Letras enlazadas Núm 8 by Letras Enlazadas

NÚM. 8 - DICIEMBRE 2013 - AÑO I

Letras Enlazadas

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

Colaboradores

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Carta de la directora

Bienvenidos a la revista Nº8 la ultima del año. En este numero sabremos los ganadores y finalistas de nuestro certamen literario y también del certamen literario de Ediciones Ortiz. Además hablaremos de las visitas y tendréis vuestro espacio para poder votar los relatos que más os han gustado durante estos 8 números. Entre los que mandéis vuestras votaciones se hará un sorteo y os mandaremos un regalo. Es un sorteo Internacional por lo tanto, el regalo ira vía correo sin certificar. ¿Queréis saber que más cosas os podéis encontrar? 3 Magníficos certámenes literarios de Ediciones Ortiz, Certamen HOT y Certamen serie Z.

Samy S.Lynn

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Índice RELATOS

Foto portada:

www.fotocommunity.es

Sala de espera . . . . . Extraños . . . . . . Quiromanceros . . . . . La amante del jardinero . . . La teoría de la quinta cerveza . . De escaleras y ascensores . . . El manuscrito del Diablo . . . La pequeña pastorcilla . . . . Un noviembre cualquiera . . . Carla. 1.ª parte . . . . . Tiempos robados. 2.ª parte . . .

6 27 35 44 46 48 51 58 60 65 68

MICRORELATO

La épica historia del Caballero Blanco y el Caballero Negro. 3.ª parte . .

ANTOLOGÍA “MI PRIMERA VEZ”

“ESCUELA DEL DELIRIO”

Relato 1 . . . . . . 73 POESÍA

El trasnochador . . . . . 79 ARTÍCULO

El lado más humano y desconocido del TDA_H (déficit de atención con o sin hiperactividad) y otros 4

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trastornos . . . . . . 80 IV encuentro RA . . . . 83 CINE. fila 7 butaca 15

El Llanero Solitario . . . . 90 Los Tres Mosqueteros . . . . 92 Pacific Rim . . . . . 94 CRÓNICA

Tertulia RA en Bibliocafé .

RINCÓN SOLIDARIO

Asociación APNADAH .

RESULTADOS CONCURSOS 102 CONCURSOS

1.er Concurso Literario de Temática Erótica 104 1.er Concurso Literario de serie Z . 106 SORTEO .

108

PUBLICACIONES DE NUESTROS COLABORADORES . . . 112 Directora, escritora y reseñadora: María del Carmen Ramírez Samy S.Lynn Ysbhala Escritores: Candela Robles Abalos O. A. Hanksler Andrea B. Rain David López Rodríguez Correctoras: Encarni Arcoya Inés Llop José Ramón Peces Asia Lafant Javier García Reseñadores: Pilar Descalza Sally Night Mare R.Soto Diseño y maquetación: Mocer Francisco Miguel López Gallardo Cristina Calahorro Zafra LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

Sala de espera El plasma colgado de la pared como si de un cuadro se tratase no emitía más que niebla, con un molesto e incesante pitido como banda sonora. Casi imperceptible en un primer momento con el tiempo terminaba por ser un sonido insufrible. O bien algún paciente había manipulado el aparato o la conexión del TDT se había desvanecido a causa de la fuerte tormenta que fuera azotaba el viejo edificio. Fuese cual fuese el motivo no había ningún canal sintonizado. Tampoco es que importase demasiado. Si algo estaba claro es que nadie iba allí por ver la televisión. Lógico en un lugar donde los ánimos brillaban por su ausencia. El ambiente era incómodo por diferentes factores. El aire acondicionado conseguía resecar la garganta y además se notaba un exceso de carga eléctrica en el entorno, posiblemente por culpa de la infinidad de tubos fluorescentes que iluminaban de forma exagerada la gran habitación, asediada de asientos. Justo en medio de la estancia una veintena de revistas arrugadas y manoseadas por un número infinito de personas, la más moderna con meses de antigüedad, descansaban sobre una mesa circular de cristal. La inmensa mayoría hablaban de rupturas y enamoramientos de famosos con sonrisas gigantescas en portada, todas ellas retocadas por supuesto con el photoshop. Sandra se frotaba las manos sin apartar la mirada del suelo. Las tenía muy frías y húmedas. Observaba en silencio y casi sin parpadear las numerosas manchas que decoraban las baldosas que la rodeaban, imaginando distintas figuras en ellas. Si se concentraba lo suficiente y dejaba volar libre la imaginación, uniendo los cientos de puntos de diversos tamaños y formas, dibujados al azar en el mármol de las losetas, podía llegar a formar rostros de personas, de animales e incluso de criaturas imposibles en compañía de extraños monstruos. Intentaba entretenerse a toda costa con sus pareidolias personales para intentar despejar las dudas fantasmales que acechaban los rincones más profundos de sus pensamientos. La esta-

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ban matando por dentro y no conseguía desenredar el nudo que desde hacía horas le estaba estrangulando el estómago. Ángel permanecía sentado a su lado. Intentaba aparentar tranquilidad, pero en su interior se sentía inquieto por lo inverosímil de la situación. Se veía estúpido por un lado. Por el otro extraño. Su amigo Juan le había dicho que lo mejor era no darle más importancia de la que tenía. Él ya había pasado por aquella situación tres veces. Era todo un experto en la materia. Aseguraba que había que tomárselo como si fuese un mero trámite. Sin embargo, en ése momento al recordarlo, intentaba comprender cómo alguien podía cometer un error semejante hasta en tres ocasiones. No lo entendía. Con pasar una sola vez por aquella agonía tenía más que suficiente. La megafonía los sobresaltó, expulsando cualquier pensamiento de sus mentes. –Señora Sáez. Sandra Sáez por favor. Acuda a la sala tres. Sandra lo miró a punto de echarse a llorar con cara de sentirse asustada y apenada al mismo tiempo. Sus ojos estaban irritados a pesar de no haber derramado de momento una sola lágrima. Poco le faltaba. –No estoy segura de esto cariño. –Lo hemos hablado ya largo y tendido. No dudes más por favor. –Pero es que siento que esto no está bien… Alterado al ver la indecisión reflejada en sus ojos, se levantó sin perder un momento y le tendió la mano con decisión. Tenía que hacer que no pensara más en el asunto. Que lo hiciese rápido y de un tirón, sin más vueltas que las necesarias. Como cuando se despega un esparadrapo del brazo. Lo más indoloro posible. –En unos días todo volverá a ser como antes y verás las cosas con mayor claridad. Resignada y abatida se incorporó, despegando por fin sus posaderas de aquel terrorífico e incómodo asiento de plástico azul. Como mínimo llevaban allí dos horas esperando que la pastilla hiciese su efecto, aunque si echaba cuentas a ella le habían parecido diez. Podrían haberse marchado a dar una vuelta. La enfermera les había explicado que no era necesario quedarse allí esperando, pero Ángel no quiso dar su brazo a torcer y se empeñó en

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permanecer en el centro. Quizás por miedo a que su novia, al salir para respirar aire puro y despejar la mente, cambiara de opinión y decidiera no entrar de nuevo para terminar con el proceso. –Vamos princesa. Te acompaño. –Han dicho que no puedes entrar - le contestó ella, con el rostro pálido. –Tú tranquila. Dicho esto quiso demostrar una vez más una seguridad que carecía. La rodeó por la cintura y con dulzura pero con cierta sutileza la obligó a andar hacia la salida de la sala de espera. –Cuanto antes lo hagamos mejor. No lo pienses. –¿Hagamos? Aquí la única que va hacer algo soy yo - le reprochó. Ángel se sintió violento por la contestación, pero siguió adelante, tratando de aparentar que en realidad no le daba importancia. Al pasar bajo el marco de la puerta se encontraron de bruces con el largo pasillo pintado de

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aquel repulsivo color verde vómito. Al fondo se podían distinguir unas luces amarillas parpadeantes que indicaban los pisos donde debía encontrarse el ascensor. A ambos lados innumerables puertas, todas ellas idénticas, con un pequeño número troquelado en el centro de cada una, de color negro y que sobresalían hacia fuera para ayudar a su lectura. El número tres estaba cerca, en segunda posición tras el primero. Uno podía tardar un instante en comprender que a la izquierda estaban los impares y frente a ellos los pares. Al fondo de la puerta siete salió apresurada una señora del servicio de limpieza, cargada hasta arriba con una torre de toallas blancas. Al cruzarse con la joven pareja les dedicó una tímida y fugaz sonrisa, acompañándola de un rápido gesto con la mirada, más cercana a la reverencia que al saludo. Al llegar a la altura de la puerta que les habían indicado Ángel llamó tres veces sin soltar un instante a su chica de la cintura. Una voz gruesa y varonil les invitó a cruzar al otro lado de la puerta. –Adelante. La abrió girando la maneta cromada. –Buenos días, con su permiso… - dijo lo más educado posible. –Por supuesto, pasen por favor. La sala no era ni por asomo como habían imaginado. Estaban convencidos de que la intervención se realizaría en un quirófano, pero no. En un extremo había un escritorio blanco con un gran flexo verde, a juego con el asqueroso color de las paredes, que iluminaba sin necesidad la mesa repleta de archivos, carpetas y un bol lleno de clips, rodeado de las típicas gomas elásticas que como norma se acumulan sin remedio en cualquier despacho que se precie hasta que terminan pudriéndose y hay que tirarlas. Tras él se encontraba un señor con claros síntomas de sobrepeso y unas considerables entradas que intentaba disimular. Lucía un canoso y poblado bigote, con ligeras tonalidades amarillentas en su centro. Típico en un fumador. Vestía una bata blanca enorme, varias tallas más grandes de lo que en un principio le correspondería. Quedaba algo ridículo. Ángel no pudo evitar pensar en su padre, que compraba siempre la ropa varias tallas más grandes por si seguía engordando, algo que sin duda iba consiguiendo año tras año. Llamaba la atención

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una chapa identificativa enganchada en una de sus solapas por un imperdible. Con letras claras y legibles se podía leer Doctor Ortuño. La primera impresión era buena. Daba la sensación de ser un médico agradable. Al otro lado de la sala había una cama de ginecólogo con unos largos estribos abiertos de par en par. En su parte final se podían ver unas almohadillas para acomodar los tobillos de la paciente. La camilla tenía por encima una sábana blanca recién puesta en la que aún se notaban las arrugas del doblado. Sobre ella una lámpara, de al menos medio metro de diámetro con unas diez bombillas instaladas y apagadas. Al parecer se podía mover ayudado por un brazo mecánico para tener mayor visibilidad de manipulación. –Somos Sandra y Ángel. Nos han llamado por megafonía - anunció él. El doctor los observó un segundo por encima de sus diminutas gafas de vista, con una mueca que intentaba ser amigable. Primero a uno y después a otro. De arriba abajo. –Pasen por favor. Se levantó de su asiento, quedando confirmado sus kilos de más. –Un placer saludarles. Soy el doctor Ortuño y si no tienen inconveniente realizaré la intervención. Ustedes esperaban al doctor Velázquez pero mucho me temo que ha tenido que cogerse unos días de permiso por un asunto familiar urgente. No obstante tengo su historial y no hay problema alguno. –Buenos días doctor - saludó tímidamente Sandra. Se quedó observándola con cierta preocupación. –¿Se encuentra bien señorita? La veo muy nerviosa. –Lo está y bastante doctor - contestó Ángel. –Sí, sí que lo estoy - añadió ella. La mueca del doctor se amplió. Ahora sí que era una sonrisa en toda regla.

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–Pues tranquila mujer. No tiene porqué preocuparse. Está en buenas manos y se trata de un proceso con anestesia local muy sencillo. No sentirá nada. Sandra miró de reojo la camilla y su palidez se volvió aún más blanca. –Eso espero… - susurró. –Lo único que tiene que tener claras son las cosas y la decisión irreversible que está a punto de dar. Y puesto que está aquí deduzco que debe tenerlas. Sandra quedó pensativa un segundo. Quiso contestar una cosa, pero su garganta emitió una respuesta muy distinta a la deseada. –Sí, claro. El médico se dirigió a su acompañante. –Mucho me temo joven que tendrá que esperar en la sala de al lado. En breves instantes vendrá la enfermera y comenzaremos a prepararlo todo. –De acuerdo, claro. No hay problema. La miró a ella. –¿Ha firmado en admisión la autorización y el acta de posibles imprevistos? –Sí, nada más llegar me lo han hecho firmar. –Perfecto. Dirigió la mirada de nuevo hacia su escritorio y sacó una pequeña ficha, tamaño cuartilla, de una carpeta de cartulina marrón que tenía una minúscula etiqueta impresa y pegada en ella. –Por lo que veo hace ya - consultó su reloj digital - dos horas que le administraron la pastilla ¿Me equivoco? –Así es. Me la dio la enfermera. Dijo que bebiera mucha agua. –¿Cuánta ha bebido? –Un litro más o menos.

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Se quedó unos cinco segundos pensando y leyendo el historial. –Perfecto. Más que suficiente. Por favor póngase tras el biombo que tiene usted ahí, junto a la puerta. Desvístase y póngase el camisón verde que tiene colgado del perchero. Es de usar y tirar. Joven usted no se preocupe - le aseguró a Ángel con una mirada tranquilizadora - le avisaremos cuando esté todo hecho. No padezca. –¿Cuánto cree usted que tardarán? –Depende de la paciente. Estamos hablando de un periodo de gestación de unas catorce semanas. Unos veinte minutos si no hay complicaciones. No obstante calculo que después tendrá que permanecer en observación tumbada y el reposo unas horas. Cuantas dependerá de cómo haya salido la intervención. Ahí sí que podrá usted acompañarla. Sandra suspiró, temblando. El doctor al percatarse de ello trató de calmarla de nuevo. –Es normal que esté nerviosa pero de verdad que no tiene de qué preocuparse. Ya verá como es tan solo un rato y sin apenas darse cuenta saldrá andando tan tranquila de aquí, y esta noche dormirá sin pega alguna en su propia cama. No pudo evitar volver a suspirar. Levantó la vista y miró directa a los ojos del hombre que le había robado el corazón. Sus ojos irradiaban un sentimiento de culpabilidad tan grande que sin ser ésa su intención consiguió dejarlo helado por dentro. No esperaba una reacción tan intensa. Irradiaba decepción por los cuatro costados. Decepción que quemaba. –Te dejo cariño. Nos vemos en un santiamén. Y tranquila que no es nada. Dicho esto quiso darle un beso en los labios, pero ella con un gesto rápido y casi inconsciente apartó la cara unos pocos centímetros hacia un lado. Lo suficiente como para que acertara en la mejilla. Extendió su mano y le hizo entrega de un anillo de oro. Era el que hacía dos años le había regalado por su primer aniversario y en el que estaban grabadas las iniciales de ambos por la parte de fuera. Ángel quedó sorprendido sin saber cómo reaccionar ni qué decir. –Muy bien. Vaya a la sala de espera por favor - repitió el doctor. Ella se dirigió al biombo sin decir nada y con la mirada gacha. Triste. Forzada.

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Al cerrar la puerta tras de sí una sensación incómoda invadió por completo todo su cuerpo. No le había gustado nada la reacción de Sandra, y aunque estaba seguro de la decisión tomada en su interior sentía que la había obligado a hacerlo. Más que sentirlo estaba convencido de ello. Así había sido. Mientras volvía por el pasillo hacia la sala con el televisor estropeado la cabeza no dejaba de darle vueltas. Recordaba aquel momento. El test de embarazo había dado positivo y tenían un problema. La cara de ambos un poema en toda regla. Quedaron petrificados al instante. Horrorizados por lo que se les venía encima. Lo que en un principio fue un rechazo incondicional por parte de ambos hacia la posibilidad de tener un bebé, poco a poco y con el paso de los días ella fue gestando en su interior algo más que un ser vivo. Una misteriosa convicción de que podían hacerlo a pesar de su joven edad y las circunstancias. Mucha gente tenía hijos a los veinticinco años y no pasaba nada. Ellos no serían una excepción si decidían seguir adelante con aquello, o al menos eso defendía ella. La idea fue creciendo en su interior al son del feto, que por supuesto evolucionaba día tras día ajeno al revuelo que su corta existencia estaba provocando en el exterior. Ángel lo tuvo claro desde un principio. Tenía que dinamitar la ilusión con verdades que doliesen en lo más profundo de la sensatez. Sus argumentos fueron los de siempre, todo un ejemplo de cliché. Muchos ni él mismo se los creía. Paro y problemas económicos encabezaban la interminable lista. Que ella tuviese que dejar la carrera que tanto esfuerzo le estaba costando la continuaba. Que él pudiese quedarse sin empleo y tener que verse obligado a pedir ayuda a sus padres era también uno de los puntos fuertes. Así un sinfín de bombas que dejaron entrever una supuesta existencia vista desde el peor de los puntos posibles, que poco a poco demolieron por completo la voluntad de Sandra. En cuanto cedió Ángel no quiso perder ni un solo minuto y al poco ya tenían hora con el especialista más cercano que por un módico precio, nada comparado con la envergadura del problema, solventaría de tajo y nunca mejor dicho la situación. Pretendía dar la sensación de que todo volvería a ser como siempre. Unos novios enamorados con visión de futuro y planes conjuntos para una vida mejor. Pero la realidad era muy distinta. Una venta que él había conseguido hacer pero que ni muchísimo menos pensaba que fuese posible. Como el más maquiavélico de los comerciales su empeño por salirse con la suya había sido magistral, capaz de venderle un cuadro a un ciego. Una mentira disfrazada

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de sensatez, y dada la desesperación la vio justificada en todo momento. No quería ser padre tan joven y la duda que ella presentaba lo había estado atormentado hasta el final. Tenía claro que nada volvería a ser como al principio, menos ahora que el anillo que le había regalado estaba en la palma de su mano. Creer otra cosa era engañarse. Entró de nuevo en la sala de espera. El televisor le dio la bienvenida con su infernal y chirriante pitido. De imperceptible nada. Se colaba en su mente como una aguja ardiendo. La nieve seguía ahí, inundando la pantalla. Se acercó a ella y examinó la carcasa, esperando encontrar un botón que le ayudara como mínimo a apagarla. No parecía haber ninguno. –Funciona con mando. Una voz de niño lo sobresaltó. Al girarse vio un chiquillo, de unos nueve años y sentado en uno de los asientos de plástico. Las piernas no le llegaban al suelo y las movía colgando de un lado a otro. Vestía un chándal Adidas negro con zapatillas deportivas y tenía la chaquetilla entreabierta, dejando entrever la camiseta roja que llevaba debajo. Era muy guapo. Su pelo rubio a caracoles le daba un aspecto del típico niño que anuncia chocolatinas. En su mano mantenía un aparato electrónico. Posiblemente una videoconsola portátil. –Sin el mando a distancia no se puede hacer nada - añadió. Ángel lo miró con cierto desdén. –Ah vale. Gracias por la información. Aún así siguió investigando el plasma un poco más. Tenía que existir un botón en algún sitio pero nada, no había ninguno. Ni siquiera de apagado. Lo único destacable era una diminuta luz de led encendida, de color verde en la esquina inferior derecha, que indicaba que el televisor estaba funcionando. Junto a ella un receptor de señal infrarroja. –No puedes sin mando. El niño tenía razón. Se dio por vencido al cavo de un rato y se dirigió al asiento en el que antes había estado sentado.

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–Te lo dije - insistió con una suave risilla, típica de listillo de clase. Ángel lo miró indiferente. No sólo tendría que aguantar el molesto pitido que machacaba sus sienes, sino que ahora había un niño que no dejaba de observarlo y que se las daba de genio. –¿Cómo te llamas? - preguntó el chaval sin dejar de sonreír. –Me llamo Ángel - contestó con desgana. El niño abrió sus grandes ojos azules. –¡¡¡Alaaaaaaaaa!!! Como yo. Ángel puso los suyos en blanco. –Pues qué bien - dijo sin encontrarle la gracia al asunto. El niño no le apartaba la vista ni un segundo. –Mi papá también se llama Ángel. Es policía y es muy fuerte. –Estupendo, mejor para él - respondió. Se estiró hasta alcanzar la mesa que estaba al lado y cogió una revista. No le interesaba lo más mínimo lo que pudiese encontrar en ella pero al menos disimularía con el pequeño intruso y no tendría que verse obligado a entablar una conversación estúpida e infantil. –¿Tú a qué te dedicas? Ángel intentó ignorarlo. Pasaba las páginas de una en una sin molestarse en leer los enunciados de las noticias. Algo de un príncipe que estaba de vacaciones, la heredera de una gran fortuna que enseñaba su casa repleta de ostentaciones, recetas de cocina para hacer un pastel sin gluten y así tantas otras tonterías. Entonces se dio cuenta de que aún tenía en la mano el anillo. Se quedó mirándolo sin saber qué pensar.

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La tormenta subía un poco de nivel. La lluvia impactaba con fuerza sobre el cristal del único y gran ventanal sin cortinas que tenía la permanencia. De vez en cuando algún relámpago resplandecía en el cielo, iluminándolo todo durante menos de un segundo. Allí seguía el anillo. Resplandeciente ¿Se lo había dado porque su relación se había terminado? ¿Acaso ya no lo quería? Lo único obvio del asunto es que a la vuelta tendrían una larga conversación. Iba a guardarlo en el bolsillo cuando decidió que era mejor ponérselo en el dedo meñique, pues no le cabía en otro, para evitar perderlo. Eso le faltaba. Su mente estaba de nuevo concentrada, imaginando qué estaría ocurriendo unas salas más allá. Y justo cuando todos sus miedos comenzaban a darle de nuevo vueltas el chico volvió a la carga y lo sacó de sus reflexiones. –¿En qué trabajas? - volvió a preguntar. Bajó la revista y lo miró. A decir verdad y a pesar de todo le parecía un niño bastante gracioso, y se le notaba despierto y espabilado. –Trabajo en un almacén. –¿Qué hay en el almacén? –Comida en lata que van a unos supermercados. –Mi papá es policía. Era una pesadilla. No sólo no le gustaban los niños sino que no se sentía con fuerzas para algo así. Su paciencia se estaba agotando cuando comenzó a pensar que quizás podría tratarse de una buena distracción para matar el tiempo de espera. Podía aprovechar la situación. Decidió pues entrar en el juego. –Policía tiene que estar chulo - comentó sonriendo. El niño al percibir la intención se vio entusiasmado. –Está muy chulo. Atrapa a los malos. Es muy valiente y lleva pistola.

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–¿Y tú también quieres ser policía? –No, yo no. Yo quiero ser médico. La respuesta no lo dejó indiferente. Cualquier niño preferiría mil veces antes ser policía que médico. Más aún teniendo el ejemplo en casa. De hecho él siempre había querido serlo y en varias ocasiones se había planteado presentarse a las pruebas de la oposición para entrar en la academia. Aún no se había decidido del todo pero tampoco lo había descartado como opción para ganarse la vida. La curiosidad le estaba picando. –¿Y por qué no quieres ser policía como tu papá? Por un momento el chaval se quedó pensativo. La sonrisa desapareció de su rostro en un chasquido de dedos. –Para curar el cáncer. Seré un médico muy listo y curaré el cáncer. La nueva contestación volvió a sorprenderle. Las ideas del chaval lo estaban dejando alucinando. No era normal dada su edad. –Pues estudia mucho que eso es muy difícil. Parecía estar cada vez más serio. –Estudiaré mucho todos los días. Se lo he prometido a papá - aseguró contundente. –¿Y tu mamá trabaja? Su rostro serio acabó con cualquier atisbo de la felicidad que hasta hacía muy poco protagonizaba la cara del chiquillo. La pregunta lo había entristecido sobremanera. –Mi mamá está en el cielo. Ángel lo miró con pena y sin saber qué más decir. Era incómodo. No había sido su intención sacarle malos recuerdos al niño, que sin saber porqué le estaba cayendo genial. Y para colmo del asunto no sabía qué más decir. –Se murió de cáncer cuando yo era muy pequeño. Por eso voy a curarlo - quiso añadir.

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De repente volvió a sonreír. Sus inocentes palabras guardaban tras de sí un trasfondo de entusiasmo e ilusión sorprendentes. –Oye eso parece una consola ¿Te gustan los videojuegos? La pregunta fue como un chute de azúcar para el crío. De alguna manera y saber cómo había conseguido el Santo Grial y había esquivado el mal trago. –Claro que me gustan. Esta es la nueva consola de Apple. Me he bajado las aplicaciones de todos los juegos de carreras en 3D que hay. Papá me los compra todos. Mis amigos solo tienen dos o tres, pero yo tengo muchos más. Y de los buenos. Tardó cero coma en levantarse y correr hacia él, entusiasmado. Al hacerlo Ángel recordó sus años mozos. A decir verdad se parecía mucho a él de pequeño. Tenían un parecido asombroso y más que razonable. El pelo y los ojos eran clavados. Incluso compartían facciones similares. Se sentó junto a él y le mostró la consola, cediéndosela para que la viera de cerca. –¿Ves? Es el nuevo modelo. Apple Game Portable 3 ¡¡¡A QUE MOLA!!! Al cogerla con las manos no pudo salir de su asombro. Siempre le había interesado la tecnología y en especial los ordenadores y las consolas de videojuegos. Sin embargo, a pesar de considerarse un experto en la materia, nunca había oído hablar de que la compañía de la manzana tuviese puesta a la venta una consola. Y menos lo que parecía ser una tercera versión. Le dio la vuelta y la giró una y otra vez, estudiándola con detenimiento. Fijándose en cada detalle. Efectivamente tal y como aseguraba el niño lo parecía. El logo estaba grabado a láser en su parte trasera. El diseño recordaba mucho a los aparatos que comercializaba la marca. Pero eso era imposible. –Si que mola sí. Nunca había visto una ¿Cómo se enciende? –¿Nunca la habías visto? ¿Vives en una cueva? Ángel no pudo evitar echarse a reír.

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–¿Cómo se enciende? - repitió ansioso al darse cuenta que era cien por cien táctil. –No se puede. Me he quedado sin batería. La miró más de cerca. No dejaba de pensar que aquello debía de ser una falsificación china o algo así. Aquello era lo que en el gremio se suele llamar una quimera tecnológica de tres al cuarto, aunque la calidad y el acabado le parecían inmejorables. La marca en cuestión no fabricaba consolas. Nunca lo había hecho. Ordenadores y teléfonos móviles de última generación sí, pero no consolas. Seguro que era así. Una maquinita recreativa ensamblada en una fabrica encubierta en algún suburbio chino, comercializada bajo mano por alguna mafia que se pasaba por el forro los derechos de registro de propiedad y copyright. Como mínimo le resultaba curiosa de ver. –Si no te importa le voy hacer una foto para enseñársela a unos amigos. Sacó su smartphone del bolsillo, de la misma marca que el supuesto misterio tecnológico pero éste verdadero, y sujetando con su mano izquierda el aparato le hizo una fotografía. –Jolines que móvil más viejo - exclamó el chico. Ángel se quedó mirándolo y se echó a reír de nuevo. Esta vez a carcajada limpia. –Pero si este móvil salió hace dos meses. Es lo más nuevo que hay chaval. El niño se quedó mirándolo con curiosidad salpicada de cierto escepticismo infantil. –Mmmmm no. Es muy antiguo. Estoy seguro. La afirmación hizo que volviese a reír durante un buen rato. Le hacía gracia que después de gastarse poco más de un sueldo en el móvil más moderno que existía, envidia de tantos amigos y compañeros de trabajo, viniese un niño con una consola falsa a decirle que estaba desfasado. Ángel comenzó entonces a sacar sus propias conclusiones. A convencerse de que con toda probabilidad el padre del chico lo mantenía engañado para que no le pidiese cosas caras. Los chiquillos siempre quieren estar a la última, y éste imaginaba que no sería una excepción. Incluso comenzó a imaginar cómo su padre, al ser policía, podría haber interceptado un cargamento de consolas falsas e inventadas al pasar por la aduana, por ejemplo,

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y esconderse una para hacerle un regalo a su hijo. Las cosas, tras recapacitarlas un poco, cobraban más sentido que nunca. –Anda que chulo. Yo tengo el mismo - dijo el niño señalando la mano de Ángel. Se miró la mano sin saber muy bien a qué se refería. –¿El qué? –El anillo. –¿Tienes uno parecido? Este es de mi novia. El niño se acercó a él para verlo más de cerca. –No, es igual que éste. Mira. Entonces ocurrió algo que trastocó toda lógica. El chiquillo rubio se abrió un poco más la chaqueta del chándal y sacó un cordón de oro que rodeaba su cuello y que hasta el momento había mantenido oculto bajo su camiseta roja. El cordón tenía enganchado un anillo exactamente igual que el que él le había regalado a Sandra en el pasado. –No puede ser. Lo cogió temblando y sin salir de su asombro. –Pero qué cojones… En él pudo leer confuso, sin saber qué pensar, dos pequeñas letras. Una A y una S. Dos simples iniciales grabadas en un anillo de oro. Dos anillos y grabados exactamente iguales e imposibles teniendo en cuenta que eran clones inertes. Una copias perfecta del que ahora coronaba su meñique.

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Los puso juntos el uno con al otro. Rozándose. Oro con oro para poder compararlos más detenidamente y con el mayor detalle posible. El niño estaba tirado hacia delante. El cordón no le dejaba demasiado espacio de maniobra y le estiraba. –¿Lo ves? Son iguales - confirmó de nuevo mientras reía, divertido. Era el mismo anillo. Idénticos. Hasta la S tenía una misma marca, recuerdo de cuando se dañó haciendo escalada. Sandra aquella mañana resbaló con el arnés de seguridad y cayó al suelo desde dos metros de altura. Motivo por el cual el aro ostentaba una pequeña señal desde entonces. Pensó que era imposible. No podía ser. Debía de tratarse de una broma pesada. Ángel se levantó de un salto de la silla, alejándose del chico pero sin perderle de vista ni un momento. Un paso tras otro dándolos dirección hacia la puerta. Marcha atrás. El pequeño se extrañaba al ver el comportamiento ilógico y raro de su nuevo amigo. –¿De dónde demonios has sacado tú ése… ése ani… anillo? El niño se quedó mirándolo. –Me lo dio mi papá. Era de mamá. Lo llevo porque me trae suerte. Sin poder evitarlo Ángel se estaba mareando. Todo daba vueltas a su alrededor. Estaba a bordo de un barco en pleno maremoto. De repente una idea estúpida y descabellada se le pasó por la cabeza. Y sin más lo preguntó. –¿Cómo se… se llamaba tu mamá? Tras una pausa eterna el niño respondió. –Sandra. De nuevo la megafonía.

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–Ángel Relós por favor, acuda a la sala de intervención número tres. Número tres. Salió de golpe y de manera atolondrada al pasillo en el momento justo en el que una enfermera pasaba por allí, tropezando con ella. Estaba aterrado. La locura se estaba apoderando de su ser y temía perder el control. –Cuidado por favor. Aquí no se puede correr - le advirtió molesta y con severidad. Ángel tenía palpitaciones. Su pulso estaba acelerándose por momentos. –Per… per… perdone enfermera. Aquí dentro en la sa… sa… sala de espera hay un… un… - no conseguía dejar de tartamudear - hay hay un ni… niño que está sólo y… y… es que… yo… La enfermera se asomó a la sala de espera para comprobar lo poco que había entendido del balbuceo. –Perdone pero aquí no hay ningún niño. La sala está vacía. Éste se giró aterrorizado. Los ojos le salían de las órbitas y se sentía desfallecer. Efectivamente la sala de espera estaba vacía. Lo único fuera de su lugar era una revista del corazón, tirada en el suelo y que él mismo había dejado caer al asustarse. No había nada ni nadie más que la enfermera y él. –No puede ser. –¿Se encuentra bien señor? –Aquí… aq… aquí había un… había un niño y… La enfermera lo miraba sin saber qué más decirle. –Disculpe un momento ¿Ángel verdad? La voz que tronaba a su espalda le resultaba familiar. Se giró sobre sí mismo y se encontró de bruces, cara a cara, con el doctor Ortuño. –¿Es usted familiar de Sandra?

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A pesar de estar petrificado pudo contestar. –Soy su… su novio. –¿Se encuentra bien? Está como desencajado. Miró de nuevo el interior de la sala. Vacía. –Su… supongo que estoy bi… bien… –Verá no quiero preocuparle. La intervención ha ido bien. El raspado ha sido limpio y ya no queda rastro de nada. Deberá de permanecer tumbada en la cama unas tres horas para ver que no sangra. No obstante ha surgido un problema. Verá… El doctor había abandonado su voz animada. Estaba serio. Preocupado. –¿Problema? Se puso aún más serio. –Acompáñeme a mi despacho y lo hablaremos tranquilamente sentados en… –No pien… pienso ir a ninguna parte. Lo que tenga que decir… –Como usted quiera. Hemos observado unos bultos sospechosos en la cavidad de la vagina. Podría ser algo muy serio por lo que la subiremos a planta y la dejaremos ingresada hoy mismo. Debemos hacerle más pruebas antes de determinar que… –¿Cáncer? El médico se quedó callado un segundo. Ambos se miraron fijamente. –No le voy a mentir. Tiene que apoyarla ahora y permanecer tranquilo a su lado y transmitirle serenidad. Todo parece indicar que tiene metástasis. Se quedará ingresada y las pruebas comenzarán en cuanto vea conveniente ¿Tiene forma de localizar a sus padres? Ángel se quedó sin poder moverse. Congelado. –¿Es usted consciente de lo que le estoy diciendo? – le dijo. Se dio cuenta de que aún no había guardado el móvil en el bolsillo. Haciendo caso

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omiso del doctor se apresuró a desbloquearlo con el código secreto y abrió la carpeta donde se guardaban de forma automática todas las fotografías. La última registrada era de hacía escasos minutos. En ella aparecía, clara y nítida, la palma de su mano, abierta, sujetando un objeto al parecer invisible. No había rastro alguno de ningún aparato electrónico futurista ni imposible. Mucho menos de una consola de videojuegos. Solo una mano desnuda vestida con un anillo de oro que no era de su talla. Trascurrido un instante y casi rozando el estado de shock contestó algo que el médico no llegó a entender. –¿Sabe usted? Hubiese sido un chiquillo guapísimo. Dicho esto se echó a llorar, consciente de lo que había hecho. Tras las gruesas paredes del hospital se podía percibir cómo la lluvia se intensificaba por momentos, creando un día de lo más triste y gris.

O. A. Hanksler

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Extraños Estoy llegando a mi destino y parece que ella también. El metro para en la estación de Gran Vía y observo como ella baja, yo hago lo propio. No puedo apartar los ojos de esa mujer, el deseo de tenerla nació en el mismo momento en que se subió al vagón y va creciendo al ritmo del bombeo de mi corazón, que avisa del ansia sexual con ímpetu que me aborda al son de sus latidos. La sigo en su camino por Gran vía, se para en seco y se voltea. –Me estás siguiendo con la mirada desde que subí al metro y con los pies desde que me bajé. ¿Qué desea de mi, señor? –A usted –le respondo sin miramientos–, la deseo a usted… desde el mismo instante en que subió al vagón en donde yo estaba. –¿No cree que debería presentarse primero?... digo –su cara lejos de mostrar sorpresa, muestra divertimento–, qué menos que eso. –Tiene razón. Me llamo Jacob –le digo, mientras me acerco a ella y me atrevo a besarle en una mejilla… cerca de la comisura de sus labios. –Yo me llamo Stella, encantada –me corresponde con otro beso similar al que le día. –Stella… ya sé que le pareceré un loco, pero no he podido evitar este sentimiento de lujuria que tengo desde que la vi en el metro. Su pelo caoba cayendo sobre sus hombros, ese cuello de cisne que da elegancia a todo su ser –mi osadía se despierta, con una mano acaricio su mejilla mientras me desnudo verbalmente ante ella–, sus ojos celestes me ahogan de ganas… quisiera fallecer en este instante sumido entre sus piernas. –No me conoce, no sabe si soy casada o si soy soltera –contesta bajito. –Ni quiero saberlo, Stella. Sólo quiero ser conocedor de su cuerpo en este instante. – Noto como se ruboriza, pero debido a la excitación y no a la vergüenza. –Jamás estuve con un extraño… –Siempre hay una primera vez, Stella, para todo. Usted también desea tener algo con-

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migo, se lo noto. –La verdad que sus ojos negros llenos de malicia, captaron toda mi atención desde el momento en que subí al metro y realmente llevo deseando que me esté siguiendo desde el instante en que noté que andaba tras de mí. –¿Qué me dice entonces? Tengo cama justo en el hostal de ahí al lado. –¿Sin compromisos? –Sin compromisos. –Suba usted, que yo le sigo… Jacob. La llameante mirada azul de Stella me aventura una noche apasionada, camino por delante de ella lentamente. Nos paramos justo delante de la puerta del hostal, le cojo la mano y sonriéndole la insto a pasar. Subimos al ascensor y la tensión sexual puede cortarse con un cuchillo, no musitamos palabra alguna. Llegamos a la tercera planta, salimos del ascensor acompañados por la respiración fuerte de cada uno. Abro con premura la puerta de mi habitación y con una señal la invito a entrar y tras ella yo, cierro con llave. –Stella… –Jacob… Tras unir nuestras miradas, furtivamente, me saco la chaqueta con rapidez y pongo mis manos sobre ella, la traigo hacia mí para besar sus labios de manera violenta, lo llevo deseando hace rato y ella no se achanta, contesta a mi boca con la suya en un baile intimo de lenguas. Me apresuro a sacarle su blusa, me enciende avistar sus pechos aun tapados por su lencería fina color negra. Deslizo mis manos por su cuerpo hasta llegar a sus caderas para sacarle su falda de tubo y dejar al descubierto su tanga negro a juego con el sujetador, y una liga que deseo arrancarle con mi boca lo antes posible. Tras sacarle la falda me retiro un poco para deleitarme con las vistas, soy fetichista y el ver semejante mujer en ropa interior y con sus taconazos negros de aguja fina, no hace más que echarle más leña a mi fuego, fuego que me corroe por dentro… fuego con la que la quiero quemar. –Ahora me toca a mí –me dice mientras se muerde un dedo y me mira como una niña que ha visto una golosina que quiere comer. Desabrocha mi camisa blanca suave y lentamente, para después con brusquedad sa-

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cármela de un tirón. Recorre con las uñas rojas de sus dedos mi esternón, llevándolas hasta mi ombligo por mi vientre hasta llegar a mi correa, la cual desabrocha y de manera brusca me saca del pantalón de un tirón, haciendo que suene como un látigo y lo tira al suelo después. Desabrocha mi pantalón vaquero desgastado y baja la cremallera, antes de bajarme los pantalones no duda en adentrar sus manos en el interior, acercando su cuerpo al mío… apretando mi glúteo con fuerza. Me saco los zapatos y el pantalón, sin dilación… –¿Te quitas el bóxer y los calcetines, o quieres que lo haga yo? No digo nada, directamente me quito los calcetines y después el bóxer, el cual se lo echo a sus pies. Ella sonríe. –Muy bien… ahora yo sigo. Se saca el sujetador y me lo lanza a los pies, en respuesta a mi desafío anterior. No mira mi miembro viril excitado y deseoso por conquistar sus adentros, mantiene su mirada fija en la mía y eso no hace más que encenderme aun más. Mi boca se empieza a hacer agua al observar su escultural cuerpo… cuanto deseo adentrar sus pezones en mi boca… cubrirla entera con mi saliva. Se saca el tanga y me lo tira a la cara, yo lo tomo y lo huelo de manera profunda, después lo tiro al suelo y me dirijo a ella con fogosidad, me quedo delante de ella… sin tocarla. –Pídemelo –le digo clavando mis pupilas en las suyas. –¡Fóllame, Jacob! Dejo de ser una persona, al escucharla me convierto en un animal cuyo único instinto es el apareamiento. Mi boca se entreabre para lentamente buscar la suya, y nos hacemos un intercambio de caricias por todos nuestros cuerpos. Ella queda de pie y yo voy acachándome ante ella, saboreando en mi camino sus senos, su vientre… su ombligo, hasta llegar a su sexo, su delicioso sexo depilado que a la llegada de mi boca se abre como fruto maduro para que me adentre en él, y yo lo hago. Ella de pie y yo postrado, disfruto del sabor de su sexo con ímpetu, lo beso, lo lamo, lo mordisqueo y ella me siente, sus manos agarran mis cabellos ante mi gran degustación. –¡Basta! Quiero que me folles –me dice.

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Me pongo en pie. –Voy a darte lo que quieres, Stella. Me pongo a su espalda y le indico que se ponga en posición, sus manos apoyadas en la cama… y la embisto por detrás, una y otra vez, cada vez más deprisa, de manera más acelerada y a eso responde con jadeos. Sus piernas temblorosas me avisan de que está a punto de correrse, su sexo llega a advertírmelo también por toda la humedad que habita en él y ella me lo confirma a gritos. –¡Sí! ¡Sí! ¡Me voy….! Le doy una embestida final y me quedo sobre ella, agarrándole un pecho y con mi otra mano sobre su hombro. –Vete… –le susurro– vete, que yo te acompaño. Ambos nos corremos a la vez, y después nos dejamos caer en la cama, exhaustos de placer… intentando recuperarnos de un deseo agotado. –Jacob… mi vida… –¿Sí? –Ha sido una idea genial fingir que éramos extraños. –Ya te dije que el llevar años casados no significa que la pasión y el deseo se desvanezca Estoy llegando a mi destino y parece que ella también. El metro para en la estación de Gran Vía y observo como ella baja, yo hago lo propio. No puedo apartar los ojos de esa mujer, el deseo de tenerla nació en el mismo momento en que se subió al vagón y va creciendo al ritmo del bombeo de mi corazón, que avisa del ansia sexual con ímpetu que me aborda al son de sus latidos. La sigo en su camino por Gran vía, se para en seco y se voltea. –Me estás siguiendo con la mirada desde que subí al metro y con los pies desde que

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me bajé. ¿Qué desea de mi, señor? –A usted –le respondo sin miramientos–, la deseo a usted… desde el mismo instante en que subió al vagón en donde yo estaba. –¿No cree que debería presentarse primero?... digo –su cara lejos de mostrar sorpresa, muestra divertimento–, qué menos que eso. –Tiene razón. Me llamo Jacob –le digo, mientras me acerco a ella y me atrevo a besarle en una mejilla… cerca de la comisura de sus labios. –Yo me llamo Stella, encantada –me corresponde con otro beso similar al que le día. –Stella… ya sé que le pareceré un loco, pero no he podido evitar este sentimiento de lujuria que tengo desde que la vi en el metro. Su pelo caoba cayendo sobre sus hombros, ese cuello de cisne que da elegancia a todo su ser –mi osadía se despierta, con una mano acaricio su mejilla mientras me desnudo verbalmente ante ella–, sus ojos celestes me ahogan de ganas… quisiera fallecer en este instante sumido entre sus piernas. –No me conoce, no sabe si soy casada o si soy soltera –contesta bajito. –Ni quiero saberlo, Stella. Sólo quiero ser conocedor de su cuerpo en este instante. – Noto como se ruboriza, pero debido a la excitación y no a la vergüenza. –Jamás estuve con un extraño… –Siempre hay una primera vez, Stella, para todo. Usted también desea tener algo conmigo, se lo noto. –La verdad que sus ojos negros llenos de malicia, captaron toda mi atención desde el momento en que subí al metro y realmente llevo deseando que me esté siguiendo desde el instante en que noté que andaba tras de mí. –¿Qué me dice entonces? Tengo cama justo en el hostal de ahí al lado. –¿Sin compromisos? –Sin compromisos. –Suba usted, que yo le sigo… Jacob. La llameante mirada azul de Stella me aventura una noche apasionada, camino por delante de ella lentamente. Nos paramos justo delante de la puerta del hostal, le cojo la mano y sonriéndole la insto a pasar. Subimos al ascensor y la tensión sexual puede cortarse con un cuchillo, no musitamos palabra alguna. Llegamos a la tercera planta, salimos del ascensor acompañados por la respiración fuerte de cada uno. Abro con premura la puerta de mi habitación y con una señal la invito a entrar y tras ella yo, cierro con llave. –Stella… –Jacob…

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Tras unir nuestras miradas, furtivamente, me saco la chaqueta con rapidez y pongo mis manos sobre ella, la traigo hacia mí para besar sus labios de manera violenta, lo llevo deseando hace rato y ella no se achanta, contesta a mi boca con la suya en un baile intimo de lenguas. Me apresuro a sacarle su blusa, me enciende avistar sus pechos aun tapados por su lencería fina color negra. Deslizo mis manos por su cuerpo hasta llegar a sus caderas para sacarle su falda de tubo y dejar al descubierto su tanga negro a juego con el sujetador, y una liga que deseo arrancarle con mi boca lo antes posible. Tras sacarle la falda me retiro un poco para deleitarme con las vistas, soy fetichista y el ver semejante mujer en ropa interior y con sus taconazos negros de aguja fina, no hace más que echarle más leña a mi fuego, fuego que me corroe por dentro… fuego con la que la quiero quemar. –Ahora me toca a mí –me dice mientras se muerde un dedo y me mira como una niña que ha visto una golosina que quiere comer. Desabrocha mi camisa blanca suave y lentamente, para después con brusquedad sacármela de un tirón. Recorre con las uñas rojas de sus dedos mi esternón, llevándolas hasta mi ombligo por mi vientre hasta llegar a mi correa, la cual desabrocha y de manera brusca me saca del pantalón de un tirón, haciendo que suene como un látigo y lo tira al suelo después. Desabrocha mi pantalón vaquero desgastado y baja la cremallera, antes de bajarme los pantalones no duda en adentrar sus manos en el interior, acercando su cuerpo al mío… apretando mi glúteo con fuerza. Me saco los zapatos y el pantalón, sin dilación… –¿Te quitas el bóxer y los calcetines, o quieres que lo haga yo? No digo nada, directamente me quito los calcetines y después el bóxer, el cual se lo echo a sus pies. Ella sonríe. –Muy bien… ahora yo sigo. Se saca el sujetador y me lo lanza a los pies, en respuesta a mi desafío anterior. No mira mi miembro viril excitado y deseoso por conquistar sus adentros, mantiene su mirada fija en la mía y eso no hace más que encenderme aun más. Mi boca se empieza a hacer agua al observar su escultural cuerpo… cuanto deseo adentrar sus pezones en mi boca… cubrirla entera con mi saliva.

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Se saca el tanga y me lo tira a la cara, yo lo tomo y lo huelo de manera profunda, después lo tiro al suelo y me dirijo a ella con fogosidad, me quedo delante de ella… sin tocarla. –Pídemelo –le digo clavando mis pupilas en las suyas. –¡Fóllame, Jacob! Dejo de ser una persona, al escucharla me convierto en un animal cuyo único instinto es el apareamiento. Mi boca se entreabre para lentamente buscar la suya, y nos hacemos un intercambio de caricias por todos nuestros cuerpos. Ella queda de pie y yo voy acachándome ante ella, saboreando en mi camino sus senos, su vientre… su ombligo, hasta llegar a su sexo, su delicioso sexo depilado que a la llegada de mi boca se abre como fruto maduro para que me adentre en él, y yo lo hago. Ella de pie y yo postrado, disfruto del sabor de su sexo con ímpetu, lo beso, lo lamo, lo mordisqueo y ella me siente, sus manos agarran mis cabellos ante mi gran degustación. –¡Basta! Quiero que me folles –me dice. Me pongo en pie. –Voy a darte lo que quieres, Stella. Me pongo a su espalda y le indico que se ponga en posición, sus manos apoyadas en la cama… y la embisto por detrás, una y otra vez, cada vez más deprisa, de manera más acelerada y a eso responde con jadeos. Sus piernas temblorosas me avisan de que está a punto de correrse, su sexo llega a advertírmelo también por toda la humedad que habita en él y ella me lo confirma a gritos. –¡Sí! ¡Sí! ¡Me voy….! Le doy una embestida final y me quedo sobre ella, agarrándole un pecho y con mi otra mano sobre su hombro. –Vete… –le susurro¬¬– vete, que yo te acompaño. Ambos nos corremos a la vez, y después nos dejamos caer en la cama, exhaustos de

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placer… intentando recuperarnos de un deseo agotado. –Jacob… mi vida… –¿Sí? –Ha sido una idea genial fingir que éramos extraños. –Ya te dije que el llevar años casados no significa que la pasión y el deseo se desvanezca.

David López Rodríguez

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Quiromanceros Ahora todo está sumido en oscuridad. Las calles están desiertas cuando antaño eran pobladas por millones de habitantes. Ahora sólo quedan unos miles; supervivientes de lo que el planeta ha generado. Una sombra camina cabizbaja por entre las calles desiertas. Una capa le cubre parte del rostro y, por su caminar, bien diría que tiene prisa. Parece un hombre, pero sus rasgos son indefinibles pues nada se puede intuir de su apariencia. Parece que sabe dónde va pero, aún así, no pasa por alto el vigilar su espalda y su camino, quizás en espera de algún ataque inesperado. La calle está desierta. Hay frondosos parques y árboles que enriquecen la vista de quien los mira. Pero no hay nadie. Hay tiendas, vallas, cercas,… pero todo ello está desierto. Las tiendas están abiertas y cualquiera podría llevarse lo que quisiera sin que nadie se lo impidiera; pero es como si no hubiera nada más. El cielo está cubierto por numerosas nubes negras que presagian lo que sucederá en segundos. Unas finas gotas de lluvia comienzan a caer pero a nuestro personaje no parece importarle; no aprieta el paso, aumenta su desconfianza y se diría que recela a avanzar, quizás por el tiempo,…, o quizás por otro motivo. La figura avanza un poco más, no con paso decidido, pero sí como si algo le empujara a tener que seguir. Las finas gotas de lluvia se han convertido ahora en una lluvia más copiosa que impide a nuestro personaje poder ver a largas distancias. Todo está oscuro pues es de noche. ¿Qué motivo ha hecho que una ciudad, un planeta, esté envuelto en el silencio más profundo? ¿Dónde están aquellos que moraron en las calles, dónde los que provocaron el silencio?

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La figura sigue su paso, sin descanso. Tuerce a la derecha y entra en un túnel aún más oscuro. No lleva ninguna luz y sus ojos no le permiten ver nada. Sin embargo son sus manos las que lo orientan por el túnel. Son las manos las que leen a través de las paredes del túnel, las que hacen que no tenga miedo al dar un paso, las que le dirigen. Poco tiempo pasa hasta que, a lo lejos, atisba un poco de luz, una luz procedente de una chimenea. Nuestro personaje abandona el túnel para entrar en lo que parece una pequeña cabaña dentro de la tierra. –¡Por fin has vuelto, Almir! Me tenías preocupado. – Le dijo una voz cerca del fuego. Era un hombre mayor, de unos 50 años quien le hablaba. Su cuerpo no era muy delgado ni tampoco era alto. Su cabello era blanco y corto, pero lo que más sorprendía de él eran sus ojos, de color cristal. –Te dije que tardaría un poco más. Quería llegar más lejos para ver si encontraba a alguien más. – Le respondió nuestro personaje. Éste se acercó al fuego y se deshizo de su capa. Sin embargo, lo que quedó al descubierto no era lo que tras esa capa se intuía. Largos mechones de cabello moreno y rizado descendieron por su cintura. Las ropas que llevaba eran demasiado grandes pero aún así se podía intuir su figura, esbelta y delgada; y su rostro, suave y terso, describía el carácter valiente y decidido. Se diría que no tenía más de 20 años. Sus ojos eran azules muy claros, tan parecidos a los del viejo, que se podía decir que eran parientes. –Te dije que no debías ir. No sabes si pueden estar vigilándonos. – Le respondió el viejo. –Mentor, – comenzó a decir Almir, – si no logramos encontrar los círculos no podremos hacer nada. La gente a la que protegemos ya nos ha dicho todo lo que sabe pero aún faltan dos círculos. Hay que encontrarlos antes de que ellos nos encuentren a nosotros. Almir se sentó a la mesa y Mentor le puso un pequeño cuenco con algo humeante. Ella acercó su rostro y lo olió. No le gustó el olor pero, aún así, cogió una cuchara de madera y probó. No estaba tan malo, al menos, a ella no le parecía malo, teniendo en cuenta que llevaba sin comer desde la mañana.

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–¿Vamos a practicar también hoy, Mentor? – Preguntó después de dejar la cuchara sobre la mesa. –Sólo si no estás cansada. Tienes que llegar a utilizar tus poderes. – Le respondió. Mentor se sentó en la silla contigua a la de Almir y la miró a los ojos. Éstos escondían tras de sí el miedo y la valentía al unísono, pero… ¿Cuál prevalecería en un momento de duda y desesperación? Almir jamás se había enfrentado al temor que debatía a la tierra entre el caos y el renacimiento, y sus poderes no eran todavía lo suficientemente grandes. Ella sería una quiromancera, aparte de otras cosas, pero ese futuro estaba lejos; si no aprendía a desvincularse de los sentimientos que ella debía conducir. Almir cerró los ojos y se concentró. Mentor hizo entonces que las manos de Almir se deslizaran por uno de los círculos que poseían, el círculo - anillo. Lo que experimentó en ese momento fue miedo, venganza, ira. Almir tembló pero no salió del trance. En su mente, millones de imágenes se formaban; un inmenso batallón entablaba batalla contra los enemigos pero, uno a uno, todos ellos iban muriendo a manos de éstos. Ella no podía más que observar mas la tristeza se adueñaba de sí misma y sendas lágrimas rodaron por sus mejillas. Cuando éstas se dirigían al suelo, Almir dirigió su mirada al mismo y, al caer, todo se transformó. Ahora ya no estaba en un lugar plagado de cuerpos sino en un reino derruido. Almir se giró sobre sí misma y analizó lo que sus ojos le transmitían. Eran casas, sí, pero todas ellas de piedra. El suelo también era de piedra, sin embargo, todo estaba destruido. El cielo tampoco era conocido para ella pues un gran manantial de colores negro, morado y azul, caía sobre sí. Lo que en ese momento sintió fue que algo la hacía caer, desvincularse de la propia tierra y desaparecer. Algo muy poderoso estaba obligándola a irse, algo que no veía. –¡No! –Gritó y se alzó de la silla. Almir había despertado del trance y, jadeante, intentaba volver a tener el control sobre su cuerpo. –Tranquilízate. ¿Has vuelto a ver lo mismo? – Le preguntó Mentor aún sentado en la silla. –Si… – Respondió Almir sentándose de nuevo. – No entiendo por qué el círculo- anillo

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me hace ver esas visiones. Mi círculo - medallón es distinto, me siento segura, siento amor cuando me concentro en él. –Almir, ¿qué sientes con el círculo – collar? –Yo… Desconfianza, temor, duda,… pero también cariño. Es distinto al tuyo, Mentor. –Aún falta el círculo - pulsera y el círculo - Maestro. ¿Has visto dónde pueden estar? – Preguntó Mentor. –Es siempre lo mismo. Un lugar hecho de piedra destruido y una fuerza que me expulsa. Mentor se quedó callado. Era la quinta vez que Almir tenía esa visión desde que le había dejado tocar el círculo - anillo. –Será mejor que te vayas a descansar. – Le dijo después de un rato. – Mañana decidiremos. –¿Sobre qué? – Preguntó Almir. –Mañana. – Respondió Mentor. Y esa fue su última palabra. Almir despertó muy temprano al día siguiente. Mentor estaba guardando varias cosas en una gran mochila y, a su lado, Perro daba los últimos mordiscos a su desayuno. –¿Vas a partir, Mentor? – Preguntó extrañada Almir. –Vamos, Almir. Vamos a ir en busca de tu lugar. Quizás allí encontremos algo. Almir nunca había ido con Mentor y el que estuviera tan decidido a seguir las imágenes que ella tenía le hizo desconfiar de sí misma. –No te preocupes, tus imágenes no son falsas ni generadas por tu inexperiencia. – Le respondió Mentor a una pregunta no formulada por Almir. Poco tardaron en tener todo listo para irse y pronto se encontraron con el sol de la mañana cegándolos por completo. Comenzaron su búsqueda sin apenas detenerse a observar lo que había a su alrededor. Soledad, silencio; todo seguía desierto. El paso de los tres era decidido y en pocas horas salieron de la ciudad donde tenían cobijo, a un enorme desierto sin fin. Los enemigos estarían cerca pero no serían fáciles de detener, no con sus poderes.

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Llevaban varias horas de camino cuando Almir creyó distinguir una silueta en la lejanía. –¡Mentor! – Gritó. – Allí hay alguien. Así Almir echó a correr en auxilio de esa persona, hombre o mujer. Mentor, más calmado, decidió no se tan confiado y guardó las distancias. Almir llegó al cuerpo y se arrodilló cerca de él. Aún latía el corazón pero su estado era lamentable, seguramente fruto de los enemigos de la tierra. Destapó su cantimplora y derramó un poco de agua sobre los labios de la mujer. Ésta despertó alarmada por el roce del agua en sus labios. Bebió un poco y recuperó algo de sus fuerzas. Fijó la vista en Almir y las manos de la mujer se aferraron a las de Almir. –¡Deprisa muchacha! ¡Debéis de huir de aquí ahora mismo o los enemigos os capturarán! – Gritó una y otra vez la mujer. Almir miraba con temor el rostro de la mujer y después se fijó en las manos de ésta. Estaban ensangrentadas y las líneas de sus manos eran más visibles. Fue en ese momento cuando Almir sintió desvanecerse y caer en un profundo trance. Almir se encontró en ese momento delante de varios de los enemigos de la tierra y pudo observarlos con detenimiento: su cuerpo era muy parecido al de los humanos pero sus trajes, su cultura, toda ella tan alejada de ellos, que los hacía inferiores. Había maldad en sus rostros y sus armas eran las simples manos, verdes como las plantas, y afiladas como cuchillos. En ese momento estaban torturando a la misma mujer a la que ella estaba atendiendo. Las manos de la mujer le estaban mostrando lo que ella había padecido y el dolor y la desesperación que la mujer estaba sintiendo se estaba adueñando de ella. –¡Almir, reacciona! – Gritó Mentor. Almir podía escuchar la voz de su maestro pero nada más. El dolor que compartía con la mujer le hacía resistirse a la llamada. –¡Maldita sea Almir! ¡Están viniendo! – Gritó de nuevo. En ese momento Almir reaccionó y separó sus manos de la mujer. Ahora sólo tenía delante de ella un cadáver medio descompuesto. Habían caído en una trampa.

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Almir se incorporó deprisa y siguió a Mentor y Perro quienes estaban huyendo de los enemigos. –Lo siento, Mentor. – Le dijo Almir mientras corría. –Ya no importa. Debemos encontrar un sitio donde escondernos, no deben cogernos. Los enemigos no eran buenos corredores pero, aún así, los tenían cerca. Hasta Perro podía olfatearlos desde esa distancia. Pronto divisaron otra ciudad, igual de desierta que la anterior, pero con buenos escondites para despistar a sus enemigos. Los tres entraron por las calles de la misma y Mentor se encargó de dirigirlos. Era como si supiera dónde debía ir. Estaban corriendo por una larga calle cuando Mentor se detuvo de improviso ante una puerta de madera. –¡Vamos, Mentor! – Gritó Almir y fue secundada por los ladridos de Perro. –Es aquí. – Musitó Mentor. – Y llamó a la puerta. Todos esperaron respuesta y ésta fue obtenida. La puerta se abrió y dejó entrever un camino de piedra y varias casas también hechas de piedra pero medio destruidas. Ante ellos apareció un hombre entrado en años y robusto. –Sólo pueden entrar los quiromanceros. – Dijo el hombre. –¡Nosotros también queremos pasar! – Exclamó Almir. El hombre fijó sus ojos en los de Almir y ésta se amedrentó, pero no bajó la mirada y la sostuvo mientras el hombre la miraba. –Eres aquella que visita la tierra sin entrar, quiromancera. – Le dijo el hombre. – Puedes entrar pues. Así fue como Mentor, Almir y Perro entraron en otro mundo, otra dimensión, y lograron escapar, al menos de momento, de los enemigos. El lugar era igual que el que Almir había visto; las casas, el cielo,… Todo era lo mismo y estaba en el mismo sitio. Mentor se acercó al hombre y comenzó a hablar con él. Por su parte, Perro prefirió echar una ojeada por su propia cuenta y olfatear todo lo que quedaba a su alcance. Sin em-

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bargo, algo abrumaba a Almir. Se encontraba en el mismo lugar donde sentía que una fuerza poderosa la expulsaba y ahora estaba allí con su cuerpo. Sentía cómo su cuerpo se dormía y comenzó a caer. Sin embargo nunca cayó al duro suelo pues unas manos atraparon el cuerpo de Almir y la sujetaron en el descenso. Un chico alto, delgado y fuerte, depositó a Almir en el suelo con cuidado. Mentor y el otro hombre se acercaron y observaron a Almir pero ésta no los veía, ante ella se extendía una cálida luz procedente de una de las casas y esa luz le hacía una invitación a entrar. Poco a poco fue extinguiéndose esa luz y recobró el conocimiento. Lo primero que vio fue el rostro del chico. –¿Estás bien? ¿Te ha pasado algo? – Le preguntó un poco asustado. –Estoy bien. – Dijo incorporándose y buscando con su mirada a Mentor. –¿Quién eres? –Me llamo Viggo y soy el portador del círculo – pulsera. – Le contestó mostrando el círculo. – El que ha abierto la puerta es el portador del círculo – Maestro y guardián del Templo. Almir se fijó en ese hombre. Estaba hablando con Mentor pero éste se comportaba de manera extraña, como sirviente del otro. Mentor dirigió sus ojos a Almir y, sin palabras, supo que debía reunirse a su lado. Los dos, Viggo y Almir, así lo hicieron, y pronto se unió a ellos Perro. –Uno de vosotros sabe dónde se encuentra el Templo donde los círculos formaran uno solo. Hablad. – Inquirió el Maestro. –Allí. –Señaló Almir.- Mis sueños me han mostrado lo que vuestras palabras piden. Allí se encuentra lo que debéis proteger y lo que nosotros buscamos. Todos se encaminaron ante la casa de piedra más destruida que había y, al entrar todos en ella, toda la estancia cambió dando la imagen de una cueva subterránea. Ante ellos se encontraba un montículo con cinco ranuras perfectamente definidas las cuales encerraban la esperanza de la tierra, atada con cinco cadenas. El primero en colocar un círculo fue Mentor, quien introdujo su círculo – anillo en la primera ranura. Eso activó un mecanismo y la primera de las cinco cadenas cayó. El siguiente

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fue el círculo – collar, depositado con esmero por Perro, la segunda cadena cayó. Le tocó el turno al círculo – pulsera y la tercera cayó. Le siguió el círculo – Maestro y la cuarta cayó. Por último, Almir se acercó y puso su círculo – medallón en la última de las ranuras y la última cadena cayó. Todos se fijaron entonces en que, ante ellos, un pequeño cofre tenía la respuesta al sufrimiento de la tierra. Lo que acabaría con los enemigos. Mentor se acercó y lo abrió y de él emanó una luz que cegó por completo a todos cuantos estaban allí, una luz cálida y renovadora. Era el arma que la humanidad necesitaba para recuperar el dominio de su tierra Fueron muchas las batallas libradas con el arma por nuestros amigos, y se necesitaron años para lograr recuperar de nuevo la tierra por sus legítimos dueños; fueron muchos los que perecieron y los que se encontraron. Pero eso, es otra historia, pues ésta ha llegado a su fin.

Encarni Arcoya

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a m n o c r eros i u q

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La amante del jardinero El momento se va acercando. Tus días de ausencias se alargan y yo aquí triste, solitaria, inmersa otra vez en un otoño de recuerdos. Veranos de gozo y placer, pues sé, que en la vida hay cosas difíciles, imposibles de luchar. Dentro de mi conformidad, me hundo buscando la visita ansiada, deseada entre las huellas de mis surcos. Deseosa como perra en celo espero frondosa, engalanada a escuchar tus problemas mientras tocas con tus grandes manos mi fruto maduro, húmedo y rezumante del sabroso néctar que hace de ti un hombre completo y satisfecho de tus logros y conquistas en este llano terreno. Siento como te vas centrando en cada parte de mí, observando el mínimo detalle, la carencia, el fallo, aun así me sonríes, me miras con ese brillo especial que sale de tus ojos, luz que me alimenta. Ya terminó el tiempo de los gozos diarios, una vez más, veo tu marcha con la otra, haciéndome sentir la puta de turno; esa amante discreta de segundo plano, que no podrá pasar sin ti. Poco a poco iré cayendo en mi letargo a la espera de que tengas un hueco en el trabajo, en tú vida, para verte, escucharte, sentirte… Pasan los días y sigo aquí, me encuentras, casi diría más bien desnuda, algo desaliñada. Ven, termina de una vez y arráncame los recuerdos estivales, quiero sentirte, notar como rompes mis extremidades, alivio en tus manos, sin miedo, no duele, sabes que estamos tú y yo solos, nadie escucha mi grito silencioso. Sigue así, riégame con el sudor de tu cuerpo agarrando bien el astil, clavándolo en mis entrañas. Como me gusta que me remuevas, me noto más llena, a la vez ligera al quitarme esa carga de tiempos pasados, volviéndome a dejar solitaria, pero plácidamente satisfecha.

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Ya te vas, me dejas una vez más enchufada al gotero de los días; a ver cómo me acicalo en la espera del próximo verano. Haciéndome desear los momentos festivos donde apartarás el tupido vestido y volverás a tocarme el fruto, verlo supurar y saborearlo entre los labios con tal placer, que al mirarte, veré que sigues aquí conmigo… a pesar, de sólo poder darte ese único higo y agradecerte que seas mi amante imaginario, mi jardinero infiel.

José Ramón Peces

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La teoría de la quinta Cerveza He de reconocerlo, el viernes la lie gorda. No quiero echarle la culpa a las cervezas que me hice con Alfredo, pero sí que es verdad que “San Miguel” tuvo algo que ver. Ya no recuerdo las birras que tomé, siempre pierdo la cuenta. A partir del tercer tercio, la materia gris de mi cerebro desaparece, y en su lugar se coloca esa blanquecina y amarga espuma: «¡ummmm cerveza!». Al principio siempre hablamos de lo mismo, de fútbol. Somos hombres, repetitivos y monotemáticos, pero lo interesante siempre ocurre a partir de la quinta cerveza, y es la pura verdad, lo he estudiado, e incluso lo he bautizado como «La teoría de la Quinta Cerveza». Sucede en realidad cuando ya no encontramos fría la botella, cuando simplemente nos la echamos a los labios por pura inercia, y entonces bromeamos con el culo de la camarera: «Si ese culo fuera un cajero automático, la tarjeta debería ser tipo DIN A-4», dice Alfredo descojonándose. Es verdad, tiene un culo grande, pero en realidad yo no la veo tan mal, no sé, igual son esas enormes tetas que se desbordan por el escote y me hacen verla de diferente manera. Aunque qué cojones, eso no es un escote, es un bufet libre con un letrero que dice: «Pase sin llamar». El marica de Alfredo se retira, al final el mamón no ha rezado la media docena a «San Miguel», y le hago ver que ese pecado le va a salir caro: él paga. El calzonazos se pira, pero la puerta de salida le queda pequeña, menuda hostia se da contra ella. Con seguridad tardaré meses en volver a verlo, su mujer lo tiene absorbido. Entonces me siento bien, libre. No tengo pareja ni tengo previsto encontrarla, soy informático y aplico la primera regla del gremio, de forma muy estricta: «si funciona, para que tocarlo». Empiezo a hacer el gilipollas con los dedos, sobre la mesa, como si estuviera escribiendo con un teclado. La camarera me mira, se ríe. Le devuelvo una sonrisa estúpida, entonces se acerca a mí. «El local no tiene Wifi», me

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dice con ironía. Resulta que la camarera, aparte de las enormes tetas, tiene otro atributo que compensa el grueso error de su trasero, es muy simpática. «Soy pianista», le digo. «La Teoría de la Quinta Cerveza» no falla, estamos en el paso de las mentiras. De repente ya no soy informático, soy un importante pianista que ha trabajado en el último disco de David Bisbal. Ella no se lo traga, pero a mí me da lo mismo, me sigue la corriente. Si sigue así la cosa, esta noche no dormiré solo, y eso sí que me resulta extraño. Vuelvo a rezarle unas cuantas veces más a «San Miguel», ¿y después?... ya no me acuerdo de nada más. Lo reconozco, el viernes la lie gorda. Terminé en la cama con la camarera, ¿se llamaba Cristina?, creo que sí, tiene cara de ángel. Levanto las sábanas y veo que está completamente desnuda. Es guapa, muy guapa, y aunque en realidad tiene un enorme culo, me gusta. Me levanto rápido para prepararle un sugerente desayuno. Se lo llevo a la cama. Busco entre mis juguetes, de cuando era pequeño, y encuentro un diminuto teclado musical. La despierto, y cuando sus ojos se abren, me ve haciendo el gilipollas tocando el piano. Suena el «Cumpleaños Feliz», no sé tocar otra cosa. Me mira, se ríe, me besa, y entonces mi mirada se refleja en sus ojos. Tengo cara de anormal, nunca antes me había visto así. Me invita a volver a la cama con ella, y antes de hacerlo me doy cuenta de que no existe hombre duro en mí, toda mi coraza se trata de un disfraz que me inventé para no verme solo. Ahora ya no lo estoy, me encanta Cristina, ¿estaré enamorado? Pienso descubrirlo poco a poco, quiero ganármela. «¡A la mierda la “Teoría de la Quinta Cerveza!”», pienso mientras me tiro sobre la cama buscando mi pastelito. De repente me he vuelto un glotón.

Javier García

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De escaleras y ascensores Después de varios días intercambiándose mensajes, quedaron en la cafetería de un centro comercial. No se conocían, solo se habían visto en fotos. Ella llegó primero, se sentó en una mesa cercana a la puerta para verlo llegar y sacó su libro con el fin de que la espera no se hiciera larga. Pasaron unos minutos, cuando alzó la vista y le vio aparecer. No era como se esperaba pero lo que descubrió no le disgustó. Él la miró y esbozando una media sonrisa se acercó a la mesa. Tampoco le debió desagradar lo que veía. Ella pidió un café descafeinado, estaba nerviosa, y él un cortado. Hablaron durante media hora, entre risas y bromas. Habían conectado. Cuando ya se tenían que ir, él le propuso continuar en un sitio más íntimo pero ella le dijo que no en esa primera cita. Acabaron sus cafés y se dispusieron a irse. Al llegar a los ascensores, ella tuvo una idea, le cogió del brazo, le llevó a las escaleras y abalanzándose sobre él le besó. Fue un beso caliente, salvaje, devorándose la boca y mordiéndose los labios. La respiración se hizo entrecortada, los corazones latían a mil. Se apartaron para mirarse a los ojos y cada uno intentó tranquilizarse. Había estado muy bien. Se habían saboreado mutuamente y les había gustado a los dos pero tenían que

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marcharse y bajaron un piso para coger nuevamente el ascensor. Al entrar estaban solos, los dos sabían que volverían a besarse pero en ese preciso momento alguien entró. Las puertas iban a cerrarse y ella con un movimiento rápido puso el bolso entre las puertas, impidiendo que éstas se cerraran y salió deprisa volviéndose hacia él e invitándolo a hacer lo mismo. Volvieron a la escalera y volvieron los besos calientes y salvajes. No podían parar pero había gente pasando cerca y no querían ser descubiertos, por lo que bajaron otro piso y cogieron el ascensor. Esta vez iba vacío. Él la aprisionó contra la pared y sus cuerpos quedaron en contacto, notando ella lo excitado que él estaba. Lo malo es que el trayecto fue corto, enseguida llegaron a la planta baja y salieron. Caminaron hacia la puerta de salida nerviosos y excitados, cada uno pensando en lo que había ocurrido. Llegaron a la puerta, tocaba despedirse. Se dijeron un adiós y hasta pronto, y quedaron en volverse a escribir por e-mail para la siguiente cita.

Pilar Descalza

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Adam vero cognovit Evam uxo rem suam, quae concepit et peperit Cain dicens: “Acquisivi virum per Dominum”. Rursusque peperit fratrem eius Abel. Et fuit Abel pastor ovium et Cain agricola. Factum est autem post aliquot dies ut offerret Cain de fructibus agri munus Domino. Abel quoque obtulit de primogenitis gregis sui et de adipibus eorum. Et respexit Dominus ad Abel et ad munus eius, ad Cain vero et ad munus illius non respexit. Iratusque est Cain vehementer, et concidit vultus eius. Dixitque Dominus ad eum: “Quare iratus es, et cur concidit facies tua? Nonne si bene egeris, vultum attolles? Sin autem male, in foribus peccatum insidiabitur, et ad te erit appetitus eius, tu autem dominaberis illius”. Dixitque Cain ad Abel fratrem suum: “Egrediamur foras”. Cumque essent in agro, consurrexit Cain adversus Abel fratrem suum et interfecit eum. Et ait Dominus ad Cain: “Ubi est Abel frater tuus?”. Qui respondit: “Nescio. Num custos fratris mei sum ego?”. Dixitque ad eum: “Quid fecisti? Vox sanguinis fratris tui clamat ad me de agro. Nunc igitur maledictus eris procul ab agro, qui aperuit os suum et suscepit sanguinem fratris tui de manu tua! Cum operatus fueris eum, amplius non dabit tibi fructus suos; vagus et profugus eris super terram”. Dixitque Cain ad Dominum: “Maior est poena mea quam ut portem eam. Ecce eicis me hodie a facie agri, et a facie tua abscondar et ero vagus et profugus in terra; omnis igitur,

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El manuscrito del Diablo Monasterio de Podlazice, Chrudim, Año 1230 La oscura habitación, donde se filtraban los escasos rayos de luz de una luna llena y resplandeciente como un ejército de luciérnagas y formaban una cortina luminaria a través de una pequeña ventana dotada con resistentes barrotes, era un lugar sombrío y húmedo; un lugar deprimente y aislado en el interior del monasterio de Podlazice, (Chrudim, centro de la actual República Checa) y custodiado por la hermandad de los monjes benedictinos. El monasterio se encontraba ubicado a escasos setecientos metros de distancia de la región turística de Montes de Hierro, en el municipio de Luze y situado a cien kilómetros de la ciudad de Praga. El hermano Herman, apodado “El recluso”, era un monje de personalidad reservada. Pasaba horas recluido tras las gruesas paredes de su habitación consultando infinidad de libros que amontonaba sobre la mesa de su escritorio. Bajo el resplandor deliciosamente anaranjado de las velas, se empapaba de escritos milenarios y leyendas ancestrales de medio mundo. Poseía la capacidad de resistir varias noches pernoctando con la única intención de adquirir el conocimiento que le revelaban las páginas escritas a mano con tinta oscura. Al alba, abandonaba sus aposentos y se dirigía hacia la capilla donde se reunía con el resto de los monjes de la congregación para orar el salterio integro, compuesto por ciento cincuenta salmos. Las reglas benedictinas estaban escritas en una guía, que constaba de setenta y tres capítulos y un prólogo que informaba a los monjes de la vida a seguir en el interior del monasterio. La principal regla que regía a estos monjes era “Ora et labora”, cuyo significado era reza y trabaja, donde se buscaba el equilibrio entre las actividades diarias y los rezos. Para poder subsistir por sí mismos, los monjes elaboraban sus propios alimentos y labraban sus tierras creando nuevas herramientas, combinando todo ello, con la meditación y los rezos.

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El hermano Herman se encontraba preso, acusado de un grave crimen, donde después un juicio justo llevado a cabo por los hermanos de la congregación, el veredicto final anunció que había sido sentenciado a morir emparedado entre los muros de una de las criptas subterráneas del monasterio. Entre sus cuatro paredes se encontraba una cama individual, una pequeña estantería con algunos utensilios de higiene personal y un escritorio con su respectivo respaldo, con algunos libros que el monje había pedido tener consigo. A escasas horas para ser llevada a cabo la ejecución de la pena, después de que los primeros rayos del sol asomaran desde el Este e iluminaran las instalaciones del monasterio, el monje mandó llamar insistentemente al Abad Andrew de Tolomei en mitad de la noche. Cuando el Abad acudió hasta el lugar donde se encontraba apresado el monje, el hermano Herman le propuso como última voluntad, permiso para escribir una obra monumental que honrara al monasterio, siendo así una forma de redimirse de sus pecados. El tiempo estipulado por el mismo monje fue el de esa misma noche. Tras aceptar y proporcionar todo el material que necesitaba el hermano Herman, el Abad Andew regresó a sus aposentos sumido en sus más profundos pensamientos. En ellos, se cuestionaba la descabellada idea de que era prácticamente imposible e inimaginable que las escrituras que el hermano Herman se disponía a llevar a cabo, pudieran terminarse en tan corto plazo de tiempo. Eso solo sería obra del diablo. Pensaba para sus adentros. Con sus pensamientos en mitad de la noche, finalmente concilió el sueño. Al despertar y levantarse de su cama, salpicó su rostro con agua tibia y seguidamente se secó con una toalla que se encontraba colgada sobre el respaldo de una silla. Abandonó sigilosamente sus aposentos y se dirigió decididamente a visitar al hermano Herman, abriéndose paso a través de un largo y estrecho pasillo. Ordenó a Fray Julius, que en ese momento se encontraba custodiando la entrada de la habitación, que le facilitara el paso al interior girando la llave que abría la gruesa puerta de madera. El Abad se adentró en el interior de las gruesas paredes que rodeaban la espaciosa habitación y observó al hermano Herman que se encontraba sentado sobre el pie de la cama. A su lado se encontraban unos enormes manuscritos que formaban un libro de grandes dimensiones. Tenían un grosor considerable y su peso oscilaba sobre unos setenta y cinco kilos. El Adab Andrew se quedó perplejo al admirar la desmesurada obra. El Codex, iluminado con tintas rojas, azules, verdes, amarillas y oro, contenía inscritas en el interior de sus seiscientas veinticuatro paginas, la Biblia (la versión de la Vulgata, excepto los Hechos de los Apóstoles y el Apocalipsis, que provienen de una versión anterior), el texto completo de la Chronica Boemorum (Crónica checa) de Cosmas de Praga, curas medicinales,

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encantamientos mágicos, dos trabajos del historiador judío Flavio Josefo (las Antigüedades judías y La guerra de los judíos), las Etimologías del arzobispo San Isidoro de Sevilla, varios tratados sobre medicina del médico Constantino el Africano, un calendario, una lista necrológica de personas fallecidas, y otros textos, escritos totalmente en latín. El Abad Andrew no reparó en gastos al observar el rostro del hermano Herman que se mostraba tan fresco como si hubiera dormido diez horas seguidas. En la comisura de sus labios se asomaba una diabólica sonrisa, parecida a la de un niño cuando se sale con la suya después de ser sermoneado. Sus ojos reflejaban un brillo resplandeciente como las llamas que bailan en el fuego de una hoguera, a pesar de que su mirada era fría como el hielo. Vestía una camisa de lana de color negro y un escapulario que prácticamente cubría las sandalias de esparto que protegían sus pies. Después de dar un profundo suspiro, el Abad Andrew se planteó interiormente varias preguntas. ¿Cómo había sido posible que el hermano Herman pudiera haber plasmado todas aquellas palabras en solo una noche? ¿Qué fuerza demoníaca le habría ayudado a llevar a cabo su cometido? ¿Qué secretos se ocultaban tras las palabras de esos extraños escritos? –No se moleste en cuestionarse preguntas de las que posiblemente obtenga respuestas que escapan a su entender. –Exclamó el monje con voz firme y pausada sin mover ni un solo músculo. El Abad Andrew dejó a un lado sus pensamientos y se dirigió hacia el hermano Herman. –¿Qué respuestas son esas? –Preguntó intrigado el Abad. El hermano Herman guardando silencio, inclinó ligeramente la cabeza hacia arriba, dirigiendo la mirada hacia el abad que se encontraba de pie a un metro escaso de él. –¿Y bien? -Exclamó el Abad esperando una explicación. El silencio envolvió la húmeda habitación de nuevo. –La vida. –Dijo finalmente.

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- Disculpe. ¿Cómo dice hermano Herman? -Preguntó frunciendo el ceño. - Oh, vamos, no disimule Abad Andrew. Puedo sentir en mi interior, una pregunta que le persigue desde siempre. - Entonces dígame qué pregunta es esa hermano Herman. -Dijo en tono desafiante. - ¡La vida!. A usted le gustaría saber cuál es el verdadero significado de la vida. El Abad Andrew se quedó sin habla. ¿Cómo podía saber el hermano Herman que a menudo se planteaba esa precisa pregunta en mitad de sus oraciones? Tragó saliva después de recuperar el aliento de nuevo e intentó mantener sus emociones lo más calmadas posibles. - Sabe pues ¿cuál es el verdadero significado de la vida? -Preguntó tras una breve pausa de silencio. - El sentido de la vida está profundamente mezclado con las concepciones filosóficas y religiosas de la existencia, la conciencia y la felicidad. Este afecta a muchas otras cuestiones, tales como el significado simbólico, la ontológica, el valor, el propósito, la ética, el bien y el mal, las concepciones y la existencia de Dios, el alma y el más allá. -Respondió mostrando un brillo de divinidad es sus ojos. El Abad Andrew volvió a tragar saliva después de que un escalofrío le recorriera cada parte de su cuerpo. -¿Cómo ha llegado a esa conclusión? -Preguntó con un hilo de voz tembloroso. - El maestro me ha revelado conocimientos universales. Respondió con excitación mientras se oprimía el pecho con la palma de su mano. - ¿Se puede saber a quién se refiere? -El Abad notó cómo aumentaba su curiosidad. - Se le conoce bajo muchos nombres. -¿Qué nombres son esos? - Abaddon, Asmodeus, Astaroth, Baal, Belcebú, Erebus, Jezebeth, Leviatán, Lucífer, Samael, Satanás. -Recitó citando alguno de ellos. El Abad, sobresaltado, dio un paso hacia atrás. -¡No blasfemes! -Gritó mientras se santiguaba en nombre de Dios todo poderoso-. Señor apiádate de su alma el pobre no sabe lo que dice. -Susurró mientras alzaba la vista hacia

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el techo de la habitación. De nuevo volvió a aparecer sobre los labios del hermano Herman una sonrisa maligna que desató la ira del Abad. –¡Eres un siervo de Dios! –Exclamó alterado el Abad–. Debes renunciar al señor de las tinieblas. –¿Renunciar a qué? –Preguntó alzando la voz–. Ahora poseo el conocimiento absoluto de la humanidad, algo que dudo que usted llegue a poseer en el resto del tiempo que le quede de vida. –Piénsalo insensato, al pactar con el Diablo renuncias a las enseñanzas de Dios, él es el verdadero maestro. –Puede ahorrarse el sermón Abad Andrew. Ya no hay vuelta atrás. –Dijo a la vez que dirigía la vista hacía el enorme manuscrito. –¡Así que se trata de eso! Has hecho un pacto con el diablo, le has vendido tu alma a cambio de adquirir los mayores conocimientos de la humanidad y con el poder que te ha otorgado has podido plasmarlos en este libro. –Afirmó el Abad señalando el manuscrito con el dedo índice–. Es una aberración, el libro debe ser destruido. –Añadió en un estado de alteración. –Y a una velocidad de vértigo. –Dijo el monje con satisfacción–. Como única condición me pidió que su majestuosa imagen apareciera en una de las páginas. Mi alma hace mucho que le pertenece, Abad Andrew. –¡Estás loco! Me encargaré personalmente de que ese libro arda en la hoguera. –Anunció el Abad sujetando con fuerza el crucifijo que colgaba rodeando de su cuello. –No ha entendido nada aún. ¿Verdad? –Exclamó levantándose de un salto desde el pie de la cama-. Quien posea el manuscrito adquirirá un poder absoluto de sabiduría e incluso podría dominar el mundo. –¡No lo permitiré! No permitiré que sus páginas endemoniadas vean la luz más allá de los muros del monasterio. –Amenazó el Abad. De repente el monje clavó su mirada fija sobre el Abad. Su mirada se volvió aún más fría. Sus ojos se tiñeron de rojo fuego, desprendiendo una luz cegadora que iluminó cada esquina de la habitación.

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El Abad intentó gritar para pedir ayuda, pero su garganta no pudo pronunciar palabra alguna. Su voz muda se ahogaba mientras una mano invisible le oprimía fuertemente el alma. Un intenso dolor punzante surgió de su corazón, por lo que tuvo que llevarse la mano al pecho mientras intentaba aspirar una bocanada de aire fresco. El rostro de dolor se reflejaba bajo sus facciones atormentadas. Sus ojos emblanquecieron de repente y su boca completamente abierta, intentaba por todos los medios gritar sin conseguirlo. El Abad Andrew se arrodilló sin dejar de sujetar fuertemente la cruz que colgaba de su cuello. Al mismo tiempo que recitaba una oración muda, dejó de oprimirse el pecho para sujetarse del escapulario que vestía el hermano Herman. Pasados unos segundos su aliento cesó, cayendo lentamente en posición de cúbito lateral. A los pocos minutos varios hermanos de la Abadía abrieron la puerta de la habitación utilizada como celda. Los hermanos atónitos descubrieron al Abad Andrew tumbado en el suelo con el rostro descolocado y palidecido, mientras el hermano Herman permanecía de pie, frente a él, con una sonrisa de oreja a oreja. Aquella fría mañana de diciembre el monje Herman “el Recluso”, fue emparedado bajo los muros del monasterio. El extraño manuscrito fue guardado en la antigua biblioteca de la Abadía. --En el año mil doscientos noventa y cinco el monasterio se encontraba en graves condiciones financieras, por ello vendieron el manuscrito a los cistercienses de Sedlec, a instancias del Obispo Gregorio de Praga. Dos siglos más tarde el Codex pasó a pertenecer a los “Monjes Negros”, estos lo vendieron a los “ Monjes Blancos”, y en cuando el emperador Rodolfo II de Habsburgo declaró la guerra, tomó como botín los manuscritos custodiándolos en su palacio e incorporándolos a su colección de objetos extravagantes. En la guerra de los treinta años el manuscrito fue tomado por las tropas del General Sueco Konigsmark, junto al resto de objetos de arte de la Kunstkammer de Pragua. Un buen día el manuscrito fue robado despareciendo en el olvido con el paso del tiempo.

R. Soto 56

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qui invenerit me, occidet me”. Dixitque ei Dominus: “Nequaquam ita fiet, sed omnis qui occiderit Cain, septuplum punietur!”. Posuitque Dominus Cain signum, ut non eum interficeret omnis qui invenisset eum. Egressusque Cain a facie Domini habitavit in terra Nod ad orientalem plagam Eden. Cognovit autem Cain uxorem suam, quae concepit et peperit Henoch. Et aedificavit civitatem vocavitque nomen eius ex nomine filii sui Henoch. Porro Henoch genuit Irad, et Irad genuit Maviael, et Maviael genuit Mathusael, et Mathusael genuit Lamech. Qui accepit uxores duas: nomen uni Ada et nomen alteri Sella. Genuitque Ada Iabel, qui fuit pater habitantium in tentoriis atque pastorum. Et nomen fratris eius Iubal; ipse fuit pater omnium canentium cithara et organo. Sella quoque genuit Tubalcain, qui fuit malleator et faber in cuncta opera aeris et ferri. Soror vero Tubalcain Noema. Dixitque Lamech uxoribus suis: “Ada et Sella, audite vocem meam; uxores Lamech, auscultate sermonem meum: occidi virum pro vulnere meo et adulescentulum pro livore meo; septuplum ultio dabitur de Cain, de Lamech vero septuagies septies”. Cognovit quoque Adam uxorem suam, et peperit filium vocavitque nomen eius Seth dicens: “Posuit mihi Deus semen aliud pro Abel, quem occidit Cain”. Sed et Seth natus est filius, quem vocavit Enos. Tunc coeperunt invocare nomen Domini.

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La pequeña pastorcilla La noche que nació el Niño Jesús en el portal de Belén todos los pastores fueron a adorarle y a llevarle regalos. Era un niño precioso, de negros rizos y ojos color azabache. Movía sus manitas y sonreía a todo el mundo, era muy espabilado. Uno de los pastores se acercó a ver al recién nacido, acompañado de su mujer y su hija. La niña se quedó en la puerta observándolo todo cogida de la mano de su mamá. –Mamá ¿El buey y el burro no harán daño al bebe sin querer? –No hija, ellos le protegerán y le darán calor junto al fuego que harán con los leños que un pastor le ha traído –le respondió su madre cariñosamente. La pastorcilla se aferró más fuerte a la mano de su mamá y avanzó un paso. Miró la cunita del niño y cómo una anciana le ponía paja en ella. –Mamá ¿Por qué le ponen paja al niño en su cuna? –Pequeña, hacen lo mismo que tu padre y yo cuando tú eras pequeña, es para que el niño este cómodo y calentito. La niña sonriendo se atrevió a dar un paso más. Ahora veía más de cerca la cara del niño y la de sus padres José y María, observó que estaban felices.

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Una pastora les regaló entonces una manta con la que taparon al bebé. –Mamá ¿Por qué parecen tan felices si se ve por sus ropas que son aún más pobres que nosotros? –Porque no son ricos en bienes, lo son en amor y en felicidad porque mucha gente los quiere. La niña dichosa se acercó un paso más, el niño risueño la miraba desde el pesebre. –Mamá, yo no le he traído nada al pequeño Dios -se lamentó tristemente dando un último paso y cogiendo la manita del bebé que soltó una carcajada de felicidad. Entonces

pequeña

pastorcilla

emocionada se llevó la mano a la garganta y empezó a cantar una canción al niño Dios. Los pastores emocionados la rodearon con amor y la siguieron en su canto. Las estrellas desde el cielo comenzaron a brillar con más fuerza, en especial una, la encargada de guiar a los Reyes Magos. Y es así como la pequeña pastorcilla hizo su regalo al niño Jesús, el primer villancico de Navidad

Cristina Calahorro Zafra

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Un noviembre cualquiera La escena ya nos resultaba familiar. Allí estábamos de nuevo, en el mismo lugar de casi todos los sábados, cada uno en su mundo, y el de ahí fuera, en la cabeza de ninguno. Yo había llegado a última hora como casi siempre, ellos llevaban un par de horas esperando, y el plan no distaba mucho de una noche cualquiera a la que estábamos acostumbrados. Puse el móvil a cargar, en esta ocasión me propuse hacer un montón de fotos para que nuestras retinas pudieran vislumbrar lo que el alcohol se empeñaba en borrar de nuestro recuerdo noche tras noche. –Chicos, puedo aseguraros que hoy no será una noche cualquiera. Su voz autoritaria y poderosa pareció hacer añicos el silencio que nos acompañaba en el salón. Ady era el mayor de tres hermanos mulatos, de orígen camerunés por parte paterna, pero habían nacido y vivido siempre en España. Nos conocíamos desde hace bastantes años, y últimamente quedábamos con mayor frecuencia. De baja estatura, pero gran corpulencia física, caminó con el torso desabrochado que lucía bajo una de sus camisas ceñidas favoritas hasta llegar con ritmo pausado al congelador. Intuí excesivas ganas de fiesta en su rostro, la semana había sido dura y parecía querer desconectar.

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–¡Joder! ¿Nadie ha puesto a enfriar el puto champagne? Abelly levantó la cabeza y le dedicó una mirada cómplice a Charly, el menor de ellos, al mismo tiempo que esbozó su característica sonrisa pícara de medio lado, exculpándose como era habitual entre ellos cuando algo no estaba en orden. –¡Yo iré! –Me presté entonces. Y Abelly y Charly dejaron su penúltimo enfrentamiento de la noche para continuar uno con el móvil, y el otro con el ordenador respectivamente. –¿Y eso Ady? ¿Por qué una noche diferente? Sorpréndeme -le susurré ya en la cocina. Giró la cabeza dirigiéndose a mí, me propinó un enérgico apretón en el hombro, y se le escapó una mueca de esas que eran expertas en incrementar al máximo la intriga de un momento cualquiera. Era un maestro generando expectación. –Hoy viene, ya está aquí. –Susurró en voz baja. Y advirtiéndome que no contara nada con el dedo índice pegado a sus labios, sacó un par de botellas de la despensa y las puso a enfriar. No salía de mi asombro, mi rostro se paralizó durante unos segundos, y decidí dejar las preguntas para otro momento de la noche, coloqué las copas vacías en la bandeja, y salí a la galería a tomar un poco el aire, lo necesitaba. –Te he dicho que no vamos a hacer lo que siempre digas tu, ¡hoy iremos donde yo diga! –¡Espera y verás donde acabamos! A lo lejos se escuchaban los gritos de Abelly y Charly ajenos a la conversación discutiendo como era habitual, sobre donde iríamos a tomar la primera copa fuera de casa, algo que para mí ya había dejado de importar después de la noticia. Sin duda Ady tenía razón, no sería una noche cualquiera. --Las vistas desde aquel lugar eran increíbles, siempre que tenía ocasión apoyaba los brazos en aquel balcón y dejaba la mirada muerta en el horizonte durante varios minutos, era una sensación de paz infinita.

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Desde aquel décimo piso apenas se percibía el ruido del exterior, todo parecía diminuto bajo aquella impactante panorámica, y por momentos llegabas a tener la sensación de que todo aquello estaba rendido a tus pies y te atrapaba una extraña sensación de poder de la cual nunca querías salir. Ady era el propietario de aquella lujosa casa situada a las afueras de la ciudad. Aún así, casi nunca se encontraba solo. Familiares, amigos, y multitud de conocidos nos dejábamos caer por allí sobre todo cuando el fin de semana estaba próximo. Una voz excitada y enérgica interrumpió mi intento de relajación.

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–¡Moy! ¿Qué pasa con ese champagne? ¡Estoy seco! Cuando salga de la ducha quiero beberme una copa bien fría! –Eso está hecho –sonreí a duras penas. Charly se asomó apenas unos segundos a la cocina, y una vez recibido mi gesto de aprobación, caminó de forma erguida y lenta por el pasillo que le conducía a uno de los baños de la casa. De cuerpo atlético y gran estatura, llevaba un par de meses trabajando en un local de copas en el centro de la ciudad, hoy tenía una reunión con el jefe y no podía permitirse llegar fuera de hora. –Hoy va a ser mi gran noche -se decía a sí mismo mientras cerró de un golpe seco la puerta del baño. Asomándome desde la cocina, advertí que Ady había caído rendido unos minutos en el enorme sofá de piel blanca que adornaba gran parte del salón, y Abelly por otro lado, continuaba concentrado con el móvil y caminaba de un lado a otro sin cesar. Mientras me acercaba a retirar el móvil del enchufe, Abelly se adelantó y me lo entregó en la mano. –Creo que ha sonado un par de veces... Voy a cambiarme, despierta a Ady, ya es tarde.

Mocer

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Carla 1.ª parte

Carla salió de casa temblando de preocupación, sin dejar de mirar a todos lados camino de la Biblioteca. El otoño era visible: hojas secas en el suelo, árboles que dejaban el verdor atrás para acoger el dorado..., y la lluvia. La muchacha rogó que no lloviera. Al menos, no en la mañana. –Ahora no llueve -pensó, observando el cielo cubierto. Pero no era el mal tiempo lo que la preocupaba, ni la tesis. Lo que ella temía, era al hombre del paraguas. Él era quien le impedía centrarse en los estudios. Hacía casi una semana que parecía seguirla. Fuera donde fuera, allí estaba con su paraguas, vestido de oscuro y con su sombrero que le ocultaba la mitad del rostro. Le daba la impresión de que se trataba de un loco en busca de su próxima víctima. Se estremecía solo con su recuerdo. Pensó en contárselo a sus padres, pero a su hermana le sucedió algo similar y los padres la enviaron tan lejos que nunca más la volvió a ver. –¿Qué te sucede, Carla? Y no me digas “nada” porque sé bien cuando me mientes. Nos conocemos desde hace mucho Su compañero de tesis, Julio, sentía un gran amor por ella, mas no decía nada. Conocía que la joven aún no había superado la ruptura con su novio. Además, él era muy tímido: escribió varias cartas para el amor de su vida, aunque todas permanecían en el cajón del escritorio temiendo que ella desapareciera como su hermana. Carla no respondió. Entró, con él detrás, en el edificio, avergonzada por dejarse llevar por los sentimientos de temor. Cruzó el patio a cuyo alrededor se encontraban las oficinas,

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salones de actos y exposición, además de una Biblioteca para niños pequeños, y subió las escaleras. El lugar no tenía ascensor aunque no lo necesitaba, era muy accesible. La parte trasera estaba bien situada con rampas que llegaban a las distintas salas de la planta baja como de las altas. Cuando entró en el salón de la Biblioteca, ocupó un asiento libre y comenzó a estudiar. Solo le faltaban tres semanas para presentarla. Estaba segura de que iría bien, mas no de que pudiera olvidar a ese hombre: se estremecía cada vez que oía un ruido, sonaba el teléfono o se escuchaba una voz. Deseaba vivir en una isla desierta donde aquel misterioso ser no estuviera. Marcando ya el reloj las 13:00h. Los dos amigos salieron del edificio. El joven estaba seguro de que a ella le pasaba algo, pero como permanecía en silencio, observando de un lado para otro, creyó haber descubierto el motivo. –Si te preocupa el hombre del paraguas, te aseguro que no lo encontrarás. Solo sale cuando llueve. Vamos, comamos en el restaurante de la esquina, es muy económico y mi padre dijo que la comida tenía al menos tres tenedores, aunque ya sabes que de Gastronomía quien sabe es mi madre. Ese día no nos acompañaba, era un día solo de chicos. Venga, que te invito. –Gracias Julio, pero iré con una condición. Que me digas cómo sabes tanto de ese hombre. ¿Le conoces? –Ese hombre es mi vecino -Comenzaron a caminar hasta el restaurante. Por algún motivo, Carla estaba más tranquila- Su esposa y su hija perdieron al vida un día de lluvia en esta misma calle. Desde entonces, cuando llueve, sale de casa y camina por aquí. Cuando deja de llover, regresa a su hogar. –Qué triste historia... lamento haberme asustado, y haberle juzgado sin conocerle. Ahora sé porque siempre le veía por aquí. Este es mi paso diario y, si llueve, me lo encontraba siempre y me lo seguiré encontrando... Debería de aprender a no sacar conclusiones sin tener toda la información. Los dos jóvenes entraron en el restaurante. Carla, ya más tranquila, pudo centrarse en su tesis, y Julio, sin pensar, consiguió dar el primer paso hacia ella después de cientos de suspiros y miles de lágrimas derramadas en la noche. –Te pareces mucho a tu hermana. –Le dijo, mientras comían.

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–Lo se. Cuando termine la tesis la buscaré. ¿Me ayudarás? –Sus ojos brillaban mientras rogaba. –Por supuesto. Cuenta conmigo para lo que necesites.

María del Carmen Ramíerez

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Tiempos robados 2.ª parte

Otra vez los pasos que nos conducen a los mismos caminos palabras renovadas, pero con igual significado. Replay de momentos pasados que no cambian de nuevo excusas que no callan. Esfuerzos que buscamos en esperanzas que se escapan por las ventanas. Las mismas ganas, que vuelven a terminar en esperanzas vanas, sobresaltos que llegan al corazón y que agitan el alma, y que nos llevan a finales forzosos que no conducen a nada. Siempre las mismas guerras, y siempre de igual modo peleadas. Las mismas defensas, las mismas armas, ilusiones acabadas. Cartas desterradas, las batallas no ganadas, y sin ganas de ser luchadas. De nuevo las mismas ilusiones que por ladrones de corazones son llevadas, sin un perdón ni disculpa y que van quemando dentro del pecho. No importa qué valor tengan, son destruidas hasta quedar totalmente arrasadas, sin que en el futuro podamos volver avivar sus brasas. Siempre las mismas guerras,

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con las mimas luchas y de igual modo enfrentadas, y nunca ganadas. Las mismas armas, con las ilusiones acabadas. Sueños desterrados, corazones desgastados. Lágrimas secadas mojadas. Suspiros agotados que rompen el alma. Tiempos infinitos que roban los pocos sentidos de unos locos infinitos. Si aún tienes tal poder sobre mí, tanto de mí, Cómo sobrevivir al tiempo infinito sin ti.

Ysbhala

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El Drac del Cabanyal

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La épica historia del Caballero Blanco y el Caballero Negro 3.ª parte

El origen del Caballero Gris nadie lo tiene muy claro. Se sabe que fue entrenado desde que supo caminar y que su madre murió durante el parto. De su padre, tutores,. Quién le enseñó a caminar y portar un arma, eran incógnitas que se negaba a aclarar. Pero tampoco era un completo misterio. Una vez, habiendo regresado de proteger al Príncipe Encantado de un mitad hombre mitad bestia, borracho como él solo, le preguntó a su compañero más cercano, el Caballero Rosa, para qué quería la bestia al Príncipe cuando podría haber tomado a la Princesa Encantadora. Riendo, respondió que a lo mejor quería tener dos espaldas (o espadas??) sin el peligro de procrear. Alguna gente hacía eso, incluso gente deseosa de tener progenie, comentó. Otros debían pedirle bebés a familias ya rotas, demasiado pobres para mantener a otro. De pronto calló, abstraído y como sorprendido. Eso hacen, dijo bajito al aire.

Candela Robles Abalos

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Antología de relatos inspirados en la frase ‘‘Mi Primera Vez’’. 1.ª antología desarrollada por los integrantes del grupo en Facebook ‘‘Escuela del Delirio’’.

Relato 1 Despierto. Me revuelvo en los edredones y sonrío al ver su rostro, adormilado y apacible junto al mío. Respira. Me envuelve inconscientemente con el brazo, asiéndome contra su cuerpo, que en este preciso momento se siente cálido. Es tan fácil ser feliz. Deposito mi mirada en el cielo raso y enumero las cosas que me llevaron a decidir compartir mi lecho nocturno por primera vez con él. Me siento como aquella vez, aquella primera vez en que mis ojos se toparon con los suyos. Fue más bien fácil captar mi atención, me definiría como una oveja ante un pastor, infantil y sin desconfianzas prematuras, me acerqué a él con ánimos de lograr que reposara en mí y sólo en mí. Lo que me cuesta determinar fue en que minuto capté su atención. “¿En qué minuto fue?”, “¿En qué minuto fue?” “Desde la primera vez” Me solía decir cada vez que yo comenzaba a insistir con la pregunta y balanceaba su mano en los anchos aires.

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Al pensar en aquella vez, mis recuerdos inevitablemente me arrastran a mis piernas contoneándose primorosamente entre mis faldas. Buscando su aprobación, su cobijo, o al menos una palabra. No fue hasta la quinta vez en vernos, en que bajo el manto nocturno, gentilmente bordado en estrellas. Me ofreció su abrigo y con una sonrisa falsamente reprochadora, preguntó: “¿No sientes frío?” Negué con mi cabeza y ocultando mis descubiertos hombros en su chaqueta, fingía que no miraba su bello rostro, siendo acariciado por la luna. Me enamora. Y ahora que descansa en mi nido, puedo acariciarlo y retenerlo entre mi cuerpo, como si este instante fuese para siempre, aunque sé que cuando despierte, el frío que una vez tuve, devorará mi osadía y me dejará sola ante el amor, que se crispa y retira con el sol. Tras mi primer beso sobre esos suaves y lozanos labios, supe que deseaba más, y cuando me pidió que no lo olvidara jamás, me prometí atesorar esos recuerdos para siempre, pero

sabía que el frío existiría y que regresaría a mí sin consideraciones. “¿Eres como la mar?” Le pregunté, pero no recibí respuestas, sólo un adiós, dejándome en el vacío de la no

correspondencia. Los meses que le siguieron a ese primer beso, fueron tristes, apagados y nostálgicos. Pero el sol de febrero me hizo amar la vida nuevamente. Corría entre mis paseos y amoríos veraniegos. Infantiles y breves como mi mente, sólo deteniéndose una vez que el amarillo de las hojas en otoño, me vaticinó que la oscuridad que envuelve a las noches de invierno, volvería. Mis ojos se entrecruzaron otra vez con los suyos en la sombra, me cubrí con su chaqueta los hombros descubiertos y la frialdad que cobijaba mi corazón fue reemplazada. “¿Me olvidaste?” Oh, pues claro que lo había olvidado… lo había olvidado en mi mente, pero mi cora-

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zón opuso resistencia. Nunca fue capaz de entender mi sufrimiento cuando la mar se retraía, cuando la noche se volvía día, cuando la vida se apagaba, cuando el silencio me permeaba. Incluso ahora, que acaricio su rostro, sutilmente, para que no se despierte; pienso en que la mar se irá y el día volverá, la oscuridad se acabará y él ya no estará más. “¿Siempre estás sola?” Él me acompañaba en mis andanzas nocturnas. No es que me gustara estar sola, pero desde su partida, la nostalgia había hecho que las calles se transformaran en mi hogar real y la noche se volvió mi único cuidador. Rápidamente lo re-incluí en mis juegos, en mis escaramuzas, en mis sueños. No tenía a nadie más. Me gustaba fingir que estaba ocupada todo el día. Sabía que existían destinos peores que el mío y que actuar por las mañanas como una joven normal, no era nada difícil en comparación a serlo de verdad. Mientras tanto él me seguía, me cuidaba y me obsequiaba cosas que veía en los aparadores. La verdad es que actuaba como una niña caprichosa, y siempre que deseaba algo, mis ojos se iluminaban ansiosos, de ver que correspondiera en mis deseos, y que él siempre correspondía en ellos. No sé determinar tampoco, cuáles son los gestos que me hacen creer que sólo él merecía mi amor incondicional; quizás su talante firme, su mirada sobre protectora, su erguida postura,

pero todas esas cosas lo conforman. Es por eso que me es difícil distinguir. “¿Me dejaras sola otra vez?”

Le preguntaba cada vez que se marchaba y cuando mis amigas indagaban los motivos de mi ansiedad, solía evadir la respuesta, por temor a que si alguna de ellas lo veía, me lo reprochara, por sus sospechosas formas, nuestros extraños encuentros y por sobre todo; su mala actitud ante lo considerado “normal”. Pero hice caso omiso a mi cordura, que mantenía un dialogo perpetuo con mi corazón. Así fue como decidí ocultar aquel romance, bajo los breves encuentros accidentales y guardar la sensatez en algún cajón. Cuando la noche se volvía eterna, su presencia se me hacía inmensa y sentía que volvía a reír y sobre todo a vivir. ¡Es tan hermoso estar enamorada! ¡Y es tan hermoso cuando se te muestra infinito!

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Cierro los ojos un instante, temo volver a dormir. Temo que al despertar él ya no esté para mí. Retraigo mi cuerpo y lo escondo bajo el sueño, la noche aún es larga y sé que mi amor será como la muerte y para siempre. Abro los ojos y en un sobresalto busco su tibio rostro aun

durmiendo. Ya no está. ¡Se ha ido con el sol, se ha ido con la muerte! ¡Hemos

yacido en el mismo lecho y me ha engañado! Me giro en la habitación en busca de algún indicio que me haga saber su destino. ¿Dónde estás? ¿Volverás? ¿Me olvidaras? ¿Eres como la mar? Cojo mi ropa con velocidad y cubriendo mi piel desnuda, salgo de casa en busca de mi anhelado. La luz me ha cegado. Escudriño entre las personas a alguien, pero no cualquier alguien; sólo lo quiero a él. La ciudad y el tumulto me hacen retrasarme, asustarme. He olvidado cómo es salir de la oscuridad. Los rostros se me hacen ahora similares y me cuesta distinguir entre amigos y enemigos. “¡¿A dónde vas?!” Me grita alguien o quizás soy yo quien ha gritado. “¿A dónde voy?” Sigo corriendo, las calles se hacen inmensas y no encuentro mis escondites. Tampoco mi

ansiado invierno, ni mucho menos mi oscuridad. ¿Dónde vas? ¿Dónde voy? A ningún

lugar. Súbitamente me detengo y mi respiración se normaliza, me siento en una banca y finjo que la noche ha regresado. - ¡Bo!- Su cálida voz me descompensa. Sonrío. - ¿A dónde vas?- Le pregunto curiosa. Realmente deseo volver con él, realmente deseo que no vuelva a escaparse. Esboza una sonrisa amable y me acaricia el rostro con suavidad, eleva mi mentón y me da un beso. - A donde tú quieras, el sol se ha ido. Niego con la cabeza y me aparto. Hay algo que no está bien, aún hay sol y su presencia

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me descoloca. Está mintiendo. - ¿Qué haces todavía aquí? - Has decidido que es de noche.- Me responde encogiéndose de hombros.- Así que puedo estar aquí. ¿Decidido? Contemplo mi cuerpo y noto que mis pies están entumecidos de frío. He salido descalza a caminar en la calle, tan sólo a buscarlo a él. Representa mi única esperanza y lo sé. “¿Qué haces aquí?” Me pregunto ¿O me preguntan? Reacciono y sonriente finjo que estoy bien. - He salido a caminar, ya sabes salir, estirar las piernas. - Sí… ¿Y estás bien? No te he visto desde hace algunos días. “No, la escuches, perdemos el tiempo, vamos a la noche ¡A la noche!” Me vuelvo a mirar a mi amado y asintiendo con la cabeza, me levanto. - La pasaremos bien, iremos donde tú quieras.- Me da un beso en la mejilla y finjo no ruborizarme. Él me abraza y sonrío más segura. Él siempre ha sabido como confortarme, es un galante y no puedo más que caer en sus bellas caricias y amables palabras. “¿A dónde vas? Tu familia te está buscando” Me dice la voz, deteniéndome unos pasos a considerar lo que estoy haciendo. - No te preocupes, estoy bien, me iré con él. - ¿Con él?- Su voz parece nerviosa y sospecho la razón, pero no deseo que insista.

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- ¡Despierta! Él no está, no existe, ya no existe. - Lo sé.- Afirmo ahora más segura de lo sucedido.- Sé que no existe. “¿Que no existo? Amor, no seas tan cruel” - Cállate, sé que no existes, sé que no eres lo más mínimo de lo que fue él.- Cierro los puños, el frío me está recorriendo el cuerpo.- Sé que el invierno se fue, sé que la muerte se lo llevó en la noche, pero…- Deposito mis ojos en mi única y real interlocutora. -… pero soy feliz. “¡A la noche!” ¡Estás mal! “¡Ven, amor! ¡A la noche!” Mi amado me toma nuevamente de la mano y evito no pensar en aquellos mensajes repletos de confusión. Sólo será una noche más, sólo dos noches más, no sé cuántas más, pero nos veremos todo el tiempo y recorreremos nuestros tibios rincones, caminaremos por mis escondites y jugaremos otra vez bajo el manto nocturno como dos enamorados. Siempre dos eternos enamorados, tal cual la primera vez. Aquella en que mis ojos, se toparon con los suyos.

Andrea B. Rain

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El trasnochador Vagas en la penumbra de la noche, Velando sueños pasionales. Guardados en un alma sin reproches Entre vidas que parecen singulares. Escuchas el llanto del olvido, Percibes el quejido de rupturas, Acallado en tu silencio cautivo, Transcurres por los ciclos de la luna.

José Ramón Peces

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El lado más humano y desconocido del TDA_H (déficit de atención con o sin hiperactividad) y otros trastornos Recuerdo, cuando era pequeña en el colegio había de todo tipo de niños, unos muy listos, otros que estaban en “babia” todo el día, los que jamás daban un problema o los que estaban metidos en todo; esos que eran capaces de estar sentados en una silla todas esas largas horas, o los que, por el contrario cualquier excusa les era buena para levantarse de ella. Enseguida, cada uno era encasillado en una zona, los listos, los problemáticos, los que no avanzaban académicamente; mil y una etiqueta que, por desgracia les seguiría durante su trayectoria académica, si alguien antes no hacían algo para evitarlo, ya fueran familiares, profesores implicados con sus alumnos; y así asegurarse de que sus vidas no se perdieran por el camino por culpa de “etiquetas” mal colocadas. Estoy hablando de niños, pero también trasladado a adultos, ya que los niños de ayer son los adultos de hoy y eso que les pasaba de pequeños, en ocasiones ha seguido siendo una constante en sus relaciones ya bien sean laborables o personales. Personas que si no han llegado nunca a tener un diagnóstico en firme, su camino por la vida, ha podido haber pasado por momentos complicados o difíciles de entender, por decirlo de alguna manera. No siempre es así hay quien, pese a no haber sido diagnosticados hasta una edad avanzada, su paso por la vida y con gran esfuerzo, ha sido relativamente normal, pasando desapercibida su condición. Depende de muchos factores y no de debe generalizar. Hoy por hoy, sabemos que detrás de todo este tipo de conductas hay un “por qué” y que nada tenía que ver la educación impartida por los padres, ni entornos, ni estado social económico, o mil historias más, en las que no entraremos en este artículo, y que en ocasiones se les echaba las culpas,(o se les sigue echando) por los comportamientos poco apropiados de estos niños o adultos. Podríamos entrar a hablar de estadísticas, estudios, médicos reconocidos, medicaciones, tratamientos o profundizar más en el tema. Pero eso es cosa de profesionales,

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y yo, simplemente quiero escribir, compartir con vosotros un lado que se toca menos, el lado más humano de todas estas personas y personitas que padecen de este trastorno ya bien sea en sus carnes o por compartir sus vidas con una persona diagnosticada. Un lado más humano que en ocasiones la gente olvidamos. Al lado de un niño o adulto diagnosticado de TDA-H o no diagnosticado pero con rasgos, hay personas, padres, madres, hijos, parejas, abuelas, tíos, profesores y una lista inmensa de seres implicados o no. Desde las asociaciones y centros especializados, se empieza a dar difusión de este trastorno, como otros muchos como puede TDA, TEA y muchos más que hoy no nombraremos, desconocidos para mucha gente. Sin duda esto ha ayudado a que muchos niños hayan sido diagnosticados a una edad temprana de TDA-H y otros trastornos y así poder encaminar su día a día, ya no solo a nivel académico sino en su entorno más cercano. Ellos se ofrecen a dar, tanto a familias como a profesores, unas pautas que hacen una vida más llevadera, tratamiento si así fuera necesario en algunos casos, terapia… Pequeñas cosas que al final ayudan a que ese niño sea capaz de coger el tren de su vida. Con el adulto pasa lo mismo ayudando a entender algunas cosas que hasta la fecha no terminaba de encajar. Por todo eso, desde aquí quiero agradecer a todos esos buenos profesionales, esas asociaciones y demás personas que luchan por romper mitos acerca de este tipo de trastornos y que desde el conocimiento ayudan a que trastornos como el TDA-H y otros, sean conocidos. El lado más humano es el que se vive desde dentro, cerca de las familias. Ese del que poco se habla fuera de ciertos círculos. De esas madres y padres que lloran ya que sus hijos lo pasan mal en el colegio, son incomprendidos ya no solo en el colegio sino también en su entorno familiar, o de esas parejas que viven día a día con ese adulto, con esa condición. Nos olvidamos lo que luchan, lo que sufren hasta que todo toma rumbo, no es un camino fácil que en ocasiones suelen afrontar solos y que gracias a los profesionales, ya bien sea desde asociaciones o centros especializados, se hace más fácil el camino. Vivimos en una sociedad poco tolerante. Cuando alguien es diferente se le pone un “cartelito” y nos olvidamos de lo más humano. Si somos capaces de separar por un lado el diagnostico puro y duro, donde explican que es el TDA_H y todo lo que va relacionado a él y dejamos solo el lado humano, vemos unas personas y personitas, especiales. Ese lado humano que, quien tiene el placer de conocer o

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hace por ver más allá de un informe o un nombre, se da cuenta que son personas nobles, de buen corazón, pasionales, luchadores, con una imaginación impresionante, grandes creativos, payasos en potencias capaces de sacar una gran sonrisa a las personas que les rodean en los peores días. Capaces de tener ideas y de resolver problemas de una forma que a otras personas no se les ocurriría, justos, amigos de sus amigos donde la palabra amistad, toma otro significado quizás por la dificultad que tiene para relacionarse con los iguales. Sin duda, bien guiados, pueden llegar ahí donde se lo propongan, quizás lentos como un caracol para unas cosas, debido a eso en ocasiones les cuesta más que a otras personas alcanzar sus objetivos (que no quiere decir que no llegue a alcanzarlos, solo que les puede costar más), pero como un gran coche de alta gama, un porche veloz para otras cosas. Dentro de todo esto, están todas esas personas que están a sus lados, que les ayudan a llegar ahí donde quieren llegar, que les escuchan, que día tras día viven con ellos sus problemas, que ayudan a que su autoestima no se vea dañada más por esta sociedad, que les acompañan al médico, al colegio, que van a miles de ponencias para aprender más a cerca de esa condición y así seguir ayudando desde el conocimiento, tanto al adulto como a ese niño y que no se pierdan por el camino de la vida. Esas madres luchadoras que son incansables y que luchan junto al colegio, cuanto este se presta, para que todo vaya bien en ese entorno donde lo suele pasar tan mal, o ese padre o esa madre que lucha por llevar su agenda al día pese al esfuerzo que eso le implica al ser adultos con ese trastorno, o esa madre que sonríe al resto de padres que señalan a su hijo por ser diferente, especial. Con este artículo, quiero recordar a esas personas maravillosas que día a día acompañan a sus seres querido en ese gran camino de la vida, dándoles una mano, tirando de cada uno de ellos hasta que son capaces de tomar solos las riendas de sus vidas. Todas y cada una de esas personas que no salen en las estadísticas pero que sin duda, esas personitas y personas jamás llegarían a ser personas independientes en un futuro. Sin duda todas esas personas que están ahí día a día y que no suelen salir en ningún tipo de estadística, son el lado más humano del TDA-H y de cualquier trastorno.

Mar Lamas

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IV ENCUENTRO RA

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Moderación a cargo de Merche Diolch, administradora de Yo leo RA. Autora de ¿Poqué no?, Fuego Rojo y Encrucijada con el seudónimo de Aileen Diolch.

PROGRAMA Viernes, 07 de febrero Casa del Libro (C/ Gran Vía, 29) - Acceso libre ... a las 18:30 - Presentaciones: - Noelia Amarillo:

- Atrévete a Quererme. Editorial Terciopelo.

- Pilar Cabero:

- El Destino también Juega. Editorial Vergara.

- Teresa Cameselle:

- No soy la Bella Durmiente. Editorial Phoebe. Sábado, 08 de febrero Hotel Praga (C/ Antonio López, 65)

... a las 09:00 - Entrega de acreditaciones. ... a las10:00 - Apertura del acto a cargo de Megan Maxwell, ganadora del AURA 2013. Autora de Te lo Dije; Deseo Concedido; Fue un Beso Tonto; Niyomismalosé; Te Esperaré toda mi Vida; Las Ranas también se Enamoran; Olvidé Olvidarte; ¿Y a ti qué te importa?; Desde donde se domine la Llanura; Los Príncipes Azules también Destiñen; Casi una Novela; Llámame Bombón; Trilogía: Pídeme lo que quieras; ¡Ni lo Sueñes! y Sorpréndeme. ... a las 10:30 - La voz en internet. - Noe Casado. Autora de Divorcio; No me mires así; Treinta Noches con Olivia; A Ciegas; A Contracorriente; Dime Cuándo, cómo y dónde y En tus Brazos. - Loli Díaz. Directora de la Revista RománTica’S, administradora de la web Románticas al Horizonte. - Olga Salar. Autora de Un Amor Inesperado; Romance Inmortal; Melodía Inmortal; Quédate esta noche; Íntimos Enemigos y Una Noche Bajo el Cielo. - Ilu Vilchez. Directora de Marketing Online Ediciones B Editora de B de Books. - Ganador/a del Kiwi RA o Representante de Ediciones Kiwi. ... a las11:40 - Descanso (permitido acceso al salón). ... a las12:00 - “Nuevas” voces: el duro inicio. - María José de Jaime. Editora de Libros de Seda. - Isabel Keats. Autora de Protector; Algo más que Vecinos; Empezar de nuevo; Abraza

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mi Oscuridad y Vacaciones al Amor. - Helena Nieto. Autora de Tras los Besos Perdidos; Un Punto y Aparte y Secretos de Arena. - Laura Nuño. Autora de Mi Custodio. - Consuelo Olaya. Editora de Ediciones Versátil. ... a las13:00 - Descanso (permitido acceso al salón). ... a las13:15 - La voz de la experiencia. - Jo Beverly. Autora de Serie Malloren; Serie Gaillard/Fitzroger; Serie Granujas y Serie Renfrew/Kyle. Entrevista a cargo de: - María Cabal. Administradora del blog Soy Cazadora de Sombras y Libros (http://www. soycazadoradesombrasylibros.com/) y Colaboradora de los Encuentros RA. - Merche Diolch. Administradora de Yo leo RA (www.yoleora.com) y Organizadora de los Encuentros RA. Traductora: Yuliss M. Priego.

... a las14:00 - Firmas de los autores y foto de familia. ... a las14:30 - Comida y sobremesa con los autores (permitido acceso al salón de conferencias a partir de las 16:00). ... a las16:30 - Como crearse una voz. - Jodi Ellen Malpas. Autora de Trilogía Mi Hombre. - Marta Oliva. Representante Editorial Planeta. Directora de Comunicación Grupo Planeta. Entrevista a cargo de: - Merche Diolch. Traductora: Yuliss M. Priego.

... a las17:20 - Descanso y firma de autora (permitido acceso al salón). ... a las17:50 - Proyección internarcional: las otras voces. - Olivia Ardey. Autora de Regálame París; Bésame y Vente Conmigo; Delicias y Secretos en Manhattan y Dama de Tréboles. - Rodriguo Castro. Editor de Gramnexo. - Miranda Kellaway. Autora de Veneno en tu Piel y Ecos del Destino. - Marisa Tonezzer. Editora de Vergara (Ediciones B). - Claudia Velasco. Autora de Me Miraré siempre en tus Ojos; El Cielo en Llamas; Somos Tú y Yo; Mi Alma en tus Manos; Del Orgullo al Amor; Promesas de Amor Cumplidas y El Medallón de los Lancaster. ... a las19:00 - Fallo “I Concurso Internancional RAENTROPÍA”.

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

... a las12:00 - Clausura del acto. Patrocinadores:

Lush Cosmetics

Bq Readers

También acudirán al IV Encuentro RA: - Ahna Sthauros.

pre; Ámame, canalla; La Rendición del

La Doncella de la Sangre.

Highlander; Embrujo Seductor; El Carcelero

- Amaya Felices.

de Isbiliya; La Promesa del Highlander; Las

Manual de la Esposa Perfecta; Hipernova;

Espinas del Amor y La Última Cita.

Pacto de Piel y El Pozo de Todas las Almas.

- Ava Campbell.

- Amber Lake.

Quédate en mi Vida y En una Tierra Ocupa-

Buscando a la Esposa Perfecta; Estrategias

da.

del Destino; El Escolta y Atrapada en el En-

- Carla Crespo.

gaño.

No Reclames al Amor.

- Ana Iturgaiz.

- Carmen Chia.

Acordes de Seda; Bajo las Estrellas y Es por

El Destino de Connie Flint.

ti.

- Carolina Iñesta Quesada.

- Ana R. Vivo.

El Habitante de la Isla y El Guardián de los

Oscura Fascinación; No Mires Atrás; Un

Secretos.

Hombre Solitario; Niebla en el Pasado y

- Chus Nevado.

Acero y Miel.

El Eslabón del Tiempo.

- Ángeles Ibirika.

- Cristina Carretero.

Días de Lluvia; Donde Siempre es Otoño;

El Amuleto.

Antes y Después de Odiarte y Entre Sueños.

- Connie Jett.

- Arlette Geneve.

No me llames Princesa y Mi Colección de

Inmisericorde;

Vindicatio;

Expiación;

Mudaÿÿan; Bésame Canalla; Amarte, siem-

Secretos. - Diana Al Azem.

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

Escondidos entre Aulas.

Trilogía Hilos del Destino y Saga Lobo.

- Dolores Domínguez.

- Loles López.

Condenado a amarte y Ella es mía.

En Medio de Nada.

- Elena Cruz Buznego.

- Lucinda Gray.

Mi Vida sin Ti; Cazador de Demonios y De-

Lady Ana con Amor; Dulce Arpía y Mi Señor

monios y Secretos.

de Tafalla.

- Elena Garquin.

- Lydia Leyte.

La Heredera.

Los Ojos del Bosque y El Fuego envuelve tu

- Elizabeth Bowman.

Nombre.

Bésame a Medianoche y Inocencia y Perfi-

- Mar Carrión.

dia.

Después de la Lluvia; Trampas de Seda;

- Elizabeth Da Silva.

Mary Cambia su Destino; Senderos; Deci-

Los Juegos Eróticos de Charles y Elisa.

siones Arriesgadas y Bajo el Cielo de Mon-

- Encarni Arcoya.

tana.

El Placer de ser Suya.

- María Jesús Juan Meseguer.

- Inma Cerezo.

Para tocar el Cielo y Sucedió en Begastri.

Goleters. Luna de Lenten.

- María Martínez.

- Javier Romero.

El Encanto del Cuervo y Serie Almas Oscu-

Duerme Tranquila.

ras.

- Josephine Lys.

- Marisa Grey.

El Guante y la Espada; Atentamente tuyo y

Cadena de Favores.

Un Disfraz para una Dama.

- Marta Andrés.

- Julia Zapata.

Mentiras de Hielo y Una Apuesta Arriesga-

Luna de Otoño y La Elegida de la 206.

da.

- Kelly Dreams.

- Marta F. Alarcón.

Serie Guardianes Universales; Serie Relik-

El Secreto de Maya.

viers; Serie Druidas de Dalriada; Serie Lover

- Menchu Garcerán.

Tigrain; Serie Club Shalderia; Serie Agencia

El Último Carnaval; Infiltrada; La Fórmula

Demonía; Serie Club Suless; Serie Pando-

Deseada y El Viaje del Presidente.

ra; La Gata Ladrona; El Alma del Dragón;

- Patricia Sutherland.

La Redentora de Almas; Cuando la Nieve se

Harley R.; Bombón; Primer Amor; Amigos

derrita y Almas errantes.

del Alma y Princesa.

- Laura Morales.

- Regina Roman.

La Profecía.

Quiéreme si te Atreves; Quiérome Mucho;

- Leila Milà.

Un Féretro en el Tocador de Señoras; Cua-

Fuego contra Fuego; El Compendio de Luna;

rentañeras; Del Suelo al Cielo y Esto te lo

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

apaño yo.com.

del Alma y Viviendo en la Oscuridad.

- Rowyn Oliver.

- Stella María.

La Marca del Guerrero.

El Círculo de la Vida.

- Ruth M. Lerga.

- Victoria Rodríguez.

Cuando el Amor Despierta y Cuando el Co-

La Saga Los Guardianes de la Espada.

razón Perdona.

- Victoria Vílchez.

- Samy S.Lynn.

Antes de que diga Adiós y Bellator.

Descubriendo un Nuevo Mundo; Palabras Editoriales Colaboradoras: Babylon Cisne (Grupo Random House Mondadori) DeBolsillo (Grupo Random House Mondadori) Ediciones Ortiz Esencia (Grupo Planeta) Harlequin Ibérica Libros de Seda Manderley (Grupo PRISA) Nowevolution Phoebe (Editorial Pàmies) Planeta Internacional (Grupo Planeta) Plaza&Janés (Grupo Random House Mondadori) Terciopelo (Roca Editorial) Titania (Ediciones Urano) Vergara (Ediciones B) Versátil Ediciones Vestales Librerías Colaboradoras:

Casa del Libro www.casadellibro.com

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

Fábula www.libreriafabula.com

Colaboración Especial de: Ashlyn Chase Barbara Delinsky Catherine Coultier Claire Delacroix Donna Grant Gaelen Foley Gena Showalter Kelley Amstrong Jaci Burton Janet Evanovich Jasinda Wilder Julie Garwood Kate Noble Katie McGuirre Kim Harrison Lara Adrian Lori Foster Mary Jo Putney Megan Hart Michelle Leighton Nalini Singh Sabrina Jeffries Sylvain Renard Tammara Weber Thea Harrison Victoria Scott Yasmine Galenorn

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

El Llanero Solitario Sally Night Mare

Dirigida por: Gore Verbinski

una banda de forajidos. Un indio llamado

Protagoniza por: Johnny Depp, Armie Ham-

tonto encuentra al único superviviente, el

mer, Helena Bonham Carter, Barry Pepper,

llanero solitario. Desde entonces, el héroe,

William Fichtner, Ruth Wilson, James Bad-

su caballo Silver y su nuevo ayudante tonto,

ge Dale, James Frain, Tom Wilkinson, Harry

recorren el estado para vengarse de los fo-

Treadaway

rajidos y hacer triunfar la justicia.

Género: Aventuras - Western - Acción Año: 2013

Reseña: La mayor decepción hecha película, no hay otra manera de expresar lo que

Sinopsis: adaptación de las aventuras del

mis ojos vieron que ver en este film hacia

serial radiofónico del mismo titulo. Un gru-

muchísimo tiempo que no me encontraba

po de Rangers de Texas sufre un ataque de

con tal despropósito hecho película. Pero

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

que le ha pasado a nuestro fabuloso Johnny

os dejo a vosotros el decidir si queréis verla

Depp? Que se ha fumado?

o tenerla en vuestra vidioteca.

Es una película desproporcionada por

Un ultimo apunte, lo único bueno de

todos lados, si ya.... es fantasía no se tiene

toda la película y el mejor actor de esta mis-

que buscar realidad alguna pero por lo me-

ma es el caballo Silver.

nos....no se. A la película le falta algo, como por ejemplo la gracia como actor de Johnny Depp, pareciera que se ha desgastado toda su gracia en piratas del caribe y de es super estupendisimo llanero solitario que puedo deciros...ufff. Para

empezar

con la sinopsis ya que es lo mejor que puedo hacer,

destaquemos

que si hay un grupo de Rangers que acaban muertos por un grupo de forajidos, pero el indio no se encuentra con el único superviviente por casualidad y no es el llanero por gracia del señor. Una malissima adaptación del serial radiofónico con unos efectos especiales mínimos un guion detestable y sin la mas mínima gracia. Mas no os puedo decir pues solo me saldrían tacos jajajaja así que

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

Los Tres Mosqueteros Sally Night Mare queteros se cruzan con D´Artagnan, un joven que aspira a convertirse en héroe y lo toman bajo su tutela. Los cuatro emprenden una arriesgada misión para frustrar el complot que amenaza no solo a la corona de Francia, sino también al futuro de Europa. Adaptación actualizada de la novela homonica de Alejandro Dumas. Reseña: sespués de montones de películas adaptadas de la novela de Dumas y secuelas de la misma, para mi placer he encontrado al fin una de las adaptaciones que me gusta de principio a fin, no se si sera por el hecho de que la mayoría de los personajes no son muy conocidos o por los efectos especiales Dirigida por: Paul W.S. Anderson

tan buenos que han incluido en esta adapta-

Protagoniza por: Logan Lerman, Luke

ción. No soy muy buena con la memoria a lo

Evans, Ray Stevenson, Matthew Macfayden,

que a actores se refiere. Aun así conocidos

Milla Jovovich, Orlando Bloom, Christoph

para mi son el pequeño D´Artagnan (Logan

Waltz, Juno Temple, Mads Mikkelsen, Til

Lerman) al que muchos conoceremos como

Schweiger, James Corden

el famoso Percy Jackson, tengo que decir

Género: Aventuras - Acción - Comedia

que un D´Artagnan arrogante y muy seguro

Año: 2011

de si mismo es nuevo para mi, si... se que hay que ser muy arrogante para enfrentarse

Sinopsis: son conocidos como Athos, Phor-

con los tres mosqueteros y creerte el vence-

thos y Aramis, tres guerreros de élite que

dor incluso antes de empezar y que en to-

sirven al rey de Francia como sus mejores

das y cada una de las adaptaciones de esta

mosqueteros. Tras descubrir una malévola

novela es un punto importante a destacar,

conspiración para derrocar al rey, los mos-

pero hay un detalle en esta película y es que

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

muy rápido se encuentra con la orma de su

increíbles. Para los que no hayáis visto esta

zapato, la bonita chica de la que se enamo-

adaptación os hago la ferviente recomenda-

ra perdidamente con una sola mirada y que

ción de que no os la perdáis pues no tiene

tiene mas carácter, por no decir otra cosa

desperdicio tanto en el estupendo elenco de

que los cuatro juntos la cual me encanta la

actores como el los fabulosos efectos espe-

manera que tiene de bajarle de una sola

ciales, no tiene desperdicio por ningún lado.

estocada esa arrogancia de la que nuestro pequeño protagonista presume. También te-

Se que a muchos os va a extrañar

nemos a la famosa Milady la cual esta inter-

que por una vez haga una reseña buena sin

pretada por la famosa Milla Jovovich y verla

nada malo que destacar, pero así es jajajaja

como la chica mala para mi a sido increíble

se que la película no es una novedad, que

sin dejar de destacar lo buena actriz que es,

ya tiene sus añitos, pero también se que si

algo que ya todos sabemos a través de las

no se busca esta película, es de las que sue-

innumerables películas de las cuales ella es

len pasar desapercibida pues como ya men-

la protagonista. Y no me voy a dejar al malo

cione antes hay muchísimas adaptaciones y

malisimo Duque de Buckingham interpre-

secuelas de la novela de Dumas y solemos

tado por nuestro afamado Orlando Bloom,

descartar las novedades de un tema tan ma-

fue sorprendente para mi ver a nuestro ado-

chacado. Yo os animo a todos aquellos que

rado elfo hacer un papel de malo maloso y

no la hayáis visto a buscarla que seguro os

quiero destacar que lo hace genial. Después

gustara.

tenemos a los tres mosqueteros a los cuales me apena decir que no los conocía de antes pero que hacen unas interpretaciones

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

Pacific Rim Sally Night Mare

Dirigida por: Guillermo del toro

bles años. Para combatir a los Kaiju gigantes

Protagoniza por: Charlie Hunnam, Diego

diseñan un tipo especial de arma: enormes

Klattenhoff, Idris Elba, Rinko Kikuchi, Charlie

robots, llamados jaegers, que son controla-

Day, Burn Gorman, Max Martini, Robert Ka-

dos simultáneamente por dos pilotos cuyas

zinsky, Clifton Collins Jr., Ron Perlman, Brad

mentes están bloqueadas en un puente neu-

William Henke, Larry Joe Campbell, Mana

tral. Pero incluso los Jaegers proporcionan

Ashida, Santiago Segura, Joe Pingüe

poca defensa contra los Kaiju. A punto de la

Género: Ciencia ficción-Acción-Aventura

derrota, las fuerzas que defienden la huma-

Año: 2013

nidad no tienen mas remedio que recurrir a dos insólitos héroes: un ex piloto acabado (

Sinopsis: suando legiones de monstruosas

Charlie Hunnam ) y un aprendiz que todavía

criaturas, denominadas Kaiju, comienzan a

no se ha puesto a prueba ( Rinko Kikuchi )

salir del mar, se inicia una guerra que se co-

ambos se unen para traer a un legendario

brara millones de vidas y consumirá los re-

pero al parecer obsoleto Jaeger del pasado.

cursos de la humanidad durante intermina-

Juntos, son la ultima esperanza de la huma-

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

nidad frente al apocalipsis que se avecina.

Los efectos especiales son increíbles a mi gusto están muy logrados y los acto-

Reseña: por donde empezar..... jajajaja. La

res...no es que estén de Oscar pero se han

cuestión no es por donde empezar, ya que

superado a si mismos, no estoy muy segura

es sencillo, empezare por el hecho de que

de que vaya a haber una segunda parte y si

Guillermo del toro ha recalcado que esta pe-

la hay no se lo que tardara en aparecer ni

lícula no tiene nada que ver con el Manga o

si sera el mismo Guillermo del toro el que

Anime llamado Evangelion y por mucho que

seguirá con el proyecto pero mi alma de friki

veo la película lo único que encuentro son

estaría contenta con una segunda parte que

similitudes. Si vale, ha cambiado bastantes

inicie una película mas fiel a sus orígenes

cosas como los nombres de los robots y de

( es decir que sea mas fiel al Manga u Ani-

los monstruos, que son dos pilotos en vez de

me) y espero que dejen de renegar de los

uno, que por el momento la interfaz neuro-

orígenes de esta película pues es un buen

nal no esta conexionada con los monstruos

proyecto con bastante futuro contando con

y que la ha convertido en una americanada

las tecnologías de efectos especiales con

con discurso del día de la independencia in-

los que se cuentan hoy en día.

cluido, aunque un pelón disimulado. Otra cosa a destacar es que la sinop-

Para los fanáticos de cine la reco-

sis vuelve a engañar a lo que se refiere a la

miendo ya que se pasa un buen rato con la

película no es fiel a la misma yo puedo en-

película, no le falta casi de nada, solo que

tender que no has de hacer espoilers sobre

la podrían haber hecho un poco mas fiel a

la película pero no entiendo que tendrán que

sus orígenes, pero por lo demás a mi no me

ver los churros con las meninas.

ha decepcionado en ninguna momento, era justo lo que me esperaba con sus toques justos de dramatismo, unas magnificas escenas de lucha y buenos toques de humor.

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

Tertulia RA en Bibliocafé Samy S.Lynn El pasado 8 de noviembre fue el

una pequeña gran editorial, que lleva en

primer encuentro RA en Valencia en el Bi-

marcha tan sólo desde septiembre, y ya

bliocafé, donde contamos con la presencia

tiene varias sorpresas para los amantes de

de grandes autoras como Lucinda Gray,

la novela RA, y también para los de otros

Yolanda León, Samy S.Lynn y el autor Ja-

géneros. También estuvo el encargado de

vier García. Además pudimos contar con la

imagen y maquetación de letras enlazadas,

presencia de Marga Diaz Ortiz, editora de

el cual se encargó de toda y cada una de

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

las fotos, y del vídeo. Y por suerte todo el encuentro fue retransmitido en directo por la gran Nora, amiga y nueva encargada del club de fans de Samy S.Lynn. Fue una gran tarde, llena de risas, preguntas, directas e indirectas. Donde conocimos gente maravillosa y ademas volvimos a ver a grandes personas. género, pero aquí no nos referimos sólo a ¿Queréis saber un poco sobre lo que se habló?

lectores, sino también a muchas y muchos escritores. Ediciones Ortiz nos habló de proyectos, ideas y de su trabajo.

Estuvimos hablando de qué nos había adentrado en la novela RA, el por qué

En general fue una gran tarde, la cual

habíamos elegido ese género, también se

pasamos en un ambiente cálido, con una

habló del fenómeno Grey, de la evolución

gran acogida tanto por la gente como por el

de las portadas, del hecho de que muchas

Bibliocafé

personas sigan negando que les guste este D e s d e aquí quiero dar las

gracias

José

Luís

driguez

a Ro-

Núñez,

dueño del Bibliocafé,

que

nos

abrió las puertas de su casa y nos acogió con gran cariño.

Espera-

mos volver muy pronto.

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

Y muchas gracias a todas las personas que vinisteis y compartisteis 2 horas llenas, de cariño y risas.

Puedéis ver el video de la tertuia en: www.youtube.com/watch?list=UU998UClLh_woPq_5apLvgog&v=pHUy1gxLb9I

Marga Ortiz 98

Lucinda Gray Dianne Cameron

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

Samy S.Lynn

Javier García

Asociación APNADAH La asociación APNADAH tiene por objeto promover el conocimiento del TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) favoreciendo su difusión, formando a profesionales, e informando a posibles afectados y sociedad general. APNADAH presta apoyo directo al afectado y su entorno familiar y colabora con los profesionales para conseguir la reducción de los aspectos negativos del trastorno y lograr una mejor integración social, familiar y escolar del afectado. Asociación de Padres para Niños y Adolescentes con Déficit de Atención e Hiperactividad La asociación surge ante la inquietud de algunos padres y profesionales, que ven la necesidad de unir y concienciar a las familias de niños y niñas con este trastorno, para buscar mecanismos de intervención que ayuden a mejorar sus dificultades de adaptación.

Junta Directiva La junta directiva de APNADAH está compuesta por siete miembros: presidente, tesorero, secretario y cuatro vocales. Nuestra misión es velar por el cumplimiento de los objetivos de la asociación y resolver los problemas que se presentan día a día. Somos padres y madres que, como vosotros, sufrimos o hemos sufrido el problema en nuestra casa y pretendemos ayudar al resto con nuestra aportación desinteresada.

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

Si quieres ayudar, sugerir, preguntar o cualquier otracosa, contacta con nosotros en este correo electrónico:

asociacion@apnadah.org

Fines de la Asociación Constituyen los fines de la Asociación orientar, asesorar, investigar, colaborar en áreas educativas y científicas de personas, centros o profesionales dedicados al estudio del déficit de atención e hiperactividad y específicamente: 01.

Defender los derechos y mejorar la calidad de vida de las personas con

Déficit de Atención con o sin Hiperactividad. 02. Promover

las actividades de formación e intercambio de proyectos, expe-

riencias e investigaciones en el ámbito de educación, sanidad, Bienestar Social y en todas aquellas áreas que redunden en beneficio de los afectados con Déficit de Atención con o sin Hiperactividad y su entorno. 03.

Buscar colaboración con Instituciones Oficiales ó Privadas que favorez-

can el conocimiento de dicha problemática y la ayuda a sus afectados. 04.

Organización de campañas que tengan por objeto el acopio de dinero o

de bienes para la atención de las necesidades de las personas con Déficit de Atención con o sin Hiperactividad. 05. El

06.

asesoramiento en materia económica, social y profesional.

Organizar y participar en cursos cursillos, conferencias, jornadas, con-

gresos, etc. que fomenten la formación y actualización del profesorado y demás profesionales implicados en el diagnóstico y tratamiento del Déficit de Atención con o sin Hiperactividad. 07.

Cualquier otra actividad que redunde en beneficio del estudio científico

del Déficit de Atención con o sin Hiperactividad.

100

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

08. Organización de Talleres Ocupacionales, incluso con miras al aprendizaje

de una profesión u oficio. 09. Asesoramiento

familiar en cuanto a la detección precoz de la problemáti-

ca, del tratamiento multidisciplinar, orientación psicopedagógica, orientación escolar y profesional de las personas con Déficit de Atención con o sin Hiperactividad. 10. Actuaciones

de apoyo, información y divulgación sobre la problemática y

sus soluciones. 11.

Incentivar la investigación y cualquier otra herramienta para mejorar el

entrono en el que se desenvuelven y su integración y adaptación al mismo, en la vida diaria. 12. Informar

sobre la existencia de esta problemática a la sociedad en gene-

ral, como bien común dentro de la educación sanitaria. 13.

Solicitar la colaboración y cooperación de los organismos de la adminis-

tración pública y de entidades privadas, en orden a la consecución de los fines de la Asociación. 14. Promover

la captación y formación del Voluntariado para la ayuda al tras-

torno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad.

http://www.apnadah.org

Ubicación C/ Archiduque Carlos Nº 2 - 3º - 7ª 46018 - VALENCIA Teléfono: 963 293 494 Fax: 963 382 096 e-Mail: asociacion@apnadah.org

Si tienes cualquier duda, contacta con nosotros.

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

101

RESULTADOS GANADORA:

“La interpretadora de Quimeras” Autora:

María Vega

(Regla María Pérez García)

Premios: ver su relato publicado, mención de honor en la revista, diploma y placa.

FINALISTAS:

SEMIFINALISTAS:

Primero:

“Un último misterio para Hércules Poirot” Autora:

Cathy

Autora:

“Las historias de la realidad”

“Alma voladora” Autora:

Blanca del Cerro Gutiérrez

Segundo:

(Marianela Alegre)

Segundo:

“El premio Veleta”

Autora:

Haimi Snown

Stella María

(María del Carmen Ramírez Torres)

Tercero:

(Elena Damayanty Stoian)

“La niña del cuaderno rojo”

Premios: ver su relato publicado, mención de honor en la revista,

Autora:

Candy Von Bitter

(Candela Robles Avalos)

diploma y entrevista en la revista.

Premios: ver su relato publicado, mención de honor en la revista y diploma.

102

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

CONCURSOS GANADORA:

“Deseos”

Autora:

Estefanía Jiménez Alcántara

Premios: placa conmemorativa, ver su relato en el recopilatorio(1), ejemplar del mismo de regalo y publicación de uno de sus libros antes de fin de 2014.

FINALISTAS: Primero:

“Cuestiones del Alma” Autora:

Segundo:

“La navidad en la casa grande” Autora:

Tercero:

María Vega

Dolores Rodríguez Canillar

“Arcoíris en Invierno” Autora:

Raquel Campos

Premios: mención de honor en la revista, ver su relato en el recopilatorio(1) y ejemplar del mismo de regalo.

(1)

Fecha prevista de publicación 23 de diciembre de 2013.

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

103

junto a la revista

Letras Enlazadas convocan el

1. Concurso Literario de Temática Erótica er

104

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

BASES: 1.º Podrán concurrir a este Premio todas las personas residentes en España, mayores de edad,

siempre que los trabajos estén escritos en castellano, sean originales e inéditos y no hayan sido premiados con anterioridad. Cada persona podrá mandar dos trabajos. No se aceptarán obras que hayan sido publicadas total o parcialmente, en material o de manera virtual. Tampoco podrán participar obras premiadas en otro concurso, certamen, actividad literaria, o que estén en espera de fallo en otros certámenes, concursos, o presentadas para ser evaluadas para publicación con alguna editorial. 2.º Los relatos deberán ser de temática erótica, tendrán una extensión mínima de 15 y máxima

de 35 páginas. 3.º Los trabajos deberán presentarse siguiendo estrictamente las siguientes características: A) Se recepcionarán a través de un correo electrónico dirigido a: ediciones.ortiz@gmail.com B) El correo habrá de hacer referencia en el ASUNTO a I Concurso de de relatos eróticos + Título de la obra (el que proceda). En dicho correo se adjuntarán dos archivos: a) La obra que concursa: . El archivo de la obra deberá estar en .doc o .pdf. Deberán estar mecanografiados en tamaño DIN A4, en letra Times New Roman de 12 puntos, con interlineado de espacio 1,5. b) Datos de la persona concursante: Este archivo deberá contener los datos de la persona concursante: nombre, apellidos, D.N.I., domicilio, teléfonos, correo electrónico y la aceptación de las condiciones del concurso. También deberá contener la declaración de que la obra es en todo inédita y que fue escrita en su totalidad por el/la autor/a. 4.º No se aceptarán trabajos que no respondan a las características establecidas en los puntos

anteriores. 5.º

El plazo de presentación de los trabajos se extenderá desde el 1 de Diciembre hasta el 28

de Febrero. No se admitirán los trabajos recibidos una vez cerrado el plazo de admisión. 6.º

El jurado estará formado por tres personas de Ediciones Ortíz.

7.º No 8.º

se dará ninguna información anterior a la fecha de publicación de los resultados.

El fallo del Jurado se hará público en la web de la editorial y en la revista Letras enlazadas

http://edicionesortiz.wix.com/edicionesortizentre el 1 Mayo. 9.º

Todos los trabajos recibidos que no sean premiados serán destruidos.

10.º

El premio puede quedar desierto.

PREMIOS: * El ganador recibirá, un diploma, entrevista en la revista Letras Enlazadas, el relato en la antología erótica, y dos ejemplares gratis de este. * Tres finalistas recibirán, un diploma, entrevista en la revista Letras Enlazadas y ver sus relatos en la antología erótica, además de un descuento del 10% en la compra de la antología. Ediciones Ortiz se reservara todos los derechos para esta edición así como los derechos de autoría de los relatos publicados.

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

105

junto a la revista

Letras Enlazadas convocan el

1. Concurso Literario de serie Z er

106

LETRAS ENLAZADAS - NĂ&#x161;M. 8 DICIEMBRE 2013

BASES: 1.º Podrán concurrir a este Premio todas las personas residentes en España, mayores de edad,

Las novelas deberán ser de serie Z, tendrán una extensión mínima de 70 y máxima de 150

páginas. 3.º Los trabajos deberán presentarse siguiendo estrictamente las siguientes características: A) Se recepcionarán a través de un correo electrónico dirigido a: ediciones.ortiz@gmail.com B) El correo habrá de hacer referencia en el ASUNTO a I Concurso de serie Z + Título de la obra (el que proceda). En dicho correo se adjuntarán dos archivos: a) La obra que concursa: . El archivo de la obra deberá estar en .doc o .pdf. Deberán estar mecanografiados en tamaño DIN A4, en letra Times New Roman de 12 puntos, con interlineado de espacio 1,5. b) Datos de la persona concursante: Este archivo deberá contener los datos de la persona concursante: nombre, apellidos, D.N.I., domicilio, teléfonos, correo electrónico y la aceptación de las condiciones del concurso. También deberá contener la declaración de que la obra es en todo inédita y que fue escrita en su totalidad por el/la autor/a. 4.º No se aceptarán trabajos que no respondan a las características establecidas en los puntos

anteriores. 5.º

El plazo de presentación de los trabajos se extenderá desde el 1 de Diciembre hasta el 30

de Junio. No se admitirán los trabajos recibidos una vez cerrado el plazo de admisión. 6.º

El jurado estará formado por tres personas de Ediciones Ortíz.

7.º No 8.º

se dará ninguna información anterior a la fecha de publicación de los resultados.

El fallo del Jurado se hará público en la celebración del primer aniversario de Ediciones

Ortiz el 30 de agosto de 2014, el 1 de septiembre saldrán los resultados también en la revista letras enlazadas. 9.º

Todos los trabajos recibidos que no sean premiados serán destruidos.

10.º

El premio puede quedar desierto.

PREMIOS: * El ganador recibirá un diploma, entrevista en la revista Letras enlazadas, ver su novela publicada bajo las mismas condiciones de publicación que cualquier autor de Ediciones Ortiz. Ediciones Ortiz se reservara todos los derechos para esta edición así como los derechos de autoría de los relatos publicados.

LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

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Llega la Navidad... y con ella llegan los temibles números... Núm. 1: 3258 visitas Núm. 2: 2984 visitas Núm. 3: 6852 visitas Núm. 4: 21673 visitas Núm. 5: 3587 visitas Núm. 6: 1926 visitas Núm. 7: 2576 visitas A estos números hay que sumarles las descargas, envíos por e-mail y mensajería privada del facebook, además de las descargas de scrub que no están contabilizadas. Y aun con eso hemos pasado las 40.000 visitas. Gracias y millones de gracias porque esto no sería posible si no fuera por vosotros. Y por ello hemos preparado un sorteo. ¿Queréis descubrirlo? Sorteo Fin de Año 2014: Para entrar en el sorteo debes votar los relatos de estas 8 revistas descargando el documento que encontraras en nuestra web. Sólo se aceptará uno por e-mail. Según llegue el documento se os dará un número y si coincide con los tres últimos números del sorteo de la once del día 31 de diciembre de 2013, ganareis un lote de libros de Ediciones Ortiz, con un libro de cada autor que haya publicado hasta la fecha. Si en cambio sólo coinciden los 2 últimos números ganareis un lote de marca-páginas y calendarios con las portadas, todo ello dedicado para quien vosotros queráis. No pueden participar en el sorteo los autores, ni colaboradores de la revista. Si se descubre a alguien haciendo trampa el sorteo se anulará. http://edicionesortiz.wix.com/edicionesortiz

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Listado de relatos y autores:

Revista Núm. 1: relato Zeus y Penélope El viaje Francés Compañera de Trincheras

autor Encarni Maldonado Nina Membrano O. A Hanksler

Misterio

Andrea Diaz

Por Dios y por el Rey Vuelve a mí Historia de Erick

Dianne Cameron Raquel Campos Samy S.Lynn

Revista Núm. 2: relato El mar celeste El rey y la princesa Isondú, la leyenda de las luciérnagas

autor Samy S.Lynn Clase 2A (12/13) Jaume I de Paterna Encarni Arcoya

Fabiola (1. El casamiento)

Andrea Diaz

La partitura de las hadas Mi ángel Epidemia Tenemos poco tiempo Historias del tren

Raquel Campos Sara Iñigo Marta F.Alarcón O.A. Hanksler Nina Membrano

Revista Núm. 3: relato Simplemente yo Fabiola (2. Fantasmas del pasado) Oscuridad

autor Lucinda Gray Encarni Maldonado Encarni Arcoya

Cuando salga el sol

Sara Iñigo

El mundo de Claudia El caballero de mis sueños Adiós campeón

Samy S.Lynn Raquel Campos O. A. Hanksler

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Revista Núm. 4: relato Caprichos de amor (Prólogo) Fabiola (3. El secreto) La bella trampa

autor Encarni Arcoya Encarni Maldonado Andrea Diaz

La descisión

O. A. Hanksler

Regreso al hogar La 3ª Guerra Mundial Adiós campeón

Mª del Carmen Ramírez Samy S.Lynn O. A. Hanksler

Revista Núm. 5: relato No es justo lo que te estoy pidiendo Herencia Encuentro en el aparcamiento

autor O. A. Hanksler Jetsa Samy S.Lynn

El Cementerio

R. Soto

Alma Mensajes mortales Simplemente yo Carta de amor

Encarni Maldonado Mª del Carmen Ramírez Lucinda Gray Encarni Arcoya

Revista Núm. 6:

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relato Las orejas de Mickey Mouse El enchufe Susurros en la oscuridad

autor O. A. Hanksler Alicia Pérez Gil R.Soto

Luna de Sangre

Leila Mila

Pensando en él El superviviente del mar Siete beses, Capítulo 1 Guardianes, Capítulo 1 Naisha, Capítulo 1 La épica historia del Caballero Blanco y el Caballero Negro. 1.ª parte

Itsy Pozuelo Mª del Carmen Ramírez Maria Vega Alma M. Guillem Samy S.Lynn Candela Robles Abalos

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Revista Núm. 7: relato Los Eternos Amantes Bailando sola Un mortal diferente

autor R.Soto Leila Mila Mª del Carmen Ramírez

Algo qué hacer un viernes

Mª Jesus Juan

Simona Rotimi Oni En la carretera Las manos de Dios Siete besos. Capítulo 2 Guardianes. Capítulo 2 Naisha. Capítulo 2 Cuentos eternos. 1.ª parte La épica historia del Caballero Blanco y el Caballero Negro. 2.ª parte

Ana Garcia Maria Vega O. A. Hanksler Maria Vega Alma M.Guillem Samy S.Lynn Ysbhala Candela Robles Abalos

Revista Núm. 8: relato Sala de espera Extraños Quiromanceros

autor O. A. Hanksler David López Rodríguez Encarni Arcoya

La amante del jardinero

José Ramón Peces

La teoría de la quinta cerveza De escaleras y ascensores El manuscrito del Diablo La pequeña pastorcilla Un noviembre cualquiera Carla. 1.ª parte Tiempos robados. 2.ª parte La épica historia del Caballero Blanco y el Caballero Negro. 3.ª parte Relato 1 El trasnochador

Javier García Pilar Descalza R. Soto Cristina Calahorro Zafra Mocer María del Carmen Ramírez Ysbhala Candela Robles Abalos Andrea B. Rain José Ramón Peces

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Publicaciones de nuestros colaboradores José Salieto Crónicas de una Nueva Raza Es una tetralogía que, aunque al principio no te lo parezca, no se trata de una historia épica más de elfos, enanos, orcos y trasgos, a pesar de que éstos sean los personajes más abundantes en el primero de los libros. Tampoco es una simple historia de la consabida lucha entre el Bien y el Mal, en la que al final siempre ganan los buenos. De hecho, a lo largo de la tetralogía, bien y mal se entremezclan cada vez más. Ni siquiera los finales de cada historia, ni de la historia en general,

pueden

definirse

como final feliz o un mal final, pues no son ni lo uno ni lo otro. Como en la vida misma, nada es definitivamente bueno o feliz, ni definitivamente malo o infeliz. Todo es una continuidad que se va entrelazando sin fin. Es la historia de una humanidad que no deja de ser muy diferente de la nuestra y que transcurre sobre un telón de fondo basado en la filosofía

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y el ocultismo que muchas culturas nos han legado a través de los tiempos, como la griega, la hindú, la tibetana, la egipcia y otras muchas, aunque no se hable de ellas para nada, pues esta obra no es un compendio de pesada filosofía, sino una historia de aventuras, intriga y misterios, que busca antes que nada entretener, y si me apuráis, dar que pensar, pero ya en un segundo plano. Se trata de una autoedición y de momento solo se encuentra en las librerías de Elche (Alicante) que es donde por su reciente aparición (solo hace año y medio) está teniendo más repercusión, junto a las poblaciones circundantes.. Para el resto, se puede obtener a través de la web: www.cronicasdeunanuevaraza.com donde se puede encontrar toda la información sobre la obra, e incluso descargarse los extractos de los primeros capítulos.

Leila Mila Las Caras de la luna Yuna conoce por casualidad a Jasper, un lobo que acabará por salvarla del ataque de un demonio. - “Te asusto” “Me acabas de ver darme de hostias con un demonio y voy a tener miedo de un lobo. ¡Por favor!” - Desde entonces, la vida de Yuna no volverá a ser la misma. Todo su mundo se verá trastocado, hasta que descubre que ella misma oculta un gran y oscuro secreto - “Yuna… necesito saber una cosa ¿Qué van a encontrar cuando analicen tu sangre?” - Humanos contra lobos, en una batalla con un sólo propósito: Yuna la elegida de la Diosa Luna. Traicionada, sola, y perdida, sólo podrá confiar en sus instintos y en Jasper para protegerla y curarla de sus propias heridas. Pasión, sexo, amor, intriga, ación y sentimientos a flor de piel en una historia

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tierna y humana. “Te deseo Jasper, te deseo como jamás he deseado nada, ardo sólo por ti...“ Embárcate en esta aventura. Una saga apasionante dónde conocerás y vivirás las historias de sus protagonistas al límite.

El Lamento del Lobo Terence ya no esperaba nada de la vida, cada día más práctico y dolido se va alejando más de la luz. Sumido en sus propios fantasmas, descubrirá que cuando está a punto de tirar la toalla la vida le presenta una nueva oportunidad, Ione. Con ella todo su rencor parece desvanecerse y todo lo que él es, lo impulsa a protegerla de un modo irracional, por lo que tendrá que luchar contra su propia verdad si quiere poder volver a ser el mismo y ayudar así a la que parece ser su pareja real que lo ha estado esperado toda su vida. Pero ambos tienen demasiadas heridas que cerrar y problemas del pasado persiguiéndolos, además de los Descendientes que se vuelven cada vez más agresivos y atrevidos con un objetivo clave, ella. No será nada fácil confiar el uno en el otro. Los dos sufrirán y lucharán contra sus propios miedos para tratar de consolidar lo suyo mientras los Del Fuego estrechan el lazo provocando que la guerra entre Lobos y Humanos parezca inevitable.

Fuego contra fuego Keithling odia a los Ojeadores. No soporta su mundo y por ello cuando es señalada desea morir. Cuando eres marcado no hay vuelta atrás y Keithling deberá aprender cuál es su lugar. Lo que no entiende es porqué nadie quiere que Mirea se acerque a ella. Dos seres que son mucho más de lo que parecen y que están condenados a destruirse mutuamente a menos que luchen contra el pasado que los marcó. ¿Será

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suficiente su amor para salvarse? ¿O todo arderá bajo sus pies...?

El Compendio de Luna Detrás del velo de la noche, entre brumas y haces lunares se esconden mundos de ensueño donde las hadas tejen sus historias en lo más profundo de los bosques. Se dice, que una de ellas partió una noche estrellada en busca de las más bellas palabras jamás narradas para impresionar a sus hermanas. Se alejo dejando atrás su hogar recopilando los relatos que hacían latir el pulso del universo hasta que un día, cuando hubo llenado su preciado libro ella misma quedo presa de su embrujo en su interior. Y según cuenta la leyenda, es en las noches de luna llena que su voz se vuelve a oír relatando esas aventuras que yacen sumergidas en su libro mágico: Historias de amor, pasión, erotismo, terror y pensamientos que hacen suspirar... Déjate seducir por su influjo y adéntrate en el jardín del hada de los cuentos que susurrará las aventuras de sus páginas.

Itsy Pozuelo Vida entre tinieblas Ruth es ingresada, con seis años, en un centro psiquiátrico, a causa de un trastorno mental. Llevará su caso el doctor Lloreda, quien pronto se sentirá afectado emocionalmente, sobre todo cuando Ruth comience a confundir la realidad, llamándole Papá. Al mismo tiempo, en su imaginación, Ruth crea un mundo paralelo, en el que disfrutar de su infancia y adolescencia, allí conoce a Claudia y Ángel, quienes serán sus mejores amigos, a ellos recurrirá cada vez que intente evadirse de la realidad, que encierran las cuatro paredes de su habitación.

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Novela Corta Formato: 16x11 Número de páginas: 67 Editorial: Ediciones JavIsa 23 Precio: 6 euros Hazte con él en: www.edicionesjavisa23.com

Un mundo por descubrir Zoe es una cantante de éxito, su vida parece ser maravillosa, hasta que su hermana Lucía es asesinada. Semanas después, conoce a Christian, un atractivo joven en la sala de espera del psicólogo, al que acude por primera vez aconsejada por su madre. Ese mismo día comienza a entablar una amistad con el joven, cuando éste la ayuda a librarse de unos periodistas, pero al volver a casa descubre el cadáver de su madre, también ha sido asesinada. Ante la imposibilidad policial de resolver el caso, debido al acoso periodístico al que es sometida la investigación por tratarse de los asesinatos de los familiares de una gran estrella, y tras encontrar el diario y unas fotografías de su hermana, Zoe, con la ayuda del comisario que lleva el caso y de Christian, decide cambiar su nombre y su aspecto, para no ser reconocida, e infiltrarse en el ambiente en el que vivía su hermana antes de morir. En ese ambiente conoce a un grupo de chicos y poco a poco va estableciendo una fuerte amistad con ellos, sin embargo, ¿puede confiar en ellos? ¿O puede ser que alguno de ellos tenga que ver con las muertes de su hermana y su madre? Todos ellos parecen tener algo que ocultar. Una novela que no te dejará indiferente, con un ritmo trepidante que te enganchará desde el principio hasta su inesperado final. Editorial/año: Ediciones Javisa23, 2013 Género: juvenil, suspense, fantasía, misterio Encuadernación: rústico con solapas Número de páginas: 215 Precio: 12 euros Hazte con él en: www.edicionesjavisa23.com

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Dama N. Prayton Crónicas de la Nueva Hispania I Sentencia de Amor Un día cualquiera, un día corriente, pero una noticia que lo cambiará todo. España se despierta con un nuevo Gobierno y un nuevo nombre: “La Nueva Hispania”. Los nuevos gobernantes lo controlan todo, poseen tecnología de última generación y un ejército de cíborgs, también denominados protoners. Las leyes son tan opresivas que muchos mueren por desobedecerlas. Pero no todo está perdido, hay varios grupos de patrulleros defensores de la libertad. Ella es una chica que escapa de un cautiverio atroz, para caer en otro donde su vida depende de una respuesta a una única pregunta. “¿Quién eres?” Pero ella no pude responder, no puede desvelar la verdad aunque su vida dependa de ello. Leo es un miembro fuerte y decidido de la resistencia, un patrullero experimentado, que tendrá que luchar contra unos sentimientos demasiado poderosos. ¿Conseguirá que la prisionera hable? ¿Conseguirá descubrir por qué siente que su corazón sangra ante la posibilidad de matarla? ¿Conseguirá descubrir su secreto? BIENVENIDOS A UNA NUEVA ERA... Un libro de ciencia Ficción para jóvenes y adultos, donde el amor se entrelaza con una ambientación futurista, y unos personajes llenos de carisma y personalidad. Venta en: Amazon

Encarni Arcoya Un profesor como regalo de Navidad Abby lleva casi dos años enamorada de su profesor de LETRAS ENLAZADAS - NÚM. 8 DICIEMBRE 2013

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universidad pero no se atreve a confesarse. Tras una interrupción poco afortunada en clase, tiene que ir al despacho de éste para descubrir que, afortunadamente, los sentimientos que ella tiene no son unilaterales. Gideon Richard es profesor universitario y solo espera que una de sus alumnas termine la carrera para meterla en su cama y hacerla suya. Después de hacerle pasar un mal rato en clase la cita en su despacho para reconfortarla. El problema es que no puede controlar los deseos de su cuerpo por ella. http://encarniarcoya.com

Javier Haro Herraiz Cardinales Mortales Ella es guapa, es letal. Y tiene un fabuloso par de razones para hacerte perder la cabeza... O la vida... Jessica Montoya es una sensual y voluptuosa asesina a sueldo de origen colombiano que cambiará su modo de vida y su forma de ser por el amor y la amistad de un sencillo escritor de novelas de terror. ISBN: 978-1484971246 Género: thriller erótico Fecha de publicación: 2013 Encuadernación: rústico con solapas Número de páginas: 192 Precio: pepel 7,90 euros eBook 2,58 eutos Disponible en AMAZON

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David López Alma en sumisión “La novela erótica que te adentrará en el mundo FEMDOM y te dejará con ganas de más”. A la venta en librerías, Amazon, Casa del libro y El Corte Inglés.

R. Soto La Hermandad de la Llama Negra A finales del siglo XVIII un ser demoníaco acecha en los bosques de Swinley sembrando el terror entre los habitantes de Paignton. El conde Duncan Veremoth III pedira ayuda a Sir Charles Applewhite y a los mejores tiradores de toda Inglaterra para acabar con la bestía, sin sospechar que una hermandad secreta conspira entre las sombras.. ISBN: 978-84-9039-808-1 Género: misterio, terror, aventuras Fecha de publicación: 30 de octubre de 2013 Formato y encuadernación: 12x19 - tapa blanda Número de páginas: 228 Editorial: United p.c.

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“Descubriendo un nuevo mundo” ”Desde pequeña fue considerada una niña “rara”, pasaba inadvertida para una gran parte del mundo y así lo asumió, disfrutaba de una soledad buscada”. Su pasión era bailar, exhibirse; disfrutaba siendo el blanco de todas las miradas, sus danzas provocadoras y sensuales despertaban la incitación más carnal entre los espectadores de la Discoteca Armys, donde era la estrella nocturna. Subida al podium se sentía la reina que era. Dominar era su inclinación, la noche su delirio. La naturaleza fue generosa con ella, dotándola de un cuerpo escultural, un rostro bellísimo y su poderosa mirada que completaba con unos cabellos acordes. Era el sueño y fantasía sexual de aquel que la contemplaba y ella, consciente, lo potenciaba al máximo. No buscaba el amor, porque el perfil de su oponente no era algo que abundara en su ambiente y tampoco buscaba la típica relación convencional. Una novela llena de pasión, traiciones, envidias, celos, y realidad. Donde el componente oculto en la vida de Helaine es el BDSM. Autora: Samy S.Lynn Editorial: Ediciones Ortiz Precio en preventa: 18 euros Donde adquirirlo: http://edicionesortiz.wix.com/edicionesortiz#!pre-venta-de-descubriendo-un-n/c1t3e

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“El Pozo de los Deseos” Sonia lleva un año amargada, desde que llegó a su nuevo hogar no puede olvidar que antes tuvo una vida mejor, se lleva fatal con los pijos de su instituto y no tiene amigos allí. Se ve obligada a ir con ellos a una excursión a Galicia, y es allí donde ve la luz para poder intentar cambiar su vida. En medio del bosque gallego, se encuentra abandonado un pozo, El Pozo de los Deseos, lugar mágico que esconde más de lo que parece, pues sus “habitantes” pueden hacer que el destino de las personas sea diferente a cambio de un objeto. ¿Será capaz ÉL de cambiar la insulsa vida de Sonia? Autora: Encarni Maldonado Editorial: Ediciones Ortiz PVP: 16,64 euros ISBN: 9 788494 181214 Donde adquirirlo: http://edicionesortiz.wix.com/edicionesortiz

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A veces soñamos despiertos, pero otras, la gran mayoría lo hacemos justo cuando nuestros ojos se cierran sobre nuestra cómplice incondicional «la almohada». “Historias desde la Almohada” es un recopilatorio de relatos cortos que te llegan al alma y el corazón. Una ventana ha los sueños del autor, un susurro de su almohada. ¿Estáis preparados y preparadas para adentraros en los sueños? Adelante. Autor: Javier García Martinez Editorial: Ediciones Ortiz PVP: 14,60 euros ISBN: 9 788494 181207 Donde adquirirlo: http://edicionesortiz.wix.com/edicionesortiz

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