OP 2014-2

Page 1

aa rr tt íí cc uu ll oo ss _________________________________

3

artículos/ ensayos/ noticias

Fernando Irineo Q UIEREN MATAR A O CTAVIO PAZ ( OTRA VEZ )

_________________________________ Proyecto de elpoemaseminal para conmemorar y dar seguimiento puntual a los textos, celebraciones, actividades y todo lo relacionado con el centenario del nacimiento del poeta y ensayista Octavio Paz Lozano, Premio Nobel de Literatura 1990, en México y por todas partes. Se trata de una recopilación permanente de publicaciones. En 2014 también se conmemoran los centenarios de Julio Cortázar, Efraín Huerta, José Revueltas y José Revueltas, todos ellos amigos cercanos de Paz.

2

David Martín del Campo O CTAVIO, EFRAÍN Y J OSÉ

4

Jorge F. Hernández L A OLA DE PAZ 5 Silvia Isabel Gámez L AS CAUSAS DE ZAID Y PAZ 7 Peio H. Riaño 100 AÑOS DE PAZ 9 Julio Icaza Gallard CENTENARIO DE OCTAVIO PAZ

ee n n ss aa yy oo ss

10

Sergio Cárdenas PARA VIVIR EN UNA ISLA 13 Gabriel Zaid UN ESPÍRITU EXCEPCIONAL

n n oo tt ii cc ii aa ss

COMITÉ

EDITORIAL

Sergio Cárdenas Adolfo Castañón Leopoldo Cervantes-Ortiz (coord.) Julio César Félix Ricardo Hernández Echávarri Eduardo Langagne Santiago Montobbio Angelina Muñiz-Huberman

1166--3311 ddee eenneerroo ddee 22001144 qquuiinncceennaarriioooopp22001144@ @ggm maaiill..ccoom m

15 Sonia Ávila

O CTAVIO PAZ, ATADO A SU ENTORNO 16 Atilio A. Boron JUAN GELMAN Y OCTAVIO PAZ 19 Adrián Figueroa F OMENTO A LECTURA Y HOMENAJES A PAZ, H UERTA , REVUELTAS … EN EL METRO 22 Fernando Díaz de Quijano O CTAVIO PAZ, DISCREPAR DISFRUTANDO


artículos

En un lapsus maravilloso la semana pasada mi madre preguntó “...¿y cómo crees que nos irá con este nuevo año de 1914?”; a lo que debí responder “de maravilla”. Cien años de bostezo, además que podríamos evitar la I Guerra Mundial y pertrecharnos mejor para la invasión yanqui del puerto de Veracruz. Año ése que fue crucial, por cierto, para las letras nacionales porque nacieron, ni más ni menos, que Octavio Paz (31 de marzo), Efraín Huerta (18 de junio) y José Revueltas (20 de noviembre). La epifanía obliga al recuerdo de aquellos tres reyes que llegaron de Oriente guiados por la estrella de Belem, y los millares de globos que inundaron los cielos con cartitas de candorosa ilusión. Y como aquella tercia hoy se hacen presentes los ya centenarios Octavio, Efraín y José, que cimbraron nuestras letras con algo más que incienso y mirra. Cada uno a su modo cumplió con talento su visión del arte y eso que se daba en llamar el “compromiso” del escritor. Los tres formaron una constelación que hoy se antoja equidistante y que en su momento permitió órbitas de aproximación. Su juventud coincidió con la forja del Régimen (entonces del Partido de la Revolución Mexicana) y en el plano internacional con el ascenso

del nazi-fascismo, por una parte, y la hegemonía del estalinismo en la mitad del orbe. Fue la marca de su generación. Octavio Paz estaría destinado a erigirse como el intelectual más notable del siglo 20 mexicano, vinculando su pensamiento a las vanguardias que afloraban principalmente en Europa. Efraín Huerta, subyugado por el ejercicio cotidiano del periodismo (fue articulista e incluso crítico de cine), supo sobreponerse al plomo del linotipo al erigirse como el poeta de mayor hondura lírica de su tiempo. José Revueltas fue caso aparte; desde muy joven vivió las rispideces de la militancia comunista al tiempo que escribía relatos de profunda desesperación humana (vinculados con el existencialismo en boga). A Paz lo saludé una sola vez. Fue en 1992, en la presentación del libro que Felipe Gálvez preparó sobre su padre, Octavio Paz Solórzano. En esa ocasión me permití asestarle una de mis novelas, a lo que él respondió con toda diplomacia: “me han hablado muy bien de su libro”. Ni modo de recordarle que yo era el jovenzuelo que acudía con mis reportajes a Revista de Revistas (que dirigía Vicente Leñero), en la oficina adjunta a la revista Plural, donde él despachaba, a veces solo, y que al verme pasar simplemente sonreía. A Efraín lo queríamos por su infinito enamoramiento; además de que era un enjundioso porrista del Atlante. Usaba un elegante gazné que disimulaba la cirugía que le había cercenado la laringe, y así se presentaba en los festivales del Partido Comunista: sonriente y tristemente silencioso. Era un “hombre del alba”, explorando el polvo de la ciudad, y que amaba como pocos a las mujeres. Además militaba en el “cocodrilismo”, que provocaba las misteriosas lágrimas previas al ataque de su presa minifaldosa. Abrevaba en la sensualidad de Carlos Pellicer, en el cinismo lúbrico de Renato Leduc, en los éxtasis amorosos de Jaime Sabines. “Vive despacio, amor, y déjame beber, muerto de ansia, dolorido y ardiente...”. Con José Revueltas sí cultivé una cierta amistad. Lo visitábamos en su apartamento de Insurgentes donde nos convidaba algún vaso de vino blanco; lo único que le permitían ya los médicos. Recordaba sus días en las Islas Marías y su expulsión del Partido. Eso conjugado terminó con sus días: el alcoholismo, los años de prisión, la angustia. Hoy cumplirían los tres cien años, quizá demasiados, y por fortuna siguen vivos entre nosotros. www.am.com.mx/notareforma/3924

2


A finales del siglo IX el Papa Esteban VI decidió someter a juicio a uno de sus antecesores, Formoso. El problema es que el pontífice acusado ya había muerto; esto no representó obstáculo para juzgarlo, se le desenterró, vistió con ornamentos propios de su grado jerárquico y se convocó a un sínodo, que fue conocido como “sínodo del cadáver”, para interrogarlo y posteriormente condenarlo. La anécdota puede resultar graciosa, incluso absurda: festín para los jacobinos. En nuestro tiempo, al alcance de las redes sociales, se encuentran formas menos físicas de linchamiento pero no por ello lejos de ser perversas y violentas. Quisiera hablar de la persecución que se da a Octavio Paz y a la reluctancia por festejar su centenario. Principalmente quisiera cuestionar el interés por eliminar todo rastro del poeta a causa de su ideología política, la cual, aunque estuvo acompañada de complicidad con el furor galopante del neoliberalismo, fue en gran medida una actitud crítica frente a los sistemas que no se presentaban con plena autenticidad. Estos meses he leído comentarios, preludios a la celebración del centenario del poeta de Mixcoac, algunos con argumentos viscerales y supuestos fantasiosos donde lo llaman “publicista del capitalismo” y

otros sobrenombres que parecen más insultos que análisis de su actuar ideológico. Hace poco alguien hacía la diferencia entre Juan Gelman y Octavio Paz, al primero lo colocaban como infatigable defensor de las causas del pueblo (lo cual es cierto) y al segundo como un vendido del imperialismo. Lo único que el articulista parecía no advertir es que ambos son poetas y sus versos, lejos de su participación en la construcción del México socialista o capitalista, son productos artísticos de altísimo nivel. ¿Por qué marcar las diferencias cuando nos podemos encontrar en el arte? ¿Por qué seguir insistiendo en que el arte tiene que sumergirse en la acción política? Estoy de acuerdo en apoyar la liberación de la humanidad a través del arte, estoy a favor de no prostituir el talento en aras a potenciar el consumo. Por tanto, ¿por qué juzgar con tanta severidad a Paz cuando solamente se movió por un ideal que era el pensamiento crítico? E iré más lejos: ¿Por qué condenar su obra literaria solamente por las preferencias políticas del autor? ¿Por qué sentenciar al pueblo a alejarse de sus escritos? ¿Por qué no permitir que sean sus lectores quienes lo juzguen y no quienes no lo han leído y vociferan mentiras basados en su estrechez artística? Es obsecuente y carente de toda reflexión pensar que memorizar un poema de Paz es apoyar el régimen del PRI. Leer a Paz, entender México a través del arte que generó, de las formas que evocó y dibujó desde una originalidad innegable, no es traicionar nuestra lucha por un país libre, es valorar la obra excepcional de un hombre que comparte nuestro origen. De la filosofía política de Octavio Paz rescato un elemento primordial: la crítica. Durante muchos años se opuso a los totalitarismos, tuvieran el rostro que tuvieran, estuvo en contra del franquismo y también de los excesos en el estalinismo. Logró ver más a fondo las realidades históricas, no se dejó arrastrar por la emotividad que podía representar un sistema frente a otro. ¿Ya olvidaron los inicios de Paz? Paz el constructor de escuelas para campesinos mayas, Paz el joven poeta antifascista, Paz el embajador de México en la India que renuncia como reacción a la matanza de Tlatelolco: “No puedo seguir sirviendo a un régimen de asesinos”. Y sí, entiendo que cambió de postura, que muchos consideran traición porque se adhirió al equipo de los neoliberales, que calló muchas veces cuando debió haber levantado la voz o la Palabra y hasta sufrió los embates de su decisión cuando le rebatió Carlos Monsiváis el escepticismo sobre una izquierda mexicana. Pero el aspecto crítico de Paz jamás cesó. Tal vez como muchos y muchas se rindió, eso quiero pensar: la inconformidad al darse cuenta que ninguna propuesta de método político y económico transformaría el mundo lo llevó a

3


centrarse en analizar la realidad e intentar encontrar puntos de convergencia como solución. Pero Paz fue un poeta, no un estadista y si quiso la autonomía para el arte fue, precisamente, para no convertir sus letras en dictados de fuerzas superiores. Creo que hay motivos para celebrar al poeta Octavio Paz, el primero es su obra y el segundo un legado universal de pensamiento crítico que dejó como huella para las personas mexicanas. No debemos caer en la provocación de maldecir el nombre de un muerto, de ponerle exóticos denuestos y convertirnos en abucheadores fundamentalistas, como burócratas neoliberales. Recuerdo que un político de derecha me insultó una vez (o intentó hacerlo) cuando me vio saludar con afecto a Andrés Manuel López Obrador, la ofensa consistió en gritarme: “¡Asesino de bebés!”. Situación que provocó en mí más risa que indignación. Permitan que las nuevas generaciones conozcamos a Paz y tengamos un juicio personal sobre sus creaciones artísticas, no insulten a los muertos que ya no pueden defenderse y no busquen asesinarlo otra vez porque entonces se convertirán en partidarios de lo que critican, serán fascistas de la peor clase: fascistas del arte. www.sdpnoticias.com/columnas/2014 /01/20/quieren-matar-a-octavio-pazotra-vez

En 1949 Octavio Paz publicó un breve volumen de relatos en prosa titulado Arenas movedizas. Poeta hasta en sus ensayos, los cuentos reunidos en ese librito no niegan el oficio ni la luz que transpira un escritor al hilar sílabas imaginadas en verso. No sé si Arenas movedizas es más bien un cuaderno, de tres que quedaron reunidos en el libro ¿Águila o sol? publicado en 1951, en Fondo de Cultura Económica con varias ediciones y reimpresiones que afortunadamente dejan intacta la portada y tres ilustraciones obras de Rufino Tamayo. Lo cierto es que entre las movedizas arenas de estos poemas en prosa pura apareció el cuento “Mi vida con la ola”. Se trata de un magnífico relato con apenas siete páginas de extensión que narra la azarosa aventura de un bañista vacacional que sale del mar acompañado por una ola que se niega a despedirse de él. Emparentado con el mejor ánimo de los relatos fantásticos que nos embelesan como si fueran antojo y con evidentes ecos de toda la juguetería y neblina onírica del surrealismo, “Mi vida con la ola” pronto confunde al lector con los encantos femeninos del agua para hacernos leer que en realidad se podría tratar de una metáfora sobre la mujer y las relaciones imposibles, o bien cuando se enreda la espuma de su trama, en un relato sobre el desahucio de las parejas que se creían infalibles aun sabiendo que la navegación de ambas partes era divergente por definición. En alguna ocasión se me ocurrió comentarle que a mí me parecía que el cuento era entre otras cosas la bitácora de un divorcio y contestó “Eso es bastante obvio, ¿no le parece?” y sí, pero hace unos días escuché una nueva máxima de nuestros tiempos que afirma “Si realmente quieres conocer a alguien, divórciate de él o ella” y así, el cuento entreteje por párrafos la verdadera personalidad que lleva mojada en su alma la ola infatuada con un nadador que asume llevársela en tren de regreso a la ciudad donde vive y luego, acondicionar su casa para que sea el hogar de ambos, no sin antes haber pasado a la cárcel por habérsele ocurrido guardar a su nueva amiga ola en el depósito de agua potable para pasajeros del tren. Acusado de haber vertido sal en los bebederos el viajero es detenido, mientras a la ola la vaciaron en la caldera de la locomotora y pasa a convertirse en vapor y luego, leve llovizna sobre los lomos de los vagones hasta reconstituirse en la necia enamorada que atraviesa la ciudad al llegar y se aparece en casa de su nadador.

4


El cuento ofrece también otra lectura: la de imaginar que no es sólo metáfora de una mujer, con la que el amor se vuelve un juego, una creación perpetua. ¡Claro que lo es y más cuando el poeta narra casi en murmullo que: “Si la abrazaba, ella se erguía, increíblemente esbelta, como tallo líquido de un chopo; y de pronto esa delgadez florecía en un chorro de plumas blancas, en un penacho de risas que caían sobre mi cabeza y mi espalda y me cubrían de blancuras”, sino también una manera de hablarle al paisaje, al país de pecho descubierto que ilustraban en los antiguos libros de civismo como una dama erguida y soberbia, que se hace ovillo envuelta en las banderas y “humilde y transparente, echada a mis pies como un animalito, agua mansa”, tan transparente que parece que le leemos los pensamientos mejor que los políticos, la ojerosa y pintada Matria que muge y suspira, que ruge cuando se enoja, como “sujeta a la luna, las estrellas, al influjo de la luz de otros mundos, cambiaba de humor y de semblante de una manera que a mí me parecía fantástica, pero que era tal como la marea”. Escribe el poeta: “Nada conmueve tanto a las mujeres como la posibilidad de salvar a un hombre” y así parece que hay no pocos hombres que se conmueven convencidos de que pueden en verdad salvar a la Patria y así también, en el constante rumor de un vaivén a veces erótico y otras maternal, la vida con la ola pudiendo beberse como la utopía

perfecta de convivencia y salvoconducto de eternidades, se vuelve también una pesadilla posible, un mar que cabe en una cubeta o bien en toda la habitación y exige peces alquilados o caracoles y redes compradas en el mercado como escenarios de emergencia para evitar que intente huir por las ventanas o correr quién sabe hacia qué puertos por las tuberías, hasta que incluso el más paciente de los nadadores, el más solidario surfista sabe que siempre queda como solución la ley del hielo, el silencio total y la soledad de las partes que convierten en témpano al más ardiente corazón. Un cuento perfecto que pretende sumarse también al centenario del nacimiento de Octavio Paz y recordarle a sus lectores que hay poesía donde la palabra fluye como marea y duerme en las costas de nuestro paisaje más íntimo, a la orilla de las almohadas y se convierte en la espuma de la saliva donde depende de cada quien y su posibilidad plural para volverse entrelazados, juntos, una ola infinita convertida en horizonte, hecha silencio compartido, sinuosa, curva y plena, cabellera al vuelo, envueltos en música de un oleaje ya común o, por el contrario, la triste inundación de quienes sólo hablan de naufragios. En un país donde se ha instalado la dolorosa costumbre de repetir sin cesar las crecientes o decrecientes olas de violencia diversa, me parecía un alivio dedicarle estos párrafos a la Ola de Paz. http://internacional.elpais.com/internacional/2014/01/21/actualidad/13 90265028_509488.html

Poetas, intelectuales, polemistas. Octavio Paz y Gabriel Zaid forjaron una amistad que aún no ha encontrado a su biógrafo. Ambos representan al poeta que es, “que debe ser”, una voz imprescindible en la esfera pública, afirma Malva Flores. La autora de Viaje de 'Vuelta' no conoció a Paz ni conoce a Zaid, pero encuentra coincidencias en las causas que defendieron en las revistas Plural y Vuelta: “La libertad creadora, el combate al dogmatismo y a la banalización del arte y la literatura, la independencia del intelectual, la discusión sobre la política no sólo mexicana sino internacional”. En los días previos al lanzamiento de Vuelta en 1976, Paz aseguró que uno de sus objetivos era nombrar el mal y a los tiranos. Sus palabras, según Flores, tenían un blanco: Luis Echeverría, responsable del golpe a Excélsior, que derivó en la renuncia del equipo de Plural.

5


“Creo que Zaid nos ha enseñado a prevenirnos contra la simulación, mal mayor en el que yo reuniría muchos de los males que ha combatido”, afirma la poeta y ensayista. El crítico literario Fernando García Ramírez considera que Paz y Zaid compartieron la defensa de la poesía y la valentía al asumir sus posiciones. Otro rasgo es la independencia, dice, más radical en el escritor regiomontano que hoy cumple 80 años. Un primer paso para documentar la relación que unió a Zaid con el Nobel es la biografía Octavio Paz y su círculo intelectual, de Jaime Perales Contreras. En 1972, escribe el investigador, Paz pensó en crear un partido político independiente que recogiera la herencia del socialismo internacional y de la Revolución mexicana. Zaid fue el único que criticó esa opción. “Le aconsejó”, afirma en entrevista, “que concentrase sus fuerzas en la consolidación de Plural. Citaba a intelectuales como Manuel Gómez Morín y Vicente Lombardo Toledano, que habían fundado partidos políticos que en esa época habían logrado muy poco”. Las habilidades administrativas de Zaid, destaca Perales Contreras, contribuyeron a que Vuelta se consolidara como una empresa cultural. Sobre sus ensayos, recuerda que Mario Vargas Llosa escribió que contenían un “humorismo ácido”. “Es decir, la crítica de Gabriel Zaid es

disolvente”. Desde las páginas de la revista, señala Malva Flores, Zaid evidenció los costos y torpezas de la burocracia gubernamental encarnada en el PRI. “Zaid también representa”, agrega, “uno de los pilares de Vuelta: el que ve en la lectura, en los lectores, el principio de la conversación que anima a la cultura”. Falta indagar en las razones que alejaron a Zaid de Vuelta en 1992. García Ramírez fue testigo de una renuncia que tomó por sorpresa a Paz, pero que no alteró el “respeto absoluto” que ambos se tenían. En una carta reseñada por Perales Contreras en su biografía, García Ramírez escribe a Juan García Ponce que Zaid no quería que lo asociaran en una fórmula “Zaid-Vuelta-Paz-Televisa”, y sentía también que la revista había jugado un papel pasivo en las elecciones de 1988. En sus oficinas de Clío, el crítico literario considera que debió ser una percepción del momento, pues apenas conocía a Zaid. “De marzo de 1992 (cuando en Vuelta apareció el texto “Despedida” a Zaid) al fin de la revista, se publicaron allí más de 30 colaboraciones suyas”, advierte Flores. “Es cierto que Paz creyó en algunos aspectos modernizadores de la política del gobierno (de Carlos Salinas), lo que no implica que todos los colaboradores de Vuelta creyeran lo mismo”. Zaid no busca un reconocimiento público a sus ideas, sostiene García Ramírez. Y los gobiernos tampoco se lo han brindado. En 1988, cuando se creó el Fonca, Vuelta recordó que Zaid lo había propuesto 13 años antes en Plural en “Ideas para un fondo de las artes”. El subsidio a adultos mayores establecido en 2001 por el gobierno de López Obrador en el Distrito Federal, señala el crítico literario, está basado en El progreso improductivo. “El mayor reconocimiento es la viva discusión de su obra”, considera Flores, “la enorme cantidad de personas que han encontrado en su lectura (en Vuelta, Letras Libres, Reforma, Contenido) no sólo ideas para entender el mundo, sino para poner en práctica el sentido común. Los homenajes tienen un plazo; la lectura, no”. www.noticiasnet.mx/portal/literatura/cultura/191371-las-causas-dezaid-y-paz

6


Poeta antes que intelectual. Lo dijo una y mil veces. Y en sus poemas llamaba a la democracia y a la libertad. Fuera la disciplina que fuera, su dedicación y declaración fue la moral: de la política a la poética. Octavio Paz no mostró indiferencia ante los problemas políticos de su tiempo ni de su país, desde la crisis de la democracia imperial de los EEUU a la crisis del sistema ruso, la relación entre América del norte y América del sur, y el papel de Europa occidental. La herencia de Paz —que este año cumpliría 100 años— es una defensa sin concesiones del diálogo como base de la democracia. Pluralidad de opiniones, libertad crítica y una sociedad madura que asume estas dos premisas. Dentro y fuera de sus fronteras, entre países y entre pueblos de una misma nación. “Para nosotros, los E.U. son al mismo tiempo y sin contradicción, Goliat, Polifemo y Pantagruel”, escribió el autor mejicano en el ensayo Posdata (1969) como continuación de su primer trabajo de no ficción El laberinto de la soledad (1950). En los próximos días la comisión encargada de organizar las actividades en homenaje al Premio Nobel de Literatura de 1990 dará a conocer el programa al completo. Cerca de treinta instituciones y empresas participarán en él. El primer encuentro es en el Instituto

Cervantes, este miércoles, con una mesa redonda entre Juan Villoro y Fernando Savater. De momento, adelantamos las claves intelectuales del que es considerado el pensador más influyente del siglo XX, que reiteró la creencia en que sin democracia, ningún experimento social podría considerarse válido. El socialismo multiplica la lucha de clases Allí donde se pretendía hacer desaparecer la lucha de clases a base de socialismo, la lucha de clases se manifestó en su manera más cruel. A pesar de ello, Paz cree que el socialismo es la única salida racional a la crisis de valores que observaba en sus días. Qué habría dicho de hoy. El socialismo con el que le gusta identificarse es el inseparable de las libertades individuales, el del pluralismo democrático y el del respeto a las minorías. Digamos que el autor ve en éste un invento reparador de los estragos capitalistas. Ni iglesia, ni partido “Cuando repaso mi vida intelectual y política me doy cuenta de que buena parte de ella ha sido un diálogo con Marx y, sobre todo, con los marxismos. Leer a Marx refresca y vigoriza” [En Hombres en su siglo y otros ensayos] Una sociedad moderna y democrática no puede estar anclada en la Iglesia o el partido. Compara el cristianismo con el marxismo para mostrar cómo ambas conciben al hombre como una criatura y producto de las fuerzas divinas o de las fuerzas sociales. El hombre debe aceptar la voluntad de dios o de la historia. La historia es para Paz el vínculo entre cristianismo y marxismo, porque ambas doctrinas se identifican con el proceso histórico. La democracia, libertades y deberes Octavio Paz reconoce en las fronteras de las democracias capitalistas una preservación de las libertades. Más que al capitalismo, su defensa es a favor de la libertad. Porque asegura que todo lo que no sea democracia desemboca en monólogo y mausoleo. Si las libertades son para todos, las responsabilidades también. No sólo caen en un grupo o una clase. En ese sentido, la posición de Paz quedó clara al hilo de la matanza de Tlatelolco, en 1968, cuando denunció la mentalidad que hace del poder político un Ejército sagrado y un ejercicio intachable, justificado por encima de los acontecimientos. A Octavio Paz se le acusa de anticomunista porque, entre otras cosas, reunió en 1950 documentación sobre los campos de trabajo forzados en la URSS, para denunciar con valentía la injusticia.

7


Enemigo de los abusos y totalitarismos, como demuestra en El arco y la lira (1956). El marxismo era para Paz la última tentativa por reconciliar razón e historia si hubiese sido capaz de absorber la tradición libertaria y poética, desdeñada por el propio Marx. Nacionalismo cultural Su concepción de nación poco tiene que ver con los límites políticos. Una nación es una cultura, es una lengua, unas creencias, una historia común. Creía el Nobel que Latinoamérica corre menos peligro de caer en los nacionalismos debido a sus orígenes: la Conquista y la evangelización. “Las naciones latinoamericanas fueron creadas después de la independencia y no antes”, escribió en el ensayo Itinerario (1994). Aboga por preservar ese fondo común —compuesto por la diversidad, la variedad y el genio de cada pueblo—, a pesar de ser consciente del peligro que ello entraña si se malinterpreta: transformarse en recursos para el imperio y su petrificación. Creía especialmente peligroso el nacionalismo aliado con la religión, porque sobrepasa la razón y se funda, como esta, en la fe. Sabiendo la difícil tarea de conciliar autonomía y solidaridad, escribe a favor de la riqueza de la diferencia, pero siempre en convivencia: fortaleciendo la unidad nacional. No es partidario de los estados federales.

La fórmula de Paz “Tenemos que aprender a mirar de frente a la gran noche del S. XX. Y para mirarla necesitamos tanto a la entereza como a la lucidez: sólo así podremos, quizá, disiparla”. [Escribe en el ensayo El ogro filantrópico, de 1979). En los noventa, Paz ya había roto con el marxismo-leninismo y practicaba la tradición liberal. Es inevitable calificar su proyecto político de utópico, por lo deseable y esperanzador que es. La fórmula democrática de Paz no tiene en cuenta los abusos que la humanidad ejerce sobre sus teorías. El escritor une democracia y libertad junto a la filosofía liberal. Una unión que lleva dos siglos tratando de fraguar y que viene a confirmar lo que ya sabemos: sin libertad, la democracia se vuelve tiranía mayoritaria; sin democracia, la libertad desencadena la guerra. Optimismo trágico Sus ensayos y su poesía practican con las mismas inquietudes. La desilusión ante la falta de explicación existencial, influencia del subconsciente, confianza en el amor y en el otro y el impulso por resolver las paradojas que le sirve la naturaleza. Y la soledad. “Escribo poesía porque no tengo más remedio, responde a una necesidad interior”. El poema revela la condición humana sin tratar de explicarla, porque no puede. Para muchos, Octavio Paz es un poeta que piensa, no un pensador que escribe poemas. En El arco y la lira (1956) aclara que la fuerza de la poesía es su capacidad de fijar imágenes con palabras, de hacer de lo real sólo una base de su experiencia. En Ladera este (1973) dibuja la perfecta escena de su peculiar optimismo en el acto de revelar este mundo y crear otro: “Escribo sobre la mesa crepuscular, apoyando fuerte la pluma sobre su pecho casi vivo […] La tinta negra abre sus grandes alas. Ah, un simple monosílabo bastaría para hacer saltar al mundo. Pero esta noche no hay sitio para una sola palabra más”. El poema trasciende el lenguaje y el poeta libera a la palabra. “La historia del hombre podría reducirse a la de las relaciones entre las palabras y el pensamiento. Todo período de crisis se inicia o coincide con una crítica del lenguaje”. www.elconfidencial.com/cultura/2014-01-28/100-anos-de-paz_81261/

8


En mis años de estudiante, en la España bajo la dictadura de Franco, leí por vez primera Los signos en rotación. Desde entonces no he cesado de leer y releer la obra poética y ensayística de Octavio Paz, encontrando en cada lectura nuevos alumbramientos y resonancias, sorprendentes respuestas e insólitas perspectivas, inspiración inagotable para desarrollar sus múltiples esbozos e insinuaciones, experiencia que solo proporcionan los grandes clásicos. Con El arco y la lira y Los hijos del limo, la trilogía básica de la poética de Paz, la lectura iniciática de aquellos ensayos me llevó a comprender el sentido de la poesía y el arte modernos y, con ellos, de la historia de la modernidad. Con Paz asistí a la escuela de los “ismos”: romanticismo, simbolismo, modernismo (hispanoamericano y anglosajón) y surrealismo; al ocaso del futuro y el agotamiento de las vanguardias: la epifanía de un nuevo tiempo, el presente, y de una poesía bajo el signo amoroso del cuerpo. Con Paz conocí al Rubén Darío oculto, al otro Darío, que no enseñan las escuelas y soslayan las academias, al “maestro mágico”. La poesía de Paz es poesía del ser y, por ello, poesía de la palabra, uno de los grandes personajes de sus versos. Palabra en sentido heideggeriano: morada donde habita

el hombre. Y poesía de la soledad, prisión y angustia, dispersión y búsqueda del tiempo perdido y la unidad primigenia; nocturna recolección de fragmentos y ansia de reconciliación en la unidad solar. Poesía de la noche bajo la invocación de Isis; de la mujer, cielo o infierno, cifra de lo otro; poesía de la desolación, donde los tiempos se entreveran y un alba que no llega apenas parpadea en la desierta espera. Poesía de la solidaridad con los hombres, con los oprimidos y desterrados del mundo. Poesía de la otredad, la indigencia y la libertad. No otro es el contenido de su obra poética fundamental, Libertad bajo palabra. Poesía como diálogo y fundamento que soporta a la historia e historia como diálogo con la poesía, el lenguaje primitivo de los pueblos. En la obra de Paz, poesía y reflexión histórica y política, la otra fuente inagotable de enseñanzas del gran maestro mexicano, son inseparables. Formado en los valores de la libertad y la justicia social, por su abuelo liberal y su padre zapatista, conoció desde muy joven al otro México, el indígena y campesino, olvidado, silenciado y traicionado, cuyas entrañas indagará en El laberinto de la soledad y Posdata. Pasión por desentrañar el ser mexicano, a través de su maravilloso estudio de la vida de Sor Juana Inés y la reconstrucción de la sociedad cerrada novohispana. Nacido con la Primera Guerra Mundial y la Revolución mexicana, Paz fue un poeta del tiempo y de su tiempo, de un siglo desgarrador, revolucionario y brutal como fuera el siglo XX. Bakunin, Fourier, los anarquistas españoles y Marx, a quien consideraba parte inseparable del pensamiento occidental, alimentaron en sus años de estudiante su espíritu libertario. Espíritu que le llevará a solidarizarse activamente con la República española; a su crítica valiente e implacable, por igual, de las dictaduras latinoamericanas y el comunismo totalitario, en libros como El ogro filantrópico y Tiempo nublado; a la defensa, en su última etapa, de las instituciones democráticas, como clave del tránsito de Latinoamérica a la modernidad. Imposible resumir la obra de Paz en tan pocas líneas. La celebración, el próximo 31 de marzo, del centenario de su nacimiento, debería servir para el estudio y difusión entre la juventud de este merecido Premio Nobel, poeta en el sentido integral de la palabra, profeta y visionario; grande entre los grandes, universal y latinoamericano. www.laprensa.com.ni/2014/01/29/voces/180280

9


ensayos

Sergio Cárdenas es conocido como uno de nuestros principales directores de orquesta. Además, ha realizado una encomiable tarea como compositor y divulgador de la música (en unas semanas aparecerá su estupendo libro Estaciones en la música). Ofrecemos sus apuntes de trabajo en torno a la musicalización de la poesía de Octavio Paz. Recuerdo haber tenido mis primeros contactos con la gran música durante mi niñez en Ciudad Victoria, Tamaulipas. Por aquellos años, el Coro “Jorge Federico Haendel”' se erguía, como Juan el Bautista, como la única voz que cantaba en el “desierto musical” que era mi ciudad natal. El hecho de que algunos de mis parientes más cercanos y queridos cantaran en ese conjunto coral, me dio la oportunidad de asistir con frecuencia a sus ensayos, en los que, de tanto escucharlas, me aprendí de memoria célebres páginas de la literatura coral. Estas experiencias de la infancia han señalado decididamente mi devenir musical. Por ello, no es fortuito el que haya realizado estudios de Maestra en Dirección Coral en una de las instituciones más prestigiadas de esa especialidad a nivel mundial (Westminster Choir College, de Princeton, N.J., E.U., titulado en 1973), o el que la música

para coro, y en general para la voz humana, ocupe un espacio considerable en el catálogo de mis composiciones musicales. En los meses de mayo-junio de 1997 fui Artista en Residencia del Banff Center for the Arts, de Canadá, gracias a un convenio de colaboración entre este Centro y el mexicano Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Durante mi residencia artística, compuse ocho obras para diversas combinaciones instrumentales y/o vocales. Una de ellas es Madrigal, para coro mixto a capella, basada en el poema homónimo de Octavio Paz. La Jornada Semanal me ha sugerido que comente mi acercamiento musical al poema paciano, lo cual procedo a realizar consciente de lo peligroso que es escribir sobre la obra de uno mismo. No se trata de explicar ni, mucho menos, de justificar la obra; pretendo dar puntos de referencia que pueden ayudar a “comprender” mejor la audición de Madrigal. Madrigal es un vocablo que nos remite a varias etimologías: a) mandrialis, de mandra = aprisco, paraje, es decir, canción bucólica; b) materialis, de materia = profano, opuesto a spiritualis, es decir, canción no religiosa; c) matricalis, de mater = en relación con la lengua materna, es decir, canción en la lengua vernácula. Hablar del madrigal en la historia de la música occidental, es referirse a musicalizaciones de poesía bucólica y/o amorosa, compuestas más para ser cantadas o ejecutadas que para ser oídas. Esto es, música más para el disfrute personal de quien la canta que para el deleite de otros. En cierta forma, como bien menciona Gustave Reese, el madrigal es una pequeña obra de arte total (Gesamtkunstwerk), pues su música es muy visual, resultado de una afortunada combinación de la palabra y el sonido que, a su vez, genera en nuestra mirada mental efectos plásticos, cromáticos, lumínicos y emocionales que emanan de una trama poética concisa. El madrigal fue muy popular en la Europa Central del siglo XVI. Entre 1530 y 1600 se imprimieron más de 2 000 colecciones de madrigales. La primera mención específica del madrigal la encontramos en el volumen Madrigali de diversi musici, libro primo, de 1530, que contiene madrigales del francés Philippe Verdelot y del italiano Costanzo Festa, compositores a quienes se atribuye la paternidad del madrigal. Poemas de autores muy conocidos, como

10


Sannazaro, Ariosto, Tasso, Michelangelo y Petrarca, fueron musicalizados por madrigalistas italianos. El madrigal es una música de intimidad, de cámara, no masiva (generalmente, un cantanteejecutante por voz), pero también es una música muy democrática: todas las voces son igual de importantes; su composición musical tiende siempre a ser más popular, esto es, sin la erudición académica de la música sacra (los motetes, por ejemplo); está escrita en el lenguaje de la gente común (no en latín); usa figuras melódicas y armónicas que describen el sentido local del texto, sin apartarse del estado emocional general que evoca; enfatiza musicalmente los opuestos que maneja el poeta (vida/muerte, alegría/tristeza, etcétera); puede ser polifónico o cordal, según lo demande el poema. Es una música más sensorial e imaginativa que intelectual y contemplativa; a veces, los contrastes rítmicos son muy abruptos, pero también recurre a disonancias y/o movimientos musicales cromáticos (por medios tonos) para dar mayor peso a una imagen poética. En el madrigal, la música está siempre al servicio de la poesía, al contrario de la ambición de Mozart: prima la musica, poi le parole'' (primero la música, después las palabras). Se trata de una forma musical breve, fina, afable, seductora y sabrosa. “Hacia el comienzo” es una colección de poemas que Octavio Paz

escribió entre 1964 y 1968. A esta colección pertenece “Madrigal”. Leamos: Más transparente que esa gota de agua entre los dedos de la enredadera mi pensamiento tiende un puente de ti misma a ti misma Mírate más real que el cuerpo que habitas fija en el centro de mi frente Naciste para vivir en una isla

El poema transmite una sensación de acción inmóvil, de estatismo dramático, de ubicación suspendida en el espacio. Es un poema cercano al impresionismo musical, en cuanto maneja figuras inasibles (transparencia, agua, pensamiento, mirar) que, en música, equivaldrían a los armónicos más alejados de la nota fundamental, esto es, a lo que suena en el espacio y en nuestro interior cuando nuestros oídos apenas alcanzan a escuchar, de un sonido, su nota principal y, acaso, sus primeros armónicos. Además, “puente”, “fija” e “isla” me ubican, de igual manera, en la inmovilidad: los puentes no se mueven, no cambian de lugar, cuando mucho, son levadizos; una isla tampoco se mueve de lugar y, más bien, parece flotar sin desplazarse. La transparencia ocupa un lugar importante en la poesía paciana, como ya lo ha señalado Rachel Philips: es silencio (“El pájaro”), es deidad (“Piedra de sol”), es habitación de la realidad de uno (“Contigo”), es estructura que sostiene (“Tumba del poeta”). También es camino del conocimiento, pues nos descubre la esencia de las cosas, convirtiéndose en una forma de energía, de poder. Esta concepción de la transparencia es, a mi modo de ver, inmanente al cubismo de Picasso, por ejemplo; también a “Madrigal”, de Octavio Paz. Musicalizar un poema es, in strictu sensu, hacer una versión de la comprensión que se tenga de él, es hacer una “lectura en sonidos musicales” de ese poema. “Comprender un poema quiere decir, en primer término, oírlo”, ha escrito Paz. Sé bien que muchos poetas se oponen a que sus poemas sean musicalizados, y tienen razón pues, para empezar, la musicalización trastoca el tiempo y el ritmo propios del poema. Luego, los compositores se permiten (nos permitimos), a veces, demasiadas libertades en el tratamiento a la estructura del poema, al omitir versos o repetirlos para ajustarlos a la exigencia

11


musical. Con todo, confieso tener una marcada debilidad por la poesía, por lo que me ha sido irresistible la tentación de musicalizar algunos poemas. De Octavio Paz he musicalizado, además de “Madrigal”, el poema “Oráculo”, de “Días hábiles” (1958-1961), para voz aguda (tenor, de preferencia) y piano. Madrigal está escrito musicalmente para cuatro voces mixtas: soprano, alto, tenor y bajo. Su forma cinética (a-b-a) está determinada por la alternancia de las imágenes estéticas y dinámicas que me transmite el poema; me parece que la inmovilidad, la quietud con la que inicia Madrigal, cambia radicalmente con el imperativo “Mírate/ más real que el cuerpo que habitas'', que, al referirse a la realidad del cuerpo, de pronto torna la imagen más material, más asible, para regresar al estatismo y la intangibilidad con “fija en el centro de mi frente”. Abordé la transparencia del pensamiento del poema paciano con acordes cuya secuencia está interrumpida por silencios; esto debe dar la sensación de inmovilidad, pues los acordes, según se instruye, también deben ser cantados tentuto, es decir, sostenidos en el tiempo, teniendo como punto de referencia un pulso subyacente muy lento. Además, los acordes destinados a cada vocablo del poema van seguidos invariablemente de silencio; todo entonado siempre piano (quedo). Esta transparencia espacial que generan el pulso lento y la

separación, vía el silencio, de cada vocablo, es reforzada por la ``transparencia'' de las armonías utilizadas: como en el impresionismo, recurro a acordes (armonías) construidos a base de armónicos lejanos de la fundamental, a disonancias (sonidos integrados por al menos dos notas que no pertenecen a la misma “familia” de armónicos y que, por lo tanto, nuestro oído tiene dificultad de relacionar entre sí) suavizadas por la lejanía de sus notas integrantes, o a clusters (aglomeramiento de notas musicales sin relación armónica entre sí, o cuya relación armónica es difícil de oír dada la cercanía de las disonancias) que suenen “amables” al distanciar sus notas componentes. Sólo cuando la imagen se “enreda” (“...entre los dedos de la enredadera”) dejo a los clusters sonar “amontonados”, como corresponde, aunque creo que se mantienen ``transparentes'' por estar conformados por intervalos de tonos enteros (compases 16-20). Todo cambia, de manera abrupta, en el compás 36: la mirada descubre, aglutina, desnuda, se reconoce, se ve materializada, se agita ante la toma de conciencia de una realidad que trasciende la materialidad de su propio cuerpo. Lo que los ojos palpan no es su cuerpo sino algo más tangible que su propio cuerpo, algo que es y no es su cuerpo. Ante esta “materialidad”, la música se endurece y se transforma sobre sí misma. Por un lado, las cuatro notas que constituyen el acorde inicial del compás 36 se mantienen a lo largo de los siguientes 30 compases, pero su disposición variará, con lo que los acordes serán siempre los mismos pero diferentes: primero aparecen esas notas como yuxtaposición de intervalos de cuarta, justos y aumentados; luego se transforman en quintas justas y aumentadas a una séptima de distancia (compás 53), para desembocar en una cuarta aumentada yuxtapuesta, a una novena de distancia, a una quinta justa (compás 60). Este “desdoblamiento” es subrayado por un tratamiento rítmico que hace repetir el texto “Mírate/más real que el cuerpo que habitas” 22 veces, empezando lentamente y acelerando e incrementando el volumen poco a poco, hasta llegar al veloce (compás 49) en forte, con un ritmo agitado (un tanto orgiástico) en compás de 13/8, con cinco tiempos dispares en cada compás, lo que, por lo

12


demás, me parece un ritmo muy mexicano (otra de las inmanencias de la poesía paciana). Esta agitación primitiva que provocó el descubrimiento de la mirada, es interrumpida de manera abrupta por una pausa general (compás 68), que debe ser tan larga cuanto sea necesario para permitir que se restablezca la sensación de inmovilidad en el tiempo y en el espacio y, así, regresar al estatismo de “fija en el centro de mi frente”, en el que recurro al mismo lenguaje musical utilizado al inicio de “Madrigal”. Cuando abordo el Último verso (“Naciste para vivir en una isla”), la música nace desde abajo (registros graves) y sube hasta llevar a la voz soprano a una nota aguda (compás 87) distante, ``aislada'' de las demás, cuando entona ``isla''. La necesidad de darle musicalmente un sentido cadencial, concluyente, a Madrigal, me llevó a hacer entonar nuevamente, a manera de eco, ``...en una isla''. El Último acorde, un cluster diluido con la fundamental en la voz tenor, no da la sensación de punto final. Tampoco la da el último verso del poema: la vida continúa en la isla, que es el pensamiento, la soledad del poeta. Reconozco que no es fácil cantar mi musicalización de “Madrigal''. Hacerlo demanda de los cantantes un excelente oído musical, un gran dominio vocal, una voz tersa, no engolada, con muy poco vibrato, que suene delgada y suave, casi en falsetto, en las secciones 1 y 3, pero con mucho cuerpo en la sección

central. La dicción debe ser impecable. Cinco cantantes que reúnan las cualidades mencionadas, harían una excelente “cantada” de este madrigal. Como la poesía, la música, en primer término, hay que oírla. ¿Oiremos algún día este madrigal? www.jornada.unam.mx/1998/02/01/sem-cardenas.html

13


Vuelta, nĂşm. 158, mayo de 1998

14


noticias

Acaba de reeditarse el ensayo Una introducción a Octavio Paz, que Alberto Ruy Sánchez publicó originalmente en 1990 bajo el sello Joaquín Mortiz. El escritor y editor mexicano señala como característica central del autor de Piedra de Sol la creación de una literatura, en particular una poesía, comprometida igual con su momento histórico que con la búsqueda de la belleza Pocas veces la vida íntima de un autor está tan vinculada a su obra literaria como lo estuvo la de Octavio Paz, quien trazó dos líneas paralelas indisolubles entre su andar diario y sus escritos, lo mismo ensayos políticos que poesía erótica. Es por ello que entender en aislado las reflexiones o la poesía del Premio Nobel de Literatura 1990 pareciera complejo, pues en buena medida cada palabra escrita es un reflejo del entorno social, político, económico, estético y personal que le rodeó desde la infancia, cuando

quedó huérfano de padre a los diez años de edad hasta la lírica amorosa efecto de 38 años junto a Marie José Paz. Y aunque bien podría leerse su biografía de manera independiente a su obra, Alberto Ruy Sánchez señala como característica central del autor de El laberinto de la soledad el hacer una literatura, en particular poesía, comprometida igual con el momento histórico que con la búsqueda de la belleza verbal. “La poesía no es algo decorativo, no es la manera bonita de decir las cosas, es un bisturí que entra a fondo donde otros instrumentos y análisis no entran. Entonces hablar de la poesía de Octavio Paz vinculándola con delicadeza y pertinencia a la cronología, a la línea de su vida, te permite ver la complejidad de una persona que tenía diferentes retos a lo largo de la vida”, afirma el editor y escritor. Con estas dos líneas, Ruy Sánchez ofrece una introducción, en el sentido estricto de la palabra, a la vida y obra de Paz donde entreteje los momentos históricos que le tocó vivir con sus textos, a partir de diversas entrevistas que hizo al poeta y de la experiencia de trabajar con él como su secretario de edición. Se trata de Introducción a Octavio Paz, un ejemplar didáctico publicado hace poco más de dos décadas, pero que en vísperas del centenario del también Premio Príncipe de Asturias 1993 sirve al lector primerizo que jamás se ha acercado al poeta por temor, y también a sus seguidores de antaño que buscan herramientas para una mejor asimilación de ideas y conceptos vertidos en sus obras. “Éste es completamente un trabajo de divulgación, de introducción y de profundización en una vida que fue rica, que fue significativa y que sigue teniendo una dificultad para ser conocida por su tamaño y por su importancia, y porque está muy vinculada a una época de vida de una persona que vivió prácticamente el siglo XX como pocas personas lo vivieron”, explica. No se trata de hacer una biografía llana, acota, sino una lectura del trayecto de Paz, quien nació en medio de la gesta revolucionaria mexicana en una familia fusionada entre la tradición jalisciense y andaluz, testificó en su juventud la guerra civil española, recorrió Francia en la posguerra, presenció la fundación de las Naciones Unidas, vivió el desarrollo de Estados Unidos en los años 40 y se vinculó a movimientos artísticos europeos como el surrealismo. Ese entorno fue aprovechado por Paz para asimilar su literatura como un ejercicio reflexivo, no sólo en términos estéticos de la palabra escrita, sino con una mirada visionaria del mundo. Tal como Albert Camus declaró en su discurso al recibir el Nobel de Literatura

15


1957, donde señaló que el artista debe preocuparse por la belleza de su obra sin descuidar su compromiso con la conciencia social e histórica. “Octavio en su discurso del Premio Nobel también habla de la importancia de la presencia en el mundo de hoy en todas las dimensiones de la vida como persona. Estar presente, no preocupado solamente por el mercado o por la grilla política del momento, sino preocupado en todas las visiones de la vida. “La poesía es justamente esa dimensión que nos hace darnos cuenta de que somos algo más que simples animales. Y todo esto representa en diferentes momentos de la vida de Octavio retos, y se va enfrentando con el reto de crear cierta obra de pensamientos, ciertos poemas, reflexiones y respuestas a la vida pública. Así el poeta tiene la responsabilidad social de pensar por sí mismo y de no obedecer a lo que le digan que debe pensar”. Para Ruy el pensamiento visionario del fundador de la revista Plural (1971) es lo que mantiene vigente su obra, pues asegura que leer hoy, por ejemplo, El ogro filantrópico (1979) explica mucho del origen y rumbo del escenario político actual del país; mientras que el ensayo Marcel Duchamp o el castillo de la pureza (1973) aclara dudas frecuentes sobre el arte contemporáneo. “Él lo puede hacer porque está pensando como un visionario. Eso es una característica de Octavio, quien

se atreve a pensar más allá del límite de las palabras, del vocabulario, y usa las palabras que ayudan a pensar y lo hace cuando habla de arte o de política”, explica quien en el libro divide la vida del poeta en cinco núcleos, desde el entorno familiar, su paso por Estados Unidos y Francia, y su trabajo como editor en México. Aunque siempre habrá resistencia a la lectura de la poesía de Paz, Ruy insiste en que el lector debe asimilar esta lírica como una luz de la conciencia de estar en el mundo terrenal y, la vez, como síntesis de un pensamiento fantasioso. “Abismo y erotismo, historia y memoria personal, símbolo y materia, sensación e idea, finalmente se encuentran en una forma poética que es eco de tradiciones y a la vez su desafío”, concluye. www.excelsior.com.mx/expresiones/2014/01/13/937966

Dos poetas, dos posturas diametralmente opuestas: Gelman fue un poeta exquisito a la vez que un notable y comprometido estudioso de la realidad contemporánea. El más grande de la Argentina y uno de los mayores de la literatura hispano-americana. Pero a lo anterior añadió una virtud que no tuvo Octavio Paz, el otro de los grandes poetas de nuestra lengua : el mexicano cambió de bando y en lo más fragoroso del combate desertó y saltó al otro lado de la barricada. Gelman, en cambio, fiel a sus principios siempre estuvo donde tenía que estar. Paz, que había sido un ardiente revolucionario en su juventud, terminó sus años convertido en un repugnante apologista del imperialismo y del neoliberalismo. Con el derrumbe de la Unión Soviética, Paz dio rienda suelta a un visceral anticomunismo y su figura sirvió como polo de aglutinación a cuanto reaccionario anduviera suelto por el mundo. Con el generoso (y caudaloso) apoyo del gobierno de Salinas de Gortari y la Casa Blanca organizó un gran evento dizque académico en México —¡transmitido en simultáneo por Televisa y la cadena Cablevisión de Estados Unidos!— para celebrar la buena nueva y, de paso, promover la organización internacional de los intelectuales de todo el mundo para colaborar en la innoble tarea de crear el nuevo

16


sentido común que requería un neoliberalismo que se abría paso a fuerza de ajustes, corrupción y represión. En las antípodas de esta decadente trayectoria se yergue la figura de Gelman, que permaneció firme en su puesto mientras arreciaba el tsunami neoliberal. Contrariamente a lo ocurrido con Paz, las zozobras de la época jamás lo llevaron a exaltar lo que había repudiado a lo largo de toda su vida. Por eso fue un enemigo implacable del imperialismo, mientras Paz se convertía en su bien recompensado publicista. A la exquisitez de su poesía Gelman añadió una coherencia ejemplar que se manifestaba, semanalmente, en la solidez de sus artículos periodísticos publicados en Página/12, donde exponía con minuciosidad los crímenes, las maquinaciones y los mecanismos económicos, políticos y culturales de la dominación imperialista. Sus notas fueron a lo largo de muchos años una fuente obligada de consulta para quienes querían combatir de verdad -no con gestos y palabras vacías- al monstruo que pone en cuestión la sobrevivencia de la humanidad. Por eso podemos decir que ha partido uno de los “imprescindibles”, como decía Brecht. Extrañaremos sus incisivas columnas semanales, pero aun así la obra de Gelman seguirá siendo fuente de inspiración para todos los que creen que debemos, y podemos, construir un mundo mejor. Sembró palabras e ideas que ya están

germinando con fuerza en los corazones de millones de militantes antiimperialistas de Nuestra América. www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/237855-66497-2014-01-16.html

Hasta el 25 de enero fue posible enviar propuestas al comité organizador del Coloquio Internacional “Octavio Paz: Laberintos del poeta”, que se realizará en la Universidad de Ottawa (Canadá) el viernes 28 y sábado 29 de marzo, en ocasión de celebrarse el 31 de marzo el centenario del nacimiento del Premio Nobel de Literatura 1990. La actividad es convocada por el Departamento de Español de la Universidad de Ottawa y el Comité de Estudiantes Graduados de esa casa de estudios, con la colaboración del Consulado General de México en Ottawa. Los ejes temáticos se centran en la obra de Octavio Paz como ensayista, poeta, crítico de arte e intelectual, su presencia en los medios y en la televisión cultural, así como la visión del escritor por sus contemporáneos y la escritura miscelánea sobre su vida y obra. Las propuestas (250 palabras en español, inglés o francés) podrán remitirse hasta el 25 de enero con la información del ponente a la dirección electrónica laberintosdelpoeta@gmail.com. La persona de contacto es la profesora Norma Jiménez Káiser. www.letralia.com/293/0125paz.htm

Los nombres de Octavio Paz y José Revueltas serán inscritos con letras de oro en el muro de honor del salón de sesiones de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF). El decreto fue publicado este martes en la Gaceta Oficial del Gobierno del Distrito Federal.

17


En el documento se estableció que la develación se llevará a cabo en sesión solemne en la fecha que acuerde la Comisión de Gobierno. www.elgolfo.info/elgolfo/nota/227998paz-y-revueltas-en-muro-de-honor-dealdf/

A 100 años de su nacimiento, Octavio Paz (1914-1998) es un autor vigente y se mantiene como el intelectual más importante del siglo XX mexicano, acaso sólo igualado, en algunos aspectos, por Alfonso Reyes”, aseguró anoche Guillermo Flores, doctor en Filosofía Moral y Política. Entrevistado por Notimex antes de dictar la conferencia “Octavio Paz, en su centenario”, en la Consejería de Educación de España en México, Flores habló del pensamiento político de Paz, sobre tres conceptos cardinales para entender su obra: Modernidad, libertad y democracia, y otros aspectos de su ideología. De Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura 1990, dijo que “es el prototipo del intelectual público, es decir, el intelectual inmerso en la esencia política” y, por lo mismo, recomendó al público lector acercarse a la obra de ese diplomático, poeta, escritor y ensayista, uno de los más influyentes escritores del siglo XX. Exhortó a quienes deseen acercarse a la herencia de Paz, ojear los ensayos El laberinto de la soledad

(1950), Corriente alterna (1967) y Posdata (1969, continuación de El laberinto de la soledad), y posteriormente, leer obras de su última etapa, como el ensayo Itinerario (1994) y otros del mismo periodo. Recomendó que se lea la obra de Paz en toda su amplitud, de modo especial su producción poética, porque esencialmente fue un poeta a quien a nivel mundial se ha considerado como uno de los más influyentes autores del siglo pasado, y uno de los grandes poetas hispanos de todos los tiempos, en todas las latitudes. El poeta, ensayista y traductor, quien nació el 31 de marzo de 1914 en esta gran la ciudad y murió el 19 de abril de 1998, aquí mismo, “siempre enfatizó al decir ?soy un poeta, antes que un intelectual o un pensador?, porque efectivamente, fue un poeta, aunque tiene muchas cosas qué decir a través de su obra”, acotó. Desde el punto de vista del doctor Guillermo Flores, Octavio Paz, ganador del Premio Miguel de Cervantes en 1981, “fue un poeta que reflexionó acerca de la realidad y la historia de México, y por lo mismo, podemos asegurar que fue un mexicano universal y uno de los más grandes intelectuales latinoamericanos”. Antes de hablar de su primer acercamiento a la obra de Paz, subrayó, que él no pretende hacer una apología de tan enorme mexicano, sólo destacar que su obra ahí está y, lo más importante, es que se divulgue y se discuta. “En 1990 asistí al Encuentro Vuelta y luego, rápidamente, fui a leer ? El laberinto de la soledad?”. El entrevistado dejó ver con qué imagen se queda de Octavio Paz. “Con la de quien piensa la modernidad bajo dos conceptos que fueron básicos para él: La libertad y la democracia”. Y con tal declaración, el doctor nacido en Reynosa, Tamaulipas, en el año 1979, entró al salón para dictar su conferencia. http://ntrzacatecas.com/2014/01/23/es-octavio-paz-un-autor-vigenteguillermo-flores/

La Junta de Coordinación Política aprobó la solicitud de la Comisión Especial para Conmemorar el Centenario del Natalicio del poeta. La Junta de Coordinación Política aprobó la solicitud de la Comisión Especial para Conmemorar el Centenario del Natalicio del poeta. La Cámara de Diputados conmemorará el 20 de marzo en sesión solemne el centenario del natalicio del escritor, ensayista y diplomático Octavio Paz.

18


El partido Nueva Alianza informó en un comunicado que la Junta de Coordinación Política (Jucopo) aprobó la solicitud de la Comisión Especial para Conmemorar el Centenario del Natalicio del poeta. Durante el homenaje se entregará la medalla conmemorativa del Centenario del Natalicio de Octavio Paz a Marie Jose Tramini, viuda de quien también fuera nombrado premio Nobel de Literatura en 1990. Durante el homenaje se entregará la medalla conmemorativa del Centenario del Natalicio de Octavio Paz a Marie-José Tramini. Como parte del tributo al escritor mexicano se dará lectura al poema “Piedra de Sol”, además de cancelar el timbre postal alusivo y presentar el billete conmemorativo de la Lotería Nacional. En la sesión solemne intervendrán representantes de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD), Verde Ecologista de México (PVEM), del Trabajo (PT), Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza. El presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, Silvano Aureoles Conejo, comunicó a la Mesa Directiva que durante la reunión de trabajo celebrada el 21 de enero, la Jucopo acordó aprobar la celebración de esa sesión para honrar a Paz. Con ello se dio respuesta y aprobación al oficio suscrito por la diputada Sonia Rincón Chanona, de Nueva Alianza y presidenta de la

Comisión Especial para Conmemorar el Centenario del Natalicio de Octavio Paz, en la cual se solicitaba la aprobación de dicha sesión. www.excelsior.com.mx/nacional/2014/01/23/939951

La música, la danza, teatro, exposiciones, ópera -por primera vez-, y el fomento a la lectura con la segunda etapa del programa Para leer de boleto, con cuatro antologías de un millón de ejemplares, además de homenajes a Octavio Paz, Efraín Huerta, José Revueltas, William Burroughs, Julio Cortázar… por el centenario de sus natalicios son los ejes del programa Cultura en líneas que se llevará a cabo este año en 45 estaciones del Metro, con al menos 2,430 actividades. El secretario de Cultura del DF, Eduardo Vázquez, y el director general de Sistema de Transporte Colectivo, Joel Ortega, presentaron los detalles del programa que inició el pasado 22 de enero en la Línea 12 del Metro y que busca convertir este sistema de transporte “en el gran centro cultural de la ciudad”. Joel Ortega explicó que además del programa cultural, se tiene pensado un proyecto para que los grafitteros ya no dañen los trenes con sus expresiones. “Vamos a buscar ofrecerles un espacio o vagones que ya no estén en uso para que realicen sus obras y no afecten el servicio a los usuarios”. Adelantó que está en proceso el desarrollo de escaleras musicales con el IPN y establecer el servicio de wi fi. Programa. Alfonso Suárez del Real, subdirector general de Administración y de Finanzas del STCM, explicó que para llevar a cabo el programa Cultura en líneas, se destinaron 4 millones de pesos, de éstos dos fueron para actividades culturales dentro del Metro y los restantes para el programa Ponte la del Metro. En cuanto a los eventos artísticos, señaló que con la cooperación de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), continuarán “los asaltos en 45 estaciones del Metro en disciplinas como el teatro, música, ópera y danza”. Además con esta institución educativa se va a realizar un homenaje a Octavio Paz, por los 100 años de su natalicio denominado “Los asaltos de Paz”.

19


Respecto al fomento a la lectura, dijo que con Un Metro de lectura se van a distribuir entre los pasajeros del STCM un millón de plaquettes con poemas ilustrados de Juan Gelman (El ciempiés y la araña); de César Vallejo (Masa); de Rafael Alberti (Nocturno); de José Emilio Pacheco (El espejo de los ecos); y de Elena Odrinzola (Sábado), con un tiraje de 200 mil cada uno. Además, el 30 de enero inicia la segunda edición de Para leer de Boleto en el Metro, con cuatro antologías, cuyo tiraje será de 250 mil ejemplares cada una y un programa gratuito de libros digitales. Respecto a Cultura under, Suárez del Real explica que presentará mensualmente actividades de alta calidad, con reconocidos artistas, e inicia actividades el 21 de marzo y el proyecto Correspondencia Arte Contemporáneo, convertirá el pasaje Zócalo-Pino Suárez en una galería que ofrecerá las manifestaciones artísticas más vanguardistas, además de ser un sitio de librerías. “El espacio se inaugura con el apoyo del Centro Cultural España en los primeros días de marzo”. Un proyecto ambicioso que se tiene, añade Suárez del Real, es que los museos del GDF adopten una estación y presenten ahí su contenido plástico. “La convocatoria se enviará a todos los recintos que están asentados en la capital”. También habrá exposiciones con obra de las escuelas arte y de artistas nacionales e internacionales. En la Línea 12, se lleva a cabo un programa especial que inició el 22 de enero y con lo cual comenzó el programa Cultura en líneas.

Centenarios. Con este proyecto se rendirá homenaje a varios escritores por el centenario de sus natalicios. Inician el 5 de febrero con William Burroughs; el 31 de marzo a Octavio Paz; 18 de junio a Efraín Huerta; 26 de agosto a Julio Cortázar; 5 de septiembre Nicanor Parra —aún vivo—; 20 de noviembre a José Revueltas y 25 de diciembre a Oscar Lewis. En estos homenajes se hablará de la vida y obra de estos importantes escritores. Para los tres mexicanos, dijo, se tiene contempladas diversas actividades culturales como difusión de ediciones conmemorativas, carteles y tarjetas de prepago. Y especialmente para Huerta, se montará la exposición “Efraín Huerta, poeta de la ciudad”, conformada por textos, fotografías y estará en las estaciones del Metro, y se bautizará un tren con el nombre de “Efraín Huerta, el gran cocodrilo”. Mientras que el programa Ponte la del Metro, añade, se compone de una serie de actividades para fortalecer la civilidad entre los usuarios y comenzará en marzo con varias actividades. Finalmente, indica que los usuarios de las redes sociales podrán seguir las actividades del programa con el hashtag #MetroPatrimoniodeTodos. www.cronica.com.mx/notas/2014/810600.html

Este año es pródigo en celebraciones de escritores: nada menos que el centenario del nacimiento de Octavio Paz, el 31 de marzo, Julio Cortázar, 28 de agosto, Adolfo Bioy Casares y Nicanor Parra, amén del cincuentenario de la muerte de Luís Martín Santos, el autor de Tiempo de silencio. La nómina es suculenta para los amantes de los aniversarios, que de todo hay, pero desde luego de esta nómina las celebraciones que se llevan la palma son las de Octavio Paz y Julio Cortázar, donde en México y Argentina pretenden tirar la casa por la ventana. Incluso, diría, la efemérides de Octavio Paz amenaza con ser enorme, monstruosa, porque hay que tener en cuenta que para los mexicanos Octavio Paz es el gran intelectual del siglo XX, al que sólo y en determinados aspectos, logró igualarle Alfonso Reyes, el gran polígrafo. En México, en Argentina, pero también en España, donde la influencia y el magisterio de Paz fueron enormes para una generación muy determinada, que ronda ahora la sesentena. El miércoles 29 de enero se presentarán oficialmente los actos que tendrán lugar en

20


España. Desde luego con toda la parafenarlia de las instituciones gubernamentales, porque en México se lo han tomado como cuestión de Estado. El lugar, la Embajada del país y los intervinientes serán la embajadora mexicana, Roberta Lajous, el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, José Manuel Blecua, director de la Real Academia Española, Pablo Raphael, director del Instituto de México en España, Aurelio Major, comisario encargado del programa conmemorativo y Juan Villoro, César Antonio Molina, director de la Casa del Lector, y Frederic Amat. Con este acto se dará el pistoletazo de salida a una serie prolija de ellos. El primero, esa misma tarde en la sede del Instituto Cervantes, donde Fernando Savater conversará con Juan Villoro entorno a la significación de Octavio Paz en la poesía y el pensamiento en español en los últimos cincuenta años. Conversaciones múltiples, pues, a ambos lados del Atlántico, con Argentina implicada en los actos en torno a Cortázar, como los que tendrán lugar en la Feria del Libro de Buenos Aires y que culminarán en la de Guadalajara, Argentina será el país invitado,ya avanzado el otoño, donde tendrán lugar homenajes a Paz y Cortázar, conjuntamente. La apoteosis centenaria de la cultura latinoamericana en su modernidad. Eso es lo que se pretende. Para ello, a lo largo del año tendrán lugar actos, estudios, coloquios, pero también ediciones de

libros. El Fondo de Cultura Económica lanzará ediciones especiales de la obra de Paz, publicará la Obra completa en ocho volúmenes, en realidad una reedición de la hizo en su día Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores en España y que pasa por ser una obra más de Octavio Paz en tanto en cuanto fue él el que la preparó, organizando los temas, los artículos o textos sueltos que fue incorporando por temáticas, y una titulada Japón, entrada en la relación del poeta con ese país, mientras Circe y Alfaguara editarán una biografía de Cortázar y un diccionario guía sobre el pensamiento del escritor argentino. El Fondo de Cultura publicará también un curioso libro de fotografías, la mayoría inéditas, de Octavio Paz, y otro, del poeta y diplomático Aurelio Asiain sobre las relaciones de Octavio Paz con los países del Oriente, en especial Japón e India. El libro contendrá ensayos de profesores japoneses sobre la obra de Paz y de japonólogos del mundo que comentarán las relaciones de Paz con ese país, incluso traduciendo a clásicos como Matsuo Basho y sus Sendas de Oku o las versiones de poemas hindúes. También el escritor Alberto Ruy Sánchez publicó recientemente Una introducción a Octavio Paz, un libro sobre detalles de la vida de Paz que muchos expertos desconocen, ya que Ruy Sánchez trabajó estrechamente como colaborador con el Nobel durante dos años. Pero con ser tan indiscutible el legado cultural de Octavio Paz, lo que ahora se debate es la significación política del escritor en la visión y conformación del México moderno. Hay que decir que durante muchos años hubo intelectuales mexicanos que negaron la idea que de México ofreció Paz en El laberinto de la soledad. Hubo quienes negaron, incluso, que Octavio Paz supiera algo de México adscribiéndole a un limbo de cultura cosmopolita en detrimento de

21


una personalidad latinoamericana incapaz de entender lo específico del continente. El que esos mismos intelectuales acusaran a Paz durante muchos años de tomar posiciones netamente conservadoras no ayudó precisamente a su rehabilitación, algo que no necesitó nunca, y cuya defensa de la libertad y democracia son ahora las tendencias dominantes en el discurso político latinoamericano. Esto es precisamente lo que se quiere subrayar ahora y lo precioso del legado político del escritor, un escritor que se significó de joven en la lucha contra el fascismo en España y que criticó con dureza el estalinismo, su ruptura con Pablo Neruda, su amigo de juventud, fue sonada, y en defensa de esa libertad dejó su cargo de embajador en la India cuando la matanza de Tlatelolco, en 1968. El 21 de enero pasado se cumplió el cincuentenario de la muerte de Luís Martín Santos. Hubiéramos querido una incidencia mayor de la efeméride, que pasó sin pena ni gloria. Una vez más, España, nuestra madrastra. www.cuartopoder.es/detrasdelsol/co mienzan-los-actos-del-centenario-deoctavio-paz/4696

El legado de Octavio Paz (Ciudad de México, 1914-1998) es, en palabras de su compatriota y discípulo Juan

Villoro, “oceánico”. De modo que el centenario de su nacimiento, que se celebra este 2014, es la ocasión perfecta para bucear en él, una oportunidad para “regresar a su poesía fundamental, a sus reflexiones sociales, a la forma en que entendió el papel del intelectual en la sociedad moderna y su crítica al totalitarismo”, señala el escritor y periodista. La muerte, hace pocos días, de otro grande de las letras mexicanas, José Emilio Pacheco, ha dejado en suspenso la presentación de los actos oficiales de la efeméride de Paz en España, que iba a tener lugar hoy en la Embajada de México. Pero lo que iba a ser el primero de esos actos conmemorativos sigue en pie, aunque ahora catalogado como preámbulo al programa oficial. Se trata de un coloquio entre Villoro y Fernando Savater en torno a la figura del Nobel mexicano, esta misma tarde, a partir de las ocho, en la sede madrileña del Instituto Cervantes. “Será una charla relajada entre amigos hablando de un amigo común ya fallecido al que admirábamos mucho”, adelanta el filósofo. “A mi juicio, Octavio Paz es un clásico, según la memorable definición de este término que dio Chesterton: clásico es un rey del que se puede desertar pero al que no se puede destronar'. Muchos desertan de él, por el momento, pero su trono está asegurado: cuando pase su purgatorio volverán”, continúa Savater. El autor de Los invitados de la princesa alude con estas palabras al carácter controvertido de la figura de Paz, como también lo hace su contertulio Villoro: “Paz fue un notable polemista. Yo trabajé durante tres años en La Jornada, el diario de referencia de la izquierda mexicana, y allí vi cómo Octavio disfrutaba discrepando con la izquierda desde el seno de la izquierda. Colaboraba con el medio para ejercer el privilegio de no estar de acuerdo. No es casual que le pusiera Plural a su primera revista. Esa

22


voluntad de discrepancia es muy necesaria hoy. Tenemos una retórica del todo o nada, de rechazo al otro. Es un defecto no solo mexicano sino de toda la herencia hispánica”. “Como Borges —continúa Villoro—, Octavio no sólo nos brindó una obra espléndida, sino que amplió el repertorio de nuestros gustos. Su abanico de intereses marcaron a una generación, con sus traducciones de Pessoa, su afición al haikú japonés, sus textos sobre el erotismo y la India, su crítica política, su gran enamoramiento con la pintura abstracta, su redescubrimiento del mundo hispánico y la utilización de la mitología azteca aplicada al mundo contemporáneo... Todo ello configura una galaxia de temas de la que aprendimos mucho”. El gran peligro de las conmemoraciones oficiales, advierte Villoro, es que “el escritor se convierta en estatua y que las celebraciones sean más pomposas que significativas”. Por eso, el mejor homenaje que se puede hacer al autor de Luna silvestre es “leerlo con pasión crítica, con capacidad para discutirlo e interrogarlo y redescubrir nuevos mensajes en sus textos”. A Savater le gusta sobre todo el Paz ensayista, y destaca El arco y la lira, uno de los primeros que leyó de él. Villoro, “siendo caprichoso”, elige Piedra de sol: “Es un larguísimo poema en endecasílabos que intenté memorizar cuando era adolescente”. Y para quienes se aproximen por vez primera a la obra de Paz, nada mejor que El laberinto de la soledad, “un

ejercicio de reflexión poética de las costumbres y rarezas que constituyen el difícil oficio de ser mexicano”.

El Instituto Cervantes acogió esta noche el primer homenaje a Octavio Paz, en este año en que se celebra el centenario de su nacimiento, con una conferencia del escritor Juan Villoro en la que repasó la figura “oceánica” del poeta mexicano, su poesía transgresora, su papel cívico y su amor por la libertad. Este acto, que ha servido de preámbulo al programa conmemorativo de su centenario que próximamente se presentará en México y en España, ya que fue suspendido por la muerte del poeta José Emilio Pacheco, estaba previsto que fuera un diálogo entre el escritor mexicano Juan Villoro y el filósofo Fernando Savater -amigo personal del premio Nobel y premio Cervantes-, pero un retraso en su vuelo ha dejado al frente de un auditorio lleno hasta la bandera a un Villoro que ha entusiasmado al recordar el legado de Paz (ciudad de México, 1914-1998). Aun así, Fernando Savater, que ha intervenido brevemente por teléfono, desde el aeropuerto de Barajas, ha señalado con humor que no se podía contar con Iberia para estas cosas poéticas. Savater ha destacado la claridad de Paz como ensayista. “A él le gustaba la prosa clara como a Ortega, a quien tuvo como modelo, como a los buenos franceses anteriores a Derrida”. “A pesar de que escribía claro, Paz tenía un acento surrealista y contracultural importante. Tenía vocación por el lado oscuro de la vida y eso le vincula a los surrealistas y a otras tradiciones que están muy presentes en su obra, como el yin y el yang”, ha argumentado Savater. También el filósofo ha subrayado la vigencia en el México de hoy de los temas tratados por Paz y ha recordado la importancia del escritor a la hora de denunciar los totalitarismos. Pero, antes, el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, ha tenido también unas palabras de recuerdo para otro gran poeta mexicano, José Emilio Pacheco, premio Cervantes también como Paz y fallecido el pasado lunes. Palabras que han sido pronunciadas en una sala en la que también estaban la embajadora de México en España, Roberta Lajous,

23


representantes del cuerpo diplomático y Alicia Mayer, directora del Centro de Estudios Mexicanos de la UNAM. Villoro ha apuntado la importancia del mito y del misterio del tiempo en la obra de Octavio Paz. “No creía en la cronología. Creía en el tiempo como un misterio esotérico, como los aztecas. Para él la poesía era un instante de sacralidad fuera del tiempo que representa el hoy y un guiño hacia la eternidad”, ha subrayado. Como ensayista, el escritor mexicano ha recordado que para Paz el ensayo era “una forma de cortesía”. Él decía que el enemigo tenía voz humana y que había que respetarlo. Disfrutaba discrepando y por encima de la idea de la democracia y la igualdad social, que heredó de sus abuelos, amaba la libertad. “'La fantasía de la libertad' podría ser un título para la biografía de Octavio Paz”, ha comentado Villoro. Las reflexiones sobre el nacionalismo mexicano, su indagación en la mitología prehispánica, la defensa que hizo del humor, su conocimiento de las culturas orientales, su cosmopolitismo, su militancia en el surrealismo de Breton, con la aventura de la libertad para romper la conciencia, han sido destacadas por Villoro en su charla, en la que también ha recordado el apoyo que dio a la República en España. http://noticias.lainformacion.com/ciencia-ytecnologia/ciencias-filosoficas/octavio-paz-elpoeta-trasgresor-el-intelectual-amante-de-ladiscrepancia_FwAnmIzEAui3mxcmccQQg7/

En 2014 se conmemora el centenario del natalicio de Octavio Paz, José Revueltas, Efraín Huerta y Julio Cortázar Tijuana. En este 2014, se conmemoran 100 años del nacimiento de cuatro grandes pensadores y escritores latinoamericanos: el argentino Julio Cortázar y los mexicanos Octavio Paz, Efraín Huerta y José Revueltas. En diversas ferias del libro se les rendirá un homenaje, como también en las aulas; la catedrática Mónica Morales Rocha de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) recuerda puntual la obra y la situación política que se vivía en ese entonces. “Cada uno desde su visión, desde su postura. Los cuatro nacidos en 1914; los tres mexicanos les toca vivir, pues, el mismo México, la misma problemática, cada uno viene al mundo en el seno de familias que viven afectadas por la Revolución. México es un país fracturado y esto va a afectar a los autores”, explicó. El mexicano nacido en Durango en 1914 y fallecido en 1976, José Revueltas, se destacó por su ideología marxista; su lectura es imprescindible. “José Revueltas en Durango; no olvidemos que es hermano de Silvestre Revueltas. También es importante reconocerle el trabajo

24


como activista político y esto marcó la tendencia de sus letras a lo largo de su vida. Hay que leer sus cuentos”, invitó. Efraín Huerta es otro mexicano también nacido en 1914, en Silao, Guanajuato. Él se destacó por tratar de romper los paradigmas poéticos de su época. “Huerta retoma mucho el tema amoroso, sin despegarse de los temas que a él le provocan la inconformidad, sin perder la ternura. En Huerta hay que leer su poesía completa”, expuso Morales. El gran Octavio Paz, también fue nacido en 1914: poeta, ensayista, diplomático, escritor esencial de las letras en español, nuestro Premio Nobel. “Paz, nuestro Nobel de Literatura, es uno de los escritores más completos en el siglo XX en nuestro país. Más allá de las polémicas que pueda generar, algo que no se le puede negar a Paz es el dominio del lenguaje. Más allá de entrar a su poesía es muy importante leer El laberinto de la soledad, por su visión que da del mexicano”, explicó. Con su forma lúdica, el 2014 es el año de Cortázar en su natal Argentina. Considerado uno de los grandes escritores que revolucionaron la forma de crear novelas, conocido por muchos lectores jóvenes a través de Rayuela y la creación de sus personajes, los cronopios, las famas y las esperanzas. “Cortázar hay que leerlo todo; Rayuela es su obra más simbólica. Para quien nunca ha leído a Cortázar hay que leer Historias de cronopios y

de famas“, recomendó. En nuestro país se organizan actualmente mesas, debates y coloquios relacionados con estos grandes escritores y en la próxima Feria del Libro en Tijuana tendrán un espacio importante. www.milenio.com/cultura/Recordar-volver-leer_0_236376623.html

En este ciclo decidimos invitar a amigos escritores de edades y sensibilidades muy distintas quienes nos contarán por qué hoy la obra de Octavio Paz sigue siendo importante ya que nos parece capital regresar a los textos y celebrar así el legado de un autor primordial. Del 20 de febrero al 10 de abril, 19:30 hrs. Entrada libre.        

20 de febrero, Eduardo Milán 27 de febrero, Luis Felipe Fabre 6 de marzo, Jorge F. Hernández 13 de marzo, Alberto Ruy Sánchez 20 de marzo, Ilán Semo 27 de marzo, Jean Meyer 3 de abril, Tedi López Mills 10 de abril, Daniel Saldaña

El Ayuntamiento de Marbella va a rendir homenaje a tres importantes escritores de la lengua española, el mexicano Octavio Paz y los argentinos Bioy Casares y Julio Cortázar, con motivo del centenario de su nacimiento en 2014, a través del ciclo de conferencias titulado “Tres Centenarios, que tendrá lugar en el Centro Cultural San Pedro durante el mes de febrero.

25


La concejala de Cultura y Enseñanza, Carmen Díaz, ha destacado que “con este ciclo literario estamos consiguiendo el objetivo de tener una programación permanente de actividades literarias con la presencia de escritores importantes en el municipio, como es el caso de otras figuras de la literatura que han pasado por el centro cultural”. En este sentido, la edil ha mencionado a Fernando Iwasaki, al Premio Planeta Lorenzo Silva, Julio Llamazares, Ramón Tamames, Luis Alberto de Cuenca, al ‘Premio Cervantes’ Antonio Gamoneda, Nativel Preciado, Eduardo Mendicutti y María Dueñas, entre otros escritores. El ciclo ‘Tres centenarios’ se compone de tres conferencias que se ofrecerán los tres primeros jueves de febrero en el Centro Cultural San Pedro, a partir de las 20:00 horas: el día 6 de febrero, el poeta, novelista y crítico literario, Juan Malpartida Ortega, ofrecerá la conferencia “Vida y obra de Octavio Paz”. El 13 de febrero, el profesor, escritor y guionista, Pedro Molina Temboury, disertará sobre “Adolfo Bioy Casares, la imaginación razonada”. Por último, el 20 de febrero, el profesor y escritor, Fernando Rodríguez Lafuente, cierra el ciclo con “Julio Cortázar. La realidad al revés”.

La estancia del escritor mexicano Octavio Paz en territorio francés será abordada por el editor Philippe Ollé-Laprune en la conferencia “Francia y México: diálogos literarios”, programada el próximo domingo en el Palacio de Bellas Artes. La sesión tendrá lugar en la Sala Manuel M. Ponce del máximo recinto cultural del país, donde Philippe Ollé-Laprune hablará sobre las actividades realizadas en París por Octavio Paz, quien ocupó diversos cargos diplomáticos por más de 20 años, informó el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), mediante un comunicado. Philippe Ollé-Laprune (1962) es editor, traductor y promotor del intercambio cultural entre México y Francia, además de ser fundador de la Casa Refugio Citlaltépetl y de la Agencia Ad’Hoc de cultura. También estuvo a cargo del Servicio Cultural de la Embajada de Francia en Honduras. Octavio Paz (1914-1998) llegó en 1946 a París, donde permaneció hasta 1951, y se situó inicialmente como secretario de la Embajada de México, para establecer relaciones de índole política y un acercamiento con personajes pertenecientes a corrientes como el surrealismo. También destacan su apoyo a los españoles en el exilio debido al franquismo, sus vínculos con comunistas disidentes griegos o su denuncia pública ante la existencia de los campos de concentración soviéticos en 1951. Además, el autor de El laberinto de la soledad (1950), se encargó de difundir la literatura y el talento de los artistas de su nación, como el trabajo del pintor oaxaqueño Rufino Tamayo (1899-1991). Asimismo, comenzó a preparar una antología de poesía nacionalista, en la que unió su talento al de varios escritores destacados como Samuel Beckett (1906-1989), ganador del Premio Nobel de Literatura 1969, quien lo apoyó como traductor al francés de esta reunión de poética. www.sinembargo.mx/31-01-2014/891127

www.marbella24horas.es/cultura/marbell a-rendira-homenaje-a-octavio-paz-bioycasares-y-julio-cortazar-5623

26


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.