Q FRONTERAS
FRONTERAS
1
AÑO 1 - #2 JULIO - DICIEMBRE 2015 ARG $30 ISSN 2451-5590
BLANQUITO DE TODAS LAS QUEJAS
SUBESTACIÓN SOBRAL TESTIMONIO DE UNA LUCHA
SUMARIO
2
lo que desarrollaremos en este número de
LA LUCHADORA
38
pág EL 159 Y LAS QUEJAS
pág
4
OSVALDO TONDINO
13
pág
LA ESTUDIANTE
20
pág
ROBERTO GALARZA
42
pág
25 AÑOS DE UNQ
16
pág
TRABAJO DIGNO
22
pág
MEDIO SIGLO DE ROCK
30
pág
STAFF FRONTERAS
Revista de la Licenciatura en Comunicación Social de la Universidad Nacional de Quilmes Año 1 - Número 2 Julio - Diciembre de 2015
COORDINACIÓN:
EDITORIAL
Daniel Badenes Ximena Carreras Doallo Javier Vidal
3
Por XIMENA CARRERAS DOALLO CONSEJO EDITORIAL: Natalia García Cora Gornitzky Leonardo Mora Doldán Pablo Morosi Alejandra Pía Nicolosi Mónica Rubalcaba Leticia Spinelli Washington Uranga
PARTICIPAN EN ESTE #2: Martín Álvarez Rosana Baldani Daniela Sol Bustos Guillermo Cabrera Ayelén Calcaterra Belén Castiglione Paula Curti María Eugenia Dichano Marianela Di Marco Daniela Giménez Tizzano Luz Jauri Manuel Jove Agustina Marino Bruno Murabito Tamara Orlando Ariel Pereyra Agustín Piermattei
Entre la tormenta de ideas para bautizar este proyecto editorial, Fronteras sorteó otros términos posibles y se erigió en el nombre de la primera revista de la carrera de comunicación social de la Universidad Nacional de Quilmes en sus 25 años. Una frontera es un concepto, un objeto y una metáfora. Constituye bordes materiales cargados de sentidos diversos y artificiales, históricos, sociales y culturales. El profesor norteamericano Russ Castronovo sostiene que “los límites aparecen como una oportunidad [como espacios] para imaginar”. Es un espacio acotado al tiempo que se trata de una región desafiante, da pertenencia y permite establecerse, así como genera identidad. En su libro Borderlands/La Frontera, la activista queer Gloria Anzaldúa sintetiza que “el potencial de las fronteras está en que celebra la apertura de nuevas formas de entendimiento humano”. Atravesar fronteras implica la identificación, la visión, el pasaje y la reformulación y debe hacerse mediante un rito de iniciación con la superación de umbrales. De este modo, la frontera se transforma en una abstracción para delimitar otredades. Las hay geográficas y son marcas humanas, son signos para ubicarnos y encontrarnos, están porque las necesitamos y, a veces, las franqueamos. Las fronteras se instalan
e instituyen como un espacio que construimos y deconstruimos entre todos... El antropólogo noruego Fredrik Barth señala que las fronteras son situacionales y no primordiales. Las fronteras entre territorios son grandes espacios semióticos. El lenguaje es una frontera: tiene características propias, sentidos pero muta en el uso. Fronteras, al tratarse de un producto gráfico, está acotado y limitado al papel. Ese también era un límite, por eso expandimos nuestros alcances al explorar la web y producir con mayor periodicidad para ese soporte. Las fronteras se pueden dibujar con líneas de trazos continuos o en puntos suspensivos en tanto límites finitos y concretos; o como aquellas que corremos, que son permeables, que revisamos, que son porosas, que permiten acuerdos. Las fronteras son de superación, son metas, hitos para hacer pie y seguir, para pensar y demarcar, para ver y generar otros nuevos. La revista Fronteras refiere a su entorno, a Quilmes, al conurbano bonaerense y a la UNQ como espacios y agentes históricos que participan de la formación de identidades locales. La publicación Fronteras es un desafío que nos propusimos desde 2014, pero que elaboramos a diario entre todos, con palabras e imágenes, con imaginarios y deseos.
Agustina Rivera Antonella Ursino Cristhian Vazquez Matías Vlahusic Federico Wimmer FRONTERAS ES UNA PUBLICACIÓN DEL ÁREA DE PRODUCCIÓN GRÁFICA DE LA LICENCIATURA EN COMUNICACIÓN SOCIAL DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE QUILMES. Editor responsable: Daniel Badenes / ISSN: 2451-5590 Roque Sáenz Peña 352, Oficina 118, Bernal, Buenos Aires, Argentina.
/ Contacto: revistafronteras@unq.edu.ar
4
Tierra Adentro
AUMENTARON LAS DENUNCIAS DE LOS USUARIOS CONTRA MOQSA
UN COLECTIVO DE RECLAMOS No respetar la parada ni brindar las frecuencias necesarias son los aspectos más denunciados por usuarios de la empresa Micro Ómnibus Quilmes Sociedad Anónima que a diario transporta miles de personas hacia la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Tanto desde la prestataria, cuya línea madre es la 159, como desde el gremio del sector reconocen las falencias del servicio y las adjudican a la vigencia de una “mala política de transporte” en la que incide el régimen de subsidios. Los registros de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte consignan un sostenido aumento de las quejas. Por AGUSTINA MARINO, LUZ JAURI, y DANIELA GIMÉNEZ TIZZANO Fotos BELÉN CASTIGLIONE
No es una novedad que el servicio de colectivos para viajar desde el sur del conurbano hacia la Ciudad de Buenos Aires deja mucho que desear. Sólo basta con ponerse en la cola de la línea 159 de Micro Ómnibus Quilmes Sociedad Anónima (MOQSA) y trepar a cualquiera de las unidades para experimentar lo que, de acuerdo a datos empresariales, viven alrededor de 85 mil personas cada día como usuarios. Según Mariano, un joven que acostumbra tomar el servicio semirápido Berazategui en Plaza Roma para volver a su casa después del trabajo, “se viaja mal, terriblemente mal. Estamos horas esperando el colectivo y viajamos como ganado”. Unos metros más atrás, en la larga cola está Micaela Gaitán, que aguarda el 1 por Mitre. “Vengo a la terminal porque viajás sentada; parada se viaja muy mal porque hay muchísima gente en el
colectivo”, opina, al tiempo que asegura que “no se cumplen los horarios, sino no tendría que esperar 40, 45 minutos cada colectivo, hay muy poca frecuencia. Nunca me animé a denunciar, siempre me quejé pero nunca denuncié de modo formal.” Para Gaitán, “la falta de coches suele darse en esta línea, porque tomo otra desde el metro bus y viene cada 10 minutos”. Si se comparan los primeros semestres, desde 2010 hasta 2015 inclusive, el total de denuncias de usuarios recepcionadas en la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) contra El Banquito aumentó en un 64 %. La CNRT es el organismo encargado de controlar el transporte público. Debe chequear que se cumplan las frecuencias de los distintos ramales de colectivos, entre ellos, la línea 159. La categoría “No respetar la parada” obtiene el mayor porcentaje de denun-
cias a lo largo de los años. Sin embargo, no se discrimina entre los casos en los que el colectivo no frena en las paradas reglamentadas por estar excedido de capacidad de pasajeros o por una infracción cometida por el chofer, sin justificación alguna. El segundo ítem más denunciado es el de “falta de frecuencia”. La queja más habitual de los usuarios en los diferentes foros de transporte es la del tiempo de espera en las paradas y cómo se viaja dentro de los coches, en particular en hora pico. Tal es el caso de Sebastián Ferragut, habitué del ramal 2 por Acceso, que comenta: “espero 40 minutos para ir cómodo. Alguna vez llegué a esperar una hora para poder hacer el recorrido sentado.” Otro ejemplo de esta problemática son los reclamos presentados en el sitio web foros.3dgames.com.ar, entre los que
FRONTERAS
5
Tierra Adentro
“Lunes 31 de agosto de 2015, estación de Bernal, J.E. Uriburu y Roque Sáenz Peña, 8 hs, línea 159, ramal B/G (Barrio Gráfico)”
se encuentra un comentario del usuario Polo, en el que se queja del exceso de ascenso de pasajeros en hora pico y el destrato del chofer: “Lunes. 6:50. Voy a la parada a tomar el colectivo el cual tardó en llegar. Subo, [está] lleno de gente, fui el último en subir, era la puerta y yo. MOQSA, 1 por Mitre (Va desde Berazategui hasta el correo central -no por autopista-). Saco el boleto desde la puerta haciendo una parabólica humana, hace dos cuadras y sube a una mujer con un nenito chiquito… a todo esto le digo al tipo antes que los suba: ´Che, no entra más gente, mirá donde estoy (al lado de la puerta y con todo el respeto)´. El tipo ni bola, sube a la mina (le saqué el boleto YO a la mujer)… Una vez que la mujer tenía el boleto en la mano el tipo me retruca diciendo: “¿Qué decías?”, como haciéndome ver que entraba más gente, de manera soberbia. Mientras adelante
copábamos la parte donde está el chofer, subió a ocho personas más en una parada... Y SEGUÍA. Llegué a contar 68 personas PARADAS nada más, llegué a esos pero había un par más. El tipo seguía subiendo gente y nos dice a los que estábamos al lado de él: “A ver si nos corremos más para el medio”. Subió una ancianita que se tuvo que quedar adelante donde no hay asientos... una mujer de 80 años fácil. Imagínate si choca ¿De dónde nos agarramos sin volar por el parabrisas? Me dio una bronca e impotencia terrible. También son MUY poco puntuales los colectivos…a veces pasan a las 7, y varias veces me quedé clavado esperándolo hasta las 7:40 (y llegué tarde a la facultad). A todo esto ¿Qué medidas se pueden tomar? ¿Son efectivas? Estoy muy seguro que no soy el único que viaja así.” El tercer asunto más denunciado ante
la CNRT se refiere a cómo conducen los choferes. Al respecto, la pasajera Elisa Procopio dijo que “es un desastre como se viaja, hay mucha gente en los colectivos. Además manejan muy rápido, Yo tuve un accidente en colectivo el 22 de julio, me caí muy mal, vino la ambulancia y me llevaron al hospital de Quilmes, luego de eso hice la denuncia”. Esta mujer, que al ser consultada aguardaba la L Azul, agregó: “Tomo un semi rápido para viajar cómoda, y no para que choque. Hace unos años atrás sólo subían los que podían estar sentados, parado no iba nadie, ahora se viaja como animales”. Si bien las quejas que pueden recogerse durante el trayecto son idénticas a las que registra la Comisión Nacional de Regulación del Transporte, llama la atención la escasa cantidad de reclamos formalizados ante la oficina dependiente del Gobierno Nacional.
6
Un simple sondeo entre pasajeros sirve para explicar el motivo: la mayoría desconoce la existencia del registro oficial de quejas. Lo cierto es que pese a que decenas de miles de personas usan la línea cada día y resoplan sus críticas en cada viaje, las denuncias computadas en el organismo oficial representa menos que el 1% del total de usuarios. Las protestas, sin embargo, tienen otros recorridos y se viralizan por las redes sociales. Una denuncia realizada por el usuario José E en el foro tuquejasuma.com afirma: “mi reclamo radica en la frecuencia lamentable e irrespetuosa para con el usuario. Hoy esperé en las esquinas de 12 de Octubre y Vicente López, 40 minutos dicho servicio, sin éxito. Tuve que
Tierra Adentro
emprender mi viaje a pie hasta Rodolfo López y Urquiza” y agregó “lo que sucedió hoy es cosa de todos los días. Este servicio entre coches en el mejor de los casos sucede entre 20 0 25 minutos, sobre todo en dirección Gutiérrez a Correo Central”. Al respecto, el gerente de personal de Micrómnibus Quilmes Sociedad Anónima, Osvaldo Sosa, explicó que “con más micros se podría mejorar el servicio pero desde hace quince años que no hay aumentos permitidos en la cantidad de colectivos que tienen las empresas”. Daniel Ouedjianl representante de la seccional de zona sur de la Unión de Transporte Argentino (UTA) señaló: “No nos sorprende lo que pasa en la 159 porque lamentablemente vemos que sucede en todo el sector pero
FRONTERAS
que no tienen más habilitación de unidades”. “Si la tarifa estuviese al precio que debería estar, sí culparíamos a las empresas pero como lo regula el Estado tienen que manejarse con los parámetros que les dan. Lamentamos esta mala política de transporte pero es la que hoy tenemos. Es probable que con el parámetro de mínimos y máximos cumplan la frecuencia establecida por el marco regulatorio pero no la necesaria para el usuario. No alcanza en la línea 159 ni en ninguna. Hoy, con el tema de los subsidios, no se le habilitan unidades a ninguna línea”, explicó el sindicalista.Según un documento de la Federación Argentina de Transportadores por Automotor de Pasajeros (FATAP), desde 2003 hasta 2013, la cantidad de
FRONTERAS pasajeros que se transportan aumentó en un 18%, mientras que la cantidad de unidades en servicio sólo un 8%. Por otro lado, también disminuyó la cantidad de empresas, de 98 a 91 y, por lo tanto, se produjo un aumento en la concentración de líneas por empresa, que pasa de tener un promedio de 1.38 a 1.51.
7
Tierra Adentro FRECUENCIAS La reglamentación indica que el Ramal L Azul desde las 6 hasta las 9.02 debe salir cada 7 minutos; el Ramal 2, desde las 5.56 hasta las 8.02 debería cumplir igual frecuencia, un servicio cada 7 minutos. El Ramal B/G Expreso desde las 6.23
hasta las 9.33 tendría que salir cada 10 minutos, mientras que el servicio común que no toma la autopista debería partir cada 15 entre las 5.15 y las 9.30. Por su parte, el Ramal L Roja por Av. La Plata tiene que cumplir con un servicio cada 14 minutos desde las 5.50 hasta las 8.38 y el Ramal L Roja Pueblo Nuevo
EL BLANQUITO El 15 de abril de 1938, la empresa Micro Ómnibus Quilmes obtuvo su primer permiso de concesión, con la línea 1, para prestar el servicio de autotransporte público de pasajeros. En sus inicios, la estructura jurídica comenzó como SRL, para pasar a convertirse en SA en 1975. Hoy cuenta con 239 socios. Radicada en Berazategui, MOQSA cuenta con una superficie de siete hectáreas donde están ubicadas las oficinas administrativas y los talleres, lo que incluye secciones de gomería, engrase, lavado, carrozado, pintura, etcétera. En el predio funciona un bar-restaurante para los empleados y una estación de servicios que también expende combustibles al público general. En tanto, en el cruce de Florencio Varela, existe una terminal propia con oficinas de control, instalaciones sanitarias y playa de estacionamiento. “El Blanquito”, como es reconocida
la empresa, empezó con la gerencia de la línea 159 y luego adquirió otras como la 603, ex M.O.C.B.S.A., que fue comprada porque estaba virtualmente fundida. En 1984 se hizo del paquete accionario de Micro Ómnibus Gral. Belgrano, y se quedó con la línea 372; en 1987, MOQSA compró el Expreso Ranelagh S.A. y pasó a contar también con la línea provincial 300 y la comunal de Quilmes 584. En julio de 1998, con otras empresas, MOQSA funda El Nuevo Halcón S.A. y suma la línea 148 de la ex El Halcón de Varela. En 2013 se hace cargo de las líneas 22 y 500, ante la imposibilidad de los anteriores dueños de abonar el salario de los trabajadores y brindar el servicio a los usuarios. En la actualidad, la empresa no ofrece una comunicación fluida con sus usuarios; su sitio web www.moqsa.com está desactualizado y el único medio para poder leer novedades de los servicios de la línea 159 es una página
en Facebook creada por los propios choferes para poder dar a conocer cambios en los recorridos, cese de actividad, entre otras noticias. Sin embargo, esta página no es oficial y a pesar del esfuerzo que realizan por responder las consultas de las personas, en ocasiones se presentan quejas que no pueden resolver. Los choferes lo expresaron en un mensaje publicado el 1 de julio de este año: “Los administradores estamos muy agradecidos a todos ustedes por consultar esta humilde página y esperamos haberlos ayudado al menos alguna vez a sacarles una duda o que alguna información les haya sido de utilidad. Ese fue nuestro propósito en el momento de crearla. Entendemos el enojo y las quejas sobre el servicio pero hay cosas que escapan a nuestro conocimiento y no podemos contestar. Trabajamos como ustedes y nuestros familiares también viajan en este medio de transporte”.
8 desde la 6.01 hasta las 9.03 debería partir cada 14 minutos. Por último, el Ramal 1 desde las 2.20 hasta las 21.40 debería salir cada 20 minutos. Estas frecuencias se corresponden al horario pico de la tarde, enmarcado entre las 17 y las 19:30 o 20 de modo aproximado. Un ejemplo del incumplimiento de las frecuencias es el del ramal Barrio Gráfico (B/G), cuyo tiempo de espera entre las 8:30 y las 9:00 varía entre 15 y 20 minutos en la estación de Bernal (el punto desde donde parte el recorrido). Se repite por la tarde, cuando el colectivo viaja desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hacia Quilmes. Parte, en este caso, de la Plaza Roma y es habitual esperarlo 15 minutos, como mínimo. Las colas máximas se generan en el horario entre las 18 y las 19.30 en la Plaza, que supera, en muchos casos, los 100 metros de extensión. Tal como relatan los usuarios, “viajamos muy apretados y, a veces, debemos usar la puerta delantera para bajar porque es imposible acceder a la trasera con la cantidad de gente que viaja. También pasa que si estás cerca de la puerta, tenés que bajar para que otros puedan descender del colectivo”, comenta Agustina Marino.
Tierra Adentro CANTIDAD DE PASAJEROS POR COCHE En cuanto a la cantidad de gente que es transportada en los colectivos, desde la CNRT y la UTA, sostienen que no hay regulación, sino que queda en el criterio del chofer cuánta gente puede subir al coche, siempre y cuando no se vea afectada la seguridad de los usuarios, es decir, “mientras que el chofer pueda tener una buena visibilidad a través de los espejos retrovisores y la puerta”, cuenta Daniel Ouedjian, representante de la seccional de zona sur de la UTA. Si bien no tuvimos acceso a los registros de la CNRT, ya que, según se explicó, forman parte del secreto estadístico, MOQSA estima que la cantidad de pasajes registrados en la línea 159 asciende a los 5 millones por mes. Teniendo en cuenta que la mayoría de las personas hacen el recorrido tanto de ida como de vuelta, puede estimarse que por día viajan más de 80 mil personas. Tanto el gremio de los choferes como la empresa en cuestión afirman que el servicio podría mejorarse de modo considerable si se les habilitaran más unidades para poner al servicio de los
FRONTERAS ciudadanos. Sin embargo, dicen que esto no sucede porque un parque móvil más grande significa mayor cantidad de subsidios que el Ministerio de Transporte debería pagarle a MOQSA y desde el organismo público se plantea que esto no es posible. Fuentes de UTA consideraron que, hoy, las empresas de colectivos están controladas por el Estado en un 80% ya que el valor del pasaje está muy por debajo del que debería tener de acuerdo al nivel de precios nacional y la diferencia está cubierta por el subsidio que entrega el Estado Nacional. Por su parte, el gerente de personal de MOQSA, Sosa afirmó que la poca cantidad de colectivos que tienen habilitados influye en la posibilidad que tiene la empresa de cumplir con las frecuencias que se le solicitan ya que si un coche se demora más de lo esperado en realizar el recorrido (sea la ida a CABA o la vuelta), se dificulta la posibilidad de estar a tiempo en la terminal. La baja frecuencia de los colectivos influye de modo directo en la calidad del servicio que se presta, lo que hace que los usuarios deban viajar apretados, incómodos y que el tiempo de espera en las paradas sea mayor al que deberían tener.
9
Tierra Adentro
SIN ALTERNATIVAS Los medios para llegar a la CABA desde la zona Sur del GBA no abundan. La línea Roca del ferrocarril conecta La Plata con Constitución y el viaje desde Quilmes o Berazategui hasta la Ciudad Autónoma dura casi una hora. Por otro lado, en horario pico, suele colapsar y no es raro ver usuarios colgados de las puertas para poder viajar. Varios optan por otros medios de transporte ya que hurtos y robos en los vagones son moneda corriente. Las líneas de colectivo que parten desde Berazategui, Varela y Quilmes y llegan a la ciudad porteña son la 148, la 22, la 98 y la 159. Con excepción de la última, ninguna hace su recorrido por autopista lo que abarata el costo del pasaje pero extiende el tiempo de viaje. Además, la línea 159 cuenta con mayor cantidad de rama-
les, que implica una mayor variedad de recorridos. No todos los ramales de la 159 toman la autopista pero sí la mayoría, al menos en los horarios picos diario como es el caso del ramal B/G. Allí radica el valor agregado de esta línea ya que se trata del servicio que menos tarda en hacer el recorrido. Por esta razón es que tiene tantos ramales y es tan popular. Son muchos los usuarios de los partidos mencionados que la eligen para poder ir y volver a sus trabajos de manera diaria. MOQSA opera líneas comunales, provinciales y nacionales que hacen trayectos interjurisdiccionales, como la línea 148, 219, 300, 372, 383, 500, 22, 502, 584, 603 y 619. Líneas que han recibido quejas por parte de los usuarios en repetidas ocasiones.
REPRESENTACIÓN CIUDADANA Las denuncias antes mencionadas son las realizadas por los usuarios de esta línea en la CNRT. En el ámbito local, los concejales quilmeños Walter Queijeiro y Patricia Capparelli (ambos parte de la Comisión de Tránsito y Transporte), sostienen que no han llegado denuncias contra esta línea. Por otro lado, reconocieron su desconocimiento sobre la reglamentación de la empresa MOQSA, ya que, alegaron, se trata de una línea nacional que depende del Ministerio del Interior y Transporte de la Nación. En este sentido se expresó el Defensor del Pueblo, Luis Bratti, que afirmó no tener en el registro expedientes que consignen reclamos contra el servicio de esta línea. No obstante, consultados acerca de qué podrían hacer en caso de recibir una denuncia de esta índole, la concejala Capparelli consideró que, “si vienen a hacer una denuncia, tendremos que elevarla y pedirle información al Ejecutivo y que el Ejecutivo lo eleve a nivel nacional”. En cuanto al Defensor del Pueblo de Quilmes, sostuvo que “mientras algún quilmeño esté afectado, sólo hace falta realizar la denuncia en la Defensoría. Este organismo tiene la facultad de abrir un expediente e investigar a cualquier ente sea éste de carácter nacional, provincial o comunal”. Ante el desconocimiento de los organismos oficiales sobre la problemática o inacción propia de los usuarios, un grupo de vecinos de Florencio Varela creó una página de Facebook llamada “En Varela viajamos como vacas” donde denuncian, entre otras, a las líneas 148 y 500, que también forman parte de la firma MOQSA. Estos usuarios, que se ven afectados a diario por el mal servicio de estas líneas, se organizan y juntan firmas para que los concejales del partido exijan una expansión en la franja horaria de los viajes y un aumento en la frecuencia de colectivos que salen.
10
Intercambios
FRONTERAS
ERNESTO CAMILO MARGNI, ATLETA PARALÍMPICO
CAMINO AL ANDAR Sufrió una parálisis cerebral al nacer que lo dejó “rengo”, pero eso no le impidió ser atleta y participar de juegos olímpicos. Ahora estudia psicología y reflexiona sobre el deporte como herramienta de inclusión social. A los 42 años, en diálogo con Fronteras, hace un balance de su vida. Por MANUEL JOVE y MARTÍN ÁLVAREZ
Lo que no mata, fortalece. Reza así una repetida frase popular. Repetidísima. De esas que se le adjudica a muchos autores. De esas que te dicen siempre que la vida te cruza algún obstáculo, cualquiera sea. Una de esas frases que, por reiterada, a veces pierde su fuerza, su valor original. Pero que es cierta, nadie lo puede discutir. Quien tenga dudas al respecto puede pedirle referencias a Ernesto Camilo Margni, protagonista estelar de una historia de contratiempos y oportunidades. “Por algo me dicen Rengo” comenta, mientras deja escapar una tenue risa. Vaya paradoja. Quién podía imaginar que alguien con discapacidades motrices realizaría semejante recorrido. El destino, ese que tantas veces se burló de muchos, esta vez parece ser la víctima de la broma. El “Rengo”, quilmeño, de 42 años, sufrió una parálisis cerebral al nacer por mala atención en el parto. Desde el año y medio, cuando dio sus primeros pasos, se mueve
con dificultad. Sin embargo, eso no le impidió convertirse en un atleta. Y no cualquier atleta, un atleta olímpico, nada menos: “Empecé a hacer deporte por la rehabilitación, para recuperarme”, cuenta. “Cuando era chico sufría convulsiones, nunca fue fácil pero si te quedás quejándote siempre será difícil. En el deporte encontré una salida que me permitió conocer muchas cosas, que me llevó a lugares donde nunca creí que estaría. Le estoy más que agradecido.” Tartamudea pero no duda. Y de a poco, con el transcurrir de la charla, se anima a soltarse. A los 14, cuando acompañaba a su hermano a las carreras del club Alemán, descubrió una actividad que desde el primer momento lo cautivó. Ocho años después ya representaba al país en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata. En esa primera experiencia quedó a un paso del podio y en 1999, en México, se colgó 5 medallas de oro. Ganó en lanzamiento de disco, en posta y en velocidad. Un año
después llegó la primera participación en una cita olímpica. Integró la delegación argentina en los Juegos Paralímpicos de Sydney. Escocia, Estados Unidos, Inglaterra, Grecia; la lista sigue. Enumera sus logros deportivos, con orgullo, uno tras otro. Infla el pecho, mientras recuerda con satisfacción sus tiempos de gloria. Pasó casi una década del retiro pero sus ojos se iluminan cuando habla de la competencia. “Hasta 1994 corría distancias largas y después empecé con velocidad. Cuando me retiré, en 2005, todos los récords nacionales en disco, 100 metros y 200 eran míos. Siempre quería ganar. Ahí todos quieren ganar. Afuera de la pista está todo bien pero adentro somos rivales.” Entre tantos éxitos, Ernesto Margni nunca perdió el eje. Se encontró con el deporte como una alternativa para superar el revés que la vida le propuso y siempre lo tuvo presente. “Se cree que para cualquier deportista competir en alto rendimiento es lo
FRONTERAS
mejor que te puede pasar, que no hay nada mejor que estar en un Mundial o un Juego Olímpico, que es lo más lindo que hay. Pero también te puedo asegurar que lo más lindo que hay es ganar la Maratón de Solano. Ese trofeo para mí es tan importante como cualquier medalla. No sabés lo feliz que fui cuando corrí mis primeros 10 kilómetros. Lo más vistoso es Sidney, Atenas, los viajes que uno hizo para la delegación argentina pero competir siempre tiene su gustito, en cualquier lado”. -¿Cómo fue el retiro? -Lo que se extraña en el primer momento son las concentraciones. Es lo que está bueno cuando arrancás. Compartís en grupo, la convivencia, eso es lindo. Pero cuando ya te molestan las concentraciones, tenés que pensar que el retiro está cerca. Es muy sacrificado. Cuando competís tenés que dejar un montón de cosas. Tenés que cuidarte, tenés que hacer dieta, tenés que armar un equipo de
11
trabajo. Por suerte en el CENARD (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) está la gente más capacitada que te ayuda muchísimo pero es muy sacrificado. El alto rendimiento no es saludable, te puede ordenar pero no es saludable. Siempre tenés la presión de mejorar tu marca, vivís pendiente de eso, laburás para eso. Y cuando dejás de competir te encontrás con el problema que tenés que reemplazar esa adrenalina. Dejás de estar en movimiento y bajo entrenamiento todo el día. En un momento termina todo, no te dan más los números, te cansás. Después del adiós definitivo al atletismo, Margni empezó en la facultad. Primero probó con derecho en la Universidad Nacional de La Plata y ahora estudia psicología en la Universidad de Palermo. Afirma que su cuenta pendiente es haberse recibido más joven. “Me recibiré a los 50 años y no podré ejercer. Soy consciente que cuando uno elige un camino resigna
otro pero no me gusta” dice con dolor y se muestra seguro respecto a lo que quiere del futuro: “Si me preguntás hoy de qué me gustaría vivir, te diría que de dar charlas. A veces me llaman a congresos o universidades y me encanta. Me gusta transmitir fuerza, motivación para que los que me escuchan puedan hacer lo que creen imposible”. -¿Tu historia habla de eso, de hacer posible lo imposible? -Si, puede ser. Pero cuando te acostumbrás a una vida en la que siempre superás las adversidades, cuando no podés con una, el golpe es más duro. Y ahí te replanteás si estás en el camino correcto. Cada uno tiene un camino y tiene que seguirlo. El camino del “Rengo” siempre fue sinuoso, complicado. Un camino que no cualquiera puede transitar. Pero él siempre se sobrepuso. Siempre se abre el camino, se hace camino al andar. Muchos fueron los golpes recibidos pero ninguno logró noquearlo.
12
“Nunca toqué la lona” dice con una sornisa. La comparación con el deporte siempre presente, claro. Su vida va ligada a eso. Mientras repasa ese camino, casi pasa desapercibido un hecho que marcaría a fuego a cualquier persona pero al que Ernesto Margni parece restarle importancia. El 22 de noviembre de 2002 fue víctima de un secuestro. Salía de la casa de su primo en el centro de Quilmes y se le cruzó un auto con tres personas. Lo retuvieron y estuvo privado de su libertad durante más de cuatro horas. “Fue un momento de inseguridad que pasé, algo feo. Lamentablemente me tocó vivirlo. Son cosas que le pueden pasar a cualquiera hasta hoy ocurren. No es un hecho que me haya marcado, ni mucho menos. Ya pasó. No me voy a poner a llorar por lo que ya pasó.” Su familia pagó el rescate que pedían y lo dejaron ir cerca del Estadio Centenario de Quilmes. El estadio donde vivió momentos de los más dulces y más amargos de su vida, según Ernesto Margni cuenta. Porque además de atleta olímpico, medallista de oro, estudiante de psicología, orador en congresos y víctima de aquel secuestro, es hincha de Quilmes (muy hincha). El club de la ciudad, de su ciudad. Hasta lo nombraron socio honorario por su destacado desempeño como deportista y hoy es dirigente del club. Habla de Quilmes con pasión, con sentimiento. Y cuenta que mien-
Intercambios
FRONTERAS
tras participaba de la alta competencia, como sea se hacía el lugar y el tiempo para viajar a todos lados a seguir a su equipo. Como en cada aspecto de su vida, cuando hace algo, lo hace con suma dedicación.
“Estar en un Mundial o un Juego Olímpico es lo más lindo que hay. Pero también lo es ganar la Maratón de Solano. Ese trofeo para mí es tan importante como cualquier medalla” A Ernesto Margni le preocupa el futuro del deporte y se pregunta sobre el objetivo del deporte: si ser para las elites o ser inclusivo. Sus condiciones de vida lo hacen optar por un deporte al servicio de la inclusión social y que fortalezca los lazos en una comunidad cada vez más resquebrajada por el accionar de las grandes corporaciones. Ernesto Margni sabe lo difícil que es llegar a vivir del deporte y es por eso que lo ve como una buena herramienta de inserción social para los chicos que se encuentran en situaciones más vulnerables: “Hay una mayoría que no llegará pero es importante que por lo menos el deporte los contenga y les de otra oportunidad (en la vida)”. Como se la dio a él.
Mirá los programas en la web tv.unq.edu.ar
FRONTERAS
Perfiles
13
OSVALDO TONDINO (1960-2015) En marzo de este año falleció Osvaldo Tondino, un quilmeño que militó por el derecho a la vivienda y al ambiente digno y que, desde el Obispado local, dedicó su vida a combatir la trata de personas, que condena a miles de mujeres a la esclavitud. En homenaje a su trayectoria, publicamos una semblanza sobre su vida y una entrevista al fiscal que continúa esa lucha.
TONDINO: “MI MILITANCIA ES SOCIAL, NO POLÍTICA” Producción: ROSANA BALDANI Osvaldo Tondino nació en Quilmes en 1960. Militó desde joven: durante la adolescencia presidió el centro de estudiantes en su escuela, en Capital Federal. Decía de sí: “Siempre tuve la sensibilidad de luchar contra las injusticias”. Tondino tenía un tranco cansino y le interesaba ayudar a los demás. Con la llegada de Raúl Alfonsín al gobierno en 1983, comenzó a trabajar como vicepresidente en la Federación de Entidades de Fomento y Organizaciones Libres del Pueblo de Quilmes. La organización, según contó en una entrevista antes de fallecer, realizó tareas para la comuna en el partido de Quilmes: “Se compraron tierras y se construyeron viviendas en Ezpeleta, el 25% de la cuota nunca podía superar el sueldo del trabajador. Hoy están las casas terminadas”. Pero Tondino combatió con igual ímpetu la contaminación ya que fue partícipe del cierre definitivo de las plantas del CEAMSE en Avellaneda y Quilmes, y fue por más. Hasta sus últimos días participó ad honorem con un conjunto de instituciones contra la trata de personas. Tondino afirmaba que desde 1985, 20 mil mujeres fueron víctimas de trata en tiempos de democracia. Este militante social sabía que “la red de trata
mueve mucho dinero, las chicas son castigadas, golpeadas y drogadas, viven en estado de esclavitud sexual”. Osvaldo Tondino era responsable del Departamento contra la trata de personas y delitos conexos dependiente del Obispado quilmeño. Cuando hablaba desde ese rol parecía más grande de contextura física: destacaba con dolor que desaparecen 750 chicas por el tráfico de personas al año. Tondino compartía el secreto que lo hacía levantarse para seguir con su labor: “no abandonar nunca la lucha”, decía. Aún cuando señalaba a la policía como cómplice necesaria de la trata de personas. Tenía claros sus objetivos porque las experiencias que había visto: “el primer caso nos llegó ya que en la Confederación de Entidades de Fomento de Juntas Vecinales de la Provincia de Buenos Aires teníamos los datos precisos que desaparecía gente en democracia, en distintas partes del país. Así fue como nos organizamos de inmediato y nos asignamos tareas. El Círculo Médico es el que asiste a las víctimas, el Club de Leones provee la ropa, la Liga de Amas de Casa brinda la comida, la Iglesia da el cobijo, la federación toma los casos, los abogados buscan judicializarlos y la Universidad Nacional de Quilmes pro-
porciona el marco para la capacitación y la difusión de este flagelo para crear conciencia ante la comuna. Por suerte tenemos un fiscal incorruptible, el Dr. Daniel Ichazo, perteneciente a la fiscalía N° 1 de Berazategui, que acciona de manera inmediata frente a los casos”. En Quilmes y Berazategui se clausuraron prostíbulos gracias al trabajo de las fiscalías, gendarmería y la comuna que denuncia. Tondino no se amilanaba con los desafíos difíciles: “ahora vamos por los proxenetas de Florencio Varela. De 2011 a 2013 se realizaron 89 allanamientos, se rescataron 275 chicas, de las cuales 179 son argentinas, 71 paraguayas, 12 bolivianas, 11 dominicanas y 2 uruguayas. Hay 60 imputados, 38 hombres y 22 mujeres. Del total, 47 fueron capturados y 13 están en situación de fuga”. Tondino era humilde y sostenía que “la vocación de servicio no es sólo mía, es de un conjunto de gente que a través de las sociedades de fomento trabaja con mucho amor. Buscamos solucionar los problemas que el Estado desatiende. Mi militancia es social, no política”. Osvaldo Tondino dejó la tarea diaria, falleció el 28 de marzo en 2015 pero marcó el camino y las huestes para continuarla.
Perfiles Puertas
14
OSVALDO TONDINO (1960-2015)
FRONTERAS
UN LUCHADOR CONTRA LA TRATA
ICHAZO: “HAY QUE TERMINAR CON LA TRATA” Por PAULA CURTI Foto MARIANELA DI MARCO
Daniel Ichazo trabaja para combatir el tráfico de personas y sus delitos vinculados a este flagelo. Junto con el Departamento contra la Trata de Personas y Delitos Conexos dependiente del Obispado y la Universidad Nacional de Quilmes, luchan a diario para extinguir esta problemática que daña a la sociedad. El fiscal Daniel Ichazo se dedica a poner fin al delito de la trata de personas desde 2007 en la Fiscalía Descentralizada de Berazategui. En 2011 fue nombrado como referente en el Parlamento Judicial para combatir este tipo de delitos. Junto con la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y el Departamento contra la Trata de Personas y Delitos Conexos, se ocupan no sólo de rescatar a aquellos que sufren este delito, sino también generar conciencia para la prevención en la sociedad. En 2012 fue premiado por la Diócesis de Quilmes por su esfuerzo y lucha, “la verdad que es raro que a un fiscal lo premien por hacer lo que tiene que hacer”, explica. Además, compartió su trabajo con Osvaldo Tondino, quien fue uno de los primeros en iniciar esta batalla y que le dejó su mensaje. “Tondino era una persona maravillosa, tengo el mejor de los recuerdos. Dejó su vida por terminar
con la trata. Rescato el legado que nos cedió y con el cual debemos continuar. Quiero resaltar ese espíritu de lucha y de compromiso que tenía Tondino para las futuras generaciones y redoblar el esfuerzo con toda la gente”. -¿Cómo surgió su compromiso con esta causa? -Nació a partir de un allanamiento en noviembre de 2010. Encontramos dos mujeres paraguayas en paupérrimas condiciones, vulnerables en lo económico como en lo social, con un sistema de control de salidas. En ese momento te das cuenta que la mujer no es puta porque quiere, sino que es cosificada por el sistema y ahí es cuando uno piensa que su hija, su hermana, su esposa, una amiga, puede llegar a caer en alguna red. Ese hecho fue el click donde surgió mi compromiso. -¿Cuál es el trabajo que realizan junto con el Departamento y la UNQ? -La idea es promocionar la actividad que hacemos como una forma de sensibilizar a la sociedad y comprometer a la gente. Que no sólo se conozca que hay mujeres, niñas y adolescentes en esa situación, sino también que denuncien. En las parroquias pueden hacer la denuncia sin dejar ninguna información
personal, con que me den el dato de algún prostíbulo, inicio la investigación de oficio. Además, el Departamento ayuda a las víctimas luego del rescate. -¿Cuáles son los resultados hasta el momento? -No digo que erradicamos el 100% de los prostíbulos de la jurisdicción pero todo aquello que estaba visto por todo el mundo como un lugar de esparcimiento más, ya no existe. Entre 2011 y 2013, que fueron los años más duros, llegamos a hacer alrededor de 250 a 300 allanamientos, con un promedio alto de mujeres rescatadas. Ahí vimos la otra realidad, el Estado no estaba preparado para contener de modo integral a las chicas, por eso la importancia de las ONGs, del Obispado para generar esa asistencia que el Estado aun hoy no está en condiciones de brindar. -¿Qué sentís cuando se logra un rescate? -Es una doble sensación. Por un lado, una satisfacción en lo personal de sacar del sistema de explotación a mujeres y adolescentes, y poder restituirle derechos, que para eso está el Estado y es un deber ético y moral. Y por otro lado, una sensación de asco e indignación porque no puedo entender que un ser humano explo-
FRONTERAS
UN LUCHADOR CONTRA LA TRATA
te a otro por un beneficio económico. Me da bronca que como Estado todavía no podamos revertir esa situación, por eso insisto y trabajo con el sistema educativo para que desde el nivel inicial, los chicos empiecen a entender y diferenciar la explotación. Si no cambiamos esta concepción, es difícil que podamos llegar a un nivel de erradicación total. -¿De qué se trata el proyecto para instruir formadores? -El Ministerio de Educación de la Nación aprobó el proyecto que presentamos en
Perfiles Puertas
15
OSVALDO TONDINO (1960-2015)
conjunto con el Obispado y la UNQ para formar educadores en la lucha contra la trata. Este flagelo no lo terminaremos si no hay un cambio cultural, y ese cambio no viene sólo de la familia, sino también de la escuela. La sociedad tiene que entender que la mujer no es un objeto, que es un sujeto de derecho y que es igual al hombre. El proyecto becará entre 40 y 50 personas del sistema educativo para reproducir nuestra lucha. Creo que es una buena idea y que tendrá excelentes resultados.
-¿Se puede extinguir la trata? -El cambio cultural es lo primordial, llevará tiempo pero lo lograremos. Así como se terminó la esclavitud, tenemos que darle fin a este flagelo. Tengo que terminar con la trata. Vale la pena trabajar, vale la pena comprometerse, porque así sea una sola persona rescatada, valió la pena toda esta lucha. Restituirles derechos a nuestros conciudadanos es la mayor gratificación que uno puede tener.
16
FRONTERAS
Espacio
25 AÑOS DE LA UNQ
UN PROYECTO QUE CRECE Y FLORECE Desde los inicios organizativos hasta el festejo por el cuarto de siglo de la institución. Una integrante de la Comisión Normalizadora recuerda la organización de las primeras aulas. El actual rector, uno de los primeros graduados -hoy profesor- y dos trabajadoras administrativas comparten sus vivencias Por ARIEL PEREYRA, AYELÉN CALCATERRA Y DANIELA SOL BUSTOS
Cuando uno camina por los pasillos de la Universidad Nacional de Quilmes admira lo que ve. Sus espacios verdes, su dinamismo. Entrar a la Universidad es ingresar en otro mundo que se destaca y se diferencia del resto, ya que tiene ese ambiente casi familiar en el cual todos nos conocemos y nos encontramos. Cada paso que un estudiante da allí, es uno en la historia de la institución. Es recorrer por sus momentos de evolución y saber (o no) que este presente es tal gracias a los que en algún momento, allá por 1990, decidieron poner en marcha uno de los más imponentes proyectos educativos del país. Personas como Graciela Mateo construyeron, bajo el nombre de Comisión Normalizadora, los cimientos de lo que ahora se puede vislumbrar al cruzar las puertas de la UNQ. Junto con ella, la Comisión estaba formada por las profesoras María Arsenia Tula de Rota, Nélida Olga Della-
mea de Bonnier, el profesor Quintín Arce Borba y el doctor Marcos Frydman. “La Comisión Normalizadora tenía como objetivo organizar una institución académica de nivel universitario. Allí empezamos a establecer las carreras, a juntarnos con diferentes referentes en la materia, autoridades de nivel académico, referentes de las carreras que queríamos crear, que tenían que ver con el deseo de la comunidad; este trabajo caracterizó a la UNQ”, dice Mateo mientras de su rostro se escapa una pequeña sonrisa, ya que está orgullosa de sentirse parte de la creación de lo que es para ella su segundo hogar. Si bien ellos son los nombres visibles del comienzo de esta historia, cabe remarcar que la idea de un mundo universitario ubicado en la localidad de Bernal fue planteada desde el comienzo por sus propios vecinos. Graciela Mateo lo sabe y recuerda que la UNQ “es una Universidad que sur-
ge en principio de la voluntad de la comunidad, ese es el sello de origen que tiene, porque se reunieron un grupo de vecinos, de profesionales de diferentes ramas, del quehacer económico, cultural, de la comunidad de Quilmes; formaron una asociación cooperadora pro Universidad de Quilmes y decidieron vincularse con diputados nacionales que presentaron un proyecto de creación de la Universidad ante la Cámara de Diputados. Y en 1989, se aprueba el proyecto de creación de la Universidad Nacional de Quilmes, la de La Matanza y la de Formosa”. Desde sus inicios, cuando se dictaban las materias en distintas escuelas en el turno vespertino, la Universidad Nacional de Quilmes mantuvo esa pequeña dosis de fe y esperanza, junto con un buen plan a largo plazo. Hasta los primeros meses de 1992, en el que el espacio físico fue conseguido, esa idea que caracteriza a la UNQ se
FRONTERAS
transmitió en sus primeros alumnos para identificarla como un segundo hogar. Y se gestó con ayuda de todos hasta ser la institución educativa que es ahora. Pero todo comenzó aquí, esta fue la base de algo que parece no tener límites de crecimiento. “Siempre se trató de ponderar y privilegiar la calidad humana, la excelencia. Éste fue uno de los rasgos más potentes que hicieron a la Universidad muy querida por todos, hasta el punto que empezaron a llegar estudiantes del interior del país. Hoy además hay acuerdos de intercambios con universidades latinoamericanas. Otro rasgo importante fue y es el personal administrativo, ellos son la respuesta del por qué la Universidad parece privada
Puertas
y no pública”, concluyó Mateo. DE LA FÁBRICA AL AULA La Universidad de Quilmes es uno de los proyectos educativos de mayor envergadura dentro del conurbano bonaerense. Hay un rasgo particular que la distingue de los demás establecimientos del país y es el hecho que su historia se evidencia ante quien quiera indagar al respecto. Aquellos que dieron el puntapié inicial en esta misión, la Comisión Normalizadora, tuvieron la difícil tarea de diseñar un plan educativo inclusivo y de calidad. Ya en 1989, se decreta la Ley nº 23.749 y la institución comienza con sus primeros pasos. Sin
17
embargo, se necesitaba de un lugar físico para materializarla y fue así que, en 1991, la UNQ se construye sobre terrenos donados por la empresa Celulosa Argentina en la localidad de Bernal y abre sus puertas con sólo 10 aulas para sus primeros mil alumnos. Mario Lozano, actual Rector de la Universidad, comenta: “Empecé en 1993. Esto era un páramo en donde había mucho proceso constructivo. Veías que eran galpones desgastados. Tal cual como había sido la fábrica al momento de su quiebra. Estaba muy mal cuidado. Desde ese momento, la Universidad comenzó con un proyecto edilicio con la intervención de un grupo de arquitectos en particular”.
18
Los arquitectos que Lozano menciona son Borthagaray y Faivre, quienes idearon la fachada de nuestra Universidad. Estos profesionales buscaron sacar provecho de la vieja fábrica “Fabril Financiera”, de principios de siglo, construida con cubiertas livianas soportadas por cabriadas de acero apoyadas sobre muros de ladrillo, que conformaban un sistema de grandes naves industriales aptas para contener espacios académicos de todo tipo. Hoy, la Universidad mantiene parte de la estructura edilicia de lo que fue aquella fábrica. Algunos de esos detalles son visibles en las escaleras, en el techo e incluso, en el gimnasio de la institución. Respecto a esto, el Rector sostiene: “La idea es que la Universidad, antes de su inicio como tal,
FRONTERAS
hace 25 años, era una fábrica y nosotros crecemos sin esconder que era una fábrica. Tratamos de mantener los orígenes para que todo el mundo comprenda su proceso histórico”. LA UNIVERSIDAD SE REENCUENTRA CON SU HISTORIA Ya sea a primera hora, en plena tarde o con las justas energías para sobrellevar los horarios del turno noche, la actividad en la Universidad no mengua. El paso del tiempo lleva a que todos comiencen a reconocerse y dentro de esa vorágine de rostros y conocidos se encuentran esparcidos recuerdos que componen la historia de la universidad. Guadalupe Ávalos, una trabajadora emblemática del Departamento de
Ciencia y Tecnología, se incorporó al personal en 1991 cuando la UNQ abrió los primeros ingresos para este departamento y en 1992 la trasladaron al edificio actual. “Las casitas de administración estaban, y el rectorado era otra casita. Silvia Alonso, la primera directora del departamento me decía: `Los chicos necesitan libros, una biblioteca´ entonces ella traía libros personales, otros pocos que se podía comprar y así, de a poco, en un armarito: la biblioteca, que la manejaba yo también…”. Mientras relata esto su voz cobra animosidad y esa universidad del pasado cobra vida, como si esa distancia espacio-temporal se acortara y dejara vislumbrar parte de sus secretos. Jorge Trelles, actual director de la Diplomatura en Ciencia y Tecnología,
FRONTERAS
también presta su memoria para comenzar a reconstruir otras partes del pasado. Esta vez desde la perspectiva de uno de los primeros graduados en Biotecnología de la UNQ: “Cuando empezamos a cursar acá esto era una fábrica abandonada, entonces eran todas construcciones muy viejas, algunos sitios se amoldaban para que quedaran como aulas. Los laboratorios de química no los podíamos hacer en un laboratorio, los hacíamos en la cocina de una de las casitas que tenía la fábrica…”. Además, que Trelles aún elija la UNQ después de todos estos años no es casualidad “… la Universidad aun apuesta a lo nuevo, cree en lo que es la propuesta académica, se escuchan las ideas de uno y ahora me toca vivirlo como investigador y como docente. Y la verdad que uno siente que todavía tiene mucho por hacer y por
Espacio
otro lado la responsabilidad fundamental de haber cursado y de haber tenido la oportunidad de hacer una carrera universitaria y un doctorado gratuito, público y devolverle de alguna forma a la comunidad lo que la comunidad hizo por uno”. También Yolanda Alegre, Jefa del Departamento de Gestión Académica de Alumnos, que en 1991 ingresó a Dirección de Alumnos con sólo 18 años y rememora “estábamos en las casitas, no estábamos en esta parte del Ágora y en ese momento compartíamos un montón de cosas porque, al no tener muchos recursos para trabajar, teníamos que limpiar, barrer, compartir un único teléfono para toda la universidad. Éramos muy pocas personas y armamos un grupo muy lindo”. La trayectoria profesional de Yolanda Alegre no pasó inadvertida y la
19
UNQ, en conmemoración a los 25 años, la homenajeó por su dedicación y servicios: “fue una emoción muy grande porque ahí vi mucha gente que hacía años que no veía. Había profesores, había primeros egresados, estuvo Camaño que fue el que firmó el decreto en 1989 para que tengamos una universidad pública en Quilmes…”. Su sonrisa nunca se desprende de las memorias del relato. Estos pequeños fragmentos de recuerdos son los que componen de a poco la historia de la UNQ, y se retroalimentan con las experiencias y los recuerdos que se generan en cada una de las personas que son atravesadas por ella y que recorren sus pasillos a diario, sin pensar siquiera que también participan y construyen esta historia.
20
Espacio
FRONTERAS
UNA HISTORIA DE VIDA
DEL TRABAJO TEXTIL A LA UNIVERSIDAD Elba Muro es tucumana. Se vino a Quilmes de joven y tuvo su primer trabajo en el sector hilados de la Fabril Financiera, la textil que funcionaba en el predio donde hoy está la UNQ. En ese lugar, a los 80 años, hoy estudia una carrera universitaria. Por AGUSTINA RIVERA Fotos TAMARA ORLANDO Su mirada cansada de tanto camino recorrido, su cuerpo con las marcas de sus caídas y de su larga vida, junto a la sonrisa y su picardía la acompañan a diario. Una mano con un guante de látex para evitar infecciones, la rodilla con una gasa y un ojo “de todos colores”: esa fue mi primera imagen de Elbita cuando llegó a la cita. “Es que soy como los bebés. Los bebés cuando empiezan a caminar se caen y ya estoy grande pero me caigo también”, dice con risas y busca complicidad. “Yo soy una joven hermosa pero mi cuerpo es el de una vieja”, se describe. Y Elba Yolanda Muro siempre fue hermosa: lo era cuando su marido se enamoró, hace más de sesenta años, en una fonda (una cantina) que tenía su papá en Tucumán, la provincia donde nació. Una vez casada y con sus dos hijos mayores, se mudaron a Buenos Aires y luego, por cuestiones laborales, a Quilmes. Elba Muro recuerda que su primer trabajo “serio” fue en una fábrica, precisamente en el lugar donde hacemos la entrevista. Sí: en el
predio que hoy ocupa la Universidad Nacional de Quilmes estaba ese primer empleo. “Siempre se vuelve al primer amor”, y vaya que tiene amor por este lugar. A los ochenta años, la joven Elba se propuso empezar una nueva carrera: la Licenciatura en Comunicación Social. Desde hace tres años, este lugar, aquel lugar, la hace seguir viva de nuevo. “En la fábrica me encontraba en la sección de hilados, me encargaba a través de una máquina que era muy, muy lenta de hacer las madejas de hilo para que después en la otra sección mis compañeros hicieran las prendas… Sabes qué, nena; acá en esta fábrica se hicieron los primeros jeans de la Argentina, qué orgullo sentíamos de trabajar aquí. Yo era de las pocas mujeres que había pero éramos necesarias para ponerles los pies sobre la tierra a los varones”. En las que ahora son aulas, “esas que están ahí cerca de la biblioteca”, trabajaba con mucha paciencia Elba, que admira que aún estén esas escaleras que ella transitaba para ir hasta su máquina y aquellas ventanas por don-
de entraba el airecito de verano que tanto le gustaba. Aquel arduo trabajo duró cinco años. Luego tuvo la hermosa noticia de que sería madre de Helena, su tercera hija, y cortó el contacto con la fábrica. Volvió muchos años después, con el predio convertido en universidad pública. Ella, tras haber perdido a su marido y a uno de sus hijos, convertida en “la podóloga del barrio” con un consultorio que sostiene con esfuerzo y sacrificio. ¿Por qué estudiar? Para mantener la salud mental, dice. “Cuando estoy ocupada y leo, no tengo tiempo de pensar si me duele la rodilla o los huesos, me concentro y no pienso en otra cosa más que en estudiar. Además tengo las neuronas activas, y… adquiero conocimiento. Y lo más lindo de estar acá es estar en contacto con gente joven, ustedes tienen tiempo de todo pero yo ya estoy grande”. La estudiante más añosa de la Universidad Nacional de Quilmes, además, tiene un promedio privilegiado y siempre recibe elogios de sus profesores y compañeros.
FRONTERAS
Espacio
21
22
FRONTERAS
CADENAS ANCLA: RECUPERAR LA DIGNIDAD
FRONTERAS
Por BRUNO MURABITO
23
Este a単o Cadenas Ancla cumple 105 a単os de vida y sus trabajadores 8 a単os al frente de la autogesti坦n.
FRONTERAS
25
Diego Weppler, gerente de la fábrica, es acusado por los trabajadores de conformar una empresa paralela para transferir las ganancias de Cadenas Ancla. En 2007 empezaron a retrasarse los salarios y poco a poco se dejó de comprar materia prima. En tan sólo seis meses la empresa estaba al borde de la quiebra.
Nacida en 1910, Cadenas Ancla fue durante décadas una empresa líder en producción de cadenas y otros artículos de metal. Una mañana fría de 2007, después de un proceso de vaciamiento, cerró sus puertas. Pero dieciséis de sus trabajaron decidieron quedarse, organizarse y resistir. Formaron una cooperativa de trabajo y, gracias al apoyo del Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas y al Gobierno nacional, volvieron a ponerla a producir. “Eso para nosotros fue muy importante, cuando la administración de la fábrica deja de ser privada y pasa a ser administrada por sus trabajadores, lo primero que hay que recuperar para ganar clientes es la confianza de que nuestro modelo de autogestión también puede ser ordenado, eficiente y de calidad”, dice Roberto Villalba.
Hoy existen m谩s de 360 empresas recuperadas por sus trabajadores. Cerca de 25 mil hombres y mujeres que en base a la unidad, organizaci贸n, solidaridad y cooperaci贸n se constituyen en un nuevo paradigma de relaciones de producci贸n.
FRONTERAS
27
28
Ensayo Ensayo
AMADO FRACASADO AMIGO
FRONTERAS
Por MATÍAS VLAHUSIC Ilustración FEDERICO WIMMER
Inspirado en “Odio a los indiferentes” de A. Gramsci
Amo a los fracasados. ¿Quién triunfa siempre, todo el tiempo, en todo? No conozco a nadie así. Sí veo día a día, a montones, sobrevivientes, cansados, entusiasmados que siguen intentando encontrar un éxito al menos pasajero. Esos éxitos que se recuerdan y se cuentan como anécdota, que se exageran un poco algunos aspectos para enriquecer el relato o para quedar mejor parado. Están otros fracasados que se abrazan a la esperanza de un acierto en juegos de azar para “salvarse”. Ojo, no me refiero a los ludópatas que, como todos los adictos, perdieron el rumbo, se perdieron y esperan que algo o alguien los rescate. Hablo de los que se juegan un numerito, le apuestan a una fija o se juegan a punto contra la exitosa banca. Están los otros que saben que no saldrán airosos pero lo hacen igual, emprenden esa tarea a contramano, esa empresa imposible. Los que buscan recursos de todos lados, convencen a amigos y extraños para que los acompañen detrás de un sueño. Ahora les dicen emprendedores, antes le decían buscas. Pero hoy suena más berreta, más a chatarrero, vendedor de minucias importadas, a uno que busca sacar tajada. El busca para mí no es ese, ese es un garca, un ventajero,
ese no piensa en “salvarse” sino en pararse para no laburar más; pero lo que no sabe es que no lo logrará nunca porque la ambición mal entendida lleva a la necesidad insaciable de más de lo que sea, es la codicia, la adicción por el éxito económico. Los fracasados nos preparamos para el momento indicado que nunca llega y mientras tanto vamos probando y seguimos con la vida cotidiana. Nos bancamos lo que venga porque tenemos algo más que nos impulsa. No es la fe religiosa en mi caso, tal vez en otros fracasados si, en los pecadores. Los fracasados somos optimistas, ya perdimos muchas veces y creemos que puede ser mejor mañana. Los exitosos, triunfadores eternos que, repito, nunca vi, dicen que dicen que escucharon que están preocupados por conservar su éxito y no arriesgan nada, son temerosos, envidiosos, resentidos con todos los que no los ayudaron en sus planes egoístas de éxito individual. Claro está que el exitoso no quiere compartir su éxito con otros porque ya no sería suyo sino vuestro. Los fracasados buscan a otros fracasados para compartir los días y al final se juntan para darle una mano a otro fracasado que lo busca para colaborar con
sus planes. El fracasado ya sabe que no puede solo y no le da vergüenza. El mundo de los exitosos se ha encargado de tener sus voceros y amplificadores que nos dicen todo el tiempo que no podemos ser como ellos. Porque la historia siempre es la misma, el que pese a los contratiempos, por sus características inigualables pudo sobreponerse a las adversidades y gracias a su esfuerzo único e irrepetible hoy nos mira desde el pedestal de los triunfadores recordándonos que por su condición de extraordinario entre los ordinarios fue tocado por la varita mágica para triunfar. Pero peor es la otra historia repetida de los ganadores perpetuos, esos que nunca, nunca, perdieron ni a la bolita-a la bolita seguro no jugaron nunca porque hay que arrodillarse-, ni al squash, digamos. Que nacieron con todo servido o bien heredado y salvo que sean muy giles o les agarre un ataque de hippismo se despilfarren toda la expectativa futura, lo conservarán. A veces, inclusive con ese ataque de hippismo sumado a sus estudios de administración de empresas y su red de contactos montan innovadoras máquinas productoras de franquicias del nuevo objeto de moda entre los hippies ricos.
FRONTERAS
Los fracasados también tenemos nuestros parias, los que reniegan de su condición de fracasados, esos que al mirar las revistas de celebrities se creen que son parte de su círculo de amistades. Conocen todo de los modelos de éxito social posible. Entonces se peinan igual, se cortan el pelo en la misma peluquería, se visten con ropa de casi las mismas marcas y casi los mismos modelos aunque no les quede igual. Cuando creen que ya está, ya se pueden camuflar entre los exitosos, resulta que ya no es esa la ropa ni el peinado y vuelven a empezar pero claro, como no pueden ir más allá de la superficie, no ven que esos a quienes quieren parecerse, en vez de estar mirando programas televisivos de chismes están dedicándose a su profesión o preparándose para el show, el partido, la empresa o lo que fuera que sus actividades les demanden. Los fracasados científicos a través de la aplicación del método de prueba y error construyen conocimiento y fracasan durante años. Algunos pocos comparten esos fracasos para que otros no los repitan y encuentren nuevos. Lamentablemente no todos, porque buscan el reconocimiento y dejar el oscuro lado de los fracasados que por desgracia para ellos
Ensayo
volverá a acogerlos en cuanto vuelvan a experimentar y llenarse de fracasos. ¿Qué se aprende durante el éxito? Muy poco. Durante el fracaso, mucho. Que los amigos del campeón se van rápido y más cuando el campeón no les da cabida, que la fama es puro cuento, que es efímera, que hay que tomar nota de lo hecho para no repetirlo. Amo a los fracasados que ya pasaron lo peor y sobrevivieron para saber que sólo se puede ir para arriba. Por eso aunque a veces caen en engaños se arriesgan. Peores son aquellos que sin ser los paradigmáticos exitosos se aferran como el Golum a su tesoro y envejecen hasta la putrefacción temerosos de los otros, que ajenos a su locura son vistos como peligrosos pretendientes de lo suyo. Amo a los deportistas fracasados con medallas de segundos y terceros puestos, los políticos que pierden elecciones por no acomodar sus ideas a la tendencia. Unos tal vez revisarán errores, aplaudirán a dignos rivales con más o
29
mejores credenciales o suerte, aprenderán. Otros pondrán en debate sus posturas, confrontarán con opiniones distintas, elaborarán consignas más convincentes, mejorarán. Amo a esos niños fracasados que escuchan de sus padres que lo importante es competir y que quizás al ver a los adultos tristes o enojados les sacan una sonrisa o una lágrima al ponerles en evidencia sus contradicciones. Nos quieren acostumbrar o condenar a que las lecciones, los consejos y las palabras que valen son las de los que han ganado algo. Nos llaman a estudiar los casos de éxito. Por eso, amado fracasado, no gastes en libros de autoayuda ni leas notitas con claves sobre el éxito ni hagas test sobre cuán cerca o lejos estás de ser fracasado o exitoso. Juntate con tus fracasados amigos que seguro te abrazarán con el calor del fracaso para recobrar fuerzas para volver a intentarlo.
30
FRONTERAS Almendra en 1970
Con un nacimiento que se puede fechar en 1966 (el primer simple de Los Beatniks) el rock argentino está por cumplir medio siglo. Este artículo recorre el camino que va desde la edición de “Rebelde” a los raros peinados nuevos de la primavera alfonsinista. Un período en el que el fenómeno nació, creció y, poco a poco, comenzó a expandirse por toda Latinoamérica. Por AGUSTÍN PIERMATTEI
EL BEAT ARGENTINO
Fechar el inicio de un movimiento nunca es tarea fácil. Menos aún cuando se trata de uno cultural, ya que supone una sucesión de acontecimientos que confluyen en un punto. La génesis del rock en Argentina no es la excepción, pues su origen –o mejor dicho, su fecha de nacimiento- aún continúa en discusión. Hay quienes toman el desembarco en nuestras tierras de Los Shakers, grupo uruguayo comandado por los hermanos Hugo y Osvaldo Fattoruso, como un primer germen de aquello que tiempo después se llamaría rock argentino. Si bien los orientales gozaron de gran éxito en nuestro país, lograron la aceptación casi inmediata de los jóvenes de la época, sus canciones eran compuestas y cantadas en inglés.
Mauricio Birabent, más conocido como Moris, y Pajarito Zaguri formaron Los Beatniks en enero de 1966, en Villa Gesell. En junio de ese año registraron un simple que contenía “Rebelde” en el lado A y “No finjas más” en el B. Esta grabación es considerada la primera del rock argentino, pero el escándalo que rodeó su presentación -en la cual los músicos tocaron semi desnudos- y la fuerte censura por parte del gobierno de Juan Carlos Onganía decantó en la separación del grupo antes de fin de año. Un año después, en 1967, se grabó y editó “La balsa”, compuesta por Litto Nebbia y Tanguito en La Cueva, reducto rockero por excelencia en aquel tiempo. La canción de Los Gatos (que completaban, además de Nebbia, Oscar Moro, Kay Galifi, Ciro Fogliatta y Alfredo Toth)
tuvo un éxito arrasador, vendiendo cerca de 250.000 ejemplares. “La balsa” es considerada la canción fundacional del rock argentino, la precursora de todo lo que vendría después. A finales de la década del ’60, la aparición de grupos como Manal o Almendra significó la diversificación del estilo. La etiqueta “beat” quedó chica y los géneros propuestos por estas bandas emergentes se tradujeron en nuevas paletas sonoras de cara a la década siguiente. LOS 70’s La década del ’70 empezó con un duro golpe para la música: la separación de The Beatles. El grupo de rock más influyente de todos los tiempos se despidió para siempre y dejó más de una decena de discos editados. La noticia tuvo una fuertísima repercusión en todo el planeta, y significó el fin de una era. Sin embargo, nuestro incipiente rock -muy
FRONTERAS
31
UN RECORRIDO POR LAS PRIMERAS DOS DÉCADAS DE NUESTRO ROCK
DEL BEAT A LA NEW WAVE
influenciado por la música de los cuatro de Liverpool- tenía aún mucho para dar. Fabricado durante los últimos meses de 1969, pero editado oficialmente el 15 de enero de 1970, “Almendra” fue el primer elepé del grupo homónimo, comandado por Luís Alberto Spinetta. Si bien ya habían editado tres simples, la aparición del álbum significó un antes y un después en el rock argentino. La sutileza de “Muchacha (ojos de papel)”, la complejidad musical de “Color humano” y el encanto de “Plegaria para un niño dormido” transformaron a Almendra en un referente del género. El reconocimiento que trajo consigo ese primer disco sirvió como motivación para comenzar a trabajar en el sucesor. Spinetta, Edelmiro Molinari, Emilio del Guercio y Rodolfo García regresaron muy pronto al es-
tudio para registrar su ambiciosa segunda obra, un doble elepé que sería editado antes de fin de año, mientras la banda se separaba. Manal fue la tercera gran pata (junto a Los Gatos y Almendra) del primer rock argentino. Al igual que el grupo de Spinetta, el trío conformado por Alejandro Medina, Claudio Gabis y Javier Martínez había grabado algunas canciones durante los últimos años de los ’60, pero logró editar su larga duración en 1970. Su rock era más duro, con influencias del rhythm and blues. Aquel debut discográfico sentó las bases de un estilo que años más tarde tendría a Pappo como principal exponente. En 1972 se editó “Vida”, el debut discográfico de Sui Generis. Al dúo, conformado por Nito Mestre y Charly -en ese momento, Charlie-
32
FRONTERAS
Primer álbum de Almendra Sui Generis en 1971
Virus en 1985 García, no le fue fácil lograr que las compañías de la época los contrataran para grabar. Gracias a Jorge Álvarez, un empresario editorial devenido en productor musical, el grupo logró conseguir un contrato y, por fin, registrar sus canciones. Apenas aparecido, “Vida” se convirtió en un éxito. Ahora eran los empresarios discográficos los que salían a buscar dúos que cantaran música en formato acústico para contratarlos. El boom de este estilo estuvo representado por bandas como Vivencia y Pastoral, además de por el primer Sui Generis. Cuando Kay Galifi abandonó Los Gatos en 1969, su lugar lo ocupó un joven de 19 años llamado Norberto Napolitano. Más conocido como Pappo, el guitarrista grabó dos discos con la agrupación de Nebbia: “Beat Nº 1”, de 1969, y “Rock de la mujer perdida”, de 1970. En 1971, el muchacho dejó la banda para armar su propio grupo, Pappo’s Blues.
Además de Napolitano en guitarras y voces, la formación se completó con Black Amaya en batería y David Lebón en bajo. Enseguida grabaron y editaron su LP debut homónimo. Esos integrantes grabaron también la segunda placa, “Volumen 2”, en 1972, y luego Lebón y Amaya se fueron a tocar con Spinetta. Pappo no se dio por vencido y reclutó al baterista Héctor ‘Pomo’ Lorenzo y al bajista Carlos ‘Machi’ Rufino para la grabación del tercer álbum. “Artaud” apareció en 1973 y fue adjudicado a Pescado Rabioso, la banda que armó Spinetta luego de la separación de Almendra, por una mera cláusula contractual. El disco es, en realidad, el segundo LP solista de Luis Alberto, quien ya había editado “La búsqueda de la estrella” –también conocido como “Spinettalandia y sus amigos”- en 1971. Por muchos considerada la mejor obra del rock argentino, “Artaud” fue la bisagra entre el Spinetta más rockero (Pescado Rabioso) y el más exquisito (Invisible). En 1975 Sui Generis decidió separase luego de tres discos. Jorge Álvarez, su
representante, organizó un concierto de despedida que fue registrado para luego convertirse en un disco doble y una película, “Adiós Sui Generis”. Se alquiló el Luna Park y se anunció que el grupo daría su último concierto el 5 de septiembre. Las entradas se agotaron muy rápido, por lo que se agregó una nueva función para el mismo día. En total, 30.000 personas asistieron al evento, un hito sin precedentes hasta el momento para el rock argentino. Antes del final de Sui Generis, Charly García venía componiendo canciones que nada tenían que ver con el estilo del conjunto. Después de los conciertos de despedida en el Luna Park, García decidió utilizar ese material como repertorio de su próximo grupo, La Máquina de Hacer Pájaros. En 1976 apareció su primera grabación, cuya producción fue la más costosa hasta ese momento en Argentina. Influenciado por Yes, Genesis, Emerson, Lake & Palmer y gran parte del rock progresivo británico de la época, el nuevo proyecto de Charly tenía una complejidad elevadísima.
FRONTERAS
33
DE LOS RAROS PEINADOS NUEVOS A LA PRIMAVERA DEMOCRÁTICA Junto con Invisible, se transformaron en las dos bandas más sofisticadas y experimentales de la escena local. En marzo de 1976, la llegada al poder de los militares iniciaría uno de los períodos más oscuros y siniestros de la historia argentina. Muchos músicos debieron irse del país tras recibir innumerables amenazas. Aquellos que se quedaron debieron ser lo suficientemente inteligentes para no ser detenidos por el gobierno de facto. Músicos y público (casi todos los jóvenes, en realidad) eran vistos como sospechosos, por lo que la persecución y la represión se convirtieron en moneda corriente. Luego de las separaciones de Invisible en 1976 y de La Máquina de Hacer Pájaros en 1977, Spinetta y García se encaminaron hacia el fin de la década con proyectos nuevos. Luis Alberto formó la Banda Spinetta y editó el magnífico “A 18’ del sol”, mientras que Charly viajó a Brasil con David Lebón y juntos dieron forma a Serú Girán, conjunto que completó Pedro Aznar en bajo y Oscar Moro en batería. En 1979, luego de casi una década de su separación, Almendra volvió a juntarse para una serie de presentaciones en el Estadio Obras Sanitarias. Días antes del primer concierto en el estadio de Núñez, la Junta Militar comenzó una serie de operaciones de inteligencia para boicotear el regreso de la banda y tratar de impedir la realización de la gira. Si bien está comprobado que Almendra fue víctima de espionaje por parte del gobier-
no militar, los intentos por detener su regreso fueron, en todos los casos, infructuosos. El grupo, además de realizar sus actuaciones en Buenos Aires -que serían editadas en el disco doble “Almendra en Obras”-, recorrió buena parte del país con el antiguo material y adelantó canciones nuevas, siempre con un éxito arrasador. LOS PRIMEROS 80’s Otra reunión fue la primera gran noticia de los años ’80. Al igual que Almendra, Manal volvía a los escenarios. El éxito del regreso de la banda de Spinetta convenció a los productores que Martínez, Gabis y Medina debían hacer lo mismo. La operatoria fue idéntica: una serie de shows en Obras, una gira por las ciudades más importantes del país, un disco en vivo y otro con nuevas canciones. El éxito los acompañó y, luego de cumplir con todos los compromisos contractuales, cada integrante volvió a sus proyectos personales. Estos regresos, de alguna manera, sugieren que el rock argentino en aquel momento ya podía realizar una relectura sobre su propia historia, y que contaba con músicos de excelencia con los cuales los jóvenes se identificaban. Sin embargo, la dictadura seguía en el poder y aún faltaba un lustro para que el rock vernáculo se expandiera por todo el continente. En 1982 Mercedes Sosa llevaba algo más de tres años de exilio. Debió irse
en 1979, primero a Francia y después a España, cansada de las prohibiciones y de las amenazas, sabía que su vida en Argentina corría peligro. En febrero de 1982 decidió volver a cantar a su patria y programó una serie de presentaciones en el Teatro Ópera, que superaron todo tipo de expectativas. Hizo trece conciertos a sala llena y editó un doble disco titulado “Mercedes Sosa en Argentina”. Sobre el escenario del Ópera desfilaron Rodolfo Mederos, Raúl Barboza y Antonio Tarrago Ros, entre otros. Mercedes también invitó a Charly García y a León Gieco, así dejó en claro que el rock y el folklore pueden ir de la mano. Junto a García interpretó “Cuando ya me empiece a quedar solo”, clásico de Sui Generis, y con León, “Solo le pido a Dios”. Que una cantante tan importante como Sosa les diera un lugar a los rockeros en su show fue mucho más importante de lo que se podría imaginar. A partir de allí, Sosa mantuvo una fuerte amistad con estos y otros exponentes del rock argentino. El conflicto con Inglaterra, que desembocó en la guerra de Malvinas en abril de 1982, trajo como consecuencia la prohibición para las radios de emitir música en inglés. Todo lo que sonara debía estar cantado en castellano. Las emisoras no contaban con tanto material nacional, y de alguna manera debían llenar el espacio. Fue así que se le comenzó a prestar atención a bandas nóveles, que apenas se iniciaban en la música.
34
FRONTERAS
Los Gatos en 1965
Dos de los discos de rock más importantes de aquel año fueron debuts. Celeste Carballo editó “Me vuelvo cada día más loca”, y se convirtió en la primera artista femenina de rock en conseguir el disco de oro por las ventas de esa placa. Si bien no había grabado, Celeste ya contaba con años de experiencia en escenarios del circuito underground de Buenos Aires. Por su parte, Juan Carlos Baglietto llegó de su Rosario natal acompañado por los músicos de su banda (entre ellos, Fito Páez), y se metió directamente al estudio para registrar “Tiempos difíciles”, el otro boom del ’82. El lanzamiento del disco fue casi simultaneo al comienzo de la guerra de Malvinas y, de alguna manera, sus canciones oficiaron de banda sonora involuntaria de aquellos días de guerra. Luego de la separación de Serú Girán a principios del 1982, Charly García se encerró durante gran parte de ese año en el estudio de grabación. Preparaban la música de la película “Pubis angelical”, dirigida por Raúl de la Torre, al tiempo que realizaba los arreglos de su LP solista y producía algunas bandas. Uno de los grupos con los que García trabajaba era la segunda reencarnación de Los Abuelos de la Nada. Habitué de La Cueva a mediados de los ’60, Miguel Abuelo fundó la banda en 1967 y comenzó a presentarse en vivo. Al año siguiente se sumó Pappo como guitarrista, pero las diferencias con Miguel hicieron que éste separase la banda al poco tiempo, para luego irse de viaje a Europa. Trece años después, Miguel Ángel Peralta –tal su nombre real- regresó a Argentina y
decidió rearmar su grupo. Miguel junto a Daniel Melingo, Cachorro López, Polo Corbella, Gustavo Bazterrica y Andrés Calamaro eran Los Abuelos de la Nada modelo ‘82. Una vez editado “Yendo de la cama al living”, García se aventuró a presentarlo en un estadio de fútbol. La cita fue el 26 de diciembre en la cancha de Ferrocarril Oeste, con una asistencia de 25.000 personas. El músico se transformó en el primer solista argentino en tocar en un recinto tan grande, y con una puesta en escena tan ambiciosa, la cual estuvo a cargo de Renata Schussheim. A partir de 1983, el rock argentino comienza a perder solemnidad, debido a la aparición de artistas que experimentaron y exploraron nuevos géneros. Para ese momento, el grupo Riff –la banda que armó Pappo luego de la separación de Pappo’s Bluesera embajador del sonido heavy, Los Violadores representaban al punk y conjuntos como Virus o Los Twist se ocupaban de hacer bailar a los jóvenes, por lo que los críticos los encasillaron como parte de una supuesta ‘Movida divertida’. Tanto la banda de los hermanos Federico, Julio y Marcelo Moura –quieren vivieron el horror de la dictadura en primera persona cuando su hermano Jorge fue secuestrado y luego desaparecido- como la de Pipo Cipolatti jugaban mucho con las líricas, las cuales a primera escucha podrían parecer superficiales pero escondían un gran mensaje si se las analizaba en profundidad. Luis Alberto Spinetta editó en ese año dos trabajos de muy alta calidad. Primero “Mondo di cromo”, sucesor de “Kamikaze” (1982), y luego
“Bajo Belgrano”, tercer álbum de Spinetta Jade, su grupo de principios de los ’80. Después del show en Ferro, Charly García viajó a New York, compró los más flamantes sintetizadores y volvió con un disco que cambiaría el curso de la década. Vanguardista y bailable, “Clics modernos” espantó a los acartonados seguidores que deseaban que García siguiese en la misma senda virtuosa que transitó en La Máquina de Hacer Pájaros y en Serú Girán. La caja de ritmos Roland TR-808, gran protagonista de aquel disco, mostró una nueva paleta de posibilidades y revolucionó la composición musical de la época. El verdadero destape ocurrió cuando volvió la democracia, en diciembre de 1983. Con el comienzo del mandato de Raúl Alfonsín, y mientras el régimen militar se convertía en cosa del pasado, el rock argentino volvía a
FRONTERAS
35
Soda Stereo en 1984 ocupar un espacio destacadísimo en la cultura argentina. En 1984 se editó el disco debut de Soda Stereo, grupo formado por Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti, que con el tiempo se transformaría en la banda más importante de Latinoamérica. También Fito Páez se lanza como solista -luego de haber tocado con Juan Carlos Baglietto y con Charly García- con el maravilloso “Del ‘63”. La moderna estética New Wave de bandas como The Police o la oscuridad propuesta por The Cure son algunas de las influencias que tenían los rockeros argentinos de la época, tanto musicales como estéticas. El año siguiente, 1985, sería clave. Ese año apareció Cemento, reducto contracultural regenteado por Omar Chabán. Ubicado en el corazón de San Telmo, el espacio funcionó como una primera gran vidriera para muchas bandas emergentes que con el tiempo se convertirían en míticas. La radio acompañó el crecimiento del movimiento: desde principios de año comenzó a trasmitir la FM Rock and Pop, donde sonaba música de esos géneros de manera continua. El diario Clarín también le dio un lugar a los intereses de los jóvenes, al publicar cada viernes a partir de
abril el ‘Suplemento Sí’. Ideado por Daniel Kon, el espacio no dedicaba la totalidad de sus páginas al rock, pero sus contenidos se vinculaban mucho a éste. 1985 es también el año de las súper ventas de discos: Miguel Mateos/ Zas alcanza las 500.000 copias de su disco “Rockas vivas”, y se establece como el artista más vendedor del rock argentino, sólo superado por Fito Páez recién en 1992 con “El amor después del amor”. Virus, por su parte, roza las 200.000 placas del magistral “Locura”, su quinto LP. En paralelo, aparecen primeros discos de bandas cuyo crecimiento sería exponencial, tal es el caso de Sumo –integrado por Luca Prodan, Roberto Petinatto, Ricardo Mollo, Diego Arnedo, Germán Daffucchio y ‘Superman’ Troglio- o de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, grupo liderado por Carlos ‘Indio’ Solari y Eduardo ‘Skay’ Beilinson. El éxito de la emisora Rock and Pop aventuró a su dueño, Daniel Grinbank, a organizar el primer gran festival con sponsors que haya tenido el país. Los 11, 12 y 13 de octubre, el estadio de Vélez Sasfield recibió a grandes estrellas de la música argentina y a importantísimos números internacionales, mu-
chos de los cuales se encontraban en su momento de esplendor. Por el escenario de Liniers pasaron Virus, Los Abuelos de la Nada, G.I.T, Fito Páez, Miguel Mateos/Zas, Juan Carlos Baglietto, La Torre, Charly García, Soda Stereo y Sumo. También se presentaron los australianos INXS, la alemana Nina Hagen y el británico John Mayall junto a sus Bluesbreakers. Antes de fin de año, Soda Stereo editó “Nada personal”, un disco que fue clave para alcanzar la masividad primero en Argentina y luego en casi todos los países latinos. El álbum, editado en noviembre, contenía “Cuando pase el temblor”, “Juego de seducción” y “Danza rota”, entre otros hits. Gracias al crecimiento que tuvo el rock ese año, los artistas –y los productores- tomaron el coraje necesario para salir del país y lanzarse a conquistar otros mercados. Así, dieciocho años después de “La balsa”, el rock argentino alcanzó su adultez, que lo hizo salir de los límites del país y exportarse a toda Latinoamérica. Por artistas como Miguel Mateos/Zas o Soda Stereo, el rock “made in Argentina” pasó a ser uno de los movimientos artísticos más importantes de la región.
36
Intercambios
FRONTERAS
ROBERTO GALARZA
DE LOS BOTINES AL VOLANTE Más de un hincha de Racing se emocionó al subir al 148 y reconocer al chofer. El ex futbolista, que también pasó por Quilmes y otros clubes, repasa su vida en las canchas y comenta sobre su presente como colectivero. Por ANTONELLA URSINO
Antes y despúes, el paso por Racing y al volante del 148.
Roberto Galarza tiene 40 años y hoy es chofer de la línea 148. Padre de dos hijas, se dedicó al fútbol y luego la vida le presentó una nueva oportunidad, un nuevo oficio. Desde su debut en 1994 en Racing Club de Avellaneda pasó por Quilmes, Olimpo de Bahía Blanca, Ferrocarril Oeste, Brown de Arrecife, Colegiales y Atlético las Parejas del Regional de Santa Fe donde, terminó su carrera. El fútbol le dejó grandes amigos con quienes aún tiene vínculo. Entre ellos se encuentra Claudio “Cabezón” Marini y Juan Ramón “Lagarto” Fleita. También, Diego Armando Maradona, a quien admira y destaca: “Diego una vez me dijo que el día que necesite algo vaya a verlo. Las personas que hablan mal de él lo hacen porque no lo conocen pero es un buen tipo”. Hoy, detrás de un volante, Roberto Galarza se alegra cuando suben hinchas de Racing y lo reconocen. Pese a su presente, no colgó los botines y a veces, entre amigos, juega a la pelota. La última vez fue con la empresa de colectivos donde trabaja, “El Halcón” y ganaron el campeonatoque organizó la Unión Tranviaria Automotor (UTA).
FRONTERAS
37
Galarza, a bordo del ómnibus que conduce a diario.
-¿Qué recordás tu debut en el fútbol? -Estuve en las inferiores de Racing Club hasta que debuté en Primera División en 1994. Me avisaron un viernes que tenía que concentrar, y coincidía con el momento en que el club hacía un buen campeonato. Recuerdo el gol contra Ferrocarril Oeste: lo gambeteé a Roberto “Ratón” Ayala y quedé mano a mano con el arquero de aquel entonces, Germán “Mono” Burgos y pude convertir. -Contame el famoso gol a Boca que tanto rememoran los hinchas de Racing -Fue en 1995. Boca Juniors estaba por salir campeón y veníamos mal en el campeonato. Ese partido fue un sueño porque después de 20 años sin poder vencer a Boca en su cancha, ganamos 1 a 0. El arquero era Carlos Fernando “Mono” Navarro Montoya. -¿Por qué abandonaste el fútbol
y cómo llegaste a ser chofer de la Línea 148? -Dejé de jugar porque eran tiempos distintos. Hoy el fútbol es todo un negocio en que es más fácil cobrar un sueldo. Antes, quizás no cobrabas y yo tenía una familia que sostener. Llegué al 148 por medio de mi amigo Aníbal Fernández -actual Jefe de Gabinete del gobierno- a quien le pedí este trabajo porque era lo que sabía hacer. Lo conocí en 1995 cuando él era Intendente de Quilmes y me fue a buscar a Racing para llevarme al QAC (Quilmes Atlético Club). Recuerdo que trabajaba con mi cuñado en una fábrica y quise hacer otra cosa; entonces lo llamé a Aníbal [Fernández]. Me quiso llevar a otro lado más relacionado con lo político pero no me interesaba. Yo quería manejar el bondi. Hace mucho tiempo que no lo veo pero sé que si algún día necesito su ayuda, puedo contar con él. Estoy
seguro de eso porque después de 10 años que no lo veía, apenas lo contacté me consiguió laburo. -¿Qué reflexión podes hacer sobre tu presente? -Estoy contento por haber sido jugador de fútbol y por ser colectivero hoy. Pese a que son dos profesiones distintas, estoy feliz con mi presente y puedo caminar tranquilo por la calle, porque la gente sabe quién soy y que no defraudé a nadie. Pero lo más importante fue lo que sucedió con mi viejo: él era fanático de Independiente y me llevaba de chico a la cancha. Aunque haya jugado en la contra del “Rojo de Avellaneda” (Racing), el regalo más lindo fue que mi viejo me haya visto debutar en Primera. Se lo prometí cuando tenía 18 años… y le cumplí la promesa. Un orgullo para los dos. ¿A qué padre no le gustaría ver a su hijo en las canchas?
38
La historia de una vecina del barrio de Ezpeleta que hace veinte años lucha para que se retire de allí una subestación eléctrica que desde 1980 enferma y mata a los vecinos. Eran las 17 en Ezpeleta cuando caminábamos con Eugenia por la calle Padre Bruzone rumbo a su casa; finalizaba abril, acontecía un ocaso ventoso y metálico. No terminábamos de pasar por el frente de la subestación cuando, en la vereda de la casa contigua, se detenía una mujer en bicicleta. Nos vio y adivinó: “¡Ustedes son los chicos de la Universidad!”, dijo señalándonos con el dedo y sonrió. Era Gladys Solioz, vecina del barrio desde su nacimiento en noviembre de 1958 hasta hoy. Vivió siempre en esos pagos y ahora nos esperaba para invitarnos a pasar a su casa y contarnos su historia, la suya y la del barrio que,
FRONTERAS
ALTA , N Ó I TENS O G S RIE DE E T R E MU Por GUILLERMO CABRERA
Producción MARÍA EUGENIA DICHANO
FRONTERAS
39
Puertas
palabras más, palabras menos, es la misma. Pasaron quince minutos, bajó de la bici, saludó con amabilidad y pidió disculpas por si se había atrasado. Mas el encuentro estaba pactado para las 17:15. Justo. LA FAMILIA “Me inscribieron para ir a la pileta (7 años) porque había gente que nos cuidaba, vivía acá a mitad de cuadra, nos vigilarían continuamente, era muy lindo todo; después los padres nos acercaban la merienda, iban y venían; nos criamos ahí, en el Sol de Mayo. Crecimos y esas amistades nos seguimos tratando”, cuenta Gladys y el recuerdo la reconforta. Años después se casó y tuvo tres hijos que crió en una casa en el fondo de lo de sus padres hasta 1991, que se mudaron media cuadra al este, donde viven hoy. Comenta que tuvo la suerte de no trabajar y poder dedicarse a cuidar a su familia al menos hasta que la Subestación entrara de manera explosiva en sus vidas y comenzara una militancia cara y extenuante por la salud de sus amados. LA SOBRAL Todo empezó en la última dictadura cívico-militar, o un poco antes, pero fue ahí cuando se gestó y nació el monstruo que habita al lado de la casa de Gladys, en la esquina de las calles Padre Bruzone y Río Salado: la Subestación Sobral. “Dicen que tiene que estar en el corazón de la ciudad para que tengamos luz, ¡mentira!, ésta no estaba y teníamos luz [advierte Gladys]… no está hecha para uno, está hecha para otros lugares… cada subestación tiene el nombre de su calle, ésta se tendría que llamar Subestación Padre Bruzzone o Río Salado… Sobral es una calle que se encuentra del otro lado de las vías…, en su momento había un club… no sé si el Club de Leones o qué club…, que la gente de allá tenía conocidos… y entonces dijeron `no, acá no´, se firmó y apareció de acá”. La subestación transformadora comenzó a construirse en los `70, Gladys tenía quince años cuando oyó que se instalaría. Al comienzo se creía que sería una fábrica, los vecinos mayores se acercaron a protestar porque en ese momento había en la zona una fábrica de vidrios contaminante y no querían
“No pasa nada”, le dijo el gerente al marido de Gladys. Luego supieron que no era así: ruidos extraños, corridas, gritos y camionetas que entraban y salían a toda velocidad... otra cosa así. Ya en plena dictadura, las protestas tuvieron una respuesta: “la hicieron corta, que ya sabían lo que estaba pasando en el país, que si no querían tener problemas… ya está, que la dejaran así que sería un progreso para el barrio, que daría fuentes de trabajo… cuando la mayoría trabajaba, no interesaba eso. Pero bueno, como ya se corría la bolilla en ese momento que habían cosas muy raras… desaparecidos…, entonces realmente la gente sintió miedo y se calló la boca”, relata Gladys. Para 1980, la subestación ya funcionaba en terrenos que, con anterioridad, habían sido donados al municipio “con el fin que se haga un hospital, una sala de primeros auxilios o una plaza”. SONÓ LA ALARMA En simultaneo con Gladys, otra pareja compró el otro terreno lindante con
el de la subestación, a la vuelta de su casa, y así la Sobral quedó rodeada de vecinos que esperaban que vivir al lado de semejante monstruo silente no traería problemas, que “no pasaba nada”, como le dijo un gerente al marido de Gladys para una ocasión en la que, antes de comprar el terreno, éste se entrevistó con aquel representante de la empresa para averiguar sobre si había algún inconveniente con vivir allí. Cuando ya vivían en los laterales de la subestación supieron que las cosas eran distintas a lo que había asegurado el gerente: ruidos extraños, corridas, gritos y camionetas que entraban y salían a toda velocidad era algo que no parecía estar incluido en la frase del gerente. No eran los únicos vecinos de la Sobral, y la familia de la vuelta no tardó en corroborar que ellos también sentían aquellas cosas extrañas. La subestación tenía más para esas dos familias, para
40
Puertas
FRONTERAS
el vecindario todo, y no dejó dudas de ello. Es que si bien los vecinos ya estaban al tanto de lo inconveniente de vivir cerca de una transformadora eléctrica, no esperaban que pasara lo del 27 de abril de 1997, cuando sin previo aviso una explosión en la subestación sacudió a todo el barrio, le voló el portón de tres hojas que fueron a parar a distintas casas y, junto con éste, volaron a la calle unos trabajadores de Edesur que en ese momento se encontraban dentro de la subestación. Esa vez hubo heridos y falleció uno de los operarios pero no acabó allí sino que, al contrario, y para la sorpresa de todos, dos meses después, el 27 de junio, la subestación volvió a explotar, con nuevos destrozos, heridos y la muerte de otro trabajador de Edesur. En ambas oportunidades se acercaron a preguntar qué fue lo que había pasado, tanto en una como en otra no supieron explicar qué fue lo que causó que vibre todo el barrio, que se rompan vidrios de las casas de los vecinos y que resultasen heridos y muertos los trabajadores. Pero las alarmas sonaron, y no sólo las de las casas del barrio. Los ecos de las explosiones llegaron a los oídos de un grupo de personas que en esos momentos luchaban para evitar la instalación de unas líneas de alta tensión que pasarían frente a sus casas. Estos vecinos paraban a diario en Mitre y Etcheverría e informaban los planes de la empresa y lo que ello podía causar. Gladys junto a otros vecinos se sumaron a aquellas acciones porque entendían que, de instalarse, esas líneas de alta llegarían a la Subestación Sobral. Lo que querían evitar porque, para esa altura, ya empezaban a enterarse de los problemas de salud causados por las subestaciones. CUESTION DE SALUD Las dudas empezaron en 1993, alguien del grupo de las madres que se reunía en la pileta del Sol de Mayo llevó una vez una revista europea en la que había una noticia sobre una familia británica que enjuiciaba a una distribuidora eléctrica porque uno de sus hijos había muerto por leucemia y otro estaba enfermo de gravedad. Fue ahí cuando se concientizaron sobre lo que es una subestación y los riesgos que entraña. Gladys Solioz comenta que en aquella época no se hablaba mucho de ecología, “no existía esa materia en los colegios. Para noso-
tros era nuevo pensar que algo así te puede dañar la salud, algo que no se ve”. Pero no pasó mucho más. Rememora Solioz que una vez una familia rusa que vino a visitar a los habitantes de la otra casa lindera a la S. E. Sobral al llegar se agarraron la cabeza y exclamaron “¡Otro Chernobyl!” y se fueron. Fue en 1996 que el estado de alerta subió. Al salir de la escuela, una joven pasó por donde había un transformador que en ese momento explotó y sobre la cabeza le cayó aceite (PCB). La chica murió a la semana. Ya en 1997, cuando se dieron las explosiones en la Sobral, la gente de Mitre y
Etcheverria, a la que apoyaron en su lucha contra los cables de alta tensión, les informó acerca de lo que producían las ondas electromagnéticas, que provocan cáncer y otras enfermedades, y fue por ello que, al atar cabos y comparar con otro barrio, se dieron cuenta que el cáncer no era cosa común en todos lados. Fue entonces cuando, para llevar cuenta de los casos de muerte y enfermedad por cáncer, desarrollaron un mapa en el que vuelcan esa información, “y así nace ese famoso mapa de la muerte que Betty Lagos, la señora que vive en La Guarda a ésta altura, le pone Mapa de la Muerte”. Gladys lamenta que mu-
FRONTERAS chos vecinos que viven más lejos crean que la Sobral sólo perjudica a los aledaños. Ya que no se trata de sólo de la subestación, sino también los cables que entran y salen de ella, “tal es así [recuerda Gladys] que por donde viene el cableado, por Centenario, hasta el Barrio San Juan, (que tiene una subestación y transformadores por todos lados)… estaban también minados de gente fallecida, enfermos de leucemia, muchos chicos allá…”. La gente de Edesur mientras tanto decía lo contrario, que el electromagnetismo no enferma y les presentaban bibliografía que versaba en esa dirección, “creo que son gente tan poderosa, y yo tan mal pensada, y como el mundo ya empezaba a protestar sobre esto, contrataron a gente, siéntense, reviertan todo lo que la gente cree o los biólogos que empezaron a estudiar sobre esto… reviertan lo que ellos dicen”, confiesa. En cuanto a los transformadores, Edesur les explicó que deben tener PCB, aunque le hayan bajado la cantidad: “no es lo mismo tomarse un vaso entero de cianuro o tomarse un poquitito todos los días, te enfermarás a la larga”, sentencia. La lucha por la salud es incansable. El mapa radioactivo crece y crece y la gente sigue enfermando. Cuando con su grupo, allá por 2005, se acercaron para apoyar la lucha de los vecinos de Berazategui que querían impedir la instalación de lo que hoy es la Subestación Rigolleau, Gladys recuerda que en una de las reuniones dijo: “Quiero hacer una pregunta a todos los que están acá presentes: ¿quién está enfermo de cáncer?”. No había nadie enfermo, a diferencia de su barrio donde siempre había alguien para levantar la mano. El panorama es aciago, y sí, en algún momento le tentó en mudarse de allí, abandonar las inmediaciones de la Sobral para salvaguardar su salud y la de su familia pero pensó “¿por qué me tengo que ir yo?”. No era ella la que enfermaba y el problema no se circunscribe a su manzana, ni a su barrio: no, sino que se extiende por doquier. “Transformadores hay por todos lados, y cada vez más”, lo que comprueba de manera personal y efectiva cada vez que la llaman o se acerca gente para contarle cómo en sus barrios se realizan obras similares a la subestación, u otras igual de contaminantes y flagelantes. Siempre “hay una problemática escondida”.
Puertas
41
Durante última dictadura cívico-militar se gestó y nació el monstruo que habita al lado de la casa de Gladys: la Subestación Sobral.
LA LUCHA “En mi caso yo en su momento me dediqué como ama de casa [dice Gladys] a atender a mis hijos, dedicada a la familia, ahorraba siempre pensando en la casa y esas cosas y por ahí no en el tema de ver cómo se maneja una empresa de éstas, nunca se me hubiera ocurrido”. Pero aquellas explosiones y el acompañar la lucha de la gente de Mitre y Etcheverría cambio sus planes. De 1997 al 2000, la actividad del grupo se redujo a hablar con Edesur, la municipalidad y el ENRE ya que, en ese entonces, así les aconsejaba actuar Raymundo González, quien fuera el director del Hospital de Quilmes. Sin embargo la lucha tomó otro derrotero cuando por el 2000 se acerca un hombre, Julio Sobrino, que les preguntó si no habían hablado con Medio Ambiente de la provincia, con el Ministerio de Salud o la OMS a lo que, por supuesto, la respuesta fue “no”. Fue una etapa ajetreada, de realización y presentación de cantidades de informes, una etapa donde se empezó a hacer algo más. Cuando vieron que el problema de los cables de alta que querían pasar por Mitre y Etcheverría se solucionaba empezaron a moverse más, hacer más reuniones pero entonces en su barrio.
En 2002 hicieron una presentación judicial por la que en 2003 hubo sentencia relativamente favorable en tanto que se ordenaba a la empresa hacer una mejora ambiental mientras se estudiaba el caso. De ello se logró que los transformadores de la calle tengan una identificación que detalle sus componentes y se les ponga una bandeja debajo por si derraman PCB, además de un pedido de informe que la justicia le ordenó a la empresa. Informe que Edesur presentó en forma de “diez bolsas de consorcio todas desordenadas que todavía hoy deben estar ordenando”. Luego de ello siguieron, se hicieron manifestaciones en La Plata, informaron, pidieron hablar con el juez o con el gobernador, se comunicaron con Medio Ambiente de la provincia. Sin embargo todo se estancó en la justicia, el grupo de lucha se redujo en pos de intereses personales, cada vez fueron menos y al final, hoy, entre dos o tres, se movilizan para ver cómo sigue la presentación y nada más. Ya no se hacen las reuniones aunque mientras tanto “es muy duro, seguís enterándote que la gente se enferma y fallece, gente que conoces. No sé, tendríamos que poner micros otra vez e ir al juzgado de La Plata, perder el tiempo porque…cuando apareces el juez no sé por dónde sale pero nunca lo encontramos, no, no, vendrá a las
42
FRONTERAS
Puertas
ese partido contra la Subestación Rigolleau, dijo no saber nada, no estar enterado de los problemas a la salud. DIVISIONES Las intervenciones políticas no fueron estériles y afectaron la lucha. Primero se produjo una división con la irrupción de Julio Sobrino en el asunto, ya que la vecina de la otra casa lindante a la subestación (quien entonces lideraba la lucha) y Gladys se enfrentaron porque una quería mantener los métodos de lucha como hasta el momento y la otra quería probar nuevos. Eso significó la división del barrio que en parte “también se vendió, se entregaron planes Jefas y Jefes de familia. Cada vez que nos reuníamos ellos hacían una reunión con los planes en la unidad básica. Cada vez éramos menos”, relata con amargura: “hacíamos reuniones y empezaban a pasar coches, creo que eran políticos que apoyaban a la empresa a cambio de favores en campañas.” Al comienzo, en las reuniones esquineras, se contaban unos 60 vecinos. Hoy aquellas reuniones en la esquina de la Sobral ya no existen más.
14 …, nos decían, lo esperamos todo el día ahí y no apareció. Juegan con eso, juegan con la gente. Total cansan y se mueren en el camino. El año que viene serán 20 años de mi vida, creo que, no sé, diez años me robó Edesur.” POLITIK KILLS Gladys nos cuenta que al comienzo de la lucha se acercaron muchos políticos, como por ejemplo Raymundo González, médico y director del Hospital de Quilmes. Pero no había resultados así que, cuando apareció Julio Sobrino, Gladys y algunos vecinos más (no todos) empezaron a escuchar sus palabras y, con el avance en su pedido de traslado de la subestación, pasó que varias veces “se acercaron políticos, creo que ahora no se deben acercar mucho porque saben que siempre rechazamos los puestos políticos pero sí se acercaron a ofrecernos, en su momento, puestos. No me acuerdo ya los nombres pero por ahí
venía una diputada o algo a interiorizarse en el tema y bueno, decían armaban una lista y si no queríamos acompañarlos, que después verían dónde nos podían anotar…, que como consejera escolar, no me acuerdo ya qué más es lo que nos tiraban.” Los vecinos que entonces encabezaban la lucha pactaron no hacer política partidaria. La respuesta de la municipalidad siempre fue igual: ninguna. El entonces diputado (hoy intendente de Quilmes), Francisco Gutiérrez, se acercó en su momento, llamaba a los medios y prometía realizar un cierre administrativo con lo hecho hasta entonces, tras lo cual se retiró para regresar al tiempo, como candidato a intendente, a decir que trabajaría sobre el tema; mas no volvió a acercarse. Algo similar pasó con Juan José Mussi, al que le presentaron informes sobre la situación cuando era ministro de salud y respondió que los estudiaría; tiempo después, cuando intendente de Berazategui en tiempos de la lucha de la gente de
SENSACIONALISMO, FANGO Y ESPERANZA Gladys ojea un cuaderno con recortes y páginas de diarios. Cuenta que cuando le hacen notas pregunta cuándo saldrá y que es Clarín el que más tarda en publicar. Es que la lucha de Gladys también está atravesada por los medios, algunos con intención de difundir para ayudar, otros con el simple plan de vender una historia sensacional. También los hubo censurados y autocensurados, de todo un poco. Si incluso Edesur en varias oportunidades prendió su máquina de fango para difamarla a ella y a otros vecinos y su lucha al decir que haber hecho su casa lindante a la subestación y protestar luego era todo parte de un plan para sacar un beneficio económico. Pero es fango artificial que se limpia harto fácil, tan sólo basta con sentarse un rato a hablar con ésta mujer para darse cuenta que lo que hizo, lo hizo por su mundo, mundo que fue y sigue siendo Ezpeleta.
FRONTERAS
43
Visitรก la cobertura colectiva en el flickr de Fronteras
S O N E M #NIUNA Por CRISTHIAN VAZQUEZ
Q FRONTERAS
AÑO 1 - #2 JULIO - DICIEMBRE 2015 ARG $30 ISSN 2451-5590
UNIVERSIDAD DE QUILMES PRIMER CUARTO DE SIGLO
IMÁGENES DEL TRABAJO RECUPERADO