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REVISTA DE CREACIÓN ARTÍSTICA


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2 GRANUJA revista es una publicación intermitente de creación artística editada por jóvenes de sangre iberoamericana para su difusión y pronta degustación. DIRECCIÓN EDITORIAL Andrés Gómez Gabriela Pérez Ramírez PORTADA Y CONTRAPORTADA Leonardo Gómez @expired_98 CONTACTO [correo] granujarevista@gmail.com [facebook] Granuja revista [instagram] @gra_n_uja @gra_n_uja_editorial


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INDICE

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Andrea Núñez Q. TLP

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Antonio Lau Piña Como salir de la sequía viendo películas tristes Soma

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Esteban Lorenzo Poema sin rima Me deprime saber Nadie quiere escuchar tus poemas

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Pilar Sanjurjo Eterno retorno Viaje en tren

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Natalia de los Ríos Pelirroja del mar Debbie Saavedra 30 Rockefeller, NY Tania Márquez Aragón La niña Me voy Intermitencias

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Enrique Chocair Hoy no estoy en mis zapatos

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Alan Amado Lemus Cuando estaba en la escuela Melissa del mar Polifonía Tierramadre

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Andrea Núñez Q. Marea

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Omar Gutiérrez Sí, sí soy

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Valeria Mendoza Lenguaje

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J.R. Spinoza Guía para pasar desapercibido cuando se viaja por el tiempo Fathme Naneyda R. Impaciente Terminal Diego Armando Solis Odio

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Leonardo Gómez Autorretrato en encierro Oscar Páez Death on the road Yo mosca Ricardo Guzmán G. Sky Panero Cuartizados Colaboradores

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ANTONIO LAU PIÑA Como salir de la sequía viendo películas tristes Me gustan las películas tristes porque puedo llorar sin tener que explicar la razón de mi llanto, puedo hacerlo durante horas, o durante días y días sin detenerme y así cuando alguien me pregunte: “¿por qué lloras?” le pueda contestar justificadamente: “me acorde de una película triste que miré el otro día”, y entonces la charla se habrá terminado, no habrá una segunda o tercer pregunta de compromiso que tenga que ver con mi estado emocional, o con mi infancia, o con mi expareja, o con por qué llevo años sintiéndome tan vacío por dentro, no, no, podré evitarme todo eso, todo el incómodo protocolo; la verdad es, que las películas tristes me ayudan a llorar cuando no puedo hacerlo, cuando llevo meses sin derramar ni una sola lagrima, porque simplemente no puedo hacerlo, es como si mis lagrimales se hubiesen tapado justo como una alcantarilla repleta de basura y costras supurantes, eso hasta que de repente, una escena que me atraviesa desde el celuloide hasta el cerebro, revienta la presa de mis ojos,

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y lloro, lloro tanto como lo necesite, lo hago por placer, lo hago porque me apetece, lo hago tanto, tantísimo, hasta que me canso de ello… lo hago porque tal vez no vuelva a llorar en otros cinco o siete meses. Soma Imagínate que tienes una tableta una píldora una pastilla como le quieras decir, que se llama Alprozalam Clonazepam Diazepam es lo mismo, y esa tableta te hará feliz si la tomas dos veces al día, una en la mañana otra en la noche, pero nada más, no debes excederte, no vaya a ser que te pongas feliz más de la cuenta; yo quise serlo, así que me tomé ocho tabletas de dos gramos cada una que llevaban escrito: XANAX para no volver a sentir la tristeza dentro mío y ver si era cierto eso que uno se ponía feliz


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“más de la cuenta”, y casi lo logro en serio que casi lo logro pero el condenado enfermero me pudo revivir de la sobredosis.

ESTEBAN LORenzo Poema sin rima Esta rima no tiene poema, es más bien una aversión, un drama genérico desmenuzado que nunca llega al desenlace o equilibrio, esto es una higuera, una espada, un volcán, una boca, un buzón, un beso. Una canción sin graves ni agudos, una historieta sin nombres, una imagen sin fotografía, remitente sin destino que toma para no embriagarse y no volverse loco, remolino con colmillos para lanzarse directo al cuello, es una advertencia que se muere de angustia por no alcanzarte, por no encontrar tu fondo ni tus mercados, ni tus plazas públicas, ni tu escultura. Porque hoy yo quiero verte y morderte y tirarte después al río en un poema sin rima, sin firma, en una efervescencia mineral de soles y espejismos, en una alma tristemente amenazada, amalgama que no tiene jaula ni mente donde guardarte, que no tiene cajón ni librero para mandarte al fondo, para dejarte sola, para olvidarte en el polvo y te vayas pudriendo de a poco, hasta que mires tus raíces salir y entrar en tu boca, para estropearte el pelo y olvidar que tu cuerpo nunca llego a mi alcoba, ni a mis manos de alfarero. Recordar que tu fosforescencia nunca se vio en las noches, ni tus plazas públicas sobrepobladas me abrigaron, ni tus selvas se llenaron de misiles. Poema corazón roto, poema camisón sin horizonte y sin holguras, poema sin reservas y sin provisiones, sin prohibiciones de ninguna coma o tilde, perdido en el ocaso de pensarte o explorarnos, confundido en el dilema de quererte o de mandarte al diablo, hundido en el aroma de tu piel de flor de nube, perdido en el desierto de extrañarte, casi muerto, ahogado en llanto, con tu cuerpo hambriento y mi sed de hacerte daño, de tirarte al piso y pisotear tus ganas, de arrancarte el síndrome de araña.

Me deprime saber Me deprime saber que mis letras no llegarán a nadie, que en mis espasmos inoportunos de sapiencia se creará de viva voz algún poema idéntico a lo que imagino, -inoportuno, como suelo serlo-, alguna idea de la mente o del alma que sirva de remedio casero, que en su ignorancia brinde alivio, en su ignorancia deprima a otros,

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y que inspire a quién no sepa ver lo que el poema dice. Me deprime saber que mis letras no llegarán a nadie, que en mi soledad me quedaré sentado, con mi cuaderno a un lado y mi llanto mojándolo todo. Me deprime saber que mi madre no conozca lo que escribo, que mis hermanos no lo crean, que a mi novia no le guste que yo escriba para todos. Me entristece saber que mis letras se marchitan, que se secan como se seca lo que seca el viento, que se pudren como mi alma cuando nadie me está leyendo.

Nadie quiere escuchar tus poemas Atardece entre silencios, cantos de pájaros necios. Atardece y hay concierto, y el concierto es una atómica venganza del tiempo. La calle, sucia, llena de gente su pecho, llena de polvo su espalda. La gente trabaja y se extingue. Respirar no cuesta nada, cuestan la luz, la renta, la comida, cuesta cerrar una herida. Cuesta ganarse el dinero, cuesta luchar por los sueños. Cuesta la vida. Duele mirarse al espejo, ver cómo nos traga el tiempo, y todo gira de nuevo. Lees el diario, a diario, ves las noticias, y te importa un huevo. Sales de casa, platicas, te quejas, y nada de eso arreglas. Y así, todo va girando aquí en la tierra. Nadie quiere escuchar tus poemas.


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PILAR SANJURJO Eterno retorno

Burzaco, 28 de Julio de 2020. las orillas son indescifrables no sé si esté es el final o el punto de partida me obligaron a contemplar el azul del cielo besando el azul del mar hay tanto sexo en sus caricias quisiera unirme a ellos, morderle las estrellas tragar su agua salada cada ola es un paso más a mí mi cuerpo es invadido de a poco tengo los ojos abiertos tengo los pulmones entregados vinieron a buscarme ahora se apagan los rayos y las nubes se esfuerzan por montar la escenografía más cruel la más apropiada para los finales una espesa nube violácea me rellena el cuerpo de nostalgia y guata ahora que todo terminó las ráfagas me llevan, abro la boca soy un agujero negro, absorbo al viento, su acidez me electrifica la lengua la sobrecarga me hace implosionar quizás terminar es eso desaparecer después de tanta tensión


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Viaje en tren intento capturar la escena un huracán de humo y asbesto empuja las puertas del vagón el olor a comida envuelta en el óxido de las vías un tsunami golpea y golpea molinetes pero mis ojos son de plástico o es que este andén amnésico ya no ofrece ningún reparo para subsistir fuerzo mis retinas hasta freírlas dos huevos cocidos al sol buscan inútiles, una cara conocida niña vagabunda donde yacerás esta tarde qué comerá hoy ese anciano que ya no vende en este sitio y este banco de concreto hoy no será aguantadero de nadie la helada del amanecer no será garante de transacciones colores saturados ciegan mi visión planos superpuestos se enfrentan en un entramado de historias que se destejen hasta borrarse


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DEBBIE SAAVEDRA 30 Rockefeller, NY Había estado esperando con ansias un empleo como este por años. Después de terminar la escuela de negocios, jamás me imaginé intentando comenzar una carrera en la escritura de comedia. Había tomado el empleo en Nueva York sin pensar, la promesa de trabajar en 30 Rockefeller como contadora, luego asistente, y luego ¿escritora? Nunca tuve una oportunidad. Los días eran largos, pasados leyendo y clasificando, viendo por la ventana a los edificios al otro lado de la calle. ¿Eran diferentes a este? La emoción inicial de ver a las celebridades en los pasillos se volvió fría. Un momento vacío que me atormentaba. El primer sábado, me llamaron de regreso a la oficina en cuanto entré a mi habitación compartida. Un documento perdido o fuera de lugar. Caminando hacia la puerta de salida, vi a Tom, un favorito mío de un programa en vivo. Al caminar a un lado, intenté captar su atención y sonreír. Pasó a mi lado, inexistente, sus ojos viendo el suelo y su boca una línea dura y firme. Cada encuentro era el mismo, la piedra fría de la decepción y la vergüenza enterrada en lo profundo de mi estómago. ¿Cómo podía ser tan ingenua? Yo sólo existo como un animal en esta ciudad, no camino en la calle de noche por esa sensación. Camino y los edificios caen, lanzando su sombra hasta en la noche. No quiero ver qué acecha ahí, pero lo sé y los huelo, pútridos y moribundos. Veo la córnea de sus ojos en la oscuridad y sus dientes brillantes. Desde 30 Rock y a casa, no hay nada para mí ahí afuera. Pero ayer fue diferente. Sábado de nuevo, demasiados documentos sin clasificar y yo soy la persona más baja en la escalera. Salí tarde, temblando y viendo detrás de mi hombro. ¿Viendo qué? Pensando, sobre qué habría para cenar, si no me daba prisa a esta hora, probablemente sería yo. Sonreí por este pensamiento extraño. ― ¿Qué es tan gracioso? ―recargado en una pared en la plaza está Tom, sonriendo. Sacudo mi cabeza y el peso de la piedra ha vuelto, pero mis dedos hormiguean, como si hubiera tocado los cables de electricidad por encima de él. ―Trabajas aquí, ¿verdad? ―sigue sonriendo, sus dientes están ligeramente ladeados. Encantador. Asiento y se para recto, ya no confiado, nervioso, apenado. ―Camino contigo, ¿a dónde vas? ―Sólo a Wal-Mart. ―No sé si tenemos eso en Nueva York, pero sé de algo similar. ¿Está bien? ―está sonriendo nuevamente, y sus ojos se ven brillantes y enormes. Encantador. Caminamos en silencio, me siento rígida. Pie izquierdo, pie derecho. Pie izquierdo, pie derecho. Las sombras crecen y caen, la ciudad las respira. Las ratas corren y se las llevan a lo largo de la calle, por lo menos espero que sean ratas. Una lámpara a la distancia parpadea. ―Qué miedo, ¿no? ―extiende los brazos, como Frankenstein en las películas y resoplo con risa mientras él se ríe fuertemente de su propia imitación.


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Entramos a la tienda, las luces neón y débiles, emitiendo un resplandor morado. Mi piel hormiguea y mi corazón late más fuerte. ¿Por qué sigue aquí? Un cajero aburrido escribe en su celular mientras dos hombres hablan fuertemente en coreano en alguno de los pasillos. ―Oye, ¿puedo esperar aquí? ―Tom señala una pequeña banca de concreto cerca de la entrada. Me encojo de hombros. Espero que se aburra y se irá. ―Super, prometo que no me iré. Compro lo más lento posible, me estremezco cuando recuerdo, él está en el show en vivo de esa noche. El show en vivo que están pasando en la televisión en ese momento. Los dos hombres han dejado de hablar. Dejo mi carro de compras en medio del pasillo. Sigue sentado cerca de la entrada de la tienda. Mi piel pica incómodamente cuando me acerco a él. ―Me tengo que ir… ―comienzo a decir. ―Aw, ¿por qué? ―está sonriendo nuevamente. Sus dientes están ligeramente ladeados y muy blancos. Sus ojos son brillantes y enormes. Parece que saldrán de sus cuencas. ― ¿Es por algo que dije? ―pregunta y extiende su mano para tocar mi brazo, cuidadosamente y pesaroso. Es atractivo y encantador nuevamente, cuando levanta sus cejas y ve profundamente en mis ojos. Estoy paralizada, y mi respiración sale corta y estoy rígida. Tú sabes cómo despertar de un sueño, sólo mueve tu mano. Mi mano se mueve, pero sigue ahí. Ahora mueve tu otra mano, ahora tu pie. ― ¿Qué haces? ― ¿Es por algo que dije? Su boca gira hacia arriba, en una parodia de una sonrisa, su labio inferior tiembla y su vuelve azul, negro. El olor pútrido golpea mi nariz y siento arcadas de vomito inmediatamente sus ojos son muy blancos cuando giran en sus cuencas y sus cejas se alzan hasta desaparecer, los huesos de su rostro resuenan cuando desencaja su mandíbula sus dientes son tan blancos. ― ¿Es por algo que dije? ―su risita resuena profundo en su estómago y me atraviesa y la siento hasta en mis pies. Abro la boca. Tú sabes cómo despertar de un sueño, sólo mueve tus manos y tus pies sólo mueve tus manos y tus pies sólo mueve tus manos y tus pies sólo mueve tus manos y tus pies sólo cierra los ojos y mueve tus manos y tus pies recuerdas esa vez sólo moviste tus manos y tus pies. Nunca lo veo moverse, un borbotón de sangre, ¿esa es mi nariz? Una risa histérica se mueve a través de mí y nunca siento la segunda vez cuando devora mi cabeza.

TANIA MÁRQUEZ ARAGÓN La niña Era de noche casi siempre ¿Qué pasará cuando desaparezca? ¿y si mi pensamiento queda flotando en este cuarto oscuro? La muerte es una lámpara que se apaga.

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Cuando era niña pensaba en esa vieja que conocí al nacer sentía miedo al pensarla, sentía muerte al pensarla ¿Una niña puede decidir pensar en la muerte? ¿Son recuerdos de otros tiempos? Cuando era niña pensaba en la muerte la muerte es miedo salir corriendo, gritar ¡No me lleves! rechinar de dientes. Cuando era niña decidí morir sin saberlo reconocerme en esa vieja ahora su rostro ha cambiado, ya no lo conozco es azul y furioso, puede ser una semilla o un feto puede ser blanca como vapor en medio de la neblina u oscura como el hombre. No sé cómo es su rostro y sé que es todos a la vez pero ya no le tengo miedo a la muerte sino a todo lo demás.

Me voy He decidido partir esta ciudad me enferma ando con la piel volteada los nervios expuestos los músculos rasgados por el frío soy una isla perdida de la ruta, desprendida condenada a no salir de mí. No soy una mujer para casarse en mis venas circula aire y agua salada sufro la impotencia de una sola voz los tres tiempos se unen en mí soy encuentro y despedida disuelta en los caminos imantada por el cielo y repelida por la gravedad


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totalmente fragmentada mi sangre danza a contratiempo en mi vientre intermitentemente nace un niño, muere, nace, muere, nace, muere Si tuviera un hijo, yo sería el padre. He decido partir me alejo, no me pierdo me sumerjo, no me hundo desaparezco de la vista, no del tacto no sé qué decir, lo intuyo Invento lo que deseo. Intermitencias Me besas una oreja mientras en la pantalla otro atentado alegra a los demonios/un niño sucio se acerca a ofrecernos chicles/la sensación de haber oído tu lengua/a paso veloz nos convertimos en estadística/tú de violencia yo de soledad/ayer mataron a nueve en la carretera/la probabilidad nos acecha/a tus dedos erectos no les importa/despiertan mi piel entristecida/mi alma es ninfómana/el tiempo aprieta las piernas/se deshace el espiral de la cadera/la noche está llena de ojos/miradas que me hojean/tus cuencas se llenan de estrellas/trotamoroso extraviado/no es el reflejo lo que se desvanece, somos nosotros/ las despedidas son regresos/pide la cuenta/check out 12:30/ another man will sing my mouth/¿por dónde sangra el ritmo?/¿sientes tiritar el pensamiento?/fusílame el alma al cerrar la puerta/donde ¡ay dolor! hay amor/dejaste palabras enredadas en la cama/en el fregadero/entre los ladrillos/detrás del espejo/letra a letra/quebradas como patas de arañas/nunca se terminan /¿sobre qué cuerpo está tu cuerpo real?/lo sentimos, no sirve su pasaporte para salir del infierno/le recomendamos la bestia/la prostitución/ el suicidio/huye/hasta tu sombra se cansó de seguirte/miro en el periódico mi/tu/nuestro rostro desaparecido/pobre de la madre/estamos dolorosamente conectadas/nacen para marchitarse/alguien cantó/fue mi único alimento a puño y letra/la noche sale de mí/si han amado, me entenderán.

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ENRIQUE CHOCAIR Hoy no estoy en mis zapatos salieron a dar una vuelta dejaron postales bajo la almohada el ganges invita a renacer por 14 dólares la hora en la puerta del refrigerador una sabana de áfrica arde las sonrisas de las hienas también en el espejo la isla del tiburón muestra un niño con sus dientes convence a las mordidas solares las cenizas ya no se queman detrás del escusado una metrópoli que desconozco pero sueño desaparezco en su tizne sobre la estufa dejaron varias tarjetas no las pude recuperar no dijeron cuándo volvían tampoco que la vuelta


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ALAN AMADO LEMUS Cuando estaba en la escuela un profesor furioso me dijo: “Niño ignorante, en esa plaza se hizo historia”. Y me mostró una fotografía de hermosos jóvenes alzando banderas y chorreando sangre. Pero, desde entonces, cada vez que paso por ahí, y veo el suelo, los muros, las ventanas y los aparadores, podría jurar que todo sigue limpio.

MELISSA DEL MAR Polifonía Fragmentada entre los náufragos de tus horas vagabunda cruzas el viento, libre y sin temor transitas el tiempo arena, en tu hoy actuar, remanso ya de lo pasado. Tus paredes se deslavarán entre las sinalefas que se yerguen verdes. Y los rostros de las estatuas serán todos los de la paz personificada. Algún día los muros de la cofradía caerán estruendosos, sin reconocer diferencias entre lo que (ya no) dividen. En tu andar cotidiano hermanándote vas con todas las muertes, con los cuerpos rotos, sin nombre, con los cuerpos ausentes, de siempre. Y tú sigues en una duermevela desconocida, buscando el silencio que permita escuchar todos los vocablos enardecidos. Que rebeldes, tendrán nuevas melodías. Y es que cantarán con una lengua otra

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aquellas almas que, como tú, también morirán gritando para que ya ninguna voz sea inaudible. Tu batalla es la de todos y tu causa enredada en un enjambre de sueños que no despiertan, es por la que somos.

Me rehúso a encontrar tu lucha como una ajena a la mía. pues se alzan tuyas y nuestras sin dejar de ser ninguna. Duerme sabiendo que tus palabras tienen eco en mis huesos que se deshacen ante esta rabia que se acumula. Y en este ser sin sentido que venimos construyendo por nuestro cantar variopinto, le recuerdo feroz al que fallidamente te ha intentado callar: En esta canción que todos componemos, para que una voz suene, tienen que hacerlo todas. tierramadre Entre el cobijo algodón que es tu voz, encuentro lo que me hicieron olvidar. Veo en tus remansos, brotar el fruto en donde me vivo con el miedo único de no encontrar sino tu silencio. Me sé en tu mirada, fractal en donde existen nuestros entramados, que saben cómo las raíces tuyas y mías


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se trenzan en donde el tiempo no pasa. Ahí en donde puedo ser tú al mismo tiempo que tú eres. Tu tallo es el pecho en el que lato, palpito al ritmo de las voces nuestras. Te vuelves el espacio sacro en donde la muerte se desvanece florida; y a pesar de todo estás, con tu calma que es marea, calmarea, que todo lo regresa como recuerdos de agua tibia. Tu tronco fragmentado en quienes te somos irradia sueños nutridos y nos crecemos entre tus palabras, pronunciadas desde el calor que fluye por tu palma que nos entreteje.

Semilla somos una, nacida de ti.

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OMAR GUTIERREZ Sí, si soy Soy puto, abanico cada trino de las golondrinas, el viento de los campos y las bocas de los hombres que soplan mis espaldas con gemidos calientes soy puto, los dioses reventaron mi piel de amor por la lluvia y las flores y los labios sin saber que las pasiones de los putos son tormentas que se corren de verdad hasta cagar la última gota de luz en la oscuridad de la tierra muero, con el arcoíris que desvanece sus hilos en el gris tejido del día y vuelvo a nacer bajo el abrazo sincero que la Luna regala a sus hijas soy puto, fuente incesante aborigen de aguas primitivo ojo acuático donde los lobos lavan el cuerpo y los sexos magentas de las fieras tienen un reconocido recinto de mieles soy puto, mis venas son un ramo de anzuelos para cazar tiburones que nazcan en las charcas de verano tan solo porque ellos quieran ser domados soy puto, la noche en que fui concebido la vela encendida llevó plegarias a la torcida mancha de alegre bacanal al que llamamos cielo y un San Sebastián de alabanzas cubierto vació su semilla a la raíz vertebrada de mi rosado embrión soy puto, llevo por corona el cempazúchitl

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que aroma Stonewall, Lucumberri, Atenas y el mar de bruma que conduce a Lesbos soy puto, mis tacones acarician la barbilla de quien iza mis piernas como bandera victoriosa soy puto, porque mi nombre quedó tallado en el dedo corazón de la estatua de Zeus y fue ella, quien me dijo que Sodoma y Gomorra eran cenizas de un cuento de espantos para niños de cera soy puto, mi alma de reina lleva el cascabel de la raza de serpientes a donde el sonido enrolla la caricia para enviarla por mar a las playas desnudas soy puto, el gasto funerario de quien muere por ser como yo no corre por cuenta de quien ríe, chifla o grita en las calles por serle abominable lo que a solas le resulta tan ameno vamos, palabras más o menos soy puto y la cuenta de quien sale de su cueva imaginaria corre por mis versos que retienen en sus letras los luceros de la noche.

VALERIA MENDOZA Lenguaje Alejen ya sus descubrimientos científicos/tecnológicos filosóficos/metafísicos no quiero escuchar más de la amígdala y sus funciones en un simposio de tres horas mientras la vecina muere por falta de oxígeno


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mientras la mosca pudre el plátano de la última cena y una madre llora tras bambalinas del enésimo reportaje sobre Ayotzinapa estoy cansada de pensar el dolor sin sentirlo estoy ahogada de palabras —¿y las lágrimas?— estoy en una ausencia corpórea preparando mi alma para la indiferencia y no para trascender como Platón creía sigo estando en las mismas ahora mismo ya desenredo el acero que me tenía cautiva en las palabras voy escapando de la academia de los poetas del lengu

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J.R. SPINOZA Guía para pasar desapercibido cuando se viaja por el tiempo Desde el año 3026 los viajes en el tiempo son posibles. Posibles si…pero costosos. Un viaje al río Futaleufú en el verano de 1993 para navegar en kayak y beber de sus deliciosas aguas cristalinas cuesta aproximadamente setenta mil euros. Ir al festival Woodstock de 1969, para escuchar a Santana y Jimi Hendrix vale entre sesenta y sesenta y cinco mil euros. La agencia TimeExpress acaba de sacar un viaje a la Deutsche Nationalbibliothek de 1983, para escuchar de viva voz a Michael Ende leer su mayor obra: La historia Interminable. El paseo cuesta ochenta mil euros. Dinero que por supuesto no tengo. Afortunadamente siempre está la piratería. Ahora, existen reglas para viajar en el tiempo. La primera y más importante es no decir que vienes de otra época. La segunda es no revelar información del futuro. La tercera es evitar contacto directo con personajes históricos. No charlar con Cristóbal Colón, Sócrates o Jesucristo, por citar ejemplos. Hay un libro como de cincuenta o sesenta reglas, los artículos


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que puedes traer del pasado, las vacunas que debes tener para visitar tal o cual época, no se quiere causar una pandemia que cambie por completo la historia, por lo menos no desde el incidente con los ratones en Europa. Si alguien llegase a romper una de las reglas anteriores los hombres de gris vendrían por él. La policía el tiempo. Quiénes se encargan de mantener el orden cronológico. Ellos detectan las aberraciones de tiempo y dependiendo de la gravedad del crimen puedes ser multado, encarcelado, asesinado o desvanecido. Se creía que la peor manera de morir era ahogado, hasta que descubrieron que podían matar a alguien a los pocos días de nacido. La persona a quien le aplican este castigo se va difuminando mientras grita en agonía hasta que desaparece. ¿Han escuchado la frase: lo barato sale caro?, pues era precisamente lo que sucedió. Se suponía que estaría en la Alemania de 1983, pocos años antes de la caída del muro de Berlín. El turco que me vendió los boletos me lo había jurado por su madre. ¡Qué poca madre debía de tener! Apenas escuché disparos me tiré al suelo. Rodé hasta una de las trincheras más cercanas. Al levantar la vista pude ver una bala grande y lenta. Comparadas con las armas del siglo XXXI las armas del siglo XX parecían tan arcaicas. Pero sabía bien que no debía confiarme. Una bala de esas, en un punto vital podría causarme la muerte. Los soldados se acercaban a mí. Vestían con mascarilla en el rostro. Una delgada gabardina color verde oscuro. Botas militares. Cada uno portaba un largo fúsil con bayoneta en la punta. Saqué mis píldoras, repasé los colores, azul para inglés, rojo para español…la de alemán es de color amarillo. La meto a mi boca y trago. —¡Identifíquese! ―me ordena uno de los oficiales. Tras la máscara su voz se escucha menos humana. —¡Soy alemán!, soy alemán. El hombre se descubrió el rostro. Era caucásico, de ojos azules, mandíbula cuadrada y una cicatriz en la mejilla. Si podía hacer que confiara en mí y lograr llegar a algún lugar a descansar. Sólo debía mantenerme a salvo veinticuatro horas, el tiempo que tenía el cronómetro de mi cinturón. Después de ese tiempo regresaría automáticamente a mi época. —¿Qué está haciendo aquí? —¿Dónde estamos? —En la frontera con Francia, estás en la guerra mundial chico. —¿La primera o la segunda? Vi a lo lejos a un par de hombres vestidos de gris. Y sentí como cada célula de mi cuerpo explotaba. Cerré los ojos y lancé un aullido con todas mis fuerzas. Pude escuchar disparos, pero no los sentí. Con la piel ardiendo y los ojos perforados por mil agujas, con la nariz en llamas. ¿Qué eran unos arcaicos disparos de fusiles? Pensé en mamá. En la única vez que fui a la playa. Una tarde lluviosa leyendo, con las orejas rojas y los brazos entumidos.


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FATHME NANEYDA RONCAL Inpaciente terminal Hasta hoy todo está mal, cada vez peor. La enfermedad corre con prisa entre mi sangre, mientras se apura más lenta me vuelvo yo, más lánguida queda mi mente, vacíos insoportables, palidez atemporal que suspende mi psique entre la confusa neblina, la voluntad es estéril en este desierto, mañana es siempre tarde, para recuperarme o para abandonarme. Solo queda odio, mucho odio y dolor sin fuente, sencillamente existe ahí perenne. Estoy ciega hasta el fondo, inútiles mis impulsos, sorda mi mente a sí misma, mi voz no sirve de nada, solo son sollozos secos. La violencia estática de esta tortura acabará por reventar mi cabeza, estallaran mis ideas, mis razones y mis sufrimientos, salpicando en sangre mi almohada, nada más que trozos purulentos de amargura y padecimiento chorrearan por las paredes detrás de mí, mis rodillas caerán por última vez al suelo, reventando en carne y huesos astillando mis pies, ya no quiero más esta vida inútil y consumista de agua, aire y esperanza. Todo está enfermo, todo ya se pudrió por dentro, estoy muerta hace mucho, he pasado los últimos años descansando, pero no en paz, nunca fue en paz. Descansé sobre agujas y cuchillas, sobre lamentaciones y heridas, este es el infierno. Bienvenido seas dolor; es hora de sentir el vacío de la existencia el sinsentido del ser.

DIEGO ARMANDO SOLÍS Odio Odio a quienes creen que están haciendo más cuando están haciendo menos, odio las metrópolis, los diluvios, los sobornos, odio que la muerte sea tan consciente en mí, odio la lucidez, los semáforos rojos, odio no poder volar, odio tenerte leyendo esto, odio mis recuerdos yo también y tampoco puedo escabullirme de ellos. Odio despertar temprano / odio no poder dormir odio mis presentimientos, el tabaco, lo que dije, odio los libros de superación personal, los talleres de poesía, la sinergia: lo que nunca supe aprovechar. Odio que el mañana no exista y haberme enterado tan tarde.

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OSCAR PAEZ Death on the road Salimos de prisa para no levantar sospechas por una carretera libre que llevaba a la ciudad de México. Íbamos a más de cincuenta kilómetros por hora, levantando cerros de humo. Era septiembre de 1966 En la cajuela llevábamos el estuche de una Gibson j-160 con los restos de Paúl y unos periódicos con nuestros rostros —Se buscan vivos o muertos— A lo lejos los disparos de la noche nos anunciaban que el día estaba por nacer. El eco de los grillos distorsionaba el nirvana que se nos había sido revelado por las enseñanzas de Buda. La madrugada se iba disolviendo entre los charcos de lodo. Buda meditaba sobre en el ombligo de un loto, mientras John Lennon fumaba de mi Hachís, hablaba de la paz y la disolución de la guerra, yo imaginaba nuestra muerte, podía sentir el plomo perforando nuestra carne, oler la pólvora de las cientos de balas que entraban en nuestra madriguera de tendones, escuchaba nuestros huesos crujiendo, mientras sonaba en el Stéreo You Really Got Me De los The Kinks. Ante nosotros se perdían las fronteras, los aplausos y gritos de una nación que nos amaba. John reía como si toda la vida hubiera esperado este momento, disfrutaba ver a los leones de la noche destripar a las estrellas, mientras el Cadillac se perdía entre la cortinas de polvo.

Yo Mosca Una mosca sobre mi móvil. Marcó al novecientos once, papá está del otro lado sobre la frontera de la pantalla

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saludando con cara de asombro. Papá no reconoce que su hijo tiene el mal hábito de buscar su comida en los botes de basura. Las alas son incómodas para cambiarse, crujen como chicharrón de mercado, por eso ando desnudo sobre las caras de los transeúntes.

RICARDO GUZMAN GARCIA Sky Medio día del cielo la nueva señal nos trajo la respuesta a todas las desgracias. Como milagro era un show de segundos donde: «dicen que llueve por nosotros» de niña creía. En los ángeles trapeando y que sólo podremos ser felices si como el cielo huele a clorox aquí abajo y las nenas más blancas bailan. Y cree tú si la virgen del cuadro salió del marco para bailar con el vecino. Y en su cumbia volaban rosas blancas. Y yo bailo Y no soy blanca ni llueve. Y dime, pá: ¿Ya todo huele a rosas?


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Panero Me destruyo para saber que soy yo [y no todos ellos… Cuando yo llegué era el fin de otro siglo como el Señor no había descendido a la ofrenda para él se la dieron a las ratas y no comulgué. Acabé vuelto una ofrenda de minutos frente a la farsa del signo donde se cruzan dos trazos por piedad. A él lo conocí quebrado en una silla tras rejas, en el Palacio Ducal de Gandía donde llegué una vida tarde con mi ofrenda. Ahí un circo le dio la palabra y babeándolas todas, tornó una dualidad en gama para la burla de todos. Y yo supe, pastor del excremento; no hay cómo pagarle con sonrisa al vencedor «vencedor de la piedra desnuda» del mito que no ha muerto y tiene nombre «que amenaza al Hombre» y es palabra por la palabra. Y por ella lo macabro se hizo burla; él era un bufón: sepultando el terror infantil. Inverso del rey esa tortura o placer que no se entiende, y no temí. Y ven por piedad lo hice dios del camino roto de límite la luz que tanto nos oculta. Y ven puede que

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«donde aún se esconde la vida» a cobijo de sombras nos ampare.

Cuartizados Y resulta que la sangre no era aquel no fue disparo no sirenas. y escucho: “se atornillaban las piernas. se parchaban los huecos y los trozos se articulan”. Que las fosas son escondites, gomitas los ojos del niño. El miedo farsa, la metralla, de fiesta. Los dedos se atornillan. Y los que eran torsos (me) saludan mira, ¡hay casquillos souvenir! en la banqueta roja donde vuelves sin tus partes desarmadas. Ahora de amor las pústulas de las carnes en el predio. La vulva en flor entre las matas, de risa su mueca en el baldío. Sólo pose para foto. Souvenir.


REVISTA DE CREACIÓN ARTÍSTICA

Esteban Lorenzo Contreras (Perote, Veracruz, México, 1992). Ha incursionado en el mundo de la poesía desde hace un par de años. “Sopa de Letras”, fue el poema con el que ingresó a la escena de la creación. “Tengo miedo de perderte”, “Vencedora”, fueron consecuencia de experiencias desafortunadas en el amplio mundo del amor; más bien, desamor. Escritor independiente, con un título de ingeniería, transeúnte, ex estudiante de la SOGEM en Xalapa, Veracruz, viene a romper con el paradigma, y ha optado por llegar a tocar los corazones de las personas por medio del campo florido del verso y la prosa poéticos, combinándolo con sus historias.

COLABORADORES

Tania Márquez Aragón (1990) estudió Lenguas Modernas en la Universidad Autónoma de Puebla, México, donde también trabajó en proyectos de investigación de Lingüística Cognitiva e Interculturalidad en la enseñanza de lenguas. Posteriormente, cursó el taller de escritura en la casa del Caballero Águila de la Universidad de las Américas. Fue becaria en el Festival Interfaz ISSSTE-Cultura en la categoría de Poesía (Oaxaca, 2015). Ha colaborado en las antologías poéticas El lugar donde ocurrió la huida, Antilogía (Editorial Tiempo-que-resta, 2016) e Interfaz: Antología 2014-2018 (Editorial Circulo de Poesía, 2019), así como en la revista Circulo de Poesía donde también ha colaborado como traductora. Actualmente Tania coordina un taller de escritura creativa, que ha sido impartido en comunidades en Oaxaca, Morelos, Puebla, Guerrero y Veracruz y Guatemala. Antonio Lau Piña (Guamuchil, Sinaloa, México, 1997). Licenciado en Relaciones Internacionales. Actualmente reside en la mera Tijuas, Baja Califas. Es director editorial de la revista El Morador del Umbral. En 2020 publicó su poemario Poemalos con Formalina, en ediciones Awita de Chale. También en 2020 resultó ganador del tercer lugar del concurso Poesía desde la Ventana, realizado por el municipio de Tijuana, B.C. En 2019 fue seleccionado para la antología poética Poetas a la Intemperie II de la editorial Lectio, en proceso de edición y publicación. Ha colaborado con poesía en diversas revistas online e impresas. Es escritor a medio tiempo, la otra mitad del tiempo debe de estar demasiado ocupado haciendo absolutamente nada. Considerado por muchos como el peor anarquista de la historia.

Óscar Páez (Huatusco, Veracruz, México, 1993). Actualmente radica en el puerto de Acapulco. Autor del libro Los Castigados, escribe ensayo, texto poético y minificción, sus textos aparecen en las antologías Cama, versos y café, Relatos de la cuarentena editado por la casa del libro universitario UANL y la antología de Minificion de Rockabilly editada por la editorial La tinta del silencio. Es compilador de la antología Flores De Vacío. Colaborador de las revistas digitales Poetómanos, Golfa, Revista Tlacuache, ADN Cultura, Los Nahuales, Engarce, Polisemia, Literaturalmente, Himen, Campos de plumas, Revista Primera Página, el periódico La jiribilla de Xalapa Veracruz. Consejero de redes del Periódico Poético de Tecpán. El 2 de marzo fue reconocido por la SOCIEDAD DE GEOGRAFÍA, HISTORIA, ESTADÍSTICA Y LITERATURA DEL ESTADO DE A. C. De TLAXCALA. Por su labor a la difusión cultural y literaria en la coordinación del evento “todas las plumas en un mar de poesías”, llevado acabo en el puerto de Acapulco del año 2019. Participo en la lectura poética del ticui en Atoyac en la lll semana Alvarista . Locutor del programa tu lado positivo por una corta temporada. Tallerista del taller de escritura terapéutica, a través de la creación literaria. Experto en redes sociales por Nafinza. Estudio creación del texto poético con el poeta Ángel Vargas, Ensayo con Laury García Dueñas, literatura con el escritor Edgar Pérez y Dramaturgia con Mirian Orva en el taller de estudios literarios RED DE LETRAS ACAPULCO 2019 Y EL TALLER DE ANÁLISIS Y CORRECCIÓN DE TEXTO POÉTICO CON EL POETA, JORGE HUMBERTO CHÁVEZ

Fathme Naneyda Roncal Michel (Potosí, Bolivia). Interpeladora y disconforme, inspirada en la muerte, la vida y el dolor que implican, diligente en corrientes ocultistas y contestatarias. Curiosa, amiga influyente de alimañas y animales. Granuja novata de tercer mundo.

Diego Armando Solis (Guanajuato, México, 1998). Estudiante de la licenciatura en letras españolas de la Universidad de Guanajuato. Ha participado en diversas revistas electrónicas y físicas, tales como Anomalía, Golfa, La Piraña y CantaLetras. Aparece en el muestrario poético “Las avenidas del cielo” (UAA Y UG) y fue seleccionado, en 2017, como seminarista en el Fondo para las letras Guanajuatenses Efraín Huerta. Dedica mucho más esfuerzo a la lectura que a la escritura y, también, es un fanático irracional de perder el tiempo.

Pilar Sanjurjo Murujosa (Burzaco, Bs. As., Argentina, 1997), feminista decolonial, estudiante de Sociología, trabajadora de la educación y poeta urbana. Subo algo de mi material al instagram @pecesoxidados.

Alan Amado Lemus (Tlaxcala, México). Nació el 25 de febrero de 1995. Estudió Lengua y Literatura Hispanoamericana en la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Ha publicado cuentos y poemas en revistas independientes y culturales en México y España. Es maestro de literatura y, además, colabora como narrador radiofónico en el programa de Jazz Caravanna, en Tlaxcala, México

J. R. Spinoza (H. Matamoros, Tamaulipas, México, 1990). Escritor y profesor mexicano. Licenciado en Educación Primaria, ejerce como docente en la Secretaria de Educación Pública, desde 2013. Becario del PECDA, en la categoría de Jóvenes Creadores por Novela. Asiste al Taller de Apreciación y Creación Literaria del Instituto Regional de Bellas Artes de Matamoros. Asiste al Ateneo Literario José Arrese de Matamoros. Libros publicados: El regreso de los dioses, la batalla de Folkvangr (Caligrama, 2019); Pacto Maldito (Pathbooks, 2019) y El demiurgo y otros cuentos fantásticos (Kaus, 2020).

Enrique Chocair (1994). Escribe. Actualmente hace bicimensajería. Se ha declarado enemigo de los autos, las semblanzas y el guardia nocturno de cualquier establecimiento de comida. Hace fiestas en los contenedores de basura.

Valeria Mendoza (Tapachula, México). Escribo en las esquinas de papeles mal cortados y desechados donde todavía se puede hacer un espacio para la otredad.

Debbie Saavedra (San Diego, California, 1995) Estudiante de literatura en la Universidad de Guanajuato y licenciada en enseñanza de inglés. Directora de Revista ULTRA. Aficionada de la literatura y cine de horror

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Ricardo Guzmán García (Xalapa, México). Egresa de la facultad de Letras Españolas, de la Universidad Veracruzana en 2016, mismo año en que es reconocido con el Premio Nacional de Poesía José Emilio Pacheco por el poemario De la Grieta. En 2018 participó como becario del Festival Cultural Interfaz: Atemporalidades, anacronismos y emergencias, así como en el Curso de Literatura Narrativa por parte del IVEC. Recientemente ha recibido reconocimientos estatales en pintura con técnicas mixtas. Melissa del Mar. Estudia comunicación y medios digitales en el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México. Cuenta con un diplomado en Literaturas Mexicanas en Lenguas Indígenas (2019), por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura. Sus textos están disponibles en Buenos Aires Poetry, El Universal, MásCultura de Librerías Gandhi, Campos de Plumas, Mood Magazine, Spotify. Es jefa de comunicación y difusión de Cardenal, Revista Literaria y directora de arte y cultura de PICO Informativo. Ha dado conferencias en Tedx, Feria del libro (FIL del Zócalo), Festival Mesoamericano de Poesía, Festival Universitario de Literatura y Artes, entre otros. Su trabajo poético se ha presentado en México, Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Italia, España, Rusia y Estados Unidos. Ha sido traducida al inglés y al ruso.

Omar Gutiérrez Gutiérrez (Guadalajara, México, 1991). Creció y se desarrolló en el pueblo del Tepehuaje de Morelos, municipio de San Martín de Hidalgo, del mismo estado. Estudió la Licenciatura en Turismo en el Centro Universitario de los Valles (Universidad de Guadalajara). Actualmente, vive en Guadalajara, publica su poesía en redes sociales (alternando su vocación literaria con trabajo formal). Se encuentra en planes de publicación de su primer libro de poesía Ancestralia, así como en la busca de oportunidades que le brinden nuevos recursos creativos para la dedicación completa al ejercicio de la escritura. Le gustaría fundar un movimiento poético y multidisciplinario LGBTTIQ+ dentro de zona Valles, Jalisco, el espacio geográfico en que pasó sus años de infancia y primera juventud.


GRANUJA 4


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