005
librosparacompartir.wordpress.com
El caballito blanco Rayo Adaptaci贸n
Laura Sanmarino | Foto: Beverkkey Goodwin
librosparacompartir.wordpress.com
1 librosparacompartir.wordpress.com librosparacompartir.wordpress.com
librosparacompartir.wordpress.com Autor:
Fotografía de Portada:
Laura Sanmarino
Beverkkey Goodwin
Adaptación sobre cuento anónimo suizo. © laurasanmarino - Derechos Reservados http://wattpad.com/LauraSanmarino
© bevgoodwin bajo Licencia Creative Commons BY 2.0 (2014) http://www.flickr.com/bevgoodwin
Edición:
http://librosparacompartir.wordpress.com Editado en 2014, bajo Licencia Creative Commons BY-NC-SA
Puedes: compartir este Pdf, sin ningún tipo de modificación. Tal cual está. No puedes: hacer un uso comercial, ni reproducir el texto o imágenes, que son de sus respectivos autores. Esta obra (este PDF) está sujeta a la licencia Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite http:// creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/. Todos los libros que compartimos públicamente en nuestro blog están debidamente autorizados por sus autores para publicarlos o libres de derechos, si crees que se está vulnerando su propiedad intelectual, sólo tienes que indicárnoslo en el formulario de contacto de nuestra web. En esta edición digital es posible que existan errores, agradeceremos nos hagan llegar sus observaciones, para poder compartir un material con la mejor calidad posible. Pueden hacerlo en el formulario de contacto en nuestro sitio web: http://librosparacompartir.wordpress.com, indi-
cando obra y página del error. ¡Gracias por la colaboración! Recuerda que puedes compartir tus cuentos enviándolos a librosparacompartir.wordpress. com. Puedes descargar éste y otros cuentos de la web en versión Pdf, donde encontrarás toda la información relativa a los recursos utilizados. Puedes compartir nuestro material, sin modificarlo o cambiarlo, respetando la licencia CC by-nc-nd. No se permite el uso comercial del pdf, ni de los textos e imágenes que son de sus respectivos autores.
librosparacompartir.wordpress.com
2
librosparacompartir.wordpress.com
librosparacompartir.wordpress.com
El caballito blanco Rayo Adaptación de Anónimo suizo
La abuela tenía un banquito blanco para poner los pies. Le gustaba mucho, y a Juancito también: se imaginaba que era su caballito blanco, al que llamaba Rayo. Con él podía cabalgar alrededor de la mesa, y, cuando la puerta de la habitación contigua estaba abierta, corría hasta delante de la cama de la madre y volvía. librosparacompartir.wordpress.com Un día estaba Juan completamente solo en la casa, mientras su madre y su abuela se habían ido de compras. Sólo el caballito librosparacompartir.wordpress.com
3
librosparacompartir.wordpress.com
blanco Rayo estaba todavía arriba. Entonces sucedió que el caballito empezó a relinchar y a moverse. -¿Quieres salir fuera? -preguntó Juan. El caballito blanco sacudió la melena y bailó sobre las cuatro patas. Sí, sí: el caballito blanco quería salir. Juan montó sobre él, y -hop-hop- atravesó el portal, y bajó los escalones, hasta el pequeño jardín delantero. -¿Quieres salir a la calle? -preguntó Juan. El caballito relinchó más fuerte. Sí: quería librosparacompartir.wordpress.com salir. Así cabalgó Juan por la ancha calle hasta llegar a un pequeño parque donde corría un arroyito. 4
librosparacompartir.wordpress.com
librosparacompartir.wordpress.com
-¡A que tienes sed y quieres beber agua! – le dijo Juan a su caballito-. ¡Pero cuidado que no resbales! -gritó mientras corría descendiendo con Rayo por una empinada pendiente. Pero ya era inútil la advertencia: Juancito estaba de cabeza en el agua, y Rayo se alejaba nadando por el arroyo. El caballito blanco, en vez de relinchar, daba vueltas y más vueltas sobre el agua; finalmente, se colocó sobre sus espaldas y elevó las cuatro librosparacompartir.wordpress.com patas al aire. -¡Rayo! ¡Ay! ¡Ay! ¡Mi caballito blanco! -exclamaba Juan. librosparacompartir.wordpress.com
5
librosparacompartir.wordpress.com
Afortunadamente, en el parque había muchas personas que sacaron a Juancito del agua. Entretanto el caballito blanco se hallaba ya lejos, muy lejos. El pequeño arroyito estaba por desembocar en el río; un poco más de navegación, y Rayo se perdería para siempre. ¡Esto sí que era una lástima! Completamente empapado, volvió Juan a su casa. Lloraba que daba lástima, y, como de vez en cuando también tosía, su madre lo mandó a la cama. La librosparacompartir.wordpress.com abuela le dio el té a cucharaditas y le limpió las lágrimas, y tuvo que contarle una y otra vez a dónde había ido a parar nadando el caballito blanco. Le contó 6
librosparacompartir.wordpress.com
librosparacompartir.wordpress.com
que, finalmente, Rayo llegó hasta la lejana Patagonia, donde lo veían corretear los avestruces, con los que se divertía jugando carreras. Tanto corrió que apareció en la Antártida, donde los pingüinos lo recibieron vestidos de smoking. El más chiquito le tiró una bola de nieve a la nariz del caballito y todos rieron alegremente. Entonces Juan también pudo reír de nuevo, escuchando todas las aventuras que tuvo su caballito blanco.
FIN librosparacompartir.wordpress.com
librosparacompartir.wordpress.com
7
librosparacompartir.wordpress.com
¿Te ha gustado este cuento? compártelo
¿Quieres leer nuevos cuentos? descárgalos gratuitamente en
librosparacompartir.wordpress.com
librosparacompartir.wordpress.com 8
librosparacompartir.wordpress.com