H EGEMON ÍA PATR IARCAL PARA M U JERES Y HO MBRES. Gustavo Enrique Tovar Ramos. El machismo es un verdadero obstáculo para el desarrollo de sociedades armoniosas, pues contribuye grandemente a la desigualdad y el uso inadecuado del poder, se encuentra respaldado por un sistema metaestable, el patriarcado, que tiene por objetivo promover , potenciar y premiar a nivel social, todo y cuanto tenga que ver con los roles asignados a los hombres tradicionalmente. Por tanto el machismo es producto del patriarcado o una de sus manifestaciones tangibles, sin embargo es importante señalar que el patriarcado se alimenta a su vez de los deseos de hombres y mujeres de alcanzar la hegemonía (búsqueda de todo tipo de poder para ejercer dominio), pues este es su principal componente, su verdadero motor, lo que sugiere dos devastadoras consecuencias puesto que tiene su adaptación tanto para mujeres como para hombres: En los hombres es particularmente la búsqueda de todo tipo de poder que a su vez es premiado por el patriarcado, este poder puede ser físico, intelectual, económico, social, dado por estereotipos... por mencionar algunos, mediante los cuáles se puede ejercer dominio sobre los demás. En el caso de las mujeres es más sutil, pero mucho más cruel, dado que este sugiere buscar la hegemonía renunciando a su propia identidad como mujeres y seguir los pasos de los hombres en la búsqueda de la hegemonía, bajo la bandera de igualdad o equidad, pero en el fondo, no es más que una forma muy refinada de ejercer prácticas misóginas de mujeres a mujeres, cediendo a las presiones del patriarcado que las ha tenido invisibilizadas y en el afán de ser visibilizadas dentro del sistema patriarcal, renuncian a su propia identidad femenina desvalorizándola y asumiendo roles tradicionalmente asignados a hombres, solo que a diferencia de estos, su proceso de construcción sociocultural no les ayuda a encontrarse en igualdad de condiciones con los hombres que si han tenido dentro de su formación una preparación sociocultural para buscar y alcanzar la hegemonía en todas sus formas, en pocas palabras con el feminismo se posibilita renunciar a todo lo que tenga que ver con la feminidad para optar libremente por una hegemonía para mujeres, como bien lo señala la corriente feminista de la diferencia que es la única que parece haberse percatado de este engaño del patriarcado. Ciertamente el patriarcado es transparente en cuanto a promover todo tipo de búsqueda de hegemonía y poco le interesa si esta viene dada por mujeres u hombres, en tanto exista una búsqueda constante de esta, por supuesto con el dulce o aperitivo del poder, esta búsqueda esquizoide, solo es posible si tanto mujeres como hombres caemos en el http://www.lintavo.wordpress.com
engaño de negar y desarrollar nuestra parte afectivaemocional y la abandonamos por la razón; es más las construcciones de género han tenido una gran diversidad de cambios en estos últimas décadas desde que el feminismo ha ido tomando más y más fuerza y lo que pareciera un avance significativo es en verdad una condena brutal al desenfreno de la violencia, ya que al hacer pequeños cambios en la construcción social de las mujeres ha invisibilizado el gran aporte a las sociedades de potenciar la dimensión que abarca la construcción tradicional de las mujeres y que está vinculada al papel del cuido de las futuras generaciones, el desarrollo de la capacidad afectiva y la potenciación de los sentimientos, pareciera que todo ese aporte no está registrado y corre el gran peligro de perderse para siempre, en este punto tan crítico de la historia me parece que lo más prudente y sensato es dejarse de estupideces de roles diferenciados para hombres y mujeres, pues la verdad oculta de todo esto es que ambos roles son necesarios y deben ser asumidos por ambas partes, para tener un verdadero desarrollo integral de las personas.
En el tiempo que llevamos de historia de la humanidad que es muy poco, la búsqueda de la hegemonía ha sido la causa de muchas guerras sin sentido, en donde los hombres hemos casi acabado con toda la humanidad, sobre todo si nos remontamos a la segunda guerra mundial, la guerra fría y ahora que las mujeres quieren lanzarse a la búsqueda de la hegemonía no se en donde va a terminar todo esto. Y el trabajo doméstico no es más que una leyenda urbana que cada vez es menos creíble y hasta pareciera absurda, el colmo de la invisibilidad y todo porque nuestras economías no lo reconocen como un trabajo, que ¿no debería ser remunerado porque no aporta nada a la humanidad? y lo peor de todo esto es que tanto mujeres como hombres decimos que sí a semejante absurdo, es más este endeble argumento de los burócratas nos lo creemos y lo asumimos como verdadero, misoginia pura y a nadie le interesa, a las mujeres porque no la identifican como tal y los hombres porque somos tan brutos que creemos que no es con nosotros, que ese es rollo de las mujeres, como si no tuviéramos necesidad de expresar sentimientos afectivos, optar por el cuido responsable para alcanzar un verdadero desarrollo integral como seres humanos.
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