Diario de aguas
Diario de aguas / José Ignacio Ochoa 1a edición, Noviembre 2011 ©Ediciones Estival Colección El Divino Narciso nº 4 ISBN:978-980-12-5281-8 Depósito legal: lf04320118003448 Editor Juan Martins
Levantamiento de textos y artes finales: Javier Linares Diseño de portada: Karwin Poleo Correo electrónico: edicionesestival@hotmail.com. Impresión: Talleres de Codarte A.C ©Proyecto Codarte A.C.
Consejo editorial: Alberto Hernández José Ygnacio Ochoa Juan Martins
Impreso en Venezuela Printed in Venezuela
Diario de aguas
José Ignacio Ochoa
A Don Miguel Ramón Utrera, El poeta -Camino a la Comarca-
Desde aquí no se ve nada pero sí suceden desde adentro se carcomen en la distancia los espacios recónditos de calles casas imágenes inestables en procura de la eternidad
[9]
Se construye una historia de desalojos desencuentros con iniciales escrúpulos agobiantes desde el comienzo un final que se deja escurrir con el requiebro solapado entre la esperanza el árbol con su rama anclada en el cauce del agua tibia
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Memoria pedazos alojados en el olvido celestial acompañado con la voz del poeta en su canto que nunca acaba
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Este camino de piedras polvo soledades incrustadas los ojos de los lugareños retan el cristal indeleble de la noche
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Una descarga de aire Recoge la intensidad de la memoria Con polifónicas semillas multicolores
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Deja que el agua diga con su movimiento lo que no pueden decir los ojos
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Recorre el estanque con la mirada de la distancia
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Permite que el ocaso rinda culto a la comarca quizás el poeta lo descubra en su deambular con el juego de las aves al frente del ventanal claroscuro
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Tanto andar y no llegamos al final de la palabra
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Requiebra el sol la angustia insomne llegada a los cedros despacio cae el aguacero
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Manos vacías mucho que dar el agua se desvanece lentamente sin agravios
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Rodea el arco iris cubre su rostro no se lo digas a nadie porque todo vuelve a su estado natural
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Un pájaro se detuvo entre las manos no me miró el carro sigue a medio andar
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La mariposa descansa en su vuelo el bullicio de la plaza alcanza su fragilidad entre hojas gotas fulgurantes
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Fluye el caudal del río la alcantarilla está en Pedregal al lado de la casona sola del poeta
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Rueda el aguasanta desde la migaja gota gota gota la comarca se inunda
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Quien deambula en su soledad manifiesta el silencio porque no sabe de secretos con el canto de un recóndito jardín
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Comarca de hoja seca palma nacida en el cementerio traspasa el suelo en las edades clamor de las cigarras …prolonga el letargo
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Recodo de la madrugada sábana de telaraña zapatos de puro lodo ventilador a medio andar respiración entrecortada vestido mohoso con espejos figura sus ojos no dicen la verdad
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Prefiero quedarme en la abstracción he perdido mis lentes
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El llanto rompe con la armonía un hilo de lluvia descansa sobre su aroma
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Cigarra juega con el silencio de los árboles cubre entre la sombra el dolor de la espuma
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El tiempo no es mi tiempo recoge con la memoria el verdor de las piedras sin sorpresas
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Cuéntame de aquellos días de olvido cuánta supuesta verdad el hombre fustiga el poeta contempla
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Riega la siempreviva la hoja no cae su andar sobre el agua marca una huella de bosques
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Todo un día buscando al poeta apareció su hermano pero no tiene nada sólo su historia trastocada sin final
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La pared marca el tiempo del pueblo separa al poeta de su historia la mirada de su pariente desmiente al olvido
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Juega al encuentro de los centauros revolotea sobre el alambique la oruga sola
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No es una enfermedad es un juego donde se resiste a perder su mueca
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Sujeta entorno a sus manos no se dispersa en su vuelo demarca su espacio gira en su existencia
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No, no es lejos el camino le dije me miró y no dijo nada no llegamos nunca pero no le importó
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Otra vez se abandonó en su silencio la vieron pasar deambuló la noche entera con el vestido de la despedida
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En quebrada honda está la fortaleza del siete de copas porque la caña le dio de tomar al fuego al aire al olvido a la tristeza de ella con el colibrí alrededor de su esperanza de encontrarla en la maleza herida con pura intención de hablarle de una estrella como el poeta lo hizo alguna vez en la noche para que no se olvide ni la ternura ni el eco sigiloso de la lluvia
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El corcel que soñé ayer no es el mismo que vi en el solar de la casa del poeta me contó una historia que apareció en el sueño ayer
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Dónde su morada la habitación no dice nada demasiado orden no digas nada que la vida el sol son iguales duermen sueñan dónde la morada
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Huellas de pasos secos huellas de andar hacia el sur dónde está la comarca de antaño espacio recóndito del poeta
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El andariego me contó la desventura del viaje inconcluso idéntico al viaje que tuve anoche por los prados de mi memoria
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Reconozco la furia del corcel cuando pregunto me responde no todo está perdido
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En el libro de los caminos el paso no contiene huellas
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En el camino nos encontramos con un túnel de árboles que une a las dos vías norte sur aquí allá sobre el ocaso de un diario de aguas
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Manantial de una naturaleza sin rango sin artificio sólo las huellas de una cosecha con la miga en espera otras sombras otros tiempos otra mudanza cubierta de una faena terrenal con la zafra descomunal del viento en el rostro taciturno
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Las voces de otros tiempos cuentan la cotidianidad de la existencia de un equipaje lleno de puras palabras traslada de ciudad en ciudad con escasos espacios en lo blanco
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Quiso mudarse de un mapa cabañas ciudades regiones desvalidas sin espinas precario el día sin sol El susurro de sus palabras poblaron días de encuentro
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El estampa de su figura se descubre en verano escolta de su mirada anda frágil todo acontece en el campo en aquel camino solo la conoce en la distancia sobre el viento
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Cada vez más cerca se desprende la vida
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Escaso el tiempo para reconocer la ausencia
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El árbol no resiste la ausencia del espanto entre fulgores con desencuentros
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El poeta no anunció su partida pero dejó un legado de escrituras juego de palabras reintentadas reinventadas constantes etéreas
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Cabe la posibilidad de redefinirse una comarca como la de otros días con sombras conocidas en este estanque de aves
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La ausencia se esconde en las rendijas de sus ojos en la comisura de su andar
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La aldea con nubes de diciembre reciben a los forasteros el sol el recinto cobijan la historia de ella la aldea
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Por qué fracasa en su monólogo interior
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No es una cosa del otro mundo pero salva la memoria
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La memoria del se arrastra desde su infancia al extremo debe encontrarse con la distancia
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Qué vemos al fondo de la casa libros polvo una historia inconclusa entre olvidos
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Quién empuja la historia una conciencia al final nada corroe
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Los ojos de los ausentes concilian el espacio del poeta
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Este pueblo con olor a humo se disipa entre el agua y el sol
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El poeta no pretende ser el prisionero de su propia realidad enfatiza el requiebro en las calles sin angustias peregrinas
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La estación del pueblo está al final del paraje con la escritura de sus antepasados para alcanzar el viaje singular
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Los habitantes del pueblo presienten que viene alguien de norte a sur lo esperan inundando con sonidos de girasol confinado a la palidez del tallo frágil interminable
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Abordó la carroza sola el viaje a de ser plácido con lluvia de hojas secas
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La noche duele aunque el pueblo lo niegue con sus quebrantos taciturnos la partida se anuncia con el rostro como quien emprende la huida
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La palabra y los ojos se confabulan para invadir un territorio desconocido a veces por el desamparo de los lugareños
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Quisiera encontrar un verbo antiguo que resuma las cuitas de mis antepasados para trasladarlo al presente con todas sus imperfecciones de siempre pintarlo de franjas multicolores caminar en él sollozar en él soñar en él reencontrarme con esa historia derramada en el discurso de hombres de noche
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La soledad de su nombre palpita constantemente en el aliento intenso de la palabra de Utrera son palabras continuas noche día vigilia impulsada por cánticos de seres inmaculados
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El aroma del pueblo es una aroma de siglos con historia con peso incalculable aroma cristalina que desanda en puntillas para no despertar los aires de la vida con espinas herméticas
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Las tardes de su comarca están bañadas de un azul brillante que a los ojos fluye la espiga con las voces del ave viajera en sus alas húmedas refriega la fábula desnuda de la fugaz aldea
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Revolotea la sonrisa del aldeano todos retozan en juegos amorosos concentrados reinventan las historias de todos los días el silencio se abre con el plumaje de las aves las aguas inundan el camino de siempre con lluvias en verano todos están a plenitud en la habitación con mármoles sentimentales
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Índice
Diario de aguas
Desde aquí no se ve nada, 9 • Se construye una historia de desalojos, 10 • Memoria, 11 • Este camino de piedras,12 • Una descarga de aire, 13 • Deja que el agua, 14 • Recorre el estanque, 15 • Permite que el ocaso, 16• Tanto andar y no llegamos, 17 • Requiebra el sol, 18 • Manos vacías, 19 • Rodea el arco iris, 20 • Un pájaro, 21 • La mariposa descansa en su vuelo, 22 • Fluye el caudal del río, 23 • Rueda el aguasanta, 24 • Quien deambula en su soledad, 25 • Comarca de hoja seca, 26 • Recodo de la madrugada, 27 • Prefiero quedarme en la abstracción, 28 • El llanto, 29 • Cigarra, 30 • El tiempo, 31 • Cuéntame de aquellos, 32 • Riega la siempreviva, 33 • Todo un día buscando al poeta, 34 • La pared, 35 • Juega al encuentro, 36 • No es una enfermedad, 37 • Sujeta entorno a sus manos, 38 • No, no es lejos el camino, 39 • Otra vez se abandonó, 40 • En quebrada honda está la fortaleza del siete de copas, 41 • El corcel que soñé ayer, 42 • Dónde su morada, 43 • Huellas, 44 • El andariego me contó, 45 • Reconozco la furia, 46 • En el libro de los caminos, 47 • En el camino nos encontramos, 48 • Manantial de una naturaleza, 49 • Las voces de otros tiempos, 50 • Quiso mudarse de un mapa, 51 • El estampa de su figura, 52 • Cada vez más cerca, 53 • Escaso el tiempo para reconocer, 54 • El árbol no resiste, 55 • El poeta no anunció su partida, 56 • Cabe la posibilidad de, 57 • La ausencia se esconde, 58 • La aldea con nubes de diciembre, 59 • Por qué fracasa, 60 • No es una cosa del otro mundo, 61 • La memoria del se, 62 • Qué vemos al fondo de la casa, 63 • Quién empuja la historia, 64 • Los ojos de
los ausentes, 65 • Este pueblo con olor, 66 • El poeta no pretende ser, 67 • La estación del pueblo, 68 • Los habitantes del pueblo presienten, 69 • Abordó la carroza sola, 70 • La noche duele aunque el pueblo, 71 • La palabra y los ojos se confabulan, 72 • Quisiera encontrar un verbo antiguo que resuma, 73 • La soledad de su nombre palpita constantemente, 74 • El aroma del pueblo es una aroma de siglos, 75 • Las tardes de su comarca están bañadas de un azul brillante, 76 • Revolotea la sonrisa del aldeano, 77.
Imprimátur Diario de aguas, cuyo autor es José Ignacio Ochoa, se terminó de imprimir durante el mes de Noviembre de 2011. Labrado con la ayuda de Dios para el cual se usó papel mandocreamy de 60 gramos y, sobre él, letras Book Antiqua 9,10, 11 y 15 puntos. Edición de 500 ejemplares
