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FRONTERAS

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TATY ALMEIDA: HACER DOCENCIA POR LA VIDA

SORORIDAD: LUCHA POR LA LEY DE I.V.E. AÑO 4 - #8 JULIO-DICIEMBRE 2018 ARG $60 ISSN 2451-5590


SUMARIO

NOTA DE TAPA HISTORIA GRÁFICA

MAGLIO YA ES EX-ÁRBITRO MARILYN Y EL OTRO YO

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CONGELAR LOS OVULOS

ENSAYO: PISOCANÁLISIS

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LA MADRE DEL PUEBLO

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DOCENCIA POR LA VIDA

RAQUEL HERMIDA LEYENDA

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ENSAYO: PARAR LA OLLA

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EL BACKSTAGE DE MIRTHA

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ABOGADA DE LA CORREPI

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EL MIEDO

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SUDOR MARIKA, CUMBIA

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FRONTERAS

STAFF

DIRECTOR: Leonardo Murolo

DIRECCIÓN PERIODÍSTICA:

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Revista de la Licenciatura en Comunicación Social de la Universidad Nacional de Quilmes Año 4 - Número 8 Noviembre de 2018

EDITORIAL

Ximena Carreras Doallo

Por LETICIA SPINELLI

DIRECCIÓN GRÁFICA: Javier Vidal

EDICIÓN: Cora Gornitzky Mónica Rubalcaba

CONSEJO EDITORIAL: Natalia García Leonardo Mora Doldán Pablo Morosi Alejandra Pía Nicolosi Leticia Spinelli Washington Uranga

ASESOR EDITORIAL: Daniel Badenes

ADMINISTRACIÓN Y WEB: Marianela Di Marco

PARTICIPAN EN ESTE #8: Anabella Antonelli Matías Baldor Ayelén Césare Leonardo Gonzalo Diego Heredia Cristian López Clara López Pereyra Octavio Maidana Agustina Belén Sánchez Bianca Schuh Agustín Sívori

Si el resultado de tirar los dados sobre una mesa es producto únicamente del azar, una mirada rápida, al estilo zapping, por las notas que se plantean a continuación parecería dar igual impresión: una serie de eventos casuales juntaron a dos abogadas exponentes de la lucha por los derechos humanos con la “Chiqui” Legrand o bien al crudo relato del hambre, la inflación y los tarifazos junto al eterno periplo que supone el psicoanálisis citadino. Sin embargo, cuando nos permitimos darle paso al acto de comprensión lectora encontramos que la octava edición de Fronteras no es en absoluto caprichosa. Es, sin dudas y por el contrario, un fiel relato de las circunstancias y los protagonistas de una época, de nuestra época. Lugar de contradicciones, de historias de dolor y superación, de no bajar los brazos, de introspección. Todo ese territorio, tan cercano para nuestra Universidad y su gente, fue desmenuzado lúcida y dedicadamente por nuestros estudiantes y docentes en estas páginas. Así, nos topamos con Marilyn Bernasconi, quien cumple condena por doble asesinato en la Unidad 32 de Varela, en donde encontró su lugar en el mundo en la biblioteca del penal e inauguró el “Pabellón de la diversidad” junto a dos compañeras. Los retratos de Hebe de Bonafini y Taty Almeida se funden con la militancia de miles de jóvenes mujeres por la despenalización del aborto,

revelada a través de una impecable historia gráfica. Avanzando unas carillas, Carlos Maglio, ex árbitro de fútbol de primera, nos demuestra por qué fútbol y política sí van de la mano, para pasar a un viaje fascinante a los universos del psicoanálisis y del miedo, en dos ensayos sensibles e inteligentes. Las entrevistas a las abogadas María del Carmen Verdú y Raquel Hermida Leyenda, pioneras en la defensa por los derechos humanos y violencia de género respectivamente, nos demuestran cómo, con compromiso social, desde el Derecho también se puede hacer la diferencia. El imperdible backstage del programa más antiguo de la televisión argentina, lugar donde se han librado innumerables batallas sociales y culturales comparte su espacio con la historia llena de empuje y esperanza de la primer mujer de 45 años que logró convertirse en madre de mellizas gracias a una terapia realizada con sus óvulos congelados por más de una década. Para cerrar la edición, una grata sorpresa: la entrevista a Nahuel Puyaps, bajista de Sudor Marika. ¿Qué encontraremos allí? Un verdadero manifiesto acerca de la política, la libertad, los derechos humanos y la alegría. Los invito a darse una vuelta en este aparente desorden de identidades, historias y sueños. Seguramente, una vez terminado el paseo, conocerán un poquito más acerca de ustedes mismos, de nosotros.

Florencia Vallone

FRONTERAS ES UNA PUBLICACIÓN DEL ÁREA DE PRODUCCIÓN GRÁFICA DE LA LICENCIATURA EN COMUNICACIÓN SOCIAL DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE QUILMES. Editor responsable: Norberto Leonardo Murolo Roque Sáenz Peña 352, Oficina 118, Bernal, Buenos Aires, Argentina

/ISSN:2451-5590 /Contacto:revistafronteras@unq.edu.ar


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COORDENADAS

Géneros

MARILYN BERNASCONI Y EL OTRO YO

MARILYN BERNASCONI Y EL OTRO YO Mientras cumple nueve años de su condena en la unidad 32 de Varela, Marilyn cuenta su experiencia de vida. Desde la biblioteca, su lugar de trabajo y su espacio de militancia transgénero, su relato difumina la línea que separa al ser individual del ser social y a las víctimas de los victimarios.

Por OCTAVIO MAIDANA Para llegar hasta la biblioteca hay que sortear infinitas barreras, el puesto de control, la entrada al sector de las visitas, un laberíntico pasillo distribuidor, el ingreso a la escuela, todo ello acompañado por el sonido de rejas y candados que rebota contra los muros hasta hacerse ensordecedor. En la sala oscura y húmeda entre estantes repletos de libros se encuentra ella, Marilyn o él, Marcelo o todos los seres que alguna vez fue y los que será y los que irá siendo. Su voz es tenue y serena y sus silencios dicen más que las palabras y se levantan como murallas. Detrás está el vacío, su infancia a la intemperie en medio de un paisaje opresivo y hostil. Los ojos fríos de su madre aún la miran acusadores y le preguntan por qué. Ella no tiene esas respuestas, quizás esas respuestas tienen que darlas otros. -¿Estás todo el tiempo que podés acá en la biblioteca? -Sí, desde la mañana y a la tarde en el pabellón donde también trabajo, pero este ámbito es mi lugar en el mundo; de acá saco fuerzas para continuar, para no decaer en esperar en una celda que se cumpla mi condena. Los libros son su refugio, la posibilidad de ser libre, de recorrer cielos encendidos y mares azules, de aprender los

vericuetos de las leyes y de construirse una esperanza imprescindible para sobrevivir. Se define a sí misma como una soñadora. -Aprendí que la libertad no se espera, se busca y el que la quiere la busca como sea. El estudio es una herramienta fundamental para buscar la libertad. Cuando empecé a estudiar no estaba la ley de estímulo educativo (Art 140 que contempla reducción de penas para privados de la libertad que estudien), no era eso lo que me importaba, empecé a estudiar sabiendo que tenía 25 años por delante. Entre los afiches pegados en la pared se puede leer un texto escrito a mano como cosas que se olvidan en un paisaje dominado por el cemento y los muros: Decime cómo es un árbol, el canto del río cuando se cubre de pájaros… escribo a tientas el mar, el campo, el bosque, digo bosque y he perdido la geometría del árbol. Hablo por hablar de asuntos que los años me olvidaron… ¿Aún las noches se perfuman de enamorados bajo la luna o solo queda esta fosa? la luz de la cerradura y la canción de mi rosa... Está firmado por el poeta Marcos Ana quien pasó casi un cuarto de siglo en prisión durante el franquismo. Al lado otro poema firmado esta vez por Marilyn que, sin nombrarla, re-

fiere a su madre. Marilyn cuenta con convicción, sin dejar de mirar el afiche: “Siempre le escribo a ella y escribo sobre lo que pasó, es algo que me ayuda a procesar y fue tomando forma en un libro Yo soy Marilyn que se publica este año”. El hecho fatídico ocurrió en mayo de 2009, Marcelo entonces, adolescente de 18 años asesinó a su madre y a su hermano mayor. El caso tuvo enorme repercusión mediática y el fallo sin atenuantes fue de prisión perpetua. -¿Qué pensás de todo lo que viste de vos publicado en los medios? -Depende qué medios… En general, más allá de lo que publicaron, el resultado no fue tan malo. Cuando caí presa en los medios primero era “asesino, criminal, homicida, psicópata”. En el diario Hoy (La Plata) di la primera entrevista que fue de puño y letra y la publicaron tal cual: creo que pasé de tener a toda la gente en contra, a dividir aguas. No fue tan malo en eso el trabajo de los medios; si bien hay muchos que lo toman para la joda o publicaron mentiras, la idea generalizada estuvo. -En la última entrevista que diste, Ricardo Canaletti habló de tu caso y decía que te culpaba pero no te responsabilizaba de lo que ocurrió


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Marilyn cuenta su experiencia de vida desde la biblioteca del Penal de Florencio Varela. ¿Esa idea quedó? -Sí, cuando hablaba de mi historia se refería a mí como “ese pobre chico” lo que dejó una puerta abierta a que no se me juzgue de una. También es cierto, pasaron 9 años y mis respuestas cambiaron, hoy sé que tenía miles de opciones, jamás tendría que haber hecho eso, hoy parecen fáciles las respuestas… Ser pobre, ser adolescente, ser víctima de violencia familiar, ser homosexual en una comunidad pequeña, prejuiciosa y llena de rumores sellan un destino de dolor, de búsquedas desesperadas en la propia tiniebla. -Destacás mucho lo difícil que fue la vida en el campo. -La vida de campo es muy dura y para un joven homosexual el campo no te deja ser; es muy raro que queden los jóvenes, incluso con toda la descon-

fianza que te siembran, te hacen tenerle mucho miedo a la ciudad y a las cosas que pueden pasarte ahí, siendo que el campo es peor. Pero te fomentan ese miedo grande, no sé si para que la gente se quede trabajando allí, pero siempre te dicen: allá te van a matar, te van a violar, te van a drogar... -¿Lo que más padeciste es que esa vida no te dejaba ser quien eras? -No solo eso, en el campo sos un esclavo, tenés que estar con la madrugada todos los días por más que llueva o truene, no podés hacer nada fuera del trabajo y es todo el año. Con mi familia trabajábamos en un campo que era de otra persona en Oliden, una estrella entre La Plata y Brandsen, es un pueblo chico, que como todos los pueblos de la zona es una vieja estación, un lugar que quedó abandonado cuando dejó de pasar el tren. Esa fue mi vida,

conozco poco de la ciudad, apenas las afueras de La Plata. En la cárcel, explica, murió Marcelo y nació Marilyn junto a una intensa vocación de militancia por los derechos de género y diversidad. Precisamente en el lugar donde más se vulneran. -¿Dónde adquiriste esa idea de militar el género? -Nos visitan distintas organizaciones: Inadi, Rosas Azules, LGTB, pero la verdad que lo empezamos acá por varias personas que vivimos las mismas realidades, desde las cosas que entrábamos que te las destrozaban, hasta las requisas que eran totalmente degradantes. Hoy no tenemos tanta diferencia con el resto de los presos pero hay que lucharla: que te digan “no” mil veces e ir a todas las audiencias hasta que te digan “sí”.


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Géneros

FRONTERAS COORDENADAS

Marilyn en el penal dónde protagonizó el primer matrimonio igualitario (izq). Se estrenó hace semanas una pelìcula sobre su historia que lleva su nombre (der).

-¿Ser presa y travesti es remarla el doble? -Sí, el servicio penitenciario ejerce una autoridad muy machista. Para ellos no dejamos de ser “un puto”, todo lo que pidamos costará el doble, sea lo que sea, una puerta abierta en un pabellón o salir a un trabajo. -¿Sentiste discriminación? -(Duda) La sufría más afuera, acá medio que se cuidan ¿será porque soy tan conocida? (Marilyn se ríe). Pasa que hay una lucha constante de todas para que no nos pase eso, sabemos cuáles son nuestros derechos y también sabemos hacernos escuchar. -¿No es lo mismo ser homosexual en Belgrano que en Oliden o en la cárcel de Varela? -Y… en provincias como Tucumán, Salta, es común que se encuentren travestis asesinadas en las rutas; el año pasado traté de llevar ese reclamo a la convocatoria de #NiUnaMenos. Este año trataré de llevar el tema de HIV en cárceles, que acá cuesta muchísimas muertes; la atención médica es pésima y los jueces se lavan las manos hasta que estás por morir. Ahí en general te dan la libertad para que te mueras en la cama de un hospital, como pasó ya con una chica del pabellón. En su DNI sin embargo figura el nom-

bre Marcelo. “No lo cambié a pesar de la ley de identidad, porque significaría automáticamente ir a un penal de mujeres y cortar los vínculos, porque ahí tampoco convivís con otras personas sino que estás aislada o en buzones, nunca se piensa en los privados de libertad cuando se hacen las leyes”. A pesar de esto organizó un espacio al que bautizó “Pabellón de la diversidad”. -Cuando nos fuimos al Nº 11 donde hoy vivo, con dos chicas le pusimos ese nombre, también pensando en la movida que había con la identidad de género, no nos gustó llamarlo “de homosexuales”, eso está establecido desde el servicio y es horrible. -¿Qué pautas de convivencia hay? -Más que nada el respeto, respeto en todo los sentidos, no sólo en la sexualidad. Hay personas solteras, grandes, jóvenes con causas de todo tipo: conviven causas aberrantes y simples, hay personas por drogas y personas por homicidio. Y diversidad en el sentido amplio: hay chicos gays, bisexuales, heterosexuales (lo remarca), travestis... Pero hubo otro hecho que llevó su nombre a todos los diarios y canales de televisión. Protagonizó el primer matrimonio igualitario dentro de un penal, centro de las miradas y varias críticas

en relación a su entonces pareja y su pasado de violador, hecho que Marilyn afirma que desconocía. -¿Te benefició o te perjudicó esa exposición? -Pienso que dentro de la comunidad homosexual me benefició; se acercó gente de todas partes, pero para el resto de la comunidad me perjudicó porque se ocuparon de la causa de él. Me lo preguntaron: yo no conocía la causa, pero tampoco voy a juzgarla, más estando acá adentro y con mi historia. Cuando conocés a una persona no le estás preguntando qué hiciste en el pasado, yo al menos no lo hago. Después me enteré... el amor es ciego, dicen. Pero más allá de todo lo feo que se publicó, para una parte de la sociedad sirvió, para mostrarles esto del adentro. El matrimonio duró poco y hoy convive en la celda con su pareja actual, Roberto, a quien define como un gran compañero y otro soñador: “Es un chico mayor que yo pero con un espíritu más joven que el mío, ojo está madurando”, indica entre risas. -¿Por qué te llamás Marilyn? -Yo iba a los carnavales en el pueblo y me vestía de mujer y bailaba en la carroza; era 2007 y sonaba el grupo Marilyn de cumbia y tenía una canción,


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jueces relean el juicio; me dicen que lo mínimo que puede estar son 5 años: obvio no pierdo las esperanzas. -¿Se tuvo en cuenta el tema de tu corta edad? -Fue algo que se debatió en el juicio, dónde está el límite entre un niño y una persona adulta. Es una brecha muy ambigua, ¿uno puede ser un homicida consciente de sus actos a esa edad? Siendo que no fue algo premeditado, fue algo de un momento límite.

“Oh Marilyn”. Me cantaban ese tema cuando iba por la calle; al principio me ofendía mucho, pero después me di cuenta que ya no gritaban “Marcelo el puto”. Y cuando llegué acá y empecé a travestirme tenía que elegir un nombre. ¿Y qué nombre? Marilyn. Ella recorre su vida sombra a sombra en toda su orfandad, evoca a una madre y a un hermano a quienes todavía no aprendió a perder y los regresa del odio. -Yo siempre fui el hijo de papá, como mi hermano el hijo de mamá, lo compinche que no fui con mi hermano lo fui con papá, era mi sostén. Todo se terminó cuando falleció, yo tenía 17 años. -¿Con tu mamá la relación siempre fue difícil? -Siempre fue una persona muy fría conmigo, no tanto con mi hermano, pero siempre tuvimos una relación difícil. También tengo mis tíos que me llaman Marcelo (nunca aceptarán que soy Marilyn) y me hablan con cariño, no juzgan lo que hice pero sí juzgan lo que soy, están más preocupados por mi sexualidad que por todo lo demás. Eso fue desde el primer momento, es algo que me asombró: la primera vez que hablamos después del crimen me dijeron que esperaban un final así…. -¿Pensás que esto se podría haber evitado?

-Sí, seguro, me tendría que haber ido de casa, conseguir un trabajo. -¿Tenés alguna expectativa de salir antes de los 25 años que te dieron de condena? -Yo creo que me enfrenté a un juicio oral y público a los 18 años en el que los tres jueces juzgaron los hechos sin prestar mucha atención a las causas. En realidad están para eso, para juzgar los hechos y no lo que llevó a eso, pero se presentó mucha evidencia sobre el maltrato que sufrí. Eso está, están las cartas, los testimonios de los vecinos que conocían la situación; los psicólogos dijeron que la situación familiar había llegado a un extremo donde eran ellos o yo, o mataba o me suicidaba y los psiquiatras opinaron que en mi cabeza hubo una intensa emoción; no pudieron precisarla, pero sí aseguraron que durante el período hubo una laguna en la que tuve pérdida de conocimiento y conciencia, aunque no en todo momento. Después del tribunal oral que me dio 25 años a prisión perpetua, pasé a Casación que me contestó en tiempo récord de un año, dejándome con lo mismo. Apelé y pasé a la Corte de Provincia que con todos los presos hace lo mismo; avala a Casación. Hace tres años que estoy en la Corte de Nación y espero que los

El diálogo es a menudo interrumpido por estudiantes o docentes que llegan a la biblioteca con consultas académicas o administrativas. Marilyn se sonríe cuando le dicen que maneja la escuela. -¿Pensás seguir estudiando? -Está entre mis proyectos estudiar derecho o periodismo, pero está muy difícil, este penal no tiene centro, ni pabellón universitario, para ir al de al lado es muy difícil que te saquen a estudiar; es difícil para el preso de población, imaginate para una travesti. Si lo planteo en el tribunal me mandan a un pabellón homosexual en Sierra Chica, ya estuve ahí y es inhumano. -¿Cómo te imaginás el día que salgas? -Lo primero que haré es ir al cementerio del pueblo a visitar a mi madre y mi hermano; es difícil de entender pero hay una parte de mí que siente que esto nunca pasó. Ella narra innumerables situaciones que tuvo que atravesar en prisión, aún habiendo superado muchos de sus miedos sin perder la perspectiva del lugar donde está: “Hoy tengo un solo miedo y es no salir con vida de la cárcel”. Su historia fue llevada al cine a través de una ficción dirigida por Martín Rodríguez Redondo con el título “Marilyn”, que se estrenó en octubre de este año. Quedan muchas preguntas repicando: dónde está la punta del ovillo, si Marilyn se inventa un sol cada mañana, si se prueba otros nombres y otros cuerpos y se confunde con el prójimo en el dolor, la ambigüedad entre el bien y el mal, dónde está la verdad y la justicia. Quizás sus muertos (incluído Marcelo) florezcan en ella, redimidos.


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PERFILES HEBE DE BONAFINI EN LA UNQ

LA MADRE DEL PUEBLO “La patria es el otro no tiene que ser un slogan, sino una realidad”. La mujer que expresa estas palabras, contundentes y precisas, es Hebe de Bonafini, quien, en momentos en que pelear por el ejercicio de los derechos humanos es fundamental, nos llama a construir un país más igualitario. Una vez más, en el marco de la firma de un Convenio entre Madres de Plaza de Mayo y la Universidad Nacional de Quilmes, ella es protagonista clave en el proceso de construcción de la Memoria y la continua búsqueda por la Verdad y la Justicia. Tal como se hace explícito en la página de la Asociación de Madres, dicho Convenio implica que ambas partes firmantes se comprometen a “desarrollar actividades de cooperación académica en temas sobre los Derechos Humanos, Historia, Comunicación, Derecho, Medio ambiente, así como todo intercambio recíproco y asistencia en sus respectivos campos y áreas de interés”. Además, la Presidenta de la Asociación donó a la UNQ una colección del Periódico de las Madres: “Los diarios los van a llevar a la biblioteca, pero también me gustaría

Por FLORENCIA VALLONE Fotos NATALIA GARCÍA

que los/as estudiantes los tiren en el piso, que los lean, los miren, los usen, que los manoseen, no que estén parados en un estante”, dijo en una entrevista que se formuló desde el noticiero de UNQtv, el Programa de producción televisiva de la Universidad. Todos/as conocemos la faceta que Hebe deja ver como referente de Madres de Plaza de Mayo y representante para tantos organismos de derechos humanos. Sin embargo, ella también es esa mujer que hace apenas unas semanas atrás cocinó desde la mañana temprano lentejas con chocolate para 300 personas en la Asociación que comparte con sus compañeras de lucha, receta mexicana que prepara hace años, tal como cuenta. Es que el frío se acercaba y de lo que se trataba era de dar una vuelta de tuerca y conseguir los fondos necesarios para comprar una carpa que las cobije en esa Plaza en la que desde hace 41 años las podemos encontrar. Hebe, mediante pequeñas y enormes prácticas, demuestra ser una luchadora incansable de grandes batallas. Ella llama a estar en la calle y debemos escucharla. “Todos tenemos


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LA VISITA Hebe de Bonafini, en nombre de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, firmó un convenio con la Universidad Nacional de Quilmes a fin de colaborar mutuamente en actividades académicas sobre derechos humanos, historia, comunicación, derecho, medio ambiente y otras temáticas de recíproco interés. En ese contexto las Madres de Plaza de Mayo donaron algunas de las históricas baldosas pintadas con el pañuelo símbolo de las Madres, así como una colección del Periódico de la Asociación.

la obligación de hacer algo. La revolución hay que realizarla cada mañana cuando nos levantamos. A los pueblos nos toca hacer lo imposible”, dice con firmeza. Prestarle atención significa no hacer oídos sordos frente una Madre que, en contextos difíciles como el que atravesamos, nos propone “ir a los barrios, aprender cuando un pibe necesita más comida o una simple caricia”. De lo que se trata, como Hebe pretende hacernos reflexionar, es de mirar lo que molesta y decir lo que incomoda a tantos funcionarios del gobierno actual. “No podrán con nosotras. Seguiremos en la lucha por la patria con la que soñaron nuestros hijos”, retruca. Ante injusticias sociales

la comodidad no es una opción: “La política es todo lo que hacemos. Es fundamental la conciencia de clase. No es posible que cierre una fábrica y no haya nadie afuera que acompañe. Entonces, dejemos de estar sentados protestando, tratemos de juntarnos para formar grupos y trabajar en las villas más desprotegidas. Hasta que a uno no le duele es difícil que luche por el otro. Si queremos una patria mejor, hagamos algo todos. La defensa de la vida no son sólo escritos o derechos, es también poner el cuerpo en cada momento”. Escuchémosla y que sus 41 años “pariendo memoria y futuro” nos sirvan para construir un país más justo.


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FRONTERAS ENCRUCIJADAS

PARAR LA OLLA Aumentos siderales. Recorte a jubilados. Sueldos que no alcanzan. Tarifas que no se retrotraen, aunque un país entero lo pida y todo un congreso lo vote. Un veto que arrasa con la posibilidad de que la soga no dé una vuelta más sobre nuestro cuello.

Por ANABELLA ANTONELLI

“Sincerar las tarifas” y la soga da su primera vuelta. Los incrementos son casi del mil por ciento. Sube el gas, la luz y el agua. Se nos estruja el bolsillo. También el transporte y la SUBE lleva más dinero encima que nuestra billetera. En 2016 se decía que el tarifazo podía ser gradual o de shock: los que nos gobiernan, quienes nunca se tomaron un bondi, eligieron la última. Mucho antes de la reforma jubilatoria y de su propia jubilación, Raúl abrió su negocio de pizzas y empanadas en Bernal centro. La ecuación daba perfecto: cerquita de una universidad pública, una escuela técnica y una estación de tren. Buenos precios y un lugar muy transitado. La esquina de Sáenz Peña y Crámer era la elegida. Un caserón viejo, que aún conserva la fachada. “Lo de Lola”, se llama. Un nombre sin relevancia para quienes pasan por allí, ya que nadie lo asocia rápidamente. Pero si se lo reconoce con facilidad entre sus comensales y transeúntes como “el de las

pizzas baratas y las promociones”. Desde la vereda y al cruzar la puerta lo primero que sentís es el olor de la masa horneándose. Esa mezcla de harina y levadura, que uno no sabe si es pan o pizza pero el estómago enseguida se abre. Un mostrador alto, de frente a la puerta. Allí, como todos los días, está Raúl de 68 años, quien como se ubica bastante lejos del calor del horno atiende con gorrito y campera de polar “porque está fría la esquina”. Sonríe y acentúa sus arrugas. Mostrador de por medio comenzamos a charlar sobre el negocio, sobre los chicos de la escuela técnica que comen allí, sus reacciones de adolescentes y de cuánto lo hacen divertir. Entonces, casi sin querer entrometerme, me animo a preguntarle sobre la suba de las tarifas. Su cara me lo dijo todo. Aún con su sonrisa característica se le pudo ver la soga al cuello. El también la sentía y como si un nudo se desatara, con

paciencia pero rapidito me contestó: “Sí, obvio que afectó y muy duro. La luz pasó de $2.000 a $10.000, el gas de $400 a $2.000 y el alquiler un 30 por ciento anual. Nos afecta a todos, desde hace años pasa. Supongo que el sistema está diseñado de esta manera: un poco de respiro y después a la lucha de nuevo.” *** Pero no solo es la soga de Raúl la que se ve. Hay una para cada uno. A una cuadra del negocio de Raúl está la estación de Bernal. Esa cuadra hay que caminarla muy atento los días de lluvia porque siempre alguna baldosa floja hace que te lleves agua en los zapatos. ¿Por qué no arreglan estas veredas? con agua en los zapatos llego a la estación. Ahí esta Alejandro. Un personaje único que una vez por semana visita la ciudad, ya que hace un programa de radio con amigos. “De Claypole a Bernal sin escalas”, me dice. Lleva puesto un sombrero


FRONTERAS ENCRUCIJADAS

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“Tengo que aportar más de mi sueldo a la subsistencia. Tengo que pagar más de luz, de gas y cobro lo mismo. Al no verse reflejado el aumento en mi sueldo pero sí en los precios, me cuesta cada vez más cubrir las cosas básicas y más aún darme algún gustito”

a lo tanguero, una campera de jean, un pantalón de obrero y unas Topper. Es docente de plástica, conductor de radio, papá de dos niños. Un conjunto de oficios y una particular forma de vestirse. No tarda en contarme que el sueldo docente se estancó y que los productos de consumo diario y los servicios aumentaron demasiado. “Tengo que aportar más de mi sueldo a la subsistencia. Tengo que pagar más de luz, de gas y cobro lo mismo. Al no verse reflejado el aumento en mi sueldo pero sí en los precios, me cuesta cada vez

más cubrir las cosas básicas y más aún darme algún gustito”. Su ámbito de trabajo es la escuela pública. Reflexiona sin merodeo sobre su defensa y me invita a pensar sobre la importancia de la educación en momentos donde la “guita no alcanza”: “Las familias están cada vez más complicadas a nivel económico, y por ende se precarizan también los lazos afectivos. En general, la escuela absorbe todas esas problemáticas: las económicas y emocionales. Yo veo un progresivo deterioro a causa de las políticas de Estado con

respecto a la educación. Si bien diversos gobiernos atacaron a la educación, éste lo hace con más virulencia en todos los niveles.” *** Ramal Roca a Varela: la ciudad de las contradicciones. Distrito donde se cortan sistemáticamente los servicios, que casi no tiene cloacas, pero cuyo intendente vive en Puerto Madero. Que tiene una gran fuente de agua en su entrada pero no todos sus habitantes tienen agua en las casas. Acá también


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FRONTERAS ENCRUCIJADAS

“Cruzo una especie de tranquera y se abre ante mis ojos una isla hermosa entre tanta injusticia. Un barrio realizado por el Frente de Organizaciones en Lucha”

los tarifazos duelen. Y créanme que bastante. De la estación son 40 minutos más en el 148, el Halcón de Varela. Un viaje rodeada de niños, de música y de caras cansadas. La indicación que tengo es poco clara: después de pasar el camping de los camioneros, dos paradas más. Bajo. Cruzo una avenida enorme, con palmeras a lo Miami Beach. Tardo un segundo más en encontrar la próxima contradicción, algo así como tres pasos. El paisaje cambia. Callecitas de tierra. Zanjas. Pastos altos. Una

fábrica medio destartalada y un paredón enorme. Pero detrás del paredón la cosa muta. Casitas iguales. De distintos colores. Sin medianeras. Cruzo una especie de tranquera y se abre ante mis ojos una isla hermosa entre tanta injusticia. Un barrio realizado por el Frente de Organizaciones en Lucha. Un movimiento de desocupados, que se conforma en su mayoría por madres solteras con hijos. “Que la sobrellevamos organizadas. Peleamos entre todas.” me aclara Eli, entre mates calentitos. Ella es mamá de tres hijos. Soltera. En sus manos se

pueden ver sus años de trabajo. Su oficio es ser albañila, sin título pero con expertiz. “Me hice en la obra”, aclara con vehemencia. Hablar de la vida con ella es una experiencia inigualable: humilde, concreta y una contagiadora nata de por qué nunca hay que darse por vencido. Saca cuentas mentales. Enumera con los dedos. Me mira y me dice: “Pago más de mil pesos de luz por mes, ni hablar de la garrafa que está entre 550 o 600 pesos. Una familia normal usa una garrafa al mes.” Sus ojos negros se pierden, piensa, se frota las manos.


FRONTERAS ENCRUCIJADAS

“La verdad que nos afecta más todavía a nosotros. Muy mal nos afecta. Al ser parte del sector que no puede entrar en el mercado laboral formal que pide este sistema, tenemos un sueldo por debajo de la línea de indigencia. No llegamos ni a indigentes. Cobramos 4750 pesos por mes”. Nos indignamos. Juntas. Hacemos silencio. Ambas envueltas en la amarga sensación de injusticia. Ella trabaja, todos los días, de lunes a viernes en una cuadrilla. No llega a fin de mes, la soga a su cuello da más de dos vuel-

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tas. “Todos tenemos que hacer un esfuerzo”, dice Mauricio Macri en los medios. ¿Sabrá él de esfuerzos? ¿Cuáles son los que él hace? A base de esfuerzos, Eli y sus compañeras trabajan a sol y sombra para llegar a fin de mes. “Los requisitos básicos que necesitamos nosotros no los llegamos a cubrir. Por eso vivimos, bah… sobrevivimos, en base a la organización y la lucha más que nada. Tratar de generar recursos como merenderos, comedores comunitarios como para que tengamos para llevar cada

día a la casa algo caliente para comer y que no se sienta tanto. Lo único que nos queda es seguir peleando para pasarla un poco mejor.” *** Historias de vida. Historias de lucha que, por ahora, sólo se unen en este papel. A todas les sobra mes a fin de sueldo. Sin embargo, no dejan que la soga los ahogue, por más vueltas que ésta tenga. Se trata siempre de pelearla, parar la olla y seguir.


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Medios

COORDENADAS FRONTERAS

E D E G A T S K C A B EL Por AGUSTÍN SIVORI

Desde mediados del siglo pasado “Almorzando con Mirtha Legrand” se emite todos los años casi sin excepciones. Es el programa más antiguo de la historia de la televisión internacional conducido por una persona. Cuenta con 39 temporadas y 7054 episodios que se incrementan. ¿Cómo logra mantenerse tanto tiempo vigente? Además de ser considerado uno de los programas más vistos de la televisión argentina, promedia los 10 puntos de rating por jornada. Con su estilo talk show que nunca modificó, Mirtha Legrand no sólo estuvo en los hogares argentinos sino también en los países hermanos de Uruguay y Paraguay. Su primera emisión fue en 1968, en el canal 9 dirigido por Alejandro Romay. Luego estuvo presente en ATC (1980-1983 / 1990), también en ese canal, años más tarde cuando se llamó Canal 7, en América TV (19992000 y 2003-2011/2013) y en Canal 13 (1976-1980). En éste último se encuentra desde 2014. Es domingo, un amigo me comenta que consiguió un contacto para que podamos ir a presenciar el detrás de escena de “Almorzando con Mirtha Legrand”, y aquí estamos. Con la ne-

“LA C cesidad imperiosa de observar hasta el mínimo detalle llegamos 45 minutos antes de que empiece el programa. El estudio mayor queda en Palermo Hollywood, lugar donde están muchas de las productoras del país, y allí nos recibe Jimena, una de las integrantes de la producción: “Pasen chicos, miren todo lo que tengan que mirar y después esperen afuera”. El estudio es una inmensidad. La utilería y los cables rellenan todo el espacio negro y oscuro que hay, decido hacer la vista gorda a eso y enfocarme en lo que de verdad im-

porta: el escenario. Es un rectángulo de 4x7m2 dividido de manera imaginaria en tres partes: en la primera está la mesa donde almuerzan los invitados, adornada en exceso y con las luces que lo enfocan, en las dos puntas de la mesa hay dos cámaras encargadas de ponchar cada cara de los invitados situados a los laterales. En el medio observo la cámara grúa y dos pantallas que reflejan lo que se emite. Y por último, en la otra punta, está el escritorio donde la Chiqui hace sus habituales presentaciones, rodeada de flores y fotos históricas


FRONTERAS COORDENADAS

Medios

E MIRTHA

CHIQUI” que contextualizan a cada persona que quiera saber desde cuándo Mirtha está en la televisión. Cinco minutos antes de que las cámaras tengan la luz roja, veo que los invitados llegan de a poco. Ignacio González Prieto, Guillermo Dietrich, Alfredo Leuco, Diana Cohen Agrest, Sandra Arroyo Salgado y la Hermana Martha Pelloni esperan afuera del escenario, así que decido acercarme a hablar con uno de ellos: “La producción te llama el martes, primero te pregunta si podés ir y luego te da a elegir el día, si el sábado a la noche

o el domingo al mediodía”, me cuenta Ignacio González Prieto, periodista de TN. “Ésta es la cuarta vez que vengo, la producción te comenta de que hablarás y una vez que ya están todos los invitados confirmados a Mirtha [Legrand] le entregan todas las preguntas e información de cada uno”, agrega González Prieto. Siempre quise saber si es cierto que imponen temas ¿Hay bajada de línea?, le pregunto. “No, de ningún tipo, yo vengo y hablo con total naturalidad y de lo que quiero, si alguien me pone condiciones en la previa directamen-

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te no vengo”, cerró el periodista. La charla es entretenida pero desde un alto parlante notificaron que en 30 segundos salían al aire. No somos los únicos extraños en ese lugar, al lado nuestro hay otro grupo de personas, son unos 5 fanáticos, que están expectantes por que comience el show. Impacientes, caminan de acá para allá y buscan que llegue la hora de ver a la conductora. Al instante aparece Mirtha Legrand con su vestido color turquesa, se posiciona en la entrada de la escenografía, con una mirada panóptica mira todo a su alrededor y saluda con calidez a sus “fans”. La clásica música introductoria empieza a sonar. La locutora, por su parte, termina de hacer el calentamiento de la voz mientras que el cheff y la ayudante acomodan los platos en un carrito metálico. Gritan “AIRE” desde la sala de control, la cámara grúa hace un paneo hacia las fotos de decoración que hay sobre el escritorio y termina su recorrido con la imagen de la Chiqui que ingresa al escenario. Los fanáticos imponen su presencia con aplausos. Luego de la presentación, en el corte, los invitados son acomodados en sus lugares en la mesa. A la vuelta al aire, la locutora comienza a vender las famosas joyas Leiva y presenta a los invitados uno por uno. Después de terminar con su tarea, se retira a tomar un café y en las próximas 3 horas se la vuelve a ver hasta el final del programa, cuando tiene que despedirse. Los gajes del oficio de locutor. La maître, junto con el cheff se posicionan frente a cámara y presentan el plato del día, que se le sirve de inmediato a cada invitado. El tiempo pasa y nadie se atreve a siquiera probar un bocado. Por dentro siento impotencia, es un sentimiento que la mayoría siente cada vez que sucede eso. Los que sí saborean son los productores y camarógrafos, que aprovechan el corte, se acercan al carrito y picotean lo primero que encuentran, algo para distenderse un poco después de tanto trabajo. Mientras seguimos en el corte, la conductora agradece a todos (invitados y equipo de trabajo) por ser parte del “programa más visto de la televisión argentina, es una verda-


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dadera mesaza”. Por cucaracha le pasan el dato de los puntos de rating que tiene, ahora más pendientes que nunca después de que la competencia, Telefé, inició su propio talk show: “PH: Podemos Hablar” con Andy Kusnetzoff. Aprovecho para acercarme a Ignacio González Prieto y preguntarle sobre un mito que circula: -¿Es cierto que Mirtha cambia las preguntas acorde a sus necesidades? -Si, es una mujer muy informada, además de tener sus machetes, en la semana lee por separado el trabajo que cada uno de nosotros realizamos para poder, como decís, cambiar las preguntas. Igual te das cuenta cuando a ella le cae mal o bien una persona, no tiene filtro. Por suerte, conmigo se lleva bien, ja. No quise dejar de pasar la oportunidad de preguntarle eso a uno de sus invitados ya que hace poco, Natacha Jaitt, fue una de las que ocupó un lugar en la mesa. La pongo a ella de

FRONTERAS

ejemplo porque es uno de los programas que más revuelo causó, se emitió en el horario de la noche por la competencia con PH. En esa ocasión, Natacha Jaitt comenzó a acusar a personas supuestamente implicadas en el caso que ocurrió en la pensión del Club Atlético Independiente. Mirtha, junto con su equipo de producción no desaprovecharon el contexto y buscaron ganar unos puntos más de rating. El accionar de Jaitt no fue frenado e incluso la conductora, mediante las preguntas, buscó la participación del resto de los integrantes. Aplausos extras se llevan la lucidez mental que tiene la Chiqui. A sus 90 años, la capacidad de recordar y hablar es increíble. La experiencia de presenciar el backstage confirmó el mito del que todos hablan: “A Mirtha o se la quiere o se la odia, pero no hay grises”, dice Jimena. Y es cierto, la teoría se confirma con los dos polos opuestos que observamos en

el estudio. Por un lado, la confirman esos fanáticos que estaban tras bambalinas y festejaban todo lo que comentaba y/o hacía. Por el otro, su equipo de trabajo. Previo a terminar el programa, la Chiqui se lamentó por el final de esa emisión y anunció la programación venidera, el partido de San Lorenzo frente a Racing. Los camarógrafos, susurran con ironía: “Uh, ¡qué pena!”. Son el vivo reflejo de los obreros que trabajan a destajo para su jefe. Son tres horas tediosas para cada camarógrafo, sus caras lo dicen todo. El estar parados y ponchar de modo constante las caras de los invitados es intenso y aburrido. Lo único que quieren es que se termine cuanto antes. Segundos antes de que la cámara se apague, Mirtha vuelve a agradecer la labor de todos y cierra: “Lo que no es, puede llegar a ser… Como te ven te tratan y si te ven mal… ¡te maltratan!”.


FRONTERAS COORDENADAS

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CARLOS MAGLIO , EX ÁRBITRO

“MACRI ESPERABA EL MUNDIAL PARA QUE DEJEN DE PEGARLE” El ex referee habla de todo. Mezcla política con fútbol, explica puntos inconclusos del deporte más popular del país. Tapia, Macri, la selección y otros temas en primera persona.

Por DIEGO HEREDIA

El fútbol es el deporte más convocante del país, mueve multitudes, mantiene en vilo a gran parte de la población y da ingresos estratosféricos. Pero también tiene su costado oscuro, genera violencia y una crítica feroz de parte de los hinchas y el periodismo. Y quienes están toda su carrera en la mira de la crítica despiadada son los

árbitros. A estos personajes les queda bien el traje de villano. Carlos Maglio, uno de los árbitros más espigados de la historia del fútbol argentino (mide 201 cm), es palabra autorizada para hablar de la actualidad de este deporte, y de la política que lo rodea. Sentencia a menudo que el fútbol es mucho más que fútbol, “es

todo política”. Su deseo es que los dirigentes estén a la altura. Tanto los de la AFA como los del país. Maglio es árbitro desde 1993, empezó su carrera en el ascenso, subió de categoría con el pasar de los años hasta que en junio de 2004, comenzó una larga carrera en primera. Su debut fue en un Lanús - Arsenal. Luego de una


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COORDENADAS FRONTERAS

CARLOS MAGLIO , EX ÁRBITRO Maglio discute con Joel Carli en su último encuentro dirigido, un Quilmes-Lanús de febrero de 2015

década y más de 300 partidos en primera, decidió retirarse en febrero de 2015 en un Quilmes – Lanús. Una vez concluida su carrera se desempeñó en “Relaciones Públicas para árbitros internacionales”, en la AFA. Hoy trabaja en CLAM, una empresa que alquila fletes y autoelevadores. -¿Cómo convivías con el insulto? -Y... en la calle por lo menos no tuve ningún problema. Por ahí te decían algo pero te lo tomás con humor. Uno solo me agredió y lo corrí dos cuadras. Cuando me dicen algo, les digo “¿sabés también cuánto le di a tu equi-

po?” y los callaba. Y en la cancha te acostumbrás, cuando empecé en AFA dirigía los partidos infantiles en GEBA, y ahí me quería pelear con todos los padres puteadores. Me agarra entonces mi profesor Claudio Busca, y me dice “a usted cuando lo insulte toda una cancha, ¿se meterá a la tribuna?” y eso me quedó. Entonces aprendés que es parte del juego. -¿Cómo ves el arbitraje en Argentina? -Es complicado comparar el arbitraje argentino con otro porque son diferentes las culturas. Y el fútbol no es una isla, está inmerso en la sociedad.

Ahora cambiaron las cosas, la sociedad mutó; yo lo notaba en lo último de mi carrera, no los entendía a los más jóvenes. Venía Centurión y te decía “Eh amigo qué cobrás” y no sabés si te falta el respeto, te protesta o, en realidad, no te dijo nada. Tenés que tener olfato, experiencia, porque el árbitro de escritorio no sirve. Con el “Turco” García [ex árbitro] decíamos que los mejores árbitros están acá, porque no hay jugador más quejoso que el argentino. -¿Y por qué crees que Argentina tiene esa manera de vivir el fútbol?


FRONTERAS COORDENADAS

-Eso está en la sangre (sonríe), nosotros en su mayoría descendemos de italianos y españoles, y esto era el deporte más barato, la proporción era un millón a una de los jugadores de fútbol y jugadores de tenis ¿Quién jugaría al tenis o al rugby en esa época, con lo caro que era asociarte a un club? Esto es más simple, me acuerdo que metía diario en una media, lo ataba y ya teníamos pelota; o agarrás dos buzos y te hacés un arco. El fútbol influye. Me acuerdo que dirigí un Boca-Argentinos en cancha de Boca, ganó Argentinos 1-0 con un gol dudoso. Al otro día, como vivía en Paternal, me agarra el del puesto del diario y me dice: “Estoy contento como hincha, como quiosquero te quiero matar, no vendí ni diez diarios”. Fijate el alcance que tiene el fútbol. Hasta los gobiernos en sí. Macri esperó el Mundial para que dejaran de pegarle. Menem decía: “Paremos lo que sea pero no paremos el fútbol”. -Ya que hablamos de política, ¿Cómo analizás la gestión Tapia? -Y, Chiqui apareció justo. El gran error de Grondona fue creerse inmortal y no preparar un sucesor. Murió Don Julio y la AFA la agarró Luis Segura, que es un tipazo, pero no tiene carácter. Entonces Tapia fue más vivo, la jugó de callado, y estaba preparado desde la

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conducción gremial, tuvo mucha ayuda de Moyano. El pensó “si vale igual el voto de Boca que el de El Porvenir,

El fútbol no es una isla, está inmerso en la sociedad (...) los mejores árbitros están acá, porque no hay jugador más quejoso que el argentino. Boca a cambio de un voto me pediría ser campeón mundial, y quizá El Porvenir me pide 10 conos y 4 pelotas.”

Entonces buscó quórum en el ascenso. Y además se rodeó con la gente indicada, su mano derecha es Diego Turnes, que fue vicepresidente de River. En mi caso, me fui de AFA cuando estaba la Comisión Normalizadora con Armando Pérez. Un día me llamaron a mí y a otros diez, y nos dijeron que lo que hacíamos no lo haríamos mas. En mi caso me senté, arreglamos número y me fui. Además no estaba muy de acuerdo con la gestión de Pérez. Después me ofrecieron ser instructor arbitral, pero no me sale eso. No sé cómo decirle a un estudiante “no subirás nunca a primera”.


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FRONTERAS COORDENADAS

Salud

ENSAYO

UN PASEO PSICOANALÍTICO Por CRISTIAN LÓPEZ

El chirrido del metal en fricción encuentra su rebote en las paredes y me saca de la distracción momentánea. Es el anuncio de la estación esperada y tengo que esforzarme para escurrirme entre todas las personas que obstaculizan mi salida. Al rato piso la línea amarilla, luego zona gris para flotar en una escalera mecánica que me devuelve a la luz. El barrio de Balvanera de a poco se despide del día. Acaso habrá sido un día agitado de tránsito incansable, camiones con telas y negocios que venden al por mayor. Cuando a las 18.15 bajan el pulso de la actividad, toco el timbre del 3ero A; los segundos me devuelven una voz aguda y femenina: “¿Está abierto? Subí”. El pasillo termina en un ascensor viejo con rejas tijera, de esos que pelean a la modernidad con la nostalgia tanguera que poseen edificios de Buenos Aires. El interior de la caja enrejada está decorado con un espejo que se levanta desde el piso hasta el techo, lo uso para examinar mi aspecto antes de golpear la puerta de mi analista. Estoy despeinado. Meto los dedos entre mi cabello y hago movimientos locos, no resuelvo nada. El ascensor ya se detuvo. Es el día que cumplo dos años de análisis: muchas sesiones de angustias, una en la que lloré, y cinco a las que falté sin aviso.

-Hola Cristian ¿Cómo estás? Pasá y ponete cómodo. Siempre repite esto último. Una vez le dije que eso me parecía una provocación, ya que nunca me había sentido del todo cómodo en análisis. A lo que me respondió “formula que funciona se repite…” Decir que Buenos Aires es la capital del psicoanálisis resulta un cliché. Sin embargo, es muy difícil desarmar ese postulado frente a las evidencias abrumadoras. Esta ciudad posee un psicólogo cada 120 habitantes. La mitad de los porteños hicieron terapia al menos una vez. Y a pesar de la oferta creciente en terapias cortas, como las cognitivas o conductuales, la mayoría de los argentinos eligen el psicoanálisis. Entro al consultorio, me recuesto en el diván y espero a que la analista se acomode en el sillón que está justo detrás de mí. La ubicación de ambos, que en otras circunstancias podría parecer de negación o desencuentro, dibuja y construye una relación de confidencia. Una fotografía de la técnica que el neurólogo austríaco Sigmund Freud fundó alrededor de 1896. Antes de incorporar el diván a las sesiones experimentó con distintos recursos, desde masajes hasta baños terapéuticos, todos ellos abandonados ante la falta de evidencia de que fuera exitoso con sus pacientes.

-Este es tu espacio, sabés que podés decir lo que quieras, pero para arrancarle una palabra a la angustia tenés que pelear. Hice silencio, no me pareció del todo inteligente el comentario, pero sí provocador. Y como el analista tiene una economía de la palabra que respeta a rajatabla, a veces resulta más peleador que el desarmado paciente. Luego comenté que tuve un sueño en donde jugaba al fútbol con amigos sin rostro, además, en este mismo sueño, se desataba una pelea y una chica de un bello rostro me salvaba de todo ese mar de corridas y desesperación. Silencio. -Y bueno… ¿Qué asociás a esas imágenes? Freud no incorporó el diván hasta descubrir que los sueños y la técnica de asociación libre eran útiles para armar los mensajes del inconsciente. Terreno fértil de represiones y resistencia inagotable pero con una debilidad por las sublimaciones. El lenguaje, entonces, nos dice, nos habla en nombre del inconsciente. El diván creó un ambiente que permitía al paciente tener confianza y así poder explorar sus pensamientos al tiempo que ofrecer material crudo al psicoanalista. El mueble sobre el que estoy acostado es cómodo, revestido con una tela de dibujos, y su forma deja en armonía


FRONTERAS mi espalda y piernas. Dos años atrás me presenté al consultorio, algo contrariado, tuve tres entrevistas cara a cara para determinar si comenzaba o no. Tenía curiosidad por esta técnica que fue abandonada en la mayoría de los países donde alguna vez tuvo auge. El argentino, sin embargo, habla con cierta naturalidad de su análisis, no es tabú. El presidente de la Nación Mauricio Macri ante la pregunta de un periodista sobre la relación con su padre respondió “tendré que hablarlo con mi psicoanalista”. El recorrido de esta disciplina en el país también se evidencia en la cotidianeidad; no es raro escuchar términos como acto fallido, inconsciente o histeria en las conversaciones de café. Nos presentamos, desplegué mis argumentos, ella escuchó. Luego desarmó cada una de mis palabras y me aclaró que no trabaja con terapias cortas. Aquí, parece que el tiempo no pierde la productividad pero sí la certeza. La aclaración no es antojadiza. En Argentina desde hace años crece la oferta de terapias focalizadas. Todas ellas se mueven al calor de la demanda que generan las obras sociales y prepagas que cubren solo 30 sesiones por año. A pesar de todo esto, el 40% elige la terapia psicoanalítica. Esto configura un fenómeno particular que no tiene comparación en el mundo. Ya en el cuarto encuentro me invitó a recostarme para comenzar. Las entrevistas se marcharon para dar lugar a las sesiones psicoanalíticas. El sueño había sido angustiante de principio a fin, esa madrugada me

21 había despertado ahogado y me recompuse luego de breves instantes. Lo asociaba a un vago recuerdo de la infancia, una pelea entre compañeros de escuela producto de un partido de fútbol acalorado. Es impreciso el recuerdo y de seguro la pasé mal, pero no tengo noticias de mi participación en aquel evento. Silencio durante segundos. -Dijiste que no tenés noticias de tu participación ¿No encontrás en esa afirmación algo contradictorio? La psicoanalista que está detrás de mí lanza la pregunta y se recluye en el mutismo otra vez. Imagino que mira el reloj que tiene sobre una mesita. La lámpara de luz tenue proyecta sobre una pared su silueta quieta. Es una profesional egresada de la Universidad de Buenos Aires. Allí no fue la excepción sino la regla. La carrera de Psicología es una de las más elegidas por las mujeres y en donde tienen mayor índice de graduación por sobre los hombres. Pero también son mayoría de este lado del mostrador. Las mujeres son las que más piden ayuda profesional y se animan a exteriorizar sus emociones, angustias y problemáticas con soltura. Hago un esfuerzo y trato de reconstruir el recuerdo que me provocó el sueño. Cierro los ojos y pienso. Pude dar con el recuerdo completo. Edad: siete años; fútbol con amigos. Había barro y era de tarde. Un forcejeo en busca de la pelota, una disputa normal en el juego me hizo perder el equilibrio. Estaba en el suelo cuando un amigo se cae encima de mi brazo. Me angustio en el relato. El próximo recuerdo que asocio es un

revuelo en la cancha, hospital y un yeso en todo mi brazo izquierdo. Esa vez, el partido no se había terminado por el cansancio, si no por un hueso quebrado. Por casi un año no volví a tocar una pelota. -Faltan dos minutos, estás en tiempo de descuento. El chiste futbolero me saca del recuerdo y me trae otra vez al consultorio. Ya casi se cumplen los cincuenta minutos de sesión y a duras penas pude reconstruir una escena perdida de la infancia. Se cumplen los dos minutos y me levanto como si hubiese despertado de una siesta, un tanto aturdido y cansado me dirijo hacia la puerta. Mientras camino tengo la impresión de no haber desnudado todo el sueño, pero no digo nada. La puerta se abre y me pone frente a un pasillo oscuro donde apenas se puede ver un cartel luminoso que dice “salida de emergencia”. Pongo un pie afuera, me doy vuelta y saludo. -Si querés el próximo encuentro podemos hablar de la cara bonita que se quedó sin rostro en esta sesión. La puerta se cierra y vuelvo a la soledad con la que vine. El ascensor tarda un poco y mi ansiedad me empuja hacia las escaleras. Cuando salgo giro hacia la calle que nunca tomo y doy cuenta por primera vez en dos años que el consultorio se encuentra pegado al edificio de la AMIA, lugar que fuera protagonista en 1994 de uno de los atentados más grandes que sufriera el país. Me siento un idiota por haber ignorado tanto tiempo la historia que respira esa zona. Quedará como tema para alguna sesión.


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SORORI Esta historia gráfica es una cobertura fotográfica de las jornadas de exposición acerca de la legalización del aborto (proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo) que comenzaron en abril y se extendieron hasta la media sanción del pasado jueves 14 de junio. El debate público se presentó en el Palacio del Congreso donde diputadas y militantes de diversos bloques se congregaron para dar a conocer el contenido de la ley y explayar sus argumentos a favor y en contra. En las inmediaciones del Congreso se realizaron manifestaciones sociales de distinta índole en apoyo al debate y la legalización.


FRONTERAS

IDADES Por MATÍAS BALDOR

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La busqueda a la hora de registrar la marcha tuvo que ver con la decisión de no ser indiferente, de entender que esta lucha representa la emancipación de un sistema antipatriarcal y la propuesta de una configuración política en ascenso: el Feminismo. Más, precisamente, el registro se centró en la mujer como protagonista y los pañuelos verdes como símbolo de esperanza y de resistencia.


FRONTERAS

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Derechos Humanos

COORDENADAS

MARÍA DEL CARMEN VERDÚ, ABOGADA

“LA REPRESIÓN SIGUE AL AJUSTE COMO LA SOMBRA AL CUERPO” María del Carmen Verdú es abogada y militante de CORREPI (Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional). Fue conocida por ser la profesional que acompañó la causa por el asesinato de Walter Bulacio en 1991. En la actualidad participa de la investigación sobre el asesinato de Santiago Maldonado. Por AYELÉN CÉSARE

Nació en Bahía Blanca y a los 5 años se mudó a Buenos Aires con su familia. Fanática de su padre, siguió su ejemplo y eligió medicina. A los cinco años de su carrera se arrepintió y decidió que lo suyo es el Derecho. Como bien indicó su padre en su momento: “Fantástico, vas a hacer mala praxis médica”, su carrera laboral dentro del terreno privado son con casos de estas características. Sin embargo, esto recién sería años después de recibida y no es lo que marcó la vida de María del Carmen, o la “Negra” como la suelen llamar. Al finalizar abogacía comienza a dar sus primeros pasos en la militancia, lo que determinará el resto de su historia. -Antes de recibirse, inició una agrupación, “Asociación Amanyu por los derechos civiles”, ¿Por qué? -Al final de la carrera en 1983, para el final de la última dictadura, nos empezamos a juntar con compañeras y compañeros para organizar algo en relación a los derechos humanos. El primer intento fue Amanyu, donde planteamos una concepción de los Derechos Humanos que era amplia y no se limitaba a terrorismo de Estado. Por diversas situaciones hicimos contactos con casos de muertes en comisarías o fusilamientos por parte de la policía que reforza-

ban nuestra idea sobre los derechos humanos en democracia. -¿Por qué recién en 1992 se fundó CORREPI? -En realidad CORREPI existía sin una denominación. Siempre digo que CORREPI es fruto de un gran fracaso. Cuando empezamos a sistematizar la información que recabábamos, notamos que hablábamos de “detenciones arbitrarias”; que era un tema sistemático y donde hay usos y costumbres incorporadas hasta por los juzgados. Habíamos hecho un material donde contábamos casos como por ejemplo en 1989 murieron 8 chicos entre 16 y 18 años en una comisaria de Formosa, para eso ya había sucedido la masacre de Ingeniero Bunge, el asesinato de Agustín Solano, la masacre de Villa Albertina, etc. Lo que nos propusimos fue llevar esa agenda y que sea incorporada por los organismos de DDHH que existían en esa época. La verdad es que nos fue muy mal, en el mejor de los casos nos dieron un lugar donde reunirnos nada más y el resto de los organismos con variantes nos sacaron carpiendo. Lo que nos decían eran cosas como “nos vienen con un cuento de policías y ladrones” o también “ustedes no pueden poner en el mismo platillo a

tres borrachos en una esquina que a mi hijo” como también sucedió. -¿Cuáles eran los ejes de debate sobre el tema? -En los dos casos había un error de concepto, porque vos no definís el carácter de lo que ocurre por las características de la víctima, sino del victimario que es el aparato estatal. Había una mirada de clase, una mirada de excluir al lumpen como posible víctima del aparato represivo estatal. No se veía que tenían características diferentes en una democracia y se da esa especie de rotación en el blanco favorito. -¿Qué relación tuvo el caso de Walter Bulacio? -El caso Bulacio fue lo que los sociólogos llaman “el acontecimiento”. Por el boca en boca llegamos al caso y a partir de ahí nos volvimos la niña deseada por todos. Encabezábamos movilizaciones con 10 mil pibes sobre el gatillo fácil. Fue en ese momento que decidimos ponerle un nombre a todo eso e impulsar CORREPI. Nace el 22 de mayo de 1992 con una actividad que denominamos “Cabildo abierto contra la represión”. Ya estaba cerrada la discusión del nombre y todo, ese día se hizo una radio abierta en Sarmiento y Montevideo. Realizamos un pequeño festival donde tocaron


FRONTERAS COORDENADAS

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Derechos Humanos

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Los Piojos, La Renga y Los Caballeros de la Quema. -En la actualidad son conocidos los informes represivos de CORREPI y la presencia en conflictos de todo tipo. Sin embargo, no es una organización de abogados ¿Cómo se da esa profesionalización? -En este momento CORREPI tiene 4 abogados y 160 compañeros, pero lo que pasa que para el establishment vale la palabra del profesional. En CORREPI todos tienen las herramientas para poder responder a ciertas situaciones, hasta los propios familiares.

La tarea técnica no es la más importante, sino una parte. Yo siempre digo: “abogada es lo que tengo, no lo que soy”. Porque yo tengo herramientas que es ese cuadrito [señala el título colgado de la pared], de la misma manera que el compañero que sabe hacer diseños hace los flyers, o el que sabe redactar las notas. Cada uno aporta lo que sabe y lo que no tenemos, alguno tendrá que aprender. -¿Qué rol y cómo forman parte familiares y amigos de las víctimas del aparato represivo? -Con los familiares hay un tema que

es lo más característico de CORREPI, que no veo en Argentina ni en otra parte del mundo que funcione de esta manera. Tradicionalmente en nuestro país y en todas partes del mundo tenés dos tipos de organismos: los organismos de afectados directos o grupos de apoyo, y los grupos que funcionan como centro de estudio. Nosotros no somos ni uno, ni otro. Esto nos lleva millones de quilombos pero estamos convencidos de que es la forma. Estamos convencidos que no es ni darle al familiar como una especie de centralidad por el mero hecho


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de ser familiar, donde no se le cuestiona y no se le discute porque tiene el dolor. Ni tampoco formarnos en una especie de un grupo de gente que apoya a ese grupo que no sabe qué hacer. Lo que hacemos es convocar a los familiares, amigos y cualquiera vinculado a los hechos concretos a organizarse. Cada caso es distinto. Lo primero que hay que saber es que no existe un grupo de familiares con determinadas características. La represión o cuando un policía mata a alguien, no planifica antes dónde o con quién lo hará, es como cuando cae un rayo. Es así como tenés familias que el único punto en común es que fue asesinado su hijo. La mamá de Walter [Bulacio], Graciela, una vez me dijo: “Sabés qué pasa, uno no sufre como quiere, sino como puede”. Y así es. Vas a encontrar la mamá que se queda llorando o la mamá que no llora hasta el final del juicio. Por eso lo primero que hay que entender es que hay procesos que son absolutamente individuales y variables, donde sólo tenés que estar. Por otro lado una cosa que aprendimos es que es el colectivo lo sanador. Salir de ese

Derechos Humanos

dolor individual, es justamente el estar con otros, el tener esa posibilidad de compartir. Nosotros militamos del lado oscuro de la luna, nuestros compañeros se acercan por el peor dolor que es que te maten a alguien. Pero esto no es el ánimo de CORREPI, si alguien viene a una reunión, ve que nos cagamos de risa. Es algo que nos han enseñado los compañeros familiares, es una mezcla, una licuadora muy particular pero es lo que nos da nuestra característica: la apropiación de las historias, luchar por el otro. -Suele mencionar la agudización del aparato represivo del Estado, tanto por el aumento en víctimas de gatillo fácil, como el aumento de represiones y presos políticos ¿Por qué cree que ocurre esto? -En abstracto lo que decimos es que hay dos factores que condicionan que haya una mayor impronta represiva. Uno las propias características del gobierno, no es lo mismo un gobierno que “se pinte la cara de Derechos Humanos” y uno que no. El segundo (que a mi juicio es el más condicionante) es la etapa histórica, la agudización del conflicto. Te das cuenta cómo hasta

FRONTERAS COORDENADAS

los más progresistas cuando la gente sale a la calle porque está cagada de hambre, reprime. La represión sigue al ajuste como la sombra al cuerpo. -Más allá de todo lo que vimos de este gobierno, en 2017 en relación a los DDHH se generaron grandes movilizaciones como la del 2X1 o las de Santiago Maldonado, ¿Por qué cree que ocurre, según su experiencia? -Hay un acumulado colectivo y un dato bien objetivo. Con [Luciano] Arruga nos costó tres años el cambio de carátula a “desaparición forzada”, con Julio López tres meses y con Santiago [Maldonado] a los días. Un factor fundamental también fue que estamos convencidos de que en la actual coyuntura es imprescindible la unidad de acción. La marcha fue posible por la persistencia y consecuencia con la que se interpeló a ese sector, y así poder marchar en conjunto, como lo hicimos. Las dos cosas son dialécticas, el tipo que no está organizado que no pertenece a ninguna organización, que está indignado por lo que pasa, es más posible que salga a la calle con una alternativa unificada que si tiene


FRONTERAS COORDENADAS

mil quinientas alternativas. -¿Por qué en 2017 fue la primera vez que se presentó a elecciones? -Yo en realidad, además de militar en CORREPI, milito en un espacio político que integra Poder Popular. Es una herramienta que después de muchísimo tiempo de mantenernos al margen, entendemos que en esta etapa la intervención electoral convocó a la gente, entonces nos permite un nivel de

Derechos Humanos

intervención política distinto al que tenemos en nuestra militancia cotidiana. Convencidos de que con este gobierno es necesario fortalecer la referencia de izquierda, es que discutimos ir con el FIT y vamos con compañeros en Buenos Aires, en provincia y en ciertos distritos como Quilmes y La Plata. A mí me tocó estar en la lista de diputados nacionales. Para cualquiera que esté en la calle no es lo mismo contar o

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no contar con una banca al servicio de un conflicto. Un ejemplo es el 10 de enero cuando hubo una represión en la Pu Lof Cuyamen en enero fuimos Nora Cortiñas, Nicolás del Caño y yo a patear el penal para poder tener una visita y ver a los compañeros. Y no era lo mismo a que vaya un diputado a presionar o yo sola. Son bancas al servicio de las luchas.


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EL MIEDO (…)“El escritor debe ponerse en contacto nuevamente con estos conflictos: darse cuenta por sí mismo de que lo esencial de todas las cosas es experimentar temor; y una vez que haya asimilado esto, borrarlo de su mente para siempre, sin dar cabida a nada en su taller, salvo a las antiguas verdades del corazón, las verdades universales de otros tiempos, que cuando ausentes hacen de cualquier historia algo efímero y vano: el amor y el honor; la piedad y el orgullo; la compasión y el sacrificio. En tanto el autor no proceda de esta manera, trabajará como bajo un anatema; escribirá no acerca del amor, sino de la lujuria, de derrotas en las que nadie pierde nada de valor, de victorias desesperanzadas, y lo peor de todo, sin misericordia y compasión. Sus congojas no se abatirán sobre osamentas universales, ni dejarán cicatrices tras de sí. No será a partir del corazón que él escriba, sino de las glándulas”. Extracto del discurso de William Faulkner tras recibir el premio Nobel de literatura.

Por LEONARDO GONZALO Fue Borges quien dijo que el cobarde muere mil veces, el valiente sólo una. Además del carácter épicamente heroicista que denota esta frase, también significa, según palabras del escritor, la imposibilidad del héroe para medir sus actos con prudencia, por correr riesgos absurdos, cosa que el cobarde analiza cuantiosas veces antes de lanzarse hacia alguna determinada empresa. Esto equivaldría a pensar la muerte con antelación ¡nada más y nada menos! Claro está que la inteligencia proviene del miedo. El frío cálculo es solo una obstrucción de la voluntad por conseguir algo sin importar las consecuencias. Se considera al hombre como uno de

los primeros animales carroñeros en épocas prehistóricas, que para la subsistencia de su especie debía “actuar” bajo el velo de la noche, momento adecuado en el cual las especies más peligrosas por su tamaño y voracidad descansaban. Desde la primera herramienta de la historia hasta la última tecnología adquirida en la actualidad está cifrada por el carácter dual de inteligencia e impotencia coexistentes en el ser humano. El miedo actúa sobre el desarrollo del cerebro a lo largo de milenios como mecanismo de defensa, puesto que lo que se busca es sobrevivir. Luego de satisfacer esta necesidad básica de supervivencia comienzan a plantearse

los problemas accesorios a resolver, los cuales nos diferencian como especie; en este estadío ulterior se daría el nacimiento de la cultura, por ejemplo. Podemos decir con Hobbes que “el hombre es el lobo del hombre”, y el Estado moderno está en buena medida concebido por el miedo, no sólo de la vida de cada uno de los integrantes de un determinado territorio, sino también de sus posesiones. El miedo se alambra. El capitalismo es un gran sistema de la cobardía, puesto que cuando uno de los engranajes económicos colapsa, siempre estará el Estado como reparador de la situación, para beneficiar a los mercados y aplastar manifestaciones, de modo


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queda nada, Camboya es un campo minado, Bagdad, Haití, etc. Si se regresa a la célebre frase de Borges, la diferencia parece residir entre Homero y Aquiles, entre el que escribe la historia y quien la realiza, dicho en otras palabras, entre la sangre y la tinta. EL MIEDO MODERNO

alternado. Aunque vivamos en la época de la hegemonía del capitalismo de riesgo, el único peligro es una movilidad social fluctuante. Pero el comunismo también ha demostrado ser un sistema del miedo, que rebaja a cero las posibilidades de riesgo con una economía dirigida y planificada, en sociedades donde la movilidad social ni siquiera existe, solo en las clases dirigentes. Quisiera referirme al miedo de los pueblos: la historia parece prescindir de los pueblos valientes. He aquí una paradoja, ya que son los pueblos cobardes los que dominan el mundo. Aquellos que han hecho el frío cálculo y han dedicado sus energías al desa-

rrollo de tecnología (incluida la mediática) y armamento, como método “defensivo”. Las fronteras se expanden y la amenaza crece en proporciones directas. La muralla China podría ser considerada el monumento universal de la cobardía, visible desde el espacio, marca indeleble de nuestra acobardada especie. Por más estúpidamente heroicos que hayan sido, quedan reducidos a ceniza los pueblos que no se arrodillan ante estos grandes cobardes. De Esparta solo queda en pie una piedra. En épocas de la república romana, Numancia se negó a ser subyugada por la ascendiente Roma y fue reducida a escombros, de la comercial Cartago no

El leitmotiv actual de la sociedad occidental es la cobardía. Vivimos en el paroxismo de la impotencia ontológica. Pero esta desembocadura lleva siglos en un fluir por el cauce inexorable de la cultura moderna. Luego de las guerras mundiales, a pesar de algunos focos revolucionarios intermitentes, el mundo quedó configurado bajo dos grandes sombras, la del capitalismo y la del comunismo, época que denominaremos “paz fría”, en términos de Eric Hobsbawm. Y bajo esas sombras descansó el atormentado espíritu del humano moderno. Luego de la desintegración de la Unión Soviética y la entronización del capitalismo globalizado como único sistema económico posible en el mundo, se profundizó la impotencia de los actores sociales. La paz tan encumbrada por el género humano no era otra cosa que la Pax Augusta, es decir, el orden impuesto por el más poderoso. Aunque esta aseveración indigne a los espíritus neo-románticos, lo que se anhela siempre es el descanso en el orden de una sociedad. Así como la obra social es el primer síntoma de la enfermedad, la máquina es el primer síntoma de que no tenemos repuesto: somos seres previsionales, hipocondríacos profesionales, amputados algorítmicos. Nuestro ser se cifra en las máquinas, donde depositamos nuestra modesta valentía sobre paraísos artificiales de realidades dirigidas. En un mundo cada vez más acaparado por la industria farmacéutica, la psicología, la psiquiatría, las nano-religiones, la espectacularización de la sociedad. De este modo se crea un cóctel de anestesia inmediata. ¿Y cuál es la finalidad? Escapar del dolor, de la preocupación. Así tallamos rápidamente nuestra figura en el mármol indeterminado y huímos de la incerti-


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dumbre como de la peste, por terror a la potencia, a lo que podría ser. Pensemos por un momento en la ideología animalista que se preconiza en la actualidad. Cuánto de nuestra relación con las mascotas ha llevado a buena parte del progresismo Occidental a establecer los derechos de los animales. Y qué mascota más fielmente consumada que el perro. ¿Por qué esa reciprocidad doméstica entre el ser humano y el perro? He aquí una posible respuesta: ambas especies fueron expulsadas de la naturaleza. Son domesticadas por su impotencia. Piénsese en los perros como una variación débil que no pudo mantenerse en la manada con los lobos, y tras siglos cambiaron de hábitat, hasta terminar domesticados y utilizados para las tareas humanas, a cambio de un medio seguro donde sobrevivir. De esta incapacidad nació una estrecha relación. Pero hasta bien entrada la modernidad, el perro sólo era considerado como mascota de la aristocracia. Era un símbolo de estatus nobiliario, que se atribuía a una práctica tan selecta como primigenia: la caza. En la actualidad, en la práctica cada casa posee su perro. Ahí está nuestro reflejo como seres rechazados por la naturaleza, vivimos juntos y disfrutamos de la mutua compañía. ¿Será por ese rechazo originario que ambas especies alojan en su mirada un atisbo de tristeza, de melancolía que no se ve en la mayoría de los animales? La épica parece cosa del pasado. Hemos dado de baja a Dios, pero no hemos creado nuevos dioses. Así como no hemos creado nuevos héroes, cargados de valor. Puede verse en las vidrieras mediáticas cuáles son los reflejos que proyectamos como sociedad: los antihéroes. Los impotentes que no pueden abrir un frasco de mermelada, que van con frecuencia al psiquiatra, seres encorvados de espíritu, dubitativos, miserables. En otras palabras, los acomplejados, los cobardes. Hacemos culto de esos personajes, que guardan una íntima familiaridad con nosotros. Es difícil saber si llegarán nuevas épocas heroicas, pero la tinta de nuestros

FRONTERAS

días permanece fresca y espera ansiosa por contar nuevas epopeyas. No puede negarse que hubo momentos de verdadera heroicidad en la historia moderna, donde el volkgeist que primaba era la valentía. Un ejemplo conocido es la época del Imperio de Carlos I de España y V de Alemania. Francisco de Quevedo recordaría con nostalgia los momentos encumbrados de gloria y valor que supo detentar el Imperio español, gloria que ya comenzaba a menguar con los últimos reyes de la dinastía Habsburgo. Cabe destacar el triple carácter que encierra y aúna el concepto de la palabra valor en el idioma español, como una propiedad de valentía, pero también y asociado a este concepto, la connotación ética y económica que abarca al término. En la actualidad podríamos traer como manifestación de valentía las luchas de las mujeres Kurdas (Unidades Femeninas de Protección) contra el Estado Islámico. Por más contradictorio que pueda parecer, los poderes que pugnan contra el estatus actual occidental parecen ser dos: el Islám y el feminismo neomarxista. Estos poderes atacan a la sociedad desde adentro, tanto con manifestaciones como con actos llamados terroristas. No nos detendremos a pensar cuándo un acto es considerado terrorismo, parece ser que cuando la población de países primermundistas es atacada puede considerarse como tal. Pero estos dos poderes pujantes buscan ante todo la visibilización de sus problemáticas, por más antagónicos que sean. Y son dos movimientos internacionalistas, de masas, que parecen no menguar en voluntad por más que la incertidumbre Occidental opere con reticencia ante sus propuestas. Pero no es mi intención exponer aquí las ventajas o desventajas de estos movimientos, sino traerlos a modo de ejemplo de lucha y, si se quiere, de valentía. Aunque al fin y al cabo, ambos poderes operan a través del viejo Estado, ya sea laico o teocrático. Lo expuesto no pretende ser una apología a las guerras, solo pretende sacar a la luz consideraciones sobre épocas

heroicas y otras cobardes. Y pensarnos como buenos súbditos de los cobardes que dominan el mundo, ya que nos desenvolvemos como ellos, siempre a escala. Podría pensarse también que los poderes establecidos detentan su liderazgo a través de la protección de sus súbditos o mejor dicho, la protección del modo de vida Occidental, del hábitat donde es posible vivir como especie limitada por la naturaleza. El desencantamiento del mundo antiguo y del espíritu valeroso es el que impera con mayor fuerza en nuestros días y se convierte en una pesada cadena que sujeta todo tipo de posibilidad hacía un futuro de verdadera determinación, donde nuestra especie sea capaz de capitalizar los problemas y cada uno sea autor y responsable de su propio destino en la sociedad. Esta podría ser una loable solución, o un desastre irreparable, pero ¿quién lo sabe?


FRONTERAS COORDENADAS

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Derechos Humanos

RAQUEL HERMIDA LEYENDA, ABOGADA

“QUIERO DEJAR UNA HUELLA EN LA HISTORIA JURÍDICA ARGENTINA” Por AGUSTINA BELÉN SÁNCHEZ Raquel Hermida Leyenda es profesora y abogada, especialista en defensa penal en casos de abuso sexual, violencia de género y asistencia a grupos vulnerables. Hermida se hizo conocida en 2013 por denunciar en los medios de comunicación el sketch de “La Nena”, parte del programa Poné a Francella, por considerar que las escenas en las que participaban Guillermo Francella y Julieta Prandi promovían “el acoso y el abuso sexual a menores”. La abogada representó casos que trascendieron a nivel judicial en materia de perspectiva de género, entre ellos la defensa a Beatriz López, Giuliana Peralta y Eva Analia de Jesús, más conocida como Higui. En la actualidad se desempeña como Presidenta del Equipo Interdisciplinario “Red de Contención” dedicado a la contención legal, científica y mental de las víctimas de violencia de género, abuso, violencia y discriminación en el ámbito del trabajo y de la escuela. -¿Por qué se decidió a orientar su carrera profesional como abogada hacia la especificidad de abusos sexuales y cuestiones de género? -La decisión comenzó en mi adolescencia, cuando a los 11 años fui abusada por mi profesor de música. Tuve que defenderme sola porque no quería que

mi familia se enterara. No era la única víctima y me puse como defensora de todas las chicas que también sufrían abusos por parte del mismo profesor, que era un guitarrista muy conocido. Como parte de lo que me llevó a tomar la decisión de dedicarme a las cuestiones de género recuerdo a una amiga que trabajaba conmigo y era golpeada por su pareja. Le pedía que hiciera la denuncia pero ella siempre se negó. Esa fue mi deuda pendiente: la mujer se casó con ese hombre, tuvo 3 hijos y hoy sigue siendo golpeada. -Como profesora y abogada, ¿qué implica defender a mujeres e identidades sexuales disidentes en la coyuntura actual? -En 2012 se creó la Red de Contención contra la violencia de género, y comencé a trabajar en equipo interdisciplinario con psicólogos, psiquiatras y criminólogos. Esta red logró cambios para el sistema jurídico argentino, como la carátula de legítima defensa y la transformación de los delitos de violencia de género en delitos permanentes. Creo que no existen mujeres diferentes, somos todas iguales a pesar del nivel socioeconómico o cultural que tengamos. Algunas decidimos construir otra identidad sexual pero los delitos que

ejercen hacia nosotras son los mismos. No importa si nacimos mujeres o si decidimos cambiar nuestro sexo: siempre el género masculino querrá ejercer su poder sobre nosotras. Como profesional asesoré a mujeres inglesas, francesas, españolas y estadounidenses y he llegado a la conclusión de que todas tenemos los mismos problemas. No importa dónde nos encontremos ni en qué lado de la grieta estemos, en cuestiones de género somos todas iguales. -¿Qué piensa del sistema judicial argentino de los últimos años a la hora de intervenir en casos de violencia de género? -El sistema judicial ha mostrado pequeños pero importantes cambios en las jurisprudencias. Marcamos un antes y un después al hablar de perspectiva de género en la justicia. ¿Qué es la perspectiva de género en la justicia?: tratar al hombre igual que a la mujer. Siempre fuimos criminalizadas, hasta existió un programa con el nombre “Mujeres Asesinas” aun cuando todas ellas actuaban en legítima defensa. Se hablaba muy mal de la mujer cuando delinquía, la mujer criminal es más entretenida y divertida como consumo, a pesar de que las cárceles estén llenas de criminales varones. La perspectiva de género en la


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FRONTERAS

justicia es visibilizar la situación de vulnerabilidad y poner en funcionamiento la convención de Belem do Pará: Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, a la que nuestro país subscribió luego de su creación en 1994. Jurídicamente se dejan ver grandes avances, aunque el ritmo sea muy lento.

No importa dónde nos encontremos ni en qué lado de la grieta estemos, en cuestiones de género somos todas iguales. -En ese sentido, ¿Encuentra diferencias entre el accionar del gobierno actual y el anterior? -Desde el punto de vista político en el anterior gobierno se realizan todas las leyes que protegen a la mujer y que hoy retomamos: la Ley 26.485 de Protección Integral, Ley de Identidad Sexual, la modificación del Artículo 80 del Código Penal que incluye la figura de femicidio, el abordaje del odio a la mujer y las lesiones y amenazas agravadas. Pienso que era un contexto de género distinto y más igualitario. Con el gobierno actual todavía estamos esperando que se cumpla con el famoso proyecto de creación de hogares para las mujeres víctimas de violencia que tienen que escapar de sus casas. La Red de Contención que integro es interdisciplinaria y multipartidaria, más allá de nuestras ideas políticas individuales tenemos en claro que nos une la lucha por los derechos de la mujer y eso trasciende todas las ideologías y posiciones políticas. -Fue abogada de Higui, un caso que trascendió en los medios de comunicación y se transformó en ícono de lucha por parte del conjunto del movimiento feminista. ¿Cómo fue esa experiencia como profesional? -El caso de Higui fue una experiencia importante para todo el movimiento feminista. Desde el punto de vista profesional mi mayor experiencia fue el caso de Beatriz López, donde logra-

mos su absolución después de haber sido acusada del asesinato de su pareja, quien la golpeó y violó en repetidas oportunidades. Este caso fue el puntapié para convertir a la violencia de género en delito permanente y sin el antecedente de esa sentencia hoy Higui no estaría en libertad. Me pareció muy bueno defender a Higui, lo hice con mucho amor. Recuerdo que iba a visitarla y a llevarle chocolates para que los domingos no fueran tan tristes. La causa fue importante por el contacto que tuve con el movimiento lésbico argentino y todas las organizaciones de mujeres. Hablar de una violación correctiva hacia un género disidente por primera vez y tratarlo jurídicamente fue un hecho trascendente. En mi experiencia como profesional me he convencido de que hay que trabajar siempre en equipo interdisciplinario: los abogados solos no somos nada y los psicólogos tampoco. Hay que tener humildad y saber trabajar en equipo. Esto es parte de un trabajo colectivo que debemos hacer entre todos: una mala defensa no hace historia y puede dañar años de avances y de trabajo jurisprudencial. Quiero dejar una huella en la historia jurídica argentina. -También representa como abogada a Giuliana Peralta, la joven víctima de abuso sexual por parte del futbolista Alexis Zárate. ¿Cómo fue el proceso de denuncia dirigido a alguien que es reconocido en el ambiente del fútbol? ¿Cuál es el estado actual de la causa? -Giuliana Peralta fue abusada por Alexis Zárate, violentada por su novio Martín Benítez y privada de su libertad por Martín Pérez, quien en ese momento era su amigo. Ella fue abusada y las personas en las que confiaba le dieron la espalda. Ella no conocía a Zárate y descubrió que era un abusador. Yo llego a la causa a fines de agosto de 2015 cuando ya estaba archivada. Logramos retomarla, cambiar el fiscal, elevar a juicio al acusado y hoy Zárate está condenado a seis años y medio de prisión. Fue otro gran logro para la jurisprudencia en términos


FRONTERAS COORDENADAS

Derechos Humanos

de perspectiva de género. Así como el caso de Beatriz López se multiplicó en más de 60 sentencias y el caso de Higui logró que en la misma semana se liberaran otras 9 mujeres con causas similares por defensa propia; la

inserta en el ámbito jurídico ¿Qué medidas cree que harían falta para reducir los niveles de violencia y de femicidios? -Para comenzar a desterrar la violencia de género, aquí y ahora, judicial-

sentencia a Alexis Zárate es el puntapié inicial para todas aquellas denunciantes de abuso sexual. Se terminó la impunidad: existe el antecedente de Giuliana Peralta.

mente hay que implementar las tobilleras electrónicas que se controlan por comisarías y mandan alertas cuando los violentos no respetan las restricciones perimetrales. Creo que hay que

Hablar de una violación correctiva hacia un género disidente por primera vez y tratarlo jurídicamente fue un hecho trascendente.

Aquí y ahora, judicialmente, hay que implementar las tobilleras electrónicas que se controlan por comisarías y mandan alertas cuando los violentos no respetan las restricciones perimetrales.

-¿Qué piensa de la concepción de la mujer y de los recientes abusos que se dieron a conocer en el ambiente futbolístico? -El ambiente futbolístico es uno de los estamentos de nuestra social machista, pero la concepción de la mujer se repite en la justicia, en la medicina, en cualquier parte. El machismo está en toda la sociedad pero en el fútbol se agrava porque tuvimos a un Dios, así lo denominamos a Maradona, y ahora todos se creen impunes si tienen una pelota en los pies. -Desde su lugar de profesional,

comenzar a controlar el bullying, trabajar sobre la igualdad entre los sexos y la atención e inclusión de los grupos vulnerables. Hay que empezar a hablar de otra manera, la comunicación también debe cambiar y esto no es sólo responsabilidad de los medios de comunicación, es de todos. Es un cambio cultural que va a llevar mucho tiempo, pero que ya comenzó.

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Salud

FRONTERAS COORDENADAS

MÓNICA ZAPATOCSNY, MAMÁ DE MELLIZAS

“LE DIGO A TODO EL MUNDO: ANDÁ Y CONGELÁ” Mónica Zapatocsny fue mamá de mellizas a los 45, con óvulos congelados por 12 años. Fue el primer caso en el mundo. Hoy, Mercedes y Guadalupe tienen 6 años. Una historia de lucha por ser madre.

En la Catedral de Almudena, en Madrid, hay un sitio en donde los turistas depositan una moneda, piden un deseo y se prende una velita. En 2010, Mónica fue junto a Guillermo, su marido, y su hija mayor, Daniela. Ella, que por entonces tenía 9 años, deseaba tener un hermanito y fue ese su deseo cuando tiró la moneda en la Catedral, y para sorpresa de la pareja no se prendió una sola velita, se prendieron dos. Mónica se remite a esta anécdota para graficar el profundo deseo de su hija mayor por tener hermanos, ella ya no estaba en la búsqueda pero la vida le traía una sorpresa. -¿Qué te impedía ser mamá? -Después de casarme, me hice los estudios ginecológicos rutinarios y me aparecieron quistes importantes en el ovario. La doctora decidió operarme porque eran grandes y en la operación se dio cuenta que no eran quistes. Cuando era chica había tenido operaciones de apéndice, eso infectó la zona de las trompas de Falopio, el líquido que corre en ellas se acumuló y se ta-

paron, lo que producía una hinchazón. En la intervención las abrieron y limpiaron, pero cuando salí la ginecóloga nos informó que las posibilidades de quedar embarazada eran limitadas. -¿Cuándo decidieron optar por el camino de la fertilización? -Cuando la doctora nos dio la noticia, nos comentó sobre los tratamientos de fertilización y nos recomendó el Hospital de Clínicas. Fue en 1994, teníamos 26 años. Comenzamos el tratamiento en el Hospital, y debido a que ellos no tenían toda la tecnología necesaria, hicieron un convenio con el Instituto privado Halitus. La primera parte del tratamiento es a base de inyecciones, con hormonas para que ovules mayor cantidad, te estimulan y luego te punzan los ovarios. Siempre respondí muy bien a la medicación y me sacaban de a mucho, de 40 o más. La segunda parte era la fecundación, agarraban de a diez óvulos y quizá fecundaban solo 3 o 4. El tratamiento lo hice 4 veces, el tercero dio positivo pero fue solo por un mes. Comencé con pérdidas y dolores,

Por BIANCA SCHUH

dolores de parto. Insistimos una vez más hasta que llegó un punto que dijimos basta, hasta acá llegamos. Fue un desgaste físico y psicológico enorme. -¿Fue en ese momento cuando decidiste adoptar? -No, nos anotamos para la adopción antes del último tratamiento. En ese momento uno tenía que ir al juzgado que le correspondía por jurisdicción, donde te armaban una carpeta y te preguntaban distintos requisitos: si tenía que ser bebé, con hermanos o sin hermanos, que posea una discapacidad o no, nosotros pusimos todo que sí. Tenías la opción de repartirlo por el resto del país, también lo hicimos. Todos los años, uno tiene que ir a renovar su voluntad de adopción, lo hicimos, pero nunca nos llamaron más que para ofrecernos bebés o nenes con un costo monetario y no quisimos porque creo que uno empieza a formar parte de algo que no está bien. El proceso es tan largo, a veces más de 10 años y cuando uno intenta adoptar por lo general ya tenés tus años y me pregunto cómo la gente no va a optar


FRONTERAS

por otro camino como la fertilización. -Y la adopción de Daniela ¿Cómo fue? -Cuando adoptamos a Dani, fue por otro lado. Conocíamos a la custodia del Edificio Rigo y un día nos dijo que había una nena que era igual a nosotros. Dani hacía los chequeos médicos ahí, ella estaba en una casa de familia y la señora que la cuidaba estaba grande y buscaba papás para Dani. Nos enteramos y a la semana fuimos a un juzgado de Capital para iniciar la adopción, las asistentes sociales nos pintaron un feo panorama, que tenía una cardiopatía compleja y un enlentecimiento en el desarrollo, pero mi marido le dijo: “Queden 2 o 200 años, quiero ser el papá de Dani” y yo estaba totalmente de acuerdo. La adopción fue rápida dentro de todo, iniciamos los papeles en octubre de 2004, en febrero de 2005 la conocimos y nos dieron la guarda y en diciembre de 2006, cuando cumplió seis años, nos entregaron los papeles. Creo que la actitud del Juez que se compadeció por la situación y la lucha de nuestra abogada, fueron claves para que el proceso no sea extenso. -¿Cuándo decidieron iniciar el proceso otra vez?

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-En 2010, me operé las trompas, esta vez con el doctor Horton. Él descubrió que el líquido que producían era abortivo, es decir que la falla en los tratamientos previos podía ser esa. Me operó y al año me llamaron del Instituto Halitus que tenían óvulos míos congelados desde hacía 12 años, nos preguntaron qué queríamos hacer, ahí entramos en duda, más que nada por Dani que quería hermanitos. Consultamos con Horton y nos dijo que teníamos una última chance porque eran los últimos óvulos jóvenes que me quedaban, yo ya tenía 44 y estos eran de mis 30. -¿Ustedes no sabían que estaban los óvulos en crio-preservación todavía? ¿Cuántos eran? -No, no teníamos idea. Eran 12 óvulos, pensé que ya no estaban más porque nunca más renovamos la congelación ni nada, cada seis meses había que renovarlo, pero desde que hicimos el último tratamiento en 2001 nunca más, y tanto el tratamiento como la renovación son caros. -¿Cómo se enteraron que el resultado era positivo, que estabas embarazada? -Los dos institutos trabajaron en conjunto, Halitus hizo la primera parte y

después Horton implementó su teoría; el doctor decía que luego de hacer la fecundación había que esperar algunos días para la implementación debida a que el embrión está más desarrollado. De los 12 óvulos, se formaron 2 embriones y a los cinco días me los implantaron. Tres días antes de hacerme la primera ecografía empecé con pérdidas y me asusté. Horton me hizo exámenes y me dijo que estaba todo perfecto, y cuando me hice la ecografía dijo: “A ver... acá hay uno y… acá hay otro”. Cuando terminamos la ecografía se lo contamos a Dani. -¿El embarazo fue normal? -Sí, los primeros meses estuve con pérdidas por eso hice reposo después todo perfecto. A las nenas las tuve por cesárea, las dos salieron impecables, no tuvieron ningún problema. -¿Qué les dirías a las mujeres que piensan en la fertilización como un camino? -Le digo a todo el mundo: andá y congelá. Y no solo para las que tenemos alguna dificultad física, pensemos que las mujeres evolucionamos, nuestro cuerpo no. El reloj biológico se para a los 35, por eso mi consejo.


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FRONTERAS ENCRUCIJADAS

Derechos Humanos

TATY ALMEIDA MADRES DE PLAZA DE MAYO

HACER DOCENCIA POR LA VIDA

Por CLARA LÓPEZ PEREYRA Fotos MÓNICA HASENBERG

Lidia Estela Mercedes Miy Uranga, o “Taty”, como todos la conocen, es integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea fundadora. Su historia la forzó a cambiar su forma de ver el mundo, y de pararse frente a situaciones de injusticia pero tiene características propias que nunca cambiaron: el defender “como leona” a su familia y el optimismo. “Toda la vida he agradecido tener por lo menos medio vaso de agua”, dice con una sonrisa. Taty nació el 28 de junio de 1930, es oriunda de Belgrano, barrio de la Capital Federal. Proviene de una familia militar, católica, hija de Carlos Vidal Miy y Alicia Uranga. Se casó con Jorge Almeida en 1953, de quien se divorció en 1970. Taty ya no era Almeida cuando desapareció Alejandro. Retomó el apellido de su hijo al comenzar su búsqueda. Así nació la madre que conocemos ahora, su militancia por los derechos humanos, por eso ella suele explicar que Alejandro parió a Taty Almeida, el 17 de junio de 1975, tras la desaparición forzada por la Triple A. Con Jorge tuvo otros dos hijos Jorgito y María Fabiana. A su vez es abuela y bisabuela, sus nietos también le dicen Taty. Su casa está plagada de fotos familiares, de sus hijos, nietos y bisnietos y de reconocimientos que le han sido otorgados por su lucha en materia de derechos humanos y hay un cuadro en la que se la ve fundida en un abrazo con el difunto ex-presidente Néstor Carlos Kirchner. Se la nota tranquila y alegre. Cuenta

que es docente jubilada: “lo que no imaginaba -dice- es que después de tantos años volvería a hacer docencia con un pañuelo en la cabeza. Docencia por la vida”. Su padre era oficial de caballería, su hermano también y sus hermanas estaban casadas con oficiales de aeronáutica. “Lo único que sabía de política es que era anti-peronista”. Tantas veces Alejandro me abrazaba y me decía “esta gorilita de mierda, sin embargo la quiero”. Alejandro Almeida, su hijo, militaba en el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), estudiaba medicina y trabajaba en el Instituto Geográfico Militar. Taty no supo de la militancia de Alejandro hasta el día de su desaparición, antes del golpe cívico-militar clerical. “Una vez en una tabla de planchar veo una estrella hecha con birome y le digo: ¿Esa es la estrella judía, Ale? ¡Era la estrella del ERP!” Recuerda Taty. Antes de su desaparición, palabra que Taty remarca al relatar la historia de su hijo, Alejandro vivía con ella. Llegó una noche y le dijo que al día siguiente no iría a trabajar porque tenía un parcial, “Ya vengo” fueron las últimas palabras que Taty escuchó de su boca. “Él siempre avisaba” dice Taty. Por eso al día siguiente cuando vio que no estaba, comenzó a buscar alguna nota que él hubiese dejado. Así se encontró con una agenda de teléfono que tenía en las últimas 24 páginas, 24 poesías. Las poesías que hoy componen el libro “Alejandro, por siempre…amor”, publicado en 2008. Fue al leer estas poesías que tuvo la

primera semblanza de las opiniones de Alejandro y de su repudio a la injusticia. Entre ellas había una que su hijo le dedicó: “Me hizo bolsa”-explica- “En muchas de sus poesías él sabe que lo van a matar, sabe que va a morir. Y esa es una poesía de despedida”. Tras la desaparición de Alejandro, desesperada, Taty comenzó a averiguar por su cuenta. Recurrió a sus conocidos militares y la respuesta que recibió fue que no había nada que pudieran hacer, que era culpa de los peronistas. “[Leopoldo] Galtieri fue jefe de mi hermano, el General Camps, [Orlando] Agosti que era compañero de uno de mis cuñados. A todos ellos recurrí sin, ni por casualidad, imaginarme que todos estos conocidos míos eran los que estaban actuando antes del golpe”. Taty recuerda que hace tiempo le preguntaron qué sintió el 24 de marzo de 1976, y que, poniéndose en la cabeza de aquella Taty, respondió que ese 24 de marzo pensó que al fin se irían esos “negros de mierda” y llegarían sus conocidos, y que por fin recuperaría a Alejandro. “Yo tenía 45 años” observa “Yo viví 45 años en otra, sin entender nada, y el aterrizaje fue forzoso, fuerte, tremendo”. En 1980 se animó a acercarse a Madres de Plaza de Mayo. “No me animaba a acercarme en 1977, porque decía van a pensar que soy una espía, con mi curriculum…”. Cuando se animó a acercarse a la casa de las Madres de la calle Uruguay, la acompañó su hija Fabiana, y recuerda que al entrar y ver las fotos en la pared sintió que no era la única.


FRONTERAS ENCRUCIJADAS

Quien atendió a Taty en su llegada a Madres de Plaza de Mayo fue María Adela Gard de Antokoletz, una de las fundadoras, a quien ella define como La Madre con mayúsculas, “La dama digna”. Recuerda que al recibirla le preguntó lo único que se le preguntaba a una madre cuando se acercaba por primera vez “¿Quién te falta a vos?”. Para Taty, unirse a Madres fue lo mejor que pudo hacer. “compartir”, dice, y remarca: “compartir logros y tristezas, todas juntas”. Desde que integra Madres, ha sido una de las figuras más públicas. Al preguntarle por cuáles son las responsabilidades que siente que tiene como Madre de Plaza de Mayo, ella explica que su misión es difundir la historia de las madres: “Que se den cuenta que todavía estamos activas. Esa es nuestra misión, seguir exigiendo permanentemente Memoria, Verdad y Justicia legal, jamás justicia por mano propia”. Entre sus experiencias recuerda en particular una en Torino, de donde es ciudadana Ilustre. Cuenta que le tocó ir a un colegio a hablarle a jóvenes de 16 y 17 años. “Cuando empecé a hablar no me escuchaban, hablaban entre ellos pero de a poco se fueron callando. Cuando terminé la sala quedó en silencio, hasta que uno de los chicos se puso de pie y dijo “Io sono Alejandro” (Yo soy Alejandro), y después otro y otro…Fue una emoción… Que te la debo”. Entre las placas colgadas en su departamento está el nombramiento como Doctora Honoris Causa de Córdoba.

Derechos Humanos

“Emociona porque cada reconocimiento que nos hacen es a nuestros hijos, porque desgraciadamente es por ellos que existimos las madres”, dice con alegría al tiempo que con pesar. Tras tantos años de historia y lucha, considera que la sociedad ha tomado conciencia de la historia del terrorismo de Estado. Y destaca el papel de la juventud en la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia. “Para eso estamos no sólo las madres, sino también tanta juventud maravillosa que tenemos, militante”. Dice con certeza, lo que ya le han dicho tantas veces: “Nosotras las semillitas de nuestros hijos las tomamos y las plantamos, y el resultado son ustedes los jóvenes”. Destaca entre los cambios y los avances que hubo dentro de esta lucha la política del presidente Néstor Kirchner, con quien aparece en un cuadro que tiene en el living de su casa. “Néstor Kirchner fue el primer presidente que tomó los derechos humanos como política de Estado” y aclara “No de un gobierno, de Estado”. Al pedirle que compare con las políticas de derechos humanos en la actualidad, Taty considera que hubo un “retroceso espantoso”, que ofende a los organismos de derechos humanos y a la memoria de los desaparecidos. “¿Dónde se ha visto un gobierno constitucional donde haya presos políticos como Milagro Sala y sus compañeros de La Tupac?” pregunta. También pregunta por Santiago Maldonado. En la puerta de su departamento

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está la foto de Santiago, que interpela: ¿Dónde está? “A este chico lo desaparecieron “por algo”, igual que a nuestros hijos. No fue ni por estúpidos, ni por perejiles. Eran militantes políticos, MILITANCIA, no hay que tenerle miedo. Compromiso, compañerismo, ocuparse del otro”. Estuvo en la concentración a un mes de la desaparición de Santiago y fue convocada para la grabación de la canción escrita por Gastón Maldonado, hermano de Santiago, para reclamar por su aparición. En esta grabación su voz repite la pregunta ¿Dónde está Santiago Maldonado? Sobre ese momento relata “Te soy completamente sincera que me hice bolsa, porque es como preguntar dónde está Alejandro, dónde están los 30.000”. Ante la consulta sobre cuál es su opinión de la comparación del gobierno de Mauricio Macri con la dictadura, ella contesta con claridad “Esto no es una dictadura, y tampoco hay un plan sistemático para desaparecer personas. Lamentablemente la manera en la que se manejan, retrotrae a épocas pasadas. Y eso es lo que buscan, instalar el miedo, que es lo que no hay que permitir de ninguna manera. Hay que tener cuidado y estar muy preparados pero no hay que tener miedo. Nosotras no lo tuvimos en su momento”. A pesar de que la coyuntura sea desalentadora, Taty rescata la reacción de la gente. “En buena hora, cada vez somos más los que tomamos conciencia. Hace 20 años o más estábamos tan solas. El terror paralizó, y gritábamos lo que ahora volvemos a gritar: Aparición con vida”. Rescata las movilizaciones multitudinarias como la marcha federal, la concentración contra el 2x1, la marcha de los docentes como muestra de que la gente reacciona ante las políticas del gobierno por esa conciencia que se pudo conseguir en tantos años de lucha. Para finalizar, pide dar un mensaje: “Para los jóvenes, cuando estén un poco caídos piensen y digan fuerte: Si las madres pudieron, por qué no nosotros ¡Arriba! ¡Fuerza!”


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FRONTERAS

NAHUEL PUYAPS, DE SUDOR MARIKA

“GRITAMOS: MUERTE A LA MORAL” Bajista de la banda Sudor Marika, cumbia con conciencia de clase, antipatriarcal con espíritu festivo y orgullo LGBTIQ. Psicólogo y docente; puto y marica, prefiere plantear a las identidades como estrategias de lucha. Ahí donde el sentido común crea divisiones, él con su banda construyen trincheras para sudar afectos alegres y mutar los insultos en juegos para generar disidencia.

Por MATÍAS BALDOR

Nahuel Puyaps es, ante todo, un ser político que cree que la izquierda, más que un partido, es un modo de pensar el mundo. Egresado de la UBA, cuenta que la universidad le hacía ruido y que siempre hubo una búsqueda de pensarse por fuera del formato tradicional de la academia. Artista de teatro más que bajista, encontró en la cumbia la unión de sus pasiones; explayar la crítica y conectar los cuerpos. Preciso y medido con sus palabras, explica que la normalidad establecida de la moral blanca, cristiana, heterosexual y capi-

talista son repudiables al tiempo que busca generar incomodidad en los esquemas heteronormativos. -¿Por qué el nombre de Sudor Marika? -Cuando empezamos nos llamábamos “Grasas Trans”, éramos 4 o 5. Esto arranca en el último año del kirchnerismo. Después, nos enteramos que ya había una banda con ese nombre y tuvimos que mutar. Y, sí, solo es un nombre pero parece que genera algo. Muchas de nuestras cosas surgen desde el juego, algo que para mí le da vida a la banda, y el nombre

apareció de esa manera. Pero uno no juega con cualquier cosa, como uno no se ríe de cualquier cosa, de qué te reís te pone en un lugar en el mundo. Hay gente que lo hace con frases nefastas porque siempre se ríen de una minoría o en base a la opresión a otros. Por eso, hay un recorrido para nombrarse. De hecho, hay gente que nos interroga y nos dice que el nombre es violento; genera incomodidad y eso nos encanta. El juego produce comunidad. Sudor Marika puede ser cumbia divertida para algunos y para


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otros puede ser una trinchera donde llenarse de afectos alegres para volver otra vez a la vida diaria, ya no cargados de una angustia, de ese peso de no llegar a fin de mes, de tener miedo a que te echen o miedo a opinar distinto. -¿Cómo fue que llegaste a ser parte de la banda? -Hacía teatro callejero y esto apareció como una oportunidad de hacer una performance más que música. No me considero músico, o sea, toco el bajo pero no vengo de una carrera musical como Sebas [Sebastián Sazali], que es el tecladista y tiene detrás una carrera musical en un conservatorio. Sí tuve una banda cuando era pibe, una banda de rock ‘n roll. Cuando estaba en mi adolescencia hacía música de los Rolling Stones, Ratones Paranoicos y algo de Pappo. Es interesante pensar que a mis 16 años no hubiese estado en una banda que se llamara Sudor Marika, no lo hubiera tolerado. Un día Vicente [Vicente Quintreleo] que es re manija, me dijo: “Che, vos que tocabas el bajo, armemos una banda de cumbia”. Al principio, medio que me

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hice el boludo y no le di mucha bola, pero me insistió y decidí hacerlo, y hay algo en Sudor, que no sabíamos todavía, que produce generosidad y hay poco juicio hacia el otro, y, a partir de eso, se armó un clima de laburo bueno y nos empezamos a juntar y a pensarlo más en serio. Rocío [Rocío Tirita] era amiga mía de la facultad, yo sabía que ella había intentado algunas bandas con chicas sin éxito, y la sumé sin dudarlo. -¿Por qué hacer cumbia? -Vicente y Sebas son pareja y viven juntos, si entrás a su casa, en Dock Sud, te encontrás escuchando cumbia, casi sin querer. Pero, en realidad, todos escuchamos y bailamos; hay algo que nos une y nos hace sentirnos cómodos, y eso fue la cumbia. Primero pasan las cosas y después uno las explica. En general, hay un clima de fiesta en Sudor, somos todos fiesteros; se juntan los cuerpos, hay complicidad, hay fiesta, hay una identidad que la planteamos como estrategia. Y entendemos que la cumbia es como la “marika” de la música, porque tiene

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un sentido de marginalidad impuesto por la sociedad, hay gente que se jacta de no escucharla como si fuese una mala palabra. Hay un lugar de la cumbia que viene de los sectores populares que es interesante escucharla porque cuentan historias y son testimonio de lo real, aunque después venga el sistema capitalista que se apropia de todo y lo banalice. La cumbia genera ese espacio incómodo donde hay cuerpos que se sienten cómodos, entonces hoy es más contestataría que el rock, que está en crisis por todos los abusos que emergen. -¿A qué te referís con plantear una identidad estratégica? -En determinados momentos es necesario usar la carta de la identidad como minoría, como disidencia y, a veces, es necesario devenir y usar otra máscara, otra estrategia. Por ejemplo, cuando se dio la ley por el matrimonio igualitario [Ley 26.618/10], yo no quería y ni quiero casarme, no me interesa la idea por dar esa lucha porque habilita a que somos nosotras las que decidimos y no los demás.


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Pero no haría de esa la única bandera, ni mi sentido de vida. La identidad como estrategia la utilizaré para lograr conmover algún lugar pero si esa identidad me atrapa hay que darse cuenta y huir. -¿Sudor Marika no se entiende sin su contexto político? -Exacto, no estamos por fuera de lo que está pasando o pasó. -¿Cómo es eso? -Fue en un acto público donde confirmamos que éramos una banda, el acto se llamaba: “Amor sí, Macri no”, y sabíamos tocar 5 temas creo, y antes que nosotros tocaron músicos re grosos del estilo de Liliana Herrero. Todos juntos en Parque Centenario con esta urgencia que no venga el macrismo, y quizás ahí sin saberlo fue uno de los pasos que marcaron cómo seríamos. Sudor Marika no se entiende sin su contexto político, también hay algo que nos une y eso motoriza, y si no te interesa la política no entenderás el porqué de tocar gratis un lunes a la noche en Tribunales o un viernes en Plaza de Mayo. Si solo querés ser un músico no te vas a sentir cómodo y si sos solo militante bueno, bien, pero tenés que tener algo de músico. Es un cruzamiento; un tejido.

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-¿Buscan perturbar la moral? -En Sudor decimos “muerte a la moral” o que estamos en contra de la moral porque estamos en contra de ese libreto de vida que se infiltra; las reglas para vivir. Y eso puede funcionar en cualquier grupo, o sea, está la moral blanca, cristiana, heterosexual y capitalista que funciona como un conjunto de reglas que dicen cómo hay que vivir, y todo lo que es distinto o funciona por fuera de esa normalidad es discriminado. -¿Te sentiste discriminado?

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-Viví mucho tiempo camuflado y no la pasé mal. Pero trabajé en educación, trabajé en varios espacios donde decir que eras homosexual, puto o gay no era cómodo y había una sospecha de perversión, de pedofilia. O sea, se mezcla todo. En el imaginario hay un conjunto. Cuando salió la ley del matrimonio igualitario empecé a trabajar y podía enunciar el nombre de mi pareja o el hecho de ser homosexual, y creo que cuando uno enuncia no habla uno sin un trasfondo, sino que se habla desde un momento histórico, un contexto que te deja decir. -¿Y los insultos? -En las teorías queer se utiliza el insulto. Es decir, nos apoderamos del insulto y si me nombro como vos me insultás, perdés el poder que tenías sobre mi. Las putas también se apropian y los villeros, igual. Ahí, donde la heteronorma se encargó de poner un estigma, si me nombro así, pierde el sentido original de la palabra. Hay que mostrar las distintas identidades pero si te encierra eso, es una trampa. Es necesario agregar letras, pero no tanto para luchar por agregar una letra más sino para romper con esa unidad homogénea de la heteronorma.

Las Yeguas Del Apocalípsis (2017) Primer disco de Sudor Marika


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AÑO 4 - #8 JULIO-DICIEMBRE 2018 ARG $60 ISSN 2451-5590

SUDOR MARIKA CUMBIA POR LA DIVERSIDAD

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MAMÁ DE MELLIZAS A LOS 45: ÓVULOS CONGELADOS


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