RAÚL HIDALGO
RAFAEL MUNÁRRIZ
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JULIO ADÁN
O C R CU TI S 2011
XXII EDICIÓN
XXII EDICIÓN CIRCUITOS DE ARTES PLÁSTICAS 2011
XXII CIRCUITOS DE ARTES PLÁSTICAS, 2011
Exposición
Sala de Arte Joven de la Comunidad de Madrid Avda. de América 13, Madrid Del 18 de enero al 10 de marzo de 2012
Selección realizada por: Pilar Castellano, Javier Hontoria, Juan Ugalde, Lorena Martínez de Corral y Ferran Barenblit
Esta exposición es un proyecto de la Dirección General de Archivos, Museos y Bibliotecas de la Vicepresidencia, Consejería de Cultura y Deporte y Portavocía del Gobierno de la Comunidad de Madrid
Comisario Javier Hontoria Responsable de exposiciones temporales Concha Vela Coordinación Marina Rodríguez
Comunidad de Madrid Vicepresidente, Consejero de Cultura y Deporte y Portavoz del Gobierno Ignacio González González Viceconsejero de Cultura Javier Hernández Martínez Directora General de Archivos, Museos y Bibliotecas Isabel Rosell Volart Asesora de Artes Plásticas Lorena Martínez de Corral Jefe de Prensa y de Relaciones Institucionales de Cultura Pablo Muñoz Gabilondo Equipo de Prensa de Cultura Elena Delgado Castro Milagros Gosálvez Pastor Sandra Aller Andrés
Dirección de montaje Fernando López Cobos Transporte y montaje Artec Catálogo Texto Javier Hontoria Diseño y maqueta Andrés Mengs Fotomecánica e impresión BOCM Coordinación Marina Rodríguez Adriana Rexach © De esta edición: Vicepresidencia, Consejería de Cultura y Deporte, Portavocía del Gobierno de la Comunidad de Madrid, 2011 © De los textos: sus autores © De las fotografías: sus autores
Hace veintidós años la Comunidad de Madrid puso en marcha la convocatoria de Circuitos, una iniciativa para apoyar el arte más joven y que se materializa en una exposición que recoge las obras de los artistas seleccionados para cada edición en la Sala de Arte Joven de la Comunidad de Madrid. Desde el Gobierno Regional consideramos el apoyo a los jóvenes creadores como un factor imprescindible para el desarrollo cultural de nuestra sociedad y somos conscientes de las dificultades intrínsecas al inicio de sus carreras profesionales. Fruto de ese compromiso, desde que en 2009 la Dirección General de Museos, Archivos y Bibliotecas asumió la gestión de la Sala de Arte Joven de la Avenida de América se han realizado nuevas actuaciones de apoyo al arte emergente. Entre estas iniciativas, me gustaría destacar la convocatoria para descubrir jóvenes comisarios a quienes se les ofrece la oportunidad de desarrollar la programación expositiva semestral de la Sala de Arte Joven. Circuitos es ya una cita obligada para todos aquellos interesados en conocer una nueva generación de artistas visuales. El jurado de esta Edición seleccionó los trabajos presentados por los artistas: Antonio Menchen, Raúl Díaz Reyes, María Cerdá Acebrón, Almudena Lobera, Rafael Munárriz, Paloma Checa Gismero, Raúl Hidalgo, Colectivo Núbol (Clara Megías y Eva Morales), Julio Adán y Françoise Vanneraud, cuya obra podemos conocer en la exposición y en el presente catálogo.
ISBN: Depósito legal
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Los proyectos de este año han sido comisariados por el crítico Javier Hontoria, en estrecha colaboración con los artistas cuyos trabajos —bajo una aparente inmediatez— subrayan esa cualidad del arte por la que nada suele ser lo que parece y en las que todo puede verse desde innumerables puntos de vista. Mi felicitación a los artistas por sus trabajos y mi reconocimiento al jurado y al comisario por su inestimable apoyo a estos jóvenes creadores y su contribución a la revitalización de nuestro entorno cultural.
El arte que queremos JAVIER HONTORIA
Ignacio González González V I C E P R E S I D E N T E , C O N S E J E R O D E C U LT U R A Y D E P O R T E Y P O R TAV O Z D E L G O B I E R N O
El encuentro contingente con este texto tiende a Vivimos en la certeza de que lograr discernir con claridad la realidad objetiva no es más que una quimera imposible, pero no es menos cierto que la urgencia por aferrarse a esa realidad sigue siendo un asunto prioritario entre los artistas que trabajan en la actualidad. Cómo representar lo que implica estar en este mundo, cómo superar los obstáculos que constantemente se interponen en la formación de la subjetividad, cómo lidiar con los embates de los agentes que mancillan nuestra percepción de las cosas y cómo asumir la necesidad forzosa de incorporarlos en nuestra investigación son sólo algunas de las ideas que sobrevuelan la creación contemporánea y de las que se hacen eco en sus propuestas muchos de los artistas incluidos en esta muestra. Las vidriosas contradicciones de nuestro tiempo se ciernen sobre un terreno en el que no siempre es fácil moverse. En los años sesenta, ar-
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tistas como Joseph Kosuth entendieron que el arte solo debía hablar de arte a partir de complejas maniobras filosóficas. Otros artistas contemporáneos, los conocemos bien, insisten en que no todo ha de ser siempre entendido. Los que aquí se reúnen huyen del hermetismo ilegible pero sí plantean un escenario al que hay que acercarse con cautela, conscientes de la realidad deslizante del momento, en nuestro intento de clarificar lo que parece a todas luces inclarificable. Muchas de estas contradicciones se encuentran en el doble tránsito entre las ideas y las formas, un asunto que es aquí abordado desde muy diferentes perspectivas. Junto a la reflexión en torno al papel que juegan en el marco de su propia creación y el modo en que en él intervienen terceras partes ajenas a lo estrictamente artístico, son algunos de los motores que ponen en funcionamiento a esta exposición.
Han sido muchas las convocatorias de apoyo al arte más joven, pero pocas son tan longevas y están tan sólidamente implantadas en la conciencia colectiva del artista joven como Circuitos, que cumple ahora su vigésimo segunda edición mientras ve cómo se desploman muchas otras plataformas a su alrededor. No hay más que ver, aún a riesgo de caer en el tópico, la cantidad de artistas que han pasado por sus diferentes escenarios en sus veintidós ediciones. Circuitos brinda la posibilidad de presentar por primera vez su trabajo en un contexto institucional. El artista joven, cuyo trabajo está aún en fase de desarrollo será siempre el más perjudicado en contextos precarios, por ello necesita el apoyo de lo público toda vez que en tiempos como estos lo privado se torna huidizo y veleidoso.
advertirnos de una propuesta que pasea por el Un statu quo delicado e inquietante, unido a la endeblez de los cimientos que sostienen las estructuras del arte contemporáneo, definen la realidad artística de un país en el que se ha construido la casa por el tejado. No hay mejor ejemplo que lo ocurrido en los noventa, cuando la aparición de multitud de centros autonómicos de arte contemporáneo crecía a mucha mayor velocidad que las instituciones pedagógicas y los modelos formativos, alojados en un localismo caduco y exasperante. El arte que tenemos es el arte que merecemos, y, lamentablemente, se encuentra aún lejos del arte que queremos. Es un país en construcción, decía María de Corral no hace mucho refiriéndose al ámbito del comisariado, pero es algo extrapolable al conjunto de nuestro escenario artístico.
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La plataforma Circuitos funciona a partir de una selección de dosieres realizada por un grupo de profesionales cuya deliberación toma forma física en una exposición organizada por uno de esos miembros del jurado. La primera pregunta que se hace este comisario es cuál debe ser su papel en un contexto de estas características, cómo concebir un discurso a partir de una selección heterogénea que trascienda la mera disposición de los diferentes trabajos en el espacio. En definitiva: ¿ha der ser visible su mano? Mi respuesta es que éste debe esforzarse en crear el contexto idóneo para que la obra de estos artistas se exponga en las mejores condiciones, sacarle al trabajo el máximo partido posible. Para ello, la primera decisión ha sido no construir arquitectura alguna en la Sala de Arte Joven de Avenida de América, dejar que cada proyecto individual respire y se desarrolle con fluidez, y, a partir de ahí, permitirle hablar por sí mismo.
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La decisión de no transformar el espacio nace de un interés por observar el estado primigenio de las cosas en un momento en el que todo ha de ser repensado. Parte también del trabajo de uno de los artistas que forman parte de la exposición, Raúl Hidalgo, cuyo trabajo se basa en la reflexión en torno a las cualidades de todo lo que conlleva su selección en la muestra desde una perspectiva autorreferencial. Hidalgo presentó un proyecto muy somero, titulado Zona Sensible, una fotografía frontal de un muro sobre el que tres frases (a 2 pasos del suelo /a 3 pasos del techo / a medio paso de la pared) hacían visibles las distancias que las separaban del techo, el suelo y los muros laterales. Las resonancias a trabajos de Mel Bochner, Stanley Brouwn y Lawrence Weiner afloran de inmediato. A partir de la selección de su trabajo, Hidalgo cuestiona el papel que ocupa en el contexto de la exposición, su relación con los artistas que en ella le acompañan, la situación de la Sala de Arte Joven con respecto a cierta idea de centralidad de la escena madrileña, las implicaciones de una convocatoria, en definitiva, de estas características… Y todo, desde la idea de visibilidad, un concepto que arroja no pocas paradojas en su trabajo. A partir del intercambio de ideas con el comisario, Raúl Hidalgo desarrolla una idea que se inscribirá en el espacio expositivo como tal, pues en ningún caso devendrá forma, ni siquiera algo visible. Un texto que abundará en las implicaciones a las que antes aludíamos y que será impreso sobre el muro en tinta blanca de modo que podrá o podrá no verse, en función de la cualidad de la luz en los diferentes momentos del día y de la posición del espectador. En cualquier caso, nunca podrá leerse en su totalidad, pues, al estar inscrita en el muro, quedará anulada por los trabajos del resto de los artistas (y por el texto introductorio y
espacio expositivo. Circulando tras las obras que
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Raúl Hidalgo. Significado y localización: En un punto situado entre usted y su destino, 2010 Intervención, dimensiones variables. ECAT - Espacio Contemporáneo Archivo de Toledo
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las imágenes de referencia del catálogo que ahora mismo está leyendo). No es tan importante que pueda leerse como el hecho de que quede inscrito en el contexto en el que todo esto ocurre, esto es, la Sala de Arte Joven, la convocatoria de Circuitos, la gestión del arte de la Comunidad de Madrid… El modo en el que Hidalgo se detiene ante la realidad del lugar, dirigiendo su atención al corazón del asunto, es proporcional al modo en que la exposición está concebida, por cuanto se trata, como antes avanzábamos, de que los artistas se ciñan a la realidad del lugar, una realidad, insistimos, de contornos precarios. La participación de Rafael Munárriz plantea una interesante relación con la de Raúl Hidalgo. Interesado por las dinámicas postminimalistas, el artista de origen navarro presenta aquí el resultado de una investigación sobre la relación entre la forma y el contenido que, como se verá, es común en no pocos artistas en la exposición. Su manera de modelar su discurso se encuentra en las antípodas de la de Hidalgo, pues la suya es una propuesta formalista, rotunda y visualmente poderosa. Sobre el muro final de la Sala de Arte Joven, Munárriz sitúa un gran cartel anunciador que cubre toda su superficie. Es un trabajo desproporcionado, excesivo, que ocupa el espacio de una forma agresiva, radical. Pero es un trabajo sin contenido, sin mensaje. La publicidad nos tiene acostumbrados a mensajes inmediatos y efectivos, que penetran con rapidez en nuestra conciencia. Munárriz, por el contrario, presenta un cartel vacío en el que lo único que vemos es la intensidad del color amarillo. Está interesado el artista en el modelo CMYK, utilizado en
se dan a ver, aparece ante el sentido de nuestra
Rafael Munárriz. CMYK no info, 2011. Instalación panel magenta, 300 x 400 cm. Sommer Ausstellung ABK Stuttgart
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Julio Adán. Kit para pintor realista, 2010. Paleta con óleo negro
expectación la sutil conexión entre las operacio-
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la impresión en color, y la representación de cada uno de estos colores absorbe la totalidad del discurso conceptual del artista. La asunción de la herencia minimalista es clara en la vocación formalista y vacía de contenido del trabajo, pero también se advierte el interés por el readymade como referente (que no como solución). Arroja un sinfín de lecturas el hecho de que una pieza como la de Munárriz acabe trabando la lectura del texto de Raúl Hidalgo. La idea poderosa de éste queda eclipsada por el formalismo exacerbado y vacío del navarro, en lo que comprende un interesante juego de energías opuestas. También influido por ciertas dinámicas conceptuales, el trabajo de Julio Adán abunda en la relación entre las ideas, las imágenes y las formas. Interesado por el lenguaje del dibujo, en cuyas particularidades formales y procesuales ha venido trabajando durante años, y cómo éste se convierte en elemento vehicular entre las ideas, Adán plantea en esta edición de Circuitos un trabajo con el que lidia con la realidad objetiva y la percepción subjetiva de las cosas a partir de ejercicios de activación de significados de muy diversa índole. Vinculado también a la tradición del readymade, Julio Adán cuestiona los elementos que nos rodean en nuestros movimientos diarios y valora el papel que jugarían al ser introducidos en la esfera artística. Transforma determinados objetos (sillas, brochas, maletines, paquetes de tabaco…) envolviéndolos en papel Ingres y definiendo con un lápiz todos sus ángulos para más tarde fotografiarlo. El objeto transformado y su representación esconden la idea esencial, que es el elemento que falta en la ecuación necesaria de toda creación, el que nos aleja de lo real.
Julio Adán se mueve en territorios de diferente temperatura. Si estos trabajos, reunidos bajo el nombre genérico de Cosas dibujadas, tienen una fuerte filiación conceptual que es, de algún modo, fría, las piezas que forman la serie Del montón se agrupan bajo un clima más cálido y poético. Aquí los objetos ven transformado su estatus a partir de un proceso que se vincula con la experiencia personal. No es el gélido discurso sobre la realidad y su representación sino un tránsito poético que se apoya en una temporalidad imprecisa y abstracta. Igualmente anclada en la deriva objetual, Adán es autor también de un conjunto de transformaciones formales que abren importantes vías de significado en objetos cotidianos relacionados con la creación artística. Son gestos sencillos, pero su alcance semántico es extraordinario.
nes mentales que, calladas, persiguen atrapar lo
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Raúl Díaz Reyes propone un trabajo que ha realizado en colaboración con la artista brasileña Paula Muniz y que consiste en una reflexión sobre el fenómeno de la ufología en Brasil, donde el artista ha estado disfrutando de una residencia. El proyecto Visionarios, realizado en 2011, parte de la certeza imposible del avistamiento de OVNI, y de la ciencia de la ufología, motivos que el artista aprovecha para ahondar en la dialéctica entre realidad y ficción y para sacar beneficio de las grandes ventajas que otorga el hecho de ser artista a la hora de acercarse a cualquier ciencia. Díaz Reyes, acompañado de la cámara certera de Muniz, realizó un extenso trabajo previo de documentación de los lugares y los diferentes avistamientos para, después, realizar un cuidadoso seguimiento fotográfico de los escenarios de esos enigmas.
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Sobre la supuesta veracidad del registro de cada lugar, Díaz Reyes impone un contenido altamente subjetivo que tiene importantes nexos con el trabajo que conocemos, un tipo de dibujo que parte de un imaginario amplio y deslizante que ha venido siendo calificado de marginal. Lo es, en parte, por las fuentes que maneja, todas alojadas en la baja cultura, pero también por los contextos en los que se mueve, siempre periféricos con respecto a un tipo de imagen dogmática o convencional. Las figuras que pueblan estos escenarios supuestamente visitados por extraterrestres son espectrales y huidizas, pues se encuentran en un espacio y un tiempo que, obviamente, no les pertenece, y contrastan con la solidez del espacio documental que proponen, trufado de documentos oficiales brasileños que certifican los diferentes acontecimientos.
llamado a ausentarse. "Zona Sensible" ahora va La obra de Díaz Reyes enlaza con naturalidad con la de los tres artistas citados anteriormente, todos ellos enmarcados en esa perspectiva escéptica hacia toda representación. La de Díaz Reyes lo es en el fondo y en la forma a partes iguales, toda vez que el propio asunto que aborda y el modo en que interviene las imágenes se ausentan de toda lógica, generando narrativas sorprendentes e insólitas. Raúl Díaz Reyes. Proyecto Visionarios, 2011. Fotografía intervenida
El trabajo que aquí presenta Almudena Lobera tampoco es ajeno a esta dinámica. Un espectáculo para la vista, un proyecto realizado en la playa de Benicàssim, se detiene ante el eterno dilema de la realidad y el artificio, de lo real escenificado y de la posición que el espectador o receptor adopta ante ello. La artista sitúa un gran telón rojo en sentido
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más allá de los aspectos formales y materiales de
Almudena Lobera. Un espectáculo para la vista, 2011 Instalación. Playa Voramar, Benicàssim. Telón sobre andamio de 4 x 8 x 1,5 m / 30 sillas de playa. FIBArt'11, Festival Internacional de Benicàssim
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paralelo a la línea de playa. Las convenciones que rodean el hecho de pasar tiempo en la playa obligan a mirar hacia el mar pero Lobera plantea un juego de miradas cruzadas que provocan una inversión inevitable de roles, tanto del receptor con el motivo como del objeto con el sujeto. La experiencia personal se filtra en la propia experiencia artística generando un escenario de marcada ambigüedad, en el que la propia deriva vital de los paseantes determina una suerte de temporalidad azarosa y errática, desigual y trabada. Las sillas de un público que no siempre es tal contrastan con el movimiento de la gente al otro lado del telón y el espectador ve cíclicamente transformada su posición de sujeto pasivo en la de alguien dinámico en quien se posan los ojos de otros. Es el de Lobera un logrado intercambio de miradas, un certero desafío a la subjetividad. Entronca esta reflexión con uno de sus intereses primordiales: trascender las convenciones de lo real, ahondar en lo que subyace en lo aparente. Sus series de dibujos apuntan en esa dirección, pues sugieren pautas a seguir que no siempre llevan a alguna parte y en el que el espectador, las más de las veces, ha de crear el camino que pretende recorrer.
la información para situarse en una brecha fuera La instalación de María Cerdá Acebrón adopta una posición similar pues abunda en el capacidad de los media para transformar lo real o, más bien, en cómo la fragilidad de lo real puede hacer que la experiencia, individual o colectiva, se rompa en mil pedazos. Hay una serie de paradojas que enriquecen su trabajo. La fundamental es el profundo sentido manual que tiene su quehacer y, al mismo tiempo, su decidida ambición espacial, que le lleva a acometer instalaciones de enorme
María Cerdá Acebrón. Yo también estuve allí, 2010. Detalle. Técnica mixta, 200 x 200 cm
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formato que generan en el espectador una considerable tensión. La pieza que presenta en Circuitos tiene ese carácter. Se trata de la representación de una de esas vallas metálicas de trama romboidal tan comunes en nuestras ciudades que la artista realiza con papel de periódico en un meticuloso y arduo proceso. La práctica de Cerdá está profundamente enraizada en los lenguajes escultóricos, a los que se acerca desde un interés por el concepto de tiempo. En sus trabajos con periódicos se reúnen buena parte de sus intereses pues trenza sus cubiertas convirtiéndolas en una superficie tridimensional e ilegible. A través de un trabajo minucioso, de corte casi artesanal, evoca el poder de los medios para manipular, transformar e incluso negar todo atisbo de objetividad.
de mi conciencia. Y aun ciega por momentos y Esta perversión mediática se torna global al intervenir grandes espacios, como en esta ocasión, en la que la valla encierra una porción considerable del espacio, que queda anulado. Es un trabajo escultórico que permite ser atravesado por la mirada, pero ésta sólo encuentra la nada, un gran vacío físico y semántico.
Paloma Checa Gismero plantea en su trabajo una inquietud de amplio recorrido pues tiene un fuerte contenido conceptual y una poderosa impronta material. El asunto central en su trabajo es la temporalidad de la experiencia y el modo en que ésta se formaliza. El proyecto que aquí presenta bajo el título El cambio de las formas tiene su trasunto en la idea del viaje. Una pieza escultórica presenta una gradación regular de dos gamas cromáticas. Junto a ella, tres mesas
Paloma Checa Gismero. Registro. El cambio de las formas, 2011. Técnica mixta, 100 x 50 x 30 cm
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muestran otros tantos mapas sobre los que advertimos formas geométricas de diferente color que simbolizan dos recorridos que arrancan en un mismo punto y que progresivamente se separan para diseminarse en el territorio abstraído de los mapas. Tres fotografías cercanas a estos mapas funcionan como signos o acentos visuales de los respectivos lugares. Nos habla la artista de las transformaciones que las vicisitudes espacio-temporales provocan en toda experiencia. La gradación inicial funciona como un índice que marca las perspectivas que afloran en el inicio de un viaje y cuyo devenir imprevisto se traduce en su desmaterialización y posterior deslocalización sobre el mapa. El recorrido del tiempo y su acción en la materia y en las imágenes dan forma a un trabajo rico, complejo y profundo.
oculta en los procesos, su elaboración depende Los trabajos de Núbol y de Françoise Vanneraud son buenos ejemplos de una de las tendencias que más se ha venido agudizando en los últimos tiempos: la disolución del autor en el proceso de trabajo. Núbol, el equipo formado por Eva Morales y Clara Megías, tiene en las relaciones entre el arte y la educación su espacio de trabajo. Juegan con estrategias de carácter crítico, como la subversión de un sistema educativo fundado siempre en la competitividad, en la rapidez de absorción de conocimientos, sea cual sea la forma de hacerlo. Es un tipo de enseñanza que no pretende que lo aprendido permanezca en nuestra conciencia y enraice en ella, pues el hecho de aprobar un examen legitima todo esfuerzo… Núbol entiende que no sólo los conceptos que se tratan en las escuelas son perfectamente asumidos sino también los modelos de comportamiento que, como herramientas, nos ayudan
Núbol. Proyecto Hoja de atrás. Hoja de atrás de una alumna del IES Complutense de Alcalá de Henares, Madrid
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a poner en funcionamiento un rol en sociedad. Pero éstas, afirman, poco ayudan a proyectar una subjetividad. Más bien todo lo contrario.. Mediante la presentación de las “hojas de atrás”, Núbol incide en ese espacio para la subjetividad que demanda toda formación. Recogidas en colegios e institutos, las “hojas de atrás” serán dispuestas en el espacio para, desde ese momento, iniciar un proceso de investigación, a través de la participación de diferentes agentes, sobre las posibilidades de articulación de una forma de pensamiento propia e individual en el marco de la homogeneización alienante al que aboca el sistema educativo actual.
tanto del contexto como de nuestra propia herraEl de Françoise Vanneraud es también un quehacer participativo que nace de la recolección de elementos relativos a una subjetividad basada en la necesidad y en la experiencia. La pieza central en la exposición es una variación de un trabajo que tiene como protagonistas a dos argumentos aparentemente antitéticos: la geometría, con sus claras connotaciones minimalistas, y la expresión individual que ha de contextualizarse en la precariedad social de nuestro statu quo. La artista de Nantes recoge los anuncios de trabajo callejeros que arrojan luz sobre un concierto laboral debilitado y también los anuncios en los que se ofrecen alquileres de pisos. Es un sistema de comunicación e intercambio a pie de calle, una que está poblada de individualidades desconocidas y herméticas. Con estos retales, Vanneraud construye una forma que recuerda a la escultura minimalista, que, como sabemos, abominaba de la subjetividad, pero la artista subvierte la presunta
Françoise Vanneraud. Refugio, 2009. Instalación (detalle) Tienda de campaña hecha con anuncios de búsqueda de trabajo recogidos en Madrid. 190 x 100 x 110 cm
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frialdad de esta forma reminiscente de un Carl André y la trufa de la expresión individual y de la necesidad colectiva. En sus mapas urbanos, la artista asiste a la gestación y crecimiento de la ciudad a partir de los testimonios de sus habitantes. Los dos trabajos funcionan de manera paralela. La ciudad cimentada en la percepción subjetiva de quien la habita junto a la forma que, desde su fría geometría, no logra acallar la voluntad de comunicación e intercambio.
mienta de precisión.
Julio Adán | p. 32 María Cerdá Acebrón | p. 42 Paloma Checa Gismero | p. 54 Raúl Díaz Reyes | p. 64 Raúl Hidalgo | p. 74 Almudena Lobera | p. 82 Antonio Menchen | p. 94 Rafael Munárriz | p. 98 Núbol | p. 106 Françoise Vanneraud | p. 112
Antonio Menchen Para un film de Kafka, 2011 Tarjeta postal
Antonio Menchen, otro de los artistas seleccionados, se encuentra en pleno proceso de realización de una película que trata de recuperar un episodio de la carrera de Felix Guattari. Recurre Menchen a una estrategia común en el joven arte de hoy, la voluntad de reconstruir trabajos no realizados o no finalizados, proyectos inconclusos que, con la perspectiva del tiempo y la dislocación del autor, obtienen resultados inesperados. Guattari no quiso hacer una película sobre Kafka sino una que pudiera haber sido realizada por el propio escritor, con todas sus estrategias y todos sus atributos. Menchen mirará a Kafka a través de los ojos de Guattari en un filme que esperamos ver en el marco de la Comunidad de Madrid muy pronto.
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