MARCELA PREDIERI
LA PANCARTA (el eco eco del (el delllanto) llanto)
Colecciรณn de La Palabra Colecciรณn De La Palabra
Marcela Predieri
LA PANCARTA el eco del llanto
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Marcela Predieri
LA PANCARTA el eco del llanto
La Pancarta
Ilustración de tapa: José Clemente Orozco, Un hombre llorando. Gouache, 49 x 34,5 Ilustraciones interiores: Ana María Müller Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723 de Propiedad Intelectual. Permitida la reproducción citando el autor y la fuente. Correspondencia: Carlos Pellegrini 3637 - 7600 Mar del Plata - Argentina e-mail: delapalabra@hotmail.com
IMPRESO EN ARGENTINA © EDITORIAL MARTIN - 2000 ISBN: 987-543-006-3 Se terminó de imprimir en los talleres gráficos de Multicopy sitos en calle Catamarca 3002 de la ciudad de Mar del Plata, en diciembre de 2000
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a mis hijos, para que jamรกs olviden
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Unas palabras La poesía —como operación inherente e innegable del lenguaje—, al nombrar crea, trabaja, interviene la realidad y la transmuta. El poeta debe ser conciente de que parte de su misión es penetrar esa realidad, aprehenderla a través del conocimiento y trascenderla más allá de los límites impuestos por lo social. Para poder llegar a un discernimiento libre, es riguroso convenir primero, que esa realidad existe y en segundo lugar, que es posible un cambio. Si el hombre asume el poder de su voz, sus manos y su intelecto, afirma la totalidad del ser. Hoy, sin embargo, esa fuerza parece desvanecerse; nos encontramos sumergidos en una increíble cultura ligth, hablamos de crisis de valores, discutimos sobre postmodernismo y tratamos de precisar si somos neo-románticos, neo-barrocos o neo qué... Yo me pregunto por qué no ser neo-humanos, hombres y mujeres otra vez. Aldo Pellegrini escribió “cuando el hombre sufre la mordedura de la sociedad surge la poesía”. Y cuándo sino hoy nuestra carne ha estado tan impúdicamente al desnudo. Yo creo que el hombre siente la punzante necesidad de proclamar su naturaleza y estoy convencida de que por medio de la palabra adquiere la facultad de participar en la realidad misma y transformarla. 7
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Pero esto no es nuevo. Walter Benjamin en un discurso pronunciado en París en contra del fascismo en plena post-guerra, ya había planteado la urgencia de escritores operantes, cuya misión no sería la de informar sino combatir. Particularmente, adhiero a esta postura a través de la Poesía Social. Ahora, ¿esto significa salir a la calle con banderas, afiliarse a tal o cual partido político o intentar disuadir a la opinión pública mediante discursos panfletarios? No. De la misma manera que el teatro épico no reflejaba situaciones sino que las descubría, lo que intento, como escritora operante, es detener la acción y obligar al lector a pararse y tomar posición frente a los hechos, que abandone el “Oh, qué barbaridad...” de un simple leedor de diarios. Toda esta carga de compromiso, trae aparejado ciertos riesgos. Recordemos cómo, en una época no tan lejana, algún sector del poder asumió el papel de un malentendido Platón y expulsó a los poetas de la República en pos de los intereses de la comunidad. Stendhal, por otro lado, decía que la política era una rueda de molino atada al cuello de la literatura. Pero hoy que vivimos en democracia, el reto que me impone La Pancarta es diferente: que el tema no enzarce la calidad de la obra. Este libro aparece siete años después de haber sido concebido; el silencio que por diversos motivos le fue impuesto llega a su fin. Siete es un número bíblico 8
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y tal vez pueda ser setenta veces siete perdonada, porque no quiero ver a la literatura polĂtica como una piedra, sino como cruz, una cruz a la que paradĂłjicamente no puedo, ni quiero dar la espalda. Necesito ver cuĂĄnto puedo avanzar con ella cuestas, sin sucumbir ante el peso de mis faltas. Marcela Predieri
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Solo el poeta es capaz de transformar el mundo. Octavio Paz
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PELDAÑOS DE ARENA
Piel de remolinos sobre el médano del ocaso aquel que iluminó mis senos idolatrando de crestas y de vientres ese lazo de sol que deshenebra las huellas de la cópula Un grito como sutura al grito (llaga visceral) Su cuerpo ausente fue rodado en esta puja
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GRILLETE UMBILICAL
La placenta en un grito cimbrante se abre paso arrugado el vientre por la vejez prematura de la vacuidad En el morder de las uñas hay silencio y jadeo La cimbra se dilata Y es marisma de vida que desprende el bramar violáceo de un pudor anónimo con los ojos tejidos de encaje y la boca deshilachándose en vagidos El acaecido llora un panegírico al canto de mis senos
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AL REGAZO
Como cerillas aventuran la utopía de cegar al sol Son minúsculas caricias ante la piel enorme de la preñez Respirando asombro bocanada de arcoiris Ávida media lengua de nuestra mitad Aquella que se nos cuela en el primer parto
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LA EMIGRADA
Como una horca de sed y de sequía Varadas las palabras Sal de harapos la costa vestida Elementos foráneos a mi piel Han sido bifurcados los senderos (Otro yo tal vez habitó aquel tiempo)
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MAREA
Caminaba solo el tiempo púber en la rebeldía del círculo Una copa de ginebra arde lentitud y yo soy eterna en la detención locuaz de los minutos
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MUELLE SEIS
Soy sed de quillas y de muertes Soy hambre de arena y de pleamares Soy ojos manos gritos Nuestra sombra aletargada en la guadaĂąa del ocaso
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Los ojos del mar expiran en la arena ยกDe cuรกnto llanto de hombre es capaz el vientre de la playa!
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AMOR Y FARO
Ciegas algas nos muerden las pupilas Iris contra iris Erecta majestad Eclipsando Intermitente Nuestras sombras Cien ojos destellan algún verde albedrío Roja y gemela la prudencia En la arena nosotros Refulgentes de caricias Sólo uno Como un ovillo tejido de miedo
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HERMANA LEJANÍA
Abajo muy debajo de mí arde la vida en un solsticio equívoco La eslora es fuerza partida Idas las ansias Vacío el tacto El humo ahueca tu ausencia en las fauces ahorcadas del riachuelo Me voy de vos con vos en vos Y soy surco sin hélices Singladuras devoradas por la niebla
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NIEBLA
Un manto de azufre cubre los espectros El cielo es ciénaga amasada de azul y llanto Inmóvil el sol hasta el arribo en un opaco mediodía eterno La marea se detiene Y el horizonte desdibuja la zarpada
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MUJER QUE ESPERA Mujer hueco de la sombra llorando apenas el velamen cauto No ansía no existir Cubre del pubis su intacta desnudez ataúd entre las faldas Entre sus manos la muerte Abre las puertas de la ausencia para derramar ceguera y miel Mujer que aúlla lejanías
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LOS BUQUES LLORAN POR SU VIENTRE
Vela por el pacto del crepúsculo el húmedo lecho sin palabras Un lenguaje de olas y manos en llanto conjuga caricias Las anclas desesperan Y con uñas de sangre copulan con la costa
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NAUFRAGIO Risco virgen en un atelier que trama varaduras Verdugo cincel Orfebre lejanĂa de arena El amado y el amante en un holocausto de hielo y sal Ventriloquia de la muerte Un gemido brutal de muda impotencia Ojos desorillados Semblanza de virutas y cuadernas Dos gigantes y un vientre que ha de morir sujetĂĄndolos
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ALITERACIÓN EN BARCAS Voces versadas voces del viento y el velo en el velamen Atisbo a la bandada brezo en vuelo beso cumbre y nube Vagidos en la banda de babor las barcas habían viajado en un abanico de borrascas Varados los vestigios de la agonía un becerro brama vomita viejas vergüenzas versos de vientos en la bruma sílabas de hambre hombres sin voz
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EROSIĂ“N
Embriagado en el zumo un llanto esquivo la coraza retuerce su solitaria tozudez Roca quijada del asombro victoria grieta El Coloso sangra su cuerpo en las mecidas de la sangre serpientes
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Soledad
Esas instantรกneas del rostro de la muerte
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AMANECE Casi pájaro llorando su canción de medianoche un ángel sensual que profetiza torrentes de rocío Casi deletrear lluvias arañar de serpentinas Casi cabellera que erizada espina el arqueo de los cuerpos Casi una blasfemia una orquídea milenaria
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INTIMO PRESIDIO Cuando las sombras del abandono eclipsan esa escuadra de raquíticos centinelas con piel de acero se funde su temple al sudor de las manos y un alud de maquinaciones desgarran la calvicie pujando su parto hacia la libertad Alumbramientos ardientes como el cabello suelto entre las sábanas las madréporas mecidas devoradoras de inocencia el injuriado cardumen enredado por el furor de la marea y los lazos hercúleos de garras encostradas el anclaje de arena de una sortija perdida el hierro bífido enroscándose a su lengua y un estertor que besa los últimos matices del rostro apagado de una fotografía Llueve y el golpetear frenético encona las heridas Las pestañas mojadas velan la vergüenza “una sombra tras el marco no es silueta” 32
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Pasan los puñales como látigos la sangre en cascadas de su vientre y el armario con sus vísceras abiertas reabsorbe al desplomado cuerpo fetal Un par de ojos desbordan el grito Esta es la crudeza de su llaga abierta en sal hallar entre el lodo su cuerpo perdido entre la niebla de otro cuerpo y sentir como una horca el nudo de los brazos de otras noches Y sin halos su silueta Ya no hay piedad para su alma Solo sábanas desnudas Solo cinturas en sangre Y una escuadra de raquíticos centinelas con piel de acero donde hundir sus costillas arrasadas
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UN CALENDARIO DE TIZA PERPETUA Le echó la vida sin porvenir sin porvenir trece vidas echó esa madrugada la víspera de su días en cruz sobre una pared húmeda de maldiciones El Inocente dedo acusador puñal en pecho el de la mano izquierda sobre las Santas Escrituras clama libertad para los espectros lapidados en sus sienes clama clemencia para el dolor de los puños esposados clama verdugos para los gritos Apaga la sombra la celda del pecador Un llanto que irisa el germen contrito de la culpa
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PRIMIGENIA
Hoy las flamas velan a sus muertos en la herida de las brasas La luna (gala de esplendoroso desencanto) espĂa con lujuria la manta de un catre Monstruo venas adobe sangre paja Grita la lĂĄmpara su sonrisa es maliciosa La pira inmola el engendro de otra bestia
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LIGAS EN CADALSO
Una casa amarilla enlaza prostitutas andando las aceras Una esfinge que pesa su inmaterialidad
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INOCENTE
Despojo de lágrimas dos hileras de cobalto pétreo Una cama apócrifa pan y monedas La infamia danza entre los ruedos
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COTIDIANO Una violación (no es más que eso) apretar los puños morderse el alma hasta los párpados y morirse un poco cada vez
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Y no hay pĂŠsame que me conforte SĂłlo la mudez de tanta mueca
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COLOR Uñas como sable rasgaron las tinieblas En tacto las sílabas torso y senos La ordalía fue llanto de acuarelas En el gris yermo danzaron desnudas las manos antes del Verbo
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RESONANCIAS
Se fue apretando contra la roca Hasta hacerse uno con ella Kafka
Caigo del eco rodando peñascos Soy eco y soy El eco ese silencio gimiente Soy el silencio de ese eco Abandono el peñasco ¿Qué origen resuena tras el eco?
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ESE RITUAL DE ESCONDERSE Mis manos juegan sombras a la luz de La Custodia Es otra mudez Un presagio lazado en el eco SĂŠ que muero en cĂrculos como una polilla con el vientre cargado de poemas alrededor de una llama
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INMOLACIÓN POR LA REALEZA Los robles crecían a sus pies en la amalgama de los cuerpos Un abrazo de tempestades. Bocanada náufraga La savia hierve tactos (Los troncos se funden y enamoran) Él la enramaba de azul y deseo Hay frenesí de cruzados en la conversión de la sangre (La multitud se ovilla) Ahoga miradas de hiedra la estrechada esfinge (Acunar los cuerpos) Carbonizados los lazos heréticos huyen de las sílabas Una contra otra dos flamas en prosa lloran por la entrega (Él hablaba a sus amigos de revolución)
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ARTIFICIO
Linde del espasmo el grito callado entre los dedos Metonimia de ser la sed desdicha Una garganta seca sin palabras
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METĂ FORA Pierde su gala Ser los dĂas Mis cabellos en la pared de las ideas
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otro dĂa defeca cotidiano de lo absurdo
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INGENIERÍA POÉTICA Me dirijo a vos catecúmeno Intersección de ensayos en conjunto vacío Otro código de números complejos Inercia imaginaria de cálculos ajenos Un campo electromagnético empuja Tu infiel barbarie rechazada Limaduras de esperma que se ordenan Según el gigantesco imán de nuestro mundo El álgebra hunde entre los versos Transformadas letras en integrales metáforas Alquimias fluorescentes derivadas lógicas Saltan de los cátodos por el gas de la memoria Un anión taladra tu cerebro con logos binarios Combinaciones terminales de la última fisión El lenguaje ciego entra en metástasis Sílabas: desnuda matemática
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ACTUAR CON INFLUENCIA Este fatal escribir que produjo frases para no entender pues todo episodio del sistema social condiciona la comprensión a través de voces que han fluido desde el tiempo de las revelaciones (no desde un sector de la opinión sino desde nosotros mismos) arroja el ropaje senil hecho jirones y tiende nuestra decadencia ante la vista engordada de los críticos Y mientras reflexionamos sobre adultez vs. indulto metáforas o zanahorias descubrimos que el hilo que nos mueve (nuestros disfraces poéticos) no calza verdades sobre las letras o sea el poema no nos reconoce En los últimos tiempos (para conformarme) intentaré dibujar una “a” redonda meter el cuello y un palote para ver si El Padre puede sacarme “derechita” 50
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EL MINUTO SE SOSTIENE APENAS
Espada metáfora me he quedado en la corteza Desgarro piélago y jacintos
Es hora de vestir la piel de los verdugos Hoy he firmado decreto de muerte a la inocencia Empujo con el vientre las semillas de mis hijos Espero vendaval Me elevo y me desnudo de la savia que es sangre que es sublime y que así sea
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SUMO ABECEDARIO Antesala
Brazos reptando Cristo evade respuestas Chacal de indómitos aullidos Domador ineficaz de corruptas voces Estéril amor náufrago en mares pétreos Falacia oculta en cruz teñida de sangre Gemido de cansancio mudo ante la primera creación Hijos magos y mestizos de la beatífica unción terminal Idolatraron viscosas serpientes con el néctar de un busto sacro Juego macabro de dibujar ojos agónicos a las mandíbulas del hambre Kimonos albos para la redención de las dagas cuando giman trágico estertor Laureles y carrozas ígneas distienden las frentes generales ante la ilusión de sal Llanura en el surco de las rodadas mejillas ante aquella lágrima sedienta de holocausto Mantilla de luto para las sienes cenizas de un noctámbulo cadaver devorador de amaneceres
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Necrópolis de arcaicas alianzas destrozadas por las peremnes huestes de la infamia revivida Ñaque de ilusorias palabras y falsos juramentos sublimados por el ciego embelezo Orgía de abedules enhiestos en la cópula de un sol hembra Panteón donde los placeres reponen su savia y sus raíces Quimera mortal de colibrí con ilusión de vuelo solemne Ríos de acuarela en llanto de pinceles esquivos Sibilante derrota ahogada por una lluvia parca Totalitario el ejército de gusanos fecunda Ungidas las corolas reabren argentadas Victorioso descarno rocíos caducos Xenófogo sin tierra Yago infante
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POETA Cantar a nadie (Anfiteatro) Mudez de aplausos En el silencio nos descubrimos
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Silencio Los chacales aĂşllan mis terrores
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EL SAGRADO SÍMBOLO DEL PODER Conocí un reino de banderas y generales que desmoronó plomo sobre la vastedad del mapa Es un cuento noctívago un ritual devorador de vida entre tapiales de angustia Sobre el potro la picana aún arde la sintaxis de su llaga Ciertos ojos sobre un diario muestran su estatura de estanque cotidiano Hoy somos más que solos y el espejo nos iguala en esta falacia sin cadenas
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ECLIPSE PARCIAL
Los años de tortura me han tomado de las palmas Soy herrumbre de labios linaje de cadenas En mí ese talento ronco esclavo de la trama El río vomita sus muertos No queremos asombrarnos La historia sólo trenza las hebras de la sombra Hoy la playa se desnudará desierta
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YA NO ESCRIBIRÉ
de tantos muertos ya no puedo suponer siquiera el nombre
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BOZALES DE LA BRONCA El milenio lacera sus fetos entre redes Agonizante de una Babel de orgullos el ave da flor en vuelo y fenece Escapo en cicatrices y rosales La espina de la tinta es sumo zumo Embriaguez mortuoria del espasmo Vuelvo al asma primero al último estertor a su bocanada de ahogo Y sobre un almohadón rasado relamo el hastío del estío ronroneo roncas broncas afelpadas Tuve callejones y resuellos proyectos indigestos mueca atragantada sus truenos truncos La ley ató nudos a mis nudos las barbas en remojo en los rincones
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al clamor náufrago mortajas Con cascos ignotos de prudencia horadé los cauces por las causas y un paso cojo tendió el puente enmohecido Trabajé violé recé Parí herí partí Lloro redimo imploro Ahora plagios de lava lavan con su calcinante amor las calaveras Dios: ¿la ausencia era necesaria? Ante el púrpura de una soledad en cruz arrodillo mi holocausto y mis temores Ciénaga de esta lepra inconfesable
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LOS MUERTOS SE ABURRÍAN DE LA ETERNIDAD El ocio envilece las almas gritaban las pancartas de los fieles Se reunieron camarillas para hurtar las llaves del Reino Y la Revolución llegó Odisea de llenar el arca de hombres de picos de lumbre de llanto de rastrillos de parturientas de palas de sol y de fusiles Y cada hombre fue asignado a su trajín Con los picos se labraron cañones lumbres brillaron en el cielo y el llanto rebalsó los cauces Con rastrillos los desiertos con partos nuevas bocas y a golpes de maza esculpidas las arenas Las aguas se secaron
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Tatuaron los nombres llenaron registros hasta que fueron muchos y los mataron Entonces cavaron las fosas Y cuando exhaustos (porque el buen Dios siempre perdona) dio un beso a cada frente contรณ un cuento y nos acunรณ
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PRE/SUPUESTO
Hay un guiño como aguja enclavando pactos Un reguero pólvora café crea un cisma sobre cuatro patas de madera De ideales subversivos la corbata senil exorciza al obrero versa hambre es un sub-verso (otra literatura de género menor) como el feto aprisionado en el arqueo de su vientre
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UN MIMO
El peregrino fabula fábulas de arena Más allá del pétreo corazón del hambre De andares harapientos Es enhiesta aguja su garganta Un bostezo se traga los ecos de la risa Telones y rigor de simulacros Sembrando ocasos su cuerpo se destiñe
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La Pancarta
EL LIMOSNERO Los trenes son flecos de sudor Piafan su soberbia y el niño acariciando con sus suelas el lomo castigado cura la llaga de una sanguijuela de mascar En los andenes su yerma geografía colando tristeza a jirones se embriaga de luz Destilan babosos los rieles surcos de plata Una moneda vuela a los oídos ciegos de la última palabra
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MACIEL
Inyectados los ojos de heroína al fondo de la calle que se cae Rojos ladrillos como gotas de sangre Vena de odio que lloró odio al descuido de la madre y a su padre alcohol eterno y así sea Embanderilladas sensaciones no quería manchar el honor de su familia ni agrandarla Negras rodillas raspadas por monedas sin final como este cuento
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La Pancarta
DE UNA MANO TENDIDA
“Contemplaron los caseríos como una afrenta al paraíso”
La cárcel de mi grito me hunde en un clamor de murmullos náufragos Extiendo de los límites las ansias de mi lengua pero en llaga de hipocresía se evapora Somos hebras descartadas del tapiz de la Historia Anónimos. Mediocres antifaces Batallamos nuestros muchos rostros en las calles ciegas y los espejos no devuelven más que cicatrices como placas de la herida Nos cubrimos y sudamos penitencia Somos el ojo embudo de un cruento huracán descontrolado El purgatorio nos traspasa las costillas Pregones tan nobles de nuestra inocencia hechos emblema de nuestra imprudente osadía de denuncia de quejidos lastimándonos los tímpanos de trozos de almas abiertas a los altares de piedad recién nacida ante la vista de un feto 68
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de brazos enarbolados de pies ligeros Mástiles púberes desamparados a los vientos como tierna gramilla al bravío tropel Oh inocencia náufraga en la lucha con banderas teñidas de sangre en el negocio de la muerte Muerte de carne y de ideales Nuestra agonía pena aún en la fosforescencia de las tumbas Encostradas raíces que lame el alud Desenterremos las viejas cimientes y lloremos savia Un niño gime su plegaria de estampitas en el viejo andén Tapia sus oídos la urbe Se apretujan los pasos. Se lacran bolsillos El niño marrón de ojos color prado regó con lluvia mis mejillas y fui condenada eternamente Tapia sus oídos la urbe empareda sus ojos y encallece sus tactos
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La Pancarta
Es redención el yugo del grito Y contemplar nuestra garganta deshecha sumarse al bisbiseo agónico de la última confesión “Venid a mi los que estéis cansados o afligidos que yo los aliviaré” El niño y su plegaria de estampitas en el andén La urbe se detiene con sólo mis pies por andar Nos tomamos de las manos. Y anduvimos Andar de redención. Cruz de amor Una cruz que lapidó mi vejez y mi sordera como una presa desbordada Bocanada de ahogo. Ultimo estertor y último llamado El viaje se inicia pero las huellas del regreso son de bruma ¿Adónde están las otras manos de este puente sin orillas? ¿Y si no cortara aún mi lazo con la ciénaga? ¿Y si no hubiera Dios o acaso alma? Manos sin par Compriman las gargantas hasta que brote acre 70
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el sabor de la miseria El hambre de Damocles pende sobre nuestras cabezas Saboreemos el hambre Sabe a hiel la lengua de un mendigo Vistamos de jirones de esperas de mendrugos La borrachera es aguja en la boca del desierto Bebamos de la sed y de la sal Ardamos de fiebre y de delirios Y esperemos del maná que brota de los dedos del ocaso Transfiguración y asombro tal el espanto de trucar los escenarios Y germinar otra vez en un vientre tibio encapullados de áurea y de rocío con el ardor de pezones recién estrenados entregarnos y tal vez no germinar y ser par sin manos como muñones de una caridad embalsamada Asquearnos de los estómagos hinchados de la hambruna sin temblar sin lacerarnos sin crucifixión
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La Pancarta
He ahí la cárcel del grito y los murmullos He ahí la espina y el anónimo antifaz El purgatorio nos traspasa Hénos ahí Nada más ajeno que el límite de nuestros cuerpos donde el calor es barrido por sarcásticas ventiscas Ese filo de hielo que nos deja tiritando desnudos de corazas y pudores Los ojos del horror nos agigantan Y yo minúscula voz sin voz ahora Soy otro extraño mano abierta y súplica
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La Pancarta
Ya no hay palabras en el hueco de mi mano que grita cepos
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Marcela Predieri
POR ALCANZAR EL CIELO Una antorcha extingue el oro de su estirpe Su cabeza rodada es reliquia viva “Bebe el agua” suplicó En los ojos de la mujer un puente sin gritos Él era rey Y lo adoraban Como a una montaña de pies pequeños
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La Pancarta
AFRICA DE HOMBRES Cruza el dominio del follaje que devora huellas como un abrazo cargado de presagios El sexo húmedo de la tierra complace con templanza el despunte de los brotes (Hace ya mucho) vio el gris horizonte quebrarse al tronar de las largas bocas de los hombres al silencio ensordecer la sepulcral quietud de una tregua simulada y a un gigantesco badajo de cuerpos tañir muda la bóveda inmensa (Esa vez) la blancura de un cielo de marfiles encegueció al sol de la sed para batallar el filo de las lluvias como soga de destierro (Ahora) avanza por la placidez de la sabana con lodo en sus pasos de cortejo Lleva en sus ojos fragmentos de infierno y agonía
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KAMIKAZZE De rodillas bebe como blanda hostia el sol rojo de su ser en llamas Hebra y carta Cuenco unción Salud al escogido más ínfimo de arena Ruge el rodar de valentía Ve en el blanco una flor en ikebana y en uno las hélices desposan la cubierta Es el amanecer de los avernos Otros ojos redondean el espanto de un mar de hojalata Al corazón Al vientre del acero Las 0.04 p.m. El segundo empequeñece eternidades Como la eternidad de la espera y la certeza en los ojos de la tarde Las radios aguardan su dolor en puja Enmudecidas las bocas en “o” el canto de los pájaros Es el diez de agosto El emperador ha hablado
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MUNDO COMO ARROZ Escuálidos se sumergen los palillos un plagio de grises y tristeza Ojos ojiva al diente voraz La fuente empaña el rocío Bicicletas almaceneras desbordan el cruce Torrente de hambre y empujones a la boca Una madre con seis niños para solamente un cuenco Bajo de mi cielo Crecen muertos en la muralla Los cráneos son granos trepanados sangre consumida entre surcos de arrozal Un solo cuenco y siete niños Los altares hogareños se exhuman a sí mismos Los tobillos alimentan tobillos en amalgama de idénticas sonrisas 78
Marcela Predieri
Dos granos abrazan al nacido “Una familia un niño” vocifera el altavoz Más allá al borde del campo plato ocho niños y un cuenco solo Saltan bullen se mastican las manos del albo kimono Los tobillos se revuelcan se mezclan se amontonan Humean velos encontrados las ojivas Nueve niños en la plaza En un cuenco la roja garganta los devora
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La Pancarta
REPENSADO Ahí está Eva Hueca del aliento la deidad grácil deforma Ante su muerta nonata el hombre acaricia harto sus ojos Zarcillos de la desnudez Lo cercano ha pasado en el futuro viendo tender a su Hijo los brazos En cruz llora el Fiel su omnisapiencia Sin pudor de tempestades la parra hincha sus pulmones Y Eva se levanta Un río de manzanas desterradas bautiza de semen la sangre de sus muslos
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Marcela Predieri
FRAGMENTO Ella ungida y única umbilicada ante el espejo urgente y universal como el grito último Hermosa hermana del hambre del hombre hermafrodita con hercúleos ojos de Eros desplegado Arco y Eros en el UNGIDO ENCUENTRO Mármoles mancos espejos desdicha la maña de un débil en cobarde despunte de seniles hambres en la piel en el llanto en el grito en un cuento en un CUENTO DE DESDICHAS Puente púber pútrido de hambre
de guerras de gallinas 81
La Pancarta
de una urbe de bocas cenicientas y EL UNGIDO en la arena bajo el cielo de Yavhé Porque UNA una fue la UNGIDA con azufre y polvo ELLA la mujer alacena de nimiedades y tesoros mustio estropajo depositaria de los pueblos gen de la DESDICHA Pesa a la UNGIDA el encuentro las palabras los ecos los gritos de aullidos de tambores de pestes Y morían grietas en encima encinta la UNGIDA entramada enramada enrejada regada de sangre (rojas rejas)
Y la lámpara rota la sillas volcada lacerada la errante 82
Marcela Predieri
la perdida con la lasciva encomienda de la muerte En la plaza páramo platos exquisitos y pertrechos plata Pública esfinge réplica que implica repica (puntual gestual públicamente) que muy muy mucho vio el hombre solo como hijos de la boca como idos de la muerte Mía mea culpa el UNGIDO ENCUENTRO el uno de Yavhé Veo migas del banquete en la plaza soberbia MALDITO SEA EL HOMBRE
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La Pancarta
OVILLO TEMBLOR Como un reguero de babosas que brilla contra el muro de las órbitas vacías nace el llanto Germinando esporas se oscurecen las huellas Al polvo destierra el cráneo andrajos de piel Pronto es holocausto quebrada la tráquea tactos traquetea tartamudas voces Agónico el lazo se empareda esclavo lágrimas ahorcadas llamaradas de tiempo Frío por la espalda a cremallera cuela el talle Como fósiles de miedo en uno los dientes se estampan a sí mismos La lengua suspendida latiendo las sienes Una esperanza umbilicada senos vacíos
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Marcela Predieri
PEZ GUERRERO Una cruz en el vano Sangra De la plaga pestilentes pecados Tantos profetas nos cubrieron de voces Él a b i e r t o Oblación de la carne Cuánto mar se tiñe hoy de rojo
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La Pancarta
EPÍLOGO DE UN SILENCIO INMEMORIAL
Nada más será Papeles y escombros Los equívocos son los mejores aliados de mi subsistencia
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Marcela Predieri
Ă?ndice
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Unas palabras.................................................................. 7 PELDAÑOS DE ARENA............................................. 13 GRILLETE UMBILICAL............................................ 14 AL REGAZO................................................................ 15 LA EMIGRADA........................................................... 16 MAREA........................................................................ 17 MUELLE SEIS............................................................. 18 AMOR Y FARO............................................................ 21 HERMANA LEJANÍA................................................. 22 NIEBLA........................................................................ 23 MUJER QUE ESPERA................................................ 24 LOS BUQUES ............................................................. 25 LLORAN POR SU VIENTRE..................................... 25 NAUFRAGIO............................................................... 26 ALITERACIÓN EN BARCAS.................................... 27 EROSIÓN..................................................................... 28 AMANECE................................................................... 31 INTIMO PRESIDIO..................................................... 32 UN CALENDARIO DE TIZA PERPETUA................. 34 PRIMIGENIA............................................................... 35 LIGAS EN CADALSO................................................ 36 INOCENTE................................................................... 37 COTIDIANO................................................................ 38 COLOR......................................................................... 41 RESONANCIAS.......................................................... 42 ESE RITUAL DE ESCONDERSE............................... 43 INMOLACIÓN POR LA REALEZA........................... 44 ARTIFICIO................................................................... 45 METÁFORA................................................................. 46 INGENIERÍA POÉTICA.............................................. 49 89
La Pancarta
ACTUAR CON INFLUENCIA.................................... 50 EL MINUTO SE SOSTIENE APENAS....................... 51 SUMO ABECEDARIO................................................ 52 POETA.......................................................................... 54 EL SAGRADO SÍMBOLO DEL PODER.................... 57 ECLIPSE PARCIAL..................................................... 58 YA NO ESCRIBIRÉ..................................................... 59 BOZALES DE LA BRONCA....................................... 60 LOS MUERTOS SE ABURRÍAN DE LA ETERNIDAD................................................... 62 PRE/SUPUESTO.......................................................... 64 UN MIMO.................................................................... 65 EL LIMOSNERO......................................................... 66 MACIEL....................................................................... 67 DE UNA MANO TENDIDA........................................ 68 POR ALCANZAR EL CIELO...................................... 75 AFRICA DE HOMBRES............................................. 76 KAMIKAZZE............................................................... 77 MUNDO COMO ARROZ............................................ 78 REPENSADO............................................................... 80 FRAGMENTO.............................................................. 81 OVILLO TEMBLOR.................................................... 84 PEZ GUERRERO......................................................... 85 EPÍLOGO DE UN SILENCIO INMEMORIAL.......... 86
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Es posible que la inmortalidad mire de reojo, se nos cruce en el homenaje que nos hacen y no sea por propio mérito o trascendencia. Por ese temor y no otro. Por esa certeza. Porque es honesta y circular. Amanecida compañera. Muro blanco, da a la tierra las palabras, las cultiva, regándolas como lo que se ama. Con la clara transpiración del trabajo. Asomar a un endeble balcón para admirar de su valle los colores, conversar de sus misterios, elogiar con palabras sus palabras, mimetizarse en su esfuerzo, confinarlo a invenciones que no están en su intención ni en mi propósito, es algo que en la propuesta de Marcela no habrán de encontrar. Mérito de ella, salto al vacío. Erosión del badajo que ha podido hasta aquí -su propio límite- extraer el sonido de pequeño bronce o acaso ese que ustedes desde el amor, que es su fuego, descubran y sientan como necesidad a lo recatado y misterioso de la poesía, cuando el encuentro con su pregunta oficie el abracadabra de conmover la piel. Quiero decir que no es común, no por difícil, si no por estricta vigilancia, hallar Marcelas en la coherencia de la palabra y de las manos, ante el riesgo que significa el mascarón de proa de los límites. Si el a flote de su libro nos ayuda en la vigilia para saber el lugar donde amanece, en cada lector, sus poemas habrán engarzado además de palabras la savia de una muchacha que se debate con nuestros mismos problemas y sueña para nosotros el hallazgo de lo posible de la luz. Américo Alvarez