Escenas Mínimas

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Alejandro Gómez

ESCENAS MÍNIMAS TEATRO BREVE

La gorda Berta (y el Héctor) Un río llamado Lola Monólogo interactuado Sex Shop Monólogo de humor


Alejandro Gómez

Escenas Mínimas Teatro Breve

La gorda Berta (y el Héctor) Teatro breve

Un río llamado Lola Monólogo interactuado

Sex Shop

Monólogo de humor

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Alejandro Gómez

Alejandro Gómez

Escenas Mínimas Teatro Breve

La gorda Berta (y el Héctor) Teatro breve

Un río llamado Lola Monólogo interactuado

Sex Shop

Monólogo de humor

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Registro de Argentores: "Un río llamado Lola": Nº 103007 "La Gorda Berta"; Nº 094251 "Sex Shop" DNPI Nº 222475

Queda hecho el depósito que marca la Ley 11723 de Propiedad Intelectual. Prohibida la reproducción sin autorización del autor. IMPRESO EN ARGENTINA EDITORIAL MARTIN - 2002 e-mail: EditorialMartin@speedy.com.ar ISBN 987-543-123-X Se terminó de imprimir en los talleres de Multicopy, sitos en calle Catamarca 3002 de la ciudad de Mar del Plata, a los 30 días del mes de agosto de 2002. 6


Alejandro Gómez

A mis afectos: Fernando, Natalia, Alejandra y Dana mis hijos Otilia mi mamá Fernanda mi última utopía

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Alejandro Gómez

Comentarios del autor Escribir es el sueño más íntimo. Comenzar la trama, buscar su desarrollo y resolver el conflicto no es tarea sencilla; tampoco es fácil salir indemne de esa aventura. Uno libera la imaginación, se abandona a la creación, y expone emociones propias al servicio de personajes que transitan testimonios de algún secreto perdido en los pliegues de la memoria. Hay quien dice que se escribe para contar lo que uno es. No puedo asegurar que sea verdad. Pero sí puedo afirmar que se sufre, se ríe y se llora mientras se acompaña a estos seres que se desplazan por la ficción, exhibiendo virtudes y bajezas, llenos de lamentos o plenos de alegría, mientras presumen de ocultas facetas, que nos avergüenzan o nos dejan henchidos de placer. No es fácil hablar de un personaje, es tan difícil como hablar de un hijo; uno disimula los defectos y agiganta las cualidades. Es nuestra creación, la proyección utópica de nuestros ideales y una vez lanzado a su propia historia, solo queda acompañarlo y desearle la mejor de las suertes. Por eso, hoy concluyo con las correcciones y pongo a consideración del lector, los conflictos y resoluciones que mis personajes vivencian a través de conductas que han sido concebidas para ser jugadas sobre un escenario.

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Alejandro Gómez

Prólogo

Principios del 2001. Un hombre llega a mi estudio de Formación Actoral. Es de baja estatura, inquieto, no puede contenerse y mientras espera la entrevista; escucho que habla y habla y le hace preguntas y comentarios a un administrativo del teatro. Lo hago pasar, camina rápido y antes de sentarse comienza a hablar nuevamente. Imparable. En sus ojos hay expectativa, en su boca fina y ancha, palabras y preguntas. En su interior más preguntas y palabras. Intuyo su desorden, salen ansiosas... Expresa su necesidad de manifestarse a través del Teatro y es grande mi sorpresa al escuchar que no quiere ser actor, solo viene en busca de perfeccionar su trabajo como autor. Inteligente. Me dice que como autor quiere conocer el trabajo desde adentro, desde la vivencia. Quiere conocer con su cuerpo como construir la acción dramática... Pienso: “qué ganas de crecer” ... muchas ganas a la vida. Pero me espera otra sorpresa; toda esa energía nace de un hombre que pasa los cincuenta años, pero que al expresarse parece mucho más joven. Admirable. Porque su experiencia de vida combinada con inteligencia y esas ganas... ¡Pueden hacer que una persona así, realice lo que se proponga! (Siempre y cuando no lo venza su ansiedad) Tanta pasión pone... y lo conozco, Alejandro Gómez se llama. ¿Qué sé de él?¡Qué sé yo de él! El arte es un camino de prueba y error y nos vamos encontrando, directores con autores, y actores con directores y con textos y entre todos, algunos, hacen resonar “algo” que llega al público. El autor y su crecimiento dependen, en gran parte, 11


de que su texto sea puesto en escena. De que sus textos tengan la oportunidad de que actores y directores lo elijan. O que su obra sea seleccionada en un certamen. Tal es el caso de Alejandro Gómez, cuya obra “La Gorda Berta” (y el Héctor) tapa de este libro, fue seleccionada en el Certamen Provincial de Teatro Breve 6X6X6 año 2000 en la ciudad de Mar del Plata. De manera que cuando llegó al estudio ya tenía una obra estrenada, y esto lo había incentivado para seguir... y siguió. Hace dos años que desarrolla su tarea actoral junto a nuestro grupo, mientras agregó a su producción tres nuevas obras. Respecto a sus textos, los personajes están llenos de espontaneidad. Son desesperados, pero no actúan en forma desesperada, están habituados a la desesperación y se toman las cosas a la liviana, porque de otra manera se convertirían en suicidas. No tienen muchas salidas y se conducen como si estuvieran acostumbrados a sobrevivir, buscando soluciones que generalmente los hunden cada vez más. ¿Qué más puedo decir? Que siga... Que siga en el camino del Teatro.

FREDDY VIRGOLINI

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Alejandro GĂłmez

La Gorda Berta (Y el HĂŠctor) Teatro breve

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OBRA SELECCIONADA CONCURSO PROVINCIAL DE DRAMATURGIA

6x6x6 SUBSECRETARÍA DE CULTURA DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES TEATROS AUDITÓRIUM Y ROBERTO J. PAYRÓ CIUDAD DE MAR DEL PLATA AÑO 2000

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Alejandro Gómez

LA GORDA BERTA (y el Héctor) Fue puesta en escena el día 23-12-2000 Teatro Auditórium – Sala Ástor Piazzola El elenco estuvo integrado por los siguientes actores:

Berta Natalia Escudero Héctor José Luis Britos Paciente 1 y 2 Esteban Padín Ensambles Facundo Mosquera Andrés Burgos Vestuario y escenografía Fabiana Pojatti Dirección General Claudio García

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A todos, mi agradecimiento. En especial a Claudio García, un director joven con un enorme talento, que me “abrió” la cabeza, orientándome a descubrir las visiones de aquellos que conforman un espectáculo teatral: autor, director, técnicos, actores y público. Conocimiento que me llenó de entusiasmo y me dio enorme impulso para seguir escribiendo.

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LA ESCENOGRAFIA: Antesala de un consultorio, dos puertas, en un rincón una especie de altar con algún adorno esotérico y en el otro extremo un pequeño escritorio y dos o tres sillas desparramadas. Un fondo suave de música brasilera, con predominio de tambores. LOS PERSONAJES: LA GORDA BERTA: Su vestimenta es un vestido largo bien apretado y un turbante que la hace aun más alta, cargada en joyas de fantasía, muy groseramente pintada y convencida de que es un personaje (Es una mina golpeada, caradura, en la pendiente, buscando una oportunidad... aunque sea de comer) A pesar de todo tiene claro lo que se puede y lo que no se puede. EL HÉCTOR: Un tipo pequeño, vestido en forma ordinaria y no muy a la moda. Su personalidad es la de un “Busca” y parece estar enamorado de Berta PACIENTE 1: Vestido ajustado y modales muy...muy delicados. PACIENTE 2: En lo posible un “Gemelo” del 1 (Peinado, gestos y ropa).

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COMENTARIO Es una realidad que posa desnuda de valores ĂŠticos, donde en repetitivas escenas de soledad y marginalidad, emergen estos personajes pertenecientes a la clase social mĂĄs pujante en la Argentina: los sobrevivientes.

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LA ACCIÓN El Héctor camina por el escenario, se le nota nervioso, se detiene y revisa unos papeles sobre la mesa que hace las veces de escritorio, impaciente pregunta

EL HÉCTOR: ¿Te falta Mucho? Mirá que ya es la hora... LA GORDA BERTA: (Fuera de escena) Ya estoy... Ya estoy... El HÉCTOR: (En voz alta) No sé por qué motivo me hacés poner horario en los avisos. (Pausa) Mujeres... Siempre termino metido con mujeres.(Pausa) Ja.. ¡Como si fuera tan fácil entender a una mujer! LA GORDA BERTA: (A los gritos) Héctor, tratá de pensar que yo no soy una mujer... Sabés cómo es el negocio, al menos no soy una mujer cualquiera. Soy una vidente... una pitonisa. EL HÉCTOR:

Dale gorda, ¡Yo sé que tenés 21


La gorda Berta ( y el Héctor)

que jugar a ganador! Pero no me vengas a enroscar a mí también. (Pausa) ¿Cuánto te falta? LA GORDA

BERTA: Ya termino, me estoy dando un toque de mística.

EL HÉCTOR: LA GORDA

¿De qué...?

BERTA: De misterio che... de misterio

EL HÉCTOR: (Refunfuñando hacia el público) Nosotros vamos a ser un misterio si no arreglamos con la “cana” ¡Hace dos semanas que estamos publicando! (Impostando la voz, proclama a los gritos) “¡BERTA, La única, la verdadera, la incomparable! ¡Conozca su destino! ¡Rescate su pasado! ¡No equivoque su presente!” (Pausa, explica) ¡Ya vinieron tres veces a buscar la cometa! Y vos... dale con el misterio, ¡Misterio nos van a dar! 22


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Aparece la gorda Berta en el escenario, se pavonea delante de Héctor y pregunta. LA GORDA

BERTA: ¡Ya está! ¿Qué te parece?¿Qué tal? ¿Te gusta? ¿Qué me decís ahora?

El Héctor la mira y ella da un par de vueltas, mostrándose. Él observa. Luego de un reconocimiento general hace un gesto de aprobación. EL HÉCTOR: La verdad, si no te conociera (Baboseándose) ¡Estás bárbara...! Berta camina unos pasos a cada lado y muestra las bondades de la vestimenta LA GORDA

BERTA: Cambié de “pilchaje” ¿Te fijaste? ¡Si con ésta no zafamos...!

EL HÉCTOR: Sólo a vos se te pudo ocurrir la idea de esa vestimenta... 23


La gorda Berta ( y el Héctor)

LA GORDA

BERTA: Fijate que estoy un poquito hinchada por los nervios, pero no vas a negar que doy el tipo. También... ¡Con estas mudanzas, hasta el cerebro debo tener dilatado!

EL HÉCTOR: Te lo digo en serio, si no te conociese, ¡hasta yo me hago adivinar la suerte! LA GORDA

BERTA: Vos la suerte la tenés echada “Cortito”, desde que te asociaste conmigo sabés que las chances son buenas.

(Héctor le mira el trasero con cariño y murmura en voz baja) EL HÉCTOR: Con una sola chance me conformo... LA GORDA BERTA: ¿Qué? (Con picardía) ¿No te gusta el resto del entorno? 24


Alejandro Gómez

EL HÉCTOR: ¡Cómo...! Si no me gustara... ¿Te parece que estaría aquí? ¡Cómo es la vida! Ayer sin un mango. ¡Hoy vestido nuevo! ¿Qué te dice eso? LA GORDA

BERTA: ¿qué te dice?

No sé y a vos

EL HÉCTOR: Que somos una empresa, un microemprendimiento, una corporación de dos. El talento y la creación, French y Berutti, Coca Cola y Mc Donald´s, eh... (Piensa) Maradona y Palermo, eeh... (Se concentra) Borges y María... María...bueno y María, eeeh LA GORDA

BERTA: ¡Pará Loco...! ¿Qué tomaste? ¿De la buena tomaste...? ¿Qué estas diciendo?

EL HÉCTOR:

(Entusiasmado) Gorda... 25


La gorda Berta ( y el Héctor)

¿Alguna vez saliste en los diarios? LA GORDA

BERTA: ¡Cuando me remataron los muebles! ¿Te acordás? El diario decía: (con ironía) Casa Panzeri contra/ Matilde Berta de Crocci. (Pausa) ¡Flor de hijo de puta el “Ruso”! En donde me atrasé dos cuotas ¡casi me remató hasta el canario...!

EL HÉCTOR: No gorda, no... ¡Te hablo de lucirte en el diario! No de un remate judicial... LA GORDA

BERTA: así no...

Aaaah no,

EL HÉCTOR: Bueno ahora te lucís con publicidad en la prensa escrita, Mirá... Mirá. (Mostrándole las páginas de un diario) Hasta con foto salís! 26


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LA GORDA

BERTA: Mientras no salga en policiales...

EL HÉCTOR: ¡Vamos gorda! ¿Y cuándo te pidieron citas telefónicas rogándote un momento de tu tiempo? LA GORDA

BERTA: Nunca...bueno nunca antes de esto...

EL HÉCTOR: Bueno... (Con énfasis) Hoy como todos los días tenemos clientes, perdón... pacientes que han pedido hora. LA GORDA

BERTA: (Se persigna y pregunta) ¿Cuántos...?

EL HÉCTOR: Cuatro o... (Dudando) cinco, está anotado. (Señalando la mesa) Pero eso no tiene importancia ¡Pues ahora viene lo más importante! (Irónico)¿Alguna vez tuviste relaciones con las 27


La gorda Berta ( y el Héctor)

fuerzas del orden? LA GORDA

BERTA: quién...?

¿ C o n

EL HÉCTOR: Con la “cana” nena... con la “cana”. LA GORDA

BERTA: Bueno...una vez salí con el Sabino...

EL HÉCTOR: LA GORDA

¿Y quién es el Sabino...?

BERTA: El milico che, el marido de Maruca ¡La panadera...¡ (Pausa) ¿Te acordás cuando el “Pollo” me dejó? Que me prometió piñas. (Soberbia) ¡Por las dudas me abroché con el Sabino! (pausa) Viejo de mierda (Pausa) Psss... Después no me lo podía sacar de encima... 28


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EL HÉCTOR: ¡No hablo de eso Gorda! Hablo de relaciones carnales con la taquería... de hermandad, de camaradería... LA GORDA

BERTA: esas no...

aaaah no... de

EL HÉCTOR: Bueno, ahora las tenemos. Nosotros laburamos y ellos nos protegen. (Explica lento) Pero... si no lo hacemos (Haciéndole gestos con las manos) ¿Me “catás” Gorda? ¿Lo de carnal...? ¿Me “Catás”? Nos van a llenar de moretones si no ponemos la guita de esta semana. LA GORDA

BERTA: sí

aaaah... ahora

EL HÉCTOR: Bueno... para ellos soy tu socio. Mirá la tarjeta Héctor M. Pérez, Socio Ejecutivo y Re29


La gorda Berta ( y el Héctor)

presentante. ¡Como Lecture! ¿Viste? Él lo representaba al boxeador y lo hacía campeón ¡Y cobraba una cañota! Bueno...aquí es lo mismo, yo te represento y voy a un porcentaje. LA GORDA

BERTA: “Cortito...” vos... sos un «fiolo...» ¡Te la llevás fácil, te la llevás...!

EL HÉCTOR: Sííí...(Haciendo aspaviento) !Los apretones de la “Yuta” también me los llevo fácil! Cuando hay problemas... allí está el Héctor M. Pérez poniendo la trucha. (Pausa larga) Para vos... ¡todo es fácil! LA GORDA

BERTA: Y querido ¡Algo tenés que hacer! (Dando por terminado el tema pregunta luego de una pausa) 30


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A los “Chavones” ¿A qué hora les diste turno? EL HÉCTOR: LA GORDA

A partir de las cinco.

BERTA: ¿No?

De la tarde

EL HÉCTOR: No... ¡Sí, me voy a levantar a las 4,30 para servirles el desayuno ¿En qué andas pensando...? LA GORDA

BERTA: Si te digo la verdad, en tu tarjeta; El Héctor te lo conozco, el Pérez desde la cuna, pero la M ¿Qué significa?

EL HÉCTOR: Eso mismo (deletreando) Héctor M. Pérez así me llamo, ¿Qué querés que haga? LA GORDA

BERTA: Pero la “M” es una letra y las letras por lo regular tienen letritas que la siguen 31


La gorda Berta ( y el Héctor)

atrás y hacen un nombre que a veces no nos gusta (pregunta la gorda con malicia) EL HÉCTOR: ¿Para qué sos “Vidente!? ¿Qué tenés? ¡Dos dientes! ¡Adiviná! ¡Si sos pitonisa adiviná! Mario... Marcelo... Mariano, mirá cuantos nombres pueden ser con “M” LA GORDA

BERTA: N o . . . Tu nombre debe ser muy raro para un «Taura» como vos...

EL HÉCTOR: ¿Qué sabes vos? (Héctor se queda serio) Anduviste revisando el bolso (Enojado) ¡Claro! Ahora me doy cuenta, revisaste el bolso y encontraste los documentos, ¡Gorda "Ortiba"! Ni a mi hermana se lo he dicho... y si lo llegás a contar se termina la sociedad. (Calmándose, en confidencia y aflojándose) Mi vieja quería 32


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nena y cuando me vio no se pudo resignar ¡¡Maruja me llamo!! (Aclarando) ¡Pero bien hombrecito que salí! (Sin poder contener la risa la gorda lo goza con el nombre) LA GORDA

BERTA: ¡Con razón en verano usabas las dos piezas!

EL HÉCTOR: (Indignado) ¿Cómo dos piezas? LA GORDA

BERTA: Acordate... pantaloncito corto con medias tres cuartos, ¡mas ridículo que caballo con plumas...! (Se ríen)

EL HÉCTOR: ¿Y cómo encontraste los documentos...? LA GORDA

BERTA: En realidad no los encontré, lo adiviné... 33


La gorda Berta ( y el Héctor)

EL HÉCTOR: ¡Vamos gorda! ¡Conmigo no! LA GORDA

BERTA: En realidad, yo solo te sembré la necesidad. ¡Como decir me lo dijiste vos. ¿Te das cuenta cortito para que sirven los cursos de parapsicología? ¡Para aprender a pescar «Gilunes» como vos!

EL HÉCTOR: ¡Sos una ídola gorda! Te juro que si no nos salvamos con ésta... ¡De verdad...! ¡Me pongo a buscar trabajo! LA GORDA

BERTA: Anda... eso es lo mismo que decir que yo voy a hacer dieta... (Pausa) ¡Hace cinco años que te lo escucho decir! (Rebuscando entre las cosas de un canasto encuentra una foto y su expresión cambia) ¡Si me viera el Ricardo! Un ataque de presión le daría al turro... pensar 34


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que se llevó hasta las almohadas... EL HÉCTOR: Loca, hace dos años que se rajó, cerrá el libro y fijate si podés escribir una historia nueva, (Haciendo un poco de aspaviento declama) ¡Partenaire no te falta! ¡Si pusieras un poquito de voluntad! LA GORDA

BERTA: ¿Ves? ¡Eso es lo que me da bronca! Tengo así de candidatos (Juntando los dedos de la mano) ¿Ves? Así de candidatos... ¿Por qué se tuvo que ir con un travesti? Explicame ¿a ver? ¿Explicame? (Enojada)

EL HÉCTOR: Bueno che... como explicar... (Pausa, encuentra la respuesta) Lo único que te puedo explicar es que los representantes estamos para ordenar el trabajo y ahora tenemos que trabajar, así que gordita, cambiá la onda. 35


La gorda Berta ( y el Héctor)

LA GORDA

BERTA: Claro, cambia la onda... ¡A vos porque no te quitó “nada”, pero a mí...! ¡Hasta el corazón se me llevó!

EL HÉCTOR: Bueno, creo que estás mirando muchas telenovelas mexicanas (Con cara de pícaro) Pero antes ¡lo refregabas diciendo que comías carne de ternero! LA GORDA

BERTA: No... pará... No era para tanto...

EL HÉCTOR: Vamos gorda, si te faltó darle la mamadera para criarlo. LA GORDA

BERTA: Che, ni que fuera una degenerada, tenía diecinueve años el pibe...

EL HÉCTOR: Tenés razón, (Riendo) exactamente cuatro menos que 36


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tu hijo... LA GORDA

BERTA: No me hagas acordar, que me lo voy a buscar...

EL HÉCTOR: ¿A tu hijo? (Pausa) ¿Ahora...? (Con extrañeza) LA GORDA

BERTA: No seas estúpido, el nene está con el padre. ¡A Ricardo voy a buscar...!

EL HÉCTOR: ¡Cómo se nota que no sabés apreciar lo que tenés al lado...! LA GORDA

BERTA:

¿Decías?

EL HÉCTOR: Nada... (Pausa) que algunos son unos terribles tarados... Berta se da vuelta y entra por la puerta de su consultorio. El Héctor la mira y comenta con admiración. Mientras reniega arreglando unos papeles. EL HÉCTOR:

Si esta boluda se avivara. 37


La gorda Berta ( y el Héctor)

(Pausa, enojado) ¡Veinte años hace que me tiene caliente! (Pausa, recordando) Veinte años que la veo patinar por todos lados. (Pausa larga, enojado) ¡Y ella lo único que sabe es hablar de ese pendejo de mierda (Pausa, poniendo voz finita, gracioso) ¡El padrillo de Ricardo! (Pausa) Maricón (Pausa) ¡Así chiquitita la debe tener...! (Haciendo el gesto de medir con los dedos) Entra Berta LA GORDA

BERTA: midiendo?

EL HÉCTOR: LA GORDA

¿Qué estás

Nada... pensaba.

BERTA: ¿Y esto? (Haciendo el mismo gesto de Héctor con los dedos) 38


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EL HÉCTOR: ¿Esto? No... era un cálculo. La proporción aritmética según estadísticas de cómo influye un «Chizito» en la cabeza de una bestia... ¿Comprendés? LA GORDA

BERTA: (Sorprendida) ¿Cálculos...? ¡Ni en la vesícula...! (Recordando sigue) – El Ricardo sabía un montón sobre cálculos, ja. Ese sí que la tenía clara. (Resignada) En seis meses me dejo en bolas y empeñada por dos años... ¡Mirá si calculaba!

EL HÉCTOR: Bueno gorda ¡Todos no somos iguales! (Por detrás de la espalda, sigue haciendo el gesto con los dedos) Si no, vos no me hubieras buscado para socio ¿Verdad? LA GORDA

BERTA: Tenés razón (Mostrándole una bola de vidrio) ¿Te gusta? La compré en 39


La gorda Berta ( y el Héctor)

una casa de electricidad, no me imagino la cara de los tipos cuando les diga (impostando la voz) ¡Dime señora de la verdad...! Con tu luz, respóndeme, mira a este ser humano, sensible, enamorado de la vida y contéstale si en algún recodo del camino encontrará, el descanso y amor que está buscando. (Contenta y pícara) ¡Pensá cuando prenda la luz adentro de la bola con esta perillita! Imaginate la cara, la ilusión que le voy a regalar, las ganas que le van a dar de encontrar a su amor, en la esperanza que voy a depositar en su alma, en...

EL HÉCTOR: ¡Pará gorda, pará... ¡Y si no encuentra nada ¿Qué hacemos? LA GORDA

BERTA: Y ¡Allí esta el negocio! El tipo tiene que volver y nosotros volvemos a cobrar, como los médicos ¿Viste? Así... 40


como los médicos.

Alejandro Gómez

EL HÉCTOR: Gorda, pero los médicos son médicos. LA GORDA

BERTA: ¿Y...?

EL HÉCTOR: LA GORDA

LA GORDA

¡Yo también

¡Fueron a la Facultad...!

BERTA: Yo a la academia de parapsicología ¿Y...?

EL HÉCTOR: LA GORDA

¡Y estudiaron...!

BERTA: estudié!

EL HÉCTOR:

Mirá vos...

¡Años estudiaron gorda...!

BERTA: ¡Qué estúpidos...! Yo dos semanas...

EL HÉCTOR:

¡Curan en serio...! 41


La gorda Berta ( y el Héctor)

LA GORDA

BERTA: ¿Te parece? Yo también curo.

EL HÉCTOR: No es lo mismo... (Suena un timbre) LA GORDA

BERTA: Vos dejame, atendé la puerta y dejame, que esto de curar corre por mi cuenta. Vos, cuando el punto salga con la cara llena de risa, abrí el cajón y guardá el abono de la consulta. ¡Yo te voy a explicar si curo!

El timbre suena con fuerza, la gorda corre hacia su consultorio y el Héctor acomoda los muebles, se retoca la vestimenta y abre la puerta. EL HÉCTOR:

¿Señor...?

PACIENTE 1: (Entra, se lo nota nervioso, muy atildadito y delicado al hablar) Perdone que lo moleste ¿Aquí atiende la hermana 42


Alejandro Gómez

Berta? EL HÉCTOR: Sí señor, ha dado usted con el lugar indicado. (Pícaro) PACIENTE 1: ¡Como no vi chapa en la puerta...! (Mirando hacia la puerta) EL HÉCTOR: Recién nos hemos instalado y estamos atrasados en los detalles. ¡Calcule usted! Luego de tanto viaje... (Pausa) La Hermana Berta con sus manos sanadoras ha recorrido América posando su don sobre la gente, buscando un lugar en donde descansar. (Pausa confidencial) “A pesar de que para ella su descanso es la curación” (Exclamando) ¡Y ha elegido este pueblo para ejercer sus dones! ¡Hay áurea! dice y está convencida de que es un lugar elegido por El Elegido, pero no pierda usted más tiempo con mi entusiasmo y vayamos a los papeles. (Lo hace sentar 43


La gorda Berta ( y el Héctor)

en su escritorio y le pide datos tomando debida nota). EL HÉCTOR:

¿Nombre y apellido?

PAC. 1:

Rolando Solo

EL HÉCTOR:

¿Rolando sólo?

PAC. 1:

Sí, Solo

EL HÉCTOR:

Bueno... Rolando.

PAC. 1:

Solo.

Lo mira al tipo y luego a los lados y repite EL HÉCTOR:

Sí, sólo... (Anota) ¿Dirección?

PAC. 1:

Los Cipreses 234

EL HÉCTOR:

¿Teléfono?

PAC. 1:

Doble 2, doble 2, doble 2, ja (Marca el JA final)

EL HÉCTOR:

¿Propietario? 44


Alejandro Gómez

PAC. 1:

(Con desconfianza) ¿Hace falta...?

EL HÉCTOR:

Nooo... de curioso nomás... ¿Edad?

Pac. 1:

Cuarenta y dos... (Coqueto) bueno... recién cumplidos ¿Vio?

EL HÉCTOR:

(Lo mira y contesta) En realidad... no se le notan ¿Estado civil?

PAC. 1:

Ay gracias, ¡Qué delicado!

EL HÉCTOR:

¿Estado civil?

PAC. 1:

“Maso”

EL HÉCTOR:

¡Maso... ¡ ¿Qué...?

PAC. 1:

Más o menos, por eso vengo a ver a la Pitonisa, necesito aclarar ideas, confrontar necesidades, aliviar culpas, ¿Me comprende?

EL HÉCTOR:

Maso... ( Duda y luego como sorprendiéndose pide perdón en 45


La gorda Berta ( y el Héctor)

un dialecto farroso) “Esquiusmis..” Si... ¡Cómo no le voy a comprender! ¡Si para eso estamos! Para ayudar... y comprender. Le alcanzo su ficha a la Hermana Berta, le limpio el áurea y directo al despacho de los milagros. (Hablándole al oído) En confidencia.... Si ella no lo logra... ¡Olvídese! Con presteza se dirige hacía a la puerta en que ha entrado Berta y golpea EL HECTOR:

¡Hermana...! ¡Hermana Berta por favor...!

Luego de unos instantes en donde juega miradas con el paciente, aparece Berta, Ha incorporado unos anteojos oscuros y en forma imperativa se dirige al tipo, tomándolo con ambas manos de la cabeza. LA GORDA BERTA: Estás totalmente energizado hermano. N e g a d o , polarizado (Levanta la voz) ¡Eres un rehén, un prisionero 46


Alejandro Gómez

PACIENTE 1.

EL HÉCTOR:

de ti mismo, un rechazado...! Sí señora, sí... Usted... ¡Usted cómo lo sabe...! (Murmura azorado el paciente) Y... ¡Es adivina!

LA GORDA BERTA: ¡Pobre ser humano lleno de dolor...! PACIENTE 1: ¡Sabe que sufro! ¡Es una Santa...! EL HÉCTOR:

Nooo (Exclama) Santa no... ¡A D I V I N A ...! Solamente adivina...

LA GORDA BERTA: (Aparatosamente se dirige a su ayudante) ¡Desmalézalo Héctor...! Conéctalo con el mundo de lo resplandeciente. Que penetre en él el aliento del Eterno y luego me lo envías. Héctor lo pone de espaldas mirando hacía el altar, le levanta los brazos y cerrando los ojos murmura oraciones incomprensibles. Comienza a limpiarlo de arriba hacía abajo rozándole los bolsillos con cara de picardía.

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La gorda Berta ( y el Héctor)

EL HÉCTOR:

Hachesi, hachesi, hachesi, nonomás, nonomás.

Mescapad, mescapad, mescapad. Nonomás, nonomás. Jacheno, jacheno, jacheno, nonomas, nonomas, nonomas. (Repite una vez más).

Terminado el rito Héctor se ve agotado y acompaña al paciente hasta la puerta EL HÉCTOR:

Acompáñeme por favor. (Golpea, mientras secando su transpiración comenta) No lo quiero asustar, pero lo suyo es fuerte de verdad, hace tiempo que no veía nada de tal naturaleza...

PACIENTE 1: (Asustado) Pero... de qué se trata. EL HÉCTOR:

Tenga calma, si ella no puede. Nadie podrá...

Se abre la puerta y se escucha la voz de Berta 48


Alejandro Gómez

LA GORDA BERTA: Hazlo pasar Héctor por favor... HÉCTOR: Ya lo ha encontrado (Comenta con alegría) ¡Es maravillosa! PACIENTE 1:

¿Qué...?

EL HÉCTOR:

El mal... ¡Tú, pasa, ya verás!

El paciente 1 desaparece tras la puerta. Suena el timbre, Héctor acomoda su vestimenta y abre la puerta. Debe quedar claro en este instante que los hechos y las acciones entre Héctor, el Paciente 1 y 2 son exactamente iguales a la vez anterior EL HÉCTOR:

¿Señor...?

PACIENTE 2:

(Entra, se le nota muy nervioso, muy atildadito y delicado al hablar) Perdone que lo moleste ¿Aquí atiende la Hermana Berta?

EL HÉCTOR:

Sí señor, ha dado usted con el lugar indicado. (Pícaro)

PACIENTE 2:

¿Cómo no vi la chapa en la puerta? (Mirando hacía la puerta)

Se corta la acción entre el Héctor y el Paciente 2, 49


La gorda Berta ( y el Héctor)

ambos actores deben estar “algo” alejados entre sí. Un haz de luz separa a Héctor en la escena para que éste pueda hablar hacía el público. La idea es que se establezca un diálogo entre Héctor y el público y Héctor y el Paciente 2, separando las acciones en intérvalos a través de luz y sombra. Las exclamaciones en la habitación son acalladas pero prosiguen, una música africana o brasilera con tambores comienza progresivamente en aumento. EL HÉCTOR: (Al público) El curro se nos ocurrió hace como cinco años, La gorda estaba doblada de hambre y yo ni pal bondi (Pausa) La idea se me ocurrió a mí, bah... ¡Se me ocurrió! En realidad la miré bien y me di cuenta que éramos el encastre perfecto, Berta la adivina y yo su secretario. El haz de luz se apaga y sigue con el paciente 2 EL HECTOR: Recién nos hemos instalado y estamos atrasados en los detalles, ¡Calcule usted...! Luego de tanto viaje. La 50


Alejandro Gómez

Hermana Berta con sus manos sanadoras ha recorrido América posando su don sobre la gente, buscando un lugar en donde descansar. (Confidencialmente) “ A pesar que para ella su descanso es la curación” (Pausa) Y por fin a elegido este lugar para ejercer sus dones. ¡Hay “Áurea”! dice y esta convencida que es un lugar elegido por El Elegido, pero no pierda usted mas tiempo con mi entusiasmo y vayamos a los papeles. (El paciente 2 se sienta en una silla y mientras Héctor saca una ficha para tomarle los datos. Se prende el haz de luz) EL HÉCTOR: (Al público) Apenas se lo dije apareció con un cubrecama envuelto en el cuerpo y la funda de la almohada enroscada en la cabeza, ¡Parecía un fantasma gordo y gigante! (Pausa) Me acuerdo que le dije: ¡Gorda! ¡Parecés un camión en piyamas! Y ella51me dio la versión de la ti-


La gorda Berta ( y el Héctor)

roides. (Explicando) En realidad ¡Menos tornillos, come de todo! Se interrumpe el haz de luz y sigue con el paciente 2 EL HÉCTOR:

¿Nombre y apellido?

PACIENTE 2:

Santiago Solo

EL HÉCTOR:

¿Santiago solo?

PAC. 2:

¡Sí...Solo!

EL HÉCTOR (hablando con el público bajo el haz de luz) Fue en un cambio de gobierno, Los que se iban estaban prendidos fuego y los que venían mucha agua no traían.(Pausa) Yo había laburado en la construcción, Berta en el tejido y terminamos juntos de fileteros en una fábrica del puerto. (Pausa larga) Después fue limpiar parabrisas, cuidar coches u oficiar de grupís en algún remate... Habla con el paciente 2 siguiendo la rutina de la luz 52


Alejandro Gómez

EL HÉCTOR:

.. solo ¿Dirección?

PAC. 2:

Los Cipreses 234

EL HÉCTOR.

¿Teléfono?

PAC. 2:

Doble 2, doble 2, doble2,

EL HÉCTOR: (Con el público) Con tanta suerte laburamos ¡Qué justo ese año se dejó de construir, las textiles cerraron y se acabaron los pescados! En realidad la idea fue mía, pero la esencia se la robé a ella. ¡De esta no nos salva ni Mandrake el mago! Dijo. Y no sé por qué, ¡Me la imaginé adivinando la suerte! Habla con el paciente 2 EL HÉCTOR:

¿Propietario?

PAC. 2:

¿Hace falta...?

EL HÉCTOR:

Noooo... ¡De curioso nomás...!

EL HÉCTOR:

(Con el público) La gorda hizo 53


La gorda Berta ( y el Héctor)

un curso, no pudimos pagarlo y yo le falsifique el diploma. Empezamos a “currar” en el departamento de ella, pero en el barrio nos conocía todo el mundo, así que tuvimos que emigrar. Alquilamos una casa en un barrio parque, publicamos en el diario y (Resaltar a modo de moraleja) La magia es como el juego; cuando más hambre hay, más se juega y más magia se nececita. (Sigue con el paciente 2) EL HÉCTOR:

¿Edad?

PAC. 2:

Cuarenta y dos... (Coqueto) Bueno ... recién cumplidos ¿Vio?

EL HÉCTOR:

En realidad no se le notan...

PAC. 2:

Ay gracias ¡Qué delicado!

EL HÉCTOR:

¿Estado Civil?

PAC. 2 :

Maso.

EL HÉCTOR:

¿Maso qué? 54


Alejandro Gómez

PACIENTE 2: Más o menos, por eso vengo a ver a la hermana, necesito aclarar ideas, confrontar necesidades, aliviar culpas, ¿Me comprende? EL HÉCTOR: (Hablando al público) En realidad parecen extraños los pacientes (En complicidad y acentuando el tono) Y aunque parezca ficción, todo está bien y todo es igual. Porque aunque se los explicara mil veces, mil veces volverían... (Pausa larga) Como dice mi amigo el “Perro” Molinari. (Remarcar) “Las hormigas y los boludos no desaparecen nunca”. Por eso ¡Siempre será igual! (Acentuar) Porque estamos bien cuando hay magia y aunque sepamos que el resto del mundo está mal ¡para qué quejarse! (hablando con el paciente 2) EL HÉCTOR:

¿“Maso...”? (Duda y luego como 55


La gorda Berta ( y el Héctor)

sorprendiéndose pide perdón en un dialecto farroso) “Esquiusmis” Si... ¡Cómo no le voy a comprender! Ja... ¡Si para eso estamos! Para comprender... y ya me remito a los hechos. Completo su ficha, se la alcanzo a la Hermana Berta, le limpio el “Áurea” ¡Y directo al despacho de los milagros! (Hablándole al oído) En confidencia... Si ella no lo logra... ¡Olvídese! (Sigue hablando con el público) EL HÉCTOR: A mí me toca la recepción y la despedida. Hacemos un jueguito en donde ella me mimetiza con los pacientes y yo demuestro que ellos pueden cambiar o aceptar lo que les pasa. (Pausa) En una palabra mientras paguen pueden hacer lo que quieran. (En actitud de pensar, explica) He sido el vivo testimonio de un demonio redimido, de un drogón recuperado, 56


Alejandro Gómez

de un marido abandonado, de un ladrón agobiado por sus culpas y ¡Hasta he jugado a ser un milico arrepentido! (Pausa mirando a todo el público con una sonrisa) ¡Difícil he...! Lleva al paciente 2 hasta el altar y realiza el mismo rito de limpieza que con el primero, luego lo invita a sentarse en un rincón de la sala de espera EL HÉCTOR: (Habla al público) –En fin (Pausa) –he sido tantas cosas como problemas pudieron presentarse. (Cambiando por un tono más alegre) ¡Y todo por la módica suma de veinte pesos la consulta! ¿No es barato...?. Eso sí... ¡Con chicos y enfermos en la puta vida! Pa´ desgracia, demasiado con la nuestra. Se escucha desde adentro la voz de Berta LA GORDA BERTA: EL HÉCTOR:

¡Héctorrrr! ¿Sí Hermana...? 57


La gorda Berta ( y el Héctor)

LA GORDA BERTA: ¿El próximo paciente ya está listo? EL HÉCTOR: Sí Hermana... LA GORDA BERTA: El señor se retira ¿Lo podés atender? EL HÉCTOR: Por supuesto Hermana... Se abre la puerta y aparece el paciente 1 con la cara llena de risa y en tono de confidencia le dice al Héctor PACIENTE 1:

¿Así que vos también...? (Mirándolo con cara de cómplice, con voz delicada)

EL HÉCTOR:

¿También qué...? (Con desconfianza)

Mientras entrega el dinero dice el paciente 1 PACIENTE 1:

¡Ay... me encantó tu historia! (Muy mariquita)

EL HÉCTOR:

(Sin entender, sigue la charla impostando una voz varonil) Bueno, viste cómo es esto... ¡Hoy vamos... mañana venimos...!

PACIENTE 1:

(Con gestos amanerados) De58


Alejandro Gómez

címelo a mí... ¡Lo que me costó comprenderlo! Gracias a esta delicia de señora estoy más aliviado, muchas gracias y (Con cara de confidente y énfasis) ¡Que lo disfrutes! ¡Qué suerte que tenés! (Se retira por la puerta de entrada haciendo un mohín con la boca. Héctor mira al público como no entendiendo y le pregunta a la gorda que se ha ido acercando y está parada a su lado) EL HÉCTOR:

¿Qué le pasaba a éste...?

LA GORDA BERTA: Homosexual... (Contesta mientras separa diez pesos y se los pone en el corpiño. EL HÉCTOR: ¿Y... qué le hiciste? LA GORDA BERTA: ¡Nada! Le expliqué que vos sos del mismo palo. EL HÉCTOR: ¿Qué le dijiste? (Pregunta con cierta desesperación) LA GORDA

BERTA: ¡Que sos un tipo muy feliz! ¡Que tenés una pareja joven! Un chico divino 59


La gorda Berta ( y el Héctor)

¡de apenas veinte años! ¿Viste? EL HÉCTOR: Pero gorda...!!!Le dijiste que yo era puto!!! LA GORDA BERTA: Le dije lo que él quería escuchar... al fin y al cabo algo había que decirle. (Le saca la ficha a Héctor de las manos que se ha quedado paralizado y pregunta señalando al paciente 2) LA GORDA BERTA: Y éste ¿a qué se dedica? El HÉCTOR: ¡Qué importa! ¡Sabés que aunque parezca diferente, es más de lo mismo Gorda... La gorda mira al paciente 2 que se encuentra sentado en un rincón de la habitación, se pone los anteojos oscuros y en forma intempestiva se dirige al tipo, tomándole la cabeza con las dos manos. LA GORDA BERTA: Estás totalmente energizado, negado, polarizado (Levanta la voz) ¡Eres un rehén, un prisionero de ti mismo, un rechazado... 60


Alejandro Gómez

PACIENTE 2: Sí señora, sí... usted... ¡Usted cómo lo sabe! (Murmura azorado el paciente) EL HÉCTOR:

Y... ¡Es adivina...!

LA GORDA BERTA: ¡Pobre ser humano lleno de dolor! PACIENTE 2: ¡Sabe que sufro! ¡Es una Santa...! EL HÉCTOR:

¡NOoo! (Exclama espantado) ¡Santa no...! A D I V I N A ... ¡Sólo adivina...!

Berta entra en la habitación moviendo sus manos a modo de invocación. Héctor acompaña al Paciente 2 perdiéndose ambos tras la puerta, las luces comienzan a apagarse entre las exclamaciones de ellos tres y una música de Lorena McKennit o similar inunda la sala.

FINAL

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Alejandro Gรณmez

UN Rร O LLAMADO LOLA monรณlogo interactuado

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Alejandro Gómez

UN RÍO LLAMADO LOLA monólogo interactuado Fue estrenado en conjunto con otras obras en el ciclo Teatro X la Identidad Organizado por: ABUELAS DE PLAZA DE MAYO H.I.J.O.S. TEATRISTAS DE LA CIUDAD La obra fue puesta por primera vez en el teatro del Centro Cultural El Séptimo Fuego, en la ciudad de Mar del plata, en fecha 15- 09-2002. Luego compitió en un certamen regional en el teatro Payró y subió al escenario del teatro Auditórium – sala Astor Piazzola en fecha 13-10-2002. El elenco se conformó de la siguiente manera: Actores: Roque Basualdo Rubén Giménez Sonido y Luces: Juan Falcone

Dirección:

ROBERTO TRIPOLIO

Gracias a su sensibilidad, las modificaciones sugeridas enriquecieron la obra. A ellos, mi eterno agradecimiento.

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Alejandro Gómez

ESCENOGRAFÍA El escenario puede ser una caja negra con elementos simples de puesta como dos cajones. Vemos a un hombre sentado y al otro parado a su lado. Están a la orilla de un río. Iluminados en contra luz de espaldas al público. Es importante el sonido de agua desplazándose.

ACTORES Dos actores protagonizan el drama, uno lleva la parte textual y en todo momento une la acción hablada al acto de pescar. El otro es un prisionero. Éste a pesar de la situación en principio tratará de mostrar su soberbia y luego pasará por distintos estadios hasta llegar a la desesperación. Obviamente él sabe que será asesinado y el porqué. El director a su criterio dará vida a su rol de impedido.

VESTUARIO El actor 1 (Así vamos a llamar al esposo de Lola) es una persona joven, cuarenta, cincuenta años y su vestimenta será de acuerdo a las circunstancias de estar pescando. El actor 2 (Don Villegas) Es en apariencia una persona mayor e importante (Juez, comisario, militar) pantalón, camisa, chaleco y corbata desarreglada. Una cinta pegada en la boca y sus manos y cuello están ligados por una soga.

ILUMINACIÓN, PUESTA Y MÚSICA Quedan a criterio del director. 67


COMENTARIO El protagonista ha descubierto por casualidad al responsable de la desapariciรณn de su mujer y se dispone a ejecutarlo.

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Alejandro Gómez

ACTOR 1: –Y sí, ya sé, hoy no es lunes, pero tuve que permitirme esta licencia. En verdad puedo hacerlo, soy un parásito forzoso, un desocupado: No pesco todos los días, solo los lunes; es por llevar un orden ¿Vio? Pero hoy ¿Qué quería que hiciera? Tranquilícese.Don Villegas trata de desatarse mientras murmura uno que otro insulto.

ACTOR 1:

(Le acomoda mejor la cinta en la boca) - Los lunes son especiales ¡Y no creo que los peces sepan que es lunes! Quizás el caudal de agua sea más grande, tal vez haya menos movimiento o es posible que estén festejando el triunfo de Racing, Ja... También... después de tantos años (irónico) Perdón... Sé que no es gracioso. Lo mío también fue como hacer un gol después de muchos años ¿Veinte... veintitrés...? (Pensativo) Le decía, los lunes son ideales. Ni un murmullo, quietud, nada que interrumpa 69


Un río llamado Lola

y encima ¡Hay pique! ¡Y sé que no me cree! Pero lo único que estaba haciendo era intentar pescar. Cada vez que el actor 1 lo mira, El otro trata de explicarle.

ACTOR 1: Supongo que el juego de palabras es lo que hace que Ud. me mire de ese modo. Pero yo no miento (Pensando) ¿De qué me vale? (Pausa) Quizás no sepa enlazar las ideas en términos académicos. Pero para mí, pescar o intentar pescar es lo mismo. A ver si me entiende... A usted no le importó que hubiera responsables y me marcó a mí. ¡Ahora sé que le daba lo mismo! Usted cumplía y bueno... ahora yo también debo cumplir. (Pausa) La amaba. A ella y a lo que cargaba en su vientre. Fue como si me hubieran pegado con un palo en medio de la boca. ¡Cómo 70


Alejandro Gómez

iba a imaginar algo así! Actor 1 le acerca la cara al 2 y éste retrocede arrastrándose en el suelo).

ACTOR 1:

¡Imagínese! Vengo con el Citroen a los tumbos, tragando tierra, tapando mi orfandad, con cuidado que no me sigan... pero ojo ¡No me cuido por ser un delincuente! De ninguna manera. ¡Todo pescador tiene su sitio ¡ Y uno lo cuida, se hace chúcaro. ¡Claro! Ud. se lo debía preguntar, porque ustedes... (Le pega con el índice en la cabeza) preguntan y preguntan y si uno no contesta... (Pausa larga) Ahora se lo puedo contar, porque sé que no lo va a repetir. (Explicando) El caso es que me habían hablado de un lugar así, de mucho pique. ¡Mire los remolinos! (Lo levanta mal de la camisa, mostrándole eufórico) ¡Son ellos...! Hace mucho que los bichos se concentran en el lugar. (Vuelve) Explíqueme ¿Cómo 71


Un río llamado Lola

no iba a disfrutar? ¿Cómo no mantener el secreto? ¡Lógico que solo yo conozco esta veta! ¿A quién se lo iba a decir? ¡Se imagina! Casas rodantes, carpas, camionetas. Sería estúpido. (Displicente) ¡Ahora no me importa, es diferente! Actor 1 saca un equipo de mate y comienza a prepararlo

ACTOR 1:

Como le decía, uno viene por el pejerrey; busca el lugar, estudia el río, los remansos, adivina el movimiento que corre por debajo; porque el río es como uno, por fuera, cara de nada, pero por dentro... capaz que le está clavando un cuchillo a su madre. (Se miran los dos, buscando su punto de locura) Sí... no me mire, madres de mierda hay en todos lados (Pausa) ¡La suya lo debe ser y mucho! (Pausa) La mía es rejodida, 72


Alejandro Gómez

calcule, tiene ochenta y está viva (Pausa) Tengo broncas desde que era así de chiquito. Brava la chaqueña... y cuando se fue el viejo ni le cuento, (Hace látigo con los dedos) parecía que se lo habíamos echado nosotros. Lo cansó... Qué quiere que le diga. Mi mamá es mi mamá, pero mi viejo... Créame, era increíble. Ud. me lo recordaba. (Admirándolo) El gesto preocupado, su apoyo a la gente, la fuerza por tratar de esclarecer el caso. (Decepcionado) Tal vez por eso me creí su explicación.¿Vio? Actor 1 Mira con rabia actor 2 y se acerca con intenciones de pegarle

ACTOR 1: (Pausa pensante) No, mejor no... ¿De qué hablábamos...? ¡Eso...! El río también es bravo; bravo y escondedor y el hecho que a mí me guste no significa que sea el dueño de sus secretos. Lo que me preocupaba es que 73


Un río llamado Lola

algún otro conociera el lugar. Me entiende... ¿no? (Interrogándolo) No, no me haga ese gesto ¡Usted me entiende! De espaldas al 2 cambia la yerba y prosigue hablando mientras toma mate

ACTOR 1:

Lo malo son los enganches, un tiro un pez, un tiro un pez, un tiro... un enganche ¡Y a nadie le gusta perder el aparejo! Demasiado he perdido. (Con fuerza) No crea que ando con un Citroen de fanático y sé que mi aspecto me hace sospechoso (Informativo). Pero como dice Martín Fierro... ¿Lo leyó...? ¡No...! Claro... (Irónico) demasiado popular... No les interesa. (Ojo, importante) Cuidado, no lo estoy responsabilizando de ser quien es. El problema, es que afuera tratan de hacernos ver como no somos y ahí está la diferencia... (Tensión) ¿Notó74 qué fina es la arena de


Alejandro Gómez

río? 1 trata de acercar en palabras lo fino de la arena a lo “fino” de la situación.

ACTOR 1: Y como dice Fierro, “También supe tener mujer, casa y caballo” Y era bueno y funcionaba. Pero Lola pensaba distinto (Tensión, mucha) y lo peor, que la gallega no se podía callar. Como si la injusticia le abriera la garganta y no pudiera evitar gritarlo. Yo le decía - ¿De qué injusticia me hablas? - Y los ojos se le ponían rojos. (Nostalgia) Parecía que se le iban a salir - ¡Por eso pasa! - Decía - ¡Por eso...! - ¡Porque viven sin entender...! (Parodiando el enojo de ella muy serio) Se desvivía por ayudar a los demás y yo... celoso. ¡Qué boludo! Pausa muy larga, como pensando ACTOR 1:

Un día se fue ¡Desapareció! Y si alguien supo algo, bien que se cuidaron de decirlo.(Pausa 75


Un río llamado Lola

larga) ¡Dios si la busqué! Y la vida se hizo distinta y yo, como un ciego, tratando de adivinar qué “necesitaba” entender para poder vivir. 1 Corta un instante dejando descansar mientras acomoda el aparejo 2 mira a todos lados buscando una salida. Luego lo mira fijo

ACTOR 1: ¡Ahí lo conocí! Ja. ¡Qué ingenuo! Créame que le vi un parecido a mi viejo. ¡Que don Villegas aquí, que don Villegas allá y volaban los “milicos” buscando información. Se lo veía preocupado, tratando de prepararme... (Pausa larga) Al final y no sé por qué, me quedé con que Lola no era tan buena. ¡Lo que hacen las palabras! ¿No? ACTOR 1:

Este lugar es mágico, no eligieron mal. Primero vine de curioso, buscando aislarme, rastreando en mi mente una respuesta. Y miraba el agua por debajo... 76


Alejandro Gómez

No me mire así, buscaba ver lo que no era visible, encontrar la excusa para seguir y comencé a pescar. ¡No estoy mintiendo! Y le doy mi palabra que lo único que quise fue rescatar una línea. ¿Qué quería que hiciera? (Pausa larga) ACTOR 1:

(Explicándole al 2) Del trabajo me habían echado sin explicaciones a los chicos los fui perdiendo de semana en semana y de abuela en abuela y mis amigos comenzaron a alejarse como si tuviera lepra. Algunos (Asombro pausado) ¡Hasta el saludo me negaron! ¿Sabe lo que pasa? La gente es difícil y cuando se instala una sospecha, se percibe terrible como la verdad más absoluta. (Pausa) No los culpo, el miedo es extraño. (Muy tranquilo) Y así fue mi relación con el río, no por la pesca, al contrario (Reflexivo) Lo hice por sentirme 77


Un río llamado Lola

un raro pez en un lugar equivocado. ¡Y adivine! Yo también comencé a sentir la sensación que me faltaba el aire. ¿Sufrió la conmoción de no pertenecer a ningún lado? ¿Sí...? (Irónico) ¡Bravo! No me lo imaginaba. Encima a Lola la olvidaron como a una obligación. Duele... ¡Cómo duele! La palabra “Duele” se la refriega por la cara como si quisiera demostrárselo, el 2 se hace cargo de la situación y en las “distracciones” del 1 busca disimulado una salida.

ACTOR 1:

Por eso, cuando ayer encontré la respuesta entre las aguas enseguida lo fui a buscar. Además... a quién iba a llamar. ¡No...! Le juro que fue casualidad. No me culpe por necesitar mostrarle. (Más calmado)

ACTOR 1:

Le repito (Pausa) la culpa la tiene el enganche ¡Cómo son las cosas...! Venía perdiendo línea tras línea y de caliente pegué 78


Alejandro Gómez

un tirón ¡Y allí estaba! La pulsera de Lola. La de mostacillas en degradé celeste enganchada en mi sedal. (Emocionado) Reflejaba el sol de la tarde como un milagro. (Se queda mostrando el aire, como si allí, en ese preciso lugar estuviera la pulsera de Lola, de pronto tira con bronca de la manga de la camisa y se suena la nariz)

ACTOR 1 (Prosigue explicativo) Perdone que me emocione (Agitado al límite)- ¡Claro! -(Cómo si despertara, rápido, ansioso, gesticula) En ese momento me pasó lo mismo que le hubiera pasado a cualquiera, me paralicé de asombro, me dio miedo y hasta pensé en Ud. (Lo señala al 2 con el dedo, consternado) La sospecha me llenaba de pánico. Me sumergí cuanto pude con la ayuda de una piedra y en medio del agua, (pausa) entre el barro, (pausa) los encontré (Pausa larga como si no entendiera) Eran una hilera discreta del horror, 79


Un río llamado Lola

restos de cemento y huesos. Pruebas y testigos silenciosos de la infamia, uno al lado de otro, encadenados, no sé cuantos... (Pausa larga) Al salir sentí que yo también me ahogaba (Se abre la camisa buscando aire) Y me di cuenta de que usted sabía, que desde su investidura no había querido encontrar a Lola... (Pausa) Había tratado de proteger el exterminio. Llegué llorando a casa, tratando de comprender lo incomprensible. Pausa muy larga. El 2 ha sido descubierto, no encuentra salida, lo único que queda es el ruego, de alguna manera lo intentará

ACTOR 1: (Más tranquilo) Hoy por la mañana la situación me pareció más clara (como si entendiera, habla lento) Tenía en mente su rostro, sus explicaciones... Rompí el orden, cargué mis cosas... ¡Y por primera vez lo invité a pescar! (Acentúa “primera vez”) 80


Alejandro Gómez

Mire Ud. ¡Me vine un día martes! (Pausa) ¡Pero jamás pude imaginar tanto! (Asombro) El 2 se ha ido encogiendo, y se sienten sus gemidos de desesperación

ACTOR 1: (Enojado, juez de la situación) ¡Imagínese! ¡Al menos intente imaginarlo! (Lo alza de los hombros, mientras lo amenaza con un revólver a la altura de la cabeza) No sabe cuánto deseé que usted estuviera allí, (Enérgico) al lado mío, al lado de ellos, pidiéndoles perdón. (Pausa larga) ¡Ud. tendría que haber estado allí! (Pausa) ¡Ud. “tiene” que estar allí para pedir perdón...! (El 2 gime espantado) ¡No... no trate de explicarme! Por favor, no trate... (Se apagan las luces en su totalidad, escenario y público. Se escuchan los estampidos de dos balazos y el ruido de un cuerpo que cae al agua, la voz de 1 grita en la oscuridad) 81


Un río llamado Lola

¡No... no trate de explicarme! Por favor (Pausa) ¡No trate de explicarme...! (El ruido del agua increcendo inunda la sala) FINAL

EL ESCENARIO: Deberá mostrar una puerta entreabierta, una vidriera y sobre ellos un cartel con la palabra Sex shop, si éste se prendiera y se apagara daría un mejor efecto. La iluminación debe afectar en primer plano al actor 82


Alejandro Gรณmez

Sex shop

Monรณlogo de humor

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Alejandro Gómez

EL PERSONAJE: Es un hombre simple, casi ingenuo, buscando una solución mágica, “algo” que salve su relación de pareja. COMENTARIO: Lo que él descubre lo asombra, lo conmociona, todo es nuevo e inclusive nuevas serán las fantasías que dejará volar a través de estos conocimientos recién adquiridos. Tratará de educar al público, explicándole gestualmente las formas de los elementos que ha acabado de conocer, dando la imagen de un tipo superado e invitándolo a que no se pierda de tener una experiencia de esa naturaleza en la cual él, aun no se anima a incursionar. De todas maneras en forma implícita el sentimiento hacia su mujer siempre estará presente.

LA ACCIÓN El personaje sale por la puerta del sex shop como saludando al dueño, entrecierra la puerta y se da vuelta con un pote pequeño en la mano.

- Sí... sí... Quédese “retranquilo”, gracias a ud. he 85


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Alejandro Gómez

conocido tecnología de punta - (Mira al público y vuelve) - Si esto no hace efecto... hmmm - (Silencio largo) - Ta bién... ta bién... después lo descontamos. Sí... ¿Cómo no voy a comprender? Pero... ¡Por supuesto! Gracias... gracias. - (Amaga cerrar la puerta y la vuelve a abrir) – Tiene razón, entrecerrada... la gente es muy tímida, un saludo eh... un saludo... - (Entrecierra la puerta, seca su transpiración y se enfrenta con el público) - Ustedes se preguntarán qué estoy haciendo aquí, en un lugar como éste... Este... No puedo negar que es extraño... misterioso si se quiere... pero ¿Quién no ha sentido alguna vez la tentación de entrar? Aunque sea únicamente por curiosidad ¿Vio? (Cómplice) Bueno... debo reconocer que algunos no son tan curiosos, pero otros (riéndose) ya deben saber lo que es la experiencia de transitar por un cuchitril de este tipo. (Secándose la transpiración continúa) ¡Y están los otros! Los que se la pasan dando vueltas y vueltas y 87


Sex Shop

no se le animan... y créanme que los comprendo... no es fácil. Cruzar esa puerta para aquel que nunca lo hizo... no es fácil... es casi lo mismo que perder la inocencia... Bueno en verdad de alguna manera es lo mismo. (Con complicidad comenta) ¡Uno la pierde la inocencia...! ¿Vio...?(Pausa) - Sííí... no me miren así. ¡Perder la inocencia es darse cuenta de que otros seres humanos tan de carne y hueso como uno, con un poco de imaginación se divierten muchísimo más...! (Piensa por unos instantes) - Bueno... no sé si la palabra justa es divertirse, pero ¡Con lo que yo he visto allí adentro! Estoy plenamente seguro que aburrir, lo que se llama aburrir, no creo que les pase (En intimidad) - El ser humano es un pozo de fantasías ¿Vio? Y ni hablar de sexo (Acercándose al público pregunta interactuando) ¿Quién no ha concretado una fantasía? Chiquita... chiquitita... Hablo de una fantasía simple, normal, accidental, de 88


Alejandro Gómez

esas que con el tiempo causan gracia y forman parte de una anécdota íntima uno no se anima a repetir por el "qué dirán" o porque los huesos no resisten repetir acciones que en su momento nos llenaron de orgullo – (Pausa larga) - Pero cuando la sangre hervía, ¿eeeh?... Un Fiat 600, el ascensor o una playa junto al mar, nos alteraban el ritmo cardíaco y le agregaban un torrente de adrenalina al acto de hacer el amor. (Explicativo) - Una fantasía es la ilusión que nos saca por un momento las telarañas del cerebro dejándonos abandonar en el puro placer de soñar un sexo que seguramente jamás vamos a cumplir... ¡O sí! ¿Quién lo sabe? De eso se trata justamente una fantasía, de la expectativa, que está ahí, rondando, aguijoneando, meciéndose entre nuestras sabanas, esperando ser despertada, incentivando nuestro goce cuando entre murmullos juguetones nos dejamos llevar por el placer... - (Se abraza y acaricia 89como si estuviera con una


Sex Shop

mujer y retorna totalmente desencantado de la realidad) - ¿De que hablábamos...? ¡Ah sí...! ¿Qué hace un tipo como yo en un lugar como éste? Simple. Esteban me dijo que ahí (Señalando con el dedo) iba a encontrar la solución a mis problemas y mis problemas se llaman Blanca... mi señora. – (Pausa larga) - Las relaciones con ella no andan bien... Hablo de las relaciones ¿Vió...? sexuales - (Ríe como si alguien lo mirara) Bah en realidad no andan ni bien ni mal... No andan, ni siquiera de costado andan ¡Qué quiere que le diga! Estamos en un momento difícil. Ella de un lado y yo del otro. Así... sin palabras, sin razones. Ella de un lado de la cama y yo del otro, ella de un lado de la razón y obviamente yo del otro y así se están yendo las cosas por una cloaca, culo con culo y cada uno abrazado a una mesita de luz. Y no es vida ¿Vio? Y no se por qué se lo conté a Esteban y éste 90


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me habló de Sex Shop. (Incomodo) Yo sé que de esas cosas no se hablan, ni siquiera con el mejor amigo, pero había dormido mal, estaba caliente... ¡Muy enojado! Y entre café y medialunas le despaché el problema. - ¡Hace cuatro meses, macho... cuatro meses y doce días! Le confesé - Por la ventana se veía el kiosco de diarios y la Moria Casán me miraba desde la portada de una revista casi en bolas, como preguntándome “Qué clase de boludo sos” ¿Vieron que fina que es ella...? (Pausa) Bueno... lo peor (Pausa) fue que al mirar los ojos de mi amigo, vi en ellos la sombra de la duda. - Che, la Blanca no andará en algo raro ¿No...? La pregunta me cayo como un dardo envenenado y confieso que el “no” del final me pareció un fallo sentencioso. Me apresuré a aclarar la situación.

- Es que yo... con tanto pro91


Sex Shop

blema tampoco funciono... ¿Viste? ¡Mierda! (Pausa) ¡cómo levantó la voz! tuve hasta la sensación que me había referido a él, mientras confundido pensaba en ello, comenzó a increparme. - ¿Cómo es eso macho? Tenés cincuenta y cinco años, no digo que sos un pibe, pero hoy... con la tecnología de avanzada, la micro-cirugía, los adelantos médicos, el Viagra ¡Vamos Alfredo! Dejate de joder... ¿Cómo que no funcionás...?Lo miré y me arrepentí (Silencio largo) Sí me arrepentí de haberle contado (Pausa) Los matrimonios son de a dos y estas “cosas” no se ventilan. Créanme que miraba su boca gesticulando y se me hizo un vacío en el cerebro. Sólo me quedó en la mente su última palabra: Sex Shop. (Pausa) En un reflejo doloroso entrecerré las piernas pensando en la microcirugía y sin dudar deseché la 92


Alejandro Gómez

tecnología de avanzada y los adelantos médicos. Al Viagra lo guardé en mi mente para más adelante y haciéndome el estúpido me aboqué a indagar sobre aquel negocio del sexo. Obviamente busqué derivar la conversación por lugares menos comprometidos pero la daga de la curiosidad estaba ensartada en mi pene hasta la empuñadura. (Al público) Creo que cualquiera en mi situación hubiera reaccionado con curiosidad ¿Verdad? Bueno (pausa) Hablamos del stress, de la falta de diálogo, del sentimiento culposo, los problemas de pareja, la conveniencia del Kamasutra, entretejimos diferentes artimañas y cuando quise acordar (Pausa) estaba parado justo aquí mismo (pausa) frente al cartel luminoso que con sus letras titilantes, apoyado sobre esos labios llenos de insinuación parecía prometerme la solución a todos mis problemas. (Pausa larga) Evidentemente entré, si no, no estaría aquí. (señalando hacia 93


Sex Shop

adentro) Me atendió un tipo bajito y bastante simpático (Al público) ¡Está adentro! (pausa) Es bajito, tiene la cara redonda y usa bigotes finitos (Marca con las manos las descripciones) (Risa) La ropa ¡Mama mía, qué colores! De tímido no tiene nada. (Pausa) Lo que no me gustó fue cuando me dio la mano, tuve la sensación de apretar un pescado tibio recién sacado del agua (pausa) No sé por qué me sudé todo y eso que no me dio ni tiempo a pensar, porque si no... - Pase, pase, no sea tímido ¡Esto es como la primera vez! – Lo debo haber mirado con cara de no entender porque insistió. - ¡Uno llega lleno de curiosidad, pero no sabe cómo!Confieso que me dejé arrastrar por su voz de pito y algo debe tener (pausa) ¡porque me quedé! Al principio no me gustó 94


Alejandro Gómez

su risa de dientitos amarillos (pausa) ¡Deben haber sido los nervios! Y hasta se dio el lujo de mandarse una reflexión bastante incoherente. - ¡Problemas son problemas y los problemas, problemas son! – dijo (Pausa) Me debo haber quedado medio atontado porque no me dio tiempo de nada que ya estaba encima con nuevas aseveraciones. -¡A ver si adivino cuál es el suyo! No... no me diga una palabra ¡Cincuenta y tantos! ¿Verdad? ¡Huuu no se imagina! La verdad que yo del susto no me imaginaba nada, pero vieran la cara de preocupado que tenía el tipo. - Debería mandarlo a un médico – me dijo y luego me tranquilizó explicándome que eran males tan comunes que hasta él podía diagnosticarme. Se levantó, se acercó y amagó tocarme (pausa) mi actitud no lo debe haber convencido porque retrocedió un par de pasos. 95


Sex Shop

-A ver, a ver, diabetes alta ¿Verdad? – Mi gesto debe haberle dicho que no y prosiguió. –¡Hipertensión! ¿Está tomando medicamentos? – Negué con una vocecita chiquitina que ni yo me reconocí y él insistió –Aha... Impotencia, eso debe ser (Pausa) Con la edad uno cree que ya no puede y esto es como el dicho “El que sueña que se muere se muere” Y a usted parece que se le murió ¿Verdad? Lo miré y me dio lástima decirle nuevamente que no, se dio cuenta y medio como que se enojó un poquito, pero se rehizo al instante y con una sonrisa me hizo cómplice –Entonces... ¿Qué busca aquí? ¿Acaso sadomasoquista? ¿Perversión? ¿Alguna desviación sexual? – No me dejó ni contestar, la pregunta vino por elevación, casi sin mirarme, sin darle importancia y en ese momento se compró 96


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toda mi simpatía. –Usted no me parece gay Vieron que si uno no es, parece que al entrar a un lugar de esos, pareciera que a uno lo miraran como si fuera. Bueno... sentirme excluido de ese preconcepto me dio confianza y agradecido me solté como si fuera mi confesor. - No, no... (pausa) Lo que pasa es que no tengo deseos, no tengo (pausa) como se dice... ganas, no deseo a mi mujer y ¡Creo que ella a mí... tampoco! ¿Vio?- Medio que lo confundí al gordito. Igual no me dio tiempo a respirar que ya tenía nuevas conjeturas. - ¡Pero abuelo...! ¡Hubiéramos empezado por ahí! ¿Qué edad tiene su mujer? ¿Cuarenta y tantos... cincuenta? ¿Escuchó hablar del climaterio...? ¡La culpa es toda de ella! Yo me di cuenta que trataba de ser simpático (pausa) 97


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¡Hasta que me lo volvió a preguntar! –¿No se da cuenta que es la edad? ¿Cuántos años tiene su señora? – Creo que el tipo se dio cuenta que había dado en el clavo... Reconozco que la edad de mi mujer me molesta... me acomodé los pelos lo mejor que pude y puse la cabeza. ¡Que va hacer! A veces hay que arriesgarse - ¡Veintinueve... veintinueve añitos! ¡Y no soy abuelo...! ¡Apenas padre! – le recalqué. Por un instante me pareció que había parado aquella máquina de conclusiones, pero fue un momento nada más, porque desde un pequeño murmullo comenzó de nuevo. –Un bioestimulante (pausa) ¡Eso es! ¡Un bioestimulante femenino! - Daba la sensación de haber encontrado la piedra filosofal y me miraba supongo esperando mi aprobación –¿Le parece? pregunté –¡Mire que si ella quiere... 98


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puede! - No me dio tiempo a terminar el pensamiento –¡Usted lo ha dicho! Es mujer y si ella quiere (pausa) ¡Sólo hace falta que quiera! Hay que incentivarla... ¿Me comprende? Y para eso, estamos nosotros – –¿Nosotros? Miré para todos lados y gracias a Dios que no vi a nadie, porque si no... (Pausa) inclusive observé los rincones buscando alguna cámara que pudiera estar filmando ¡Es lo único que me falta! Me quedé tranquilo cuando me di cuenta que el “estamos” era solo una forma de decir. Ahí nomás encaró para el sótano.–¡Aquí abajo... en el sótano, créame... tengo la solución! – Y sobre la marcha me mangó cinco pesos –El valor de una caja de profilácticos- se justificó disponiendose a exhibir sus extraños productos. 99


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Lo debo haber mirado áspero porque enseguida agregó que eran reglas de la casa. –Por los mirones ¿Vio? – ¿Ustedes qué hubieran hecho? Jugado por jugado y por no quedar como un mirón, metí la mano en el bolsillo y puse sobre el escritorio veinte pesos (Pausa) La verdad ¡Ni lo vi cuando los metió en el cajón! Y del vuelto... ni hablar ¡Total, algo del sótano me iba a servir! Bajamos por una escalera caracol ¡Todo con luz roja! Lo más lindo es que es un cuchitril de tres por dos. ¡Tiene espejos hasta en el techo! Y hay que moverse con cuidado, está todo rodeado de estanterías y lleno de... (Gesto con las manos) de cosas (pausa) Ja.. de toda forma, medida y color. A mí me comían los nervios ¡Qué quieren que les diga! Y me sudé debajo de los brazos. ¡La cantidad de chirimbolos que hay! La verdad (pausa) que pensé en mi amiguito (Muestra con las manos) y me dio 100


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lástima. ¡Qué gracia puede tener algo tan humano dentro de ese mundo de látex y plástico! ¿Eh? díganme ¡Qué gracia puede tener! El gordo de movida me metió un pote en la mano (lo muestra) Y la explicación fue muy elocuente (se ríe) – Se lo pone en la vagina cinco minutos antes – Los dientecitos me parecieron de un marrón oscurito cuando se sonrió. Le dije que me parecía algo grande y me explicó que lo que tenía que ponerle era la cremita –¡La cremita abuelo! me repitió. La verdad lo de abuelo me cayó para el culo y se lo dije –Bueno... algún día lo va a ser... ¡Viera qué lindo que es! ¡Y estos problemas nunca más eh...! – Y como si nada hubiera pasado me invitó a ver los artículos que según él harían mi vida sexual mucho más tranquila. ¡Lo ten101


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drían que ver con esa pinta y su voz monótona detallándome artículo por artículo como una maquinita! –Preservativos, condones o profilácticos, como usted quiera llamarlos ¡Setenta y seis modelos para todos los gustos! Fosforescentes, saborizados, con formitas de animalitos, de colores, con escamas, estrías, ¡Con extensiones que lo pueden volver un súper hombre. Prótesis alemanas, americanas o chinas, de látex, gel, símil piel o siliconas, con vibro, macizas o punta hueca para una erección formidable Eso no me quedó muy claro pero no quise interrumpir. –Cuatrocientos modelos y dieciséis medidas estándar ¡Ah... También tenemos medidas especiales! Noté que me miró el bulto con desaliento al mencionar lo de medidas especiales, pero no se desalentó y siguió palo 102


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y palo. – (Tose) –¡Tenemos...!– La verdad... la relojeada me puso nervioso y el “Tenemos” me hizo ver un montón de ojos detrás de los penes alineados a lo largo de las estanterías. El gordo como si nada seguía hablando: ... –Prótesis inflables y a control remoto, potenciadores alemanes, energizantes, dilatadores, lubricantes, afrodisíacos, sales de baño, esposas del mejor acero, ropa de cuero, lencería erótica... No me pude contener y se me escapó la pregunta ¿Esposas de qué? Me miró como a un marciano y confirmó mi sospecha. –De acero abuelo, grilletes con cadenas de acero de la mejor calidad, importados, caros, carísimos, pero si es su deseo nada es caro. Una rara sonrisa lo había iluminado y lo baje de la nube de un solo cachetazo – Esposa... 103


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una sola y por eso estoy aquí – aclaré para que no se zarpara. Ahí mismo empezó con los slip –Como puede ver hay de cuero, satén y seda que es lo último, también tiene con ranitas, tortuguitas y todo lo que usted se pueda imaginar colgando de ahí. Me mostró con su dedito en donde iba mientras en la otra mano un enorme delfín colgaba de un pequeño slip. Me di vuelta tratando de cambiar de conversación y me encontré frente a la biblioteca y la voz del gordo en mis oídos: –¡Más de mil revistas! Heterosexuales, lesbianas, sexo grupal, etc. y a su derecha... Ingenuamente miré –Como le digo, a su derecha muñecas y muñecos inflables que nunca le serán infieles. Largó una risita medio rara que me hizo acordar a mi amigo cuando me preguntó si Blanca no andaba en algo raro. Lo medí al 104


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gordo, porque mi amigo es mi amigo, pero que un salame de estos me falte el respeto, mucho no me gustó. Medio que se dio cuenta y medio que me corté solo por el sótano, tuve un instante de paz mirando cientos de portadas de video porno demostrando las más variadas formas de lograr un buen coito. (Pausa y risa) En la última entré solo. ¿Ustedes vieron alguna vez un pene chiquito de plástico caminando? Bueno... yo tampoco. ¡No medía más de dos o tres centímetros! Y el loco se deslizaba de un lado a otro de la estantería a modo de decoración y uno es un inocente ¿Vio? Y le hice la pregunta boluda ¿Sirve? (Pausa) Y el gordo será gordo, pero sabe su oficio y (Lento) me... contestó... algo... muy... inteligente. – ¡Todo sirve, abuelo, depende de su imaginación...! Indudablemente la mía no es muy fantasiosa pero el sumun ¡fue la vagina de Madonna! No me pude contener y volví a preguntar 105


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otra obviedad –¿De Madonna... la cantante?–

–¡Por supuesto! - Contestó al toque – Molde de yeso, réplica exacta... ¡Se vende como el pan! – ¿Para qué preguntar más? El gordo se las sabe todas. Le dije que después iba a volver. La verdad voy a tratar de hablar con Blanca, dicen que la gente hablando se entiende. Y si no camina, voy a ver qué hago con el pote y la crema (Lee) bio...estimu..lante vaginal y de última vuelvo (Pausa) Total ¡Me quedó un crédito de quince pesos! FINAL

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Alejandro Gómez Residente en Mar del Plata ha cursado Talleres de guión, cuento y narrativa con Daniel Boggio y Mirta Costanci. En la actualidad participa en los talleres de la escritora Marcela Predieri en experiencias sobre dramaturgia. Colabora con MO.DRA.MA. (Movimientos de Dramaturgos Marplatenses) y ensayo de comedia dramática como actor en ¡EA! (Escena Abierta) con el equipo del actor y director Fredy Virgolini. Premiado entre otros por: Sociedad de Escritores, poetas y Cuentistas (SEPYC) años 2000/02. Asociación de Escritores Argentinos (ADEA) año 2000. Sociedad de Escritores del Municipio de la Costa año 2000. Seleccionado en certámenes de editorial: Della Costa ediciones - Ediciones Luel - Ediciones de Las Tres Lagunas (Junínpaís 2002). Distinguido desde el año 1996 a la fecha, en diversos concursos municipales, provinciales y nacionales de cuento y narrativa. Muchas de sus obras han sido publicadas en diversas antologías, revistas literarias y diarios. Formó parte en la temporada 2001- 2002 del grupo de teatro Pandemonium de la Escuela de Actores ¡EA! del actor y director Freddy Virgolini. Siendo integrante del elenco de “Divino 666” ALEJANDRO GÓMEZ: TELÉFONO: (0223) 491-0717 E-mail: halegomez@hotmail.com

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Índice La gorda Berta ......................................................13 Un río llamado Lola ....................................................63 Sex Shop.......................................................................83

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Mi agradecimiento a quienes colaboraron en la realización de este libro: Digitalización de la foto de tapa: Adrián Ladanaj Fotos: Raul Penna Correcciones: María Stella Falconnat

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Alejandro Gómez Residente en Mar del Plata ha cursado Talleres de guión, cuento y narrativa con Daniel Boggio y Mirta Costanci. En la actualidad participa en los talleres de la escritora Marcela Predieri en experiencias sobre dramaturgia. Colabora con MO.DRA.MA. (Movimientos de Dramaturgos Marplatenses) y ensayo de comedia dramática como actor en ¡EA! (Escena Abierta) con el equipo del actor y director Fredy Virgolini. Premiado entre otros por: Sociedad de Escritores, poetas y Cuentistas (SEPYC) años 2000/02. Asociación de Escritores Argentinos (ADEA) año 2000. Sociedad de Escritores del Municipio de la Costa año 2000. Seleccionado en certámenes de editorial: Della Costa ediciones - Ediciones Luel Ediciones de Las Tres Lagunas (Junínpaís 2002). Distinguido desde el año 1996 a la fecha, en diversos concursos municipales, provinciales y nacionales de cuento y narrativa. Muchas de sus obras han sido publicadas en diversas antologías, revistas literarias y diarios. Formó parte en la temporada 2001- 2002 del grupo de teatro Pandemonium de la Escuela de Actores ¡EA! del actor y director Freddy Virgolini. Siendo integrante del elenco de “Divino 666” ALEJANDRO GÓMEZ: TELÉFONO: (0223) 491-0717 E-mail: halegomez@hotmail.com


Audaz iniciativa la de ofrecer al público no una sino tres obras despojadas de la esencia misma del teatro, los actores que ponen el cuerpo sobre las tablas. Pero Mar del Plata exige dramaturgos y Alejandro Gómez ha decidido aceptar el riesgo. Una adivina, un hombre con problemas sexuales, el esposo de una desaparecida son los protagonistas de instancias donde conviven a la vez el genio, cierta picardía no exenta de ingenuidad, la incertidumbre que poco a poco se transforma en angustia y una profunda indagación de la problemática esencial del ser humano. El autor de “Un río llamado Lola” -obra presentada en Teatro por la Identidad-, “La Gorda Berta (y el Héctor)” -premiada en el Certamen Provincial de Teatro Breve 6X6X6 año 2000- y “Sex Shop” enfrenta y se enfrenta, como observador agudo que es, tanto a las pasiones mundanas como a los más altos ideales el amor o la justicia en lucha por la subsistencia. Sin embargo no es la suya una confrontación moralizante, sino que ataca desde el absurdo y haciendo gala de un ágil despliegue de humor e ironía nos arrastra hacia consecuencias inesperadas. Actores y directores sabrán valorar la fluidez de los diálogos, la tensión generada en el aquí y ahora de la intriga y la originalidad de su estilo; pero aquello que sin duda atraerá tanto a profesionales de la escena como al lector común es el talento con que Alejandro Gómez ha sabido primero merodear, después entremeterse y por último escarbar en las distintas facetas de estos personajes hasta dejarlos por fin desnudos... lo que seguramente revelará algo de nosotros mismos. Marcela Predieri


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