Benemérita Escuela Normal Superior Manuel Ávila Camacho
Licenciatura en Educación Preescolar Ensayo: Necesidad de un reconocimiento social de los docentes Titular del curso: Maestra Aneli Galván Cabral Por: Lizbeth Salazar López Primer semestre
Introducción. En este trabajo, trataré la desvalorización que tienen los maestros en el ámbito educativo, como su trabajo ha perdido peso y ha sido reemplazado en la sociedad, se les exige mucho pero se les reconoce poco, ¿Por qué a pesar de su esfuerzo su trabajo no es reconocido? ¿Cómo es que su trabajo ha perdido tanto peso en la sociedad? Preguntas base que estaré abordando en este escrito. Tema que me interesó ya que estoy en proceso de formación y me interesa conocer y ver desde el punto diferente de varios autores que lo han tratado, ya que es una de las problemáticas actuales que enfrentan la docencia. Pero, ¿qué vale más, la vocación y el amor a lo que se hace o el reconocimiento social y remuneración económica? ¿se les puede exigir cuando su trabajo no es tomado en cuenta? Estas preguntas que me han servido para desarrollar mi tema y poder entender y reflexionar que vale más.
Necesidad de un reconocimiento social de los docentes
Algo que viene aquejando a los docentes desde hace un buen tiempo es la falta de un reconocimiento social y económico, la desvalorización del trabajo docente a decaído mucho en los últimos años. Atrás quedo esa creencia de ver al maestro como un ser lleno de virtudes ‘’el magisterio no se define como una profesión, sino como misión o sacerdocio’’ (Emilio Tenti, 1999, pág. 182) el maestro lleno de cualidades ético morales poco ha poco a ido perdiendo peso en la sociedad, una sociedad cada vez más exigente que se ha encargado de desvalorizar al maestro, pero claro, eso no quiere decir que el maestro por sí mismo también se haya quitado valor, pero aquí ya entra la vocación, el amor a lo que se hace, sentir ese deseo de infundir conocimientos, de provocar el deseo de aprender a los alumnos. Hoy en la sociedad exige al maestro cosas que no siempre puede dar ‘’en los nuevos desafíos docentes está el que se llega a pedir a la escuela lo que las familias ya no están en condiciones de dar: contención afectiva, orientación ético-moral, orientación vocacional y en relación con el diseño de un proyecto de vida’’ (Juan Carlos Tedesco y Emilio Tenti Fanfani, 2002, pág. 9). Los padres de familia exigen al maestro lo que ellos no pueden dar, entonces el maestro enfrenta nuevos desafíos docentes, se prepara conforme lo que la sociedad exige bien lo dice Tenti y Tedesco en Nuevos Tiempos, nuevos docentes que el maestro ideal debe poseer y desarrollar: manejo de métodos de enseñanza relacionados con los contenidos, competencias relacionales que lo habiliten para interactuar con los alumnos, padres, colegas y miembros de la comunidad, el dominio de técnicas relacionadas con los avances más modernos de las tecnologías de la información y la comunicación, sus propias capacidades de aprendizaje y actualización permanente, sus competencias para la investigación y reflexión acerca de sus prácticas, etc. Adecuarse a las necesidades que día con día se exigen, pero ¿qué sucede cuando no se satisfacen estas necesidades? Se desvaloriza al maestro, pierde total significado su trabajo y su esfuerzo siendo una de las principales desmotivaciones docentes, ‘’no se puede lograr una profunda
renovación docente si consideramos a los educadores como profesionales de segunda y tercera categoría’’ (Ezequiel Ander Egg, 2006, pág. 44). La educación necesita cambios y por ende el maestro no puede producirlos si siente esa desmotivación, o los produce pero no ve el reconocimiento que merece, es cuando demuestra, como mencione anteriormente, su vocación, dedicación, incluso su formación, no demostrara si desea estancarse o perfeccionarse, adquirir conocimiento y experiencia. ‘’la inexistencia de una verdadera y democrática carrera docente contribuye a desmotivar al profesorado más responsable, que dedica todas las horas del día a trabajar para que sus estudiantes salgan adelante y lleguen a ser buenos ciudadanos y ciudadanas. (Jurjo Torres Santomé, 2006, pág. 110) esa inexistencia que provoca una gran desmotivación al mejor personal docente, a esos maestros que logran grandes cambios y avances y que sus trabajos no son tomados en cuenta, y en algunos casos entre una corrupción donde se prefiere a quienes poseen un poder más que conocimientos y preparación. Los maestros deben tener también un reconocimiento económico, de acuerdo a los trabajos que realiza ‘’los educadores deben tener un salaria digno, acorde con la responsabilidad de las tareas que realizan’’ (Ezequiel Ander Egg, 2006, pág. 43). El maestro debe renovarse claro, pero muchas veces todo su esfuerzo, trabajo, dedicación, etc. no es valorizado, ni tomado en cuenta, el maestro necesita incentivos, ser motivado, que su trabajo se reconozca, que la educación que imparta sea de calidad, pero que sea el maestro quien haga esa calidad. ‘’Hay docentes que no leen ni estudian lo suficiente, ¿se lo podemos exigir cuando no reciben un salario adecuado, no tienen un reconocimiento social y están agotados psicológicamente?’’ (Ezequiel Ander Egg, 2006, pág. 45) pregunta que dejo al aire, donde cada maestro demostrará si vale más el amor a lo que hace o un reconocimiento social. Es de vital importancia que el docente conozca las necesidades que tenga la escuela donde trabaje, ya que no se trata de solo impartir la clase, sino de ser un docente innovador, comprometido con su trabajo, modernizado, que conozca los nuevos roles de estudio y aprendizaje, que provoque en sus alumnos el deseo de aprender, de ser mejor persona, ‘’Es responsabilidad del
educador provocar el deseo de aprender’’ (Meirieu Philippe, 2007 pág. 45). Ya que muchas veces el maestro descuida su trabajo al ver que no hay incentivos ni un reconocimiento por parte de sus directivos y de la sociedad ‘’el profesorado y sus representantes, en especial, los sindicatos tienen que reconocer que los incentivos son necesarios para incrementar la motivación de las personas; el reto es establecerlos con cierta racionalidad y, obviamente con poder suficiente para que el profesorado se esfuerce por logarlo’’
Conclusión Hoy en día el maestro ha pasado a segundo plano, lo que antes se considerada como si fuera una misión o un sacerdocio a quedado lejos, sin embargo, estar en la docencia es por tanto algo que debe nacer, sentirse, hacer que cada día sea diferente y atractivo para los alumnos, infundir esas ganas de aprender, al maestro no se le puede exigir lo que la familia no da, y sin embargo el maestro es ese ser lleno de capacidades y cualidades más allá de sus conocimiento y constante formación. Con lucha y esfuerzo y sobre todo renovación, honestidad y ética existirá ese reconocimiento social, sin que sea mero interés, sino vocación.
Bibliografía ANDER EGG, EZEQUIEL, ‘’Debates y propuestas sobre la problemática educativa’’, Homo Sapiens Ediciones, México, año 2006. TORRES SANTOME, JURJO, ‘’La desmotivación del profesorado’’, Ediciones Morata, S. L. segunda edición, Madrid, año 2006. MEIRIEU, PHILIPPE, ‘’Entrevista a Philippe Meirieu: Es responsabilidad del educador provocar el deseo de aprender’’, Barcelona, Editorial Wolters Kluwer España, S.A, 2007 TEDESCO, JUAN CARLOS y TENTI, EMILIO, ‘’Nuevos tiempos y nuevos docentes’’, Brasil, Sin editorial, 2002 TENTI, EMILIO, “El arte del buen maestro”, México, Pax México editorial, Sin edición, Sin año.