GRANUJA
GRANUJA revista es una publicación intermitente de creación artística editada en México para su difusión y pronta degustación DIRECCION EDITORIAL Andrés Gómez
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El viento del sur promete cambios en el ambiente desde esta noche. El sol se pone. Lo veo como un espejo cada vez más amplio. Dodecaedro. El milagro de Juquila es el camión en el que duerme. Pongamos que en este poema Nueva Inglaterra y Puerto escondido son el mismo lugar. El silencio exaspera. Las últimas sombras hirviendo. Ciao a la benévola venda en tus ojos. Maniobra medio suicida. Querías ir a una playa que no existe. Secundario el caramelo de tu falda gelatina de toronja oleaje sacrílego navajas dinosaurio plástico, remembranza. Rostro salmón plagado de rizos. Chatarra y santería, anexo. Eras velador y de algodón tu castillo. Despídete de cabalgar cometas los sábados. No habrá gaviotas de merengue sino su blanquitud. Miras al mar, como quien se sienta en su castillo y ve un ejército venir. Lo peor es que el mar ganaría. Nos absorbería. Parece que quiere decirnos algo. Está alta la marea. Quisiera un país en el que cada vez se observen más estrellas, alacranes y diamantes. Entiendo por qué las pirámides son sitios de avistamiento frecuente. No sabemos si aquellos que nos visitan comprenden la relación del espacio como lo hacemos los humanos (de esta era), pero de ser así, resulta lógico que busquen elaborar una narrativa cronológica de nosotros. Visitar las eras remotas, los eones. El jardín del descanso. El punto de encuentro. Geometrías. Yo no quiero volver. Me queda muy lejos el espacio y quiero quedarme a vivir aquí enterrado en la arena y no volver. Hay un barco por allá que nos alumbra. ¿Te imaginas Que las nubes sean nebulosas muertas? Cadáveres de nebulosa, ¿pero solo en el cielo? Producto de una guerra universal que las destruye. ¿O te imaginas que el mar fuera un espía? Chapotea. La última ola la pudimos escuchar. Mira esas cosas que brillan y desaparecen cada determinado, solitario momento. Hay una versión de nosotros que nunca se va, solo está apagada para emitir una señal. Yo, por ejemplo, soy la visión de aquel que quiero ser cuando ama, en este momento. Cuando miras un espejo siempre estás viendo al pasado. Tu pasado se convierte, inevitablemente, en otra cosa. En cambio, el alféizar es de sus nubes nuevas.
FERNANDO RUBIN
Un angel cae en la carretera 1 de australia que bordea toda la costa del continente
HISTORIA DE PROFANACION
Estás frente al altar ahora mismo. Aún no ha llegado la hora. Tu vestido blanco sigue siendo blanco y tus tacones te mantienen estática. El dolor que sientes bajo tus pies es el nacimiento de la laceración que tu cuerpo padecerá en los siguientes años de tu vida. A pesar de tener que equilibrar todo tu peso en una postura para la que tu ergonomía no está diseñada, sonríes. Sus sonrisas no reflejan la verdad de lo que está por suceder. Respiras profundo, como si con el GEMA MEXICANO corsé ceñido al ras de tus costillas fuera posible. Lo miras de frente. Cuánto lo envidias. Nunca conocerá el temor y la incomodidad. Sus zapatos no lo obligan a mantenerse erguido sobre el aire y las miradas no lo invaden a él. Todos te miran y por eso estás aquí. Nadie parece ser demasiado franco. Eres la única con una prenda blanca bajo la bóveda de esa catedral. Hace varios minutos, frente al espejo, aquel vestido reverberaba la luz del sol que entraba por el ventanal. Al observar sus costuras y los finos detalles, te convenciste de que su diseño atendía a un fin puramente estético. Mírate, eres una obra de arte. Y tu madre no pudo evitar derramar una lágrima sobre su mejilla. Ahora mismo sabes que la longitud de la tela y la fuerza aplicada a las varillas del corsé tienen un segundo propósito. Aún no lo hagas. Todavía no es hora. Ya te dije que todos te observan. ¿Cómo vas a pasar desapercibida en medio de aquel grupo? No lo harás ¿Qué dirán tu madre y tus hermanas cuando vean que has arrojado el ramo de camelias que te prepararon con tanto esmero? Te acusarán de egoísta. Les darás la razón. Tu marido no invirtió la mitad de sus ahorros solo para conseguir que te vieras perfecta. Los vestidos de novia, ahora y siempre, han sido diseñados para que ninguna de nosotras pueda salir corriendo de la iglesia antes de que el sacerdote pronuncie las palabras esperadas. En el altar, por encima de ti, puedes ver las figuras que tu madre siempre ha venerado. Reconoces el crucifijo que colocó sobre la cabecera de tu cama. No tengas miedo, mi niña. Y un beso sobre la mejilla te recordó la imagen de la mujer con manto verde frente a la que tu abuela lloraba. Tu madre lo aprendió de ella. Cuando tu padre las abandonó, hubieras deseado no verla todas las tardes arrodillada frente a su doble. Por eso decidiste remplazar la imagen por un espejo. No hubieras querido que tu inocencia fuera castigada ese día. Desde entonces, desde que aprendiste a deletrear tu nombre, ella decidió que la acompañarías en sus rezos. Las palabras de la sagrada biblia pasaron de significar lo que significaban porque aprendiste a darles una nueva interpretación. Supliste la culpa por la esperanza. Pero eso tampo-
co era correcto. Cuando tu madre descubrió que alterabas las lecturas en voz alta, te llevó a confesar con el sacerdote de la iglesia. Te acusaste de profanar, aunque para entonces no sabías lo que eso quería decir. Pero disfrutabas deletrear aquellas letras en silencio. Más le hubiera valido a tu madre que desconocieras la profanación porque se te hizo hábito. Hoy volverás a quebrantar sus costumbres. Ya casi es hora. Has ensayado esto otras veces. En tu cabeza. ¿Lo recuerdas? Cuando el hombre de la túnica diga la frase: Por el poder que Dios me confiere…, presionarás tu brazo derecho contra tu muslo. El líquido de la jeringa no tardará en regarse por tu sistema nervioso hasta que mantenerte en el aire te resulte imposible. El dolor será tolerable y después perderás toda noción de ti. Le arrancarás a los invitados la sonrisa de sus caras y avanzarán aterrados cuando vean que te desplomas en el suelo. Quince minutos. Ese es el tiempo que tendrás, sin que puedas hacer nada realmente. Tendrás que permitir, una última vez, que tu madre decida sobre ti. Llamará a la ambulancia. Cuando despiertes ella no estará ahí. Deberás asegurarte que vas en el carro correcto. “Unidad 351. Hospital San Pio”. Al abrir los ojos, tus extremidades no responderán a tu cerebro. El dolor que te aqueje será el de la caída. El líquido ya habrá sido desechado por los receptores de tu cuerpo. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7. Siete segundos deberán de transcurrir en tanto observas la descripción de la unidad sobre ti, antes de recuperar la movilidad. Cuando la luz matutina invada la ambulancia, entonces podrás deshacerte de los tacones y el vestido que te delaten frente a los paseantes de la ciudad. Alguien extenderá su brazo para darte una bolsa con ropa cómoda. Podrás correr libremente hasta reencontrarte con la mujer de cabello azul. Sabrás exactamente en qué punto la verás porque encontrarás un papel en tu bolsillo con la dirección del lugar que deberá estar a un kilómetro a la redonda del lugar en donde se miraron por primera vez. Es todo lo que tienes que saber. Podrás sentir la brisa de los abetos y deshacerte del anillo antes de subir al coche que las llevará de camino al aeropuerto. Ahí estarás tranquila. Pensarás quizá que la profanación es el único modo de vida en un espacio donde las costumbres pesan más que la voluntad propia. Ya es hora. El sacerdote pronuncia las palabras esperadas y presionas tu mano derecha contra tu muslo. Lo haces con una fuerza bien medida, pero en lugar de sentir el dolor para el que estabas preparada, escuchas una palmada. Mueves tu mano en busca de la jeringa, pero no hay nada. Detrás de la tela del vestido solo está tu carne. Escuchas la sentencia Por el poder que Dios me confiere, yo los declaro marido y mujer. Miras a los ojos al hombre que ahora es tu marido buscando una respuesta. Sonríe inocentemente. No sabes si huir. Solo resta mirar al crucifijo y profanar en silencio.
Dijiste “somos un rompecabezas” Mira, eres de cartón Estás articulado con grapas Ahora eres de latón Estás atado con clavos
Hay en tu piel cartografías inabarcables de ciudades abandonadas Tengo el cerebro enredado entre púas torcidas En tu vientre nacen y se incendian un millar de mariposas Las alas calcinadas son monumentos que decoran la fachada del edificio en el que vives Me mostraste un periódico púrpura En la superficie de una de las hojas había un mar violeta
ISRAEL LOPEZ SOLANO Observamos juntos los poligonos
Las ballenas hacen piruetas/danzan/forman geometrías concéntricas Salpican cuando caen, como una piedra impactando en un recipiente lleno de pintura El mar se derrama en los bordes de las páginas Tenemos la cara cubierta de manchitas violeta y purpura/y las playeras Has escuchado cómo cantan las ballenas Preguntaste Yo sueño con una, en un mar tradicional, pero esta moribunda y se hunde para dejarse morir, supongo Se asfixia con la presión/le sangran las fosas nasales En los suelos profundos del mar debe haber esqueletos de peces/ mandíbulas
marinas/ para decorar las paredes de mi cuarto/un collar
La ancestralidad no existe, bueno, sí, pero es metálica y aburrida Su carácter concreto es un caballo densificándose Azul cobalto Quebrándose Entre risas/tienes ojos de nuez
La poesía también existe, si es lo que quieres oír, pero no es lo que tú piensas, es un león rojoenfermo de cáncer, deshidratado y triste, o una rata skinhead que baila en los desagües/ si prefieres/Su sitio son las coladeras, igual su muerte Es un amor frío
Me divierten más las ardillas/ cuando son transparentes Podría convulsionarme/de tanto reír/cuando me visitan Dijiste el X-box está bien para mí Estoy hablado de suficiencia ¿entiendes? Mortal Kombat/¿te gusta jugarlo? A mí me encanta
Me apasiona hacer trucos/ fatalities Les arranco la espina dorsal Los incinero
Luego, cuando llueve, salgo y me siento a mirar los charcos/puedo mirarlos por horas Zub-Zero y Scorpion son mis favoritos Porque llevan mascara Son calaveras por dentro ¿sabías? Es un amor caliente
Me voy a tatuar una máquina de videojuegos En el brazo izquierdo/junto al retrato de mi primo
A él le gustaba muchísimo jugar/llegaba siempre con las tortillas frías La palanca y los botones en anaranjado brillante También me gusta Mario/lanzar tortugas/acariciar caparazones Fumar me apacigua ¿sabes? Podría desintegrarme luego de cinco bocanadas Me salen amarfiladas, a veces/bocanadas de luz Acurrucada/como pájaro
Dije yo podría desintegrarme si tú te me acercas Lo sabes, por eso no lo haces/ y eso/ está bien Me gusta que te mantengas lejos para cuidarme Explotarían mis pulmones/mis venas
Observamos de nuevo los polígonos fosforescentes Mira, ahora son hexágonos, dijiste Yo veía caballos/mitad verdes/mitad transparentes/corriendo Sí/mentí Son hermosos/entre carcajadas Veo a mis amigos muertos
ven a jugar un día, cuando tenga la máquina/ apretamos fuerte lo botones los hacemos sonar/y fumamos mucho Sí/
Un oso polar me acaricia con las uñas Me lame las orejas No distingo las figuras [ pétalos que vuelan]
me quero aberta em cálice e vinho e pão fenda rasgada de ritos hábito deitado à fogueira onde abrasam as peles recém-expostas
a carne viva pulsa porque viva porque crua porque fera e primeira mulher serpente e desfrute
me quero imersa corpo inteiro no indevido lambendo o caminho desviado com a mesma língua dos cânticos o sacro e o santo molhados da espera com a sede dos abstêmios e dos crédulos em desgraça
Evangelio según el pecador
e eu graal sacrílego estou nua e disso não me envergonho
MILENA MARTINS MOURA
Dois sacrilegios
Evangelho segundo o pecador
Me quiero abierta en copa y vino y pan hendidura desgarrada de ritos hábito acostado en el fuego donde arden las pieles recién expuestas
la carne viva palpita porque vive porque está cruda porque es bestia y primera mujer serpiente y disfruta
Quiero estar inmersa en un equivocado cuerpo entero lamiendo el camino extraviado con el mismo idioma de las canciones
lo sagrado y lo santo mojados de esperar con la sed de los abstemios y de los creyentes en desgracia
y yo sacrílego grial Estoy desnuda y no me avergüenzo de ello
ROSALBA LOPEZ Cazuz En el hueco de una casa abandonada y taciturna crece a solas una hiedra olvidada por la sequía. Abraza los muros con firmeza ligeras sus ramas escalan hasta la cima trepan por los cables las mece el aire.
Se deja caer la nube sobre la azotea la humedad de su cuerpo se cuela por el techo baja por la escalera se esconde en el armario vacío lo carcome en silencio. El patio se desborda en caudales que cambian de sitio las cosas a su paso dejando lodo y ojarasca sobre los mosaicos. Se opone al viento la enredadera vestido nuevo de las paredes sus verdes venas cimientan la morada, la sostienen del derrumbe.
TEORIA DE LA RECEPCION
—No. El poema trata sobre la pedofilia en Hollywood. —No. El poema trata de las auroras boreales recreadas en realidad virtual. INSTRUCCIONES —No. El poema trata sobre los mioclonos nocturnos: el PARA OSCURECER largo camino que recorre el cuerpo, entre la vigilia, el sueño y sus guardianes. Apaga la luz. Ya no quiero escribir. —No. El poema trata sobre la masturbación a seres Apaga la luz. Oscurécelo. Cúbrelo. imaginarios —incluso con el rostro de Apaga la luz. Quiero desaparición. personas que realmente odias. Quiero saber cómo es que no es. Para saber. —No. El poema trata sobre lo que codifica el alma de Ya no quiero escribir. Descífralo en la oscuridad. un pájaro, al posarse sobre el cable de la Pero permanece alejado. —¡Debiste! red telefónica. Ahora quieres saber. —¡Y no debiste! —No. El poema habla sobre la relación de la avería de Apaga la luz. No hay nada en ti que pueda ser ilumilas llaves de agua en las casas de personas nado. con trastorno obsesivo compulsivo. No hay nada. Apaga la luz. Enciende el telón oscuro. —No. El poema habla sobre plantear sexo como salida a Ya no quiero escribir. una situación incómoda. Quiero que esto… sea desaparición. Para saber. —No. El poema habla sobre el maquillaje de las cifras Quiero saber. —¡Y no debía! por parte del gobierno. Pero protege el fulgor. Protégelo. Apaga la luz. —No. El poema habla sobre los ataques de pánico en el Dile adiós a la luz. metro subterráneo. Pero permanece alejado. Acércate en la oscuridad. —No. El poema habla sobre lo que tú quieres que escriAcércate para descifrarlo. Pero apaga la luz. ba. —¡Ya no escribas más!
JOSE LUIS AGUIRRE
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Soñé so b soñé so re el futuro, bre el f ut que se alzan k uro donde lo s edific ilometr descen ios, os l día soñé so n de estar im uego de mi v e pregna br dos al c ntana, soñé so e el futuro, i e br lo; ya no s e el futuro do e arras n de los g tra estanca do geo n por el rubo usanos mé rd soñé so bre el f tricamente en el océano de ut sol soñé so mi piso bre el t uro, ; i ritar de y el ím pe la y diez tu de la fiebre s mandíbulas mi d y bomb l peces sofocá e los cables ndose e as reve nt n y el ma rasmo ando, besos d la arena d e el nerv s Soñé so io ante tripados b un colo soñé so re el futuro, sal dína br mo. y la res e el asedio de onanci l o s c aba ag sobre l a tierra alopante del llos del fin , millar la espu de tam ma que bores d no pue la yuxt e sus p de caer aposici ezuñas ón de a por la el deso alcanta mantes rden de rill an mencia apocali l de mi te la soberan a, psis, ía del f r adas pe hombr uego, rdidas es salta en los ndo de fierros d esierto terr tri s del moribu zando sonris azas creyend o que t as, ndas re enían a in convul las, sionand as balbucean do las e o, cuer son bo p r as tad os medioc os a la basur desnudos sob de la televisió a, ridad g n, re el as lorifica f a Soñé so l t o , da. bre el f uturo
CARLOS GAEL ESCOBARETE AVILA Los Xoloitzcuintles Entonces la señora se hallaba frente al tumulto, llorando palabras, esbozando lo mucho que había sufrido a causa de esos niños. La gente lloraba igual, pero no palabras, sino desesperanza. Fue así como en bola todos corrieron hacia el judicial, que se encontraba deteniendo a un borracho. Bastó ver al pópulo para que sintiera como se le subían a la garganta los temores, quizá pensando que le cobrarían una de las tantas fechorías que ha hecho en su labor de protector. Pero no era para nada así, era algo peor. La señora lideraba a la gente y con una voz que viajaba a través de la tristeza y el enojo logró hacer un boceto de lo que tanto quería gritar. —Que me los han matado, a todos, sin dejarlos respirar, sin dejarlos gritar un último adiós, no quedó más que un mito de ellos. —¿A quiénes? —A mis hijos. —¿Y quiénes? —Los escuincles. Fueron a recogerlos uno por uno, tocando en el hogar de cada niño, rogando a sus padres les dejaran salir para que pagaran lo mucho que habían de pagar. Ya a través de gritos, de palizas, de orejas moradas, pero cada uno de los culpables atendió al llamado ante la más justa. Allí se encontraban, con el sol siendo tapado por las pesadas nubes, sentados en unas sillas de plástico frente a un juez improvisado en un juicio improvisado, ya que casos así nunca se habían visto en este lugar, por lo que nunca se necesitó. El juez miraba con unos ojos tan duros que con solo percibirlos sentía uno ya el frío de las rejas de una prisión. Los observaba mientras escuchaba atentamente la historia que tenía que contarle la señora, que solo emitía versos en su oído. Al terminar ella su relato, se mordió una uña mientras pensaba en lo que se debía de hacer a continuación. No quedaba de otra que escuchar atentamente la versión que tenían que dar los cuatro niños, y así que el jurado escogería dónde habrían de morir esos niños, si afuera o adentro.
“Es que fue todo tan rápido, observé a los ojos a los dos hijos de doña Erendira y me dijeron que de ahí no salíamos vivos. Entonces, saben ustedes, uno debe defenderse como uno pueda, y de mi bolsa saqué una pistola que me encontré tirada en los escombros de una construcción, pero se me cayó del solo sentir poder” “Qué tristezas me dan la muerte de sus hijos, pero se lo merecían toditito, hasta el desparrameo de sangre se lo merecían, incluso el miedo que uno sintió al ver que nomás ya no respiraban. Sentía que era yo el que petatiaba, pero por suerte no era yo... es que yo nomás cerré los ojos al escuchar el estruendo de aquella sorpresa, incluso los cerré ya cuando quedaron hechos un tiradero, y no los volví a abrir hasta que me llamaron a este lugar tan feo, y nomás los abrí porque me tropezaba en el camino” “Es que olía a sangre, pero como sangre de rata, de esa que mató a palos mi padre cuando tenía apenas cinco años. Los mató porque nos tenían rodeados, que disque porque éramos los niños más feos y pobres del lugar, o algo así dijeron. Entonces sacaron una como navaja que apestaba a verdad. Pero qué pudimos haber hecho más que burlarnos, si es que los vimos agarraditos de la mano caminando hacia su casita, de tan solo percibirlos me hirvió la sangre y sentía como de mis ojos salía un vapor fulminante, hasta me duele el horno”. “Sí, a sus hijos yo los maté, y lo hice nada más porque me vino en gana, pero eso yo sé, jurado, que suena muy sin chiste y aburrido, por eso les daré una razón divertida. Yo a sus hijos los maté porque se metieron con mi mejor amigo, que ahora yace sobre escombros de piedra, en un lugar que solo sabían ellos y ahora nunca sabremos nosotros. Que nos vieron un día comiendo de la misma torta, compartiendo del mismo refresco, abrazados del mismo corazón y ellos, esa misma noche que nos separamos decidieron acabar con todo lo que apreciaba, desde ahí mi corazón se volvió tezontle, se marchitó y nada más pensé en marchitar la de ellos. Por eso cuando a mi amigo se le cayó la fusca, fue solo de un movimiento cuando los dejé, como dijo usted, hechos un mito”. El juicio duró alrededor de cuatro horas porque nadie sabía bien qué hacer con todo. Por un lado algunos lo veían justificado, por el otro no.
Otros pensaban que niños tan pequeños no podían echar a perder lo que les resta de errores, pero es que habían hecho lo que ni el adulto más enfermo se hubiera atrevido. Nadie del juzgado improvisado conocía su juicio, no lo sabía el lechero Juan, la cartera Elena, ni el arriero Pedro. Y es que nunca había pasado algo igual. De tanto hablar, de mirar a los ojos y tentar el corazón vacio de los cuatro niños, fue que deliberaron en darles el perdón de Dios, darles la última oportunidad que se les presentaría ya nunca más. A costa de los chillidos repletos de furia y depresión de la ya abandonada madre, y que lo seguiría siendo por lo que le quede de vida. Al escuchar el veredicto hecho, los niños se levantaron aliviados ya no por la nueva oportunidad de rectitud, sino porque simplemente no les daban ganas de recibir más regaños por la vida. Se abrazaron sin soltarse en lo que el resto de miembros del juicio improvisado iban yéndose poco a poco. Quedándose juntitos, sintiendo la paz recorrer su cuerpo como de una carga eléctrica. Y antes de irse clavaron al mismo tiempo sobre la desolada madre la mirada que solo había visto antes en su vida en un coyote que se encontraba tragando a una de sus gallinas. —Es que aquí así son las cosas –le dijo el padre del pueblo- A uno le queda resignarse. —¿Pero por qué la vida tiene que ser tan injusta? ¿Dónde estarán ahora? —Tenga por seguro que los escuincles los guiaron a un lugar mejor —¿Los quienes? –le gritó la alucinada madre, que no sacaba de su cabeza la mirada animal. —Los Xoloitzcuintles, señora, le dije los Xoloitzcuintles. ¿Que no conoce esa leyenda?
EUNICE MARTINEZ Sin estar
Estas ahí, ahí estas con jabón en las manos, con espuma en los dedos.
Estás ahí, con las piernas fruncidas con el alma picada con la cabeza fría y con el corazón ardiendo. Estás ahí, pero no estás; creación de poetas comida de ratas soplido de planetas. Verduzcas venas, las gotas en tu cara, la arena en tu caja… te has ido de pesca
ARMANDO ALMANZA Concreto Digamos que mi CI no alcanza para montarme a una nave y llegar a la luna. Menos a Marte. Digamos que Laika y los demás animales son más listos que yo, que aunque use palabras a mi antojo, no hay forma de convencer a la NASA de que me convierta en “vaquero espacial”. Digamos que el único viaje que hago es cuando me sumerjo en mis adentros y encuentro una respuesta somera a la existencia. Digamos que lo único que tengo cerca para atravesar la noche es el camión de las 10 que se arriesga en cada travesía en este universo de concreto.
OTTONIEL HERSO La unidad de lo domestico I Todo hijo es una herida, que late, todo hijo es una herida a la que se le asigna nombre.
II Fui un pez, y en el vientre de mi madre que fue un mar anochecido, nadaba en sueños de otro mundo, tal vez de otra vida. Nací doliéndole a mi madre, mi primer gesto hacia el mundo fue el de un pez que tiene que aprender a respirar.
III Se me otorgó nombre con la intención de no olvidar quien era, lo que no supieron es que nombrar a un ser es volverlo un cuenco en el que el mundo deposita su ira y sufrimiento.
IV Nombrar es domesticar, identificarse y ser identificado por un nombre, es la unidad de lo domestico, somos perros amaestrados en domesticar a otros perros. Tu nombre, el mío, el nuestro, bocetos repetitivos de trazo inservible, usado para reconocer que tan buen cánido eres, soy, somos, cuánto ladras, cuánto soportas, con las garras, rascar tus llagas de ayer henchidas, de culpas ajenas infectadas, qué tanto te dejas patear hasta que el hocico te sangre, me sangre, nos sangre, sin dejar de mover alegremente la cola, porque fuimos nombrados para decirnos, mientras retomamos el aliento en un rincón oscuro, con algunas costillas rotas, que somos buenos perros.
HELLEN JOVEL Las letras son callejeras
Yo creía que no conocía la guerra así como el pájaro qué sentía que la jaula era su nido el canario está más muerto que vivo yo creía que no conocía el Genocidio así como el caballo aceptó la caricia terminando esclavo de su “amigo” convirtiéndose en preso de la tiranía yo creía que la felicidad existía así como que las rimas son poesía Ahora... protesta la poesía en el infante que pide limosna en las avenidas; se manifiesta la poesía en el tatuaje de una dama a la que llaman ramera; letras que protestan poesía eres callejera no tienes dueño.
Feminismo Fenomenal Fenicia. eres fenomenal
una fémina
feroz
fructífera eres fémina feroz
Facunda Filosofía de Filantropía
flébil frágil
El mundo: un abrigo que me ha quedado demasiado grande; un platillo que rápidamente se me ha enfriado una ridícula piedrecita que me ha perforado la suela del zapato
El mundo es la piedrecita que he arrastrado con el pie todo el camino a casa y que, sobre todas las cosas, no debo guardar, porque mi mamá ha dicho que juntar cosas del suelo es sucio y absurdo. Necesito dejar el pasado atrás, hasta el fondo de una botella, en la sombra de la sombra de mi nostalgia Tengo que dejarla porque ahí es donde pertenece, si algo me reconforta es que el pasado no volverá a ser presente. Ya pasaron las sequias, al fin llueve.
MARTHA CHAVEZ ARAUJO El tamano del mundo
Mi hoy tiene la duración de una vida que nace y muere a la misma hora no fui ayer no seré mañana soy lo que tengo ahora: esta taza de té y una fotografía rota. Mi pasado ya no es mío. necesito vivir soportar el frío y hacer de la ausencia mi única hermana.
ELENA VERZI Poemas
Traducción de Ariatna Gámez Soto
Sono nata senza denti succhio e impasto con la stessa saliva, faccio a gara con il tempo per non bruciare il pane ma sempre duro lo offro. Non riesco a spezzarlo. Freddo è il forno da quando raccolta la cenere occupa la metà del mio letto.
Nací sin dientes chupo y amaso con la misma saliva, compito con el tiempo para no quemar el pan pero siempre duro lo ofrezco. No logro destrozarlo. Frio está el horno desde la cosecha la ceniza ocupa la mitad de mi cama.
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Nuotiamo in acque morte mentre le nostre fetide lingue annodano lo stomaco con funi di rabbia. Galleggiamo senza speranze, ingoiando torbide verità. Hanno prosciugato ogni pozza. Terme al cianuro bagnano i nostri pensieri ed infangano ogni membra di peccato. Nadamos en aguas muertas Siamo rinati ciechi mientras nuestras fétidas lenguas abbiamo le mani dei Santi anudan el estómago con cuerdas de rabia. e una palude nel cuore. Flotamos sin esperanzas, tragando turbias verdades. Han drenado cada pozo. Termas de cianuro empapan nuestros pensamientos y ensucian cada miembro de pecado. Hemos renacido ciegos tenemos manos de santos y un pantano en el corazón.
M E M O R I A S A R A P A D I L L A
Hace unos años falleció mi amigo historiador, el único de esa profesión que conocía. Su labor consistía en husmear cosas ajenas y escribir sobre la vida de personas que tenían, por lo menos, cincuenta años de descomposición y tres metros de tierra encima. - ¿Por qué chillan las cigarras? - Porque es mayo y están llamando a la lluvia. Xochicalco fue el objetivo para alguna investigación. Mi amigo y yo seguimos a un hombre con un dedo incompleto y una evidente cojera, mientras escuchábamos su explicación respecto a las figuras talladas en los templos y la acústica del lugar. - ¡Niño, bájese de ahí! ¡He dicho que se baje! - gritó nuestro guía. El pequeño nos observó y siguió saltando de un basamento a otro, poniendo especial atención en pisar las piedras más preservadas, disfrutando de los aullidos que proporcionaba nuestro guía. El pobre hombre comenzó a hervir del enojo y, tomando su bastón, emprendió una torpe persecución en nombre del patrimonio histórico. Luego de la escena que tenía riendo a una parte y enfureciendo a la otra, que concluyó con las lágrimas del niño luego de un bastonazo, reanudamos nuestra marcha. Llegamos a la Pirámide de las Serpientes Emplumadas. Mientras observábamos las figuras talladas en el edificio, un turista a nuestro lado mencionó: - Han pasado mil doscientos años y no conocemos prácticamente ningún nombre de los que habitaron aquí. Quizá en mil doscientos años más los nuestros serán borrados para siempre. El rostro de mi amigo se ensombreció, su mirada se dirigió al vacío y comenzó a mover las manos con espasmos desmedidos. La angustia por quedar en el olvido lo consumió desde el inicio de su carrera. Constantemente pensaba en las evidencias que debía dejar para que los historiadores del futuro le siguieran la pista. Escribía cartas innecesarias a personas importantes para demostrar sus buenas relaciones, se cuidaba especialmente de no cometer errores ortográficos para que no lo tomasen como ignorante y trataba con cuidado los trazos de sus letras, por si acaso en el futuro la grafología fuese tomada más en serio. Le interesaba poco la vida o la nada después de la muerte. Le abatía bastante
morir y no ser recordado; por algo era historiador y no filósofo. La cosa empeoró cuando encontró a un compañero de facultad en el periódico con el encabezado: “Desconocido muere en parque infantil”. Junto a la nota, una foto del rostro sin vida para que fuese identificado. Un desconocido. -Hola Natalia, ¿cómo va todo? - dijo al teléfono. -No me quejo, hace rato que no me llamas, ¿está todo bien? -La verdad me he topado con una noticia muy impactante: nuestro compañero, Luis, ha fallecido. - Mmm… ¿quién? Colgó. Estaba turbado, de nuevo la sombra le envolvió el rostro e imaginó su propia desaparición del mundo. Se preguntó si realmente su labor tenía alguna finalidad: libros que serían quemados, palabras que quedarían borradas, los sobrevivientes estarían sosteniendo puertas evitando sus azotes o simplemente terminarían en la basura. Estaba oscuro cuando salió a caminar para luchar contra la ansiedad, llegó hasta el parque donde su amigo desconocido había sido encontrado, se echó en el pasto, miró el cielo y pensó que esa era la única vista que el humano no podría estropear y olvidar. Vio la luna y al conejo que se asomaba en ella todas las noches. Cuando era niño su padre le había contado la historia de Tecuciztécatl y Nanahuatzin, de cómo el conejo llegó allí. Ese animalito parecía el único que con seguridad viviría lo que resta de existencia humana. Esa leyenda apareció hace más de mil años, su padre se la había contado hace treinta y él seguía relatándola a sus sobrinos en los campamentos. Era la única forma de no hundirse en el olvido: quedar marcado en el cielo. Por desgracia, ya era lo suficientemente mayor para convertirse en astronauta y sólo le quedaba una opción conocida para llegar allí. Una nota en el periódico anunció “Fallece el historiador…”, con fotografía en vida y semblanza curricular. Ojalá hubiese pospuesto su suicidio para mostrarle lo bien identificado que estaba. No sé si algún historiador del futuro le vaya a seguir la pista, pero por lo menos quedará este relato, no durará mil doscientos años como hubiese querido, pero quizá se salve del olvido un par más.
Existe una calle sin nunca en la que voy camino por el aire de un país sin muros entre poemas eléctricos y águilas infinitas que adornan todos los septiembres vamos a noticiar el clima de nuestras balaceras treinta y seis grados fuego explosión contenida en la mirada relámpago diurno que zigzaguea la melodía del país bonita geografía que se adorna con campos de amapolas publicidad de coca-cola y vota por el PRI país de niños con alma limpiaparabrisas niños cabezasgirasol no encuentran la luz en la sombra eterna de los edificios algo los hace caminar asustan a la gente se tambalean hasta los árboles alguien con su ifon graba el colapso los niños girasol se salvan de la tristeza del escombro tienen suerte de no ir a la escuela
Paisaje mexicano con musica de fondo
MARIA AUSENCIA
Ser sencilla: raíz asfalto piedra de río el número de una calle año luz en mi universo apagado un nombre al cuadrado.
Tómese en cuenta en caso de florecer
No quiero escribir para ser flor en un altar en un funeral en un ramo de novia las primeras rosas que le das a quien amas no quiero ser diente de león y que me soplen al viento pidiendo un deseo que nunca se cumplirá.
Quiero ser hierba común en un bosque azul y que una duende se siente al ladito mío para hablar del futuro.
entre el derrumbe alcanzan a ver los rayos que los gira para continuar en el semáforo en rojo insolar el paisaje para que revele melodías aviar un laralá combinado con el canto del gallo un laralá laralá laralá en este país con dinosaurios playas vírgenes cenotes sagrados sin estaciones de tren y mujeres con el alma en la cintura ellas cuelgan en su pecho las flores azules que venden en mi país que es todo el continente existen astronaves para dinosaurios y escapen antes de ser una estadística o duerman bajo las camas de adolescentes doloridos por el sexo nadie los tope en el barrio en los diarios en el aire ¡la persona que amas puede desaparecer! grita Charly lo dicen mis amigos muertos los que sí van a la escuela y secuestran un camión el noticiero que veo en la tv de 50” que pago cada semana en un país de fantasmas quiero ser un pájaro disimular el canto el vuelo sobre los cerros-arbusto junto al mar preferir ser ave pequeña y no dinosaurio en este país de paisajes fosilizados que se guardan en estampas de álbum familiar.
SANDRA ALVAREZ
La raiz de mis pies
Yo no quiero ser diosa, quiero ser humana, sentir. No quiero ser diosa que castiga (con fuego) todo lo que ha creado, lo destruye, lo condena al olvido.
Quiero nombrar cosas que existen: ponerles nombre y verlas un día de estos. Decir ventana y puerta y mandar lejos el miedo a salir, de ver el jardín de afuera. Quiero nombrar el viento y cabalgar para sentirlo en el cabello enredado y en la planta de los pies. Quiero merecer la palabra amor, no huir de lo que me hace feliz no huir de entintar el papel a las dos de la mañana y de llenarme de letras la piel cuando ya no me queda dónde más impregnar lo que pienso.
Mi bisabuela me heredó su rebozo Era rosa muy mexicano Así se cubría del frío O se limpiaba el llanto Mi bisabuela cargaba su pistola Y cada bala fragmentaba una R E V O L U C I O N. Cada casquillo en el suelo Fue por defenderse Se defendía mientras Hacía tortillas No dijo de quien Ni porque.
Mi bisabuela me heredó su rebozo Y su crucifijo Cada noche rezaba Se arrepentía de sus pecados Ahora yo me arrepiento de los míos Como de mis cargas. Espero que mi hija Sepa su valor Y si reza sea por hábito Y no para obtener fuerza De apretar un gatillo.
IVONNE AGUILERA Herencia
Féretro de un soldado
Usted en fuego Perdido Atrapado en el cristal Hablando de héroes De humanos que se disuelven En este u otro mundo Usted y sus armas Enamorado Yo a su lado.
Nosotros aquí En una pesadilla En el sol agotador Usted que no toma mi mano Yo aferrada a su dedo Aniquilándome con un beso Me da la vuelta y me dice adiós.
Que volverá ya lo sé Volverá y limpiaremos todo La tinta roja de nuestras ideas Les sacaremos los ojos a los cuervos Y dormiremos tranquilos Usted tomando mi cuerpo Y yo tomando la tierra Saboreando la tierra Deshojando la rabia Y destilando Palabras Hablando de dioses Usted como un Dios Yo como una creyente Fiel e inaceptable Que le rinde culto.
Bombo trombal
JESUS ANTONIO GALINDO
¡BOOM! Núcleo silvestre, bomba músculo miosina (¿tensegrado?) tan sa(n)grado ¡BOOM! ¡BOOM! Y una pareja (¿de qué?) que bate vate ¡BOOM! Atrás un tráiler (¿de qué?) que marcha fúnebre, llora, se estampa ¡BOOM! ¡BOOM! ¡BOOM! Metales. Herrumbe en la boca. También otra marcha. Dos flacos bailan, rectos, presuntuosos ¡BOOM! Una trompa (¿de qué?) o trompeta en una reunión (¿de qué?) o concierto (¿de qué?) —No sé, pero la gente está brincando, tiene el cabello largo y grita. Da vueltas. ¡BOOM! ¡BOOM! ¡BOOM! Los flacos se agitan (¡BOOM!) (¿de qué?). Y la pareja (¿qué?) y el tráiler entra —Sí, ¿pero a dónde? y los fierros truenan y la trompa (¿o trompeta?) y el concierto se acaban. Marchan. Núcleo de sangre. (Ten)Saegrado. Músculo. tan sangrado Bomba. —¿BOOM? —¡BOOM!
ALEJANDRO RAMIREZ Innoxia
E cominciò: «Tu stesso ti fai grosso col falso imaginar, sí che non vedi ció che vedresti se l’avessi scosso» DANTE ALIGHIERI
Abundas, caligráfico —en tus cartas— las inútiles recetas para vislumbrar, entre los vítreos humos del sahumerio, una tripa de signos movedizos, encharcados de mi estratagema tímida e impenetrable.
Porque no te caes entreverado con la filigrana ni, muy a tu pesar, por lurios celos, sino que te rebroto a cada desinencia, para trastornarte, dentro de la escafandra de tus amodorrados refractarios desvaríos. Imperativamente, necesitas ser hablado por alientos de mi boca. Filtrarte al patrocinio elemental de mis palabras conjuradas y a la estela de mi cuerpo almidonándose, desde la estática, que anularía tus tibios fotogramas, como de fóvea en su estropicio de color almibarado. Y que te anuble el vapuleo de mis caderas con sus espumas melodiosas desflorándose y que te anule su deleite, donde te asfixias la memoria, sin ver que voy zanjándote en el torso, arrellanando a gusto, entre tu apófisis xifoides, tal imposible Rubik encarnado que, únicamente, te quedarán espasmos y bengalas en delirio, cuadrangulares lelos movimientos y el acedo aroma a mi saliva rancia entre tus brasas destrizadas por la nieve.
Vocación
Inercia estéril a lo maximalista: gris chachareo.
A Paulina
Era un domingo de esos lentos en el que el enorme y verdaderamente tosco Morfeo, entraba por la ventana con un bulto enrollado en el hocico. Paulina dormía con la cabeza recargada en mi pierna. Habíamos festejado su cumpleaños hace unas horas, y quedaba el cansancio de cuando se convive más de lo habitual; de ver a familiares, amigos y gente del trabajo; yo medio dormitaba con un programa de concursos donde una señora ganaba una lavadora. Morfeo se sacudió y algunas gotas frías arrugaron la nariz de Paulina. Después se paseó por la mesa; viéndome. Luego brincó a la mesa y dejó caer un bebé gris y frío.
PABLO DIAZ C Embalsamador
Nada tan horrible como ser un padre invisible. Quizá la completa ausencia es mejor, el irse pronto, cuando empiezan a notarse los síntomas de invisibilidad. Con los ausentes al menos queda la memoria, el hubiera, el odio y los por qués ¿Ubicas a esas personas con existencias tan simples que a veces olvidas voltear a verlas? Creo que sería el miedo a los hijos, el miedo a tenerlos, a no figurar en ellos para nada. No sé por qué todos los hombres de mi familia se fueron apagando así, tomo si estuviéramos infectados, muriendo invisibles. Cuando me salí de la casa mi padre estuvo viviendo un tiempo, entre el sillón verde, el poco alimento y la cama de hace cuarenta años, hasta que un día se enfermó, o más bien, fue evidente su enfermedad. Imagino que del hígado. Y murió en silencio. Incluso no le recuerdo un olor. Paulina no sabía que decir y me parecía bien, el silencio a veces es mejor. Luego me daba un abrazo largo y tierno que aliviaba temporalmente la tristeza. Preferí ignorar al bebé e intentar dormir. Era la parte donde a señora le hacen preguntas en pocos segundos, y tiene que juntar los suficientes para pasar a la siguiente actividad. Morfeo me puso su nariz fría en mi cara, como diciendo “Moviendo ese culo, cabrón”. Me paré dejando a Pau en una almohada. Saqué el celular, medio bostezando le tomé de mala gana
algunas fotos al bebé y fui a la pc. Puse lo que sea de música porque lo que importa es que no haya silencio. A Morfeo parecía agradarle los beats lentos y se acostó en el escritorio mientras yo puse algo como “Encontré cadáver de niño varón, desnutrido, un mes si acaso, ya algo podrido. Llamar al ### #######”, y puse mi nombre. Iba a imprimir hojas para irlas a pegar cuando escuché un grito, fui corriendo y la vi con lágrimas a punto de brotar de sus ojitos de avellana, hincada en el sillón y tapándose la boca. “¿Cómo supiste?”, me dijo, sonriéndome, y yo miré al gato, quien salió por la ventana otra vez, haciendo ese movimiento de cola que hacen todos los gatos satisfechos.
Ya le habíamos comprado ropa, desodorantes y le habíamos inyectado algunos químicos que vimos en internet, para que nos durara un poco más. Supongo que era cuestión de tiempo y la policía no tardó en comenzar a investigar por el vecindario. Una noche llegaron dos agentes, exageradamente altos, e insistieron en pasar. Habría solicitado una orden, pero eso solo lo he visto en películas y no sé si en este país sirva de algo. Ese día en especial no sé por qué no rocié suficiente aromatizante, o quizá eran solo mis nervios. Preguntaron si solo éramos dos en la casa. Ya me imaginaba mintiendo, tropezándome con las bolas en la garganta. El futuro derrumbándose sin volver a verla. En la sala Paulina tomó el control. “Vivimos tres. Mi esposo, nuestro hijo y yo. A veces viene mi mamá, pero dice que los desodorantes del bebé le marean”. Tragué saliva por mi garganta tensa. No sabía a dónde se supone que debes mirar así que miré a Morfeo quien se lamía el culo debajo de la mesa. Ella mentía con la habilidad de un negociador de rehenes. Suban a conocerlo, dijo Pau al levantarse del sillón, y uno dijo que sí. El otro salió a hablar por teléfono. Subí con Pau y ahí estaba el niño gris tirándole a verde, vestido de marinerito. Después subió el otro. “Qué bonito”, “incluso tiene tus ojos”, me dijeron. Después de media hora de que llegaron los agentes se despedían de nosotros, y uno nos daba el dato de una funeraria que manejaba un tío suyo. “Digan que yo los recomendé, es de mi tío, les harán un pequeño descuento, todo por ese niño tan bonito, ¿verdad que sí?” Y Pau le movía el brazo, como diciendo adiós.
Lo más difícil de aquel entonces fue encontrar a un buen embalsamador, no como aquel recomendado por el policía. Al final un compañero de trabajo nos recomendó el trabajo de José, un jubilado que quedó medio sordo después de las guerrillas. Ya le había embalsamado a dos niñas y algunos perros, hasta me enseñó fotos y la verdad es que se veían muy bien. José, Paulina y yo llegamos a salir algunas veces, y aunque de repente soltaba comentarios desagradables sobre los cuerpos del trabajo, la verdad es que a Pau y a mí nos caía muy bien. Y a todo mundo le encantaba Pablito, incluso a veces recordamos la primera vez que lo llevamos al taller de José, que está por puerto. Tiene tus ojos, me dijo antes de ponerse los guantes de látex, luego echó una expresión de ternura hacia nosotros dos, parecida a la que hacen algunos gatos cuando son felices. Paulina me sonreía, y yo la abracé muy fuerte.
ANDREZA ANDRADE Vi hoje na trilha um boi morto
Vi hoje na trilha um boi morto, Em cima dele uns 15 urubus se refestelavam. Voando da árvore até a carcaça, e de ida em volta, Se revezavam na refeição. Não fedia, Não havia lugar para moscas. Hoy vi un buey muerto en el camino, Não fugiam de mim, Alrededor de 15 buitres se alimentaron encima. Me olhavam curiosos, Volando del árbol al cadáver, y alrededor, E por um tempo pensei que viriam, Se turnaron en la comida. Mas perderam o interesse, No apestaba Eu não cheirava a morte, No había lugar para las moscas. Ao menos não ainda. Ellos no huyeron de mi Me miraron con curiosidad Y por un tiempo pensé que vendrían Pero perdieron el interés No olía a muerte, Al menos no todavía.
Quiero ser como mi Divo de Juarez pero solo soy un joto que canta culero
ALBERTO SANCHEZ MARTINEZ
Mi cuarto se oscurece con la basura y la soledad los envases de caguamas se callan la batería de mi celular está por morir aún no me canso de cantar. Los invitados ya se fueron estoy solo lo que se dice solo solamente con un trago atorado y con lágrimas que me presionan que quieren salir, pero no se los permito porque hoy no quiero llorar estoy cansado de ser tan chillón ¡Chingadopadre! Odio serlo. Suena Amor eterno e inolvidable pero tarde o temprano yo voy a estar contigo para seguir… me quiebro… las lágrimas me destrozan y corroen algo de mi maquillaje. Un último cigarro no me haría daño ¿qué son cinco minutos menos de vida? Lo que dura una canción lo que duro en el sexo lo que tardo es escribirle un whats lo que dura una conversación con mamá y papá. No son nada, a fin de cuentas, tiempo bien invertido matando mis pulmones. humo adentro humo afuera Soledad eso es todo lo que tengo ahora y eso es todo lo que tengo ahora y tus recuerdos que hacen más triste la angustia de vivir pensándote como siempre y para siempre y por siempre en ti En esa parte mi Divo extiende los brazos como queriendo abrazar al público
mientras los aplausos suenan. Yo los extiendo queriéndome abrazar sentir mi amor propio y el calor de mi corazoncito, no hay nadie que aplauda mi voz. Qué bueno que las visitas se fueron si no me dirían: pinche borracho, ya deja de jotear y vete a dormir. Pues qué tiene, me envidian porque florezco con él. Una más y termino mi concierto lo que dura mi batería mi cigarro mi voz mi vida. Amor eterno
eterno
Y sí, aplaudo mientras va terminando la canción. Me imagino con un traje o un vestido bonito lleno de brillos y lágrimas y mi copa, con cualquier bebida, en mi mano izquierda y con la derecha dejo caer el micrófono y lanzo besos a lo desgraciado porque me sobra amor que dar aunque me quede vacío y solo y borracho. Pero como quisiera…
ARIATNA GAMEZ Para escribir este autorretrato tuve que viajar en el tiempo escuchando Sour
A los 17 años quería morir
And I´m so sick of seventeen Where´s my fucking teenage dream? Olivia Rodrigo
El miedo era la talla de mi ropa Spoiler: lo sigue siendo Una talla más pequeña que el abismo del futuro y más grande que el piso temblando bajo las suelas gastadas de mis tenis I hate every poem I wrote y sigo llamando a la Muerte cada noche Morir para no volver a usar vestidos ni telas hechas de melancolía
desaparecer en una mancha negra que alguna vez vi en BoJack Horseman
siempre quedándome a medio camino They say these are the golden years pero aquí la luz no llega a reflejar colores que han perdido su brillo
Si hubiera muerto me vería siempre bien maquillada hubiese elegido mi ropa favorita para ser la fantasma más icónica que se viste de amarillo y a cuadros como Cher
A veces pienso que tener 17 años es lo peor que me pudo pasar después de cumplir 18 19 y ahora casi 20
(en este instante tengo 19 años 8 meses 7 días) Siempre he estado en el borde a punto de c a e r
LUIS ERNESTO PEREZ Paisaje citadino
Un peligro casi niño corre armado afila el cristal molido con que gangrena besos y fertiliza cruces
Sigiloso de lejos ya sabe con que hueso desgarrado cruzara el vientre de la calle Los cuencos blandos de la gente la cajuela de los párpados las orillas inocentes del pecho Tienen miedo
La hora limítrofe llegó antes
Fernando Rubín Cuernavaca, Morelos, México. Es un poeta y escritor que vive en Cuernavaca En 2021 obtuvo el primer lugar en el Festival de la Cultura y las Artes VIBRART del Tecnológico de Monterrey a nivel nacional, en la categoría de poesía. Se le han publicado los poemarios Desde una soledad aparte de Astrolabio Editorial en 2018 e Invocación y Ruina de Ediciones Simiente en 2019. Participó en el VII Encuentro Nacional de Jóvenes Escritores Jesús Gardea en la ciudad de Chihuahua en 2019. Forma parte del taller de Creación Literaria del ITESM. Gema Mexicano Radica en Guadalajara, México. Es estudiante de la licenciatura en Letras Hispánicas. Ha publicado en Revista Estrépito y Revista Tlacuache. Ha participado, además, como tallerista en Luvina Joven por parte de la revista Luvina. Israel López Solano León, Guanajuato, 1986. Estudió Historia en la Universidad de Guanajuato. Prepara la tesis Desollamiento humano entre los mexicas durante el Posclásico Tardío (1200-1520 d.C). Milena Martins Moura Rio de Janeiro, Brasil. É poeta, tradutora e mestre em literatura brasileira, além de autora dos livros Promessa Vazia (2011), Os Oráculos dos meus Óculos (2014) e A Orquestra dos Inocentes Condenados (Primata, 2021, no prelo). É editora da revista feminista cassandra e integrante das equipes de poetas do portal Fazia Poesia e de colunistas da revista Tamarina Literária. Divulga sua produção no Instagram @oraculos_dos_oculos. Rosalba López López San Felipe del Progreso, Estado de México, 1996. Licenciada en Historia del Arte por la UNAM ENES Morelia. Ha publicado poemas en medios electrónicos como Suplemento Literario Chirimbolo, Revista Poetómanos, Nu Jñiñi Jñatjo, Fémina Fanzine, Las que amamos femzine y Agua subterránea: mujeres de periferia. Otros de sus textos se encuentran en la antología del Quinto Encuentro de Poetas del Cupatitzio (Uruapan, 2019) y la antología Sembramos palabras Mujeres poetas en Michoacán (Morelia, 2020).
José Luis Aguirre Monterrey, México. Hizo estudios de Bibliotecología y Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Nuevo León, (Nuevo León, México) y en la USP, (Universidad de São Paulo, Ribeirão Preto, São Paulo, Brasil). En 2016 obtuvo el primer y segundo lugar en la categoría de poesía en el
Certamen de literatura Joven Universitaria organizado por U.A.N.L., así como el tercer lugar en la categoría de cuento. En 2020 ganó el premio de poesía Rosario Castellanos de los Juegos Literarios Universitarios organizado por la Universidad Autónoma de Yucatán (México). Jorge Toledo Ecuador, Guayaquil. Ha participado en algunos concursos y convocatorias que ha encontrado en escritores.org. Será publicado en una revista colombiana llamada: Cronopio, para un número en diciembre. En un concurso de cortometrajes, ganó el premio mejor cortometraje.
Carlos Gael Escobarete Ávila Ciudad de México, México. 2004. Estudiante de la Escuela Nacional Preparatoria Plantel No. 9, UNAM. Ha publicado poemas en revistas como Ibídem, Collhibrí, Perro Negro de la Calle, Revista Literaria Pluma, Estrépito, Sierpe, etc. Aspirante a escritor, ojalá. Armando Almanza Querétaro, México. No soy escritor ni poeta de profesión, pero algo de lo que escribo ha servido, pues han publicado mis escritos en revistas locales, nacionales e internacionales, lo que me hace pensar que algo de lo que comparto, es bueno.
Ottoniel Herso México, Chalco, Estado de México. Mi nombre es Ottoniel Herso. Actualmente estudio la carrera de Biología y trabajo en un laboratorio de análisis clínicos. Me fascina el estudio de la naturaleza porque, a través de él podemos comprender el funcionamiento e interacción de lo vivo con lo vivo, y lo vivo con lo no vivo. Esta comprensión obtenida del diseccionar algunas incógnitas del entorno, para comprender una parte de nuestra realidad, es la misma fuerza motora que me impulsa a leer y escribir poesía. La diferencia es que, al estudiar biología, sano las dudas que acomplejan mi existencia, pero el bisturí en manos de la poesía abre heridas que me impulsan a abrir más heridas. Por ello, el transcurso de mis días se haya en el equilibrio entre lo vivo y lo muerto que entiendo a través de la biología y lo que puede revivir y matar en mí el bisturí poesía. Eunice Martínez Dabajuro, Venezuela. Nace el veintisiete de noviembre de 1998 en el muni-
cipio San Francisco del estado Zulia, Venezuela. Sus poemas han sido publicados en antologías de las revistas digitales Perro Negro de la Calle, Almicidio, revista UNUS y en las revistas Argentinas El País y Literaria Pluma. Su poema Música será publicado en la Primera Antología Poética y Prosa Internacional Dr. Julio Argentino Aguirre Céliz De La Biblioteca Popular Municipal Domingo Faustino Sarmiento. Fue finalista en la Segunda Convocatoria Internacional & Alegranza”: Hacia Una Educación Poética, logrando la publicación en la revista de su obra “Hacia una Educación Poética”. Actualmente estudia Educación mención Orientación en la universidad del Zulia y también cursa la licenciatura de Educación Mención Música.
Hellen Judith Jovel Agreda Nacida en el año 2000 de nacionalidad Salvadoreña en la localidad de Santa Ana, Gestora empresarial, técnico en Artes escénicas, diplomada en Letras. Escritora del círculo artístico Santaneco UMBRAL DE LA INSPIRACIÓN inclinada al carácter social y también Atriz de teatro sus primeras presentaciones las realizó con la compañía Santaneca “David Granadino “Actualmente trabaja en la capital del mismo país en “Acto Único” donde funje de personal técnico y actriz de reparto, también forma parte de la compañía gubernamental “Injuve Teatro” en el área de la escritura ha sido participe de diferentes revistas en los últimos años con poesía y relatos por Editorial ANUKET de Argentina y aparecido en antología con CINARALOA (Internacional) y continúa impulsandose como escritora participando en diversos certámenes. ha participado en proyectos Audiovisuales en Guatemala tales como Hilando Latinoamérica y voces en el viento del colectivo arranca cebolla impulsado por Ivannoe Andrade, es coautora del libro “Rostros de la literatura Salvadoreña” donde aparece su caricatura impulsado por Atilio Mungia y ahora es coautora del libro “El arte y yo en tiempos de pandemia” impulsado por Dacxilia Deras, es parte de un PodCast y en Spotify con su trabajo poético, impulsado por Ariel Dom Trus (Perú). Sus redes sociales Facebook: Helen Jovel Agreda; en Instagram _helen_jovel Martha Chávez Araujo Nacida en León Guanajuato en el año 2000. Actualmente estudia la licenciatura de Letras Españolas en la Universidad de Guanajuato. Escritora amateur y dueña de una timidez absurdamente vulgar. Ha publicado en la revista feminista independiente “A priori libertas” (2021) Por fin se encuentra trabajando en la publicación de su primer poemario.
Elena Verzì Catanzaro, Italia, 1990. Ha publicado el poemario Fiori e Fango (Eretica Edizioni, 2016). En 2020 aparecen algunos poemas en la revista italiana
ClanDestino de Davide Rondoni. Ganadora de la octava edición del premio literario Las habitaciones del tiempo en 2020. Los poemas traducidos pertenecen al poemario L’amore misurato (CartaCanta – Capire Edizioni, 2021).
Sara Beatriz Padilla Núñez Aguascalientes, Ags. México Estudiante de la Lic. en Historia de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. He asistido a cursos impartidos por el ICA e INAH. Participante del taller de cuento del Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia 2021. Tercer lugar en concurso Talentos Universitarios 2019 en categoría de cuento. Locutora en Radio Universidad desde 2019 en el programa Ases Históricos dedicado a la difusión cultural. Miembro del comité editorial de la revista estudiantil Horizonte Histórico. Sandra Álvarez Guatemala, 1992. Periodista y escritora. He publicado poesía, cuentos y artículos en varias revistas digitales culturales y literarias de Latinoamérica y Estados Unidos.
María de Montserrat Ramírez Quezada (María Ausencia) Teocaltiche Jalisco, México,1990. Licenciada en Letras Hispánicas por la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Ha participado en diversos festivales de poesía algunos como: Festival Internacional de Poesía joven: “Los días que vendrán”, Festival de poesía: “Las cuatrocientas voces”, Encuentro de poetas: “Francisco González León”, Encuentro Internacional “Mujeres Poetas en el País de las Nubes”. Sus poemas se han publicado en diversas antologías, en la serie: Letras versales de la Universidad de Guanajuato, en la antología: Viejas brujas II publicado por editorial Aquelarre, en la antología: Mujeres poetas por la paz 2016 y 2017, en la antología: Mujer y poeta en los Altos de Jalisco del año 2020 y en la antología: Versas y diversas del año 2021. Sus libros: Cóctel Guadalajara, Los gatos no saben amar, Paisaje mexicano con música de fondo y Juan Luz. Ivonne Aguilera Chihuahua, 1993. Egresada de la Licenciatura en Letras Españolas en la Universidad Autónoma de Chihuahua. Ha publicado su obra gráfica y literaria en revistas como Metamorfosis, Materia Escrita, Trepanación y Revista Alcantarilla. Jesús Antonio González Galindo Texcoco, México. Biólogo, in-docente de prepa pública y verdulero especializado en chiles grandes y picosos.
Alejandro Noé Ramírez Irapuato, México, 1995. Soy profesor de lengua y redacción en la licenciatura de Letras Españolas de la Universidad de Guanajuato. Asistí al Seminario para las Letras Guanajuatenses (IEC) 2017. Publicaciones individuales: La más irracional de las virtudes (Los Otros Libros, 2018), Los extremos de la subjetividad en investigaciones literarias: el disfraz de la escritura (Universidad de Guanajuato-DCSyH, 2019; mención summa cum laude para tesis de licenciatura). Participación en antologías: Círculos de agua: Poesía. Fondo para las Letras Guanajuatenses (La Rana, 2018) y Escritura desde el encierro (Los Otros Libros, 2020). Escribí algunas reseñas para Ruleta Rusa y Viernes Cultural. Pablo Díaz C. León, Guanajuato, México. Dirigí Escrófula junto con Adrián. Cuando no estoy trabajando, escribo cuentos y hago algo de música. Andreza Andrade Sou de São Paulo no Brasil.
Alberto Sánchez Martínez Tláhuac, Ciudad de México. Poeta foráneo que no le gusta el atún. Pequeño coleccionista que espera algún día poder titularse. Ha sido publicado en diversas revistas independientes como Nomastique, Oajaca, Materia Escrita, Revista Tóxicxs... Pertenece a la bandita de Revista Tlacuache.
Ariatna Gámez Soto Estado de México, México, 2001. Estudiante de letras modernas italianas en la FFyL de la UNAM. Ha publicado en diversos medios como Punto de partida (UNAM), Ágora (COLMEX), Small Blue Library, Plástico, etc. Aparece en la antología digital En la palma de tu mano (Zompantle, 2021) y en Nido de poesía: tercera generación (Librobjeto, 2021). Sus poemas han sido traducidos al portugués.
Luis Ernesto Pérez México, CDMX. Dedicado a la creación artística multidisciplinar. Sus obras se desarrollan, principalmente, en materia visual, literaria y escénica, destacando esta última a nivel profesional como estudiante en la Escuela Nacional de Danza Folklórica del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura. Ha publicado poemas en varias revistas literarias. IG:luisernesto.perezr.