QUE TE PICA LA GUALANGA POR SABER ¿QUÉ ES LA CHUCHURRANGA?
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Tercer premio Guillermo Santana Sánchez Seudónimo: Chuchurranga
ué chuchurranga ni qué ocho cuartos! Quema esa marimba1 y que desaparezca esa chuchurranga de mi vista y oído. No puedo soportar más a estos juyungos2 que son unos macumberos. Con esa música, enchimban a todos los negros y negras. Que desaparezcan de la faz de la tierra. —Pero, patroncito, ¿cómo voy a hacer yo? Eso es casi imposible. Los bombos, cununos, guasás y marimbas, el ritmo de alegría y libertad vienen de lejos, vienen de años, y yo no me atrevo a hacer eso; no sólo porque negro no mata a negro, sino porque no quiero que me caiga la maldición de la chuchurranga, y no quiero que me coman vivo, que me trague el mar. —¡Te he ordenado que la quemes, carajo! ¡Quémala! ¡Quémala! ¡Quema la marimba! ¡Quémala carajo! ¡Quémala hasta que se haga negra como el carbón! Era el diálogo enfurecido que mantenía don Rubio Blanco, el dueño de casi todo, de las tierras, del aserrío, de las lanchas, de la tienda y hasta de los comisarios de policía, quien a pesar de servirse del trabajo de los negros y negras, los odiaba tanto. No sabemos por qué. ¿Será por su color?; ¿por ser negros?... ¡Tanto odio racial! El problema no sólo es de raza. Su origen es la esclavitud, la explotación, es decir, el poder económico de una clase que lo tiene casi todo, pero que no tiene nada en el alma. En cambio, nosotros, los negros, no tenemos nada, pero tenemos nuestra alma, que está llena de alegría; con encocao, tapao, marimba, amor y chuchurranga. Por eso, los negros nunca hemos dejado nuestra alegría, nuestro baile, nuestra música, pero, el mundo de los ricos era lleno de hipocresía, ya que la figura fina de las hermosas negras siempre los atraía; su calor y ardor para hacer el amor; sus labios con ansias de besar de manera libre, sea a blancos o negros. La boca babosa del patrón siempre rebosaba de manera nerviosa. No quería que nadie notara los deseos retenidos del Blanco…, ¡perdón!, Don, don
1 Marimba: xilófono construido con piezas de chonta, cuyas teclas y canutos de guadúa hacen las veces de caja de resonancia. 2 Juyungo: voz cayapa que significa mono, hediondo, diablo o malo, y que los indios cayapas se lo aplican al negro. Novela escrita por el esmeraldeño Adalberto Ortiz.
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Traversari