televisor sobre un asalto en Lugano y un chico muerto; el cuchillo se le escapa y golpea contra el canto del plato, siempre hace lo mismo, sabe cuánto me molesta, ya lo sé hace rato que lo vengo notando cada vez que hago algo para Tomi está celoso, a veces pienso que le gustaría verlo muerto, pero no, es el hijo, nunca pensaría en eso Pablo, pero ya van varias veces que 55

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me dice de irnos los dos de viaje aunque sea un par de semanas y no me entiende que no puedo dejar solo a Tomi quién lo va cuidar si no soy yo, y él que me mira raro cuando le digo y ya no me vuelve a insistir pero después de un par de días de vuelta con el mismo tema ¿está bien así de sopa Tomi? qué hermoso y qué grande que está ya ¿nada más que esto vas a comer? No deja de golpear el cuchillo contra el plato se dio cuenta que lo estoy mirando que me molesta y se sirve un poco de vino siempre hace lo mismo cuando se da cuenta que hace algo que está mal ¿tan poquito vas a comer mi amor? para Pablo el churrasco casi crudo como a él le gusta y eso que me cansé de decirle ¿por qué no comés más sano? tanta carne medio cruda le termina envenenado el cuerpo y la mente pero él no me hace caso siempre tan poca verdura come pero por lo menos le gusta la fruta en eso es sano pero igual se nota lo enfermo que está por la mala comida tanta proteína y carnes rojas te envenenan el cuerpo, por nada va una vez a la semana a terapia siempre me pide que lo acompañe que si no voy con él no va pero hablan y hablan y hablan y parece que lo hacen conmigo pero él es el celoso enfermo de Tomi si hasta parece que imagina cosas extrañas entre Tomi y yo. Pablo se recuesta contra la silla, los ojos muertos: un Atlas senil y derrotado incapaz de sostener el mundo. Martina habla entre dientes, muy lento, marcando las palabras, el cuerpo lanzado hacia adelante, sobre la mesa, hacia la silla frente a ella. Mira a su esposo, un poco más extraño cada día, y le dice algo que él no comprende o no llega a escuchar, y dice que no con la cabeza y un buenas noches. Debería darle un beso, piensa, pero no, ella continúa allí apoyando los codos en la mesa y hablando a la nada que es ese mundo tan pesado como la noche y el río de palabras que los abraza, royéndoles la carne hasta el hueso, y otra noche más como hace seis años Martina dormirá en una cama vacía, en la pieza que nunca fue de Tomi.

DANIEL BATTISTON

(Mar del Plata) danielbattiston@gmail.com

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POR ROLY SALVATIERRA Mar del Plata Tenía bigotes y buzo blanco. Un gorro del mismo color, con la visera hacia atrás (como los pibes rapperos), pantalón vaquero y mocasines negros. Cerca de 100 kgs, y unos cincuenta y tantos años. Hablaba solo y en voz alta. Nadie le prestaba demasiada atención. Gesticulaba y modulaba su voz... Por la solemnidad con que pronunciaba su discurso, parecía un candidato radical de otra época (acaso le faltara un poncho). Le decían “Tarugo”. Por el canal de ondas acústicas circulaban sus decires: “Cuantas veces fuimos absorbidos por intereses foráneos y extranjeros! No me da vergüenza decir estas palabras, al país lo estamos llenando de mal paridos, al país lo estamos llenando de autoritarios, al país lo estamos llenando de soberbios...y a las pobres provincias argentinas, le seguimos choreando, queridos ciudadanos!” Mientras “Tarugo” proseguía su aguerrido discurso (absolutamente para nadie), a pocos metros se podía avistar dos hombres cercanos a los cuarenta. Estaban sentados en uno de los pilares, que bordean la fuente de San Martín y San Luis. Hacía años que no se veían, eran dos viejos amigos a los que la vida separó. Actualmente uno vive en Buenos Aires, y otro en España. Por e-mail, acordaron de visitar en simultáneo su ciudad natal. Corrían las catorce horas y fracción del martes 6 de junio de 2006 y estaban algo ebrios. Uno le dijo al otro: “Estamos sentados con total exactitud en el centro de Mar del Plata, y esta ciudad que nos vio nacer y crecer, está condenada como casi todas...sabés por qué? Porque prácticamente en todos los pueblos y ciudades de este país se repite la misma diapositiva: tenés la Intendencia, enfrente la plaza central, y frente a la plaza... siempre la Catedral... Hacéme caso, cuando te vuelvas! Acordate lo que yo te digo... Vos sabés todos los viajes que me hice! En todos los lugares donde se metió la Iglesia es igual, en todos los lugares donde veas esta diapositiva, sospechá! Todos parecen corderos, pero son lobos... Estamos en el corazón de esta ciudad, y acá el lugar es la fuente... No viste que todos se encuentran acá? Y aunque nadie le dé bola, ese tipo que habla solo es un profeta, vos te diste cuenta, no...? ”. El otro escuchaba atentamente la revelación de su amigo 57

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radicado en España, y remató con una frase que hizo que una mujer muy bien vestida se diera vuelta: “Si, si...pero él es un cordero de los de antes, nosotros en cambio somos corderos disfrazados de lobos...y hacemos lo nuestro de otra forma, no queremos que nadie nos descubra...”. Frente a ellos, ocho taxis en fila esperaban algún viaje (hacía por lo menos media hora). El que estaba en la punta se dispuso a lavar el auto. Y, como siempre ocurre en estos casos, a los diez segundos se le subió un matrimonio de rengos que al cojear a destiempo, parecían sacados de un programa de Alfredo Casero. Poca era la gente que entraba a los locales deportivos de las esquinas. Siempre frente a la fuente, a la derecha de la disertación de “Tarugo”, y de donde están los dos amigos conversando, hay un café. Pusieron unas doce mesas a la calle, están todas ocupadas. Parejas más y menos jóvenes, hombres entrados en años con todo el aspecto de vivir de rentas, mujeres entradas en años muy bien peinadas y de modales refinados, camareras entradas en diminutas minifaldas preparadas para todo (idiomas varios, computación, eficiencia, algún taller de teatro, otro de erotismo, casi todas se parecen a Jessica Alba o a Florencia Peña, leyeron a Bucay, y a la noche bailan salsa). A la izquierda la casa de zapatos, al lado la de fotografía, más allá la librería, y luego la casa de Dios (cuidando de todos). Van llegando el vendedor de pochoclos y los aerógrafos. El hombre araña se baja de un remise trucho a mitad de cuadra (para que los tacheros no digan nada). Desfilan adolescentes, muchos de ellos con el cabello teñido, tanto chicas como chicos. Las vendedoras de estampitas se confunden con los pordioseros...y más atrás una mujer de la edad de las camareras todopoderosas, pide limosna con un bebé en sus brazos. Volviendo a la fuente, los dos amigos siguen hablando sobre lo interesante que sería esto de organizar un grupo de corderos disfrazados de lobos. Ahí nomás, hay tres mujeres grandes intercambiando improperios sobre sus respectivos maridos. Dando la vuelta por la izquierda, dos jubilados recuerdan los detalles de un partido de ajedrez entre Bobby Fischer y Boris Spassky. Justo en el medio, hay un tipo medio raro con un saco de cuero. Hace algunas anotaciones, parece ser el único que está escuchando a “Tarugo”. Es que su discurso nunca se detuvo, y se ha puesto un poco fuerte: “Los bancos de nuestras plazas también han visto alterado su descanso centenario, y también las paredes de nuestra ciudad... Están llenas de ‘Te quiero y te amo’, de ‘Viva Boca’,’Viva Alvarado’ La Avispa 50

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y ‘Fuera yanquis go home’... eso es el fruto de nuestra ignorancia, y de nuestra falta total de educación... Cuando un niño le pide un consejo a la madre le decimos ‘¡No... Salí de acá!’...al país le falta parir el derecho del amor!” Un grupo de cinco pibes muy graciosos (no tendrían más de diecisiete años y andaban en skate) lo aplauden, e inmediatamente se dirigen a “Tarugo”, gritándole: “¡¡¡Viejo drogado!!!”. Pero “Tarugo” no se entrega: “Ustedes lo notarán queridos ciudadanos, nuestros jóvenes ya no tienen educación... antes tenían cuadernos y hojas para poder estudiar de sus propias carpetas, ¡pero ahora tienen las hojas llenas de marihuana y de cocaína! Estamos cada vez más lejos de aquel querido y soñado país, estamos cerrando nuestros comercios y fábricas, tenemos salarios de negros, que apenas son migajas... No nos dan créditos sin recibos de sueldo, porque ya no somos creíbles... Ya no tenemos hombres, ya no tenemos trabajo, ya no tenemos patriotas, ya no tenemos héroes... ¡Estamos llenando el país de travestis y de terroristas! ¡Estamos asistiendo al final de los tiempos, queridos ciudadanos!”. Las últimas palabras de “Tarugo” sonaron como un latigazo para todos los allí presentes. El centro de la ciudad, se vio paralizado ante tamaña revelación. Desde las terrazas de los edificios, se veían cientos de cabezas gachas. Una gran nube envolvió un silencio aterrador. Las campanas de la Catedral comenzaron a sonar, y se oyeron graznidos de pájaros. ¿Habría llegado la hora tantas veces señalada? De pronto, irrumpió la voz de uno de los pibes que andaban en skate. Tenía una gorra blanca, con la visera hacia atrás (era un rapperito auténtico). Fue él quien rompió el hechizo, con su providencial grito: “¡¡¡Viejo puuut-to!!!”. Fue en ese mismo instante que “Tarugo” finalizó su discurso. Se arremangó el buzo, y comenzó a correrlo. Primero alrededor de la fuente, luego por toda la plaza. Algunos rieron, pero ninguno pudo ver el prodigio que en ese lugar acababa de ocurrir. Porque a partir de ese preciso instante el mundo había sido salvado. Aunque nadie, absolutamente nadie, pudo llegar a saberlo. Ni siquiera ese rapperito que tampoco nunca supo, porque lo llamaron Hermes.

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Marcelo miraba porque no sabía que en la realidad también pasaban estas cosas. Sofía miraba a Marcelo porque le causaba gracia que no se animara a pedir otro vaso de cerveza. Ernesto miraba a Macarena hacer la vertical mientras le masajeaba la espalda a Sofía. Armando miraba a Ernesto hacerle masajes a su mujer, pero no se sentía tan mal, porque así, podía mirar impunemente a Cecilia que afinaba la guitarra para tocar una canción. Agus miraba a Macarena hacer la vertical porque él estaba enamorado de ella, pero le daba vergüenza decírselo. Cecilia, mientras afinaba la guitarra, miraba de reojo a Agus porque le re gustaba la carita de ángel del pibito. Macarena hacía la vertical porque le gustaba que Armando la mirase. Marcelo miraba el vaso vacío porque no lo podía creer. Sofía cerraba los ojos porque Ernesto le masajeaba un punto delicado en su nuca. Macarena cayó grácil al suelo y enojada miraba cómo Armando no dejaba de prestarle atención a Cecilia. Agus, resignado, miraba a Macarena de espaldas a él. Marcelo, suspirando, se levantó de su asiento y fue por otro vaso de cerveza. Sofía abrió los ojos y siguió con la mirada a Marcelo. Ernesto miraba a macarena que se bajaba la remerita mientras bajaba indiscretamente su mano para acariciar el hombro de Sofía. Cecilia empezó a cantar y Armando coreaba la canción de un tal Goldín mientras Cecilia, con la mirada, insinuaba dedicarle la canción a Agus. Macarena, fastidiada pero sonriente, se desató el cabello y sacudió su cabeza para llamar la atención de Armando y luego, resoplando, se marchó de la escena. Marcelo volvió a su asiento sin hacer ruido, reparando que Cecilia cantaba más que bien. Sofía miraba a Marcelo y con una sonrisa discreta apreció lo torpe de aquel hombre al fijarse en tales detalles. Ernesto, un tanto desairado, bajó la mirada hacia la nuca y el hombro izquierdo de Sofía y bajó aún más hasta llegar a su escote. Armando descubrió la Mirada de Cecilia, e irritado miró a Agus y La Avispa 50 60

(Miramar)

GASTÓN LUDUEÑA

LA CASITA DE LOS ENAMORADOS


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luego a Sofía, pero reprimió los celos. Agus, como todo chico inexperto, resignose a los encantos de la guitarrista y se acomodó en el suelo mirando desde allí cómo la mujer le dedicaba el tema. Cecilia, triunfante, dulcificó la mirada, adaptándola a las expectativas del jovenzuelo quien, audazmente, le rozó el tobillo desnudo con su dedo índice. Marcelo bebió la cerveza en dos tragos y clavó la mirada en el techo, como queriéndose distender. Sofía volvió a cerrar los ojos porque la mano de Ernesto había avanzado descaradamente hacia su pezón izquierdo y lo comenzó a acariciar y a presionar con sus dedos. Armando se acercó al sillón donde está sentada Cecilia y comenzó a susurrarle al oído la letra que ella estaba cantando. Agus, ajeno a ello le frotaba la pantorrilla desnuda a Cecilia y Ernesto, masajeaba con sus dos manos ambos senos de Sofía que en un abrir de ojos le clavó intimidante, la mirada a Marcelo. Marcelo, transpirado, incómodo y medio alcoholizado, se levantó de su asiento y caminó con paso firme hacia la cocina para enjuagar su cara con agua fría y tomar rumbo hacia el baño. Cecilia comenzó a desafinar hasta que interrumpió su canto al sentir la mano de Agus hurgando en su entrepierna. Y, sin dejarla decir nada, Armando succionó su lengua con un beso lascivo. Sofía desabotonó su camisa y se sacó lo que le quedaba de corpiño para que Ernesto actuara con plena libertad. Camino al baño, Marcelo encontró la puerta abierta de la pieza y sorprendió a Macarena recostada boca abajo masturbándose. Macarena se dio cuenta, se dio vuelta y con la mirada, lo invitó a Marcelo a revolcarse sobre ella. Cecilia le arrancó la camisa a Armando y se quitó sus shorts para que Agus hiciera lo que quisiera. Agus actuó como si tuviera la experiencia de un adulto olvidando completamente a la tonta histérica de Macarena. Y se hizo de noche… y se hizo de día y Sofía volvió a ser el ama de casa, Ernesto, volvió a ser el socio de Armando; Armando volvió a ser el padre de Macarena, Agus volvió a ser el amigo de Macarena que iba a su casa para hacer juntos el trabajo práctico, Cecilia volvió a ser la Hippy que vende sahumerios en la feria y Marcelo volvió a ser el vecino nuevo que quería hacer amigos porque no se adaptaba al barrio. 61

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RESISTENCIA DE COBRE Soñé que Ana me daba un cubo de plástico, un plástico blando y de color indefinido que por momentos parecía verde y por momentos azul, y me decía que lo cortara en ocho partes iguales con mi victorinox. Como era la víspera de Todos los Santos, se me ocurrió que podía tratarse de una broma pero, inmediatamente, mi atención fue desviada por un recuerdo: Estaba en la escuela, tendría unos 8 ó 9 años, la primera vez que vi un cubo, la primera vez que tuve uno en las manos; me llamó la atención, mucho, que tuviera seis lados, o caras —que así era como se llamaban—, tanto que fue una idea que me persiguió largo tiempo después; y, más tarde, aun cuando no permanecía, cada tanto irrumpía de nuevo y me daba un latigazo, o algo así como un mordiscón. En aquellos días de la escuela, no dije nada al respecto de las seis caras —puede que intuitivamente haya sabido que no había lugar para ello—; y, si alguno de mis compañeros lo pensó también, tampoco dijo nada. En el sueño, finalmente y de vuelta con el cubo de plástico ante mí, le hice tres cortes con la victorinox siguiendo tres planos perpendiculares entre sí que pasaban todos por su centro y lo dividí en ocho cubos iguales; ocho, la tercera potencia de dos, dos al cubo, igual que Ana y yo después de la explosión y los malditos invasores chamuscados en su lata retorcida y pegoteados con la goma todavía Diana Akselman caliente.

D. R. MOURELLE

d.r.mourelle@gmail.com - (Buenos Aires) La Avispa 50

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Y EN SU ROSTRO DIBUJADA UNA SONRISA

En la calle sonaba una canción de Julio Iglesias que penetraba en su ser colándose por sus oídos hasta el cerebro estupefacto. Sólo era un par de piernas que corrían increíblemente y un par de manos entintas en sangre. Lo demás eran topetazos, gritos, miradas incrédulas y camisas manchadas. Lo demás no importaba ya, lo demás no era nada. Porque él sólo era piernas en velocidad y manos de sangre que bailaban al ritmo de los gritos. Pero, sí, había algo más, una inquietud, un error en la coordinación. La música era lenta, demasiado lenta para las piernas rápidas y los topetazos, y eso constituía una gran molestia para un cerebro estupefacto. Entonces era un par de piernas ligeras, manos con sangre y una molestia. Y lo demás eran fuertes gritos amenazantes —¡Deténgase! O también olor a hamburguesas demasiado cocidas del puesto ambulante. Y Julio Iglesias picando en el aire, siempre tan contradictorio. Porque cómo es que puede seguir cantando cuando todo se encamina al desastre, cuando hay un par de manos con sangre y camisas manchadas. Y nuevos gritos —¡La sangre no es suya! ¡La sangre no es suya! La sangre, eso si le importaba, aunque acaso no tanto como la música. La música lo mataba, lo reducía a la nada y se erguía como un muro invisible e infranqueable. Sentía ganas de detenerse en medio de la acera y gritar que la apagasen, que no soportaba ya más. Claro que él no podía elegir, unas piernas en velocidad no pueden decidir aquello y menos pueden hacerlo un par de manos con sangre ajena. Creyó entonces que moriría de locura antes de llegar a la esquina, que la maldita música lo liquidaría en una contradicción irremediable. Alguien gritó —¡Policía! Y eso no le importaba —¡Alto! Pero él era sólo un par de piernas en velocidad. Se oyó un disparo, dos… Y, sí, la música se detuvo de golpe, sin aviso. Era fantástico para él poder palpar la coherencia, escuchar gritos, sentir topetazos, saberse de piernas veloces y manos de sangre… ¡Ahora sí! Cuánta tranquilidad, cuánta realidad… Tres disparos, cuatro… Su cuerpo calló en la vereda acribillado a balazos. Sangre, gritos, un tumulto alrededor del cuerpo. Alguien dijo luego que en su rostro se dibujaba una sonrisa.

DIEGO ORCOYEN

(Buenos Aires) - dorcoyen@hotmail.com GRUPO DELAPALABRA 63


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UNA MAÑANA COMO NINGUNA Resulta que me quedé dormido. Apenas noté la tragedia, salí expulsado como bala en cañón. Trastabillando, miré la hora y maldije la soberanía del tiempo. ¡Qué puta suerte! Comencé a vestirme metiendo la cabeza por cualquier hoyo de prenda, con la camisa sin planchar y el pulóver al revés. No hubo ducha, desayuno, ni cepillada de dientes, los suplí con desodorante a más no poder, un poco de pasta en la lengua y un chorrito de agua para quitar el aliento a baba soñadora, escupí y listo. Salí. Tuve que volver, obviamente, por las Criollitas para el camino. En la parada, sintonicé la radio del celular y Víctor Hugo con su voz calmó las olas. No sé de qué corno hablaba, creo que de la política del fútbol en el país o algo así, pero me distrajo. Sus cuerdas se cortaron y acto seguido el bip avisó que la batería estaba muerta. Te imaginarás mi calentura, no me salía una. Extendí el brazo haciendo la seña pactada entre colectivero y hombre, a fin de que detuviera la máquina en mi esquina. Un saludo cordial (nada afectivo), tarjeta, ticket. Emprendí la búsqueda de asilo. Desde siempre me gustó sentarme en el tercer asiento de la fila individual, porque está la apertura del vidrio para refrescarme, y no fue sorpresa que justo ese día, por cómo sucedían las cosas, se hallase ocupado por una vieja cara de chusma. Con decepción, me senté apurado junto a la ventanilla, quinta fila de los dobles. Hacía largos meses venía ahorrando para comprar un coche. Esa misma tarde tendría uno. Ojeé el colectivo con total atención, mi último viaje tal vez en esa mierda. Noté pasajeros imperceptibles, que se esfuman al abrir un libro o al escuchar música. Adelante de todo, estaba un hombre con bastón, trajeado, de aspecto importante a pesar de sus años y, un poco atrás, dos señoras que irían a jugar a las cartas con el desayuno. En mi lugar favorito, como ya mencioné, la vieja cara de chusma. Había un hombre de mediana edad, estaba yo, una piba comiendo un sándwich de milanesa, otro que evidentemente trabajaba en el pescado, un par de chicos que iban a la primaria con su guardapolvo y sus mochilas coloridas, y en el fondo, lo peor, un adolescente con cumbia por el celular sin auriculares, para joder nomás. Al pantalón lo sentía ajustado, a tal punto que me dio una terrible comezón a la altura de los huevos y, para peor, alrededor estaba la La Avispa 50

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feria de polvo. También el polvo, desde siempre, me genera una sensación de suciedad, de una suciedad pegajosa, de ésas que no se quitan a menos que las arranques con uñas filosas. A todo esto, un rayo de luz atraviesa el cristal invitándome a mirar fuera del vehículo. ¡No había caso! junto al cordón un camino de hojas, paquetes y otras porquerías. Sólo Mar del Plata se da el lujo de ser una mugrienta ciudad turística, pensé con la cabeza reposada en la ventana. Y ahí me cambió el día, ¿sabés por qué? Te vi, desde arriba del bondi, a lo lejos, con tu figura suculenta y la cabellera rubia. “¡Qué minón!” y “¡A la flauta!”, diría un hombre de otra época. Llevabas lentes, aunque el sol tropezaba con tu espalda, y tomándome con la guardia baja, me miraste. Sí, te digo que me miraste, en serio, aunque no estoy muy seguro por los ya mencionados lentes, pero me miraste o en mi cabeza lo hiciste. Y bueno, cumpliste con el trámite habitual al ser cliente del transporte público y caminaste por el pasillo con gracia. Todos los ojos te abordaron y, como si fuese poco, tiraste hacia atrás las gafas oscuras, arrastrando el flequillo y contrastando tus rizos. Dos perlas verdes se descubrieron, salidas de un océano bastante generoso. Y ahí volví a creer en que hay un dios, no por haberte creado, sino porque me encontré prometiendo mil pelotudeces en un ruego por acomodarte a mi lado. Derecha, izquierda, derecha, izquierda. Con impecables alpargatas blancas, imprimías huellas en el sucio vehículo, marcando el terreno como un destino que pisa fuerte. Ya no me importaba la 65

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Débora Pereyra

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vieja chismosa, ni el hediondo hombre del pescado, menos aún el muchacho del celular que sonaba esa espantosa cumbia, ni la piba ésa con (lo que en ese momento sería) mitad de sándwich. Sofocando las ansias, intenté estirar mis latidos impacientes, como el dedo al chicle en boca de un niño. ¿Se sentará? ¿No se sentará?, no pude dejar de perseguirte, acechándote cada vez con más sentidos. Detuviste el paso una fila antes, prefiriendo de compañía al señor de mediana edad. Estaba devastado, como si el futuro colgase de ese asiento vacío. El ánimo se me apagó, triste, con la cabeza gacha por el peso de una gran ilusión, de una ilusión estrellada. Me deprimí como niño cuando le impiden salir a jugar a la pelota por no haber tendido la cama. Te miré como si fueras un final alternativo, redactado pero no impreso. La lógica devoró mi acongojado amor infantil, no cambiaba nada el hecho que descansases tu belleza en otro lugar, yo nunca te hubiese avanzado. Despiadada razón sobre un espíritu pisoteado, que sin darse cuenta forjó un desafío con su muro de discursos. Me incorporé bien erguido contra el respaldo, y me incentivé como niño al que le niegan una capacidad a priori. Estuve a punto de hablarte, pero recordé que una vez a mi amigo el negro Esteban, una chica le propinó una serie de puteadas por tratar de levantársela aquí mismo. Recordé también, cuando mi amiga Carla, contó que (por ser tan linda) todo el mundo la miraba subir, sentar y parar, se sentía acosada. Ahí arrugué. El colectivo estaba llegando a Luro robándome el mismo tiempo que maldije al despertar. Ansioso como niño, triste como niño y motivado como niño, decidí resolver el asunto como tal. Cuando se me complicaban las cosas, aparecía el azar como marca registrada, resurgía la fe en la sorpresa, la justicia en el devenir espontáneo. De inmediato registré la billetera, todavía guardaba la primera moneda del vuelto que me dio el. Si sale Cara, la invito a salir, si sale Cruz, me bajo. Con el índice y el pulgar tensionados, le di vida a la catapulta. Una frenada brusca obligó el despegue y, la siempre buena moneda, aterrizó en tu blusa. Te diste vuelta de inmediato, sonreíste tímidamente y extendiendo tu mano hacia la mía, dijiste: “Es tuya, ¿no?”.

BRUNO SALAS

bruno_salas266@hotmail.com La Avispa 50

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El VEREDICTO

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Esperé ocho meses para que llegara éste día. Sentado junto a mi abogado, aguardo el momento en que ingrese, al recinto, el Juez y el Jurado. Ocho largos meses diariamente en este lugar. De la celda a la Sala. Escuchando, escuchando, solo escuchando. Las cosas más extrañas asomaron de bocas parlanchinas durante este tiempo y hoy, solo hoy, recién hoy, el Jurado abrirá la suya para dar su veredicto. Quizás sea lo normal pero, para mi (es mi primera vez que me acusan de un delito), cada día de este tiempo fue una novedad. Si no hablaban de mí, ¿cómo podrían hablar de mi crimen?, se interrogaban. A pesar del pesar todo lo ocurrido fue muy revelador. Una atmósfera formal, cauta, era la constante. Por momentos se tensaba extraordinariamente cuando alguno de los testigos decía o estaba por decir algo que se suponía muy interesante sobre mi persona. Por lógica, el más tenso era yo. No solo por lo que fuera a decir sino por cómo lo tomarían los demás. A veces la sala prorrumpía en un murmullo de aprobación o de desagrado. Allí aprendí a notar la diferencia. Fueron meses de un constante escucharme en la voz de los otros, a excepción de los feriados en que nadie se ocupaba ni de mí ni de mi caso, salvo yo por supuesto. En esos días trataba de reconstruirme en lo que se había dicho, intenté descubrir cuál de todos mis actos habría sido el causante de semejante acusación. La cuestión es que durante estos largos meses y todos los santos días, la gente hacía espera para hablar de mí y, según fuera mi abogado o el fiscal quien los hubiera citado, la parte derecha de la sala se agitaba aprobando y la izquierda emitiendo sonidos de desagrado. Esa es otra cosa que también aprendí: diferenciar el sentido de los murmullos a mis espaldas. Dale que dale, todos los días. Así escuché, por momentos, las cosas más hermosas que ninguna persona más que yo, pudo haber realizado y aun era capaz de realizar; en otros momentos fui la bestia más atroz, desalmada e irracional. Amor y odio, héroe y monstruo. Un ping pong de calificativos que a veces me daban vida y otros ciertamente me mataban. ¿Era así no? Todos lo días la misma historia en forma alternativa porque, como la justicia es justa, le tocaba el turno a cada uno por vez y cuidadito con GRUPO DELAPALABRA 67


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saltearse o decir algo no prudente o expresarlo fuera de las formas, porque el otro prorrumpía en una queja saltando de su asiento como un resorte. No fuera cosa que la contracara de lo dicho no pudiera expresarse, no fuera oído en todo el recinto, no fuese cosa que yo no pudiera escuchar una creación nueva sobre mí. Rutina impecable. Cada cosa dicha agrandaba mi existencia, para bien o para mal. Me conocí como nunca me había conocido, me conocí en lo que el otro decía de mí. Fui el que jamás se me hubiera ocurrido ser. En medio de esa rutina vertiginosa y cambiante, solo un pequeño grupo de doce personas se sostenía de no sé dónde para no moverse, no gesticular, no dejar traslucir nada. Tanto así que pasaron desapercibidas para mí durante casi todo el tiempo. Eran minoría. El fiscal y mi abogado ya habían hecho sus alegatos. ¿Cómo decirlo?: sintetizaron todo lo acontecido, todo lo acumulado, las pruebas y los dichos, de un lado y del otro. Por momentos pausados y en otros verborrágicos, pero siempre concentrados en mis virtudes y mis defectos, en mi capacidad de haber cometido o no el crimen, en forma alternativa, claro. Todos habían hablado de mí, de mí más que del crimen del que se me acusaba. Ese grupito minúsculo sería quien, llegado el caso, lo diría. Hoy es ese día. Sus caras impermeables durante todo el tiempo del juicio no dejaron sospechar el final, la decisión sobre mi vida. Es el momento, después de meses de espera. Allí están. Ya entran a la sala. Tras ellos, el Juez. La sala, en silencio, se llenó de mí. Por primera vez no estoy atento a eventuales murmullos, creo que no los hay. Solamente quiero saber, después de la larga, eterna espera, qué será de mí. Treinta años y aun espero saberlo, espero conocer definitivamente quién recorrió calles, cantado, quién se casó, tuvo hijos, quién estuvo trabajando, veraneando, cansado, enojado, y todos los “ado” que se puedan conocer, quién era el que había hecho el amor y la guerra, quién y cuál mi crimen. Todo pasa por mi mente, caóticamente. Reflexión nerviosa conjugada con esas preguntas y la más grande incertidumbre “qué será de mí de hoy en más”. Ellos también habían escuchado de mí pero deben decir de mi crimen, son los únicos. Es el momento de escuchar en forma sintética y monocorde de una vez por todas algo concreto sobre ello, algo escondido durante estos ocho meses. La Avispa 50

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Me siento solo. Ya acabó la preocupación sobre mí por parte de los demás. Tarea cumplida, fin de la función. Solos, yo y mi crimen. Un crimen sobre el cual todas las palabras escuchadas no alcanzaron a concretar. Esa verdad había quedado oculta, casi como un secreto entre el Jurado y yo. Ellos me lo dirán. Ocho meses para confundir a un hombre con lo que es y no es, lo que fue y no fue. Ahora es el momento de lo que será. Si, solos, mi crimen y yo. Estoy de pie, expectante y, debo decirlo, con cierta unción. Ellos tienen en sus manos mi futuro y las ganancias o pérdidas económicas de los abogados, el tiempo de la gente que durante el juicio se acopló a mi historia, la modeló. Luego tendré que desentrañarla. Ahora el temor y la esperanza me agobian. De frente a las doce personas escucho un voz entre solemne y cansada, una voz que supera el silencio de tantos meses y preanuncia el descubrimiento. El Juez interroga al Presidente del Jurado si han llegado a una decisión sobre el crimen del que se me acusa. De pie, nervioso, circunspecto, con la solemnidad de un cargo reservado a los probos, el Presidente del Jurado responde —Sí, Su Señoría.

MÓNICA ARAMENDI

(Miramar) monica_aramendi@yahoo.com.ar

Diana Akselman

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LA CARNICERÍA

Apuremos la crónica como se bebe un vino áspero y fuerte. Penetremos en su ámbito y al traspasar el umbral dejemos toda pudicia afuera. Si andamos imperativos el chuletero tiene que ser para nosotros. Y si andamos con antojo de puchero la falda, el rabo y la quijada, o en su defecto el hueserío de caracú con carne. La bandeja con las vísceras a las que Borges llamó la parte más innoble e inmunda del animal son un manjar digno de los dioses del Olimpo. ¡Oh, la profundidad de la entraña, la nobleza del corazón, la grosura interior de la tripa gorda! Arriba la ganchera con cuartos enteros, la ponderable rojez de las medias reses dispuestas y orondas. Abajo en el piso con aserrín fino el cajón con los desperdicios, la untura del sebo, las manchas de sangre… En la mesada sobre la cuadrícula blanca de los azulejos el matambre arrollado, la nalga exuberante, el peceto señorial, la bola de lomo con toda su redondez y contundencia, la pulpa charra, las chuquisuelas tentadoras, el lomo ya príncipe y tierno, jugoso y selecto, y el asado en tiras ya patrón del mostrador y del despacho. El carniza deja sus impresiones digitales y untuosas sobre la redonda balanza de colgar, en la chaira agreste, en la sierra estridente y ávida cuyo ruido asusta a los niños, pero que troza los cortes impecables, en la picadora donde prepara la carne picada para exhibirla en la aseada bandeja reina del mostrador y en la otra donde los tendones de las patas son una tentación para la gula incontenible. Mientras tanto la caja sonríe con el efectivo y la libreta negra de anotar soporta con estoicismo el fiado más atroz y descarado. ¡Qué viva el osobuco! ¡La riñonada nos llama! ¡Me da la palomita! ¡La tapa de asado tiene buena cara! ¡Mejor el corte americano! ¡Ah, las fúnebres morcillas con nuez, la fina elongación de las salchichas parrilleras, la infantería nutrida de los chorizos! Me llevo la tortuguita para cortarla en filetes y guisarla, el vacío para las delicias de la parrilla, carne rostizada y los bifes anchos para tirarlos en la plancha de la cocina a leña para enojo y espanto de la patrona. ¿Y del cogote, la carnaza y el garrón, qué me cuenta? Si me vende una cabeza hago la lengua a la vinagreta y asada; me como los ojos para ver mejor y las quijadas para las abundancias La Avispa 50 70


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espartanas del puchero. Delicia oscura del hígado, trapecio irregular de la cuadrada, la pornografía del cuajo, las curvas del chinchulín, la insoportable levedad de las mollejas y los sesos infaltables para la raviolada del domingo. Los pollos adocenados, el mondongo para acompañar el guiso con porotos, el carré de cerdo apetecible y sabroso, el cordero patagónico esperando el filo del asador. El blanco delantal ya rojizo de faenas, las manos pringosas de trajinar los cortes. Don, ¿no tiene carne para el perro? Por favor ¿Me guarda los menudos para los gatos? ¡Traedlo a Rembrandt para que pinte su “Buey desollado” que yo me lo como entero! Carnicería, quirófano de las reses, de ti salimos con la bolsa de los mandados repleta, los incisivos preparados y los molares al acecho, mandíbula dispuesta. No podrá ser de otra manera, porque los argentinos, de carne somos.

JORGE CASTAÑEDA

jorgecastaneda20032000@yahoo.com.ar

Diana Akselman

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HOJAS TRUNCAS

(del libro La habitación)

No sé qué hoja es ésta. Me aseguro que la primera no es. No hay títulos ni comienzo de oraciones. Nada. Busco números que no entiendo. Rebuzno de forma sabia y quizás un poco grosera. Pero nada me dice ese número de hoja que tanto necesito. Recuerdo que una vez leí ese libro pero nunca me distraje con los números, supongo, que ordenar toda esta obra no va a ser sencillo. Faltan hojas. Suelo buscar reacciones parecidas pero nada me trae números a mi mente. Por ahí pensar de forma ordenada, quizás racional, crear un nuevo sistema numeral, alfabético, sintético con billetes de color marrón. Pero todo esto no es posible ni cercano a saber de que tratan esos números. Parafraseo a Descartes y le miento a la foto de Newton pero nada llega a esclarecer ese cuadrado fundido en un costado; mejor dicho, soldado con una mueca de Dios. El cansancio escarbaba mis huesos que no querían parar hasta encontrar esa reliquia. Ya no como ni bebo y el trabajo fue condenado a ese pobre lector retórico que mueve anteojos, desvalija libros, revuelve en la red e incendia bibliotecas. ¿Para qué? Para encontrar en ese número bendito un poco de paz. Tranquilidad freudiana. Un estómago lleno. Amor. ¿Ese cuadrado soldado es el amor? Un sinsentido en el cual hombres y mujeres que lo buscan, no saben, que esta ahí fundido, soldado, humillado. Se mantiene eterno; parece mirarme. Sonreírme hasta transformarse en algo más grande, hasta que explotan mis pupilas magnéticas que vibran a cada paso y búsqueda. Que se desmaterializa en mil pedazos llegando a igualarse a nivel molecular rompiendo su estructura, divorciando electrones y protones y volviéndolos a juntar y salir de ese cuadrado soldado y minimizar el problema diciendo que es un “cuatro” total parece un cuatro pero sé que no lo es; lo puede ser pero no lo va a ser porque ese cuadrado soldado se mantiene libre de ozono y desconoce la nebulosa y ni se imagina que hay tantos planetas. No sabe de Dios ni de muertes artificiales. Reconoce patrones pero no habla. Sólo informa un número de hoja que no comprendo. La comida escasea y el cielo se vuelve negro. Un golpe de sangre sella las hojas manchando todo a su alrededor menos eso que tanto molesta. Un cuadrado soldado en la punta de la hoja que no es un número sino un error de imprenta.

MARTÍN ARREGUI - (Mar del Plata) La Avispa 50

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tinchopunk@hotmail.com


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EL REY DE LOS BUFONES

Ingrata me pareció la definición del gran Américo Bernárdez, cuando se explayó ante mi persona con su más solemne y estúpida declaración: “—Un portero jamás podrá ser Escritor…” Desde ese momento Don Américo (anteriormente, para mí, un hombre maduro y sabio) supo entrar en la categoría de insensible viejo de miércoles. Yo, que escuché tantas frases incoherentes, plagadas de un narcisismo rayano en lo delirante, tantas que ya no tengo memoria, debo reconocer que el absurdo se encuentra aquí y en todas partes. Que no hace falta llamarlo a la puerta de tu casa, pues él mismo se sitúa delante de ti por voluntad propia. Que suele dejarte con la boca abierta y en múltiples ocasiones con el corazón destrozado. Conozco el caso de alguien que se erigió como Juez de algún jurado imaginario (obvio, siempre dentro del absurdo de no haber sido convocado por nadie para la función que él mismo se adjudicaba). Desde su escritorio el Bufón disponía plácemes e indiferencias por doquier, creyéndose dueño de todo, en especial de sus ambiguas verdades. En su interior no existía el disenso. Craso error: Las consecuencias, en este tipo de casos son siempre lastimosas… Haciendo gala de mi espíritu tántrico, decidí (previa cita en el café de la esquina) darle la explicación que creía le sería más útil: —El Genio no necesita copiar más que sus propias locuras, mientras que el Bufón malcopia del Genio. Como el Genio sólo se dedica a proyectar, siempre consigue permanecer impávido ante los resultados. El Bufón, en cambio, busca aceptación en su proyecto… El Genio figura por encima de su obra; El Bufón intenta que su obra figure…, dije entonces al Bufón alternando entre medialunas y tragos de café con leche. Como habrán de imaginarse, mis palabras cayeron mal al Bufón. (No, no lo llamemos así, que no le gusta. Entre nosotros, digámosle simplemente Fernando…) —La envidia del Bufón lo convierte en competidor desleal, mientras que el Genio (por volar tan alto) carece de envidias, continué, mientras solicitaba otro vasito de soda. Fernando se molestó rotundamente, es más, intentó abandonar el café para no mostrar su cara roja de ira cual puré de remolachas. Creo que al final tragó cada una de sus palabras para que nadie en el lugar pudiera contemplar su deplorable estado. GRUPO DELAPALABRA 73


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—No, Fernando… Por favor, no te vayas, dije suavemente, tomándolo del brazo. —Sentate que aún no termino. Sabés que me debés tus oídos, cuanto menos para poder disculpar tu necedad ante mi persona… Solo tratá por una vez de ser tú mismo: he aquí la más noble de las opciones, dada la situación. —Bueno, concedió Fernando finalmente. Te voy a escuchar, pero sólo porque no tengo otra cosa en la cual perder el tiempo… Meditando sobre su absurda declaración busqué el modo de ser más delicado en mis comentarios, pero (acaso motivado por un viejo rencor), no pude hacerlo. —Fernando, por una vez bajate de ese pedestal amurado con barro… ¿No ves que la siempre dispuesta lluvia puede llegar a hacerte caer de bruces? ¿O lo que sería más cómico para tus detractores, de culo?... Coincido plenamente en aquella frase que escuché algún día por allí: “Los escritores se juntan para hablar de otros escritores y aún sin conocer su obra dan una solemne opinión al respecto…” —No debería ser así, cuanto menos no en tu caso, muchacho, resalté. El infeliz Bufón (perdón, quise decir “El infeliz de Fernando”) me miró, pensativo. Creo que su mente dilucidaba en ese momento si era mejor escucharme o vaciar el contenido de la taza de café humeante sobre mi cabeza. Haciendo un esfuerzo se recompuso, entonces decidí continuar con la reprimenda. Alrededor de la mesa comenzaban a situarse otras personas, hasta ese momento ajenas a nuestro diálogo. Ahora que lo pienso, tal vez no eran personas sino fantasmas del pasado reciente del Bufón. Incluso, hasta me pareció escuchar la voz fortísima de uno de ellos: —¡Pronto!... ¡A la hoguera con el infiel!, gritaba entremezclando la bronca con el asco. —Me voy, me voy, dijo Fernando repentinamente y partió raudo, sin abonar y dejando por la mitad su café. ¿Se habrá escapado por miserable o por haber sido víctima de sus propios fantasmas? Es el día de hoy que no lo sé (siempre he desconfiado sobre las actitudes de esta mugrienta clase de personajes). Quedé solo, pensativo, imaginando cómo el Bufón utilizaba el poder conferido para denostar a quienes no conocía, para hacer sus propios negociados vendiendo bajo cuerda un espacio, para intentar engancharse minitas ansiosas de ser conocidas en el medio que otro idiota le había dado a manejar. Comprendí también que al fin y al La Avispa 50

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Cuentos y relatos

cabo era un pobre tipo que jamás sobresaldría de la mediocridad, por más que lo intentara. Esté o no él presente, dará exactamente lo mismo a todos, me dije. Porque grande se nace. Porque cuando uno es pobre de espíritu jamás obtendrá la flama necesaria para poder brillar. Nadie te necesita en este mundo, Bufón, ni siquiera tú mismo. Tal vez porque eres exactamente eso: Eres nadie... Apenas nadie. Das pena, Nadie.

SERGIO R. AZNAR

alasvidasalvaje@hotmail.com

Diana Akselman

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Cuentos y relatos

MICRO RELATOS

HIPNOSIS El médico me pidió que mirara fijamente la oscilación de un péndulo. Me indicó cómo hacerlo. Troné los dedos. Cayó en trance segundos después. MEDIO ORIENTE El profeta auguró a la multitud una era de paz. Casi inmediatamente cayó abatido a balazos. RICITOS DE ORO Al llegar a casa, descubrió que alguien se había tomado su sopa, bebido su vino y bañado en su tina, y que ahora ese alguien roncaba en su cama. Vaya –musitó–: se acabaron mis días de solterona.

Débora Pereyra

YOLANDA DE LA TORRE

morgana_ytr@hotmail.com (MÉXICO)

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Not as y ensayos

ALDO LUIS NOVELLI JULIO BEPRÉ RODRIGO RAMOS DAVID FUKS 77

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LA PALABRA: UN VIAJE DE IDA Y VUELTA TRES MÍNIMOS ENSAYOS SOBRE LA PALABRA

Por ALDO LUIS NOVELLI

(Neuquén – Patagonia – Argentina) aldonovelli@yahoo.com

INTRODUCCIÓN Les quiero presentar en esta lectura, tres mínimos ensayos de mi autoría, que tratan sobre la palabra, en mi particular y subjetiva visión de ella, en un escueto recorrido que va desde la palabra cotidiana y comunicacional, hasta la palabra en la poesía, y en ésta, primero en la visión del receptor, del lector y recreador de poesía y finalmente en la del emisor o el productor de esa palabra poética. Hay, por supuesto, infinidad de caminos, sendas y rutas que han seguido grandes escritores e intelectuales, tanto americanos como europeos; yo apenas presento un angosto y sinuoso sendero en medio de ese gran bosque, que tiene lugares intensamente luminosos. Entre los escritores que he leído con fascinación y engañosa esperanza quiero nombrar a: Juan Gelman cuando dice: “La poesía es una forma de resistencia”, ‘Poesía es resistencia frente al mundo’. En la entrega del Premio Nacional de Poesía 1994 dijo: “La poesía es memoria de la sombra de la memoria. Por eso nunca morirá”. Decía Vargas Llosa, en su mejor momento: “Es preciso recordarles a nuestras sociedades, que la literatura es fuego, que ella significa inconformismo y rebelión, que la razón de ser del escritor es la protesta, la contradicción y la crítica.” (discurso en Caracas al recibir el premio Rómulo Gallegos, 11 de agosto de 1967). La Avispa 50

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En ese magnifico ensayo que se llama ‘el arco y la lira’, Octavio Paz sobre la inspiración, nos dice: “La revelación de nuestra condición es, asimismo, creación de nosotros mismos. Ésta puede darse en muchas formas, aún la noverbal, pero aún así es una creación de aquello mismo que revela: el hombre. Cuando la revelación asume la forma particular de la experiencia poética, el acto es inseparable de su expresión. No es una experiencia que luego traducen las palabras, sino que las palabras mismas constituyen el núcleo de la experiencia. La experiencia se da como un nombrar aquello que, hasta no ser nombrado, carece propiamente de existencia.” Entonces, una tarde lluviosa leí este poema de Alejandra Pizarnik: La palabra que sana Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice y además más y otra cosa. Alejandra Pizarnik en El infierno musical, 1971. Este poema de Alejandra, del Infierno Musical, fue el breve disparo de luz que iluminó este ensayo que va... DEL DISCURSO A LA POESÍA ‘La palabra dice lo que dice y además más, y otra cosa’, Alejandra Pizarnik Por lo tanto, en este verso, Alejandra nos plantea que la palabra tiene tres grados de significación, y en ellos vamos a hurgar para ir más allá, para comprender ciertos discursos. Nos acercaremos poco a poco. La palabra: ‘dice lo que dice’ es indudablemente, aquello que sabemos de la palabra, es como la entendemos corrientemente, aquello, que en todo caso, podríamos verificar en el diccionario. ‘Y además más’, es lo que resignifica para cada uno, lo que llevamos en el interior, de todas nuestras experiencias vivenciales con esa palabra, lo que nos dejó nuestro medio social en ella: la familia, la escuela, el barrio, la literatura, el cine, la televisión, la prensa etc. 79

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En el discurso político, en la oratoria seudo-religiosa, en el texto periodístico sensacionalista, en la publicidad subliminal, en la avasalladora propaganda, “la palabra dice lo que dice” pero también, lamentablemente, dice además más, y en ese plus, previamente estudiado e intencionalmente dirigido, se juegan nuestras acciones futuras, se condiciona nuestro (relativo) libre albedrío, o sea, por dar un ejemplo, cuando entramos al mal llamado cuarto oscuro y tomamos una determinada boleta, no estamos realmente solos, aunque nosotros creamos que si, en la engañosa oscuridad del aula, alguien nos susurra un nombre, o más cotidianamente, cuando entramos al supermercado y nos detenemos frente a una góndola y alargamos la mano hacia esa bebida intensamente refrescante, hay alguien que nos la alcanza del otro lado, pero nosotros no lo vemos.

Paradójicamente, pero en el extremo opuesto, en ese ‘además más’, también se pone en juego el arte, allí trabaja el artista y en especial el poeta, allí se juega la discutida y difusa línea que separa el arte del no-arte, que separa la palabra poética de la palabra meramente comunicativa. En ese ‘más’, resonando en la parte más íntima de nuestro ser, en ese golpe de timbal que vibra hacia dentro, que sacude por unos instantes el alma, sentimos una emoción inesperada o se despiertan ciertas sensaciones dormidas hace tiempo, hibernando seguramente, hasta que pase el duro invierno que está cayendo allí afuera. Estamos ahora ante una situación engorrosa, tanto el poeta como el sofista, tanto el buscador de la palabra originaria como el solapado engañamundos de los discursos cotidianos, bucean en las mismas aguas ocultas de la palabra. Pero para tranquilidad de los artistas, la palabra también dice ‘otra cosa’, y es aquello que no conocemos, pero la palabra lo está diciendo, aquello que le dice al otro y nosotros ni siquiera imaginamos. La palabra poética, y tal vez sólo ella, dice ‘otra cosa’, esa otra cosa que nunca dirán los otros discursos, y donde se oculta la sustancia íntima y la primigenia razón de ser de la poesía. Por esa ‘otra cosa’ desconocida, de la palabra poética, nosotros dejamos de ser lo que somos rutinariamente, o dicho de otra forma, descubrimos los otros ‘yo’ que habitan nuestro ‘yo cotidiano’, o vemos al mundo, nuestro subjetivo fragmento del mundo, distinto y diverso, al menos por un instante, –el instante poético– que tiene, como todos sabemos, una duración inmedible en tiempo real. La Avispa 50 80


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Por todo esto, esa ‘otra cosa’, imposible de definir, escurridiza como un pez dorado en el mar infinito, esa sensación inefable, hace de la POESÍA, la más provocativa, la más subversiva y profunda de las artes del hombre.

Hasta aquí he llegado, en este intento de rastrear significancias y resignificancias de la palabra, desde los discursos que nos invaden diariamente, hasta la poesía, y en este punto, acalladas las últimas palabras, habiendo dicho lo que dicen, solo queda rastrear en esta nota, el ‘además más’ de las mismas, y más aún, necesaria e inevitablemente Uds. re-escribirán la ‘otra cosa’ de estas palabras, de estas inasibles y dudosas palabras. —.— También nos decía Carlos Drumond de Andrade: “No adules al poema. Acéptalo, como él aceptará su forma definitiva y concentrada en el espacio. Acércate más y contempla las palabras. Cada una tiene mil caras secretas bajo una cara neutra.” o José Lezama Lima: “yo creo que la maravilla del poema es que llega a crear un cuerpo, una sustancia resistente enclavada entre una metáfora, que avanza creando infinitas conexiones, y una imagen final que asegura la pervivencia de esa sustancia, de esa poiesis”. y me provocó a escribir sobre la lectura en este texto-ensayo que es: UNA LECTURA RIESGOSA

El poema deberá leerse una y otra vez, hasta que el cansancio de los ojos derrita la mirada, entonces, el texto, empieza a despegarse de la hoja, las palabras crecen y crecen, se hacen inmensas y comienzan a rodear al lector. A continuación, un leve cosquilleo indica que están atravesando la epidermis, luego, una sensación volátil, de suave mareo, cuando recorren las venas, hasta llegar al centro oculto del cuerpo, allí, donde se encuentra el alma, y al penetrar en ella, provocan un pequeño destello brillante, que durará apenas unos instantes, pero durante esas efímeras burbujas de tiempo, nuestra alma será más luminosa, 81

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y como todos saben, el alma está hecha de luces y sombras. Tan solo resplandores y oscuridades conforman el entramado íntimo del alma. Claro, que alguno de ustedes me podría plantear una objeción; qué pasa si al penetrar el poema en esa sustancia inefable que llamamos alma, en lugar de provocar un destello luminoso, generara un disparo de sombra, una renovada flama negra. Pues, yo le respondo que sí, que es posible, que deben tener en cuenta, que la lectura profunda de poesía, es una actividad riesgosa, que se trata de una acción extrema, que nadie, después de leer poesía intensamente, sale indemne. Belleza y dolor nos acechan, angustia y nostalgia nos rodean, en ese tiempo infinito en que leemos poesía. Si la lectura de un texto no provoca esta sensación, entonces, no se trata de poesía, podrá ser un sorprendente cuento, un relato emocional, una narración extraordinaria, o un poema que nos haga llorar, pero no será poesía.

Por lo tanto, como pueden ver, tenemos un método muy simple para saber cuando en un texto, nos encontramos sumergidos en las profundidades abisales de la poesía. Un método muy simple, pero accesibles a unos pocos, posible solamente para aquellos hombres y mujeres que pueden sentir el dolor del que sufre, en su propio cuerpo, que en unos pies sucios y descalzos ven la angustia y crueldad del mundo. Para aquel hombre y aquella mujer, que al verse cara a cara, sienten el pánico y el goce del paraíso, de esa porción de paraíso, que los dioses nos han donado a los mortales. Únicamente para ellos, o mejor, para todos ellos, es posible beber de las escasas e intensas gotas de ese elixir, que sentimos, al emprender la riesgosa lectura de poesía. Pablo Neruda me dio valor cuando me dijo: “No se asustó el poeta cuando le dijeron insurgente. La poesía es una insurrección. No se ofende el poeta porque le llamen subversivo. La vida sobrepasa las estructuras, y hay nuevos códigos para el alma”. (Discurso de agradecimiento al homenaje dado en la Universidad de Concepción en 1968). La Avispa 50

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y el viejo maestro, J.L. Borges me dijo una noche: “El sabor de la manzana (declara Berkeley) está en el contacto de la fruta con el paladar, no en la fruta misma, análogamente (diría yo) la poesía está en el contacto del poema con el lector, no en la serie de símbolos que registran las páginas de un libro. Lo esencial es el hecho estético, el thrill, la modificación física que suscita cada lectura”. Borges en el prólogo de su Obra Poética de 1978.

Y en su prólogo a los conjurados, dijo algo, que en su momento me hizo sentir tan bien, que me instó a seguir escribiendo: ‘No pasa un día en que no estemos, un instante en el paraíso. No hay poeta, por mediocre que sea, que no haya escrito el mejor verso de la literatura, pero también los más desdichados.’ y entonces, perseguido por su fuego, escribí este poema sobre ella: Solo ella Si las innumerables visiones hacen reconocibles los pedazos elementales de este mundo/ solo una infinita persecución nos reúne y nos alimenta en el turbio río de esta isla-mundo. Ella nos designa humanos perversos o bellos ella nos vuelve locos de furia/ nos acusa y nos libera/ ella inventó el corazón la valentía la locura y los tiempos de papel. Sólo ella transforma al traidor en héroe/ al despiadado en salvo al animal en hombre. Ella y su fuego ancestral incansable y alevosa nos persigue sin límites ni piedad. y los ecos de ese texto, me llevaron inevitable y fatalmente a su eclosión, y a tientas en la oscuridad, delirando, garabateé este poema: 83

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Notas y ensayos A orillas del Mahavavy Estoy aquí sentado en el comedor como si estuviera en Madagascar empapando mi mirada en las aguas del Mahavavy, y aunque sé que ese río que corre entre la pieza y el televisor, es pura ilusión siento las gotas frías del agua golpeando mi cara mientras observo a lo lejos las goletas en persistente vaivén. Tal vez sea esto; y no este poema, ni todos los anteriores ni los infinitos poemas que se escribirán; la misteriosa e inalcanzable poesía. Y cuando ya no pude escribir más, cuando era muy tarde para la poesía: esa hembra sensual, voluptuosa y esquiva que me visita en ciertas noches de insomnio y lujuria, intenté ordenar mis ideas en este discutible ensayo: NACIMIENTO Y AVATARES DEL POEMA La poesía es un imposible y el poema una derrota. El poema surge de un mal estado de ánimo, de una manifestación tribal en la esquina, de un texto mal leído, de un intestino revolucionario, de la soledad absoluta un segundo después del coito, o de la observación abusiva del juego del millón en el programa de Susana Gimenez. Técnicamente diría, que sucede un acontecimiento, personal o ajeno, un acontecimiento cualquiera, la imagen de una película, un trozo de conversación escuchado arriba del colectivo, los pechos de una mujer vislumbrados debajo de la blusa, algunos acordes de una canción olvidada, una muerte, o un sueño extraño y fragmentado por la desmemoria. Y alguno de estos sucesos genera una sensación, una sensación diversa y varia, dolor, emoción, angustia, nostalgia, delirio, desasosiego o excitación, o cualquier otra, y ésta permanece grabada, en algún recoveco de la memoria y de alguna desconocida forma. Después de cierto tiempo, en un momento pertinente y sensitivo, La Avispa 50 84


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este recuerdo surge inesperadamente en el presente, creando ahora una sensación similar o tal vez igual (pero no la misma) y forma imágenes mentales, claras o difusas, reales o ficcionales, de aquel acontecimiento que las generó y entonces el cerebro y el espíritu las empieza a traducir en palabras, las decodifica, las sintetiza, las corrompe, y nace un verso, tan solo un verso, que el esfuerzo posterior, o sea, la inspiración, el talento natural y un complejo y desconocido andamiaje de saberes, convertirán en un poema, o mejor aún, en un proto-poema. Después de todo esto, resta un esfuerzo importante, el trabajo textual sobre esta arcilla blanda y maleable, que es el poema crudo, el poema en estado puro, y allí, las diversas facetas de este arduo trabajo. Luego, una de las múltiples consecuencias de este proceso, es provocar una sensación parecida o análoga a la que generó el texto, pero ahora en el lector, intención que generalmente es otra derrota. De aquí, que la poesía, el arte todo, es una permanente derrota, es la búsqueda de un ideal, de un imposible. A mí me alienta la búsqueda de ese ‘aleph poético’, la búsqueda del poema total, aún sabiendo conscientemente que es un imposible, pero también una utopía, tal vez la que me incita a seguir escribiendo. Algunos poetas entre comillas (y dice esto, un poeta que no está totalmente libre de comillas) creen que están escribiendo la ‘gran cosa’ y entonces ‘se postran embelesados con reverencia ante un paisaje plagado de edenes’, o nos dictan ‘una desiderata estúpida y vulgar sobre su amor a la madre o a la novia indigestada de blanca pureza’, seguramente están muy lejos de la poesía o cualquier otra forma de arte que se precie. Personalmente no puedo afirmar que he accedido al ‘cosmos de la poesía’; digo que vi una hendija y espié por allí (y esto me llevó muchos años) y digamos que, apenas he vislumbrado ese cosmos, que intuyo infinito. Compartirlo ahora con otros, con ustedes, es un acto generoso y egoísta, es buscar en el otro una afinidad, es buscar un soñador, un príncipe de las mareas entre aguas turbias y contaminadas.

Compartirlo con otro, es intentar un mundo mejor, es creer que la palabra sirve para algo más que para comunicarse, es un acto de rebelión, es también, un acto de fe. 85

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Compartirlo con el otro, es el último acto de resistencia, para combatir la tremenda soledad, que nos aflige en este fin de milenio. Compartirlo, es ya el triunfo, de esta permanente derrota. Aldo Luis Novelli: Poeta, cuentista, ensayista, inquisidor del alma humana y habitante de bares nocturnos. Nació en la ciudad de Neuquén. Libros publicados: “La noche del hastío” Ed. Limón-Neuquén-2003; Plaqueta “16 poéticas” Ed. Limón-Nqn-2004 “Agonistas del fin del mundo” Ed. La luna que-Buenos Aires-2005; “Desierto” Ed. El llanto del mudo-Córdoba-2007; “Mínimo mundo” fragmento, del libro homónimo con una tirada inicial de 90.000 ejemplares a distribuirse en escuelas y bibliotecas populares de Neuquén, edición del Min. Educ. de la Nación-2008; “Estúpidos mirones de televisión” Ed. Textos de Cartón-2009-Córdoba; “Archibaldo, el gran exhibicionista” Ed. Cartonerita Solar-Neuquén-2009. Edita el plegado de arte y literatura ‘Animal Urbano’. Administra los blogs: www.la-sed-infinita.blogspot.com; www.fluidos-virtuales.blogspot.com; www.otros-fluidos-virtuales.blogspot.com

Diana Akselman

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APORÍA Y CREACIÓN

Por JULIO BEPRÉ - (Buenos Aires)

juliobep7@yahoo.com.ar

No existen razones valederas para enjuiciar la interacción que se produce entre las funciones superiores del espíritu, las cuales derivan en un conjunto de ideas y valores que conforman la cultura de una sociedad en un momento preciso. Y es la realidad toda la que da potencia, contenido y dirección a dicha imbricación; se relacionan así el arte, la ciencia, la filosofía y la religión, aportando los enlaces que de hecho se producen en cada una de estas actividades. Se trata entonces de advertir propicias relaciones y no, por cierto, cómodas síntesis o falsas identificaciones. Contando con la fiabilidad que resulta de saber que el hombre es tal por su lenguaje articulado, y éste una condición implícita en aquel, podemos, por ejemplo, distinguir la diferencia existente entre un desarrollo literario y otro científico, advirtiendo además las distancias respecto de las modalidades propias del lenguaje común, que solo procura la satisfacción de necesidades inmediatas por medio de un mero despliegue práctico y repetitivo de usos, locuciones y modos. Respecto a las actividades superiores del espíritu, cabe destacar que ellas son consecuencia de innúmeras vivencias, atisbos, intentos y también rectificaciones que a la postre posibilitarán resultados valiosos en sí mismos aunque –quizá más en lo artístico y científico– provisionales y aproximativos en sus alcances ¿Existió acaso una obra de arte, un descubrimiento o una elaboración científica que pueda haberse calificado como un logro de méritos y secuencias definitivos? ¡Cuán diferente resulta en su formulación y conclusiones la física newtoniana de la actual! ¿No ha debido la teología y la misma metafísica receptar en los actuales tiempos las aportaciones provenientes, por ejemplo, de la astrofísica o de la ingeniería biológica? ¿No ha sido necesario admitir casi por sentido común que los contenidos bíblicos no importan secuencias enteramente fácticas, sino que los mismos son una utilización de mitos y géneros expresivos de los que se ha valido el autor para exponer llamamientos inspirados y con la sola y alta intención de expresar la relación trascendente que existe entre la persona y su Creador? El conocimiento es un resultado de las aportaciones provenientes de la realidad interior o exterior que circunda al hombre y que a éste 87

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le es dable receptar, lo cual se desarrollará en medio de inveteradas disociaciones como lo fueron en el desarrollo del pensamiento aquellos conceptos revestidos de bipolaridad como el cuerpo y el alma, la sensibilidad y la razón, el valor o el disvalor… (1). Afirmó Bergson que el quehacer humano, en definitiva, instala en la diversidad que se le presenta un orden mayor o menor, siempre saneable porque proviene precisamente de él mismo (2). En cuanto al arte cabe igualmente expresar que su historia da cuenta de vaivenes periódicos en sus contenidos y derivaciones: de una pintura casi exclusivamente “representativa”, se llega a concreciones que sorprenden por sus connotaciones: piénsese, como significativo modelo, en el Guernica de Picasso; piénsese en la admisión de esa “alquimia” de las palabras pregonada por Rimbaud, y no una reiterada acotación a situaciones tratadas –aunque sin desconocer aciertos– mediante canónicas e imperativas destrezas compositivas. Porque en la lírica actual no se busca tanto la incidencia poética en la persona del autor, sino precisamente en una sostenida operación sobre la creación misma. Y en la narrativa se ha prescindido en buena medida del acontecimiento y de los seductores e imprevistos desenlaces para acoger, como lo sostuvo Borges, apenas la espera del asombro. Pareciera que son distintas y hasta opuestas las buscas poéticas de aquellas científicas, pero ambas tienen de común que requieren una eficacia que actúe al menos sobre el presente. Es que, en definitiva, todo acto libre implica la existencia de una iniciativa y un proceso eminentemente creadores, e investir la calidad de creador exige utilizar lo que otros ya lograron y tienen a su disposición, pero trascendiéndolo con nuevas derivaciones y posibilidades. Se trata de una capacidad dirigida a sortear las reglas y amojonamientos existentes para seguir a un llamamiento interior. Pero cuando se avanza tentando en un impulso irrefrenable para lograr una significación, no existen normas que nos aseguren el camino por el cual se debe andar (3). Volviendo a la esencia “lingüística” del hombre conviene que reiteremos que la poesía es un apartamiento de la rémora espiritual y expresiva que acrece y limita a la sociedad y al individuo, y este transgresivo proceder puede ser más o menos claro u oscuro, pero nunca podrá carecer de significación actual y ulterior. Agregado a esto cabe también resaltar que los mecanismos del placer y aprehensión estéticos son procesos psico-espirituales todavía no suficientemente esclarecidos. Y conste que el apartamiento apuntado debe La Avispa 50

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sostenerse cualitativamente y considerase extraño a toda intención cuantitativa. Respecto al grado de claridad de tal apartamiento, no debe olvidarse que el acceso a un texto poético es posible que se realice empañado por prejuicios o por una deficiente lectura; será entonces conveniente recurrir a una insistencia que vincule lo racional con la posibilidad sensible y emocional de quien intenta incorporarlo a su persona. Y por ello no siempre la inaccesibilidad de un texto es culpa del mismo sino de alguna falencia extraña, no pudiendo entonces imputarse con ligereza deficiencias en su calidad, lo cual también corresponde admitir respecto a un escrito científico. Así como existe una educación musical del oído, por ejemplo, es dable pretender lo mismo para la intelección poética. Lo valioso implica un camino previo y ascendente. Finalmente las diversas obras humanas acabarán sometidas al cedazo radical e inevitable que impone el tiempo. Parece que hoy como nunca se ha podido alcanzar un allegamiento hondo con la realidad y, a su vez, nunca la cultura estuvo tan urgida para enervar la banalidad evidente que ofrece el mundo actual por la ausencia manifiesta de una ética en las aplicaciones de la tecnología, además de aquellas incidencias criticables de los medios masivos de comunicación, y de la inequidad impuesta por un capital deshumanizado, cuando no el arbitrio que vulnera los valores más básicos atinentes a la dignidad humana. Nos place concluir con una reflexión de Aldous Huxley: El pensamiento es torpe: la materia inconcebiblemente sutil. Las palabras son pocas y sólo pueden ordenarse en ciertos modos convencionalmente fijos; el contrapunto de acontecimientos únicos es infinitamente amplio, y su sucesión infinitamente prolongada. Por la mera naturaleza de las cosas, es imposible que el lenguaje purificado de la ciencia o aun el más finamente purificado lenguaje de la literatura, puedan adecuarse a la inmediatez del mundo y de nuestra experiencia. Aceptemos de buen grado el hecho, y avancemos juntos, los hombres de letras y los de ciencia, cada vez más lejos, hacia las regiones de los desconocido, cada vez más amplias (4). (1) Ciencia del universo y problemas metafísicos, Claude Tresmontant, Herder, Barcelona, 1978. (2) Pensamiento y movimiento, Henry Bergson, Aguilar, Madrid, 1963. (3) Libertad, creatividad y descubrimiento científico, Ernan MacMullin, en La Libertad y el hombre, Paidos, Buenos Aires, 1965. (4) Literatura y ciencia, Aldous Huxley, Sudamericana, 1979

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LOS AMORES DIFÍCILES DE ITALO CALVINO UNA MIRADA SOBRE LA SOLEDAD EN PAREJA

Por RODRIGO RAMOS

(Moreno, Pcia. de Bs. As.) letrasrojas21@yahoo.com.ar ITALO CALVINO Y SU REALISMO CON CARGA FABULOSA Italo Calvino en sus comienzos recibió como escritor una calurosa bienvenida de parte de la crítica y de escritores como Cesare Pavese y Vitorinni quienes lo consideraban el heredero del neorrealismo literario, si bien distinguió sus intereses que lo llevaban en una dirección distinta: un realismo con carga fabulosa, una fábula con carga realista. (1) Efectivamente vemos en Calvino dos líneas estilísticas en lo que se refiere a sus cuentos; una más fantasiosa o ficcional (como en El conde demediado) y otra más realista en la que podemos incluir los relatos de Los amores difíciles Los amores difíciles es el título bajo el cual el autor ha reunido una serie de cuentos de tinte realista. En la base de muchas de estas historias lo que prevalece es una dificultad de comunicación, una zona de silencio en el fondo de las relaciones humanas. (2) La mayoría estos relatos cuentan cómo no se encuentra una pareja; parece que en ese desencuentro el autor ve no sólo un motivo de desesperación, sino también un elemento fundamental –cuando no directamente la esencia misma– de la relación amorosa. Calvino manifestaba que el mejor título que podría definir estos cuentos por lo que tienen en común sería “Amor y ausencia”. El cuento realista de Italo Calvino responde a las características que Jaime Rest atribuye al cuento moderno el que mediante enunciados de aspecto fragmentario e indirecto, ha tratado de penetrar en vericuetos intrincados y penumbrosos de la experiencia… con su preocupación casi exclusiva por los conflictos que tienden a manifestarse en la cara exterior de la trama social”.(3) Efectivamente Calvino busca con ellos trasmitirnos una aguda conciencia de la incomunicación humana, que en este caso se observa en los cuentos de Los amores difíciles. En muchos de estos textos, que hablan en su totalidad de parejas o mejor dicho de “proyectos truncos” de pareja, vemos que la incomunicación prevalece y si bien en algunos casos, como en el cuento que analizaremos, La aventura de un lector, se produce el La Avispa 50

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contacto sexual, no llega a haber “pareja”, pues la “distancia” entre ambas personas es inmensa pese a la proximidad física debido a la incomunicación y a la soledad en la que parece estar inmerso el hombre de nuestro tiempo, “soledad aún estando acompañado”. Para analizar este aspecto en el texto citado nos remitiremos a los conceptos vertidos por Georges Bataille en su libro El erotismo.

La aventura de un lector sin erotismo Georges Bataille define al erotismo como uno de los aspectos de la vida interior del hombre. En este punto solemos engañarnos, porque continuamente el hombre busca fuera un objeto del deseo. (4) El erotismo del hombre difiere de la sexualidad animal precisamente en que moviliza la vida interior. Por sí misma, la sexualidad animal introduce un desequilibrio, y ese desequilibrio amenaza la vida; pero eso el animal no lo sabe. En él no se abre nada parecido a un interrogante, mientras que en el hombre sí. En consecuencia, si el erotismo es la actividad sexual del hombre, es en la medida en que ésta difiere de la sexualidad animal, por la conciencia de esa crisis que producirá en su interior. Sin embargo, la actividad sexual de los hombres no es necesariamente erótica. Lo es cada vez que no es rudimentaria, cada vez que no es simplemente animal. Intentaremos ver cómo se da esto y en qué medida en La aventura de un lector. La acción de La aventura de un lector transcurre en una zona dominada por completo por el sol y el mar. Amedeo Oliva ata su bicicleta y busca entre los acantilados una zona para tenderse. Lleva consigo un libro. Está es un lugar solitario, unos pocos bañistas se zambullen o toman sol. Tiende la toalla y se acuesta a leer. Calvino entonces nos describe al personaje como un apasionado de la lectura que prefiere leer la vida de otros antes de vivir la propia. Desde hacía un tiempo Amadeo tendía a reducir al mínimo su participación en la vida activa. Del gusto por la acción se alimentaban todo su carácter y sus preferencias; y sin embargo, de año en año, el furor de ser él quien actuaba iba disminuyendo. No obstante, el interés por la acción sobrevivía en el placer de la lectura: su pasión eran siempre las narraciones de hechos, las historias, la trama de las vicisitudes humanas. Novelas del siglo XIX, ante todo, pero también memorias y biografías. (5) Entabla una relación casi personal con los libros, como cuando describe su proceso de lectura en el que manifiesta que debía terminar de esta forma: después confiar en ellos. La “confianza”, que es algo 91

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propio de las relaciones interpersonales, se da con el objeto, el libro. Él prefiere vivir en el mundo del libro antes que en el real. Más allá de la superficie de la página se entraba en un mundo en que la vida, antes era más vida que la de aquí, de este lado.(6) Cuando se detiene en la lectura, se zambulle en el mar. Vemos así como en el cuento será muy frecuente el pasaje de un ambiente dominado por el sol a otro diferente dominado por el mar con sus connotaciones propias. El paso del aire asoleado al agua tibia había sido casi imperceptible si no fuese brusco. (7) Cirlot relaciona en su Diccionario de símbolos al agua, y el pasaje del aire al agua, con la transformación de la persona: “Cuando hundimos nuestra cabeza en el agua, como en un sepulcro, el hombre viejo resulta inmerso y enterrado enteramente. Cuando salimos del agua, el hombre nuevo aparece súbitamente, el nuevo nacimiento es del hombre espiritual. (8) Efectivamente las sucesivas inmersiones en el mar de Amedeo, solo o acompañado, son preludio de que comenzará a vivir una vida cada vez “más terrenal y real” alejándose de la vida ficticia del libro. Sin embargo el corte definitivo con esta preferencia por el libro no se da: Su corazón estaba entre las páginas del libro que había dejado en la orilla. (9) Amedeo responde a las características de lo que define Calvino como “buen lector” en su texto Para leer los clásicos cuando lo define como una persona que había llegado a la edad en que la segunda, la tercera, o la cuarta lectura, dan más placer que la primera. Y sin embargo, le quedan todavía muchos continentes por descubrir. (10) Esto se deduce de la definición de Calvino de libro clásico: Los clásicos son esos libros de los cuales se suele oír decir: “Estoy releyendo…” y nunca “Estoy leyendo”. (11) Aparece ante la vista de Amedeo una mujer que se transforma paulatinamente en objeto de su deseo. Así define Bataille esta situación: Las mujeres con su actitud pasiva, intentan obtener, suscitando el deseo, la conjunción a la que los hombres llegan persiguiéndolas. Ellas no son más deseables que ellos, pero ellas se proponen al deseo. (12) Al describirla dice que su cara era vivaz, perspicaz e irónica, adjetivos que sirven más para describir un libro o una obra literaria que a una mujer. Piensa en los inconvenientes que le acarrearía el querer iniciar una relación con la mujer y trata de auto convencerse de que no le interesa. Y siguió leyendo, convencido de que la mujer no podía en realidad interesarle. (13) Teme interrumpir la lectura iniciando el diálogo, sin embargo comienza a acercarse La Avispa 50

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a ella dominado por su impulso. La mujer, de a poco, inicia, en el fuero íntimo de Amedeo, una competencia cada vez más encarnizada con el libro para transformarse en el centro de su deseo o atención. La misma mirada que se deslizaba por los renglones, cada vez que tenía que volver al comienzo, encontraba, apenas más allá del margen de la página, las piernas de la veraneante solitaria. (14) El instinto por sobre el intelecto o lo racional lo lleva de todos modos a seguir procurando el acercamiento con la mujer. Paralelamente hay una disminución del deseo o poder de atracción del libro. En aquel momento el interés por la página que estaba leyendo –un largo paisaje descriptivo– había ido disminuyendo. (15) Otra vez aparece la atribución de características casi humanas al libro. El libro como persona, lo “espera”. Pero no importaba, porque Amedeo volvería enseguida al libro que lo esperaba. (16) Ambos, luego de conversar, se citan para bañarse en las aguas del mar. Aparece ahora sí, si fuera posible, el enfrentamiento “cara a cara” entre la mujer y el libro y Amedeo cede al encanto femenino. Así describe Bataille esta aparición de lo sensorial como signo del deseo: El olfato, el oído, la vista, incluso el gusto, perciben signos objetivos, distintos de la actividad que determinarán. Son los signos anunciadores de la crisis. Dentro de los límites humanos, estos signos anunciadores tienen un intenso valor erótico; no es todo el erotismo, pero todo el erotismo tiene que pasar por ahí. (17) Vio los zuecos y las piernas rectas a poca distancia del libro, alzó la mirada, volvió a bajarla a la página –el sol era deslumbrante– y leyó de prisa algunas líneas. (18) Amedeo deja el libro por ir a nadar con la mujer. Ambos se introducen en un ambiente nuevo dominado por el agua, que es el océano (el mar) con todas las significaciones que tiene. Para Cirlot el mar se relaciona con este proceso de cambio interno en Amedeo que al “sumergirse” en un nuevo tipo de vida y relación parece cambiar o renacer en un ser distinto. Este surgir y desaparecer en el seno oceánico confirma la significación de las agua inferiores como abismo del que las formas nacen y desenvuelven sus posibilidades existenciales. Así, el océano es asimilado también al inconsciente colectivo, del cual surge el sol del espíritu. (19) La escena está dominada tanto por los azules del mar como el oro (amarillo) del sol. Fuera de los reflejos de oro, el azul del agua se ensombrecía como si del fondo aflorase una oscuridad de tinta. (20) Para Cirlot el simbolismo del color es de los más universalmente conocidos 93

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y concientemente utilizados en el arte y literatura.(21) Por regla general el color azul –color del espacio y del cielo claro– es el color del pensamiento: el color amarillo –el color del sol que de tan lejos llega surge de las tinieblas como mensajero de la luz y vuelve a desaparecer en la tenebrosidad– es el color de la intuición, es decir, de aquella función que, por decirlo así, ilumina instantáneamente los orígenes y tendencias de los acontecimientos. Conviven en ese momento en Amedeo lo racional simbolizado por el azul, y lo nuevo, más relacionado con lo carnal, los instintos y la intuición, relacionado con el amarillo. Ambos colores, y ambas tendencias, en conflicto permanente en su interior. Pese a que está cediendo a lo físico, Amedeo sigue convencido en su fuero íntimo que el mayor placer está en la lectura. Era inútil, nada igualaba el sabor a vida que hay en los libros. (22) A pesar del deseo de leer el contacto físico se acentúa. Amedeo trae su libro e intenta leer junto a ella. Él se siente momentáneamente absorto por su mundo y su vida con el libro. La novela que leía Amedeo había llegado a ese momento en que se revelan los mayores secretos de los personajes y del ambiente, y uno se mueve en un mundo familiar, y se alcanza una especie de paridad, de confianza entre el autor y el lector y se avanza al mismo paso, y uno no se detendría nunca. (23) Pero la mujer parece enfrentar a su mundo de lectura y al libro al pedirle “conversación” lo que lo lleva a darse cuenta que no puede seguir la tensión del libro. Sin embargo él decide continuar la relación con los dos: la mujer y el libro. Amedeo, que en aquel momento hubiera dado cualquier cosa por no despegarse de la novela, le pareció francamente amenazadora. Ahora estaba claro que con aquella mujer al lado no podría leer ni una línea más. Podía en cambio tratar de que esa tensión externa siguiera, por así decirlo, un curso paralelo a la otra, para no tener que renunciar ni a la señora ni al libro. (24) El libro parece retomar su poder de atracción sobre Amedeo que continúa con temor a que la relación con la mujer le quite tiempo de lectura. Se volvió hacia ella y la besó. Se separaron y volvieron a besarse. Después él bajó la cabeza a su libro y reanudó la lectura. (25) Pero pese a la convicción de Amedeo de querer que prevalezca el libro la mujer otra vez intenta poner distancia a la convivencia de ambos mundos, el de la lectura y el de lo “físico”. Ante la desnudez de la mujer y pese a su deseo racional, Amedeo sucumbe al deseo físico. La Avispa 50

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Sin embargo luego de consumado el sexo vemos la limitación propia de Amedeo, su soledad y la incomunicación que hay entre él y la mujer. Amedeo que es tan experto en leer y descifrar libros, de entenderlos, no es capaz de entender a esa mujer, por lo que vemos que pese al sexo Amedeo nunca llega a “relacionarse” con ella. Es interesante ver como Calvino para describir esta situación, a la inversa de lo que había hecho anteriormente, esta vez le da a la mujer características propias del libro: Amedeo no puede “leer” a la mujer, no la entiende, y por eso nunca se inicia la relación entre ambos. Pero lo que leyó en esa mirada –reproche, conmiseración, desaliento, como si quisiera decir “Estúpido, hagámoslo ya que hay que hacerlo, pero no entiendes nada, como todos los otros…”–, es decir, lo que no leyó, porque no sabía leer en la mirada (26) Luego del contacto sexual seguirá la tensión entre mujer y libro, y vemos que pese al triunfo aparente de la primera, porque Amedeo ha cedido a su impulso sexual, en realidad no hay erotismo o relación, pues Amedeo no se ha entregado en alma, solo en cuerpo a esa relación que es pasajera. Bataille, como dijimos al principio, había definido el erotismo como un desequilibrio en el cual es ser se cuestiona a sí mismo, concientemente. En cierto sentido, el ser se pierde objetivamente, pero entonces el sujeto se identifica con el objeto que se pierde. Amedeo no se pierde por la mujer. No hay relación ni erotismo, sólo el ceder momentáneamente a un impulso carnal. Vemos como Calvino muestra la soledad en la que está inmerso el hombre que prefiere una vida artificial, la vida del libro, a una vida real. Amedeo nunca termina de relacionarse con la mujer, y al final de la historia, el autor nos muestra, en el último párrafo, como Amedeo sigue absorto y pendiente de “la vida del libro”. Ha cedido a sus impulsos físicos, pero esto es momentáneo pues nunca se inicia el vínculo con la mujer, que paradójicamente, en todo el cuento, aparece como un objeto que no tiene nombre y que sólo se describe. Ahora ella había bajado y había metido la mitad del cuerpo en el agua. –Ven tú también, démonos un último baño… –Amedeo, mordiéndose un labio, contaba las páginas que faltaban para el final.(27) El corazón y el alma de Amedeo siguen perteneciendo a los libros, él sigue solo aunque esté acompañado. 95

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Solos aunque acompañados Vemos así, en este cuento de Los amores difíciles, titulado La aventura de un lector, como Calvino, a través de una narración simple y a la vez realista, nos refleja y denuncia la soledad y la incomunicación que parece ser característica del hombre de la actualidad. La historia de Amedeo, como las de los demás cuentos de Los amores difíciles, es una simple y a la vez efectiva metáfora de la soledad que prevalece en la vida contemporánea, soledad producto de la falta de comunicación que no permite relacionarse con el otro, con una pareja, más que en lo superficial. Soledad de la mujer y del hombre actual. Soledad, aunque tengamos en nuestra cama a alguien al lado. Citas Bibliográficas (1) Capítulo Universal, Pág. 212 (2) Calvino, Pág. 15 (3) Rest, Pág. 40 (4) Bataille, Pág. 33 (5) Calvino, Pág. 100 (6) Calvino, Pág. 101 (7) Calvino, Pág. 101 (8) Cirlot, Pág. 69 (9) Calvino, Pág. 102 (10) Calvino, Pág. 102 (11) Calvino, Pág. 121 (12) Bataille, Pág. 137 (13) Calvino, Pág. 103

(14) Calvino, Pág. 104 (15) Calvino, Pág. 105 (16) Calvino, Pág. 106 (17) Bataille, Pág. 136 (18) Calvino, Pág. 108 (19) Cirlot, Pág. 344 (20) Calvino, Pág. 109 (21) Cirlot, Pág. 139 (22) Calvino, Pág. 109 (23) Calvino, Pág. 110 (24) Calvino, Pág. 110 (25) Calvino, Pág. 111 (26) Calvino, Pág. 113 (27)Calvino,Pág.113

Bibliografía Bataille, Georges, El erotismo, Barcelona: editorial Turquets Barcelona 1996 Calvino, Italo, Los amores difíciles, Barcelona: Edit. Turquets, 1993. Calvino, Italo, ¿Por qué leer los clásicos?, Barcelona: Edit. Turquesa, 1993. Capítulo Universal 29 Literatura Contemporánea. Cirlot, Juan Eduardo, Diccionario de símbolos, Madrid: Edit. Siruela, 1997. Rest, Jaime, Conceptos fundamentales de la literatura moderna, Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1979.

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Diana Akselman

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ROSARIO: UNA CIUDAD LITERARIA

Por DAVID ALBERTO FUKS

(Rosario) - fuksdavidalberto@gmail.com Los festivales de poesía de carácter internacional, la profusión de revistas literarias impresas de aparición periódica, la asistencia entusiasta a decenas de talleres literarios, la permanente presentación de libros, los editores poetas, los programas radiales dedicados a la literatura, la cátedra ‘Felipe Aldana’ de la UNR dedicada a investigar el fenómeno literario local y los ciclos de lectura en los bares caracterizan el quehacer literario rosarino.

Los festivales y ferias Entre el 21 y el 26 de septiembre de 2010 se realizó el XVIII Festival Internacional de Poesía de Rosario, organizado por el Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia de Santa Fe, la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario y el Centro Cultural Parque de España/AECID. El Encuentro tuvo como sedes el Centro Cultural Parque de España y el Centro Cultural Bernardino Rivadavia y también desarrolló actividades en otros espacios culturales y en los centros municipales de distrito de la ciudad de Rosario. La edición 2010 estuvo dedicada 97

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a Juan Manuel Inchauspe (Santa Fe, 1940-1991) y en su transcurso se presentó la reedición de la obra del poeta, hace tiempo agotada. Este año participaron más de 50 poetas de distintos puntos de la Argentina y de Alemania, Bélgica, Brasil, México, España, Francia, Uruguay, Chile, Perú, Colombia, Nicaragua, Guatemala, El Salvador, República Dominicana y Venezuela. Además de las lecturas tradicionales, hubo debates, entrevistas públicas con poetas y una clínica de poesía, a cargo de Irene Gruss. Un recital de Paco Ibáñez abrió el Festival al que siguieron otros de Fernando Cabrera, Liliana Vitale y Alberto Muñoz. Se desarrolló un ciclo sobre cine y poesía y a modo de cierre la puesta de Mujeres terribles, con dirección de Lía Jelín, sobre textos de Silvina Ocampo y Alejandra Pizarnik. El Festival se originó en 1993, con escritores locales y nacionales pero posteriormente incorporó a destacados poetas latinoamericanos, por lo que hasta 1999, mantuvo la denominación de Festival Latinoamericano de Poesía. En el año 2000 adquirió su carácter actual de Festival Internacional propiciando la presencia de poetas de todo el mundo. Este año participaron entre otros Arturo Carrera, Roberto Raschella, Irene Gruss, Alejandro Pidello, y entre los extranjeros se destacaron Thomas Boberg (Dinamarca), Peter Theunynck (Bélgica), Rodolfo Hinostroza (Perú), Eduardo Hurtado (México), Igor Barreto (Venezuela), Virna Teixeira (Brasil), Clemente Riedemann (Chile), así como invitados de España, Cuba, Uruguay, Colombia, Guatemala, El Salvador y República Dominicana entre otros países. En abril se realizó –en la plaza San Martín– la primera Feria del Libro Independiente y Autogestiva (FLIA) de Rosario que se enmarcó en el Segundo Encuentro Nacional de Comercio Justo. La actividad pretende difundir el trabajo autogestivo, acercar estas experiencias ricas en solidaridad al público, para que pueda conocer nuevas ideas y posicionarse frente al libro y otras producciones por fuera del lugar del consumidor, siendo partícipe de la cultura. Todos los meses de agosto se organiza La Feria del Libro Regional en San Lorenzo (a 45 minutos de Rosario) que va por su tercera edición. Este año su slogan fue “Desde el suelo libertador sanlorencino hacia la pluma libre del escritor”. Muchas pequeñas ciudades santafesinas realizan actividades locales similares tal vez como un modo de paliar la inexistencia de una feria rosarina cuya 9ª edición –por razones… ¿empresariales?– no fue posible desde el 2009. La Avispa 50

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El Ciclo de Poesía del Teatro El Círculo presentó su Semana de las letras y la lectura - IV Encuentro Internacional de poesía, del 3 al 5 de octubre. La organización estuvo a cargo de la Asociación Cultural Teatro “El Círculo” bajo la coordinación del poeta Héctor Berenguer con mesas integradas por Leonardo Martínez (Catamarca), Rubén Vela (Buenos Aires), Leopoldo “Teuco” Castilla (Salta), Concepción Bertone, Alejandra Méndez, Rafael Oscar Ielpi, Andrea Ocampo, Clarisa Vitantonio, Leandro Lull, Guillermo Ibáñez, Eduardo D’Anna, Ana Victoria Lovell, Alexis Romero (Venezuela), Mario Alonso López (México), Rafael Oteriño (Mar del Plata), Gustavo Caso Rosendi (Chubut), Martín Raninqueo (Chubut), Marta Miranda (Buenos Aires), César Cantoni (La Plata), Miguel Culaciati, Norma Etcheverri (La Plata), José María Pallaoro (La Plata), Florencia Lo Celso, David Fuks, Miguel Culaciati, Alicia Salinas, Mariana Vacs, Bigote Acosta y otros. El dramaturgo y poeta Álvaro Mata Guillé (costarricense residente en San Luis de Potosí, México), presentó la revista “Locutorio” cuyos consejo editorial y consultivo se componen entre otros de escritores rosarinos. Finalmente Rosario Lee, una actividad realizada a beneficio del Hospital Provincial de Rosario es lo más parecido a una feria del libro. Con la presencia de las principales editoriales del país, se llevó a cabo los últimos días de noviembre y primeros de diciembre caracterizado como un encuentro dedicado íntegramente a la difusión de la lectura como medio integrador y educativo por excelencia. Aquí se realizaron stands y exposición de editoriales, talleres y cursos, conferencias diarias, transmisión en vivo a través de Radio Nacional y hubo un sector dedicado especialmente a la literatura infantil. Asistieron, entre otros, Sasturain, Grinberg, O’Donnell, Rep, Rolón, Chumbita, Gorodischer, Sietecase y Solanas. Poesía, tele y radio Desde hace 12 años Edición Cyrano (Radio del Plata Rosario 107.5), es un espacio conducido por Eduardo Serenelli y Daniel Leto, acerca textos de escritores latinoamericanos a sus oyentes, proponen concursos de cuentos y fomentan la lectura mediante una campaña para abrir 30 bibliotecas públicas en los bares de la ciudad. Está escrito es el único programa del genero literario que se proyecta en la televisión local por el cable, conducido por el periodista Osvaldo Noval, cuya pretensión es ser un nexo entre los televidentes y el escritor local invitado. 99

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Ideado por el cientista de la educación Fernando Avendaño y como parte del proyecto Cátedra Abierta de la UNR, Libros que muerden se transmite Radio Universidad (103.3) los sábados por la mañana. Una de las animadoras del ciclo es la poeta Andrea Ocampo, quien propone un tema específico que es investigado luego en la literatura. Los sábados de 16 a 18 la Ocampo conduce además por la misma emisora Obra en deconstrucción. Son sus columnistas: Graciana Petrone (artefactos culturales), Marcos Elguero (DJ van gogh música), Faca y Rosa China (rastros del carmín - artes visuales) y Estela Badía (placer de los placeres). También por RU, Escritores en el aire es una producción de la Asociación Amigos de la UNR Editora conducido por el poeta Carlos Mac Allister. La dinámica consiste en entrevistar a autores que acaban de publicar. La escritora Patricia Alvarez Blanco conduce desde hace diez años La Bodeguita del Medio por FM Aire Libre (91.3), los sábados al mediodía. El programa comienza siempre con un escrito provocador. El programa El sonido de mi gente, que conduce Liliana Perosio por Radio Nacional Rosario AM 1300 –los sábados a las 9hs. desde hace quince años– tiene una particularidad: otorga el Premio Destacados en la Cultura a escritores. El más reciente ganador fue el costarricense –radicado en México– Álvaro Mata Guille. Por la misma emisora local –los lunes a las 22.30– se emite La chancha y los 20 conducido por Patricia Larguía y el poeta Omar Aguiar. El programa está conducido con humor y los escritores invitados son alentados a leer fragmentos de sus obras. Los escritores Gary Vila Ortiz y Enrique Gallego realizan La Buhardilla por LT8 los domingos de 12 a 4 de la mañana, también tiene una prolongada y prestigiosa trayectoria. El poeta Gallego edita desde enero de 2006 la revista “La Buhardilla” (de Papel) publicación de cultura general que va por su número 9. La poeta Sonia Gallardo se encarga de la producción literaria de Yupanqui, luz y misterio, que se emite por FM Aire Libre 91.3 de Rosario. El escritor y diseñador gráfico Agustín Roig conduce Tropofonía por AM1300. Las revistas Transatlántico es un periódico (tamaño La Nación) de arte, cultura y desarrollo del Centro Cultural Parque de España. Su consejo La Avispa 50

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editorial está integrado por Martín Prieto, Pedro Cantini, Cecilia Vallina y Nora Avaro. En el mismo tamaño, El Centón fue creada por el escritor y periodista Alberto Carlos “Gary” Vila Ortiz y representa, sin dudas, un aporte valioso para la difusión de distintos movimientos culturales de la ciudad: plástica, poesía, narrativa, crítica e historia. El periódico –como su nombre lo indica– es un damero de textos variopintos, algunos rescatados de viejas publicaciones literarias rosarinas. Acaba de salir el Nº11 que cuenta con la colaboración de los artistas plásticos Chachi Verona, Rubén Echagüe, Marita Guimpel y Florencia de la Colina. Facundo, editada por Eduardo D’Anna y Sebastián Riestra, se lanzó con su primer número el miércoles 15 de septiembre. Ellos están también detrás de la edición de autores rosarinos clásicos bajo el sello Biblioteca La Capital. Algunos de los volúmenes editados son Ciudad en sábado del poeta Facundo Marull y El París que Fue, de Martín Aldao. Y luego la colección continuará con la edición de más de veinte volúmenes con Hasta el Caracú, de Hernán Gómez; Lucía Miranda, de Celestina Funes; Cosas de Carrasco, de Gabriel Carrasco, y Segunda Libertad, de Juan Zocchi. Coordinada por la poeta María Paula Alzugaray La Casa de la Poesía de la Secretaría municipal de Cultura, publicó durante algunos años la revista literaria Boga pero ambos proyectos fueron interrumpidos. Bajo la dirección del poeta Reynaldo Uribe la revista Juglaría tuvo su aparición hasta el número 15 pero “El Vasco” continúa editando libros con un sello editorial del mismo nombre. Con un consejo editorial integrado por A. Roig, A. Lardone, D. Basilio, F. Nicastro, G. Carabajales, M. Bonamin y N. Doffo continúa publicándose En voz alta. La mayoría de quienes allí publican no superan los treinta años. El Centro Cultural “Bernardino Rivadavia” ha habilitado el espacio semanal permanente “Publicaciones”. Habitualmente se presentan más de tres libros locales por semana. Lo mismo ocurre en el Centro Cultural Ross de la editorial y librería del mismo nombre. Las editoriales La profusa oferta de presentaciones de libros en parte está ligada a la existencia de muchísimas editoras locales como la Editorial Municipal de Rosario (creada en 1992) que acaba de publicar 101

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Rosario, esta ciudad, con 101 fotografías de 56 autores rosarinos. La EMR publica las obras premiadas en los concursos anuales de Literatura “Manuel Musto”, de Poesía “Felipe Aldana” y otros, y edita discos compactos bajo el sello discográfico Ediciones Musicales Rosarinas. Ediciones Poesía de Rosario, Ciudad Gótica, Press Scripta Ed., Juglaría, Del Abasto, ENR, Libros de Alejandría, El farolito y Papeles del Boulevard, son parte de un cúmulo de editoras medianas y pequeñas que se especializan en poesía. El Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM), Argentina y el Instituto de Género, Derecho y Desarrollo (INSGENAR), constituido en Rosario en 1990 editan textos sobre feminismo, derechos sexuales y reproductivos y violencia. Acaban de presentar Los derechos de las mujeres en clave feminista. Experiencias del Cladem. Un nuevo proyecto editorial y cultural de la Biblioteca Popular Pocho Lepratti acaba de salir a la luz con Cultura y Dictadura en Rosario: 1976-1983 de Leónidas Ceruti. Como emprendimiento curioso mencionaremos también a Abra Pampa Éditions-Paris, France, Santa Fe, que editó este año Le Véritable jour (El día Verdadero) de Pablo Urquiza y Huit poètes argentins / Ocho poetas argentinos - Poetas en edición bilingüe + CD con textos de Graciela Maturo, Héctor Berenguer, Néstor Fenoglio, Florencia Lo Celso, Enrique Diego Gallego, César Bisso, Beatriz Vignoli y Gary Vila Ortiz. Los talleres literarios La nueva generación de poetas, algunos recientemente premiados y/o invitados a festivales internacionales se han formado en talleres públicos o privados de autores prestigiosos como Alma Maritano, Marta Ortíz, Pochi Bertone, Vicky Lovell, Magdalena Aliau y Ana María Russo. En el ámbito de la ciudad existe una gran inquietud literaria y la proliferación de estos espacios en bibliotecas y centros culturales parecen confirmarlo. Letras y café Conducido por Miriam Elena Acosta Poesía en le bar del Complejo museológico de la ciudad histórica de San Lorenzo (en el Bar Alma Mía) funciona los jueves de 20 a 22 hs. En cada encuentro se La Avispa 50

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distribuyen plaquetas con poemas de los invitados y semanalmente emiten on line el boletín Bares y Letras, único especializado en difundir información internacional sobre estos espacios urbanos tan singulares.

En noviembre comenzó Merend Arte en el histórico bar “Don Vito en lo de Abdala” de Av. del Rosario 799 en Ibarlucea, los domingos a las 17 hs., un espacio para la lectura, la venta de libros, el intercambio cultural y con muy buena pastelería casera. Ale Méndez conduce las Lecturas en el Bar “Tercer Mundo” (Rioja 1089) los días lunes a las 20:30 hs. a las que se continúan siempre un espectáculo musical joven. Poesía en los Bares es un ciclo que coordina Hugo Diz los martes en la Subsede (San Lorenzo y Entre Ríos). Presenta Roberto Lobos y suele distribuirse plaquetas con poemas de los autores invitados. En el mismo subsuelo del bar La Sede continúa el ciclo Arte por la Paz, en su décimo año consecutivo con la coordinación de Bernardo Conde Narváez Elía. La reunión de bookcrossing suelen realizarse los lunes a las 20:30, en el cybercafé de calle Córdoba 831. La actividad consiste en el registro de libros en la página www.bookcrossing.com, que luego son liberados en espacios públicos o intercambiados en las reuniones. 103

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Débora Pereyra

Hay una página “espejo” en español (www.bookcrossing-spain. com) y grupos de yahoo Argentina por cada centro donde hay organizadas reuniones (Buenos Aires, Mendoza, Córdoba y Rosario. El ciclo de Narradores y Poetas continúa los martes, a las 20:30, en el bar La Muestra, San Luis y Juan Manuel de Rosas. El formato es de lecturas, presentación de libros y un espectáculo de música. Su coordinadora es Gladys López Pianesi El Ciclo Literario Espiral Calipso conducido por Maia Morosano y Rocío Muñoz Vergara, lleva el nombre de una editorial muy convocante. Se realiza en “La Chamuyera” (emprendimiento intercultural) de Corrientes 1380 con poetas invitados, micrófono abierto para que todos los asistentes que lo deseen puedan subir a leer textos breves, propios o ajenos, para compartirlos con el resto del público y después, música en vivo.

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Dar la cara

ROBERTO ROMEO DI VITA JUAN TASADA

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Dar la cara

DICEN QUE NO MURIÓ

Por ROBERTO ROMEO DI VITA Dicen que es cubano, dicen que es argentino, dicen que es de todos los confines de los pobres de la tierra. Dicen que fumaba habanos, dijeron que tomaba mate. Los coyas dicen que lo vieron mascar coca y me contó un africano que bebía el agua de sus arroyos. Cortó caña, recogió arroz, sembró tabaco, levantó paredes para las escuelas, trabajó en los telares, firmaba billetes, leía documentos, asistió a conferencias, trabajó de Ministro, de fotógrafo, de econo-mista. Hasta dicen que tenía un Ministerio, secretarias y oficinas y un buen día... mandó todo al diablo y se fue a pelear a la selva. Un buen día dijo basta: “Aquí hay muchos valientes que pueden hacer lo mismo y mejor que yo”. Una noche abrazó a su más entrañable hermano, barbudo igual que él y se despidió sin mirar atrás para no tener flojeras. Un buen día lo vieron en un río recitando poemas junto al poeta. En otro tiempo se lo pudo observar confundido en un abrazo con un tal Ho Chi Min, allá por el Vietnam que le dijeron. Una tarde estaba en Brasil, otra en Buenos Aires escuchando tangos y de pronto nada... ¿Dónde está el Che? En todas y en ninguna parte. Pero una buena mañana, dicen que fusil en mano anduvo por sierras de Bolivia queriendo levantar campesinos de sueños milenarios, mandados por capangas e infaltables milicos. ¿Pero saben una cosa? Este tal Guevara no murió asesinado allá en Higueritas. Fue tanta su insolencia de libertad y de justicia que no pudieron matarlo. Ese tal Che de todo un continente, ese tal Che del mundo entero, está presente en los ríos, en la tierra, en el aire, en las paredes de mi ciudad. —¿Usted no lo cree, amigo? (Del libro América en el Corazón; año 1999; editorial FOEDICOOP, Premio Casa de la Libertad; Revista de Confederación Literaria, San Juan; Puerto Rico.) La Avispa 50

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Dar la cara

LOS RESIDUOS DEL ALMA (Vestigios de los niños del basural)

Por JUAN MANUEL TASADA juan.tasada@gmail.com Apenas pasadas las diez de la mañana y a no más de cincuenta metros del lugar, se erige como la torre de Babel una extensa llanura. A simple vista el movimiento sobre su superficie indica que una colonia de hormigas lucha por acarrear la comida hacia los túneles subterráneos, sin embargo, a medida que avanzamos podemos notar que muy lejos se encuentra de ser la baja Mesopotamia de la antigua Israel; aun mas distante de ser un ejército de insectos abasteciéndose para pasar un crudo invierno.

Las miserias deambulan como el viento, se mecen desde el este hacia el oeste de una gran planicie de residuos, lo que simulaba ser un grupo de himenópteros no es mas que un puñado de niños intentando jugar al basculo del todo lo tengo en una vida de carencias constantes. Una suma de etapas de crecimiento que se disipan 107

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Dar la cara

con el transcurrir de los minutos, un hedor que impregna los huesos, una corredera de moscas intentando ganar las habidas y pequeñas manos de los infantes. Espectros silenciosos de grandes doctores y abogados, de astronautas sin órbita alguna, de veterinarios sin animales que curar, de arquitectos sin tableros e ingenieros sin más que un ábaco en su poder. Las sobras de la ciudad son su sustento diario y las migajas su pan, solo los perros me hacen notar la diferencia fisonómica que impera en este valle de sosiego permanente, un cruel espejo de sus destinos. El juego de pelota y las muñecas hoy parecen estar muy alejados en los sueños de los niños del basural.

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Fot ografía

Gustavo Ciancio

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Fotografía

BREVE, AZAROSA E INJUSTA HISTORIA DE LA FOTOGRAFÍA ARGENTINA Por GUSTAVO CIANCIO

(Punta Alta)

Bueno, arranquemos por el principio, por una vez. La primera foto de que se tiene noticia, la logró Nicéphore Niepce, allá por el 1826. (Foto 1) Esta imagen la logró con una exposición de cerca de 8 hs., sensibilizando un papel con betún de Judea. Luego este pobre muchacho tuvo la idea de asociarse con Louis Daguerre, y juntos desarrollaron técnicas que terminarían con Daguerre como el inventor oficial del proceso llamado daguerrotipo, hecho sobre planchas metálicas sensibilizadas mediante procesos por demás tóxicos, con vapores de mercurio y otras porquerías. (Foto 2) La presentación oficial del invento de hizo el 19 de agosto de 1839. La exactitud de la fecha sólo tiene importancia porque es mi cumpleaños (se aceptan regalos). Aquí a la Argentina el invento llegó bastante rápido, y el primer daguerrotipo del que se tiene historia data de 1843 (Foto 3) El primer retrato es de 1845, lo hizo John Bennet y el retratado era el entonces gobernador de Salta. (Foto 4) Y por último, uno hecho en Montevideo, pero cuyo interés reside La Avispa 50

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Fotografía

en que la fotografiada es nada menos que Mariquita Sánchez de Thompson. La foto es de Antonio Pozzo. (Foto 5) Mientras pasaba esto, el británico Fox Talbot hacía fotogramas sobre papeles emulsionados, colocando hojas y objetos sobre ellos y dejando que la luz, al exponer el papel, produjera las sombras que quedaban impresionadas en él. (Foto 6) Los fotogramas datan de 1839. También, por supuesto, hacía otras fotografías más convencionales. (Foto 7) Con esta introducción, trazando un paralelismo entre la actividad del continente europeo y nuestro país, pretendo ilustrar hasta qué punto, o estábamos demasiado pendientes de lo que pasaba allende el gran charco, o teníamos entonces una economía que justificara que estos pintorescos personaje, protofotógrafos (se hacían llamar “profesores” algunos de ellos), aparecieran por estos lares, poniendo sus estudios en la creciente Buenos Aires. Como fuese, la presencia de estos pioneros hizo que la fotografía en Argentina se desarrollase desde casi sus inicios a nivel mundial, y, como en tantas otras áreas, si los fotógrafos de estas regiones no fueron muy conocidos ni lo son ahora, se debe más que nada a una cuestión de eurocentrismo, tan evidente que ni vale la pena explayarse sobre esto. Hacia 1854, existían 10 fotógrafos en Buenos Aires, entre los que se destacaba el norteamericano Charles Fredricks. Para 1860, la cifra había subido a 50 estudios, en un país de 1.200.000 habitantes. Por supuesto, casi todos estos estudios estaban en Buenos Aires. El primer censo nacional, de 1869, revelaba la existencia de 190 fotógrafos, de los cuales 130 estaban en Buenos Aires, y el resto diseminados en las provincias, especialmente Santa Fe. En 1879, durante la campaña del desierto, un fotógrafo acompañó 111

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Fotografía

a Roca. Dice Francisco Hernández1, en el periódico mensual “la Barra”: “Las fotografías de Pozzo son imágenes con aire de una prolija expedición. Allí no hay luchas, no se observa ningún tipo de contienda, como en la guerra del Paraguay tan bien ilustradas por Candido López. Claro, el tema de la Campaña fue un acontecer interno, y por lo tanto algo vergonzante que había que maquillar, sin duda estas escenas fueron editadas con presumible filtro.” Más allá de la aparente admiración que Pozzo sentía por Roca, está claro que podríamos marcar aquí el inicio de un accionar (después de todo Pozzo estaba haciendo las veces de reportero gráfico) que llegó a su cenit durante la pasada dictadura militar: Imágenes censuradas o autocensuradas, visiones tergiversadas de la realidad o, lisa y llanamente, propaganda. Pero no nos adelantemos. Con la llegada del nuevo siglo se intensifica la actividad, de la mano de medios como “Caras y Caretas” y, posteriormente, con la llegada de una nueva camada de fotógrafos, venidos de Europa como consecuencia directa o indirecta de las guerras mundiales. Así llegan Annemarie Heinrich, Grete Stern (de la mano del fotógrafo argentino Horacio Cóppola), el ruso Anatole Saderman, entre otros. Paralelamente, se va desarrollando en el país el fotoclubismo, sin duda útil en su momento, ya que era imposible adquirir formación fotográfica en ningún lado, y esta buena gente se juntaba para intercambiar saberes picoteados aquí y allá… Aunque un movimiento de importancia y del cual seguramente surgieron algunos exponentes 1

http://www.labarradyr.com.ar/2010/09_sep10/La_barra_Cultura.htm

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de la fotografía, es, en líneas generales, un espacio donde se da cita una estética determinada, más complaciente, de fotos “lindas”…fotos que no lastiman, no cuestionan, y ni siquiera se cuestionan a sí mismas. De todos modos, tiene algo de mérito, al formar parte de una dinámica que hizo que mucha gente se acercara a la fotografía, y tras un trecho, se alejara… de los fotoclubes. En un espacio fuera de la temporalidad, quiero enumerar a algunas de las muchísimas mujeres que hicieron y hacen gran parte de lo mejor de la fotografía argentina. A las ya nombradas Heinrich y Stern, hay que agregar una lista que arranca sin dudar con nombres como el de Sara Facio, Alicia D’Amico, y más acá, gente como Alessandra Sanguinetti, Gaby Messina, Guadalupe Miles, Rosana Schoijett, Helen Zout, y un largo etcétera… El siguiente momento importante se da, en mi opinión, con el regreso de la democracia, sobre todo de la mano del fotoperiodismo y la foto testimonial/documental Fotógrafos como Tony Valdez, Eduardo Longoni, Dani Yako, Adriana Lestido, entre otros, supieron darle aires nuevos al modo de mostrar las noticias en imágenes. Los tiempos permitían, después de mucho silencio, una expresión que se dio en todos los ámbitos, y la fotografía no fue ajena a ese fenómeno. En un espacio emparentado, surgen fotógrafos como Marcos López, Res, Pablo Garber, Martín Weber, que instalan una nueva mirada sobre la realidad circundante. Marcos López se destaca por su Pop Latino, corrosiva visión sobre los 90, con su apariencia glamorosa y todo lo “berreta” que se escondía detrás, o no tanto. El uso del color 113

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Fotografía

explota en este trabajo, y es una característica que López desarrolla, marcando casi una tendencia. Por entonces, trabajos como el de Fabiana Barreda, Esteban Pastorino, Gabriel Valansi, y otros, conviven con los más tradicionales como Juan Travnik, Cayetano Arcidiácono, Julio Pantoja o Daniel Muchiut. En el presente, una nueva camada de fotógrafos se suma a esta disciplina, que bien supo ganarse un lugar entre las artes visuales, ya sea desde la perspectiva fotoperiodística o documental, o desde su variante expresiva, haciéndose un lugar en los museos, así como en el mercado del arte, todavía más como una expresión de deseos o pequeño emprendimiento ligeramente fashion como las “gallery nights” que como una realidad, donde se produce bastante pero se vende poco, haciendo que los que nos dedicamos a la fotografía recurramos a tareas que van desde los trabajos publicitarios a la enseñanza como medio de vida. Por cierto, siguen abiertas las inscripciones para mis talleres. La Avispa 50

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Ciney

Tv

Gabriel Cabrejas

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Cine y TV

Souvenires del Festival Internacional Con ustedes… los perdedores

Como suele sucedernos a los argentinos, llegamos cola de perro. El Festival Internacional de Cine sucede en noviembre, cuando las películas competentes del año han figurado en los otros Festivales Categoría A y los directores y productores prefieren esperar que sus largos, en proceso de posproducción, compitan en los certámenes que nos primerean —Berlinale en febrero, Cannes en mayo, Venecia en agosto, San Sebastián octubre. Mejor hubiera sido reprogramar el de Mar del Plata en su fecha original, marzo, al comenzar apenas el año. Lo siguiente es una reseña apurada de lo que llegamos a ver; por desdicha sólo uno, Aballay¸ fue premiado este tardío fin de ciclo.

Promesas del Este. Hace unos años el cine iraní era la niña bonita de la crítica y las exhibiciones, como ahora el rumano. Alternativas emergentes de culturas en estado de emergencia: respiraderos artificiales para sociedades nunca del todo libres ni prósperas. Abbas Kiarostami (El sabor de la cereza, 1997), Samira Makhmalbaf (La manzana, 1998; A las cinco de la tarde, 2003), Majid Majidi (Niños del cielo, 97) y Bahman Ghabadi (Las tortugas también vuelan, 2004) reflejaban identidad y denuncia, un cine social de ritmos quietos, niños protagónicos en la mejor tradición del neorrealismo, pobreza en la Persia de los ayatolas y el petróleo mediante los ojos de las víctimas más inocentes. El cazador (Shekarchi), firmado por Rafi Pitts, parte de una premisa distinta. Primero, le pone el cuerpo a las balas casi en un sentido literal. Escribe, dirige y actúa, y bordea peligrosamente la metáfora política. Deporte extremo si los hay: Ghabadi sufrió la cárcel por oponerse al presidente Mahmud Ahmadinejad y su colega Jafar Panahi ni siquiera pudo viajar a Berlín. El propio Pitts, nacido en 1967, se exilió junto a su familia al advenir Khomeini, y la secuencia titular rescata a sus terribles motoqueros, los Pasdarán o primera Guardia Islámica no muy distinta a nuestros recordados Grupos de Tareas. El cazador, enmarcado bajo esos auspicios tortuosos, debe leerse como un testamento generacional, el silencioso estallido de los hombres de la mediana edad de Teherángeles incubados en la acémila negra de la violencia, retornante porque nunca pasó, y cuyo hito reciente y sangriento Pitts autor ubica, claro, en las marchas contra la amañada y leonina reelección de Ahmadinejad en 2009, que La Avispa 50

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los Basij, hijos de los pasdarán, ahogaron en una represión callejera también filmada en directo.

A diferencia de sus compañeros cineastas, Pitts escapa del barrio, de la aldea montañosa y miserable, incluso de las abluciones y el chador. Teherán es una megalópolis industrial y alienada en regla, de noche y otoño permanentes, circundada por marañas de autopistas ruidosas, una automotriz activísima y el lejano, perdido murmullo de una mezquita almenando el horizonte. Alí-Pitts, y su mueca dura, inconmovida, sale de prisión y sólo consigue un trabajo de vigilancia nocturna, dado que no confían en él para asignarle horario matinal, así que ve poco a su familia y su único placer consiste en ir a cazar al bosque suburbano, los francos. El disparo de su rifle parece un cañonazo y no vemos a qué le acierta; un buen día la policía le avisa, sin que su gesto se transforme, que su esposa cayó muerta durante un típico confuso episodio, en términos concretos, por un proyectil en las manifestaciones contra el escándalo reelectoral. Su hijita está desaparecida y la busca foto en mano hasta que también debe concurrir a reconocerla en la morgue. El convicto Alí sabe que un destino no precisamente divino lo acaba de arrojar otra vez al margen y la soledad, aunque mucho se haya esforzado en reintegrarse donde nadie lo quiere. Tiene el rifle, la mira telescópica y habrá de usarlos, y a su modo, equiparará los tantos o morirá en el intento, al fin y al cabo nunca estuvo del todo vivo. 117

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Si la cinematografía iraní revelaba una libertad inusual en el mundo mahometano, retratando las consecuencias de la guerra frente a Irak, el anacronismo de una educación inquisitorial o el pésimo reparto de la renta mientras sube el precio del crudo, el alegato de Pitts pone por primera vez las armas y la actualidad política en primer plano. El policía corrupto y brutal de la segunda mitad, su ayudante el recluta que “no debería estar aquí”, la cacería del prófugo Alí entre los árboles que lo atrapa pero instala a los tres en una caminata circular, a cada rato en el punto de partida —¿la historia nacional?— y el ex presidiario vistiéndose de uniforme aún a sabiendas de que puede matarlo… otro policía, mapea un role playing absurdo. Todos juegan al otro y ninguno es tal, el laberinto carece de centro y mucho más de salida, termina mal lo que empezó peor o, acaso, no termina lo que no llegó a empezar. “Hoy, la gran pregunta en Irán —comenta el director en la reseña— es si la Revolución nos fue robada”. Tan inesperada como El cazador, la serbia Beli, beli svet (o Blanco, blanco mundo) puede calificarse de tragedia griega tout court. Oleg Norkovic director y Milena Markovic, guionista y poeta profesional, buscan un pueblo minero, Bor, que bien podría ser Tebas. Allí mismo habían realizado un cortometraje, Una ópera de mineros (2005), y ahora, con el socavón de fondo y el magma del metal fundido, le inyectan una ficción feroz y al mismo tiempo, en la línea de la mejor tradición dramática. Incluso, al personaje principal lo apodan King, pero sin trono. Dueño de un bar, jactancioso de no amar a nadie, no será el fatum metafísico el que lo volteará de su autosuficiencia sino los propios azares de un pasado impostergable. Y allí reaparece en su vida una presa (Hana Slimovic), nada menos que su cuñada, quien cumplió sentencia tras haber matado al marido y hermano de King, boxeador y golpeador. King (Uliks Fehmiu) tuvo su affaire con ella; en el medio, una sensual y conflictuada sobrina (Jasna Djuricic) que se enamora de él sólo para sufrir su desprecio, y la caravana necesaria de un nuevo marido malquerido, el viejo sabio, otro hermano de King ebrio y melancólico, el novio de la chica que culmina en suicidio y sí, King pronto a quedar cie-go “como una pija”, clara referencia a Edipo. Lo interesante de Blanco, blanco reside en su proporcionada mezcla de naturalismo y distanciamiento brechtiano, cuando decide introducir las canciones, por boca de los mismos actores, y el coro final, masivo, de mineros. Ópera de dos centavos, puede desorientar al desprevenido —y al que detesta el musical genérico— pero su deriva rupturista, original, gana la apuesta. La Avispa 50

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Logros del Sur. Revolución, el cruce de los Andes de Leandro Ipiña, inaugura un modelo de telefilm, el Film-Encuentro, dado el canal de cable financista y su propósito de difusión prácticamente escolar. Ipiña dirigió ya un mediometraje, La batalla de San Lorenzo (2009), suerte de docudrama de bajo costo, reconstrucción histórica y bagaje informativo, onda History Channel. En este perfil transita lo válido y lo defectuoso de Revolución: pedir más significa peras al olmo. Ipiña no se planteó en ningún momento un clásico ni le impusieron un presupuesto para imitar a Stanley Kubrick. El

plan, un producto pedagógico-fictivo que desacartona a San Martín sin derretirle del todo el bronce, ni recae en el yeso de procesión del solemne Torre Nilsson y su tan vista El santo de la espada (1970). La versión ipiñesca no ofendería a los capitostes del Instituto Sanmartiniano, pese a un par de puteadas del Prócer que encarna Rodrigo de la Serna. Bueno, el combate de Chacabuco fue concebido con algún montaje digital y extras tomados encima, cuestión de simular su menguada tarifa —después de todo la paga un medio estatal. Jorge Coscia, actual secretario de cultura, intentó años ha su propia humanización de San Martín, El general y la fiebre (1992); tratándose de un objeto privado, la parquedad de recursos en la escenificación de la Historia quedaba patética. En aquel evento, Rubén Stella hacía un héroe convincente a pesar de las deficiencias 119

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y en ésta De la Serna es un General bastante verosímil, fuera del embalaje gigantista del Alfredo Alcón de Nilsson. Sin otros actores conocidos, el texto prefiere variar el punto de vista y es un viejo ex soldado, en 1880, el que rememora a un periodista, con motivo de la Repatriación de los Restos, su vida como secretario epistolar de San Martín en el frente cordillerano. No figura Cancha Rayada ni la mirada del enemigo godo delante del catalejo, apenas vislumbramos el frío intenso, sí un cura patriota y nada de Damas Mendocinas, al soslayo Remedios de Escalada y bastante de las calenturas del Libertador luchando contra el ambiguo apoyo del Directorio porteño. La misma frugalidad de concepción ayuda al realismo de los elementos: en todo tiempo el Gran Capitán es un solitario luchador, anónimo dentro de lo inhóspito de la geografía, acompañado de una improvisada tropa de esclavos negros, gauchos e indios, tal cual sucedió según predican los historiadores —el mayor hallazgo hasta la fecha en materia de películas sobre la Guerra de Independencia. Un sabor a pueblo que no se olfateaba desde La guerra gaucha, pero ahora audaz ya que se resitúa en el mismo campo del honor que nos contaron en la Primaria. Una excelente presentación del imberbe aspirante a granadero sintetiza completamente el contexto de origen: el padre burgués lo repudia al enterarse de su aventurerismo. “No le bastó con quitarnos los criados, sino también nos saca a nuestro hijo”, el cual, siendo rico, no debiera enrolarse en la gesta libertadora, en cuanto tal reservada a la sustituíble carne de cañón. Ipiña, director joven, no influído por “el Kapelusz ilustrado” —palabras suyas— no le ahorra a su San Martín pequeñas histerias, la depresión cuando alcanza un desolado paraje chileno y su ejército parece brillar por su ausencia. Revolución nunca será un film de culto y enseguida lo coparán los profes del secundario, pero cumple su función —precisamente ésa. Los organizadores del Festival tuvieron la cordura de presentarlo fuera de concurso en la sección Panorama, y el primer domingo se exhibió gratis en el populoso Auditorium. Aballay, el hombre sin miedo, ganador del Premio del Público, tiene un horizonte más vasto. Ahora se reúnen dos escuelas, que esperaron director para entrelazarse: el western (el yanqui y su secuela spaghetti) y el drama socio-mitológico gauchesco. Fernando Spiner tardó veinte años en encontrar una fórmula integral, calidad de relato y calidez para el espectador cuantitativo, que tanto rehúsa el cine vernáculo, harto de cinema d´auteur solipsista, sin argumento ni La Avispa 50

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final. Spiner, convengamos, ya encajaba raro en nuestro ambiente. La sonámbula (1998) osaba la sci-fi criolla surrealista y Adiós querida luna reincidía, pero insuflada de comedia (2004). Sólo el documental Angelelli, la palabra viva (2006, junto a Víctor Laplace) quedaba en el promedio de las investigaciones sobre temas del Proceso. La sustentación de Aballay, un cuento de Antonio Di Benedetto, uno de nuestros grandes no reconocidos. En los desiertos del

NOA, en una época indeterminada, pero de a caballo aún, la banda de forajidos que lidera el matón del título degüella a un correo bancario, no sin antes balear a la partida entera de policías. Aballay (el proteico Pablo Cedrón) no sabe que el hijo de su víctima espió el crimen, y al descubrirlo, lo asalta una culpa tan desgarrante que abandona el delito. La película, curiosamente, parece empezar donde cerró Revolución. Padre e hijo, en la diligencia de reverberaciones fordianas, cantan con aspavientos, a pura risa, la Marcha de San Lorenzo, y los delincuentes no son sino los jinetes mestizos outlaw que dejó sin lugar ni ochavos la Organización Nacional, lejos ya de la campaña emancipatoria y las pugnas civiles. La zona, las resecas faldas de las Sierras Pampeanas, libradas a su escasez y en manos del caciquismo. La fábula pega un salto de una década y el jovenzuelo al que Aballay no mató (Nazareno Casero, en su segundo trabajo de elenco después de Crónica de una fuga, Caetano: 2006) viene 121

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de Buenos Aires buscando changa, aunque en realidad sueña la venganza. Allí se entera que el lugarteniente más cruel y resentido de Aballay, El Muerto (Claudio Rissi) detenta poder absoluto en el caserío, y tendrá que vérselas con cada esbirro hasta llegar, o no, al matador del padre, que insólitamente se ha redimido y se convirtió en El Santito, un anacoreta milagrero oculto en las montañas. De aquí en más, el film se disfruta al confluir en él una muy feliz combinación de mitos, incluyendo los del cine. La música de Gustavo Pomeranec emula ex profeso los ritornelos del spaguetti —escúchese a Ennio Morricone, a Luis Bacalov— maridado al folclore norteño sinfónico; la escenografía paisajística recuerda las estribaciones del western arquetípico pero los caballos piafan en un suelo de talco que los afantasma; los lomos azules de las sierras, inconfundibles, guardan los duelos previstos al costado de los débiles cursos de agua. Aballay entronca en otra filiación popular, como la de los sanadores robinhoodianos fuera de la ley, cóctel de Gauchito Gil y Bairoletto, y la tortura sobre el señorito de ciudad emparienta las sagas de Esteban Echeverría, La refalosa o El matadero, igual que la cautiva (la alucinante morocha Moro Anghileri). Claudio Rissi construye un malísimo tan detestable que se aguarda entusiasmado su ajusticiamiento, desde fusiles sin rostro, por los pobladores mismos. El personaje de Cedrón, a su turno, pertenece a los estilitas de Oriente, aquellos monjes que, a fin de lavarse del pecado, no descienden en vida del capitel de las columnas. El sermón del sacerdote (fugaz y exacto Gabriel Goity) convence a Aballay de una purgación igual, pero sobre el pingo. Cuando baje renunciará al juramento por una justa causa que no evitará lacrar su destino. Soberbia, tan cubierta de guiños como de acción, retoma al Leonardo Favio de Nazareno Cruz (1975), menos mayestático e imaginario: una deuda saldada en torno a un cine nac & pop que sonaba ya inabordable o superado. Ojalá pueda aplicar la última puntada, el aplauso numérico para su estreno comercial en 2011, difícil en las Pampas —pero no imposible. Lo restante, preguntas de respuesta pendiente. ¿Veremos a las ganadoras o sucederá lo de siempre, que no desembarcan en la ciudad que las ha premiado, o duran una mañana en cartel? Bastante tenemos con que el Filmfest siga aquí firme. No obstante su buena receptividad, cada año pensamos que será el último. La Avispa 50

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8º Marathónica de Poesía y Narrativa Mar de Ajó 2010 49º Encuentro Internacional de Poetas Oscar Guiñazú Álvarez Villa Dolores 2010 123

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Notiavispa 8º MARATHÓNICA DE POESÍA Y NARRATIVA MAR DE AJÓ ARGENTINA Por ROBERTO

ROMEO DI VITA

antonio@heniax.com.ar Fueron cuatro jornadas completas y de una intensa actividad, que nos hizo recordar a las mejores Maratónicas de todos los tiempos, creadas por el poeta René Villar. Del 10 al 14 de noviembre se realizó este encuentro fraternal de poetas, escritores y artistas en la hermosa ciudad de Mar de Ajó, que como su lema lo dice no es sólo un amor de verano, sin duda estas Maratónicas organizadas por los hermanos Gómez y todo el equipo de poetas; se viven y se llevan por largo tiempo en el corazón, de

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cada participante. Entre tantas ponencias podemos nombrar la presentación del libro “La contracara de la salud en la Argentina” a cargo de Mauricio Moday. El homenaje en prosa lírica a Juan José Castelli, en el marco del Bicentenario de nuestra Revolución de Mayo de 1810; El hermoso poemario “Álbum de esperas y otros asuntos”, de Jorge Prieto. La presentación en poesía y en CD “La incertidumbre del colibrí” de la autora Cecilia Cavadini. La solvencia del taller espectáculo “Buscando historias en el juego teatral” como nos tiene gratamente acostumbrados el excelente actor Alfred Hopkins. La ponencia “Ser daltónico”, en profundo y respetuoso homenaje, al poeta salvadoreño, Roque Dalton, a cargo de Amaranta Guevara y Hernán Beltramo. La presentación de la revista “La Avispa”, adelantó que se viene el Nª 50 con una edición gigante por su contenido y su nueva forma. La noche del sábado 13, el grupo “Renata”, ofreció un recital de música y canto, con un final para alquilar balcones, decenas de escritores haciendo pogo en el salón del bellísimo Hotel Lati-noamericano, sede de esta Maratónica de Narrativa y Poesía, que culminó con las estrellas del domingo 14 de noviembre, con más de ochenta escritores y artistas cansados, tristes por la partida, pero con todas las ganas de volver, en cualquier lugar donde la voz del poeta convoque.

FOTOS DE LA MARATHÓNICA: 1) Roberto Romeo Di Vita leyendo en la Marathónica. 2) Los gemelos Gómez inargurando la Marathónica. 3) Hugo Mujica con Sergio Soler (Punta Alta).

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Notiavispa VILLA DOLORES vivió el 49º ENCUENTRO INTERNACIONAL DE POETAS OSCAR GUIÑAZÚ ÁLVAREZ

GRUPO LITERARIO TARDES DE LA BIBLIOTECA SARMIENTO 50 Años de poesía con la gente Era 1958 y el país se debatía entre los contras y los pro, entre el desarrollo y la decadencia, entre los libros y las alpargatas. En Villa Dolores, la tarde de los sábados, la nueva Biblioteca Sarmiento, recibía a un grupo de poetas que querían hacer resonar los versos en las Tierras del Por Venir. Lideraba el grupo un maestro inquieto llamado Oscar Guiñazú Álvarez. El 28 de agosto de aquel año, el grupo se constituyó en una entidad cultural y eligió un nombre: Tardes de la Biblioteca Sarmiento. Lo integraban además los poetas Pedro Asdralio Carreras de la Serna, Horacio Figueroa, Carlos Antonio Garro, Enrique Lacaze, Mario Pagura, Salomón Sabas, Albino Suárez Gómez, Cristóbal Tello Luján y Rafael Horacio López (que aún hoy nos acompaña con vigor admirable junto a su esposa Lita). El grupo tenía algunos principios: promover la lectura y la escritura, sobre todo de poesía, y realizar actos culturales gratuitos, que permitieran la participación de los vecinos en general. Encuentro legendario Los objetivos se fueron cumpliendo. El empecinamiento feliz de Guiñazú Alvarez derivó en enero de 1962 en el Primer Encuentro de La Avispa 50

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Poetas, que duró un día y recibió a seis visitantes. Cada año, la idea fue creciendo a medida que la noticia corría por el país hasta llegar a ser el evento más importante de la región con la participación de escritores de casi toda América Latina. Guiñazú ya se había convertido en el inventor de una modalidad cultural que luego comenzaría a ser imitada en el país y en América del Sur, lugar donde se reconoce al de Villa Dolores como el lugar donde comenzaron los encuentros de poetas. El 49º encuentro de poetas, 2010 Entre el 8 y el 10 de octubre Villa Dolores vivió su 49º Encuentro Internacional de Poetas “Oscar Guiñazú Álvarez”, el evento en su tipo más antiguo de la era moderna. Más de 80 escritores e intelectuales de seis países latinoamericanos compartieron poesía, amistad y pensamiento en lo que fue una verdadera fiesta de las letras organizada por el Grupo Literario Tardes de la Biblioteca Sarmiento. Escuelas, bares, plazas, teatros y hasta locales bailables fueron los escenarios de un evento que prioriza el contacto de la poesía con la gente. Los locales Alejandro Nicotra, Osvaldo Guevara y Rafael Horacio López, el peruano Leonardo Dellepiane, el uruguayo Gerardo Molina y los chilenos Daniel Conn y Patricia Pinchón se contaron entre los participantes más destacados. Los poetas llegaron a distintos puntos de la región de Traslasierra, como Las Tapias y Mina Clavero. En esta última villa turística participaron de la apertura de temporada 2010-2011. Entre los conferencistas, se destacaron este año el poeta neuquino Aldo Luis Novelli, la socióloga y ensayista brasilera Dilercy Adler, el colombiano Hernando Ardila González, y el escritor y sacerdote cordobés Guillermo Mariani. Durante el evento, se destacó la figura del poeta bonaerense Raúl Filgueras, quien en 1962 participó del primer encuentro de Villa Dolores. 127

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Notiavispa HOMENAJE A OSCAR GUIÑAZÚ ÁLVAREZ Por GERARDO MOLINA (URUGUAY)

Oscar Guiñazú Álvarez, uno de los más excelsos poetas provincianos argentinos y gloria de las letras de América, fue un maestro de estirpe almafuertiana y como éste supo de luces y de sombras, de gloria y ostracismo. En 1934, con su flamante título de Maestro Normal Nacional, convocador de poetas en cierne, comienza a reunirse con otros creadores en su casa y así nacieron la Escuela del Verso y sus primeros trabajos que firmó como Eduardo Dawn. De allí en más, y durante varias décadas, estoica, valiente, decidida y generosamente —unidos la voluntad y el genio— edificó una obra fermental y luminosa, aleccionante y gigantesca, que prodigó su abanico de fulgores hacia los cuatro puntos cardinales, inapagable llama que sabe de ciudades populosas y pueblecitos eglógicos, de olvidados rincones y paisajes agrestes, de acendrados autores y vates incipientes. ¿Y cómo no sentirnos cautivados por aquella personalidad carismática, de humildad franciscana que, como afirma Teresita Gómez Atala “solamente por amor anduvo tiempos y caminos, con el afán de abrazarse con los poetas del mundo”. Fue un grande, un heroico conductor, cuya realización más trascendente, los Encuentros Internacionales de Poetas, en su casi medio siglo ya, siguen venciendo distancias y olvidos. Fraternal y humano, sensitivo y hondo, igual y diferente, en su personalidad se conjugaron magníficamente La Avispa 50

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la bondad y la sencillez, la humildad y la inteligencia, seguro en su objetivo de hacer y dar, con un inequívoco y certero poder de convocatoria. Oscar Guiñazú Álvarez, un altísimo poeta, cuya entrega a la unión y fraternidad de los pueblos a través de la Poesía, hizo olvidar muchas veces, su inmensa obra de creador y a esa labor de difusión, análisis y revalorización de su poética, se han dado —entre otros— con fervorosa pasión, con justiciero empeño, con tesonero esfuerzo, ilustres docentes argentinos como María Angélica Merele, Herminia Utrera Casalis, Ana María Zanello Muñoz, Anny Guerrini, Susana Lobo, Alicia Quiroga, Jorge Enrique Hadandoniou , Rafael Horacio López y Arnaldo Fourcade. Decía el español Miguel Hernández. “Los poetas somos viento de pueblo: nacemos para ser soplados a través de sus poros y conducir sus ojos y sus sentimientos hacia las cumbres más hermosas. El pueblo espera a los poetas con la oreja y el alma tendidas al pie de cada siglo”. Don Oscar es cada uno de nosotros, nos reconocemos en él porque nos entregamos con fervor a los mismos ideales, porque abrevamos en la misma fuente de la amistad, porque somos igualmente devotos de Nuestra Señora, la Poesía, y porque —“queribles Quijotes” como expresara Miguel Ángel Ortiz— nos llaman los encantados caminos de la aventura, de la fraternidad, del ensueño y de la poesía. La memoria de quien fuera un adalid de la libertad y la democracia se agiganta en el tiempo y enaltece y reafirma valores tan desvirtuados hoy como la familia, la honestidad, el bien, la solidaridad, la justicia. Su figura se eleva a paradigma porque nos enseñó no sólo los caminos de la POESIA y AMISTAD, sino a vivir y luchar sin claudicaciones, a considerar al prójimo sin distinción de credos, dignidades o riquezas, a no arriar —ni aun vencidos— la bandera del ideal y a amar la libertad como uno de los más preciados bienes del hombre. En estos tiempos de tecnología avasallante, de deshumanización impiadosa, de vértigo y consumismo, si el mundo alcanza su redención y logra salvarse, lo será por la poesía y por la luz inmarcesible que sigue emanando de seres como él. De ahí, la importancia de continuar estos Encuentros y de renovar su voz y su prédica luminosa que, como la de un nuevo Nazareno nos llama y nos dice: “¡Id y pregonad y difundid la Amistad y la Poesía por el mundo!” Que así sea. 129

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Notiavispa BREVE ANTOLOGÍA DE LOS POETAS PARTICIPANTES: *** Tan sólo para escapar de mis ojos para que no vea su desnudez la indecencia de su nada el viento soplando los minúsculos corpúsculos cenicientos de su vientre

Cuando no hay silencio no puedo sentir el río corriendo por la tierra sigilosa entre la maleza Cuando no hay silencio no puedo ver crecer el pelo de los árboles teñidos de alquitrán Cuando el silencio es apagado por las cataratas de bocinas y los gritos telefónicos Se me olvida fácilmente el susurro del viento envasado en botellas de cristal

se va, sin darse vuelta sin ver mis pies de nuevo descalzos en la playa. SUSANA LOBO MAYORGA lobosusana@hotmail.com (Río Ceballos – Córdoba) Débora Pereyra

RELACIÓN SIMBIÓTICA

Cuando no hay silencio el grito ahogado de la madre se me pierde para siempre en la leche agria de la cuidad Cuando el silencio se quiebra… … yo también desaparezco. DANIEL DIETER CONN CALDERON (CHILE) donredondelao@hotmail.com La Avispa 50

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MENDRUGOS DE IRA

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A los chicos que roban matan y se drogan sin que hayamos hecho lo necesario para salvarlos

ÁLIDA JORJA ALLOCCO (Las Varillas - Córdoba)

en la esquina del miedo aguarda el odio con dientes afilados y esquirlas de rencores para llenar las tripas de los chicos del hambre con mendrugos de ira con gajos de despecho con rodajas de furia descalzos de caricias van tejiendo amarguras en la negra maraña de sus cuencas vacías transitan como huérfanos pájaros del alba por senderos de ausencia desolada por ásperos abismos de soledades trágicas donde reza prohibido sonreír saben que para ellos los días se abren paso por caminos de barro hacia un ocaso adverso y detenerse al borde es destino de flores que crecen para abajo en el campo minado de puertas clausuradas donde una vez golpeara la miseria se estalló la tristeza empozada en el odio de no tener siquiera un pedazo de espanto los fusiles apuntan sus ansias sofocadas las débiles trincheras no defienden del ácido que se agazapa presto para atrapar la presa ya acostumbrada al crimen al dolor y a la rabia saben que no hay retorno saben que siempre es tarde cuando se vuelve y no se encuentra nada en qué curva siniestra se perdieron los ángeles GRUPO DELAPALABRA 131


Notiavispa LA TORMENTA Ánima .............tuya, la de esta noche de tormenta: ........................la que cela –no distinta de la lluvia o el rayo– su secreto, en su imagen ............................................–y es toda fiesta aparente del ojo, del espacio. ALEJANDRO NICOTRA LA CASA

de su libro ”De una palabra a otra”, colección Fénix. Ediciones del Copista 2008

La casa es ahora un fantasma vencido, y dos árboles que nos vieron crecer en su sombra. Su blancura oxidada gotea humedades grises, y los pasillos y escaleras manchados parecen enfermos. Hay cajones de pasado en el ropero, puertas que ya no cierran como antes, baldosas flojas y un jazmín que guarda el recuerdo. La casa queda vacía. Los árboles en cambio, cuidan los gorriones que ya no nos pertenecen. GABRIELA BAYARRI (Las Tapias - Valle de Traslasierra - Córdoba) de Presagios, Editorial Brujas 2008 La Avispa 50

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ALMENARA Desde aquí, sabré quién ha cruzado los limites del reino. Sabré el estrecho río y la luna que nace bajo los árboles. De los millones de soles que se agotan, sabré que alguno sostiene tu espera.

*** Al abrigo de las sombras el monte abre sus brazos hechizando a las estrellas que bajan a beber. En el arroyo dos gotas se encuentran, se aman, se reproducen hasta volverse lago, reflejo de luna estancada riendo en la noche. JOSÉ LUIS COLOMBINI de Remolinos de sal 2001

LAURA LÓPEZ MORALES (Villa Dolores - Córdoba)

CAE LA NOCHE Cae la noche en los campos donde el trigo se hace amasijo y manto. Luna sin sombra para beber de la boca, caminar sin cansancio, como si el reloj fuera a dar la hora exacta del encuentro. SUSANA MIRANDA (Villa Dolores - Córdoba)

de Séptima Nota Editorial La Luna que... 2007

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Notiavispa NUNCA Ella, culoncita, espera un bondi que viene del invierno justo frente a mi café. El viento le toca los brazos que no rozaré nunca. Ella se asoma a mi soledad. Más linda que la tarde, va y entibia la brisa con su pecho. Cuando siente las manos del frío se va entre los autos y los ojos. Nunca sabrá estas líneas. Jamás sabré su nombre.

DESPUÉS Después ..................de mi corazón no queda nada y en ese espacio voy a sembrar .........................un soplo del sur, una lluvia que se alargue .........................por tus manos y en enero quizás me llene, .........................como un remanso, del calor .........................y de la espuma antes que tus ojos se pierdan ...................con la tarde. GERARDO CORIA - (Piedra Pintada)

MIGUEL ORTIZ (Villa Dolores)

de Señal de Agua Editorial La luna que... 2005 La Avispa 50

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REGRESAR

Alguien me da la certeza de que algún día regresaré con la claridad de un nido hacia la mesa donde aún vuelan migajas escaso vino y oraciones haciendo garabatos en el patio. Sin embargo para regresar es necesario estar con el viento en los bolsillos lejos o tan cerca que no se note LA SED DE LA NARANJA el pañuelo del olvido. La fresca redondez de tu ternura Algún día regresaré me invita dulcemente a ser saciada con la escritura de mis pasos de esta sed prolongada de silencios, cansados de este sol que quema la mirada. y la claridad de setiembre a las 13 de mi primer vuelo. Una media naranja interrumpida que deja la garganta mas amarga RAFAEL HORACIO LÓPEZ tentadora humedad, plena de luz, (Villa Dolores) se promete tal vez para mañana. MÓNICA FORNÉS (Villa Dolores)

PARÉNTESIS

Heridas que cuajan en ternura inapetente pozos de sombras breves y susurros de la sangre sin máscaras que oculten a la muerte duermevela. Ay dolor de la carne anudada al beso Dulce dolor del día que se esfuma. MARIO TORRES (Villa Dolores)

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Notiavispa Débora Pereyra

BARRILETE Soy quien te despeina en cada mañana, y te susurra al oído por la noche. Me pides te sople un beso y te doy un huracán de sueños. Soy barrilete, molino, bandera, remolinos de furia que muere como oleaje, en las playas de tu cuerpo. Soy agua, viento, de tu piel, mi piel, donde cae, lo inconsolable de las horas.

BAJO HECHIZO En el ara del crepúsculo un sol caído se entrega a las sombras. EI viento pasa sobre el cuarzo herido de las lomas.

JOSÉ ADRIÁN SALAGRE (Villa Dolores) joseadriansalagre@hotmail.com

Bajo hechizo soy piedra desnuda para el aire solitario oblicuo haz de luz entre los árboles llanto sobre la hierba desolada recodo azul de silencio. Mañana seré solo polvo en el viento que busca el aura de eternidad de la montaña TERESA CONSUELO GOMEZ ATALA (Villa Dolores) La Avispa 50

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Plรกst ica

Autorretrato

Diana Akselman

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Plástica

DIANA AKSELMAN una artista que sabe plasmar la lujuria y asfixia de la urbe posmoderna

D. Akselman nació en Capital Federal. Comenzó a pintar desde muy pequeña. Nos comenta que a los ocho años lo hacía con total fluidez al óleo: “Mi padre tenia un extraordinario sentido artístico y probablemente me haya identificado con ese aspecto”. A los diez años ganó un Premio Nacional y pronto fue sumando otros hasta que D. Urruchua ofreció a sus padres darle clases gratuitamente. A partir de ese momento no dejó de perfeccionarse con reconocidos maestros: Jorge Abott, Juan López Taetzel, Kenneth Kemble, con Carlos Rivara y Delmonte en el taller Río de la Plata, y en el taller escuela de Guillermo Roux. También incursionó en otras ramas del arte: Estudió la técnica de la miniatura sobre marfil y trabajó para anticuarios en la restauración y ejecución de pinturas en muebles, relicarios, misarios; trabajó en un taller de porcelana de Sevres haciendo paisajes del barroco francés, en un taller de calcos; realizó pinturas sobre tabla del barroco americano (S. XVI y XVII); y durante doce años trabajó como ilustradora para editoriales como el Ateneo, Aique, Albatros, Plus Ultra, etc. Pero Diana no sólo pinta o dibuja, también escribe poemas, se desempeñó diez años en la docencia como alfabetizadora de adultos y es psicóloga graduada en la UBA. Todo esto para ella tiene íntima relación: “para el buen ejercicio del psicoanálisis se requiere de una mentalidad artística…” Diana Akselman reside en Mar del Plata desde 2009. Nos comenta: “El recibimiento fue muy bueno. En este sentido hago un reconocimiento a la revista Informarte, que con mucho esfuerzo y dedicación hace un trabajo que entre otras cosas permite informar y conectarse a mucha gente. De hecho para mí fue la vía de entrada. Argentina es un país de pintores y dibujantes excelentes, así que vine con muchas expectativas. Encontré que la producción es despareja; los hay muy buenos y también existe mucha mediocridad. Lo que me parece es que a esta ciudad le están faltando galerías de arte con organizadores que no sólo quieran hacer negocios, sino que entiendan de arte y sientan vocación por la actividad.” Al recorrer su obra notamos que en sus trabajos prevalece el paisaje La Avispa 50

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urbano, con una fuerte presencia de barcos y trenes. Usa papel como soporte, dibuja con tintas y lapiceras Rotring. El color lo da con acrílicos. Según sus propias palabras, le interesa: “lograr un encuentro entre el dibujo —más racional— con la emoción del color.”

Durante setiembre y octubre en el espacio Benito Carrasco del Café Vía Storni pudimos apreciar su muestra “Dos Libras De Carne”; la anterior se había realizado en Junio en El Archivo de nuestra ciudad. Mabel Gondin la definió así: “esta obra nos arroja a la monumentalidad que ronda la pesadez, la lujuria y asfixia de la urbe posmoderna. Al abandono y al exilio del destiempo propios de las ciudades que habitamos y que nos habitan: las de la desilusión, el aislamiento, la no reciprocidad, la existencia del otro”. El título de la muestra nos llamó mucho la atención y quisimos ahondar en su significado. No explicó: “Hace alusión a una frase que usa Shakespeare en el Mercader de Venecia pero quise darle un sentido humorístico porque en quinientos años los problemas del mundo y la inflación aumentaron por lo menos de una a dos las libras a entregar. En dos palabras: quise mostrar el sacrificio (la libra de 139

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carne) de las sociedades que viven sujetas a irracionales modos de existencia, fundamentalmente modos de uso que nuestra cultura impone. Todo esto acarrea enfermedades psíquicas, orgánicas hasta la muerte provocada o recibida. Se cambia lo que nos daría más humanidad: la posibilidad de tener una actitud contemplativa: reflexionar, elegir, crear… que entiendo, son sentidos nucleares de la consistencia”.

Para terminar le preguntamos sobre la razón de ser de las obras de arte y su relación con el artista y el espectador concluye definitiva. “Es espontáneamente que le damos tributo y por esto dignidad a la obra de arte. Al hacerlo recibimos un placer esencialmente diferente del placer de uso, porque es desinteresado. Si ejercitamos los ojos podremos ver en cada una de ellas su espíritu, el nuestro.” Su próxima muestra podrá disfrutarse durante la temporada de verano en el espacio de arte del Hotel F.O.E.V.A. contacto: dian.aksel@hotmail.com La Avispa 50

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Gustavo Olaiz Entrevista a Alejandro G贸mez 141

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ALEJANDRO GÓMEZ

ESCRITOR – DRAMATURGO – ACTOR Hablar con Alejandro Gómez es hablar con un personaje especial, juega con las palabras y los dobles sentidos, salta de su humilde niñez en barrio de “El Martillo” en donde nació, a comentar entre risas que su afinidad con el arte la logró cuando en el año 1965 le prestó su guitarra eléctrica a “Sandro y los de Fuego” cuando a éste se le había quemado el equipo en el club Talleres del puerto y terminaron siendo amigos a través de los años. Él en realidad incursionaba por la música folklórica entre noches y peñas y afirma entre risas que su parecido con Hernán Figueroa Reyes también lo acercó a la cultura, fue fundador junto a otros de la primera Feria Artesanal en el Torreón del Monje y Plaza Colón y mientras gravaba sus piezas en bronce conoció las primeras injusticias sociales que lo marcaron para siempre cuando las autoridades los expulsaban de sus lugares de trabajo mientras artesanos foráneos que “pagaban” su óbolo les quitaban su lugar de permanencia; Esto lo dice en serio, como cuando recuerda que a los once años vendía globos en Luro e Independencia en los famosos carnavales de esa época. Quizá toda esa experiencia de vida lo haya llevado a escribir en sus años jóvenes algunas canciones y poemas y ya adulto a tratar de mejorar su escritura a través de diferentes actividades literarias. En la actualidad es: Presidente de la Asociación de Amigos de la Biblioteca Osvaldo Soriano y Bibliotecas Barriales de la Ciudad de Mar del Plata. Secretario de producción en la revista literaria “La Avispa en su avispero” Sección Teatro de Mar del Plata. Colaborador desde el 2005 al 2007 del diario La Capital de Mar del Plata en la sección cultura con “Sobre las tablas marplatenses”. Ha cursado talleres literarios con Mirta Constancci, Daniel Boggio, Marcela Predieri y otros. Talleres de Dramaturgia: Con Marcelo Marán, Vicente Zito Lema, Patricia Suarez, Universidad de Tandil, Mauricio Kartum y Julio Lascano Integrante de MO.DRA.MA. (Movimiento Dramaturgos Marplatenses) desde 2001 Talleres de Teatro: Freddy La Avispa 50 142


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Virgolini, Daniel Lambertini, Lucia Martín, Antonio Mónaco, Enrique Baigol y Mario Caniglia. Así en ese orden, me explica, porque una cosa lo fue llevando a la otra con la misma pasión que siempre lo acompaña; La escritura a la dramaturgia y ésta lo ubicó sobre un escenario. Como escritor: Años 2001/02/03 Coordinador de talleres de escritura creativa para niños y adultos en la biblioteca municipal “Leopoldo Lugones” y en la biblioteca municipal “Laguna de los Padres” de la ciudad de Mar del Plata. Fue coordinador junto a la escritora Marcela Predieri y la Subsecretaria de Cultura del programa literario “Mar del Plata Tiene Palabra” en donde se distribuyeron 120.000 separadores con poesías y relatos breves de autores de la ciudad y “El libro Viajero” que distribuyó aproximadamente 1000 libros en lugares públicos que han ido viajando de mano en mano de acuerdo al proyecto desde el año 2006 - Socio de S.A.D.E. desde el año 2002. Su producción literaria: libro de teatro breve “Escenas Mínimas”; “Cuentos de la Palabra”, “Puzzle” Novela experimental; “El Encanto de los Límites” –Relatos Eróticos–; “Metamorfosis Urbana”; “Sucedió en Mar del Plata”; “Contame otro verso Mar del Plata” y sus poemas bizarros “La trivilla del Jamón” Premiado en diversos certámenes municipales, provinciales y nacionales de cuento y narrativa, algunas de sus obras han sido publicadas en múltiples antologías, revistas literarias y periódicos de diversas ciudades. Como dramaturgo: Socio de Argentores desde el año 2001, LA GORDA BERTA (y el Héctor) - Obra Seleccionada en el Certamen Provincial de teatro breve 6x6x6 en la ciudad de Mar del Plata. UN RIO LLAMADO LOLA Monólogo, Concursó por Mar del Plata en el Certamen Provincial año 2002 dirigida por el Sr. Tripolio. SER O NO SER, ESA ES LA CUESTIÓN DE…: Año 2003 INDUSTRIA ARGENTINA intervino en la temporada 2003/04. LAS FANTASÍAS DE ONÁN Comedia erótica, Finalista y ganadora en el Primer Festival del Erotismo de las Artes Escénicas Organizada por ATTRA el 21-06-2003. EL REPORTAJE, años 2009/10. Como actor: En la actualidad participa con el personaje de Don Francisco en la obra teatral de Roberto Cossa “La Nona” con dirección de Jorge Paccini, y ha participado en “La Incertidumbre” con dirección de Julio Lascano - Obra ganadora premio Estrella de Mar Mejor Guión Nacional 2009 - “El Reportaje” Temporada 2009/10 Director: Luis Miguez. Con el Teatro de la Comedia participo: en “El Escándalo del Alma Desnuda” y “Los ojos llenos 143

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de amor” de Abel Santa Cruz ambas dirigidas por José. L. Baute y Adrián Fernández. Grupo “El Caldero:.“NAJOK hijo del oso” Director: Daniel Lambertini .Grupo de teatro Pandemónium: “Divino 666”, Director: Freddy Virgolini y otras. Tuvo participación en cine en la película BELLVILLE, largometraje de la Universidad de Cine de Buenos Aires. Protagonista en RANKANKAN CHAMPAGNE Y HABANOS de Pablo Matta, y en varios cortos donde se puede destacar RAUCH de Carlos Muller, entre otros. Como se puede vislumbrar es una persona plena de experiencias de vida que las ha volcado en la cultura y trabaja desde ella en pos de una justicia más igualitaria. Estas son sus respuestas: ¿Cómo llega usted al teatro? De curioso, se me ocurrió escribir un texto teatral que resultó finalista en un concurso Provincial organizado por el Teatro Auditórium de Mar del Plata año 1998 “6X6X6”. Su título “La Gorda Berta (Y el Héctor)” hablaba sobre la soledad y la marginalidad de la clase social con más pujanza y crecimiento en la Argentina; la de los sobrevivientes; ver mis textos actuados me partió la cabeza porque descubrí que aquello que uno escribe para teatro tiene tres visiones distintas, las del dramaturgo, la del director y la del actor y desde ese momento nunca pude volver a escribir un cuento sin pensarlo sobre un escenario y así he llegado a las siete obras puestas en escena y varias más que sueño con que un día algún elenco me las pida. Existe la comunión Teatro-Política ¿Piensa que al público le interesa esa propuesta? Pienso que todos los seres humanos somos políticos y no veo porqué el teatro no debe manifestar en sus textos una lectura subyacente que no sea política, Nos hallaríamos ante un teatro escrito por máquinas sin memoria, sentimiento ni ideales. Tampoco veo mal que haya un teatro pasatista, pero ponerse en esa vereda es a mi criterio también un tendencia política, porque por lo común desde la risa se pueden decir las cosas más serias. Cuénteme algo de su último trabajo: Como actor en este momento participo en “La Nona” bajo la dirección de Jorge Paccini. Esta obra es uno de los clásicos más representativos del neo grotesco de la escena nacional de Roberto Cossa y a pesar que los espectadores se divierten y ríen por momentos a carcajadas, existe por detrás una segunda lectura que el final de la obra los estremece ya que en verdad es una denuncia hacía la La Avispa 50

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sociedad que a poco se come a sus propios hijos, que habla de la patria financiera, de la muerte y otras interpretaciones. ¿Cómo inserta en lo cotidiano su labor teatral? De a poco lo cotidiano se ha convertido en mi labor teatral ya que su importancia crece a cada momento desde el día que por primera vez me presenté ante Freddy Virgolini, maestro de actores, para saber que era interpretar un personaje y así completar mi pequeño vuelo de dramaturgo. El resultado fue que desde hace años hago talleres de actuación con distintos maestros que manejan diferentes estéticas y cada día me asombro de lo que una persona puede lograr si se propone “jugar” dejando de lado las limitaciones. ¿Qué tipo de teatro le provoca admiración? En mi caso todo el teatro me provoca admiración en la medida que pueda comprender el mensaje, existe un teatro experimental muy confuso desde su palabra que no ha ayudado mucho a que el público permaneciera en las salas, estoy de acuerdo que la obra la cierra el espectador, pero este debe saber de que se trata y en algunas obras a pesar del esfuerzo de los actores no alcanza para expresar la idea, porque transforman un texto en una fragmentación de frases en los cuales uno debe ser adivino para llegar a alguna conclusión y si no hay conclusión no hay final que cerrar y el espectador sale con cierta frustración. Cuénteme algo de su último trabajo como dramaturgo: “El Reportaje” es una obra para dos personajes que presenté en Teatro por la Identidad y luego durante la temporada 2009/10 en la sala de Centro Cultural “El Caldero” acompañado por Néstor González y dirigido por Luis Miguez. En realidad no me gusta actuar mis textos pero por la deserción de un actor tomé el personaje de un militar arrepentido de una manera muy singular ya que necesita actuar de la misma manera que en la época del proceso para tratar de justificar su violencia, fue una experiencia interesante y tuvimos muy buena 145

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acogida del público, ya que dentro de la obra se trata de explicar que la identidad, luego del genocidio no solo la perdieron los 30.000 desaparecidos, sino también la totalidad de la ciudadanía, ya que hizo daño a todo nivel y aun hoy inconscientemente seguimos pensando y temiendo ese pasado oscuro de nuestra historia. ¿Se siente acompañado o el medio teatral es solitario y competitivo? He logrado hacer amistades en los grupos en los que me tocó trabajar, creo ser una persona con muy buena “vibra” y eso también me ha ayudado a no parar de trabajar desde que comencé. Quizá tenga que ver que para mí el papel chico no existe, La famosa frase “la mesa está servida” actuada con displicencia puede arruinar una obra y hay que ser muy respetuoso de los protagonistas que confían en uno para que apoye sus parlamentos. Es importante la responsabilidad, puntualidad y respeto por el grupo del que somos parte ¿Cree usted que la labor de la mujer es sustancialmente diferente de la del hombre en esta profesión? La presencia de la mujer en la escena es fundamental, son las que ponen equilibrio y orden en la obra y por lo regular las que más ayudan desde el atrás colaborando con diferentes quehaceres. Además son buenas compañeras y tienen gran paciencia. No puedo olvidar que uno como hombre se completa con una mujer y así es en todas las circunstancias de la vida… el teatro para mí es parte de esa vida. ¿Tiene alguna visión del teatro en un mundo lejano? El teatro ha superado barreras que lo daban por muerto desde la creación de diversos inventos tecnológicos, sin embargo sigue tan vivo como siempre y nada cambiará esa empatía que existe entre público y actor porque es algo vivo e irrepetible por más que uno haga las misma escena mil veces y eso lo hace mágico ya que ante el público provoca una energía única. Como marplatense tengo la sensación que la ciudad no trata muy bien a sus representantes culturales ¿Qué opinión tiene al respecto? Creo que como existe una orquesta municipal y otros géneros culturales apoyados por el municipio, también debería existir un elenco estable municipal estable con renovación de sus integrantes al menos cada dos años y que cada elenco gane su puesto por concurso, no solo sería una fuente de trabajo, sino que también le daría a la ciudad un status más competitivo con todas las obras que nos La Avispa 50

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visitan durante las temporadas, contando con el apoyo económico y promocional de la ciudad a la altura de las mismas. ¿Cuál podría ser el tema que en forma constante le ha preocupado y se manifiesta en su obra? Siempre ha sido la injusticia social a todos los niveles, pero sobre todo la desprotección que sufren aquellos que nada tienen, siempre el dinero que se gasta en los más humildes para la “sociedad” parece dinero tirado, sin tomar en cuenta que si no invertimos en los humildes nos vamos a quedar sin sociedad. Quedan muy pocos bastiones de resistencia ante la intolerancia de aquel que tiene la convicción que jamás podrá salir del pozo y uno de los bastiones más importantes es la cultura, pero como la cultura no vende, los políticos no invierten y así vamos en un círculo de nunca acabar. ¿Qué nos puede decir como reflexión final? La única reflexión que puedo dar es, que aquel que siente una inclinación por cualquier género del arte no pierda tiempo porque esta restando alegría a su vida. Estoy casi seguro que no va a ganar dinero pero su vida se convertirá en algo interesante y sus horas se llenaran con magia y proyectos que la creación instaura como un elemento natural a aquellos que se juegan por sus sueños.

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Teatro DIEZ PREGUNTAS SIMPLES ¿Una obra?: “La Nona” de Roberto Cossa. ¿Un autor?: Varios, Marán, Lascano, Cossa… ¿Un docente?: Mario Carneglia. ¿Un escritor/ra marplatense?: Osvaldo Soriano. ¿Un actor o actriz marplatense?: Sandra Madonni. ¿Un libro?: “Dublín al Sur” de Isidoro Blaisten. ¿Un amigo?: ¿Uno solo en una vida? Ja ja varios… ¿Un color?: Rojo… campeón jajaja. ¿Una fecha?: 08-05-1916 Nace Otilia Gómez, mi madre. ¿Un sueño?: Proyectos… siempre muchos proyectos… GUSTAVO OLAIZ

Diana Akselman

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Talleres

Talleres Literarios 149

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Talleres

CICLO Cuando corremos creyendo cercar caminos correctos caemos circundando crueles cagadas como cuevas carcomiendo cabezas cansadas Calma Corazón Caliente Cuando Conozcas Caricias Crearás Cielos MORADOS.

SERES URBANOS Tedio amordazado cargan las espaldas con caras destejidas por el tiempo. Pasos presurosos, incomprensibles sobre las calles en flama No hay lugar para el descanso. Una mirada cómplice en el instante preciso quiebra el agobio, la trampa como una ola disipa la rutina por la cornisa, sacude las entrañas y se echa a volar. Una nube raída por el viento cubre el camino pedregoso de la plaza. Sobre un banco sin tiempo, un viejo. Sólo espera el sol No quedan sueños ni esperanza, expansiones lacerantes y radiales en esa vida frágil y anodina. Despierto de noche otea la maldad agazapada en el silencio. Cuando amanece reposa el impulso cansado de arañar fortunas ajenas.

GRACIELA BARBERO/ 2010 gracielabarbero@hotmail.com

VIRGINIA CASQUERO casquero_vir@hotmail.com (Mar del Plata) La Avispa 50

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Talleres

El Dandy La única opción que tuvo fue partir.

SIMPLEMENTE

Desde su nacimiento lo amamantó témpano de hielo una mujer sin memoria.

Con el tiempo todo puede suceder el pueblo Soledad enterró esa proa amarilla gaviota la hundió como olvido infinito de un pasado sal sin retorno. Aburrido de siglos sopla el viento ANA MARÍA HERNÁEZ cristales de agua anabelle32@hotmail.com y las jorobadas olas retozan algas La espuma eterna enamorada olvida su manto de novia sobre su lecho blando en incansable noche de bodas besa una y otra vez la playa ruborosa de sol grita la tormenta su libertad sin horizonte y pincela sombras mientras un mechón indeciso de rojo arropa despaciosamente corales espuma infinito vida. No hay faro la muerte acaricia hambrienta el acantilado

ÁNGELES VALDÉS

claravaldes@yahoo.com.ar 151

Diana Akselman GRUPO DELAPALABRA


Talleres

Débora Pereyra

MIAU

Ayer fue un día extraño. Me desperté sin ayuda de la alarma, con la sensación de que había algo pendiente. Verifiqué los imanes de la heladera, ningún recordatorio de turnos con algún médico, peluquero o cosmetóloga. Los papeles de mi escritorio mostraron que todos los servicios estaban pagados. En la división Cumpleaños de la agenda, la fecha en blanco. Como no soy mujer que se obsesiona por una idea vaga, me dije a otra cosa y seguí transitando el día. A media mañana, en dos ocasiones me sorprendí doblando con suavidad el cuello para frotar la cabeza contra el hombro, en un gesto mimoso. Pensé que tal vez tendría una contractura sin dolor. Era un día brillante, así que decidí hacer limpieza general. Estaba levantando las sillas de la cocina cuando el teléfono me interrumpió, dos llamadas que me enojaron, mucho; al cortar hice un gesto raro: disgustada levanté el labio superior descubriendo la encía al tiempo que con un fzzzzzz exhalé entre los dientes. Bueno, un nuevo hábito, pensé. A la tarde, entre mate y mate me puse a plumerear, había bastante polvo, de toda la semana. Cuando terminé sentí espanto de sólo pensar en bañarme. Sin darme cuenta lamí las extremidades, la tierra salió toda, lástima mi pobre lengua, quedó áspera como si hubiera comido un higo sin sacarle la piel. Menos mal que se me ocurrió suavizarla tomando una taza de leche a lengüetazos. Seguía con el pálpito de que olvidaba un compromiso. Tal vez no se tratara de algo a realizar, pensé, sino que el día en sí era importante. Será una premonición, me dije. Oscurecía cuando empecé a rascarme una pierna con furia, como si tuviera pulgas, lo extraño es que no me picaba. Olvidé cómo terminó la jornada, sé que en un momento, cuando se encendieron las lámparas de la calle, me dio por trepar al techo, con La Avispa 50 152


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tan mala pata que caí. Lo último que recuerdo son las luces del auto y la sensación de que mi cuello se achataba entre rueda y pavimento con un dolor explosivo. Después la calma, una paz aturdida y relajante. Ahora estas sensaciones distintas, la compañía de ustedes, mis pares, no los siento amigos, parece que no me entienden, tal vez porque soy nueva. Bueno, basta de mirar a la gente persignándose ante mis despojos, mejor vayamos a atrapar a aquellas lauchitas, deben estar deliciosas.

SILVIA POLITANO

EL LEGADO DE JUAN

Hace una semana que Juan ha desaparecido de todos los lugares que frecuentaba, inclusive de su trabajo. Separado hace cinco años, vive solo en un departamento. Su ex mujer y sus dos hijos, tratan infructuosamente de averiguar su paradero. Denuncian la desaparición; con orden del juez ingresan a la casa acompañados de la policía. Todo en orden, aparentemente no falta nada, su ropa está en el placard. A la mañana siguiente reciben una llamada, un abogado dice tener una carta de Juan que debe ser leída en presencia de la familia. Concretan una cita para la tarde a las 16 hs. La mujer se dirige al estudio jurídico acompañada de sus hijos y el letrado que la representa; después de los saludos, el abogado toma asiento detrás del escritorio, exhibe el sobre y procede a su lectura: “Cuando escuchen lo escrito yo ya no estaré entre Uds. —Voces de asombro y llantos obligan a una interrupción, pasado el tenso momento el abogado continúa:— Estaré entre las nubes, en el cielo. Pero no puedo partir sin que sepan qué me llevó a tomar tan drástica determinación; pido perdón por lo extenso de mi escrito. Tengo la necesidad de remontarme a mi juventud cuando te conocí, o por lo menos eso creía, a esos primeros años felices cuando todo parecía posible. La llegada de los chicos, mi ascenso en la empresa. GRUPO DELAPALABRA 153


Talleres

Creo que ahí comenzó todo. Poco a poco fuimos cambiando, gran parte de la culpa la tuve yo por no darme cuenta; no sé por qué dejamos de frecuentar a los viejos amigos, quizá por tu idea de asociarnos al club, de cambiar a los chicos de colegio para mandarlos a uno privado; hasta de casa cambiamos por una con pileta. Todo esto requirió de mí más horas de trabajo, era un huésped en mi casa, llegaba para cenar y arrojar mi extenuado cuerpo en la cama. La peor época fue el cumpleaños de quince de la nena, que coincidió con el viaje de egresado del nene a Machu Picchu y no a Bariloche como los hijos de mis compañeros. Entonces pedí un crédito que pagué durante dos años, dejé el papi futbol con los muchachos, el cafecito en la esquina del laburo y los puchos para juntar hasta el último mango y cancelarlo; mientras vos no faltaste ni un sólo sábado a la peluquería. Entre nosotros ya no había diálogo. Terminé durmiendo en otro cuarto. Cuando nos divorciamos, hecha la división de bienes, te llevaste el 50% de lo que gané en esos años, la mensualidad de los chicos y hasta la campera nueva de gamuza que tanto me gustaba porque, según vos, le quedaba bien a Juancito. Cuando me fui, pensé que había encontrado tranquilidad, pero no fue así. Siempre surgían extras, la ortodoncia, las clases de danza, el equipo de tenis, etc, etc, etc. Tus hijos, venían de visita cada vez que querían dinero y estaban en casa el tiempo que yo demoraba en sacarlo de la billetera. Bueno, todo eso es pasado. El departamento y el coche lo puse a nombre de los chicos, deposité en tu cuenta el último cheque de la mensualidad; los dos ya son mayores y podrán trabajar. Esta determinación la imaginé más de una vez en esas noches de insomnio en las que hacía malabares con los números para cumplir con todas las obligaciones y la desesperación se adueñaba de mí. Hoy llegó el día de llevarla a cabo. No es mi intención reprochar nada. Quiero terminar mi carta como la empecé. Cuando escuchen lo escrito ya no estaré ustedes, estaré entre las nubes, en lo alto del cielo, volando en primera clase. A mi lado ninguna mujer, sólo el viejo portafolio con los siete millones de pesos que gané con el loto”. Un beso. Juan

AMELIA GARCÍA La Avispa 50

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MISTERIO

Talleres

En un pueblo cualquiera, como todos los pueblos del interior, hay barras de muchachos y chicas que matan su tiempo en aventuras. Esto que les cuento es de tres amigos que tuve. A uno le decíamos “El Negro” a pesar de ser rubio como el trigo maduro, al otro lo llamábamos “El Titi” flaco y “lungo” como una escoba, y finalmente estaba “El Leo”, morocho de cabellos ensortijados y siempre despeinado. Siempre se reunían en la esquina de sus casas del barrio obrero. Los temas a los dieciséis años rondaban entre chicas y el comentario de algunas películas de guerra que veían los lunes en el único cine. Don Cosme solía mirarlos desde su boliche, movía la cabeza condescendiente e imaginaba las fechorías que estarían tramando en el comienzo de sus vacaciones de invierno. Apoyado con los codos en el mostrador y las manos en la cara, disfrutaba de esa imagen. —Vayamos a robar naranjas a la quinta de tu tío —le propuso el Titi al Negro. —No; pensemos en algo mejor, recuerden que la última vez nos corrieron los perros y tengo el recuerdo de un mordisco en la pierna y el pantalón roto. Mejor hagamos algo más fuerte, algo que ponga a prueba si somos “machos”. ¿Qué les parece? —Ya sé, ¿y si vamos al cementerio? —propuso el Negro, que se sentía atrevido y seguro. —¡Genial! —respondieron los otros dos. Esperaron a que bajara el sol; sería más terrorífico hacerlo cuando oscureciera. Nubarrones en el cielo y una luna que se ocultaba por momentos, daban el clima de una película de Drácula; la niebla subía espesa en la noche fría. Se refugiaron en sus abrigos pesados y siguieron por el camino, chacoteando como siempre, y cantando a voz de cuello para darse ánimo. Llegaron al cementerio que distaba cuatro Km. del pueblo, el gran portón de rejas estaba cerrado, por lo que tuvieron que escalar el muro para poder entrar. Se entretuvieron leyendo los epitafios de los nichos, “En este recinto sagrado descansan en paz las almas que ya no están” rezaba uno. “Descansa en Paz“, “No te olvidaremos”, y otros tantos. Siguieron recorriendo el lugar y tomaron el camino de los sombríos cipreses, donde no anida ningún pájaro, pero silban al son del viento como voces en lamento, proyectando sombras demoníacas. Los tres amigos con sus risas nerviosas las ignoraban. GRUPO DELAPALABRA 155


Talleres

Bordearon los senderos entre panteones y tumbas vencidas por el tiempo, luego tomaron por un camino desparejo, satisfechos de haber superado el desafío. Regresaron a los saltos pateando piedras, casi al final de la aventura se toparon con una fosa abierta en la que estuvieron a punto de caerse; por suerte el Negro manoteó al Titi por el abrigo. La curiosidad pudo más y miraron curiosos en el interior, una luz fosforescente como un ojo, verde, los miró. —¡La “luz mala”! —gritó Leo, recordando las leyendas de aparecidos, historias contadas por su abuelo en las ruedas del fogón. El pavor los hizo correr como alma que lleva el diablo, saltaron el tapial sintiendo que la luz los perseguía pegada a los talones. Cruzaron a campo traviesa ignorando como los cardos secos les castigan el rostro, les parecía que una mano fría y dura los iba a atrapar. El vértigo llegó hasta la raíz de los cabellos y los erizó. Ya en sus casas temblando y sin respiración, cada uno se metió en su cama tratando de convencerse de que la luz sólo había sido una visión, lejos de la realidad. A la mañana siguiente, la madre de Leo se sorprendió cuando su hijo se levantó temprano, y vio a los amigos que lo estaban esperando. “Cosa de muchachos” pensó, sin sospechar nada más. Ya en la esquina, aún terriblemente pálidos, comentaron la experiencia vivida. Por la tarde se dirigieron al boliche de Don Cosme, se pusieron a jugar al billar como solían hacerlo; la charla rondaba en tonterías, como queriendo olvidar la luz. Programaron ir el sábado al pabellón del club, donde organizaban el baile. Don Cosme los miraba intrigado, intuía que algo terrible les había pasado. En ese preciso momento, un relámpago abrió la puerta del salón, los parroquianos que estaban sentados en la mesa cercana, jugando a las cartas dijeron: “Pase Ud.“ en son de broma, invitando al viento a entrar. Los muchachos se quedaron sin aliento, el corazón les golpeaba desordenadamente contra las costillas; ese viento helado les recorrió el cuerpo hasta que vieron acercarse a una extraña figura de mujer, vestida de negro, con el rostro cubierto por un “crespón”. De su boca salía un hálito hiede a muerte que los penetró y, en el hueco de los ojos, los tres amigos, reconocieron la luz fosforescente. Su olor los mareó al punto de hacerlos retroceder y caer en el espacio de lo irreal. La escucharon confesar que los había visto en el cementerio la noche anterior, y que, tal vez… podrían conocer a la persona que le había cortado el dedo para robarle el anillo de bodas. Titi sintió sobre el brazo, la mano mutilada de la mujer, se atragantó con la La Avispa 50

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Talleres

saliva y quedó pálido como el mismo espectro. El Negro cerró los ojos, pero pudo más la curiosidad, los abrió desmesuradamente y se aferró con desesperación a Leo que tenía las piernas tiesas como palos. La mujer río a carcajadas y desapareció como la bruma. Los demás siguieron con sus charlas y juegos de truco, ignorantes del sortilegio que había invadido a los muchachos. Don Cosme al acercarse evitó que cayeran fulminados y se tranquilizaron ni bien le contaron al viejo la terrible visión que habían tenido. Nunca sospecharon que esa tarde habían atravesado la puerta de lo sobrenatural. —Bueno muchachos —les dijo muy serio el dueño del boliche, que no en vano tenía en su haber muchos años de historias como esas—. La luz que vieron en el cementerio, seguro son los huesos de un difunto que los sepultureros no terminaron de sacar para llevarlos al osario y siguió:— En cuanto a la mujer que dicen estuvo aquí y que nadie más a visto, … ¡misterio muchachos, … misterio! Temblando aún por la experiencia vivida, salieron del boliche. Don Cosme les palmeó la espalda con afecto, guardando para sí, las nefastas y antiguas historias. Él sabe que en los pueblos del interior estas cosas suceden y que la mujer aún busca quien le cortó el dedo para sacarle el anillo de bodas. Ten cuidado, no sea te la encuentres algún día cualquiera, ríe.

ELENA NUÑEZ

elenanoes@live.com.ar 157

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Débora Pereyra


Talleres

NAVIDAD Son las primeras horas de una tarde espléndida, el cielo está despejado, ni una nube; el sol calienta mis ramas donde me han crecido unas pocas piñas cerradas, ya casi tantas como las que lucía mi hermano el año anterior; pronto irán a madurar, abrirse y caer; ya el viejo del ranchito de atrás vendrá a juntarlas con su bolsa raída, escucharé de nuevo sus quejas sobre la artrosis y la cadera; no entiendo su dolor pero desearía poder calmarlo. Soy muy joven todavía, tengo mucho que aprender; algunos vecinos apenas me superan en tamaño y otros son todavía más pequeños; me siento responsable por éstos; quiero cuidarlos, al menos contarles mis cosas; sé lo que se siente cuando uno está solo y desprotegido. Hay otro lejano, que alto se estira al cielo y nos habla de lo que ve del mundo. De pronto se acerca un hombre joven con un niño y me distrae. El chico me señala entusiasmado: —Quiero éste —dice. Me da gusto su alegría. Ya no sufro, siento mis miembros aletargados, la savia se espesa en mis venas. Mamá y papá me ubicaron en un rincón al lado de la ventana que da al jardín, otros árboles me dan la bienvenida. Soy un privilegiado, ya tengo una familia y un hogar. Hay clima festivo, los tres chicos me embellecen con adornos que sujetan a mis ramas; a pesar de los pellizcos y unos tirones no me quejo, me siento amado. Para terminar mamá me corona con una estrella y rodea mi cuerpo con dos listas de luces multicolores que encienden y apagan; temo que este calor y el parpadeo constante no me dejen descansar, espero que se apaguen por las noches. Ahora sí, estoy en la soledad del rincón como observador estático de la escena familiar que cada día se desarrolla frente a mis ojos. Se hace tarde y nadie viene, es extraño porque apenas baja el sol ya están Marina y Juan con mamá en casa, al rato llega Silvina y cuando se sientan a la mesa entra papá con su maletín de cuero negro, que deja cada noche sobre el piso a mi lado y me echa una mirada simpática. Parece que los chicos se olvidaron de mí, me ignoran la mayoría del tiempo. Creo que esperan un día especial, dicen que alguien dejará a mis pies unos regalos que han pedido; cada tanto los sorprendo mirándome con ilusión; la única que se acerca es mamá, para encender o apagar mis luces. La luna está alta en el La Avispa 50 158


Talleres

El hogar no es el mismo desde que mamá y los chicos no están, no sé qué les pasó; sólo sé que no van a volver, por papá y Silvina, que lloran, se abrazan y muy tristes lo repiten. No van a volver, dicen. Aquella noche de terror la casa se llenó de gente, todos se acercaban a brindar consuelo, hablaban de la fatalidad, de un semáforo y luces rojas que algún maldito no ha respetado. Las mías ya no se encienden, no mencionan la Navidad y yo sigo ignorando de qué se trata. Ahora nadie viene, seguimos los tres solos; todos los días son iguales, ellos muy temprano por las noches se retiran a sus habitaciones y por las mañanas sale cada uno por su lado, para encontrarse a la hora de la cena en un silencio abrumador. El hogar está sucio y callado, y esta tristeza es tan contagiosa que mis ramas cada vez más secas no soportan el peso de los adornos y van cayendo lentas pero sin pausa. Una mañana llegó a invadirnos una mujer gorda, con delantal celeste; tomó la casa como propia, con un plumero y una escoba; al principio sentí temor de esta intrusa que llaman Amelia; actúa como mamá, 159

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Diana Akselman

cielo, la veo a través del ventanal. Han pasado sólo diez días pero ya me encariñé con todos, daría mi vida por ellos. Son felices a su manera, se ríen mucho y a veces pelean, gritan, discuten, pero se siente el amor. Aprendí qué significa ser familia. El silencio de la casa sólo es interrumpido por el sonido del teléfono, que ha sonado tantas veces, demasiadas. Tengo miedo, me siento inquieto.


Talleres

pero no se le parece. Comprendo que el aroma a limpio, a café y tostadas, trae una serena normalidad y lo que queda de mi familia parece más a gusto en el hogar ordenado. Tal vez ahora vuelva algo de la alegría perdida. Hoy percibo algo distinto, un clima extraño flota en el ambiente, se siente al respirar como un misticismo en el aire. Debe ser un día especial, porque papá y Silvina están en casa, se levantaron tarde y no salieron. Amelia actuó con torpeza, a los apurones, se le caían las cosas de las manos; pidió retirarse temprano para preparar todo y estar con los suyos. Estamos solos con la tristeza. Las luces del día se diluyen y se oye en el exterior risas, gritos entre vecinos, corridas, autos que llegan y se van. La casa, en la semioscuridad del televisor encendido, se ilumina con colores que parpadean y que dan un halo encantador al ambiente. A Silvina la buscan sus amigas, se despide con un beso y se va aliviada, parece contenta. Papá cierra las cortinas, melancólico, como si le doliera la felicidad de los de afuera y casi veo a mamá y a los niños revoloteando como entonces. Mis ramas siguen cayendo. Ya es pleno verano, tengo sed, mis brazos están mustios, me desnudan, me liberan de estos colgantes, sacan la estrella de mi cabeza y desenroscan de mi cuerpo las luces, que antes brillaron y nunca más encendieron. Mi rincón vuelve a quedar desierto, lo ocupan con un sillón azul. Me pregunto dónde vamos con papá, que me carga en la camioneta y enciende el motor. Recuerdo que así me trajo, con Juan sentado a mi lado abrazándome, cuando éramos felices, todavía estábamos vivos y llenos de energía. Antes tuvo más cuidado, no hacía estos movimientos bruscos que me sacuden. Salimos de la ciudad, reconozco la tierra donde nací. Papá hace un alto en el costado del camino, baja la tapa que me contiene y me tira al costado sobre el pasto seco, tan sediento como yo. No me mira, se va. Me pregunto si habrá pasado algo así con mamá y los chicos, ¿los habrán tirado como a mí? Nunca supe bien qué fue de ellos, pero sí sé lo que pasará conmigo. Lo he visto antes, cerca de donde estaba anclado. Pasará el verano, vendrá el otoño y con un hacha los hombres tomarán por pedazos mi cuerpo para llevarme quién sabe adónde.

ANA MARÍA LABANDAL (Gral. Madariaga)

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Rincón de

los bajit os

MARTÍN IVÁN JUÁREZ VICTORIA COLOMBINI LAURICELLA SOL MARÍA BALESTA YOHAI LUCÍA COUSO MÁXIMO MAGNANI ROSENNA MARIELA KOGAN 161

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Rincón de los bajitos

En un lugar de Estados Unidos, de un laboratorio se escapó el Gato Ventilador. Todos tenían miedo pero el que más tenía miedo era Juan Ratón. A él se lo quería comer y cuando iba a hacerlo gritó: —¡No me comas! ¡Tengo familia! Al gato no le importó nada. El ratón pensó: Es mi fin pero en ese momento apareció el Súper Pájaro. Pelearon mucho, mucho hasta que el gato sacó la bandera blanca el tiempo suficiente como para que llegara control animal. El gato fue apresado y el pájaro tuvo su premio: una casa en el buzón.

TÚ Tú que vienes y que vas; girando el mundo, distrayendo mis sentidos. Y yo imaginando estar en tu paisaje. Entre la cálida brisa del mar y las montañas que lo rodean.

VICTORIA COLOMBINI LAURICELLA (7 Años) - (Villa Dolores) La Avispa 50

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Autor: Martín Iván Juárez (9 años) Ilustradora: Nadia Juárez (12 años) (Mar de Ajó)

EL GATO VENTILADOR CONTRA EL SUPER PÁJARO


Rincón de los bajitos

PINTURA ENSANGRENTADA

Para las dos de la madrugada, la policía ya había llegado. El famoso pintor Pedro De Martín había sido encontrado muerto en su departamento en Barcelona media hora antes. Aunque había una nota de suicidio pegada en la pared con cinta adhesiva, no había ningún arma en manos del artista, ni tampoco una botella posiblemente envenenada. Los oficiales estaban confundidos, así que decidieron llamar a un detective. El mejor investigador (o, mejor dicho, investigadora) que conocían era Samantha Catchpole, Sam, y residía en Nueva York. Unos minutos después, en esa ciudad, donde eran las ocho de la noche, un teléfono empezó a sonar. —¿Hola? —preguntó Sam Catchpole educadamente. —¿Señorita Catchpole? Habla el oficial Coloso, desde Barcelona. Requerimos de sus servicios. —¿Qué sucedió? El policía la informó de todo. Seis horas después, Sam se encontraba ahí. —¿Cuándo murió? —le preguntó al oficial mientras salía de un taxi. —Volvía de una entrevista a las nueve de la noche. Un hombre que pintaba el edificio en una silleta lo vio por la ventana a la una y media —explicó el oficial. Sam examinó la nota suicida, que decía esto: “Señores policías de Barcelona” Como he hecho con mi arte, entrego mi vida al mundo. Creo firmemente que morir será la aventura más apasionante de todas. Pedro De Martin —¿Podría darme una auténtica firma del pintor? Tomé un curso de pericia caligráfica —pidió la detective. El oficial le dio un documento firmado por De Martín. Ella tomó una lupa y lo examinó —¡Esto es falso! —declaró— ¿Quiénes son los sospechosos? Pablo y Rita De Martín, mellizos, tenían diecinueve años. Habían quedado huérfanos a los dieciséis en un accidente de ferrocarril cuando viajaban a Inglaterra con sus padres, y desde entonces habían tenido por tutor a su tío, Pedro De Martín, aunque nunca le habían tenido mucho aprecio. Es más: lo detestaban. Por esto habían sido detenidos en la oficina de los policías. Cuando Sam entró a la habitación, Pablo tenía la cara enrojecida por la rabia, desde el GRUPO DELAPALABRA 163


Rincón de los bajitos

flequillo de su cabello rubio hasta su barbilla redondeada, mientras que los ojos grandes y claros de Rita sólo reflejaban preocupación y una ligera tristeza. —Ahora... —empezó Sam—. ¿Dónde estuvieron entre las nueve y la una y treinta de la noche? —¡Ya les dijimos que no tenemos nada que ver! —estalló Pablo. —Pero, por si lo quieren saber, en las Ramblas —informó Rita con voz temblorosa, pero dulce. —Íbamos a casa desde el trabajo y la policía nos detuvo hace una hora. ¡Además, como dijo Pablo, no sabemos nada! —añadió. —¿Cuando fue la última vez que vieron a su tío? —Anteayer, en una exposición suya. —¡Oigan! ¡¿Creen que merecemos que nos levanten a las siete de la madrugada y que nos acusen de asesinato?! —¡Cállate, Pablo! —¡Cállate tú, Rita! —¡BASTA! ¡Cállense los dos! —ordenó el oficial Coloso. Sam pensó en otra cosa. —A ver... ¿Ustedes sospechan de alguna otra persona? —preguntó —Oh, conocemos a alguien más sospechoso que gato en jaula de canario —murmuró Pablo. —¿Quién? —Inocencio Valtieri —respondió Rita. —¿Quién?— repitió Sam, desconcertada. —El mayor rival de Pedro De Martín —aclaró el oficial—. Tengo su expediente en la sala de al lado. Iré a traerlo. Cuando el oficial volvió con el papel, la detective se puso a leerlo. Nombre: Inocencio Vicente Valtieri III Fecha de nacimiento: 4/9/57 Familia: Inocencio Vicente Valtieri I (Abuelo †) Inés Valtieri (Abuela †) Inocencio Vicente Valtieri II (Padre †) Ilda Valtieri (Madre †) Antecedentes: A los diecisiete años fue arrestado durante cinco meses por el robo de alimentos. A los treinta y uno fue acusado del asesinato de Ernesto Vieras. Sin embargo, el responsable resultó ser Jorge Alorio, su ex maestro de arte. Este fue colgado en 1988. Sam mandó a los otros policías a buscar a Valtieri a su casa cerca de la Sagrada Familia. Diez minutos después, volvieron con él. Sam ni siquiera logró formularle una pregunta, debido a que los oficiales La Avispa 50

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Rincón de los bajitos

encargados de investigar la casa de De Martín traían noticias: ¡Habían encontrado algo! Después de examinar el cuerpo del artista, habían descubierto una bala tan pequeña que no podía ser usada en un arma común. En ese momento, la detective recordó algo. En una película del Viejo Oeste que había visto, un malvado le apuntaba al amigo del protagonista con una pistola diminuta, y le decía que, si disparaba, tardaría dos días en morir, porque la pistola lo desangraba por dentro. Sam tuvo una corazonada y envió a los oficiales a registrar la vivienda de Valtieri. Cuando regresaron, traían un arma exactamente igual a la de la película en una bolsita de plástico. Sam Catchpole dedujo lo siguiente: Durante la exposición de De Martín, Valtieri le había disparado con esa pistola cuando no veía y el pintor había atribuido el dolor a la presión que sentía. Exactamente dos días después, estaba muerto. Todo fue confirmado cuando encontraron las huellas digitales de Inocencio Valtieri en la pistola, y este fue condenado a cadena perpetua.

SOL MARÍA BALESTA YOHAI

Avril Feĵer (5 años)

(12 años) - luciana.yohai@speedy.com.ar

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GRULLAS

Mara, mi prima, dice que cuando sea grande va a mirar las estrellas seriamente, que ahora las mira descuidada, sin saber bien qué mira; sabe que son lindas y que si las mirás por un rato largo podes ver dibujos. Hace unos meses, cuando todavía no había llegado el verano y tampoco se había ido, me contó que había visto un pájaro en las estrellas. Mi tía le dijo que era una constelación con forma de grulla. Mara hablaba a una velocidad envidiable, me pedía que haga una con papel como me había enseñado esa chica del colegio de la que no se acordaba el nombre. Marina me enseñó a hacer las grullas de papel cuando estábamos en 3° grado. Ahora Mara quería que le enseñara, tenía la idea loca de que si yo hacía una grulla y a la noche bailábamos para las estrellas, la grulla se iba a volver de verdad. Yo le decía que no y ella que sí. Discutimos un buen rato, el acuerdo llegó por cansancio. Terminamos armando la carpa en el patio. Hice unas grullas de colores, eran tres: una violeta, una celeste y otra dorada. Nos sentamos en la carpa esperando ver las estrellas que tardaban en salir. Mateo, mi hermano, nos prestó un prismático para ver el cielo. Vimos la luna grande, blanca, iluminada. Las estrellas aparecían en el cielo sobre nosotras. A las 9 de la noche Mara empezó a cantar: luna de mi río cantemos juntas cuando sapos y cigarras cuando este perro y aquel gato. luna de mi asfalto en el charco reflejada haz que esta grulla duerma acurrucada en las estrellas. La voz se le volvía suave, suave como el calor lindo de la primavera, del verano llegando. Entonces, pusimos la grullas en el pasto y bailamos a su alrededor mientras Mara cantaba. Movíamos los pies rápido y despacito, rápido y despacito, con las manos dibujábamos olas, rinocerontes, ventanas, murciélagos, monigotes de carbón, piedras y guitarras. La brisa fue como el viento, entonces Mara dejó de cantar y nos sentamos en la carpa a mirar las grullas. Ella decía que estaban más La Avispa 50 166


Rincón de los bajitos

grandes, yo las veía igual. Miramos y miramos… Seguían ahí. Tanto miramos que nos quedamos dormidas. Me acuerdo que esa noche soñé que los peces vivían en las piedras con las que los hombres construían sus casas, lo soñé mientras las grullas volaban al cielo para convertirse en estrellas. Eso me dijo Mara, porque al despertar, lo único que quedaba de ellas era ese olorcito violeta, dorado y celeste de los colores.

Diana Akselman

LUCÍA COUSO

BIOGRAFÍA AL REVÉS DE MÁXIMO Cuando tenía siete años comencé a jugar al básquet y me gustó. A los seis años empecé la escuela primaria, aprendí a escribir oraciones, sumar y restar. Luego a los cinco quise aprender a nadar. Más tarde a los tres años inicié el jardín de infantes. Dije mis primeras palabras cuando tenía dos años. Mis primeros pasitos al primer año. Tenía un auto de juguete a los nueve meses, que empujaba con los pies. A los seis meses dormía en el sillón y comía puré. A los tres meses apareció mi primer diente muy blanco y filoso. Un 14 de marzo de 2003 a las 8 hs conocí a mi familia y esa noche pedía la mamadera cada media hora.

MÁXIMO MAGNANI

fliamagnani@fibertel.com.ar (7 años) Colegio Fray M. Esquiú - Mar del Plata 167

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POR AMOR

(Escrita en víspera de la nevada de julio del 2007 noche que yo…fui perro)

Hace mucho frío. Por ahí oí decir que tal vez caiga nieve, ¿que será eso?... Veo mucha gente caminar apurada cargando bolsos y maletas con rueditas, como las que usaban mis amos para guardar la ropa cuando salíamos de vacaciones ¡que épocas aquellas! Aunque en realidad no sé cuanto tiempo pasó, creo que estoy perdiendo la memoria… Lo que sí recuerdo bien es que vagabundeo de aquí para allá desde el día que me escapé de casa. Impulsado por el amor, pero me quedé sin él por partida doble. Pasé varios días con sus noches delante de la puerta donde vivía esa damisela que me quitaba el sueño y a la que jamás llegué a conocer. Por ella soporté que su amo me corriera con la manguera infinidad de veces. Pasé hambre y claro, no era el único que aspiraba a sus amores y entonces supe lo que era ser mordido por uno de los pretendientes celosos. Es por eso que a una de mis orejas, le falta un trocito. Fue muy doloroso pero ni siquiera ese sacrificio valió la pena y resignado volví a casa… Pero me encontré con que nadie atendió a mis ladridos, ni al rascar la puerta como lo hacía habitualmente cuando quería entrar. Pasé la noche en el umbral de “mi casa” sin resultado. Cosa rara, nadie salía ni entraba a ella, tal vez se habían ido de vacaciones y se olvidaron de mi. Me buscaron y al ver que no aparecía se fueron igual! Confieso que tuve mucho miedo a que me atropellara un auto, a que me hicieran daño… Comencé a caminar en búsqueda de alimento y eso me llevó a alejarme cada vez más de mi casa, ahora… ¡ya no importa! Desde hace dos días estoy en este lugar, que si bien no es lo mejor, por lo menos estoy resguardado del frío. Los ómnibus llegan y parten a cada momento. La gente indiferente sube a ellos y se va, si pudiera irme con ellos… ¿pero quien se va a fijar en mi? Si hasta mis pequeñas manchitas negras llegan a confundirse con el gris de mi piel que alguna vez fue blanca y cuidada… Y en mi cuerpo se notan las costillas de lo flaco que estoy!... Mi mirada es triste y a veces pienso La Avispa 50 168


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que inspiro lástima. Alguna vez fui un dálmata orgulloso de su raza, el que jugaba con los niños y que recibía caricias en la cabeza, el que dormía en canasto acolchado bajo un techo calentito, pero ahora no soy ni la sombra de lo que fui. Me acerco a la gente. Sin decir nada me siento cerca, para que noten mi presencia pero creo que aquí no es el lugar indicado, nadie me llevará porque no me dejaran subir al ómnibus. Veo una señora que debe estar por partir que me mira insistentemente. Me siento a su lado. Nuestras miradas se cruzan y veo sus ojos casi llorosos. De pronto extiende su mano y la pone sobre mi cabeza. Me acaricia y yo siento algo indescriptible, hace tanto tiempo que nadie me acaricia. Le devuelvo ese gesto meneando mi cola, pero el encanto dura poco. Ella se levanta y se va. Sube a uno de esos ómnibus sin volver la cabeza y otra vez la ilusión de irme con alguien se diluye… ¡pero me gustó esa caricia! Mientras seco las lágrimas que silenciosamente salen de mis ojos al recordar y el ómnibus en el que viajo de regreso a Buenos Aires devora distancias. Escribo esto imaginando el pensamiento de un perro vagabundo. De pronto comienzan a caer pequeños copitos de nieve. Moteando de blanco el negro de la noche. Mi mente asocia mágicamente en negativo, una sucesión de manchitas negras sobre un lomo que alguna vez fue blanco y mi pensamiento me lleva de vuelta a la terminal de ómnibus de Córdoba donde un dálmata de mirada triste seguirá vagabundeando y recordando o no, lo que fue su vida. Quiero creer que algún alma caritativa se apiadará de él y por amor lo lleve consigo…

ROSENNA

rosenna1@gmail.com www.rosenna.com - (C.A.B.A.) GRUPO DELAPALABRA 169


Rincón de los bajitos

SECRETOS

—¿Eso era lo que querías contarme? —se le escapó a Lucas, desilusionado. Es que cuando Camila le dijo que le iba a contar un secreto, él pensó que era otra cosa, no que le iba a mostrar que “había guardado un pez muerto en una caja de fósforos”. —¡No sé para que te conté! —dijo Camila enojada—. ¡No lo sabe nadie, te lo digo sólo a vos y no te importa! —No, no quise… —empezó a explicar Lucas, pero Camila ni lo escuchó. —¡Era mi pez preferido! —gritó, y salió corriendo. Se notaba que se iba a largar a llorar. Y Lucas lo que menos quería era hacerla llorar a Camila. ¿Cómo pudo decir “Eso era lo que querías contarme”? El tendría que haber dicho: “Pobrecito, ¿qué querés hacer con él? Decime y yo te ayudo”. O podría haber dicho: “Gracias por contarme, no lo sabe nadie y me lo contaste a mí, gracias”. O: “¡Qué pez tan lindo Cami, como vos”. O… cualquier cosa. Lucas podría haber dicho cualquier otra cosa. Pero no, él dijo: “¿Eso era lo que querías contarme?”. Y ahora Cami no quiere ni hablar con él. Entonces a Lucas se le ocurre que sería buena idea regalarle a Camila otro pececito, y le pide permiso a su mamá para ir al acuario. Y ahí, en la vidriera del acuario, es donde ve lo que ve, y le corre por el cuerpo una cosquilla como de arena. ¿Alguien más lo ve? ¿O sólo él? Por las dudas no se lo va a contar a nadie más. Sólo a Cami se lo va a decir. Y no importa lo que ella diga cuando él le cuente, que en una de las peceras del acuario, hay un fósforo. Sí, ahí está, es un fósforo, y está nadando entre todos los peces.

MARIELA KOGAN

marielakogan@gmail.com - (Mar del Plata) www.companiadehistorias.blogspot.com

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Guión: Gustavo Olaiz Dibujo: Débora Pereyra

Federico Bianchi Pecaut Rafael Altamirano Gustavo Olaiz Alejandro Muñoz 171

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Humor

EN TIEMPOS QUE BABEO

¿Otro Enero portátil en tus pómulos? ¡No, dos Eneros portátiles en mis pómulos! Afirmó. Pómulos de leño, lana y goma espuma presentí. ¡Pufi…! ¡Pufi…! Son suaves, inolvidables. Son un estornudo, un orgasmo, dos imágenes para imantar en la heladera. Le dije mientras olía el cartílago de su oreja con arete. Pómulos espiralados, pómulos de pesebre. ¡Pufi…! ¡Pufi…! ¡Je je…! Son una es-tu-fi-ta. Dos nalgas paspadas estas son.

FEDERICO BIANCHI PECAUT

fede.bp@hotmail.com www.federicobianchipecaut.blogspot.com

COPLAS * Con esa caída de ojos Que te delata imperiosa No quiero tenerte cerc Y sin embargo me rozas ** Marido muy afilado En vigilar la pareja No le alcanza la nariz Para vigilar la reja

RAFAEL ALTAMIRANO – NINALQUÍN (Villa Dolores) La Avispa 50

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Humor

ALEJANDRO APOLONIO, FALSO MESÍAS

En los papiros hallados en Nag Hammadi1, además de los evangelios apócrifos de los gnósticos se está descifrando un protoevangelio2 anterior, el de Alejandro Apolonio (AA de ahora en más). Se encuentra fragmentado y muy deteriorado3. Las dificultades fueron enormes, se especula que usaban papiros de mala calidad, mucho más económicos que el pergamino, tintas muy primitivas y el escriba encima tenía mala letra debido quizás al alcoholismo o alguna patología. Algunos párrafos, muy pocos, se han tratado de traducir con suerte diversa. A continuación un resumen de algunos de ellos. Este griego de padre virgen fue aspirante a mesías judío. Su padre un esteta, un amante de la belleza como toda la cultura helénica no “conoció” a su madre por ser demasiado fea. Por eso los partidarios de AA sostenían que había sido concebido por mortal y un dios. En otro fragmento que se pudo restaurar mínimamente se narran las críticas a detractores de AA que hablaban de un filósofo ciego vecino como padre de Apolonio y sus numerosos hermanos. En otros textos recuperados se observa que por error le inventaron un nacimiento en Jerusalén cuando deberían haber usado Belén cuna del rey David. Y en las dos genealogías que le “fabricaron” les fue peor, además de ser completamente diferentes y no tener un ancestro común a ellas ninguna apuntaba al rey judío David sino al acadio Sargón una y al faraón egipcio Keops la otra. Para completar el desastre hacen partir los linajes desde el padre virgen de AA de quien sabemos no tiene nada que ver con dicho nacimiento. Luego unos reyes de oriente traen ofrendas al dios nacido, oro, incienso, mirra y faso. Otro párrafo cuenta que en las bodas de Cagna debuta con su primer milagro. Observando que todos estaban muy borrachos, convierte las tinajas de vino en agua. Su famosa conversión de vino en agua. En los textos figuran la madre y los hermanos de AA. Cuando AA va a su aldea natal le va mal, surge el dicho “nadie es profeta en su tierra”. La madre y sus hermanos temen que les haga quedar en ridículo. Estando en plena disertación lo llaman para avisarle que afuera está su familia aguardando, no muy conformes con él. El pronuncia la célebre frase: “¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?, sois vosotros mi madre y mis hermanos”. Tras un instante donde los presentes imaginan a la bruja y sus búhos —como llamaban a GRUPO DELAPALABRA 173


Humor

la familia de AA— se provoca una estampida de su auditorio. Rumiando su soledad AA se retira de la tierra que lo vio nacer. Apolonio usaba la versión griega de los textos judíos, la traducción de los setenta sabios o septuaginta. Influenciado por la milagrosa historia de su padre virgen y la larga tradición griega de hijos de dioses y mortales hace una insólita versión del mesías judío, un mesías4 ¡hijo de Dios! En vez de un hombre guerrero y gobernante de Israel con ayuda divina, lo tiene como hijo divino y filósofo un poco cercano a las ideas de los cínicos. Ayudado por el error de traducción de la septuaginta de “mujer joven” en “virgen” AA lo interpretó como un virgen y no “una”. Además sostenía tampoco me llamaron Emmanuel. Sabiendo además que se refería el texto de Isaías a un nacimiento seis siglos anterior al suyo hizo una interpretación libre a conveniencia. Viajando AA con sus discípulos encontraron a un grupo de gente apedreando a una prostituta. Comparó AA la horrible fealdad de su madre con la sensual belleza de la prostituta y lo poseyó un descomunal sentimiento de envidia y tomando las piedras más grandes participó del crimen al grito: “¡A las leyes de mi Padre hay que respetarlas!” Consumando todos un apedreamiento como Dios manda. En otra oportunidad le acercaron a un endemoniado, le pidieron que le quitara los demonios que lo poseían. AA se mostró impávido y con mucha tranquilidad les dijo: “Déjenlo ir, es un esquizofrénico”. Absortos y en silencio lo llevaron al poseído sin entender las palabras del profeta en lo más mínimo. Cierta vez reunió a sus discípulos y a uno le dice “sobre esta piedra construiré mi Iglesia”. Lo demás lo miran estupefactos, es que había olvidado cambiarle el nombre antes a Filipo llamándolo Pedro (piedra). Se explica en otros fragmentos que como Alejandro Magno había muerto a los 33 años “hacen” morir a AA a la misma edad ya que también era grande, aún más grande decían sus seguidores. La Trinidad Apoloniana no podría ser más compleja: la madre de Apolonio es como todos hija de Dios, pero a la vez es esposa de Dios con quién concibió a AA, que es Dios. Entonces es hija, esposa y madre de Dios. A su vez AA o sea Dios es hijo y padre de sí mismo. Pero también es nieto y abuelo de si mismo. Antes de expirar en la cruz AA grita: ¡¿Por qué me he abandonado?! Cierta vez AA se acercó con sus doce5 discípulos al río Jordán. Se La Avispa 50

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encontró con Juan que echaba agua encima sus seguidores para quitar sus pecados, era como un renacer espiritual y lo llamaba bautizar. En confianza (relatan los evangelios) Juan les confesó que el método tuvo su origen en convencer a los discípulos que se metieran al río y se lavaran que con tantas horas en el desierto olían horriblemente. Y que luego le agregó contenido espiritual. El final del traidor. Es tratado en dos evangelios. En uno carcomido por la culpa comete suicidio arrojándose al paso del buey de una noria. En otro se ahoga en el Mar Muerto, lo cual es bastante inverosímil ya que con el alto contenido de sal es casi imposible sumergirse en dicha agua. El momento culminante es luego de la muerte un poco antes del sabbath6. AA se autorresucita antes del amanecer del domingo, por lo tanto supera a Horus, Mithra7, Dionisos y otros logrando resucitar en un día y medio sin cumplir con los reglamentarios tres días (así como estuvo Jonás en el vientre del gran pez). Luego de autorresucitar visita a los discípulos en forma física y/o espiritual en diversos lugares según el protoevangelio que se lea tras lo cual se autoenvía muy muy lejos al lugar en donde estaba desde siempre y se sienta a la derecha de sí mismo. BIBLIOGRAFÍA Deschner, Karlheinz “Historia Criminal del Cristianismo” (47 Tomos) Rodríguez, Pepe “Mentiras Fundamentales de la Iglesia católica” Mondolfo, Rodolfo “Los Bonobos: Pongo-Homo o Pongo-Mono?” Femo, Blas “¿Están vivos los Manuscritos del Mar Muerto?” Kubica, Robert “¿Cómo sumaban los sumerios?” Notas al final:

Manuscritos de Nag Hammadi: Evangelios gnósticos como el de Tomás, Santiago, Felipe, etc. 2 En realidad no se trata de un evangelio sino de al menos cuatro evangelios. 3 Tal vez en el futuro se siga descrifrando este valioso documento y sepamos más de este sorprendente mesías. 4 Este mesías sorprendería bastante a los judíos que esperaban a alguien que los librara del yugo romano (como decían las escrituras) y no un predicador y filósofo perdiendo el tiempo repartiendo milagritos en vez de encabezar la liberación y gobernar el reino de Dios. 5 Siempre eran doce, si alguno se retrasaba AA tenía suplentes que lo reemplazaban en el acto, cubriendo la vacante temporalmente. 6 AA muere el viernes al atardecer cuando comienza el sábado. 7 Llamado por algunos Mithra el grande o Mithra Legrand. 1

GUSTAVO OLAIZ - gsolaiz@gmail.com 175

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EL INFIERNO S.R.L. “Señor Juez: Jamás pensé que podía pasar esto. ¿A ud. le parece? Antes se podía caminar por estas tierras infernales esquivando las oleadas de fuego sulfuroso que allá abajo en los valles, incendiaba el alma de los impíos. Incluso se podría decir que esto le agregaba una cuota de adrenalina a la cosa. Soy un alma errante que vaga desde antaño por estos parajes que fueron la pesadilla y el horror de todos los hombres justos que en la Tierra vivieron. He sufrido todos los tormentos que en este lugar me han tocado, pero esta “Nueva Ola” es indignante. Uno camina entre restos de electrodomésticos, carcasas de computadoras, botellas plásticas y restos de cotillón descartable. Los demonios ahora se dedican a hacer “bussiness” en vez de torturarnos hasta decir basta. Créame las llamas ya no arden como antes. Fíjese, Señor Juez, que han reacondicionado las orillas de los ríos infectados con sangre y órganos putrefactos por donde llegan las almas de los muertos y ahora han puesto una serie de tiendas o “stores”. Los impíos son recibidos por amables “promotoras” (porque ahora les llaman así a los antiguos demonios de la carne y la lujuria) que los invitan a pasar para que consuman todo tipo de souvenires antes de ser enviados a las sucesivas cámaras de tortura. Recuerdo que antes en ese lugar, funcionaban unas parrillas en las que los condenados eran puestos sobre brasas que hacían arder el cuerpo desde adentro para dar sólo una muestra, al que llegaba, de lo que eran capaces aquí abajo. Ahora, cuando ingresan en esos “stores”, les cuelgan unos simpáticos collares hechos de huesos, con calaveritas que sonríen y sacan la lengua. Y qué decir de las ridículas galeras de cotillón rojas o naranja flúo con cuernos de terciopelo rellenos con guata. Acto seguido les dan una bolsa de promoción junto con un mapa de los distintos “Parques Temáticos”, en uno de los cuales la atracción principal es el “Tren fantasma” donde las almas errantes que supieron ver su gloria apareciendo en abandonados caserones de la Tierra para asustar a cualquiera que por allí pasara, ahora visten unos ridículos atuendos haciendo una triste pantomima del espanto. Estas bolsas incluyen además una guía de “countries”, “aparts” y “resorts” en los que pueden pasar una “agradable estadía”. La Avispa 50 176


Humor

Estos “Aparts” tienen habitaciones con vista a “La Garganta del Diablo”, pero a la de acá, a la verdadera; no esa que promocionan en la Tierra cuando se está vivo. Esta, es la verdadera porque Lucifer en su metamorfosis, abre su garganta a dimensiones kilométricas. Allí se puede ver el espectáculo de los cuerpos sufrientes que emergen en medio de gritos imposibles de escuchar, mezclados con una cascada de sangre que fluye en torrentes interminables junto a alimañas de todo tipo. Restos humanos en descomposición y criaturas tan horribles que no se llega a saber cual fue su híbrido origen, se suman a este verdadero espectáculo natural. Este torrente desemboca en un abrevadero que Lucifer abre en su propia carne a la altura del vientre, donde los cuerpos se derriten mezclados con sus jugos gástricos y luego los absorbe para comenzar nuevamente el ciclo. Puede decirse que esta maravilla todavía conserva algo del viejo espíritu del Infierno. A veces me detengo a mirarlo y experimento una sublime sensación de melancolía por los tiempos pasados. Igual me han llegado comentarios de que a este lugar lo están por reformar y van a poner algo así como unas caídas de sangre “flúo” para montar un espectáculo de “Sangres Danzantes” al ritmo de una música animada y festiva. Entiendo, Señor Juez, que este tedioso ejercicio de la nostalgia puede no interesarle en absoluto, pero le juro que en mis tiempos la cosa era distinta. El mismísimo Satanás junto con sus huestes infernales, recorrían personalmente cada rincón de este sitio. ¡Y guarda que no estuviéramos cumpliendo con el tormento que nos habían designado! ¡Ahí si que la cosa se ponía complicada! Si al pasar los Altos Mandos del Infierno ya nos habíamos acostumbrado al martirio y al dolor, nos llevaban con unas tenazas de las pestañas hasta la cima del Monte más alto y más antiguo. Y desde allí nos despeñaban. Mientras íbamos en caída libre éramos interceptados por un águila (la misma que devoraba el hígado de Prometeo) que nos tomaba por el abdomen y con su pico nos destrozaba hasta dejarnos caer partidos a la mitad. Una vez abajo nos encontrábamos a la orilla de un océano de sangre negra que remitía permanentemente desechos humanos de toda clase. Ahí aparecían unas bestias deformes que se llevaban esos restos para fabricar el combustible que alimenta las calderas desde donde se distribuye el fuego que llega a todas partes. Estos engendros nos remitían, cortados por la mitad, al taller de los Viejos Demonios Remendones en donde éramos cosidos con hilo de tendón humano. 177

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Humor

Y no le cuento lo que dolía ser atravesado por las agujas que esos brutos despiadados tenían. Luego de esto nos reasignaban un nuevo sufrimiento. Lejos quedaron esos tiempos, frente a estos en los que cada región del Infierno ha sido entregada en comodato a grandes “holdings” empresariales que se han apoderado de cuanta tierra explotable quedaba por acá. Ahora, cuando los condenados llegan, muestran sus credenciales y si poseen la suficiente solvencia los sientan en una rueda de negocios para franquiciar una parte, región o lote. Ahí se les explica los beneficios de poseer “en exclusividad” alguna de las oportunidades que quedan en cartera. ¡¿A usted le parece?! Fíjese usted, Señor Juez, que el tan temido Príncipe de las Tinieblas, se presenta con su maletín, como si fuera un Agente de Bienes Raíces, y en una sala de conferencias adecuada a tales efectos con un proyector de imagen y pantalla gigante, les ofrecen las propiedades que quedan disponibles. Porque, como lo he escuchado decir habitualmente, “ya nos está quedando muy poco”. Allí, los poderosos magnates que fueron enviados aquí por sus pecados, son convidados con el mejor champagne, un excelente “catering” y acompañados por unas hermosas secretarias que se les proveen por el hecho de acceder a esta ronda de negocios. Les exhiben una proyección (de la que no me atrevo a mencionar los famosísimos actores que se prestaron para hacer este filme) en la que se cuenta cómo desde hace ya muchos años quisieron darle un impulso nuevo a este Infierno que estaba siendo, cada vez más, un lugar que empezaba a tornarse “demodé”. Le resumo lo que contiene este video: primero muestran que construyeron clubes exclusivos y canchas de golf para los millonarios que se quejaban por el trato descarnado que aquí se les daba. Luego comenzaron con una novedosa política de “atención al cliente”. Al ver que esos lugares eran consumidos más y más, dada la gran cantidad de “nuevos ricos” que aparecían en la Tierra, la industria fue en aumento. Como la capacidad de estos lugares fue colmada, empezaron a construir barrios privados para que estos magnates no se mezclaran con lo réprobos comunes. Estos barrios contaban además con seguridad privada que les proveía el lugar (le aclaro que las empresas de seguridad también habían sido licitadas y eran controladas por otros magnates). Esa “Seguridad” eran unos demonios terribles, los más despiadados que haya conocido alguien alguna vez, y como ve ellos también tuvieron que sacrificarse siendo La Avispa 50

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Humor

vestidos con ridículos uniformes y estúpidas gorritas con visera y el escudo de la empresa. Me acuerdo que uno de ellos se quiso rebelar y terminó, fíjese ud. lo que fue su destino, enviado al Cielo en donde fue convertido en ángel guardián de los recién nacidos. Después de eso los otros no tuvieron opción. Por último esa proyección muestra cómo pasaron a la venta indiscriminada de espacios para instalar grandes mercados de abastecimiento, restaurantes de comidas rápidas y edificios dedicados a la estética en general. Una vez terminada la proyección, los que ya se han decidido por algún ramo de los que se comercializan, firman un contrato de explotación “Ad Eternum”, “Ad Infernum”, por el que deben abonar un canon a la Oficina de Fiscalización de Espacios Cedidos por “El Infierno S.R.L.”. Allí los felices acreedores a la explotación de estas flamígeras tierras celebran junto a Satán con champagne y se toman fotografías junto a Él como recuerdo del evento. Incluso desde hace algunos años han ido más allá con este tipo de negocios y crearon lo que se conoce en la tierra como “Cementerios Privados”. ¡Pero mire usted en qué se ha convertido esto! Los demonios que antes eran mandados a la tierra a atormentar el alma de los hombres con todo tipo de tentaciones y dudas existenciales ahora tienen el trabajo de difundir y vender estos espacios desde los cuales, una vez muertos, llegan en un crucero privado y no por el río común de los muertos poblado de atrocidades por donde uno lo mire. 179

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Humor

Es por esto, Señor Juez, que ya me es imposible seguir aquí. A nadie se lo atormenta como antes. Ahora, a todos los que andábamos más o menos sin rumbo, nos han dado la tarea de vestir uniformes y barrer los parques de diversiones que aquí se han instalado. Atendemos los “minishops” de las estaciones de servicio y las casas de comidas rápidas. Somos empleados en grandes cadenas de hipermercados y entregamos folletos en la entrada del Infierno a los ilustres millonarios que llegan aquí sólo para perpetuar la vida que llevaban en la Tierra. He cometido muchos errores que me condujeron a este lugar en donde antes uno podía ser torturado como es debido. Pero lo que está sucediendo ahora es indignante. Por esto, Señor Juez, dejo escrito de mi puño y letra este testamento final en donde expongo las razones por las que pienso suicidarme. Me arrojaré desde el Monte más alto y más antiguo en donde funciona un parque acuático. Así que ahora voy a allá a fingir interés en esa estúpida estructura para poder acceder al Despeñadero de las Almas, eludiendo niños en malla y mujeres charlatanas que esperan su turno para bajar escandalosamente por los toboganes de agua. A ver si de una vez por todas tengo la suerte de caer y que el águila me destroce con su pico por completo. Tal vez pueda ponerle fin a mis días, aunque más no sea, como combustible de estas llamas ultrajadas por los grandes sistemas de aire acondicionado que han instalado. Espero, por último, que mi sangre y mi cuerpo sirvan para quemar, al menos un instante, a algún magnate que disfrute de un baño en su jacuzzi, en este lugar de tierras tibias que alguna vez se llamó Infierno.”

ALEJANDRO MUÑOZ

(alemunioz@gmail.com) www.jackylasmujeres.blogspot.com www.saposyzafiros.blogspot.com (Mar del Plata) Ilustró: Débora Pereyra

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Reseñas

Luis Escobar “Pulmón de manzana” de Susana Trajtemberg y Rafael Altamirano

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Cuentos y relatos

PULMÓN DE MANZANA Mario Altamirano - Susana Trajtemberg Editorial Martín 2010

Por LUIS ESCOBAR

La vida pasajera - Susana Trajtemberg La vida pasajera que tanto vuelve a los Moldes, a su poema inicial, pluraliza ese diseño de vivir para que la nombren, para estrenar sus pies en el río. Dice la poeta “cómo saber si éramos un rasgo o un suspiro caminando juntos siendo nada” o será cuando la vida nos sorprende por debajo de algunas cosas despobladas, donde habitamos sin recordar, solo por mero pasaje, o “por la cicatriz que maliciaba en sus ojos”. Cuando uno recuerda por almanaques, por un “rouge”, por las vivencias de “Kafka” deslizarse lentamente hacia las puertas… Cuando dice No, “no lavaré mármol de lápidas ajenas”. Esa “Obsesión” que “anda sin prisa como si al tener toda una vida para suicidarse le sobrara el tiempo”. Cuando la vida, esa germinación, ese inicio de viajes, pero aún así con “los niños que no me nacieron” con esa impronta de imaginar un hueco en la semilla, o cuando en su poema Piel Canela nos dice: “un pasar de página, un parpadeo apenas y apostar al olvido”. Será que no podremos discutir o ponernos de acuerdo por cada uno de los instantes de la vida, será por eso que la nombramos viaje, “rumbo ajeno” donde cada uno resuelve como existir, o como dice la poeta “en la contradicción bosquejo un personaje a quien imito” o para finalizar encontrándose uno mismo frente a esa memoria de algún tiempo, donde “al correr hacia un objetivo llego antes que mi misma, después dejo mis zapatos y no queda rastro de haber llegado”. La Avispa 50

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Cuentos y relatos

El Solista - Mario Altamirano El solista es quien ejecuta el énfasis de la pregunta. Así inicia la musicalidad de su interior hacia los fondos, para que no se pueda ignorar todos los “colores de parto”, eso que golpea oculto pero que se transforma bellamente para dejar en claro que la vida comienza cuando “el niño que se ocupa de latirle en el vientre”. Aún así, sin imaginar su destino, ese lugar “donde van las cigüeñas cada tanto a llorar”,donde duele estar “tatuados” cuando dice en su poema “éramos de piel transparente y la tallamos”, acaso para no sospechar ese otro mundo que convive tan cerca de nosotros, en esa “guardia de ceniza” en esos “sudarios donde anduvo tu cuerpo desclavándose”. Prosigue luego “¿Quién es este paciente que no reza?”, cuando “arde una eternidad de pueblo en las terrazas”, cuando dice “ hubo un árbol aquí bajo estas fechas muertas que nadie sepultó”; ¿Elegirían los pájaros confiscar otra altura?... Y cómo no escuchar redobladamente a esos hombres, ese nombre “condenado a volver” “o ese poema de Manzi lloviznado por tu última voz”. Recordar aAmérico Álvarez diciendo “hay luz en tu casa para que no amanezca, para que puedan secarse despiertos tus poemas”. En esas “escenas de la vejez y otros pájaros” donde podremos escuchar “y cuando llueva leeré el final de las viejas cartas”. Luis Carlos Escobar luislupreste@yahoo.com.ar 183

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Índice Editorial, Recortando a Nuestros Colaboradores y Reportaje Localísimo con motivo del Nº 50 ....... pág 3 Entrevista Cristina Monteoliva por Luis Benítez ............... pág 23 Poesía ........................................................ pág 31 Carabelli / Leal / Charpentier / Barbarito / Pinilla / Dipré / Pimentel / Cartaginese / Acosta / Mendiry / Redondo / Tissoco / Druille / Sánchez / Delgado / Márquez / Salvador / Pérez Álvarez / Albert / Coppié / Toniolo / Cuentos y relatos ................................................. pág 51 Battiston / Silva / Ludueña / Mourelle / Orcoyen / Salas / Aramendi / Castañeda / Arregui / Aznar / de la Torre / Nota y ensayos La Palabra: Un viaje de ida y vuelta por Aldo Novelli ............................................... pág 78 ¿Aporía y Creación por Julio Bepré .............................. pág 87 Los amores difíciles de Italo Calvino por Rodrigo Ramos ............................ pág 90 Rosario: una ciudad literaria por David Fuks .............. pág 97 Dar la cara ............................................................ pág105 Di Vita / Tasada / Fotografía por Gustavo Ciancio ............................... pág 109 Cine y TV por Gabriel Cabrejas ............................ pág 115 Notiavispa ........................................................... pág 123 Plástica ............................................................... pág 137 Diana Akselman Teatro ................................................................... pág 141 Alejandro Gómez por Gustavo Olaiz Talleres .................................................................. pág 149 El Rincón de los bajitos .......................................... pág 161 Humor ................................................................. pág 171 Bianchi Pecaut / Ninalquín / Olaiz / Muñoz / Reseñas ................................................................. pág 181


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