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CCU UEER RPPO O PPLLU UR RA ALL.. A AN NTTO OLLO OG GÍÍA AD DEE LLA A PPO OEESSÍÍA A H HIISSPPA AN NO OA AM MEER RIICCA AN NA A CCO ON NTTEEM MPPO OR RÁ ÁN NEEA A,, D DEE G GU USST TA AV VO OG GU UEER RR REER RO O GGuussttaavvoo GGuueerrrreerroo// CCaarrm meenn SSiiggüüeennzzaa AAnnííbbaall SSaallaazzaarr AAnnggllaaddaa// PPaattrriicciioo TTaappiiaa GGÉÉRRAARRD DD DEE N NEERRVVAALL YY SSU USS CCAARRTTAASS AA AAU URREELLIIAA ((IIIIII)) RRiiccaarrddoo H Heerrnnáánnddeezz EEcchháávvaarrrrii ""LLAA PPO OEESSÍÍAA SSEE M MAAN NCCH HAA CCO ON N LLAA RREEAALLIID DAAD D,, N NO O LLAA IIGGN O R A " : L U I S G A R C Í A M O N T E R O NORA": LUIS GARCÍA MONTERO CCaarrllooss PPaarrddoo LLAA EEXXTTRRAAÑ ÑAA FFAAM MIILLIIAA:: TTAAM MAARRAA KKAAM MEEN NSSZZAAIIN N EEnnrriiqquuee FFooffffaannii PPO OEEM MAASS M Maarriioo VVaarrggaass LLlloossaa// TTaam maarraa KKaam meennsszzaaiinn// LLuuiiss GGaarrccííaa M o n t e r o Montero Cada vez que aparece una antología de poesía latinoamericana actual, los expertos reaccionan para señalar ausencias o excesos. Ante la publicación de Cuerpo plural, auténtica puesta al día sobre la lírica que se escribe en nuestros países, cabe nuevamente interrogarse sobre las inclinaciones o gustos del antologador de turno, pero siempre con la certeza posible de que un nuevo corte transversal de este género tan socorrido demuestre la intensidad con que se escribe en América Latina, más allá de tendencias u orientaciones estéticas. Se busca aquí dar fe de la novedad de este nuevo acercamiento y de la representación lograda con los autores/as incluidos/as. elpoemaseminal es un proyecto independiente de divulgación sin afanes de lucro ni de promoción de una sola línea estética o cultural. no está vinculado a ningún grupo o institución, por lo que abre sus puertas a todos los autores/as de México y de cualquier parte del mundo. reconoce que los espacios para la poesía, con todo y que ahora son muchos dentro y fuera de la red cibernética, siguen siendo reducidos. el criterio de selección es únicamente la calidad poética, debido a lo cual se aceptan aportaciones en todos los sentidos. se citará siempre la fuente original. invitamos a los lectores/as y amigos/as a compartir poemas, libros, presentaciones, novedades y todo lo relacionado con la poesía, así como nuevas direcciones.


atisbos

L

os poetas nacidos entre 1959 y 1979 en nuestro continente son los hijos del fin de las utopías sobre la posmodernidad. Si los he escogido aquí como referencia no es porque crea que existe entre ellos una suerte de sensibilidad común o un aire de familia, sino porque constituyen histórica y literariamente la primera o las primeras generaciones de poetas hispanoamericanos que crecen, se forman y comienzan a publicar en esas aguas revueltas que son nuestras últimas tres décadas. Parra afirma que a los treinta años un hombre deja de ser poeta o lo es ya para siempre. Los mayores de este grupo tenían esa edad cuando cae el muro de Berlín en 1989 y, según algunos historiadores, concluye el siglo XX; los más jóvenes la alcanzan en esta víspera de los bicentenarios de nuestras repúblicas, cuando ya nos adentramos en un nuevo milenio y en otra manera de entender y practicar la poesía. Unos y otros han atravesado una época marcada por fenómenos tan variados y determinantes como la desaparición de la Unión Soviética y los atentados del 11-S, el avance de la globalización y la masificación de la industria cultural, el surgimiento del multiculturalismo y los procesos de transición democrática, la crisis ecológica y la generalización de las ideas neoliberales, el desarrollo vertiginoso de las comunicaciones y la revolución informática. Sin embargo, en lo que nos concierne, el fenómeno principal es la atomización y la diversificación del concepto mismo de poesía que ha acarreado el derrumbe del sistema moderno y el ocaso de la lógica historicista que lo animó durante dos siglos.

GGuussttaavvoo GGuueerrrreerroo

CCUUEERRPPOO PPLLUURRAALL RREEÚ ÚN NEE LLO OM MEEJJO ORR D DEE LLAA PPO OEESSÍÍAA H HIISSPPAAN NO OAAM MEERRIICCAAN NAA CCO N T E M P O R Á N E A ONTEMPORÁNEA El Instituto Cervantes y Pre-Textos coeditan esta antología, compilada por Gustavo Guerrero. El libro-DVD contine poemas creados por 58 autores de 19 países hispanohablantes. El director de la editorial Pre-Textos, Manuel Borrás; el venezolano Gustavo Guerrero; la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel; el presidente de la Agencia EFE, Alex Grijelmo; y el subdirector general adjunto de Banco Santander y director-coordinador de la División Global Santander Universidades, José Manuel Moreno Alegre (i a d); durante la presentación hoy en Madrid del libro-DVD Cuerpo plural.

El Instituto Cervantes y la editorial Pre-Textos han presentado hoy el libro-DVD Cuerpo plural. Antología de la poesía hispanoamericana contemporánea, que reúne poemas de 58 autores de 19 países hispanohablantes, selecionados por el escritor y crítico venezolano afincado en Francia Gustavo Guerrero. A lo largo de sus 640 páginas, la obra ofrece un mapa de la actual poesía en lengua española creada durante los últimos treinta años. 22

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Cuerpo plural, editado por el Cervantes y Pre-Textos con el apoyo de Banco Santander en el marco del bicentenario de las independencias iberoamericanas, contiene además un DVD con entrevistas a los autores, que charlan y leen algunos de sus poemas. Los poetas seleccionados nacieron entre 1959 y1979, y son oriundos de un total de 19 países de toda Hispanoamérica, desde México hasta la Patagonia, de modo que todas las naciones de la América hispanohablante están representadas por al menos un poeta. Gustavo Guerrero ha declarado sentirse “orgulloso” de haber incluido un representante de la literatura chicana, Levi Romero, nacido en Nuevo México, y un autor chileno que escribe en español y en mapuche, Jaime Luis Huenún. Para Carmen Caffarel, directora del Instituto Cervantes, el libro “es una celebración de la poesía en lengua española, un reconocimiento a la poesía que viene de Hispanoamérica”, y además invita “pararse a pensar qué es la poesía, algo que nos redime y da sentido a la existencia.” En el DVD, ha dicho, “están los futuros premios Cervantes”, y ya puede verse en Cervantes Televisión (cervantestv.es). Álex Grijelmo, presidente ejecutivo de Efe, ha coincidido con Caffarel en elogiar el vídeo producido por la agencia y el Cervantes, porque en el futuro tendrá un gran valor documental: se verá a los ya que serán poetas consagrados cómo leían su obra lírica en estos momentos en que se están consolidando en el panorama literario. Manuel Borrás, editor de Pre-Textos, ha explicado que la editorial apuesta no sólo por los valores consagrados, sino también por las jóvenes generaciones de autores que experimentan en la búsqueda de nuevos lenguajes poéticos. No comparten –ha dicho Borrás- más características comunes que, si acaso, la obsesión por la realidad que les rodea. José Manuel Moreno Alegre, subdirector general adjunto de Banco Santander y directorcoordinador de la División Global Santander Universidades del banco, ha destacado la colaboración de la entidad bancaria con éste y otros muchos proyectos cuyo objetivo común es potenciar la lengua española en todo el mundo. Una antología “plural” Dos son los criterios que ha seguido Gustavo Guerrero a la hora de seleccionar a los poetas. Por un lado, el geográfico: incluye a la totalidad de los países de la América hispanohablante, sea cual sea su población o su “potencial literario”. Y por otro, el cronológico: ha elegido a autores que cuentan entre 30 y 50 años de edad y han escrito los poemas en las tres últimas décadas. Ha tenido en cuenta distintos factores: nivel de reconocimiento, participación en festivales o congresos, premios recibidos o proyección internacional. Como indica el propio título de la antología, ésta tiene un carácter plural, ya que la actual atomización de la producción poética a duras penas permite hablar de grupos o generaciones. Los autores responden a patrones heterogéneos y su concepto de la poesía es también diverso. Así lo explica Gustavo Guerrero en el prólogo: “Los poetas nacidos entre 1959 y 1979 en nuestro continente son los hijos del fin de las utopías y del debate sobre la postmodernidad. Si los he escogido aquí como referencia no es porque crea que existe entre ellos una suerte de sensibilidad común o un aire de familia, sino porque constituyen histórica y literariamente la primera o las primeras generaciones de poetas hispanoamericanos que crecen, se forman y comienzan a publicar en esas aguas revueltas que son nuestras últimas décadas.” Para Guerrero, este grupo de poetas escribe y publica bajo el signo de los tiempos postmodernos en los que se imponen la cultura de la imagen y los cambios vertiginosos, y se cuestionan el cometido de la poesía y la función del poeta. Gustavo Guerrero (Caracas, 1957) es profesor de literaturas hispánicas modernas en la Universidad de París y en la Julio Verne de Amiens (Francia). Consejero editorial de la casa Gallimard para el área española e hispanoamericana, es autor de numerosos libros de ensayo y de poemarios. Obtuvo el Premio Anagrama de Ensayo en 2008 con Historia de un encargo: La Catira de Camilo José Cela. Fue además el 33

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comisario de la exposición “El Oriente de Severo Sarduy” que pudo verse ese año en la sede del Instituto Cervantes en Madrid y que después recorrió numerosas sedes de la institución en todo el mundo. Colabora en la edición Banco Santander a través de su División Global Santander Universidades, cuyas actividades vertebran la acción social del banco y le permiten mantener una relación estable con más de 800 instituciones académicas de América, España, China, Marruecos, Portugal, Reino Unido y Rusia. En 2010, Banco Santander ha respaldado la celebración del II Encuentro Internacional de Rectores Universia, que tuvo lugar los días 31 de mayo y 1 de junio en Guadalajara (México), cuyo lema fue “Por un espacio iberoamericano del conocimiento socialmente responsable”, y en el que más de mil instituciones educativas debatieron sobre la Universidad del futuro. www.cervantes.es/sobre_instituto_cervantes/prensa/2010/noticias/antologia_cuerpo_plural.htm

SSEE PPU UBBLLIICCAA CCUUEERRPPOO PPLLUURRAALL,, EESSPPEEJJO OD DEE LLAA PPO OEESSÍÍAA H HIISSPPAAN NO OAAM MEERRIICCAAN NAA D DEE H HO OYY CCaarrm meenn SSiiggüüeennzzaa Los poetas hispanoamericanos ya no miran a Neruda, Paz o Vallejo y se han convertido en un grupo de voces heterogéneas marcadas por el fin de las utopías y la búsqueda de nuevos lenguajes. Así se desprende de la antología "Cuerpo plural", que reúne lo mejor de la poesía hispanoamericana contemporánea. Se trata de una ambiciosa antología que incluye además un DVD realizado por la Agencia Efe en el que los 58 autores, de 19 países hispanohablantes, nacidos entre 1959 y 1979 y seleccionados por el poeta y profesor venezolano de Literaturas hispánicas modernas Gustavo Guerrero, recitan sus textos en su entorno personal. El libro, que ha sido presentado hoy por la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel, el director de la editorial Pre-Textos, Manuel Borrás, el presidente ejecutivo de la Agencia Efe, Alex Grijelmo, y José Manuel Moreno Alegre, representante del Banco de Santander, viene a llenar un vacío y muestra la pluralidad de voces poéticas que hoy coexisten desde México hasta la Patagonia. Un grupo de poetas a los que Gustavo Guerrero ha añadido la representación de la llamada literatura chicana, por medio de Levi Romero, nacido en Nuevo México (EU) en 1961, y ha dado voz al poeta chileno de origen mapuche Jaime Luis Huenún, que escribe en las dos lenguas. "A partir de los 80 se produjo un punto de inflexión en la literatura que rompió con la tradición temática de los poetas perfectos, cuya poesía hoy en Latinoamérica está en decadencia. La mirada de los poetas de hoy no es nada metafísica y está más preocupada por el lenguaje de la vida cotidiana", ha explicado a Efe Gustavo Guerrero. Así, los poetas representados en eta antología, entre ellos Jorge Calavid (Colombia), Juan Carlos Ramiro Quiroga (Bolivia), Sergio Parra (Chile), Edgardo Dobry (Argentina), Otoniel Chevara (El Salvador), Mayra Santos-Febres (Puerto Rico) o Tania Montenegro (Nicaragua), si tienen algo en común, en opinión de Guerrero, es la ausencia de una preocupación nacional o identitaria, y el deseo de mostrar sus diferentes orientaciones. La diversidad ética, estética y las diferentes orientaciones sexuales están muy presentes, como la homosexualidad o la transexualidad. Es el caso del venezolano Jorge Vessel, de 31 años, que escribe bajo diferentes heterónimos de mujer. "Si los he escogido aquí como referencia -escribe Guerrero en el prólogo- no es porque crea que existe entre ellos una suerte de sensibilidad común o un aire de familia, sino porque constituyen histórica y literariamente la primera o las primeras generaciones de poetas 44

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hispanoamericanos que crecen, se forman y comienzan a publicar en esas aguas revueltas que son nuestras últimas décadas". Un libro que es espejo de rupturas y transiciones con unos poetas que serán los futuros premios Cervantes, como ha recordado Carmen Caffarel, y al que acompaña la imagen del vídeo, "un documento histórico para el futuro", en opinión del presidente de la Agencia Efe, quien ha resaltado la colaboración "sin precedentes" entre el Instituto Cervantes y Efe. Grijelmo ha recordado, como prueba de esta estrecha colaboración, la presentación hace unas semanas del portal "Practica Español", con dirección académica del Instituto Cervantes, que permitirá a los internautas aprender español y en el que la Agencia Efe aportará los contenidos informativos que estudiarán los usuarios. El vídeo con los poetas recitando sus textos también se podrá ver en la página web del Cervantes. Cuerpo plural ha sido editado por el Instituto Cervantes y Pre-Textos con el apoyo del Banco Santander, en el marco del bicentenario de las independencias iberoamericanas. EFE, 3 de noviembre de 2010

AAnnííbbaall SSaallaazzaarr AAnnggllaaddaa Las antologías no solo anclan su mirada en un pasado concluso con el fin de preservarlo o reescribirlo, sino que, como señalara José-Carlos Mainer, en ocasiones son “veneros de actualidad”, “manifiestos de lo que viene”. Es decir, se presentan como propuesta de futuridad a partir de un presente sintomático. Tal es el caso de Cuerpo plural. Antología de la poesía hispanoamericana contemporánea, preparada por el crítico venezolano Gustavo Guerrero, una obra cuya cuidada publicación está auspiciada por el Instituto Cervantes en el marco de la celebración del bicentenario de las repúblicas latinoamericanas. La compilación, que incluye un CD con lecturas y entrevistas de interés documental, reúne a 58 autores de 19 países entre los que se da cabida a territorios poéticos muy desatendidos en las antologías continentales (Costa Rica, Panamá, Bolivia), a los que se suma novedosamente Nuevo México. No obstante, el peso específico de la poesía latinoamericana sigue recayendo en países de una tradición moderna consolidada y ampliamente difundida como son Argentina, México o Chile. Los poetas seleccionados, nacidos entre 1959 y 1979, representan unos nuevos modos poéticos, al ser testigos o herederos directos de una serie de profundas transformaciones de orden socioeconómico y cultural que se inicia simbólicamente con la caída del muro de Berlín, a final de los 80, y se cifra hoy en la globalización y una de sus consecuencias más visibles: la sociedad multicultural; en el uso de las nuevas tecnologías; en la industria del entretenimiento, con sus efectos sobre el mercado; y en fin, en la defunción de una cultura de raíz humanística que se ha visto suplantada por el consumo televisivo y la cibercultura. De este modo, al hacer el retrato de familia el antólogo signa al conjunto de autores como “el primer grupo de poetas hispanoamericanos que se forma y se da a conocer en el período inestable de rupturas y transiciones que sigue a la caída del paradigma moderno”. Si el paso del siglo XIX al XX supuso para la cultura de habla hispana el salto a la modernidad, con Rubén Darío como profeta y cónsul del verso nuevo, este otro tránsito iniciado hace tres décadas marca el fin de la tradición moderna y anuncia un lenguaje estético distanciado del modernismo y las vanguardias. “Se trata por de pronto de un relato fragmentario e inconcluso”, afirma Gustavo Guerrero, de ahí que esta 55

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compilación nos muestre una poesía viva, en movimiento, imposible de aprehender con un nombre y de encapsular en una geografía común. Cuerpo plural es una clara apuesta por un canon contemporáneo en estos tiempos de desorientación donde tirios y troyanos se valen de la misma tribuna. Lejos de dogmatizar, el autor es consciente de que dicha tarea no debe realizarse desde los viejos parámetros que han operado en la crítica de la segunda mitad del siglo XX, sino desde nuevas formas — transgeneracionales y transnacionales— de conceptualizar la multiplicidad estética. Entre algunos nombres ya consolidados en el panorama de la poesía actual encontramos al peruano Eduardo Chirinos, a los argentinos Edgardo Dobry y Fabián Casas, y al colombiano Ramón Cote; a quienes acompañan promesas del mañana como son el venezolano Jorge Vessel, el peruano José Carlos Yrigoyen o el chileno Héctor Hernández, nacidos en la segunda mitad de los 70. El Imparcial, España, 20 de noviembre de 2010

LLIIBBRRO OD DEE LLAA SSEEM MAAN NAA Tres décadas de poesía en Hispanoamérica: 58 poetas representativos de todos los países de habla hispana, a los que se suma un poeta chicano, se reunen en este volumen. Cuerpo plural. Antología de la poesía hispanoamericana es un proyecto que el Instituto Cervantes encomendó al crítico venezolano Gustavo Guerrero. La obra ofrece un mapa de la actual poesía en lengua española, a lo largo y ancho de un territorio que abarca 19 países, y que incluye una representación de ese espacio conocido como literatura chicana. Los poetas, nacidos entre 1959 y 1979, representan una diversidad de propuestas que dan cuenta del estado actual de la poesía hispanoamericana, en un periodo que abarca las tres últimas décadas. Se parte, en primer lugar, de un criterio geográfico: incluir a todos los países; y, en segundo lugar, de un criterio cronológico, en cuanto se limita a las tres últimas décadas. Incluye figuras de primera línea como el colombiano Ramón Cote, los mexicanos Tedi López Mills y Julián Herbert, los argentinos Edgardo Dobry y Laura Wittner, los chilenos Jaime Luis Huenún y Malú Urriola. El carácter de la antología, como su título indica, es plural y se funda en una percepción de la atomización de la producción poética que ya no permite hablar de grupos o generaciones; en la diversificación del concepto de poesía; y sobre todo, en la heterogeneidad como valor. Este grupo escribe y publica bajo el signo de los tiempos posmodernos en los que se impone la cultura de la imagen; asiste a los cambios vertiginosos y parte de un cuestionamiento del lugar de la poesía y de la función del poeta. Lo anterior determina su mirada hacia el pasado, que puede ser desenfadada, crítica o mordaz; a la vez, que incide en sus procedimientos, los cuales van de la parodia, al zapping, al reciclaje, el mestizaje entre lenguas, o el ritmo y la prosodia del rap. Los poetas de Cuerpo plural son, en definitiva, actores y testigos del fin de un sistema, con todo lo que ello supone, entre otras cosas, asumir el problema del lugar desde donde se escribe, en confrontación con el concepto anacrónico, a veces unívoco, de lo que cierta crítica supone que debería ser la poesía. La obra viene acompañada de un DVD con entrevistas a 10 de los poetas antologados que fueron

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entrevistados en sus respectivos países. La totalidad de la entrevistas podrá consultarse en breve en www.cervantestv.es. http://hispanismo.cervantes.es/libros.asp?DOCN=450

GGU USSTTAAVVO O GGU UEERRRREERRO O YY CCUUEERRPPOO PPLLUURRAALL:: U UN N PPAASSEEO O PPO ORR LLAA PPO OEESSÍÍAA H HIISSPPAAN NO OAAM MEERRIICCAAN NAA RREECCIIEEN NTTEE PPaattrriicciioo TTaappiiaa Cuerpo plural, amplia antología de la producción poética en Hispanoamérica, iba a ser presentada en el malogrado Congreso Internacional de la Lengua Española. El libro, editado por Gustavo Guerrero, agrupa a 55 autores, nacidos entre 1959 y 1979, con una destacada presencia de poetas chilenos. Alguna vez el escritor estadounidense David Antin señaló que "las antologías, para los poetas, son lo que el zoológico para los animales". Aunque las bestias -entiéndase los animales- probablemente prefieran correr libres por la selva y los poetas ser leídos en sus libros, visto desde fuera, es atractivo dar un paseo por el zoológico o por una antología. Las antologías se han transformado en un género, con sus propios protocolos y reglas: las hay que se proponen instituir un canon, mientras otras, un anticanon; las hay como provocación o como consolidación. Casi todas son polémicas. Apuestas La poesía en lengua castellana, sobre cuyos lectores el sol nunca se pone, no ha carecido de antologías que pretendan dar cuenta de ella: Laurel (1941), Las ínsulas extrañas (2002), Pulir huesos (2007) son algunas. Cuando de poetas más "jóvenes" se trata -la juventud es un concepto relativo en los escritores: pudiendo serlo un autor que frise la cincuentena-, la antología es algo más que un puente entre lectores y tomos de poesías completas: es una parte del proceso de la historia literaria antes que su reflejo. Es también una apuesta. El escritor venezolano Gustavo Guerrero ha hecho la suya en Cuerpo plural, donde reúne a 55 poetas, nacidos entre 1959 y 1979, unidos (o separados) por una vocación desmitificadora y por la variedad de sus registros. En un artículo reciente ("La desbandada") sobre la narrativa latinoamericana actual señalaba las razones que dificultaban hacer un panorama de ella. ¿Vale también para la poesía? El título original del artículo no era "La desbandada" sino "Crítica del panorama". Al editor de Letras Libres de España, en busca de cierto sensacionalismo, se le ocurrió cambiarlo a última hora. Señalo esto porque lo que allí se discutía era la nostalgia de algunos por aquellos panoramas a la antigua que creaban la ilusión de que se abarcaba una totalidad y que se presentaban como registros exhaustivos de una época o un género. Hoy ya nadie puede pretender cubrir por completo un territorio tan vasto y diferenciado como el de la narrativa o la poesía hispanoamericana. Lo que tenemos son cortes o muestras parciales, elaborados desde un lugar y un tiempo precisos. Así, Cuerpo plural es modestamente "una" antología de la poesía hispanoamericana entre otras que se podrían armar hoy. ¿Por qué eligió el título Cuerpo plural para esta muestra? ¿Cómo enfrentó su proceso de selección y estructuración?

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Creo que ese título refleja bien la situación de atomización y diversificación del concepto de poesía que existe desde mediados de los ochenta. El fin del paradigma del arte y la poesía moderna dio al traste con el sueño de la unidad del campo estético, tal y como lo encontramos en nuestros modernistas, en las vanguardias o aún mucho más tarde, hasta bien entrados los años sesenta. Por eso el concepto de pluralismo no es el mismo entonces y ahora, aun cuando a primera vista pueda parecernos que en la poesía de ayer había tanta o más heterogeneidad que en la de hoy. En cuanto al proceso de selección y estructuración, me tomó casi tres años, pero me habría tomado mucho más y, de hecho, habría sido imposible, sin la ayuda de un buen número de amigos que supieron orientarme dentro de sus distintas tradiciones nacionales. ¿Cuáles serían, si las hay, las características comunes de los autores escogidos? ¿Hay "padres" o figuras inspiradoras mayores que compartan? No creo que existan muchas características comunes; sí un cambio en la lectura del pasado que se expresa en la importancia que han ido adquiriendo ciertos poetas como figuras tutelares de las nuevas generaciones. Pienso en el papel de un poeta como Giannuzzi en Argentina, o Gerardo Deniz en México, o Hinostroza en el Perú, por ejemplo. De allí no sólo está surgiendo otro canon sino una relectura de nuestra poesía del siglo XX en una clave bastante más novedosa y crítica. El libro no es un atlas, pero ¿hubo alguna consideración geográfica o de representación por países? Tratándose de una antología destinada a presentarse en el Congreso de la Lengua y en el marco de las celebraciones de los bicentenarios, mi compromiso era cubrir todos los territorios del español y todos los países de Hispanoamérica. Esta pauta me planteó a veces serios problemas, pero también me permitió descubrir a algunos poetas que, de otra manera, probablemente jamás habría leído. Los chilenos, por razones económicas, han empezado a ganar fama de soberbios. ¿No teme que su antología aliente esto al ser el país con más poetas escogidos? ¿Responde esto a una valoración de su poesía y su tradición? Chile es una de las tres o cuatro grandes tradiciones poéticas del continente, con el Perú, México y Argentina. No es casual que sea el país más representado. Lo que sí llama la atención en el caso chileno es la variedad y la calidad de las propuestas actuales, que va de la poesía de Huenún a la de Hernández Montecinos, o de la de Sergio Parra a la de Yanko González, sin contar la multiplicidad de registros que cubre un poeta como Germán Carrasco. Ya que pudo elegir a ocho entre los innumerables poetas chilenos posibles, si tuviera que reducir a cuatro, ¿quiénes serían? Le devuelvo la pregunta, pero al revés: dígame usted, si pudiera agregar a otros cuatro, ¿a quienes tendría que agregar? El libro tiene un epígrafe de Rafael Cadenas, según el cual los poetas hoy “sólo pueden ser irónicos”. ¿Es tan así? No, claro que no. El epígrafe de Cadenas es, a su vez, irónico y procede de un poema donde juega con la imagen del poeta antiguo que goza del favor de los dioses y es como un sacerdote de la divinidad. Digamos que es su manera de fustigar la sacralización romántica del quehacer poético y señalar su fin con el advenimiento de la postmodernidad. Se trata de un poema del último libro de Cadenas, Gestiones (1992), sin duda una de las lecturas más interesantes, lúcidas y desencantadas sobre la condición actual de la poesía por parte de uno de nuestros mayores poetas vivos, un creador capaz de renovarse como pocos. ¿A qué cree que se debe el relativo desconocimiento de los poetas de los países hispanoamericanos entre sí? Las causas son numerosísimas y van desde problemas de circulación del libro dentro del continente hasta puro desinterés por lo que hacen los vecinos. La verdad es que la literatura latinoamericana muestra aquí 88

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sus límites, pues se ve que, en realidad, no existe como comunidad de lectores ni como horizonte creativo ni como mercado común del libro. Ojalá que esta antología sirva para trazar puentes entre nuestros poetas y estimule la curiosidad de unos por otros. El argentino Sergio Raimondi ataca, en un poema, el realismo. ¿Considera compartido por otros poetas tal rechazo? No, todo lo contrario. Pienso que la poesía, como la narrativa, se acerca hoy cada vez más a formas inéditas del realismo que colindan con géneros tradicionalmente no ficcionales. El poema de Raimondi está dirigido, en el fondo, contra ese tipo de realismo débil y acaramelado que representó (¿representa?) una cierta “poesía de la experiencia” en España y algunos “conversacionalistas” todavía en Hispanoamérica. El problema de los poetas "jóvenes" es que siguen escribiendo. ¿Es más complicada la tarea de tamizar y escoger algo que aún está en movimiento? Sí, ciertamente, no tienes suficiente distancia en la mayoría de los casos. Por eso esta antología tiene mucho de apuesta. "En unos diez años, me dijo un amigo colombiano, sabremos cuánto te equivocaste". La verdad es que no sé si habrá que esperar tanto. Los escogidos Las antologías suelen deparar el descubrimiento de obras o autores no tan conocidos. La defectuosa comunicación entre los países, la juventud de muchos de los autores aumentan esta posibilidad en Cuerpo plural . En ella, los chilenos son: Sergio Parra, Nadia Prado, Jaime Luis Huenún, Malú Urriola, Pedro Araya, Germán Carrasco, Yanko González y Héctor Hernández Montecinos. Hay países representados por un poeta : Edwin Madrid (Ecuador), Otoniel Guevara (El Salvador), Luis Chaves (Costa Rica), Levi Romero (Estado de Nuevo México), Katia Chiari (Panamá), Tania Montenegro (Nicaragua), Martín Barea Mattos (Uruguay) y Fabricio Estrada (Honduras), Joaquín Morales (Paraguay). Otros países por varios . De México: Tedi López Mills, José Eugenio Sánchez, Julio Trujillo, Julián Herbert y Luis Felipe Fabre. De Cuba: Rolando Sánchez Mejías, Antonio José Ponte, Damaris Calderón y Alessandra Molina. De Perú: Eduardo Chirinos, Rossella Di Paolo, José Antonio Mazzotti, Rocío Silva Santisteban, Montserrat Álvarez, Lorenzo Helguero y José Carlos Yrigoyen. De Venezuela: Patricia Guzmán, Alfredo Herrera, Jacqueline Goldberg, Luis Moreno Villamediana, Luis Enrique Belmonte y Jorge Vessel. De Argentina: Daniel García Helder, Edgardo Dobry, Fabián Casas, Laura Wittner, Martín Gambarotta, Sergio Raimondi y Washington Cucurto. De Colombia: Jorge Cadavid, Ramón Cote, Fernando Denis y John Galán Casanova. De Bolivia: Juan Carlos Ramiro Quiroga y Mónica Velásquez Guzmán. De Puerto Rico: Mayra Santos-Febres y Noel Luna. De Guatemala: Javier Payeras y Alan Mills. De República Dominicana: Frank Báez y León Felix Batista. El Mercurio, Chile, 28 de marzo de 2010

Gustavo Guerrero (Caracas, 1957) es profesor de literaturas hispánicas modernas en la Universidad Jules Verne de Amiens y consejero literario para la lengua española de la casa Gallimard en París. Ha publicado los libros de ensayo La estrategia neobarroca (Barcelona, 1987), Itinerarios (Caracas, 1997), Teorías de la lírica (México, 1998) y La religión del vacío (México, 2002), obra finalista del Premio Bartolomé March de Crítica Literaria en 2003. Con Historia de un encargo: La Catira de Camilio José Cela (Barcelona, 2008) obtuvo el prestigioso Premio Anagrama de Ensayo. Ha sido editor de las Obras completas (Madrid, 1999) de Severo Sarduy, de los Cuentos completos (Madrid, 2006) de Arturo Uslar Pietri y de la muestra Conversación con la intemperie: seis poetas venezolanos (Barcelona, 2008). Es colaborador habitual de las revistas Letras Libres, Cuadernos Hispanoamericanos y Encuentro de la cultura cubana. Como poeta, ha publicado La sombra de otros sueños (Caracas, 1982) y Círculo del adiós (Valencia, 2006). Actualmente es profesor invitado en la Universidad de Princeton. 99

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GGÉÉRRAARRD DD DEE N NEERRVVAALL YY SSU USS CCAARRTTAASS AA AAU URREELLIIAA ((IIIIII)) RRiiccaarrddoo H e r n á n d e z E c h á v a r r i Hernández Echávarri CCAARRTTAASS AA AAU URREELLIIAA GGéérraarrdd ddee N Neerrvvaall XIII Acuérdese, olvidadiza persona, que usted me dio permiso para verla una hora hoy. Le envío mi medallón de bronce como un recordatorio. ¡Ah He sido una de las celebridades parisinas y remontaré a esta posición, que he descuidado, por usted, si me permitiera procurar hacerla sentir orgullosa de mí. ¡Usted se queja de algunas horas que le hice perder! Pero mi amor me hizo perder años, y lo más terrible aún es que no puedo hacer nada sin usted. ¡Qué me importa la Fama, mientras no tome sus rayos para cubrirme! ¡Hasta entonces sólo habrá una gloria en que la mía se absorberá siempre: ¡la suya! Jamás mi gran constancia logrará hacerla olvidar. Concédame algunos instantes… No se asuste de verme… Le reconozco que hoy estoy de un humor muy poco trágico y que no habrá mucho riesgo de aburrirla. XIV ¡Me despierto dando gritos de alegría! Mi amiga, la felicidad es una cosa noble y seria, y no hay alegría más loca que los placeres del niño. Tengo la alegría del cielo en el corazón; su bondad me arrebata y es por el entusiasmo que hoy siento hacia usted. ¡Que usted sea tan buena como bella, tan sensible como encantadora. ¡Ah! He aquí lo que jamás me había atrevido a esperar, lo que me habría dado aún cien veces más fuerza; pero falté a su confianza y he sido castigado por eso con grandes dolores. Ahora, ¿qué vengo a ofrecerle? Mi alma abatida, dolorida, que apenas puede comprender como sus malos días se han ido y que se recupera entonces un tiempo y otro se entristece, por costumbre. ¡Oh! Los transportes de la juventud, el relámpago de los ojos que se encuentran, la imaginación que se desborda en encantadores éxtasis, he aquí lo que pierdo día tras día. ¿Será bien recompensada de sacrificarse por la embriaguez de un pobre corazón, donde la felicidad revertirá unas apariencias menos seductoras que el deseo y la inquietud? ¿Todo esto me volverá al tiempo en que mi amor, desconocido de usted, era puro y celeste?... Tenemos ahora que cuidarnos de una cosa: del abatimiento que sucede a toda tensión violenta, a todo esfuerzo sobrehumano. Para el que no tiene mas que un deseo moderado, el éxito es una alegría suprema que hace estallar todas las facultades humanas. Es un punto luminoso en la existencia que no tarda en palidecer y apagarse… Pero para los corazones más profundamente enamorados, el exceso de emoción libera por un instante todos los resortes de la vida; el problema es grande, la confusión profunda y la cabeza se dobla estremeciéndose, como bajo el soplo de Dios. ¡Por desgracia! ¡Qué somos, pobres criaturas, y cómo responder dignamente a la fuerza que el cielo puso en nosotros! No soy más que un hombre y usted una mujer, y el amor que está entre nosotros. ―No moleste a nadie de su casa por el mal tiempo que hace. XV

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Permítame acercármele, después de haberle dado tiempo para olvidar mis locuras. He respetado sus órdenes; he puesto en calma todas las fuerzas de mi alma, deseo y espero de usted esta tarde sólo un signo de perdón, una palabra de bondad. He esperado para verla, el día que todo el mundo tiene ese derecho, para hablarle, el día en que muchos otros tienen ese privilegio… No tema nada de mi presencia ni de mis palabras; por fin, algunos días calmaron mi agitación que fue posiblemente más fácil comprender que excusar. Aprendí a volver a ser valiente y a ser paciente. No quiero comprometer, en algunas horas, toda la suerte de un destino del cual usted pareció tomar algún interés y a menudo me he dicho que, en el afecto que le llevaba, había demasiado pasado para que no hubiese mucho futuro. Había resuelto no escribirle más; faltando a esta resolución, me expongo entonces a un peligro del que sólo su indulgencia puede salvarme. XVI Había resuelto no escribirle más, señora. Las cartas son buenas sólo para los amantes felices. Se admite la incoherencia en las palabras; pero las frases escritas se hacen testigos eternos. Quería poder destruir todas las cartas que le envié; su indiferencia posiblemente me habrá prestado este servicio; pero la memoria todavía permanece y es demasiado. ¡Cuánto no he destruido, sin embargo! Escribo una verdadera y sentida, mas en la violencia correría el peligro de asustarle; luego otra, reflexionada y calculada, donde me esfuerzo en parecerle paciente y razonable; y no es ninguna de las dos que le envié, sino una tercera escrita de prisa y, porque hay que terminarla, hecha con los fragmentos de otras, donde las frases no se siguen, donde las ideas se confunden, una carta loca y ofensiva que desharía toda mi obra. No espere de mí frases de novela; no soy ni San Valente, ni Werther; o más bien, siento muy vivamente para escribir como ellos cartas elocuentes y cuidadas. ¡La bella novela que le escribiría, si fuera menos sincero!... Hay años de angustias, de sueños, de proyectos que quisieran apresarse en una frase, en una palabra… Su carta me ha hecho expiar mis culpas; también he sentido toda la imprudencia y toda la dureza de mi conducta… Vuelvo a caer a sus pies. XVII Señora, ya que la desgracia quiere que una circunstancia insignificante venga de repente a arrancarme esta poca de calma que había encontrado por fin y que me servía para preparar el porvenir, ya que todo un pasado que había que olvidar vuelve a gruñir en mis oídos y a traerme a la vez sus emociones y su vértigo, escuche entonces algunas palabras aún y ganará, puede ser, meses de resignación y de silencio de mi parte. Que usted, en un solo día, haya olvidado tanta devoción, de la que tiene tantas pruebas, tanta lealtad y buena fe que se traicionaban en mis menores informes, que usted haya marchitado con la duda una proposición que honraba a mi corazón, hasta suponer que mi amor propio haya puesto muy alto la importancia -no lo quiero, acepto este castigo cruel de una imprudencia probable de la que me cuesta darme cuenta hasta hoy… Pero no veo en todo esto nada irreparable. No soy culpable de ninguno de estos crímenes que una mujer no puede perdonar y, se lo reconoceré, el exceso de su resentimiento me desanimó menos que el haberme desdeñado con su indiferencia. Habría perdido toda esperanza si usted me hubiera dejado por tedio, por fatiga, o por la diversión de otro afecto; ¡pero nada de eso! Mi amor ha sido cortado vivo; hay un herido y no una herida. No puedo recordar este día fatal sin pensar en la víspera, tan bella y tan embriagadora que habría de morir después. ¡Mi Dios! Nuestra pobre luna de miel no tuvo apenas mas que un primer cuarto y usted me conocía tan poco entonces que no me habría comprendido ni juzgado bien. Sus injusticias serían una prueba ya. ¡Oh! Dígnese interrogar su corazón y usted se dirá que a pesar de todo hay algo que late aún por mí, que todos esos hombres que la han rodeado desde hace algún tiempo y que son más ricos y más bellos, pero no tienen esta alma, este espíritu que usted habría sabido distinguir, que son sobre todo frívolos y tan 1111

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incapaces de amar como de sentir en ellos la ambición de las grandes cosas. ¡Ah, el amor y el arte nos reunirán a pesar de todo! Usted sentirá que todas esas relaciones brillantes dejan un vacío en el corazón, que es mucho haber encontrado a un amigo fiel, sumiso, cuyo afecto se conserva puro, a través de toda suerte de amarguras. ¿Por qué se arriesga a escoger algún otro que a mí? Conozco sus hábitos, usted puede hacerme prudente con mucha confianza. ¿Cuál interés tendría que comprometerle hoy? Sé ahora de lo que habrá que cuidarse y quiero, por otra parte, aislarme cada vez más, vivir completamente para usted. Esto no es difícil porque no pienso más que en usted. ¡Pues bien! Usted me vería tan raramente como usted le placiera. Encontraríamos las precauciones más seguras. Ya que usted tiene tanto que temer, su secreto estará bajo la guarda de mi honor. Pero deseo verla un poco de cuando en cuando, verla cueste lo que cueste; ¡la miré ayer y era tan bella, tenía un aire tan dulce!... ¡Encontré en su trato mucha de esa expresión de bondad, que me encantaba tanto, cuando usted me favorecía! ¡Ah! ¡Mujer cruel, no diga que no me amó! ¡De otro modo habría sido muy engañosa! Si me amó, usted me amará siempre. Está tocada por esta pasión que sobrevive a todo, que guarda para ella toda la humillación y toda la desgracia y que la deja en toda libertad, toda fantasía, que no se queja de su inconstancia, sino solamente de su injusticia. Usted estará cercana cuando me condene a morir! ¿Qué diría si yo me matara?, como D. ***

G GA AR RCCÍÍA AM MO ON NT TEER RO OD DEED DIICCA A EELL ““PPO OEET TA ASS D DEELL M MU UN ND DO O LLA AT TIIN NO O”” A A ““LLO OSS N NIIÑ ÑO OSS D DEE M MO OR REELLIIA A"",, LLO OSS H HU UÉÉR RFFA AN NO OSS D DEE LLA AG GU UEER RR RA A CCIIVVIILL El poeta granadino Luis García Montero ha recibido este martes en México el premio Poetas del Mundo Latino, el de mayor prestigio que otorga el país norteamericano. Durante la entrega del galardón celebrada en Aguascalientes, el escritor ha dedicado la distinción a los "niños de Morelia", los "huérfanos de la Guerra Civil" y ha agradecido "la enorme generosidad" del país, "que es una prolongación de la que ya tuvo con mis antepasados, a los que recibió con los brazos abiertos cuando tuvieron que huir del franquismo". Durante la ceremonia, el poeta Fernando Valverde, encargado de realizar una semblanza del premiado, ha destacado que García Montero es "el renovador de la poesía en español de las últimas dos décadas, además de una persona entrañable que se ha convertido en un faro para muchos de los poetas más jóvenes". "Es un poeta al que se entiende porque no tiene la necesidad de pasar por encima del lector. Luis dialoga con él y establece unos vínculos en los que se produce el milagro de la literatura", ha añadido. Por su parte, el mexicano Marco Antonio Campos ha asegurado que la poesía de García Montero habla "desde el corazón de un hombre para el corazón de todos", por lo que se ha convertido en "una referencia obligada en toda la lengua española". En el mismo sentido, el traductor Emilio Coco dijo sobre la obra del premiado que "no tiene fronteras, es universal". Durante los últimos diez días, el país azteca ha homenajeado al escritor con diferentes actos. Los más emotivos tuvieron lugar en la ciudad de Morelia, donde en un abarrotado Teatro Ocampo, ante quinientas personas y poetas procedentes de más de veinte países, un grupo de amigos del poeta 1122

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granadino le rindieron un cálido homenaje. Juan Manuel Roca (Colombia), Marco Antonio Campos (México), Emilio Coco (Italia), Carlos Pardo (España) y Fernando Valverde (España), leyeron sus poemas dedicando sus lecturas a García Montero, ha informado la organización en un comunicado. "Me ha llamado mucho la atención que ustedes llaman maestros a todos los poetas", dijo Valverde. "La palabra maestro tiene en España un significado más íntimo, mucho más personal. Yo puedo decir que Luis García Montero es mi maestro. Por eso este homenaje me emociona tanto y lo siento como propio, soy un homenajeado por extensión", explicó. A continuación, comenzó una lectura de poemas que estuvo dedicada a los niños de Morelia, los republicanos huérfanos que huyeron de la Guerra Civil española y que encontraron refugio en la hermosa ciudad mexicana. "Una mañana que no podía dormir salí a pasear por las calles de esta maravillosa ciudad. Caminé hacia el orfanato donde pasaron su infancia aquellos niños. Al regresar al hotel escribí un poema que llamé Morelia", explicó el premiado, que leyó el texto, incluido en una antología titulada 'Ya da el sol en las piedras de Morelia', que ha sido publicada por la Secretaría de Cultura de Michoacán. Los homenajes, que comenzaron en Ciudad de México, continuarán en los próximos días en San Luis Potosí, con nuevas lecturas de poemas. Este martes cientos de estudiantes han dialogado con los dos poetas españoles en la Universidad de las Artes y ha sido inaugurada una exposición de pintura mexicana inspirada en la obra del poeta granadino. Europa Press, 26 de octubre de 2010

““LLA A PPO OEESSÍÍA A SSEE M MA AN NCCH HA A CCO ON N LLA AR REEA ALLIID DA AD D,, N NO O LLA A IIG GN NO OR RA A””:: LLU UIISS G GA AR RCCÍÍA AM MO ON NT TEER RO O CCaarrllooss PPaarrddoo El autor de Vista cansada protagoniza el Encuentro de Poetas del Mundo Latino, donde recibirá el prestigioso Premio Víctor Sandoval Morelia, la ciudad donde los huérfanos del exilio español fueron recibidos por la generosidad mexicana, es también el título de uno de los poemas más emocionantes de Luis García Montero. En él, se pasea por las calles de una ciudad llena de barullo, donde encuentra el momento propicio para la poesía, la confluencia entre el pasado sentimental y un presente vivo: "Para que las historias generales/puedan gozar de intimidad". Frente al edificio colonial del Conservatorio de las Rosas hablamos un rato con Luis a propósito del Premio Víctor Sandoval y del Encuentro de Poetas del Mundo Latino, al que lo dedican en esta edición. "Conocí Morelia cuando fui invitado por primera vez a este festival (homenajeaban a mi admirado Juan Gelman)", recuerda el poeta. "Es una ciudad cargada de historia y de solidaridad. Cuando la República española fue abandonada por todos los gobiernos europeos, Lázaro Cárdenas, el presidente mexicano, fue su único apoyo. La expedición de niños huérfanos y víctimas de la guerra, los niños de Morelia, es un símbolo de esa España que tuvo que crecer en un nuevo país". ¿Cómo escribió el poema dedicado a Morelia, dentro de Vista cansada' (Visor)? Fue la primera vez que vine. Tenía jet lag y me puse a pasear por Morelia cuando aún no había amanecido. Acabé delante del Conservatorio de las Rosas cuando empezaba a amanecer y llegaban los trabajadores y los estudiantes. Pensé en ese momento de confluencia entre la historia y las vidas individuales. Y en la generosidad de este país (por eso se lo dediqué a mi amigo el poeta mexicano Marco Antonio Campos). Porque Morelia, como México, es más que esa historia concreta. Aquí, en esta ciudad liberal y orgullosa de serlo, Hidalgo decretó, ya en 1810, la abolición de la esclavitud. 1133

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“E.U. ha arruinado al campesino mexicano" Pero hoy Michoacán, el estado de la ciudad de Morelia, es célebre en las noticias por las "balaseras" entre los cárteles del narcotráfico. No sólo entre los cárteles, sino también entre pandillas y narcos. Esto supone una degradación del estado difícilmente comprensible. Te puedo decir que mis amigos mexicanos empiezan a pensar que la primera medida que habría que tomar, aunque por supuesto será un camino largo, es legalizar la droga. De hecho, el problema de México es incomprensible si no se piensa en la presión de EEUU, de donde son los consumidores mayoritarios de la droga. Pero aún es más perverso: EEUU ha arruinado al campesino mexicano obligándole a importar las semillas y el maíz estadounidense. Ya me dirás qué recursos quedan. Por otra parte, hay más de 6.000 armerías en la frontera, donde se compran el 80% de las armas que requisa el Estado mexicano... El problema no es la droga, sino la pobreza. Siempre que quiere hablar de poesía, acaba hablando de política. ¿Son lo mismo? "La poesía es el lugar de lo público, del diálogo y de la conciencia" En un mundo regido por unos medios de comunicación dueños de las opiniones y unos estados que desmantelan el tejido social, la poesía sigue siendo el lugar de lo público, del diálogo y de la conciencia. No me canso de decirlo. La poesía es democracia, más hoy que los políticos representan a los bancos, y no a los ciudadanos. Hay que repetir la idea de Machado de que no es libre quien puede decir lo que piensa, sino quien puede pensar lo que dice. En ese sentido, la poesía es útil porque ayuda a pensar lo que se dice. Su poesía es quizá la más característica de la evolución de España, desde la transición de la dictadura a la democracia hasta encontrar al mismo perro con distinto collar: la dictadura del mercado. ¿Cómo concilia su apego a la historia de España con su éxito en el mundo latino? La poesía parte de lo concreto, se mancha con la realidad, no quiere ignorarla, pero la trasciende. Por ejemplo, no nos enamoramos, ni cortejamos como nuestros abuelos, pero a la vez el amor es un tema con un valor universal. Cualquier vida tiene ese valor universal. Yo pasé una adolescencia militante, después tuve una fe algo ingenua en la democracia, que se volvió más crítica, en mi caso, cuando vi el poder de la manipulación mediática para convencer a España de que entrara en la OTAN. Pero no puedo decirte que sea pesimista, ni un desencantado. He aprendido que para embarcarme en los sueños colectivos hay que aprender también a estar solo. "Hay que aprender a estar solo al embarcarse en sueños colectivos" La próxima semana recibe en Aguascalientes el Premio Víctor Sandoval, como colofón a este encuentro de Morelia. Sorprende que este premio, que cada año comparte un destacado poeta mexicano (este año Eduardo Lizalde) con alguno de los mejores poetas del mundo latino (el colombiano Juan Manuel Roca y el peruano Antonio Cisneros) sea su primer reconocimiento extranjero. Los premios se justifican por la generosidad de los compañeros. No te voy a decir, con la típica falsa humildad, que no lo merezco, pero la poesía es sobre todo admiración y sé que hay muchos con más o iguales méritos que yo. Pero hay además dos detalles que me hacen especial ilusión: han premiado a un español precisamente en el bicentenario de la Independencia de México. Eso habla muy bien de la poesía, que está más allá de las demagogias, y sabe que los mexicanos y los españoles de hoy no somos los de hace 200 años. En unos minutos interviene con su primera lectura en el festival, antes de que se despida, ¿qué le parece la calidad y la disparidad de los poetas que está oyendo? Me parece muy pobre quien se cree que la poesía acaba en él. Hay que reconocer a los otros. A los que se te parecen pero, sobre todo, a los que son distintos de ti. www.publico.es, 23 de octubre de 2010

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LLA A EEXXT TR RA AÑ ÑA A FFA AM MIILLIIA A:: T TA AM MA AR RA AK KA AM MEEN NSSZZA AIIN N EEnnrriiqquuee FFooffffaannii Empezó a escribir identificada en el grupo de los poetas neobarrocos de América latina. Y sin renegar de esa innovación estética, su obra se fue nutriendo de vertientes personales. La familia como un destino y un punto de reflexión ineludible, la vida de hogar, la salida a la calle y los barrios de la ciudad y el ensayo sobre otras poéticas constituyen los pilares de la obra de Tamara Kamenszain. El eco de mi madre, su último libro, viene a sumar una pieza breve pero dolorosamente íntima a su literatura Tamara Kamenszain es una de las voces más potentes de la poesía argentina. Acaba de aparecer su último libro, El eco de mi madre, un diario de vida de los últimos tiempos de la madre que la hija escribe o trata de “pasar en limpio” como testimonio poético de ese rito de pasaje que es toda muerte. Después de Solos y solas, de 2005, escrito con cierta inflexión romántica y mucha disposición para el juego, donde precisamente lo lírico convive con lo prosaico para intercambiarse como figuritas en ese apostar a la pareja y rehuir de la soledad, ahora se impone otro tono. Un tono acorde con la experiencia de sustracción del cuerpo a la que la poesía no sólo da cabida y refugio sino también presta voz y recuerdos. Lo sabemos: la muerte es siempre testimonio del otro y el desafío de Tamara Kamenszain consiste ahora en cómo pasar en limpio esa experiencia, cómo volverla letra viva y no solamente letra. La diferencia no puede ser más abismal: la letra viva no es la voz avalada por la metafísica sino la voz que primero se hunde en el anonadamiento que analfabetiza y después remonta ese mutismo hasta que “la letra de ella (de la madre) sale por nuestras bocas”. Este verso del libro reafirma lo que Kamenszain llamó la boca del testimonio: los poetas por la boca no mueren sino que nacen, porque por la boca dan testimonio de lo que, paradójicamente, es lo intestimoniable por antonomasia. Lugar común: neobarroco Es un lugar común situar la poética de Tamara Kamenszain en el Neobarroco argentino junto a Néstor Perlongher, Arturo Carrera, Héctor Píccoli y, de un modo más excéntrico, a Osvaldo Lamborghini. Se trataba, a decir verdad, de una vertiente compartida a la vez con otros poetas latinoamericanos como Roberto Echavarren y José Kozer, y que tenían a Lezama Lima como faro. Este estallido del barroco a escala continental no significaba solamente el retorno de una estética de la tradición hispánica (pero ahora en el español de suelo americano) sino también la posibilidad de escapar a modelos rígidos, ya que el barroco en su despliegue infinito de “volutas voluptuosas” al decir de Perlongher, ofrecía también infinitas maneras del decir poético. Este mismo poeta apeló a la traducción y, desviando el Neobarroco del insularismo caribeño hacia la región rioplatense, lo rebautizó “Neobarroso” y de paso no sólo anclaba la poesía en la geografía de la lengua sino también la inscribía en el pliegue de la Historia. En su momento, Kamenszain analiza este cambio de denominación y pareciera que en esa descripción estuviera definiendo gran parte de su propia poética: “Operación neobarrosa, como la bautizó Perlongher ensuciándola de barrio, ese habitat mítico de la infancia que el tango define como hondo bajofondo donde el barro se subleva. Barrio, barro, piso movedizo para un baile”. Hoy por hoy, el neobarroso rioplatense parece volverse más un rótulo que restringe que un camino que abre paso. En ese sentido, Tamara Kamenszain es una poeta que está siempre al acecho de lo nuevo, no se deja capturar por la nostalgia, está dispuesta al cambio y dice que no es coleccionista, que no es acumuladora. Por eso ahora prefiere hablar de neoborroso. “Estando en Ecuador, en un festival de poesía, hubo una mesa sobre el neobarroco. Y me acordé de la vuelta que le dio Perlongher al término, que cambió por neobarroso, donde ya pasaba a argentinizarse, no sólo haciendo referencia al barro, al barro del barroco, sino también al barro del barrio. Entonces ahí se me ocurre una vuelta más todavía: el neoborroso. Un 1155

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término para borrar el binarismo, que habíamos tratado de superar pero que finalmente se congela otra vez. Pasa siempre así, en todos los movimientos, donde forma y contenido, Florida y Boedo, lo culto y lo popular, se vuelven a cristalizar. En cambio, con el neoborroso se trata de borrar lo ya cristalizado, ahora podemos pasar a otra cosa, es como una vuelta de página: lo que una vez fue útil, ahora ya no lo es más.” Yendo del living al bar La suya es una poética que parte de la vida familiar y de los espacios que la constituyen, a través de un movimiento que va del interior de “la casa grande” con sus piezas y salas de estar, con su “vida de living”, al exterior de la calle, el barrio, los cafés, el tangobar, el mundo. El viaje y los desplazamientos en la geografía y en la historia se manifiestan en todos los sentidos, desde el más literal al metafórico. Ya el primer poemario, significativamente titulado De este lado del Mediterráneo (1973), inaugura la diáspora, el deseo de salir del ghetto de la historia. Es la migración que se hace inmigración y funda familias en el desierto argentino. Después vendrán: Los No (1977), La casa grande (1986), Vida de living (1991), Tango Bar (1998), El ghetto (2003), Solos y solas (2005) y ahora El eco de mi madre. Hay en sus libros de poesía –y esto tampoco está ausente en sus libros de crítica– una obsesión topológica que puede considerarse una auténtica familia de espacios, que diagrama el paisaje de su poesía: la vida de barrio de la infancia, la historia de la inmigración judía, el lenguaje melanco del tango argentino, el barroco de corte y confección donde el sujeto femenino no es sólo reproducción sino también producción y sustento de la prole. Un paisaje familiar sí, pero también desfamiliar porque si bien, por un lado, recurre a la genealogía para traer a la memoria los antepasados, por el otro deja paso a la violencia de los años ’70, la vida del exilio signado por el estar afuera y también hay una serie de alusiones a otros episodios de barbarie de la historia contemporánea. Es en el exilio, en México, donde escribe su primer libro de crítica, El texto silencioso (1983), al cual sucederán otros tres: La edad de la poesía (1996), Historias de amor y otros ensayos sobre poesía (2000) y el último, de 2006, La boca del testimonio. Lo que dice la poesía. Es evidente la labor sostenida de escritura que, durante casi cuatro décadas, lleva adelante Kamenszain alrededor de la poesía: como poeta y como crítica. Y no menos evidente son los vasos comunicantes entre ambas. ¿Qué tipo de relaciones se producen efectivamente ente una y otra? Si lo pusiéramos en términos psicoanalíticos, diría una alternancia obsesiva donde siempre viene una y después la otra y después la otra, pero no empieza siempre una. En el origen no hay nada, como que empezaron juntas, alternándose. Siempre me acuerdo de una cosa que decía Octavio Paz: cuando estoy haciendo crítica, estoy descansando de la poesía y viceversa. Una me inspira para la otra, pero no causalmente, sí de una manera en espiral. Ambas son premonitorias: cuando aparece una, ya está diciendo algo que a lo mejor voy a trabajar en la otra y la otra está diciendo algo que voy a trabajar en ésta. Pero esto sólo lo intuyo y lo siento. Evidentemente hay un ida y vuelta, pero cómo se produce la verdad es que no lo sé. El eco de mi madre es el último libro y, como tal, engloba a los anteriores, en el sentido de que sigue escribiendo –narrando, será mejor decir– una saga poética de inflexión autobiográfica que tiene la rara virtud de no devenir jamás una lírica confesional. Lo autobiográfico es una escansión, un acento, un modo de acompañar y, si bien es cierto que está presente en los poemas, hilvanados a los lazos de familia de la casa grande al ghetto, Kamenszain se las ha ingeniado siempre (y cabe decir que el ingenio aquí es tan sentimental como intelectual) para no quedar atrapada en una lírica de la efusión o el desborde sin retorno. Lo inteligible de su poesía es la manera no sólo de compensar el histórico menoscabo de la mujer por parte de la sociedad sino también de fomentar distancias críticas en el seno mismo de la familia como institución. Su poesía es una descripción atenta y sutil de lo que vivir en familia ha significado en la historia occidental. “Perdidos en familia” es un verso–clave de su estética, que va a explicar más adelante y es el título además de 1166

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la antología de toda su poesía, que acaba de ser traducida al alemán por Petra Strien en la editorial suiza Teamart. El eco de los otros Quizás lo más certero que pueda decirse de esta mujer de mirada luminosa, que sonríe y asiente con la cabeza cada vez que la frase del otro resuena en su interior para volverse una evidencia constatable y compartible, es que sabe escuchar y que esa potencia, como lo demuestra con creces en su último libro, es la magia que su poesía ofrece como don al otro. Escuchar es el testimonio más real del otro, más real y más amoroso al mismo tiempo, aunque en El eco de mi madre se torne una experiencia de despojamiento, donde la vejez sitúa al sujeto “en los confines del cuerpo”, como escribe Franco Rella. En otra oportunidad definió las relaciones entre el amor y la lengua en términos deudores quizá de la lectura de la poesía de Paul Celan: “La poesía es empujar la lengua hasta el campo del otro; es un impulso por salirse del ghetto autobiográfico”. El desafío de El eco de mi madre consiste, entre otras experiencias, en ésta: cómo escuchar lo que dice el otro cuando el Alzheimer lo vuelve más otro que nunca. ¿De qué experiencia creés que habla el libro, cómo lo presentarías? ¿El libro habla de algo que terminó? No sé bien de qué habla el libro, pero no creo que sea de algo que terminó, si a lo que te referís es a la enfermedad y posterior muerte de mi madre. Más bien habría que decir que la cosa recién empieza, en el sentido de que es la visión actual o actualizada de ese acontecimiento lo que se juega en el libro. Con esto quiero decir que la poesía es un género que siempre pone a rodar una manera nueva, una versión nueva de un suceso, trayéndolo al presente. No se trataría entonces de una evocación nostalgiosa de la figura de la madre, sino de traer al presente restos, ecos, y de exhibirlos obscenamente, al desnudo. Aquí hay una muerte, pero también hay un eco de esa muerte que pide ser escuchado hacia adelante. En tu libro de crítica La boca del testimonio, el concepto de testimonio se funda en la idea de una falta. Encuentro ciertas vinculaciones de El eco de mi madre con esa noción de “testimonio”. Efectivamente, dar testimonio en poesía sería decir algo acerca de lo que justamente nada se puede decir, en este caso la muerte, la madre, el Alzheimer. Se trataría de buscar una especie de idioma espiritista para comunicarse con los muertos, de aprender a escuchar el eco, de ponerle memoria a la amnesia, en fin, un verdadero disparate, pero eso es la poesía, un disparate y ahí radica su posibilidad de testimoniar, no esquivándole el bulto a lo que parece indecible, a lo que parece “impresentable”, porque justamente la poesía no tiene vergüenza y lo presenta, lo trae, como te decía antes, obscenamente, al desnudo. Claro que creyéndose que uno realmente logró decir lo que quería, nada se hace presente, nada se escucha. Ahí empieza a aturdirnos el ruido de los temas, temas que supuestamente serían más poéticos que otros, en este caso podría ser el tema de la madre con mayúscula, tan caro a la alta poesía mistificadora para la que “madre hay una sola”. En cuanto a “este dar testimonio de la poesía” podríamos decir que El ghetto está bajo la impronta de un poeta como Paul Celan, mientras que con El eco de mi madre parece ser Vallejo. Me imagino que lo decís por el epígrafe del libro, “Hay golpes en la vida tan fuertes... yo no sé”, el famoso verso de César Vallejo. Sí, ese saber tan contundente sobre el dolor y al mismo tiempo ese no saber nada de nada, típico del Alzheimer, se me armó como un eco de la enfermedad y la muerte de mi madre. Enrique Pezzoni nos decía siempre que ese verso condensaba el fenómeno poético: por un lado lo más impersonal con el “hay golpes”, y por otro lo más personal con el “yo no sé”. Pero que lo verdaderamente poético estaba en los puntos suspensivos, en la suspensión del sentido. Y a mí en este libro, empujada por el verso de Vallejo, se me impuso un ritmo de repeticiones. Yo no sé... yo no sé... yo no sé... me iban insistiendo ecos de voces dentro de la mamushka. Es esa onda sonora que se produce cuando ya no se sabe quién habla, y es 1177

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justamente ahí donde la transmisión es exitosa, da en el blanco. Son repeticiones que duelen, golpes fuertes de la vida. En fin, ahora, a posteriori, me dan ganas de decir, cuando me preguntan por este libro, “y yo qué sé”. Como que uno escribe y no sabe lo que hace y después trata de inventar algún verso alrededor de eso. Pero en tu libro hay cosas bastantes claras. Porque también se vuelve fundamental la lectura de otros poetas que hablan de esa experiencia del envejecer como el Cuaderno del viejo de Ungaretti, El pabellón del vacío de Lezama Lima, la lírica de Olga Orozco y de Alejandra Pizarnik. ¿Qué te dice la lengua de los otros poetas? ¿Confirman tu propia experiencia o muestran en verdad algo distinto de ella? La relación con los otros poetas es la verdadera sesión de espiritismo. No los busqué en lo más mínimo, no hubo citas cultas ni intertextualidades ni nada de eso. Vinieron a la página como parte de la ceremonia, sin que ni siquiera me diera cuenta. Silvio Mattoni dijo el otro día en una presentación del libro que hubo en Córdoba, aludiendo a la dupla hija–madre que se arma, que una se acuerda de todos los versos de los otros poetas, mientras la otra parece que se va olvidando de todo. Acordarse de que “hay golpes” es traer a los otros poetas, su escansión, su dolor, mientras el olvido va empujando con el “yo no sé”. Entonces, tomar lo ajeno, plagiar al plagiario como dice Cucurto, es también tomar el eco de mi madre para hacer con eso mi propio cuaderno de la vieja, ella y yo, las dos envejeciendo atravesadas por una misma experiencia que toma la forma que ella me presta para trasmitirla. Hay que anotar en el cuaderno lo que los otros dijeron para que esa lengua se vuelva algo propio. Esa es también la experiencia de envejecer, la de repetir como Viejo Vizcacha lo que dijeron otros. Tu poesía trabaja con nudos autobiográficos reconocibles (la muerte del padre, de la madre, del hermano menor, del exilio, de la familia judía) y sin embargo no es una poesía autobiográfica. Más bien una poesía que opera por objetivaciones imprevistas en las que el yo del poema no desaparece, pero tampoco monopoliza el tono personal. ¿Cómo se construye esa dialéctica entre el impersonal y lo personal? A la antología poética de toda mi obra que acaba de salir en Alemania le puse como título un verso que se repite en dos de mis libros: Perdidos en familia. Estar en familia, pero perdido, podría ser una buena definición para esos nudos autobiográficos que vos decís que aparecen en mis libros. Pienso que el título El ghetto ya alude, entre otras muchas cosas, a ese cerco de lo familiar que hay que saltar permanentemente para perderse pero que a la vez le pone límites a lo que escribo. Y la poesía parece surgir más de la extrañeza frente a lo familiar, más de lo que falta que de lo que hay. Me parece que la novela es un género más edípico, siempre rearma el cuentito familiar, aunque parezca que habla de cosas objetivas, asuntos importantes del mundo. En cambio la poesía, que siempre parece que habla de pavadas personales, las descoloca. Hay un verso de Lezama que, curiosamente, no me vino a la mente cuando escribía el libro pero que ahora sí me viene, es el que dice: “Deseoso es el que huye de su madre”. Es como decir que para dar testimonio sobre la madre, hay que poder abandonarla, alejarse. O también puede pasar que ella nos abandone antes. En El eco de mi madre ella se olvida de sus hijas y finalmente muere. Hay un corrimiento en el rol de madre, ella es la que abandona. La hija no hace más que dar cuenta de ese extrañamiento y a eso se lo podría llamar testimoniar, ¿no? Radar Libros, Página 12, 24 de octubre de 2010

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testimonios M MA AR RIIO O VVA AR RGGA ASS LLLLO OSSA A PPAAD DR REE H HO OM MEER RO O

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Ni siquiera sabemos si existió o lo inventamos para dar un dueño y una leyenda a los poemas que fundaron el mundo en que vivimos. Las cuencas vacías de sus ojos iluminan como dos soles las aguas, las islas y las playas del Mediterráneo. Tampoco sabemos si las historias que cantó tuvieron raíces en la historia real o fueron fantaseadas por su imaginación incandescente. Yo lo adivino como un viejecito bondadoso y excéntrico divirtiendo a niños y ancianos con fabulosas aventuras de guerreros y monstruos en una época inusitada en que hombres y dioses andaban entreverados y las batallas se ganaban con caballos de madera, elíxires y magias. Lo diviso entre sombras y chisporroteo de fogatas, en aldeas con olor a vino y aceite, pulsando su lira acompañado por el murmullo del mar y la resaca, rodeado de caras expectantes. Su fantasía y su verba 1199

embellecían las anécdotas que traían los marineros de sus viajes: las canciones voluptuosas de las sirenas, los mordiscos de Escila y los soplidos de Caribdis que hundían a los veleros y los náufragos que se tragaba Polifemo. En el corazón de sus mitos palpitaban las chismografías de los ancianos, las endechas de las viudas y las letanías de las madres cuyos hijos raptaron los piratas para convertirlos en remeros. Imagino su cabeza como un volcán que crepita no lava ni fuego sino historias, una sinfonía de heroísmos, apariciones, pesadillas, bravatas, amores, hechicerías y fastuosas celebraciones de dioses y diosas con hombres y demonios. Nadie sabía de dónde venía ni adónde iba. Sus barbas eran blancas y sus ojos, antes de vaciarse, habían sido azules. Su túnica tenía mil remiendos y sus sandalias tan gastadas habían dado la vuelta al mundo y al trasmundo. El encanto de su voz la suavidad de sus palabras el color y la fosforescencia con que narraba daban a sus historias la fuerza contagiosa eellp pooeem maasseemmiinnaall 114477//nnoovv..22001100


de la danza y la música, esa estela que perseguía a sus oyentes en el sueño y los incitaba a aprender sus versos de memoria a repetirlos de padres a hijos de pueblo en pueblo y de siglo en siglo, hasta nosotros.

mientras yo con la pregunta en la boca me fui rumiando las razones de todos los asuntos del mundo que en la cadencia insoportable de su repetición no tienen, no tienen y no tienen ninguna respuesta. ***

Gracias, abuelo, inventor del Occidente. Qué pobre sería nuestra historia sin tus historias, qué mediocres nuestros sueños sin tus sueños.

LLU UIISS GGA AR RCCÍÍA AM MO ON NTTEER RO O N NU UEEVVO O CCAAN NTTO O AA TTEER REESSAA A Teresa y Benjamín

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M MÁÁSS TTRRIISSTTEE Q QUUEE EELL silencio,, una canción que sepa de mi vida, como la tachadura de las puertas que dejas y de los vasos únicos.

D DEE EELL EECCO OD DEE M MII M MAAD DRREE

Porque ayer te buscaron las

San Pedro de Atacama, 22 de febrero de 2008 Letras Libres, junio de 2010

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A AVVEERRAAVVEERRAAVVEERRRREEPPEETTÍÍAAAANNTTEESSDDEEM MO ORRIIRRSSEE como si algo le tapara la visión del otro camino ése que ella ya tenía delante de las narices pero que la dirección de su cuerpo aún se negaba a tomar. A ver a ver a ver siguió insistiendo hasta el cansancio mientras los que rodeábamos su cama queríamos ver también si es que realmente algo visible, un ángel o cualquier otra aparición, metida de lleno en la asepsia de ese cuarto podía darnos la clave médica de que algo estaba por pasar. Después de que murió me sentí culpable de haberla confrontado con sus fantasmas a ver qué mamá a ver qué a ver qué. Y aunque nada había para ver, eso es seguro, ella encontró, parece, el objeto que buscaba porque de un minuto para otro se quedó muda 2200

letras de mi máquina y mi vaso está solo al levantarme, y su brillo arruinado pone un frío en la mesa de muralla romántica. Yo conozco minutos que duran un segundo, años que son semanas y desiertos que caben sin doblarse en un grano de arena. Pero sin ti se apagan las fechas de los árboles, sin ti sufren las horas como barcos anclados en el hielo, residencias inútiles, tiempo que se desploma sin lugar en el tiempo. No es el amor quien habla, soy yo que necesito vivir en la distancia de tu nombre, para saber que existes, para saber que existes, aunque sea tan lejos. (Las flores del río)

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zonas LLO OSS T TA AN NK KA ASS D DEE EESSCCO OB BA AR RG GA ALLIIN ND DO O JJoorrggee EEdduuaarrddoo AArreellllaannoo El salvadoreño David Escobar Galindo (Santa Ana, 1943), uno de los poetas más fecundos y profundos de hoy en lengua española, ha rendido un excepcional tributo a la más antigua forma poética japonesa en Trasluz (San Salvador, Ediciones Thau, 2006). Se trata de una colección de tankas (en el índice figuran 358), es decir: todo un dechado de asimilación sin precedente a nivel latinoamericano. Porque el mexicano José Juan Tablada (1871-1945), ante esa obra descomunal, se queda muy atrás. Primero en descubrir cuatro elementos de la poesía japonesa —economía verbal, tono coloquial, humor y amor por la imagen exacta e insólita—, Tablada brilló en su minipoemario Un día (1919) con sus poemas “sintéticos” inspirados en el hai-kai (tres versos), “los primeros escritos en nuestra lengua” —puntualiza Octavio Paz. Y también otra cosa es el ecuatoriano Jorge Carrera Andrade (1903-1978), autor de Microgramas (1940): un redescubrimiento del hai-kai, o “haiku”, a través de la imaginación metafórica y la temática rural, tropicalista. En Centroamérica, el hai-kai ha tenido no pocos cultivadores. Pienso en los nicaragüenses Alberto Ordóñez Argüello (1914-1991) y Guillermo Rothschuh Tablada (Juigalpa, 1926), y en sus respectivos libros Cantos verdes a Costa Rica (1974) y Poemas chontaleños (1960). Pienso, por citar un nombre más, en el coterráneo de Escobar Galindo: Álvaro Menen Desleal. El mismo autor de Trasluz escribió hai-kais, siguiendo ese ejemplo. “Conocí después el tanka, en lecturas de Borges y de Octavio Paz”, declara en la nota prologal de su libro. Y añade: “Pero fue en Tokio, al oír al profesor Eikichi Hayashija, donde el tanka se me hizo presente como gratificante posibilidad personal. Este libro es el 2211

primer fruto de ese acercamiento venturoso”. Y en realidad, lo es. Porque no es para cualquiera ejecutar casi tres centenares y medio de tankas —cinco versos que suman 31 sílabas— y mantener, sin altibajos, una voz unitaria, una amplia gama de emociones, más la espontánea frescura y la sencillez laboriosa del modelo. Pero a David Escobar Galindo esa empresa poemática, derivada de una visita al Japón, le resultó bastante feliz. Y yo, como amigo suyo y colega en menesteres literarios, lo celebro. Como era de esperarse, no todos sus tankas conmueven en el mismo grado. Los transcritos a continuación me han parecido verdaderos aciertos. Escobar Galindo traza tankas de estirpe clásica, por ejemplo el que evoca al Góngora transparente: “Entre las zarzas /del escombro, la rosa /renueva el voto /de adhesión a sí misma, /a su símbolo invicto”. Otros son producto de su experiencia viajera por el archipiélago del Sol naciente: “Tortugas pétreas /en el jardín de Negu. /De noche son las piezas favoritas /del alado museo”, dice uno. Y otro: “El dibujante /desde un rincón de Ginza /hace que el cosmos /se detenga un momento /más largo que su vida”. También ofrece un segundo tipo de tankas que se podría calificar de intimistas: aquellos sobrios, contenidos, como el de su devoción a una mujer sagrada: “Pasa el chubasco /desbaratando flores, /y una se salva. /Mi madre es esa flor /más fuerte que el chubasco”. O el de la presencia viva del revelador instante amoroso: “¿Recuerdas el día /en que el tren nos condujo /hacia la casa /dormida /entre los árboles? /No ha pasado aquel día”. Y el de la confesión dirigida dulcemente a la compañera, a su cónyuge: “Mujer secreta /que duermes junto a mí /como la joya /del tesoro enterrado. /Tu secreto es mi lámpara”. Un tercer tipo de tankas corresponde a los ontológicos que abordan la brevedad de la existencia, desarrollada en todas las culturas. Uno tiene de sujeto a un árbol: el amate (palabra procedente del náhuatl), con el cual los indios de Mesoamérica fabricaban papel: “El viejo amate /también volverá al polvo. /Y cuando ocurra /podré eellp pooeem maasseemmiinnaall 114477//nnoovv..22001100


decir que sólo /las nubes son confiables”. Otro suscribe la propuesta creadora del poeta: “La fuerza oculta /del ser se comunica /con el escombro /de la Nada. Inventemos /su atávica armonía”. Y uno más plantea esta directa intuición: “Me reconcentro /en la verdad dispersa. /Y así recobro /la vaguedad del ser, /la ebriedad del vacío”. Un cuarto tipo de tanka se advierte en este florilegio virtual: los modernizados en sus motivos. El siguiente refleja los adelantos tecnológicos del Japón: “En PANASONIC /el rito de sonar /es un tablero /donde un solo botón /sueña que mueve el mundo”. Este consiste en una reflexión surgida durante su viaje aéreo transcontinental: “Somos errantes /asombros sedentarios. /Nos habla el iris /Viajamos entre válvulas. /Cazamos interludios”. Los marcados por la realidad política e histórica me parecen “ingeniales” (entre geniales e ingeniosos): “En las arenas /de Irak comienza el siglo. /Señal mimética /del diluvio que acecha /con disfraz de desierto”. Y el inevitable: “Torres gemelas. /La torre del sigilo. /La del poder. /Del súbito atentado /final nadie responde”. Otro más se hace eco de un acontecimiento reciente: “Es viernes 8 /de abril, hora de Roma. /El Papa, muerto, va entre la multitud, /feliz, resucitado”. Escobar Galindo renueva el tanka, occidentalizándolo en la tradición de Mallarmé: “Mientras repaso /las páginas escritas, /me observa, atento, /el Ángel de la Guarda /de la página en blanco”; reelaborándolo: “Jardín de helechos: /universo de párpados. /Y en medio del ojo /único de la fuente. /Jardín que ve en lo oscuro”. Lo adapta a su vital entorno cotidiano: “Estamos juntos /los de siempre: la rosa, /la brisa, Dios /y tus manos amadas. /Los demás es desierto”. Y consagra esta dicha como el experimentado cantor deísta que ha sido: “La mesa puesta /para el convite diario. /No viene nadie. /No invitamos a nadie. /Solo Dios con nosotros”. Por eso el último de sus tankas dice: “Es el momento /de dar gracias a Dios. /Todo está en orden. /Compartimos tres gotas /de alegría en los labios”. Los tankas de Escobar Galindo fueron escritos entre marzo y diciembre de 2005: los primeros en Tokio y los penúltimos en San Salvador; “los últimos siempre serán escritos mañana”, concluye su nota prologal, para recurrir inmediatamente al epígrafe 2222

de Giuseppe Ungaretti: “El corazón ha sido pródigo en luciérnagas”. El corazón: kokoro en japonés, palabra que contiene corazón y mente, sensación y pensamiento, recuerda Paz en el estudio preliminar de su traducción con el profesor Eikichi Hayashija de la obra de Matsuo Basho, Sendas de Oku: joya de la literatura japonesa del siglo XVIII. Esta joya estimuló las del centroamericano, al igual que el consejo de Hayashija, al entregarle un ejemplar de Sendas de Oku: “Cultive el tanka, que es semilla viva de nuestra cultura”. Escobar Galindo en Trasluz ha demostrado que lo es también de la nuestra porque —proclamaba el mismo Paz— “el hombre es los hombres y la cultura las culturas”. El Nuevo Diario, Nicaragua, 20 de octubre de 2010.

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A ALLLLEEN NG GIIN NSSB BEER RG G EEN N EELL IIN NFFIIEER RN NO O N O R T E A M E R I C A N O NORTEAMERICANO EEsstteebbaann M Moooorree Allen Ginsberg fue sin duda una de las personalidades del siglo XX, el poeta que halló el tono definitivo de la poesía norteamericana, un poeta que dejó su marca en la literatura contemporánea. Es reconocido además como uno de los padres espirituales del Flower Power y del hippismo, movimientos sociales que se extendieron por el mundo entero. Tuvo una participación activa en los grupos que se opusieron a la guerra en Vietnam, se asoció al Movimiento por los Derechos Civiles y dio su apoyo a todas las organizaciones defensoras de la libertad de expresión. Las minorías étnicas, sexuales y religiosas hallaron en él una voz solidaria dispuesta a hacer del compromiso una razón de vida. Fue arrestado en varias ocasiones por encabezar marchas de protesta de toda índole. Recibió premios, honores, becas, pero también fue una de las fuentes de mayor energía imaginativa eellp pooeem maasseemmiinnaall 114477//nnoovv..22001100


de esa comunidad de mentes lúcidas conformada por los beats y el administrador de lo que muchos en tono burlón bautizaron como la Empresa Allen Ginsberg (“Allen Ginsberg Industries”), que consistía en una oficina en Nueva York financiada por él desde la cual emitía sus ‘mensajes’, pero que también funcionó como una bolsa de trabajo para muchos poetas con dificultades económicas. Su generosidad no conoció límites, en sus últimos días de vida, mientras agonizaba, dedicó muchas horas de su escaso tiempo para hablar con sus amigos por teléfono, y la conversación incluyó siempre una pregunta directa: “¿Necesitas dinero?” En la década de los 60 su interés por la música popular lo llevó a conocer a los Beatles y desarrollar una amistad con ellos, particularmente con John Lennon. Compartió el escenario con The Fugs y Jefferson Airplane, y Bob Dylan lo incluyó en una de sus extensas giras por todo el país (Rolling Thunder Review). Sus intervenciones en radio y televisión, siempre controvertidas y espectaculares, lo convirtieron en una figura pública y le permitieron extender el alcance de su poesía así como la de otros autores. En los años setenta fundó junto a Anne Waldman una escuela de poesía alternativa fuera de los ámbitos tradicionales de enseñanza, un sitio donde los poetas pudieran transmitir su experiencia. La llamó “The Jack Kerouac School of Disembodied Poetics”, un claro y sincero homenaje a uno de sus grandes amigos de la juventud. El objeto de esta escuela no era sólo difundir aquellas estéticas que no hallaban un lugar en la universidad, sino actuar como centro de oportunidades laborales para muchos poetas y escritores que eran marginados del circuito académico. Allen Ginsberg ha envejecido y ha adelgazado mucho. Ha perdido el pelo, pero ha conservado la misma malicia en sus ojos. Con 68 años, está imbuido de serenidad, calma y gran esperanza. Habla buscando las palabras exactas en francés y a veces en español. Este viaje a Tánger tiene algo especial. Desde luego, ha deambulado por la ciudad vieja, se ha parado ante el café Central en el Zoco Chico, ha comprobado que es más pequeño que en el recuerdo que conservaba de él, que el café que había enfrente se ha convertido en un bazar de artesanía, que la gente no ha cambiado mucho salvo 2233

que algunos jóvenes resultan cargantes, un poco pesados, cuando ven a un extranjero y, si hace falta, le provocan con amenazas verbales cuando se muestra firme en su voluntad de pasear solo. Ha vuelto a ver los lugares en los que se reunió en 1957 con William Borrouglis, a quien había conocido en 1944. Borroughs vino a Tánger porque “podía fumar toda clase de hierbas tranquilamente, conocer a chicos de todas las nacionalidades, convertirlos, en sus amantes y escribir con plena libertad”. Jack Kerouac tambien se unió a él. Formaban un grupo de poetas rebeldes en la Norteamérica considerada por Ginsberg como “uno de los principales Judá del mundo contemporáneo”, un grupo enamorado de la libertad, Hasta su escritura no pretendía ser más que la expresión de esa libertad total, desnuda, absoluta. No era ni una lucha ni una proyección de su propio dolor, su sufrimiento íntimo; para Ginsberg, el de vivir con una madre que se había vuelto loca. Escribió en Kaddish una letanía sobre Naomi, su madre, embrutecida hasta el extremo por la vida, por el exilio y des, pues por la psiquiatría: “Una mano tiesa / la pesadez de la cuarentena, la menopausia, / trastornada por una crisis cardiaca, coja, / arrugas, / cicatrices en la cabeza, / lobotomía, / ruina, la mano colgante apuntando a la muerte”.Viaje de despedida Hoy, Allen Ginsberg ha venido a Tánger para pasar un rato con un viejo amigo que está enfermó, pero que conserva toda su lucidez. Se trata de Paul Bowles, de 83 años, que vive solo en un piso pequeño, escribiendo y componiendo música. Puede que sea la última vez que Allen Ginsberg vea a Paul Bowles. Se ha pasado horas hablando con él. Sabe, sin confesarlo, que es el viaje de despedida. Me dice: “Le quiero mucho, igual que a Borrouglis, tiene muchísima fuerza; pero le he encontrado un poco paranoico. ¿Tiene miedo de algo? ¿Hay alguien que le desee mal o que le amenace? ¿Se, censuran eellp pooeem maasseemmiinnaall 114477//nnoovv..22001100


sus libros?”. No sólo no se utiliza censura alguna en su contra, sino que vive apaciblemente en un país que nunca le ha molestado. Pero puede que no acepte eso en lo que Tánger se ha convertido. Sin duda, no le falta razón para indignarse por el estado en que se encuentra esta ciudad. Allen Ginsberg señala que tanto él como. Bowles viven con la inmensa nostalgia del Tánger de los años cincuenta. Recuerda la época en la que era un remanso de paz para aquella generación de poetas a los que una América aún enferma de macartismo despreciaba, acusándolos de producir “mal gusto, incoherencia e insultos”. Me dice: “Soy mitológicamente un viejo tangerino”. La primera vez pasó cuatro meses en esta ciudad, y después regresó en 1961 para quedarse varias semanas. Pero, ¿qué hacía él allí? “Fumábamos, vivíamos, hacíamos el amor entre hombres y éramos felices”. Cuando se le habla de la beat generation, dice: “Es un mito inventado por la revista Time”. La edición del 9 de junio de 1958 presentaba a Ginsberg como “el jefe de filas reconocido de un grupo de excéntricos que ensalzan el alcohol, la droga, el sexo y la desesperanza” (*). El País, 18 de enero de 1994 Nació el 3 de junio de 1926 en la ciudad de Newark, Nueva Jersey. Asistió a la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York de la que fue expulsado, allí conoció a Jack Kerouac, a Neil Cassady y a Herbert Huncke. Para evitar una condena en la prisión estatal, luego de ser arrestado junto a otras personas a bordo de un auto robado, se declara mentalmente incapacitado y el juez lo obliga a permanecer ocho meses en un instituto psiquiátrico. Nuevamente en libertad decide reiniciar su vida, se declara heterosexual y comienza a trabajar como creativo en una agencia de publicidad. Insatisfecho con esta vida rutinaria hace pública su homosexualidad y cambia varias veces de empleo. Fue sucesivamente lavaplatos, sereno y soldador en una metalúrgica. Luego finalmente acepta los consejos de Jack Kerouac y se traslada a la Costa oeste. En aquellos primeros años de la década de los cincuenta, cuando él arriba a la ciudad de San Francisco, “…el portal a Oriente de los Estados Unidos de América…” según Rudyard 2244

Kipling, caracterizada por Bret Harte como “…serena, indiferente al destino… guardiana de dos continentes…”, “…el último refugio de los bohemios…” en la opinión de Karl Shapiro, ésta era el centro de una intensísima actividad cultural que se desarrollaba en toda la región de la bahía. En el campo de la performance Kenneth Rexroth y Kenneth Patchen leían sus poemas en público acompañados por músicos de jazz. Lawrence Ferlinghetti, quien se había instalado allí en 1950 y que en ocasiones participaba de estas veladas en The Cellar (El sótano), escribía en esa época sus “mensajes orales espontáneos”, textos concebidos por su autor para ser escuchados, en los que registra definitivamente la dicción del habla coloquial que ya nunca se ausentaría de su discurso poético. En el centro de poesía de la Universidad local, dirigido por Ruth Witt-Diamant, y en cafés y galerías de arte, se organizaban lecturas de poesía en las cuales era posible enterarse de las últimas tendencias poéticas, o de lo que estaban produciendo el surrealista Philip Lamantia o el casi místico-católico William Everson. Esta ciudad relajada y tranquila se convirtió en un involuntario punto de reunión para varios poetas: Ginsberg, Kerouac, Philip Whalen, James Harmon, Michael McLure, Robert Creeley, Gary Snyder y Gregory Corso. En la casa de Kenneth Rexroth podían intercambiar opiniones con Lew Welch, Robert Duncan y Jack Spicer. Rexroth era un escritor que al igual que William Carlos Williams, discutía con los poetas más jóvenes acerca de sus teorías estéticas, les brindaba su apoyo, y escribía generosas cartas de recomendación. Su hogar se había convertido en uno de los centros culturales más importantes de la ciudad. En octubre de 1955, siguiendo la recomendación de Rexroth, el poeta organiza una lectura de poemas en la Galería Six, una pequeña galería de arte cercana a Embarcadero, donde exponían su obra los artistas jóvenes de la ciudad y en ocasiones se realizaban conciertos y lecturas de poemas. Leerían allí su trabajo la noche del 7, McClure, Snyder, Whalen, Lamantia y Ginsberg. Rexroth se había ofrecido para oficiar de maestro de ceremonias. Entre el público estaban Ferlinghetti y Kerouac.

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Esa noche, que luego sería llamada por la prensa local la del “Renacimiento poético” de San Francisco, Ginsberg leyó un texto sobre el cual estaba trabajando hacía algunos años y que no tenía intención de publicar: Howl (Aullido). Cantó sus versos, los gimió, y en la parte final de su lectura estuvo al borde del llanto. Esta performance causó una emotiva reacción en el público. Él comprendió entonces que liberando su personalidad sobre el escenario podía conmover a otras personas. La idea de crear una nueva audiencia para la poesía ya no le pereció tan descabellada. Con Aullido no sólo comienza un momento en la literatura norteamericana, sino que también se inicia un nuevo estilo de composición. Ginsberg dice que él sigue el modelo de Kerouac y que su objetivo es calcar en la página los pensamientos de la mente y sus sonidos. Ésta debe ser comprendida como la “escritura de la mente”. Este procedimiento fue descrito por su maestro el venerable, Chögyam Trumpa, como el resultado natural de su consigna: “Primer pensamiento, el mejor pensamiento”. Esta definición, insistiría Ginsberg, siempre es paralela a la de Kerouac: “La mente es la belleza de la forma”. Su poema seminal plantea el regreso a una tradición que muchos poetas en su país habían desatendido: la de Whitmam, Apollinaire, Artaud, Lorca, William Carlos Williams y Maiakovsky. El suyo es un intento de expandir la propia tradición insertando voces diversas, combinando los largos versos de Whitman, el tono de ciertos poemas de Christopher Smart (Jubilate Agno), de Percy Bysshe Shelley (Adonais, Ode to the West Wind), las iluminaciones de Blake, con la renovada apreciación de la naturaleza de la forma del cubismo francés y español y la poesía onomatopéyica del entonces olvidado Kurt Schwitters. Aullido, según su propio autor, fue construido como una letrina de ladrillos, parte por parte, dentro de una estructura rítmica que se desarrolla y crece continuamente en sí misma. Podemos agregar que el contrapunto de los sonidos en sus tres niveles: el de las palabras en una misma línea, el de las líneas en una misma parte y el de las partes del poema entre sí, es fundamental para la comprensión de los significados de este texto que podemos comparar con la figura de un triángulo equilátero, en el sentido de que el ritmo nace de su 2255

vértice superior y se expande hacia la base. Un ritmo que es modelado a partir de su propio aliento, lo que produce la liberación de la respiración de la poesía norteamericana. Ginsberg leyó incansablemente la obra de Pound y en particular los Cantos, que para él se sostienen a través del ritmo, del contrapunto logrado cuando la frase verbal enfrenta su propio eco. Su intento de reconstruir sobre la página los sonidos de la mente como una forma de detener el tiempo, es indicativo de la importancia que para él representaba este elemento constitutivo del poema que Pound en su “Treatrise on Metric” compara con las formas, como pueden ser “la quilla de un barco o el motor de un automóvil”, antes de declarar: “El ritmo es una forma del tiempo”. Pero quizás la influencia más grande que podemos percibir en el autor de La caída de América y Wichita Vortex Sutra, es la de su maestro William Carlos Williams quién también dedicó su vida a la creación de una lengua vernácula, vivaz y espontánea. La escritura de los Beats emergió en una época en que la literatura norteamericana, según Paul Hoover, estaba caracterizada por un exceso de decoro y formalismo. Ellos encarnaron una actitud poética antiintelectual y antijerárquica, en la que la búsqueda de visiones y revelaciones no está reservada sólo a aquellos que pueden darle expresión literaria o artística, sino que debe ser compartida por todos los que rechazan el pasado y el futuro por igual, por todos los que se rebelan contra toda forma de autoridad u organización social, por todos aquellos que desean aguzar sus sentidos para enriquecer su propio diálogo con la existencia. Ellos no deseaban controlar la naturaleza, los eventos o a las personas. Sabían que vivían en un mundo que se encaminaba a su propia destrucción y que eran necesarias respuestas renovadas. En este proceso que se sucede dentro de los extendidos y difusos límites de lo que se llamó Movimiento Beat, toda forma de conocimiento que permitiera ampliar las fronteras de la percepción fue aceptada. Los beats contemplaron al mundo de una manera diferente a partir de sus lecturas de textos pertenecientes a la tradición del BudismoZen, de su creencia en que la interacción de distintas concepciones religiosas conformaría una nueva conciencia espiritual, de su reconocimiento eellp pooeem maasseemmiinnaall 114477//nnoovv..22001100


de las culturas indígenas y de sus experiencias con alucinógenos, entre otras cosas. Todos aquellos que formaron parte de lo que en la actualidad se reconoce como el Movimiento beat o la generación Beat, cultivaron en sus discursos distintos grados de diversidad estética, desarrollaron poéticas reconocibles; para ellos las tendencias estéticas, como las lenguas, no se imponen unas a otras: traducen, se integran, colaboran, realizan prestámos, y en este contexto recrean la significación lingüística. Lawrence Ferlinghetti explica este fenómeno de la siguiente manera: Si has estado leyendo acerca de la interpretación de las poéticas de los Beats (especialmente la de Ginsberg) hallarás en ellas que los términos ‘poético’ y ‘poéticamente’ son en realidad ‘malas palabras’, deben ser evitados. Lo concreto es lo más poético. El detalle exacto, sin bordados adicionales. De esto trata precisamente la ética de los Beats. Una ética que asumiera la nueva sensibilidad ante la belleza que se estaba produciendo y que diera cuenta de ella en su percepción poética. Las palabras de Ferlinghetti son de algún modo la traducción actual de aquéllas de Ezra Pound: “El objeto en su naturalidad es siempre el símbolo adecuado”.

LLAA BBAALLAAD DAA D DEE LLO OSS EESSQ QU UEELLEETTO OSS

D DIIJJOOEELLEESSQQUUEELLEETTOOPPRREESSIIDDEENNCCIIAALL No firmaré ningún proyecto Dijo el esqueleto Vocero Sí lo harás

Dijo el esqueleto Representativo Objeción Dijo el esqueleto Corte Suprema ¿qué esperabas? Dijo el esqueleto Militar Comprad bombas estrellas Dijo el esqueleto Clase Alta Hambread a las mamis solteras Dijo el esqueleto Yahoo Parad el arte obsceno Dijo el esqueleto Derecha Olvidaos del corazón

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Dijo el esqueleto Gnóstico La Forma Humana es divina Dijo el esqueleto Mayoría Moral No, no lo es, es mía. www.muladarnews.com, 26 de octubre de 2010

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M MU UEESST TR RA AD DEE O OCCT TA AVVIIO O PPA AZZ EEN N FFIILL D DEE G GU UA AD DA ALLA AJJA AR RA A El Instituto Nacional de Bellas Artes participará en la XXIV Feria Internacional del Libro de Guadalajara A manera de homenaje, la exposición está integrada por fotografías que dan cuenta de las distintas etapas del escritor mexicano, así como por poemas y escritos Con una selección de retratos fotográficos, poemas y escritos en prosa, que muestran diferentes facetas del escritor mexicano Octavio Paz (1914-1998) , se inaugurará formalmente la exposición 'Octavio Paz. Veinte años del Premio Nobel', este martes, en la XXIV Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara. En entrevista, el escritor y curador literario de la muestra, Armando González Torres, comentó que se trata de un homenaje sobrio, íntimo al maestro Paz, a 20 años de que le otorgaron ese galardón. Detalló que dicha muestra está conformada por 20 fotografías, que dan cuenta de diversas etapas vitales del polígrafo, desde que era adolescente, pasando a su mediana edad y el Paz maduro. Dijo que la exposición también 'es interesante porque se trata de una selección de algunos de los mejores fotógrafos que se interesaron por la vida de Octavio Paz'. Mencionó que se podrán apreciar imágenes de Héctor y María García, Paulina Lavista, Manuel y Lola Alvarez Bravo, Ricardo Salazar, Rogelio Cuéllar, Juan Miranda, Nadine Marlova, Rafael Doniz y Marie José Paz, quien fue la esposa del Nobel. Destacó que la exhibición cuenta con una selección de textos que se disponen a lo largo de la eellp pooeem maasseemmiinnaall 114477//nnoovv..22001100


exposición y en un catálogo que se obsequia al público. Recordó que Octavio Paz es autor de una profunda obra variada, por ello esta selección busca mostrar tanto la parte conocida del Premio Nobel, como la menos divulgada. 'Es muy conocido el Paz ambicioso, experimental, autor de poemas de largo aliento, sin embargo, no se conoce al Paz juguetón, que sabe cantar con metros cortos, el Paz que hace reflexiones aforísticas, se conoce el Paz de grandes ensayos, pero el Paz de chispas intelectuales pasa casi desapercibido', comentó. El curador dijo que otro aspecto importante de la muestra es que va dirigida a los nuevos lectores, 'es decir a los jóvenes, ya que enfrentar a los adolescentes con un Octavio Paz, joven y enfrentarse a sus textos apasionados realizados por un joven ferviente, apasionado con las mismas angustias y aspiraciones que cualquier joven contemporáneo, puede generar un laso de empatía'. La exposición es organizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y permanecerá hasta el 5 de diciembre en la XXIV Feria Internacional del Libro de Guadalajara. El Universal, 29 de noviembre de 2010

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PPR REESSEEN NT TA AN N PPAAÍÍSS D DEE SSO OM MBBRRAA YY FFU UEEGGO O EEN N LLA A FFIILL D DEE G GU UA AD DA ALLA AJJA AR RA A M Maarrtthhaa EEvvaa LLooeerraa Una muestra de poesía con el poder generador de la palabra País de sombra y fuego, editado por la Universidad de Guadalajara, Maná y Selva Negra fue presentado en el marco de la Feria Internacional del Libro. En esta antología de la poesía participaron treinta y cuatro poetas. En la presentación participaron Fher Olvera y Alex González, de Maná; el escritor y bibliófilo 2277

Vicente Quirarte, además del poeta Jorge Esquinca y la escritora Cristina Rivera Garza, entre otros. “A la patria se le margina, al país se le confronta. En medio, el poder creador de la palabra designa y reformula nuestra idea de nación. Lo interesante de este libro es percibir cómo los poetas han percibido la historia. Esa estela que hemos dejado a través de tantos siglos. Es una perspectiva de corazón, un lenguaje distinto”, expresó Fher Olvera, de Maná. Señaló que País de sombra y fuego es una muestra del poder generador de la palabra: “Todo sucede en cuanto se le nombra. Tal es el poder del poema. Por eso para crear un nuevo país hay que empezar por imaginarlo…. La poesía es más verdad que la verdad misma”. La poeta Cristina Rivera Garza destacó que la fuerza de las palabras y la fe, así como la inversión en la cultura es lo que finalmente puede derrocar a las armas. Externó su beneplácito de haber hecho su aportación a la antología. El texto “La Reclamante”, al que dio lectura, está basado en las palabras pronunciadas por Luz María Dávila, madre de dos muchachos que murieron en la tragedia que ocurrió en Ciudad Juárez el 30 de enero de este año. “País de sombra y fuego no es en su conjunto una visión complaciente. ¿Cómo podría serlo cuando a lo largo de nuestra historia ha sido precisamente la poesía nuestra más íntima y auténtica memoria?”, dijo Vicente Quirarte. Es en el seno de la poesía donde se gesta la renovación de la lengua y con ella la de pensamiento y la imaginación que dan fundamento y alma a países como el nuestro. “Los poetas de México hablan en tiempo presente. Sus palabras pueden sonar oscuras, callejeras o proféticas. Lo cierto es que hablan a todos”. La antología presentada en la FIL incluye, además, poemas de Luis Vicente de Aguinaga, Luis Armenta Malpica, Raúl Bañuelos, Ramón López Velarde, José Emilio Pacheco entre otros. El prólogo fue escrito por José Emilio Pacheco Fue a Jorge Esquinca quien correspondió armar la alineación de poetas que hicieron posible País de Sombra y fuego y pidió a José Emilio Pacheco que se sumara al proyecto. www.medios.udg.mx/node/5601, 28 de noviembre de 2010 eellp pooeem maasseemmiinnaall 114477//nnoovv..22001100


A APPO OYYA A FFH HEER RO OLLVVEER RA A LLIIB BR RO OD DEE PPO OEESSÍÍA A Aparte de su labor musical que contempla el regreso de Maná con nuevo disco en el 2011, Fher Olvera, vocalista de la banda, se encuentra involucrado en el primer lanzamiento editorial de su fundación Selva Negra, el libro "País de sombra y fuego", que reúne la visión de 34 poetas sobre México. "La poesía es algo que nos ha rodeado. A mí me vuelve loco desde que me introdujo un amigo a la poesía latinoamericana con Jaime Sabines, y de ahí es mi deporte favorito. Cuando ando de gira voy a las librerías, hay muy buenas en España y Argentina", indicó el músico en entrevista publicada por un diario mexicano durante la presentación del libro. La intención de la fundación fue que los creadores reflejaran las emociones del país a través de la poesía. "El poeta va a tener unos aciertos que los mismos historiadores no van a poder tener jamás y eso es lo interesante. Es una visión de una Patria como la que nosotros tenemos, y no porque yo quiera mucho a México, sino porque este es un País fascinante", indicó Olvera. "Creo que esa es la importancia de este libro; el que se pueda ver todo lo que nos han contado desde otro ángulo, lo que nos han dicho de la historia, hasta los mismos gobernantes", agregó el intérprete de Arde el cielo. Para el vocalista de Máná, existen algunos poemas en el libro, que son sus favoritos. "En el poema de Jorge Esquinca, ‘El lazo y la trampa’, hay una frase: ‘País dormido entre volcanes’, y te das cuenta de que (México) es un país que todavía no ha despertado, pero esa descripción es como decir va a despertar y va a pasar algo. Me gustó mucho también el de (José Emilio) Pacheco, ‘Alta traición’, un poema muy célebre, que hizo en el año 66", comentó Olvera. "Creo que con el libro, que si lo lee un extranjero que se enamora de nuestro País, que hay muchos, 2288

quisiera conocer más de la historia, en vez de leer a (Enrique) Krauze, que lo puede leer, pero si lee esto le da una perspectiva de ‘puta madre’, perdón por la palabra, es otra cosa. Es el pensamiento a través del corazón; esto no lo lees en un libro de historia", enfatizó. País de sombra y fuego contiene 34 poemas, de los cuales sólo cuatro o cinco ya son conocidos, pues algunos fueron publicados en libros, revistas y en blogs de Internet. El prólogo está escrito por José Emilio Pacheco. Ritmoson, 29 de noviembre de 2010

PPO OEET TA ASS D DEE LLA AG GEEN NEER RA ACCIIÓ ÓN ND DEELL 6600 JJoorrggee ZZaavvaalleettaa AAlleeggrree Los países sin Revolución Industrial fueron ubicados en el Tercer Mundo. La Revolución Cubana, la guerra de Corea, el asesinato de Kennedy y la Alianza para el Progreso, la guerra de Vietnam, el Movimiento Hippie, el mayo francés, el estilo americano y la sociedad de consumo, la Primavera de Praga, El Vaticano con la Teología de la Liberación y la Misión Apolo XI para llegar a la luna, fueron acontecimientos que marcaron los años sesenta a la narrativa y la poesía latinoamericana bajo un signo ideológico. Recordando ese contexto se realizó ls noche del 27 de octubre el homenaje a los Poetas de la Generación del 60, organizado por la Asociación de Amigos de la Biblioteca Nacional - AABNP, como parte de su programa 2010. Participaron Graciela Briceño, Arturo Corcuera, Rodolfo Hinostroza, Pedro Morote, la novelista y dramaturga Maritza Núñez, en representación de su madre Carmen Luz Bejarano y el literato Richard Cacchione, como director de mesa, quienes revelaron testimonios poco conocidos, leyeron sus poemas, anunciaron próximos poemarios, comentaron las intervenciones del público. eellp pooeem maasseemmiinnaall 114477//nnoovv..22001100


Los expositores convocados, destacaron las obras de Luis Hernández y especialmente a Javier Heraud, paradigma generacional, guerrillero que murió en mayo de 1953 en la selva peruana. También fue destacada la creación de César Calvo, Marco Martos y otros, revalorando sus modelos y formas. La Generación del 60, según las antologías más rigurosas, presentada por la AABNP, comprende a Bejarano Carmen Luz, Briceño Graciela; Calvo César, Carnero Roqué Germán, Cisneros Antonio, Guizado Hol Carmen, Heraud Javier; Hernández Luis, Hinostroza Rodolfo, Lauer Mirko, Martos Marco, Morote Pedro, Naranjo Reynaldo, Ojeda Juan, Orrillo Winston, Pantigoso Manuel, Pérez Grande Hildebrando, Zegarra Diez Canseco Gloria, Desde España, Elga Reátegui, con sus 43 años de edad, autora del reciente poemario “En Mi Piel” reflexiona que la tipología del poeta tradicional ha cambiado. Ya no es el sufrido, incomprendido, pesimista, bohemio, y suicida. Todo lo contrario, es un hombre o una mujer que lucha y se manifiesta bajo otras modalidades, con las herramientas que le proporciona un mundo globalizado. Que anhela su bienestar propio y colectivo, y que es creativo consigo mismo, se reinventa y está más receptivo a las necesidades de una sociedad cambiante. No obstante la marcada diferencia con la Generación del 60, Elga Reátegui mantiene viva su admiración a aquellas generaciones que convivieron con circunstancias políticas y económicas extremas; saluda la perseverancia y la consecuencia de tantos escritores que no se marcharon del país, y continuaron haciéndole frente al autoritarismo y el abuso…” La poesía de hoy, en palabras de Elga y otros creadores- no tiene una ideología política y es menos grupal; ven que se hace poesía - buena poesía- pero de manera individual. Está muy presente conceptos como el Mario Vargas Llosa, quien en alguna oportunidad dijo que “la individualidad era la cantera de la creatividad” El 27 de setiembre fueron homenajeadas las poetas de la Generación del 50. Este miércoles 24 de Noviembre, el homenaje será para los Poetas de la Generación del 70. Y en Enero próximo para la Generación de los 80. El Mercurio Digital, 8 de noviembre de 2010 2299

““EELL T TR RA AB BA AJJO OD DEELL PPO OEET TA AN NO O EESS EELL D DEELL A ASST TR RO O PPO OPP””:: EED DU UA AR RD DO O EESSPPIIN NA A El poeta y crítico uruguayo, quien estuvo en Guayaquil para la Feria del Libro, habla sobre su oficio. Nacido en Montevideo, en 1954, Eduardo Espina es uno de los poetas latinoamericanos más respetados por sus compañeros de oficio. Sobre su obra han opinado autores tan distintos estilísticamente -aunque todos de renombre continental- como José Kozer, Álvaro Mutis, Néstor Perlongher, José Emilio Pacheco, Marosa Di Giorgo o Carlos Germán Belli. Doctor en Filosofía por la Universidad de Washington en St. Louis, ha sido profesor de poesía contemporánea en Estados Unidos y México, además de haber obtenido varios premios. Estuvo en Guayaquil hace unos días, como invitado a la Feria del Libro, y conversó sobre su labor poética. Usted es asociado históricamente con el movimiento neobarroco, en cuanto a su trabajo lírico, y es, además, catedrático universitario en Estados Unidos y un reconocido ensayista de temas de literatura y cultura... A veces parecería que la academia norteamericana mantiene un acercamiento más sostenido y profundo hacia la poesía latinoamericana que nuestra propia academia. ¿Es así? Por otro lado, ¿cómo le ha ayudado su experiencia a pensar si, desde la crítica, tienen aún vigencia ciertos membretes generacionales o escuelas como el mismo neobarroco?... Creo que el mundo hispano no tiene un corpus crítico sólido. Lo que encontramos son poetas escribiendo sobre otros poetas. En el mundo anglosajón, por el contrario, hallamos críticos -por solo mencionar a Marjorie Perloff, Harold Bloom, entre otros- que no solo han escrito circunstancialmente sobre la poesía, sino que se eellp pooeem maasseemmiinnaall 114477//nnoovv..22001100


han dedicado a estudiarla sostenidamente. No creo que se pueda hablar con criterio de una poesía continental, cuando en la parte crítica seguimos en pañales. Aquí es todo bastante intuitivo. “En la poesía norteamericana vemos, a partir de Eliot, que la escritura es, sobre todo, un acto de inteligencia” Te pongo el caso que vos mencionás, el del Neobarroco: te pueden hablar sobre aquello porque de repente les interesó, pero al no haber investigación sostenida de por medio te sueltan que Lezama Lima es el primer neobarroco, sin fijarse, por ejemplo, que ya en el siglo XIX, en la poesía gauchesca de Hilario Ascásubi, podemos encontrar elementos que nos podrían permitir hablar de una suerte de neobarroco oral hispanoamericano; así como, luego, hay elementos que van en ese sentido en la poesía de Julio Herrera y Reissig. Y si hablamos de las apuestas arriesgadas, déjame contarte una anécdota: Francisco Acuña de Figueroa, autor de la letra del himno nacional uruguayo, escribió un libro entero en celebración del falo... Pocos saben de eso, y es que aquí está todo por “historiorizarse”... Por eso, a nosotros nos resulta bastante extraño el hecho de que los anglosajones tengan un respeto tan grande no solo por nuestra poesía, sino por la propia obra escrita en inglés. Los norteamericanos tienen importantísimos archivos, en distintos formatos, del trabajo de sus poetas; así como innumerables revistas académicas. ¿Qué autores y líneas poéticas concretas de la literatura norteamericana, entonces, le han interesado de manera más profunda? Me fui a Estados Unidos por una casualidad histórica. Había traducido unos poemas de William Carlos Williams, y a raíz de aquello, el agregado cultural de la embajada estadounidense -figura que yo no sabía que existía- me invitó al programa de escritores de la Universidad de Iowa; o sea que mi trabajo con la poesía norteamericana viene incluso desde antes de llegar al país. Llevo tiempo trabajando en ver cómo se ha dado la relación en la modernidad entre el discurso poético norteamericano y el hispanoamericano. Me interesa, en los autores estadounidenses, la inteligencia del lenguaje. Ocurre que en la poesía hispanoamericana ha sido una constante la 3300

necesidad de emocionar inmediatamente al lector; mientras que en la norteamericana, a partir de Eliot -que es el primer escritor moderno de la lengua inglesa, cuando en 1911 empieza a escribir “La canción de amor de Alfred J. Prufrock”- vemos que la poesía es, sobre todo, un acto de inteligencia. Obviamente, en cuanto a los resultados estéticos de este pensamiento poético, existen distintas variaciones. El coloquialismo de William Carlos Williams; el tono un tanto metafísico de Wallace Stevens; el objetivismo de Zukofsky o George Oppen... Su poesía es, en ese sentido -el de la tradición de la inteligencia del lenguaje- abigarrada y difícil; cabría pensar que lejos está del anhelo acuñado por Machado de “escribir para toda la gente”; o la intervención, si no masiva, sí multitudinaria, a lo Maiakovski... Yo creo que ningún matemático que descubre una fórmula o prueba un teorema sale a la calle a decir “miren lo que hice”. En ese sentido, el trabajo del poeta no es el del cantante pop ni el del político. Creo que, en todo caso, hay que elevar, no igualar hacia abajo. Volviendo al caso de Eliot: cuando está escribiendo La tierra baldía, posee una autoconciencia de que el lector debería ser desafiado; de que el objetivo no es generar una comunicación cerrada y directa... comunicación que, entre otras cosas, no logramos ni ante las cosas fundamentales de la vida, que son el amor y la muerte. Si una mujer te dice que está enamorada de vos, difícilmente podrá definir, a ciencia cierta, el porqué. Así mismo, aceptamos la muerte sabiendo que la respuesta ante el porqué es inexistente. “Todos esos poetas que dicen: ‘yo no leo mucho, pero escribo mucho’, no son, por lo general, muy buenos” La poesía, entonces, no genera respuestas, sino efectos. Momentos en que el pensamiento se llena de inquietudes que antes no estaban allí. A veces nos enfrentamos a un texto de amor en el que reconocemos los mismos sentimientos que podemos haber tenido en un momento determinado y, al mismo tiempo, permanecemos casi indiferentes ante ese trabajo, quizás porque lo entendemos demasiado. Pero cuando hay desafío, cuando hay enigma, la admiración permanece por años. eellp pooeem maasseemmiinnaall 114477//nnoovv..22001100


El tema que me interesa más es, en fin, el del pensamiento poético. El ver cómo se da la creación. Los lugares que ocupa el lenguaje cuando está pensando en términos líricos. Los grandes filósofos han sido grandes escritores; y los poetas lo que hacen es desarrollar desde un punto de vista analógico, imaginativo, los mismos dilemas que los filósofos. Es decir, los resuelven por otro camino. La conciliación es natural. Ha expresado en reiteradas ocasiones que el mayor desafío de un poeta es el hallazgo de su propia voz... ¿cómo ocurrió eso en su caso? Creo que esto le debe haber pasado a todo el mundo (aunque muchos no querrán reconocerlo): envidiar el poema de otro. Es una sensación de familiaridad. De repente uno encuentra que está dialogando con alguien que murió hace cuatrocientos años, y que ese alguien podría haber sido uno. Lo más difícil es distanciarse de esa admiración; del encandilamiento ante la grandeza de otro. Y con esto quiero decir, también, que no se puede escribir sin leer. Todos esos poetas que dicen: “yo no leo mucho, pero escribo mucho”, no son, por lo general, muy buenos. De hecho, son muy malos. Pero en fin, uno comienza escribiendo porque tiene algo para decir; lo difícil es, luego, encontrar una voz propia. Hay poetas que pasan años escribiendo bien, pero sin que esa voz propia madure. A principio de la década del ochenta, después de haber pasado un semestre en Iowa, volví a leer lo poco que tenía escrito, y empecé a tener un distanciamiento con ciertas cosas. La sintaxis me llevó por otro camino. En 1982, cuando en el Río de la Plata una gran cantidad de poetas ganaba premios con otras estéticas; y cuando publico Valores personales -que es mi primer libro-, no supe si eso era bueno o malo, pero sentí que nadie había hecho algo parecido. Luego empiezo a tener la relación personal con Néstor Perlongher, que me entendió... Después vino otro desafío: cómo reafirmarme en esa elección, pero sin estancarme. Y en eso sigo. El Telégrafo, Ecuador, 30 de octubre de 2010

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A APPA AR REECCEE LLA A CCO OLLEECCCCIIÓ ÓN N D O S C I E N T O S A Ñ O S D E P DOSCIENTOS AÑOS DE PO OEESSÍÍA A M MEEXXIICCA AN NA A PPU UB BLLIICCA AD DA A PPO OR R EELL IIN NSST TIIT TU UT TO OT TLLA AXXCCA ALLT TEECCA AD DEE LLA A CCU L T U R A Y E L C O N A C U L T A ULTURA Y EL CONACULTA

En el marco de los festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana se presentará el próximo lunes 22 de noviembre la Colección Doscientos años de poesía mexicana, integrada por veinte títulos antológicos, que abarcan la poesía escrita en México entre 1810 y 2010. La colección, que estuvo a cargo del poeta Jair Cortés y de la lingüista Berenice Huerta, contiene una muestra poética de 164 autores mexicanos distribuida en diversos títulos, entre los que destaca la inclusión de 23 poetas tlaxcaltecas. “La colección Doscientos años de poesía mexicana, -dice Alfredo Vázquez Galicia, director del ITC- pone al alcance de nuevas generaciones de lectores una visión panorámica de las obras más representativas de los poetas mexicanos desde el nacimiento del México independiente hasta nuestros días. En esta colección, el lector encontrará la enorme riqueza temática y formal que nuestros poetas han vertido en su obra y que revelan, desde diversos ángulos y voces, la sustancia del ser mexicano a través de la más alta expresión de la lengua: la poesía”. Respecto a esta colección Jair Cortés señaló: “Este es un proyecto en el que hemos trabajado durante varios años, mismo que se dividió en diferentes partes: investigación, selección y lectura crítica. Concluir y publicar este trabajo nos ofrece una verdadera lección: la poesía mexicana y los diversos rumbos que ha tomado son también manifestaciones de las preocupaciones de nuestra nación como sociedad; México habla aquí a través de sus poetas”. eellp pooeem maasseemmiinnaall 114477//nnoovv..22001100


Por su lado, Berenice Huerta, comentó: “Quien se acerque a la colección Doscientos años de poesía mexicana podrá ser testigo de la riqueza de nuestra poesía, de sus influencias y aportaciones, de su intervención en momentos decisivos de la historia y, sobre todo, de la construcción de un lenguaje propio que da como resultado una identidad y una experiencia estética”. Algunos de los poetas incluidos son Francisco Manuel de Tagle, Francisco González Bocanegra, Vicente Riva Palacio, Manuel Acuña, Juan de Dios Peza, Luis G. Urbina, Amado Nervo, María Enriqueta, Ramón López Velarde, Carlos Pellicer, José Gorostiza, Concha Urquiza, Guadalupe Amor, Octavio Paz, Jaime Sabines, José Emilio Pacheco, Renato Leduc, José Carlos Becerra, Ricardo Yáñez, Verónica Volkow, Jorge Fernández Granados, Roxana Elvridge-Thomas, Mario Bojórquez, Rogelio Guedea, Ricardo Venegas, Pablo Molinet y Alí Calderón; así como poetas tlaxcaltecas: José M. Durán, Raziel Cabildo, Enriqueta Sehara, Miguel N. Lira, Crisnato Cuéllar Abaroa, Juventino Sánchez de la Vega, Citllali H. Xochitiotzin, José Javier Reyes, Alán Cervantes, Marisol Nava, Minerva Aguilar Temoltzin, Gerardo Flores y Karen Villeda, entre otros muchos más poetas. Jair Cortés nació en Calpulalpan, Tlaxcala, en 1977; es poeta, traductor y ensayista. Ha recibido las becas más importantes de México. Su obra ha sido incluida en diversas antologías de poesía mexicana y latinoamericana. Juntó con Rogelio Guedea preparó y prologó el libro A contraluz. Poéticas y reflexiones de la poesía mexicana reciente (2005). Autor de los libros A la luz de la sangre (1999), Tormental (2001), Contramor (2003) y Caza (Premio Nacional de Poesía “Efraín Huerta” 2006). Es autor de la columna Vecinos verbales de la revista electrónica Cronópios, en Brasil, donde habla de poesía mexicana. Actulamente cursa la mestría en Literatura mexicana (BUAP). Berenice Huerta nació en Tlaxcala, Tlaxcala, en 1975; es licenciada en Lingüística Aplicada por la 3322

Universidad Autónoma de Tlaxcala. Becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Tlaxcala (2002 y 2009). Ha publicado diversas traducciones en revistas y suplementos culturales del país y del extranjero. Ha traducido del portugués al español los libros de poesía Distancia de Virna Teixeira (2007) y La Flor de Abisinia de Adriana Zaparolli (Brasil, 2007). Ha participado en congresos y foros nacionales e internacionales como traductora e investigadora. Actualmente cursa la Maestría en Literatura Mexicana (BUAP). La Colección Doscientos años de poesía mexicana, veinte títulos antológicos cuyo tiraje fue de 2000 ejemplares, será presentada el próximo lunes 22 de noviembre a las 18:00 horas en el teatro Xicohténcatl, por Alí Calderón, Alán Cervantes, Ricardo Venegas, Alfredo Vázquez Galicia, Berenice Huerta y Jair Cortés. Los asistentes a esta presentación recibirán como obsequio una colección de poesía. Noticias Vive Tlaxcala, 19 de noviembre de 2010

N NO O VV EE D DA AD D EE SS SSII RRÍÍEE EELL EEM MPPEERRAAD DO ORR,, D DEE CCO OR RA ALL B BR RA ACCH HO O M Mééxxiiccoo,, EErraa,, 22001100

Si ríe el emperador es, hasta ahora, la muestra más orgánica, desconcertante y poderosa de una voluntad poética que se despliega en numerosas e imprevisibles transformaciones. Bracho retoma aquí el impulso, el aliento vital y la materialidad de sus primeros libros; se adentra en hábitats naturales, pero también se remonta al páramo de la política. En tiempos sin cabeza, sin leyes ni mitologías como los que corren, nos ofrece esta rigurosa y delicada fábula de un animal salvaje, en peligro de extinción, llamado País. Ninguna labor poética podría ser más estricta, arrojada y puntual. Si ríe el emperador es el testimonio urgente de una de las voces centrales de la poesía mexicana. eellp pooeem maasseemmiinnaall 114477//nnoovv..22001100


D DIIM MÉÉ D DÓ ÓN ND DEE,, EEN NQ QU UÉÉ PPAAÍÍSS,, D E M A R C O A N T O N I DE MARCO ANTONIO O CCA AM MPPO OSS M Maaddrriidd,, VViissoorr,, 22001100

Temprano, Marco Antonio Campos (Ciudad de México, 1949) se dio a las andadas. En la extensión del término esto quiere decir que le dio por beberse los libros necesarios, gastar la suela de los zapatos recorriendo calles de ciudades lejanas, aproximándose al discurso de otras voces, ya como traductor, ya como entrevistador, ya con la camiseta de promotor y editor. Poeta de soledad y de melancolía temprana, su poesía nos habla de un México que prácticamente ya no existe, a no ser en la memoria del poeta. Durante décadas nos ha regalado sus versiones de Arthur Rimbaud, André Gide, Antonin Artaud, Georg Trakl, Umberto Saba, Salvatore Quasimodo y Carlos Drummond de Andrade, entre otros. Premio Diana Moreno Toscano 1972, La Red de Jonás 1989, Xavier Villaurrutia 1992, Casa América de Poesía 2007 y del Tren de Poesía 2008, su artillería incluye además cuento, novela, ensayo e investigación literaria. En El forastero en la tierra (El Tucán de Virginia, 2007) recopila su poesía, escrita entre 1970 y 2006.

VVIIEEN NTTO OQ QU UEEBBRRAAD DO O.. PPO OEESSÍÍAA RREEU UN NIID DAA,, D DEE D DO OLLO OR REESS CCA ASST TR RO O

M Mééxxiiccoo,, FFoonnddoo ddee CCuullttuurraa EEccoonnóóm miiccaa,, 22001100 En la poesía de Dolores Castro puede observarse un estilo que une sencillez, brevedad, precisión y una depuración de vocablos, donde el lenguaje ocupa un lugar especial y la escritura es un proceso para descubrir el entorno cotidiano del hombre y su espíritu trascendente. En esta antología, el lector encontrará poemas como “El 3333

corazón transfigurado” (1949), “Soles” (1977) e “Íntimos huéspedes” (2004), donde la autora, parte del grupo Ocho Poetas Mexicanos, refleja las pasiones más salvajes.

LLU UZZ D DEE LLAA M MAATTEERRIIAA,, D DEE M MA ALLVVA A FFLLO OR REESS M Mééxxiiccoo,, EErraa,, 22001100

Instantáneas invadidas por la luz, atravesadas por el viento, fijadas por la gravedad de las piedras: este nuevo libro de Malva Flores es un asedio a la piel del mundo, materia que los ojos de la poeta reconocen como perfectamente visible, aunque muchos la dejen de ver. Y la materia, iluminada por dentro, le devuelve a la poeta el reflejo de sí misma, de tal manera que al nombrar el mundo (árboles, papalotes, niños, playas) se autorretrata, como sucede siempre con la buena poesía. La luz de la materia es un libro de reflejos y ecos entre el poeta y la cosa. Cuando dice yo, también dice aquello. Y cuando dice aquello dice yo. El ritmo que produce esa correspondencia tiene su nombre, poesía, y una voz, la de Malva Flores.

LLAASS AALLAASS D DEE LLAA PPAALLAABBRRAA,, D DEE M MA AR RCCO O A AN NT TO ON NIIO OM MO ON NT TEESS D DEE O OCCA A

M Mééxxiiccoo,, FFoonnddoo ddee CCuullttuurraa EEccoonnóóm miiccaa,, 22001100 Con prólogo de Víctor Mendiola, este libro reúne tres poemarios inéditos del autor de Contrapunto de la fe: el que da título al volumen, además de Sucesiones y otros poemas y Hacia un mediodía secreto, los cuales confirman la imaginería desatada que caracterizó a este autor, uno de los más importantes de la lírica mexicana actual. Sobre el estilo de estos poemas, escribe Mendiola: “Todo exactamente igual como cuando escribió Ruina de la infame Babilonia eellp pooeem maasseemmiinnaall 114477//nnoovv..22001100


o como cuando escribió, ya convertido en un poeta admirado, Las fuentes legendarias”.

TTAAN N LLEEJJO OSS D DEE D DIIO OSS ((PPO OEESSÍÍAA M MEEXXIICCAAN NAA EEN N LLAA FFRRO ON NTTEERRAA N NO ORRTTEE)),, U B E R T O S T Á B I L E ( E D . ) UBERTO STÁBILE (ED.)

M Mééxxiiccoo--TTeenneerriiffee,, UUN NAAM M--BBaaiillee ddeell SSooll,, 22001100 “... He buscado, más que a los poetas, aquellos poemas que vertieran luz sobre el propósito del libro, componer un gran mosaico del complejo e intenso mundo que rodea este territorio, en ocasiones salvaje y siempre extremo, auténtico paradigma de la globalización que padecemos. Estos poemas pueden leerse como un sólo y poliédrico paisaje, una mirada conjunta y plural sobre la turbadora, y nunca exacta, medida de las cosas, un territorio tan sublime como a veces cruel con sus pobladores. Es al mismo tiempo un testimonio de los paisajes humanos y físicos que lo dibujan, y una crónica íntima y emocional de cuantos hombres y mujeres transitan por sus encrucijadas.” “...Tan lejos de Dios habla de las raíces indígenas, del mestizaje, del lejano y salvaje oeste, de la migración y la frontera, habla mucho del desierto y desde el desierto, habla de la familia, de los abuelos, de los ancestros y habla de las soledad de las ciudades, habla de la revolución y de la música de quienes la siguen creyendo, habla de la colonización de las costumbres y habla de la muerte pura y dura, de las maquiladoras y de las mujeres de Ciudad

Juárez, habla de las mujeres en cualquier rincón de México, desde los infiernos domésticos a las trincheras públicas, habla del narcotráfico y de la corrupción que asola las ciudades, habla de armas y habla de amor, de una sociedad que día a día se reinventa para seguir viviendo, pero además, y sobre todo, nos habla de una poesía llena de fuerza y vitalidad, ese viento del norte que parece haber roto definitivamente y con voz propia el aislamiento al que parecía condenado.” Autores antologados: Alejandra Peart, Alfredo Espinosa, Amaranta Caballero, Ángel Sánchez Gómez, Antonio Reyes Cortés, Armando Alanís Pulido, Arminé Arjona, Arnulfo Vigil, Bibiana Padilla, Buba Alarcón, Carlos Reyes Ávila, Carlos Velázquez, Carmen Ávila, César Silva Márquez, Claudia Berrueto, Claudia Luna Fuentes, Cristina Rascón Castro, Cristina Rivera Garza, Dante Salgado, Dolores Dorantes, Edgar Rincón Luna, Enrique Cortázar, Federico Corral Vallejo, Felipe Montes, Francisco J. Bustos, Gabriel Trujillo Muñoz, Gabriela Erandi Rico, Heriberto Yépez, Isabel Medrano, Ivonne Gómez Ledezma, Jaime Muñoz Vargas, Javier Acosta, Joel Plata, Johnnatan Curiel, Jorge Valdés Díaz-Vélez, José Ángel Leyva, José Chapa, José Eugenio Sánchez, José Vicente Anaya, Juan Armando Rojas Joo, Juan José Amador, Julián Herbert, Laura Jáuregui Murueta, Lucila Villa, Luis Cortes Bargalló, Luis Javier Alvarado, Luis Jorge Boone, Marco Antonio Huerta, Marco Antonio Jiménez, Margarito Cuéllar, Mariana Martínez Esténs, Mercedes Luna Fuentes, Miguel Ángel Chávez, Omar Bravo, Omar Pimienta, Óscar David López Cabello, Paty Blake, Raúl Acevedo Savín, Roberto Castillo, Rosina Conde, Sara Uribe, Sayak Valencia, Teresa Avedoy, Víctor Palomo.

Comité editorial luis alberto alfaro (costa rica)/ cruz benítez/ fabienne bradu/ sergio cárdenas/ luis cortés bargalló/ miguel jorge castillo/ evodio escalante/ julio césar félix/ alfredo giles-díaz/ jesús gómez morán/ armando gonzález torres/ saúl ibargoyen/ josé kozer (eu)/ eduardo langagne/ hernán lavín cerda/ lucía de luna/ floriano martins (brasil)/ josé manuel mateo/ santiago montobbio (españa)/ angelina muñiz-huberman/ jorge ortega (españa)/ armando oviedo/ george reyes (ecuador)/ manuel silva acevedo (chile)/ felipe vázquez/ óscar wong/ elsa zeferino/ editor web: ignacio simal (españa) coordinación: leopoldo cervantes-ortiz/ ricardo hernández echávarri

elpoemasem@yahoo.com.mx, elpoemaseminal2010@yahoo.com.mx, correodepoesia@yahoo.com.mx

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