Dosssier 2 de poesía no consagrada

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POESIA NO CONSAGRADA

NICTÉ TOXQUI MIRIAM MONTANO DE JUAN DIEGO MEDINA VALERIA MENDOZA YULIANA ORTIZ RUANO SANTANA GARCÍA NADIA LÓPEZ GARCÍA JONATHAN MARÍA REYES

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GRANUJA





POESIA NO CONSAGRADA 2

NICTE TOXQUU MIRIAM MONTANO DE JUAN DIEGO MEDINA VALERIA MENDOZA YULIANA ORTIZ RUANO SANTANA GARCIA NADIA LOPEZ GARCIA JONATHAN MARIA REYES

GRANUJA


dossier de poesía no consagrada no. 2 todos los derechos de sus textos a los autores ©Nicté Toxqui ©Miriam Montano de Juan ©Diego Medina ©Valeria Mendoza ©Yuliana Ortiz Ruano ©Santana García ©Nadia López García ©Jonathan María Reyes

derechos de la edición ©Granuja editorial director de la publicación y compilador andrés gómez 2021, México correo: pp96@live.com.mx facebook: Granuja revista instagram: gra_n_uja

GRANUJA es una revista artística, de corte literario. Su edición es totalmente independiente, y realizada manualmente en sus oficinas ubicadas en un mezquite en las faldas del cerro del cubilete, en el bajío mexicano, pero cuyo centro poético no se limita a ningun punto geográfico-artístico.


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Haremos que se traguen sus palabras. Hay que mirar a las estatuas de lejitos, con una duda siempre en el pecho y la incertidumbre con la que la poesía nos alimenta. Siempre miramos hacia atrás porque nos sentimos perdidos en el vacío construido por los muertos, y queremos respuestas caducas, rostros extraños que alguna vez sonrieron, tumbas que nos hablan con el silencio de sus palabras, ecos enterrados en las hojas de los libros.

SOMOS UN PUÑO

La mayor parte de los escritores suelen ser unos...déjame buscar una palabra de bajo perfil, como dicen aquí. de “low profile”; suelen ser unos bobos, o unos...en realidad la palabra es gilipollas, suelen ser unos gilipollas, porque aquí todo el mundo está postulando a la inmortalidad. Empecemos por el hecho de que la inmortalidad no existe ¿a qué inmortalidad postulan? Imbéciles, si se va a acabar el sol, se va a acabar Shakespeare, se va a acabar Cervantes ¿a qué inmortalidad postulan? [...] la literatura es una especie de estas cosas donde meten a las reses para matarlas, casi no sale vivo ninguno. La literatura es tremendamente cruel en ese sentido, y todos estos escritores, pero todos, hasta el más infame, quiere reservarse su trocito de perdurabilidad, de inmortalidad, cosas que no existen”.

Nos cansamos de “coger las palabras del rabo, de azotarlas, inflarlas y poncharlas, secarlas, pisarlas, desplumarlas, torcerlas y destriparlas”.

A los poetas se les consagra, se les coloca en un pedestal, se les venera un ratito y luego se les da la espalda. Empolvados los pobres, resignados en su obra poética de miles de ejemplares, viven entre la aliciente verborrea de sus coetáneos, que son como ellos, y dan a luz engendros vestidos de autoestima alta y caché y trayectoria, y entre ellos celebran bacanales cerebrales.

DE SOMBRAS QUE A VECES ILUMINAN


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Definitivamente terminaron también los poetas místicos, bohemios, inocentones, engreídos, locos o cojudos. A todos ellos les decimos que el poeta defeca y tiene que comer para escribir.

No aspiramos a ser patriarcas de la lírica pero en nuestras venas habitan las palabras de nuestros antepasados. Las estatuas son para admirarlas, no para convertirse en una de ellas. El tiempo es el escultor, no la mano elitista del presente. Son las voces que acompañan nuestro sueño, y las constructoras del camino que vamos dejando a nuestras espaldas. Miramos de frente al futuro, de vez en cuando volteamos la mirada pero la devolvemos hacia el camino no construido, hacia la incertidumbre poética que hierve en nuestras jóvenes manos. Aquí presentamos a voces que gritan en el abandono de estos tiempos agitados, voces que construyen el camino para la poesía del futuro, que los despreciará en un ciclo interminable de creación poética. En el paredón de los lectores, las poetas y los poetas mantienen su voz ante el ataque con el que la actualidad arremete, dispuestos a entregar sus versos

en el río de los días.


Sé gritar hasta el alba cuando la muerte se posa desnuda en mi sombra. Yo lloro debajo de mi nombre. Yo agito pañuelos en la noche y barcos sedientos de realidad bailan conmigo. […] Afuera hay sol. Yo me visto de cenizas. Alejandra Pizarnik

[…] y heme ahora, aquí, preguntando para qué soy, para qué sirvo, para qué la poesía, qué cumplo, preguntando: cómo es mi voz, dónde, dónde tú, en cuál lugar, Abigael Bohórquez


NicTE ToxqUi

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errata [en todos los puntos de bordado]

soy una chica de veinte y cinco años (SIC) Completamente Feliz (casi) en el fondo capaz de amarme y llorar cuando miro el espejo

fragmentos


10 capaz de ser formal en femenino nudista Supongamos por ejemplo que me exaltan por el ideal bello que compone una coincidencia de ADN sin errata unos pies hermosos de manicura francesa caminando por las costas de tu deseo pero son feos, se declara, los pies grandes y vigorosos (los pies con braqui metatarsia) son feos pero me caminan erecta o encorvada según sienta rechazo no tengo el pie chiquitito como un alfiletero mis pies no son la base de sustentación para él cuerpo sino para él


11 ojo que me mira y hace precario el equilibrio fácil la caída el terror la sombra la esquina Rosario asegura que existen lugares donde hay títulos para la belleza extraña Pero yo vivo aquí a costa desenvuelta caminando por las arenas que me arden como propia cuando no puedo saltar hacia el vacío que me construye y me voy queriendo sin saber quién soy realmente si me falta carne tengo la oportunidad de fingirme una colocar una extensión a mis partes tristes borrando mis tejidos


12 de abuelas recientes entonces pienso: 4. yo braquimetatársica siempre tiendo a ser braquimetatársica para qué gastar la pólvora en infiernitos y querer inculcar donde es imposible y superfluo y cambias de canal porque no te gusto pese a todas las técnicas y cirugías y estrategias en cualquier país o casa soy tendida a ser persona de organismos en mutilación constante peculiar en su forma como ese instante donde concilié mi evidente apetito de convulsa identificada en el cuerpo avergonzado de privilegios compleja me pongo a pensar qué sería si antes de una todo estuviera bien


13 ¿cuánto tiempo me tengo que tirar sin andar o salir a la calle? ¿de pintarme el pie rojo con un moño en el defecto? un problema similar a muchos problemas similares se vuelven de fácil compostura la haza de convertirse en esas falsas imágenes que los falsos espejos ofrecen en las perfectas zapaterías donde la vida transcurre hacerme trizas para entender la compostura mi piel es un retazo de otras mujeres primitiva carente encontrada en las respuestas de las revista de moda en los rompecabezas y tests que puedan darme más preguntas como el pequeño tacto de saberse prolongada precoz en mis definiciones


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no soporto la felicidad de mi amiga porque no puedo reflejarme en ella La panza de mi amiga crece a una velocidad desconsiderada. Yo la observo caminar entre serpentinas y señoras que juegan a medirle el vientre con papel higiénico. Su casa se vuelve una paleta de colores pastel y futuras abuelas. Sus regalos amarillos y yo nos parecemos en muchas incómodas maneras, el amarillo y yo intentamos ser neutros a toda costa. Lo que más odio de las protuberancias es que toman por sorpresa. Debajo del relieve, de toda su hinchazón hay algo que quiere contagiarme a mí también, de paso quiere enredarme. Las pestañas de mi amiga han crecido, se ha vuelto voluminosa y toda ella resplandece bajo el proyector de luces mientras un payaso bromea sobre su cuerpo, su marido ríe y todos ríen y la mesa donde estoy sentada me asegura que mi sentido del humor todavía tiene esperanza. Mis planes de ser sola me hostigan tanto como la ensalada


15 que sirven cautelosamente antes de que acabe el juego. Mi madre es la vencedora absoluta y le han regalado un portarretratos, le dicen, para poner la foto de sus nietos. A las perdedoras nos dan un premio de consolación. Ahora nos piden a las más jóvenes poner mejor cara, colocarnos un huevo entre las piernas y caminar de un extremo a otro, embarrarnos de líquidos olorosos, ajenos. Mi amiga ríe su marido ríe mi madre las primas. Pronto serás tía, me dicen, cuando te vayas no te olvides de escribir tus buenos deseos en el pañal gigante de la entrada.


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un muchacho me explica cómo manducar guayas Yo lo dejo hablar porque el sur brilla en nuestro vocabulario y nunca será tarde para volver a casa si nombramos lo que nos hace agua la boca. Olvido cómo se llama por prestarle atención a la cáscara verde y delgada que se riega por la comisura de sus labios. Él no pregunta cómo me llamo. La guaya es una fruta a la que quisiera pedirle prestado un nombre. Guarda la cáscara y la siembras, dice a ver si entendiste cómo pelar la guaya hasta sacarle jugo. Y me da tres frutitas. No recuerda que llevarse los objetos a la boca es una forma de reconocer el mundo. No encuentro el silencio para decirle que yo desde niña reconozco el sabor vinoso y agridulce de la guaya y otras cosas. Saco dos semillas de mi boca. Las observo en mi mano y observo al muchacho. Imagino un árbol de guaya


17 alzándose en el centro de la casa, quebrando el piso. Me pregunto si tendré la suficiente buena mano para hacer que todo crezca en medio de la nostalgia, si la cuchilla para recolectar los frutos no será usada para tajar el árbol con el pretexto de una plaga. Él no sabe que yo sé que el árbol de guaya es hospedero de la mosca negra de los cítricos. Me pregunto si a todo lo que se puede llevar a la boca le corresponde un precio. Estoy cansada de masticar mis propias palabras. La carencia es tan peligrosa como la saliva de la mosca negra que anestesia y muerde en los días más calurosos. Engullo la última fruta. Prefiero al árbol de guaya dentro de mí.


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Nicté Toxqui (Orizaba, 1994) Es autora de Errata (Sangre Ediciones, 2017). Acreedora de los premios nacionales Dolores Castro de Poesía 2015 y Carlos Fuentes de Ensayo, UV 2017. Ha publicado en revistas nacionales impresas y digitales como Letras Libres y Este País. Fue parte del programa de escritura de la Fundación para las Letras Mexicanas (2018-2020) en el área de poesía y actualmente es becaria del FONCA 2020-2021).


poemas incorrectos, tristeza (i-vi) I Te desvaneces escondo los sombríos tesoros en el corazón de los bosques el sueño el dolor un callejón que me absorbe el horizonte nocturno que me corona; dudo si el recuerdo es real y saludo en la tarde con un secreto nuevo, el nacimiento de los jacintos que siguen aún bellos junto a dos palomas muertas

MIRIAM MONTANO DE JUAN

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II Un baile en el pecho triste El gato que vela el cuerpo muerto de un niño Si vivo hoy Si no estoy sola Si alguien acude a la ventana y si yo soy esa ventana Si alguien acude Estos ojos nuevos no me vea Pues he salido con vida porque me dieron por muerta

III Sobre el humo blanco de la pipa se encuentran siete maletines Un velatorio Cierran las puertas de sus casas, todo está oscuro Ventana abierta, caen los maletines Sigo corriendo me escondo Unas dulces hermanas salen a bailar Lo saben, saben quién El suelo se comunica de forma palpitante Mi padre me ha delatado


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IV Me arde la tráquea sé que me amas, pero están en mí. Palabras que no salen de mi mente. Palabras que destrozan mi alma -Rostro fúnebre del amanecer; dónde están mis recuerdos, Arde en mi pecho el mañana. Un recuerdo ajeno, siento la tristeza del desconocido La idea de que existes sin mí, hace que me sienta desamparada Desaparece víbora Eres pasado, déjame yacer, enferma como arena en un desierto, olvido.

V Huele a la piel calcinada de mis padres, espalda mohosa, pelo eléctrico y los ojos temerosos Los flashes de luz se vuelven lejanos ¿el estómago de la soledad que sentirá? ¿dejarás de quererme si te muestro el mío? Una luz verde emana de las puertas y ventanas del Olimpo Poesía de los cuerpos vacíos y putrefactos que buscan algo de luz en la noche. Noche siento puñaladas internas La soledad me persigue con su rencor.


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VI Dolores Jimena Benavente entre rosas y claveles blancos, bajo la sombra de una paloma plateada, la sombra de un cohete ardiente, de una prisión destronada y en pleno cielo una ventana inflamada Las lágrimas de un hermano dolorido; una noche verde; su ropa sobre la tela de un asiento doblada Sobre el asfalto dolorida Cabeza absurda, cuya muerte no quiere desecar los deseos Cabeza libre, que conservará siempre su mirada en mis recuerdos.


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Miriam Montano de Juan Nace en Madrid el 3 de enero de 1999. Desde muy joven se interesa por la música y la pintura y la lengua francesa. También a muy temprana edad comienza a realizar sus primeras fotografías. Tras estudiar una formación académica varios años de diversos instrumentos, durante la adolescencia desarrolla su faceta como cantante y guitarrista en varias bandas de Jazz con las que da conciertos en salas como el Bogui de Madrid, entre otras. A lo largo de los años irá desarrollando su faceta de fotógrafa y artista visual. En 2016 queda semifinalista del concurso de Fotografía y Filosofía Joven de la Comunidad de Madrid y realiza varias portadas para Isidora Ediciones. En 2017 comienza a estudiar el Grado en Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural en la Universidad Complutense de Madrid. En el año 2019 gana el segundo premio en el certamen Versiona Thyssen en su cuarta edición. Durante 2019 lleva a cabo una estancia de seis meses en Bélgica donde se concentra intensamente en la fotografía. A su regreso, en los primeros meses de 2020, lleva a cabo el diseño de carteles para diversos actos artísticos y recitales poéticos, así como realiza la portada e ilustraciones del libro de próxima publicación de Daniel Rabal Davidov: “La Canción del Abandono”. En el mismo año publica algunos de sus poemas en el sexto número de Campos de Plumas. Actualmente participa en recitales poéticos y visuales organizados por “Disidentes” en Madrid.


DIEGO MEDINA

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clóset Sacar la basura, salir a buscarse, quitarle el candado a la jaula del canario, dejar la ventana abierta, no volver nunca más.


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oda a la jardinería La caricia de un tigre, bajo un aguacero de pétalos, dientes, hojarasca y garras, rojo que no es sangre pero que igual incendia la oscuridad, ay, este manojo de hydras llamado lengua sediento de fuego gemido fosforescente que arde como sueño húmedo te ruego, Lujuria, que no apagues la ternura del humo de cigarro que laza mi cuerpo después del acto, ¡esta es la oda a las bombas y a la jardinería! donde el tigre y el narciso beben del mismo río donde te nombro y acudo al rosal puntual y secreto para ser de nuevo un rayo bajo la lluvia dorada.


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ventanas abiertas No estoy, vivo ausente, Bajo balcones de estrellas iracundas Que en las horas más oscuras Llenan de golpes las avenidas De esta ciudad insomne, No estoy, vivo afuera, Iluminado por el rayo de farolas girasoles, No estoy, me dan vértigo los adioses, Las ventanas abiertas cuando el viento no se oye, Los trenes vacíos de la noche, No me busques, vivo lejos, En las azoteas de un café Que me hacen sentir en casa, No me toques, no estoy, Vivo en mi sombra, no en mi cuerpo, No estoy, no persigas el rastro que dejan las ambulancias, Que he desaparecido en el horizonte Siglos antes de que amaneciera, No me despiertes, Quema toda evidencia de mi nombre, Que me dan miedo las ventanas abiertas cuando el viento no se oye.


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frente al beso de rodin “Sí yo sé de tu miedo a las alturas pero aún así te veo revoloteando” Sergio Loo

Hace poco o mucho, el tiempo va más allá de la correa que sujeta el reloj, tuve un sueño en el que besaba la estatua del Beso de Rodin… y recordé el día que me atreví a quererme a mí mismo y me miré al espejo, cantando Don’t start me now, fue el día que decidí comprarme aquellos suspensorios que había visto en el tianguis todos los domingos desde hace tres años y me fui a un lugar de encuentro, me metí dos líneas de perico, me llevé los poppers, me chingue tres chelas y once mil vergas, y ahí estaba yo: en cuatro, en el potro del amor, rey del mundo, pero cuando abrí los ojos, bajo aquella oscuridad neón, pude ver los ojos de un ex novio quien fingió no conocerme porque iba con su nuevo vampiro, traté de esconderme en mis gemidos pero el tallo de mis gritos no eran lo suficientemente altos como para esconder el bosque que electrizaba mi piel y que de repente me hizo sentir huérfano en aquella orgía.


28 Y es que siempre es la orfandad donde descubro que nada es estéril, como el día que llegué a odiar el cine gay, la literatura gay, las fiestas gay… el ser gay, porque al final del arcoiris siempre te encuentras sangrando en la cama de alguien, en el puño de alguien, en una clínica especializada en VIH, pero es en esa orfandad en la que me imagino al beso de Rodin manchado de sangre y pienso en las confesiones de un orgasmo que me gritan que sólo aquello es carne verdadera. Por eso antes de llegar al pabellón de la exposición permanente no puedo evitar pensar en esta soledad que todo lo torna manicomio: pasillos de escuela, estanterías de biblioteca, parques alumbrados por el frenesí de los que trotan por las mañanas, alas de museo empolvadas por erotómanos, hasta que termino de nuevo en confinamiento solitario: a contra corriente, derramando la verga en la garganta, con el culo de un adonis en la jeta, donde un rumor escurre en mi piel, aquella tristeza que parecía río, río de rocío fresco, herida que arde y cicatriza, hasta que llego a odiarme a mí mismo por las veces que quise matar a mi padre, como si eso pudiera hacerme libre. pero ni siquiera este odio es estéril, pues aunque como decía un “amigo”, entre maricones no se pueden tener hijos, al final los rumores del llanto que recorrieron mi espalda lo hicieron por el mismo sendero de fuego y sudor que ha surcado el deseo por años,


29 para que un amante nos hable desde el pozo de la memoria y nos recuerde que “¡nuestro cuerpo tiene más flores que la naturaleza!”. Ahora entiendo porque Scott Fitzgerald decía que prefería las fiestas grandes, pues son íntimas, en cambio en las fiestas pequeñas no puedes tener un momento a solas. Nada es estéril, me susurraban los jadeos en el cuarto oscuro, de aquella espiga de dolor no sólo ha florecido el llanto también se han amasado estrellas, y aunque todo parece rojo, de roja sangre, rojo fuego, roja locura, roja desnudez, rojo infierno mis palabras, diamante en bruto, iluminan la noche, y nada me hace falta, porque nada es estéril, !vaya vida para ser libre y encadenarse a una cama con un desconocido!, sin importar que el diablo haya creado el décimo anillo del infierno en mi culo aquel martes de enero en que me diagnosticaron seropositivo. Lo bueno es que la fiesta continúa más allá de la medianoche, sin promesas ni apagones, con la lluvia cubriendo de rumores mis sueños, y los rayos iluminando mis ojos, qué bueno que ahora la música es un fantasma y mis gemidos no dejan oír mis gritos.

-Yo tengo más flores que la naturaleza misma, aunque...

Esta vez no puedo escapar, las puertas de la ciudad están cerradas y afuera sólo hay cenizas sobre las que crecen los rumores de las ambulancias


30 como sirenas que seducen a los alcohólicos, para devorarlos así como el mar devoró a Ulises, por eso me quedo adentro, donde los estrobos no presagian muerte adentro donde la locura es un trofeo, con la verga adentro, porque así aprendí a florecer, crucificado en los brazos de una draga, con la sangre en el rostro, con la herida en el alma, porque afuera hace frío, porque afuera los rumores del odio memorizan mi nombre, y cuando apago la luz ya no me da miedo terminar viejo y solo ahora me da miedo no llegar siquiera a viejo, es por todo eso que ahora pueden verme a gatas, buscando migajas de saliva en el piso, porque ya no tengo boca, porque ya no tengo labios, y los rumores de un beso me parecen ahora lejanos... Hace poco soñé con el beso de Rodin todo daba vueltas sobre aquella carne ausente de rojo por eso empecé a bailar frente a él como si estuviera sólo en mi habitación fluorescente, desnudo, lúbrico, quizá por eso el guardia de seguridad se acercó cuando hice un death drop pues no escuchó el disparo (nunca escuchan cuando una travesti muere) y entonces desperté porque ni siquiera la muerte es estéril… y el rumor de los orgasmos me recuerda ingrávido cuando me pongo los suspensorios


31 y salgo a llenarlo todo de rojo, y si bien conocer las leyes de la física no te hace inmune a la gravedad, tal vez cerrando los ojos y dando un salto de fe, con los audífonos a todo volumen, podamos romper algunas cuantas leyes sin remordimiento… hasta que llegue un policía, despertemos o lo estéril germine.


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Diego Medina (Violencia Parra o Elías Borderline, según su estado de ánimo), Poeta y activista LGBTTTIQ. Su poemario El llanto es un perro inmenso fue editado este 2020 por Vitrali Ediciones (México), también ha sido publicado en antologías como Poesía Trans No Binarie, de Puntos Suspensivos Ediciones (Argentina), MORFO, de Editorial Criptomórfica, su poemario Prometeo (México), ganó el segundo lugar del IX Concurso Internacional de Poesía Caminos de la Libertad, de igual manera recibió mención honorífica en el 6to Concurso Nacional de Ensayo Breve DIVERSIDAD SOMOS y ganó el Primer lugar en el Concurso de Poesía "Nadie hablará del SIDA cuando hayamos muerto", organizado por Inspira A.C.. Ha participado en el Festival de Poesía en Voz Alta, de Casa del Lago, UNAM. Actualmente coordina el Eslam Cuir de Poesía, el cual fundó junto a Editorial Vesonautas, así como el ciclo de poesía Prohibidos los rumores: Poesía en Voz Alta. También es maestro pokémon nivel 34 y un amante de la cultura pop y el nesquik de fresa


la otredad es una ilusión posmoderna Solo he visto un torpedo iba a 25 fotogramas por segundo la vileza resonaba en estéreo exudé miedo también por analógica Pensándolo bien jamás viví la E T E G U E R R A N R

VALERIA MENDOZA

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mis batallas fueron, a lo máximo, bióticas Aislándome pude conocer /internet bendito/ tácticas represivas iraníes, latinoamericanas el atisbo de un imperio donde el sur no cabe en ningún sentido el mutismo ¿Dónde se forma nuestro llanto legítimo?


34 ¿dónde se legitima nuestro llanto? viene desde fuera, justo a la derecha de la cicatriz del soldado malforme atrás de la bala imprevista contra la mujer de ideales años posteriores a una revolución convul - sa

Dolor es un cuerpo trasatlántico transfronterizo siempre más no la representación mental de manos clamando no esta mano.

allá


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linaje de la nada Situados frente a lo inminente con asombro exculpado vamos consensuando una línea del tiempo —primero el Pierolapithecus quizá luego el Pilobates— validamos el estadio teológico pues debió serle necesario al avistamiento fulmíneo En la calle una madre busca a su hija la dejaron caer desde un quinto piso las mismas personas que saben del Posclásico y se autodenominan omnívoros (un metro con sesenta más arriba de los descomponedores) El sujeto evolucionado no tiene a dónde asirse.


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contradefinición Fortuna del latín es Hegel diciendo que la historia cabe solo en su blanquitud un aborto clandestino Calderón libre como su partido 49 hombres muertos en Orlando Fortuna de “así lo quiso Dios” “Cuando te toca, ni aunque te quites” es una mano invisible porque nada importa que la canícula gestándose bajo las vísceras nos advierta, cara al espejo que todo podría ser diferente.


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onomástica I La historia le atribuye a mi nombre un valor valor de *valerious *Valeria: mujer valerosa, sana, nata prodigiosidad II Pero salí del cerbero, me jaló una partera que no inspiró a Sócrates ninguna pregunta mía ha postulado jamás verdad expiatoria Cer-be-ro: trisilábica triada (violencia, desigualdad e indiferencia cambian posición, se tornan categorías gramaticales varias)

III Violencia desigual e indiferente/ Violencia desigual desigualmente indiferente Desigualdad indiferente y violenta/ Desigualdad indiferente indiferentemente ¡V I O L E N T A! I

N N E N

O M

V G D T

N A

O R E R

O

T

Á A

A

O

V N

S

R

I D D O A

I O


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prácticas de la ternura Imagina pasar toda tu vida entre las moscas que nadan y el plumaje deshilado no aspirando a otra cosa que a un orificio picoteando el acero confiando que ahora no será inoxidable Imagina ser quien incuba la ameba que colonizará tu intestino que impondrá sus anclas a tu hemisferio izquierdo pero jamás tocará la coronaria porque podría ser un recordatorio de la gallina que nunca acariciaste.


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Valeria Mendoza (2000) es originaria de Tapachula, Chiapas. Pertenece al área de cuidado editorial de Ala Ediciones. Ha sido publicada, en los géneros de poesía y narrativa, en revistas impresas y digitales de México, Francia, Brasil y Argentina y en el libro Primera Antología de Narrativa Chiapaneca “Fulgor Púrpura”.


bitácora de lo animal 1988

Yuliana Ortiz Ruano

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Volveré a vislumbrar tu carne cuando volvamos a ser Pangea:

cientos de caballos del sur de América y otros millones de caballos mediterráneos negros con cuerdas adheridas a la tierra cruzarán el Atlántico caerán decenas de edificios el horror se infundirá como una mancha de sangre en mis pupilas tu continente y el mío serán uno solo nos amaremos en medio de la muerte entre cadáveres irreconocibles ya no tendrás más miedo de mi sangre y mis fluidos solo en medio del horror el amor es cierto veremos al sol mirarnos con tanta rabia y reiremos tendré ambas piernas rotas y tú una mano enorme y mecánica con la que me sostendrás en esos días infinitos que le quedan a Pangea repito: solo en medio del horror el amor es cierto.


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1990

Cargué con los hijos de la señorita di Giorgio por seis meses sobre mi grupa sin hallar respuesta alguna: Soy un caballo urbano, desciendo calles a toda prisa. Bebo cerveza en terrazas altas mientras cae el sol como una uva incendiada al pie del río. Soy un caballo urbano divina equinidad girando morbosamente entre la cocina y el comedor intentando olvidar tu nombre, afronto la noche como lo que soy: Un caballo que pone a hervir la sangre y las vísceras en cada movimiento. —Vinieron a avisarnos que un caballo hermoso ser a cuatro patas con cuernos de cristal último viajero del universo habitaría entre nosotros—

Quiero recordar cómo antes del amor transitaba mi sangre de qué color eran mis pulmones de niña en campo de guerra qué había bajo mi plexo antes de que durmiera en mi vientre tu sal sagrada por ello acudo al llamado de las flores cada una de mis patas sabía que era cierto que del cielo a toda prisa un rayo atravesaría mi cuerpo celestial

a dónde desembocará este río zoomorfo... a dónde.


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1991

Hemos perdido la cuenta de las veces que hemos tenido que recoger nuestros huesos en las aceras. Hemos perdido la cuenta de las veces que nos hemos comido mutuamente. Hemos digerido nuestras carnes y armado un banquete caníbal bajo la cama: Desde hace siglos este animal de cuatro patas y cuerpo exquisito acompaña mis días su trote sonoro percusión perteneciente al cielo azota mis sienes amor se esparce en la ciudad. No queremos salvarnos No queremos nada más que no sea un híbrido nuestro caminando con la herida abierta. Relinchando a todo pulmón frente a este cuerpo acuático donde se dibuja tu cara. Caballo tira pequeñas piedras que caen sobre tus ojos. Caballo pregunta por qué no nado alrededor de ti. Caballo es una bomba de tiempo. Imagino tu cuerpo erguido y tus lunares como pequeñas constelaciones adheridas a ti desde tu parto. Imagino tus pupilas como lagos islandeses donde cientos de perros y aves doradas se degüellan. Imagino tu melena como un campo de trigo intergaláctico capaz de calmar el hambre del pueblo que me habita. Incinerar mi cráneo no será suficiente. Dejar que caballo se coma mis ojos no será suficiente. Te miro en el río por última vez antes de ofrecerme a la faena y hacerme alimento de desahuciados que de súbito olvidan mi nombre.


43 Así de esa única manera caerá la amnesia anhelada sobre mis hombres huye.


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1992

Habías dicho que el ombligo es una isla en mitad del océano de piel tostada y cicatrizada por la arena y el sol/ Habías dicho que detrás de una sonrisa de dientes sanos también hay una espuma acumulada/ piel cubriendo una catástrofe aún no dicha/ por eso inexistente. / Nunca la boca ha dicho el deseo/ hablar es tejer agua sobre el vapor de los manglares/ hablar es atravesar el Guayas caminando de puntillas sobre un tenso hilo de nailon/ ¿Eso es hablar?/ Bajar la cabeza tras una/ boca que se abre dentro de otra boca/ en la que descansa un árbol de bocas sonriendo./ He soñado en un mar de dientes/ un plancton nadando entre tus dientes/ pequeños huesos con la particularidad del brillo/ Sonreír es hacer una isla de dientes en el globo de la cara/ al igual que pestañear/ una isla dentro de mi pared es un murciélago graznando su existencia he soñado con tus dientes un millón de sonrisas caninas gritando en motivo insular/ decir es hacerse isla/ por eso me como tu nombre/ antes de hacer de agua el espacio que me separa de tus dientes. Tus dientes se elevan en un rito sin nombre/ tus dientes vuelan alrededor de mi cara/ tus dientes completan un algo que tampoco sé decir/ porque es deseo. Una máquina que se mueve como una isla. Nunca he sentido más miedo/ que cuando llovió el dos de noviembre/ Limones/lista para sepultarse bajo una bóveda de agua/ y yo imaginaba el horror de no volver a ver tus dientes/ sobre la boca que no dice para no hacerse isla.


45 Nunca he sentido más miedo que en esa lluvia en Limones/ antes de San Martín. Levanté a mi madre que ya no lo era/ en la habitación: madre tía y hermana eran tres islas distantes/incomunicables entre sí. Yo elegí ser agua/ tierna agua niña de sal y arena/ capaz de acoger entre mis vientres a todas las mantarrayas del Pacífico Nunca sentí más gozo que cuando voló una mantarraya ante mis ojos caballo/ sobre un bote a punto de hundirse caballo/ y las mantarrayas bailando para mí/ bajo un sol de pronta lluvia. Caballo abrí la boca para recibirlos/ pero entró también un pez a comerse mi sangre/ a destrozar mi vesícula. Nunca sentí otra fiesta que la de ese vuelo de aves cartílago de nohumano primero/ mientras Limones quedaba cementada por el agua/ yo deseaba ver una vez más tus dientes/ debajo de la isla de tu rostro chico y extraño/ un mar de dientes comiendo otros dientes/ pero siempre desde tu boca/ de la sonrisa plateada/ de la imposible isla que no quiero/ debajo del techo tejo el mar necesario/ isla como la última letra de tu nombre:

Voy a subirme a todas las mesas para servirme de banquete propio.


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milnovescientosvioletaydos A mis padres

¿Cuando nos engendran automáticamente crece dentro de la nueva célula gestada la idea catastrófica de hogar deshabitado? ¿Cuándo se instaura en esa célula la idea divina de adherirse a otra célula? Empecé a crecer dentro de un vientre a rayas a partir de mil novecientos violeta y dos como quien planta un ciprés sin enterarse que es cierto que dicho árbol crecerá sin raíz adherido a una tierra irreconocible mil novecientos violeta y dos una herida púrpura un respiro que no llegó a gestarse. Ellos no sabían que la prolongación de su deseo duraría una eternidad que el horror como una sombra los acompañaría para siempre como un latido que se prolonga en un cuerpo a flor de necrosis atormentándolos. ¿Cómo era tu no rostro en mil novecientos ochenta y siempre, óscar? ¿Cuál fue la última palabra que se dijeron tus ellos antes de adherirte al planeta? Antes de plantarte para siempre al otro lado de ese océano que me destruye óscar


47 ese es tu nombre quiero dejar de ocultarte bajo el manto de la patraña de esta lengua quiero permitirme y sentirte cierto y existente fuera del territorio de este universo blanco de signos negros y titilantes. Quiero reinventar tu nombre y tu nacimiento que tu parto se convierta en mi día innombrable como la luz que vierte un ciervo al derrumbarse sobre un despeñadero sobre la peña de tu raíz. Tus ellos al igual que mis ellos no sabían que el deseo duraría tanto ¿dónde está nuestra prolongación, óscar? ¿En qué río divino reposan el látex y la orina derramada de mi vientre de caballo postadolescente enloquecido? ¿Por qué no inventamos un idioma que las piedras pudieran entender para salvarnos? ¿A dónde se van mis pieles privadas de tu huella digital sobre sus poros? Fuera de esta mentira aún somos ciertos.


48

anatomía de la obediencia Mi cuerpo no tiene respiro ni un solo espacio puede ser atravesado por un átomo de luz animal anatómicamente edificado para la esclavitud y el trabajo sin descanso tiran de mí diversas fuerzas todo tipo de fuerzas exteriores alienan mi carne la corroen pidiéndole a gritos siempre más y puedo dar más arrastro pesados cuerpos por la urbe mientras mi amo golpea mi lomo como millones de bocas reproduciéndose abriendo y cerrando sus fauces pero nada puede detener la velocidad de mi trote ra- pidez alejada de alegría velocidad que me esclaviza como un hámster a su pequeña rueda metálica todavía no he podido reconocer mi carne en los cuerpos que me reflejan solo veo un rostro imposible una silueta alargada ungulada que moviliza maderos con solo pestañear pero no he podido ver realmente el encierro de ese algo que me convierte en una máquina imparable mi cuerpo anatómicamente soldado para obedecer para caminar por las mismas calles llevando cadenas y maderos es ese algo efervescente e intangible para mí no me reconozco adquiero forma y vigor en tanto que otro descarga sobre mí su furia entonces se enciende la máquina: escucho el bramido de motores dentro escucho los silbatos dentro escucho sobre todo ese calor nuevo calor dentro escucho las tropas despertando dentro escucho los gritos dentro los siento organizarse sistemáticamente levantando estatuas dentro siento cómo caen las rocas cómo se levantan los edificios cómo detonan los edificios cómo nacen los soles detrás de los edificios detonados cómo los soles se vuelven libélulas detrás de los edificios detonados cómo le crecen extremidades humanas a los escombros de los edificios


49 mutilados cómo las manos rompen a los hombres que construyen otros edificios sobre los escombros de los edificios mutilados siento correr la sangre que se escapa de los cuerpos de los hombres destruidos por las manos nacidas de los escombros de los edificios mutilados escucho los gritos de los hombres huyendo a toda velocidad de las manos que se alargan hacia ellos desde los edificios mutilados cómo las manos destruyen las esculturas y los edificios levantados sobre los escombros que les han dado vida y movilidad finalmente, un silencio un vibrar silencioso un humo verde elevándose un sollozo sordo y verde elevándose dentro todo esto pasa en tanto que otros descargan sobre mi cuerpo su furia este cuerpo en donde estoy contenido no como en un estuche contenido en cada célula viva en cada fluido en cada exhalación y palpitar y que no puedo reconocer transforma automáticamente a los otros en mis dueños nadie puede verme como su igual puedo mirar hervir en sus pupilas el fuego la rabia bufando pido se me escuche como a las otras bestias se me dé un espacio de soledad y vacío como a las otras bestias se me permita elegir si quiero ser una bestia si quiero encadenarme tras los maderos como una bestia si quiero fingir que no siento nada más que sus órdenes para encenderme milenariamente para prenderme fuego milenariamente para inmolarme por dentro fuerte y rápidamente para hacerme hierro para tensarme como una placa de zinc milenariamente para doblarme de mil formas y figuras milenariamente para secarme por dentro y funcionar sin respiro sin tregua atrincherando mis sentidos cementando mis miedos y convertirme en un cañón listo para disparar a su antojo como una bestia milenaria bestia sin respiro milenaria bestia sin órganos edificando dentro bestia fugaz lista para ser digerida para siempre.

No existo: un caballo de ocho patas sube raptando mi nombre.


50

Yuliana Ortiz Ruano (Esmeraldas, 1992) Ha publicado dos libros de poesía: Sovoz (Hanan Harawi, Lima, Perú 2016) y Canciones desde el fin del mundo (Amauta&Yaguar, Buenos Aires, 2018 – Kikuyo Editorial, Quito 2020). Ha participado en festivales y encuentros literarios en Ecuador, Perú, Colombia, Argentina y Chile. Su trabajo ha obtenido premios como el primer lugar en el Concurso Nacional de Literatura, categoría poesía Libre Libro 2019, y Mención de honor en el concurso nacional Poesía en Paralelo 0 2017. Textos suyos aparecen en revistas y antologías digitales e impresas de México, Argentina, Ecuador, Colombia, Venezuela, España y Portugal. Es miembro de los grupos de investigación académica en artes: Trágico y tránsito (Filosofía) y Soltando la palabra, pedagogías subversivas en torno al pensamiento de Juan García (Literatura afrodescendiente y prácticas pedagógicas). Formó parte del grupo de investigadoras de Latinoamérica y el Caribe en el Mapeo de Feminismos Negros en Abya Yala, Re-existencia transfronteriza «entre aquí y allá». Actualmente investiga la exclusión cartográfica como potencia detonadora de procesos artísticos y lo poético en distintos registros literarios.


poemas intimistas

autorretrato

Nombrarme simplemente: Diez dedos en las manos, diez dedos en los pies. Con vergüenza, digo: Sin enmendaduras. Un cuerpo completo es demasiado cuerpo para un hombre de mi tiempo.

Santana GarCIa

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¿Cómo se nombra a un hombre de treinta y dos años con un hijo de cuatro? ¿Señor?, ¿joven?, ¿señorcito? Eso: Hombre de treinta y dos con un hijo de cuatro. Con todos sus dedos en todas sus manos, con todos sus dedos en todos sus pies (el hombre y el hijo).


52 Nombrarme también: El niño que tenía pesadillas y hoy ama la noche. El que perdió la cuenta de las casas donde ha vivido. El que se dejó las suelas lisas tantas veces caminando sin motivo solo para no sentirse solo y solo, para no sentirse solo solo. Desde el año 2010, la RAE sugiere que la palabra solo, tanto cuando es adverbio y equivale a solamente como cuando es adjetivo no debe llevar tilde según las reglas generales de acentuación. Desde entonces, sentirme solo solo es un acto del mayor tedio. Lo demás es anecdótico: He roto los vasos más preciados de la casa con mis manos torpes, con sus diez dedos torpes, el accidente es mi rutina. No sé abrir bien las bolsas de cereal. Bebí mucho café cuando era oficinista y ahora me provoca reflujo. Subo el volumen de mis audífonos al tope para hallar el silencio. A veces cubro los diez dedos de mis pies con calcetas impares. Huyo del dolor, como quien juega acecho nocturno en un campamento scout. Soy bueno en eso; los buenos a veces también pierden. Creo que las hormigas guardan un misterio indescifrable. Respeto a las flores como a ningún otro ser vivo. He pensado en dios algunas noches de mi vida, pero creo que él no ha pensado mucho en mí. Nombrarme simplemente: a través de lo omitido, de lo que no estaré listo para decir hasta que me falte un dedo.


53

:): "Los actos fallidos son actos que triunfan" Lacan

A veces al chatear cuando quiero mandar una carita feliz  me equivoco en el teclado y mando una carita triste  Entonces pienso en las formas de enmendar el error Si me apuro puedo anular el mensaje para todos y poner la carita feliz después del anuncio de (/)Este mensaje fue eliminado Puedo también dejar la cosa como está Escribir en seguida la carita feliz con un asterisco que indique mi corrección * En todo caso quedan cicatrices Vestigios en la conversación que mostrarán a la sonrisa como una máscara fracasando en encubrir el error (?) de la carita triste

Me pregunto cuántas veces me he traicionado de la misma forma en el mundo real Apurándome siempre a enmendar la curva ) ( En ocasiones actúo tarde y alcanzo apenas a borrar el mensaje para mí mismo Entonces todo mundo puede ver la carita triste menos yo.


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uróboros

La lluvia se decanta desde los labios del silencio Corre un viento proveniente de un norte muy distante

y desconocido]

Arrastra consigo lo terrible por eso también viene callando Si bien las matas de los árboles lo delatan porque tienen miedo y tiemblan oscilan entre delirios noctámbulos y la luz de las constelaciones] A lo lejos los relámpagos premonitores de tormenta quiebran el cielo nocturno en mil pedazos La noche está endeble

frágil

Aquí este corazón que no tiene tela dónde guardarse se me desgaja en el pecho Desde la garganta el abismo c a e hasta la boca del estómago

y me traga

como un agujero negro hambriento de soles [[[[[ Soy el uróboros devorándose a sí mismo porque no encontré refugio fuera de mi piel ]]]]]


55 Colapso en mi centro como habrá algún día de colapsar el universo Aunque desconozco en qué habré de resurgir porque ahora me ha tomado el viento entre sus fauces con rumbo a un sur todavía más extraño a un trópico todavía más callado Y me pregunto si las bestias que habrán de devorarme en aquella lejana noche] son acaso más horribles que aquellas de las que escapo


56

( )

Todo silencio lastima pero cada silencio hiere algo diferente Así como el silencio del gorrión lastima la belleza del rosal Como la sorda tersura del oleaje amortaja los ojos del almirante Y como el último repique de la campana deja hondas rasgaduras en el tiempo Hay en alguna parte un silencio aguardando por cada uno de nosotros Todo silencio lastima ( )

Todo silencio lastima ( )

Pero hay entre todos un silencio que mata oculto entre el párpado y el ( )j( )


57

reloj

Miro el reloj y mis ojos lazan el tiempo mientras esta prisa del minuto se vuelve insoportable Afuera los árboles de primavera y las bugambilias se han hartado de esperar y visten el invierno de colores Yo no tengo la fuerza de las flores Espero el movimiento de las sombras de la tarde Algún aliento en las paredes El centelleo de la primera luciérnaga Nada pasa Sólo cuando cierro los ojos camina el mundo


58

poemas concretos

letraedro


59

paranoia


60

radiografía del espíritu


61

timelapse de una idea


62

haikús y no-haikús

barrio

limosna

Disparo al cielo Las estrellas revientan Un niño duerme.

Mira la estatua con sus ojos de piedra al pordiosero.

padre ausente

Sobre su asiento devorando papitas semidesnudo.

tierra-patria

Terrible mano abre una nueva fosa un hijo entra

tierra-partía

Frontera abierta Las carnes corren frescas La bestia espera


63

lumus

Una lámpara en las manos de una niña replegando bestias

paz

En las manos de un niño los soldaditos de plástico ganarán la guerra

eject

Dos niños corren alejándose del cielo Cae el asteroide

otro cosmos

Sobre las ruinas de un manicomio construyen el próximo centro comercial

transeúntes

Somos tan solo sirenas amputadas sobre el asfalto.


64

epicedio anticipado Soy el cadáver que dejaron las hormigas Una huella de luz calcada en la acera Suciedad que borrará la lluvia mañana

si amanece / si llueve / a tiempo / para evitar / que brote una flor de mi carne


65

Santana García (Chiapas, México) Soy el eco de un aullido de mi madre sobre una cama de quirófano. Sé que dejé algo olvidado en algún lugar de la infancia y que algún día lo encontraré en un sitio donde ya había buscado antes. Alguna vez una abeja se sacrificó dejándome clavado su aguijón en mi piel; trato de honrar cada día su acto, a veces fallo. Amo la arena, los ruiseñores y los robles. Debo enseñarle pronto a volar papalotes a mi hijo. Tengo miedo de soñar con un dinosario, despertar y no encontrarlo allí.


ntuku’un in ¿Tsa´an ntìì? kachi, paa, ta sa´a tutsi ana. ¿Ñantaka’i savi Íín? ntakatu’un, ta suku kaxi in tutsi ña nii. Miki so’ó chaku tu´un yo’oku in, paa ntsa’ùn ichi koo kákaku, saa koi tu´un, ntuku´un in nikiku Kàkà. Kan’cha tu´unku ra yu´u chi’i yu’ú, koo ní’i, koo tu´un.

NADIA LOPEZ GARCIA

66


67

memoria ¿A qué huele la muerte? decías, mientras te hacías tristeza, padre. ¿Qué color tendrá la lluvia? preguntabas, mientras en tu garganta crujía una rabia ya antigua. Jamás en tus oídos retumbó la voz de tu primera raíz, porque fuiste camino no andado, pájaro sin voz, memoria hecha cal. Porque cortaron tu palabra y bajo tu lengua sembraron miedo, silencio.


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koi kukana Ntaá ña ka’un me ntuchinuu kunchee ra chaku- ka´vi ntìì. koi ká’an ntaa kachi nivi me tu´un tsaa titsi ùni kii isu. Na kuchaa so’o yó`ò káchi yùù kàkà ñuu ka’un koi ñaño ìì, tsa’ni mana kata tikoso ra mee kátsi tachi.

Kumi tu´un ìì sèè Ntuku nána: Koi kunana, ká’an. Koi kunana. Me yo’o nai me niì, me tu´un koi tsaa.


69

no estoy triste Mienten los que dicen que en mis ojos han leído la muerte. No hablan verdad los que aseguran que nuestra lengua morirá en tres días venado. Escucho el rumor de las piedras de cal y cantera de esta ciudad sin dioses, desvelo el canto de los grillos que no son y devoro el silencio del aire. Hay una súplica escondida que busca salir: No estoy triste, me repito. No estoy triste. Mientras mi raíz corra por mi sangre, mi lengua no morirá.


70

choko ncha’i Yu’ú íín nùù mee koi kunchee. Íín katsu nùù ra yu´u tu ´un. Koi ntuku’un ini tu ´un, kata ra yee ìì. Yu’ú nchá’i ichi iì ntuchinuu ra chikatu tu´unku. Koi ntuku’un ini nchanùù maa koi kunchee ntuchinuu si’i, koi tu´va nchii kuaku tuisiku. Koi ntuku’un ini saá me patsa´nu ra matsa´nu kachi kua’an ñu ´úku ra stuva tachi saa koi ntaka’an. Koi ntuku’un ini kukana ntí’o ñuu koi íín ntusu ra kù’ù kan’cha ra ntìì nikanchii. Mee mà’na choko ncha´i, káka ichi ntika ra kana yu’ú ñu´ú niì yava. Mee mà’na choko ncha´i, ntí’ì ñu´ú.


71

hormiga negra El miedo tiene rostros que aún no conocemos. Tiene maneras distintas de comernos la cara y la voz. Te hace olvidar palabras, voces y lugares sagrados. El miedo es un lodo seco que nos duele en los ojos y nos amarra la lengua. Te hace olvidar el llanto de las madres que no han vuelto a mirar los ojos de sus hijos, que todavía no encuentran dónde poner su dolor. Te hace olvidar la rabia de los abuelos que fueron despojados de sus tierras y derribados por el viento como pájaros sin memoria. Te hace olvidar la tristeza de todos los pueblos que fueron silenciados


72 y que fueron como hierba que se corta y muere al sol. He soñado hormigas negras, caminan en procesión y aúllan el miedo que siente la tierra por tanta sangre vertida. He soñado hormigas negras que presagian el final.


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Nadia López García (Oaxaca, 1992) Poeta mexicana, promotora cultural y tallerista. Ha participado en distintos recitales, talleres y festivales tanto en México, India, Colombia, Estados Unidos, Guatemala, España y Puerto Rico. Becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas del 2015 al 2017 en el área de poesía. Premio Cenzontle 2017, Premio Nacional de la Juventud 2018, Premio Ciudad de México 2019, Premio Antonio García Cubas 2020, Mención Honorífica por Tikuxi Kaa/ El Tren y Premio CaSa de Literatura para Niños 2020. Desde 2018 es miembro de Latin American Studies Association (LASA). Autora de los poemarios Ñu´ú Vixo /Tierra mojada, Pluralia Ediciones, 2018, Tikuxi Kaa/El Tren, Almadia, 2019 e Isu ichi / El camino del venado, UNAM, 2020. Su obra ha sido traducida al árabe, inglés, francés, bengalí, hindi y catalán.


la pérdida un sábado al mediodía en una piscina pública bañistas flotan y pedalean. un frisbee rojo sale de la nada. suena una bachata un ligero vapor se burla de todo y las cosas que se reflejan en el agua amagan con consumirse a sí mismas

Jonathan MaRIa Reyes

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75

en 5 minutos de ocio abro el gas, prendo la estufa, recaliento las sobras del almuerzo de ayer, espero apoyado sobre una ventana empañada siento la vibración del vidrio, la calle violentada por una fuerza superior. vuelvo a la cocina, siento el calor de la hornilla, una parte ajena a mí que hierve. limpio algunos platos acomodo la basura para sacarla, lo postergo. odio las manchas de semen en mi camisa. veo que en la tele sale una escena de la película the fly, la de Cronenberg. pienso en lo inútil del matamoscas subo la radio, percibo el mundo a través de la interferencia, regreso a la ventana, veo los edificios, el depósito de chatarra, los hoteles las oficinas encendiéndose; entreveo una máquina viviente y fría. me toco el rostro, siento las huellas del acné me siento en una silla coja, abro una lata de cerveza; prendo un fósforo por el simple hecho de ver el fuego. por un instante recuerdo con qué gracia los patos salvajes atraviesan el smog. aplasto la lata, y subo el volumen de la tele al máximo


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lapso en el barrio en la acera algunos vecinos juegan ping pong y comen pollo frito. el laundry está lleno de gente que vigila la rotación de las secadoras. extrañxs interactúan brevemente en gasolineras o en supermercados. a partir de medianoche la acera se vuelve una pista necia y resbalosa. el camión de basura inicia su recorrido se mete por doquier. las moscas parecen arder en el aire. un poco más tarde, la velocidad contra el objeto estático no significa un carajo


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1.8 hace mucho calor. en la tele transmiten una película de ninjas. pizza congelada gira dentro del viejo microondas saca chispas. no hay rutas de escape sí hay una escalera de incendios que a veces se traba. abajo hay un callejón rodeado por una cerca de alambre de púas el cual aún sujeta entre sus dientes metálicos esos restos del barrio que el mundo no quiso


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cerca del fin del año lavo la ropa, la dejo secando sobre el radiador salgo de mi apartamento esquivo las chispas que suelta el tendido eléctrico entro a un fast food pido cualquier combo me como solo las papitas cruzo la calle, paro en un party de marquesina me distraigo con las dunas de colillas en los ceniceros o con el confeti que se mueve en la brisa. a esta hora no hay nada que me quite el arrebato ni la sequedad y la piel en sí da comezón


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Jonatan María Reyes Nació en Santurce, Puerto Rico. Ha publicado los libros Data de otro ardor (Verbum, España, 2018), Databending (Barnacle, Argentina, 2019) y Lo común tambien cruje (La Impresora, 2020/Herring Publishers México, 2020). Es ganador del XI Premio Internacional de Poesía “Gastón Baquero”. Algunos de sus textos han sido traducidos al italiano, griego, inglés, francés y portugués. Es editor de la revista de poesía Low-fi ardentía.


poesía no consagrada volumen 2 se terminó de imprimir el 27 de septiembre de 2021 en los talleres de editorial granuja carretera silao - guanajuato, km. 5, silao, guanajuato el tiraje fue de 100 ejemplares el cuidado de la edición estuvo a cargo de andrés gómez

,


La revista Granuja publica el primer volumen del dossier de poesía no consagrada, enfocado a la creación poética. Este dispositivo tiene el objetivo de servir como puente lírico entre la obra de diez poetxs de distintos registros iberoamericanos y sus lectores. Las voces provenientes de México, Bolivia, Perú, Francia, Honduras, Puerto Rico, Ecuador, Brasil, E.u.a, Argentina, España y Chile, conforman un proyecto de mostrario que busca recopilar el trabajo poético actual de la poesía joven, sin el afán de crear un cánon, sino de ofrecer un espacio donde puedan convivir y nutrirse las realidades de la poesía actual, así como las inquietudes e inovaciones de una generación.


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