García Lorca y los libros Patricio Herrera Crespo
«D
ale limosna, mujer, que no hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada», exclamó el poeta mexicano Francisco de Icaza un día que paseaba por la Alhambra con su joven esposa, en su luna de miel, y miró a un mendigo ciego. Precisamente en la parte occidental de la comarca de Granada, en la provincia del mismo nombre, hay una pequeña localidad, Fuente Vaqueros, donde nació un 5 de junio de 1898 el más grande poeta y dramaturgo español del siglo XX: Federico García Lorca, asesinado entre Víznar y Alfacar en 1936, apenas a los 38 años de edad, y desaparecido su cuerpo infructuosamente, porque él siguió viviendo en su poesía, en el teatro, en este mundo, en todo el mundo, que son como los ríos de Granada que, como dijo el poeta, «por el agua de Granada, sólo reman los suspiros». Federico García Lorca se identificó con la música y el dibujo desde pequeño, pero es en 1919, al instalarse en la Residencia de Estudiantes, cuando empieza a encontrar su vocación por las letras. Ya antes había conocido a Manuel de Falla y a Antonio Machado, pero es aquí donde coincide con literatos e intelectuales cuyos nombres trascenderían el tiempo. Había escrito su primer libro, Impresiones y paisajes (1918), y luego El maleficio de la mariposa (1919) y Libro de poemas (1920). Fundó la revista Gallo y el grupo teatral universitario La Barraca; viajó por Europa, fue a Nueva York, que documenta en el libro Poeta en Nueva York, y a Buenos Aires, Argentina, donde estrena su obra teatral Bodas de sangre que multiplica su fama, a las que continuarían Yerma y La casa de Bernarda Alba a su retorno a España. Visitó Uruguay y Cuba. Pertenece a la mítica generación del 27. Pero más allá del inmenso poeta y dramaturgo, el gran referente de la literatura española del siglo XX, la intención ahora es compartir un discurso que pronunció en un día de septiembre de 1931, cuando el poeta retornó a su pueblo Fuente Vaqueros para inaugurar una biblioteca y se refirió a la cultura y al libro. Lo que dijo hace 90 años se lo escucha tan actual…
Queridos paisanos y amigos: Antes que nada yo debo deciros que no hablo sino que leo. Y no hablo, porque lo mismo que le pasaba a Galdós y en general, a todos
98