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Verano 2014
Staff Idea: Marcela Predieri (marcela.predieri@gmail.com) Director: Gustavo Olaiz (gsolaiz@gmail.com) Secretaria de redacción: Cristina Mendiry (cmendiry@hotmail.com) Realización: “DELAPALABRA” Grupos de Estudio y Creación Literaria Página WEB: www.delapalabra.com.ar Editor responsable: Ricardo Marcelo Martín Catamarca 3002 - 7600 Mar del Plata - Buenos Aires - Argentina e-mail: editor@editorialmartin.com Diagramación y armado: Gustavo Olaiz Foto de Tapa: Maximiliano Costa Martínez (maxcosta33@gmail.com) Corrección: Silvia Politano (silviabpolitano@gmail.com) Colaboradores: Ana Labandal - Marcela Predieri Roberto Di Vita - Gabriel Cabrejas Rodrigo Ramos - Graciela Barbero Olga Bertinetti
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Edit orial
El término “consenso” presenta problemas. Es un término del lenguaje político francés que apareció en el momento en que se manifestó en los círculos oficiales de la política el sentimiento de que en un número de cuestiones importantes no había diferencia real entre las posiciones de la derecha y las posiciones de la izquierda. Pero ningún consenso ha determinado unanimidad. No pocos observadores han señalado las ambigüedades del término y los peligros que entraña el tema mismo. La universalización de las categorías de derecha y de izquierda legitima e invalida a la vez la ambición correspondiente a ese enfrentamiento. Ahora significa la necesaria coexistencia de los contrarios y no ya el irreductible antagonismo de los principios. Desde el momento en que el individuo es el fundamento de nuestra sociedad, dice Marcel Gauchet, siempre habrá tensión intelectual y política entre poder privado y poder público. La ciencia y la técnica se desarrollan sin justificación moral, sin el sostén de los relatos escatológicos y sin otra preocupación que la de la performatividad. Las democracias del mundo hablan hoy con una misma voz, otra modalidad de lo social que deja margen a la iniciativa individual: una masa compuesta de átomos individuales lanzados en un absurdo movimiento browniano. El sí 3
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mismo colocado en los núcleos de circuitos de comunicación, por ínfimos que estos sean, colocados en lugares por los que pasan mensajes de diversa naturaleza. Como en la magia, una especie de técnica ilusoria, se quieren obtener resultados inmediatamente sin tomarse uno el trabajo de producirlos. En definitiva, los dispositivos rituales funcionan como mediaciones necesarias de la acción que los hombres ejercen sobre los otros hombres. El mundo “encantado” es ciertamente un mundo de sospechas, de infortunio, de males y de inquietudes que se lanza a interpretar, a conjurar y a disipar un mundo en el que el cálculo, la observación y el razonamiento tienen su lugar, pero en el interior de un universo donde importa más reconocerse que conocer. Los dispositivos rituales tienen por finalidad permitir en definitiva a cada cual “reconocerse”. El consenso no es más que un doble desencantamiento. El actual gusto por las conmemoraciones traduce, en virtud de una paradoja que es sólo aparente, esta disolución de la memoria colectiva y muestra el contraste que hay entre un pasado del que sólo subsisten signos muertos y un presente inseguro de su identidad. La razón “consensual” puede definirse como una posición de sabiduría.
Cristina Mendiry - (Pilar) cmendiry@hotmail.com
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Ent revist a
Entrevista: a Giustino Carrea
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Entrevista GIUSTINO CARREA y P-82 El método aplicado sistemáticamente por el gobierno militar ha aportado un nuevo término al vocabulario de la crueldad humana: la palabra “desaparecer” usada como verbo transitivo. Las víctimas de la guerra sucia son conocidas como “desaparecidos”. Por lo general, eran raptados de sus casas o en las calles por escuadrones militares o policiales, llevados a campos de concentración o centros de interrogatorios y brutalmente torturados o violados. No se los acusó de ningún crimen ni se los llevó a juicio. Sus “arrestos” nunca fueron oficialmente reconocidos. Sólo se tuvo noticia posterior de muy pocos desaparecidos. Asesinaron a la mayoría, a algunos en ejecuciones masivas al borde de una fosa; sus cuerpos fueron cremados, enterrados en fosas comunes, o fueron arrojados al mar desde helicópteros del Ejército. Algunas de las víctimas aún estaban vivas cuando se las lanzaba al agua desde los aviones. Los efectos de las atrocidades del gobierno se sentían en toda la población porque la irracionalidad del esquema de desapariciones no dejaba a nadie a salvo. “Ellos” sabían que las órdenes eran ilegales y contrarias a los principios morales generales, por eso ocultaban las pruebas de lo que hacían. Sólo algunos han podido regresar de ese infierno en la tierra, y dar su cruel testimonio.
Mi obra no surge de un pensar surge de un sentir, que se nos graba con la profundidad del momento que lo sentimos, luego la razón nos dice como presentar ese sentir, en mi caso pensé que los hechos en sí tenían una enorme carga de dramatismo, por lo cual mi razón me dijo, que si quería que todos pudieran leer lo que pasó, en ese tiempo y en esos lugares no debía contarlo con la morbosidad real de lo que estaba ocurriendo. Siempre sostengo que la felicidad es la ausencia de miedos, miedos irracionales, miedos psicológicos, el pensar en forma recurrente que puede ocurrir algo que no queremos, o no ocurrir algo que deseamos, a esos miedos me refiero, no al miedo que nos protege ante un evento peligroso, esa ausencia de miedo nos da paz, y esa paz es la felicidad, felicidad no es placer, ya que el placer nace y muere en el hecho y proviene de una fuente externa. La Avispa 59 6
Entrevista
Con este fundamento peleamos en cada día para serenar nuestra alma, para que la realidad que nos golpea no nos opaque la mirada, ni nos humedezca el espíritu. Es tener real consciencia que el universo (en realidad deberíamos referirnos a la suma de los universos) es el equilibrio de lo opuesto, es el único modo que aquello que nació de la nada pueda retornar a ser nada, por lo cual las energías positivas y negativas están equilibradas, podemos llamar el bien y el mal, todo tiene un fin en el mismo, aunque no lo conozcamos, con estas convicciones refuerzo diariamente mi ser. El mundo es el reflejo de las peleas internas del hombre y sus ambiciones, lo vemos en el mundo, en los países, en los grupos y en cada uno de nosotros, por lo cual la reacción no debe ser “en contra de”, la batalla no es con lo exterior la batalla es de cada uno con su interior, el único lugar que se puede y se debe ganar. La locura y la cordura es inherente al hombre, depende de qué lado te sitúes, siempre verás a la locura enfrente de ti. Esto mismo se aplica a las masas, cuando la locura se presenta de ese modo lo denominamos fanatismo. Para responder a tu pregunta, me pregunto, ¿tengo la perfección necesaria para juzgar? ¡NO!, por lo cual, jamás apoyaré, no fomentaré, ni participara de esos hechos, que van en contra de la esencia del alma, pero al no juzgarlas no pueden envenenarnos. El que te nieguen tu identidad no tiene mayor importancia, lo importante es que uno no la entregue, porque te la pueden negar, más no quitar. 7
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Entrevista
Por tanto si tu mantienes tu identidad, y mantienes tu ser, se puede mantener la paz, aun sufriendo dolor, recordemos que el mayor dolor nunca es físico, te puede matar un daño físico, no el dolor, y sí te puede eliminar, anular o destruir un dolor (psicología). El miedo está representado por la muerte, la muerte es la pérdida, no es la muerte física que más nos preocupa, ya que la misma viene incluida con la vida, no es posible la una sin la otra. El que realmente tiene miedo de perder es nuestro ego, el miedo siempre es proporcional a nuestro ego. Realmente no siento que me hayan quedado heridas, sí dolor, por todos lo que de una manera u otra sufrieron este atroz atropello. Por mis amigos, conocidos y por aquellos que conocí y no sé si sobrevivieron, dolor por el terrible sufrimiento de los que perdieron a un ser querido y seguramente nunca pudieron cerrar esa herida. Y también dolor por los represores que perdieron su identidad humana en nombre de un fanatismo político. Doy gracias a Dios, porque nunca se albergó el odio, ni el rencor ni el resentimiento en mi alma, por ello no tengo nada que sienta que deba perdonar, pero como dije siempre: sin odio ni venganza, solo todo el castigo de la ley. Lo que cambió fue mi escala de valores. El noveno día supe con absoluta certeza que esta vida es una pequeña parte del todo y que realmente formamos parte integrada de la energía universal. Yo no escribí un libro, por ello siempre digo que no soy escritor, solo plasmé en unas hojas lo que viví. Lo que definimos como justicia son normas de convivencia, escritas por el hombre, como tal estamos lejos de ser perfectos, por ello no hay nada que hagamos que lo sea. Mi padre adquirió en la guerra una sabiduría de vida ejemplar, parte de su energía me transmitió antes y durante mi encierro. No puedo dar nombres propios, cada vez que pienso en ello pienso en miles. La decisión fue interior y no contarlo en un libro, lo escribí para La Avispa 59
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Entrevista
contarles a los míos, sentí ese deseo cuando vi que mis hijos ya estaban lo suficientemente maduros para que esto no los afectara negativamente.
Giustino pasó 38 días desaparecido en 1978. En el año 2005 publicó su testimonio de esos días “P-82 Crónica de una desaparición y el despertar del alma” P-82 es el número que le asignaron en su detención ilegal. No se conoce otro libro testimonio de un desaparecido sobre su desaparición.
¿Por qué el libro?, como muchas otras cosas que me pasaron, la vida me mostró el camino. Año 2005, paseando por Uruguay, mirada perdida pensando, alguien en frente creyó que la miraba con insistencia, por lo cual me saludó. Por la tarde lluvia, en el hotel, nos tropezamos me causaron gracia los incidentes, fuimos a tomar un café y me pregunta con insisten9
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cia, ¿es usted escritor? —No, soy Ingeniero. —Hubiera jurado que es escritor. —Como mucho podría ser un proyecto de escritor. Insiste hasta que le cuento de P82, se queda dura, pálida, le pregunto el motivo, resulta tener un amigo, que era un ex represor. Nació en mi un profundo deseo de conocerlo, le pedí que organizara una reunión, luego de insistir la programó, lo esperé no se presentó, insistí con una segunda reunión, vino, estaba altamente nervioso y sobreexcitado, luego que me contó que el jefe del Olimpo murió cuadripléjico, a él le quedaba poco tiempo de vida por un cáncer, le leí un resumen de P82, me dijo que así fue, y que creía que debía ser publicado. Ya no dudé en publicarlo. Luego le dije si lo podía abrazar, quería sentir su energía, dudó, luego asintió. Lo que pude percibir, es que era una hoja al viento sin rumbo, ni vida, vacío, sentí pena por él. De allí salí con mi escrito en busca de una editorial. Ing. GIUSTINO CARREA giustino@speedy.com.ar PREGUNTAS QUE LE SIRVIERON DE GUÍA A LA ENTREVISTA DE GIUSTINO: 1)Pensar y obrar son dos momentos de un mismo proceso, ¿podías disociar tu pensar de tu obrar en aquellos días? 2) No es concebible hoy la paz como un estado individual personal, ¿cómo construyes diariamente tu estado interior después de tanto dolor? 3) El mundo está estructurado en relaciones de fuerzas, ¿cómo reaccionas ante la amenaza, el terror, el fundamentalismo? 4) El contexto planetario, más allá de las formulaciones ideológicas que cada uno albergue, presenta fuertes connotaciones universales de carácter thanático, ¿qué improntas te dejaron semejantes abusos? 5) La paz es una estructura que posibilita habitar sin miedo a “ser”, ¿es posible para alguien a quien le negaron su identidad? 6) La primera forma de dominación es “no dejar ser”, ¿qué heridas fueron las más difíciles de sanar en la propia identidad desaparecida? 7) Desde ese “nuevo estado de conciencia espiritual”, ¿existe el perdón? 8) ¿En qué cambió su vida desde el 11 de agosto de 1978? 9) Realizó una tarea tripartita como autor, escritor y personaje, ¿cómo logró escindir a cada uno de ellos para alcanzar el objetivo del libro? 10) Teniendo en cuenta todos los juicios que se están llevando a cabo por lesa humanidad, ¿Cree en la justicia actual? 11) ¿Creés que lo que pudo haber transmitido tu padre de la segunda guerra te ayudó a pasar momentos tan límites? 12) ¿Cómo se hace si se quiere nombrar a una persona que conocés que ha pasado por esa terrible experiencia? 13) ¿Lo de contar en un libro 25 años después como fue? ¿Por qué no antes, por qué no después o tal vez nunca? ¿Es una decisión interior o exterior?
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Poesía MARÍA DEL MAR ESTRELLA EDMUNDO TORREJÓN JURADO ESTELA POSADA MAXIMILIANO COSTA MARTÍNEZ ROBERTO ROMEO DI VITA GUILLERMO LÓPEZ GEADA ALDO NOVELLI ANA MARÍA MAYOL JUAN IDIAZABAL JUAN MANUEL ALFONSI JESÚS GARCÍA CLAVIJO OLGA BERTINETTI ANDREA MARÍN GERARDO MOLINA ROSA LÍA CUELLO VÍCTOR NOBRE 11
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Poesía COPA DE SOMBRA
A César Vallejo
Yo soy aquel heraldo que bebe infiel cicuta en la copa de sombra del destino el aullador errante de un llanto en sangre viva, el que nació ese día que dios estuvo enfermo y cuya humillación fue travesía de inmolado abandono crucificado en un desierto de insepultos. Habito el desamparo de ser sólo intemperie. Yo soy el mensajero de una estirpe que agoniza sin doblar la rodilla velando tanta muerte hermética y tirana absurda y triste. Proclamo mi condena con los ojos abiertos sentenciado a culpa de nacer. A duro grito. Vulnerado festín de rosas negras. Que vengan los apóstatas a cobijar mi ausencia y esparzan mis harapos en el viento y que mi madre Trilce —la impiadosa— me acune entre sus pechos funerarios. No habrá más cacería.
MARÍA DEL MAR ESTRELLA (Buenos Aires) (Del libro “Fuegos ceremoniales-” - Vinciguerra)
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INVIERNO
Poesía Para Roxana Varas Castrillo
Hasta ese tu silencio hoy te queda grande. ¿Dónde habita aquel arcón pleno de ilusiones –que a fuerza de sudores– transplantaste tú a este “Primer Mundo” despiadado? –Pon esa boleta de despido en tu acre río de inmigrante. –Tal vez su curso la transporte hacia tu patria. ¡Tus lágrimas y tu desolación, –caro Pedro– no se cotizan en las inmisericordes Bolsas de Valores! 13
EDMUNDO TORREJON JURADO - Madrid, invierno de 2012 pocho.torre.17@gmail.com - (BOLIVIA)
Tu destino, Pedro, cabe hoy en el humo de un cigarro.
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Poesía
COMO SI TODO Y ella salió de allí con su silencio a cuestas los ojos negros de tanto golpe tatuados en azul los brazos el estómago hundido contra la espalda
ELOGĬUM Ella es pájaro tibio que se escapa de la boca de los dioses Aliento húmedo y creador de fantasías sus ojos gemas ignotas pertenecen a otra estirpe soñados al alba por las musas que inspiran a los vates ella es nectario del amor Su color arco iris eco infinito de esperanza matriz madreselva reina madre Trémula libélula dorada.
ESTELA POSADA
salió de allí como si nada como si todo como si nunca más salió con su silencio grito y esos ojos muertos por tanto luto que alguna vez fue amor
ANA MARÍA MAYOL (San Martín de los Andes, Neuquén)
(Mar del Plata) - esmposada@gmail.com www.estelaposada.blogspot.com.ar La Avispa 59 14
Poesía LA SOMBRA DE LOS NIÑOS Y NIÑAS SIN NOMBRE A lxs sin nombre. A ese viejo roquero. A Héctor. A Víctor Clementi.
No hay nadie ahí. Ella está. Puebla el suelo su mirar negro, me espera. Un viejo roquero me sorprendió en el camino y sentenció “¡desde hoy vas a aceptar esta prisión!” Tenía el dedo índice torcido como aquel anciano Pataxó, quien dijo en Porto Seguro, que mi sombra es la cuna de mi muerte que me acompaña en su espera. ¡Muñeca raquítica voy a vos sin remedio! Adoro tu figura siempre a mi lado, bailando en mil siluetas. Jugas a tocarme, pero no puede ser aunque de noche me abrazas en un vestido tenue. Te negué mis ojos alguna vez, erguí mi cabeza y el Sol los quemó, ahora creo que es solo tu aroma lo que intuyo. Quizá sean las flores sepulcrales lo dulce que prueba mi olfato ¿o será mi propia negación? Y sigue sin haber nadie ahí. Ella está. No voy a hablar de los que nadie habla porque ellos ya no tienen un nombre, por lo menos, uno que pretendamos recordar ¿Quien soy yo para describir la nada? Que no tiene lágrimas o miedo a la ignorancia ni a la que nos inventamos ni a la de verdad. Los que no tienen cuerpos para ser violados ni imágenes cargadas para que alguien trafique ¿dónde irán a pedir ayuda con sus voces amordazadas, en que hombro huidizo caerán a llorar?
MAXIMILIANO COSTA MARTÍNEZ
(Mar del Plata) - maxcosta333@gmail.com
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Poesía MARAVILLA MARTÍNEZ
Semblanza Enmudecieron las pantallas en los segundos de caída de un boxeador en apuros Luego como puede Maravilla Martínez se levanta y se abraza bailoteando a los sesenta segundos de la gloria o el ocaso. Enmudecieron los gritos de las putas famosas en Las Vegas presentes y de los argentinos impredecibles del deme dos y no pago nada, si puedo. El guerrero de Quilmes se Levanta se esfuman los fantasmas De Gatica, Bonavena y Monzón. Siente su cuerpo dolorido, su ceja y cabeza cortadas. Su rodilla rota y el clic de sus neuronas maltrechas. Llega al final de un combate sangriento, triste, incomprensible , anacrónico y Triunfa. ¿Triunfa?... ROBERTO ROMEO DI VITA (San Martín) – robertoromeodivita@gmail.com La Avispa 59
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Poesía
crucificado vuelca la espalda contra los ojos afilados de la calle quema y repone astillas entre las uñas su cuello torcido ronca rezos viejos camina el piso con la frente cruza la mañana con las piernas descosidas abre al cielo sus manos agujereadas alcancías de la historia que atardecen al mundo costillas culpas le aprietan el estómago en los huesos de su boca pesa el silencio y las pestañas gastadas de hablarle a las nubes
GUILLERMO LÓPEZ GEADA
glopezgeada@gmail.com – (Mar del Plata) 17
León Ferrari
su pelo llueve transpira la vergüenza de no tener explicaciones para los dientes de la noche
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Poesía
iluminación
/”vuelo, mi polvo será lo que soy” Hafez-e Shirazí, o Hafez (Isfahán, actual Irán, 1325 - Shiraz, actual Irán, 1389) Poeta persa. Nacido como Mohammed Shams od-Din, su sobrenombre literario de Hafez (“preservador” en árabe) responde a que conocía de memoria el Corán.
viajeros de esta fantasía rota “desocupado lector” leo a Gonzalo Rojas y siento la herida que me golpea el pecho la herida de la humanidad que no se cierra nunca habitantes heridos de un mundo lastimado peregrinos sufrientes de las estrellas expulsados por humanos por locos por pasionales de un paraíso imposible olvidamos la luz de la sangre heredada y desparramamos sombras en hijos nuestros/ copulamos con dios para sentir el resplandor de una memoria ancestral/ adoramos al sol pobre remedo de la iluminación/ morimos de mar para retornar al océano amoniótico buscando la felicidad en el origen de la placidez preservamos la llama de la caverna prehumana La Avispa 59
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Poesía
homínidos salvajes nos quemamos las manos el alma y el sexo en un fuego incontrolable/ liberamos emociones desmedidas lujurias atávicas en cada golpe fálico contra una vulva trémula tan solo para hacernos eternos.-
ALDO NOVELLI
aldonovelli@yahoo.com – (Neuquén)
business are business
un ciervo alado vuela sobre un campo verde ve junto a un árbol al unicornio comiendo manzanas/ baja inmediatamente le propone un trato cambia sus alas por el cuerno en la frente. uno es comerciante el otro poeta.
ALDO NOVELLI
aldonovelli@yahoo.com – (Neuquén) 19
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Poesía
Reflexión ardiente
Reflexiones junto al cordón de las zapas, del cable cuelga una vida miles pesos muertos los efluvios del puerto llegaron al río. Pandora revienta mi cabeza la caldera a mis pies se rompió, no hay repuestos curitas del alma sangra y desangra. Superman no llegó arde bronca las iglesias se llenan de penas las almas comen pizza esperan la hoz y la hostia; la Parca no llega, se cansó de la Argentina, de sus muertes múltiples todo el mundo tiene un después de este antes, somos una masa de bultos carbonizados, arde el piso, llora el cielo, mientras tanto las peleas, las primarias arden, la horca para la plebe nobleza no existen culpables, arde mi cabeza, una vida en mis manos reflexión sobre la responsabilidad una foto del Lovecraftiano horror a la Argentina, Cthulhu fhtagn rye rye fhtagn Argentina
JUAN MIGUEL IDIAZABAL
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(Mar del Plata) - chaselon@hotmail.com 20
Poesía
KREMLIN El que dirigía la Asamblea Usaba un matafuego para congelar Las paredes del Palacio. Nadie puede entrar ni salir ahora, decía. Pero yo salí: Un niño había quedado afuera del Palacio. Afuera caía nieve. El muchacho corría a un gato. Alcancé al muchacho cuando éste alcanzó al gato. Le dije que no podía entrar al Palacio con el animal. Me dijo que si no entraba con el gato no entraba. Le dije que afuera se congelaría. Me congelaré con el gato, dijo. Entonces, por ahí pasaba el Moscova Agarré al gato y le dije al niño que se metiera en el Palacio. No lo tires, me gritaba, por favor, no lo tires. Tiré el gato al río. El Moscova es un río tranquilo. El gato se hundía lentamente. El niño lloraba mientras el gato trataba De mantenerse a flote. El gato se congelaba antes de hundirse.
JUAN MANUEL ALFONSI
Tolosa. 22/11/2013
alfonsimanuel@gmail.com 21
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Poesía GALERÍA II Con un poco de amor me levanto a mi diario de sed y de espanto. Silvio Rodríguez
Frida En sus dolores en autorretratos en su fantasía en la soledad en sus pinceles en sus 16 años en la desintegración de su cuerpo en un hueso pélvico y los otros por todo el cuarto.
Caspar No hay que ir a París para apreciar a Caspar tan lejos tan simbólico tan religioso. El árbol de los cuervos puede estar al doblar de la esquina. La Avispa 59
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Poesía
Goya No quedó sordo por la enfermedad fue para no oír las miserias sociales. Pintó a Saturno devorando a un hijo con lo más oscuro de lo humano murió en Burdeos sin herederos en la noche cuentan que sordo, dicen que solo, dicen… que un pincel llora en Madrid.
Vincent Se volvió loco por nacer en marzo por vivir en Francia por los mineros de Bélgica por los grabados japoneses por un Taller del Mediodía por los cipreses por las pinceladas, los amarillos, verdes y azules por Paul y una navaja por una noche de remordimiento por los Cuervos sobre el trigal por las cartas a Théo por un disparo en julio porque se cortó una oreja porque nadie lo amó en la tarde.
JESÚS GARCÍA CLAVIJO
(CUBA) - irenec@medired.scu.sld.cu
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dentro de un hueco mi frente divisa pájaros el aire me rebota letras Me inyectan frente al espejo —Dios no tardes tanto— en el refugio se bordan noches el día muere en un baldío Me inyectan mientras navego en un barrilete no logro que el viento sea el maná nací donde el diablo hurga en los bolsillos Me inyectan —no me agarre no me toque no me empuje el agua grita en la pava se incendian los cables de mi cerebro no bebo más en vasos que están de luto Me inyectan debajo de la higuera la lechuza se relame igual que a Nerón me gusta el fuego mi banco mi cuco dormido mi fantasma infiel Me inyectan tiempo limitado me voy de viaje el Coliseo queda cerca La Avispa 59
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OLGA BERTINETTI
NO TENGO REMEDIO
(Mar del Plata) - pinochafiestas@yahoo.com.ar
Poesía
Poesía
DISFRAZ DE POETA El lomo sujetará las hojas y en ellas descansará tu nombre. Guerrero de inmortalidad dudosa, de pluma y tinta condenadas a batallar contra oscuras mortajas del silencio que ocultan versos a poetas sin árbol y a sembrar estambres de sutiles abecedarios entre metáforas deshechas por el vino anochecido y el rencor de los pecados. Guerrero de la palabra, te hundiste en la saliva de recuerdos moribundos. Escarbaste con los ojos mirada hombre engaño. Besaste a la mujer que paría con los labios. Fracasaste en el amor. Triunfaste en el fracaso. Guerrero insurgente de transpiradas musas de puntos suspensivos de rimas deshilvanadas de prosas recesivas.
Guerrero de vientos urdidos en la contienda de miserias. Embozado de poeta buscaste encerrarte en un libro para no perder tu lucha, tu mirada, tu hastío, tu mañana... El lomo sujetará las hojas y en ellas descansará tu nombre.
ANDREA MARIN – (Mar del Plata)
andreamarin65@hotmail.com www.nosehagaelartista.blogspot.com.ar
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Poesía
Canto al Vino Supe de tus bondades junto al plato humeante En la casona alegre de trinos, solariega, Pilar inconmovible de cosas familiares, Tus rubíes cantaban en las copas abuelas. Después fue la bohemia trashumante del arte, El amor, el misterio, los sueños, la poesía; Santificaste fechas, rubricaste ideales, Obstinado y valiente compañero en la vida. Y así fuiste el más fiel de los amigos, siento Que hay que saber quererte, gustarte, valorarte. ¡Cuántos soles dormidos sin pensarlo despierto En el oro que fluye de la vid a mi sangre! ¡Ay de aquéllos que ignoran que todo en la existencia Requiere un equilibrio, una sabia medida Y sólo encuentran sombras donde yo bebo estrellas Y pierden en inútiles embriagueces la vida! Y hoy, maduro de sueños que crecen como espigas —el tiempo es una estrella tras de la cual giramos— Me interno en tus caminos hacia tu roja herida Y apreso sus fulgores llevándote a mis labios. Que canten tus rubíes como en la solariega Estancia, mientras vuelvo, impenitente y ávido, A tus vergeles donde la dicha se renueva, Mi corazón sonríe y se aquieta, ensoñando…
GERARDO MOLINA
gerardomolina@adinet.com.uy (URUGUAY) La Avispa 59
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Poesía
Café de por medio Se detiene el tiempo en tu mirada se arquea el silencio en tu boca Café de por medio un remolino negro se traga la cuchara nerviosa. Un suspiro en cautiverio pugna por su libertad abre tu boca y la transforma en hueco. Tu mirada se ausenta como si vieras con otra mirada tu boca se ausenta como quien ríe otra risa. La boca expulsa un adiós. Palabra abstracta con sonido de pasos que se alejan.
ROSA LÍA CUELLO
(Cañada de Gómez - Santa Fe) bahiasilenciosa@yahoo.com.ar www.elritualdelapalabra.blogspot.com 27
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Poesía ***
Piensa en lo que, en tus ojos, hace El verme llegar, la sorpresa de descubrirme Cada vez Para tu cuerpo Nuevo, otro, infinitamente de repente el que nunca antes fui. Piensa en el espejo Que se vacía cada vez de ti Cuando no te veo Cuando desobediente a mi voluntad (et voluntatis tuam) hacia del día la nada parto. ¡Ay! Paradoja, vacío parto de ti lleno De tu amor pleno, abrigado y fresco. Piensa en lo que, en tus ojos, hace Y por tu espalda desciende, mi piel cuando desnuda para tus manos Cada vez mis pasos el mapa De tu territorio andan. Piensa en la devastada superficie del Ara En que en nosotros Amor oficia, Cuando se sueltan apenas nuestros labios Y anuncia el rumor lejano de la ciudad, silente ya, Del navío la partida. Piensa, en lo que en tus ojos, la distancia En mis ojos pone. 15/01/2004
VÍCTOR NOBRE (PORTUGAL) nobrevictor@sapo.pt
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Cuent os y relat os JUAN MARCELO GONZÁLEZ ANA MARÍA LABANDAL MARCOS RODRIGO RAMOS LIDIA CASTRO HERNANDO ESTELA POSADA JORGE ARRIBAS DANIEL LERENA GUILLE SÁNCHEZ MAGARIÑOS MARIANA MALBRÁN GRACIELA BARBERO CLAUDIA MORRO
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Cuentos y relatos LA ESCULTURA DE ARTEMIO El constante picotear del cincel reinaba en el silencio, mientras varias esculturas eran lentamente desnudadas de sus harapos de mármol. Artemio, en un rincón, se dedicaba a tensar los músculos de una Venus con la tenacidad de un Dios. Había trabajado en el taller desde pequeño, primero alcanzando herramientas y limpiando; luego, cuando sus manos fueron lo suficientemente fuertes como para sostener el peso del martillo, comenzó a delinear los grandes bloques. Era el hijo menor de un viejo ayudante, al que había visto desmoronarse a través de los años, a medida que las imágenes le arrancaban pedazos de vida a cada golpe del mazo. Cuando su padre murió, Artemio juró no dejarse vencer por esas frías imágenes, y que se convertiría en un artista a la altura de los mismos dioses. Con el tiempo fue dominando el oficio. Estaba convencido de que su don era divino, de que era capaz de crear una escultura digna de ser venerada por siempre, y en silencio seguía perfeccionando su técnica. Hasta que llegó el día en que decidió que era el momento de enseñarle al mundo su grandeza, y se despidió de su maestro con la soberbia de una gloria aún no alcanzada. Su modelo favorita siempre había sido la más hermosa de las deidades, y se entregó con devoción y amor a esculpir su ebúrneo cuerpo. La obstinación por la perfección lo llevó a destruir una tras otra esculturas que podrían ser el orgullo de cualquiera, pero que a él le parecían torpes imitaciones de la realidad. Los años pasaron sin que de su mano saliera una sola pieza, pero finalmente logró su propósito: Había terminado la más increíble de todas las representaciones de Venus, que seguramente sería venerada en el nuevo templo que estaba en construcción. Una figura jamás tan bien representada por manos humanas. La textura de la piel, el contorno de los músculos, la fluidez de los labios y los finos detalles del cabello, eran de un realismo divino. Esa noche, la última, Venus, quien se había visto seducida por el amor desplegado por Artemio en el acto de la creación, se presentó en el taller, y dotando de vida a su propia imagen, se entregó a él. La mañana siguiente la ciudad se despertó con el fuego de las entrañas de la tierra, que como una estampida bajó la ladera de la La Avispa 59
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Cuentos y relatos
montaña abrasando cuanto encontraba en su camino. Sintió el temblor y el bramido del suelo que se desgarraba con incontenible furia, mientras una lluvia de piedras cubría la ciudad. Lo último que vio, antes de ser sepultado por una ola de cenizas incandescente, fue cómo la Venus, que lo miraba con su hermoso rostro de eternidad, era destruida por una roca incendiada, venida del cielo como un rayo fatal. Dieciocho siglos después el cuerpo de Artemio fue encontrado. Aun conservaba la postura, las líneas de los músculos y el gesto de terror por el fin que lo abatía. Si alguien conociese su historia, podría conjeturar que su rostro reflejaba la pena por la pérdida de su obra. O quizás, porque antes de morir había comprendido que el cataclismo había sido provocado por Vulcano, celoso de que manos humanas hubiesen conocido tan bien las delicadas líneas del cuerpo de Venus, y que en su deseo de destruir la imagen y a su creador había arrasado con toda la ciudad. Artemio quiso inmortalizarse creando una escultura digna de un dios, pero en su lugar, solo perduró la ausencia de su propio cuerpo moldeada en ceniza por el dios del fuego. Hoy, una escultura anónima de yeso colada por un aprendiz de arqueólogo, es contemplada con admiración por los millones de personas que cada año visitan la ciudad de Pompeya.
JUAN MARCELO GONZÁLEZ
(Mar del Plata) - marceloma3x@yahoo.com.ar 31
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Cuentos y relatos HUMO Volví en mí por las arcadas. El humo del cigarrillo, otra vez, y ese olor a tabaco negro que fuma este tipo. Por eso habrá sido que pensé que estaba con Juan. Qué cosa, la cabeza. Aparece Juan y se mete en la memoria como el humo. Ya me parecía raro. No sólo porque Juan está muerto sino porque hace cuarenta años que lo dejé. Parece que fue ayer y pasó la vida. Una pierde noción del tiempo y la realidad. Fue después, entre arcada y arcada, que volvió la consciencia y caí dónde estoy. Me abordaron los tres hombres, cuando le abrí la puerta al empleado del correo que no era uno sino eran tres y encima tampoco eran empleados de correo. Ya está, hora lo tengo claro. Me empujaron, me tiraron al suelo y me ataron. Éste es el sillón del living, me habré desvanecido o me quedé dormida y me dejaron acá, con este tipo que fuma. Igual que Juan, fuma. Se oyen las voces, los otros están en el cuarto. Mejor no hago ruido y espero a que terminen, con este hombre al lado que me mira y fuma. Me dice: abuela, ya falta poco. Es amable, podría ser peor. Dice que está para cuidarme, como si yo fuera el peligro. Fuma como un sapo, como Juan. Los otros están revisando, viendo qué llevarse. Qué se van a llevar si no hay nada. Las fotos de Juan, las fotos de los dos en la plaza, las del casamiento. A pesar del tiempo y de la muerte, del olor a tabaco negro y del humo, no hay caso. No puedo olvidarlo. Que se lleven lo que quieran, mucho no van a encontrar y si me quieren matar me hacen un favor. Sólo pido que no rompan mucho y si me matan que no duela. Si pudiera hablar le diría a este tipo que no fume, no quiero vomitar con el trapo en la boca. Tal vez le dé lástima esta vieja, me diga: perdón abuela, le saco el trapo y apago el cigarrillo. Pero si Juan no lo hizo, qué voy a esperar de éste que ni me conoce. No tuvimos chicos con Juan, por eso no había excusas para prohibirle que fumara. Si los hubiéramos tenido, seguro que tampoco le habría importado. Egoísta, Juan. No quería hijos y yo lo quería a él. Esperaba que me toque con esos dedos amarillos de tanto fumar. Yo esperaba, él escribía. Yo no sé si fumo para escribir o escribo para fumar, se justificaba detrás de las volutas de su cigarro para que no lo pelee. Así, estaba condenada a vivir entre una nube espesa que impregnaba la casa, invadiendo todo lo que había adentro. Era eso o irme. La Avispa 59
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El humo y el olor a tabaco negro eran los protagonistas, reinaban en la casa y yo parecía la inquilina. Raros, nublados esos tiempos. Por eso estas náuseas, estas ganas de vomitar. El recuerdo vuelve en oleadas de humo negro. Se me mete en la boca, en los ojos. Estos ojos que no podían más que arder y llorar para sacarse el humo. Llevaba el olor impregnado como un sello de agua, al rojo vivo, en la ropa, en el pelo, en la piel. No puedo respirar. Pica en la garganta, me corta el aire y me arde la nariz. Afuera, la vida se veía lejana a través de los vidrios opacos de nicotina, con ese color sepia tornasolado. Ahora también se ve lejos, afuera, aunque no es por los vidrios. Como la niebla, el humo ganaba terreno. Me nubló por dentro, viciando el aire, el amor. Con el futuro empañado, más negro que el tabaco, lo dejé. Me sacan la mordaza, prometo no gritar. Un alivio. Cómo les hago entender que Juan no está. Preguntan por el hombre de las fotos, el del pijama debajo de la almohada. No me creen que está muerto, no me creen que lo dejé. Cómo vas a dejar a un muerto, vieja loca, qué te fumaste. Y le ponés pijama, también al muerto. O te estás comiendo a un pibe y no al de la foto. Quién le va a dar bola a esta vieja seca, no tiene un peso. Hablá porque sos boleta, a qué hora viene. De acá no nos movemos hasta que llegue con la plata. Me atraganto entre las lágrimas y la risa. Me veo y los veo desde arriba, como si no corriera peligro de muerte. Pobres infelices, los cuatro. Yo y los tres chorros. Queriendo algo de Juan, están fritos y no porque estuviera muerto. Si vivo hasta el humo era prestado, qué le iban a sacar después de muerto. Se alejan, hablan en voz baja, me miran. El que me cuidaba gesticula como para convencerlos. Está loca, la vieja. Vamos, no tiene nada. El portazo me sorprende y no me alivia. Estoy atada, sola. Despacio, con paciencia, voy a conseguir liberarme. Si me salí de Juan, bien me puedo soltar estas sogas. Tranquila. El humo se diluye, poco a poco. Otro desconsiderado, este tipo: bien podría haber abierto la ventana.
ANA MARÍA LABANDAL
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Cuatro partidas
Era Junio y hacía frío en Villa Verde. A las diez de la mañana llegó el primero de los “Juanes” protagonistas de esta historia, dijo llamarse Juan Bautista, de ropa clara pero abrigada no aparentaba más de 45 años. A Liliana le agradaba la timidez que reflejaban sus ojos, pese a ser un adulto lo sentía niño, traía un bolso y una caja de madera rectangular. Dijo estar esperando a alguien con quien se encontraría aquí, en el hotel Minos. A las 17 horas llegó el segundo Juan, Juan Cristóbal, le llamó la atención el gran parecido con el otro. Pese a tener distintos apellidos era evidente algún parentesco. Las diferencias no eran tanto en lo físico sino en la vestimenta y el peinado, éste llevaba el pelo desordenado y vestía de negro, y si bien tenía el mismo color de ojos, su mirada era diferente, tenía cierta malicia, lo que a ella le generaba cierta inquietud pero también lo hacía más atractivo. A la noche los dos se encontraron en el pasillo, se estrecharon la mano y fueron a ubicarse en la confitería. Pidieron cerveza con una picada. Uno le explicó que por cuatro noches en ese mismo horario iban a necesitar una mesa. —¿Para qué? —preguntó Liliana. El primer Juan tomó la caja de madera, la abrió y sacó las fichas y el tablero. —Vamos a jugar al ajedrez. Cuatro partidas, una por noche. ¿Hay algún problema? —Ninguno —les respondió y fue a preparar el pedido. Cuando volvió ya habían iniciado la partida. Juan Bautista eligió las blancas lo que a Liliana le pareció natural. La segunda noche el primero en llegar fue Juan Cristóbal, afeitado y con el pelo ordenado su parecido con el otro se había acentuado, sin embargo ella estaba segura de poder seguir diferenciándolos, sobre todo por la mirada y la ropa. Pidió algo de comer. A eso de las diez, según lo convenido, vino el otro y comenzaron el juego. El tercer día aparecieron vestidos igual, de negro. Cualquiera creería estar ante gemelos, pero Liliana aún los podía distinguir. Cuando los saludó los llamó a cada uno por su nombre lo que les llamó la atención. La Avispa 59
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—¿Cómo pudo diferenciarnos? —preguntaron casi al unísono Decidió mentirles. —Es fácil. Juan Batista está siempre con las blancas y Juan Cristóbal con las negras. Sonrieron complacidos y reanudaron la partida.
La cuarta noche vinieron de oscuro y con anteojos negros. Se acercaron a la recepción con un pedido especial. Iban a pagar las habitaciones por adelantado y al día siguiente uno se llevaría el equipaje de los dos, al otro ya no iba a verlo más. —¿Por qué? —les preguntó. —Es una apuesta —contestó uno de ellos que ahora no podía diferenciar. Intuía algo oculto pero no dijo nada. Pidieron algo de tomar y empezaron sin quitarse los anteojos. A las dos horas el juego terminó. Estaban angustiados, se abrazaron fuerte y luego salieron a caminar por la costa, eso dijeron. A las ocho de la mañana regresó uno solo. Pidió las llaves de las habitaciones y fue a buscar los dos equipajes. Cuando estaba por irse le preguntó por las partidas de ajedrez, quería saber quién había ganado. —El ajedrez es como la guerra. Todos siempre perdemos. Notó su dolor. Una lágrima caía por su mejilla. Liliana le acercó un pañuelo. Él le agradeció y se quitó los anteojos para limpiarse, entonces pudo verlo bien. Tenía grandes ojeras marcadas y sus ojos estaban muy irritados, seguramente había estado llorando y no había dormido en toda la noche. Por momentos Liliana creía estar frente a Juan Bautista, pero luego dudaba, no podía discernir ante cuál se hallaba. Entonces se animó a preguntar: —¿Usted cuál de los dos es? —Sólo soy Juan —dijo y se marchó.
MARCOS RODRIGO RAMOS
letrasrojas21@yahoo.com.ar
Cuento ganador del 1º Premio de XII Concurso Nacional de cuento y poesía organizado Asociación Civil Arte y Cultura de Merlo (23/08/13) y parte de su libro “La novia de los minotauros” de próxima edición.
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Cuentos y relatos MI ÚLTIMO DÍA Sé que éste es mi último día. Me invade una blanca pena al dejar esta vida. Fue buena conmigo. Siempre sentí un calor protector y aún en la oscuridad de mis ojos ciegos fue como estar en un paraíso. Superé los contratiempos. Al final del camino creo que ya no necesito ayuda. Lo gocé todo, me brindaron inocultable bondad, aprendí a amar entrañablemente a quienes me cuidaban y ayudaban, conocí la primordial tibieza y a mi modo, brindé esperanzas y envié mensajes de amor. Siempre que me hablaron atesoré los sonidos como verdaderos. Y también sé que a lo largo de esta vida fui escuchado y seguido en cada movimiento. Según palabras de los demás, fui tenaz perseguidor de la meta final. El camino resultó, al menos para mí, bastante corto. Creo que lo atravesé airoso. No niego que me habría gustado disfrutar un poco más. Pero dicen que en el más allá vamos a ser reyes o mendigos según hayamos transitado por éste. Yo me consideré siempre más que un príncipe. Sin embargo, una parte de mí aún se resiste a dejar el trono. No es fácil abandonar un lugar donde se fue tan feliz, como yo lo fui. Espero haber comprendido lo que me dijeron: este paso es inevitable. Ya estoy añorando los sonidos lejanos, los ecos conocidos, los temblores compañeros. Por momentos la intriga me es insoportable. Pero aprendí a ser paciente. La naturaleza me guía y sé que todo tiene su tiempo: no debo empujar hacia el objetivo si no es absolutamente necesario para mí. No hay apuro, me digo. Sin embargo acá adentro, sé que no es verdad. El suspenso me domina y quiero saber. Conocer. Encontrarme con esa poderosa luz al final del túnel. Deseo el abrazo de esos seres luminosos que me imagino con los brazos abiertos. Estoy listo. No necesito ayuda alguna. Reconozco que ya me ahoga este mundo transitorio y el otro, que imagino perpetuo, me atrae impiadoso. Me dejo llevar por mi instinto. Al fin y al cabo, todos queremos la inmortalidad. Creen que estoy sufriendo pero no es así. Tiemblo, retengo y me lanzo. Resplandor. Nueve meses de reinado y ahora dos brazos blancos me reciben amorosos. No puedo evitar llorar con la palmada. Todos se ven La Avispa 59
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felices, y a mí me falta el agua.
LIDIA B. CASTRO HERNANDO
(Mar del Plata) - castrohernando@gmail.com www.escritosdemiuniverso.blogspot.com
Verbigracia …para Ángela Los ojos azules, cristalinos, derramaban alegría. Su sonrisa y la ternura de su voz aplacarían cualquier furia, hablaba con tanto amor, susurrando apenas las palabras. Seguramente nada podría sustraerla del afecto que la podía toda entera mientras le decía despacito que lo amaba –Qué linda ropita que trae puesta hoy, toda celestita como los ojitos, no, no, no me haga pucherito, yo le voy a dar lo que usted quiera. ¿Quiere un dulce o tal vez una mamadera? –¡Lo tocaba y acariciaba ensimismada agregando tantas palabras incomprensibles que sólo el amor comprende...! Me quedé mirándola un momento en el silencio, ni siquiera se había percatado de que yo estaba allí. Guardaba en el semblante un aire infantil y exaltado que hacía que el contraste fuera aún más fuerte en la escenografía austera al recortarse sobre el regazo del vestido blanco, ajenas a todo sentimiento, las orejas inmensas de un conejo amarillo que abrazaba con pasión.
ESTELA POSADA
(Mar del Plata) - esmposada@gmail.com www.estelaposada.blogspot.com 37
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Cuentos y relatos MYSTERY BLUES Mateo decidió pasar los últimos días de su primer viaje a Estados Unidos en Memphis. Había heredado de su padre la pasión por el blues, y no quería perderse la oportunidad de visitar el hometown de B. B. King. Solo y con pocos dólares, la primera noche salió en busca de los bares que le había recomendado un amigo. Le llamó la atención uno llamado The Old Chum, en el que se publicitaba, en una pizarra, la promesa de que el cliente podía escuchar ahí sonidos que en Beale Street (la calle turística más conocida por los bares bluseros) no existían. Intrigado por esa desfachatez entró, pidió una cerveza y se sentó a la barra, esperando que empezara el próximo número. El pub era una de las típicas guaridas que frecuentaba la gente de ese barrio humilde para escuchar blues o, simplemente, flotar a la deriva en mares de cerveza. Estaba atrofiado de olor a humedad estancada, pisos mal lavados y la grasa eterna de la cocina, intensificados durante las noches por los de la nicotina, la marihuana, y el sudor. Su amigo le había contado que era casi un milagro bíblico que la concurrencia le prestara atención a los artistas en lugares como ese. Cuando el próximo cantante subió al escenario, entre el silencio de la clientela, Mateo supo que le esperaba algo bueno. El tipo era flaco, alto y de tez morena. Vestido como estaba con su saquito azul oscuro, zapatos brillantes y sombrero fedora, parecía la personificación del estereotipo blusero. Sentado en un taburete, deslizó apenas los dedos sobre las cuerdas, junto con algún que otro golpecito dado con el canto de la mano sobre la madera. Enseguida tomó el control su voz, caudalosa y melancólica que, de a momentos, se alzaba en un falsete que ondulaba en el aire espeso, entrando en los oídos como una caricia al tímpano. Cuando llegó al estribillo, la gente ya cantaba con él. Después de cinco canciones, con las que logró aplausos de pie durante varios minutos, el cantante se despidió con un simple: –Thank you very much. Guardó la guitarra en el estuche, bajó del escenario, y salió por la puerta de atrás. Mateo pidió otra cerveza y le preguntó en su inglés bastante torpe al barman, un negro enorme, cómo se llamaba el cantante que acababa de escuchar. La Avispa 59
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–No idea, buddy –dijo éste. Mateo asumió que el barman no tenía tiempo, o ganas, de dar pie a ninguna conversación. Sin embargo, estaba decidido a conseguir algún dato sobre el cantante, porque lo que acababa de escuchar le parecía simplemente mágico. Después de un rato de intercambiar frases agramaticales y algunos gestos explicativos con el barman, Mateo entendió lo que éste le decía: no había nadie en ese lugar que supiera absolutamente nada sobre este tipo que, cada tanto, aparecía, daba su espectáculo, y desaparecía enseguida. Intrigado, y pensando que podía llegar a tener suerte todavía, salió por la misma puerta que el cantante, esperando quizás encontrarlo fumando en el callejón. Pero en el callejón sólo había unos contenedores de basura, y un gato que lo miró atentamente durante un momento. El animal no lo encontró muy interesante, y siguió lamiéndose una pata con suma atención. Se fue un poco decepcionado, pero decidido a volver al bar al día siguiente. Durante el día paseó, sacó fotos e hizo algunas compras, pero no pudo sacarse de la cabeza los blues tan bien ejecutados por el tipo del sombrero. A la noche se sentó otra vez junto a la barra, y esperó con paciencia a que hiciera su aparición. No tuvo suerte. Pero el barman, que parecía haberse apiadado de Mateo, le presentó a la venezolana Encarnación, una de las chicas que atendía las mesas y la única que hablaba español en el bar. Debía estar casi en los cuarenta, pero no habían desaparecido de su cuerpo las sinuosidades que delataban su origen caribe. –Mira que puedes no tener suerte –fue lo primero que le dijo Encarnación, y se sentó en el taburete de al lado–. Este tipo aparece a veces, y después nadie lo ve por un tiempo. –Espero que esta vez no sea por mucho tiempo, porque me tengo que volver a mi país pasado mañana temprano. Lo que no entiendo es cómo puede ser que nadie sepa nada de él. Ayer y anteayer escuché de todo acá, pero nadie se le acerca a este tipo. Es increíble que 39
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ningún cazatalentos lo haya hecho grabar. –Eso pasa todo el tiempo en estos bares, honey, hay mucho artista no reconocido. Es triste, lo veo todo el tiempo. Pero a éste cantante misterioso tuyo... no creo que alguna vez lo graben. –¿Por qué lo decís? –Mira, si quieres llámale superstición, pero me parece que hay algo raro en ese hombre. Cuando la gente lo oye parece como si estuviera en trance. Nos pasa también a los que trabajamos aquí, y eso que estamos acostumbrados a escuchar de todo. Los labios gruesos de Encarnación se fruncieron apenas, y agregó: –¿Y sabes qué? Todo mundo anda luego de mejor humor. –¿Me estás diciendo que es el duende mágico de la música? –Tú llámalo como quieras –contestó Encarnación con una sonrisa irónica–. En mi pueblo natal se habla de la leyenda del Músico Errante, que aparece cada tanto para alegrarle la vida a la gente. Algunos dicen que son muertos que vienen a acariciarnos el alma. Encarnación se levantó y se fue a seguir atendiendo, contoneándose por entre las mesas. Mateo esperó hasta el final de la noche, pero volvió a su hotel, otra vez decepcionado. Le quedaba una última oportunidad. Ese día final en Memphis ni salió, porque ya había recorrido todos los lugares que le interesaban y la plata que le quedaba no alcanzaba para gastos extras. Al atardecer le sorprendió no haber pensado antes en ir por los otros bares en busca de su cantante misterioso, y puso manos a la obra. Recorrió tantos como pudo, pero no tuvo suerte. Algunos sabían a quién buscaba, pero nadie tenía la más mínima información para darle, ni siquiera un nombre. Terminó, una vez más, en el Old Chum. La buscó a Encarnación, quien le confirmó que su cantante misterioso no había aparecido, y se sentó por tercera vez en el mismo taburete. El barman le invitó una cerveza. Porrón en mano, Mateo esperó. Cuando decidió que era hora de irse, el último cantante había bajado del escenario media hora antes y varias mesas ya estaban vacías. Mateo apoyó el porrón sobre la barra, y lo sintió como un punto final. Estaba despidiéndose del barman y de Encarnación, cuando escuchó un aplauso entusiasta de los parroquianos que quedaban y vio, subiendo al escenario, a quien tanto había buscado. Vestido igual que la otra vez y también llevando su guitarra, el desLa Avispa 59
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conocido se paró junto al micrófono y empezó ronroneando la letra de un viejo blues. En esa primera canción no tocó ni una cuerda, su voz se encargó de llenar el aire de notas. Paró apenas entre tema y tema en los puntos álgidos de los aplausos que suscitaba, para atacar enseguida el próximo blues. Cuando terminó, se despidió con la misma frase de agradecimiento de la vez anterior. La posibilidad de que el cantante desapareciera otra vez generó en Mateo la urgencia necesaria para sacarlo del estupor que le había causado esta nueva performance. Salió a paso rápido hacia el escenario, sin fijarse a quién empujaba. Vio que el cantante ya desaparecía por la puerta del fondo, y entonces pasaron dos cosas al mismo tiempo y muy rápido. Por un lado, Mateo divisó, sobre el taburete, el sombrero, abandonado en un descuido del cantante. Por otro, no vio una silla que alguien había dejado en el camino: se la llevó por delante y terminó en el suelo, con una rodilla lastimada. Encarnación se acercó a ver si estaba bien. Lo ayudó a levantarse y dijo: –Lo siento de veras, sabes, se te ha escapado otra vez. –No importa, porque se olvidó el sombrero –contestó Mateo–. Va a volver. Tiene que volver. Subió rengueando al escenario tan rápido como pudo, tomó el sombrero, y salió por la puerta de atrás. Creyó distinguir la silueta de su hombre misterioso, al fondo del callejón, apenas visible en la distancia. Lo llamó a los gritos, pero no tuvo suerte. Se quedó solo en el callejón, la cabeza gacha. Esta vez ni siquiera estaba el gato, y la única que lo miró con atención fue la luna, que intensificó su brillo. Después, una nube pasajera la tapó. Con un nuevo ímpetu Mateo se dijo que aquello no importaba, porque tenía el sombrero del tipo y se lo podía dejar al barman, junto con sus datos. Cuando su dueño volviera a buscarlo, le podían pasar su información para que se pusiera en contacto. Satisfecho con su plan, empezó a caminar de vuelta al bar. Sin embargo, tras dar un par de pasos, se dio cuenta de que el sombrero ya no estaba en sus manos.
JORGE ARRIBAS - (Mar del Plata) www.elultimoborrador.blogspot.com.ar 41
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Cuentos y relatos LA MONEDA La veo a distancia, a unos treinta pasos, sentadita en una raída banquetita plegable, dejada caer en la vidriera de un negocio de modas de Diagonal Pueyrredón y peatonal San Martín, a unos treinta metros de la imponente Catedral. Aparenta incontables años, su rostro semioculto por una vieja manta anuncia a voces su ceguera pidiendo auxilio para sobrevivir. Destinatarios los pasantes, en su mayoría turistas de un enero caluroso, hombres, mujeres y niños mezclados que se unen en vacaciones. Un gastado y prolijo cartel reafirma su condición y su pedido. Ella no los observa, su ceguera le aguzó el oído, sensible a los pasos de los personajes que transitan el congestionado lugar, solos, acompañados, en grupos, entre los sordos ruidos del tránsito, lo siente recorrer la vida. Concluyo que la anciana ya había experimentado los abismos y cielos en tantos años manteniéndose ocupada, luchando, buscando —imagino— la felicidad de su familia. Es como si ahora los frutos se desprendieron del árbol que los engendró y allí está, sola… La contemplo y pienso que en su interior ella tiene la reserva que motiva su existir, su dejarse vivir. Sabe que sus amores están bien, que si la abandonaron no la pudieron olvidar, la esquina es ahora su hogar y su subsistencia. Su vida hoy, me pregunto, es una condenación, o puede verse como un premio al convertirse en ciega espectadora de la licuadora social, revolcados sus ingredientes de inmoralidad, mezquindad, envidia… No aguanto el dolor que me provoca la imagen, dejo la moneda sin pensar. Me alejo unos pasos y me quedo viendo la escena, en pocos minutos la anciana recoge monedas y billetes que va atesorando bajo su manta. Me asombró la cantidad de dinero que recolectaba, a pocos metros estaba una mujer con su carrito de “pochoclos”, me le acerqué y le pregunté por la anciana, me respondió con naturalidad — No se preocupe un hombre de su edad todos los días la acompaña al Banco Nación de San Martín y Córdoba a depositar la recaudación, y luego por la tarde vuelve a su puesto hasta el anochecer —me agrega—, rechaza a los asistentes sociales que le ofrecen ayuda para dejar la esquina. La Avispa 59
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El simulador astuto evita parecer lo que es. La cara no es el espejo del alma. Es realmente una profesional, caracteriza su fisonomía para consumar su abuso. Es la encarnación de la “vividora”. La ubicamos con El Dante, en el canto XI del Infierno, donde contempla a los “fraudulentos” en uno de los círculos. Su característica: evita parecer lo que es. Ese cuadro de engaños, remata con dos niños que se le acercan: el mas pequeño con un billete que le deja en la falda a la vieja —por indicación de su hermanita mayor—, digo la vieja porque para mí dejó de ser anciana. Decido curarme en santidad y llegarme hasta la Catedral, que curiosamente está a pocos metros de la trampera. El calor de ese pleno verano sigue transpirando la calle y la gente. Cuando estoy llegando, me encuentro en la vereda de la entrada a un ángel inmóvil sobre un pedestal, cuidadosamente cubierto de gris brillante todo su cuerpo y sus sobresalientes alas que le dan identidad. Sólo sus ojos miran fijos el horizonte sin parecer advertir mi mirada, ni el tránsito de peatones que lo observan sin detenerse, indiferentes a su acto. ¿Qué espera de su público? me pregunté… delante del pedestal encontré la respuesta: como prolongación de la escena, una tinaja gris al tono aguardaba la contribución, a modo de reconocimiento al artista. Seguí observándolo: el ángel transpiraba el calor bajo su pintura, pero no se doblegaba, quedó quieto, como aceptando mi desafío. A los pocos minutos, viendo que era su único espectador, decidí que merecía mi respeto, hacía su acto con cuidado y honestidad, todo lo contrario a lo que sucedía a pocos metros con la simuladora. Me acerco, lo vuelvo a mirar y dejo caer la moneda en la “tinaja”. Me estoy retirando y de pronto el ángel cobra vida, me llama y al acercarme, extrae un pequeño papel de una bolsita gris que tiene “colgada”, me lo entrega (aún lo conservo pegado en mi agenda) y luego se despide con un adiós moviendo su mano. Al alejarme, contento por mi gesto, abro el diminuto papel, tiene escrita esta leyenda: “No pidas demasiado, la humildad es un tesoro”.
DANIEL LERENA
(Mar del Plata) - vgmfaa@yahoo.com.ar GRUPO DELAPALABRA 43
Cuentos y relatos ÚLTIMO VIAJE Elisa aceleró en el cruce de Hipólito Yrigoyen y San Martín, justo cuando el semáforo pasaba de amarillo a rojo. Después disminuyó la marcha frente al Teatro Colón. Era la hora de salida de los espectadores y podía levantar algún pasajero. –¿Qué hacés, atorrante? –le gritó a Beto, el pibe del trapito. –A ver si algún día me alcanzás hasta las vías, flaca. Mirá que te pago y hasta te invito a un feca, te invito… –¡Qué vas a tener plata vos, seco! ¡Andá a lavar la franela! El coche de adelante paró en seco y Elisa clavó los frenos. Viejos de mierda, pensó, se creen que la calle es para ellos solos. Miró por el espejo retrovisor, tenía otro taxi pisándole los talones. La gente salía del teatro a borbotones y se quedaba en la vereda comentando la función entre risas o poniéndose de acuerdo en cómo terminar la noche. De pronto, la vio. Abriéndose paso entre la multitud. Joven, ropa de cuero, botas hasta las rodillas y el pelo crespo, abultado, hecho un nudo sobre la nuca. Sobresalía del resto del público, la mayoría jubilados de entradas a mitad de precio. Elisa vio cómo giraba la cabeza e instintivamente le hizo señas con las luces, no fuera cosa que el coso de atrás le ganara de mano. La maraña de pelo enfiló hacia la puerta trasera y tironeó de la manija. ¡La puta! Elisa manoteó el pistillo de seguridad, no era común que el pasaje subiera por la izquierda. Detrás del cuero lustroso aparecieron tres bolsas y un maletín. La muchacha acomodó los bártulos y se sentó. El taxista que le seguía tocó bocina. –¡Hambriento, ojalá te toque un viaje de tres cuadras! –gritó por la ventanilla abierta. Igual no podía avanzar, el viejo de mierda de adelante seguía acomodando gordas, de esas que primero ponen el culo y después suben las piernas. Aprovechó para decirle a su pasajera: –Buenas noches, muñeca. ¿Hacia dónde nos dirigimos? Sintió los ojos como fuego quemándole la espalda. Acomodó el espejo retrovisor para poder observarla más fácilmente. –Tomá por Luro hacia Champagnat y te aviso… –le contestó una voz nebulosa. Elisa puso el reloj en marcha, por fin el jovato movió el coche de lugar y ella hizo un leve giro a la derecha y lo pasó como bala. –¿Qué tal la función? –dijo como para romper el hielo. La Avispa 59
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–Estoy recansada, los sábados son dos funciones, hay que rebancárselas y no tuve tiempo ni de sacarme la ropa, así que voy a aprovechar el viaje para cambiarme ¿No te jode, verdad? –Como quieras, flacucha. ¿Hace mucho que estás en el rubro? Debe ser bomba esto de transformarse en otra persona. Yo soy tachera de alma ¿viste? –Y, desde los quince, hace diez años, pero este es mi primer papel en una obra importante… Elisa vio cómo agachaba la cabeza y se sacaba la peluca rulienta para dejar al descubierto un pelo rubio engominado peinado totalmente hacia atrás. –¡A la flauta! Resultaste un pimpollito –se rió Elisa y puso el CD de Perales como música de fondo. Por el espejito, la campera de cuero desapareció y aparecieron un par de lolas abultadas envueltas en un top de encaje blanco. Elisa hizo un rebaje, puso punto muerto y despacito, el coche se detuvo apenas pisando la senda peatonal. Sabía de sobra que el semáforo de esa esquina era lerdo porque daba paso a varias manos. –¿Y ahora te vas a la cucha rubia? ¿Tenés pareja? –preguntó de un saque. La piba ya se había puesto una remera y luchaba con las botas, levantando los pies sobre el respaldo del asiento delantero. –Si precisás ayuda avisame nomás –le tiró. –Gracias, puedo sola, me gustaría ir a casa, pero ahora trabajo en la esquina de Champagnat hasta las cinco de la madrugada y no, no tengo pareja, los hombres son todos unos pelotudos. –Lo mismo digo yo, linda. El semáforo había cambiado pero Elisa no tenía ganas de llegar a destino y dejó pasar otro semáforo más. A esa altura de Luro y de la noche no andaban ni los perros. La pasajera revolvió un par de bolsas y sacó una mini pollera de jeans que se colocó en un segundo, después siguió con zoquetes 45
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blancos de algodón y zapatillas plateadas. –¿Y vos, estás manejando desde temprano? –le preguntó la nebulosa mentolada mientras se ataba los cordones. –No recién salgo, este es mi segundo viaje… –mentira, hacía doce horas que tenía el culo pegado a las bolitas de madera del asiento. Le gustaba la prosti, era como ella, otra sobreviviente de la jungla de cemento. El reloj marcaba treinta y cinco pesos, sólo quedaban dos semáforos hasta Champagnat. Tenía que pensar en algo rápido. El piojoso de Alberto la estaría esperando con la tortilla de papas de siempre ¡Que se la morfe solo! Después le diría que pinchó una goma. O no le diría nada a ese vago hijo de puta. –¿Cómo te llamás, preciosa? –le mandó a través del espejo. –Para vos, Lara –le dijo la rubia que en ese momento se repasaba el brillo de los labios. –¿No querés que sigamos viaje y demos algunas vueltitas más? Vení, pasate adelante que no te cobro el viaje. Conozco un lugar donde podemos chamuyar tranquilas y la cana no jode… –Gracias, primor, pero los clientes esperan. Tal vez otro día… –sugirió apoyando las tetas sobre sus hombros. Elisa sintió una humedad pegajosa donde justo una bolita de madera se le había incrustado. La pasajera salió por la izquierda, dio la vuelta al taxi y por la puerta derecha sacó las bolsas y el maletín. Le hizo un guiño como luz de faro y le dijo: –Fue un placer conocerte, cariño. Y ahí se quedó Elisa, un tiempito, haciendo ronronear el motor. Apagó el reloj y volteó la mirada sobre el asiento trasero. Había un papelito color rosa. Lo tomó, prendió la luz interior y leyó: “Las descendientes de Lesbos” Teatro Colón – Sábado 22 hs. Del otro lado, con lápiz de cejas: “Tacheras, gratis”
MARÍA GUILLERMINA SÁNCHEZ MAGARIÑOS
guiller48mina@yahoo.com.ar Taller literario “El tintero azul” La Avispa 59
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BITÁCORA DE UN DÍA
Cuentos y relatos “Escribo esto para dejar testimonio del adverso milagro” Adolfo Bioy Casares
No sé si lo que está escrito sucedió. Por algo escribo un día, sin indicar fecha. Igualmente voy a seguir registrando todo, aunque no sea confiable. Leo Llegó el verano, por ejemplo. Debo pensar, entonces, que no es una isla de la zona intertropical con temperaturas elevadas y constantes. Si algo llega, cambia; y no cambia lo que se define permanente. Tampoco estaría entre alguno de los polos y su círculo; no habría verano, al menos con mosquitos; sí tal vez un verano relativo, es decir, más cálido y luminoso durante casi dos meses. ¿Estará en la zona templada, por lo de los cambios de estaciones? No lo parece: vegetación, fauna, arrecifes (sé que los arrecifes requieren ciertas temperaturas). Aunque podría ser que hubiera una corriente cálida en un océano más frío, así como una plazoleta en medio de una avenida. Pero no, porque escribí sobre las calmas. Sí, lo de las calmas y los corales me lo confirman: estoy en la zona tórrida. ¿En el Pacífico? Por otro lado, Llegó significa que además de una secuencia de estaciones, hace tiempo que me encuentro aquí. No lo sé. Parece que huyo. Me han dado la pena capital y no quiero morir. ¿Qué delito habré cometido? Por condena, no hay algo peor que esto. Preferiría una cárcel venezolana a cambio del dominio de mi conciencia; mereciendo la visita de alguien que me ame y el abandono de los que no; con la esperanza de alcanzar un indulto o mejor aún, la absolución. ¿Indignado por los mosquitos? Sí, me revolotean pero no me pican. Debe ser mi olor, mi piel. Hasta ahora no escucho música como aparentemente escuché. Y a los otros no los veo. ¿Los habré soñado? Estoy comiendo tantas raíces y tubérculos, y hojas. Quizá sí, una vez por semana este pantano sufre una ingresión marina que la barrera de coral no puede detener. Observo las marcas en los troncos. Agua salada, las máximas cotas; dulce, las mínimas; en el medio, salobre. Adherencias de algas, líquenes, musgos son los vestigios que me permiten asegurarlo. Si hiciera mucho tiempo que estoy en la isla, ¿cómo hice para so47
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brevivir a este ciclo? El nivel supera mi cintura; me obligaría a flotar o lo que es peor a sumergirme. ¿Cómo aguanto y no recuerdo o no me ahogo? Esta noche, según mis cálculos, sucederá el fenómeno. Quiero saber. El ayuno es fundamental. Ninguna sustancia tóxica para tener el control y escribir lo que pase. Sólo agua y néctar de las orquídeas para mantener los niveles de azúcar en sangre. (Las orquídeas son de temperaturas elevadas; otro indicio de la latitud). Necesito estar fuerte. Y si me desmayo o caigo dormido, no bien esté lúcido continuaré escribiendo. Sé que no me asegura nada; quizás ya pasé por situaciones parecidas que dieron origen a los párrafos que leí, los que no reconozco y contradigo. Falta poco. El nivel de aguas asciende. Lo verifico en mis estaciones de aforo. Y ese ruido: el mar avanzando… Mi columna está elongándose. Duele. Sí, tengo un dolor articular en brazos y piernas, se retraen. Como si me tiraran caballos: la imagen de Túpac, en sentido inverso. Los párpados me pesan y no son ganas de dormir. Ni loco dormiría. La piel se me desprende. ¿Una muda epidérmica? Me falta el aire, o a lo mejor me sobra. La marea sigue en alza. El cuello; el cuello revienta conforme se va engrosando; ¿una especie de agallas? Es por el torso que sigue estirándose, como si tuviera las decenas de anillos de un gran gusano. Es difícil describirlo. ¿Cuál es el nivel del agua? Llegó a la mitad de la escala del tronco. Sería casi por mi cintura, si aún la tuviera. Mi cráneo se va aplanando; la frente está rígida… Por lo que he leído, recuperé mi cuerpo. Lástima que mi conciencia no ha registrado el cómo. Sé que soy capaz de sumergirme (me quedaron adheridas muchas algas); y de enterrarme (ya me lavé el barro). Y los pulmones se me atrofian y voy a la respiración branquial; y vuelvo a la pulmonar sin inconvenientes. Cuantas veces quiera. ¿Soy un anfibio? ¿Con una drástica metamorfosis logro superar la transición de un ambiente a otro? ¿O no hubo tal ingresión marina, ni metamorfosis? Siempre se da de hombre a bicho, bien kafkiano; ¿alguien se animó a relatar lo inverso, de un ser inferior a la categoría humana? ¿Me habré dormido? ¿El néctar de las orquídeas? Estoy confundido pero sea lo que fuere, debo seguir escribiendo, y leyendo lo anterior. Lo de la isla está bien, lo sostengo: confirLa Avispa 59
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mo latitudes intertropicales. Los mosquitos, siguen ignorándome, por mi hedor. ¿Ruidos? Sí, escucho música desde lo alto. (Podría subir y corroborar si el océano circunvala lo que piso. A lo mejor no es una isla). Ah, pero no estoy solo. ¿Serán los otros? ¿Vendrán por mí, para hacerme cumplir la maldita condena? ¿Será necesario ocultarme? No los distingo bien. Gritan, bailan. Parecen hormigas; un camino de hormigas que suben y bajan con sus cortes de vegetales y demás restos. Los que suben, recién llegaron en ese barco. Nunca lo había visto. O no lo recuerdo. Los que bajan, se despiden y van a bordo. ¿Es un intercambio? ¿Serán turistas? Sí, por la música. Si fuera de otro tipo, de prisioneros de guerra, o de condenados a muerte o refugiados… Estuve espiándolos. Nadie pasaría unas vacaciones en este lugar.
Así que turistas, no son. Cometí varios errores, a propósito, para comprobar si realmente podían notar mi presencia. No pueden. Esta noche habrá otra ingresión del mar. No voy a soportarla. La metamorfosis es dura, como lo es pasar inadvertido, que nadie te registre, hable, oiga, odie. ¿Tan aberrante, imperdonable, mi pecado? ¿Es el infierno que me toca? Estar atrapado indefinidamente en este ciclo, mientras ellos, se marchan quién sabe a dónde. ¿Mueren? Son contingentes que llegan a la isla como a un estadio intermedio, una especie de purgatorio en su pase al paraíso; por ello la música y la alegría. ¿Cometieron pecados veniales? Son ellos los anfibios. Es decir, capaces de sobrellevar este paso entre dos mundos. Quisiera zarpar una mañana, que mi estadía se acabe. ¿Estaré condenado a quedarme en este limbo? ¿Es esto la inmortalidad de la conciencia? Y lo siento. El mar sube. Temo quedarme solo, más solo aún; ¿si tras superar la ingresión refuto la presencia de los otros? Ya me pasó, está escrito. No lo soportaría. De dulce de los arroyos, a salobre y a salada, las aguas de esta marisma absurda. Todo es cambio a mi alrededor, aunque mi yo permanezca. Es agotador. Las extremidades duelen, la piel se muda. El aire sobra y escasea y los anillos de mi cuerpo y la marca del tronco, las agallas; están abriéndose pero confieso que me faltan agallas. Me entrego.
MARIANA MALBRÁN
(Miramar) - malbranmariana@gmail.com GRUPO DELAPALABRA 49
Cuentos y relatos CIRCO ROMANO Jorge contempla el agua ondulada por el velero que se aleja. Sentado con las piernas encogidas, las manos sobre las rodillas, mira un pájaro en la rama. La calma casi perfecta se quiebra con los gritos de un grupo que se acerca sin percibir la presencia de Jorge. Los jóvenes rodean a dos que se toman de las ropas con movimientos torpes. Ninguno intenta separarlos. El más pequeño manotea para librarse del morocho que pega con fuerza. Vuelan piernas y manos. Ruedan. Los bramidos alientan como bestias. Jorge se oculta entre los juncos. Los luchadores caen al agua. Un sin fin de círculos concéntricos se pierde entre ahogados intentos por emerger. El mayor, embarrado, la mandíbula tensa, ojos casi fuera de sus órbitas, toma a su oponente por el cuello. Los dedos crispados lo rodean. Hinca los pulgares en la garganta del pequeño. Mueve los brazos con desesperación. Su rostro pálido se pone colorado como el cielo que la tarde hiere. Sus pómulos se inflan como si trataran de darle fuerza a los brazos. Se debilita. El cuerpo cae como un muñeco de goma. Las gargantas de arcilla por tanto alarido se cierran. Jorge se hunde aún más, tiene las manos sangrantes de tironear los juncos para no desplomarse. La espuma amarronada del río cubre el rostro del pequeño que flota entre las ondas que provoca el barco que regresa.
GRACIELA BARBERO/2013
gracnobar@gmail.com - (Mar del Plata)
SORTIJA Tan áspero el aire, tan chiquito el espacio. Todo acá, en medio del camino. Cuánto hace que no barro, no paso la aspiradora. Voy a ordenar un poco este quilombo. La sartén y los libros tienen que ir en distintos lugares. Hay que regar las plantas del balcón. Sí, eso. Regar las plantas y poner una traba por si a Rocío se le ocurre abrir la ventana. Rocío, Rocío, hermosa. La Avispa 59
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Las lámparas sin foquitos, los ventanales sin cerrojo, y los balcones lúgubres son testigos de la desidia y el abandono. Hace tiempo que Gonzalo no tiene el control de su vida mucho menos puede hacerse cargo de mantener un lugar agradable para recibir a Rocío. Ya no va a dormir, a hacer la tarea, a tomar la merienda. ¡Ah! Eso, por si viene a dormir voy a cambiar los foquitos de la lámpara del comedor. Ni bien me llamen del laburo que me prometieron, las cosas van a cambiar. ¿Qué pasa? Camino y no avanzo. Qué mugre tiene la alfombra. Nunca me gustó el rojo de la alfombra. Me parecía que era azul. Tiene olor a humedad. Sí, era azul con gris, estoy seguro ¿Eso es sangre? ¿Se habrá lastimado Rocío? Dejé el vaso de vino arriba del Martín Fierro de mi vieja. Cómo rompió las pelotas el día que lo compró. Que era carísimo, que tenía tapa de no sé qué cosa lustrada. Siempre rompe las pelotas mi vieja. Qué luz de mierda. Gonzalo cree estar de pie. Sin embargo está tirado en el suelo. ¿Qué hacen las patas de la silla al revés? ¿Cómo llegué hasta acá? Qué dolor de cabeza, tengo que ir al baño a buscar algo para esta puta cabeza. No llego al sillón. Sí, llego. Si me agarro del pulóver llego. ¡Uy! La rodilla. Le dije a mi vieja que no me operara. Ella me la hizo operar cuando jugaba al futbol. Los meniscos, dijo. Los médicos de mierda, y los meniscos de mierda. En el baño hay pastillas. Si tomo una se me va a pasar el dolor. Una dosis, solo una dosis si encuentro las jeringas. ¡Qué cortina! Justo ahora se cae, quién carajo puso la cortina tan floja, de dónde me agarro con la cortina tan floja. Ya llego, ya llego. Puta mesa en el medio del camino. Ay, la concha de mi hermana, la copa de coñac de la vieja, se la hice pelota. Y jodete, si dejás la copa arriba de la mesita en el medio del camino, jodete, se me cayó. No me toqués, quién sos, chabón. Rajá. ¿Qué yo? Yo no dejé la copa ahí, habrá sido el narigón. Rajá. Andá. Seguí revolcándote con mi vieja. ¿Dónde están las jeringas? En el baño. Un poco más. Las cosas van a cambiar con el laburo que me prometieron. Este picaporte está trabado. Dale, abrite, abrite. Al fin. Inclinado en el inodoro y orinado en el pantalón, no es más que una réplica burda de su baño nauseabundo y fétido. Con un movimiento torpe se incorpora para manotear el cajoncito, pero no hay pastillas, no hay jeringas, solo la maquinita de afeitar. Ves, tarado, mirá cómo me saco la barba y te dejo los pelos en la pileta. Dale, cogete a mi vieja, yo te dejé los pelos en la pileta. 51
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¿Dónde están las jeringas? Ya sé. En la habitación de Rocío. El narigón deja todo en cualquier lugar, el narigón siempre deja todo en cualquier lado. Ahí están. Al lado del despertador de Disney. Qué linda qué está Sandra en la foto del jardín. ¿Ves, Sandra? Cuando me den el laburo me vas a dejar que te abrace así, como en la foto. ¡Qué lindos estamos los tres, Rocío a upa! El guardapolvo de cuadritos, qué linda Rocío. No, no, Sandra, tranqui. Delante de la foto no me pincho. No me voy a drogar más, te lo juro, cuando tenga el laburo, no me drogo más. ¿Me dejás vieja? Una vez más, te lo juro. La última. Ah… qué bueno el sillón. Copado Cliford, el gran perro rojo. La tele prendida, ¿cuánto hace qué está prendida? Rocío cómo te gustan los dibujitos, cuando tenga el laburo te compro un perro rojo como Cliford. Tumbado en el sillón, el dolor de cabeza le resulta insoportable, le palpita la frente como bocinas lejanas. Con un solo movimiento enciende la vela y la cuchara cargada ya se está calentando. Perdoname, vieja. La última, te lo juro. Voluntad, eso te falta, dice la vieja. No, no. Pierdo a Rocío. No. Rocío. No. No me voy a pinchar. Ya está. Cliford, el gran perro rojo, lindo con Rocío, los dos abrazados, jugando. Hermosa Rocío, ladrando, siempre ladrás así Rocío, suave, sin sonido. Vieja no mojes a Cliford, me dice que no quiere agua. ¿La calesita? Sí Cliford, te llevo, qué linda sos Rocío, en la calesita, en el caballito rojo. Se te cayeron las trenzas. Vieja levantá el pelo de Cliford. No vieja, ahora no, después pongo la mesa, se enfrían los churrascos, pero Rocío quiere la sortija. ¿Regaste las plantas del balcón, vieja? Lleva la regadera, la apoya sobre los hierros de la baranda. Estira un pie, estira el cuerpo, estira la mano. Quiere la sortija. Abrazame mami, abrazame. Sandra, besame. No, Cliford, salí de ahí. Ya tengo la sortija, Rocío, sí. Vieja, vení, dame un beso. Sandra, un beso. Sí, así, mami. Así. El viento le golpea la cara, la ciudad, los edificios de enfrente que suben. Tibio. Tu beso mojado, tibio, en mi cara, rojo y tibio. Espeso y tibio. Tu beso.
CLAUDIA GABRIELA MORRO
(Mar del Plata) - claudiagabrielamorro@hotmail.com La Avispa 59 52
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HERNÁN RIVEIRO CRISTINA MENDIRY
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Notas y ensayos ANFITEATRO DE NEUQUÉN “EL DEBER del escritor, del poeta no es ir a encerrarse cobardemente en un texto, un libro, una revista de los que ya nunca más saldrá, sino al contrario salir afuera para sacudir, para atacar a la conciencia pública, si no, ¿para qué sirve? ¿Y para qué nació?” Antonin Artaud
Esta historia comenzó en 1902. Ese año se inauguró el trazado de las vías del ferrocarril que une Bahía Blanca con Neuquén y se inició la construcción de la Colonia Ferroviaria. Esta historia volvió a comenzar hace 26 años cuando se construyó el anfiteatro del Parque Central de Neuquén con el fin de preservar en la memoria colectiva la fosa de la plataforma giratoria de las locomotoras del Ferrocarril del Sud, principal vía de transporte y motor del desarrollo urbano de la ciudad desde principios del siglo XX. En 1986, se decidió trasladar la plataforma al barrio Valentina Sur y se transformó la fosa en el actual anfiteatro y el galpón de las locomotoras en lo que hoy es el Museo Gregorio Álvarez, para su resguardo como patrimonio histórico y cultural. Esta historia comenzó, otra vez, el 22 de abril pasado cuando el intendente de Neuquén, Horacio Quiroga, ordenó demoler y tapar con tierra y escombros dicho anfiteatro con el cuento de que era un “meadero y una covacha”, violando, así, cuatro ordenanzas que protegen el lugar. A partir de una convocatoria en las redes sociales un grupo de vecinxs y artistas comenzó, el domingo 29, con la enorme tarea de destaparlo. Y lo lograron, después de tres semanas de trabajo intenso, de sufrir el frío y la lluvia, y de soportar la soberbia del intendente y sus secuaces. Ese domingo 29, con cientos de personas reunidas sobre el anfiteatro tapado, se organizó un destape simbólico, que se transformó en destape concreto cuando desde el fondo de los escombros emergió un gato negro que pasó siete días debajo de un gran bloque de cemento. Y así se bautizó al anfiteatro, Gato Negro. Con esa fuerza arrolladora que da haber salvado una vida se continuó trabajando. Se consiguieron palas, carretillas, baldes. Se instalaron carpas para garantizar que el trabajo no se detuviera y que, quienes quisieran, pasaran la noche en el lugar a fin de llevar adelante la tarea en el menor tiempo posible. Se recibieron donaciones de comida, más herramientas, y todo lo que hizo falta. La gente, el pueblo, se orLa Avispa 59
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ganizó para defender un lugar que siente propio. Y lo hizo con acciones concretas. El anfiteatro se llenó de luz y de vida, nuevamente. Y el 20 de mayo, con la presencia del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, se sacó el último escombro, “pasándolo de mano en mano como si fuera un tótem a profanar y destruir”. (1)
La fiesta del arte y la cultura continuó con numerosas actividades cada fin de semana. Hasta que llegó el 29 de julio. Se cumplían tres meses de lucha. Se festejó en familia. La familia de gatxs negrxs y la familia neuquina. Abrazo caracol, incluido. “Pero el odio, ya sabemos, no descansa. Y fue así que el 30 de julio, durante la fría madrugada y a escondidas, las topadoras de Quiroga enterraron por segunda vez el sitio histórico.” (1) Sólo que esta vez pretendían, además, alambrarlo, cercando la cultura y la historia para volver a demolerla. No pudieron porque lxs gatxs fueron avisadxs antes de que amanezca y salieron corriendo a impedirlo. Y fueron, otra vez, muchxs. Y comenzaron desde esa misma fría mañana a desenterrar nuevamente el lugar, tarea que terminaron el 16 de agosto, cerca de la medianoche. Esta es la historia prolijamente contada de los días que se vivieron en Neuquén. Debajo, como casi siempre, hay otra historia, en este 55
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caso una historia maravillosa de personas que se unieron a partir de una misma sensibilidad o, mejor, de haber puesto cada cual su sensibilidad en una causa común. Con la ayuda de lxs gatxs, te voy a contar pequeños hechos sucedidos en este recorrido para que vos armes, después, tu propio rompecabezas. “Aquel domingo que empezó con un “ni en pedo lo destapamos” terminó siendo mágico. Me quedo con la sonrisa, con el calor humano, que hoy sigue siendo una llama ardiente en este invierno”. Palabra de gato, palabra de Juan Pablo. Este grupo surgido espontáneamente para defender el anfiteatro se va organizando de a poco. Se llama, por ahora, Colectivo de Artistas y Vecinos Auto-convocados (C.A.V.A.) Gato Negro, en referencia a la heterogeneidad de orígenes y pensamientos y en homenaje a aquel pequeño gato encontrado debajo de un gran bloque de cemento, el primer día de destape. “Si en dos horas de trabajo salvamos una vida, imaginate todo lo que podemos hacer de acá en adelante.” Palabra de gatx, palabra de Lucho. “El colectivo se organizó en asambleas para tomar sus decisiones. Poco a poco definió modos de proceder y de protegerse de incidencias político-partidarias. Probó y se equivocó. Cambió y se fortaleció.” Escribió Nanim en una de sus crónicas. En las asambleas de Gato Negro varía la cantidad de concurrentes. Esto pasa un miércoles cualquiera. Sesenta personas totalmente disímiles se reúnen para evaluar las acciones realizadas y planificar las próximas. Sesenta personas que piensan, sueñan y sienten tan diferente como pocas veces vi, y que, sin embargo, son capaces de ponerse de acuerdo para defender aquello que creen justo. “Hoy lloré. Lloré como hacía tiempo no lloraba. Lloré de alegría, y de agradecimiento, y de descarga por la tensión tras días de lucha. Lloré por nuestra hermosa potencia. Lloré porque decidí sumarme a la idea loca y titánica de resucitar un anfiteatro y la identidad y la cultura, y encontré más locos con la misma idea. Lloré porque vi un festival “a dos escenarios”, donde grandes artistas y ahora paleadores súper sensibles y comprometidos mostraron su arte, su trabajo, su emoción. ¡Todo esto hecho con un inmenso orgullo, sinceridad y, por sobre todo, una sagrada y reconfortante alegría!” Palabra de gatx, palabra de Emanuel. El domingo 13 de mayo, en el anfiteatro destapado a medias, usanLa Avispa 59
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do reflectores prestados para iluminar, ya que la iluminación pública fue cortada por el municipio a comienzos del destape, y con las gradas llenas de gente, se presentó la adaptación de Alejandro Finzi junto con estudiantes de la Escuela de Bellas Artes “Hamlet en el Anfiteatro”. Esa noche se escucharon muchas voces que dijeron: “esto quedará en la historia”.
“Una mañana, cuando estábamos al 80%, estaba solo eligiendo pala y guantes, y aparece un flaco, y me pregunta en que puede ayudar. Nos ponemos a laburar hasta que en un momento el flaco me pregunta por qué estamos haciendo esto, y se me escapa un “porque si, porque lo taparon”. Y después le cuento cómo venia la mano y él me cuenta que le gusta la actuación, que es una pena que tapen un anfiteatro y que es de San Lorenzo. Hablaba y hablaba de San Lorenzo y al rato entendí que no era el barrio, que era la ciudad de Santa Fe. Y los días que siguieron puso un montón el hombro, y bueno, Ricardo, que justo pasaba, que es de San Lorenzo, Santa Fe, por esas cosas de la vida sacó el último escombro.” Palabra de gatx, palabra de Daniel. Dos o tres veces había visto tocar a Bicho Bolita y París Gatitos. Incluso tengo su disco. Pero nunca, creéme, nunca vibré tan hermosamente con sus canciones como cuando tocaron en el anfitea57
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tro mientras se sacaban las últimas carretillas de tierra. La potencia de lxs artistas armadxs de sus palas, cargadxs de furia creadora. Y la música alimentándolxs: “Que los latidos del corazón marquen el ritmo de una canción universal...” “Viví el proceso de destape como una corriente alterna de emociones, alegría, ira, enojo, bondad, amor, cariño, empatía, dolor. Una experiencia humana inigualable, como todas, pero muy particular. La presencia del arte constantemente sumó melodías y expresiones diversas a las jornadas extenuantes; la música acariciando el aire… las risas llenándonos las almas… los aromas culinarios encendieron esperanza en personas que giran por las calles, buscando una alegría todos los días, pa’sufrir un poco menos.” Palabra de gatx, palabra de Natalia. Durante el acampe se vivieron situaciones extremas con personas que viven en la calle. Niños y adultos. Vimos a Boris cantar en los fogones y lo vimos al borde de la muerte, que le llegó días después, una mañana de muchísimo frío. Tantas personas de las cuales el Estado no se ocupa. Tantas personas que merecen, como todxs, atención y contención. Uno de los primeros objetivos planteados en el C.A.V.A. fue utilizar el espacio recuperado para realizar actividades artísticas y culturales, dando un nuevo valor en ambos sentidos, y desmintiendo los inverosímiles argumentos del gobierno municipal sobre las supuestas intenciones del grupo. “Nos llamaron drogones, faloperos, sucios, hippies y covacheros. Sin embargo, esa llamada lacra social, el sector más débil, el de los subestimados y los inorgánicos, destapó en dos oportunidades el Anfiteatro...” Palabra de gatx, palabra de Pablo. La política cultural del municipio de Neuquén es elitista. Degrada y subestima la cultura popular y prioriza manifestaciones artísticas foráneas, “olvidándose” de lxs artistas locales y concentrando todas las actividades en el centro de la ciudad en desmedro de los barrios. “Desde el C.A.V.A. se organizaron actividades de intervención fuera del anfiteatro, como la reparación del surtidor histórico que se encontraba en total estado de abandono. Se organizaron actividades artísticas, informativas y solidarias en escuelas, barrios y comedores. Se realizaron intervenciones artísticas en instancias cívicas como la sesión del Concejo Deliberante del 10 de junio, o el La Avispa 59
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desfile del 25 de mayo.” Palabra de gatx, palabra de Nanim, que resume la epopeya. En el anfiteatro Gato Negro tocaron más de ciento veinte grupos musicales de la región y de otros lugares. Y se presentaron más de cien artistas entre clowns, malabaristas, poetas, payasos, murgas. Tocó Goy Karamelo, que justo andaba de visita por Neuquén.
Tocó, como te dije, Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz, que no es músico, pero que al pronunciar sus alentadoras palabras desde el centro del Anfi llegó a tocar nuestros corazones. Se acercó, también, el historiador Hernán Brienza, pocas horas antes de brindar una conferencia en la Universidad del Comahue. Quiso conocer las alternativas de lo sucedido e informarse acerca de la historia del anfiteatro y de las acciones del C.A.V.A. Más acá o más allá están las largas reuniones del CAVA con el Consejo para el Desarrollo de las Artes y la Interculturalidad (CDAI), la Defensoría del Pueblo, el Foro Ciudadano, las agrupaciones de artistas. Su participación en reuniones con concejales de diferentes partidos políticos y el hecho insoslayable de haber presentado un proyecto de ordenanza propio a fin de que el anfiteatro sea protegido específicamente por su valor histórico y cultural. Pensamos, como pensaba Facundo Cabral, que “la tarea del artista es provocar el vuelo, alentar la humanidad, abrir todas las venta59
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nas. Yo no estoy fuera de la vida juzgándola sino dentro viviéndola, no soy un crítico ni un espectador sino un protagonista que morirá por el fuego, no por el humo…”
Plataforma giratoria
El anfiteatro del Parque Central tiene poco más de cuatro meses de vida. Ahora se llama Gato Negro y es un lugar donde cada fin de semana se realizan actividades culturales y artísticas a las que tiene acceso toda la comunidad. La cultura no se tapa, la historia no se tapa, la memoria y el respeto hacia nuestros antepasados forma parte de nuestras raíces. El pasado de la ciudad de Neuquén está en nuestro presente. Si se lo destruye, se destruye el hoy y, por tanto, la posibilidad de pensar y hacer mañanas. Palabras como cultura, historia, memoria, arte, salen desde los escombros mismos de la sociedad para gritar que existen. La cultura no se mide por la energía que consume o por su rendimiento comercial. “Que los latidos del corazón marquen el ritmo de una canción universal. Que se rebele la humanidad, a la luz de las estrellas… libertad.” Canta Bicho Bolita y París Gatitos, tal vez una síntesis, desde su nombre, de este proceso difícil y hermoso. Porque Neuquén no es París, pero el anfiteatro nos ha parido. Innumerables gatos negros inundan la ciudad con su arte. La Avispa 59
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Notas y ensayos
Era imposible destapar el anfiteatro. Había ciento veinte camionadas de tierra y escombros sepultando la historia y la cultura de una comunidad. Era imposible destaparlo, pero lo hicimos. ¡Lo hicimos…!
HERNÁN RIVEIRO
hriveiro@hotmail.com (Neuquén) (1) Fragmentos de la nota “Desenterrar la violencia colectiva”, de Silvio Lang.
Esta nota fue publicada en el Nº8 de la revista cultural “NortenSur/arte del fin al mundo” en octubre de 2012. A fines de 2013 el Anfiteatro Gato Negro es utilizado por la comunidad y los y las artistas cada fin de semana. A través del grupo de Facebook “Recuperemos el anfiteatro del Parque Central” se generan y llevan adelante iniciativas de festivales artísticos. El municipio neuquino finalmente tuvo que respetar las ordenanzas al respecto aunque aún sus empleados tienen orden de no limpiarlo. Esto lo hace un grupo de vecinxs y artistas cada día que hay actividades. Desde abril de 2012 a la fecha se han realizado más de cuarenta (40) festivales autogestionados, con más de trescientos (300) artistas y/o grupos. Se puede obtener más información en el grupo “Recuperemos el Parque Central” y en la página “Revista NortenSur”, ambos de la plataforma Facebook. Y en el mail: nortensur@hotmail.com
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Notas y ensayos CONTRALUZ CÓMO CONSTRUIR UN MONSTRUO Por CRISTINA LEONIDAS MENDIRY
cmendiry@hotmail.com - (Pilar)
Lo sobrenatural no está más allá de la naturaleza, sino más acá, en los cimbreos imprevisibles que la tejen. Para Deleuze sería la usina de la naturaleza y sus leyes. Entonces, la naturaleza es un monstruo fuera de bestiario. “Lo anomal sería lo desigual, lo rugoso, la asperidad, el máximo de desterritorialización; la imprevisible y difusa frontera que serpentea entre los reinos, los géneros y las especies” —decía Juan Salzano en su “Prólogo a ‘Deleuze y la brujería’”—. En la propia ciencia despuntan, cada tanto, movimientos de fuga que conjuran toda clausura disciplinaria. La naturaleza es como la realidad, “un gesto creador que se deshace” —diría Henri Bergson; una continuidad de surgimiento—. Así porque los elementos difusos y heterogéneos que la perlan son gestos, agitaciones, ondas, radiaciones, crepitaciones, modificaciones de diversas intensidades. Así, nada impide su continuidad, implicada en la mismísima constitución de la intensidad. Pero si la diferencia es positiva, primaria, como gesto creador que se deshace, cada diferencia es una singularidad, una “diferencia de naturaleza”. Los monstruos se describen como seres híbridos que pueden combinar elementos humanos, animales, y necrológicos, tamaño anormal, y facultades sobrenaturales. Se considera como tal a cualquier ser que presente características, por lo general negativas, ajenas al orden regular de la naturaleza. En la antigüedad clásica, eran antihéroes que representaban la fuerza destructiva de las catástrofes naturales y se enfrentaban a los dioses. Los experimentos de Erasmus Darwin, filósofo del siglo XVIII, del que se decía que había animado materia muerta; y la posibilidad de devolverle la vida a un cadáver o a distintas partes del cuerpo, inundaron la imaginación de Mary Shelley en aquel húmedo y poco amable verano en Ginebra a principios del siglo XIX. Allí, sentada alrededor de una fogata en la Villa de Byron, se entretenía con su grupo leyendo “historias de fantasmas” alemanas, hasta que escribió su propia historia sobrenatural, que se le reveló en un sueño: “Ví, con los ojos cerrados pero con una nítida imagen mental, La Avispa 59
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al pálido estudiante de artes impías, de rodillas junto al objeto que había armado. Ví al horrible fantasma de un hombre extendido y que luego, tras la obra de algún motor poderoso, éste cobraba vida, y se ponía de pie con un movimiento tenso y poco natural. Debía ser terrible; dado que sería inmensamente espantoso el efecto de cualquier esfuerzo humano para simular el extraordinario mecanismo del Creador del mundo.” (Introducción de Mary Shelley en la versión de 1831 de Frankenstein). Desde su ventana, Mary podía ver los carros clandestinos que trasladaban cadáveres. Muchas veces estaban envueltos en bolsas o en cajas con falsas leyendas, como “piano”. Iban desnudos, pues trasladarlos con mortaja sí constituía delito de robo. La prenda para la morada última era un elemento material que correspondía a la familia, pero el cuerpo de una persona muerta a nadie pertenecía. Ella conservó, envuelto en una página de la poesía “Adonais”, del mismo Percy Shelley, el corazón de su marido. Lo trasladó en sucesivos viajes y mudanzas como si fuera una reliquia durante un cuarto de siglo. Su romanticismo nació en la época de los llamados “resurreccionistas”. Siempre rompiendo límites —sin anestesia—. Entre las lecturas predilectas de la época, estaba el Newgate Calendar, con noticias de la cárcel. Allí en 1803 se narra la disección del condenado George Forster a cargo del profesor Giovanni Aldini, especialista en galvanismo. “Rodeó el cuerpo con láminas de zinc, cobre y plata traídas de Italia, hundió unas varas en el cuerpo, en la boca y en las orejas. La mandíbula empezó a temblar. Los músculos que la rodeaban se contrajeron terriblemente. Se abrió el ojo izquierdo”. Mary Shelley, vivía su vida absolutamente gótica, en tiempos de la feria de Saint Bartholomew, una “kermesse diabólica” de cuatro días, famosa por sus freaks, donde desfilaban deformes, como una albina, enanos, y la chica de dos cabezas, “viva”. El público pagaba caro por ver esas atracciones. O las del dentista Martin van Butchell, que conservaba embalsamado el cuerpo de su mujer expuesto en una ventana. 63
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Notas y ensayos
Tim Marshall define la época y la importancia de la novela de Mary Shelley: “Frankenstein es la clásica historia de la era de profanación de cuerpos. También, es un relato de ficción sobre la legislación que acabó con ella. Con la Ley de Anatomía, nació la cara monstruosa de la cultura utilitaria de Inglaterra de mediados de la era victoriana”.
En su novela, Mary Shelley da menos explicaciones y se refiere a “terribles actividades” nocturnas del doctor Frankenstein. Así es como lo manda a trabajar a Inglaterra en la temporada de exhumación de cadáveres. El doctor “quiere entender la vida (...). Para hacerlo, debe ponerse, literalmente, en contacto con los muertos. El médico habla, de hecho, con un muerto que está vivo”. “Los muertos se levantaron. Son los muertos, resumidos en el monstruo, los que observan al doctor y no al revés, como pasaba en la vida”, escribe. Y cuando el doctor Frankenstein muere, ahí están, convertidos en monstruo, para velarlo. Así, el hecho de que la tumba de Mary Shelley sea “muchas tumbas a la vez”, con su propia colección de reliquias, figura y fondo se fusionan y pierden, para redimir a la autora. ¿Es posible creer que Mary Shelley concibió su obra a partir de la morbosidad de su mente? ¿Quién es el sujeto de la morbosidad, el que la consume o el que la narra? Obliga recordar la frase de Tolstoi: “Pinta tu aldea y pintarás el mundo”. Porque si un escritor tiene por misión la de ser cronista de su tiempo, Mary Shelley no escribió otra cosa más que aquella que La Avispa 59
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Notas y ensayos
debía escribir, la crónica de la realidad que la contenía. Pero para producir un monstruo no hay que sobredeterminar al animal, sino hacer subir el fondo y disolver la forma, justo en el punto exacto en que lo determinado mantiene su relación esencial con lo indeterminado, esa línea rigurosa abstracta que se alimenta del claroscuro. Vórtice que agita la mezcla hasta eliminar los contornos liberando en ese instante sus “singularidades nómades”. Se pueden obtener dos clases de monstruos: Una criatura como la fabricada por Frankenstein, combinatoria heteromorfa de piezas pre-existentes (que no cambian), órganos sin cuerpo, que pierde el devenir, un monstruo estático; o una Outsider, la bruma que asciende por los poros y deshace las identidades, desarticula los cuerpos y atrae los soplos, el cuerpo sin órganos, pero que gana el devenir, un monstruo extático o dinámico. Al construir al monstruo con piezas preformadas se vuelve a introducir la forma y lo inmóvil en el fundamento de las cosas y los hechos. Pero los hechos son sólo condensaciones relativas de una intermundia, de una hacerse incesante que supera lo hecho. Porque, en realidad, se trata del devenir. El devenir es la diferencia con uno mismo, y la diferencia es el monstruo. El devenir comienza como un deseo de escapar a la limitación del cuerpo. El secreto está en trabajar en las lindes de los reinos, en el pulso mismo de los devenires, sin pretensiones de disipar el claroscuro de la nebulosa. Alrededor de nuestra percepción habitual existe una nebulosidad vaga, que nos reconecta con la naturaleza nebular, por eso hay que cambiar la percepción, abrirla al cambio nebular, a las micro percepciones en el límite de sí misma. Captar o adivinar en la cualidad misma algo que sobrepasa nuestra sensación, plena de detalles sospechados e inadvertidos. Una naturaleza compuesta por mezclas de cuerpos que el adivino conjura activamente. Se trata siempre de cortar en el espesor, podar superficies, orientarlas, acrecentarlas y multiplicarlas, para seguir el trazado de las líneas y de los cortes que se dibujan sobre ellas. Al adivinar la diferencia, podemos dominar el arte de las superficies. Habría que distinguir entre la producción de una superficie física para líneas todavía corporales, imágenes, huellas o representaciones y la traducción sobre una superficie metafísica, donde sólo actúan las líneas incorporales del acontecimiento puro. La adivinación es arrastrada por lo que Deleuze llama “imperativo de aventura” y que consiste en crear una ingeniería de lo imprevisto en función del soplo que acontece 65
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Notas y ensayos
y guía. Sólo se adivina cuando ya no se reconoce, cuando tensando y haciendo vibrar las fronteras, se abre una tangente serpentina por la que baja o sube el demonio como potencia del anomal. Hay que seguir el phylum de la materia-flujo, de la materia en exilio. Liberar la conciencia del sujeto, el cuerpo del organismo, el inconsciente de la significación para su conversión en vehículos o antenas, en espíritus mortales. Sensibilidad alterna que es guiada por una visión molecular dentro del torbellino natural. Un intramundo, una entrevisión, un acercarse a la esencia del monstruo antes de su misma creación. Seguir lo mutante y mutar con aquello que se sigue, sin con ello anularse en la gran indistinción, la variación universal. Percibir lo imperceptible volviéndose imperceptible, captar el extático monstruo volviéndose monstruo en el éxtasis. Nutrirse de la experiencia suspendida entre la vida y la muerte, entre los prejuicios antropocéntricos del organismo, el imaginario, la identidad y la subjetivación. La tarea no consiste en preguntarse si lo que sucede es real, si es un hecho o una cosa objetiva, sino en llevar más lejos la pregunta de “qué está pasando”. Los bloques de devenir no producen un resultado final. El devenir nunca es imitar, no produce otra cosa que sí mismo. No son fantasías, son más bien reales en sí mismos. Y no es una evolución, sino un proceso involutivo y por lo tanto creador.
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F.I.P.
Fest ival Internacional de Poesía
GUILLERMO LÓPEZ GEADA VALERIA PARISO CRISTINA MENDIRY
KANJE IZCO LUIS CALVO ALICIA CORRADO MELIN GUSTAVO TISOCCO SANDRA GUDIÑO VANESA ALMADA NOGUERÓN CELINA CÁMPORA MAX COSTA MARTÍNEZ CATALINA BOCCARDO 67
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Dossier FIP
FESTIVAL INTERNACIONAL POESÍA DEL ATLÁNTICO –1ra edición–
Celebrar la poesía y hacerlo con el carácter colectivo que un festival supone, es toda una fiesta para el intelecto y por supuesto, también para los sentidos. Permitirse la sensualidad y el desborde, sorprenderse, ver pese a la bruma de este mundo, la verdad que la poesía agita como estandarte en cada palabra y cada línea. Vivir dentro de la imagen de lo que somos en este mundo, salvarnos por la escritura, revivir en la lectura (en la escucha, en este caso). Todo eso es un festival de poesía, y bastante más. Cálido aún, sensiblemente enternecido, al término de la quinta y última jornada del evento que celebró Mar del Plata en el marco de la 9ª Feria del Libro Mar del Plata Puerto de Lectura, pude escribir: al cabo de la fiesta un estante ancho de poesía y este otro bache de lecturas con gotas que enjambran el campus electrónico poetas palabras respuestas misterio que va de puño en puño mirada por mirada encienden luces al atardecer cuando ejecutan el colectivo verbal la primicia del ómnibus la voz que suma y no atraganta Los surrealistas habían dicho que la poesía podía ser hecha por todos. Se me antojaba agregar, pensando en lo que dejaba esta primera edición del FIP del Atlántico, que en realidad LA POESÍA (así, con mayúsculas), es un instrumento de ejecución colectiva. Que se tañe no sólo diciendo, soplando, susurrando, sino también escuchando, porque también con el silencio de cada uno de nosotros se ejecuta. Ella toma espacio y nosotros se lo brindamos. La experiencia y los contactos de Marcela Predieri –codirectora del FIP del Atlántico– fueron esenciales para asegurarle a la iniciativa poetas participantes, oreja suficiente y ganas de seguir. Planificar, quiero decir, con vistas al 2014 nuevas acciones poétiLa Avispa 59
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Dossier FIP
cas, desembarcos de la poesía en frentes innovadores, otra reunión como la que compartimos y seguramente independiente de la Feria del Libro. Fueron cinco jornadas en la carpa 30 años de democracia –Sala Rincón de Bibliotecas–, y un encuentro abierto en Piano Bar, donde a los poetas sumamos las voces de talleres y grupos literarios. El MPM –Movimiento Poético Mundial, o WPM– fundado en 2010, unión de todos los festivales poéticos del mundo, ya ha registrado en su calendario al FIP del Atlántico. Hemos contado con las palabras de aliento de su Presidente Fernando Rendón, y del principal referente en Argentina, el poeta Gabriel Impaglione (FIP Palabra en el Mundo). También con el entusiasmo de poetas argentinos y extranjeros –de España, sobre todo–, deseosos de concurrir en próximas ediciones, cuando cumplamos con la aspiración se sostener económicamente traslados y alojamientos. Algunos no llegaron. Enfermedades, imprevistos y hasta un accidente automovilístico sin que nadie saliese lastimado, impidieron algunas presencias. Pero la mística que respiramos durante estos quince días de noviembre permitieron que quienes deseaban acompañarnos sin llegar a hacerlo, estuvieran presentes entre nosotros. En cada una de las cinco jornadas celebradas en la Feria, se abordaron nudos temáticos a través de las lecturas. Quienes presidieron las mesas de lectura, insinuaron algún mayor desarrollo de los temas. Primera Jornada: LA POESÍA, ORIGEN, MADRE Y PORVENIR (Presidió Olga Ferrari), Segunda Jornada: LA POESÍA VA AL RESCATE DEL IDIOMA (Presidió Marcela Predieri), Tercera Jornada: MATERIALIZAR LA JUSTICIA SOCIAL EN EL MUNDO –Acción Poética Global instituida por el MPM– (Presidió Edda Sartori), Cuarta Jornada: AHORA, EL SALVATAJE EDITORIAL DE LA POESÍA (Ausente el poeta al que se había encargado presidir las mesas, el desarrollo correspondió a la breve reflexión de cada uno de los participantes), Quinta Jornada: NUEVOS ESCAPARATES DE LA POESÍA (Presidió Jorge Núñez Arzuaga). Y fuimos 52 de distintas instituciones oficiales, grupos, revistas, blogs –Seccional Atlántica–, El Batacazo del Bochín, Acción Poética, Poesía de Acá, Acción Poética, De la Palabra, No se haga el artista, Consejo Municipal de Cultura, Psicofango, Prosa Mutante, 69
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Dossier FIP
Arte sin aduanas, Fundación de Poetas, La Avispa, Taller de Letras –la poesía–, Lágrimas de Circe y también poetas independientes. Los poetas de extramuros: Edda Sartori (CABA), Sandra Gudiño (Ciudad de Santa Fe), Nora Coria (CABA), Mónica Angelino (Gral. Rodríguez, Bs As), Valeria Pariso (Muñiz, Bs As), Mónica Aramendi (Miramar), Liliana Bellocq (Miramar), Catalina Boccardo (CABA), Celina Cámpora (San Nicolás), Cristina Mendiry (Pilar), Gabriela Kanje Izco (San Carlos de Bariloche), Gustavo Tisocco (CABA) y Luis Raúl Calvo (CABA). Los poetas de Mar del Plata: Marcela Predieri, Olga Ferrari, Guillermina Sánchez Magariños, Marta Salvador, Graciela Barbero, Mariana Garrido, La Pluma Dicha, Andrea Marín, Alicia Belloso, Marta Vega, Patricia Facchini, Verónica Cepeda, Vanesa Almada, Victoria Blanco, Cristina Larice, Alicia Corrado Mélin, Sonia Colombo, Américo Álvarez, Guillermo López Geada, Alejandro Muñoz, Damián Katz, Jorge Franco, Daniel Luján, Alfredo Ramón Fernández, Juan Serrano, Roberto Luna, Maximiliano Costa Martínez, Ángel Chiatti, Sergio Giuliodibari, Rubén Sebastián Melero, Gastón Sequeira, Juan Miguel Idiazábal, Jorge Núñez Arzuaga, Carlos Pili, Luis Escobar, Víctor Clementi, Iñaki Rubio y Carlos Cartolano. A lo largo del FIP del Atlántico, se rindió homenaje a la poeta viva Mabel Gondín, convaleciente de un accidente. Y también a los poetas que recientemente nos dejaran: María Wernicke, Raquel Guidi, René Villar y Luis María Sobrón. Y como la palabra poética carece de límites, sobre todo de lugar y de tempo, al término de cada encuentro la camaradería se dilató durante algunas horas más en Teo, el acogedor bar y restaurante ubicado en inmediaciones de Plaza Mitre.
CARLOS ENRIQUE CARTOLANO
(Mar del Plata) cecartolano@hotmail.com www.latrampadearena.blogspot.com.ar
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Dossier FIP
la vida
SELECCIÓN
levantarse un pie dos pies el viento en el pelo en la cara sol en plena siesta sin manos el cuerpo para acá el mundo para allá dos ruedas un cielo lápiz y papel
GUILLERMO LÓPEZ GEADA
(Mar del Plata) glopezgeada@gmail.com
III No sé en qué idioma me hablan. Qué significa: si te parece paso. Qué quiere decir: hay un café muy cerca. En casos así, tengo la pereza de un hipopótamo, no me interesa averiguar y entro en el silencio como en un vestido. Mi obsesión son las cosas por su nombre.
VALERIA PARISO (Muñiz, Buenos Aires)
de Paula levanta la persiana. Edic AQL, 2013
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Dossier FIP ***
por un lado desespera el altibajo en cada trampolín de nada vulgo desquicio nubarrón contiene agudos que suele ventisquero a cuatro raptos en ese caso, extrae semanas de rincones lisonjeros presagios de mecánicos hollines para horizontes abyectos por un lado se lamenta retrocede centros y cestos plagia de abanico experimento sinuosas paranoias de perfiles especies de algodón en aspaviento no obstante celadas epidérmicas de arsénico cautivan coeficientes de huraño aspecto por un lado atiende cejas deambula acechanzas y retos cauteriza al evidente catálogo de aleros y vaga por autóctonos cristales para lascivos ácratas salpicados de tinteros por un lado incuestionable procesa vislumbre y seños aún inscribe agravios en afrenta de bocetos espera estética de estáticos atuendos suprime siete pérfidas barreras La Avispa 59
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en racimo de inmóviles aciertos derrama gota por arenga
Dossier FIP
por un lado insurrecto crece en caminos y espectros
CRISTINA MENDIRY (Pilar)
Acá allá Toda idea de niebla repercute en el pequeño barco ensimismado La sola idea sale del sueño atrapando su fantasía itinerante La lengua fría de la razón cree poder unir la estela prefijada –de acertijos– pero en la luna amanecida sólo encuentra el detenimiento de las imágenes eternas Arquetipo disuelto en la negra verdad
la transparencia.
GABRIELA KANJE IZCO (Bariloche)
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Dossier FIP
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En un cuarto de hotel En ese cuarto de hotel, un hombre y una mujer sellaron un pacto de bíblicas imágenes bebieron el vino del Edén y se entregaron a las carnales pasiones del deseo. Ella traía en su historia, fragmentos de acuosos dolores un lento peregrinar por las grutas rocosas del olvido la fingida voz de la clemencia. Él la desvistió y encontró en esos gestos de prohibidas tentaciones un crudo relato del placer, acarició sus grandes pechos y penetró lentamente en su íntima orfandad. Ella gimió hasta morir.
LUIS RAÚL CALVO - (CABA)
(De “Silla vacía y otros poemas”, aún inédito)
Tarde celeste Alma buceando en la tarde de objetos perdidos como arrojada al basural . Voy descalza brea hasta que mis manos encuentran fotos de miga rancia te veo en el cielo inflado en la sonrisa rota en la noche anémica sin caballo sable moho corona de tiza.
ALICIA CORRADO MELIN
(Mar del Plata)
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Dossier FIP
YO AMO A UN HOMBRE PEZ Amo a un hombre pez, un hombre marino, acuático como las algas, como la sal. Habita en las profundidades oscuras de todos los naufragios, a veces llora terriblemente solo allá abajo, en otras baila en salones transparentes, torrentosos. Yo amo a ese hombre pez de cuerpo brillante/filoso, de un mirar constante/horizontal. Un hombre que me cuenta eternas leyendas, que me canta con su voz de espuma y me abraza como puede. Yo amo a un hombre pez y soy hombre terrestre. Me condena la asfixia. Lo condena mi aire, mi mundo de pájaros, mi universo de redes, de anzuelos. Me mira desde la superficie apenas sumergido, lo miro desde mi oxígeno al límite extremo del ahogo y nos besamos apenas un instante, ínfima eternidad habitando en la apnea.
GUSTAVO TISOCCO
(Corrientes, vive en Bs. As.) 75
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Dossier FIP
Mujer-desaparecida Adverbio sin conjugar en la cara del verdugo, fuga la inocencia sin misericordia por el pasillo de tu noche y te contempla caída. Bóveda de huesos abandonada el olvido trepa por las venas secas y de la boca cae la sal de una sola lágrima. Descubres que es real lo que ya no existe. Rompecabezas sin piezas para armar. La piedad sin ira en el bolsillo alimentó tus últimas gotas de tiempo a contraluz. Vagamente guardan tus pestañas la causa de tu causa vacía. La libertad tiene sueño en tu sueño dormido. Poco queda de ti: pelos, uñas, un recuerdo hecho sombra en la sombra de tu aliento, hilachas de la piel, encanecidas, nostalgias del rostro extraviado en el rostro de rodillas frente al espejo. Libélula sin nombre, entumecida. Nada, o casi. La Avispa 59
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Dossier FIP
Los ojos de los hijos de tus hijos recorrerán las calles, buscándote. Te reconocerán en el barro de esa huella. Señal. Estigma de resurrección, se alza desde la cadencia leve de tus pasos alejándose en la historia. Poema del desgarro al borde de mis labios. Y tú sigues allí, esperando por ti.
SANDRA GUDIÑO - (Santa Fe)
Inédito. Serie Mujeres, 2013
Eco A mí me habían dicho que algunas cosas son más que sus nombres que todos los días tienen derecho a ser domingo que todo sonido regresa que todo lo que envejece o muere o cae o desaparece que todos los que escribimos somos misántropos o anónimos que todo lo que es también no es. A mí me habían dicho. Pero el nombre no importa: la rosa aún con cualquier otro absurdo seudónimo seguiría apestando a rosa.
VANESA ALMADA NOGUERÓN
(Mar del Plata) - En Poética, 2013
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Dossier FIP HIMNO EN EL UMBRAL “Y aquel que camina una sola legua sin amor, camina amortajado hacia su propio funeral”. Walt Whitman
Probablemente podría haberme enamorado del primer revolucionario de la historia si hubiera estado allí entonces, pero es el siglo XXI y es una pena enorme no soportar la gran mano abierta de Dios ni creer traducible la soledad exacta de la montaña ni perdonar el amor cuerpo a cuero y cuerpo y ni poder siquiera reordenar al menos nuestra casa si él regresara otra vez como humano ojalá mi nombre fuera maría de magdala, para resguardarlo con mi amor de gran prostituta –insaciable y espléndida– y mi cuerpo apedreado desde mi nacimiento: solo él descenderá al gran pozo negro del desamor y limpiará mi piel impura y resbalosa con sus húmedos labios de pobre hambriento confiará en mi escandalosa inocencia y cargará con mi cruz como un árbol que jamás cesa de crecer.
CELINA CÁMPORA (San Nicolás)
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Dossier FIP NOCHES CORTADAS
Las flores para vos se contraen retrasan cada pétalo, sostienen tus espejos de rocío. Todos los días se guardan, ruegan que dobles su esquina, esperan la oportunidad a que tu mirar complete su belleza. Te quiero un poco más de lo necesario… Ni bien me ves mando a levantar glaciares. ¿Pero qué función cumplen ante vos, diabla con pecho de incendio? Al oírte con atención supe de dónde venía tu primor, tu brillo no se conforma con adentros brota por tus labios, tus ojos o… ¡Sí, tus ojos! Que me asolean en esta luz de chocolate. Mi ombligo sobre tu espalda patina sudor y algo sacude, tu risa se expande en mis dientes que muerden tu alma entre llamas… Me despierto madrugada ya que galopás mi corazón, nunca fue insomnio, sino el exceso de aquel sueño.
MAXIMILIANO COSTA MARTÍNEZ (Mar del Plata)
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Dossier FIP
diálogo con kazuo onho tus mujeres lucen un sombrero travestido enjuto y a sus flores les falta seguridad variedad del rictus mórbidamente blanco kazuo onho máscaras que nunca había visto arder tus mujeres lloran ríen tocan la nuca de vez en cuando la almohada y otro physique du rôle sobre puntillas el trance del músculo las medias de nylon chis chis al tocar así bonitas (cuando nosotras calzamos nuestra propia vida) tarso metatarso las contracciones paren los huesos forma de flor calcáreo jazmín
CATALINA BOCCARDO - (CABA)
De BAILAR, la mariposa y la iguana, 2013
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Ciney
Tv
Gabriel Cabrejas
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Cine y TV
Restos diurnos del Festival de Cine Latas perdidas
Cuatrocientas y pico de películas incluyendo las retrospectivas, la coincidencia con otros eventos que obligan a repartir el tiempo, y la pésima época del año, determinaron que este cronista viera del 28º Festival de Cine de Mar del Plata poco y nada. Lo siguiente es una (fastidiada) enumeración comentada de varios rollos, ninguno de los cuales se llevó el Astor —ni siquiera el Pichuco— de Oro.
Todos los noviembres sufro la misma angustia cinéfila: querer abarcar aunque sea lo imperdible del Festival y terminar resignándome a donde puedo llegar, habida cuenta de la torturada agenda de la fecha. Se sabe, el undécimo mes del año conspira contra el esparcimiento. Los docentes tenemos cierre de notas, evaluaciones integradoras, planillas oficiales, prácticos, parciales. Y somos los civiles que, precisamente, acudiríamos a las salas, la gente preparada que disfruta de ellas. Marzo en cambio, nos encuentra a todos libres, vírgenes de preocupaciones: alguna vez sucedió el Filmfest entonces y lo extrañamos. Excepto la ululante estudiantina de las escuelas de cine, bastante menguada por las mismas razones, presta a invertir una semana gozosa de hotel y paseo, este experto debió someterse a las cajas chinas de los horarios, sacrificar y/o postergar lo impostergable y llegar exhausto al Auditorium, para no culparse por dejar pasar la oportunidad de conocer el cine que jamás verá de otro modo. Placer incompleto que igualmente producirá el sinsabor de haber presenciado, en el balance, cualquier boludez. Los sabios y experimentados críticos aconsejan no desesperar y desentenderse de los centenares de películas, muchas interesantísimas, que no habrá forma humana de contemplar; aún cuando rebuscando en la web se cuelen tarde o temprano, tampoco tendremos el tiempo de navegación, y la cantidad infinita de estudiantes de cine en un mercado inexistente demuestra cuánta más oferta que demanda oblará siempre el sistema. Los festivales son un espejo perfecto de una crisis profunda revestida de abundancia aparente. En pocas palabras, el de Mar del Plata arriba al borde de su año cansado como nosotros. Ya sucedieron los históricos y más La Avispa 59
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Cine y TV
ambicionados —la Berlinale, Cannes, Venecia, San Sebastián—, los productores se guardan el material hacia el año entrante y al balneario desembarcan piezas menores, olvidables. Colmo de males, ya vino el Bafici porteño, que en un país unitario tiene mayor importancia, del cual el Marfici es pálida sombra, no sólo por ser del interior, sino porque, al no repartirse el negocio a los media poderosos, ni cobertura tiene. Ciudad turística en lento crepúsculo, durante los tres meses finales se agolpan los congresos, la Feria del Libro y otras mil actividades mientras el invierno ve correr los cardos rusos. No se agotaron las localidades —agotados estuvimos nosotros— y sin embargo continúa latiendo, y los cines, mal que bien, se llenaron. Se sabe, el público local es snob y luego de la clausura nadie se acuerda de ir al Cine Club, menos glamoroso. Se encuentran joyas extraviadas, como la retrospectiva del humorista francés Pierre Étaix o la remasterización de cortos y largos de Jorge Tigre Cedrón, el homenaje al ínclito fotógrafo mexicano Gabriel Figueroa; tributos de revisión como los dedicados a Juan Antonio Bardem o el coreano Bong Joon-ho (también integrante del jurado internacional), el período mudo de Hitchcock, la obra del húngaro Miklós Jancsó y los clásicos neorrealistas de Rossellini.
Y mucho cine argento del 30 al 50, nota nostálgica de una lejana arcadia, cuando la pantalla criolla recibía en cataratas algo inconcebible hoy, espectadores. Una argentina: Polvareda. Parte de la competencia nacional, Polvareda aúna ciertos méritos que se van desvaneciendo con el de83
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Cine y TV
sarrollo, de tan previsible que se plantea de entrada. No está mal ese cuarteto tarantiniano de prófugos bien trajeados —quinteto, en realidad, si se cuenta al veterano herido— que toman la senda del pueblo del título luego de un atraco bancario a tiros y pésima logística. Cine de género, el director, Juan Schmidt, no hizo sino deshilar un pespunte de citas cinéfilas, una aclimatación a la pampa húmeda del viejo western, algo del policial noir francés onda Bresson o Melville y humor negro local. No se apartó del clasicismo de origen, al menos en materia argumental, ni pretendió salirse del texto de cámara, eso sí, de sucinta factura, apenas 88 minutos que se agradecen. El auto se detiene sobre una huella polvorienta y al jefe, baleado en el vientre, se le ocurre hacer un alto y pedirle a su segundo, el Chino (Enrique Papatino) que le de un, quizás, último gusto: un asado. El matón, ahí no más, pela la automática y mata una vaca que pace cerca del alambrado… Prometedor comienzo por lo caprichoso, pero, lástima, no todo será así. De hecho, lo único que se demora es el desenlace, al transitar el desfiladero que, de tan apegado a la tradición, prácticamente no se desvía de ella. El grupo, abreviatura de la banda de Reservoir dogs (Perros de la calle, Quentin Tarantino) o los yakuza de Takeshi Kitano, lo componen el hermano menor del Chino, alias Facha (Leandro Cóccaro), el impertérrito Mudo (Cutuli) y el gordo torpe e invariablemente ironizado (el uruguayo Horacio Camandulle). Polvaredas encaja como un guante en el daguerrotipo de los pueblos precarios del Oeste, apenas una estación de tren abandonada. Aparece un estanciero, dueño virtual del villorrio, la novia del Facha (Noelia Antúnez), que se niega a seguirlo, y el comisario de bigote (José Manuel Espeche, ganador de un Patacon, premio alternativo del Festival a revelación masculina), ex compañero del Chino que lo conoce (demasiado) del pasado juntos. Al revés de los western, no fueron ambos forajidos y uno de los dos se convirtió en sheriff, aunque queda el rescoldo de rencor que presagia el duelo inevitable, y podría leerse como una parodia del género, ignoramos si deliberada. Baste recordar El Dorado (Howard Hawks, 1966) o Warlock (El hombre de las pistolas de oro, de Edward Dmytryk, 59). Claro, el tópico del marshal enfrentado solo, o casi, a la gang existe desde mucho antes de High noon (A la hora señalada, Zinnemann: 52); el punto de vista, en cambio, aquí se posa en la gang y no toma partido, ni le interesa tornar simpático a nadie, pese al casi divertido Cuarteto de La Avispa 59
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Cine y TV
la Muerte que en tres días de espera juega un picadito, se baña en un mugriento tanque australiano y sale a pilotear un tractor como si hubiera descubierto un Fórmula Uno. Causa gracia la incoherencia (¿involuntaria?) de que aguarden pasaportes falsos. Perdidos en la provincia de Buenos Aires, ¿no alcanzaba el DNI en las fronteras del Mercosur?
Papatino, de fuerte presencia actoral, autor de la obra teatral Amalfi (la dirigió en Mar del Plata Olivia Diab, 2012) empaca al duro del hard boiled y mereció, tal vez, mejor suerte. El tiroteo conclusivo luce un tanto desmañado, de apuro, sin relieve ni tratamiento novedoso. No desagrada, simplemente se siente la falta de horno. Una suizo-alemana: El extraño gatito. Cara de bancario de Zurich, el joven Ramon Zürcher filma la vida de una familia berlinesa durante un día. Acostumbrados a las familias disfuncionales, “coreografía mundana” (palabras de Zürcher), la convivencia del grupo en su departamento sin que les suceda nada realmente distinto a la mera cotidianidad, nos tracciona una pregunta: ¿para qué gastaste celuloide, Rondamón? Si es una épica del realismo sucio, mejor hubiera sido enchastrarlo un pelín. En Das merkwürdige Kätzchen no pasa nada extraño, o sea no pasa nada, y el gatito del título, un integrante más, no tiene tampoco nada de extraño. Algún despistado quiso comparar el film, también de cámara (72´) con el lenguaje sugerente, gestual-visual de nuestra Lucrecia Martel. La cineasta vernácula cuenta una fábula, empero, que narra de un modo óptico, mientras Zürcher, sencillamente, carece de sangre en las venas. Las tres generaciones comprimidas en el piso alemán 85
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Cine y TV
no se friccionan, no muestran disconformismo ni rebeldía, no ocultan nada innombrable y esperan sólo la noche. La abuela no aparenta más de 60 años y no se enferma ni muere, los adolescentes no pelean entre sí ni se zambullen en el celular, la ama de casa-madre que a veces suelta un mohín ligeramente angustiado (¿o la habrán pisado durante el rodaje?) no reprocha ni un resquicio a su marido. La “dinámica social de una familia moderna europea”, según reza el book del 28º Festival, no representa nada social; la “dificultad para comunicar experiencias y sentimientos renueva continuamente el aislamiento de los personajes”, autocomenta, muy seguro de sus logros, el director. Perdón, este buenísimo/civilizadísimo volk no registra vida interior comunicable. El extraño gatito es un documento antropológico fortuito sobre cómo dos países salvados del huracán de la crisis —qué, digámoslo, provocaron ellos mismos, dada la riqueza financiera de uno, Suiza, y el ajuste interminable puertas afuera del otro, Alemania— pueden flotar en la prosperidad, esta sí, aislada, sin problema alguno, entretanto los demás pueblos sufren de verdad, acaso sin poder habitar el apartamento del cual fueron indignamente despojados culpa de las hipotecas subprime. Debe de ser ésta la primera crítica que escribo donde no relato un argumento. Los intérpretes ayudan a no ser: Jenny Schily, Anjorka Strechel, Mia Kasalo, Luc Pfaff, Mathias Dittmer. Detalle, ninguna de las mujeres tiene tetas. Ni eso nos regalaron a la vista estos teutones. ¿No cabrán en el derpa? Una griega: El eterno retorno de Antonis Paraskevas. Los intelectuales no debieran jugar con fósforos, ni con película virgen. La señorita Elina Psykou, estudiosa de posgrado en filosofía y graduada académica en cinematografía, quiere expresar su formación bidisciplinaria, y urde una empresa pomposa amén de inconclusa. Paraskevas significa Viernes y, discurre Psykou —que en algunos idiomas descendientes del griego se emparienta con Loca— corresponde al “esclavo de un náufrago”, el nativo reeducado por Robinson Crusoe. “Mi país es el esclavo de un náufrago”, remata, sibilinamente: debemos entender el naufragio de Europa, que subordina a la Grecia del Eterno Recorte. Convengamos, la metáfora puede sonar inteligente, pero nada de eso se transparenta en el tramado alegórico del film. Pues Psykou elimina el contexto real a fin de complicar el mensaje, adecuándose al alejamiento del perLa Avispa 59
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Cine y TV
sonaje, un exitoso presentador de la televisión (privada) que decide desvanecerse de ese mundo y recluirse en un hotel cinco estrellas, cerrado en parte para su exclusivo hospedaje. Cómo nadie de los otros pasajeros lo reconoce a pesar de su evidente fama hace flaquear el verosímil; Paraskevas no se queda quieto en su refugio y al salir no se ve rastro de esa Atenas de la represión callejera, el desempleo, la venta de alimentos y medicinas vencidos o el renacer del neonazismo. Las imágenes del conductor en medio de jornadas de glamour y artificialidad en el pasado (concursos, celebraciones de Año Nuevo, aprestos de las Olimpíadas) no se interceptan con la cobertura mediática de tanto horror y decadencia, pues el antihéroe se retiró voluntariamente de la pantalla, más preocupado en encontrarse a sí mismo fuera del estereotipo construido que por
un hartazgo comprensible de la manipulación y los oropeles. Me olvidé de vivir, canta, parodiando a Julio Iglesias y en castellano. Paraskevas, todo el tiempo, huye de sí antes que del sistema o la crisis nacional. Cantar a un español, ¿habrá sido un intento de solidaridad mediterránea, considerando que a los grecolatinos los ahoga idéntica ola de jibarismo? Incluso, una de sus diversiones consiste en imitar a un chef de la cocina molecular, que enseña en francés y se llama Roger Chartier (sic), y filmarse haciéndolo. ¿Desea escapar de la tele o sólo se retiró para ensayar un regreso más-de-lo mismo? ¿Quiere pasar desapercibido, al pelarse y afei87
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Cine y TV
tarse después, o se aburre? La simulación de un secuestro, cuyo cómplice es el gerente del canal, y un escape del hotel que lo obliga a comer sobras —insisto: decidió sufrir hambre—, y el crimen final enturbian el sentido. Psykou se pierde como su criatura, sus objetivos son seguramente más claros que su manera de transmitirlos. Otra opera prima urgida de decirlo todo y, al terminarse, acotada a un borrador muy adornado. ¿Se puede hablar del eclipse socioeconómico sin mostrarlo ni aludirlo? ¿Era otra la intención y las declaraciones de la directora confunden? Por si se los topan en el Partenón privatizado, los actores: Christos Stergioglou (Antonis), Maria Kallimani, Giorgios Souxes, Theodora Tzimou, Syllas Tzoumerkas. Un nuevo Festival vino y se fue. Mucha pena y poca gloria.1 Fotos: 1) Polvareda. 2) El extraño gatito. 3) El eterno retorno de Antonis Paraskevas.
Mag. Gabriel Cabrejas
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Los ganadores fueron La jaula de oro, película mexicano-española de Diego Quemada-Diez (Astor de Oro), también galardón del público; mejor guión o Astor de Plata para Mariana Rondón (Pelo malo, venezolana); actriz: Marian Álvarez (La herida, española, de Fernando Franco); actor: Vincent Macaigne (La Bataille de Solférino, francesa: Justine Triet). Especial del Jurado: Little feet, de Alexandre Rockwell, USA); mención especial: The bright day (iraní: Hossein Shahabi); largometraje latinoamericano: Los insólitos peces gato (Claudia Sainte-Luce, México); largometraje argentino: La utilidad de un revistero (Adriano Salgado). . 1
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Música GIUSEPPE VERDI HÉROE DEL RISORGIMENTO Giuseppe Verdi, nacido en 1813 en la pequeña localidad de Róncoli, cerca de Busetto, Parma, se convirtió en el compositor italiano de ópera más importante del Siglo XIX, autor de los títulos más populares del repertorio, aunque tuvo un formidable competidor en Richard Wagner por cuanto cada uno pretendió imponer su propio estilo en los teatros de Europa. Los temas verdianos eran literarios o históricos y los libretistas tenían que ver como lidiar con la censura para desarrollar su obra. En pleno movimiento político conocido con el nombre de “Risorgimento” Verdi compone la ópera “Nabucco” con libreto y versos del poeta Temístocle Solera estrenada el 9/3/1842 y que resultó un triunfo fantástico, la sala delira, aclama al joven maestro y descubre en esta obra una gran relación entre la escena y la vida, porque el destino presente del pueblo italiano es el de la opresión austríaca que pesaba y mucho, y el canto nostálgico y sobrecogedor al unísono del coro, en la melodía amplia y segura entonada por aquel pueblo hebreo esclavo en Babilonia, se habían reconocido a si mismo todos los patriotas del “Risorgimento· La frase “Va pensiero sull’ali dorate”, las de su coro inmortal, fueron las primeras palabras que Verdi leyó del libreto y confiesa en sus memorias que se sintió profundamente conmovido, dice el compositor: “Nabucco continuaba agitándose en mi mente y no podía dormir. Leí libreto varias veces y al amanecer me lo sabía de memoria”. Cincuenta años después la multitud, durante los funerales del maestro, cantaba el “Va Pensiero…” como homenaje a quién había enseñado al pueblo a cantar sus anhelos de libertad. Buscar en You Tube : Video de Nabuco por Coro y Orquesta del Met. Dirigido por James Levine
Verdi compone otras obras como “Hernani” con textos de Víctor Hugo, “Los Lombardos en la primera cruzada” con un coro que despierta el entusiasmo nacionalista de los italianos “Oh Señor del techo nativo… nos llamaste con santa promesa…”. También compone “La batalla de Legnano” que provocó que los hombres prendieran en sus solapas la escarapela tricolor y que con libreto de Salvatore Cammarano incluía un coro inicial que dice: “Viva Italia un sagrado pacto nos une a todos tus hijos. Por fin los ha reunido La Avispa 59
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para formar un solo pueblo de héroes…” Todo esto despertó en el pueblo italiano tal grado de euforia nacional que en la calles apareció pintada la palabra: “V.E.R.D.I” que, en realidad quería decir “Vittorio Emanuelle Re d’Italia”. Sin embargo el compositor, a pesar del éxito, se retira a su casa de Busetto para tratar de olvidar los muchos problemas que tiene y para colmo de males Venecia se había rebelado pero es cruelmente derrotada por las tropas austríacas luego de una heroica resistencia. En este clima nace una nueva ópera aunque distinta, “Luisa Miller”, basada en un drama de Friedrich Schiller y del que no podemos olvidar que su prestigio se hacía sentir con fuerza en esa época de luchas independentistas y aún durante la revolución francesa, porque su mensaje del “Sturm und drang” (fuerza y pasión) junto con las ideas de Kant, de Lessing y las premisas de los grandes filósofos franceses del siglo XVIII, hicieron carne en Verdi haciendo vibrar a la gente con los acentos heroicos de quien, como Schiller, levantaba su voz contra las tiranías políticas y sociales. Buscar en You tube: Video “Cuando le sere al placido…” de “Luisa Miller” interpretado por Plácido Domingo y la orquesta del Met. Dirigida por James Levine.
La primera guerra de la independencia de Italia había fracasado y el pueblo buscaba un nuevo lider pero Verdi se había retirado a su casa de Busetto en busca de descanso, había fallecido su esposa y su hija, y en esta soledad descubre un drama de Víctor Hugo llamado “El rey se divierte” y pide, entonces, al escritor Francesco María Piave que le escriba un libreto para una nueva ópera que debería estrenarse en el Teatro La Fenice de Venecia, nace así “Rigoletto” una obra que marca un giro importante en el trabajo de Verdi y que provocó el día de su estreno un éxito formidable y un nuevo camino del compositor en su obra futura, El drama de Victor Hugo había conmovido París allá por 1832 por la ferocidad de sus ataques político-sociales a un rey libertino y cruel, parecido a Francisco I de Francia y por la exaltación de un deforme bufón desgarrado por la crueldad de los cortesanos. Todo esto despertó la imaginación de Verdi con enorme fuerza y llegó a decir: “Es quizás el más grande drama de todos los tiempos. El bufón es una creación digna de Shakespeare”. GRUPO DELAPALABRA 91
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Dentro de las muchas arias y canciones hay una que es caballito de batalla de todas las sopranos coloratura del mundo y es el aria de la protagonista “Gilda”, la famosísima “Caro Nome…” Buscar en You tube Video de “Caro Nome” de Rigoletto interpretada por Edita Gruberova y la orquesta Filarmónica de Viena dirigida por Ricardo Chailly
“El Trovador” es la segunda ópera de este terceto formidable compuesto por “Rigoletto”. “Trovador” y “La Traviata”, y Verdi luego del éxito alcanzado por “Rigoletto” se entusiasmó con una obra teatral del español Antonio García Gutierrez llamada precisamente “El Trovador” y de inmediato se pone en contacto con Salvatore Cammarano para que escriba el libreto de su nueva ópera. Comienza el lento trabajo típico de las elaboraciones verdianas con los poetas pero Cammarano muere antes de terminar su obra y Verdi tiene que elegir al joven poeta Leone Bardaro a quién debe guiar y controlar hasta terminar el libreto de esta estupenda obra, estrenada el 19/1/1853 en el Teatro Apollo de Roma nuevamente con gran aceptación. No es fácil aceptar la historia de la gitana Azucena ferozmente ambigua y trágica, pero es ella la que cautiva la ardiente imaginación de Verdi. Azucena se convierte en su ópera en el pivote en torno al cual se mueven los odios y el amor de los restantes personajes. Hay una escena llena de dramatismo: la gitana Azucena, madre del trovador, es tomada prisionera y condenada a la hoguera. Su hijo ve el resplandor de las llamas, se entera de la condena y corre a salvar a su madre y el tenor canta la famosa aria “Di quella pira…” Buscar en You Tube Video que dice Rigoletto pero es “El Trovador” “Di quella pira…” interpretada por Luciano Pavarotti y la Orquesta de la ópera de Florencia dirigida por Zubin Metha.
“La Traviata” es la tercera ópera de este hermoso triduo que convirtió a Verdi en el compositor de ópera romántico más aplaudido y respetado de su época y, sin duda, festejado hasta el día de hoy. El compositor se inspira en la obra teatral de Alejandro Dumas (h) “La dama de las camelias” estrenada en 1852. La ardiente inteligencia de Verdi apoyado por su amante la soprano Giusepina Streponi, comprendió de inmediato que en esa obra había un tema La Avispa 59
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muy a propósito a su imaginación y una rápida lectura del texto nos lleva, necesariamente, al propio drama personal de Verdi que, de alguna forma, vio en “La dama de las camelias” un reflejo de su propia vida y que consiguió trasmitir con su música. El incondicional escritor Francesco María Piave fue el redactor del libreto en el que palabras, versos, escenarios, acontecimientos y pasiones, eran simplificados, prontos a recibir la música que le conferiría su belleza. La escena final de “La Traviata” es conmovedora: Violeta se siente morir y vuelve a leer la carta que le envió el padre de Alfredo explicándole todo lo ocurrido y todo su arrepentimiento. Violeta exclama al final un angustioso grito: “Es tarde…” y comienza a entonar un aria dolorosa “Addio del pasado…” y así se despide de su vida complicada y triste. Buscar en You Tube Video de La Traviata, “Addío del pasado” interpretado por Anna Netrebco con la Orquesta de la ópera de San Petersburgo dirigida por Valery Gergliev
Los italianos están esperanzados en llegar a un acuerdo político entre Victor Manuel y Napoleón III pero todo fracasó ante la firma del armisticio de Villagrande el 8 de Junio 1859. Está claro que los italianos tendrán que arreglársela solos para resolver sus problemas y ante la búsqueda de un lider, nombran a Verdi diputado por su fama y su prestigio. El músico viaja a Rusia y compone con libreto de Francesco María Piave para el Teatro Imperial de San Petersburgo una nueva ópera, “La fuerza del destino” basada en un drama del Duque de Rivas. GRUPO DELAPALABRA 93
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Toda esta historia, ideal para Verdi, está envuelta en una vehemente, por momentos refinada y por otros muy popular, pero siempre inspirada. “Un ballo in máschera” es la nueva ópera de Verdi con libreto del reconocido escritor Antonio Somma que se basó en otro libreto de Eugéne Scribe para la ópera “Gustavo III” del músico Daniel François Auber. La ópera de Verdi se estrenó el 17/2/1859 en el Teatro Apollo de Roma con sonado éxito, pero hay que decir que esta obra está basada en un hecho histórico, el asesinato de Gustavo III rey de Suecia el 16/3/1792 en un baile de máscaras realizado, curiosamente, en los salones de la ópera de Estocolmo. Los críticos contemporáneos han revalorizado e libreto de la ópera de Verdi, basta decir que el conocido Francisco Flora, poco afecto a los halagos, afirmó que el texto de enorme valor literario puede ser considerado una obra de arte. Verdi, nuevamente, tuvo que enfrentarse a la censura porque la nobleza sueca no podía tolerar ver asesinado a su rey en un escenario por lo que el compositor corrigió la obra ambientándola en Boston y en lugar de un rey la víctima fue un gobernador. “Aida” es la ópera encargada a Verdi por el rey de Egipto con motivo de la apertura del canal de Suez y estrenada en la ópera de El Cairo. La historia de esta obra, quizás la más popular, está documentada por una extensa correspondencia entre el compositor y el poeta Ghislanzoni autor del libreto y tiene, además, un montaje escénico espectacular nunca visto hasta entonces y con una orquesta enorme y largas trompetas, inventadas por el propio Verdi para la escena triunfal. La orquesta, según el más importante biógrafo de Verdi, Camille Bellaigue “con sus variados ritmos, acuna, envuelve las escenas y el compositor ha conseguido la libertad de un arte en el que reúne, cada vez más, las formas y diversas fuerzas de la música. Por ello “Aida” tiene una nueva forma de teatro musical y su página más brillante es “La marcha triunfal” con que termina el segundo acto y que festeja el triunfo de los ejércitos egipcios y su entrada en los patios del palacio del Faraón; Buscar en You Tube Video de la “Marcha Triunfal” de Aida. Intérpretes: Luciano Pavarotti como Radamés; Gena Dimetrova como Amneris y Naría Chiara como Aida. Orquesta del Teatro Alla Scala de Milán dirigidos por Lorin Maazel) La Avispa 59
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“Otello” penúltima obra de Verdi es una ópera en cuatro actos con libreto del músico y poeta Arrigo Boito sobre el drama de Shakespeare y estrenada en el Teatro Alla Scala de Milán el 5 de febrero de 1887. Junto con “Aida” y su última ópera “Falstaff” el compositor demostró una madurez musical y una renovación de su arte junto con un montaje poco común que superó todo lo realizado hasta el momento por lo que “Otello” es considerada una de las más grandes obras de arte de Verdi.
Su encuentro con Shakespeare no fue casual sino fruto de una antigua pasión juvenil, inagotable cantera de fantasías para el hombre de teatro y de meditación para el hombre y para el músico a quién en una carta Arrigo Boito le dice: “Solo Ud. Puede poner música a Otello, todo el teatro que ha hecho confirma esta verdad, si yo he podido intuir la potente musicalidad de la tragedia shesperiana se debe a que he podido sentir, escribiendo estos versos, lo que Ud. sentía ilustrándolos con ese otro lenguaje mil veces más íntimo. Verdi logró con Otello la continuidad del discurso melódico hilvanando una poderosa trama y desvelando los matices psicológicos de los personajes. Desdémona ha perdido un pañuelo que le regaló Otello quien, instigado por el malvado Yago, se lo reclama. Ella no se lo puede dar y despierta los celos y la furia de su esposo; se desata todo el drama que culminará con la muerte de Desdémona en una escena posterior a la que vimos anteriormente y Verdi nos muestra en estas escenas finales todo el dramatismo de una ópera inolvidable. 95
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Buscar en You Tube Video de Otello “Dio ti Gioconda…” de Verdi interpretado por José Cura y Krassimira Stoyanova con la orquesta del teatro Liceo de Barcelona dirigida por el maestro español Antonio Ros-Marbá. (noviembre de 2009)
“Falsatff” última ópera de Verdi fue producto del interés de Arrigo Boito para que el maestro despierte de su letargo, habían pasado 10 años y Verdi ya tiene 80, y comience a componer esta ópera bufa cuyo protagonista es un formidable personaje sacado de dos obras de Shakespeare: “Las alegres comadres de Windsor” y “Enrique IV” construida con admirable intuición sobre las posibilidades inventivas del compositor y por el gran genio de este libretista que, como ya había hecho con “Otello” le ha traído vida a una nueva y soberbia música y con un libreto que es una verdadera obra de arte. Verdi resalta la figura de Falstaff, el caballero de gran panza, siempre dispuesto a picardías para cortejar a dos comadres burguesas. El viajo músico se divierte reflejando con su música de picante comicidad e ironía dibujando los burdos métodos de seducción y los cómicos escarmientos que recibe. La exultante belleza de las frases melódicas, de las armonías y ritmos, el juego de silencios y palabras convierten a este, su última ópera, en una obra maestra reconocida en su época y en la actualidad por todos los amantes del teatro lírico en el mundo entero. Cerramos este comentario con la invitación a escuchar una bellísima página de esta obra, el “Aria de la Reina de las Hadas” del acto II y que pretende dar una severa lección al viejo libertino tratando de asustarlo en medio del bosque con larvas y fantasmas. Buscar en You Tube Video de Falstaff “Aria de la reina de las hadas” interpretada por Renato Bruzoni como Falstaff y Bárbara Hendriks como la Reina de las Hadas.
Concluimos este rápido repaso sobre la vida y las obras del gran maestro Giuseppe Verdi haciendo un homenaje a tan grande músico en el año en que se conmemoran los 200 años de su nacimiento y esperamos que todo lo dicho acerque a los lectores a la obra de este formidable compositor que nos ha llenado la vida y el alma con su música.
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El rincón de los bajitos LA MARIPOSA DE LOS SUEÑOS Me pasó una tarde. Eran las cinco de la tarde cuando sonó el timbre y salimos todos de la escuela, corriendo como locos. La escuela queda a cinco cuadras de casa, por eso me volví caminando, ansioso por llegar, tomar la leche y mirar dibujitos por la tele. Pero me paso algo en el camino. Tuve una sorpresa. Me agaché para atarme los cordones de las zapatillas, y encontré algo muy simple: una mariposa que cantaba una canción, muy alegre y feliz. La mariposa era hermosa: de color azul, verde, amarillo, naranja, rosa, ¡hasta violeta! Era tan linda que solo la vi, no le quise hacer mal. Pero, para mi sorpresa, me reconoció. —¡Hola Pedrito! —me saludó—. Soy Ailyn, la mariposa de los sueños. Tuviste suerte en encontrarme, porque yo cumplo los sueños de todos los chicos. —¿En serio Mariposa? ¡Que bueno! Eeeh…. Quiero jugar a la pelota como Messi, ser el mejor del Mundo y que Paz me dé bolilla —me entusiasmé, sabiendo que tenía esta súper oportunidad. —¡Ja ja ja!, ¡Pero no Pedrito, no puedo cumplir todos tus sueños! Solo puedo cumplirte uno. Pensá bien, pero bien eh: ¿Qué es lo que mas querés? No supe que decirle. ¡Eran tantas las cosas que yo quería!, pero como una vez mamá me dijo que no todo se podía en la vida, decidí decirle que lo iba a pensar, y que me esperara al día siguiente, en su casita de madera roja. Me dijo que sí. Cuando fue el día siguiente, le lleve a la Mariposa una cajita de madera pintada de azul. La cajita era especial, porque espantaría a las brujas malas y toda la gente sin corazón de este mundo. Por eso, como sabia que Ella era especial, iba a deshacer la maldad, la crueldad y alegrar el alma de todos los chicos. Al dársela, Aylin me felicito, y me dijo que era un genio. ¡Buenísimo! Ahora me sentía como un Superhéroe, capaz de volar y arrasar con toda la maldad que había en el Mundo. Pero, de repente, me acordé otra vez de mamá, que me dijo que el agrandarse no era un buen consejero. Ya en la Escuela, vivía en mi nube de ilusiones: no prestaba atención en clase, el kiosquero me decía Pedro, es la tercera vez que te lo digo: ¿qué vas a comprar?, los otros chicos me miraban raro y Paz, bueno… yo no tenía otros ojos más que para ella. Es que la aparición de la Mariposa me había hecho crecer la ilusión La Avispa 59
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de que podía ser el pibe más bueno de la cuadra, del barrio, y que con su magia podía hacer milagros. Una noche, cuando me fui a dormir, Ailyn apareció en la ventana de mi pieza. Me dijo abrime, ¡soy yo! Cuando le abrí, un perfume maravilloso se esparció a mi alrededor. —¡Te felicito Pedrito! Te portaste muy bien en estos días. Aprendiste a ser solidario, a ayudar al otro, a no pensar que sos mejor que los demás, aprendiste a amar. Por eso, ¿puedo pedirte un favor?
Eso me resorprendió: no me lo esperaba. Cuando le dije sí, me respondió: —Quiero ser tu Mariposa protectora para siempre. Todas las noches, mientras duermas, voy a dejar mi casita roja y me voy a instalar en tu mesa de luz, para que seas feliz. Me encantó oír eso, ¡me puso tan feliz! Como un gesto de amistad, uní mi mano con su aleta izquierda, y nos prometimos eso. Desde ese entonces, mi vida es más alegre. ¿Qué hubiera pasado si Ailyn no aparecía? Mamá y papá dicen que es parecido a cuando ellos se conocieron, y se enamoraron. ¡Yo sé lo que es eso! Es lo que siento por Paz, la más hermosa del grado… El sábado hay un baile en La Escuela y la voy a invitar a bailar, ojalá acepte. No hay problema, tengo a mi Mariposa de los Sueños que nunca me va a dejar.
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¡PERO ESTE CHICO! Nunca creí ni en la magia ni las supersticiones, pero quiero contarles algo que, de la noche a la mañana, me hizo cambiar de opinión. Iba manejando el auto el otro día por la calle, pasando como siempre por la Escuela que está más o menos cerca de casa, cuando vi algo que me llamó poderosamente la atención. Vi a una mariposa y a un chico, ustedes se preguntarán, ¿eso qué tiene de raro? La cosa es que los dos charlaban, el uno al otro. Al chico lo conozco de pasada, sólo se que se llama Pedro, que tiene 10 años, hincha de Boca, muy futbolero y que le encanta Lionel Messi. Según lo que pude escuchar, a la Mariposa, una tal Aylin, le pidió un montón de cosas que ni siquiera mi hijo me pide, pero esta Mariposa se reía y se reía, y en un momento lo paró, diciéndole que solo podía cumplirle un sueño. Solo uno. Después no supe mas, sí que de lunes a viernes a Pedro lo veía con carita de soñador, y los fines de semana jugar a la pelota como si fuera Maradona. Se dice por el barrio que esta Aylin se posó en la ventana de la habitación de Pedro, y otros asuntos que me parecieron delirantes: que la casita de madera roja, que la azul, que ella tiene en sus alas todos los colores… La verdad que no entendí nada de nada. Pero bueno, no me voy a quedar con las dudas, un día de éstos voy a olvidar por una vez que soy adulto y voy a intentar poder charlar con él. ¿Será cierto?
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(Mar del Plata) teresitavago@hotmail.com
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Libros en la 1° Marathónica Bahía Blanca 25 años de la Revista Generación Abierta Encuentro Nacional de Mujeres San Juan 2013 12° Encuentro de las Dos Orillas y 2° Congreso Americano de Literatura - Punta del Este, Uruguay 101
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Notiavispa LIBROS 1° MARATHÓNICA EN BAHÍA BLANCA Semblanza
por ROBERTO ROMEO DI VITA
En la Marathónica de Narrativa y Poesía, de Bahía Blanca, realizada recientemente, me hicieron llegar el libro “Los padres de la patria”, poemario de Sergio A. Giuliodibari, ¿Cómo fundar una patria, un amor, una pampa, un nuevo mundo?, dice Moira Ledesma a cerca del libro de Giuliodibari, donde los dioses, semidioses y mitos nos presentan a través de poemas que tratan de sortear los laberintos y llegar a la casa Patria. “La metamorfosis del Objeto”, de Sergio A. Giuliodibari, “Los cuadros de Magritte se han metamorfoseado en literatura y el poema de Sergio, pinta el nuevo cuadro”. “La última tierra de la gente” (Kurukinka) de Soledad Arrieta, una novela que nos lleva desde su isla austral y su propio idioma, entre el sueño y el despertar a otras dimensiones. “Los atolones del Conde” Un hermoso y didáctico libro de cuentos infantiles, para niños y no tan niños, donde el hábitat de muchos peces, que viven en atolones, peceras de vida, pone el buen relato ecológico, de Mauricio Carlos Moday, escritor argentino y médico jubilado. Libro para recomendar y regalar a los niños, y no tan niños, afirmado nuevamente. “Singular y Plural”, de Graciela N. Barbero, “Ella es un pájaro o es lluvia que por momentos inunda el poemario, es tango, es viento. La poeta pone también su voz para los que tienen y desde sus entrañas nace el más bello alarido que se torna canto cuando leemos sus poemas sociales donde Cerros de colores, Pueblos originarios, Niñas y hombres lastimados aparecen acá representados / definidos / amparados”, escribe Gustavo Tisocco… En “aguas turbias”, encontraremos… ”Bajo el cielo negro, / el sonido ronco de un vuelo mortal / traza círculos en el aire, / la luna amortaja / una lluvia de cuerpos / y voces torturadas / Buscan el sosiego del agua”. Lacerantes versos como estos. “Escenarios para un nuevo contrato social” Número 16 de una interesante revista cultural, de UPCN, con la dirección del Dr. Omar Alfredo Auton y la Secretaria de Redacción de la poeta y escritora Leticia Manauta. “Cimientos”, otra revista de UPCN, de Cultura, Arte y Trabajo, de la Secretaría de la Juventud. Como muy buenas crónicas literarias, La Avispa 59 102
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de cine, y de libros, a través de estar presente en la Feria del Libro Internacional y locales. “Humor Clemencial” de Víctor Marcelo Clementi, poeta y humorista que reside en Mar del Plata, donde la agudeza de su pluma, va más allá del entretenimiento. Y recomendables plaquetas, con poemas de Marcela Predieri, Vilma Sastre, Josefina Blanco Rodríguez y Edda Sartori.
ROBERTO DI VITA robertoromeodivita@gmail.com
25 Años de la Revista GENERACIÓN ABIERTA
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por ROBERTO ROMEO DI VITA
25 Años de una Revista Literaria, de Educación, Cine, Ciencia, Artes Plásticas y de la Cultura en General, son 25 años de hermandad que me unen a su Director, mi amigo Luis Raúl Calvo. Puedo decir que lo principal de nuestras dos vidas culturales, están ligadas a “Generación Abierta”, desde nuestra militancia como escritores en la SADE, de Don Florencio Escardó y Elido Ubaldo Di Serio, hasta el momento que Luis impulsó junto a otros, la ruptura inevitable con esa anquilosada institución y me invitó para que abrace la creación de la actual Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina... (SEA) Y no me arrepiento. Tengo ante mí, los ejemplares que guardo de G. A. Desde mi primera colaboración, la “entrevista a Julio Cortázar, en el Chile de don Salvador Allende”, nota que permaneció guardada por espacio de unos 22 años, por omisiones y dictaduras y es la entrevista que más atesoro. Luego la generosidad de Luis, me hizo publicar un sin fin de cuentos, algunos premiados, otros producto de nuestras noches viajeras a los misterios de la ciudad. Y poemas, relatos y ensayos. 103
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Con orgullo de escritor y periodista, destaco la entrevista que realizamos juntos a Hamlet Lima Quintana, en su casa de la Avenida Juan B. Justo, la entrevista al locutor don Eduardo Aliverti, ese viaje entre lluvia y borrasca, para conocer a la poeta Juanita Pochet, directora de la Casa Museo “José María Heredia”, en su primer viaje a la Argentina. Y se despliegan ante mí, más ejemplares y releo las notas a la primera Escuela de Cine Documental, de la UNSAM de San Martín, con entrevistas a Antonio Birri, Tristán Bauer y Solanas. Al Museo Castagnino de Mar del Plata. Al Congreso de la Lengua de los pueblos originarios, a don Pérez Esquivel. La serie de notas sobre la poesía cubana. La cobertura de las Marathónicas de Narrativa y Poesía, fundada por el último de los poetas surrealistas marplatenses, el amigo René Villar. La nota de los talleres literarios y cafés literarios de la Argentina. Al poeta francés Henry Deluy. A Mercedes Sosa, a la Carpa Blanca de los maestros argentinos en lucha y el concurso de cuento y poesía, en todo el territorio, del cual, junto a Luis, fuimos jurados. El haber cubierto Literarte de Tucumán y Mendoza. La nota a don Osvaldo Bayer. Los homenajes al poeta Élido Ubaldo Di Serio y don Domingo José Martos, al matrimonio Rosín, gestores culturales por muchos años. Y muchas otras notas que ya no las tengo, pero siguieron su curso en otras manos, difundidas en tantos encuentros y reuniones literarias, en la Argentina y en otros países. Por eso digo, que un poco mucho de nuestras vidas y amistad con mi hermano poeta Luis Raúl Calvo, pasa por G. A. Se prolonga hoy, en Adriana Gaspar su Sub. Directora y en Nora Nardo, su Jefa amiga, de redacción. Si tengo que hacerme una autocrítica, es no haberme involucrado más en este proyecto, Luis, pero es tu amplia capacidad directiva, para sortear obstáculos, para mantener en sus páginas tendencias contrapuestas, que mantiene viva a G. A. en estos jóvenes 25 años y no es poca cosa, en lo que se refiere a una revista literaria. Respetaste siempre, querido amigo, que fuera el ala izquierda, como escritor y poeta y como esa ala izquierda, proviene del lugar donde esta el corazón, así es nuestra amistad infinita. Gracias Luis, por G. A... Por su 25° Aniversario y por lo que está por venir. La Avispa 59
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ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES
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El 28 ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES, se produjo este año entre el 23 y el 25 de noviembre en la ciudad de San Juan. Su lema fue y será “por un mundo mejor donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”. Luego de un año de mucho trabajo y reuniones por parte de las asistentes, las coordinadoras que son parte esencial de poner a punto todo, se realizó un pre-encuentro acá en Mar del Plata, con talleres de discusión como para entrar en clima. LOS TALLERES SON EL CORAZÓN DEL ENCUENTRO. Son soberanos, democráticos, pluralistas y horizontales. En ellos se reflejan todas las opiniones y posturas y luego se efectúan balances que quedan asentados en un libro que edita y distribuye la ciudad que organiza el encuentro.
Algunos de los 60 talleres que despiertan más interés entre las concurrentes figuran: mujeres y acceso a la tierra, vivienda y servicios; fábricas y empresas recuperadas; crisis mundial actual; estrategias para el acceso al aborto, legal, seguro y gratuito; mujeres y desocuGRUPO DELAPALABRA 105
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pación; cultura y arte; maltrato, abuso y explotación infantil; trata de personas; violencia de género: pueblos originarios; mujeres sostén de familia; educación; drogas; adolescencia y juventud; poder e impunidad. En mi calidad de asistente, compartí el viaje con 200 compañeras de lucha. Cada una eligió a un taller y tuve oportunidad de concurrir al de arte y cultura por una identidad cultural. La visión de las mujeres en este espacio y su representación en el arte; políticas de ajuste, presupuesto para el arte, la cultura y la conservación del patrimonio cultural, frente al capital inmobiliario. Legislación vigente y articulación con otros movimientos organizados; dificultades que atraviesan las mujeres como trabajadoras en el campo de la cultura y el arte; la hegemonía cultural, los medios de comunicación y su influencia en el arte y la cultura. Cultura popular y rescate de nuestras raíces. Investigación y producción de teoría y legitimación. Estos talleres de debate se llevan a cabo en escuelas públicas e instituciones abiertas para tal fin, y para albergar a las mujeres sin recursos suficientes para pagar albergues. Aclaro que somos nosotras las que nos pagamos el viaje y la estadía, no recurrimos a ningún político, pero puede suceder que algún Sindicato done algún dinero. A través de rifas y peñas hacemos un pozo común para que puedan viajar todas las mujeres que sientan la necesidad de debatir ideas en pro de nuestros derechos. En estos encuentros hoy no existen categorías, pueden ir las que completaron estudios, las profesionales, políticas, juezas, profesoras, etc. Todas convergemos en un mismo interés y no se habla de banderías políticas, aunque sabemos que estamos haciendo política en el buen sentido del término. En medio de esta gran marea femenina, en las paradas habituales que se hacen en viajes tan largos, sorprendimos a los empleados de las estaciones de servicio que no dieron abasto para atender tanta mujer de golpe. Las colas de espera en sanitarios y buffet fueron interminables, pero la camaradería fue ejemplar y pudimos sacar provecho de ello, una experiencia que nos enriquece interiormente a través de los años. No puedo negar que hubo algunos excesos, pero no de parte de las 20.000 mujeres pacíficas que se congregan desde el inicio de estos encuentros. Los ultra izquierdistas son los menos, los vándalos también y el grupo Quebracho, no existe ante tanta buena onda que reinó en la marcha final, como lo muestra el diario Página 12 del día 25. Por supuesto que siendo San Juan una La Avispa 59
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Provincia conservadora y con una militancia religiosa importante, fue noticia lo peor del encuentro, espero que nos perdonen, la mayoría fue respetuosa del lugar que nos dio albergue. Al cerrar el 28º ENCUENTRO DE MUJERES miles de manifestantes colmamos ocho cuadras del centro de la ciudad de San Juan con consignas tales como: “qué momento… qué momento... a pesar de todo les hicimos el encuentro”, además de pedir por la legalización del aborto, contra la violencia de género y por la ampliación de las conquistas que se lograron. Cada vez más mujeres concurren a la Justicia pese a los obstáculos burocráticos.
AL REGRESAR DE CADA ENCUENTRO, CADA UNA SIENTE QUE ALGO CAMBIÓ EN SU INTERIOR, LA RELACIÓN CON LAS OTRAS MUJERES NOS HACE MEJORES PERSONAS Y MÁS COMPRENSIVAS. EL PRÓXIMO ENCUENTRO ES EN SALTA... Allá vamos.
OLGA BERTINETTI
pinohafiestas@yahoo.com.ar (Mar del Plata) 107
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Notiavispa 12° Encuentro Internacional - POETAS Y NARRADORES DE LAS DOS ORILLAS 2° CONGRESO AMERICANO DE LITERATURA - Punta del Este - Uruguay Organizado por la Comisión Cultural “De las Dos Orillas” y Ediciones Botella al Mar –Uruguay– se realizó el 12° Encuentro Internacional “Poetas y Narradores de las Dos Orillas”, y el 2° Encuentro Americano de Literatura del 15 al 20 de octubre 2013, en Punta del Este. La organización, impecable, estuvo a cargo de Alfredo Mª Villegas Oromí como Presidente del Congreso y de Rocío Cardoso Arias como Presidente del Encuentro. Fue declarado de Interés Cultural por la Intendencia de Maldonado - Dirección General de Cultura el Municipio de Punta del Este, el Municipio de Piriápolis, y las Embajadas de Colombia, Costa Rica, Ecuador, Panamá y República Dominicana, contó con el Auspicio de la Academia Nacional de Letras del Uruguay, la Fundación Mario Benedetti, la Sociedad de Escritores de Chile, la Academia Chilena de Literatura Infantil, la Sociedad Argentina de Escritores y los patrocinios institucionales de las embajadas de Argentina, Chile, Paraguay, México y Perú. El país homenajeado fue Colombia, y contó con más de 80 escritores de 16 países: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España Estados Unidos de Norteamérica, Francia, Honduras, México, Paraguay República Dominicana y Uruguay. En el marco de las actividades organizadas para los escritores, se incluyeron charlas a los liceos públicos y privados del departamento. Éste es el aporte de alguno de sus participantes: EL ALBA trae violines, te recuerdo cantar entre la espuma. Las rosas me entregan tu puerta. La pena y el extravío son ausencia de tus palabras. La Avispa 59
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Las espinas no las quiero. Hoy, lavo mis manos.
PILAR SASTRE TARDUCHY (Madrid, ESPAÑA) pilitarduchy@msn.com
NÁUFRAGO DEL MAR
del libro Sol Nocturno- Luz de Negros
Marinero de piel negra, náufrago del mar viajas en silencio en ese, ese barco negrero, escondido en su bodega, cargada de tristezas, llantos no oídos en altamar, clamores de tambores de tribus africanas silenciadas. Marinero de piel negra, navegante de la oscuridad marcada en tu destino, imploraciones no han llegado a tus oídos de luna tus clamores de tambores Marinero fantasma de oscuridad, arrancado de tus tierras como quien le arrebata sus hijos de sus propios brazos a la Madre.
MIGUEL ÁNGEL DUARTE LÓPEZ (URUGUAY) 109
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EL DESMADRADO
Ni las cadenas de rosario rezadas en voz alta al pie de la cuna, ni los santiguados de la curandera del pago, Doña Evarista, ahuyentaron el maleficio del último hijo de la tía Pura. Es que había parido siete varones al hilo, uno atrás del otro, por lo que Fermín Agache cargaba con la chance ineludible de salir lobizón. Ya de niño le estorbaban las calamidades en la tripa. Apenas aprendió a caminar, una noche sacó la mecha de la lámpara de kerosén y se la enroscó al gato en el pescuezo. Luego lo arrimó como sonseando al fogón. El pobre gato pegó un alarido y se internó en el monte. Al rato el fuego dibujaba lenguas rojas mirando el cielo. —Ya digo yo, que a este gurí los demonios le hacen juerga —se lamentaba tía Pura. No era vida la que pasaban los rusos vecinos. Con un amasijo de barro y paja brava habían moldeado ladrillos para levantar el rancho. A escondidas, Fermín descargaba la vejiga encima de la hilera que se secaba al sol. No había Cristo que aguantara el hedor cuando el astro rey evaporaba los efluvios. Cuando los rusos colgaban los tallarines caseros en el alambrado, esperando que se secaran para cortarlos y guardarlos con el propósito de usarlos en los ensopados, nunca llegaban a destino. Fermín los apedreaba desde lejos con la honda. Así fue creciendo el aprendiz de brujo, al que nunca le nacieron pelos ni se le escuchó aullar en las noches de luna, pero dada la soltura con que manejaba las malicias, más de una vez se le escuchó decir a tía Pura: —Este es hijo de mandinga. Algún día va a desconocer hasta a su propia madre. Martín Agache con el tiempo se convirtió en un negrón imponente. Cultivaba unos bigotes anchos, hirsutos que enmarcaban unos labios abultados y violáceos, casi del color de los vinos que se dio en ingerir con demasiada persistencia. Por lo que aquella innata depravación a la que sacaba brillo, marcó la senda de un bumerang anidando para siempre en sus propias entrañas. Se ganaba la vida amansando caballos, condición que alardeaba en sonados pavoneos frente a cuanta china se le presentara. Siempre iba bien montado, con un jolgorio de arreos que tintineaban a su tranco. Le gustaba caracolear con el pingo, mientras se hamacaba de adelante hacia atrás, mirando fijamente a la pretendida. Nunca La Avispa 59
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consiguió enamorar a ninguna. Llevaba el estigma de dialogar con el diablo, más un raro ensañamiento con el agua, por lo que la estela de hedor que destilaba hacía recular al más mentado. Y qué decir de la gran afinidad con el vaso, no de los caballos, sino de vino. Desayunaba con vino, con vino almorzaba y a la catrera se iba expreso después de largas libaciones del elixir de Baco. Un día se percató que la soledad lo traía a maltraer y que había nacido discapacitado para vivir en yunta. Empezó a pensar cada vez con mayor firmeza en que aunque sea un perro le vendría bien. Y así fue que se cruzó con un perro callejero que en su afán de encontrar dueño se le aquerenció en el rancho pasando por alto sus facultades olfativas. Tenía más orejas que una liebre, era raquítico y de pelambre hirsuta como los bigotes de su dueño. De tan saltones los ojos parecían que en cualquier momento le iban a salir rodando. Con el único que se mostraba solidario el negro Fermín Agache era con su perro fiel. Paraba en cuanto boliche se le cruzara en el camino para retocar la borrachera: —Una pa’ mí y otra pa’ mi compañero. Después salía zigzagueando por las calles con el cuzco atrás. Muchas veces no llegaba al rancho y quedaba tendido en el suelo, mientras el animal como haciendo guardia, se hacía un ovillo junto a él. Se corrió la bola un día que iba a haber baile en lo del Roto Garma, al que le había pasado por encima una manada de chanchos jabalíes, salvando la vida por un pelito, quedando tan contrahecho que lo único que le había quedado sano eran las manos porque las llevaba en el bolsillo y no atinó ni a cubrirse la cara. Un ojo le quedó más arriba que el otro y encima, a media asta. Le volaron todos los dientes y él mismo decía haberse tragado algunos. Nunca más pudo dar un paso adelante con las dos piernas porque una le quedó mirando para atrás. Se había dedicado a organizar bailongos en su rancho donde él mismo despachaba el beberaje. Fermín Agache no podía faltar a la convocatoria. De entrada nomás, se inundó de vino hasta los huesos. Pegado al galpón de baile había una cocina con fogón en el suelo. La atravesaban de lado a lado unos varales con clavos de donde colgaban los chorizos prontos para ahumar. Fermín miró para arriba, y aún borracho como una cuba, se robó un chorizo y lo metió en el bolsillo de la bombacha. Al rato la vejiga le pidió aire, salió al patio y recostado contra la pared evidenció el más nulo dominio de su humanidad, ya que en 111
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el manotazo pescó el chorizo seco. Nunca se percató del equívoco, porque cuando le acudió a su maltrecha conciencia, el natural instinto de la sacudida, el chorizo se quebró. Fermín salió a la gritería mientras exhibía la mitad del embutido en la mano: —¡Auxilio! ¡Auxilio! Lejos, lejos, conseguía alguna changa. Como aquella vez que un estanciero lo contrató de compositor para domar una tropilla baguala. Una noche, estando con otros dos peones, proseando sentado arriba de las bolsas de trigo del galpón, se le ocurrió una idea fenomenal. Quiso comprobar si el vino pesaba, desafiando a los amigos de turno. Tomaban un litro de vino y se pesaban en la balanza de pie que había en el galpón. Se pesaron toda la noche con cada litro de vino ingerido, pero la balanza no acusó cambio alguno. —Ya me parecía, compañeros, la mamúa no pesa nada. El desenlace fue que quedaron tendidos en el piso por tres días. Cuando despertaron estaban en la orilla de la carretera con todos los monos encima. En ocasiones se le cruzaban tanto los cables, nadando en los vapores de sus libaciones que era incapaz de distinguir un árbol de un cristiano. Fue memorable aquél día que le dirigió la palabra al viejo paraíso de su patio. Soplaba una brisa ligera y el árbol se balanceó: —¡A mí nadie me va a amenazar! —le increpó Fermín al momento en que el viento sacudió a su imaginario interlocutor. —¡Así me gusta! ¡Que dé un paso pa’ tras! De a poco el alcohol fue invadiendo su cordura, a tal punto que todo el mundo lo esquivaba como a la culpa. Sólo un hermano, que también doblaba el codo con bastante empeño, una fría noche de invierno se puso a conversar con él. Y parece mentira, pero al borracho le pueden ocurrir dos cosas. O se queda petrificado mirando el piso y más mudo que una fotografía, como resguardando una quimera, o desata una catarata de cháchara saltando de un tema a otro sin ligazón alguna. Habla por el sólo hecho de hablar, como si el silencio le quemara por dentro. Esa noche a los dos les había asaltado una verborragia inocua, hasta que al hermano le atropelló una declaración irrefutable: —Mi madre se llamaba Pura Maguirre. —¡Barbaridá! ¡No me diga! ¡Mi madre se llamaba igual! La tía Pura se debe haber dado una vuelta de satisfacción en su La Avispa 59
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tumba. Fermín no la había olvidado. MARTA ESTIGARRIBIA nilaest@gmail.com
APRENDICES En este día a día de aprendices de mago nuestra jornada empieza con las luces del día. Inquietos preparamos las ilusiones varias para deslumbrar a quien quiera mirarlas. Vamos con torso erguido y mirada serena caminando despacio para que nadie vea que nos tiemblan las piernas. Abrimos las manos. Por aquí y por allí no hay nada... aparecen entonces la galera y la capa, seguimos insistiendo. Por aquí y por allí no hay nada... y las cartas brotan alborozadas mostrando cada una, sus caras ordenadas de palos y de números de colores y estampas. Aquí de pronto sale, la que usted pensaba. En el próximo número desatamos pañuelos, tan sólo con mirarlos... si aquí y allí no hay nada y los hemos ido atando 113
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a lo largo del tiempo algunos húmedos y otros apenas secos ¿Cómo hicimos entonces este truco travieso? Las manos se extienden. Aquí y allí no hay nada y lo peor... es cierto... Mientras la paloma aguarda escondida apretada en el pecho. NEDY CRISTINA VARELA CETANI (URUGUAY) nedy51@hotmail.com
HAIKUS ¡oh que silencio! entre olas y gaviotas conversación amanecer… encendiéndose el cielo desde el confín coqueta luna en los ojos del lago se esta mirando sobre una flor mariposa en descanso ¿o un arco iris? anónimamente cruzándose un instante dos transeúntes GRACIELA DE BERNARDI (ARGENTINA) - gradeber@hotmail.com La Avispa 59
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ANHELO Tumba de recuerdos eres vela sin oxígeno. Acumulas briznas de amor livianas como sombras pasadas. Mi diástole percibe tu aliento, la sístole mendiga tu voz. Bajo el aguacero nocturno aprecio tus leves caricias resbalando por iris rezagados. Una lágrima surfea
tus labios púrpura.
Nos arrullamos bajo reflejos carmesí. ÓSCAR RODRIGÁÑEZ FLORES (Madrid, ESPAÑA) oskimak@msn.com 115
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Notiavispa LOS DUEÑOS El primer trago tranquilo de la noche en un bar tranquilo es maravilloso. “El largo adiós”. R. Chandler
Acaba de leer la frase del libro. Al fondo del salón, la madera de su mesa muestra, tallados, como siempre, trazos de historias viejas, imperturbables, que él conoce de memoria y que ha aprendido a acompañar semana a semana. Frente a él la copa exuda el frío húmedo del hielo que el muchacho dejó caer en su interior. “El primer trago tranquilo de la noche en un bar tranquilo es maravilloso”, relee, vuelve a coincidir. Es la única maravilla de esta vida, se dice y oye el estruendo. El cristal se fragmenta en minúsculos trozos de terror que se esparcen sobre las mesas lindantes con la ventana. Gritan, los otros gritan. Un desbande de piernas se agolpa en la puerta intentando huir, escapar hacia afuera, como si el sitio del que provino el disparo fuera más seguro que ese de allí adentro. Es el terror al encierro, ese instinto que nos hace creer que el aire libre nos mantendrá más a salvo que esas paredes del bar, piensa. Pero es inútil, o falso, o lo mismo da estar de este lado o del otro del límite del infierno: no hay escapatoria, se dice, el infierno difunde sus llamas y lo consume todo a un lado y al otro. No hay escapatoria. Los ve regresar salpicados en su propia sangre, ve las esquirlas enrojecidas sobre los listones del piso imperturbable de ese bar tranquilo en la primera hora. El grito ahogado le hace girar la cabeza, así, como un autómata, y no han pasado más que décimas de segundo, cómo se mide el tiempo en esas horas, y lo ve, sobre la barra, el agujero en la frente. Y la certeza, esa certeza como ninguna, esa certeza cayéndole a plomo como una pedrada en la cabeza: Juan nunca más volverá a preparar el Martini para él en aquel bar tranquilo, a esa hora maravillosa. Querría gritar, cree que querría gritar pero en realidad querría no ser él, no estar ahí, haber seguido de largo esa tarde noche. Manotea el celular. Tiene codificado el número de la policía o el de emergencias. Lo saca. Dejá eso ahí, oye. Ponelo encima de la mesa y quedate quietito o terminás perforado vos también. El mundo ha cambiado. En ese instante mínimo comprende, o acaso comprenderá después que entonces había ya comprendido, que La Avispa 59
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el mundo no volverá a ser el mismo nunca más. Habrá cambiado para siempre. Habrá comprendido, de un modo raro, sin que medie la razón, como un temblor habrá comprendido que él, ya no es el mismo que unos segundos atrás, cuando leía sobre el papel esas letras banales. El frío del acero se le escurre por la nuca. Acaso mejor así: no habrá elección posible. Ya no sería dueño de ninguna voluntad. En unos minutos Juan se vaciaría, su sangre fluiría mansa y él no podría dudar, debatirse acerca de cuál sería la mejor alternativa. Pero alguien, otro, alcanzó a pulsar las teclas: acaba de ver, a través del agujero del cristal que se va agrandando con el viento que desmorona el borde, acaba de ver, afuera, un uniforme, un chaleco antibalas. Ahora sí, ahora tiene miedo. El que le apunta también tiene miedo, o algo semejante: el cañón helado vacila en su nuca, tiembla. Siente el brazo rodeándole los hombros, casi aferrándolo por el cuello, levantarlo de la silla y adherirle la espalda a los huesos tiesos del dueño del brazo que sostiene el arma, que ahora se estira a su costado, dejándosela ver, no es tan grande, no parece tan cierta la muerte que podría engendrar, y que ahora apunta a los demás, a los que habían pensado que era posible escapar. Todos al piso, le llega el alarido desde detrás del cuello, un poco más arriba: es más alto que él, ese hombre que acaba de transformarse en el dueño de su vida es más alto que él. El aire del bar se vacía de caras, de pánicos, para dejar completamente al descubierto esa luz intermitente que golpea una y otra vez en las paredes, en las copas de cristal que han sido depositarias de los vinos que ha sabido tomarse, en la araña del techo, en el espejo del fondo. Cuándo será el final, se pregunta. Cuánto tardará en suceder eso que no quiere y al mismo tiempo acaso quiera, cuándo llegará el momento en que el teléfono suene a unas cuadras de ahí, de ahí, adonde no debería haber ido jamás, pero ya fue, ya ha ido, ha ido, cuándo sonará el teléfono y una voz que tratará de ser neutra, de no insinuar una buena ni una mala noticia, una voz neutra pregunte ¿Algún familiar del señor Rodríguez? Y otra voz responda La hermana ha muerto, ha muerto hace algunos meses y entonces la voz neutra insista y pretenda darle la noticia a alguien y requiera por algún otro familiar del señor Rodríguez entonces, y la respuesta sea un silencio y un comentario leve, como al pasar, y que como quien cuenta lo obvio responda: dígame a mí señor, soy la empleada de 117
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años. Y la voz insista y finalmente comprenda y diga: necesito que venga por la morgue, traiga un documento, algún certificado que acredite su relación con él. Y ella piense que ni recibo de sueldo tiene. No tendrá para mostrar siquiera un recibo, un papel, algo que atestigüe que ella ha pasado casi una vida, ahí, con él, con el señor Rodríguez, que le advirtió que no fuera al bar, que tanto alcohol, noche tras noche le haría mal, esa mujer no tendría nada que mostrar. Oye una voz ensanchándose como un globo, viene del otro lado del cristal, desde afuera, quédese tranquilo, dice, queremos hablar con usted, y los huesos que se apoyan en su espalda se expanden y se contraen más rápido, si entran al bar lo mato al viejo éste, oye desde atrás de la cabeza y comprende que ese viejo es él. Y claro, sí, el nuevo dueño de su vida ha comprendido, se dice, ese viejo es él. Y los antiguos dueños de su vida ¿habían comprendido? El destino, el desencuentro, quién había sido el antiguo dueño. Oye el llanto de una mujer y ve la mano descender, apuntar hacia el piso, callate boluda, la voz viene desde atrás. Un viejo, una boluda, un muchacho vacío de sangre, otro queriendo vaciar un cargador sobre todos. Qué más da este mundo de mierda, piensa. Y si girara la cabeza. Si girara la cabeza acaso la llamada tardara menos en llegar y él podría ser dueño de algo. Dueño. De su muerte. De su muerte, se repite. Entonces la gira, ve la ira en los ojos, siente pena y furia y rencor por esta vida de mierda, qué más da en este mundo de mierda, piensa y junta toda la saliva que puede, ésa de viejo que le queda a montones y se la escupe, de una vez, sin titubear, en la cara. Oye de nuevo el grito de la mujer: qué hace, ¿está loco? Sí, está loco, de qué otro modo se puede estar en este mundo de mierda, piensa mientras oye el disparo, y cae, y quiere gritar o no quiere y mira el horror en la cara del muchacho y alcanza a ver los chalecos antibala atravesando la puerta y envolviéndolo. Como si se hubieran transformado en sus dueños.
ANDREA FONTÁN
(Buenos Aires) afontan@fibertel.com.ar La Avispa 59
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POR UNOS ZAPATOS
Estaba contento, iba a encontrarse con ella, su deliciosa niña amada. Casi ni comió, tan ansioso se sentía esa noche. Repasaba una y otra vez en su mente, las palabras que tenía reservadas para describirle su amor eterno. Sábado de baile a la noche; sería una jornada para recordar toda la vida como él la veía: juntos para siempre, hasta el ocaso de sus vidas. Sobre la cama: traje azul, camisa blanca, corbata rosa. Sabía que ella iba a lucir espléndida, bellísima, como debía ser su princesa. Y él no la iba a defraudar; quería estar impecable, seductor. ¡Cuántos planes tenía! Fue a buscar los zapatos nuevos en un rincón del placard, al fondo. Al tomarlos sintió un leve pinchazo en el dedo índice. Otro clavito suelto, pensó; no era la primera vez. Mañana le doy un martillazo —se dijo— y esto no volverá a suceder. Ya vestido, se puso gel abundante, perfume en el cuerpo y ropa y se miró por última vez al espejo. Le gustaré, suspiró convencido. Subiendo al auto se sintió algo mareado y la visión comenzó a tornarse borrosa. Pensó detener el coche, pero se hacía tarde y después de todo, el malestar no era permanente, ya iba a pasar. Camino al baile, el coche, sin control, se deshizo contra un árbol. Mientras tanto, en un rincón del placard, la arañita reponía su veneno.
ENRIQUE UMBRE CARDINALE
(Montevideo, URUGUAY) enriqueumbre@gmail.com
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Notiavispa SITIO PARA DORMIR
Madre, estoy llamando brutalmente a ese hombro que duerme bajo tu vestido; estoy llorando ese vacío que grita sobre ruedas en tu vientre. Madre, estoy llegando brutamente. Mi bestia corre sobre el mar rezando tu nombre o queda alambrada en los racimos de la muerte. Mi triste bestia; perdonala; está llorando. Agua de otro siglo hacia tus pies, rumor eterno, viejo viento de barro; brutalmente, mi bestia de ancestral aurora. Estoy llorando más allá. Estoy llegando. Madre, la noche carga una sombra donde podemos dormir los dos.
JUAN PABLO PEDEMONTE STALLA jppedemonte@hotmail.com
El motivo es el amor Porque te amo acomodo las palabras como altero la sintaxis de tus hombros. Mis manos no riman con tu sexo ni con las vertientes abiertas en tus muslos. Las urgencias de la luz en tu costado son apenas el ritmo del deseo, la necesidad de retenerte. Sos el hallazgo de un jarro de agua fresca entre las piedras. La Avispa 59
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Alfredo Villegas Oromí y Rocío Cardoso
Notiavispa
Las carencias y mi nuca descubren su derrota al extrañarte: huérfanas insistentes de caricias que tardan en llegar desde la otra Banda del Río Porque estoy irremediablemente enamorado sobrevivo en un papel con el corazón sin tregua. El motivo es el amor, la Palabra. No el poema.
ALFREDO VILLEGAS OROMÍ amvillegasoromi@gmail.com
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La noche altera la última estrella cuando el perfume de mi piel es juego clandestino rondando madrigueras. El silbido del viento traza mis pies vacíos sobre tu cuerpo de jazmines. Una música se escapa oscureciendo el contorno de la luna y tú, eres canto de torcazas en el otoño del Este. El silencio es apenas una grieta sobre tu árida espalda.
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ROCÍO CARDOSO - (URUGUAY)
Notiavispa II
Reseñas
Olga Bertinetti Ana María Labandal Graciela Barbero Verónica García
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Reseñas
ALGUNAS HISTORIAS EXTRAÑAS Enrique Umbre Enrique Umbre nació en Montevideo, Uruguay. Vivió sus primeros treinta años en Jacinto Vera y, como él mismo lo indica, es un típico producto de ese barrio: escuela de picardías. “Algunas historias extrañas” refleja situaciones, personajes y escenarios de aquellos días, cuando la diversión estaba en las calles. Son historias simples a los ojos de cualquiera, que el autor recrea con su propio estilo irónico y ácido, haciéndolas únicas. Estos relatos escapan del llano para convertirse en perlas que engalanan los recuerdos. Leerlas nos lleva a cualquier barrio, el nuestro; cualquier pueblo, el nuestro, con situaciones y personajes similares si tuviésemos la capacidad de verlos con la mirada aguda y el humor picante del escritor Enrique Umbre. Ana María Labandal anamarial_1@ hotmail.com
SOL NOCTURNO-Luz de Negros Miguel Ángel Duarte López Miguel Ángel Duarte López, oriundo de Uruguay. Su poética, ampliamente premiada en varios países de Sudamérica, ha sido declarada de Interés Departamental en su país de origen. En este libro refleja situaciones de vida del mundo de los negros o negredad, como él lo llama. Los esclavos Zulúes, Bantúes, el yuyero de la calle y los candomberos, tienen lugar en una poesía llena de emoción. Es más que un canto de libertad, es fuerza y sentimiento. Potencia ese mundo de “terciopelo azul”…manto oscuro… marinero de piel negra… sol nocturno… pegasos negros del <Medio <Mundo, una marca que retumba y retumba sobre el tamboril, un esclavo de libertad cuestionada que fue arrancado de su tierra. En sus versos se oye el canto con su dialecto, el “Yacumenza” en el conventillo, donde viven los de piel de ébano. Un poemario recomendable para el lector ávido de sensaciones y pregones creíbles. Olga Bertinetti La Avispa 59
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DESBOCADAS BOCAS DEL SILENCIO Nina Reis
Reseñas
Nina Reis nacida en Mina Gerais, Brasil, ha recorrido varios países con sus recitales y ganado premios en Montevideo y Buenos Aires. Este libro tiene ilustraciones de Ileana Mulet, cubana. La autora se identifica con la luna en todas sus fases. Páginas de versos breves son las “de todas las lunas aguas”, donde se sumerge en un océano como diminuta arena. Luego pasa al amor que ríe y deja el vacío entre las partículas de un poema. En un jardín imaginario la poetisa encuentra voces del amor, a quien contaba su sueño entre días escasos. Con bastardilla se remonta los años de la niñez, a su madre, a su forma de existir, retrocede hasta el nacimiento y las rutinas hogareñas en metáforas de recuerdos. Los poetas de cartas navegantes, hacen giros de la nada, programan sus muertes y circunstancias. Ella se pregunta: “¿recuerdas poeta que eres cordón inacabado de la palabra?”. Culmina su libro con los cristales de la ausencia para Miguel Hernández; el secreto que Cesar Vallejo le contó anoche y como cansado del viento, vino Lorca. Hermosa poesía que destaca a su autora cuando manifiesta :” búscame poesía en tus alucinaciones, esta soy yo”. Olga Bertinetti
ESTE SENDERO CONMIGO Zulma I. Quiñones Senati Zulma I. Quiñones Senati, nacida en Puerto Rico. Premiada en varios certámenes nos sumerge en sendas, rutas del tiempo, donde el azul domina los versos. Su presentación poética es concreta, dibujada en los espacios de la hoja sensible. Transita como Mujer que se descubre impar e irrepetible, corcel sin freno con sus hormonas calientes. Eros no pudo anclarla y entre alcobas y sábanas transmite poesía. Acude al sortilegio de ser otra, callada y sumisa, pero existe una palabra que inunda la obra a cada instante: LIBERACIÓN. Las voces naturales bordean el camino con palabras y letras, colores y desdoblamientos y conduce su escritura desde la vida hacia el caos par luego renacer en una aurora de luz propia. En este collage de hilachas y quimeras emergen poemas como telarañas obligando al lector a descubrir prismas en medio de la nada. En sus páginas el “dibujo” marca el sendero y hay belleza en su poesía. Olga Bertinetti pinochafiestas@yahoo.com.ar
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Reseñas
DETRÁS DE ESA MÁSCARA, POEMAS Rocío Cardoso - mariroc_2@yahoo.es Botella al Mar, Montevideo, Uruguay, 2009 Poeta y narradora nacida en Uruguay nos presenta Detrás de la Máscara. Desde el título nos ubica en el misterio de lo oculto, del más allá que desconocemos. Treinta y seis poemas distribuidos en tres partes, acompañados de epígrafes de Omar Khaiame, reflexiones metafísicas sobre la muerte, el alma, el destino humano. Si bien hay una relación entre ellos y los poemas de la autora, se pueden leer por separado, no son unos repuestas de los otros. El prólogo de María Luz Canosa nos hace saber que “los versos de Rocío Cardoso están signados por una vivencia tan personal e intransferible que es a la que hay que acudir para comprender sus poemas breves… y preñados de misterio”. El camino hacia la muerte, la pérdida de lo más valioso de sus entrañas que no regresó “Cruzaste a ese lugar/ donde te esperan / los ángeles perdidos”; “Un clamor/ desentraña/ gritos del infierno” La autora nos conduce “Caminas tu ostracismo/ por laberintos de sombras. / Dios dispone la vestidura” Laberintos externos e internos por los que se sale y entra de la mano de la Muerte. “Es el misterio más hondo del hombre, encerrado en la palabra de la poeta, una de las voces más originales y significativas de la poesía uruguaya contemporánea”, palabras de Alfredo Ma. Villegas Oromí. “La muerte/ efímero instante/ donde acaban los amaneceres/ camina a tu costado cruzando la frontera” en el poema XXXI o en el XI “¿Cuál será la hora de mi última muerte?” Y cierra su poemario “A veces, / la vida, / nos permite / dar la vuelta” La belleza de la palabra se acompaña con las imágenes del artista plástico uruguayo Luis Arias Detrás de esa máscara, cargado de misterio, poesía críptica, profunda reflexión sobre la vida y la muerte. Leer y releer, para descubrir en cada vuelta nuevos significados. Graciela N. Barbero
SARA, HISTORIA CIERTA Rubis Camacho Letra Negra Editores, Guatemala, 2013 Escritora nacida en Puerto Rico nos presenta a Sara, personaje bíblico, esposa de Abraham y madre de Isaac. La Avispa 59
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Reseñas
En el comienzo, un artículo de prensa situado en Egipto relata el descubrimiento del arqueólogo egipcio Ghassam Fayyad Haddad de unos papiros. A pesar de las intentos de las autoridades por mantenerlos ocultos, los papiros recorren el mundo. A partir de allí XVI papiros, con salmos, citas bíblicas y/o escritores, transcurre el camino de Sara. Todo gira en torno de la idea espíritu-religiosa de la vida. La mujer esclava de su señor, mandato divino que no se perturba. Su voluntad va más allá del deseo o el sueño de la mujer. La autora parte de la creencia primigenia de la humanidad para adentrarse en la profundidad del ser, sobre todo femenino. Es la mujer desde la concepción de otra mujer. Cuando se presenta Abraham, con boca hedionda y lastimosa a la que debe besar, Isaac, Agar e Ismael, nos transportamos sin querer, hacia las facetas de la historia. En esa perpetua agonía, nos dice Yutmin Colmenares, escritor guatemalteco que prologa la novela, el ser humano se ha preguntado: ¿Y, si no hubiera sido así? La autora sugiere “cada cual crea sus verdades…” Con lenguaje poético Rubis Camacho nos induce a seguir cuestionándonos aun cuando nos enfrentamos en el final cuando Dios habla “¿No soy el principio y final de las cosas? Cuando sonreí la mañana en que mi siervo Abraham, levantó la daga para sacrificar a Isaac” Lectura interesante para cuestionarse y dudar de la historia cierta. Graciela N. Barbero gracnobar@gmail.com
MARGINALES Zulma Fraga Editorial Piso 12 Es un libro calmo. Calmo digo porque permite al lector acercarse despacio a bordes no definidos completamente, cuestionar sobre aquellas conductas humanas que exponen el conflicto sobre qué es la marginalidad, cuándo goce, cuándo dolor obligado, cuándo ausencia, temor, cuándo manifestación de la duplicidad más profunda. Sin dudas logra uno de los propósitos de todo libro, la necesidad de volver sobre sus páginas y releer aquella frase que quiso decir aún algo más. Verónica García lvgrivero@yahoo.com.ar
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Índice Editorial ....................................................................... pág 3 Entrevista ..................................................................... pág 5 Giustino Carrea P-82 Poesía ......................................................................... pág 11 María del Mar / Torrejón Jurado / Posada / Max Costa / Di Vita / López Geada / Novelli / Mayol / Idiazábal / Alfonsi / García Clavijo / Bertinetti / Marín / Molina / Cuello / Nobre / Cuentos y relatos ...................................................... pág 29 Barbero / J. M. González / Castro Hernando / Labandal /Ramos / Lerena / Posada / Arribas / Sánchez Magariños / Malbrán/ Morro / Notas y ensayos Anfiteatro de Neuquén por Hernán Riveiro .................... pág 54 CONTRALUZ - Cómo construir un monstruo por Cristina Mendiry ............................................. pág 62 Dossier FIP ............................................................. pág 67 López Geada / Pariso / Mendiry / Kanje Izco / Calvo / Corrado Melin / Tisocco / Gudiño / Almada Noguerón/ Cámpora / Costa Martínez / Boccardo / Cine y TV por Gabriel Cabrejas ................................... pág 81 Música ....................................................................... pág 89 Giusseppe Verdi por Alfredo Villegas Oromí Rincón de los bajitos ................................................. pág 97 Teresita Vago Notiavispa .............................................................. pág 101 Libros en la Marathónica Bahía Blanca 25 años de la Revista Generación Abierta Encuentro Nacional de Mujeres San Juan 2013 12° Encuentro de las Dos Orillas y 2° Congreso Americano de Literatura - Punta del Este, Uruguay Reseñas .................................................................... pág 123 La Avispa 59
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