De mis sueños desciendo, volando vanse, y en papel amarillo cuento el viaje. José Martí
Girasoles / Vincent Van Gogh / óleo
revista digital del taller literario letras negras piedras negras coahuila méxico
carlos flores revuelta / director general jaime torres mendoza / director editorial claudia de los santos / edición, arte y diseño fernando h. garcía / comunicación y difusión maría del carmen maqueo garza / corrección jaime torres mendoza, julia berenice espinosa, claudia maría de los santos, carlos flores revuelta consejo editorial
ediciones línea breve los pinos 100, fraccionamiento las palmas teléfono 01 878 789 2628 piedras negras, coahuila, méxico lineabreve@live.com El contenido de los artículos es responsabilidad de los autores. No se devuelven originales
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Estimado lector, una vez más, quienes integramos el Taller Literario Letras Negras de Piedras Negras Coahuila México, brindamos estas páginas con el ánimo de compartir el gusto por las letras, reiterando el ofrecimiento de este espacio para la obra de todo aquel que coincida en la pasión por la literatura.
Queremos aprovechar la ocasión para felicitar a nuestro Director Editorial y guía en este taller, Jaime Torres Mendoza, quién por incuestionables y reconocidos méritos profesionales ha recibido el Doctorado Honoris Causa por parte de la Universidad Internacional Euroamericana, a través de la Academia Mundial de la Educación.
Enhorabuena Doctor.
Bienvenidos a
Letras Negras
digital
Los Editores
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poesía
musa traviesa josé martí — 05
poesía certeza Constanza gramer — 10
contratextos maría del carmen maqueo garza — 11
con riesgo de muerte maría del carmen maqueo garza — 12
no pasa nada maría del carmen maqueo garza — 13
apatía
en este número
un clásico/
esperanza cárdenas — 14
niñerías jaime torres mendoza — 15
sinfonía optimista -adagiosamuel ruiz cabañas — 16
lejano julia berenice — 17
narrativa valeria blanca esthela treviño pepi — 18
minificción nueve minirelatos constanza gramer — 22
minimiedades carlos flores revuelta — 23
adjunto el color del cine claudia de los santos — 24 para leer julia berenice espinosa estrada — 25 así se habla kaph — 26
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José Martí
¿Mi musa? Es un diablillo con alas de ángel. ¡Ah, musilla traviesa, Qué vuelo trae! Yo suelo, caballero en sueños graves, cabalgar horas luengas sobre los aires. me entro en nubes rosadas, bajo a hondos mares, y en los senos eternos
un clásico/ poesía
musa traviesa
hago viajes. Allí asisto a la inmensa boda inefable, y en los talleres huelgo de la luz madre: y con ella es la oscura vida, radiante, ¡y a mis ojos los antros son nidos de ángeles! al viajero del cielo ¿qué el mundo frágil? pues ¿no saben los hombres qué encargo traen? ¡Rasgarse el bravo pecho, vaciar su sangre, y andar, andar heridos muy largo valle, roto el cuerpo en harapos, los pies en carne, hasta dar sonriendo —¡no en tierra!—exánimes! y entonces sus talleres la luz les abre. Y ven lo que yo veo: ¿qué el mundo frágil? seres hay de montaña, seres de valle, y seres de pantanos y lodazales. De mis sueños desciendo, volando vanse,
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cuento el viaje. Contándolo, me inunda un gozo grave:— y cual si el monte alegre, queriendo holgarse al alba enamorando con voces ágiles, sus hilillos sonoros desanudase, y salpicando riscos, labrando esmaltes,
un clásico/ poesía
y en papel amarillo
refrescando sedientas cálidas cauces, echáralos risueños por falda y valle,— así, al alba del alma regocijándose, mi espíritu encendido me echa a raudales por las mejillas secas lágrimas suaves. Me siento, cual si en magno templo oficiase; cual si mi alma por mirra virtiese al aire; cual si en mi hombro surgieran fuerzas de Atlante; cual si el sol en mi seno la luz fraguase:— ¡y estallo, hiervo, vibro, alas me nacen! Suavemente la puerta del cuarto se abre, y éntranse a él gozosos luz, risas, aire. Al par da el sol en mi alma y en los cristales: ¡por la puerta se ha entrado mi diablo ángel! ¿Qué fue de aquellos sueños, De mi viaje,
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del llanto suave? Cual si de mariposas tras gran combate volaran alas de oro por tierra y aire, así vuelan las hojas do cuento el trance. Hala acá el travesuelo mi paño árabe; allá monta en el lomo de un incunable;
un clásico/ poesía
del papel amarillo,
un carcax con mis plumas fabrica y átase; un sílex persiguiendo vuelca un estante, y ¡allá ruedan por tierra versillos frágiles, brumosos pensadores, lópeos galanes! de águilas diminutas puéblase el aire: ¡son las ideas, que ascienden, rotas sus cárceles! Del muro arranca, y cíñese, indio plumaje: aquella que me dieron de oro brillante, pluma, a marcar nacida frentes infames, de su caja de seda saca, y la blande: del sol a los requiebros brilla el plumaje, que baña en áureas tintas su audaz semblante. De ambos lados el rubio cabello al aire, a mí súbito viénese a que lo abrace. De beso en beso escala mi mesa frágil;
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Ismaelillo, árabe! ¿qué ha de haber que me guste como mirarle de entre polvo de libros surgir radiante, y, en vez de acero, verle de pluma armarse, y buscar en mis brazos tregua al combate? Venga, venga, Ismaelillo: la mesa asalte,
un clásico/ poesía
¡oh, Jacob, mariposa,
y por los anchos pliegues del paño árabe en rota vergonzosa mis libros lance, y siéntese magnífico sobre el desastre, y muéstreme riendo, roto el encaje— —¡qué encaje no se rompe en el combate!— ¡su cuello, en que la risa gruesa onda hace! venga, y por cauce nuevo mi vida lance, y a mis manos la vieja péñola arranque, ¡y del vaso manchado la tinta vacie! ¡vaso puro de nácar: dame a que harte esta sed de pureza: los labios cánsame! ¿son éstas que lo envuelven carnes, o nácares? la risa, como en taza de ónice árabe, en su incólume seno bulle triunfante: ¡hete aquí, hueso pálido, vivo y durable! ¡hijo soy de mi hijo!
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un clásico/ poesía
¡él me rehace! ¡Pudiera yo, hijo mío, quebrando el arte universal, muriendo mis años dándote, envejecerte súbito, la vida ahorrarte!— mas no: ¡que no verías en horas graves entrar el sol al alma y a los cristales! hierva en tu seno puro risa sonante: rueden pliegues abajo libros exangües: sube, Jacob alegre, la escala suave: ven, y de beso en beso mi mesa asaltes:— pues ésa es mi musilla, mi diablo ángel! ¡ah, musilla traviesa, qué vuelo trae!
De: Poesías de Ismaelillo-
José Martí José Julián Martí y Pérez (La Habana, Cuba; 28 de enero de 1853 – Dos Ríos , Cuba; 19 de mayo de 1895), también conocido por los cubanos como «El apóstol», fue un político, pensador, periodista, filósofo y poeta cubano. Su pensamiento y obra trascendió las fronteras de su Cuba natal para adquirir un carácter universal. Su movimiento literario fue el modernismo.
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Constanza Gramer
Caen sobre mi las tardes vestidas de ocre, las hojas maduras salen a mi paso
poesía
certeza
pintando el aire de rojo y amarillo, visiones áureas del futuro que huelen al verde que apacible espera su momento, el viento seduce mi andar, me abraza con su incierta brisa mientras me embriago con el dulce murmullo de voces lejanas. En el rostro, hilos negros danzan sobre los labios húmedos que besan el crepúsculo que incendia la tierra; y así, me voy con la tarde que se apaga, de mis manos caen las semillas de las que renacerán mis ojos y mi boca, te veré caminar sobre las hojas iluminadas por el resplandor de una tarde nueva, y besaré tus pasos, y encontraré mis huellas.
Constanza Gramer (Piedras Negras, Coahuila). Es licenciada en administración de empresas y promotora cultural. Ha publicado el libro Selene y otros cuerpos, colaboradora en la revista Historias de entretén y miento y en la antología conmemorativa del vigésimo aniversario de esa publicación. Es integrante del taller literario Letras Negras.
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María del Carmen Maqueo Garza El antipoema es una contradicción, un contratexto. El antipoeta, mediante un proceso de descontextualización, incorpora a su obra discursos del habla coloquial: La fórmula científica, la sentencia filosófica, así como los múltiples lenguajes que provienen del mundo industrial y comercial. Su principal impulsor es Nicanor Parra. En esta ocasión la autora los utiliza para canalizar sus denuncias frente a la problemática social que sufre el país.
poesía
contratextos
i Amarillo es el partido al que sacaron del camino. Amarillo el color de la bilis derramada. Amarillo el trigo con que sueña el campesino frente a su tierra yerta. Amarillo el traje del niño en el mortuorio. Aún así, amarillo es el color del sol cada mañana, y amarilla la luna llena que mantiene con vida mi esperanza. ii El empresario subió a la tribuna, se acomodó las gafas; tomó sus papeles; probó el micrófono y leyó: “Los que se van del país alegando inseguridad son unos cobardes.” Acto seguido se retiró. Sus treinta guaruras le fueron abriendo paso entre la gente. iii “No bajaremos la guardia ante el crimen organizado”. Aseveró el funcionario horas después de que ocurriera una masacre en la ciudad. Los elementos de seguridad con sus vestimentas negras y sus armas largas, apostados a lo largo de los veinte puentes peatonales en su trayecto al recinto, recuerdan a los zanates uno junto a otro, formando hileras sobre los alambres al caer la tarde. iv “Motivos personales”, “fuego cruzado”, “daño colateral”… Eufemismos con que se inscribe la ineficacia en los anales de la historia. v Narciso era su nombre: Le daba por aparecer en la televisión todos los días a todas horas, en todos los eventos oficiales que invariablemente encabezaba. Al parecer ahora se ha propuesto probar suerte en Hollywood.
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María del Carmen Maqueo Garza
poesía
con riesgo de muerte Con riesgo de muerte puede usted ir a pasear a la plaza los domingos; salir de su casa para comprar tortillas; asistir a la iglesia. Corre el pequeño peligro de ser confundido con un delincuente y muerto de un plomazo, pero mire, finalmente nadie tiene la vida comprada, así que pásela bien mientras pueda. Vaya a la tienda a hacer sus compras; al cine con los niños, o ¿por qué no?, salga a cenar en su aniversario. Pudiera ser abatido en la refriega, de todos modos visite a sus padres, o a sus hermanos en el otro extremo de la ciudad; no se desgaste eligiendo las vialidades menos peligrosas, por cualquiera de ellas es lo mismo. Su hijo puede salir con la novia, organizar una reunión de amigos; reencontrarse con los compañeros de escuela. Con riesgo de muerte puede usted viajar por las carreteras de nuestro querido territorio nacional en compañía de su familia; atender compromisos fuera de la ciudad; quizás llevar a los pequeños a conocer algún parque de diversiones. Lo peor que puede suceder es que de regreso a casa los confundan; ya ve, luego sucede que en la noche la visión no ayuda. A lo mejor los delincuentes los toman por contrarios, o los soldados en un retén militar o un convoy pueden abatirlos, pero eso sí, quédese tranquilo sabiendo que sería en estricto cumplimiento de su misión de salvaguarda a la nación.
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María del Carmen Maqueo Garza
Allá afuera no pasa nada, borran la sangre,
poesía
no pasa nada
retiran los cuerpos a toda prisa. No pasa nada, perdura en el ambiente el tufo de la pólvora. No pasa nada Vehículos en estampida, que nadie persigue. No pasa nada, llegan las patrullas, a recolectar evidencias horas después. El gemir de la ambulancia se funde a lo lejos con algún mal sueño de la niña. Ella no sabe, que a partir de ahora ha quedado huérfana de ese padre quimérico que nunca pudo conocer. Huérfana de promesas claras, de un “Ya pronto hijita, ya pronto iré a verte” que engullen las sombras de la noche.
María del Carmen Maqueo Garza (Torreón, Coahuila). Reside en Piedras Negras desde 1984. Es médico pediatra. Ha publicado Una flor en el camino y aparece en el libro colectivo Co incidencias, relatos desde la frontera, Mariposas en las manos (próximo a publicarse). Columnista de varios periódicos del estado. Integrante del taller literario Letras Negras.
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Esperanza Cárdenas
Tiempo transcurrido ataduras y apegos
poesía
apatía
por doquier. Estoy de paso, lo sé. Transito por la senda de la vida buscando la verdad de lo perdido, en la endeble rueca de la historia. El dorado horizonte se perfila a lo lejos. Persevero y Continúo de frente ante las áureas arenas del desierto indomable. Que el rayo caiga y desgarra las sombras amarillas de la apatía. Que el cielo relampaguee Y redoble sus tambores. Vuelva la acción de su letargo a la lucha y la esperanza de la muerte a la vida. Que la apatía desaparezca en el hoyo del olvido y cante yo de nuevo al destello de la aurora.
Esperanza Cárdenas (Nueva Rosita, Coahuila). Es doctora en economía latinoamericana por la Universidad de Toulouse-Le Mirail, en Francia. Textos de su especialidad aparecen en publicaciones de El Colegio de México y la Universidad Autónoma de Coahuila. Integra el taller literario Letras Negras.
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Jaime Torres Mendoza
Para Julia Berenice, por su silencio de pájaros y su canción llena de silencios.
poesía
niñerías
1 Hojas en tropel… mariposas que sueñan subir al árbol frondoso: niños. 2 Ante mis ojos la montaña se astilla: pájaros en vuelo. 3 Las nubes repican en cascada y su timbre cristalino se vuelca en vuelo de palomas: llueve. 4 La noche es la más tranquila suavidad del cosmos: cuna. 5 Son las niñas las más bellas flores y entre ellas encontré la mejor: tú.
Jaime Torres Mendoza (San Juan del Cohetero, Coahuila,1955). Es Músico, narrador, pintor, escritor, editor; intelectual de fuerte raigambre y una de las mentes más preclaras que han nacido en tierra coahuilense. Autor de innumerables libros de poesía, narrativa y ensayos.
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Samuel Ruiz Cabañas
Poesía
sinfonía optimista −adagio− Enraízate a la vida por el brazo más fuerte, como los recios árboles al hondo manantial. la vida no es tu feudo, pues te espera la muerte, pero tú eres el vínculo de todo lo inmortal. Tu precario episodio, si merece vivirse es sólo como síntesis de la causa vital; hasta que vayan, limpios, tus átomos a unirse a la eterna armonía del don universal. Este don que no es tuyo, sino en mínima parte, pero que será máximo, y ya no tendrá fin, si logras desasirte, superhumanizarte, prodigando tu espíritu de confín a confín. Muriendo y renaciendo por milagro fecundo se acendra en tu celdilla la futura virtud. ¡Oh, molécula cósmica de un incógnito mundo! ¡Cálida gota viva en ímpetu de alud! Mientras, busca tu surco como pequeño grano y húndete quedamente en su negra humedad. Resurgirás, un día, vencedor del arcano, para la vida óptima de luz y eternidad.
Samuel Ruiz Cabañas (México, D.F. 1885 - 1967) Periodista, cuentista, poeta, guionista de radio y cronista musical; su estilo descriptivo recuerda la prosa de los periodistas decimonónicos. La mayoría de su obra está reunida en los libros Cuentos de sábado y Tabladillo del aire.
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Julia Berenice
Inerte la esperanza se ahoga en los sollozos.
poesía
lejano
Caen de mis ojos puñados de sueños opacos como las hojas que se desprenden de los árboles de luz sepia malgastándose en la incipiente penumbra de otoño. Distingo en mi extravío la intuición de una figura que sin tener tu semblante se origina en ti y sin ser mi rostro posee mi reflejo. Es una visión quimérica de dos miradas conjuntas, coincidencia remota de lo creíble y lo absurdo. De madrugada escurren de mis fantasías semillas frescas que van a tus manos para llevarte fruta nueva. Durante la lluvia que humedece la vigilia la memoria del ámbar de tu piel me arrulla en armonía con la visión serena de la noche. En el vacío de la indecisa despedida tu incesante recuerdo estremece la paz de mi voluntad. Resguardo mi intuición con memorias de un tiempo que no ha sido. Enciendo velas y esperanzas emulando a un altar. La cera desgastada cubre los resquicios de los deseos quebrantados.
Julia Berenice (Saltillo, Coahuila, 1983). Estudió letras españolas en la UAdeC. Es autora del poemario Realidades del tiempo. Ha publicado en las revistas Historias de entretén y miento y La humildad premiada. Forma parte del taller literario Letras Negras.
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Blanca Esthela Treviño Pepi
El futuro en ese tiempo no existía. En la Revolución de 1910 las mujeres que huyeron con sus hijos al otro lado del Bravo creyeron morir de pena muchas veces y, sin embargo, encontraron de alguna manera la fuerza de seguir.
narrativa
valeria
Noches en blanco sin dormir, noches en rojo, noches de luces y sombras, noches de miles de estrellas. Las cabezas de las mujeres se juntaban alrededor del fuego, compartían esperanzas, temores, oraciones; la incertidumbre del destino de sus hombres calaba hondo. Cruzaron la frontera hacia Eagle Pass para proteger de las balas a los hijos, y después, compartían la aflicción y el miedo de perder a sus maridos para siempre. Valeria, una joven bella, decidida e irreverente, no quiso huir, fue una de las pocas mujeres que permaneció en su casa. Santiago, su prometido, murió en las primeras insurgencias de la guerra civil que conmocionó al país por una década. Convulsionada por el lacerante dolor de perderlo, se juró a sí misma luchar por la causa revolucionaria hasta el último día de su vida. Su madre había muerto hacía tiempo en el último parto, y su padre y hermanos se unieron a los rebeldes. Después era sólo ella y su caballo Dominico. Montar a caballo era vetado a las mujeres de su época, pero Valeria desde pequeña cabalgaba a la par de sus hermanos. Sabía cómo montar, cómo llevar el caballo. Aprendió también a lidiar con los hombres, a diario, y a mantener el respeto que se había ganado. La vida a galope era su pasión. La velocidad al cabalgar, el viento azotándole la cara, su cabellera suelta bajo el sol: sólo eso lograba adormecer su corazón enlutado. Su padre siempre le decía: “Una caída puede dejarte inválida”, pero eso no la acobardó. Montar para ella significaba enfrentar el miedo. Cayó muchísimas veces, hasta que aprendió a controlar a Dominico, el potro que su padre le regalara en la infancia. La interacción entre ellos era tan perfecta que cuando el caballo saltaba o galopaba, Valeria y el caballo eran un solo movimiento: una unión perfecta. La capacidad de relacionarse con él, era una cuestión de sensibilidad y paciencia. Paciencia exigente.
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una relación armoniosa: el cumplimiento de la realización de una tarea común entre el caballo y el jinete. La amazona del Norte galopaba por la sierra, el desierto, en los laberintos de valles escondidos, entre
narrativa
Más bien era cuestión de confiar en el caballo la vida en
magníficos escenarios. Cada día se aventuraba a ir más lejos, dejando atrás las casas y chozas abandonadas y penetraba más profundo en lo desconocido. Vio soldados de todas las facciones en el conflicto armado saqueando los pueblos por los que pasaban. Rostros obstinados, rencorosos, coléricos. La prestancia de Valeria y la velocidad de su caballo deshacían en ellos todos los nudos de sus reptiles internos. Después de cada galope se abría una nueva tierra desplegada en un panorama desolado y salvaje hacia un horizonte misterioso. La jornada en soledad no era tediosa ni cansada; ningún espectáculo podía ser más sublime. Cada recodo presentaba descubrimientos de inimaginable belleza. Entonces escuchó la voz del silencio: intuyó que las mujeres que habían huido con sus niños para protegerlos de las balas no tenían noticias de sus maridos que luchaban por la patria. Cruzaron la frontera y desconocían la situación: heridos, muertos, fusilados. Valeria las buscaría para informarles y llevarles consuelo; llegaría a la tierra de los encinos en el Norte. Dominico se resistía a cruzar el Bravo; nunca lo había hecho. Pero guiado por su ama logró llegar a la otra orilla evadiendo peñas y remolinos. Era época de sequía y el río no era profundo; el sol crudo, vertical, de un amarillo casi blanco. Encontró a las mujeres reunidas en lo que había sido un almacén; un sitio vacío y desolado cerca del río. Cuando vieron a Valeria se llenaron de temor; el temor rompía su mundo a cada rato: el miedo dilataba sus pupilas; la sangre en sus venas se convertía en hilos de fuego haciendo palpitar más de prisa sus corazones. A ellas no les tocaba pensar; otras personas habían tomado siempre las decisiones por ellas.
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rompiendo el yugo del miedo. Se desdoblaba en abrazos y al estrechar a las mujeres les recordaba que siempre hay un mañana. Tomaba a los niños de la mano y entre mimos, jugaba con ellos. Comprendía la indescriptible situación por la que pasaban y sentía la compasión que
narrativa
Valeria embrujaba el universo con su voz y su mirada,
sólo pueden sentir los que tienen un corazón clarividente. Las mujeres le contaron todas sus penas, sus temores, sus carencias y, aunque eran conmovedores los relatos, Valeria mantuvo intacta la mirada, afectuosa, sensible, y a la vez firme; la mirada que la definía y que hacía sentir a las mujeres que estaba para ellas, que seguiría estando y nunca dejaría de estar. Pasaron muchas tardes juntas disfrutando la cordialidad que suscita compartir el peligro inmediato. Hablaban del pasado, de la situación actual, y siempre de la espera de un futuro mejor: de ellas dependería abrir los brazos a la vida, vivir día con día y juntas, resolver cada circunstancia, una tras otra. Dominico ya sabía de memoria la ruta que recorrían frecuentemente para cruzar el río. Esa tarde Valeria vestía el vestido amarillo que usara cuando Santiago la pidió en matrimonio; muy lejos parecían estar esos tiempos felices. Llevaba la mochila de cuero con medicinas y primeros auxilios, y una estampa grande de la Virgen de Guadalupe cosida al pecho; su hermosa cabellera oscura brillaba bajo el sol mientras cruzaba el Bravo. A lo lejos, las mujeres y los niños la esperaban con alborozo en la otra orilla. Nadie pudo decir si fue un villista, carrancista o zapatista, pero la bala entró por la espalda y salió por el corazón. Valeria cayó al agua, y Dominico relinchaba enloquecido, una y otra vez. El cuerpo de Valeria flotó unos instantes antes de ser arrastrado por la corriente del río; su bello rostro estaba en paz: alcanzaría a Santiago en alguno de los caminos de la eternidad. Bajó lento, lento, un cielo de amatista y todo quedó adentro de un eclipse amarillento. Al recorrerse las nubes, el sol sacaba luz a las piedras, dibujando todo de amarillo, bebiéndose el agua de la tierra y jugando con el aire que daba un brillo ámbar a las hojas de los árboles. Dijeron las mujeres que Dominico regresó muchas
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Llegó la época de lluvia y ambas orillas del río se llenaron de girasoles. La belleza de las inmensas flores amarillas era deslumbrante. Una tarde Dominico llegó solo, cruzó el río llevando la mochila de cuero de su ama, y la entregó fielmente a las mujeres.
narrativa
veces al río en busca de Valeria, y nunca la encontró.
Hazañas como ésta han permanecido en la memoria de muchas generaciones: mujeres valientes que ofrendaron su vida por la patria. Relatos que trascienden la historia y se quedan con la esencia o con la magia en el anonimato.
Blanca Esthela Treviño Pepi (Piedras Negras, Coahuila, 1937). Titulada en administración de empresas por el Tecnológico de Piedras Negras. Se dedica al periodismo. Obra suya ha sido reunida en los colectivos Co incidencias, relatos desde la frontera e Historias de entretén y miento, antología de poesía, narrativa y teatro. Forma parte del taller literario Letras Negras.
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Constanza Gramer
uno Al amanecer un esplendoroso rayo de luz se precipitaba a través de mi ventana abierta, la muerte por descarga eléctrica era inminente.
minificción
nueve minirrelatos
dos No he podido encontrar la llave de La Felicidad, estoy convencida de que La Angustia cambió la chapa. tres Mi escandaloso amor sigue abrumado por tu silencio. cuatro Al desmayo de la tarde, le siguió la agonía de la noche; sólo es cuestión de unas horas para ver morir el día. cinco Debo aclarar que no soy adicta a ninguna sustancia alucinógena, sólo soy sensible a las despedidas, cada vez me resulta más difícil separarme de mis elefantes rosas. seis Tres tristes tigres… tres insatisfechas tigresas. siete Robó un trozo de Luna para iluminar su vida, pero se olvidó del Sol. ocho Margarita decidió postergar el momento en que mostraría su belleza al mundo. Apretó su pétalos, se envolvió con ellos y continuó siendo botón. nueve Raras veces coincidían en su eterno andar por el universo, pero cuando lo hacían, se fundían en un ardiente abrazo que oscurecía la Tierra.
22 Siete, ocho y nueve de Selene y otros cuerpos, Ediciones Línea Breve, 2009
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Carlos Flores Revuelta
brevedad kafkiana Cuando Gregorio Samsa despertó, el insecto era él. intentos Nunca perdió la Esperanza, fueron inútiles todos los intentos por ganarle a la experta jugadora.
minificción
minimiedades
eureka Buscó afanosamente un recuerdo grato de su desastrosa relación, lo pudo encontrar después de matarla. estrategia filosófica filos fica Pienso, luego insisto. dorian fallido Algo falló en el pacto, no entiendo por qué mi retrato al óleo se conserva tan bien y yo envejezco. agotado Agotado cerré los ojos, de inmediato empecé a soñar que cuando despertaba, el dinosaurio aun estaba allí. oportunidad Después de toda una vida de pretender infructuosamente ser escritor, y ante la reiterada e innegable falta de talento no tuvo más remedio que alimentarse de gazapos. un sueño sue o Anoche tuve un dulce y reparador sueño, ¿qué fue lo que soñé?, no lo sé, nunca me acuerdo de lo que sueño, pero siempre es dulce y reparador recordar que tuve la oportunidad de soñar.
Carlos Flores Revuelta (Saltillo, Coahuila, 1953). Promotor cultural, historiador y logófilo. Autor de los libros Palabras, frases y hechos, Minimiedades, y en coautoría, Piedras Negras, reseña histórica y protagonistas. Integrante del taller literario Letras Negras.
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SUBMARINO AMARILLO -1968 / REINO UNIDO
Director: George Dunning Una fantástica aventura psicodélica dirigida por George Dunning. Un imaginario lugar denominado Pepperland es tomado por los “Blue Meanies” que odian la música y la alegría pintando todo de azul y paralizando a sus habitantes, sólo uno de ellos logra escapar en el Submarino Amarillo y va en busca de los Fab Four para pedir su ayuda en el rescate de Pepperland. Los Beatles emprenden un viaje totalmente surrealista, de imaginación desbordada y divertido. Es una película animada que como todo lo que hicieron en el campo de la música, fue innovadora, extremadamente creativa y representativa de la psicodelia en toda su intensidad; y por supuesto sonorizada con la extraordinaria música del cuarteto de Liverpool. Los colores, los personajes, la historia, los mensajes, todo un conjunto de elementos que compendian el concepto de una época de rompimiento que para muchos es considerada un parteaguas en la historia, en especial de la cultura pop. DEL ROSA AL AMARILLO -1963 / ESPAÑA
adjunto/ el color del cine
Claudia de los Santos
Director: Manuel Summers Película que nos muestra la complejidad del amor en los extremos de la vida: la infancia y la vejez. Dos historias en las que el protagonista es el amor, en la primera presentada bajo el título de “rosa”, vemos a Guillermo de doce años enamorado de Margarita una niña de trece años, pero más madura que él alienta su amor, de un Guillermo ansioso por crecer para vivir su amor, pero el verano le traerá su primera decepción amorosa. La segunda historia “amarillo” se desarrolla en un asilo de ancianos en donde dos de los huéspedes muestran que el amor puede llegar en cualquier etapa de la vida, como la razón que los motiva cada día para continuar su vida en aquel lugar, hasta que Valentín le pide a Josefa que se escape con él, ella tiene miedo de marcharse y sufre al pensar que no volverá a ver a Valentín. Llama la atención que fue filmada en blanco y negro, lo que da a la misma una ambientación que destaca el sentido de ambas historias. CIELO AMARILLO -1948 / ESTADOS UNIDOS
Director: William A. Wellman Protagonizda por Gregory Peck y Anne Baxter, Cielo Amarillo es una historia del género Western en la que los escenarios donde se desarrolla juegan un importante papel creando la atmósfera que dará fuerza a una historia realmente sencilla; una banda de asaltantes de bancos al ser perseguidos por el ejército se ve obligada a cruzar kilómetros de desierto en donde lo más probable es encontrar la muerte, sin embargo los seis asaltantes consiguen cruzar hasta llegar a “Yellow Sky”, un pueblo abandonado, excepto por un anciano y su nieta quienes han estado extrayendo oro de las minas, los bandidos ven la oportunidad de obtener riqueza despojándolos del mismo, pero Mike, la nieta rebelde que ha crecido entre los apaches, está dispuesta a defender lo que les pertenece matando a quien pretenda robarles. “Stretch” el jefe de la banda (Gregory Peck) se enamora de ella y es ese amor lo que vendrá a complicar las cosas entre los bandidos, desatándose una serie de traiciones provocadas por la ambición.
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LA INCREÍBLE Y TRISTE HISTORIA DE LA CÁNDIDA ERÉNDIRA Y SU ABUELA DESALMADA / novela
Gabriel García Márquez Sin tener antecedentes de la historia me acerqué a este libro con la misma ilusión que me anegaba de niña cuando mi mamá me contaba un cuento antes de dormir. El título del relato: La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada me llevó de pronto a una época de inocencia, reminiscencia de la infancia. Descubrí con ese mismo toque de castidad a la protagonista de la historia. Sin embargo, al ir avanzando en la trama me di cuenta que el fondo de la historia es desolador, es la pérdida progresiva e inminente del candor de una joven de catorce años, y no porque ella así lo desee, sino que su trágico destino, como nos dice el narrador, la va llevando a desafortunadas circunstancias. Después del primer acercamiento, reflexioné en el título de la historia en el que claramente se dice que aquella historia será triste y me resigné a seguir leyendo, aunque un poco desilusionada. Sin embargo, no volví a caer en el desencanto, porque el autor, con su característico estilo, crea escenas maravillosas propias de un cuento de fantasía, que se mezclan asombrosamente con la tragedia y conforman un texto totalmente verosímil. Así, el hecho de que tanto Eréndira como su abuela puedan hablar y caminar mientras duermen; la sangre verde de la abuela o el don de presagiar, enriquecen el ensueño que rodea tan cruda historia.
adjunto/ para leer
Julia Berenice Espinosa Estrada
Entre estos contrastes se desenvuelven los personajes, todos con temples determinantes. La misma Eréndira, víctima de la historia, indefensa y bella como cualquier princesa de cuento, pero con la irreparable e insalvable pérdida de la candidez; la desalmada abuela, que asemeja a la bruja de las historias, dominante y fría ante el personaje que está a su merced; un joven con nombre de héroe: Ulises, quien da el toque de esperanza de poder lograr lo imposible; el fotógrafo, quien además de captar las escenas con su cámara fotográfica, retrata con su propia presencia aquella tragedia y se fusiona en la triste historia; entre otros que complementan la ficción. Los espacios y ambientes encantan el relato: la maravillosa mansión que habitan Eréndira y su abuela; los campamentos en el desierto con un ambiente árido que nos remite a la soledad y al desconsuelo; el convento que es como un desabrido oasis para Eréndira y el olor fresco de las naranjas.
La increíble y triste historia de la Cándida Eréndira y su abuela desalmada, ofrece una amplia gama de matices a la hora de su lectura e interpretación. El texto ha sido analizado como una alegoría de la realidad social del contexto en el que fue escrito o incluso como una metáfora general del dominio del fuerte sobre el débil. De cualquier forma, incluso acercándonos al relato en el nivel de la historia como tal, reconociéndolo como una aportación meramente literaria y artística, agita impetuosamente la imaginación.
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La suerte del norteño es la misma del cabrito: o se convierte en cabrón, o lo chingan por tiernito.
El español hablado en México tiene influencia indígena Náhuatl. Las diferencias en el vocabulario del español mexicano son muy evidentes; sin embargo, es más difícil notar las diferencias en el aspecto gramatical. El español utilizado en el norte de México (Chihuahua, Sonora, Nuevo León, Sinaloa y Coahuila) difiere de los de otras regiones de México, principalmente en cuanto a la entonación de las palabras (acento norteño). Preserva las mismas diferencias que tiene el español mexicano con respecto al peninsular (el uso universal del pronombre personal ustedes, para situaciones formales e informales, el seseo y el yeísmo).
galera. Bodega, troje. gallo. Ropade segunda mano, ya usada por alguno y que pasa a otro. garraleta. Prostituta de baja ralea. Concubina vieja, fea y despreciable garras. Ropa vieja, vestido maltratado. gimigiede. El que llora por cualquier nonada. giriolo. Peripuesto, muy gallardo golón. Grandote, de abundantes posaderas. grifo. Borracho, intoxicado con marihuana, peyote, etc. guamazo. Golpe dado con la mano abierta. Manotazo, guantada. guango. Descoyuntado, de movimientos perezosos. guarapeta. Borrachera. Concubina. guaripa. Sombrero de palma. guato. Boato, bulla. güerco. Niño. güerejo. Apenas rubio. güeso-chancaquero. Peroné. güevón. Perezoso en extremo. güey. Cornudo. Tonto. güila. Papalote, cometa. güila. Prostituta. gurguñate. Gaznate. gurrumino. Muy pequeño. gustos pasado (enferma de…). La mujer que está de parto. hacha. Tacaño, mezquino, avariento. Tonto, poco inteligente. hocicón. Deslenguado. hoquis. De balde, gratis, inutilmente. horqueta. Tímido, miedoso, temeroso. idiático. Quién constantemente cambia de parecer. ido. Alocado, descuidado, loco. impliado. Gendarme, policía. improsulto. Non plus ultra, el mejor. inteligir. Entender de un arte u oficio. “Le intelige a la mecánica”. íntico. Idéntico. VILLARELLO VÉLEZ, Ildefonso, El habla de Coahuila, Editorial Mastil, 1970
adjunto/ así se habla
Kaph
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