FRONTERAS
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LAS COSAS POR SU NOMBRE NUNCA MÁS
AÑO 4 - #7 ENERO-JUNIO 2018 ARG $50 ISSN 2451-5590
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SUMARIO
NOTA DE TAPA NUNCA MÁS
ENSAYO: DEPRESIÓN
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LUTHIER EXTREMO
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HISTORIA GRÁFICA
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EDUCACIÓN E IDENTIDAD
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CLOACAS DE AVELLANEDA
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EL VIKINGO DIBUJANTE
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SPARK Y EL TWERKING
MOZO DE LOS PRESIDENTES
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LA REINA DEL FANTASY
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ESCUELA SECUNDARIA UNQ
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CRÓNICA: MOTEROS
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LA LOBA DE KICK BOXING
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FRONTERAS
STAFF DIRECTOR: Leonardo Murolo
DIRECCIÓN PERIODÍSTICA:
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Revista de la Licenciatura en Comunicación Social de la Universidad Nacional de Quilmes Año 4 - Número 7 Mayo de 2018
EDITORIAL
Ximena Carreras Doallo
Por CORA GORNITZKY
DIRECCIÓN GRÁFICA: Javier Vidal
EDICIÓN: Cora Gornitzky Mónica Rubalcaba
CONSEJO EDITORIAL: Natalia García Leonardo Mora Doldán Pablo Morosi Alejandra Pía Nicolosi Leticia Spinelli Washington Uranga
ASESOR EDITORIAL: Daniel Badenes
ADMINISTRACIÓN Y WEB: Marianela Di Marco
PARTICIPAN EN ESTE #7: Lara Argañaraz Camila Cando Tomás Cardín Ayelen Césare Romina D’Agostino Camila Fariña Rocío Folguerira Verónica Gómez Sofía Guardo Danila Imbrogno Magdalena Ivulic Gabriel Pereira Florencia Restucci
¿Cómo contar la realidad?. “Mi Nirvana no empieza donde hay una noticia, sino una historia que me conmueva o asombre”, dice Alberto Salcedo Ramos. El periodista colombiano integra una amplia lista de cronistas que le dan nuevo impulso a la narrativa periodística latinoamericana. ¿Qué hacen? Construyen “ficciones de lo real”. Cruzan modelos discursivos, cuentan historias que se conciben desde el periodismo y se escriben desde la literatura. El periodismo narrativo, ese apasionante género que trabaja en zona de fronteras, tiene una arqueología que se puede rastrear en las crónicas modernistas de José Martí, Rubén Darío y Manuel Gutiérrez Nájera. “Eso sucedió en el paso del siglo XIX al siglo XX. “Y sucedió en castellano”, escribe Susana Rotker en “La invención de la crónica”. Allí revela que en ese tembladeral de transición se gestaron textos fundacionales con dosis justas de periodismo y literatura. Después, mucho más tarde, ya en la posguerra, irrumpen en la prensa anglosajona Truman Capote, Tom Wolfe y Norman Mailer, los padres de la non fiction novel. Y en paralelo, claro está, Gabriel García Márquez, Rodolfo Walsh, Elena Poniatowska, Carlos Monsivais, referentes insoslayables. Lo demás es memoria reciente. En este mapa de identidades periodísticas se construye el presente. ¿Quiénes son los nuevos cronistas?¿Dónde se forman? ¿en qué circuitos publican sus histo-
rias de largo aliento?. La educación superior tiene una deuda con estos cronistas, que construyeron, como bien plantea Roberto Herrscher, “un rico, variado, imprescindible corpus que está destinado a perdurar”. Sin embargo son cada vez más los espacios académicos que se abren. En la Universidad Nacional de Quilmes, por ejemplo, existe una oferta creciente de cátedras, seminarios, talleres, ferias, fiestas de editores independientes, proyectos de investigación y extensión, que promueven espacios innovadores donde las jóvenes generaciones de estudiantes combinan géneros y formatos, en variadas plataformas, valiéndose de la literatura, el periodismo y las ciencias sociales. Fronteras es una publicación que cataliza esos trayectos académicos y pone en circulación textos preliminares de estudiantes que se inician en la práctica narrativa. Textos en los que emergen las marcas de la literatura, el cine, el cómic, las series, la música, la poesía. En esta edición de Fronteras, sobresalen las entrevistas. A personajes cercanos, a referentes públicos, a vocaciones curiosas, a oficios insólitos. Lo que tienen en común estas historias es el foco, la mirada. Dice Leila Guerriero que el periodismo narrativo es muchas cosas pero es, ante todo, una mirada: “Ver, en lo que todos miran, algo que no todos ven”. Y una certeza: “creer que no da igual contar la historia de cualquier manera”. Pasen y lean.
Facundo Vergara
FRONTERAS ES UNA PUBLICACIÓN DEL ÁREA DE PRODUCCIÓN GRÁFICA DE LA LICENCIATURA EN COMUNICACIÓN SOCIAL DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE QUILMES. Editor responsable: Norberto Leonardo Murolo Roque Sáenz Peña 352, Oficina 118, Bernal, Buenos Aires, Argentina
/ISSN:2451-5590 /Contacto:revistafronteras@unq.edu.ar
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COORDENADAS
Artes
LUCAS DELGADO, MÚSICO Y LUTHIER
“LA BRUTALIDAD SONORA DEL METAL EXTREMO EXPRESA LO QUE SIENTO” Tiene 27 años y es guitarrista de Fibroma, una banda referente de uno de los géneros musicales más radicales. Además es luthier. Fundó su propia marca de guitarras y bajos llamada Rotten (“podrido” en inglés), y busca consolidarse como el fabricante de los modelos más “agresivos” -de gran potencia sonora y diseño visual descomunal- del país. Este es un repaso por una vida rodeada de instrumentos, de voces guturales y baterías rápidas que suenan de fondo, pero también de lucha y trabajo por alcanzar aquello que se desea, más allá de cualquier contexto o condición. Por TOMÁS CARDÍN El metal más feroz echa raíces en distintos tipos de suelos y crece. En la localidad de Ezpeleta, sí, en el conurbano bonaerense, muy lejos de las ciudades de San Francisco, Tampa o Buffalo donde se inició, y bajo posibilidades económicas que guardan una distancia sideral, también logra desarrollarse. De todos modos, si consideramos que la adversidad suele ser un denominador común de sitios que no cuentan con garantías laborales y sociales para los jóvenes, como en el caso de Argentina, lo que produce una fuerte condensación de sentimientos que claman por ser expresados, un género musical basado en ejecuciones vocales ásperas, baterías que suenan a velocidades imposibles y guitarras distorsionadas tiene muchas posibilidades de ganar terreno. Pero decir solo esto sería injusto. Este estilo también carga con una dificultad técnica para su ejecución, que exige un duro trabajo de práctica y de constancia. Esa última oración describe a la perfección las características centrales de Lucas Delgado. Supuse que debía sorprenderme cuando llegué a su taller y sonaba a un volumen casi mínimo “Enjoy the silence” de Depe-
che Mode pero no me sucede. Los músicos que llegan a involucrarse en géneros tan complejos no suelen encasillarse. Entro y me muestra el bajo fretless (sin trastes), y de seis cuerdas que construye, en un momento en el que está atestado de pedidos. Nos sentamos. Cambia la música. Ahora suenan los Sinister, unos holandeses referentes absolutos del metal extremo. Propongo arrancar con la entrevista, y me consulta si debe bajar la música y tampoco me resulta extraño. Esperaba encontrarme con una vida que es al mismo tiempo una banda de sonido, que no se detiene sin motivo justo. Esta entrevista, también es una banda sonora, ya que no solo forma parte de Fibroma, sino que además participó en otros proyectos como Carneross y Maceta. Por otro lado están los instrumentos; los bajos y las guitarras son su compañía permanente, no sólo en su etapa actual como luthier, sino desde su infancia. A su vez, es una radiografía de cómo se sobrevive desde una propuesta que cuenta con un mercado escaso al tiempo que crece su orgullo por vivir de la forma que lo hace feliz. Todo esto erigido sobre unos sólidos cimientos hechos de convicciones perso-
nales y de apoyo de amigos y familiares. -¿Cómo fue tu primer contacto con la música extrema? ¿Dirías que fue inmediato el reconocimiento de la pasión por el género? -Mi hermano tenía un VHS en el que grababa los temas que pasaban en los programas de cable, y creo que lo primero con lo que tuve contacto y me gustó fue un tema de Fear Factory. Después, si vamos a algo más extremo, el primer disco que escuché fue “Cause of death” de Obituary, que estaba en mi casa y yo no sabía lo que era. Al principio quizás era complicado digerir las voces pero no tardé en agarrarle la onda, y cuando lo hice no paré nunca más. En ese momento tendría unos 14 años, y ya escuchaba Megadeth, Pantera, los clásicos, digamos. Esas bandas fueron las que me hicieron agarrar una guitarra eléctrica que, en realidad, era de mi hermano. Era una guitarra para derecho, y como soy zurdo tuve que cambiarle todas las cuerdas de lugar para poder empezar a sacar mis primeras notas. -¿Por qué elegir al metal extremo como modo de expresión? ¿Creés que se puede tocar este estilo de música, y otros también, sin sentir pasión?
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Lucas en su taller de luthería (Fotos: Malen Wolfera)
-Mediante la brutalidad sonora del metal extremo logro expresar lo que siento como en ningún otro estilo. Tengo la buena fortuna de agarrar un instrumento y volcar todas mis emociones ahí. Otras personas lo harán por otras vías, ya sea al ir a la cancha a alentar a su equipo, otros al beber alcohol o mediante el consumo de drogas, otros se agarran a trompadas. Pero además, mediante la música puedo sentir que estoy creando. Entiendo igual que en los géneros más extremos sea más difícil, ya que escuchar un disco de 40 minutos de baterías súper rápidas, doble bombo, voces guturales, guitarras muy distorsionadas es un proceso que requiere tiempo de asimilación y entendimiento. No es para cualquiera, tanto en términos de escucha como de ejecución hay que ponerle onda, ya que el contenido es mucho y muy complejo. Se puede tocar con o sin pasión. Qui-
zás, alguien a quien no le gusta trabajar ve la posibilidad de ganar plata al hacer música y lo hace igual, inclusive sin que le guste, ya que su único objetivo es lucrar. En mi caso, la composición y la ejecución de un instrumento responden primero a una pasión. Obvio, si hay una retribución bienvenida sea no lo voy a negar, pero está claro que en el género que hago sería iluso pensar que uno puede ganar mucha guita. -Las letras de las canciones de Fibroma retoman, se podría decir, los tópicos clásicos del género como el deterioro del cuerpo, la perversión, los sentimientos más oscuros del ser humano, la distopía, entre otros. ¿Cómo es el proceso de composición de esas letras y por qué considerás que es importante volver sobre esos tópicos hoy? ¿La elección del nombre de la banda está relacionado?
-Las letras más que nada son pensadas como una línea que sigue al género. No escribimos sobre cuestiones personales, sino que retomamos los tópicos del estilo como la muerte, el resentimiento, el rencor, cosas más bien que nos afectan a todos en lo cotidiano. Los temas más generales como la religión y la política preferimos evadirlas y tampoco nos interesan. El nombre de la banda surgió en un momento que estaba buscando en una página de Internet distintos tipos de enfermedades, para poder encontrar una única palabra que resuma toda la carga expresiva, y que genere un impacto al apelar a la violencia y a la crudeza. Sé que refiere a una enfermedad de la mujer pero por supuesto que no tiene nada que ver con la violencia de género, sino que se relaciona con esos sentimientos. -Además de músico sos luthier y tenés tu propia marca de bajos y guitarras,
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COORDENADAS FRONTERAS
Artes
Lucas y sus guitarras, en el taller y en una presentación de Fibroma que a la vez cuentan con diseños para nada convencionales. ¿Qué te motivó a comenzar la práctica de la lutheria, hasta llegar a lo que es hoy “Rotten” guitarras y bajos? ¿Cómo definirías al estilo de instrumentos que fabricás y por qué los preferís a los más clásicos? -Rotten nació en 2013 y desde ese momento no paré. En principio fue por necesidad personal. Soy zurdo y los modelos para los que tocamos con la izquierda suelen ser inaccesibles y muy difíciles de conseguir, ni hablar de los diseños más agresivos como los que me gustan a mí. Por otro lado, no sabía qué carajo iba a hacer con mi vida. Con la motivación de mi hermano decidí hacer un curso y empecé a estudiar, y luego a comprar herramientas. Después de terminar mi primera guitarra comencé a hacer reparaciones, y a fabricar guitarras y bajos para colegas y amigos. Es cierto que hago diseños poco usuales, y tiene que ver también con quienes me los piden, ya que por lo general son músicos que tocan estilos extremos y no pueden acceder a los modelos que les gustan, ya sea por dificultades para encontrar-
los o para pagarlos. Yo puedo fabricarles un instrumento a un precio muy módico al tiempo que hago algo que me gusta. -¿Podés subsistir haciendo lo que te apasiona? ¿Tuviste que trabajar de algo que no te interesaba para poder sostenerte en lo económico? -Cuento con el apoyo de toda mi familia desde el comienzo. Ellos me impulsaron a tomar el camino de este oficio, en el cual busco perfeccionarme. No solo es pasión, sino que además es un trabajo, no lo hago gratis, ni “de onda”. Es un sacrificio y una pasión. Creo que esto sirve como ejemplo, no solo para lo que hago, sino que es la clave para cualquier cosa que uno se proponga. Antes trabajé de lo primero que salía, sea en un comercio, una estación de servicio pero no lo volvería hacer. Tengo la fortuna de dedicarme a lo que verdaderamente quiero y no rendirle cuentas a ningún jefe. Es lo mejor que pude haber hecho en mi vida, y si alguien tiene la posibilidad de hacerlo que ni lo dude, porque de esa manera uno evita ser un infeliz que lo único que hace es esperar el sueldo para subsistir.
-¿Cuáles son los puntos de encuentro entre la pasión por ejecutar un instrumento y fabricarlo? ¿Creés que podrías darles consejos a alguien que quiere formar su propia banda o a alguien que quiera empezar en el camino de la lutheria? ¿Cuáles serían esos consejos? -Para ambos se requiere lo mismo: tiempo, paciencia y sobre todo ganas. A pesar de ser muy distintas, las dos prácticas exigen estas tres cosas. Crear un instrumento tiene una dificultad inicial añadida que es partir de una situación en la que estás en cero. Pero vale la pena transitar todo el proceso, que parte de la compra de una madera en bruto, hasta llegar a ver el instrumento terminado. Y en cuanto a los consejos sí son parecidos para ambas actividades: que estudien, se capaciten, que investiguen todo lo que puedan, que dediquen su tiempo y crean en lo que hacen. Siempre es mejor estar acompañado por alguien que maneje conocimientos teóricos o prácticos, para de esa manera avanzar más rápido.
FRONTERAS TIERRA ADENTRO
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CRÓNICA: VILLA DOMÍNICO
VIVIR SOBRE AGUAS SERVIDAS Ya pasaron casi 40 años y las esperanzas cada vez son menores para algunos vecinos de Villa Dominico (partido de Avellaneda). Es que en la zona que limita con Villa Corina, una gran cantidad de casas todavía no dispone de cloacas pese a que los afectados reclaman ese servicio ya desde principios de la década del 80: por ese entonces a Obras Sanitarias de la Nación (OSN), luego a la privatizada Aguas Argentinas, y ahora a la estatal Agua y Saneamientos Argentinos (AySA). Si bien muchas obras se realizan despacio, su final es incierto. Durante 2017 avanzó la construcción de una de las estaciones de bombeo ubicada sobre la calle Supisiche, una de las que se necesitan para iniciar el circuito del funcionamiento de las cloacas en Villa Domínico pero que, según dicen los vecinos, va con lentitud. Marcelo vive en Dominico hace 5 años; es joven, y explica que cuando se mudó nunca pensó en consultar si había cloa-
cas en el barrio, ya que era un servicio que daba por hecho. Apesadumbrado, cuenta que tener pozo ciego le resulta antihigiénico, caro y muy incómodo: ya es rutina que cada vez que llueve fuerte, al descargar el inodoro, el agua no se va y hay que llamar al camión atmosférico para que desagote el pozo ciego. Desde julio de 2016, las obras del tendido cloacal en la mayor parte de Villa Domínico se encuentran finalizadas, pero aún faltan las estaciones de bombeo, costosas en infraestructura y paso final para culminar la obra de la red cloacal. Sobre la calle Posadas, una vecina de 76 años cuenta que toda su vida vivió los pesares de tener la casa húmeda, con el revoque por fuera “desgranándose” junto a una vereda que también está siempre mojada y llena de verdín. Carmen se queda pensativa y cuenta: -Me pasé la vida entera probando métodos contra la humedad dentro de la casa, desde las inyecciones antihumedad, hasta picar
Por CAMILA FARIÑA
las bases de todas las habitaciones y llenarlas de ceresita. Pero todos los que saben de esto, me dicen que este es un problema mayor: es que flotamos sobre la caca por obras que jamás se hicieron. En 2015, cuando se iniciaron las tareas de la red cloacal en Domínico, la empresa responsable debía realizar perforaciones con antelación a las excavaciones e instalar bombas para extraer agua; en efecto, de esos pozos emergía agua como de una fuente. Luego de una semana y con varios controles por parte de los ingenieros a cargo, podían iniciar las labores de cavado e instalación de los caños. Al no bajar las napas, los pozos se inundaban en horas y no podían trabajar. Daniel, otro de los avellanedenses de Domínico plantea que los reiterados pedidos de los vecinos para la finalización de las cloacas son desestimados desde la Municipalidad, en general con la réplica de que no se habilitan los fondos
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para tal obra, y al extender el pedido al gobierno nacional reciben como respuesta que es labor del municipio. Una “pelota” que no para de saltar de lado a lado y al final, queda abandonada en el medio de la nada. BARRO TAL VEZ Durante 2013 se habían iniciado las obras en Gerli, Sarandí y Wilde. Varios de ellos ya contaban con la instalación de caños cloacales pero ninguno poseía la estación de bombeo, lo esencial para poner en funcionamiento el sistema. A mediados de 2015 fue notoria la rapidez con la que avanzaban las obras de colocación de caños cloacales. El tema general de conversación por ese entonces eran “las cloacas”, en cada esquina un vecino opinaba sobre su descontento o alegría al respecto. El ruido de las máquinas durante todo el día interrumpía el tranquilo almuerzo de los abuelos y no daba lugar a la típica siesta de la tarde. Muchas calles cortadas hacían de la llegada a la casa una travesía, ya que los autos circulaban en contramano en busca de una vía para salir de ese “caos”; los colectivos cambiaban su ruta cada semana y la gente se preguntaba ¿dónde para hoy?
TIERRA ADENTRO FRONTERAS
También la tierra que extraían las máquinas en esa primavera lluviosa generaba caminos como si fueran calles de barro. Y luego, al secarse la tierra después de unos días, las nubes de polvo cubrían todo el paisaje y las casas parecían de “adobe”. Las calles se encontraban llenas de obreros, maquinarias e ingenieros que daban precisión a los trabajos realizados. Con este escenario era ineludible sentir el olorcito al asado de obra en los mediodías, y escuchar las risas de distensión hasta que se cumpliera el horario para volver a trabajar. Ir de compras tampoco era tarea fácil: hacer una cuadra implicaba esquivar las bombas de agua y los cables que las conectaban a un tendido eléctrico improvisado; montañas de tierra y escombro de veredas rotas; saltar pozos cubiertos con tablones improvisados, hacer equilibrio y cuidarse de no patinar. Finalmente cuando uno lograba llegar a la otra esquina, había que ingeniárselas para cruzar la calle, ya que por sus bordes corría un “arroyo furioso” que llenaba de agua los cordonescuneta, debido a que las excelentes bombas instaladas arrojaban agua de manera potente las 24 horas. Al inicio de 2016 el panorama cambió
de modo drástico; ya no se escuchaba el constante ruido de las máquinas a toda hora, no se veían más calles cortadas, ni llenas de obreros y maquinaria. Tampoco aparecían las bombas de agua que desagotaban cada 20 metros; incluso las que aún se encontraban, estaban desconectadas. En fin, la obra se detuvo. Puede que haya sido por cuestiones políticas en torno al cambio de gobierno, puede que no, pero se detuvo la obra. Durante meses duró la incertidumbre. Los vecinos organizaron visitas a la Municipalidad, pero todas ellas sin respuestas concretas. Los rumores en el barrio apuntaban a las diferencias políticas entre Ferraresi, el intendente de Avellaneda, y Macri, el nuevo presidente. Pero nada se argumentaba y de igual manera las obras continuaban detenidas. Los meses trajeron cada vez más descontento por parte de los que circulaban por el barrio. No sólo estaba detenida la obra, sino que las calles seguían llenas de barro, veredas con zanjas sin tapar y cocheras con tablones. Ese era el panorama que se veía a diario en el barrio y sin pronósticos alentadores a futuro. Una gran cantidad de vecinos, cansados de pagar camiones atmosféricos para desagotar pozos ciegos “sin
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fondo”, optaron por poner bombas de agua que desagotasen al cordón cuneta, que luego confluye en la boca de tormenta, cosa que no está permitido, pero… ¡hay tantas cosas que no están permitidas, pero se hacen!. Por fortuna el agua que sale de los pozos es cristalina, debido a que las napas están saturadas y basta sólo cavar menos de un metro de profundidad para que el agua brote. *** Estas napas, llamadas capas freáticas, son una acumulación de agua a corta profundidad que vuelve al suelo una esponja; esta proporciona una humedad constante, que afecta los cimientos de las casas y hace brotar humedad por pisos y paredes. Diversos estudios indican que estos “ríos subterráneos” se encuentran saturados debido a fenómenos naturales como las constantes lluvias y sudestadas o también al aumento poblacional, que quita espacios verdes y naturaleza para la construcción de “espacios grises”; ello dio como resultado la elevación de las napas. *** Esta complicada situación se ve peor en los “fondos” de Domínico, es decir desde la Av. Crisólogo Larralde hasta Camino General Belgrano. Esta localización comprende a Villa Corina, donde viven personas con menores recursos: al no poder afrontar los constantes gastos de camiones atmosféricos y tampoco el “plan b” de la compra de una bomba para desagotar los pozos, se ven obligados a vivir sobre aguas servidas. Aquí la contaminación es diaria, así como las enfermedades, el olor, las obras abandonadas, los patios inundados y las casas precarias pudriéndose por la excesiva humedad. Puesto que es un barrio pobre, también es un punto olvidado de las necesidades del partido de Avellaneda. Horacio, uno de los vecinos más antiguos del barrio, vive en una casa ubicada en Mansilla al 4500 que su padre también habitó. Sostiene que estas obras no sólo están aprobadas desde 2010, sino que las del tendido cloacal
y agua potable se iniciaron antes de 1950 en Avellaneda, gracias a un senador de aquel entonces, Fabián Onsari, vecino de la ciudad. El dato no deja de sorprender a más de uno de los que conversa con este vecino, que transmite más credibilidad en sus dichos que los medios de hoy.
LA LENGUA DE LA BUROCRACIA NOMBRE DEL ESTUDIO SC - Expansión de la red de saneamiento cloacal Avellaneda PARTIDO Avellaneda SERVICIO Cloaca SITUACIÓN/ACTO RESOLUTIVO Aprobado por Nota el 22/10/2010 “EXPANSIÓN DE LA RED DE SANEAMIENTO CLOACAL” Redes secundarias, Estaciones de bombeo Cloacal e Impulsiones Partido de Avellaneda AySA tiene por objeto proveer los servicios de agua potable y saneamiento de efluentes cloacales en el Partido de Avellaneda. OBJETIVO DE LAS OBRAS Las obras a realizarse permitirán la evacuación de los efluentes cloacales generados por los residentes en las áreas de expansión y su transporte hacia la red troncal. Estas obras permitirán conectar a la red de saneamiento a una población estimada de 31.310 habitantes no usuarios de la red. UBICACIÓN Los Proyectos que conforman el objeto del presente Estudio de Impacto Ambiental se desarrollarán en las localidades de Sarandí, Wilde y Villa Domínico del Partido de Avellaneda. Plan de obras extraído del sitio web de AySA El lenguaje burocrático de AySA minimiza la problemática barrial, refiere a los vecinos como “no usuarios”. Este es el panorama que se tiene en la actualidad, un tanto desalentador por la lentitud de las obras, pero más aún por los beneficios que producirían las cloacas a las más de 30 mil personas que no cuentan con la red cloacal y conviven a diario con malos olores, altos costos de camiones atmosféricos, restricciones en la evacuación de desechos en el baño, las múltiples enfermedades que acarrea
el agua servida y demás desventajas. Obras que en muchas localidades del partido de Avellaneda ya están terminadas, obras de necesidad básica, que plantean una solución a diversas problemáticas, obras aprobadas en 2010 por AySA, pero que a la fecha siguen detenidas. Los vecinos deben gestionar el destino de sus excrementos ante la ausencia del Estado. Las cloacas son una deuda con el barrio.
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FRONTERAS ENCRUCIJADAS
CARLOS GÓMEZ, MAYORDOMO DE LA CASA ROSADA
“CON MENEM CHARLABA DE TODO Y JUGABA AL GOLF” Por ROCÍO FOLGUEIRA
Es el mayordomo presidencial que hace 46 años atiende en la Casa Rosada. Admite que el año que viene, al cumplir 80 años, se retirará para dedicarse a su gran pasión: enseñar golf. Aclara, sin embargo, que no le hablaron de jubilarse, lo hace por decisión propia. Hablar con Carlos Gómez (79 años) es adentrarse en las historias no contadas de despachos y pasillos de la Casa Rosada. También es revelar secretos y manías de quienes gobernaron la Argentina en los últimos 46 años. Para este hombre canoso, de buen porte, cuyo andar y notable memoria desmiente su edad; el Patio de las Palmeras ya es el fondo de su casa y la Plaza de Mayo el paso obligado de cada mañana para su trabajo. Gómez no es político, funcionario ni empleado público. Sin embargo, cuenta con un currículum que causaría envidia a muchos que ambicionan estar cerca del poder: desde 1971 es el mozo que atiende a los presidentes en la Casa de Gobierno. Su cargo es el de “jefe de mayordomos” y en casi medio siglo ha servido a 19 jefes de Estado: desde Agustín Lanusse a Mauricio Macri. Seguro merece un lugar en el libro
Guinness de los récords, más allá de los avatares políticos -muchas veces trágicos- de nuestro país. Té con limón por medio, su debilidad a la hora de las infusiones, el encuentro tiene lugar en el bar “Los Leones”, en la esquina porteña de Alem y Mitre, donde es saludado con efusividad por sus colegas, que lo reconocen como “el mozo de la Rosada”. El mayordomo presidencial también profesor de golf y ex futbolista frustrado, se presta a la entrevista con una sonrisa amplia y la mejor disposición, luego de haber trabajado más de ocho horas, bandeja en mano. -¿Cómo llegó a la Casa Rosada? -Ingresé gracias a un amigo que conocí cuando jugaba al fútbol. Justo en esa época mi papá dejaba el negocio que tenía, un pequeño barcito en la calle Pampa, en Belgrano, donde tenía la terminal la línea 107. Este muchacho era chofer y yo en ese momento jugaba para el equipo de fútbol de esa línea, todos me conocían. Y bueno, como me quedé sin trabajo le dije: “Mirá, tengo que empezar en otra cosa”. Yo tenía apenas 16 años y ya trabajaba como mozo. Como ese amigo, que se llamaba Cu-
qui, era chofer de la Casa Militar de la Casa Rosada, le llevé mis datos para ver si salía algo. Después de tres meses, le pregunté por qué no me llamaban. Él insistía en preguntarme si yo había tenido algún problema con la policía. La verdad, la única vez que fui a la policía, con los años que tengo, fue a buscar las camisetas para los Campeonatos Evita, ya que yo era delegado. Cuqui insistía con ese tema de la policía hasta que recordé que una noche un oficial visitó el restorán que tenía mi papá. Eran épocas en que sancionaban por falta de luz en los negocios, algo que antes me había advertido un vecino. La cosa fue que el uniformado entró al comercio y me dijo: “Acá no se ve nada”. Yo en ese momento era el encargado y encendí todas las luces, parecía la avenida 9 de Julio. Y bueno, igual labró un edicto y era por eso que no me convocaban. Pero al final entré durante el gobierno de facto de [Agustín] Lanusse. Lo hice como ordenanza, aunque figuraba como pintor pero yo no sabía ni tomar una brocha. Al mes arranqué como mozo, oficio que conocía bien. -¿Cómo era Lanusse, el primer
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Presidente que atendió? -Muy estricto, como todos los militares, y tenía un temita: quería las cosas al instante. Pedía algo y lo quería ya. Un mediodía me encargó un bife bien cocido, como le gustaba. Salí del despacho para hacer el encargue en la cocina y suena de nuevo el timbre. Volví a su oficina y me dice: -Por favor, me puede traer la comida. -Sí mi General, enseguidita baja, ya está marchando. Salgo, no hago más que entrar al office y ya sonaba el timbre de nuevo. Volví al toque. -¿Y qué pasa con la comida? -Mi General, es que a usted le gusta bien cocido y eso lleva 10 minutos más o menos de cocción.
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Salgo y tenía que esperar que envíen la comida desde el segundo piso por un monta carga. Y bueno, en ese interín que bajaba el bife, llama de vuelta. Golpee con la cabeza la puerta del despacho y entré de una. -¿Llegó la comida? -Sí, acá está mi General. Agarré, le serví y ya estaba tranquilo. Pero igual quedó ese recelo. Como era la primera vez que atendía un Presidente, estaba medio cohibido. -¿Llegó a tomarle cariño a algún mandatario en especial? -Sí, en especial a Carlos Menem, quien era muy macanudo en el trato. Comía con los cinco mozos en el office presidencial junto a los ministros, el jefe de custodia y los secretarios privados. Le
gustaba el asado y a veces pedía empanadas tipo árabes. Una cosa que me pareció muy espontánea de Menem es que no teníamos problema para hablar de cualquier tema. Nos contestaba sin ningún problema. Trataba bien a todos. Soy profesor de golf, y cuando él se enteró de eso por intermedio de su hermano Munir, se dio un diálogo insólito cuando le llevé el almuerzo al despacho. -¿Así que usted juega al golf? ¿Mañana puede jugar conmigo? -Sí, cómo no. -Bueno, vamos a jugar de compañeros contra el coronel Gordillo y el embajador argentino en Estados Unidos, en la Quinta de Olivos, donde mandé a hacer nueve hoyos. Al otro día fui a la Casa de Gobierno con mis palos y enseguida
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fuimos a la Residencia. Tomamos un desayuno y salimos a jugar. Jugamos 18 hoyos, 9 de ida y 9 de vuelta. ¡Les ganamos en el último! Desde ese día [Carlos] Menem si tenía que jugar enseguida me llamaba: “¿Carlos, tiene posibilidad de venir?” Y yo iba casi siempre, me hacía el tiempo necesario. Con Menem, como con otros presidentes, viajé mucho por el mundo. Iba como valet, me ocupaba de la ropa y él era coqueto. Una vez me llevó a Sudáfrica, a Johannesburgo. Y ahí me encontré con algo sorprendente. Tres años antes había ido con Raúl Alfonsín, otro que tenía excelente trato con el personal, y en ese lugar al que fuimos era sólo un médano. Cuando volví, los sudafricanos habían hecho con un riego artificial una cancha de golf en la que se podía jugar de noche porque tenía reflectores. Algo fantástico. Cuando viajamos a Siria paramos en un
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hotel donde todas las columnas eran de oro. También viajé con su hija Zulemita, una piba bárbara. Claro, también conocí países muy pobres, como la India. -¿Recuerda a los personajes más importantes que atendió en el despacho presidencial? -Los presidentes de Estados Unidos, George Bush (padre) y Bill Clinton, entre otros. En la época de Fernando de La Rúa atendí a Mirtha Legrand, una mujer bárbara. A De La Rúa también le di clases de golf. No le costaba aprender, más o menos andaba. Amado Boudou me trajo a una de sus novias para que le enseñe. Íbamos a un driving enfrente del Casino flotante, en Puerto Madero. -¿Cómo es el trato actual con Mauricio Macri? -Muy bueno; es una persona respetuosa y educada, algo que hacía falta. Almuerza casi siempre ensalada, porque tiene
un régimen de comer liviano. No toma alcohol; casi siempre agua mineral y a veces gaseosa light. -¿Y la relación con Cristina Kirchner? -No teníamos mucho trato. Nosotros entrábamos a la mañana temprano y ella venía muchas veces recién entre las 9.30 y las 10. Y había días que no venía y otros que lo hacía después de las 14 o las 15. Por eso no puedo hablar mucho de ella pese a los años que estuvo. Así que el trato más o menos. -¿Cómo era el trato con el expresidente Néstor Kirchner? -Era distinto, había más comunicación. El primer año que estuve con Néstor [Kirchner], fana de Racing, se reunía con Oscar Parrilli, hincha de Boca, y con Alberto Fernández, de Argentinos Juniors. No sé cómo salió la conversación pero le estaban dando un viático o algo así a Raúl Emilio Bernao, un ex
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Carlos de sport junto a Zulema Yoma en un viaje en el Tango 01 (izq.). Con su atuendo de gala junto al expresidente Carlos Menem. (arriba)
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futbolista de Independiente. En esa conversación entre ellos tres, me salió del alma intervenir. -Mire señor Presidente, tengo un amigo que fue un jugador impresionante de la Selección y ahora está pasando un mal momento, a ver si se le podría dar una mano… -¿Quién es, Gómez?, me dice Néstor [Kirchner] - El loco René Houseman. Parrili enseguida le dice: “Néstor, tomale los datos y otorgale el viático también a Houseman”. Al Loco lo conozco del barrio, del Bajo Belgrano. Porque jugué en Excursionistas, como él. En mi familia hay muchos futbolistas. Mi hijo lo hizo en Excursionistas, Argentino Juniors y Deportivo Italiano. Llegó a jugar con jugadores de primer nivel como Gabriel Batistuta, en torneos internacionales como el de Viareggio. -¿Alguno de los presidentes llevó a su propio mayordomo y lo desplazó? -No, tal vez trajeron alguno pero nunca me desplazaron. Con Leopoldo Galtieri, el de las Malvinas, venían un Principal y un Sargento, que lo atendían en el Comando del Ejército. Ellos hacían más de valet, así que ahí también aprendí de ellos ese oficio, que luego me sirvió en los viajes al exterior. -¿Cómo es un día en la vida de Carlos Gómez? -Me levanto a las 4.30 y ya a las 5.30 tomo el colectivo 130, que me deja frente a la Rosada. Ahora salgo a las 15 pero con [Carlos] Menem, por ejemplo, a veces nos quedábamos hasta las 20. Después voy a dar clases de golf en un club en la zona del Aeroparque, así que me tomo el 33. Vuelvo a mi casa cerca de las 21. Los sábados, domingos y feriados enseño de 8 a 18. Son los días que hay más trabajo así que los tengo que aprovechar. -¿Hasta cuándo piensa seguir como mozo de los presidentes? -Nunca me hablaron de jubilarme pero ya tomé la decisión de retirarme el año próximo, cuando cumpla los 80. Ahí me voy a dedicar de lleno al golf. Así que lo único que le pido a Dios es que me dé salud para seguir el tiempo que me queda, nada más.
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Un 17 de octubre aparecía el cuerpo de Luciano Arruga, quien había sido desaparecido cinco años antes. Otro 17 de octubre apareció el cuerpo de Santiago Maldonado, después de tres meses de irregularidades, trolls y ataques a la familia. La historia de una lucha que terminó en movilización.
COORDENADAS FRONTERAS
Derechos Humanos
U S R O P S A S O C S LA
Por MAGDALENA IVULIC
Jueves tras jueves, desde 1977 se respira historia en el microcentro porteño. Cuando el reloj marca las 15.30 las Madres de Plaza de Mayo comienzan una vez más la ronda alrededor de la Pirámide, con sus pañuelos blancos en la cabeza. Lo que comenzó como un punto de encuentro y reclamo, se convirtió en símbolo de lucha. Cuarenta años después de esa primera ronda, la Pirámide sería de nuevo protagonista de otra lucha. “Desaparición Forzada” caratuló la justicia el caso de “Santiago Maldonado”, el desaparecido que según el diario Clarín habría estado en El Bolsón, en Chile y en Misiones. Con la aparición del cuerpo sin vida de Santiago después de más de dos meses desde su desaparición durante el operativo de Gendarmería en territorio mapuche esa plaza se llenó de dolor. En medio de una avanzada de Gendarmería, Santiago llegó al río. No estaba paseando, no estaba contemplando el paisaje. Llegó al río perseguido, huyendo y desapareció. Llegó
hostigado por al menos diez gendarmes que disparaban hacia el río, llegados hasta su orilla con la orden expresa de detener manifestantes. El cuerpo, como han señalado los familiares de Santiago y miembros de la comunidad mapuche, fue encontrado en una zona que había sido rastrillada en tres oportunidades, lo que evidencia una nueva operación que intentó encubrir la verdad. Como lo ha denunciado la propia comunidad mapuche y como lo manifiestan también las observaciones realizadas por un miembro del Equipo Argentino de Antropología Forense que acompañó a la familia durante toda la búsqueda, por la forma en la que estaba colocado el cuerpo y la zona del río en el que se hallaba, se deduce que habría sido una situación construida de forma planificada. En esta oportunidad se visibiliza el accionar macabro del Estado y sus instituciones con una puesta en escena que, con el aval de los grandes medios de comunicación, sólo ha servido para generar un nue-
vo “show del horror” y la proliferación de información sin sustento. La desaparición es uno de los métodos que las distintas fuerzas de seguridad utilizan para ocultar un crimen. También para generar terror entre quienes rodean al desaparecido. Entre quienes se identifican con sus luchas, sus reivindicaciones, sus sueños. *** Esa noche anunciaban lluvia. Fui a Plaza de Mayo, con dos amigas. No habíamos hablado en todo el camino que separa Quilmes-Constitución. No había palabras, no nos salían. Tampoco nos mirábamos mucho, compartíamos un mate, y otro, pero no podíamos compartir lo que nos pasaba. Camino al subte, una de ellas me dice “¿Te acordás dónde estabas cuando encontraron a Luciano Arruga?” Y sí me acordaba. Era 2014 y enseñaba a diseñar, de forma modesta, a un grupo de jóvenes, en un Centro Cultural cerca de mi casa. Cuando nos llegó la noticia, pusimos en la
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U NOMBRE S Á M A C N NU
pantalla grande el noticiero. Hablaba Verbitsky y contaba quién era Luciano y por qué había sido desaparecido cinco años y ochos meses antes. “Si”, contesté. La historia se repite en forma de farsa, dijo alguien por ahí. El 17 de octubre de 2014, lloraba con esa triste noticia. Exactamente tres años después caminaba por Constitución camino al subte, sin emitir palabra. Tres años exactos. Ni un día más, ni un día menos. “Usted está en la estación Plaza de Mayo”, anuncian los altoparlantes. Lo primero que ví fue un grupo de chicos y chicas muy jóvenes que lloraban. Tampoco había palabras en ellos. Otro grupo cantaba con un megáfono “Fuera, Bullrich, fuera”. Cerca de las rejas que separan de la Casa Rosada había dibujos de Santiago, velas prendidas, cartas, consignas sueltas. Espontáneamente se formó una especie de altar. El día anterior Sergio Maldonado había confirmado que los tatuajes del cuerpo que encontraron en Río Chubut eran los de su hermano, también que habían
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estado siete horas en la morgue a su lado, para que nadie interviniera. Un cuerpo, el cinismo. Un cuerpo, su especulación. Un cuerpo, el río y la muerte. Un cuerpo, el miedo y la bronca. Un cuerpo y la injusticia. La gente se acomoda en un mismo sentido. No entiendo lo que está por pasar. Como cuarenta años atrás, miles y miles empezamos a caminar alrededor de la plaza, una y otra vez. Como ellas, las madres del amor, exigímos justicia. Como ellas, las madres con pañuelo blanco en la cabeza, nos hacemos carne de los sueños de aquellos que ya no están. Todo eso que no podía decir en palabras, pronto se convierte en lágrimas compartidas, en abrazos y dolor. *** Trolls y ataque en las redes En el mundo 2.0 en el que vivimos, un troll es un usuario que se dedica a publicar contenidos ofensivos o falaces en Internet. Twitter, Facebook, diarios online, blogs son in-
vadidos con comentarios ofensivos, y enmascarados por el anonimato. Tienen la intención de generar un clima negativo en una comunidad virtual o de distorsionar la realidad. Los troles de este tipo se encuentran al circular por la Red en multitud de espacios y formas, pero sobre todo buscan ser parte del relato, encrudecer las injusticias, señalar, criticar, exponer y sobre todo menospreciar al que piensa diferente. Un partido político, por ejemplo, puede crear cientos de trolls para publicar denuncias falsas sobre otra agrupación, con la intención que el mensaje falaz se multiplique en Internet para desprestigiar al grupo opositor. Activadas por “ejércitos” de trolls e impulsadas por medios masivos de comunicación, orquestadas desde las sombras, las campañas que se burlaron de la búsqueda de Santiago Maldonado y lo atacaron tanto a él como a su familia, no cesaron durante los 80 días en los que no sabíamos de su paradero. Se instaló en pocas horas el hashtag #SergioDondeEstáTuHermano -con el que intentaron acusar a la familia de haber “ocultado pruebas” a la investigación judicial-, lo criticaron por haber asistido al recital que la banda U2 ofreció en el estadio Único de La Plata. Las críticas irracionales oscilaron entre irónicos “se lo ve muy triste” y cuestionamientos como “¿dónde consigue la plata?” para asistir al show. Las provocaciones no fueron recogidas por la familia Maldonado; sin embargo, buscaron entorpecer la búsqueda de la verdad y la tranquilidad de una familia que atravesó durante casi tres meses por el peor de los dolores. En dos horas 20 cuentas ejecutaron 837 tuits con información falsa y una acusación artera. El ataque recién se detuvo cuando la familia Maldonado difundió en un comunicado la verdad, pero la operación quedó expuesta. El contenido de esas cuentas revelan sus preferencias: el jefe de gabinete Marcos Peña, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich y la campaña electoral del partido de gobierno. ***
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LAS COSAS POR SU NOMBRE En esa plaza no había usuarios falsos, no hablábamos con hashtags, no inventábamos pruebas. Nos unía la tristeza de saber que lo que leíamos en libros de historia, lo vivíamos en primera persona. Que un joven que un día manifestaba en defensa de las reivindicaciones mapuches, estuvo 80 días desaparecido, y que un día apareció en zonas en las que ya había
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habido tres rastrillajes de las fuerzas de seguridad intervinientes. Las desapariciones forzadas durante la última dictadura cívico militar siempre fueron un tema que me conmovió, que me movilizó hasta las lágrimas. A medida que fui creciendo como esa noche en la plaza- llené de contenido esa angustia, comprendí la necesidad de estudiar en profundidad nuestra historia para comprender que el relato oficial siempre es el de
los ganadores. Los dibujos de Santiago pegados en la Plaza de Mayo, la ronda masiva, las lágrimas derramadas, fueron una forma de abrazar a la familia y la manera que algunos tuvimos para señalar la impunidad y rememorar una historia que empezó hace décadas, y por la cual, miles de argentinos levantamos una bandera: Nunca Más.
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Artes
TIFFANY CALLIGARIS, ESCRITORA
LA REINA DEL FANTASY Por SOFÍA GUARDO Con algo de modestia, timidez, como si no estuviera acostumbrada a que la entrevisten, ella habla entre risas y anécdotas cómo vive las repercusiones de su éxito en las librerías gracias a sus sagas Lesath y Witches (de la que aún se espera el último tomo para marzo de 2018), sus desafíos, sus gustos, sus inspiraciones. Tiffany Calligaris comparte el balance de su presente. Se escucha de fondo la canción principal de la serie Game of Thrones, me doy vuelta y veo a personas disfrazadas, de pronto no sé a dónde me metí, creía que había entrado al colegio San
José en la Ciudad de Buenos Aires para una convención pero ni bien crucé la puerta, me encontré con magos, hechiceras, vikingos y elfos. No es casualidad que este sea el lugar elegido para entrevistar a Tiffany Calligaris, (¡si!, así es, es su nombre verdadero, es argentina y vive en Buenos Aires), la escritora por excelencia del género fantasy en el país. En Argentina, Tiffany Calligaris es la gran referente con tan solo 29 años. -Antes de comenzar con la entrevista necesitamos hacer un paréntesis: ¿Qué es el Fantasy? -Es nada más y nada menos que un fenómeno que mueve millones en la industria, tanto editorial como cinematográfica, se trata de un género que combina terror, mitología, romance y misterio. Empezó con Harry Potter pero siguió con los Hush Hush, Crepúsculo, Divergente y la lista va en ascenso. -Lesath fue tu primera saga y se publicó en 2013 pero ¿desde hace cuánto tiempo estuvo en tu mente ese universo, antes de plasmarlo en un libro? -Por un lado, cuando tenía 19 había terminado de leer la saga Eragon de Christopher Paolini, sus personajes eran Eragon y Aria. Ella era una elfa, para ese entonces me encantaba ese romance entre un humano y un elfo pero me pasó lo mismo que con Aragorn del Señor de los Anillos que siempre está el romance entre un humano y un elfo pero nunca se conocía al hijo. Al no ver a un autor que hiciera ese personaje que esperaba, hice mi propio personaje: Adhara. En definitiva fue una respuesta a mi pregunta de
¿sería más elfo, más humana? o ¿por cuál bando cedería? De ahí saqué a Adhara, una chica que tenía una madre humana y un padre elfo pero no sabía bien dónde encajaba. Un tiempo después de eso, recuerdo que viajé con mi familia a Venecia para el carnaval que es todo lleno de máscaras y hay un capítulo en el primer libro de Lesath que es el baile de máscaras en donde Adhara y Aiden están disfrazados y camuflados por entrar al castillo, ni bien me imaginé toda esa escena, empecé a hilar toda la historia: Adhara es la protagonista, quiero que sea como ese reino, lleno de secretos y quiero jugar con todo eso de las máscaras y ver cómo cada uno está buscando su identidad. En definitiva, fueron como diferentes disparadores los que me llevaron al armado de la historia y los personajes. -¿Qué sentiste cuando te enteraste de todos los ejemplares que vendió el libro? (Lesath ya superó los 20.000 ejemplares) -Fue muy inesperado, con honestidad ya no podía creer que publicarían mi libro. La primera vez que vi Lesath en una librería fue impresionante y que esté ahí en compañía de otros libros como El Señor de los Anillos, Harry Potter, Las Crónicas de Narnia para mí ya era la gloria. Como lectora del género sabía que los lectores son exigentes y que estaban acostumbrados a recibir un montón de libros de autores extranjeros, salvo algunas excepciones. No había como un autor fuerte en el Fantasy así que estaba con un poco de miedo de que al no venir de afuera no le den una oportunidad. Pero no, super
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Con Witches y Lesath, Calligaris se convirtió en la referente argentina del género. contenta, fue increíble poder experimentar que los lectores le den una oportunidad y que haya gustado tanto. Fue una sensación increíble... Primero porque existía, lo podía tocar, estaba en una librería que para mí es un lugar mágico. Una anécdota graciosa es que al principio no lo encontraba y le pregunte al vendedor y como me daba vergüenza decirle que era mi libro, le consulté: ”busco Lesath de Tiffany Calligaris” y me acuerdo que el vendedor me dijo: “Ah sí, es la chica esa extranjera”. Lo dijo por mi nombre y yo pensaba: “No, soy yo, ¡no soy extranjera!”. No se lo dije porque me daba vergüenza pero fue gracioso preguntar por mí misma y recibir esa respuesta. -Viajaste a Salem para inspirarte a crear Witches ¿Cómo fue esa experiencia? -Había leído sobre los juicios de Salem antes de ir, así que cuando hacía los primeros capítulos ya tenía como dos carpetas, una sobre los hechos históricos de Salem que pasaron y otra con todas las cosas ficticias de las que hablaban y fue agarrar las ficción de Salem e hilar con los hechos históricos para saber ¿qué pasó en realidad? y después pasarlo a ficción de vuelta pero a mi propia ficción. Por otra parte, mi hermano estudió en Boston por
años así que mientras lo visitaba, como Salem está a 30 minutos en tren, aproveché para ir. Me lo imaginaba como un pueblo bastante sombrío, creo que lo imaginaba algo bastante más oscuro y cuando llegué hay un montón de cosas de temáticas de brujas, está lleno de negocios de brujerías y hasta está el museo de brujas pero a la vez es un pueblo muy lindo, muy pintoresco con una bahía. Me esperaba un cielo gris lleno de murciélagos en pleno vuelo, así que fue muy útil para mí poder verlo con mis propios ojos. En un capítulo en el que Madison, la protagonista de Witches, describe Salem y es lo que ví cuando fui, así que eso me ayudó bastante a darle visibilidad a lo que es el pueblo. -Tanto Harry Potter como el Señor de los Anillos fueron una gran influencia pero qué otras obras o autores te sirvieron de inspiración tanto para la saga Lesath como Witches -Richelle Mead, quien escribió Academia de Vampiros. Me encantó porque fue uno de los primeros libros que leí de Fantasy que estaba contado desde el primer punto de vista y coincide con lo que yo quería hacer: una protagonista femenina, bastante aguerrida y que no esperaba que algún chico la viniera a salvar (como Rose Hathaway de Academia de Vampiros). Eso me ins-
piró a pensar que por lo menos no soy la única que piensa que una chica pueda agarrar una espada y hacerla suya. Cuando salió Lesath tuve una suerte que fue en una época donde también estaban los Juegos del Hambre con una protagonista muy fuerte como Katniss o también Divergente con Tris. Me sumé, sin saber, a esta ola de protagonistas femeninas y me encantó poder formar parte de eso. -Firmaste un convenio de representación para los derechos mundiales ¿Qué implica tener ese convenio? -Como autora de Planeta tengo un convenio, ellos tienen los derechos de mis obras en todo lo que es habla hispana pero para el resto de los países que tengan otro idioma firmé un convenio de representación con otra agencia. Ellos tendrían mis derechos para todos los demás países que no son de habla hispana porque muchos países en Europa, al ser diferentes idiomas, tienden no a negociar con el autor sino como con un agente. -¿Cómo llegaste a obtenerlo? -Al salir Witches en España y más tarde en Brasil empecé a ver que había mercado más allá de Latinoamérica así que me puse a investigar sobre agencias representan a autores. Fue buscar agencias, mandar todo mi curriculum,
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TIFANY, LA REINA DEL FANTASY números de ventas, tratar de venderme como autora y mis libros para logar representación. -A pesar de todo el éxito que obtuviste seguís teniendo un contacto directo con tus fans a través de las redes sociales ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de ese ida y vuelta? -Está bueno conocer más a los lectores quienes me acompañan desde el primer libro de Lesath que siempre me hablan o me siguen. Es raro a veces conocer tanta gente que sabe tanto sobre vos y vos no sabes ni cómo se llaman pero también es increíble tener una respuesta tan inmediata cuando sale un libro. Para los lanzamientos, por ejemplo, no es que tengo que esperar meses hasta la feria para conocer lectores y recién ahí tener como una idea de si les gustó
Calligaris lanzará un nuevo tomo de la saga Witches: Noche Eterna
o no; al día siguiente de salir el libro publicado, ya tengo comentarios, diciéndome que escenas les gustaron. Es increíble poder sentir tantas voces diferentes que acompañan al libro una vez que sale publicado. Me alienta, me inspira tener como esa respuesta tan rápida. Sin embargo, te asusta porque me acuerdo cuando salió el último libro de Witches, ya dos días después estaban preguntando por el quinto y recien lo empezaba a escribir, entonces como que también me apabulla un poco pero la mayoría es positivo. Es cierto que también al ser algo tan flexible hay lectores pidiéndote que hagas cosas específicas con los personajes. Sin embargo, al ya al tener una historia y al ser una saga, siempre soy fiel a lo que planeé primero. Pero lo que sí, soy de prestar atención qué personaje les gusta, para
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tratar de sí capaz hay un personaje que les gusta ya sea secundario o terciario trato de incorporarlo un poco más pero hay veces que me piden que haga determinada pareja y sé que hay lectores que lo desean pero realmente no puedo. -¿Alguna anécdota que tengas respecto a los fans? -Una de las historias que más me conmovió fue una chica, en Santa Fe, que vino con un disfraz impresionante de Adhara, me acuerdo que la mamá le hizo la capa y le armó el chaleco bordeau, durante toda la noche y estaba igual a la tapa de Lesath. Me dijeron que fue un esfuerzo de ella y de la madre de días, y que para la fiesta de 15 años se mandó a hacer el vestido que tiene Lysha en la tapa de Lesath del trono vacío. Me conmovió un montón que una chica, para algo tan importante como es la fiesta de 15, haya decidido hacer ese diseño de vestido por la historia, porque es increíble que alguien le de ese lugar a un personaje de mi libro.
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ENSAYO
LA DEPRESIÓN ES VIGILIA Comienza como un quejido inmanente, somero. Cristalizado por los factores de la rutina, la bruma que se avecina parece invisible. Pero la niebla de verdad, la que obnubila, no se puede evitar y, con cada bocanada, se impregna en tu interior lenta, corrosiva. Eso es la depresión, una baja pero presente simbiosis emocional que descarrila a su huésped. Un latido punzante que no desaparece y lleva a contemplar los grisáceos tonos disonantes de una realidad en marcha. Clínicamente hablando soy de un selecto grupo, el 2% de la población, es decir, unos 140 millones de personas entre las 7,3 mil millones que componen al mundo. Pasé del diagnóstico F32.X (es decir, un trastorno depresivo mayor, episodio único: algo a pasar y superarse) al trastorno de ansiedad fluctuando entre la obsesión y la incertidumbre. Que hoy anida en mi interior. Después de cinco años de tratamiento, cuatro psicólogos y tres psiquiatras; tras incontables horas encerrado, terapias grupales e individuales, psicofármacos, antipsicóticos, antidepresivos, anticonvulsivos, psicotrópicos; a pesar de las vitaminas, jugos exprimidos para “ayudar al metabolismo”, el inservible mindfulness y esas sensaciones de pena y desconocimiento al vivir, enfrento el trastorno bipolar fase 2. ¿Y qué implica eso? En principio ninguna de las referencias que existen en la ficción o en los medios. No soy un
ser transfigurado, gritón, que llora y ríe cada cinco minutos. A veces lo preferiría, después de todo, eso me haría vivir una estridente fantasía en bucle de inconciencia. Pero no, la bipolaridad -en particular la de fase 2- conlleva vivir con períodos de alegría y euforia que se mitigan con otros de melancolía y pena. Creo, sin embargo, que como cualquier otro, río, entretengo o me disperso cuando quiero y puedo. El dilema se da, ante todo, en los episodios de depresión en donde lo llano es el desarraigo, el sueño eterno, la comilona innecesaria y la soledad como requisito. Aquí la incontenible Eufrósine y su dolorosa contraparte Ezis pelean por tomar el control. Puede ser que la hipomanía, es decir el estado de hiperactividad extrema y energía desmesurada, tenga sus desventajas; no obstante, esa grandiosa e ingenua euforia trae consigo demasiada confianza en uno mismo, tanto como para no respetar del todo el tratamiento psiquiátrico. Craso error. Parece ser único destino el desasosiego. Cuando el tiempo llega, cuando la desidia emocional ataca de lleno, los desposeídos permanecemos solos en el monocromático cielo del destierro. Como si la tecla de un piano en sostenido recordara las faltas, el cúmulo de presiones delimita mis espacios y me encierra bajo la inconciencia. Esta enfermedad nos/me somete con sutileza recordándome de a poco las presiones
Por FACUNDO VERGARA
sociales, la falta de trabajo, mi comportamiento pedestre como universitario, la poca ayuda que doy en mi casa, el lugar y tiempo ocupado en mi hogar, mi cercanía a los 30, mis pocos logros alcanzados y mi falta de compromiso con mi gran amor, la escritura. Eso es la depresión: someternos a voluntad en un espiral que vive como un uróboro, alimentándose a sí mismo; sufrir por no avanzar demanda no progresar y, al no progresar, sufrimos aún más. En un principio la universidad es demasiado para abarcar y el tren un reto de incomodidad. Entonces ves cómo la calle se llena de miradas de desaprobación y cuesta respirar estando afuera. La casa ahora es demasiado grande con la familia preocupada por saber la próxima vez en verme estable y, sin darme cuenta, me atrinchero en mi cuarto. Ahora soy el dueño de un espacio de 4 por 3 y el rey de la bilis negra. Ahora las noches son largas y el sol es un visitante entrometido. Ahora veo el techo de madera y encuentro en su variopinta textura diversidad de ojos, y cada uno de ellos, me observa. La depresión hace a las horas de sueño innecesarias o absurdamente largas, las comidas un requisito a cumplir o una adicción. La depresión juega con el tiempo: corre durante el día y en las noches te somete a la soledad y al silencio sin tregua. Mi espacio también
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se deslinda de lo real y encuentro texturas nuevas como el corroído marco de metal de mi ventanal y su porosidad, la infausta reja y su compañero, el paredón, retenedores del horizonte o el ecosistema creado por el polvo de las repisas. El turquesa de mi cuarto ahora está azulado. Las zapatillas destrozadas. El dinero se va. La computadora no deja de trabajar. Bach pide clemencia a los dioses desde mis auriculares mientras Ian Curtis “tiene el espíritu pero pierde el sentimiento”. Las babosas se pasean creando entramadas líneas en las paredes. La cama resalta sus resortes de tanto uso. Las películas aburren o duelen, los libros prometen y no cumplen, la radio da noticias pero no informa. Un sahumerio de tilo relaja apenas mi estado de ánimo. Mamá, como todos los días, llega del trabajo con el mate bajo el brazo y, con su característica calma, se queda hasta que tiene que dormir. Quisiera ser mejor, quisiera que el calor de su cuerpo cuando me abraza no sea una ponzoña. Pero cuando me contiene, pienso que la
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defraudé por no tomarme en serio mi medicación, por ponerme objetivos tan extremos y ceder a la presión. Nunca se sabe, pero pueden pasar semanas o incluso meses. Llevo contando dos semanas y 17 horas. Un grillo bambolea con gracia sus piernas armonizando con su melodía. Entretanto, una araña termina de crear la más hermosa de las telarañas entre la rama de un árbol que sobresale del paredón y una viga del techo. Fue época de lluvia y ya hay musgos en las paredes y el piso de afuera. Creo en la parsimonia de la naturaleza y quisiera llevarla en el pecho mientras contemplo el amanecer desde mi cama. “Las horas del día: la mañana” de Caspar David Friedrich me invita desde un rincón a ver lo pequeño que es un pescador ante el río y las montañas. Enfrentado desde la otra pared, Vincent Van Gogh abre una puerta a “la habitación de Arlés”. Un cuarto, dentro de un cuarto o un amanecer entre lo inabarcable, ¿cuál será la elección? El teléfono empieza a sonar con mi hermana enviándome audios de mi so-
brina pidiéndome respuestas del porqué de mi desaparición. Tiene cinco años y ya puede retarme. Un amigo me invita a desayunar por tercera vez mientras mi padre pone la pava al fuego y enciende el televisor. El mundo arranca otra vez y aprendo un nuevo concepto. Sé que la depresión es imposible de sortear e inenarrable para el que la padece. No obstante, a pesar de vivir en el limbo de la incertidumbre, hay algo que recordar: la depresión es la vigilia en la bruma de la vida. Puede que colapse en nuestro rostro y nos ciegue, pero al igual que pasa con la capa celestial, este dolor irreparable se disipará. Levanto mis piernas en el aire y estiro todos mis músculos. Recorro con los ojos el cuarto y veo la asquerosa cantidad de basura en la que estuve viviendo. Me cepillo los dientes, grito para que nadie abra la canilla. Después de un tiempo, me baño. Hoy me espera un gran desayuno y, si me apuro, espero poder llevar a mi sobrina al jardín.
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PASAJE Por DANILA IMBROGNO En esta historia gráfica entendemos el cuerpo de la mujer como soporte. De instantáneas y marcas, de lo que fuimos, somos, seremos. Luego, de huellas que nos hacen únicas e irrepetibles. Así lo pensé al retratar. Tres mujeres, tres edades distintas y diferenciadas. A través del uso de la luz y los colores, busco evidenciar en imágenes la pérdida de la espontaneidad, de la sorpresa, de la sonrisa que trae consigo el rito de paso, cultural y social, de adolescente a adulto. En las responsabilidades que asumimos para nosotros y el mundo. Uno debe elegir. Identificarse, ubicarse dentro de un tiempo y espacio. La libertad comienza a ser cuestionada. La soledad merodea. Pasaje.
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NELSON LUTY, DIBUJANTE
“MI SUEÑO ES TRABAJAR CON STEVEN SPIELBERG” Nelson Noel Luty es uno de los principales exponentes del arte conceptual de nuestro país. Trabajó para la editorial Marvel y para la Warner Bros., realizó el diseño animado de la película Metegol de Campanella y ahora se prepara para el estreno del film Bajo tus pies de Cristian Bernard.
Por GABRIEL PEREIRA
Es conocido como “el hombre vikingo” y en la actualidad se desempeña como director en Luty Art Studio, líder del arte conceptual de Latinoamérica, en producciones nacionales junto con Federico Moreno Breser, Lucas Rios y con un equipo de profesionales que son una pieza central para la industria cinematográfica. El cuarto de trabajo refleja su devoción por el dibujo ya que hay diseños en las paredes y en la mesa, además de una tableta digitalizadora que utiliza para sus producciones. -¿Cómo empezó tu pasión por el arte y por la animación? -Siempre la tuve, eso no se puede evitar. Recuerdo que mis primeros pasos fueron en el primario, donde empezaba a dibujar y no podía parar. Una vez fui a un zoológico y había hecho un dibujo de esa experiencia y una maestra lo publicó en un semanario de una escuela. Yo estaba re contento. Nunca me olvidé de aquella imagen. En ese momento tenía 6 años y fue lo que me llevó a decir: “Quiero dedicarme a esto”. Mi amor por la animación nació en Bambi, fue lo que me detonó la cabeza. Cuando vi la película me emocionó ver los escenarios. Me pareció mágico. -¿Qué significa el arte conceptual para vos?
es una película que recuerdo con muchísimo cariño porque nos dejaron jugar con lo que queríamos. La disfruté y fue un gran aprendizaje. Tener esa libertad es genial. -También trabajaste en la película Metegol de Campanella, que logró un éxito increíble en taquilla. ¿Cómo te contactaron y cuál fue tu experiencia? -Admiraba a Juan [Campanella] como director, me encantaba. Me preguntaba: “¿Cómo puedo hacer para trabajar con este tipo algún día?”. Era mi sueño pero en ese momento había quedado ahí. Hasta que un día me llama un productor y me dice que había un proyecto animado para hacer con él, que era Metegol. Ahí lo conocí y no lo podía creer. Justo él volvía de ganar el Óscar y apuntaba a hacer una producción muy importante. Empezamos a trabajar en el proyecto en una casa vieja en Palermo. En un momento dijeron que había que traer un director de arte de afuera que sea groso. Y Juan dijo: “¿Para qué vamos a buscar un director de afuera? si lo tenemos a Nelson que está haciendo todos los escenarios y ya le puso toda la estética que quiero”. A mí me agarró cosa que un tipo que viene de ganar un Óscar me pida que trabaje para él.
-Para nosotros es conceptualizar algo que no está, es lograr la construcción de una imagen y buscarle la vuelta para que sea despampanante y creíble en la película. A mí me maravilla hacer arte conceptual de ciencia ficción, como lo realicé para la serie Colony de Estados Unidos, con el diseño de máquinas y naves espaciales. Una vez hablé con Carlton Cuse, que fue el director de Lost. Me pidió los diseños de las naves para la serie. Lo escuché para entenderlo y así poder hacer un producto que sea efectivo y que ellos queden contentos. -Colaboraste en películas como El arca de Noe, Patoruzito, El ratón Pérez, tanto en dibujos como en diseños. ¿Cuáles fueron tus experiencias en esos films? -En todas estas películas animadas empecé con la realización de fondos. Mi primera película fue Teo, el cazador intergaláctico en la que hice los escenarios. En Patoruzito nos pusieron como directores de arte, junto con Sebastián Barreiro. El ratón Pérez fue una experiencia increíble porque ahí, por primera vez, veo mis dibujos convertidos en realidad. Entrar a un set de filmación y encontrarte con todos tus dibujos es una sensación rarísima. El arca para mí
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Aparte en esta película ya no era hacer fondos para animación en 2D sino en 3D, que es otra historia. Sobre la marcha fui aprendiendo y, como siempre, los argentinos somos de potrero. -¿Hiciste trabajos para Disney? -Sí, pero fue editorial. Trabajaba para empresas derivadas, como Disney Adventure. Hacía cuentos para chicos y demás. Tuve la oportunidad de trabajar en El Jorobado de Notre Dame pero no lo logré. Les mandé un proyecto de Francia con Notre Dame de fondo que lo vio una de las productoras de El rey león. Y dijo: “Sí, quiero a este tipo acá dentro”. Mi manager me empezó a negociar como si fuera un jugador de fútbol pero no se dio. Me quedé con la leche amarga, sin embargo, fue la primera aproximación que tuve. -¿Qué hacías para Marvel y cuál fue
tu experiencia con X-Men? -Sí, fue en 1994. Un amigo me dice: “¿Por qué no mandamos una de tus naves a Estados Unidos?” Así que presentaron mis trabajos en Marvel y dijeron: “¿No quiere diseñar los universos de X-Men?” Yo sabía qué era pero nunca le había dado bola. Querían que haga los universos para que los historietistas puedan aplicarlos en los cómics. Así que me puse a diseñar naves y otras cosas. Me tuve que meter en el tema. El diseño principal de la nave de los X-Men que ves en las películas fue mío. Después ellos hicieron agregados. Me hubiera encantado que me llamaran para trabajar en la película pero eso nunca sucedió. -¿Qué productos hacías para Looney Tunes? -Hacía historietas del Pato Lucas, Bugs
Bunny, Porky. Ahí laburé muchísimo. Estaba bueno pero los tiempos de entrega eran muy acotados y había que sacar producción a lo loco. Llegué a sacar hasta 2 historietas de 12 páginas por mes. Todo eso lo hacíamos acá en Buenos Aires. Eran muchos cómics y un trabajo constante. No nos pagaban bien pero era laburo. Marvel sí pagaba mucha guita por hacer cada diseño. -¿Cómo surgió Luty Art Studio? -No ganaba lo que necesitaba y me di cuenta de que quería formar un equipo. Un día le dije a Fede [Moreno Breser] que quería tener un estudio de arte conceptual con mi nombre, que acá no hay. Me dijo: “Bueno, yo te banco”. Y así empezó a crecer Luty Arts, se hizo la página y un montón de publicidad. Y funcionó. Hoy somos líderes en Latinoamérica, no hay otro estudio que haga esto.
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COORDENADAS FRONTERAS
Nelson en su cuarto de trabajo, donde nacen los proyectos de Luty Art Studio
-¿Qué producciones hacés en la actualidad? -Estoy con Bajo tus pies, de Cristian Bernard, que es una película de terror. Están confirmadas figuras internacionales, así que estará bueno. El chango Monti, que es uno de los mejores directores de fotografía de la Argentina, me recomendó para trabajar con Cristian [Bernard]. Además, estoy con El año del jaguar que es una película animada mexicana, con Nina, que es otro proyecto de coproducción con Brasil, y también estamos con Sons of Light que es una película con máquinas, aviones y batallas de la que hicimos un teaser muy interesante. -¿Te gustan más los dibujos animados que el liveaction? -Me gustan ambos. De hecho, el dibujo animado también es cine. En Estados Unidos lo consideran como tal pero acá no te consideran tan profesional si ha-
cés dibujos animados. La gente piensa que la animación es para chicos y es una pelotudez, cuando en realidad está a igual nivel que el liveaction. El guión es el mismo y lo único que cambia es la apuesta de cómo lo lograrás. -¿Por qué te conocen como “El hombre vikingo”? -Esta locura siempre fue así. Sé que mi manera de ser a mucha gente le llama la atención. Eso también es parte del marketing de uno pero también es parte de mi libertad. Me chupa todo un huevo, soy así y me gusta ser así. Toda mi vida fue igual, ya desde la adolescencia. La música también me llevó a esto, el rockear todo el día; también tiene que ver mi amor por las motos. La verdad que disfruto ser así y es parte de lo mío. -¿Sentís admiración por alguien? -Sí, Juan [Campanella] es uno. Es mi amigo y me encanta lo que hace. Y con
uno de los que siempre soñé toda mi vida trabajar pero no creo que se dé es con Steven Spielberg. Admiro todas sus películas y lo que hace. Obvio que hizo películas malas como películas buenas pero para mí el 99 % de ellas son buenas. -¿Qué le dirías a alguien que le gusta dibujar y quiere formar su futuro con eso? -Primero, creer en uno mismo. Tenés que creer en vos para lograr lo que querés. Si tenés el apoyo de tu familia, mejor aún. Sé que a veces es difícil eso. Lo digo de corazón, esto es soñar con lo que a uno le gusta y no bajarse de esa. Nunca dejes que te digan que no se puede hacer. Siempre hay que buscar apoyo y la manera de poder lograrlo. Tiene que ver con dedicarle horas y pasión, trabajar y perfeccionarse.
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MOTOR, ALMA Y SANGRE “Revisá todo, en tu interior, para salir en la mañana detrás del sol, y al ver que en la ruta hierve la sangre de tu pasión, buscá el secreto que trae el viento búscalo...”
La Renga
Por ROMINA D’AGOSTINO Al contrario de lo que piensa el común de la gente, el motociclista o motero no quiere encontrarse con la muerte, busca hallarse con la vida. Y como el ave que recibe alimento en una jaula y se escapa al primer descuido de su dueño, los motociclistas huyen a la primera oportunidad que se les presenta para descubrir más lugares, más sabores, más olores, más amigos. -Podríamos ir directo a San Luis y después a la vuelta vamos paseando por Córdoba. Pasás por Mina Clavero, bajás hasta Capilla y después seguís todo ese recorrido que es muy lindo. Esa fue la conversación que me recibió en el encuentro de moteros de la agrupación “Amigos que andan en moto”, en la ciudad de Avellaneda, en casa de Roberto, “el Lobizón”. La parrilla encendida, cada uno con su cuchillo labrado a mano, esperando ese momento mágico cuando Roberto diga: ¡vamos que se enfría, che!, ¿a qué vinieron si no es a comer carne de lobizón?
Eran más o menos quince personas de diversas edades; había matrimonios, familias, algunos que iban solos. Pero lo que se respiraba (aparte del aroma de ese asadito que ya abría el apetito) era gente que se conocía, unión, respeto, amistad. Se recibían con un fuerte abrazo, a todos por igual. Abrazo de oso, palmadas en la espalda, miradas fraternas, preguntas cercanas, eso se vislumbraba a primera vista en el motoencuentro, aquel día cálido de noviembre entre mosquitos y cigarrillos. En la Argentina hay alrededor de 300 clubes y agrupaciones de amantes de las motos, pueden establecerse muy informalmente, como un hobby y constituir hasta bandas más organizadas y jerarquizadas. ¡Pero vení, sentáte acá! me dice Leonor, la esposa del que pareciera el presidente de la agrupación. ¿Qué tomás: cerveza, vino, gaseosa? ¡Sentite cómoda, acá vergüenzas no, eh! Me senté cerca de uno de los integrantes que se apoda-
ba “Lala”. Remera negra con inscripción rockera, barba, pelo largo, tatuajes, pulseras de cuero y tachas. Le dice al parrillero: decime que lo que vamos a comer es vaca vieja, porque viste que tengo un tema con los novillitos. Toda esta secuencia mientras acariciaba un gatito que daba vueltas por la escena. El prejuicio al hablar de los moteros (jamás “motoqueros”, no les gusta que los llamen así) e imaginarse a hombres reos que andan por los bares borrachos y en busca de peleas, parece estar en el imaginario colectivo más frecuentemente de lo que pensamos. Pero todo lo que se evidenciaba en estos primeros minutos del motoencuentro, no tenía nada que ver con esa imagen. HIERVE LA SANGRE DE TU PASIÓN El origen de los clubes de moteros surge y se populariza en Estados Unidos en 1960. En Argentina para llegar a ser un Moto Club (MC) hay que pasar por
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diferentes instancias. Primero se inicia como agrupación, debe tener un número constante de integrantes que se junte con asiduidad. Éstas pueden ser mixtas (hombres y mujeres), las reglas son muy variadas y no se requiere de una moto con mayor cilindrada para participar. Cumplidos los tres años de ser una agrupación, se pasa a ser Moto Grupo (MG) y es opcional, pero puede tener escalafón (presidente y vicepresidente): para pasar a esta instancia se requiere portar un parche que contenga nombre, logo y locación. Éstos se colocan en el chaleco de los moteros. El parche es un tema de respeto y responsabilidad por el grupo. En casos muy extremos podés tener problemas. En el norte de EEUU, la traición a los códigos es la muerte. Acá en Argentina es más tranquilo, quizás te ponen a lavar las motos o los baños durante un año, me dice Rodri (que se suma a la conversación) mientras se ríe con mirada cómplice a Lala como quien recuerda alguna anécdota de viaje. Cumplidos los cuatro años como moto grupo se puede comenzar a ser Moto
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Club (MC). Éstos son sólo de hombres o sólo de mujeres y requiere motos mayores a 500 cilindradas. Estos clubes poseen normas y rangos jerarquizados: presidente, vicepresidente, secretario, sargento de armas, tesorero, aspirantes (prospect) y adheridos. El prospect es el novato; es el que está un año de mulo. En estos clubes siempre están la oveja y el pastor, agrega Rodri, quien se identifica a sí mismo como Moto Independiente (MI). No le interesan los escalafones y las jerarquizaciones de los grupos más organizados, tal como lo indica su parche. El parche es un símbolo que también exhibe identificación y esfuerzo: para pertenecer hay que merecer. Se coloca sobre la espalda del chaleco y describe el nombre, el logo y los colores del MC al cual se pertenece. Y no sólo hay que lucirlo sino también defenderlo. Mientras picábamos un quesito con pimienta y un salamín que habían traído de Tandil, hablábamos de la familia motera. Es el mejor término que percibo para este motoencuentro: nada de etiquetas. Lo que se siente es la pasión que poseen por disfrutar de salidas con
amigos, pasar un momento agradable y desearle buenas rutas a todo el que se crucen. EL SECRETO DE LOS VIENTOS Cada fin de semana, se organiza un encuentro al que concurren moteros de todos lados. Da lo mismo el destino. Lo importante es salir a rodar y sentir el viento por algún rincón de la ropa. Durante los días del motoencuentro se suceden eventos que conforman esta ritualidad. Bandas de rock en vivo, motos por todos lados, exposiciones, chicos y chicas vistiendo cuero, más rock y más motos. La familia motera vive su fiesta cada fin de semana en diferentes puntos del país. Las preguntas habituales sobre lo “peligroso que es andar en moto y porqué lo hacen” son moneda frecuente. Pero para ellos, es una pasión. Son personas apasionadas a la hora de hablar de su moto. Quien no conoció de cerca a un motociclista, debería sentarse a la mesa con ellos por un rato. Largas conversaciones sobre motores, suspensiones, viajes y rutas, que solo pueden ser
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interrumpidas por quien posea un motor más potente o haya hecho un viaje más largo. “Lo que vivís y sentís arriba de la moto es que tenés más contacto con la naturaleza: cuando hace frío, cuando hace calor, cuando el pasto es distinto, cuando hay humedad; cosas que en auto no las sentís. Cuando llueve, te mojás. Cuando hay viento, te cansás de tanto compensar. Cuando hace frío, tiritás. Me ha pasado de cruzar la frontera de Chile: la cordillera de noche con cero grados es una experiencia única. El vínculo, la independencia y la adrenalina de viajar en moto es algo inigualable”, afirma Rodri con los ojos emocionados. En el diccionario “mimetizarse” significa: imitar la apariencia de otros seres o cosas, como sistema de adaptación al entorno. Entonces surge esta pregunta: ¿el motociclista se identifica con el paisaje o es parte del paisaje? Si vive, siente y se mimetiza con él, ¿es parte del ecosistema por donde rueda con su motor o simplemente es un visitante, un mero espectador? “Cuando organizás un viaje, sabés que puede ser el peor viaje de tu vida. Por ejemplo, quedarte en el medio de la montaña, saber que tenés que armar una carpa y quedarte hasta que pase alguien”, afirma Lala con ademanes de “esto puede pasar, lo sé y de todas formas lo elijo”.
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El abrazo que tanto me llamó la atención apenas llegué al motoencuentro comenzaba a cobrar sentido. ¡Esto tiene un significado! Tiene vínculo con que cada uno conoce el riesgo y el destino que puede correr. Por eso el abrazo, el intercambio de parches cuando se cruzan en la ruta con otro motero, por eso el típico saludo con el brazo extendido con los dedos índice y mayor presentando un “V” por debajo de los hombros, gritando al viento: “No estás solo en ésta, acá hay otro loco como vos”. “Lo lindo es que salís a la ruta solo pero nunca estás solo, hay más posibilidades de hermandad y fraternidad en moto que en auto. La gente es muy solidaria con el motero. Me ha pasado de tener un problema en la cordillera y que la gente que me ayudó me invitó a comer a su casa”, agrega Rodri. TODO ESTÁ EN SU CORAZÓN Una semana antes ya comienzan a planear el viaje. Qué moto necesita reparación, quiénes van, cómo está la ruta, qué paradas hacen. Y la conciencia de grupo que, si se queda una moto, paran todos. Se queda otra moto, paran todos. Salen diez y llegan diez, afirma con la cabeza Roberto. “Capaz un viaje de tres horas, lo podés terminar haciendo en doce, pero esa es la aventura que contamos cuando llegamos de ese via-
je”, agrega. Igual suerte corren cuando van en un grupo con motos de mayor o menor cilindrada, mantienen la velocidad a la que pueden ir todos, aunque sea a 60 km/h. El mayor código que poseen es nunca dejar solo a nadie. Son como la bandada de pájaros: siempre vuelan juntos y poseen comportamientos similares, conocen sus códigos, los respetan y los cumplen como un mandato. Como las aves se unen para protegerse de los depredadores, así también hacen los moteros, que conocen los riesgos que corren y por eso se juntan para disfrutar de su pasión. Como vemos con fascinación cuando se agrupan y sobrevuelan los cielos, de la misma forma se contempla al grupo de motociclistas cuando desfilan con sus cueros, fierros brillantes y grandes cilindradas por las rutas nacionales. Y si se encuentran con algún obstáculo consideran que valió la pena cada gota de agua en la cara, cada curva, cada sonrisa, cada abrazo. Valieron la pena las caídas porque siempre hubo un amigo para ayudarte. Avanzan cinco motos a 90 kilómetros por hora por Ruta 2. Pero ya no veo “tipos” recios, violentos. Veo compañeros, veo códigos, veo fraternidad, veo naturaleza... veo paisaje. También veo alas, libertad, pasión, amistad, sonrisas… veo vida.
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CRÓNICA SOBRE CATALINA “LA LOBA” LAGRANGE
ESFUERZO, SUDOR Y VOLUNTAD Por LARA ARGAÑARAZ y CAMILA CANDO
El deporte para muchos es un estilo de vida. Lo sienten, lo viven, lo respiran, lo sufren. Se convierte en una pasión desmedida, única. El dolor, el sacrificio, la ansiedad, los nervios, nada importa cuando se trata de superar las metas que a diario los deportistas se auto imponen. El kick Boxing es exigente con sus practicantes, aún así, cientos de osados aficionados aterrizan con los pies bien puestos, sobre las arenas del ring. Para familiarizarse con el término, se entiende por
kick Boxing a un deporte de combate de origen japonés que envuelve una fusión entre boxeo y técnicas de patadas de artes marciales como el karate y el Muay Thai. Además, en la actualidad es uno de los sistemas preferidos y de gran divulgación en el desarrollo de la lucha a pie. A pesar de su rudeza, es en el kick Boxing, que una muchachita de tan solo dieciséis años encuentra su razón de ser en el mundo.
EL COMIENZO DE UNA HISTORIA Catalina Lagrange nació el 17 de agosto de 1999 en Quilmes. Con el correr de los años, Catalina crece sana y fuerte. Una niña flacucha y dulce que sus padres, ya separados, no dudan en mimar. A los doce años se muda con su madre de Florencio Varela a San Francisco Solano, una localidad del Gran Buenos Aires, repartida entre los partidos de Quilmes y Almirante Brown. La mamá de Catalina, Cecilia, es profesora de acrobacias de un gimnasio de la zona, lleva a Catalina a sus clases para no dejarla aburrida y sola en casa. Es ahí, donde ve por primera vez una clase de kick Boxing y se enamora y se apunta para la siguiente clase de la disciplina. Así, comienza su aventura en el deporte. Los primeros meses, Catalina asiste a dos clases semanales que la dejan con ganas de más. Decidida a darlo todo, le pide a su madre que la lleve a una escuela de Kick-Boxing intensivo. Para entonces, las clases son diarias y en extremo exigentes. En la escuela conoce a Antonio Gabriel Báez quien se convierte en su entrenador.
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Catalina recibe el consejo de sus entrenadores durante un combate
CATALINA “LA LOBA” LAGRANGE
UN DÍA CON LA LOBA
A sus dieciséis años, Catalina, ya posee un cuerpo bien definido. A pesar de su 1.59, puede afirmarse que no tiene nada que envidiarles a deportistas de mayor altura. Su cabello castaño y su tez impoluta le dan un aspecto frágil que no tarda en desacreditar a la hora de combatir. Su apodo tan inusual surge de sus constantes enfrentamientos en el ring. La fiereza con la que se desempeña y el sigilo con el cual acecha a su contrincante, como si esperase el momento justo para atacar y comérsela, la hacen digna de ese seudónimo llamativo. Además, al pertenecer a un equipo de hombres y que por si no fuera poco, denominado “La Jauría”, evidencia que el apodo da en el clavo para ser un integrante activo del grupo.
Catalina se levanta bien temprano, desayuna y va de 7 a 12 al colegio. Al salir vuelve a su casa a tener un rápido almuerzo y se dirige hacia Florencio Varela donde realiza dos horas de preparamiento físico. Más tarde, regresa a Solano y hace tres horas corridas de práctica intensiva en la escuela de kick boxing. La Loba tiene una dieta proteica donde las harinas, los azúcares y los lácteos están vetados y debe ingerir a diario cuatro litros de agua para evitar deshidratarse consecuencia de toda la energía que quema entrenando. Hay días que lo único que quiero es tirarme en la cama y no hacer nada. Mi rutina es muy cansadora, pero después recuerdo por qué lo hago y se me pasa. Progresar y aprender. Dos cosas
que llevan tiempo, pero nada es imposible para quien tiene una meta y desea de corazón cumplirla. -Es lógico que esto, no se trata sólo de desear, hay mucho trabajo atrás, comidas, entrenamientos, recaídas, altas y bajas. Pero, así es la vida de un deportista. Hoy soy más fuerte que ayer en todo sentido, hoy soy quien quiero ser y estoy feliz porque no encuentro otra manera de vivir si no es haciendo lo que me llena el alma. VIAJE A MEXICO A mediados de abril de 2016, una carta llegó a manos de la organización que patrocina a Catalina. Cuando La Loba ingresa al gimnasio como cualquier tarde, Báez le comunica la sorprendente noticia: fue seleccionada
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FRONTERAS
La Loba junto a sus compañeros de gimnasio para enfrentarse con Brenda Rendón, la representante juvenil de kick Boxing mexicana. La pelea se realizaría en México, el viernes 13 de mayo de 2016. La Loba sabe que este podría ser el comienzo de su carrera como profesional y es por ello que siente que de la nada una gran carga de responsabilidad se deposita sobre sus hombros.
de los compradores. Algunos turistas curiosos compran y prueban todo lo que se les posa delante, otros como Catalina miran de lejos. Son apenas las 10 y México parece un país de nunca acabar. -Es un país raro, como si fuera una feria, pero en todos lados. En cualquier lugar hay puesteros ¡Es una feria gigante!
(...)
ENTRENAMIENTO EN TIERRAS AZTECAS
El 7 de mayo, tras doce horas de vuelo, y sin escalas, el avión aterriza en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, Catalina, por fin, logra pisar suelo mexicano. Son apenas las 10 y en el hotel si no fuera por el aire acondicionado, se estaría calcinando, sí: calcinando. La calle Jesús María está colmada de banderines de todos los colores, que flamean sobre los transeúntes que merodean por los mercadillos de la feria. En el centro del lugar, un grupo de cinco mujeres se agrupan en forma circular y bailan. Más allá del espectáculo, las personas se arremolinan alrededor de un puesto de comida rápida, el vendedor grita a los cuatro vientos para llamar la atención
Es el tercer día de entrenamiento en el Box Konkreto Gym de México. Sobre el ring se encuentran Herminio Vega, un capacitador y Catalina; llevan una hora y La loba ya paró seis veces para descansar y tomar agua. -Sufro del clima y de la altura de manera constante. Herminio me entrena todos los días dos turnos, pero al principio no puedo respirar bien, se me hinchan la cara y las manos. Suelo tomar mucha agua, ya por costumbre, pero ahora más, no quiero deshidratarme, pero igual me agito mucho y no tengo igual resistencia. El quinto día tiene otra perspectiva. Catalina se encuentra sobre las colcho-
netas, fuera del ring, repasa con Herminio, bajo la vigilancia de Báez, los agarres y barridas. Los dos toman posición de ataque y sin más se introducen a la práctica. Esta fase del entrenamiento consta en saber los puntos claves del oponente, hay que tener fuerza, sí, pero, sobre todo, se debe ser ágil. Luego de una hora, dos botellas de agua y cuatro barridas por parte de Catalina, el entrenamiento se da por finalizado. PESAJE Catalina asiste al Gran Salón Lux, lugar donde la pelea se realizará en 2 días. Es un momento crucial, ya que La Loba tiene que enfrentar el último pesaje antes del inminente enfrentamiento. Debe pesar lo justo y lo necesario para poder pelear en la categoría de 50 kg. Algo que no esperaba, era que el sitio estuviera colmado de fotógrafos y de personas pidiéndole autógrafos, y Catalina, un tanto anonadada, los complace con una amplia sonrisa. Luego, los directivos del lugar dispersan a la gente, la hora del pesaje ha llegado y
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con ella los nervios inesperados. (...) Mientras que en el centro de la tarima se localiza la balanza, el lado derecho se encuentra ocupado por Brenda Rendón, junto a su entrenador, entre tanto, en el izquierdo se posiciona Catalina, contigua a Báez. Se anuncia y con determinación camina hasta llegar al centro y se sube a la balanza; los números en color negro aumentan y en un parpadeo marcan 50 kg, el peso perfecto. Llega el turno de Brenda y de a poco la cara de su entrenador se transforma y el público comienza a murmurar: Brenda supera el peso pactado por 5 kg. -Sé que puedo con ella, estoy entrenada, la puedo derribar. De todas formas, Catalina desea pelear, pero todos saben que no es lo más conveniente.
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todos ya se encuentran en el Gran Salón Lux, expectantes, por el pesaje de Brenda. Catalina va de un lado al otro, los nervios se incrementan a cada segundo que pasa. Es el momento. Brenda y su equipo atraviesan las puertas del Salón a las 16:45, de inmediato dos personas de seguridad los dirigen a la tarima, como 48 horas atrás. Los entrenadores y capacitadores se estrechan las manos, mientras ella simplemente asiente con la cabeza y se dirige a la balanza puesta a su derecha. El lugar permanece en silencio hasta que el microfonista da el veredicto. Brenda baja de la balanza con el rostro inexpresivo, no pudo lograrlo, no bajó ni un kilo de los dos pactados. (...) Directivos del evento deciden cambiar el rival de Catalina y en su lugar es colocada Lourdes García, que aún sobrepasa el peso de Catalina por 3kg. Todos aceptan. La Jauría no quiere marcharse sin pelear. Los entrenadores se saludan y las contrincantes posicionan sus puños para la foto final, solo queda esperar la hora y luchar. “LA LOBA” LAGRANGE VS LOURDES GARCÍA
EL GRAN DÍA Entre los directivos y los entrenadores deciden llegar a un acuerdo, Brenda debe bajar, para el día de la pelea, aunque sea 2 kg. Es así como ambos oponentes estrechan las manos y dejan sellado el acuerdo pactado. Faltan cuatro horas para la pelea, pero
Son las 21:30 en México D.F. cuando se produce el tercer round por el título intercontinental de Kick Boxing. El “Gran Salón Lux” está abarrotado de espectadores, aglomerados alrededor del ring, vitorean a los dos contrincantes que se debaten con intensidad por el galardón. El resultado de los primeros rounds fue un empate, en donde ambas luchadoras terminaron exhaustas y sofocadas. El sudor corre por la frente de La Loba como nunca antes, no le basta limpiarse, ya que a los dos segundos vuelve a sudar, pareciera que su ceño no tiene fin, ya que está marcado con fuerza en su frente y sus cabellos castaños se le pegan a la nuca, como una segunda piel. Era una de las tantas veces en las que sus piernas tiemblan, queriendo desplomarse. Su contrincante, Lourdes, lleva los ojos desorbitados, sus movimientos son lentos y pesados. Los 50 kilos de Catalina hacen que sus movi-
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mientos sean gráciles y firmes a la vez, lo que la ayuda a no cansarse tanto como su oponente. Los gritos de la gente alrededor se oyen frenéticos. Todos apoyan a Lourdes. -¡Vamos Lourdes! ¡Tú puedes vencerla! ¡Acábala! La madre de La Loba, le grita que no se desconcentre, que ella puede hacerlo y Báez, su entrenador se aferra a una esquina del ring, alentándola. -¡Vos podes Catalina! ¡No te desconcentres Loba! ¡Vamos que La Jauría te espera con el título! En ese momento Catalina esquiva un golpe que iba directo a su mentón, con un pie adelante y otro atrás retrocede, levanta el puño y le atina un golpe certero en las costillas. El aire queda retenido en sus pulmones y el dolor emerge en el rostro de su oponente, esta busca inhalar de forma desesperada por la boca, pero no hay remedio, cae con brusquedad y se desploma sobre las sogas rojas y blancas del ring. Catalina la observa, al acecho, el repiqueteo de sus pies en la colchoneta azul se hace cada vez más constante, derecha, izquierda, adelante y atrás, puños en frente y a esperar. Empieza el conteo. Tres. El público enmudece por un momento, aguardan a que Lourdes se levante, Catalina siente el movimiento a su alrededor, pero su vista está enfocada en su contrincante, en su presa. Seis. Se escucha a la lejanía. Lourdes trata de levantarse, su mano derecha se apoya en la colchoneta, mientras que con la otra se sostiene el lado izquierdo del abdomen. Catalina la observa a la defensiva decidida y constante. El público comienza a vocear sin cesar. Ocho. El réferi se inclina sobre Lourdes y esta lo observa. Cansada y sudorosa le da una última mirada a su oponente y sin más se deja caer, derrotada. El referí hace una seña, indica que la pelea terminó. La loba es sacudida por su entrenador. Entre abrazos y lágrimas su brazo derecho es levantado al aire, se proclama su triunfo. El cinturón dorado con la insignia “KICK BOXING INTERCONTINENTAL” es puesto en su cintura, con él llega el fin de la pelea,y a su vez, el principio de toda su carrera.
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FRONTERAS ENCRUCIJADAS
CULTURA, LENGUAJE Y DIVERSIDAD
LA EDUCACIÓN FORMAL ATENTÓ CONTRA NUESTRA IDENTIDAD Por VERÓNICA GÓMEZ La palabra identidad tiene aristas: se puede hablar de identidad nacional, identidad cultural, identidad sexual, identidad personal, entre otras. Suele decirse que la identidad es aquello que nos diferencia de un “otro”, un conjunto de rasgos propios de un individuo o de una comunidad. Pero ¿somos realmente libres de poner en práctica nuestras identidades?
Desde la formación de los Estados, éstos se encargan de fortalecer una identidad nacional basada en un sentimiento de pertenencia a una sociedad que comparte, entre otras cosas, una historia, un territorio, creencias religiosas y costumbres culturales. Es así que “identidad nacional” e “identidad cultural” suelen usarse como sinónimos cuando en realidad no lo son. Sa-
bemos que dentro de los países existen minorías culturales que cuentan con idiomas, creencias y costumbres que difieren con las del país donde habitan. En el periodo 1871-1885, la escuela sarmientina se instauró con la idea de combatir la ignorancia y difundir la cultura general y cívica del país. Era una etapa en la que se debía conseguir un grado importante de cohesión social y
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si bien para muchos la asignación de contenidos específicos por parte del Estado es visto como un elemento de unión, también puede ser nocivo. El hecho que de exista un “modelo de argentino” puede -y de hecho lo haceprovocar exclusión. El fortalecimiento del ser nacional desfavorece al desarrollo de las identidades minoritarias. En el caso específico de los pueblos originarios, según un estudio genético que demandó 12 años de investigación, se determinó que el 56% de los argentinos tenemos antepasados indígenas. Sin embargo perdimos nuestras identidades y es probable que uno de los motivos sea la presión ejercida a través de los años por todo el aparato estatal para que, de algún modo, olvidemos las diferencias y adoptemos la identidad de la supuesta mayoría. Se sabe que en las escuelas el uso de idiomas originarios era castigado físicamente: se sometía al alumno a arrodillarse en maíz por “tremenda falta”. Las consecuencias que tuvieron esas censuras y prohibiciones en las personas, y por ende en la sociedad entera, son claras. Aquí encontramos una de las claves para entender la discriminación y las ideas que conforman el sentido común, referidas a los aborígenes y a los diferentes en general. De alguna manera el racismo fue legitimado en toda América y reflejado por su clase política, sus pensadores y sus científicos. La escuela trajo beneficios: enseña a leer y escribir, a plasmar en un papel expresiones y así darlas a conocer, a advertir otros puntos de vista; pero a la vez moldea sin decirlo y excluye a los que no cayeron en las redes de la educación formal, a los que conocen más sobre hierbas medicinales que sobre matemáticas, a los que adquirieron sus valores a través de sus ancestros y no de un Estado nacional. Y así convenció. Como castigaba por ser quienes éramos, por hablar como hablábamos, empezamos a imitar a los que se comportaban del “modo correcto”. Ya no nos relacionábamos con los que no querían ser civilizados, y cuando fuimos adultos y tuvimos hijos, les ocultamos a ellos su verdadera historia. No les ensañamos a hablar nuestras lenguas ¿para qué? Queríamos evitarles las torturas de la escuela por no hablar en cristiano. Más tarde nuestros hijos empezaron a hacer
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chistes despectivos sobre los analfabetos y cuando ellos se portaban mal les decíamos que no fueran “indios” o salvajes, que es lo mismo. Pero cuando fueron al secundario ellos comenzaron a avergonzarse de nosotros y no querían que fuéramos a su escuela. Nuestros nietos casi no hablan con nosotros, nuestras historias antiguas les parecen aburridas. La educación en Argentina se dio así y no puede negarse que tuvo bondades pero ¿podría haber sido diferente? ¿Qué hubiera sido mejor? Hubiera sido mejor tener una escuela que enseñe a respetar, que diera herramientas para desarrollarnos, para expresarnos pero dentro de nuestras propias pautas culturales, que no instalara ideologías colonialistas y euro-centristas y que aceptara que no todos los habitantes de un territorio tenemos que ser iguales. Hubiera sido mejor enriquecernos con las sabidurías de otros antes que discriminarlos. La escuela, al contrario de lo que hizo, tendría que haber enseñado que nuestros orígenes y religiones no tendrían que representar un límite para tener
respeto por las costumbres y creencias ajenas. En una poesía,el sacerdote jesuita, lingüista y antropólogo español Bartomeu Melià evidencia: Felices ustedes, los a-n-a-l-f-a-b-e-t-o-s, los que no leen siquiera el ABC, los que no fueron acorralados por la civilización, ni marcados con las letras del amo, ni domados en una escuela, los que siempre han logrado pensar salvajemente, y no repiten de memoria como loros, en coros, los catecismos del estado de sitio, -niño, rápido, no pienses!-. Si tuviéramos la libertad de saber quiénes somos, de hablar nuestras lenguas, de vivir regidos por nuestros propios valores y no por los que nos fueron impuestos, nuestro país sería un territorio más diverso y quizás con menos discriminación. Al mirarnos al espejo no tendríamos miedo de la imagen que nos devuelva, de que nuestros rostros nos delaten, y no renegaríamos de nuestros rasgos. Saldríamos orgullosos a la calle y luciríamos esa belleza que los medios, la escuela y el Estado niegan.
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Artes
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ESTEFI SPARK, BAILARINA
“EL TWERK Y EL FEMINISMO SON DECISIONES POLÍTICAS” Es bailarina desde los 9 años, profesora de “Dance hall afro” y amante del arte. Propulsora del twerking en Argentina y co-fundadora de la escuela F.L.O.W. Altas Wachas en el microcentro porteño. A sus 27 años cuenta sobre el sentido político del baile, del contexto social y todos los proyectos que tiene con la escuela. Techos altos, pasillos pronunciados y un silencio inesperado en el edificio. La llave se traba pero continúa la vuelta: la puerta abre. En el suelo, más de 15 pares de zapatos, de todas las formas y colores. Estefi abre las puertas de su casa, ríe cuando recuerda preguntas que le hicieron y no titubea al decir que la danza -un baile que concentra los movimientos en la pelvis y en la cola combinados con el agite, rebote y meneo del cuerpo- es la forma que usan muchas mujeres para explotar los prejuicios del cuerpo. “El arte está en un momento apocalíptico”, sentencia. Sonríe y continúa: “Imagínate en otro contexto ver a mujeres abiertas de piernas moviendo el culo sin importarles lo que piensen los demás. Hoy lo hacemos.” Y eso, eso es arte. -¿Cómo empeza la escuela F.L.O.W Altas Wachas? -La danza es nueva. En 2011 empezamos a bailar en festivales, cuando se asociaba más al perreo. Con el twerk empezamos en 2013 y desde ahí es todo cuesta arriba. Cuando arrancamos a dar clase, entre Mai (mi colega) y yo teníamos apenas 12 alumnas. Después de la primera muestra, el número cambió a cuarenta. Nos sirvió el boca a boca, una danza que se hizo conocida en menos de 3 años. Ahora, por ejem-
plo, la escuela está abierta todo el día: tenemos 11 clases distintas, alrededor de 200 alumnas permanentes y vinieron más de 4000 personas desde que abrimos. Somos 5 las que damos clases pero además de nuevos profesores, muchas de nuestras alumnas se sumaron al staff para enseñar también. -¿Cómo aprendieron a bailarlo si no habían escuelas ni profesionales que formen bailarinas de twerking? -Por Internet. A través de tutoriales y con la experiencia que teníamos como bailarinas, las combinamos. Siempre decimos que hacemos danzas fusionadas porque recorremos nuestra formación y la ponemos en escena. Aprendimos sobre la marcha, inventamos y reinventamos pasos. Fue un trabajo que nos llevó a ser esto, la primera escuela de twerk en Argentina. -¿Cuáles son las diferencias que tiene con otras danzas? -El twerk es integrador. La relación con el cuerpo es distinta, el ambiente igual. Si tenés 30 y venís a bailar nos parece increíble y te apoyaremos. En otra danza, como la clásica, si no empezás desde chica es un problema. Enfrentarse al espejo, despojarse de los prejuicios y ver como todo se mueve y aceptarlo, es un proceso que hay que atravesar. Creo que la gente que viene, espera eso: liberarse. Liberarse de toda la mierda que nos enseñan que está mal. Tenemos que reconocer que existen estándares de belleza que están construidos y aprender a quererse frente a esa diversidad. En la escuela te das cuenta cuando alguien es nueva porque viene en calzas pero a la semana ya está bailando en bombacha y top. Ya no es
Por FLORENCIA RESTUCCI necesario explicar ni aconsejar, cada una viene a enfrentarlo sola, a romper sus propias estructuras. Si tuviste la voluntad de tomarte un subte, ponerte unas rodilleras y decir “quiero bailar” significa que algo buscás. Y eso es lo que encontrás en el twerk: el empoderamiento. -¿Cómo se rompen las estructuras? -No diré que nunca fui insegura pero lo tomás con normalidad. Cuando empezamos a subir videos bailando nos dejaban mensajes en los que nos decían de todo: gordas, celulíticas, que bailábamos mal y por eso mostrábamos el culo. La gente solo ve lo que quiere ver: no ven el músculo, ven el agujero. El cuerpo está muy sexualizado, convertido en objeto de deseo. Por eso creo que las bailarinas de twerk usamos el cuerpo como herramienta y tenemos consciencia de que, al hacerlo, tomamos una decisión política para enfrentarnos a este sistema machista. -¿A qué referís cuando decís que es una decisión política? -El twerk y el feminismo son decisiones políticas. Muchas chicas por el feminismo terminan bailando con nosotras. El mundo es machista y somos todas hijas del patriarcado. Muchos piensan que si movés el culo es para un hombre, todavía no pueden entender que es algo propio. También sucede que otras mujeres buscan ser sexualizadas y está bien, cada una hace lo que quiere con su cuerpo… De todas formas, el twerk es rupturista, se usa como respuesta, como bandera, para presentarse frente al mundo. Y no
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es sólo acá, estuve en Perú, México, Bolivia y España, y todas pensamos igual. -¿Por qué cuesta tanto separar la provocación del baile? -Por la tinellización de todo. Todos somos muy liberales pero prendemos la tele y se acaba. Nosotras usamos al cuerpo como arma y no como una ventaja. Bailamos como expresión artística, no buscamos la excitación de nadie. En una entrevista de radio hace poco me preguntaron si se mejoraba el acto sexual y, en cualquier otro contexto o con otro tono, no me molestaría porque es común que quieran saberlo pero insistió con actitud grosera y le respondí que me parecía un desubicado. Fue incómodo. -¿Qué te enoja o asusta cuando te enfrentás a la sociedad? -Me enojo más de lo que me asusto. Hace un tiempo, junto a una de las chicas, queríamos salir de la escuela para comprar algo al kiosco pero empezamos a dar vueltas con la ropa. Estábamos en top y short pero para hacer dos cuadras me puse un pantalón largo y musculosa, mi compañera un remerón porque se le marcaba la cola y una remera sobre el top, ¿y todo para qué? Para no tener que soportar que nos griten en la calle. A veces no se trata solo de resistir o enfrentarlo, también hay que reconocer que hay situaciones y riesgos que debemos evitar, como esos. -¿Qué proyectos tenés? -Muchos. Con mi novio estamos con planes de hacer una banda juntos. También queremos seguir con la escuela y abrir más sucursales en otras partes del país. Por ahora solo tenemos en Capital, en Mendoza y Ramos Mejía, pero la idea es crecer. De todas formas, para ser realista, lo único que queremos es mantener las alumnas que tenemos hoy, sobre todo porque entendemos que estamos en una situación difícil como país. Abrimos la escuela con un gobierno que apoyaba el arte y ahora, no hay un peso. Así que, como objetivo más próximo, es-
peramos continuar con lo que tenemos hasta ahora. Y después, meterle más con la producción audiovisual. Al principio teníamos tiempo para trabajarlo,
LOS ORÍGENES DEL TUERKING Mover las caderas y agitar la cola mientras se rebota con el cuerpo en posiciones distintas, en el suelo o parados no es algo tan reciente. Esta disciplina se originó en New Orleans, Louisiana, y tiene sus raíces en danzas tradicionales de África, como la Mapouka. Sin embargo, se hizo conocida con el hip hop en 1993 cuando el DJ Jubilee gra-
bó el tema “Do The Jubilee All”, en el que cantaba: “twerk baby, twerk baby, twerk, twerk, twerk“. En 2013, fueron suspendidas 33 estudiantes por bailarlo dentro del colegio y subir un video a las redes sociales. El furor fue tal que Miley Cyrus, Nicky Minaj y Demi Lovato incorporaron la danza a sus shows y la hicieron reconocida a nivel mundial.
ahora con todo el laburo no hay tiempo. Es más, el año pasado grabamos un videoclip, no nos gustó y no lo publicamos. -¿Qué disfrutas más de todo lo que hacés? -Ahora que somos tantas, que se abra el camino y podamos compartir la enseñanza. Tenemos alumnas que ahora son profesoras de twerk y nos llena de orgullo que lo lleven a otros lados. Hoy, hay menos que explicar. Nos rebelamos al sistema, participamos de espacios que, como nosotras, buscan romper los prejuicios. Somos mujeres empoderadas que quieren sus cuerpos y los dejan ver, tal cual son.
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PENSAR EL FUTURO CON LOS PIES EN EL PRESENTE La escuela secundaria técnica de la Universidad Nacional de Quilmes abre el debate sobre cómo se abordan las problemáticas juveniles desde lo social.
Texto AYELÉN CÉSARE Fotos NATALIA GARCÍA En 2014 inició el “Programa de Nuevas Escuelas Secundarias Dependientes de Universidades Nacionales” para dar origen a instituciones secundarias técnicas. La Universidad Nacional de Quilmes impulsó este proyecto de inclusión social que respondía a tópicos que enfrenta la juventud de los barrios populares en la actualidad. Según un informe desarrollado por UNICEF en 2017, en Argentina, la mitad de los adolescentes son pobres, sólo el 45% completa la escuela secundaria y entre los 14 y 15 años, 1 de cada 6 trabaja. Los suicidios son la
principal causa de muerte de los adolescentes de acuerdo con el informe de la OMS en 2017 titulado “Acelerador de la Acción Global en favor de la Salud de los Adolescentes” es una responsabilidad del Estado responder por la vida de los adolescentes. El sociólogo y filósofo Marcelo Urresti, docente de la UBA, desarrolla: “El desempleo actual es altamente significativo [2 de cada 10 jóvenes no consiguen trabajo en Argentina según informe de la ONU] se percibe en un mundo social en el que la reproducción laboral no está garantizada. De
allí que no sea irracional que se orienten de modo exclusivo al presente, porque sin trabajo, literalmente, no hay futuro.” Es por esto, que si pensamos en el futuro de los jóvenes se debe considerar de mínima cómo se generan mejores condiciones de vida. Uno de esos puntos de partida es el modo en que se reduce la deserción educativa y se garantiza la continuidad en los estudios superiores para que las condiciones de búsqueda laboral y profesionalización sean mayores a las actuales, en articulación con las propuestas de las escuelas universitarias.
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Se trata de instituciones impulsadas por las universidades y el Estado, que generan un proceso de aprendizaje más conectados con los estudios superiores y disminuyen la deserción. Las tres primeras escuelas fueron creadas en la UBA a fin del siglo XIX: el Colegio Nacional de Buenos Aires en 1863 y, más de 25 años después, la Escuela de Comercio Carlos Pellegrini (1890) y el Instituto Libre de Segunda Enseñanza (1892). Más tarde, a comienzos del siglo XXI, fueron creadas la Escuela de Educación Técnico Profesional de nivel medio en Producción Agropecuaria y Agroalimentaria (2008) y en 2014 abrieron sus escuelas, la Universidad Nacional de Quilmes (en Ezpeleta), la Universidad Nacional de Avellaneda (en Isla Maciel y Wilde) y la Universidad Nacional de San Martín (en José León Suárez). En 2015 se sumaron a este proyecto, la Universidad Nacional de General Sarmiento (con una escuela en su sede de Los Polvorines) y la Universidad de Buenos Aires (en Villa Lugano). En marzo de 2016 en Concordia también avanzó con el diseño de su escuela, la Universidad Nacional de Entre Ríos.
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LA ESCUELA DE LA UNQ La Escuela Secundaria de la Universidad Nacional de Quilmes se inauguró el 5 de marzo de 2014 con una matrícula de 72 alumnos que comenzaron su primer año. Se encuentra en un barrio popular “La esperanza” de Ezpeleta. Este dato no es menor, ya que no sólo se pensó la institución educativa desde la inclusión a la universidad pública, sino también inserta dentro de los sectores más postergados de nuestra sociedad. Su currícula tiene tres orientaciones: Técnico en Programación (Informática) y Técnico en Tecnología de los Alimentos y una tercera modalidad corresponde a un bachillerato con orientación en Comunicación. Sin embargo, la escuela más allá de sus orientaciones y con un horario de jornada extendida que es de 8.30 a 16.30 horas, contiene actividades de Artes, Comunicación, Deportes, entre otras. La incorporación de estudiantes es horizontal y transparente. Se realizan inscripciones, donde todas y todos pueden participar, que se define por sorteo. Esto tiene se vincula con repensar to-
dos los aspectos de la inclusión. La directora de la escuela secundaria de la UNQ, Débora Schneider junto a Gisela Andrade redactó un documento denominado “Creación y experiencia de las escuelas secundarias universitarias desde una perspectiva no elitista” en que se puntualiza sobre esta experiencia que frente a: “la necesidad de innovar, entre otros aspectos, en la organización curricular, las prácticas de enseñanza, la regulación de la convivencia y el régimen académico, redefiniendo las estructuras organizativas, creando nuevos roles y repensando el trabajo docente, identificando como prioritario el fortalecimiento de los derechos de los y las estudiantes, y el acompañamiento de sus trayectorias educativas reales”. Así la escuela contiene a los jóvenes en todas sus aristas, al tiempo que se reflexiona en la búsqueda de nuevas estructuras pedagógicas que cuestionen las tradicionales y que sean más favorables para la formación del estudiantado. Sus directivos no cumplen el rol tradicional de autoridad, sino que realizan un acompañamiento pedagógico, mientras
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se elabora una variedad de actividades e iniciativas que encaren de una forma distinta el modo en que se construye el conocimiento. Mario Lozano quien fuera rector de la UNQ cuando se creó la escuela expresó: “en general todas las escuelas universitarias tienden a creer propuestas pedagógicas que rompan un poco los moldes. Es una oportunidad para el sistema educativo que interactúe con el resto el de la provincia de Buenos Aires y de otras provincias. El problema del sistema educativo en Argentina es que copia modelos que vienen de otros países, esta es una manera en que las universidades podemos aportar dentro del sistema. Es un proyecto integrado con el
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resto del sistema educativo.” LOS RESULTADOS DE LA EDUCACIÓN DE LA ESCUELA UNIVERSITARIA La escuela secundaria de la Universidad Nacional de Quilmes logró garantizar que los jóvenes, con grandes índices de vulnerabilidad social, puedan terminar sus estudios. Mario Lozano comentó al respecto que: “el principal resultado es que logramos instalar una escuela que está integrada con las necesidades del lugar. El segundo es el grado de apropiación que tienen los estudiantes de la escuela, y como tercero que tiene un desgranamiento
de menos del 2% lo que no ocurre en el sistema educativo tradicional. Aún en las condiciones que viven muchos de nuestros estudiantes no abandonan la escuela, lo que hace que tengamos una retención del 98%”. En tal sentido, Diego Ignacio Alderete (Coordinador de curso y docente de “Convivencia”) mencionó que “los pibes y pibas se sienten contenidos. A los docentes no nos dan lo mismo y por eso buscamos brindarles otro tipo de contención, tanto a ellos como las familias. En la actualidad hay ciertos límites y cuestiones que mejorar pero se evidencia que hay un aprendizaje distinto”.
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ESCUELA SECUNDARIA TÉCNICA CON LOS PIES EN EL PRESENTE Foto: NATALIA GARCÍA
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NELSON LUTY EL VIKINGO DIBUJANTE
CRECE LA ESCUELA SECUNDARIA DE LA UNQ
AÑO 4 - #7 ENERO-JUNIO 2018 ARG $50 ISSN 2451-5590