Forensis 2007
FORENSE. adj. (del latín forensis). Judicial, abogado Del latín forum, espacio libre. Foro, lugar donde los
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DATOS PARA LA VIDA
magistrados ejercían su jurisdicción y los tribunales administraban justicia. Del latín foras, de fuera.
CONTENIDO
Editorial
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Metodología
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Lesiones de causa externa
Lesiones personales
Violencia intrafamiliar
Informes periciales por presunto delito sexual
Epidemiología de los suicidios
Muertes y lesiones por accidente de tránsito
Muertes y lesiones accidentales
Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses
Homicidios
17
Germán De La hoz Bohórquez
11
Luz Janeth Forero Martínez
57
Germán De La hoz Bohórquez
97
Pedro A. Carreño Samaniego
141
Jorge Oswaldo González Ortíz
179
Jorge Oswaldo González Ortíz
205
Luz Janeth Forero Martínez
245
Marta Isabel Soriano Bernal
Artículos Mujeres víctimas de homicidio en Bogotá: una realidad por revelar
281
Patricia Rozo Lesmes - María Himelda Ramírez
Acosadores escolares o "bullys" en Bogotá: perfil de un comportamiento invisible en ámbitos escolares
292
Maristella Góngora Torres - Bernardo Pérez Salazar
La familia: soporte básico en la prevención del suicidio
Representaciones sociales de la violencia intrafamiliar en la prensa
Homicidios y muertes violentas. Un análisis comparativo de las fuentes en Colombia
Las infracciones a la misión médica en Colombia: un tema olvidado
Daniel Fajardo, ilustrador invitado
307
Leonardo Aja Eslava
315
Raquel Vargas - Gladys Ariza
323
Jorge Alberto Restrepo - Katherine Aguirre
333
Saúl Franco Agudelo - Liliana Carolina Báez Quintero
344
ArtĂculos complemetarios
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ArtĂculos
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BÁSICO EN LA PREVENCIÓN DEL SUICIDIO
Leonardo Aja Eslava Psicólogo Experto en drogodependencias
Lo primero que habría que hacer, sería mirar el problema en sus justas y reales dimensiones, es decir, eliminar cualquier sobre estimación o subestimación del fenómeno. Primero: el suicidio en Colombia no ha aumentado, sino que todo lo contrario, desde al año 2000 hasta el 2006, ha mostrado una clara tendencia a la baja. Este hecho es bastante alentador y podemos soportarlo con los reportes hechos por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Segundo: Colombia, frente a otros países del mundo, tiene una tasa de suicidio catalogada como baja, lo cual es también bastante alentador. Tercero: efectivamente en otras latitudes del mundo, el suicidio ha venido en aumento y como fenómeno global, en la actualidad mueren más personas por su propia determinación que por los homicidios, incluyendo las muertes generadas por los conlictos bélicos. Se estima que cada 40 segundos muere alguien por ho-
micidio en algún lugar del mundo, mientras que por suicidio, ocurre cada 30 segundos. Este hecho, es merecedor de alarma. Cuarto: el suicidio ha venido en aumento específicamente en la franja de edad entre los 15 y 24 años y Colombia no se aparta de esa tendencia. Este punto, es realmente el merecedor de nuestra atención y preocupación: por encima de que en Colombia las tasas globales de suicidio estén disminuyendo y que Colombia esté catalogado como un país con una tasa baja, ¿por qué son los jóvenes quienes más están optando por la autoeliminación? Este tendría y tiene que ser nuestro principal foco de atención. Para poder medianamente entender que es lo que posiblemente esté motivando a nuestros jóvenes y a los de gran parte del mundo entero, a optar por la salida del suicidio, es importante tener presente la interacción de algunos elementos de nuestro contexto actual, que si bien no resuelven del todo la pregunta, por lo menos nos dan algunas luces de entendimiento.
I. LAS SUSTANCIAS PSICOACTIVAS No vamos a dar una mirada histórica de lo que ha signiicado el consumo de sustancias en nuestra especie. Nos detendremos especíicamente en un momento determinado. Hasta antes de los años 60, el consumo de sustancias psicoactivas (SPA) tales como la marihuana, era algo que se encontraba en el bajo mundo, pero el
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LA FAMILIA: SOPORTE
La temática del suicidio ha empezado a despertar el interés y preocupación de múltiples sectores de la sociedad colombiana en los años más recientes. Lamentablemente la motivación por este tema ha sido la distorsión creada por la divulgación de casos de suicidio en los jóvenes, de tal manera que se ha creado una idea falsa de que el suicidio ha venido en aumento. Lo cual genera un ambiente de desasosiego, frustración y abatimiento entre muchos.
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movimiento contracultural Hippie, coloca esta sustancia al alcance de la clase media masiicando su consumo. Obviamente no fue la única sustancia con la cual se empiezan a identiicar los rebeldes jóvenes de Woodstock, está también el ácido lisérgico (LSD) y otras sustancias psicodélicas como los hongos y el peyote. A partir de este momento se empieza a observar una progresión no sólo en la variedad de sustancias que se empiezan a popularizar sino también en las poblaciones que comienzan a acceder a ellas. Los años 70 podrían llamarse el “boom” de la heroína y otras sustancias depresoras, los 80 fue el reinado de la cocaína y los 90 empiezan a distinguirse por las llamadas drogas de diseño, siendo el éxtasis (MDMA) la más llamativa. Hoy por hoy, son tantas y variadas las sustancias, que es difícil encontrar un consumidor de SPA que esté aicionado sólo a una de ellas: la nuestra es claramente la época del policonsumo. La gran pregunta es: ¿cuál es el problema con el consumo de sustancias? Más allá de las innumerables pruebas existentes acerca de los daños físicos y psicológicos que acarrea el consumo de SPA, el verdadero problema radica en: la pérdida de la regulación y control social del consumo. Al hacer una comparación de los patrones de consumo contemporáneos con los que se han presentado en otros momentos y culturas a lo largo de la historia, se hacen evidentes las diferencias. Mencionaremos tan sólo dos: primero, el consumo de sustancias en otras culturas ha estado altamente relacionado con rituales místicos y religiosos, circunscribiéndose el consumo a lugares y momentos muy concretos y especíicos. Segundo, es clara la restricción de quiénes po-
dían consumir y quiénes no. En la gran mayoría de las culturas el consumo era (y sigue siendo) altamente restringido a las mujeres y los infantes (1) (2). No es así el caso para nuestra cultura actual postmoderna. No está de sobra precisar que al hablar de SPA indiscutiblemente también estamos hablando del tabaco y el alcohol. ¿Por qué hacer mención de ello? Simple: por la estrecha relación demostrada entre el riesgo de suicidio y el abuso en el consumo de sustancias. Preocupa más, cuando desde hace años se hace evidente que la edad de primeros consumos cada vez es más temprana (3) (4) (5) (6). Veamos algunas evidencias que muestran la relación entre el riesgo de suicidio y el consumo de SPA. En una investigación (7) realizada, tomando como muestra estudiantes universitarios y adictos en recuperación, se encontró que a mayor consumo de sustancias, era mayor la presencia de ideas e intentos de suicido. Al analizar sólo el grupo estudiantil, hubo mayor reporte de ideas e intentos de suicidio entre aquellos que además de tabaco y alcohol, también consumía algún otro tipo de SPA ilegal. Por otro lado, en una estrategia de prevención de riesgo de suicidio y consumo de SPA que se ha venido desarrollando desde 1999 hasta la fecha en un colegio en Bogotá, se han identiicado dos patrones interesantes: primero, que las ideas e intentos de suicidio son más frecuentes entres los chicos que consumen SPA ilegales, luego les seguirían aquellos que sólo han consumido tabaco y/o alcohol y por último, aquellos que no han consumido nada (8).
Analizando otro contexto, en una investigación realizada en una entidad del gobierno, se encontró entre otras cosas, que las problemáticas con el consumo de alcohol era una variable importante que podía explicar una parte de las historias de suicidio que se han presentado en dicha institución (9), a tal punto que una de las directrices del plan de prevención es precisamente la reducción en el consumo de alcohol. Observemos más datos sobre Colombia. El Centro de Referencia Nacional sobre Violencia del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, en una de sus publicaciones dice: “Del total de muertes autoinlingidas, el 39,3% presentan niveles positivos de alcoholemia…” (10), haciendo referencia al comportamiento de las muertes violentas en Bogotá, desde 1996 hasta 1999. En este mismo sentido, en el año 2000, en el 79% de los casos de suicidio en los cuales fueron practicadas pruebas de alcoholemia, el 35,8% resultaron positivas para alcohol (11). En Colombia encontramos que: “De los 1.862 casos de suicidio, se solicitaron 1.032 pruebas para alcoholemia, de las cuales el 44% (454) fueron positivas… ”. (12) Podrían hacerse más referencias y menciones en este sentido, pero se estaría sobreabundando la información. La idea que se desea resaltar está encaminada en este sentido: ya se mencionó las importantes tasas de suicidio en las personas entre los 15 y 24 años y de manera coincidente, es también en estas franjas de edad en donde se observan los reportes más altos de consumo de las diferentes sustancias. ¿Una simple coincidencia? Es entonces bastante evidente que una forma de reducir el riesgo de suicidio en los jóvenes
Aparentemente son claras las sanciones para los establecimientos que venden cigarrillos y alcohol a los menores, pero ¿cuál es el nivel de denuncia en este sentido? ¿Cuál suele ser la reacción de un padre que tiene conocimiento que su hijo de 15, 16 ó 17 años ya está fumando cigarrillo o ingiere alcohol regularmente, así sea la aparentemente “inofensiva” cerveza? ¿Ya empezamos a ver cuál puede ser entonces el papel de la familia dentro de las labores de prevención del riesgo de suicidio? No es suiciente con decir que los amigos inluyen (para bien o para mal), los padres debemos y tenemos que tener posiciones claras y irmes con respecto al consumo de sustancias en los menores de edad. Esta es una primera tarea.
II. LA DEPRESIÓN Ya es voz del pueblo que los trastornos del afecto (la depresión) se han constituido en la gran amenaza en la salud mental para el siglo XXI. Lo inquietante es que nuevamente es en los sectores más jóvenes de la población en donde se está observando la mayor incidencia y no sólo en adolescentes sino incluso también en infantes: “Es así como, la carencia de afecto y de seguridad, incluso desde el nacimiento, puede sembrar la semilla de la depresión, relejada en la falta de seguridad y conianza en sí mismo, desesperanza, desconianza ante los seres queridos y baja autoestima. Los
niños deprimidos pueden ser infantes…” (13). El Estudio Nacional de la Salud Mental en Colombia, identiica los problemas depresivos, como la segunda causa de dolencias de enfermedad mental de los colombianos, con una prevalencia de vida del 12,9% (6). Se estima que en los Estados Unidos, una de cada 10 personas tiene un problema depresivo (14) (15) (NIH, 2001, 2002). Además, la depresión tiene una íntima correlación con las conductas suicidas, al punto tal que algunos autores consideran que padecer depresión, podría llegar a ser un buen predictor de la ideación suicida (16). "En los pacientes con depresión recurrente, el 15% cometen suicidio" (17). De manera semejante Maris (1992) menciona como se ha estimado que al menos un 15% de las personas diagnosticadas con depresión, cometerán suicidio y que dos terceras partes de quienes se han suicidado, padecían algún trastorno afectivo (18). Igualmente, existe también una estrecha relación entre la depresión y los problemas relacionados con consumo de sustancias: “Los dos trastornos mentales que con mayor frecuencia se asocian al suicidio son la enfermedad depresiva y el alcoholismo” (19). Es así, que tenemos una triada muy compleja que se nos muestra y es la comorbilidad de trastornos del afecto, especíicamente un cuadro depresivo; la existencia de ideación suicida y los trastornos por consumo de alcohol y/o alguna otra SPA con fuerte acción sobre el sistema nervioso central. Veamos las opiniones de algunos expertos al respecto: “La Intoxicación etílica aguda en un paciente depresivo produce primero efectos
desinhibidores pero después menor capacidad de juicio, mayor agresividad e impulsividad siendo posible que el paciente decida el suicidio como mejor salida a su situación vital” (20). La pregunta que ya debe estar en el aire a estas alturas, es: ¿Cuál es la relación entre estos factores y la familia?Ya entraremos a precisar tales conexiones al analizar algunos cambios muy fuertes que han sufrido las familias con el pasar del siglo XX.
III. CAMBIOS DE LAS FAMILIAS CONTEMPORÁNEAS A continuación se mencionan algunos de los que se han considerado quizás los cambios más signiicativos de las familias a lo largo del correr del siglo XX y que son un legado para el siglo XXI. 1. Disminución del número de miembros de la familia. Es decir, se hace evidente la transición de la familia extensa a la familia nuclear y ahora a la familia monoparental. La implicación es la disminución de los recursos humanos para la crianza de los hijos (21). Menor número de miembros en una familia, signiica disponer de una red de soporte social más débil. En antaño, si por alguna desgracia de la vida los niños llegaran a quedar huérfanos de padre y madre, era absolutamente obvio que bien fuera los tíos paternos, los maternos o los abuelos entrarían inmediatamente a suplir esa función. Hoy por hoy, claramente no es tan obvio. Antiguamente, además de numerosos hermanos, los niños disponían de decenas de primos con quienes compartir y aprender las habilidades sociales básicas tan impor-
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es postergando lo máximo posible su contacto con las SPA. De hecho la ley colombiana es muy clara en decir que los adultos no deben suministrarle SPA a ningún menor de edad, salvo cuando se trata de manejos médicos.
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tantes para llegar a ser adultos responsables y competentes. Actualmente, disponer de hermanos comienza a ser algo extraño y en el mejor de los casos se tendrá 2 o a lo sumo 3 primos.
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2. Aumento del horario de trabajo y la incorporación de la mujer a la vida laboral. Por un lado hay un incremento en los recursos económicos de la familia, pero por otra parte, disminuye signiicativamente el contacto y la comunicación entre padres e hijos. Es cuando nacen los llamados “niños de las llaves” (21). Las diferentes guerras dejaron como una de tantas desgracias, las fábricas desocupadas de las poderosas manos masculinas, obligando a las mujeres a entrar a ocupar tales plazas. Al menos eso fue evidente después de la Primera y Segunda guerra mundial. El crecimiento de las urbes, empuja a las nuevas familias residentes, procedentes de los entornos rurales, a reducir el número de miembros y buscar más ingresos, dado que sostener un nivel de vida en la ciudad será siempre más costoso que en el campo. La mujer debe entonces emplearse y desarrollar su papel de madre a menos de medio tiempo.
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3. Paso del modelo autoritario de educación al modelo permisivo. La falta de autoridad por parte de los padres y profesores es algo cada vez más notorio y marcado (21). Aja (2006) hace bastante claridad en las graves consecuencias en la falta de deinición de normas y límites para con los niños y adolescentes, al mencionar que con los esquemas de autoridad permisivos “Sabrán que están ayudando a crear una generación que se plegará fácilmente ante la adversidad y que sus vidas sólo tendrán
sentido en tanto que estén conectados a alguna terminal virtual de las niñeras electrónicas”(22). Si bien nuestros abuelos lamentan terriblemente las palizas de las cuales fueron víctimas, para muchos niños y jóvenes es difícil tener un recuerdo en el que su padre o madre los hayan castigado severamente en algún momento. Lo más terrible de esta irónica paradoja, es que las cifras de maltrato infantil siguen en aumento, pero no es equivalente entender este tipo de violencia con la corrección: unos niños nunca en su vida sabrán lo que es la correa, pero otros llegan con fracturas a los servicios de urgencias y con la respuesta de la mamá de que esa lesión el niño se la causó porque “se cayó”. 4. Aumento en las tasas de divorcios y las madres solteras. Ya se había hecho una referencia al nuevo modelo de familia, que es la monoparental, es decir un sólo progenitor al frente, que en la mayoría de los casos son las actualmente llamadas madres cabeza de familia. Ellas tienen principalmente dos fuentes de aporte: los divorcios y las madres solteras. Por otro lado, las familias reconstituidas, aun cuando aparentemente pueden ofrecer un soporte, pueden llegar a generar ciertas diicultades. Apelando al estereotipo construido socialmente sobre el padrastro y la madrastra, que suelen ser presentados como seres perversos (la literatura infantil esta llena de ellos), en muchas ocasiones lo que se observa es que el padrastro suele cumplir un papel presencial más no funcional en términos afectivos. “Para algunos adolescentes, el divorcio, la formación de una nueva familia con padrastros hermanastros, o las mudanzas a
otras nuevas comunidades pueden perturbarlos e intensiicarles las dudas acerca de sí mismos. En algunos casos, el suicidio aparenta ser una "solución."” (23). 5. Violencia, desplazamiento y desempleo: las tres condiciones afectan y vulneran directamente no sólo la solidez de la familia sino su sobrevivencia misma, especíicamente en el contexto colombiano. Describiendo solamente la situación de la violencia intrafamiliar, desde 1996 hasta el 2001, hay sistemáticamente un aumento de la tasa de violencia intrafamiliar entre conyugues, hacia menores de edad y entre otros familiares. Desde el año 2002 hasta el 2004 se reporta una reducción sistemática de la violencia intrafamiliar y nuevamente para los años 2005 - 2006 hay un incremento muy importante, presentándose en el 2006 una cifra record (72.849 en el 2006 contra 59.770 en el 2004) (24) (25) (26) (27) (28) (29). Sin ser sus únicas razones generadoras, la violencia intrafamiliar está alimentada por el desplazamiento forzado y por el desempleo, lo cual nos crea un círculo macabramente desolador en este sentido.
Haciendo la trenza “En la actualidad es muy frecuente escuchar que la familia está en crisis. El incremento de los índices de divorcio, de maternidad temprana y soltera, de hogares uniparentales, de uniones consensuales, hacen pensar en la desintegración de esta institución” (30). El aumento del divorcio en los últimos 30 años en diferentes latitudes, es un fenómeno alarmante, dado que hay registros de aumento del divorcio que van del 100% hasta el 300% (31).
Algunos dirán que se está presentando un cuadro demasiado dantesco. Ojalá tan sólo fuera una pintura. Observemos algunas de las evidencias que nos permiten soportar las airmaciones hechas. Al parecer, cada vez son más claras las muestras que indican que el divorcio de los padres es una de las variables que estaba más presente en la historia de adolescentes que murieron por suicidio o al menos eso fue lo que arrojó una investigación realizada por la Universidad de Carolina del Norte (32). Por otra parte, si recordamos lo encontrado en el año 2006 como las motivaciones más frecuentes para el suicidio, estuvieron en primer lugar las diicultades con la pareja o ex pareja y en segundo lugar, las diicultades económicas (33). Por otro lado, “Las estadísticas americanas muestran que los divorciados tienen seis veces mayor frecuencia de problemas psiquiátricos que quienes perma-
necen casados, así como tienen el doble de posibilidades de suicidio, más problemas de alcoholismo y abuso de sustancias químicas y, curiosamente, más riesgo de morir por enfermedades médicas tales como enfermedades cardiovasculares y cáncer” (34). Continuando, los adultos que se divorcian también ven aumentados sus propios riesgos de salud o al menos esa es una de las conclusiones a las cuales llegó el Instituto de Ciencias de la Familia (2002) tras hacer una exhaustiva investigación alrededor del tema del divorcio: los conyugues divorciados presentan más problemas de salud mental y física y sus hijos tienen mayores problemas psicológicos y de aprendizaje. Dentro de los problemas mencionados referentes a los adolescentes, están el suicidio, la ansiedad, los estados depresivos y el alcoholismo entre otros. Volviendo a los menores, los hijos de padres que optan por el divorcio, son lanzados precipitosamente a una montaña rusa emocional fuera de cualquier control. Todos estos cambios tan dramáticos, incrementan los niveles de estrés, tanto para los adultos como para los niños. Algunas de las reacciones comunes que se observan en los niños frente al aumento del estrés son: Conducta retraída Disminución del sentido de seguridad Disminución de la autoaceptación y de la autoestima Disminución en el desempeño académico Diicultades de sueño Cambios emocionales (es decir ira, resentimiento, tristeza, desamparo) Cambio en el apetito Retracción emocional de las relaciones
Involucramiento en actividades de alto riesgo tales como abuso de droga y alcohol, conductas delictivas, conductas sexuales de alto riesgo, fuga Autocensura, culpa y vergüenza
Creando soportes Acudiendo al título del presente artículo, ¿Cómo debemos entender a la familia como el soporte básico en la prevención del suicidio? Comencemos desde el inicio. El primer punto es deinir cómo es que se están constituyendo las familias mismas. Una de las temáticas más controvertidas en los tiempos actuales se relaciona con la educación sexual orientada a los jóvenes. Ineludiblemente, hay que abordar el tema de la formación sexual de los jóvenes, más si recordamos que una de las temáticas de preocupación de la salud pública es el importante incremento en los embarazos no deseados en adolescentes y consecuentemente, el incremento en los casos de aborto y de madresolterismo. Se estima que uno de cada tres niños que nace, carece de un padre responsable. Es decir, que cada uno de estos niños que nacen sin el soporte efectivo de un padre, empieza a vivir en condiciones de vulnerabilidad y susceptibilidad frente a muchos riesgos, entre ellos, el del suicidio. Ahora bien, no en vano, cada vez está siendo más frecuente la idea dentro de los diferentes programas de educación sexual, de promoverle a las nuevas generaciones dos ideas aparentemente revolucionarias y a la mirada de algunos, quizás retrogradas: 1. Procurar tener el inicio de las relaciones sexuales en el seno del matrimonio.
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Podemos entonces hacer una trenza macabra construida a partir de estos seis hilos: la tendencia a tener menos hijos, lazos familiares cada vez más débiles y distantes, padres que disponen de poco tiempo para sus hijos debido a sus actividades laborales, lo cual puede llevar a tener un patrón de autoridad relajado, una forma velada de “compensar” el poco tiempo que se comparte con los hijos y inalmente, la crisis matrimonial que desencadena en separaciones y divorcios. ¿Quiénes son los principales damniicados de todo esto? Los niños y jóvenes que terminan manifestando su desapego a través de los brotes depresivos, el consumo de sustancias y finalmente, las ideas, tentativas y como consecuencia, los suicidios consumados.
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2. Si la idea de abstenerse hasta el matrimonio la ven inviable, al menos, procurar que el inicio de sus relaciones sexuales sea en una edad adulta.
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Lo interesante, es que no son necesariamente las autoridades eclesiásticas las únicas promotoras de esta idea. La agencia americana para el desarrollo internacional (USAID) muestra como la estrategia de ABC (abstinence, be faithful and condoms) que invita a evitar las relaciones sexuales, que éstas sean mutuamente monógamas con una persona no infectada y por último, informar que el uso del preservativo puede disminuir, pero no eliminar el riesgo de infección ha sido un programa que ha mostrado resultados positivos en muchos países africanos y que ya existen evidencias de resultados en países desarrollados (35). En los Estados Unidos, cada vez es más frecuente la promoción de comenzar la vida sexual hasta el matrimonio y las entidades que están favoreciendo está idea son precisamente las autoridades sanitarias. No me extenderé en explicar exhaustivamente cuál es una de las principales motivaciones para tal idea, solamente menciono esta abreviatura: VPH (Virus de Papiloma Humano).
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La segunda idea, asumiendo que ya se ha constituido una familia en donde hombre y mujer se han comprometido en matrimonio bajo algunos de los parámetros que la sociedad reconoce como aprobación social (matrimonio religioso y/o civil), uno de los pilares fundamentales que guíe y oriente la nueva evolución de esta pareja (que ya es una familia) es que dentro de sus pilares se encuentre el desarrollo de una vida espiritual. Para ello, apoyémonos
en el gran libro: “El que escucha la palabra pero no la pone en práctica es como el que se mira el rostro en un espejo y, después de mirarse, se va y se olvida en seguida de cómo es”. (Santiago 1: 23-24). Nuevamente, se puede tener la fuerte idea de que son conceptos medievales salidos de contexto. La idea de desarrollar una vida espiritual va más allá de cuál es la religión que se diga profesar o incluso, supera el hecho de simplemente cumplir con unos deberes litúrgicos de ines de semana. Cada vez, la ciencia misma es la que está generando los mayores aportes que están demostrando como el desarrollo de una vida espiritual se constituye en un factor protector frente al consumo de drogas, el riesgo de suicidio y otras situaciones no deseables en la vida de un niño, un joven o un adulto (36) (37) (38) (39) (40) (41). El tercer punto de importancia, es cómo la pareja desarrolla su papel de padres y concretamente, cuál es la deinición de pautas de crianza. Esto hace referencia a la deinición de normas, límites, premios, sanciones, correcciones y castigos. En la recuperación de personas con diicultades con SPA, uno de los puntos más complicados es precisamente la deinición normativa por parte de los padres. En muchos casos de depresión, la falta de claridad en las normas en casa es una de las variables inluyentes en la condición depresiva del adolescente. En el manejo de niños con déicit de atención o síndrome negativista desaiante, los terapeutas son muy enfáticos con los padres en la importancia de la definición de normas claras, coherentes y precisas. Cosas como la mutua desautorización entre los padres,
rogarle a los niños, darles premios y castigos desproporcionados (por exceso o defecto), prometer y no cumplir, la consistencia en el mantenimiento de las normas, no tener deinido previamente la consecuencia por una conducta inapropiada, sancionar bajo estados de ira (22), el chantaje y la manipulación afectiva “Si te tomas la sopa, mamá te quiere; eso sólo lo hace un niño malo; todos los problemas entre tu mamá y yo son por tu culpa” por parte de los padres y la sobreprotección entre otras, son algunas de las formas en las que se puede hacer evidente el caos normativo bajo el cual viven muchas familias y que lamentablemente generan niños y jóvenes desorientados, temerosos o en otros casos, pequeños tiranos que consideran que el mundo debe y tiene que girar a su alrededor, más cuando papá y mamá les han reforzado esa idea sistemáticamente de una manera velada. No nos refugiemos en la idea en que la sociedad está mal, que los amigos de nuestros hijos son los malos, al igual que la música que oyen o las páginas de Internet a las que acceden. Es molesta inquietante y nociva esa actitud de impotencia y minusvalía que muchos padres adoptan frente a la educación de sus hijos. Si deseamos ver una sociedad transformada, no nos ocupemos por cambiar al esposo, al jefe, al vecino, al gobernador o al presidente. Mejor, enfoquemos nuestro esfuerzo en cambiar a la única persona que podemos cambiar: a cada uno de nosotros. Muy probablemente, iniciando un cambio y transformación personal, podremos ser ejemplos ediicantes para quienes nos rodea, sobre todo, si nuestro ejemplo es consistente, congruente y coherente. Si empezamos a irra-
diar ese ejemplo en las personas más cercanas, muy posiblemente seremos una fuente de inluencia positiva, formadora y fortalecedora para nuestros hijos.
Para cada uno de nosotros que nos hacemos llamar padres: cuando estés cerca a la hora de tu muerte y tuvieras la oportunidad de preguntarles a tus hijos cómo te recordarán, ¿Qué te gustaría oír? Claro está, si aún tienes familia.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS (1) Pérez Gómez, A. Historia de la Drogadicción en Colombia. Bogotá: Tercer Mundo Editores – Ediciones Uniandes. (1988). (2) Pérez Gómez, A. (1994). Sustancias Psicoactivas: Historia del Consumo en Colombia. Bogotá: Tercer Mundo Editores – Ediciones Uniandes. (3) Pérez, A; Aja, L; Correa, E. ¿Qué consumen los Colombianos? Bogotá: 1988 – 1992. Revista ADICCIONES. 1993, Vol 5, 3. pag. 247 – 256. (4) Rodríguez O; E. (1997). Consumo de Sustancias Psicoactivas en Colombia: 1996. Bogotá: Editorial Cra 7ª. (5) Rumbos. (2002). Juventud y Consumo de Sustancias Psicoactivas: Resultados de la encuesta nacional de 2001 en jóvenes escolarizados de 10 a 24 años. Bogotá: Presidencia de La República de Colombia. (6) Ministerio de la Protección Social. (Agosto 2004). Estudio Nacional de Salud Mental Colombia 2003: Informe descriptivo componentes adultos. Bogota. (7) Aja Eslava, L. (Octubre 1997) Estilos de Afrontamiento, Riesgo de Suicidio y Consumo de Sustancias Psicoactivas. Thunder Bay: 8va Conferencia Anual de la Asociación Canadiense para la Prevención del Suicidio. (8) Aja Eslava L.; Gómez Avila, J.J. 1999 – 2006: Siete Años de Experiencia en la Prevención del Riesgo de Suicidio. Psimonart: Revista del Instituto del Sistema Nervioso Central. 2008. Vol 1. Nº 1 Pag 95 – 114. (9) Fernández Noguera, M.M. Aja Eslava, L. Panqueva Matiz, J. (Septiembre 2003). Plan Psicoproiláctico de Prevención del Suicidio en una Institución de Administración de Justicia. Cartagena de Indias: II Congreso Latinoamericano de Psicología de la Salud. (10) Valencia, C. Influencia del alcohol en la muerte violenta, estudio de caso Bogotá: 1996-1999. Centro de Referencia Nacional sobre Violencia. Vol 6, N° 2 Febrero del 2001
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Intentando concluir, el ser humano es por deinición ante los ojos de la biología y la antropología, una especie inepta, débil, vulnerable y casi inviable. Sin embargo, el secreto de su supervivencia radicó primero en el poder de asociación (las bandas nómadas) y posteriormente en la especialización de esa asociación (la creación de la familia). Ahora bien, si nuestras formas y estilos de vida actuales están minando, fragmentando, lacerando y destruyendo aquella fórmula evolutiva de adaptación que se llama la familia, ¿cuál creen ustedes que será el destino de nuestra especie?
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